Ella Solo Queria Estar Desnuda
Ella Solo Queria Estar Desnuda
Ella Solo Queria Estar Desnuda
captulo 1 el comienzo de una obsesin la historia universal cuenta con clebres perversos segn cual sea la categora de la perversidad. as, el sdico por excelencia con fama no opacada ha sido jack el destripador . encabe!a una lista de monstruos famosos "ue llevaron a la realidad extrema el go!ar con el dolor ajeno. puede colocarse en esa galera, # con justo mrito tambin, al sr. vacher, violador francs "ue vej$ # ultim$ a dieciocho vctimas de ambos sexos. o el italiano ver!eni, autor de seis perfectos crmenes sdicos. o por ltimo, a "uien fuera el inspirador del barba!ul, el famoso mariscal francs gilles de ret!, matador de centenares de ni%os. tama%os personajes suelen ser catalogados como sdicos, perversi$n en la cual el placer sexual es provocado mediante el sufrimiento "ue se produce a otra persona. los citados son ejemplos del llamado gran sadismo , descontrol del sadismo simb$lico "ue, como vimos, suele desembocar en crmenes espelu!nantes.& 'nerio rojas, medicina legal, ed. el ateneo, buenos aires, ()* edici$n, pg. +,(.-
.stos eran los primeros prrafos de una tesis acadmica sobre las parafilias # el crimen "ue nunca lleg$ a ser escrita # "ue se transform$ en esta cr$nica sin pretensiones cientficas. "ui!s todo cambi$ cuando comenc a preguntarme si los grandes perversos eran siempre europeos. si ni si"uiera en ese oscuro campo podamos aspirar los latinoamericanos a una menci$n digna de la literatura, o si lo "ue en verdad ocurra era "ue nuestros escritores estaban menos interesados en la perversidad "ue los cronistas de a"uellas tierras. por supuesto "ui! hubiera algo de ambos fen$menos, una especie de responsabilidad compartida entre nuestros perversos reprimidos # el desinters de los literatos. esto claro est, si dejamos fuera de la categora a los frecuentes dictador!uelos "ue han asolado largamente nuestros pases.
no obstante, durante los meses "ue demand$ mi investigaci$n de campo pude descubrir algunos ejemplos vernculos "ue por cierto go!aron de mucha menos popularidad. as, el joven "ue en un pe"ue%o pueblo se dedic$ a matar a los hermanos menores de su antigua novia a la "ue enviaba tro!os del cuerpo de sus vctimas de modo de for!arla a un no "uerido retorno. tambin pude tomar contacto con una ni%era "ue extraa su morboso placer de introducir juguetes en las j$venes vaginas de sus pupilas. como no deseo convertir esta cr$nica en un catlogo de la morbosidad, basten estos dos personajes para "ue el lector pueda visuali!ar el terrible espectro de la investigaci$n. eso s, embarcado en proponer la ma#or cantidad posible de ejemplos, debo decir "ue los de ma#or relevancia mdico legal abarcaban las perversiones o parafilias clsicas como el sadismo # el exhibicionismo, # s$lo algn contado caso de necrofilia. no me llam$ la atenci$n el no contar en mi homrica pl#ade de monstruos con algn digno representante del vicio maso"uista, perversi$n esta "ue segn los clsicos ha de definirse por oposici$n al sadismo, # segn la cual el placer sexual se despierta por el propio sufrimiento "ue otro provoca en el pervertido 'ver jorge thnon, la neurosis obsesiva, buenos aires, +,/0-. # es "ue este tipo de vicio, desde "ue importa consentir aun la lesi$n, comnmente "uemaduras, pincha!os # hasta la flagelaci$n, suele permanecer oculto en la intimidad. sin embargo, fue por mera casualidad "ue me top con uno de estos casos, capa! de opacar mi inters por todas las dems grandes monstruosidades, hasta revolver, 1por "u no2, los definidos # precisos lmites "ue pueden separar el juego de la enfermedad. la tesis entonces se convirti$ en la historia de mara # de su enfermi!a relaci$n con hernn, cu#as verdaderas identidades por cierto prudentemente me las guardo.
captulo 2
la gnesis durante muchos a%os este libro fue un mero pro#ecto, un permanente fantasma de la imaginaci$n siempre postergado por otras ocupaciones. pero llega un tiempo para todo # la posibilidad de unas ms o menos extensas vacaciones permitieron "ue plasmara en papel a"uella vieja historia cu#os documentos, prueba de su veracidad, atesoraba desde haca tanto. todo empe!$ cuando, por a"uellos tiempos, acostumbrbamos a reunirnos en la amplia casa de andrs bacigalupo. viva con su madre en un viejo caser$n del prado, barrio de montevideo "ue acun$ a la primera aristocracia hasta "ue la atracci$n del mar fue ms fuerte "ue la de sus amplios pero mediterrneos espacios verdes. conformbamos por entonces un grupo de mdicos recin recibidos, cada uno tratando de acertar con la opci$n de su especialidad futura, cada uno intentando abrirse paso, algunos en el mundo de la medicina privada, otros en el estado, # mu# pocos, como era mi caso, en el tedioso mbito acadmico. todos los viernes, cerca de las nueve de la noche nos reunamos a beber hasta la
madrugada. una noche, hice un aparte con el due%o de la casa para adentrarnos en el frondoso fondo de la enorme "uinta "ue remedaba antiguos esplendores. caminamos por un l$brego sendero rodeado de viejos laureles hasta llegar a un semiderruido banco de cemento donde nos sentamos. a poco de contarle la marcha de mi tesis me coment$ de la existencia de una extra%a historia "ue haba llegado a l a travs de su padre, "uien, al parecer a%os atrs, habra recibido en consulta a un partcipe directo de la misma. puso en mis manos los escritos "ue tan celosamente guardaba el viejo abogado, "ui! como material cientfico para alguna ponencia "ue, al igual "ue mi tesis, tampoco lleg$ a escribirse. el material al "ue acced era tambin fotocopia, por lo "ue supongo "ue los originales estarn an en poder de su destinatario. el propio andrs, con "uien compartamos en parte el gusto por las rare!as, "ued$ extra%ado ante la curiosa obsesi$n "ue esos escritos me provocaron # presa de temor me pregunt$ para "u "uera tener esos documentos, como si inmediatamente se hubiera arrepentido de habrmelos confiado. luego de algunos tragos convinimos en "ue tama%as historias deben ser de todos. 1o acaso de ret! poda sustraerse al inters por su personalidad2 1acaso poda pretender privarnos de su monstruosidad escudado en un difuso derecho a su intimidad2 ha# personas "ue por su genialidad constru#en sus vidas cual si fueran una novela, vidas "ue merecen ser escritas # por lo tanto conocidas. no s$lo por el valor "ue tienen como casos de estudio o por la curiosidad cientfica "ue representan, sino tambin por la rara especie de belle!a "ue irradian. # ms an cuando esos grandes prfidos presentan la peculiar caracterstica de salirse de las reglas "ue definen su perversidad. cual"uiera pensara "ue s$lo los grandes sdicos son capaces de desembocar en la tragedia # el crimen, # no otros portadores de perversiones si se "uiere ms inocentes. por"ue 1a "uin sino a s mismo puede da%ar el maso"uista en su alocada carrera en pos de intensificar el dolor "ue le provoca placer2 por"ue 1a "u otra cosa "ue a pe"ue%os hurtos de prendas ntimas es capa! de llegar el fetichista en su bs"ueda del xtasis2 'dice nerio rojas3 el fetichismo suele dar motivo a intervenciones policiales por actos delictuosos3 ultraje al pudor # hurto especialmente&, medicina legal, pg. +,0.no, debemos admitir "ue son extremadamente raros los casos como ste # por ello no puede permanecer sepultado. por otra parte, no debemos renunciar a dar a lu! algo "ue permitir remover la idea de nuestra "uietud provinciana. ms an cuando todo transcurre en una de esas ciudades satlite& de la capital urugua#a. ciudades "ue parecen desarrollarse # crecer a partir de una pla!a central, cu#as ma#ores casas no superan las dos plantas, # donde la principal actividad de sus habitantes durante sbados # domingos es girar lenta # repetidamente alrededor de esa pla!a a cu#os lados se api%an todos los comercios de diversi$n. cono!co de sobra esos lugares # s "ue sus gentes son dadas a observar # a ju!gar con ma#or severidad las vidas de los dems, # "ue pocas cosas de stas escapan a la percepci$n general. "ui!s esa vocaci$n por ju!gar los actos del pr$jimo se encuentre all ms acentuada dado "ue esos actos difcilmente puedan permanecer an$nimos como con frecuencia sucede en las grandes urbes. "ui!s esa vocaci$n se desarrolle en relaci$n directa a la menor urgencia con "ue suelen vivir esas gentes. no lo s a ciencia cierta, pero en funci$n de esas caractersticas resulta an ms notable "ue esta historia ha#a permanecido oculta durante tanto tiempo.
captulo 3
primera bsqueda poco despus de la primera lectura a los escritos de mara decid frecuentar el lugar de los hechos a la bs"ueda de algn indicio acerca de la veracidad de la historia. se trata de una poblaci$n de paso, # "ue por ello se beneficia de un respetable trfico "ue contribu#e a mantenerla con vida. de veredas angostas # es"uinas ciegas, cu#as edificaciones ms modernas tendrn unos die! o "uince a%os. en mis primeras idas frecuent un vetusto bar sobre la ruta. era uno de esos lugares "ue todava conservan a"uellas mesas de mrmol veteado encajado en una especie de cuadriltero de madera, oscuro, # en cu#o mostrador se beba ca%a # 4hisk# nacional con naturalidad desde la ma%ana. amparado en la locuacidad del barista, "uien de seguro deba de conocer la ma#ora de las historias del lugar, pude saber "ue la familia de mara todava viva en la ciudad. inventando no s "u viejo conocimiento familiar logr dar con la exacta ubicaci$n de su casa # con ello confirm la existencia del personaje, aun"ue crea mi interlocutor "ue la hija de m... se haba ido #a haca a%os de la ciudad sin saber mu# bien ad$nde, por"ue m... es una persona mu# poco sociable # reservada. pero lo ms sorprendente fue "ue ninguna referencia extraordinaria me hi!o ese hombre al respecto. hablaba de una de las tantas historias de emigraci$n, pues no cesaba de repetir "ue los j$venes abandonaban cada ve! ms el pueblo #a "ue all ninguna oportunidad de progreso tenan. # eso "ue haba observado atentamente a mi interlocutor antes de entrar en confian!a con l. le haba escuchado contar a los parro"uianos una # mil historias de sus vecinos, conocidas a lo largo de sus aparentes sesenta # algo de a%os. llegu al convencimiento de "ue nada saba # entonces dej de frecuentarlo. camin luego hasta el sanatorio # vi el sal$n frente al mismo, pero no "uise seguir indagando. apenas llegu a preguntar en la recepci$n del moderno sanatorio 5es curioso "ue en muchas poblaciones los nicos edificios modernos son los sanatorios5 si all trabajaba un mdico de apellido j... una joven # bonita recepcionista se fij$ mecnicamente en un listado "ue apareci$ en la pantalla de una computadora luego de pulsar rpidamente el teclado # me dijo "ue no. le pregunt igualmente si ella lo conoca # tambin me respondi$ "ue no. andrs me escuchaba sorprendido mientras le relataba mi periplo, # con perspicacia pretendi$ hurgar en el m$vil "ue poda animarme. saba "ue el inters nunca es simple curiosidad cuando se llega a ciertos extremos. .l conoca desde antes "ue #o la historia # jams se le ocurri$ tratar de ubicar a los personajes, por lo "ue dedujo "ue los intereses siempre hunden sus races en la naturale!a de "uien se mueve hacia ellos, o por lo menos en algn episodio o destello de la vida del curioso. le confes entonces "ue mi inters probablemente poda provenir de una novela, aun"ue saba "ue la novela era meramente la excusa "ue lo pone de manifiesto. a%os atrs haba tenido una similar obsesi$n con un personaje "ue ocupaba escasas veinte lneas en una obra ma#or. cuando camus se confiesa usando la vo! de su jue! penitente 'ver la cada, de albert camus- describe un romance con una mujer cu#o nombre no aporta, # cu#o s$lo
m$vil fue reparar la imagen de una primera # desafortunada noche luego de saber "ue la dama haba reali!ado comentarios al respecto. es por ello "ue resuelve seducirla # luego mortificarla. la atrae # la abandona, la obliga a entregarse, dice, en lugares inapropiados, hasta "ue la abandona cuando ella alaba explcitamente esa esclavitud aceptndola. le dije a andrs "ue la imagen de esa dama, homenajeando a su violador en el acto mismo de ser poseda, se me presentaba noche tras noche, ms "ue como un raro ejemplo de la naturale!a humana, como un detonador de la ma. llegu a buscarla en algunas mujeres sin ma#or xito. luego "uise imaginar su vida, la "ue el narrador omita pudorosamente, # comprend "ue la omita por"ue esa mujer no importaba ms "ue como una excusa para su auto acusaci$n. era inevitable entonces asociar ese personaje de pocas lneas con la protagonista de la historia "ue andrs me refera cuando #a casi haba abandonado esa bs"ueda. mu# probablemente esa dama tuvo luego una vida corriente, olvid$ a su amante, conoci$ a otro hombre, se cas$, tuvo hijos, envejeci$ # "ui!s an vive, dijo andrs. tal ve!, pero tuvo ese momento en su vida, repli"u, # puedo preguntarme si no condens$ en l lo "ue realmente "uera hacer de ella. una cuidadosa exgesis de esos documentos # de algunas notas "ue el padre de andrs haba insertado en los mismos, me ha permitido reconstruir lo "ue sigue. a"uellas cosas "ue no he podido inferir ra!onablemente de tales cartas o conocerlas directamente he preferido omitirlas. # digo conocerlas directamente& por"ue mientras llevaba adelante el singular esfuer!o "ue me haba propuesto, trat por todos los medios de dar con los protagonistas, de ubicar por lo menos sus rastros, de encontrar algo "ue confirmara la historia. llev prolijamente un diario de mi periplo, el "ue avan!aba a la par "ue mi fantasa # mis deducciones, del "ue he extractado, tambin # por cierto, lo "ue considero de ma#or relevancia. diremos simplemente "ue todo comien!a cuando hernn se entera de "ue mara intent$ suicidarse por medio de una fuerte d$sis de somnferos # fracas$ en su prop$sito. hernn es un mdico de la clnica del pe"ue%o pueblo donde se desarrolla la historia. julia es la primera esposa de hernn # antes de ella estuvo mara pero no se casaron. # ahora es precisamente mara el centro de su cavilaci$n. lleva casi a%o # medio sin verla # ello no sera importante si hubieran tenido una historia normal # si nada capa! de poner un corte abrupto a ese silencio entre ambos hubiera sucedido. pero ahora acaba de saber "ue mara intent$ suicidarse. el hecho ocurre la tarde anterior, # cuando hernn se entera #a mara esta fuera de peligro # consciente aun"ue contina internada en una clnica psi"uitrica en montevideo. la mensajera es aurora, hermana menor de mara. subrepticia # astutamente le da la noticia por telfono pero tambin lo convoca a una misteriosa cita en una confitera de montevideo, bajo el pretexto de "ue desea entregarle algo personalmente. imagino "ue en una tarde soleada # calurosa ambos se encuentran casi sin cru!ar palabras. la cita es breve # ella se limita a entregarle una carta de mara # all empie!a todo.
captulo 4
los manuscritos de mara he decidido contar la historia de una esclavitud voluntaria, por"ue aun"ue pare!ca parad$jico as debo definir mi condici$n, mas no se tardar en descubrir "ue ninguna condici$n es, en esencia, voluntaria. pero en una primera # sencilla acepci$n, la idea de ser una esclava voluntaria se compadece con mi historia # adems me gusta el trmino. suena bien # contiene el mensaje "ue "uiere dar. algunas personas se consagran a ser amos, en sus pe"ue%os o grandes empleos, en sus pe"ue%as o grandes historias de amor. otras personas, "ui!s las ms, no se consagran ni a una ni a otra cosa. pues bien, #o he decidido consagrarme a la esclavitud. primero por"ue por alguna extra%a ra!$n me provocaba un placer casi animal, # luego, meditadamente, por"ue vi "ue a la vocaci$n se le aunaba la idoneidad # la aptitud, ra!$n por la cual eso era lo "ue #o mejor tena para ofrecer a "uienes me rodeaban. no s c$mo ni cundo decid convertirme en tal. obviamente no fue una decisi$n consciente sino una revelaci$n del carcter o tal ve! un desarreglo gentico. seguramente naci$ conmigo # s$lo precisaba algo "ue lo despertara. ese algo fue hernn. # como lo "ue despert$ esa vocaci$n fue un hombre, conclu#o en "ue la esclavitud es mi forma de amar.
