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Pentecostés

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Pentecosts

Bernardo Campos

Pentecosts no es una fiesta originariamente cristiana. Como Fiesta de las Semanas o de la Cincuentena, fue instituida en Israel para celebrar el inicio de la cosecha. Se celebraba siete semanas o cincuenta das a partir de la Pascua para dar gracias a Dios por la nueva cosecha (cf. Ex 23,16;34,22; Lv 23,1521; Dt 16,9-12). En el judasmo tardo se transform en festividad plenamente religiosa: pas a ser memoria del don de la Ley en el Sina al pueblo liberado de Egipto. Para recordar o estudiar la interesante prehistoria de las festividades cristianas, casi desconocida, y muy iluminadora, recomendamos el clsico libro de Thierry MAERTENS, Fiesta en honor de Yahv. Pueden tomarlo de la biblioteca de Koinona (servicioskoinonia.org/biblioteca).

Lecturas: Hch 2,1-11: Se llenaron todos de Espritu Santo y empezaron a hablar Salmo 103, 1.24.29-31.34: Enva tu Espritu, Seor, y repuebla la faz de la tierra. 1Cor 12,3b-7.12-13:: Para formar un solo cuerpo Jn 20,19-23: Jess enva al Espritu Santo

El Espritu es la misma vida de Dios. En la Biblia es sinnimo de vitalidad, de dinamismo y novedad. El Espritu anim la misin de Jess y se encuentra tambin a la raz de la misin de la Iglesia. El evento de Pentecosts nos remonta al corazn mismo de la experiencia cristiana y eclesial: una experiencia de vida nueva con dimensiones universales.

La primera lectura (Hch 2,1-11) es el relato del evento de Pentecosts. En ella se narra el cumplimiento de la promesa hecha por Jess al final del evangelio de Lucas y al inicio del libro de los Hechos (Lc 24,49: Por mi parte, les voy a enviar el don prometido por mi Padre qudense en la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza que viene de lo alto; Hch 1,5.8: Ustedes sern bautizados con Espritu Santo dentro de pocos das ustedes recibirn la fuerza del Espritu Santo). Con esta narracin Lucas profundiza un aspecto fundamental del misterio pascual: Jess resucitado ha enviado el Espritu Santo a la naciente comunidad, capacitndola para una misin con horizonte universal. El relato inicia dando algunas indicaciones relativas al tiempo, al lugar y a las personas implicadas en el evento. Todo ocurre al llegar el da de Pentecosts (Hch 2,1). Pentecosts es una fiesta juda conocida como fiesta de las semanas (Ex 34,22; Num 28,26; Dt 16,10.16; etc.) o fiesta de la cosecha (Ex 23,16; Num 28,26; etc.), que se celebraba siete semanas despus de la pascua. Parece ser que en algunos ambientes judos en poca tarda, en esta fiesta se celebraban las grandes alianzas de Dios con su pueblo, particularmente la del Sina que estaba directamente relacionada con el don de la Ley. Aunque Lucas no desarrolla esta temtica en el relato de Pentecosts, seguramente conoca esta tradicin y es probable que haya querido asociar el don del Espritu, enviado por Cristo resucitado, al don de la Ley recibido en el Sina. En la comunidad de Qumrn, contempornea a Jess, Pentecosts haba llegado a ser la fiesta de la Nueva Alianza que aseguraba la efusin del Espritu de Dios al nuevo pueblo purificado (cf. Jer 31,31-34; Ez 36). El texto de los Hechos da otra indicacin: estaban todos juntos en un mismo lugar (Hch 2,1). Con estas palabras se quiere sugerir que los presentes estaban unidos, no slo en un mismo sitio, sino con el corazn. Aunque no se habla de una reunin cultual, no sera extrao que Lucas imaginara a los creyentes en oracin, esperando la venida del Espritu, de la misma forma que Jess estaba orando cuando el Espritu baj sobre l en el bautismo (Lc 3,21: Mientras Jess oraba el Espritu Santo baj sobre l; Hch 1,14: Solan reunirse de comn acuerdo para orar en compaa de algunas mujeres, de Mara la madre de Jess y de los hermanos de ste). Lucas utiliza en primer lugar el smbolo del viento para hablar del don del Espritu: De repente vino del cielo un ruido, semejante a una rfaga de viento impetuoso y llen la casa donde se encontraban (Hch 2,2). Aunque los discpulos estaban a la espera del cumplimiento de la promesa del Seor resucitado, el evento ocurre de repente y, por tanto, en forma imprevisible. Es una forma de decir que se trata de una manifestacin divina, ya que el actuar de Dios no puede ser calculado ni previsto por el ser humano. El ruido llega del

