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Bautier-Las PR - Ácticas Sociales Del Lenguaje...

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BAUTIER, Elizabeth.; Bucheton, D.1 (1997) Les pratiques socio-langagires dans la classe de franais? Quels enjeux? Quelles dmarches?

Repres. Institut National de Recherche Pdagogique, 15(13), 11-25. Traduccin al castellano: Flora Perelman Las prcticas sociales del lenguaje en la clase de francs? Qu desafos? Cules procesos? Rsum / Abstract El artculo plantea la cuestin de poner como referencia las prcticas socio-lingsticas en la clase de francs en una perspectiva de democratizacin de la enseanza e intenta analizar en qu condiciones esta referencia puede ser una aportacin para los alumnos. Para hacerlo, despus de una reflexin general sobre el lenguaje y las diferentes filiaciones tericas y didcticas de inters para las prcticas sociolingsticas, evocamos los planteamientos pedaggicos innovadores que introdujeron estas prcticas, sus aportaciones y sus derivaciones posibles. Con el fin de esclarecer el debate, proponemos una presentacin de la nocin de prcticas socio-lingsticas y de su incidencia sobre la enseanza del lenguaje, sobre sus objetivos y los cambios que la escolarizacin de las prcticas socio-lingsticas puede aportar. 1. LA NOCIN DE PRCTICAS DEL LENGUAJE PUEDE CONDUCIR A RECONSIDERAR LOS OBJETIVOS DE LA DISCIPLINA A fin de comprender el sentido de las reflexiones que siguen sobre las referencias a las prcticas sociales del lenguaje (PSL, en adelante) sin duda es necesario situar algunas cuestiones concernientes a los contenidos y finalidades de la enseanza de la lengua materna, sabiendo que lo que anima fundamentalmente nuestras investigaciones y nuestros planteamientos es la cuestin de la democratizacin de la enseanza y de los usos del lenguaje que permiten la apropiacin de los saberes por parte de los alumnos. La primera cuestin es la de los saberes enseados, su especificidad, su transversalidad, su finalidad, su naturaleza. Las jornadas de estudio de la Didctica del Francs Lengua Maternal en setiembre 1994, en Saint Cloud, han abierto el debate ampliamente. Qu se ensea en francs? El francs se ensea o se aprende? Se habla de dominio de la lengua, pero el francs, disciplina escola r, es un saber o una competencia? La oposicin saberes declarativos/saberes procedurales muestra sus lmites, la nocin de competencia es todava ms discutida y discutible (Rop et Tanguy, 1994). Entonces, qu hacer en la clase de francs? La segunda cuestin es sin duda an ms central en un sistema educativo que declama la democratizacin: cmo explicar que a pesar de una enseanza generalmente de calidad, con enseantes formados y calificados, la seleccin escolar contina hacindose globalmente sobre la base de la pertenencia social? Hay en nuestros contenidos, en nuestras formas de enseanza, en nuestra aproximacin a la cultura literaria y de la lengua motivos que impidan a los alumnos de los medios socialmente desfavorecidos aprovechar las enseanzas que se les propone? Las prcticas innovadoras a veces hasta aumentan las desviaciones de las realizaciones de los alumnos. Este fue el caso, por ejemplo, en las clases o grupos de nivelacin. Luego de estas cuestiones, no se tratarn las PSL en la enseanza en su sola dimensin de objeto de enseanza, de contenido suplementario, sino que se intentar considerar lo que est en juego no solamente en lo socio-lingstico, sino tambin en lo socio-educativo. Adems, la referencia a las PSL en la clase tambin incluye los saberes y las prcticas que el enseante refiere concientemente o no en su enseanza. En otros trminos, cuando un enseante ensea, a qu tipos de saberes y de prcticas refiere? prcticas y saberes cientficos? escolares? no escolares (y que habitualmente se llaman sociales, pero que no son ms sociales que los saberes esc olares)? Despus de veinticinco aos, no es la primera vez que se plantea la cuestin de considerar los usos del lenguaje externos a la escuela y las variaciones lingsticas, de pensar de otra manera la naturaleza social del lenguaje. Pero, este planteo aparece y desaparece peridicamente de la escena didctica. Estos movimientos se realizan frecuentemente en funcin de la concepcin dominante de la lengua en un momento dado ms all de la escuela, de los objetivos asignados a la enseanza del francs y de la preocupacin ms o menos dominante de democratizacin de la enseanza. A pesar de las tentativas de integrar la inclinacin hacia los saberes cientficos de la sociolingstica, de la lingstica de los gneros textuales, de la pragmtica o de la comunicacin, a la referencia a los usos del lenguaje, remitiendo a prcticas consideradas mucho tiempo como no escolares (la argumentacin, la receta de cocina, la carta, o los registros de lengua) podemos decir que se introduce la referencia a las prcticas sociales del lenguaje? en qu condiciones? Las lneas que siguen se proponen clarificar estas cuestiones. En efecto, (re) volviendo sobre la escena didctica en lengua y en otras disciplinas, la nocin de prcticas del lenguaje o de prcticas socio-lingsticas (ver el N 12 de Repres que cuenta con frecuentes referencias) debera aportar un nuevo esclarecimiento a los interrogantes, conflictos, tensiones, que hay alrededor de una serie de nociones de contornos fluctuantes que numerosos enseantes no llegan ya a entender ni la pertinencia precisa ni la coherencia terica y an menos las modalidades de enseanza: se debate tanto en clase como en la formacin acerca del dominio de la lengua (hoy de los discursos), comunicacin, expresin, registros de lengua, tipos de textos, discursos, escritos funcionales, ficcionales, sociales, textos literarios, no literarios, prcticas orales, escritas, etc....Los prefacios de los manuales que abordan estas cuestiones apenas aportan claridad; los captulos que les son consagrados en los manuales frecuentemente son ms discutibles (1). La nocin de prcticas del lenguaje puede tambin poner un poco de inteligibilidad a la gran diversidad, heterogeneidad de los fenmenos del lenguaje, sean escolares o no escolares. Su esclarecimiento posibilita objetivar y analizar el inters y los lmites de las prcticas innovadoras. Debe sobretodo permitir reconsiderar los objetivos de la disciplina y su extraa especificidad que conduce a escolarizar lo que es parte de los saberes cotidianos de los alumnos, saberes frecuentemente implcitos, o no vistos como tales. La nocin de p rcticas del
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Bautier, E. : Universit de Paris 8, France. Bucheton, D. : IUFM de Montpellier, Equipes Escol et Didaxis (Universit Paul Valry Montpellier), France Equipes Escol, France.

