TP Obligaciones Civiles y Comerciales
TP Obligaciones Civiles y Comerciales
TP Obligaciones Civiles y Comerciales
Ctedra: Pardo-Cortelezzi
Comisin: 7060
Grupo 3 bis
Mauro Labozzetta
Martn del Viso
Introduccin:
Responsabilidad Civil en general:
Para configurar la responsabilidad civil se requieren los cuatro presupuestos de la reparacin:
1. El dao
2. La antijuricidad
3. El factor de atribucin
4. La relacin de causalidad.
En el Derecho vigente hay 2 mbitos de responsabilidades: el contractual y el extracontractual. El Cdigo
Civil divide en estos dos grandes sectores el tratamiento de la responsabilidad por daos, estableciendo
entre ambas algunas diferencias. De estas diferencias las ms importantes son la extensin de la
reparacin y lo concerniente al plazo de prescripcin de las acciones.
La gran barrera entre ambos tipos de responsabilidades la constituye el Art. 1107 del CC. Esta norma
impide que el Art. 1113 CC pueda ser aplicable en caso de responsabilidad por incumplimiento
obligacional -siempre, claro esta, que este no constituya un delito penal-.
De todos los presupuestos, el que asume mayor importancia en el tratamiento del tema de fondo de este
trabajo, es el factor de atribucin, conceptualizado como el fundamento del deber de reparar, es poder
argumentar la motivacin o la razn que impone reparar los perjuicios causados.
Los factores de atribucin pueden ser subjetivos u objetivos. Dentro de los subjetivos encontramos la
culpa y el dolo, que exigen un comportamiento voluntario y reprochable. Los factores objetivos, son un
catalogo ms abierto, entre los que puede mencionarse al riesgo creado, la equidad, la garanta, la
seguridad social, el seguro, los criterio econmicos, etc.
El Profesional
Se caracteriza por la presencia de determinadas caractersticas sobre las que las doctrina suele guardar
coincidencias. Ellas son:
a. Autonoma tcnica. Sin perjuicio de la subordinacin jurdica e la que puede encontrarse el
profesional, lo distingue el hecho de obrar con discrecionalidad tcnica segn las reglas de la
"lex artis".
b. Habitualidad. La actividad que forma la materia de la actuacin constituye un modo de vida.
c. Reglamentacin. Se entiende necesaria la existencia de un estatuto o conjunto de normas
regulatorias de la actividad.
d. Habilitacin. El profesional cie el ejercicio de su actividad a la previa declaracin formal sobre la
pertenencia de las aptitudes que forman el contenido de la profesin.
e. Presuncin de onerosidad. La circunstancia de que la actividad constituya el "modus vivendi"
determina que la prestacin se presuma onerosa, lo que implica que genere un precio an
cuando este ltimo no hubiera sido previsto (art. 1627, CC)
f. Sujecin a normas ticas. Toda profesin se encuentra gobernada por normas, escritas o no, que
sientan las reglas de conducta moral que se ajustan a su materia particular.
g. Sometimiento a potestades disciplinarias. Mediante ella se garantiza el recto ejercicio de la
actuacin profesional.
Responsabilidad Civil mdica:
La responsabilidad mdica es la obligacin que tienen los profesionales que ejercen la medicina de
responder por las consecuencias derivadas de su actuacin profesional.
En materia de responsabilidad mdica y tratndose de daos generalmente derivados de los
actos mdicos puros la regla general es la responsabilidad subjetiva con fundamento en la culpa
profesional.
Es necesaria la presencia de culpa en el actuar del profesional.
Se dice que son "actos mdicos puros" para diferenciarlos de aquellos en que el dao guarda relacin
meramente ocasional al ejercicio de la medicina, obedeciendo ms bien a causas que nada tienen que
ver con la prestacin profesional.
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Para algunos sectores de la jurisprudencia y la doctrina existen algunos supuestos en que el profesional
al asumir una obligacin de resultados, compromete una responsabilidad de carcter objetivo,
quedando en consecuencia descartada la necesidad de la prueba de la culpa, tal es el caso de las
cirugas plstica y la obstetricia.
Naturaleza contractual o extracontractual de la responsabilidad civil mdica
En nuestro pas Borda considera que la responsabilidad mdica es de naturaleza extracontractual, pues
no surge ella de la celebracin de un contrato, sino de las obligaciones que impone el ejercicio de la
medicina, haya o no contrato.
Sin perjuicio de ello, este jurista reconoce que la opinin predominante considera como regla general la
responsabilidad que nos ocupa es de orden contractual.
Bueres, considera que la responsabilidad del galeno es de naturaleza contractual, sin perjuicio de que en
ciertos casos existen excepciones que justifican la aplicacin de las normas que rigen la responsabilidad
extracontractual.
