Experimentacion Animal

El experto Antonio Pardo aborda el debate sobre el maltrato de animales En nuestro país, el trato inadecuado hacia los animales está sancionado con multas elevadas; más grave es el maltrato injustificado que está penado con la cárcel. En el extremo opuesto está el conservacionismo que aboga por respetar al animal absolutamente, aplicándole los mismos derechos que a un ser humano. Con motivo del sacrificio del perro Excalibur, posiblemente afectado por el virus del ébola que tenía su dueña –la enfermera Teresa Romero– se ha puesto en el tapete estas controvertidas cuestiones que nos son fáciles de resolver. Para aclarar algo de este debate, Mundo Cristiano ha acudido a un experto, el profesor Antonio Pardo, presidente del Comité de Ética para la Experimentación Animal de la Universidad de Navarra.

Este artículo tiene por objetivo el estudio de las controversias entorno la experimentación animal. Tras exponer, a modo de introducción, los distintos usos y procedimientos de experimentación con animales, recogeremos los principales argumentos favorables y en contra, centrándonos en uno de los sectores en el cual la crítica al uso de animales recibe menos aceptación: la investigación farmacéutica y biomédica.

A continuación, ahondaremos un poco más en el debate ampliando el eje de reflexión hacia cuestiones éticas de fondo a través de un breve análisis del antropocentrismo y del especismo a partir del cual, culturalmente y a nivel general, hemos basado nuestra relación con el resto de animales. Una perspectiva cada vez más cuestionada que, sin duda, influye altamente en la producción científica en relación a los animales y a la propia noción de progreso en Ciencia.

La mentalidad contemporánea, a causa de la confluencia de diversos factores, presta una especial atención al respeto a la naturaleza y al bienestar animal. Esta época es también cuando más soluciones se piden a la Medicina; ésta, para avanzar, considera razonable la experimentación previa en animales de las técnicas o productos que se emplearán en el hombre. Pero estos ensayos son muchas veces considerados crueles para los animales de experimentación, con lo que el deseo de que la técnica proporcione sus mejores frutos colisiona con la intuición común de que no se debe maltratar a los animales.
Para ayudar a resolver este conflicto trataremos a continuación de explicar las justificaciones éticas de su uso. La experimentación animal abarca muchas cuestiones y la mencionada, a pesar de su necesidad, se trata con poca frecuencia en comparación con otras. Es un tema que, generalmente, se da por supuesto, y por ello no es tratado específicamente en muchos trabajos. Pero, dada la agresividad contemporánea de algunos grupos de defensa de los animales, conviene tener argumentos para poderles hacer frente.

Existen distintas ramas de la ciencia que utilizan animales no humanos en sus experimentos: las empresas comerciales (cosmética, limpieza, etc.); la industria armamentística; los laboratorios farmacéuticos, las unidades de investigación de los hospitales y la investigación veterinaria. Tradicionalmente, se ha considerado que los demás animales eran lo bastante similares en cuanto a su fisiología como para extrapolar los efectos que causan en ellos determinados compuestos químicos a lo que podría ocurrir en un organismo humano, pero carecían de los mecanismos neurológicos que implican habilidades cognitivas complejas. La razón de establecer esa diferencia radica en la existencia de estructuras cerebrales exclusivas de los seres humanos y que no existen en los demás animales, de modo que se asumía que las capacidades psicológicas más complejas, como la propia consciencia, el interés por vivir o el comportamiento altruista residían en estas formaciones anatómicas, asimilando que la diferencia estructural llevaba implícita la diferencia funcional. Hoy sabemos que esto no es cierto,  la creencia en la irracionalidad de las demás especies animales ha sido ampliamente refutada incluso para taxones más sencillos de los que ni siquiera se sospechaba su profunda complejidad, como es el caso de los moluscos.