lenguaje puede facilitar el otorgar una mayor coherencia a las prcticas y contenidos de la enseanza del francs (se podra dejar, por ejemplo, de dividir el trabajo sobre el lenguaje y el trabajo sobre la literatura, escritura funcional, escritura escolar y escritura personal, escritura en ciencias y escritura en francs), puede posibilitar precisar esta matriz disciplinar de la que la enseanza del francs tiene gran necesidad: La cuestin que puede (todava?) hacerse objeto de discusin es interna a la didctica de la lengua y se refiere a la propi a matriz disciplinar (...) Habida cuenta de los cambios en curso en la enseanza del francs despus de 25 aos, de la desestabilizacin de la antigua configuracin construida alrededor de la literatura y la lengua a favor de los objetos textos y discurso, conviene estrechar lo que demasiado a menudo se dispersa reestructurndolo en torno a un principio de coherencia. (Halt, 1995). 1.1. En qu contexto terico, poltico y didctico se sita hoy la nocin de prcticas sociales del lenguaje? Parece que actualmente la nocin est basada en tres preocupaciones, o incluso filiaciones, diferentes: - Una primera filiacin se dirige de manera central a la nocin de prcticas del lenguaje. Ella est anclada en la sociolingstica y la sociologa de las conductas del lenguaje desarrolladas en los trabajos franceses y anglosajones de los aos sesenta. Se trata, en particular, de comprender cmo las prcticas del lenguaje del medio social y familiar van a facilitar o no la entrada de los alumnos en las prcticas del lenguaje y las formas de pensamiento especficas de la escuela. Aqu no solamente se instala la cuestin del difcil pasaje para ciertos alumnos del habitus del lenguaje familiar al escolar, sino tambin la cuestin del sentido mismo de la escuela y del saber que estructuran esas prcticas del lenguaje familiares diversas. - Otra es menos centralmente lingstica y ms socio-cognitiva: qu es lo que ya se instala en los alumnos, en sus prcticas sociales familiares, en las de su grupo, en sus saberes ordinarios y cotidianos que hace obstculo a los nuevos aprendizajes? qu representaciones socialmente construidas en las prcticas sociales? qu es pues lo que les impide aprender (a calcular, escribir, leer, hablar, entre otros aprendizajes) como se lo pide la escuela? - Otra preocupacin es ms poltica y anclada en una preocupacin de democratizacin: se trata de dar a todos los alumnos el dominio de un amplio espectro de discursos sociales, saberes tiles (Schnewly, 1995) que les permitan al menos desentraar lo mejor posible los usos lingsticos cotidianos, y si es posible volverse actores de su propia vida, saberes que les darn la capacidad de pensar y por tanto transformarse ellos mismos y transformar la sociedad y la cultura; este objetivo podra ser el que V. Isambert-Jamati (1995), en su categorizacin de las pedagogas y de los docentes, identifica como de tipo 4. La escuela tendr tanto ms sentido para el alumno si no se disocia de la vida social (2). Esta perspectiva se teji lentamente alrededor de la visin panormica, histrica y social de los grandes tipos de discurso, propuesta por Bronckart en 1985. - Otra perspectiva, ms prometedora, parece reabrirse de nuevo (ver la memoria histrica de G. Ducancel y J. P. Astolfi en el N 12 de Repres) a la interseccin de los campos disciplinares, de la escuela y de las prcticas que se dicen sociales. En este camino de investigacin, las prcticas del lenguaje escolares, cientficas y ordinarias son pensadas en una suerte de continuum. Las prcticas del lenguaje trabajadas y objetivadas en la clase sirven para pensar, trabajar, pero tambin argumentar, comunicar, expresarse, construir un lugar, una identidad y eso en funcin de lo que est en juego en los niveles sociales y escolares subyacentes a toda prctica del lenguaje escolar. 2. CULES PRCTICAS DEL LENGUAJE EN LA CLASE HOY? Como se acaba de ver, la referencia explcita a las PSL ya est presente en la clase desde hace varios aos; se efecta a diversos niveles, muy diferentes y raramente pensados en profundidad como dependientes de las PSL. Vamos a intentar focalizar en esto: al mismo tiempo en el plano terico y en el de las prcticas de enseanza ya existentes. Nosotros distinguimos varios modos pedaggicos, de referencia a las prcticas sociales; unos concientes y que son parte de los contenidos de enseanza y aprendizaje, y otros no elegidos y poco conscientes y que promueven la cuestin de las prcticas del lenguaje cotidianas de la clase de francs, las que son prcticas sociales. Estas no son objeto de atencin particular por parte del docente, pero existen de manera subrepticia (no hay neutralidad en los usos del lenguaje en la clase). 