dijimos #a "ue mara estuvo antes "ue julia. desde el comien!o le profesa a hernn un amor "ue podramos calificar de religioso, "ue se parece ms a la devoci$n "ue al compa%erismo. "ui! ello derive de "ue lo persigue hasta "ue logra su atenci$n, # cuando consigue ese primer objetivo trata de sustituirse a otros nombres "ue no son personajes de esta historia por"ue #a no forman parte de la memoria de hernn. borra con perseverancia esos nombres # as pasa a integrar su vida. atenda un respetable sal$n frente al sanatorio, al "ue hernn siempre cru!aba a comprar cigarrillos. tena el cabello profundamente negro # largo hasta la espalda de modo "ue no poda pasarle desapercibida como en efecto no le pas$. hernn sabe "ue nada anormal tuvo ese principio. .l tena treinta # un a%os # ella veintid$s. la diferencia de edad a nadie le pareci$ desproporcionada cuando comen!aron a mostrarse juntos. tampoco levant$ ma#ores comentarios la circunstancia de "ue un joven # promisorio mdico eligiera a una vendedora "ue apenas haba concluido sus estudios secundarios, # cuando se mudaron juntos fue sin ms preguntas la se%ora de hernn. no ha# "ue pensar "ue se trat$ para l de una mera atracci$n fsica pese a "ue era inocultable la incidencia "ue en su elecci$n haba tenido la belle!a de mara. pronto se revel$ como una mujer amable, de buen carcter # preocupada por el bienestar del hogar. todo ello pareca propio de una mujer a la "ue nunca antes se la haba visto con un hombre. sabemos esto por"ue en los pueblos como el "ue nos ocupa, son esta clase de informaciones las "ue aparecen como ms fciles de obtener, pues en ellos todos parecen
vigilar las conductas de todos, # resulta entonces relativamente sencillo el saber si la gente es buena o mala, si enga%a o bebe en exceso, si van bien o mal sus negocios # si tienen una vida feli! con esposos # esposas. casi un mes despus de una primera cita en un lugar bailable # acogedor en las afueras de la capital, ella se desnud$ en un motel. 'ha# "ue decir tambin "ue en los pueblos o ciudades del tipo "ue nos ocupa, los j$venes suelen huir en las noches para alejarse de las miradas detectivescas # obtener, en verdaderas ciudades # entre la muchedumbre, un poco de intimidad-. hernn la miraba # era para l como un botn intocado, # en ese momento comprendi$ el instinto de posesi$n "ue poda despertar la virginidad. ahora hernn reflexiona acerca de la autodenominaci$n "ue se da mara. #, en efecto, conclu#e en "ue durante todos estos a%os se comport$ como una real esclava voluntaria. siempre acat$ # nunca mostr$ el menor signo de rebeli$n. 1eran sus gustos sexuales el origen de esa naturale!a2 1o ms bien eran stos una simple consecuencia de a"ulla2 no se planteara esta pregunta si no fuera por"ue mara abre esta suerte de confesi$n o carta suicida con los primeros. # se pregunta si es eso el smbolo de una simple conducta desviada "ue condiciona todo lo "ue a la postre sucediera. 1# por "u reconstruir con ese detalle tramos tan ntimos de la vida "ue tuvieron en comn2 no es difcil suponer "ue a hernn le resulta extra%o todo lo "ue est comen!ando a vivir # por esa ra!$n empie!a a preguntarse sobre los reales motivos de mara # aurora para proceder como lo hacen. sin encontrar una respuesta vuelve entonces a retomar la lectura.
como no poda ser de otra manera mi peculiar vocaci$n comen!$ a revelarse en la cama. por supuesto "ue estuvo pudorosamente oculta en nuestros primeros encuentros, hasta "ue la familiaridad "ue concede el tiempo me a#ud$ a ir revelndola con prudentes pero directos mensajes "ue l supo captar a la perfecci$n. # digo "ue no poda ser de otro modo por"ue tan condenable # vergon!osa es a los ojos del mundo la condici$n "ue poseo "ue la misma s$lo poda manifestarse detrs de las paredes "ue me protegan de a"ul. vergon!osa # condenable s, pero a los ojos de un mundo "ue todo lo eti"ueta en normal # anormal, en arriba # abajo, en derecha e i!"uierda. vergon!osa # condenable, pero para un mundo "ue es incapa! de distinguir entre los ldicos avances er$ticos # la vida exterior. un mundo al "ue le cuesta permitirse pblicamente las oscuridades # las luces de las fantasas en las alcobas por"ue cree "ue ellas revelarn a la postre las posiciones sociales. grandes hombres, ubicados en posiciones sociales eminentes han go!ado sintiendo el ltigo empu%ado por alguna ignota mujer!uela. escritores, fil$sofos, estadistas, no pudieron impedir, con ma#or o menor esfuer!o, la divulgaci$n de sus gustos por la flagelaci$n, # sin embargo, todava "uienes presentamos algn grado de inclinaci$n hacia esos ex"uisitos placeres, debemos soportar ser catalogados como fen$menos, aparecer en los sesudos libros de texto como curiosidades, para "ue los adalides de una de las ms blandas ciencias vengan en tropel a ensa#ar con nosotros sus recetas. # en verdad, por alguna extra%a ra!$n de la naturale!a s$lo poda extraer placer del dolor # la humillaci$n. 'se dice "ue rousseau parece haber sido un anormal con pe"ue%o maso"uismo&, nerio rojas, op. cit., pg.+,6. ho# se sabe tambin "ue michel foucault, fil$sofo del poder, no pudo sustraerse a los encantos de una escenificaci$n del sometimiento #, en la dcada del setenta, aprovechaba las conferencias "ue dictaba en los
estados unidos para visitar los centros de sadomaso"uismo "ue haban proliferado en algunas !onas de california&. el pas cultural, montevideo, 78 de enero de 7999.- esta no tan inusual caracterstica se present$, como digo, a travs de una simple predilecci$n sexual, causa por la cual no le dispens demasiada atenci$n ni fue objeto de preocupaci$n alguna de mi parte. de la misma manera "ue en la intimidad de nuestros lechos solemos desatar nuestras ms profundas fantasas, as ju!gu #o esta naturale!a "ue empe!aba a revelarse. tena para m idntica trascendencia "ue la elecci$n de la posici$n amorosa, # mal poda entonces endilgarle algn viso trgico como ahora le asigno. como cuando en los avatares del juego er$tico sue%a una mujer con ser tiernamente asida # lentamente penetrada, sue%a otra ser tomada con violencia # dejar al arbitrio viril la conducci$n de ese momento. tanto una como otra fantasa aparecen despojadas de monstruosidad o consecuencias. tanto una como otra forman parte de ese mundo ntimo "ue nos forjamos con el otro. por tal causa mal poda entonces sospechar "ue una suerte de condici$n trgica 5en el sentido griego del trmino5 me hara su presa. mal poda sospechar "ue la forma elegida de go!ar de mi amor estaba revelando una voracidad "ue s$lo poda conducir a una nica manera de existir. intua, s, "ue deseaba ser objeto de placer, ser manejada por l, "ue "uera su bota encima de m, recibir sus $rdenes # satisfacerlo. lo fui descubriendo poco a poco. al principio me contentaba con buscar la posici$n de ma#or pasividad cuando hacamos el amor* enseguida comenc a plegarme a todos sus deseos, tuviera o no apetencia, e increblemente ello me la provocaba. luego imaginaba ser violada por l, tomada sin deseo de mi parte, ser un cuerpo absolutamente servil a sus caprichos* # ello exacerbaba mi excitaci$n, potenciaba mi capacidad de goce. as entonces "uise dejar entrever mis adicciones para poder liberarlas. # afirmo "ue esa revelaci$n fue posible por"ue l pareci$ ir comprendiendo a la perfecci$n mis velados mensajes #a "ue cuando hice totalmente explcita mi naturale!a, la amalgam$ a la su#a con naturalidad # sin ningn esfuer!o. no est de ms recordar ese episodio por"ue a partir de l lo tcito se hi!o evidente. antes existieron s$lo pe"ue%as # veladas actitudes de mi parte, tan triviales como excitantes. pero va#amos al instante "ue considero trascendente, aun"ue s "ue la trascendencia es bsicamente subjetiva, depende de las sensaciones # de los oscuros deseos de "uien participa del momento. as supe enseguida "ue haba llegado la oportunidad. era una casi aburrida reuni$n con amigos. mientras #o hablaba, l # dos personas ms, un hombre # una mujer, me escuchaban en silencio # bebiendo. mientras las palabras retumbaban, dese en lo ms hondo de mi ser "ue me mandara callar, "ue me ordenara guardar silencio # "ue me hiciera un gesto, apenas perceptible pero evidente, para "ue me fuera. # "ue todos lo notaran, # "ue me dijera "ue s$lo poda, de ah en ms, hablar con su permiso, para "ue #o, avergon!ada, debiera obedecerle. la imagen se me present$ con la potencia de una fantasa sexual. una ms de mis hasta ahora inconfesas fantasas. la escena era burda, irreal, hasta grosera, pero se la cont cuando "uedamos solos. entonces dijo3 si eso te provoca un orgasmo lo har.& es por esa respuesta, tan directa # certera, "ue ju!go una cabal comprensi$n de su parte hacia mi naturale!a. # "uise "ue lo hiciera. haba sido suave con mi virginidad # dese "ue hubiera sido violento. en ese entonces asociaba a"uel inconfesado pensamiento con la incomparable
excitaci$n "ue me produjo su respuesta # le contest3 ha!lo.& haca pocos meses, dos o tres, no lo recuerdo con precisi$n, "ue compartamos un pe"ue%o departamento, pero esa conversaci$n fue el punto de partida de nuestra historia. a partir de ese momento desnud completamente mi voluntad de sumisi$n. tenamos, en las noches, nuestro pe"ue%o mundo donde jugbamos al poder. ideamos poco a poco # juntos un pe"ue%o catlogo de divertimentos sexuales "ue contemplaban, no por obvios, acabadamente la condici$n "ue describo. me figuraba entonces "ue nuestras paredes eran como a"uellos castillos "ue describa sade. en ellos la nica le# era la del deseo. los amos descargaban sus apetencias sobre los resignados esclavos* perdida toda esperan!a de libertad, stos estaban destinados s$lo al deseo # la posesi$n.
1cul es 5se pregunta hernn5 esa condici$n "ue se autoasigna mara2 ve ahora "ue ella por supuesto trasciende una simple fantasa er$tica. se dice "ue todos tienen tales fantasas # "ue a la postre ellas no condicionan una existencia. le parece ahora "ue el relato "ue est le#endo es deliberadamente superficial # "ue no revela el verdadero mensaje escondido tras las palabras. no sabe si es un pr$logo ir$nico a lo "ue #a conoce como continuaci$n o si es un recordatorio ejercicio sexual de mara "ue sublima el deseo en la escritura. lo cierto es "ue tiene la potencia de una confesi$n # se pone a pensar en ello. se dice "ue la confesi$n es la desnude! absoluta pero pueden imaginarse dos clases de ella. est la confesi$n religiosa, "ue permanece entre el confesor # el confesante, en la "ue incluso este ltimo apenas ve el rostro del primero por"ue estn separados por un entramado de madera. se trata de una confesi$n parcial. se confiesa por"ue el pecado est resguardado por el secreto. no ha# miradas c$mplices o lastimosas "ue contemplen al confesante, # se sabe "ue el confesor se llevar el pecado, por ms terrible "ue ste sea, a su tumba. por supuesto "ue si el confesante es cre#ente est desnudo a los ojos de dios, pero si es cre#ente cree tambin en "ue dios todo lo ve # entonces est siempre desnudo ante .l aun"ue no ejercite el sacramento de la confesi$n. por lo tanto sa es una desnude! con privacidad. pero est tambin la confesi$n "ue el reo hace en el juicio. esa confesi$n, a diferencia de la primera, carece de toda privacidad. es entonces mucho ms sencillo confesar del primer modo. en el segundo el confesante se enfrenta no s$lo a su propia verg:en!a sino tambin a las miradas condenatorias del pblico # del jue!. una cosa es confesar entre las sombras # una mu# otra es hacerlo ante o#entes vidos # curiosos. es en este instante en "ue hernn se percibe a s mismo como un confesor, pero es un confesor extra%o por"ue es tambin parte de la confesi$n. resulta estar en una posici$n singular. si ju!ga a la confesante se ju!ga a s mismo. si la absuelve se absuelve a s mismo # esa absoluci$n carece de toda valide!. si la condena tiene por tanto "ue autocondenarse # no "uiere hacerlo por un natural instinto de defensa. le es inevitable el preguntarse por "u fue elegido como confesor si carece de la imparcialidad de tal # por consiguiente de su autoridad. # es ese ra!onamiento el "ue le
mueve a pensar "ue en realidad no se trata de una confesi$n, o "ue ms bien el aire de confesi$n "ue tiene es un aire enga%oso tras el cual se oculta otra cosa. veamos. en las actuales condiciones la confesi$n de mara debi$ de asumir la forma del p$stumo mensaje de un suicida. # si la confesante "uera asegurarse "ue ese mensaje llegara a su confesor debi$ de ser enviado directamente por el suicida. por ejemplo, #endo al correo a despacharlo momentos antes de "uitarse la vida. la participaci$n de un tercero no encaja por"ue en tal caso la conducta l$gica de ese tercero no sera otra "ue la de tratar de evitar el suicidio. # si el suicidio se frustra, menos an encaja "ue igualmente ese tercero alcance la confesi$n a su presunto destinatario luego de la frustraci$n # conociendo la misma. no, entonces no puede tratarse del ltimo escrito de "uien decide su propia muerte # "uiere, por algn extra%o instinto, hacer saber los motivos de su decisi$n. pero si no se trata de una confesi$n justificante 1"u es lo "ue justifica revelar esta historia2 # ms an, 1cul es el sentido de recordrsela a uno de sus protagonistas2 no obstante, desecha esas especulaciones para volver a sumergirse en el pormenori!ado relato "ue de la intimidad de sus noches hace mara. por alguna extra%a ra!$n desea releer esos pasajes a sabiendas de "ue su esposa duerme ignorante en otra habitaci$n. parecera "ue esa lectura tiene para l el sabor de un pe"ue%o enga%o, de una traici$n inocente incapa! de da%ar a julia.