Puede decirse que "es criterio pacifico y virtualmente unnime en la doctrina nacional y extranjera
considerar la responsabilidad emergente de la relacin mdico-paciente como de naturaleza contractual,
sea cual fuere la esencia que se asigne a dicha relacin".
As, tanto Iturraspe, Lorenzetti y Ghersi, autores que han prestado especial atencin al tema, han dado
su conformidad en establecer que como regla general la naturaleza de la responsabilidad civil mdica es
contractual, sin importar que se trate de un contrato oneroso o gratuito.
Ahora bien, sealamos que en supuestos excepcionales la responsabilidad civil de mdico puede ser
extracontractual, al respecto Bueres enumera entre estos casos los siguientes:
1. El de los servicios mdicos requeridos por una persona distinta del paciente, siempre y cuando,
por lgica, aquella no obligue contractualmente al ltimo en virtud de una representacin legal o
voluntaria.
2. Cuando se configura un delito del derecho criminal en cuyo caso es viable la opcin del art.1107
del CC.
3. Cuando el contrato celebrado entre el facultativo y el paciente es nulo.
4. Cuando el servicio mdico es prestado por el facultativo espontneamente, sin intervencin
alguna de la voluntad del paciente (en caso de auxilio).
5. La atencin del mdico a un incapaz de hecho sin poder comunicarse con el respectivo
representante legal.
6. La actividad del mdico desarrollada en contra de la voluntad del paciente (asistencia al suicida)
7. Cuando la relacin entre mdico y paciente es impuesta coactivamente al ltimo, a raz de una
disposicin legal o administrativa (el ejemplo de la antes revisacin del servicio militar y el
reconocimiento mdico para el ingreso al mismo)
8. Caso en el cual el mdico acta con la intencin de causar el dao, es decir con dolo delictual, lo
que configura un delito civil. La doctrina entiende que cuando el accionar del profesional es
doloso, se configura un delito civil que torna procedente la opcin aquiliana que levanta la
barrera para facilitar la opcin extracontractual del Art. 1107del CC.
Estos casos son meramente enunciativos y no descartan por ende, la presencia de otros supuestos
menos comunes de responsabilidad mdica extracontractual.
La responsabilidad del mdico carece de importancia en cuanto al rgimen de la prueba. En cambio,
tiene significacin en cuanto a la exencin del resarcimiento y la prescripcin. Si la responsabilidad es
contractual, solo se responde por las consecuencias inmediatas y necesarias, y si es extracontractual se
extiende a las consecuencias mediatas. En cuanto a la prescripcin de la accin resarcitoria tiene un
termino de diez aos en el primer caso y de dos aos en el segundo.
Obligaciones de medio y de resultado
Frente al incumplimiento de una obligacin de resultado, la responsabilidad consiguiente ser de
naturaleza objetiva. Por el contrario el incumplimiento de una obligacin de medios acarrea siempre una
responsabilidad subjetiva por lo que ser preciso constatar la culpabilidad por parte del deudor.
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En las obligaciones de resultado la prueba del incumplimiento engendra una presuncin de culpa del
deudor, la cual slo podra ser desvirtuada con la prueba del caso fortuito. Por el contrario, en las
obligaciones de medios, corresponde al acreedor probar la culpa del deudor demandado, quien a su vez
para eximirse de responsabilidad le ser suficiente haber obrado diligentemente, esto es, sin culpa.
Objeto de la obligacin asumida por el mdico:
Para Ghersi, el contenido del objeto de una obligacin es siempre una conducta, en el caso de la
obligacin de los mdicos, dicha conducta debe ser considerada cientficamente en el sentido de que
utiliza tcnicas usuales y admitidas por la medicina, tendientes a la curacin de dolencias o mitigacin
del dolor de un ser humano.
Para Lorenzetti, el galeno asume una "deuda de atencin" hacia el paciente debiendo poner a
disposicin de ste todo su cuidado, sapiencia y conocimientos para el logro de la curacin esperada.
Para Tolsada, por su parte encuadra el contrato de prestaciones mdicas dentro del contrato de locacin
de servicios por lo que para l, el objeto de la obligacin consiste en la actividad diligente del profesional.
Arturo Yungano por su parte, afirma "que el objeto de la relacin mdico-paciente est dado por la
recuperacin o la conservacin- de la salud integral del segundo, y en ello la medicina como ciencia
est ligada al arte de curar...la salud del paciente aparece, entonces, como el gran objeto de la
vinculacin."
Del anlisis de la doctrina citada puede extraerse como conclusin o rasgos tpicos de la prestacin
mdica los siguientes:
Se trata de una prestacin de actividad en la cual la finalidad ltima es la curacin del paciente.
