El problema ético presentado en el documental "Lucanamarca" es la manera cómo una actitud reificante desaprueba, despoja de sus derechos y desvaloriza como humano a un grupo de personas. En el caso particular, estas personas, que...
moreEl problema ético presentado en el documental "Lucanamarca" es la manera cómo una actitud reificante desaprueba, despoja de sus derechos y desvaloriza como humano a un grupo de personas. En el caso particular, estas personas, que pertenecieron al Partido Comunista Peruano-Sendero Luminoso, son consideradas terroristas, rebeldes, crueles, resentidos, ignorantes, etc. Asimismo, vinculan con estos adjetivos a los familiares de estas personas que quizá no tuvieron que formar parte, necesariamente, de este partido; pero son proyectados como senderistas biológicos, como una enfermedad contagiosa. Es por esto, que no merecen tener los mismos derechos, gozar de los beneficios del Estado, sino que no pueden ser reparados y tienen que vivir en constante opresión solo por compartir la sangre con un "terrorista". Una de las razones, que explica el problema ético planteado, es el resentimiento por la muerte de sus familiares: padres, hermanos, hijos; e incluso tíos y primos a manos de los "terroristas". El resentimiento es hacia ellos, los "terrucos" y a sus familiares directos. Este rencor es a causa del dolor que sienten de no tener a su lado a sus familiares e impotencia por no tener justicia con sus propias manos, mas allá de que fueran sentenciados por muchos años o a una cadena perpetua, como es el caso de Abimael Guzmán y esposa. Esto no cicatriza las heridas que produjeron con su forma de pensar. Es por ello que no pueden perdonarlos, porque ya no los ven como humanos que merecen perdón; sino como algo que no pertenece a su grupo, que no merece compasión y pueden tratarlo a su manera, a su antojo. Según ellos, la manera para que quizá puedan perdonar por lo sucedido sería con su muerte, miseria, olvido, exilio, etc. Es así cómo esta forma de pensar y sentir se plasma en los parientes consanguíneos concretizando una idea sobre el terrorismo como herencia genética. Alejandro León Cannock, cita las investigaciones de Honnet. Según este último, existen niveles de menosprecio. En principio, en el momento en que a un individuo se le quitan violentamente las posibilidades de disfrutar o usar su cuerpo, es el primer nivel de menosprecio. En cambio, Paul Ricoeur afirma que la desaprobación es la mejor muestra de este nivel. Honnet señala a las violaciones y tortura en este primer nivel, pero es un derecho estar protegido ante tales injerencias o ataques, por lo que este ejemplo pertenecería al segundo nivel. El segundo nivel está definida por la desposesión de los derechos. Y por último, el tercer nivel es la deshonra. En cualquiera de estos niveles se ejerce una actitud reificante, que expresan menosprecio a un grupo de personas dañando su salud psicológica, la subjetividad, su identificación moral. Lo anteriormente dicho por Honnet, nos ayuda a comprender el problema ético planteado. ¿Qué culpa tienen los hijos, hermanos, padres de un senderista para ser menospreciados? Pero, pasa. Primeramente son desaprobados (primer nivel de menosprecio), es como si no lo vieran, cuando está frente a ellos; no merecen un saludo, son esquivados, eludidos. Posteriormente son despojados de sus derechos (segundo nivel de menosprecio), no merecen una reparación legal por la ejecución extrajudicial de sus padres, pues su hermano perteneció al PCP-SL. Por último, son deshonrados (tercer nivel de menosprecio). Se sabe cómo los restos calcinados de Olegario Curitomay fueron arrojados junto con las cenizas, como basura. Posiblemente a la muerte de su hermano, este corra la misma suerte. No podrán ser enterrados en el cementerio de la comunidad, porque serán una maldición, sus almas no estarán en paz, son unos demonios.