2.1. Las prcticas del lenguaje, vector central de la actividad de enseanza / aprendizaje en la clase no son interrogadas. Ellas funcionan evidentemente La circulacin de la palabra en la clase est sometida a reglas, ms o menos implcitas, y esas reglas corresponden a los hbitos socialmente construidos. El intercambio llamado frontal, donde casi todo el tiempo el maestro toma la palabra y dirige los intercambios, parece ser una tradicin escolar socialmente construida en el curso de la historia de la escuela. Hoy se observa cada vez con mayor frecuencia el trabajo en grupos, la apertura del dilogo entre los alumnos, la circulacin tanto horizontal como vertical de la palabra. Los trabajos desarrollados principalmente por Bruner, Vygotski, Perret-Clermont, Doise y Mugny construyen las hiptesis que subyacen a estas innovaciones; son las del apuntalamiento, de la co-construccin de los saberes en grupo a travs del lenguaje, por el dilogo, ms que en la frontalidad del dilogo maestro-alumno, del conflicto socio-cognitivo. El tipo de intercambio lingstico inherente a estas prcticas raramente se hace objeto de enseanza o de aprendizaje explcito, reposa entonces sobre una familiaridad adquirida (o no adquirida, all esta el problema) por los alumnos en esta prctica socio-lingstica que consiste en utilizar el lenguaje, las producciones de los pares, en particular, para aprender. Se supone tambin que los alumnos consideran posible construir lingsticamente algo (un saber) entre varios y pasar de este oral plural a una apropiacin de un escrito frecuentemente individual. Otras prcticas socio-lingsticas tambin se presuponen en los alumnos, como aquella que consiste en los conocimientos tcnicos sobre la diferencia entre decir y decirse, lo que se puede decir de s mismo en la esfera pblica de la clase ante los pe didos explcitos del docente que pueden hacerle creer al alumno que se le solicita su vida privada (seguramente, por otra parte, hoy existe mucha ambigedad sobre esta cuestin, razn por lo cual tomamos este ejemplo, pero este es otro debate).

2.2. Los usos socio-lingsticos son objeto de enseanza Se refiere a los usos sociales que son seleccionados, institucionalizados, modelizados, transpuestos didcticamente despus de haber sido legitimados por los trabajos cientficos que los analizan y describen. (Se ens ea, escribe B. Schneuwly, el saber pblico escrito, objeto de transacciones sociales. p. 54 op cit). As, despus de varios aos, es corriente hacer conocer a los alumnos un cierto nmero de usos no escolares del lenguaje con una preocupacin por el dominio de su produccin: es as que los alumnos aprenden cmo escribir recetas de cocina, artculos de diario, cartas administrativas, afiches, comentarios de imgenes, historietas... (3) Igualmente, con referencia a las PSL, se puede identificar la enseanza de formas discursivas que, a diferencia de las prcticas precedentes, no son definidas por sus soportes o las situaciones de produccin, sino ms bien por su construccin discursiva, y que, en las ltimas dcadas, no eran consideradas como escolares: se trata de sntesis, informes, actas... Se puede aadir a esta lista las formas argumentativas, enseadas a partir de los cursos elementales, aunque son modeladas en su enseanza con formas que raramente se presentan fuera de la clase (ver Ensear Aprender el texto argumentativo en el ciclo de las profundizaciones, CRDP de Lille, 1991). 2.3. La referencia a los usos del lenguaje de los alumnos sirve de punto de partida Se pretende por esta referencia facilitar la entrada de los alumnos en las prcticas del lenguaje de la escuela. Este planteamiento permite observar la relacin del alumno con el lenguaje, con el saber, con la cultura de la escuela. En efecto, las prcticas socio-lingsticas no escolares de los alumnos son parte integrante de sus aprendizajes, del escrito en particular: lo que construy el alumno antes y durante la escolaridad en su entorno no escolar, en las prcticas sociales de escritura de la familia (leer-escribir para aprender, leer-escribir para hacer, leer-escribir para comunicar, no leer-escribir para estas diferentes actividades) influye en la manera en que comprende o no comprende las actividades de lenguaje escolares. As, las dificultades de los alumnos de CE2, en la evaluacin nacional del 94, con los tems que se refieren a una receta de pasta para panqueques, ponen de manifiesto que es necesario contar con el hecho de que para algunos referirse al escrito para hacer no es una prctica social legtima. Las prcticas socio-lingsticas de los alumnos y de sus padres, de su familia y las representaciones que ellos tienen, pueden ser objeto de interrogantes, de puestas en comn por parte de los enseantes. En efecto, partiendo de la idea de que las representaciones sociales de los alumnos y sus prcticas extraescolares en el dominio de lo escrito pueden intervenir en los procesos de aprendizaje y las actividades de escritura, se est volviendo comn pedir a los alumnos cules son las prcticas de lectura y de escritura de los miembros de su familia, cules son sus prcticas no escolares. En la secundaria o en la escuela elemental, parecera que la actualizacin, incluso bajo la sola forma de su verbalizacin, de las diferentes prcticas sociales familiares o no familiares- de los alumnos les ayuda a concebir de otro modo el trabajo de escritura