captulo 5
los juegos inocentes ahora comprendo por "u siempre prefera arrodillarme. colocarme de rodillas se compadece con la naturale!a "ue describo. los esclavos siempre se arrodillan. arrodillada entonces a orillas de la cama encorvaba mi espalda hasta casi tocar el piso con el cabello, # con eso no haca otra cosa "ue ofrecerla. la espalda, en casos como el mo, siempre se la ofrece a los a!otes. ante tal ofrecimiento l extraa su cinto, ancho # de cuero, lo doblaba sobre s # tomndolo de la hebilla # del otro extremo comen!aba a dejarlo caer suave # rtmicamente sobre m. por cierto "ue nunca fueron golpes verdaderos, pero an as debo reconocer "ue eran deliciosos. peri$dicamente reciba su orden de arrodillarme # encorvarme # nunca dudaba. nunca lo cuestion tampoco. 1acaso no existi$ siempre un binomio poder;debilidad simboli!ando al hombre # a la mujer2 1por "u no llevarlo a esos extremos si se "uiere inofensivos tras las paredes de un hogar2 1por "u no intensificar ese binomio en la ms primaria de las interacciones3 el sexo2 1# por "u despus de todo iba a cuestionarlo2 1no ramos acaso dos adultos "ue libre # conscientemente elaborbamos, edificbamos nuestra sexualidad2 cuando ha# madure! # consentimiento, la libertad en este campo ha de ser absoluta, pues con ello a nadie se ofende ni se da%a. el da transcurra con normalidad. trabajbamos, bamos al cine, concurramos a veladas con la familia o amigos, nos ocupbamos de las cosas comunes o extraordinarias. pero de noche tenamos nuestro secreto, nuestro pe"ue%o altar consagrado a adorar los bajos
fondos de nuestras ficciones # simbolismos. la alcoba era nuestro territorio. la tela virgen pronta, preparada para tra!ar en ella los contornos de nuestras fantasas. dos seres libres el uno para el otro. en ese recinto todo nos estaba permitido, era la puerta "ue daba a la irrealidad, al juego, # "ue liberaba las amarras de nuestros ms rec$nditos deseos. de da s, se%or&, 1"u desea, se%ora2&, 1almor!amos juntos, mi amor2&, 1has tenido muchos pacientes, "uerido2&, vamos el domingo a lo de mis padres&* te adoro, mi amorcito&. a la noche, en cambio, nuestro secreto, nuestro castillo. desndate.& s, se%or.& te castigar.& no, se%or, por favor no&, con un no& "ue siempre era ms un ruego, un decir s, un ansioso desear "ue lo hiciera. lo har hasta "ue lo pidas.& hgalo entonces, se%or.& arrodllate.& # !as, !as, !as. .se era nuestro pacto, el pacto de dos seres libres, por el cual uno de ellos, en uso de esa libertad, en expresi$n de ella, en la cima de su disfrute, la abdica a favor del otro. teatralmente, pero de modo "ue la escena # el escenario materiali!aban la fantasa, tomaba cuerpo, nos aceleraba el pulso # la respiraci$n. no recuerdo con claridad como comen!$. naci$ naturalmente. una noche me arrodill ante l totalmente desnuda # sin mediar palabra extrajo su cintur$n con la ma#or naturalidad. la noche siguiente, tambin sin orden alguna, me desnud, me puse de rodillas # volvi$ a hacerlo. pero esta ve!, mientras reciba los simulados a!otes desabroch su pantal$n # !ambull mi boca en su miembro. con s$lo escribirlo revivo los terribles espasmos hasta llegar al xtasis* el rostro aplastado en su entrepierna # las rtmicas caricias del cuero en mi espalda. parecieron abrirse tantas puertas "ue todo lo anterior era como un insulso pr$logo. supe "ue ramos el uno para el otro. la proximidad de la noche nos provocaba el mismo cos"uilleo en las barrigas. nos echbamos miradas c$mplices mientras viajbamos rumbo a casa, olvidados #a de los a!ares del da, los problemas del trabajo, los pacientes, los clientes atrevidos, las cuentas a pagar. mientras abramos la puerta, la sonrisita pcara, el cora!$n "ue late ms deprisa, la imaginaci$n "ue vuela preparando el juego de esa jornada, idendolo, adornndolo # #a relamindose ansiosa por comen!ar a jugarlo. # luego l diciendo3 eres una viciosa&* # #o entre risas3 1acaso t no2&. .ramos como las pie!as del rompecabe!as "ue encajan a la perfecci$n, como el !urdo # el diestro en una pareja de tenis. de ese modo nos bast$ el recordar "ue, al inicio de nuestra relaci$n, en un comprensible arran"ue de inseguridad le dije con fran"ue!a # en ese lenguaje vulgar "ue a veces es fruto de la confian!a3 presiento "ue algn da me vas a mear&, para verme al poco rato, tendida desnuda en el piso del ba%o # regada por su orina. el sentido figurado de a"uella frase era obvio, # sin embargo, el revivirla, nos sirvi$ a ambos para asumir con facilidad # sin vacilaciones otro de nuestros juegos. ahora me pregunto por "u fuimos tan pulcros. 1por "u no me$ sobre m en el piso del cuarto o sobre la cama misma2 1no resultaba acaso demasiado estudiado el caminar hasta el ba%o # acostarme en la ba%era para sentir en mi pecho el tibio # amarillo l"uido2 recuerdo una pelcula en "ue dos hinchas de un club de ftbol orinan sobre las paredes del estadio del club rival, en un incivili!ado gesto de desprecio # superioridad. arrodillarme en la lo!a fra # encorvarme para "ue hernn orinara sobre m despertaba una incontrolable imagen de poder. los instantes previos eran los "ue conducan a la ma#or excitaci$n. la lenta ceremonia de desnudarse, de caminar
cabe!a gacha hasta el ba%o # all arrodillarse. la ltima mirada al hombre "ue se ergua, potente, de pie ante mi pe"ue%e! # luego cerrar los ojos. # esperar, esperar segundos deliciosos hasta "ue de improviso caa en mi espalda una lluvia fina # caliente, corriendo delicadamente hacia los contornos de mi cuerpo, escurrindose por el canal "ue conduce hacia los muslos. en ese mgico momento #o pensaba3 es mi amo. si me ordena beberlo, lo har. si desea orinar en mi rostro me voltear # obedecer* si desea "ue permane!ca horas tendida en el charco, hasta "ue se enfre, hasta "ue se se"ue, s$lo debe decirlo. debo aclarar a estas alturas, aun"ue creo "ue se ha comprendido, "ue no era el regodeo en el dolor lo "ue me excitaba sino la sensaci$n de la sumisi$n. exista un extra%o placer en ella, un intenso goce en la sensaci$n de pertenencia, en ser tratada como un objeto ms de uso cotidiano. todo sin embargo no pasaba de ser un juego inocente. # resultaba a la postre natural el "uerer esa exposici$n, esa desnude! "ue en definitiva era un homenaje al la!o "ue me esclavi!aba. se converta entonces en el estrechamiento de ese la!o, # mientras ms saboreaba las mieles de la esclavitud en esos juegos sexuales, ms se reafirmaba la naturale!a indisoluble de nuestras ataduras. por cierto "ue alguna ve! pas$ por mi mente la idea de la perversidad como enfermedad. al fin # al cabo, en las pdicas conversaciones "ue las mujeres tenemos sobre el sexo no es nada frecuente or estas confesiones. nunca escuch una apologa de la !oofilia, por ejemplo. al fin # al cabo, existe toda una parafernalia de psic$logos calificando nuestras conductas, ubicndonos en casilleros, en espacios bien definidos3 ha# normales # ha# desviados. # dentro de estos ltimos ha# diversos subtipos, distintas especies de desviaci$n. los ha# sdicos, necr$filos, fetichistas. se hacen es"uemas # se cataloga. uno no puede entonces dejar de sentirse como una rare!a, como un objeto de estudio # observaci$n. sin embargo la descart prontamente. 1por "u hablar de perversidades si jams habamos cru!ado a la otra orilla2 por lo menos en ese entonces. "uiero decir con eso "ue exista una sustancial diferencia entre jugar a la servidumbre # la enfermedad. ms grficamente, no fui "uemada por sus cigarrillos ni sus golpes me dejaron marcas. la real naturale!a de nuestros peculiares divertimentos puede sinteti!arse en una sola ancdota. 'he tratado de intercalar pocas glosas al texto original, con el nico fin de "ue l hable por s mismo, salvo claro est la a!arosa reconstrucci$n de hernn. a efectos de ilustrar al lector, tengo la obligaci$n cientfica de comentar "ue a"u se evidencia en mara una personalidad "ue los expertos clsicos suelen calificar como de maso"uismo simb$lico& o pe"ue%o maso"uismo&. dupr la define por permanecer en un estadio imaginativo, incapa! de llegar a la lesi$n. por oposici$n se define al gran maso"uismo&, donde el enfermo se presenta incapa! de controlar su vicio # ello entonces lo conduce a la lesi$n o a la mutilaci$n. los prrafos "ue siguen ubican a nuestra protagonista dentro de la primera de ambas categoras.ha# una vieja pelcula de la dcada del setenta "ue indign$ a los movimientos feministas # escandali!$ a los crculos morales. precisamente su motivo es la sumisi$n voluntaria por amor # se llamaba historia de o. la protagonista se transforma en un objeto a
disposici$n de su hombre al punto tal "ue ni nombre tiene, se la designa con una mera letra # se le ordena. # llega as un momento en "ue acepta llevar la marca de su due%o, la "ue se le estampa a fuego en una de sus nalgas. ese smil entre la mujer # el ganado era la perfecta alegora de la posesi$n. conocamos de su existencia e incluso recordbamos algunas cr$nicas "ue la comentaban. por casualidad, la hallamos en un video club repleto de viejas cintas. luego de ver la escena "ue describo, # casi instintivamente # entre risas, l dibuj$ con tinta en una de mis nalgas su inicial encerrada en un crculo. al hacerlo, sent "ue apretaba ms de lo necesario la pluma contra la piel # compart su intenci$n. lo hi!o hasta "ue emit un "uejido producto del leve # agradable dolor. ahora llevaba su marca. pero el dolor de o al ser marcada a fuego debi$ de ser atro!. la distancia entre la carne "uemada de o # el a!ulado dibujo sobre mi piel resultaba en ese entonces abismal, por lo "ue no haba motivo alguno para la autoacusaci$n. creo as haber explicado suficientemente por "u descartaba toda culpa por mi supuesta perversidad. si debiera calificarla no encuentro otro adjetivo ms apto "ue el de inocente, "ui!s inofensivo, a veces pueril. 1"u otro calificativo dar sino a mi inocua manera de exponerme2 tampoco recuerdo c$mo ni de "uin parti$ la ocurrencia pero nos prestamos alegres a ella. comenc a preparar la cena completamente desnuda mientras l la aguardaba normalmente vestido en el living. luego, #a pronta, serva la mesa # me sentaba a ella en esa frgil # expuesta condici$n. apreciaba mu# especialmente las ocasiones en "ue extrembamos un poco el juego # #o cenaba sola # desnuda en la cocina esperando "ue l decidiera llamarme. tales divertimentos dejan sus ense%an!as. resulta increble descubrir el terrible poder "ue encierra algo tan cotidiano # natural como la vestimenta. de la misma manera "ue un re# es menos re# cuando se ve desnudo frente a su mdico, su vestimenta # mi desnude! pautaban claramente los lugares "ue nos habamos asignado. el permanecer absolutamente desnuda mientras l coma, beba, lea sus libros o miraba televisi$n, me converta en algo a su merced, en algo disponible a su arbitrio # en cual"uier instante. poda imprevistamente cerrar el libro, tomarme all mismo # continuar luego su lectura. debo admitir "ue me encontraba completamente amaestrada. s$lo le bastaba un gesto # #o corra a arrodillarme entre sus piernas, a abrirlas suavemente hasta "ue cada muslo presionara en ambos bra!os del sill$n. luego extraa lentamente su miembro de entre la cremallera # lo pona en mi boca mientras l continuaba su rutina, fuera lectura, televisi$n o simplemente fumar # beber. haba transitado un largo camino hasta lograr mi prop$sito. por ello, la sola idea de pertenecerle, de jugar a ser de su propiedad, ms all de su cierto valor cargado de erotismo, simboli!aba notablemente, sin hojarascas ni corte!as, sin lugares comunes ni frases pomposas, la adoraci$n "ue le profesaba. pero ha# "ue reconocer "ue esa adoraci$n creca en funci$n del cielo "ue me haca tocar el perfecto ensamble de nuestras personalidades. m c$ncavo, t convexo&, bromebamos en un lenguaje tar!anesco, festejbamos la ocurrencia # nos dedicbamos a planear algn nuevo juego.
por supuesto "ue pensaba "ue esos juegos ntimos no afectaban nuestra conducta social. por lo menos al principio. me resulta difcil ahora explicar todo lo "ue despus sucediera. la realidad fue "ue nuestros pe"ue%os e inocentes divertimentos er$ticos comen!aron, lentamente, a pro#ectarse hacia otras esferas de nuestra vida en comn. conscientes de "ue todo era un mero simulacro, creo "ue aument$ nuestra voracidad por explorar un poco ms all de los papeles "ue mutuamente nos habamos asignado. llega un momento en "ue la servidumbre, cuando se tiene una vocaci$n por ella como la "ue a m me asaltaba, si es fingida no resulta suficiente, debe pasar a un plano ms real, el dolor debe sufrirse # no simularse. # por cierto "ue no se puede ir por la calle encadenada o caminar siempre atrs del hombre, lo "ue nuestro propio sentido del ridculo no tolerara. por cierto tambin "ue ni su espritu ni el mo estn hechos para soportar los dolores fsicos de una marca a fuego* somos demasiado convencionales para ello #, en algn aspecto, "ui!s demasiado pacatos. # probablemente sea esa atm$sfera plomi!a "ue se respira al fin de la tarde cuando el da no depara nada nuevo lo "ue estimule nuestra pacatera # nos condene a una estudiada # devaluada manera de apoderarnos de otro ser. en esos momentos todo es tan parecido a esos ambientes sure%os de mediados de siglo, en los "ue vuela el polvo rojo # el pasto largo # desprolijo oculta las mansiones blancas # destartaladas. ese paisaje "ue imagino a travs de la literatura se me antoj$ siempre gemelo al "ue nos rodeaba. a los gordos granjeros blancos, entre calor # cerve!a, les basta con "ue los negros les sigan llamando se%or& al final de la tarde para ir a dormir en pa!. eso les engrandece, los hincha ms "ue la cebada, # pasan a sentirse dignos depositarios de la herencia de sus antepasados. no era tampoco "ue le concediera al sexo un papel superlativo en nuestra vida, como podra err$neamente pensarse luego de la lectura de estas primeras lneas. mirados con necesaria perspectiva, los juegos sexuales eran en ese entonces un medio para expresarme, un camino para liberar la ntima naturale!a "ue se estaba apoderando de m. las sensaciones primarias e innatas buscan siempre una manera de aflorar, persiguen la lu! a veces con fuer!a irresistible, otras veces pdicamente veladas. "ui!s si #o hubiera sido una mujer gorda # vieja, desdentada por el paso # el peso del tiempo, con un esposo enfermo, me hubiera consagrado en cuerpo # alma a limpiar pstulas # partes ntimas regadas de incontinencia. o "ui!s si hubiera sido un oficinista met$dico # apocado, sublimara mi naturale!a en un grotesco servilismo a mis superiores. como estaba perdida e ingenuamente enamorada # jams haba experimentado con el sexo, se fue el medio "ue naturalmente mi condici$n encontr$ para revelarse. pero eran, como he dicho, ejercicios con lmites precisos, lejos del borde, seguros # definidos. a lo sumo, comparables a esas inocentes caricias "ue se prodigan las adolescentes cuando despiertan a la pubertad. dos jovencitas explorndose mutuamente saben "ue sus juegos son inofensivos, "ue las caricias no dejarn rastro, "ue sus hmenes se conservarn intactos # "ue lo "ue hacen es s$lo una inocente preparaci$n para la realidad "ue an se avi!ora lejana. parecido a esa ntima sensaci$n de seguridad en "ue esas precoces ensa#istas desarrollan sus avances, era el sentimiento con "ue viva las simulaciones "ue hernn # #o nos prodigbamos. dolor simulado, humillaci$n fingida, poder irreal, es apenas como la mano adolescente "ue tmidamente ro!a la vagina de la amiga con el extremo cuidado
de ni si"uiera entreabrir los apretados labios. no afirmo "ue de haberle impreso un ma#or realismo a nuestros juegos la historia hubiera sido otra por"ue ello es una proposici$n inverificable. por otra parte, prefiero pensar "ue s le imprimimos ese realismo, s$lo "ue a nuestra peculiar manera. pienso "ue como #a no s$lo deseaba jugar a la esclavitud sino experimentarla realmente, s$lo haba una forma de lograrlo en este tiempo # lugar. por ello creo "ue sin ms disgresiones ni subterfugios, debo contar en "u consistieron nuestros siguientes experimentos er$ticos.
captulo 6
historia de mara advierto "ue debern perdonrseme pe"ue%as ironas, pero fcil ser comprender el por "u de las mismas. acabo de decir "ue describira nuestros siguientes juegos er$ticos. por cierto "ue no han sido ni remotamente parecidos a los "ue acabo de narrar. "ui!s por"ue 5como #a lo he indicado5 los simulacros no bastan # su reiteraci$n, cuando se es demasiado vora!, conduce al hasto, l se convirti$ en una especie de director o administrador de mis desgracias. ahora "ue ha transcurrido el tiempo # puesta a revivir esos otrora trgicos episodios, no puedo sino admitirles una evidente analoga con la desnude!. # creo no e"uivocarme al afirmar "ue veo tambin como me provocaban un similar placer, a tal extremo "ue de poder hacerlo volvera a regodearme en l. .se es para m # ho# el sentido "ue le he descubierto a mi conducta. una conducta "ue creo buscaba los absolutos, la insaciabilidad. "ui!s no lo saba entonces, pero persegua el concepto descarnado, llegar a su ncleo, experimentar su mdula # sus lmites. la administraci$n de "ue hablo comen!$ casi imperceptiblemente. apenas s se empe!$ a traducir en nfimos detalles. demostraci$n de aburrimiento, comentarios despectivos, cada ve! ms frecuentes # pun!antes, # un creciente desinters. no tengo ho# la menor duda de "ue a partir de algn momento l se convenci$ de "ue poda humillarme con el peor de los desplantes sin "ue mi devoci$n se atenuara # mucho menos desapareciera. # se adivina entonces "ue ante tal seguridad, por lo dems no e"uivocada, era inevitable la escalada de heridas "ue se sucedieron, sabiamente dosificadas con el aparente fin de librarse de m. no puedo todava explicarme cul era su m$vil. tal ve! le fue ganando la desidia "ue corroe a las parejas con el tiempo, el tedio de la monotona, "ue combinado con mi sumisa devoci$n explot$ en un sdico espectculo del cual se cre#$ su director. no contaba, por supuesto, "ue en tanto ms me humillara ms se fortaleca mi lealtad. # ahora, puesta a hacer un ordenado inventario de tales livianas monstruosidades no puedo ms "ue sorprenderme al pensar en todo lo "ue he soportado, # a la ve! estremecerme por lo "ue me s capa! de soportar.