La actividad consiste en un despliegue de conocimientos y prcticas cientficas.
Esa finalidad ltima no resulta garantizada pues la obligacin se satisface de la actividad tcnica
y cientficamente diligente.
Estas caractersticas han sido remarcadas por la jurisprudencia en reiteradas oportunidades.
El mdico no asegura la curacin del paciente- lo que caracteriza su obligacin como de medios- s
compromete una actividad cualificada tcnica y cientficamente. La conducta cientfica y no cualquier
conducta tipifica la obligacin mdica.
Es precisamente la falta de tcnica y ciencia lo que configura la culpa mdica. La culpa mdica,
generalmente viene configurada ya sea por negligencia o impericia. Esto resulta as por cuanto la culpa
galnica consiste en prestar asistencia facultativa sin la diligencia debida, es decir, no actuar conforme a
las reglas consagradas por la prctica mdica -lex artis- , con arreglo al estado de conocimientos al
tiempo de cumplida la prestacin.
Esta falta de diligencia puede ser debida como a impericia, es decir a la falta de conocimientos tcnicos y
cientficos, o bien a negligencia propiamente dicha que se da cuando el mdico pese a estar
debidamente capacitado, obra descuidadamente en el caso concreto.
En el caso de negligencia, el profesional a pesar de estar en posesin de los conocimientos suficientes,
"presta los servicios mdicos con abandono, descuido, apata, omisin de precauciones, etc, es decir
faltando a las reglas que presiden el arte de la medicina o lex artis."
Todo esto nos lleva a asegurar algo que resulta indiscutible: el mdico se obliga a cumplir con una
actividad tcno-cientifica pero en ningn momento puede asegurar el logro del resultado final esperado
por el paciente -curacin o mejora.
Esto se afirma como regla general reconociendo que suelen enumerarse casos excepcionales. Existen
una serie de especialidades cuya finalidad no es la curacin del enfermo, sino que el mdico incluso
viene obligado en ellas a la realizacin de una obra. En estos supuestos la naturaleza de la relacin
genera una obligacin de resultado.
En nuestro pas muchas veces se ha querido incluir como obligacin de resultado a las operaciones de
ciruga esttica. En este sentido se ha dicho: "si bien se ha considerado por lo general que la obligacin
asumida por el mdico no es de resultado (sanar al enfermo), sino de medios, o sea emplear toda su
diligencia y prudencia a fin de lograr su curacin, la que no puede asegurar, se hace excepcin de
algunos supuestos particulares, entre los que se cuenta la ciruga esttica, en los cuales la obligacin se
considera de resultado, puesto que de no prometerse un resultado feliz al paciente, ste no se sometera
al tratamiento u operacin".
Culpa mdica
Como bien dice Vzquez Ferreyra, "se impone analizar si la culpa mdica responde a los cnones
comunes o bien si resulta tener una naturaleza especial".
Hoy en da, tanto la jurisprudencia como la doctrina en nuestro pas son conformes en establecer que
basta cualquier gnero de negligencia para poder fundar la responsabilidad del mdico. Por ello no
resulta apropiado hablar de una culpa profesional como algo distinto de la culpa en general.
La proteccin del profesional ya no pasa por la exigencia de una falta grave sino por la efectiva
constatacin de su culpa, cualquiera sea su entidad.
Es en este sentido que la doctrina y jurisprudencia se han pronunciado en nuestro pas.
No cabe distinguir la llamada culpa profesional de la culpa comn, y cuanto mayor sea el deber de obrar
con prudencia y diligencia y pleno conocimiento de las cosas, mayores sern las consecuencias que
resulten de los hechos consumados por el mdico.
Entonces, la culpa mdica no es una culpa especial-culpa grave-sino la que normalmente contempla el
CC en los Arts. 512, 902 y 909.
As lo hace notar tambin Bueres, resumiendo toda su lnea de pensamiento, diciendo "la culpa
profesional es la culpa comn o corriente emanada, en lo esencial, del contenido de los Arts. 512, 902 y
909 del CC. El tipo de comparacin abstracto ser variable y flexible, y corresponder al obrar de un
profesional prudente y diligente de la categora o clase a la cual pertenezca el deudor en el caso
concreto."