cielo, es decir, del lugar de la trascendencia, desde Dios. Su origen es divino. Y es como el rumor de una rfaga de viento impetuoso. El evangelista quera describir el descenso del Espritu Santo como poder, como potencia y dinamismo y, por tanto, el viento era un elemento csmico adecuado para expresarlo. Adems, tanto en hebreo como en griego, espritu y viento se expresan con una misma palabra (hebreo: ruah; griego: pneuma). No es extrao, por tanto, que el viento sea uno de los smbolos bblicos del Espritu. Recordemos el gesto de Jess en el evangelio, cuando sopla sobre los discpulos y les dice: Reciban el Espritu Santo (Jn 20,22), o la visin de los esqueletos calcinados narrada en Ezequiel 37, donde el vientoespritu de Dios hace que aquellos huesos se revistan de tendones y de carne, recreando el nuevo pueblo de Dios. Entonces aparecieron lenguas como de fuego, que se repartan y se posaban sobre cada uno de ellos (Hch 2,3). Lucas se sirve luego de otro elemento csmico que era utilizado frecuentemente para describir las manifestaciones divinas en el Antiguo Testamento: el fuego, que es smbolo de Dios como fuerza irresistible y trascendente. La Biblia habla de Dios como un fuego devorador (Dt 4,24; Is 30,27; 33,14); una hoguera perpetua (Is 33,14). Todo lo que entra en contacto con l, como sucede con el fuego, queda transformado. El fuego es tambin expresin del misterio de la trascendencia divina. En efecto, el ser humano no puede retener el fuego entre sus manos, siempre se le escapa; y, sin embargo, el fuego lo envuelve con su luz y lo conforta con su calor. As es el Espritu: poderoso, irresistible, trascendente. El evento extraordinario expresado simblicamente en los vv. 2-3 se explicita en el v. 4: Todos quedaron llenos del Espritu Santo. Dios mismo llena con su poder a todos los presentes. No se les comunica un auxilio cualquiera, sino la plenitud del poder divino que se identifica en la Biblia con esa realidad que se llama: el Espritu. Se trata de un evento nico que marca la llegada de los tiempos mesinicos y que permanecer para siempre en el corazn mismo de la Iglesia. Desde este momento el Espritu ser una presencia dinmica y visible en la vida y la misin de la comunidad cristiana. La fuerza interior y transformadora del Espritu, descrita antes con los smbolos del viento y del fuego, se vuelve ahora capacidad de comunicacin que inaugura la eliminacin de la antigua divisin entre los seres humanos a causa de la confusin de lenguas en Babel (Gen 11). Y comenzaron a hablar en lenguas extraas, segn el Espritu Santo les conceda expresarse (v. 4). En Jerusaln, no en la casa donde estn los discpulos, ni en el espacio cerrado de unos pocos elegidos, sino en el espacio abierto donde hay gente de todos las naciones (v. 5), en la plaza y en la calle, el Espritu reconstruye la unidad de la humanidad entera e inaugura la misin universal de la Iglesia.

