The White Terror in Taiwan, referring to the systematic suppression of political dissidents from 1949 to 1987, represents an open wound in Taiwan’s history. Existing schemas used to frame the traumatic past—such as human rights... more
The White Terror in Taiwan, referring to the systematic suppression of political dissidents from 1949 to 1987, represents an open wound in Taiwan’s history. Existing schemas used to frame the traumatic past—such as human rights discourses—and the public memory of it contribute to a proliferation of narratives predicated on good/evil, perpetrator/victim dichotomies. This thesis draws critical attention to literary endeavors to contest and complicate the dominant narratives of victimhood by examining what I term “perpetrator texts” in White Terror literature—a body of works which prominently feature White Terror perpetrators or collaborators. Through a productive deconstruction of the perpetrator/victim binary, the perpetrator texts deal with the unsettling history of collaboration and complicity during the White Terror and thus enable innovative ways of articulating the historical trauma. This thesis brings together perpetrator texts by literary authors with different ideological positions, with a focus on the White Terror fiction of Ye Shi-tao, Shi Ming-zhen, Lee Qiao, and Chen Ying-zhen. I engage in critical dialogue with recent research on perpetrator trauma and the post-colonial turn in trauma studies to demonstrate the myriad ways in which these authors narrativize historical trauma. Their attentiveness to complicity and collaboration enables them to create trauma narratives that attend to the traumatic experience of surveillance and the moral injury carried by perpetrators and collaborators under the authoritarian regime. This thesis suggests that perpetrator texts provide ways of bearing witness to or articulating the moral crises that characterize the White Terror regime. They do so through a polyvocal aesthetics of trauma and by displaying how the “ghost” of the perpetrator haunts on psychological, textual, and social levels.
«Il passato non è mai finito». Queste parole, che Max Aue rivolge alla gemella Una in Les Bienveillantes (2006), alludono agli aspetti traumatici che definiscono la personalità del narratore del libro di Littell: sono diversi i luoghi del... more
«Il passato non è mai finito». Queste parole, che Max Aue rivolge alla gemella Una in Les Bienveillantes (2006), alludono agli aspetti traumatici che definiscono la personalità del narratore del libro di Littell: sono diversi i luoghi del testo in cui emerge la peculiare relazione che Aue intrattiene con lo scorrere del tempo, con effetti importanti sia sul piano della diegesi che su quello della rappresentazione formale. Tempo che, inteso come categoria del racconto, svolge una funzione portante in un testo che oscilla per quasi mille pagine tra la perturbante infanzia dell'ex SS franco-tedesca e il suo anonimo presente di industriale nella Francia postbellica, passando per i terribili fatti della seconda guerra mondiale. Partendo dall'analisi dei suoi aspetti interni, tematici e formali, il presente contributo si propone di indagare costanti e variabili di un'opera paradigmatica della contemporaneità come Les Bienveillantes rispetto alla tradizione letteraria, operazione che si colloca all'interno di uno studio diacronico delle forme di rappresentazione della Storia: il libro di Littell difatti, pur richiamandosi in parte ai dispositivi tradizionali tramite cui il flusso temporale viene "configurato" nell'intreccio del testo (la mimesis II secondo Ricœur), è al contempo un eccellente rappresentante di quella "svolta testimoniale" che ha interessato l'ambito delle rappresentazioni estetiche a partire dagli anni '60 per arrivare ai nostri giorni.
Dos días antes de su estreno, programado para el 19 de octubre de 2012, el Deutsches Nationaltheater de Weimar canceló la presentación de la obra Breivik's Statement (La declaración de Breivik) de Milo Rau. La obra era una recreación del... more
Dos días antes de su estreno, programado para el 19 de octubre de 2012, el Deutsches Nationaltheater de Weimar canceló la presentación de la obra Breivik's Statement (La declaración de Breivik) de Milo Rau. La obra era una recreación del discurso que Anders B. Breivik había dado seis meses antes frente al tribunal de Oslo en abril de 2012, cuando fue juzgado por el asesinato de 77 personas. La hora de discurso en la que Breivik explica la motivación de sus actos no fue emitida por televisión ni reproducida en los news media. No obstante, fragmentos del discurso se difundieron casi de inmediato a través de Twitter y otras redes sociales. La recreación de Rau constituyó la primera presentación pública del discurso en su integridad. Al teatro le preocupaba que esta recreación pudiese ser malinterpretada como un respaldo o reivindicación de los postulados de Breivik: Thomas Schmidt, a la sazón director del teatro, manifestó que no quería «proporcionar una plataforma» a los argumentos de Breivik (Höbel, 2012). La interpretación, sin embargo, es todo menos una representación auténtica o realista del proceso, en tanto que Rau toma precauciones para «desdramatizar» y «des-teatralizar» (Rau, 2012) el discurso: el texto de Breivik es leído en voz alta por la actriz germano-turca Sascha Ö. Soydan, quien, de pie frente a un atril, vistiendo una camiseta y una chaqueta de chándal, masca chicle. ...
En el marco de la impunidad producida por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida en Argentina, en 1997 el ex comisario Miguel Etchecolatz, que había aplicado torturas a detenidos-desaparecidos durante la dictadura argentina, fue... more
En el marco de la impunidad producida por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida en Argentina, en 1997 el ex comisario Miguel Etchecolatz, que había aplicado torturas a detenidos-desaparecidos durante la dictadura argentina, fue invitado a un programa televisivo para debatir con una de sus victimas. Este articulo examina dicho programa en sus aspectos narrativos, en su puesta en escena y en sus dispositivos de construcción y legitimación de una verdad sobre el pasado. Este debate imposible, que reproduce algunos de los efectos de la tortura sobre la victima, postula -como una opinión entre tantas- el relato negacionista de Etchecolatz. El articulo propone como hipótesis que una de las consecuencias de la impunidad en Argentina ha sido poner en peligro la verdad sobre los desaparecidos. El discurso de Etchecolatz y su negacionismo pueden ser considerados como un efecto de esa época y no solo como la expresión individual de un represor.