Escritos Privados

Copyright © 2023 por Juan Ramos Cardozo.

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Fecha de revisión: 16/03/2023

Palibrio

1663 Liberty Drive, Suite 200

Bloomington, IN 47403

764102

ÍNDICE

A Modo De Prólogo

Amor / Compasión

Arte

Belleza

Consciencia

Contabilidad

Contemplación / Meditación / Oración

Dios/Padre

Espiritualidad

Felicidad

Iluminación

Libertad

Pasión

Perdón

Poesía

Silencio

Sociedad

Soledad

Tecnología

Unidad

Vacío/Nada

Vida

Constelación

Versos / Aforismos

A MODO DE PRÓLOGO

Amigo Ramos:

Gracias por el envío de su valioso libro Escritos Privados, que estimo denso, sublime y destinado a perdurar, en la atención de los lectores más exigentes.

En obras de calidad, como Escritos Privados, sus autores no se apresuran en publicarlas; algunos las revisan mínimo por tres años, una vez cada seis meses y luego la dejan descansar. En cada nueva revisión suelen percibir alguna palabra aislada que sustituirán por algún sinónimo acorde a la sensibilidad de sus lectores futuros, dentro de cien o doscientos años, o más, en un mundo que cada vez más se centrará en términos que se refieran a la libertad de conciencia.

Suelen eliminar cualquier pequeña línea, o frase, con lo que realzan o aligeran el todo; y sustituyen toda referencia que no centre la atención en la Divinidad. Suelen pensar a 200 años por delante, por lo menos, por eso, aquellos lejanos lectores sentirán que se ha escrito para ellos. Es una acción efectuada sin esfuerzo, accediendo sosegados a elevados estados de conciencia.

Allí estarán sus verdaderos lectores, al igual que la obra Rubaiyat, de Omar Khayyam, -perdida durante casi ochocientos años, encontró sus verdaderos lectores en el siglo XX, y los que le seguirán leyendo.

Las obras densas reflejan los estados de conciencia de sus autores. Éstos se asombran por la trascendencia de sus propios escritos cuyo contenido ha emanado de un interior cultivado en miles de existencias previas, o lo absorben del infinito inabarcable, por grados. Muchas de las páginas más sublimes le podrían ser insufladas por: ¿Quién podría saberlo? Y, ¿en cuántas de esas veces no es la misma Divinidad, en la conciencia, quien lo hace? Allí es donde la Gran Pedagoga se expresa por el lenguaje de los sentimientos de los valores del amor, de la prudencia, de la justicia, de la fortaleza, de la templanza y de la belleza, eterno alfabeto de la sabiduría.

Me ha parecido percibir a un nuevo Omar Khayyam, al leer Escritos Privados, aunque las comparaciones puedan algunas veces no ser gratas. Se dice que los propios méritos deben brillar por sí mismos; de esta naturaleza es esta obra, con atributos propios que expresan los de su eminente autor. No obstante, si fuera regla inflexible dejar de comparar, no existirían obras como Vidas Paralelas, de Plutarco, ni tantas otras páginas de profunda sabiduría, que el maestro de Queronea plasmara en Moralia.

Al meditar el contenido de Escritos Privados, con un nuevo simbolismo que allí se describe, no ya el del vino sublime a que Khayyam se refería, en sus Rubaiyat, sino el del amor que hoy, el autor, cual aeda inspirado, reivindica, por ser la fuente que permite perpetuar la vida maravillosa en los cuatro reinos naturales. Canta el autor a la Necesidad sublimizada que produce el éxtasis en modos insospechados en esos actos en que se engendra, y concibe la vida en la dimensión física de la existencia. Esto, porque la del Espíritu es parte indivisa de la de la Divinidad, sin dejar de ser la Divinidad y sin separarse de la Divinidad.

Se percibe en Escritos Privados, como un estado de iluminación, un éxtasis divino en los actos que se esbozan en sus aforismos, que conectan con la dimensión divina, fuente de toda vida. Y la Divinidad, sin forzar a nadie, logra su objetivo de perpetuar la vida en los inmensos mundos del universo.

Escritos Privados es una obra que se lee con agrado, pero que se meditará, automáticamente, ya que, cada lector será transportado por su imaginación a vivir mentalmente lo que su autor describe, enriqueciéndose en cada nueva lectura. Cuando se leen libros de profunda sabiduría, como Escritos Privados, es normal que la mente divague libremente, medite y trascienda lo leído, percibiendo el Espíritu que las palabras impresas contienen, comprendiendo sus enseñanzas y, forjándose el propósito de realizar, a su vez, el ideal que el poeta transmite en su depurada obra.

Este tipo de lectura conecta con quienes comparten esas inquietudes eternas, dispersos por el infinito universo, en elevados estados de conciencia y en sus incontables estaciones de turno.

Allí, en esa dimensión, casi sin darse cuenta, se comparten experiencias, inquietudes, anhelos y se satisfacen necesidades. Fluyen nuevas ideas. Es una sintonía que, al igual que el dial de la radio, seleccionado bien, trae la música de nuestro agrado.

Se ascienden peldaños, con la lectura y relecturas de Escritos Privados, que son los mismos de la conciencia, réplica exacta de la de la Divinidad. En cada uno se ve más lejos. Lo que se puede describir en el primer peldaño, o en el décimo, es muy diferente al del centésimo, y con todo, en cada escalón se palpa un instante de la eternidad, parte indivisa del eterno ahora. Como decía el mismo Omar Khayyam: -Uno es la primera cifra del número que nunca acaba. Lo importante, en cada esfera, es llenarse de experiencia.