comencemos entonces, como se dice usualmente, por el principio. .l perciba "ue mi desorbitada pasi$n por ser poseda 'en la ms amplia e imaginable acepci$n del trmino- era proporcional a mi temor a la infidelidad. de la misma manera "ue incondicionalmente estaba destinada a sometrmele, el dolor ms agudo consista en s$lo imaginarlo con otra mujer. "uera ser irremediablemente poseda pero tambin poseer, deseaba ser due%a de todos sus pensamientos, de todo su tiempo # colmar todas sus expectativas. todo lo vivido, empero, me ha hecho reconocer "ue ese sentimiento no era sino contradictorio con la condici$n "ue #o misma deseaba asignarme. sin embargo, de la misma manera "ue el preso se sabe a merced de su carcelero, se vanagloria # go!a con la preferencia "ue ste le profesa. igual "uera #o, mula de esclava, la exclusividad del amo. debo admitir "ue en ese entonces, como se dice comnmente, confunda los papeles, pero ello se deba a "ue la consciencia de mi vocaci$n # condici$n no se haba an perfeccionado lo suficiente. si ho# me lo preguntaran no vacilara en afirmar "ue sera indigno de una buena esclava no s$lo la exigencia de exclusividad al amo sino su sola apetencia. pero como estbamos ambos hastiados de la simulaci$n, ese error mo de apreciaci$n fue pretexto bastante para nuevos ejercicios. nos habituamos a divertirnos en centros nocturnos de la capital puesto "ue nuestra ciudad pareca ocultarse tras un tel$n negro despus de las die! de la noche. recuerdo "ue l comen!$ en distintos pubs o discotecas a co"uetear delante de m con otras mujeres. lo "ue daba principio con furtivas miradas # sonrisas, en parte provocadas por el alcohol, terminaba frecuentemente en un desembo!ado desconocimiento de su acompa%ante3 obviamente "uien esto narra. sentados a la barra # bebiendo 4hisk#, siempre consegua incorporar a otra mujer a la conversaci$n. sala entonces a bailar con la desconocida # "uedaba #o mirndoles. en muchas ocasiones vea c$mo esas mujeres giraban el rostro para fijar en m sus ojos # se rean descaradamente. hasta "ue una ve!, al ver "ue l, entre las tenues luces de la pista # casi codo a codo con otra pareja de bailarines, besaba a una de ellas, aguard pacientemente a "ue volviera a la barra #, en un susurro, lo amenac con un escndalo. dijo "ue nada nos ataba, "ue si no me agradaba la situaci$n poda dejarlo, # call. una # otra ve! se sucedieron esos escarceos # una # otra ve! amenac con abandonarlo. no lo hice. poco a poco comen!$ a hacerme comentarios ir$nicos sobre sus compa%eras de trabajo, a darme burdamente a entender "ue se estaba fijando en otras mujeres. not "ue fuera cual fuera el lugar donde nos encontrramos, se tratara de una fiesta, de una reuni$n social, o hasta en encuentros ocasionales, no dudaba en dirigirse acaramelada # estpidamente a cual"uier mujer "ue se le cru!ara. se rea con ellas en mi presencia, les haca veladas insinuaciones, les alababa la vestimenta o los ojos, las tocaba mientras conversaban, todo como si estuviera solo, todo tal cual mi presencia no le importara, o mejor dicho, cual si no le importara mi humillaci$n, "ue por lo dems resultaba tan evidente "ue en ocasiones llegaba a incomodar a sus interlocutoras. pero veo ahora "ue todo conclua en un pueril juego de adolescentes. "ui!s debi$ llevar a esas mujeres desconocidas a nuestro hogar, debi$ ordenarme "ue me sentara frente a la cama # hacerles el amor delante de m. go!ar a otra mujer ante mis propios ojos # luego,
exhausto, despedirla sin llegar a tocarme e inmediatamente dormirse. ms de una ve! he imaginado esa escena # ms de una ve! tambin mi posterior comportamiento. esto# segura de "ue mientras l dorma, cansado por el amor, #o, a su lado, con mi mano i!"uierda apretara mis pe!ones # clavara en mi caverna los dedos de mi mano derecha abra!ados en un apretado racimo, para as llegar al xtasis reviviendo la escena "ue pocos minutos antes se haba desarrollado ante m. en lugar de eso se limit$ a concertar encuentros a mis espaldas. lo "ue es por lo menos un decir. #o saba perfectamente a "u respondan sus habituales llegadas a altas horas de la noche pese a las usuales excusas. volvi$ a ver "ue haba un mundo por descubrir fuera de nuestras paredes, pero nunca se anim$ a incluirme en l. comenc a representarle la habitualidad, el mon$tono decurrir de los das # las noches. en suma, la contracara de su recon"uistada libertad. se preguntarn "u haba sucedido a estas alturas con nuestras #a vistas depravaciones. sucede "ue todo lo "ue se repite languidece. siguiendo esa misma le# palideci$ nuestro inters en ellas. hernn haba decidido por ello ejercer el poder "ue #o misma le haba otorgado, seguramente con el objetivo de "ue fuera #o "uien lo dejara para evitarse el siempre engorroso trance de proponer la ruptura. # es "ue existen personas, # l es una de ellas, a las "ue les cuesta sobrellevar la carga del abandono, # tal ve! ms por un exacerbado sentido de la culpa "ue por una exacta noci$n del da%o "ue pueden provocar. puedo afirmar ho# sin temor a e"uivocarme "ue nunca lleg$ a explorar las reales posibilidades de mi sufrimiento. nunca lleg$ a advertir hasta d$nde poda pulsar las cuerdas de mi sumisi$n # ello "ui! le movi$ a abandonarme antes de tiempo. pero sigamos con los hechos. su pr$ximo paso fue la separaci$n formal. # como sus continuas humillaciones no lograron "uebrantar mi permanencia, debi$ l asumir la iniciativa por su deseo. sin embargo, ha# "ue indicar "ue su abandono parece ho# haberse producido con el solo fin de recuperarme cuantas veces se le antojara. como le es totalmente imposible vivir en soledad, comen!$ a repartir su tiempo libre entre distintas mujeres. s incluso "ue a una de ellas le cont$, entre risas # alcohol, mis predilecciones en la cama. no obstante, a los dos meses de su ahora s recuperada # completa libertad comen!$ a llamarme. haba dejado de trabajar en el comercio frente al sanatorio #a "ue afortunadamente su due%o tena otro local enclavado en el centro mismo de la ciudad, # accedi$ sin ma#or dificultad a "ue me trasladara a l. no "uera cru!arme con hernn todas las ma%anas ni estar pendiente de la puerta del sanatorio para no ms verlo entrar o salir. ello, sin embargo, no impidi$ "ue un da apareciera por mi nuevo puesto con un pueril pretexto, "ue conversramos unos minutos # "ue se despidiera con un te llamar&. nos volvimos a encontrar # su nico prop$sito era llevarme a un hotel. por supuesto "ue obedec. ni si"uiera pasamos la noche juntos, # a la ma%ana siguiente lo llam a la casa "ue haba al"uilado casi en las afueras de la ciudad. supe por su cortedad "ue haba otra mujer en su cama, a la "ue seguramente recogi$ luego de satisfacerse conmigo. se lo
pregunt directamente, contest$ "ue s # colg$. ese da deb tomar calmantes para ahogar el llanto, la rabia, la desesperaci$n. me hund en el sopor del sue%o inducido hasta "ue me despert$ el telfono. era l para disculparse. me dijo "ue ningn compromiso nos ataba pero "ue su mente nada ms poda ocuparse de m, "ue nada serio haba entre l # su ocasional acompa%ante. me cit$ # fui. me llev$ a su nueva casa # me hi!o el amor. anudados en su cama, pr$ximos al xtasis me dijo entre gemidos "ue tocara la cama, "ue en esa misma cama la noche anterior haba posedo a otra mujer. lo repeta una # otra ve! por"ue pareca excitarlo, mientras "ue #o, boca abajo # cargando su cuerpo en mi espalda, hunda la cara en la almohada # lloraba. tantas veces repiti$ su peripecia de la noche anterior "ue lleg$ un momento en "ue no pude #a soportarlo. sal de debajo de l con violencia mientras le gritaba e insultaba* tir contra la pared una botella de vino a medio beber "ue tenamos sobre la veladora # creo "ue hasta intent golpearlo. me calm al poco rato, tom mis cosas # me fui repitiendo para m "ue deba poner fin a esos encuentros. igualmente continu$ buscndome. # aun as continu respondiendo a sus llamados. cada uno o dos meses me aferraba a su sexo. a veces una o dos horas en un hotel # otras se "uedaba a dormir en el departamento. me tomaba salvajemente # luego pasaban meses durante los cuales me ignoraba por completo. viva pendiente de sus llamadas. el telfono se haba convertido en una obsesi$n a tal extremo "ue me imaginaba su timbre # corra a atender sin darme cuenta de "ue ese sonido no era otra cosa "ue una alucinaci$n. durante esos intervalos me cruc dos veces con l. en ambas estaba con la misma mujer. la primera ve! me vio # apenas me salud$ con un gesto. la segunda ve! estaba con ella en una confitera. bajaba del autobs # los vi a travs del ventanal. sentados a la mesa con dos cafs, l extenda constantemente su bra!o derecho para acariciarle el cabello. eran cerca de las siete de la tarde. durante la ma%ana de ese mismo da haba llamado para citarme a las nueve. #a haba anochecido # me "ued oculta tras un rbol contiguo a la parada mirndolos # me fui tras media hora de fisgonear. como nuestra cita era en mi departamento, fui, prepar la cena # me dispuse a esperarlo. lleg$ puntualmente. cenamos, hicimos el amor # se fue. pude haberle hecho preguntas, haberle dicho "ue lo vi, pero senta temor. si le haca una escena "ui! dejara de llamarme o espaciara an ms sus ausencias. el temor a perderlo era superior a mis celos. me dije "ue deba acostumbrarme a compartirlo con otras, "ue deba soportar esa condici$n sumisamente. 1se preguntarn el por "u lo haca2 1por "u consenta en entregarme a l a su solo llamado2 creo "ue eso tambin avalaba esa sensaci$n de pertenencia a la "ue me he referido. la entrega completa, el derecho de uso "ue le haba conferido sobre mi cuerpo # mente, s$lo poda ser total # vera! si soportaba "ue no lo ejerciera. as como poda tomarme cuando # c$mo "uisiera, de igual manera poda no hacerlo # esta opci$n le daba tanto poder sobre m como la otra. # ha# "ue decir "ue ello me congraciaba con la ms pura # arraigada condici$n humana. 1o acaso este torpe animal de dos patas "ue somos no ha buscado, desde sus mismos albores, forjarse de mil maneras un amo2 desde "ue bajamos de los rboles erigimos totems e iglesias* inventamos oraciones # nos autodesignamos siervos de alguna divinidad. turbas enteras de siervos voluntarios # temerosos alabando a su amo, revolcndose en una "uerida servidumbre # refor!ando su devoci$n en proporci$n directa a los desdenes de a"ul. por"ue 1"u extra%o fuego anima a este bpedo con habla a sola!arse en ser siervo de dioses "ue le envan plagas, "ue lo
castigan con guerras # desgracias2 la madre, con su recin nacido deforme a cuestas dice3 so# tu sierva, se%or, # si sta es tu voluntad, la acepto. lo mismo dicen el invlido # el miserable. <"u profunda vocaci$n servil entonces nos anima= <"u honda necesidad de tener un amo, de amarrarse a l= a lo largo de la historia ese amo nos ha a!otado, nos ha die!mado con sus iras pestferas, ha desatado su odio # ha creado el incomprensible martillo del a!ar, # aun as tememos "ue nos abandone. aun as nos vanagloriamos de decirnos sus siervos, de mostrar la mejilla destro!ada # ofrecerle la mejilla sana. luego de recibir miles # miles de latiga!os, s$lo "ueremos volver a .l. nos aterra profundamente el solo pensar por un momento "ue estamos solos, "ue ese amo no es ms "ue una sutil creaci$n de la "umica de nuestros cerebros a modo de catarsis contra el miedo a morir. concebirnos libres de esa fuer!a, due%os de nuestro destino, arrojados a un mundo atro! pero "ue podemos descubrir # dominar excede nuestra capacidad. nuestra condici$n, nuestro temor, nuestra naturale!a, exigen un amo. # si tantos millones de infelices acentan su devoci$n al amo cuanto ms grande es su desdn, 1"uin so# #o para no seguir esa naturale!a ante los tmidos desprecios del mo2 cuando tal condici$n se encuentra en la mdula de la especie, 1por "u negarla2 olvidmonos por un instante de la circunstancia de "ue el tal amo sea una idea o sea de carne # hueso # sangre. va#amos s$lo a la otra cara, la de la servidumbre electiva. # entonces 1por "u es digna de repulsa la mujer golpeada "ue se ata a su marido vago # ebrio # no las miles de madres cu#os hijos mueren de terribles enfermedades # siguen adorando a un amo "ue, por el poder "ue ellas mismas le endilgan, podra haber evitado esas muertes inocentes2 1"u es, en esencia, lo "ue me diferencia de estas ltimas2 nada, absolutamente nada # por lo tanto, si ellas nada tienen para reprocharse a s mismas, mucho menos lo tengo #o. de la misma manera "ue esos ejrcitos de invlidos continan alabando # cantando salmos a "uien, pudiendo liberarlos de sus cadenas opta por ajustarlas, #o tambin elega esa misma opci$n, #o tambin elega alabar a "uien apretaba insoportablemente mis ligaduras # nadie tiene la autoridad necesaria para condenarme por ello. .se era mi consuelo. ahora s me senta en verdad desnuda frente a l # por lo tanto a su disposici$n. curiosamente las sensaciones emanadas de a"uellos juegos vinculados a la vestimenta # la desnude! se haban materiali!ado en otro pendular juego de recupero # abandono. s$lo "ue ahora la pasi$n me desbordaba cuando dispona de m # el dolor, un dolor esta ve! s real e insoportable, me agobiaba cuando dejaba de hacerlo. estaba experimentando realmente la servidumbre, estaba literalmente desnuda a los ojos del amo. imaginaba estar encerrada en una celda cu#a nica llave la tena l. esperando ansiosa a "ue la puerta se abriera # apareciera all para tomarme violentamente # arrojarme luego otra ve! a la oscuridad. la sensaci$n era contradictoria. por un lado tema el dolor del abandono, pasaba noches enteras imaginando "ue en ese mismo instante estara amando a otra mujer, lloraba dibujando su cuerpo desnudo en bra!os desconocidos, recorrido por otra boca # por otras manos. pero al mismo tiempo me fortaleca pensando en "ue #o todava estaba ah, "ue en cual"uier momento volvera a llamarme, "ue no poda dejar de hacerlo. me descubra entonces experimentando un extra%o # morboso placer. un placer "ue naca de sentirme usada, de sentirme casi un objeto "ue l poda venir a tomar cuando lo deseara. en ese entonces le era fiel. mi fidelidad, mi recha!o a la sola idea de estar con otro hombre, acentuaba esa loca sensaci$n de pertenecerle. era una situaci$n casi pattica. me