El pecado condenado en el relato de la torre de Babel es la preocupacin egosta de los seres humanos que se cierran y no aceptan la existencia de otros grupos y otras sociedades, sino que desean permanecer unidos alrededor de una gran ciudad cuya torre toque el cielo. El Espritu debe venir continuamente para perdonar y renovar a los seres humanos para que no se repitan ms las tragedias causadas por el racismo, la cerrazn tnica y los integrismos religiosos. El Espritu de Pentecosts inaugura una nueva experiencia religiosa en la historia de la humanidad: la misin universal de la Iglesia. La palabra de Dios, gracias a la fuerza del Espritu, ser pronunciada una y otra vez a lo largo de la historia en diversas lenguas y ser encarnada en todas las culturas. El da de Pentecosts, la gente venida de todas las partes de la tierra les oa hablar en su propia lengua (Hch 2,6.8). El don del Espritu que recibe la Iglesia, al inicio de su misin, la capacita para hablar de forma inteligible a todos los pueblos de la tierra. En el evangelio se narra la aparicin del Seor Resucitado a los discpulos el da de pascua. Todo el relato est determinado por una indicacin temporal (es el primer da de la semana) y una indicacin espacial (las puertas del lugar donde estn los discpulos estn cerradas). La referencia al primer da de la semana, es decir, el da siguiente al sbado (el domingo), evoca las celebraciones dominicales de la comunidad primitiva y nuestra propia experiencia pascual que se renueva cada domingo. La indicacin de las puertas cerradas quiere recordar el miedo de los discpulos que todava no creen, y al mismo tiempo quiere ser un testimonio de la nueva condicin corporal de Jess que se har presente en el lugar. Jess atravesar ambas barreras: las puertas exteriores cerradas y el miedo interior de los discpulos. A pesar de todo, estn juntos, reunidos, lo que parece ser en la narracin una condicin necesaria para el encuentro con el Resucitado; de hecho Toms slo podr llegar a la fe cuando est con el resto del grupo. Jess se present en medio de ellos (v.19). El texto habla de resurreccin como venida del Seor. Cristo Resucitado no se va, sino que viene de forma nueva y plena a los suyos (cf. Jn 14,28: me voy y volver a vosotros; Jn 16,1617) y les comunica cuatro dones fundamentales: la paz, el gozo, la misin, y el Espritu Santo. Los dones pascuales por excelencia son la paz (el shalom bblico=estado de bienestar, paz) y el gozo (la xris-gracia- bblica), que no son dados para el goce egosta y exclusivo, sino para que se traduzcan en misin universal. La misin que el Hijo ha recibido del Padre ahora se vuelve misin de la Iglesia: el perdn de los pecados y la destruccin de las fuerzas del mal que oprimen al ser humano. Para esto Jess dona el Espritu a los discpulos. En el texto, en efecto, sobresale el tema de la nueva creacin: Jess sopl sobre ellos, como Yahv

cuando cre al ser humano en Gen 2,7 o como Ezequiel que invoca el viento de vida sobre los huesos secos (Ez 37). Con el don del Espritu el Seor Resucitado inicia un mundo nuevo, y con el envo de los discpulos se inaugura un nuevo Israel que cree en Cristo y testimonia la verdad de la resurreccin. Como seres humanos nuevos, llenos del aliento del Espritu en virtud de la resurreccin de Jess, debern continuar la misin del Cordero que quita el pecado del mundo: la misin de la Iglesia que contina la obra de Cristo realiza la renovacin de la humanidad como en una nueva obra creadora en virtud del poder vivificante del Resucitado. Para la revisin de vida En qu aspectos concretos de mi vida estoy experimentando al Espritu Santo como fuerza y luz? Soy dcil a los caminos del Espritu, siguiendo la palabra del evangelio y viviendo abierto a la novedad de Dios en mi vida en constante discernimiento? Cmo vivo en mi existencia cristiana las tensiones inevitables que existen entre carisma e institucin, dones personales y misin comunitaria, vida interior y compromiso por la justicia?

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