escolar, o al menos los docentes pueden llegar a considerar de modo diferente las dificultades de lectura o de los escritos escolares de los alumnos cuando esclarecen qu conocimiento poseen sobre la escritura y lectura construido justamente en prcticas sociales no escolares. Queda por saber lo que los docentes hacen a continuacin con esas informaciones (ver Bucheton, en co laboracin con Bautier el all, Conduites dcriture au collge et au L.P. paraitre, CRDP de Versailles, 1997). Esta ltima manera de referir a las PSL no escolares debe ser considerada como diferente de las precedentes en la medida que no se refiere tanto a las prcticas del lenguaje institucionalizadas sino a las prcticas de lenguaje individuales, an cuando ellas son construidas socialmente. Sin embargo, estas ltimas son muy importantes ya que influyen en los aprendizajes escolares de los alumnos. 3. ALGUNAS CUESTIONES QUE PRESENTAN ESTAS DIFERENTES PRCTICAS 31. De la necesidad de objetivar y cuestionar un cierto nmero de tensiones, contradicciones, o derivados que la referencia a las PSL pone en evidencia 3.1.1. Prototipos o variaciones? Primera cuestin: Privilegiar el eje de la escolarizacin-modelizacin-formalizacin de las prcticas socio-lingsticas prototpicas o centrar la atencin y el trabajo del alumno sobre las variaciones continuas de las formas (Ducancel, 1995) en el interior de un mismo campo de prcticas, incluso de un campo a otro? Elegir una u otra de estas perspectivas no es neutro y produce efectos (y derivados) muy diferentes. En el primer caso, se ensearn efectivamente las estructuras, los modelos fuertes, el centro estar sobre las formas terminadas ms que en el sentido y los desafos para el productor de textos. La tesis que subyace a esta eleccin es que las prcticas reales, particulares de los sujetos, consideradas como estrictamente empricas, sincrticas, heterogneas, no pueden ser objeto de una escolarizacin. Pero la deriva formal ya est presente en un gran nmero de clases elementales y esto es sin duda difcilmente evitable. Esta observacin no significa que las normas no sean muy importantes es en el interior de marcos normados que puede ejercerse el trabajo de la lengua, del lenguaje- pero el riesgo es ensear, contrariamente al objetivo fijado, un catlogo de prcticas sociales imposibles de encontrar. En el otro caso, se establece en el alumno una representacin muy diferente de la produccin lingstica, se trata de un lenguaje que tiene juego, que deja la posibilidad de variaciones inherentes al funcionamiento del lenguaje, al juego sobre el modelo, a la invencin en un espacio sin embargo restringido de reglas sociales e histricamente construidas. Las dos perspectivas no son afortunadamente incompatibles, al contrario, se ve bien cmo los grandes profesionales de la clase saben trabajar conjuntamente con ellas (lo que se observa particularmente en Jolibert), pero sin duda hara falta teorizar un poco ms esta tensin. 3.1.2. Productos o procesos? Segunda cuestin, ligada a la primera: Hace falta centrar la atencin del maestro y de los alumnos sobre la produccin de textos orales o escritos terminados en su ms o menos adecuacin al modelo enseado o interesa prioritariamente la actividad del lenguaje de un sujeto singular en tren de aprender implicado en una prctica que tiene sentido social ms all del sentido escolar? Sobre el plano de la eva-

luacin, encontramos la diferencia que hay entre las prcticas que evalan el texto final (hasta con un planteamiento objetivado y criterioso) y aquellas que conducen a interesarse por los textos intermedios por los que se observan las trazas de la actividad cognitiva , lingstica, identitaria y social del alumno, que cambia y modifica sus enunciados en funcin de los intercambios con los pares, con los textos ledos, en funcin del rol o de la faz que se quiere preservar en la clase...(Bucheton, 1995). En el primer caso, el rol de la tutela del maestro o de los pares corre el peligro de limitarse a conducir al alumno a producir el texto ms prximo al modelo y a los criterios formales del texto escrito esperado definidos en comn. Trabajando sobre los textos explicativos en ciencias, C. Garca Debanc (1995) por otra parte ha hecho observar que los criterios formula dos ponen ms el acento sobre las caractersticas formales de los escritos cientficos que sobre el contenido nocional. En el segundo caso, el docente, adems de la ayuda en el aprendizaje de la realizacin de las normas, acompaa al alumno en la elaboracin del pensamiento que va a la par con la elaboracin del texto y para esto lo ayudar a interpretar, discutir el punto de vista del otro, para modificar, reajustar el suyo. Las prcticas del lenguaje privilegiadas sern aquellas que desarrollan el dilogo, los escritos que permiten elaborar un pensamiento, actuar con el lenguaje (Vrin, 1995). 