guardaba para l, para cuando "uisiera tenerme, # el solo imaginarme con otro hombre hasta me causaba una sensaci$n de culpabilidad. no obstante, # como todava conservaba cierto grado de cordura, trat de deshacerme de esa sensaci$n. a#ud$ mucho "ue luego "ue una noche me hiciera el amor en su autom$vil pas$ siete meses sin llamar ni destinarme el peri$dico uso "ue me tena asignado. entonces, por primera ve! desde nuestra separaci$n conoc a un buen hombre. se acerc$ # me abri$ las puertas de su casa, conoc a su familia # casi fui feli!. me trataba con ternura # paciencia. al igual "ue la ex esposa del ebrio se aferra al abstemio as me aferr #o a este hombre. por lo pronto no era amor lo "ue senta por l pero s algunos de sus ms felices sucedneos. en ocasiones ciertos gestos, ciertas actitudes, ciertas pe"ue%as condescendencias, pueden tener un importante efecto sobre la "umica cerebral cuando estamos inmersos precisamente en sus opuestos. del mismo modo "ue responde el perro, responde el humano. como cuando a"ul es castigado por el amo # viene un vecino a acariciarlo se arremolina en ste # lo festeja, igual hacemos nosotros. este hombre me tuvo consideraci$n. me obse"uiaba, pasaba casi a diario por mi trabajo a dejarme el almuer!o # me llamaba en las tardes para conversar de cosas sin relevancia por"ue los temas no importaban # s$lo deseaba conversar. no era ni servil ni un tonto enamoradi!o, # apareci$ en ese instante, como el vecino "ue rasca el lomo al perro # le acerca un plato con comida. uno podra preguntarse "u es el amor. o es una simple reacci$n "umica o bien una compleja sumatoria de condiciones tales como experimentar pa!, afecto, sentirse acompa%ada, divertida # respetada. creo en fin, aun"ue para ello deba acudir a un brutal reduccionismo, "ue no es ms "ue una simple reacci$n "umica "ue no podemos controlar # "ue no necesariamente nace de la sumatoria de tales condiciones. por"ue sta sin la reacci$n s$lo se le parece, mas no sobrevive largamente. en cambio, la existencia de la reacci$n "umica persiste aun cuando estn ausentes todas las condiciones "ue digo componen el concepto amor&. haba resuelto conformarme con los componentes no necesarios # olvidar la "umica. # pareci$ fcil por la ausencia de referencias de hernn. pero al poco tiempo reapareci$, probablemente por"ue se haba enterado de mi nueva esperan!a. volvimos a vernos pese a "ue deba ocultarse para consagrar nuestras citas, a las "ue ciertamente no pude negarme. al prolongarse esa situaci$n comen!$ a jurar amor # arrepentimiento por partes iguales hasta "ue me convenci$ de terminar con a"uel hombre al "ue me haba asido como a un madero en el ocano. lo hice pese a "ue lo vi sufrir. sent culpa pero tambin poder. todo es, al fin # al cabo, como una extensa cadena de mando. el amar desguarnece # sub#uga. entend "ue a"uel hombre me amaba con la misma intensidad con "ue #o amaba a hernn, # "ue ambos estbamos irremediablemente perdidos. ello demuestra mi incapacidad para concebir el amor como una relaci$n entre iguales, como una idlica uni$n de dos seres fundada en la gentile!a. estimo "ue siempre es as en el fondo de las cosas # todo lo dems no pasa de ser una simple cubierta, un tenue velo "ue una ve! se le arranca deja aflorar la parte ms oscura de nuestro instinto. pensemos por ejemplo en la tan manida necesidad de
protecci$n "ue decimos tener las mujeres. 1"u es eso sino la necesidad de contar con un protector, con una especie de se%or bueno a cu#o vasallaje nos sometemos bajo el pretexto de sentirnos c$modas # seguras2 pero el vasallo es vasallo tanto del se%or gentil cuanto del se%or perverso, # podemos preguntarnos si esa necesidad de protecci$n no es la versi$n tami!ada # edulcorada de la necesidad de vasallaje. #a se podr adivinar "ue la recompensa a mi decisi$n fue escasa. pudimos volver a vernos en pblico, # debo reconocer "ue durante casi un mes compartimos cerca de die! o "uince veladas, aun"ue s$lo volvi$ al departamento para pasar en l la noche no ms de tres o cuatro veces. al mes siguiente no llam$ ms "ue en dos oportunidades # luego desapareci$ de mi vida por igual perodo. nada me haba prometido # nada le exig #o. # tampoco "uise recuperar al hombre "ue haba abandonado aun"ue estaba segura de obtener su perd$n. esta historia se repiti$ en otras dos ocasiones. bastaba "ue #o iniciara algn nuevo romance, "ue llegara a sus odos "ue me haban visto con otro hombre, para "ue reapareciera # por lo tanto para "ue #o negara toda esperan!a a mis ocasionales pretendientes. de igual modo, # con la misma matemtica precisi$n, se suceda su abandono. a los casi tres a%os de este pendular uso "ue me proporcionaba, decid ponerle fin. convencida de "ue mi capacidad de dolor se haba colmado, dirig mis esfuer!os a buscar empleo en otra ciudad. lo consegu # tras una rapidsima mudan!a me encontr a ms de trescientos kil$metros de mi calvario. debo entender por lo "ue sigui$ "ue me subestim, "ue el po!o negro de mi dolor era mucho ms hondo de lo "ue pensaba # "ue an cabran otras sabias # sutiles dosis. con la a#uda de mi padre obtuve trabajo en una empresa importante de una ciudad del litoral del pas. all al"uil un diminuto departamento de un ambiente en un no mu# buen barrio. al principio, la soledad era aplastante, sin embargo, me justifi"u ante mi familia dicindoles "ue era una importante mejora laboral "ue deba aprovechar, # al mismo tiempo una manera de escapar del crculo vicioso en "ue me encontraba. resulta curioso como asociamos el despla!amiento fsico con el olvido, como si el movernos, si el mudar el cuerpo de lugar, tuviera alguna relaci$n con el proceso mental de la memoria. la posibilidad de la partida, de no ver las mismas paredes, los mismos rostros, se nos figura como estar al borde de la ruptura del crculo, de estar a un paso de hallar el "uiebre a un eterno retorno. pero esa visi$n esperan!ada carece de fundamento. a la brevedad contrast$ con el l$gico aislamiento a "ue necesariamente deba someterme una nueva ciudad, un nuevo trabajo # nuevas caras. al principio pasaba los domingos caminando al borde del ro. el domingo es el peor de los das de la semana # las caminatas eran tan largas como l. durante esas tardes clidamente a!ules record una ve! ms al hombre "ue abandon ante la insistencia de hernn. fue mi segundo hombre # reviv las noches en su pe"ue%a casa junto a la estufa. ese recuerdo me haca reflexionar sobre los contrarios. el maltrato nos hace a%orar la gentile!a, pero 1por "u al tiempo ella sola no basta2 1por "u mi peculiar condici$n me lleva a a%orar el maltrato durante la gentile!a # a sta durante el maltrato2
estando #o en esa especie de caldo de cultivo frtil una ve! ms reapareci$ hernn. luego de extensas charlas telef$nicas, con reproches # llantos, volv a entregarme a l en forma sistemtica todos los fines de semana, en los cuales viajaba a mi nuevo hogar con un renovado entusiasmo "ue sin duda aliment$ mis expectativas. obtuvo entonces "ue mi devoci$n fuera ms fuerte "ue la promesa de una nueva vida. me pidi$ "ue volviera con l # lo hice. abandon mi nuevo empleo # como #a nuestro antiguo departamento haba sido nuevamente arrendado, volv a casa de mis padres. me dijo "ue todava estbamos demasiado heridos como para volver de inmediato a vivir juntos # "ue intentaramos asemejarnos a un novia!go. tuve su favoritismo, # creo "ue hasta su exclusividad, por algn tiempo. igualmente # como siempre, volvi$ a dejar de llamarme. esta ve! s me cre asistida del derecho a preguntar, # por toda respuesta supe "ue haca poco haba conocido a otra mujer, "ue viva en la capital # "ue era con ella con "uien tena pensado estabili!ar su vida. as me encontr, otra ve! en nuestra comn ciudad, sin nuestro departamento # sin el trabajo "ue haba dejado voluntariamente por otro al "ue tambin dej para volver con l. no fue ste sin embargo nuestro ltimo contacto. dos veces ms lo vi durante su novia!go con julia. en tales ocasiones pas$ revista a todos nuestros divertimentos como "uien desea potenciarlos para recordarlos vivos. como el amo "ue debe liberar a su siervo ejerce despiadadamente su podero hasta el ltimo instante de servidumbre, as me oblig$ a entregarme a l en un ba%o de su lugar de trabajo. # al llevarme a casa, en la penumbra de la escalera "ue conduce al departamento paterno, hi!o "ue me arrodillara en los escalones para ejecutar una subrepticia fellatio. cumpl su orden aterrada de "ue se abriera alguna puerta, de "ue mis propios padres pudieran verme en la penumbra, de rodillas sobre dos escalones mientras hernn aferraba mi cabe!a contra su entrepierna # la mova a su antojo tirndome del cabello. nada haca #o, l manejaba mi boca a su arbitrio, cual si tuviera una cosa entre sus manos. cuando el esperma brot$ furioso # a borbotones comen!$ a gritar trgalo, trgalo&, # lo hice entre aspavientos. enseguida se fue. al da siguiente extrem$ nuestras ideadas torturas a las "ue gustosa me someta al punto tal "ue, por momentos, el dolor lleg$ a opacar al placer. supe inmediatamente "ue haba decidido poner fin a nuestros encuentros, mas no lograba descubrir el motivo. su confesa relaci$n estable con otra mujer no poda serlo, pues si realmente me conoca, deba de saber "ue estaba en condiciones de soportarlo. sin embargo, a los pocos das comprend, aun sin entenderlos, los m$viles de esa decisi$n "ue #o intu a travs del inusual salvajismo de nuestro placer. # no fue por l sino por los l$gicos comentarios "ue se difunden en una ciudad pe"ue%a "ue me enter de su inminente casamiento con julia. enseguida vi el valor "ue l podra profesarle a ese acto, # "ue esa ceremonia, ese segundo "ue es apenas relevante en la historia del hombre, poda ser una lnea divisoria entre el ho# # el ma%ana. supe "ue para l una cosa era dividirse entre julia # #o permaneciendo soltero # una mu# otra estando casado. fcil ser imaginar la sensaci$n "ue tuve con tal noticia. no fueron celos ni desesperan!a. me arrobaba el mismo temor "ue debe embargar a un preso acostumbrado a la crcel ante la proximidad de su libertad. nos basta con imaginar a alguien cu#a vida entera, o su ma#or parte, desde su adolescencia, ha transcurrido en reclusi$n. pasan veinte, treinta
a%os, # de pronto, sabe "ue al da siguiente debe enfrentar un mundo desconocido. no conoce otras reglas "ue las de sus carceleros # ha llegado a acostumbrarse a stos como un ni%o a sus padres. no existe para l otro mundo "ue el "ue conforman esos muros donde se aprende a servir # a callar. de golpe, de manera tan brutal como si se tratara de una amputaci$n, se le arroja fuera # no le "ueda otra perspectiva "ue vivir perdido # desorientado. me figuro por otra parte "ue ese ltimo da en prisi$n, el guardia se ensa%ar con el preso por el temor a perderlo. por"ue, 1"u es l sino la sombra de su recluso2 al desaparecer ste a"ulla deja de pro#ectarse, desaparecen juntos por"ue cada uno necesita del otro para ser lo "ue es. # como sabe "ue ambos ingresarn en la nada, el carcelero descargar su ms brutal castigo sobre el pupilo. a su manera, fue lo "ue l hi!o. deb enfrentarme entonces con mi libertad # tuve tiempo para evaluar # reflexionar. los a%os de separaci$n haban sido ms "ue los "ue habamos vivido en pareja. esa reflexi$n me asust$. haba sido tomada # descartada durante ms tiempo "ue a"uel en "ue me haba dispensado su exclusividad. la etapa en "ue tenamos nuestro hogar, en "ue recibamos amigos # nos comportbamos cual una pareja comn apareca mnima, irrelevante, frente a la otra etapa. la del eterno retorno, la de huir # volver. la idea de regresar siempre al mismo sitio como si ello fuera parte de una condena infernal aterra. basta imaginar "ue alguien estuviera condenado a revivir peri$dicamente el dolor ms extremo de una enfermedad. cuando se cree pr$ximo a la cura, cuando el cuerpo se acomoda al alivio, regresa a los dolores "ue lo anudan como una consecuencia l$gica e inevitable del aparente alivio "ue siente. luego de varios retornos #a no "uiere el alivio por"ue sabe "ue es la antesala de su sufrimiento, aprende a vivir en esos ciclos # a temer la calma. mi tiempo de enfermedad haba superado a mi tiempo de salud, era cual si ocupara la totalidad de mi existencia, a ese tiempo me haba amarrado # ahora me expulsaban de l. hice un ltimo intento # llam a hernn pocos das antes de su boda. le dije "ue no tena por "u renunciar a m, "ue poda tomarme cuando "uisiera, "ue si tena temor a "ue su esposa lo descubriera podramos encontrarnos en otra ciudad, "ue contara con mi discreci$n. no me importaba en ese momento humillarme. el miedo al abandono era infinitamente ma#or "ue el temor a la humillaci$n. ah estaba #o, casi entre llantos, implorando un lugar en la vida de un hombre, un lugar cual"uiera, por pe"ue%o "ue fuera, por mnimo # denigrante "ue se lo considerara. mendigando ser una amante ocasional, prefiriendo ser una aventura para mitigar el aburrimiento. #a no tena pro#ectos de vida, planes, nada. no me interesaba formar una familia, tener hijos, envejecer con alguien. s$lo "uera un pe"ue%o espacio, por humillante # ridculo "ue fuera. le dije "ue poda hacer conmigo lo "ue deseara, "ue me ocultara del mundo para verlo, "ue consagrara mi vida a esas citas, donde, cuando # c$mo l "uisiera. s$lo tuve por respuesta un devaluado discurso acerca de "ue deba encau!ar mi vida, "ue buscara un hombre # me casara. pareca no saber c$mo explicarse, estar sorprendido de mi llamada, no comprender mi actitud. confieso "ue hubiera preferido una respuesta menos paternalista # s ms hiriente, "ue por lo menos me hubiera alentado, "ue me hubiera dejado una pe"ue%a esperan!a, "ue me permitiera consolarme con "ue en cual"uier momento l me buscara # continuara dndome lo "ue hasta ese momento me haba tocado. a"uellos das estn guardados en mi memoria, envueltos en una suerte de nebulosa.
apenas tengo recuerdos vagos "ue no puedo relacionarlos con tiempos # lugares, # me es difcil hilarlos racional # cronol$gicamente. s "ue tom demasiados somnferos, "ue vagu por muchas calles con la mirada perdida, "ue alguna ve! me ocult frente a su casa con la secreta esperan!a de verlo salir o entrar. "ue fui dejando pasar los das con la ntima convicci$n de "ue hernn volvera a buscarme como lo haba hecho tantas veces antes. "ue un da me citara # me ordenara desnudarme. esa sola esperan!a me bastaba para ser feli!. sin embargo nada de eso sucedi$. he dicho #a "ue hernn nunca lleg$ al lmite de mis reales posibilidades de sumisi$n, por lo "ue conclu#o "ue nunca fue un efica! manipulador de mis desgracias. me explicar.
captulo
al d!a siguiente a la ma%ana siguiente hernn se levanta con dolor de cabe!a por el alcohol, pues es de suponer "ue luego de su cita con aurora se ocult$ hasta tarde en alguna 4hiskera para leer el mensaje de mara. su primera impresi$n es la de haberlo so%ado todo pero al minuto reconoce la realidad. preguntas tales como 1"u se trae mara2& o 1en "u se est l metiendo2& es lo primero en "ue piensa antes de saltar de la cama. se levanta, pasa por el escritorio # mira de reojo el portafolios en el piso por"ue en l est ocult$ el cuaderno de mara. comprueba "ue est intacto # sigue viaje a la cocina. en ella est julia preparando el desa#uno. se besan, se sienta a la mesa # se apresta a beber el caf. como julia nada sospecha hablan de cosas intrascendentes. pero hernn se va a su trabajo dudando "u hacer. la reacci$n "ue se le presenta como ms l$gica es llamar a aurora, # #a "ue ella ofici$ de correveidile, exigirle "ue ponga las cartas sobre la mesa. al fin # al cabo #a estn todos grandecitos para tama%a tontera. puede decirle entonces "ue si lo "ue esa ridcula dupla de hermanas "uiso fue hacerle sentir culpable por el intento de suicidio de mara, no lo han logrado en absoluto. despus de todo, mara no hi!o nada "ue ella no "uisiera hacer. eso es, se dice como al borde de una revelaci$n. considerndose un tonto por no haberlo visto antes, resuelve "ue lo "ue ambas hermanas buscan es una tortuosa forma de reprocharle # estimular su culpa. pero inmediatamente conclu#e "ue en definitiva s le cabe algn reproche, pero "ue si le cabe a l, tambin le cabe a mara. lo "ue primero vio como una ltima confesi$n lo ve ahora como una inesperada forma de recriminarle. por"ue 1"uin podra imaginar "ue una mujer, luego de ingerir cantidades de frmacos para "uitarse la vida, le enve a su ex amante, de su pu%o # letra, un relato de la historia "ue vivieron juntos, si no es con el fin de decirle "ue es l el nico culpable de su actual situaci$n2 la diferencia entre una # otra visi$n es sustancial. por"ue si fuera lo primero, es decir, la confesi$n, debi$ haber sido escrita antes del frustrado intento de suicidio. pero hernn #a descart$ esa idea, # entonces su redacci$n debi$ ser posterior. ello indicara "ue o bien mara no recuper$ la cordura luego de un acto tan extremo o bien "ue algo trama.