"El compromiso asumido por el mdico de proceder con la diligencia propia de su especialidad y de obrar
conforme a las reglas y mtodos propios de su profesin, debe analizarse teniendo en cuenta las
directivas del Art. 902 del CC y sin pasar por alto que cuando esta en juego la vida de un hombre, la
menor imprudencia, el descuido o la negligencia ms leve adquieren una dimensin especial que les
confiere una singular gravedad. Es que nuestro derecho no distingue entre culpa grave y leve, la culpa
del mdico sea grave o leve origina responsabilidad, pues sea que rijan los Arts. 1109 y 1112 o el 512 del
CC, esa distincin est excluida"
Concluyendo puede sintetizarse lo expuesto en que: la culpa de los mdicos est gobernada por las
reglas generales del Art.512 CC, debiendo el Juez merituar in concreto la naturaleza de la obligacin y
las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar, todo ello a la luz del Art. 902 del CC importando
tambin las circunstancias internas del deudor si tales calidades han sido tenidas en cuenta por el
paciente (Art. 909CC). Estas pautas a su vez deben compararse con el obrar ideal de un mdico
prudente del tipo al que pertenezca el deudor.
El profesional tiene un ttulo habilitante que, sin embargo no es suficiente para ponerlo a resguardo de
los actos que pudiera llevar a cabo con omisin de las diligencias apropiadas de acuerdo a las
naturalezas de su profesin conforme a las circunstancias de personas, tiempo y lugar. Generalmente, la
prestacin profesional se agota en la actividad misma y se separa, con bastante nitidez, del resultado
final pese a que este ltimo es el fin buscado al concertarse el vnculo obligatorio.
Esto permite formular una doble conclusin inobjetable en materia de apreciacin de la culpa profesional:
por un lado el ttulo no inmuniza al titular contra la posibilidad de incurrir en actos culpables y por
otro, que la no-consecucin del resultado buscado no puede al menos en principio ser por s
determinante para la existencia de la culpabilidad.
La prueba de la culpa mdica
Puede resultar difcil para el reclamante, la prueba de la culpa mdica, ya que esta dificultad viene
promovida por diversos motivos, una de las primeras dificultades con las que se encuentra el paciente o
sus herederos es que todo lo referente a la culpa del mdico se relaciona con prcticas y conocimientos
cientficos a los que mayormente no tiene acceso sino por medio de la consulta y colaboracin de otros
profesionales, los que generalmente se mostrarn renuentes en dictaminar en contra de intereses de un
colega.
Por lo general el paciente desconoce los trminos tcnicos, las prcticas y los estudios de las que ha
sido objeto, la finalidad de las mismas, incluso muchas veces hasta desconoce el diagnstico. A esto se
suma la prctica masificada de la medicina en nuestro pas, la que despersonaliza la relacin mdicopaciente. Se da as una relacin de experto frente a profano, en la cual la balanza de la justicia debe
favorecer al ltimo por la situacin de debilidad de conocimientos en la que se encuentra.
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Otro de los problemas al que se enfrenta el paciente es que la mayora de las pruebas estn en manos
del profesional y es ste quien las ha confeccionado. Ni siquiera cabe mencionar lo que ocurre en
reductos infranqueables como el quirfano, terapia intensiva o coronarias a las cuales los familiares de
los pacientes no tienen acceso, desconocindose lo que all sucede. Ante cualquier acontecimiento
adverso, Cmo saber cmo acontecieron los hechos?
La dificultad de esta prueba es lo que generalmente lleva, a que, dudndose cul fue el origen del dao
sufrido por el paciente, el mdico deba ser absuelto civilmente, puesto que la falta o incertidumbre de esa
prueba es un riesgo que pesa sobre la persona del reclamante.
Para evitar este juego de la carga de la prueba es que en doctrina y jurisprudencia se vienen abriendo
paso distintas ideas que tienden a aligerar esa difcil carga.
Esta tendencia de mayor proteccin al paciente-victima se enrola en una corriente ms amplia que
inunda el derecho de daos. Es el favor victimae del que nos habla Alterini o el pro damnato de DezPicazo y Cavanillas Mugica.
La prueba de presunciones
Puede conceptualizarse a la prueba presuncional como resultado de un raciocinio en cuya virtud, de la
valoracin de los hechos indiciarios se sigue que otro hecho aconteci.
Las presunciones se dividen en legales y del hombre o judiciales. Estas ltimas son aquellas que el juez
forma en juicio lgico partiendo de los indicios, que son hechos probados o de pblico conocimiento, a
partir de los cuales, mediante una operacin lgica deduce la existencia de otro hecho inferido o
indicado.
A su vez las presunciones legales pueden ser juris et de jure o juris tantum. Las primeras son absolutas y
no admiten prueba en contrario, las segundas admiten prueba en contrario.
En el tema de la responsabilidad del mdico no existe una regla genrica que consagre una presuncin
legal de culpa por parte del profesional.