3.1.3. Los desafos socio-culturales y socio-identitarios ltima cuestin, un poco brutal puede ser. Cmo podemos esterilizar las prcticas sociales que quere mos tener como referencia, es decir, cmo podemos abstraerlas de los entornos sociales, histricos, culturales que fueron constituyndolas lentamente? Ac hay un desafo fundamental de la referencia a las prcticas socio-lingsticas no escolares. Hacer escribir una receta de cocina sobre un modelo cannico sin tener en cuenta las condiciones socio-histricas de su elaboracin progresiva no ayudar al futuro cocinero a comprender por qu ciertos trabajos de cocina llenos sin embargo de recetas de cocina- les son totalmente hermticos, reservados a los pocos felices que pertenecen a los medios acomodados, por qu tal gran nombre de la cocina silencia una etapa o un ingredie nte esencial que el profano ignora pero que sus pares descifran. Podemos, por cier to, hacer escribir a los alumnos textos que se dicen sociales, trab ajando los funcionamientos formales, darles una maestra relativa, sin duda esta es una etapa necesaria. Pero, el trabajo no est consumado si no se los introduce en el porqu existen los textos, el lenguaje: dar la voz, la existencia de puntos de vista diversos, la inscripcin en sus entornos sociales, institucionales, cientficos, particulares . Detrs de la escritura en clase de un artculo sobre la ltima hazaa deportiva de un alumno o sobre el pesar en un diario deportivo por la derrota de un hroe nacional, hay apuestas ideolgicas, valores, convicciones, posiciones que cada uno defiende. Este desciframiento de las lgicas sociales que subyacen a las prcticas del lenguaje ms institucionalizadas amerita ampliamente que se lo inicie tempranamente. Si no los alumnos podran imaginar que los escritos, el lenguaje puede ser neutro! Podran imaginar que las dificultades encontradas en la escritura, en la comprensin de textos o en las interacciones orales en clase se refieren a dificultades sintcticas o lexicales, cuando se trata frecuentemente de diferencias de prcticas socio-lingsticas. Es un riesgo para los alumnos enmascarar, un poco concientemente, un poco voluntariamente, sin duda, las apuestas sociales, identitarias, culturales de esas prcticas. Sin embargo, este es el tratamiento habitual de los registros de lengua, donde las variaciones lingsticas son abordadas en funcin del plan situacional y en trmino de la ms o menos familiaridad o del ms o menos formalismo autorizado para la situacin. Los registros de lengua son mucho ms que eso, son una construccin cultural e identitaria. As, cuando ciertos alumnos comprenden las formas de politizacin o de eufemizacin del orden (para la semana prxima podras comenzar el anlisis de este texto ) como si se tratara de una orden terminante de trabajo y no como una simple posibilidad, se trata de un malentendido que reposa sobre las variaciones entre prcticas socio-lingsticas no escolares de los alumnos y de los maestros. En el mismo sentido, esto significa que un planteamiento de diversificacin de los escritos aprendidos, producidos por los alumnos, incluso referidos a las situaciones sociales en las que esa diversificacin es necesaria, no puede ser confundido con un planteamiento de diversificacin de las prcticas de escritura. La diferencia de punto de vista es profunda, tambin es profunda la diferencia que hay entre una centracin pedaggica sobre la lengua y un planteamiento que pone el acento sobre el sujeto y su utilizacin del lenguaje. Es pues importante, y es lo que hacemos aqu, distinguir el anlisis sociolingstico de las variaciones sociales de la lengua y de sus realizaciones, y el planteamiento fundamentalmente diferente que consiste en introducir la nocin de prcticas en lo que ella supone de hacer hincapi sobre las apuestas socio-culturales y socio-identitarias del lenguaje, si por lo menos se asume plenamente la nocin de prcticas. A fin de ver claramente lo que est en juego en un desarrollo de las prcticas innovadoras en este dominio, vistas de manera ambigua en filiaciones didcticas y tericas diversas, sobre objetivos que pueden ser lingsticos como textuales, sociales como escolares, nos proponemos definir la nocin de prcticas socio-lingsticas y la nocin misma de prcticas sociales de referencia. Lo que figura a continuacin, por supuesto, son elementos de definicin ya evocados. 3.2. La nocin de prcticas del lenguaje (v. Bautier, 1995) 3.2.1. Lengua y lenguaje La distincin entre lengua y lenguaje aporta alguna claridad: la lengua corresponde al sistema gramtical y lexical que c onstruye la frase; el lenguaje corresponde a la manera en que se utiliza ese sistema para hacer cosas (hacer prcticas del lenguaje) tales como pensar, actuar sobre los gneros o las situaciones, interactuar, apropiarse del mundo, construir saberes... Esta distincin permite as subrayar que en el presente generalmente la enseanza de la lengua, fuera de las prcticas innovadoras descriptas precedentemente, puso mucho ms el acento sobre la lengua, mientras que las prcticas que ponemos en cuestin aqu son las del lenguaje, no reductibles a su d imensin lingstica. 3.2.2. Prcticas nacionales / prcticas del alumno Hay otra distincin que permite identificar mejor los saberes a construir, movilizar, ensear: es la que se puede hacer entre las prcticas del lenguaje en la dimensin nacional, es decir aquellas que un pas y una cultura construyen a lo largo de la historia, de las evoluciones tecnolgicas y sociales (prcticas epistolares, conversacin telefnica, escritura para tratamiento del texto, escritura periodstica o de la en-

