Madurez
Madurez
Madurez
Acepta con gratitud que se le critique y aprovecha las críticas para superarse.
No se entrega a la autocompasión. Ha empezado a creer que las leyes de la
compensación funcionan en todas las cosas de la vida.
Nunca espera ser tratado con especial consideración por otras personas.
Sabe controlar sus arranques de mal genio.
Se enfrenta a las emergencias con serenidad
No se deja herir fácilmente en sus sentimientos.
Acepta la responsabilidad de sus propios actos sin escudarse en excusas.
Ha superado la etapa de pretender de la vida "el todo o el nada" y reconoce
que ninguna situación o persona es totalmente buena o totalmente mala;
además, ha empezado a apreciar las ventajas de "el justo medio".
No se impacienta ante retrasos razonables. Ha aprendido que él no es el
árbitro del universo y que frecuentemente tendrá que ajustar su voluntad a la
conveniencia de otras personas.
Es buen perdedor. Puede tolerar la derrota y la decepción sin quejas ni
lloriqueos.
No se preocupa indebidamente por las cosas que no puede remediar.
No es dado a jactarse ni a exhibirse en acciones socialmente inaceptables.
Se alegra sinceramente ante el éxito o la buena suerte de otros. Ha superado
los sentimientos de envidia y de celos.
Tiene la suficiente amplitud mental para escuchar reflexivamente la opinión de
otros y ponerse en su lugar.
No busca continuamente defectos en otras personas.
Planea con anticipación en vez de confiarse en la inspiración del último
momento.
Tiene fe en un Poder Superior a sí mismo.
Se considera como una parte integral de la humanidad y se preocupa por
contribuir positivamente en los grupos de los que es miembro.
Obedece en su esencia espiritual la Regla de Oro: "Amarás a tu prójimo como
a ti mismo".
Tomado de: "VALORES MORALES Y ESPIRITUALES EN LA EDUCACION".