decide entonces salir de dudas # llama a aurora. la cita se vuelve a concertar en la capital no sin alguna resistencia por parte de ella. hernn la convence dicindole "ue lo "ue deben hablar puede ser de gran a#uda para mara. la confitera es la misma "ue la de la primera cita. est frente al mar # tiene una terra!a con mesas # sombrillas cubriendo las mesas. como se sientan afuera deducimos "ue corre el verano. se trata de uno de esos lugares donde esposas # jubilados concurren cerca de las seis de la tarde a tomar t o caf con leche # masas. hernn admira a la gente "ue espera la hora del t como l espera la hora del 4hisk#. se le antoja "ue revelan una ma#or pa! interior # "ue poder conciliar el sue%o sin alcohol los hace en parte superiores a l. comien!a preguntndole si no le#$ el cuaderno, a lo "ue recibe una respuesta negativa. le dice "ue ha pensado en ir a ver a mara, pero lo dice como "uien saca el alfil de su casilla esperando la reacci$n del adversario. a aurora no le parece conveniente # entonces hernn mueve su otro alfil. insiste por"ue argumenta "ue le ser ms fcil verla mientras ella permane!ca internada en la capital "ue cuando regrese. # si bien, como dijimos, se trata de una nueva jugada, en caso de tener "ue ir realmente a verla lo prefiere as por"ue piensa "ue en la capital estar fuera del alcance de julia. luego de apurar el caf pide una copa por"ue nos acercamos a las ocho # est anocheciendo. con el primer sorbo insiste en "ue no puede creer "ue aurora no ha#a ledo el escrito de su hermana. dijiste "ue poda ser su diario pero parece escrito para ser ledo por un tercero, le enrostra, # los diarios no tienen otro destinatario "ue su propio autor. tampoco tiene el tono telegrfico # desordenado de un diario # parece escrito de un solo # largo tir$n. aurora le pregunta por "u le extra%a tanto "ue ella no lo le#era. bueno, dice hernn, es tu hermana # por otra parte siempre est la curiosidad. te admiro por vencerla, aun"ue si cambisemos de posici$n "ui!s #o s lo habra ledo # te contestara lo mismo. por eso debo pensar "ue s, "ue lo has ledo # hablarte partiendo de ese presupuesto. # es por esa manera de ra!onar "ue las pr$ximas palabras de hernn se parecen ms a una justificaci$n "ue al pedido de explicaciones "ue lo movi$ a concertar la cita. no me hace sentir orgulloso el "ue lo sepas, comien!a a decir como inculpndose. no finjas desconocer de "u hablo. mal puedo no sentirme desnudo ante ti # #a sabes lo "ue eso significa. debes saber, contina, "ue si bien cada lnea es cierta jams tuve la explcita intenci$n de 1c$mo es "ue dice ella2 1graduar su dolor2 bueno, lo "ue sea. as proced por"ue la necesitaba. nunca conoc a una mujer como tu hermana. creo "ue deliberadamente buscaba generar en m una especie de soberbia, "uera "ue me emborrachara con ese poder "ue ahora ella dice haberme concedido. era su forma de atarnos. la recuperaba con persistencia por"ue en algunas noches de soledad # 4hisk# llegu a pensar "ue necesitaba de su esclavitud, # la abandonaba por la sencilla ra!$n de "ue saba "ue poda recuperarla. hernn se interrumpe, pide su segundo trago # enseguida se encuentra ahondando su confesi$n. aurora es la ltima persona "ue se imagin$ podra recibirla. cuando viva con
mara sus relaciones con aurora eran meramente formales, parcas. de ella todo le desagradaba # le era extremadamente difcil hallarle algn atractivo. # no hablamos de su aspecto, "ue por cierto no admite dos ju!gamientos distintos, sino de su carcter. si ella fuera una palabra sera la palabra anodina&. si fuera un color estara en la gama de los opacos. es uno de esos seres "ue pasan por el mundo sin dejar la ms comn e intrascendente de las huellas # parecen ms un error de dios "ue una manifestaci$n de su voluntad. pero ante ese ser desventurado escupe hernn una rpida e involuntaria confesi$n sin saber con claridad "ue es lo "ue lo est llevando a traicionar su prop$sito. puede ser el alcohol 5est acabando su segundo vaso5 o "ue la an fresca confesi$n de mara hace nacer en l la necesidad de la rplica. desde siempre he tenido el temor a la prdida, le dice. temor a perder mi empleo, temor a perder a una mujer. por eso me enfrascaba en relaciones a medias. al involucrarme poco saba "ue no tena necesidad de abandonar por"ue en esos casos el abandono est siempre presente, es una posibilidad permanente admitida tcitamente # "ue por lo tanto no re"uiere un ma#or esfuer!o. es ms, en esos casos el abandono no se trata de algo real, corp$reo, # por no serlo carece del riesgo "ue le es inherente3 la prdida irremediable # absoluta de toda posibilidad de recuperar. ese riesgo era inexistente con mara, por lo "ue su garanta de permanente servidumbre era a la ve! el detonante "ue promova su abandono. 1por "u me cas entonces con julia2 la sed de cambio, de vivir una vida estable # plcida, de engordar # beber. por"ue tambin debes saber "ue mara no dice toda la verdad. la sola lectura de sus notas puede dar una imagen parcial de los verdaderos motivos de nuestra separaci$n. lleg$ un punto en "ue la vida con ella se volvi$ insoportable. "uera controlar todos los aspectos de mi vida, termin$ por desarrollar una obsesi$n no s$lo en contra de otras mujeres sino tambin de cual"uier tipo de actividad en "ue ella no participara. si me reuna con amigos a tomar alguna copa # me demoraba en volver a casa, la encontraba llorando al borde de la cama, me deca "ue la estaba despla!ando, "ue estaba constru#endo una vida en la "ue ella no tena cabida. imagnate, esa sensaci$n a ra! de un simple encuentro con colegas luego de un da de trabajo. # as siempre. siempre un cmulo de reacciones cada ve! ms desproporcionadas. s, se es el trmino exacto, dice como reflexionando para s en vo! alta. la desproporci$n. una ve! se le meti$ en la cabe!a "ue #o tena algo con una telefonista del sanatorio. vena entonces a verme todos los das. al medioda me traa el almuer!o aun"ue saba "ue #o prefera comer fuera. lleg$ a esperarme al final del turno con cual"uier excusa. lo pueril de sus explicaciones e inventos no podan ocultar lo "ue en verdad era su motivaci$n3 una cierta vigilancia fruto de unos mal disimulados e infundados celos. poco a poco esas actitudes se fueron reiterando # hacindose cada ve! ms frecuentes. creci$ en ella la necesidad de conocer cada uno de mis pasos, de saber d$nde me hallaba a cada momento del da. si llamaba al sanatorio # no me encontraba se desesperaba. en una de esas ocasiones dej$ abruptamente su trabajo # comen!$ a deambular por las calles a pie. se fijaba en cada bar, en cada tienda, fisgone$ en el estacionamiento del nico hotel decente de la ciudad # llamaba cada "uince minutos al sanatorio desde telfonos pblicos para saber si #o haba regresado. como no tuvo xito en su bs"ueda volvi$ # pregunt$ nuevamente a la enfermera. .sta le dijo "ue no saba d$nde estaba, "ue s$lo haba avisado "ue regresara en una hora. entonces se fue. en realidad haba ido al hospital pblico donde un colega "uera consultarme acerca de un
paciente. cuando volv a casa mara hi!o un verdadero escndalo. casi se ahog$ en llanto # amena!$ con irse. s$lo se calm$ cuando tras casi una hora logr convencerla de la verdad de mi historia. me reproch$ empero no haberla avisado antes de salir. como comprenders, continu$, me senta cada ve! ms asfixiado, con cada ve! menos espacios. la contracara de esa obsesi$n comen!$ a parecerme grotesca. como ella intua "ue su persecuci$n se me estaba haciendo intolerable durante el da, pretendi$ compensarla complacindome en las noches. llegaba # encontraba la mesa romnticamente puesta # a mara a su lado ataviada con la ms atrevida lencera # dispuesta a reali!ar las ms excntricas fantasas. no comprenda "ue eso s$lo no bastaba. su enfermi!a obsesi$n estaba opacando los placeres de nuestra intimidad. luego de sufrir sus desplantes a mis compa%eras de trabajo, "ue me ocultara las invitaciones a reuniones sociales, "ue fingiera enfermedades cuando deba viajar a algn congreso, no poda verla en las noches sino como un ser obsesivamente lascivo # nada ms. cuando abra la puerta de casa # me reciba desnuda #a no vea a a"uella mujer cu#a estudiada sumisi$n nublaba mis sentidos # exacerbaba mi libido hasta lmites nunca antes vividos. no, ahora esa imagen se me figuraba de otra manera. ante m tena a una mujer extraviada # "ue utili!aba su propia lascivia para hacerme olvidar el tormento a "ue me someta durante el da. una noche estall # le dije "ue se vistiera, "ue no fuera ridcula, "ue estaba dando un espectculo pattico. comen!$ a temblar # a ahogarse, como si el enfrentamiento con la realidad fuera en ese momento demasiado para ella. le di un sedante # no hablamos ms del asunto, pero #a nuestra convivencia estaba llegando al final. es cierto "ue bus"u a otras mujeres* es cierto "ue comenc a hacerle desplantes, pero ha# "ue entender "ue era mi forma de reaccionar, mi manera de liberarme, de volver a respirar. de pronto hernn advierte "ue se ha desviado el curso planeado de la conversaci$n. nada puede reprocharle a aurora puesto "ue fue l "uien lo desvi$. revela entonces el real motivo de la convocatoria, "ue no es a#udar a mara sino exigir cuentas, lo "ue sabe "ue en el fondo es tanto como a#udarse a s mismo. le dice as "ue s$lo tiene dos cosas claras. la primera, "ue le ha entregado ese cuaderno por alguna ra!$n, # la segunda, "ue existe otro con la continuaci$n. saca entonces el texto de dentro de su portafolios, lo abre en la ltima pgina # se lo muestra apo#ando el dedo ndice en la ltima frase. aurora le vuelve a desconocer toda intenci$n o complicidad # ahora es ella la "ue mueve su alfil. le dice "ue puede hacer algo por l, # "ue ese algo es tan sencillo como trasladarle la pregunta a mara, pedirle a ella de su parte una explicaci$n # llamarlo para transmitirle su respuesta. en eso "uedan al irse. hernn entonces dedica un tiempo a caminar por la costa por"ue desea reflexionar. no ha# duda "ue el mensaje de mara es una suerte de reproche, pero 1debe l realmente sentirse culpable de algo2 existen incontables parejas "ue se abandonan, se dice, # no por ello alguien intenta "uitarse la vida. cierto "ue en algunos casos sucede, pero 1en esos contados casos ha# "ue achacarle a la otra parte el haber provocado esa decisi$n enfermi!a2 "uien toma ese partido lo hace mediando una reflexi$n ntima, personal, independiente. 1por "u pensar "ue el otro ha de alguna manera incidido en ella2 por supuesto "ue un abandono puede ser la causa de tal proceder, pero 1ha# "ue seguir de ello "ue en esos caso le est a una persona vedado el abandonar, cuando ste es un hecho casi cotidiano, diramos "ue hasta natural2 no. si as
fuera, habra "ue concluir en "ue existen personas "ue tienen un deber especial, el de permanecer atadas a otras para "ue stas no ejecuten un acto "ue en esencia es una decisi$n personal, # eso sera una carga "ue no se le puede imponer a nadie, un sacrificio inmoral. de ninguna manera entonces el suicidio puede ser imputado a otra persona ms "ue al suicida mismo. puede identificarse la causa del suicidio 5un enga%o, una enfermedad, etctera5, pero nunca puede afirmarse "ue el suicidio fue a causa de otra persona. a lo sumo habr sido a causa de un acto de esa otra persona, pero si ese acto no es en extremo reprobable, si se trata de un acto "ue la ma#ora de las gentes lo sufren sin "ue sean conducidas por l a tan drstica decisi$n, ninguna culpa cabe endilgarle al autor del mismo. pero puede pensarse tambin "ue su caso excedi$ el mero abandono, "ue no fue un acto nico # definitivo sino una especie de movimiento pendular, de atracci$n # recha!o. # aun as 5se pregunta5 1cul es su culpa2 1no le bastaba a mara simplemente negarse para poner fin a ese movimiento2 1acaso no le hubiera bastado cerrarle las puertas, no contestar sus llamadas2 1"u le impeda hacerlo2 1se le puede achacar a l culpa por buscarla cuando ella siempre estaba pronta a arrojarse a sus bra!os2 no. mara es un ser adulto, normal, "ue s$lo sufri$ un desenga%o amoroso. no es culpa su#a si lo dramati!a, si lo lleva a estos extremos. se convence entonces de "ue no tiene ma#or responsabilidad en lo sucedido # "ue tampoco la tiene si estos escritos "ue recibe son el fruto de alguna especie de desvaro. de la misma manera en "ue uno no puede ser culpado por la decisi$n de autoeliminarse "ue adopte de otra persona, tampoco puede pensarse "ue sea responsable por el desorden mental de a"ulla. inevitablemente se pregunta si debe seguir con esto. los escritos de mara revivieron en l pocas dolorosas, #a "ue nunca se haba visto a s mismo como un manipulador. mu# por el contrario, cuando la buscaba, lo haca sinceramente. no "uera volver a vivir con ella pero tampoco conceba perderla definitivamente. 1por "u culparse si ella tambin segua su juego2 cuando as piensa no la concibe como una mujer "ue no poda decir no& sino "ue lo hace por"ue prefiere pensar "ue tena libertad de elecci$n. tuvo esa libertad cuando dej$ a a"uel hombre "ue ahora no recuerda como se llamaba. cierto "ue l le dijo estar arrepentido # amarla, pero ha# cosas "ue se dicen en momentos de pasi$n # los celos empujan hacia esos momentos. por ello no puede decirse "ue no fuera sincero. al fin # al cabo eso sinti$ en ese instante. no poda soportar el pensar "ue la perdera para siempre. supone "ue ese hombre se llamaba pre! e imaginaba a mara como la futura se%ora pre! # eso justificaba su desesperaci$n # por lo tanto su obrar. cuando llega a su casa es nuevamente tarde # tiene una escena con julia. le dice "ue se encontr$ con un amigo en montevideo # se demor$ tomando un trago con l. en el fondo julia sabe "ue no la enga%a # no cree en absoluto "ue la demora se deba a alguna aventura. es s$lo "ue no le gusta "ue llegue tarde # as se lo hace saber. hernn ve "ue las cosas han rodado bien con su esposa durante este a%o # medio de matrimonio. le gusta su compa%a # disfrutan de pe"ue%os placeres juntos, placeres a los "ue nunca antes les haba dado importancia. aprendi$ con ella a disfrutar de paseos cotidianos, de largas caminatas, das de campo o el sabor de las charlas. les gusta especialmente leer un libro juntos, comentarlo, anali!ar un personaje como si se tratara de un ser real, como "uien habla de un amigo o de un conocido, ju!gar sus actitudes o
descubrir sus defectos. esto era para l la anttesis de su relaci$n con mara. los encuentros con ella tenan el nico sentido del sexo. el erotismo lo dominaba todo, desde la comida hasta los dilogos. cada palabra, cada paseo, eran un pretexto para hurgar en el sentido sexual de todas las cosas. se embadurnaban el cuerpo con comida # se laman mutuamente hasta saciar su apetito* se tocaban constantemente # sus miradas tenan siempre una ine"uvoca picarda. si bien ello estaba ausente en su matrimonio con julia, en modo alguno pensaba "ue no estaba satisfecho con su forma de ser. es desenfadada # alegre en la cama, # el sexo es entonces un condimento ms de una existencia plena. no tienen desencuentros en ese plano, # hernn llega a preguntarse c$mo es "ue no los tienen cuando todo es tan diferente con ella. no alcan!a a comprender la ra!$n, aun"ue por un segundo parece vislumbrarla. se trata de una de esas verdades relmpago, "ue aparecen # se van en una mnima fracci$n de tiempo durante la cual se la ve con claridad # al instante siguiente se la olvida, # no puede ser enteramente reconstruida pese a los ma#ores esfuer!os. eso le sucede # no puede asir ese fuga! pensamiento. sabe "ue estuvo al borde de una verdad fundante de su personalidad # no puede reconstruirla.
captulo "
apuntes del autor existen ciertos trminos, ciertos calificativos contenidos en las cartas, "ue me a#udan a imaginar los rasgos esenciales de hernn. ciertos tonos "ue me revelan sus ntimas dudas # algo ms3 una especie de sello personal "ue calificara como volubilidad. en algn momento, durante el frenes "ue me asaltaba # me impulsaba a sumergirme, con paciencia de exgeta, champoli$n en su piedra rosetta, en los preciados manuscritos, llegu a dudar de cun objetivas podan ser mis inferencias acerca del personaje o si, por el contrario, no resultaban ms "ue una introspecci$n del autor, un simple reflejo de la fuer!a "ue mova la mano # la pluma, incapa! de despojarse de sus miedos, de sus cobardas, sus pasiones # 1por "u no2 hasta de sus fantasas. # as, stas lo contaminaban todo, invalidaban las hip$tesis, convirtindolas en meras conjeturas, en vulgares copias, producto de una transmigraci$n no "uerida, pero a la postre imposible de evitar. "ui!s, me digo, he comen!ado a tener por mara la misma obsesi$n "ue atormentaba a hernn, pues, al igual "ue lo imagino a l, paso horas le#endo estas pginas manuscritas # dibujo en mi mente a su autora. 1reacciona entonces hernn como #o reaccionara de estar en su lugar2 1son sus pensamientos o los mos2 1logro, aun cuando s$lo sea a travs de una vaga aproximaci$n, al menos entrever sus cavilaciones2 cun difcil es tratar de mantenerse fiel, imparcial, reconstruir no hechos sino dudas, imaginar a otro evaluando opciones, caminos, consecuencias # destinos, cuando no es uno "uien deber sufrir esas consecuencias. as paso las horas. inm$vil ante el papel en blanco, hurfano de ideas, cuestionando no #a los resultados sino el procedimiento mismo. # de pronto, me asalta el consuelo de pensar "ue ello no importa, "ue hernn es un personaje esencialmente secundario, "ue ha# algo ms trascendente para m en los escritos, algo superior por descubrir. una revelaci$n, un mensaje oculto "ue se me escapa, "ue no logro asir* "ue est ah, pero "ue no* "ue s pero tal ve!* "ue en otro momento, con la mente ms fra # descansada. # enseguida me digo "ue el tono eminentemente narrativo de estos
manuscritos pareciera estar destinado a alguien ms "ue a hernn. pareciera trascenderlo, revelar el nimo de contar su historia a la humanidad, de desnudarse completamente al mundo ejercitando un impdico exhibicionismo "ue me vuelve a centrar en los oscuros laberintos de su cerebro. toma cuerpo nuevamente la idea de emprender su bs"ueda, de no "uedarme en a"uellas inocentes visitas a su pueblo, de avan!ar un poco ms "ue lo "ue pude hacerlo en a"uella inconducente pes"uisa. conoca la ubicaci$n exacta de la casa de sus padres, el sanatorio donde debieron de ser frecuentes sus escenas de celos, # algn propietario deba de tener a"uel sal$n en el cual ella trabajaba "ue "ui!s pudiera saber algo de su actual paradero. era obvio "ue pensaba en l por"ue dudaba contar con el coraje necesario para buscar # enfrentar a su familia, sin duda la ms directa de las fuentes posibles. pero lo cierto es "ue ni si"uiera estaba seguro de tener la valenta para encarar a la ms inofensiva de esas posibles fuentes. 1"u les dira2 1# si realmente daba con ella2 1le explicara "ue obtuve sus cartas valindome de la amistad con el hijo de a"uel a "uien le fueron confiadas2 1"ue lo "ue comen!$ siendo un objeto de curiosidad cientfica termin$ en el hondo deseo de reconstruir su historia, de conocerla2 guiado por no s "u impulso, una calurosa tarde de sbado abord uno de esos viejos # destartalados autobuses "ue cubren las lneas entre montevideo # sus pueblos satlites, con el objetivo de regresar al escenario de mi historia. descend frente al mismo bar donde haba iniciado a"uella superficial pes"uisa # tom la calle "ue me separaba tres o cuatro cuadras del edificio de dos plantas "ue, segn haba averiguado en a"uella ocasi$n, todava segua siendo la morada de los padres de mara. llegu hasta su puerta # vi entreabierta la ventana del primer piso. entonces casi como un iluminado corr hasta una confitera distante a media cuadra # "ue divis desde el portal. entr # ped con ansia la gua telef$nica. me fue fcil corroborar "ue el apellido se correspondiera con la direcci$n # all mismo me facilitaron un telfono. dis"u el nmero indicado # luego de tres tonos me atendi$ una vo! masculina, anciana # pausada. le dije lo primero "ue me vino a la mente, "ue era un viejo amigo de mara, "ue nos habamos conocido cuando frecuentbamos unos cursos de literatura en montevideo, # "ue deseaba saludarla, puesto "ue haca mucho tiempo no la vea. mu# amablemente me respondi$ "ue ella #a no viva ms all, es ms, "ue haca a%os se haba radicado en el exterior 'curiosamente no me indic$ pas o ciudad-, pero "ue con gusto tomara mi mensaje. me atrev a pedirle el telfono o la direcci$n postal, # la respuesta no me sorprendi$ en absoluto. su padre 5 supongo "ue lo era5 se neg$ a drmelo invocando "ue ella siempre le daba instrucciones de no hacerlo, "ue l me tomara el mensaje # se lo transmitira cuando ella lo llamara. no cre oportuno insistir # me desped amablemente pidindole enviara a mara mis ms afectuosos saludos. por supuesto "ue di un nombre falso # "ue mu# posiblemente el hombre del otro lado de la lnea terminara por olvidarlo. me preguntaba, mientras caminaba sin rumbo por las estrechas veredas, si incluso ese hombre tendra, en verdad # todava, contacto con su hija. me asalt$ la idea de "ue tal ve! su paradero fuera para l tan desconocido como lo era para m. pens "ue debi$ de haber recibido muchas llamadas de amigos reales, "ue al principio le dolan insoportablemente, # "ue el dolor fue aplacndose con el paso del tiempo hasta acostumbrarse a dar mecnicamente siempre la misma respuesta.