trevista, el debate televisivo...) y las prcticas del lenguaje que estn ms ligadas a los modos familiares de socializacin y a las experiencias individuales y del grupo familiar y social y que corresponden a usos menos identificados y menos descriptos. Las segundas tienen por supuesto que ver con las primeras: las prcticas del individuo se sitan en relacin con las prcticas institucionalizadas, con las prcticas dominantes. A pesar del lazo que vincula ambos registros de prcticas, en la escuela, los desafos y los desarrollos docentes no son los mismos segn que el acento est puesto en uno u otro registro, lo evocamos. Si cuando se habla de prcticas sociales de referencia, es posible referir a las prcticas socialmente dominantes o de la mayora, a las formas socialmente construidas de utilizacin del lenguaje en situaciones sociales particulares que sobrepasan los individuos que los ponen en ejecucin, no se puede hacer como si, an para los alumnos ms jvenes, estas prcticas no fueran dotadas de un valor social, como si los alumnos no tuvieran algn conocimiento, alguna representacin: el lenguaje y sus prcticas en la heterogeneidad de sus dimensiones est siempre ms all de la situacin escolar. Salvo reducir las prcticas del lenguaje a sus slo aspecto de competencia y saber hacer poner en palabras y en texto, que pueden no ser conocidas o dominadas, los otros aspectos, los otros desafos son siempre significativos para los alumnos como para los enseantes en lo que tienen que ver con las experiencias y las construcciones identitarias y cognitivas. Es por eso, por otra parte, que la nocin de prcticas socio-lingsticas producidas por las instituciones sociales deben ser completadas, cua ndo se trata de considerar las prcticas del lenguaje de los individuos, con la nocin de relacin con el lenguaje, es decir, la concepcin y las representaciones que los sujetos se hacen de aquello para lo que el lenguaje puede ser utilizado. La relacin con el lenguaje se construye en la historia de los sujetos, sus experiencias y puede ser puesta en relacin con sus otras prcticas sociales; en este sentido, trabajar sobre las prcticas sociales de los sujetos (que pueden ser los alumnos, el enseante o cualquier otro locutor) conduce a cuestionar las identidades siempre sociales pero sin embargo siempre singulares. Lo vemos, lo sealado es de importancia. Cualquiera sea la dimensin (nacional, local, individual o grupal) de las prcticas del lenguaje que deseemos tomar de ref erencia, se trata de trabajar la relacin entre formas lingsticas y prcticas del lenguaje y analizar las producciones del lenguaje a partir de las situaciones, de los desafos sociales e identitarios, de las prcticas normadas de una cultura en las que se basan. 3.2.3. Cambiar de punto de vista sobre la lengua Qu significa la nocin misma de prctica aplicada al lenguaje? Hablar de prcticas del lenguaje, ya sea sociales (en el sentido de no escolares), escolares, de grupo...requiere de un cambio de punto de vista sobre el objeto de enseanza. No es lo mismo hab lar de prcticas del lenguaje y de formas textuales argumentativas o de gnero discursivo o de escritos sociales o de escritos funcionales (para designar ciertos escritos de la vida cotidiana). Pensar la lengua y el lenguaje en trminos de prcticas del lenguaje, ya sea escolares o no, significa no reducir la actividad de lenguaje al dominio de la lengua y de las formas textuales ni a la competencia comunicativa y de expresin realizada por actos del lenguaje, porque si es as le quitamos a la nocin de prcticas su e specificidad e identificamos la produccin del lenguaje a algunos de sus aspectos, los ms formales, los ms lingsticos sin duda, los ms enseables seguramente. Se trata de pensar el lenguaje no solamente en tanto actividad siempre simultneamente cognitiva, social, subjetiva y por supuesto lingstica (ya que se acompaa de la movilizacin y elaboracin de formas lexicales, sintcticas, textuales) sino tambin en tanto produccin heterognea en la que se encuentran obligatoriamente presentes las dimensiones culturales, sociales, lingsticas, a la vez singulares (propias del sujeto que las produce) y compartidas (del grupo que elabora ciertas formas y las reconoce como propias) y de hecho normadas. La referencia a las prcticas del lenguaje debera obligar a desplazar en clase el punto de vista habitual sobre la lengua (incluida la descripcin de los diferentes gneros textuales), para introducir la diversidad tanto de los puntos de vista como de los saberes, es decir, las dimensiones que relevan las relaciones entre el sujeto y el mundo social, las elaboraciones identitarias de ste, y tambin los conocimientos sobre las