Cuántas obras, aun pasando toda una vida escrutándola, no se termina de agotarlas. Se asemeja al novísimo simbolismo plasmado por el poeta en los aforismos de sus Escritos Privados.

En forma genial, lo percibió Miguel de Cervantes Saavedra, cuando expresó: -El amor es todo alegría, regocijo y contento, y más cuando el amante está en posesión de la cosa amada. Después de cumplido aquello que el apetito pide, el mayor gusto que puede venir es apartarse de donde se alcanzó".

Sí, apartarse temporalmente, empero, por sabiduría divina, el amor cumple su sublime misión en el dar y recibir, necesidad eterna que perpetúa la vida en una incesante ida y vuelta, en una infinita espiral experiencial.

Escritos Privados capta una esencia universal en forma admirable. Y donde muchos, parecería que ven su lado menos luminoso, el autor revindica el más excelso de sus enfoques: Un eterno sublimizar del amor, fuerza inconmensurable que lo penetra todo, le da sentido a la vida.

En las incontables experiencias que Casanova relata de manera notable, en sus monumentales Memorias, se perciben destellos del místico éxtasis que le permiten descripciones sobre la Divinidad que pocos creerían encontrar allí. ¿Por qué? En todo se expresa una parte inefable, diría divina. Y usted lo percibe, una y otra vez, en sus aforismos de Escritos Privados.

En toda obra perdurable, existe cierta independencia trascendental de grupos, porque el poeta escribe para todos; aquellos preparados para leerle, ahora, y en cada época. Cualquier depuración de este tipo será vista con agrado por los lectores de futuras centurias, ya que ellos, también se habrán emancipado, o depurado. En esos lejanos tiempos por venir, aún, el enfoque preferido será centrar la atención en el único maestro, que se expresa dentro de la conciencia, la Divinidad, o eterna Pedagoga. Pero, luego, en la vida diaria, cada ser de los cuatro reinos naturales, será, para cada quien, un instructor del que aprender. El más sabio de los hombres sentirá vergüenza al sentirse llamar maestro, porque se habrá abierto para él, y para todos, la conciencia del eterno aprendiz.

El Norte es y será, siempre, la Divinidad, fuente de El Todo, para todos, y para todo. La Divinidad debería sustituir toda otra aislada referencia que pareciera ser lo mismo, pero que, en el fondo, no lo sea.

Siendo Escritos Privados obra destinada a perdurar, una revisión con intervalos de seis meses, por tres años, la dejará lista para su misión en el espacio y en el tiempo. Constituirá una experiencia de profundo aprendizaje para su autor. Esto le dará su impronta de libro de cabecera, que acompañará a un sinnúmero de lectores a lo largo de su vida, generación tras generación.

Aun así, una revisión anual de Escritos Privados seguirá enriqueciendo a la obra, y a su autor. Es el compromiso que éste asume con aquellos a quienes en algún grado habrá de iluminar su camino, y sus vidas, tal como lo han hecho los poetas de todos los tiempos, y así continuarán haciéndolo, en los venideros, del eterno presente: Ahora.

Escritos Privados es una obra destinada a acompañar a sus lectores a lo largo de su vida, como una fuente de constante y perdurable inspiración. Adelante.

Con mis mejores deseos de éxitos,

Giuseppe Isgró C.

Lechería, 01 de diciembre de 2022

AMOR / COMPASIÓN

1. El amor pareciera un camino trillado por donde caminamos nuevamente con la ilusión de que sea diferente. Nunca dejo de caminarlo con todas mis esperanzas e ilusiones.

2. Estoy seguro de que el amor es una fuerza tan grande que escapa a toda comprensión de la mente humana.

3. El amor se expande hacia tantos puntos y por tantos senderos que es imposible secuestrarlo.

4. El cuerpo cuando entra en la vibración del amor más puro se convierte en luz; y es capaz de burlar todas las muertes.

5. El amor no conoce de fronteras o límites, corre de un infinito a otro infinito; lo intuyo en tu mirada.

6. He intentado amar tantas veces. He seguido mi intuición como un ave. He corrido y me he detenido en los pálpitos de luz de la consciencia infinita para escuchar sus violines de luces.

7. He sido secuestrado y liberado por el amor otras tantas. Hoy intuyo la mayor victoria del amor sobre cualquier pensamiento humano.

8. Besé por un instante sus labios y supe inmediatamente que me pertenecían desde hace unas cuantas vidas.

9. Quizás el amor es un invento de Dios para justificar la existencia del hombre.

10. Hay amores que al tenerlos, desaparecen. Parecen nubes escapándose de las manos.

11. Qué lástima que el enamoramiento sea una cuestión de bioquímica y dure tan poco, me hubiese gustado estar enamorado toda la vida.

12. Gloría a la mujer que se resiste a escuchar coqueterías. Gloria al amor imposible.

13. Después de la conquista, el aburrimiento. Otra vez a caza. Dios, por qué me hiciste cazador y no recolector.

14. Mujer recógete temprano, enciende tus dos fuegos. El que me quita el frío del cuerpo y el que sosiega mi alma.

15. El amor me hizo creer en mí y en ti. Y en ese tercero que se esconde entre tú y yo.

16. Reconocí inmediatamente a Dios en tus ojos,