El Cdigo Procesal Civil y Comercial de la Nacin en su Art.135 inc.5 dispone: "Las presunciones no
establecidas por Ley constituirn prueba cuando se funde en hechos reales y probados y cuando por su
nmero, precisin, gravedad y concordancia, produjeren conviccin segn la naturaleza del juicio, de
conformidad con las reglas de la sana crtica"
El indicio o hecho indicador debe estar acabadamente probado y debe tener significacin probatoria
respecto al hecho que se requiere demostrar, por existir alguna conexin lgica entre ellos.
Debe descartarse la posibilidad de que la conexin entre el indicio y el hecho investigado sea aparente,
producto de la casualidad. Debe aparecer clara la relacin de causalidad entre el hecho indicador y el
indicado.
De lo dicho queda demostrada la importancia de este medio de prueba en los procesos de daos y
perjuicios y fundamentalmente en los caso de malpratice mdica.
Acertadamente ha dicho la jurisprudencia, que cuando por las circunstancias del caso o por la ndole de
los hechos, la prueba directa es imposible o extremadamente difcil, no se puede hacer incidir las
consecuencias que de all derivan sobre la parte gravada con la carga de la prueba, de modo que en
estos casos adquiere pleno valor la de presunciones, medio que ha sido expresamente admitido por la
ley.
Cargas probatorias
Las reglas de la carga de la prueba se tornan importantes en los casos en que no se ha podido
recolectar pruebas suficientes como para avalar certeramente las afirmaciones de las partes
intervinientes en el proceso.
De ah que cuando existen pruebas concretas sobre la verdad de los hechos alegados por uno de los
litigantes, resulta innecesario apelar a las reglas de la carga de la prueba.
En la doctrina se han elaborado ciertas reglas relativas para que el Juez cuente con ellas y sepa cual de
las partes ha de sufrir las consecuencias negativas que provoca la falta de certidumbre sobre los hechos
en debate.
Para la doctrina tradicional la carga de la prueba de la culpa del mdico recaa sobre el paciente o sus
herederos. Es esta la famosa "prueba diablica".
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Estas reglas han sufrido un fuerte golpe con el advenimiento de las cargas probatorias dinmicas, segn
estas, se considera regla de distribucin el criterio de adjudicarla a la parte que en mejores condiciones
este de producirla.
Es difcil la situacin del paciente cuando se encuentra en la posicin de demostrar la culpa del mdico.
Desde el lado del mdico sucede todo lo contrario. Tratndose de una obligacin de medios, el
profesional no necesita probar el caso fortuito pues le basta demostrar que no hubo culpa de su parte, y
esto no es la demostracin de un hecho negativo sino algo distinto, se satisface su prueba con acreditar
la no culpa y esta consiste en haber obrado correctamente.
Al respecto en un exhaustivo anlisis de la jurisprudencia la jurista KEMELMAJER DE CARLUCCI,
mendocina, ha sostenido que "los jueces siguen afirmando que la carga de la prueba de la culpa mdica
incumbe al actor, pues el profesional solo asume obligaciones de medios"
Conclusin al tema de la carga de la prueba.
En materia de responsabilidad civil de los profesionales del arte de curar no existen presunciones
legales-generales- de culpa. Esto significa que no existe una inversin general de la carga de la prueba
de la culpa de los mdicos, y por lo tanto la regla es que al paciente le corresponde cumplir con ese
imperativo procesal: probar la culpa.
Lo que sucede es que ante tal dificultad, cobra fundamental valor la de presunciones.
Es el paciente quien debe entonces probar todos los hechos reveladores que luego formarn en el Juez
la conviccin que lleve a tener por probada la culpa galnica.
No hay que olvidar que la prueba dinmica es un aporte de nuestra doctrina, aplicada en muchas
ocasiones por los Tribunales, pese a que no tiene consagracin legislativa.
Mala Praxis
La mala praxis implica por definicin, el ejercicio inidneo de una actividad y la inidoneidad se traduce en
lenguaje jurdico en ausencia de diligencias apropiadas de conformidad con la naturaleza de la
prestacin que forma el contenido de una obligacin cualquiera. Importa el obrar desajustado a un deber
jurdico que puede sustentarse en una estipulacin contractual previa o en el deber general de no daar
que se encuentra implcito en todo ordenamiento jurdico.
Es por lo tanto un supuesto de antijuridicidad que, al concretarse en un dao en adecuada relacin
causal con una conducta cargada de culpabilidad lato sensu- merece el reproche que constituye la
esencia de la responsabilidad civil.