esa tarde vagu sin rumbo por el pueblo, trat de compenetrarme con su "uietud # el silencio "ue lo ganaba al oscurecer. me di cuenta entonces "ue las cartas de mara contenan en realidad mu# pocas pistas para dar con su paradero. 1d$nde trabajaba, por ejemplo, su hermana2 nunca lo mencion$. tampoco dio dato alguno "ue permitiera ubicar la clnica en la "ue estuvo internada o la identidad de sus amoros. parece haber "uerido contar la mdula de su historia sin adere!os, sin dejar rastros, para luego desaparecer misteriosamente. s$lo tena un nombre, un padre "ue apareca como una infran"ueable muralla entre ese nombre # mi curiosidad, # el ejercicio literario "ue me estaba ocupando #a ms de la cuenta. decid, ante lo avan!ado de la hora, "uedarme en un modesto hotel "ue no contaba con ms de seis u ocho pie!as. menos "ue un hotel pareca una pensi$n, de esas "ue acostumbran a trabajar con esa singular ra!a "ue son los viajantes de comercio. me sedujo la idea de pernoctar en la ciudad de mara, en esa ciudad baja # modesta "ue pareca habrsela tragado, haberla borrado de todos sus registros, haberla olvidado o disimulado detrs de una emigrante ms. esta ciudad sabe ocultar bien a sus fantasmas, me dije, a la ve! "ue devanaba mis sesos ideando la manera de obtener ms datos. esa noche, mientras fumaba tirado en la cama, record a a!ul, el fantasma de auster, # el modo en "ue utili!aba mltiples disfraces para entablar conversaci$n con negro, su misterioso vigilado. record el libro por una fuga! asociaci$n con el ttulo. fantasmas se llamaba esa novelita aterradora # misteriosa. como un fantasma estaba percibiendo tambin a mara. presente pero invisible. tangible en las palabras, en la memoria, en los ojos de los pobladores, "ue todo lo ven. pero por otro lado, escurridi!a, inasible. volv a auster. #o tena la ventaja de "ue nadie me conoca # "ue mi inters no era abordar subrepticiamente a una sola persona sino a diferentes. la ma%ana siguiente se abri$ con un sol esplndido, lo "ue por alguna extra%a ra!$n me impuls$ a dirigirme al sanatorio del pueblo # encarar a una enfermera cincuentona "ue por su soltura # familiaridad de trato aparentaba haber trabajado all desde haca largo tiempo. me present ahora como un viejo compa%ero de estudios de hernn, "ue luego de vivir durante ms de "uince a%os en europa, volva de visita a su pas # un nostlgico impulso lo haba llevado a rastrear viejas amistades. en un increble golpe de suerte me dijo recordarlo, pero tambin "ue haca muchos a%os haba abandonado la ciudad. invent haberme carteado con l durante mucho tiempo, pero "ue las cartas, como siempre sucede, fueron espacindose hasta desaparecer, # "ue por eso desconoca su actual domicilio. segu con la falsa historia # me confes mu# amigo tambin de mara, su mujer, # volv a insistirle en "ue deseaba volver a encontrarlos. fue mencionar a mara para "ue la mujer abandonara su rostro burocrtico, me mirara con extra%e!a # me enrostrara "ue le pareca "ue #o estaba e"uivocado, dado "ue la esposa de hernn se llamaba julia, "ue lo saba por"ue a veces haba frecuentado la casa. cre estar ahora ms cerca de algo concreto # admit una confusi$n en los nombres. los a%os # la distancia suelen jugarnos malas pasadas. por otra parte, mi amistad era con l, no con su esposa, as "ue era comprensible un trabu"ue en los nombres. # all, sin otro se%uelo "ue la locuacidad de mi interlocutora, me enter de "ue hernn # julia se haban marchado
juntos del pueblo haca #a varios a%os, "ue una ve! cre#$ verla a ella caminando sola por una calle de montevideo pero "ue por la rapide! con "ue andaba ni tiempo le dio a llamarla. se haban cru!ado tan velo!mente, # ella iba tan abstrada, "ue no pudo atinar a nada. lo "ue ms le haba llamado la atenci$n, me dijo, fue "ue cuando se marcharon, a nadie dejaron nueva direcci$n o telfono, como si algo hubiera pasado, algo imprevisto, importante. como cuando avisan de una tragedia familiar # no ha# tiempo para nada, ni para despedirse, ni para dejar nuevos telfonos. nada. como si se los hubiera llevado el diablo. como si estuvieran hu#endo, como si algo o alguien les pisara los talones. creo "ue hasta hicieron la mudan!a de noche, conclu#$ la enfermera, con lo "ue inmediatamente entend "ue ella tampoco podra a#udarme. pareca a esas alturas "ue se los hubiera tragado la tierra. existir, existieron. pero tres de mis personajes haban abandonado el escenario sin dejar ninguna huella tras de s. como no poda continuar exponindome # deseaba reflexionar sobre los pr$ximos pasos a dar, resolv regresar a la capital. durante el corto viaje reduje a dos las puertas "ue podran conducirme a la tan ansiada informaci$n. o hurgaba en las distintas clnicas psi"uitricas de montevideo, acceder a las cuales me pareca difcil, cuando no imposible, o trataba de entablar algn tipo de contacto con su familia.
captulo #
julia hernn vuelve durante los das siguientes # en ms de una oportunidad al escrito de mara. cada ve! "ue lo hace la sola lectura le provoca una erecci$n. cuando cuadra la descarga luego en su esposa sin decir palabra. en una ocasi$n, luego de leer a escondidas # en el ba%o las primeras pginas del cuaderno, va a la cama con julia # despus de algn rodeo le propone a!otarla. ella lo considera denigrante. es s$lo un juego, dice l. el argumento no la convence, se frustra todo juego amoroso # l termina la noche en el porche bebiendo 4hisk#. contina intentando practicar con su esposa alguno de los ms inocentes juegos "ue la pluma de mara haba revivido # "ue estaban aletargados en su memoria. a ella le parece pueril estar desnuda # sentada a la mesa mientras l cena vestido. le produce asco el solo pensar en "ue orinen sobre su cuerpo # estalla en risas ante la sola posibilidad de ser atada a la cama para hacer el amor. me gusta tener las manos libres para abra!arte, dice, # mantiene su negativa a cual"uier propuesta. # ste es un buen momento para describir a julia. no podemos decir "ue sea la anttesis de mara por"ue ello sera demasiado obvio # una burda simplificaci$n de los caracteres de ambas. tampoco podemos definirla en funci$n de una supuesta anormalidad de mara por"ue "u es la normalidad sino la costumbre de "uien la designa. para comprender a julia debemos decir "ue ella idolatra la durabilidad. sus besos duran, sus abra!os son largos # demoran sus orgasmos. de la misma manera puede uno estar seguro de "ue dura su amor. pareciera "ue dura de esa manera por"ue lo administra para "ue se extienda, para "ue va#a cubriendo los das, # no lo abreva en el primer trago. # as, entendemos "ue
dura por"ue hace caso omiso a la pasi$n, la sabe vivir pero no la necesita para seguir amando cuando desaparece. sabe en definitiva "ue es propia de un momento. percibimos entonces "ue su amor no dura de la misma manera "ue el amor de mara. uno subsiste en tanto se lo alimente # el otro sobrevive si se lo somete a las condiciones ms extremas. pero por su manera de durar el amor de julia pesa. # julia no sabe "ue su amor pesa por"ue cree "ue su durabilidad lo defiende de modo casi permanente. # hernn empie!a a sentir ahora "ue pesa, # no lo saba antes por"ue en ese entonces buscaba esa durabilidad sin conocer "ue los amores pueden durar de distinta forma. con esto "ueremos explicar "ue julia no tiene ninguna culpa si su amor pesa # tampoco la tiene hernn por sentir pesado el amor de julia. del mismo modo, tampoco la tiene mara por responder a su condici$n. mara no puede escapar de sta como julia no puede elegir de "u manera durar su amor. para hernn esas diferencias se condensan es"uemticamente en pocos smbolos. desnudarse es para julia una natural consecuencia de la costumbre. julia se desnuda ante l por"ue se siente confiada # segura. para mara en cambio el desnudarse es la ms pura expresi$n de su condici$n. mara se desnuda para sentirse inerme ante su espectador sin importarle el tiempo, la confian!a o la seguridad. lo hace s$lo si se lo ordenan, # si "uien se lo ordena es un desconocido, tanto ms crece su excitaci$n. .sa es su ms ntima fantasa. por"ue para ella eso es sentirse inerme # sentirse inerme es para ella el principal objeto de su desnude!. para ambas desnudarse es entonces un acto de amor "ue viven de distinta manera. julia nunca fue abandonada pero ha# "ue estar seguro de "ue superar el abandono mitigando el amor. lo sufrir pero difcilmente perdone si ese abandono estuvo precedido del enga%o. #a explic$ mara lo "ue para ella significa el abandono # como lo vive a travs de esa suerte de desarreglo er$tico "ue padece el "ue no es otra cosa "ue no ponerle palabras al sexo. para hernn cotejar a julia con mara es un ejercicio "ue le empie!a a resultar doloroso, # advierte as "ue la situaci$n "ue vive, lejos de entretenerle, se est convirtiendo en un dilema. no sabe "u pensar del tortuoso mecanismo ideado por mara # ejecutado por aurora para hacerle llegar esa especie de relatorio de su relaci$n. .ste puede esconder el inicio de alguna vengan!a o una estudiada manera de volver a atraerlo. tampoco se le oculta "ue existe la posibilidad de "ue la segunda hip$tesis fuera un singular modo de ejecutar la primera. pero ve "ue su dilema consiste en "ue piensa no por"ue le entretiene el juego de mara sino por"ue ste hace "ue la recuerde, # si la recuerda es por"ue le importa. podra seguir el juego # rerse de l # de s mismo pero sigue el juego sin rerse. # se da cuenta de "ue seguir el juego 5si es "ue todo esto se trata de tal cosa5 lo pone frente al dilema de julia # mara. por supuesto "ue sabe "ue puede tener a ambas, pero de igual manera sabe "ue s$lo puede tenerlas en tanto julia lo ignore. .se es un factor "ue lo vuelca a favor de mara pero a la ve! se pregunta si es capa! de abandonar a julia. pasada una semana de su segunda cita con aurora hernn comien!a a decirse "ue ella ha incumplido su promesa # se propone volver a llamarla. sin embargo, ella se le adelanta, se comunica con l a la policlnica # lo cita en la misma confitera de la capital. parca
como siempre le dice casi antes de "ue l se siente3 tengo otro envo de mara, en l te explicar todo. he asumido este papel de correo sin saber mu# bien por "u. ha# s$lo una condici$n. sabes bien "ue ella contina internada. su habitaci$n en la clnica tiene un ventanal "ue da a la calle # desde el cual se ve claramente un bar "ue ha# en la es"uina. es el nico bar, as "ue no tienes forma de confundirte. me dio este sobre para ti, pero tambin me pidi$ "ue s$lo te lo diera si prometes "ue de a"u irs a ese caf # te sentars en alguna mesa pegada a alguna de sus ventanas a leerlo. mara "uiere verte, pero por ahora le prohben recibir otras visitas "ue no sea su familia. es en ese momento "ue la sospecha de hernn de estar sumergido en un nuevo juego se convierte en certe!a. inmediatamente aurora le muestra un sobre. esta ve! parece no tratarse de un cuaderno sino de una simple carta. ello lo alienta por"ue presiente "ue se trata de las explicaciones "ue ha pedido. hernn acepta, paga las consumiciones, toma el sobre # se va. rpidamente llega al lugar pactado. ansioso, est tentado de pedir un 4hisk#, pero la hora, las tres # media de la tarde, lo inhibe # se conforma entonces con un caf. desde su mesa se ve la clnica donde est mara. es un edificio gris # vetusto con un imponente jardn a su frente # una gran verja negra "ue interrumpe un muro de cemento "ue hace juego con las paredes del edificio. el mismo est surcado por tres hileras de ventanas. por ms "ue se esfuer!a no ve a nadie oteando a travs de ellas # decide entonces abrir el sobre # leer el mensaje. mi mu# "uerido hernn3 esto# segura de "ue lo "ue hasta ahora has ledo te es familiar, como igualmente lo esto# de "ue no lo ser tanto lo "ue a continuaci$n te dir. ha pasado #a ms de un a%o largo desde "ue me liberaste. debes saber "ue dedi"u todo ese tiempo a perfeccionar mi mente. he acabado por aceptar mi monstruosidad, al punto de considerarme ho# una pe"ue%a abominaci$n de la psicologa. por una especie de a!ar gentico nac especialmente dotada para la servidumbre # la humillaci$n, # tuve la desdicha de dar contigo. aun"ue como la felicidad nunca es completa tu tarea "ued$ a mitad de camino. mi extra%a "umica mental me condujo durante tu ausencia a imaginar los dolores "ue hubiera "uerido me causaras # "ue jams entreviste. vers "ue ste tambin es un interesante catlogo "ue supera largamente nuestra inofensiva historia. te he dicho #a "ue por lo menos una ve! debiste haber tomado otra mujer en mi presencia, sobre todo en los primeros tiempos en "ue los celos tanto me atormentaban. ah, "ue innombrable placer hubiera sido experimentar el dolor de verte go!ar con otra. esto# completamente segura de "ue aun"ue tu cuerpo hubiera estado sobre ella la atenci$n de tu mente se habra centrado en m. otro de tus errores fue el suponer "ue mi condici$n s$lo te otorgaba la potestad de usarme o dejar de hacerlo, pero olvidaste "ue todo derecho de uso, adems de esas dos opciones, tiene como atributo el de compartir. nunca lo ejercitaste cedindome a algn amigo tu#o, # no creas "ue me hubiera complacido en ello por mera promiscuidad. mu# lejos de tan primitiva sensaci$n, mi placer hubiera
estado en s$lo complacer tu capricho. apuesto a "ue en este mismo momento estas padeciendo una erecci$n, una de las tantas "ue te habr provocado estos das. debes saber "ue mi imaginaci$n es mucho ms fecunda "ue la tu#a. podra haberme esclavi!ado no s$lo a ti sino a tu novel matrimonio, # de haberme llamado os hubiera a#udado en vuestros juegos amorosos. 1lo aceptara julia2 <"u notable experiencia para mi abominable psi"ue la de servir a dos amos= pero deseara expla#arme un poco ms en esta fantasa. ms de una ve! he imaginado "ue me asignaban un dormitorio en vuestro hogar comn, algo pe"ue%o # oscuro, con mucha similitud a una celda. desde l, os escuchaba gemir durante los placeres nupciales. pero tambin he imaginado "ue cuando ambos se hastan de esa peri$dica # limitada mutaci$n de posiciones, cuando ella se sacia de estar arriba # t de voltearla para hacerlo a la inversa, # s$lo "ueda la reiteraci$n, me llaman # #o acudo. so# entonces fuente de diversidad para vosotros. # de ese modo, luego de serviros, me despeds nuevamente a mi cuarto. sospecho empero "ue s$lo a ti # a m nos agradara esa posibilidad # "ue su sola menci$n espantara a tu pobre esposa. no obstante "ui!s me e"uivo"ue, # a tal punto vers "ue he asumido mi condici$n, "ue puedes tomar mi eventual incorporaci$n a vuestra vida con#ugal como una franca # leal propuesta. te confesar "ue tambin me han asaltado otros pensamientos, # stos s "ue me hicieron temer por mi propia ra!$n. pero, como segn te he dicho termin por admitir mi singularidad, me atrevo a contrtelos. vers, he llegado a imaginar cul es el lmite de la esclavitud, cul podra ser el ma#or acto de sometimiento para alguien como #o. # he ra!onado "ue s$lo se esclavi!a ntegramente "uien, a la sola voluntad del amo, acepta renunciar # negar el ms estrecho # sagrado de los vnculos. la completa posesi$n existe en el lugar # momento en "ue dejas "ue tu carcelero arran"ue el hijo "ue llevas en tu vientre. "uerido hernn, te falt$ pre%arme # decidir mi aborto. hecho por otra parte extremadamente comn. t sabes cuntas mujeres matan a sus hijos por conservar al hombre "ue los engendr$. lo verdaderamente curioso es "ue la ma#ora de esas mujeres, soportando la ltima de las sumisiones, no toleraran ni la mitad de las humillaciones por las "ue #o he pasado. te imaginars "ue si hubieras llegado a ello tampoco te habra abandonado. es ms, en varias ocasiones he so%ado estar sedada en una clnica oculta # sucia, he sentido el desgarro en mis entra%as # la certe!a de "ue ello en modo alguno mitigara mi devoci$n hacia ti. #a sabes ahora embebida en "u tipo de pensamientos fui sobrellevando mi libertad, cual si fuera el preso del "ue te he hablado, cu#o da transcurre ideando un delito para retornar al presidio. pero 1cul sera mi delito2 obviamente "ue mi condici$n re"uera de algo ms complejo "ue robar en un supermercado o tirar una piedra a los vidrios de un autom$vil. ojal hubiera sido tan sencillo. por supuesto "ue exista la alternativa
de adaptarme a mi libertad, o incluso, amarrarme a otros hombres. no lo hice # renuncio a buscar otra explicaci$n para ello "ue no sea atribuirlo a la extra%a "umica "ue te he mencionado. supongo "ue #a te has dado cuenta de "ue estas notas "ue te hago llegar, aurora mediante, son parte de mi plan. esto# segura de "ue al leer la primera #a percibiste "ue no se trataban de un simple diario. sin embargo a veces pienso "ue hubiera sido rigurosamente l$gico "ue te enviara mi diario, si es "ue alguna ve! hubiera llevado uno, claro est. 1acaso no se compadecera con mi pasi$n por la desnude!2 desvestir mi cuerpo # mi mente, sin escondite alguno, # abandonar as el ltimo de los derechos3 mi mnimo espacio de privacidad. pero como nunca he llevado un diario, para renunciar a ese ltimo derecho, a ese ltimo atisbo de dignidad, deb escribir deprisa. recono!co "ue es, en un aspecto, una nueva # singular forma de exponerme. como ltimamente no he podido servir tu mesa desnuda he ideado este peculiar sustituto. siendo parte del plan "ue te he descubierto, no puedo ocultarte "ue estos envos me provocan tambin un placer por s mismos. tampoco se te oculta "ue he contado con la complicidad de aurora. # no s$lo por acceder a hacer de correo entre t # #o. sabes #a "ue mi hermana ma#or experimenta una rara dependencia hacia m. de ni%as, era #o "uien elega los juegos # designaba su posici$n en ellos. en la adolescencia fui su confidente # ahora se ha convertido en una especie de admiradora. pienso "ue su extrema fealdad ha contribuido en no poco grado a forjar esa relaci$n. no fue entonces difcil convencerla de colaborar con mis planes. #a te he dicho "ue s$lo ha vivido a travs de m* sus pe"ue%as # contadas alegras se originaron en las mas # por cierto "ue tambin mis dolores eran fuente de los su#os. a prop$sito, 1sabes "ue es virgen2 # lo es por"ue nadie se le ha animado. no tiene entonces otra cosa mejor "ue hacer "ue cooperar conmigo. no obstante, a"u me detendr por"ue deseo verte ma%ana nuevamente, ocasi$n en "ue aprovechar para contarte, ahora s, en "u consiste el plan del "ue te he hablado. siempre tu#a, mara hernn mira inmediatamente hacia la clnica tratando de encontrar a mara detrs de alguna de las simtricas ventanas. no ve nada. ni un solo movimiento, ni un cerrarse ni un abrirse. el edificio parece muerto pues nadie entra ni sale. hernn no la ve pero sabe "ue est ah, la adivina # siente el impulso de ir hacia ella, atravesar la gran verja negra "ue oficia de p$rtico # anunciarse en recepci$n, pero lo domina. #a no tiene ninguna duda de "ue est jugando a un nuevo juego # "ue seguirn los envos, con toda seguridad a travs de aurora. decide entonces esperar su llamada, seguramente a la primera hora del da siguiente a la policlnica, pues an tiene en su cabe!a "ue mara "uiere verlo ma%ana. no puede, sin embargo, evitar caminar unas cuadras en crculo para volver a pasar frente a
la clnica tratando de adivinar su presencia tras la uniforme hilera de ventanas, pero el edificio contina tan silencioso # "uieto como antes. hernn se descubre entonces pendiente de alguien oculto tras una celosa. pasa una segunda ve! # se va con el convencimiento de volver.