diferentes instancias productivas de las prcticas dominantes y de referencia. As, prosiguiendo con el ejemplo del artculo del diario, su introduccin en la clase, en referencia a la nocin de prcticas socio-lingsticas, no puede limitarse, como vimos, a hacer un anlisis de su funcionamiento interno, de la manera en que se redacta un ttulo (con sustantivos ms que con verbos, con una condensacin de sentido...). Aunque este anlisis es en un momento necesario, el mismo cobra su sentido en relacin con el rol de la prensa en el pas, sus lectores...., dicho de otro modo, con las prcticas sociales, lingsticas y no lingsticas, ms o menos comunes y familiares de los alumnos. Trabajar a partir de las PSL constitutivas de las prcticas sociales en un momento dado de la historia social de las prcticas de comunicacin de un pas (prcticas de entrevista, del informe, de la publicidad o del rap o de la utilizacin del lenguaje en la clase, prcticas de escritura, prcticas de lo oral) implica hacer referencia a lo que hay de social y culturalmente construido en nuestras prcticas, a lo que hay de social y culturalmente diferenciador de los alumnos. Puede ser, en este momento, interesante hacer un rpido rodeo por la nocin de prcticas sociales de referencia tal como la define J. L. Martinand (1986) a propsito de la enseanza cientfica y tecnolgica; nosotros compararemos esta definicin con la de prcticas de referencia en el dominio de la lengua y del lenguaje. 3.2.4. Las prcticas sociales de referencia J. L. Martinand (1986) define las prcticas sociales de referencia como las prcticas, es decir las actividades objetivas de transformacin de un dado natural o humano, que conciernen al conjunto de un sector social, y no de roles individuales y en las que las relaciones con las actividades didcticas no son de identidad sino solamente de comparacin. Aade que se trata ante t odo de darse los medios de localizar las concordancias y las diferencias entre las dos situaciones entre las que una hace el objeto de una enseanza. La dimensin de las actividades objetivas de transformacin de un dado y la del sector social se reencuentra en la definicin que Y. Reuter (1996) da de las prcticas del lenguaje: aquellas que son finalizadas e inscriptas en un contexto social particular. Esta nocin de prcticas sociales de referencia puede en efecto aplicarse a las actividades lingsticas pero estas estn demarcadas igualmente por dos puntos importantes: - La clase es siempre ya un lugar de prcticas sociales , de prcticas socio-lingsticas hasta cuando estas no son explcitamente el objeto de referencia, para retomar los trminos de Martinand. En efecto, el lenguaje, porque es objeto y medio de enseanza, a diferen-

cia de otras disciplinas escolares es siempre portador de caractersticas, de finalidades y de normas sociales, de desafos y de capacidad de transformacin. Esto sucede en la forma en que el enseante interviene en la clase, en las interacciones cotidianas maestro-alumnos y alumnos-alumnos, en los textos de referencia (la literatura es ella misma una prctica y una institucin sociales, pero raramente es tratada como tal en el marco escolar), en las maneras de evaluar las producciones. - La finalidad de la actividad lingstica (en otros trminos el hecho de atribuir un objetivo, una funcin particular, a diferencia de otras prcticas sociales, por la especificidad misma del lenguaje), su plurifuncionalidad (en particular, el hecho de que el lenguaje construye sentidos simultneamente en los diferentes universos, universo social, subjetivo, referencia)...hace ms complejo su anlisis en tanto prctica social de referencia en la clase. Es raro -por fuera de las producciones ms funcionales (pedir permiso, saber la hora del tren...) y an asque una produccin del lenguaje tenga una finalidad nica y, hasta cuando se le pide algo a alguien, se construye tambin una imagen de s y del otro, se habla de los objetos del mundo, se busca obtener lo que se ve, seducir, argumentar... Lo que hace a la especificidad del lenguaje, considerado como prctica social y como actividad, es irreductible al slo funcionamiento textual, a una puesta en equivalencia simple entre una funcin y los elementos lingsticos. Pero es tambin esta especificidad lo que hace que los saberes movilizados en sus prcticas sean difcilmente identificables y por lo tanto difcilmente enseables para muchos docentes. 4. CONCLUSIN. ESCOLARIZAR LAS PRCTICAS SOCIO-LINGSTICAS: QU DESAFOS, QU DIFICULTADES La propiedad del lenguaje recin mencionada es un buen ejemplo de la dificultad de escolarizacin de las prcticas socio-lingsticas. Hay otras: por un lado, el pasaje evidente de la descripcin a la produccin, como si el pasaje fuera fcil; por otro lado, la idea de que el conocimiento sin la produccin no presenta inters, sin duda porque en los hbitos escolares, la evaluacin no puede sino realizarse sobre las producciones de los alumnos. En otros trminos, la aproximacin escolar a las prcticas socio -lingsticas no escolares frecuentemente est ms prxima a la de los objetos lingsticos escolares habituales, tales como la narracin o el anlisis d e los textos literarios. Si tal deba ser el modo privilegiado de la referencia a las prcticas socio-lingsticas, su inters sera relativamente reducido. Pero esto sera daino, ya que dicha referencia representa una verdadera contribucin. 