Cabe advertir que an cuando no corresponda imputar el dao al caso fortuito, es posible que el mdico
no sea culpable pese a que su actuacin fue la causa determinante del que termin producindose en el
enfermo. Esto es conocido con el nombre se <iatrogenia>, palabra que alude a toda alteracin o dao
en el cuerpo o en la salud del enfermo que ocaciona el mdico en su ejercicio profesional al tratar de
curar o mejorar a un paciente aplicando los mtodos usuales indicados, a condicin de que no medie
culpa. La diferencia con el casus estriba en que este ltimo responde a un hecho ajeno a la persona del
deudor y, en aquella, la alteracin o enfermedad imprevista e inevitable nace de un acto mdico.
Relacin de causalidad en la responsabilidad profesional:
El tema de la relacin de causalidad es poco frecuentado al tiempo de efectuar el anlisis de la
responsabilidad profesional cuando, por su carcter de presupuesto inexorable de la misma, parece
difcil poder eludirlo.
Precisada la causa del efecto procura tambin medir la extensin del resarcimiento, vale decir, cuanto es
el dao que corresponde indemnizar.
Es uno de los elementos de la responsabilidad civil la relacin de causalidad la encontramos entre el
dao y la culpa, de modo que no puede imputarse al mdico las consecuencias perjudiciales que sufre el
paciente sino se determina la existencia del respectivo nexo causal.
No basta la relacin de causalidad material, sino que se procura una relacin de causalidad jurdica. Esta
ltima puede reposar en la proximidad temporal con el evento (teora de la causa prxima); o del
intrnseco poder de causacin que puede tener por las virtudes cualitativas o cuantitativas de las que
puede gozar (teora de la causa eficiente o ms preponderante); o bien buscarse en un elemento de
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carcter humano, como lo es el juicio de previsibilidad. Esta es la teora de la causalidad adecuada que,
sin lugar a dudas, abraza, nuestro CC (Arts. 901/906).
Ciruga curativa o reparadora y Ciruga Esttica.
Cuando el acto mdico quirrgico tiene por objeto la curacin de una enfermedad o la reparacin de
algn accidente del cuerpo humano, se conoce con el nombre de "curativa o reparadora", es por tal
circunstancia que el consentimiento del paciente adquiere suma importancia al tiempo de encarar un acto
quirrgico, de lo contrario el mdico estara expuesto a la comisin del delito de "lesiones" (Art. 19 inc.3
Ley 17.132).
La CIRUGA ESTTICA por el contrario, tiene como finalidad obtener un mejoramiento de la condicin
fsica del sujeto, quien, desde el exclusivo punto de vista de su apreciacin subjetiva, intenta medrarla
por tal medio.
Generalmente se juzga a la obligacin resultante de una intervencin esttica como de resultado,
mientras que las de la ciruga curativa igual que la de la medicina en general- son consideradas de
medios. Sin embargo la doctrina coincide en sealar que "entre ambos tipos no hay diversidad de
naturaleza sino ms bien diversidad de criterio de apreciacin de la culpa". (Llambas; Trigo
Represas; Bustamante Alsina;)
Dice Acua Anchorena que "si bien la responsabilidad mdica en materia de ciruga esttica es de igual
naturaleza a la que puede incurrir en el campo de la ciruga curativa, difiere, en cambio, en extensin,
toda vez que en aquella su conducta se aprecia con mayor severidad que en sta". La ciruga esttica
est regida por idnticos principios de la ciruga en general.
Ello permite arribar a dos conclusiones:
La primera indica que son aplicables a la ciruga esttica todos los principios generales que deben
tenerse en cuenta para la correcta ponderacin de la conducta del cirujano, de acuerdo a los parmetros
que brindan los Arts. 512, 902 y 909 CC.
La segunda, en cambio apunta a sealar que se hace preciso poner el acento en el punto exacto de
diferencia entre ambos casos, que se encuentra en el contenido de la prestacin. Este ltimo, coincide
con el objetivo perseguido y muestra una mayor factibilidad de concrecin lo que marca la tendencia a
considerarla como una obligacin de resultado- de all que quepa atribuir innegable importancia al papel
de la voluntad del paciente. Efectivamente, cuando ste presta su aquiescencia para la intervencin
esttica tiene en cuenta, sin duda, el resultado esttico que espera. El mdico, de su lado, no puede
considerar exonerada su responsabilidad si el resultado de la operacin se limita a no provocar un dao
al paciente o a no inferirle un perjuicio mayor al que motiva la intervencin quirrgica. Ciertamente, el
resultado final de esta ltima debe contener un grado, an cuando pueda considerarse mnimo, de
eficacia, ponderndolo de acuerdo a un prototipo ideal.