Existen distintas ramas de la ciencia que utilizan animales no humanos en sus experimentos: las empresas comerciales (cosmética, limpieza, etc.); la industria armamentística; los laboratorios farmacéuticos, las unidades de investigación de los hospitales y la investigación veterinaria. Tradicionalmente, se ha considerado que los demás animales eran lo bastante similares en cuanto a su fisiología como para extrapolar los efectos que causan en ellos determinados compuestos químicos a lo que podría ocurrir en un organismo humano, pero carecían de los mecanismos neurológicos que implican habilidades cognitivas complejas. La razón de establecer esa diferencia radica en la existencia de estructuras cerebrales exclusivas de los seres humanos y que no existen en los demás animales, de modo que se asumía que las capacidades psicológicas más complejas, como la propia consciencia, el interés por vivir o el comportamiento altruista residían en estas formaciones anatómicas, asimilando que la diferencia estructural llevaba implícita la diferencia funcional. Hoy sabemos que esto no es cierto,  la creencia en la irracionalidad de las demás especies animales ha sido ampliamente refutada incluso para taxones más sencillos de los que ni siquiera se sospechaba su profunda complejidad, como es el caso de los moluscos.

La experimentación animal es hoy una actividad básica de la ciencia médica. A ella se oponen los movimientos pro derechos animales, normalmente fundados en una visión meramente natural del hombre y los animales, que los iguala. También hay oposición desde el punto de vista científico: los resultados de la investigación animal rara vez serían directamente aplicables al hombre. Por contra, los resultados encontrados en los animales son parcialmente aplicables al hombre, y la diferencia cualitativa entre el hombre y el animal es el fundamento que permite la experimentación animal. De estos fundamentos se derivan una serie de normas éticas sobre el trato correcto de los animales de experimentación. Estas normas han sido recogidas también en leyes específicas.

La experimentación científica con animales es un tema de una enorme complejidad, y por ello quiero reivindicar aquí un diálogo razonado, respetuoso y sereno. Un diálogo que debería desarrollarse ante todo entre ética y ciencia, pero que
también debería implicar a otras disciplinas como el derecho, a los movimientos animalistas, movimientos ecologistas, movimientos sociales interesados por la ciencia, divulgadores científicos, asociaciones que reúnen a afectados por diversas
enfermedades, y a toda la sociedad. El diálogo que necesitamos no son diez minutos en un plató de televisión, sino una conversación sin prisas, que ha de avanzar aclarando
conceptos y perfilando argumentos, haciendo un esfuerzo por entender las posiciones de los demás, aprendiendo unos de otros. Aunque no lleguemos a ponernos de acuerdo, el
mero hecho de generar un clima de diálogo ya sería una gran victoria.

This is a revised version (still a draft) of the handbook made for my doctoral students at Greifswald University.  It should help them follow their doctoral studies. The methods explained are restricted to the Lab at EMA University. Research production consists of preparation of a project, communication of the project, execution of the project, and communication of the results. The project and results are preliminary and/or final and are customary presented in oral form, written short communication (abstract, poster) and article. Other forms of media, although possible, are infrequently used.

I encourage you to ignore the “copyrights” for this book. There is hardly anything original in this book, except of some mistakes. All the rest was borrowed from the works of others, taken directly or adapted or may be told in my own words. I added some own reflections, may be more in the second part of the notebook. The credits go… to all, they are so numbered: my colleagues, students, some patients, to number of wise men who shared their work generously on the Internet or in their books and articles.

Versión española del artículo publicado.
Este artículo muestra, de modo resumido, las novedades que ha introducido en España el Real Decreto 53/2013, de 1 de febrero, por el que se establecen las normas básicas aplicables para la protección de los animales utilizados en experimentación y otros fines científicos, incluyendo la docencia (a partir de ahora RD). Esta ley es transposición, con algunas modificaciones, de la Directiva 2010/63/UE del Parlamento Europeo y del Consejo de 22 de septiembre de 2010 relativa a la protección de los animales utilizados para fines científicos. Este RD sustituye el anteriormente vigente, el Real Decreto 1201/2005, de 10 de octubre, sobre protección de los animales utilizados para experimentación y otros fines científicos.