4.1. La referencia a las PSL: un aporte fundamental Mostrar que una produccin lingstica, cualquiera sea, est sometida a reglas que no son reductibles a las simples normas escolares arbitrariamente valorizadas pero que son aquellas de una cultura comn, de una herramienta intelectual, del funcionamiento de la lengua y de los textos (siempre en un momento dado de la historia social de estos) es un planteamiento y un objetivo esencial para la inmensa mayora de los alumnos. En efecto, estudiar esas reglas introduce a los alumnos en esta cultura, los obliga a confrontarse con esas reglas siempre simultneamente sociales y cognitivas, del lenguaje y lingsticas, histricas e individuales, a confrontarse con el trabajo de la lengua y del lenguaje, as, los hace ver que las prcticas sociales cotidianas no son una evidencia o un efecto de la espontaneidad o de la intencionalidad de los locutores o de las restricciones situacionales. Se trata pues de la participacin en la cultura y no de la sola extensin de las competencias lingsticas y del dominio de los nuevos tipos de textos, aunque es tambin esto, como plus. Adems, si los ejemplos evocados recuerdan que los usos de la lengua no pueden, sin dao para los alumnos, ser reducidos a un conjunto de puestas en acto de tcnicas (tcnicas redaccionales, tcnicas de anlisis), no se debe concluir que la aproximacin tcnica es intil. Esto no es as ya que, gracias a ella, los alumnos producen textos correctos a la mirada de las normas de admisibilidad de tales textos (una carta, un pedido de empleo, una receta de cocina que se parece a una carta, a un pedio de empleo, a una receta de cocina); sin embargo hay que estar vigilante: esta correccin no permite de manera obligatoria, evidente, automtica, que tal aprendizaje se transforme transformando al sujeto-alumno en sujeto de sus prcticas sociales despus de haberlo hecho un productor de textos. 4.2. Una dificultad Para atender este objetivo de transformacin, habra que ir sin duda ms all de la nocin del alumno productor de textos y tomar en consideracin al alumno productor de prcticas. As, existe una paso menos ambiguo pero que puede ser ms complejo: el que co nsiste en trabajar la nocin misma de prcticas socio-lingsticas con los alumnos; esta revelacin o anlisis crtico, porque se trata de esto, consiste en hacer tomar conciencia a los alumnos y permitirles verbalizar los conocimientos socio-lingsticos implcitos, las intuiciones (si no por qu las prcticas de escritura, por ejemplo, antes eran tan dolorosas hasta saber que son difciles?) puede ayudar a los alumnos a comprender mejor el mundo lingstico pero sobre todo social que los rodea, y comprender el mundo escolar. Una tal marcha reflexiva sobre las prcticas, intentada por Labov en los Estados Unidos (1993), en particular con los alumnos con dificultades de aprendizaje de la lectura y de medio social pobre, favorece y permite sobrepasar lo que parece ser un fenmeno de resistencia por parte de los alumnos. Por cierto, hasta los ltimos aos, los objetos escolares, los contenidos escolares se constituyen en ruptura con las prcticas no escolares; esta descontextualizacin de las tareas escolares es de hecho su especificidad y su sentido, la especificidad y el sentido de los aprendizajes de la Escuela. Introducir las prcticas sociales no escolares en la clase, aunque con la descontextualizacin que introduce la distancia escolar, podr constituir una ruptura con los principios fundantes de la Escuela. Pero no ser as a condicin de hacer de las prcticas objetos de conocimiento tanto como objetos de produccin. Por ejemplo, bien conducido a plantear la cuestin de los objetivos y de lo que est en juego en la introduccin de las prcticas socio-lingsticas: se puede pensar como una apertura de la escuela al mundo social y/o como una ampliacin de los conocimientos de los alumnos y/o como una formacin del alumno, del alumno como sujeto adquiriendo as un mayor dominio-apropiacin del mundo que lo rodea. Si, entonces, se puede concluir la importancia de lo que se pone en juego en la referencia a las PSL, es porque se trata, en esta ocasin, de tomar plena conciencia de la naturaleza del lenguaje y su rol en el conocimiento de mundo. A pesar de las dificultades que esto presenta, la introduccin de la referencia a las prcticas no escolares, es pues de un inters muy grande y la sita en un planteamiento de real democratizacin, es decir, de acceso al saber, y no en un planteamiento en el que, en nombre de la adaptacin a un nuevo pblico de alumnos (por lo tanto, a una parte de los alumnos), se limita a introducir nuevos objetos que deben producirse porque eso les puede ser til.

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