Dao
Enfocando el tema desde una ptica estrictamente objetiva, podemos decir que dao es
"...el menoscabo que a consecuencia de un acontecimiento o evento determinado, sufre una persona, ya
en sus bienes vitales naturales, ya en su propiedad, ya en su patrimonio"
Ntro. CC en su Art. 1068 expresa que:
"Habr dao siempre que se causare a otro algn perjuicio susceptible de apreciacin pecuniaria, o
directamente en las cosas de su dominio o posesin o indirectamente por el mal hecho a su persona o a
sus derechos o facultades" dndole al concepto de dao patrimonial una extensin amplia que abarca el
menoscabo de bienes jurdicos tanto materiales como inmateriales.
El conjunto de bienes extrapatrimoniales que integran lo que la persona es y no lo que la persona tiene,
constituyen "el patrimonio moral de los sujetos que se distingue del patrimonio econmico o patrimonio
propiamente dicho integrado exclusivamente por bienes de valor pecuniario.
Incluidas en dicha categorizacin, se ubican los derechos personalsimos, es decir aquellos inseparables
de la personalidad, que por otra parte se encuentran expresa y legalmente receptados en el Pacto de
Costa Rica.
Dentro de esta ltima categora ubicamos a la integridad fsica.
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La escasa informacin que reciben enfermo y familiares sobre las posibles consecuencias
derivadas del acto mdico, sobre todo en aquellas actuaciones cuya finalidad no es curar,
fundamentalmente, sino mejorar la esttica de la persona. y
b. La problemtica de las especialidades, concepto oscuro, no solo entre mdicos sino tambin
entre juristas.
Los medios de informacin divulgan constantemente, insistiendo de forma exagerada, las querellas que
se presentan por malpraxis. Es bueno que la sociedad tome conciencia de sus derechos, y de cmo
hacerlos efectivos, pero no lo es llegar a extremos, como se ha llegado en la sociedad americana, donde
los abogados se sitan en la puerta de los hospitales para preguntar a los enfermos que salen, si han
quedado satisfechos con los servicios que se les ha prestado o del tratamiento mdico recibido.
Hemos de evitar llegar a la situacin americana. No debe haber profesionales que puedan realizar
malpraxis en la impunidad, pero tampoco es positivo que el mdico viva con la ansiedad constante de
que cualquier acto que realice pueda conllevar una demanda judicial.
A pesar de ser tcnicamente bien aplicado un tratamiento puede generar una demanda judicial que si
bien no prospera, por falta de fundamento mdico, s puede provocar una sensacin de angustia al
facultativo responsable del mismo, durante el tiempo ms o menos largo que dure la instruccin del
proceso y lleguen al juez y el ministerio fiscal a la conclusin que no hay indicios razonables de que se
haya realizado un acto mdico est tipificado jurdicamente como negligencia o imprudencia temeraria.
El mdico ciertamente se ve claramente afectado por la sola promocin de una demanda de daos y
perjuicios, ms all del resultado final del pleito. Puede salir sobresedo penalmente o rechazarse la
demanda civil resarcitoria, pero el solo hecho de haber sido demandado le ocasiona un indiscutible
perjuicio ya que la demanda en su contra pega de lleno sobre el elemento "confianza". Todo lo cual,
como es de imaginarse, es proclive a generar maniobras de claro corte extorsivo y que solo tienen de
serio el intento de sacar un injusto provecho econmico.
a.
mdico adopte las precauciones que requiere el estado psquico del cliente. Sin embargo, no debe
subestimarse el derecho del enfermo de saber su estado de salud y el pronostico del mismo. En todo
caso si las necesidades psquicas impiden instruirlo completamente, el mdico debe decir toda la verdad
a los miembros de la famlia.
B) Consentimiento. En principio, el mdico no debe emprender ningn tratamiento ni ninguna
intervencin sin haber obtenido el consentimiento del enfermo. Si el paciente niega su consentimiento el
mdico no puede intervenir bien entendido que se trate de un enfermo, que conserva el dominio de su
voluntad y que ha sido cabalmente informado, de la ndole de la operacin y sus secuelas.
Si la urgencia del caso no permite obtener el consentimiento necesario, el mdico debe prestar la
asistencia que corresponda an sin esa conformidad.
C) Diagnostico. El error de diagnostico responsabiliza al mdico por los daos que sufre el paciente
como consecuencia de haber seguido por ello un tratamiento inadecuado o haberse sometido a una
intervencin quirrgica innecesaria o no haberse atendido debidamente. Desde luego que el error debe
ser grave e inexcusable.
D) Tratamiento. Igualmente el mdico es responsable en el caso de haber aconsejado un tratamiento
equivocado por error grave e inexcusable. En cambio, no responde el mdico en cuanto al mtodo de
curacin prescripto si se trata de uno de los sistemas aceptables.
E) Intervencin Quirrgica. La actividad profesional del cirujano presenta aspectos particulares cuando
se trata de intervenciones quirrgica. En principio el cirujano que se equivoca no es responsable, si no
incurre en algn grave error no tolerable o en alguna falta inexcusable en las personas que se dedican
al mismo oficio.
Aspectos legales del S.I.D.A.
Desde su descubrimiento, el S.I.D.A. ha generado innumerables controversias y debates en diferentes
reas del quehacer humano como medicina, derecho, sociologa, poltica, religin, economa y deporte,
entre algunas. Es por ello, que la importancia de la cuestin amerita su tratamiento en el presente
trabajo.
S.I.D.A. y secreto mdico:
Secreto mdico es la obligacin que tienen los profesionales que ejercen la medicina de guardar reserva
acerca de todo lo que ven, hacen o conocen durante el ejercicio de su profesin. La revelacin a terceros
de estos hechos sin justa causa, causando o pudiendo causar dao, constituye delito de violacin de
secreto profesional.
La ley 23.798 de lucha contra el S.I.D.A. en el art. 2 establece que en ningn caso pueden exceder las
excepciones legales taxativas el secreto mdico. A su vez, el decreto reglamentario 1244/91 dispone que
los profesionales mdicos que tomen conocimiento de que una persona se encuentra infectada por el
virus tienen prohibido revelar dicha informacin salvo las siguientes excepciones:
1- A la persona infectada, o a su representante si es un incapaz.
2- A otro profesional mdico, cuando sea necesario para el cuidado o tratamiento.
3- A los entes del Sistema Nacional de Sangre.
4- Al director de la institucin hospitalaria en la que se encuentre el enfermo cuando resulte
necesaria para su asistencia.
5- En caso de adopcin a los padres adoptantes.
6- Bajo la responsabilidad del mdico a quien deba tener esa informacin para evitar un mal mayor.
El derecho al secreto no existe si el profesional tiene elementos que razonablemente le hagan creer que
el paciente por su estado mental puede ser peligroso para s o para terceros. Revelar el secreto es
necesario para evitar un dao.
Comentarios finales
La responsabilidad de los mdicos en general, es de una obligacin de medios, es decir que no promete
el resultado de la curacin, no obstante debe emplear en su actuar, sumo cuidado y previsin, como
consecuencia de un obrar responsable y carente de negligencia.
Nadie puede discutir que el mdico como cualquier otro profesional, ha de ser responsable de sus
negligencias, adems, se deben habilitar mecanismos para que puedan probarse y para que el
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responsable no se ampare en un hermetismo de clase que haga imposible que el afectado obtenga los
medios de prueba que le sean precisos. Pero, por otra parte, los jueces deben ser ponderados a la hora
de aplicar la ley.
En muchas sentencias judiciales se ha visto, sobre todo en el pas de donde hemos "HEREDADO" esta
costumbre de la demanda por mala praxis, mucha ms pasin que razn.
No es buena la criminalizacin de la profesin mdica, ni socialmente deseable, porque de esta manera
se desvirta el verdadero fin que la misma tiene, y se desvirta tambin de esta forma el fin que debe
perseguir el derecho.
La realidad hoy por hoy, es que cuando alguien sufre un infortunio, piensa de inmediato a quin podra
responsabilizar de ello.
Es correcto que cuando se sea responsable de un dao se pague por ello, pero de ah a que siempre
que este dao se produzca un tercero deba pagarlo, media un abismo.
La presin social va en este sentido, y ello explica quiz porque en pases como Estados Unidos, objetos
desechables y tan simples como un encendedor por ejemplo, estn cubiertos de etiquetas advirtiendo su
PELIGROSIDAD. Hay una especie de paranoia por el temor de ser demandados.
Con esto queremos decir que no debe pasarse la barrera de lo lgico, cayendo en el absurdo, no es
malo que la gente sepa que tiene sus derechos y que puede hacerlos valer, lo que hay que evitar es que
se acepte "heredar" costumbres importadas de un pas dominante por el solo hecho de serlo, sino que
deben filtrarse ciertos criterios objetivos y razonables.
Debemos hacer que el mdico sea responsable de su arte de curar en toda su amplitud, pero que la
pasin no tenga cabida en la ley, que debe estar fundada exclusivamente en la razn, en toda su pureza.
La responsabilidad mdica es a nuestro entender una obligacin de medios, no de resultados, an en las
cirugas estticas, y lo que ms puede pedrsele sino exigrsele al profesional es el obrar prudente,
empleando la razonable diligencia que es dable requerirle.
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Bibliografa
SPROVIERO, Juan H. Mala Praxis -Proteccin jurdica del mdico-; Abeledo Perrot; Bs. As.
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Bueres Alberto, Responsabilidad Civil de los mdicos Bs. As. 1979.
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Otros materiales:
INTERNET
Enciclopeda Jurdica
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