captulo 1$
la re%elacin al da siguiente hernn no recibe ninguna llamada durante la ma%ana. atiende a sus pacientes pendiente del telfono # a eso de las once comien!a a desesperarse. se dice "ue no debe perder el control # se pregunta por "u debera perderlo. entonces para no hacerlo, comien!a a pensar en julia. julia siempre aparece dibujada en su mente ra!onable # tran"uila. pero ve ahora "ue ha# cosas "ue jams podr esperar de ella # vuelve a estar pendiente del telfono. en el intern, no puede evitar retornar a sus especulaciones sobre el prop$sito de mara. otra ve! piensa en "ue "ui!s ste no sea ms "ue ejecutar algn tipo de vengan!a, algo trivial, como exhibirse por ltima ve!, as atraerlo # luego recha!arlo. a fin de cuentas el abandonado tiende a buscar denodadamente el reencuentro para luego abandonar el ltimo. pero sabe tambin "ue es l "uien as piensa # "uien as procedera # "ue no necesariamente sera se el comportamiento de mara. lo "ue le llama poderosamente la atenci$n es la trada de l, julia # mara descrita por sta. se vuelve consciente de "ue lo ha imaginado ms de una ve! # se pregunta si no participa de esa misma abominaci$n psicol$gica "ue mara nombra # se endilga. ello lo mueve a pensar "ue tal ve! tiene ms afinidad con ella "ue con julia. en eso lo interrumpe una paciente excepcional en la guardia. es una prostituta con la cara deshecha a golpes trada por la polica. mientras reali!a las primeras curaciones escucha la historia "ue cuenta llorando. haba sido golpeada por su hombre por"ue se hart$ de la esclavitud a "ue la someta # entonces se rebel$. dice "ue hace un a%o regres$ de italia a donde la haba mandado. cuando lleg$ a a"uel supuesto paraso del oro la reclu#eron en un hotel # le retiraron el pasaporte. le indicaron la calle donde tena "ue trabajar # de lo "ue ganaba apenas le dejaban para sus gastos diarios. luego su primer contacto en miln la vendi$ a otro fiolo, por lo "ue cambi$ de barrio # aument$ el horario. este nuevo due%o tena una tarifa especial con determinados clientes "ue manejaba personalmente. eran los "ue no "ueran usar preservativo. cuenta "ue al principio se neg$ aterrori!ada. entonces su due%o la encerr$ en una pie!a bajo llave. al rato escucha girar la cerradura # entran dos hombres "ue nunca haba visto. como no "ueran dejarle marcas para no estropearla empe!aron pegndole en la cabe!a, luego la amorda!aron # le metieron una aguja bajo las u%as. por ltimo la ataron boca abajo en la cama # le introdujeron un grueso palo en el ano. al da siguiente comen!$ a atender a los clientes especiales. dice "ue nunca se hi!o un anlisis # no sabe si est enferma. hernn escucha la historia mientras lava # venda las heridas. cuando termina, la prostituta se va acompa%ada por dos policas femeninas "ue tratan de convencerla de "ue estar protegida # "ue debe declarar la verdad para poder
castigar al infame. a la una recibe una llamada. atiende # es julia para saber si almor!ar con ella. inventa una excusa # al terminar la guardia sube al auto # recorre los treinta minutos "ue lo separan de la capital. vuelve a sentarse en el mismo caf del da anterior # pasa casi una hora vigilando las ventanas de la clnica. siguen inm$viles # no encuentra ninguna pista, ningn indicio "ue le revele detrs de cual de ellas pueden tambin estarle mirando. como no los ha# se va # se tran"uili!a pensando en "ue probablemente aurora lo llame al da siguiente, aun"ue por un momento duda si no entrar a la clnica. no lo hace, ms por temor a encontrarse con la familia de mara # tener "ue enfrentarla, "ue por continuar un juego "ue le desconcierta. # no "uiere enfrentarla por"ue de ningn modo duda "ue l es el causante de un acto tan definitivo # desesperado como el suicidio, aun"ue ste "uede en tentativa. no se le cru!a por la cabe!a "ue alguna otra fuera la causa # el juego epistolar en "ue se siente embarcado le oficia como confirmaci$n. sabe entonces "ue ser explcitamente culpado # no "uiere atravesar por ello. tres das ms transcurren antes de "ue aurora vuelva a llamar. durante este lapso hernn experimenta la dependencia por"ue aumenta su ansiedad. durante los dos primeros das vuelve a tratar de encontrar algn atisbo de vida o movimiento tras las ventanas del vetusto edificio muerto, pero la situaci$n no cambia. al tercero, cuando se dispone a dar nuevo inicio a su rutinaria procesi$n, se produce el contacto # la nueva cita. esta ve! hernn # aurora no cru!an ms "ue las palabras necesarias. ambos piensan "ue tienen poco o nada "ue decirse. le entrega otro sobre # se va. hernn piensa nuevamente en mara # c$mo # cundo ejercer su prerrogativa de recuperarla o si se desentender de la misma. por ahora s$lo "uiere continuar con el juego. mientras reflexiona en ello advierte "ue casi mecnicamente ha retornado al caf # tiene ante s la mon$tona hilera de ventanas. una ve! all, lee. "uerido hernn3 esto# llegando al final de mi extensa confesi$n. vers, siempre pens "ue a lo largo de este ltimo a%o alguna ve! me llamaras # recomen!aramos una historia de encuentros furtivos, me ocultaras # #o asumira calladamente mi nuevo papel. tal ve! no lo hiciste por"ue no te di tiempo, pero debers comprender mi ansiedad. en suma, te dars cuenta de "ue durante todo este tiempo continu a disposici$n # esto# ahora segura de "ue t lo sabas. sin embargo debo confesar "ue al principio tem tu olvido, # fue ese temor lo "ue hi!o "ue germinara en m la idea de acabar con todo. intent eludir esa cada ve! ms perturbante proposici$n volviendo a regodearme en el placer de no ser usada # dicindome "ue el hecho de "ue no ejercieras tus prerrogativas no significaba "ue hubiera dejado de pertenecerte. mas fue tan contundente, tan s$lido # sin fisuras ese no uso al "ue me vi sometida, "ue resultaba inevitable #a pensar en el completo olvido. nunca antes los tiempos haban sido tan largos, #a "ue solas graduar mi desesperan!a en das o meses pero jams en a%os. s$lo podan estar ocurriendo dos cosas* o bien el referido olvido, o bien habas decidido intensificar esos espacios de sufrimiento a los "ue tan sabiamente me sometas.
entiende "ue ahora se haba adicionado un componente "ue antes no exista3 la duda. # siguiendo a mi naturale!a no pude sino elegir como certera la ms desoladora de ambas opciones. de haber credo "ue s$lo estabas postergando el utili!arme con el prop$sito de intensificar mi dolor lo hubiera soportado meditando en la recompensa. sumergida en tama%o error fue, como te dije, "ue tom$ cuerpo la posibilidad de poner fin a ese vaco. careciendo de todo sentido el continuar en ese limbo, el suicidio se descubra ante m con la potencia de la esperan!a. tambin admito, # no sin cierta verg:en!a, "ue pas mucho tiempo obnubilada con tan primitiva salida. # as la califico pues no se te ocultar "ue la misma padece de falta de inventiva, pobre creatividad # facilismo. no, si la extra%a "umica de mi cerebro estaba tan peculiarmente dotada para explorar los lmites del sufrimiento, admitir una salida de esa ndole apareca por lo menos como indigno de ella. # me do# cuenta ahora de "ue mi cavilaci$n fue correcta, de lo contrario no te habras in"uietado tanto durante los ltimos das. entonces sin descartar la idea del suicidio, deba dotarlo de algn mati! "ue lo hiciera diferente, un cierto grado de ingenio # un objetivo ms sutil "ue el mero poner fin a una vida, por"ue a fin de cuentas las vidas van # vienen en este mundo. descubr "ue el mismo poda tener otra finalidad, # empec a visuali!arlo como una especie de medio para saber si te segua siendo todava necesario infligirme ms dolor, o si por el contrario te habas liberado definitivamente de esa necesidad. veo con agrado "ue no ha sido as. por cierto "ue para ello he debido frustrar un real intento de "uitarme la vida. autoeliminarse con frmacos re"uiere de dos cosas3 exceso por un lado, # tiempo para "ue hagan su efecto por el otro. as, decid ingerir algo menos "ue lo necesario, pero an me faltaba eliminar el otro factor de riesgo. alguien deba encontrarme a tiempo. te imaginars ahora "ue a "uien recurr fue a aurora. te he dicho #a "ue su cooperaci$n excedi$ largamente a la de un simple correo. no me cost$ demasiado convencerla, a fin de cuentas compartimos algunos genes. s, ella presenci$ mi estudiada ingesta # aguard$ el tiempo necesario hasta "ue me hallara inconsciente. # ha# "ue reconocer "ue mi pobre hermana cumpli$ su parte a la perfecci$n. nadie tuvo la ms mnima duda, la ms nfima sospecha, acerca de "ue su halla!go no fuera un halla!go casual. elegimos la hora en "ue nuestros padres estn habitualmente ausentes # una hora antes de "ue aurora culminara su horario de trabajo. gracias a dios te habas pedido horas libres en la oficina&, le dijo mam. por supuesto "ue s, #o se lo haba sugerido el da anterior. luego deba llegarte la noticia # una ve! ms aurora fue una pie!a clave en el plan. aurora te lo contara # t podras ignorarlo completamente. o podras tambin sentir el temor de perderme definitivamente. podas ponerte a temblar ante la sola perspectiva de "ue un objeto hecho a la medida de tus necesidades poda haberse perdido para siempre. veo "ue mi hip$tesis result$ acertada* lo supe desde esa ventana "ue tanto has buscado estos das. debers reconocerme "ue en esas circunstancias te habrs sentido desnudo # a mi merced.
# ahora t sabes "ue precisas de este pe"ue%o monstruo # temes perderlo. # #o s tambin "ue puedo pulsar las cuerdas de tu necesidad, # el da "ue as no sea me "uedar completar la obra "ue tan ingeniosamente dej inconclusa. tambin s "ue puedo volver a ejecutar mi acto cuantas veces lo considere necesario # nunca sabrs cuando ser fingido # cuando podr ser real. por ahora, el mismo ha servido para "ue se alejara la duda "ue, segn te he narrado, inclinara mi pensamiento hacia la posibilidad de un liso # llano olvido. creo por lo tanto firmemente "ue no precisar recurrir a ningn otro medio para hacerte recordar cun pattica # pobre te sera la vida si #o #a no existiera. siempre tu#a, tu cosa luego de la revelaci$n hernn no puede sino estar confundido. le sorprende a los extremos "ue pudo llegar la mente de mara # su primera reacci$n es considerarla completamente loca. claro "ue tambin le asalta la duda de si lo "ue le ha revelado es una historia real o si no ha sido el fruto de un cerebro trastornado luego de fracasar en su intento. es por esa doble posibilidad "ue no llega a advertir si el juego en verdad ha terminado. es tambin, por primera ve!, consciente de "ue se encuentra a merced de mara # alguien se encuentra a merced de otra persona cuando esa otra tiene la capacidad de causarle algn dolor. sopesa entonces las opciones # comprende "ue en ese instante mara tiene una ma#or capacidad "ue julia para provocarle sufrimiento. resulta as inevitable "ue hernn experimente un primer impulso de prescindir de julia # recuperar su mundo con mara. pero a hernn no le es fcil prescindir de las cosas "ue posee # enseguida abandona la idea. eso es natural por"ue no se trat$ nada ms "ue de un primer impulso. en efecto, hernn tiene la capacidad de abandonar s$lo si el abandono va acompa%ado de la certe!a de "ue puede recuperar a"uello "ue abandon$. .se es su sentido de la voracidad3 la sola posibilidad de una prdida absoluta le aterra. "ui!s por esa cualidad, por esa condici$n a la "ue est atado, nunca ha renunciado completamente a mara # teme una separaci$n de julia. intu#e seguramente "ue a esta ltima no podr recuperarla. todava est sentado en el caf. se dice "ue ha llegado la hora # cru!a hasta la clnica. atraviesa la verja negra # el enorme jardn, pero no le permiten pasar ms all de recepci$n por"ue la visita no est autori!ada # de nada vale "ue l tambin sea mdico. como es tarde decide volver # recorre la distancia "ue lo separa de su ciudad # su casa con la certe!a de "ue no le importa verla ese da pues puede atraerla en cual"uier momento.
captulo 11
otros apuntes del autor regres algunas veces ms al pueblo. "uera aprehender su cadencia, conocer un poco ms ese ambiente # esa gente, empaparme del mundo "ue haba rodeado a mi personaje cual si fuera un periodista en busca de datos para su cr$nica.
pareciera "ue en las tardes de ese pueblo sus calles angostas rebosan de autom$viles. no es "ue ha#a tantos sino "ue ha# demasiados para el espacio de "ue disponen para circular. las veredas "ue bordean esas calles son todava ms angostas en proporci$n a su funci$n. resulta imposible no chocar con el gento "ue deambula por las mismas recorriendo las dos o tres cuadras "ue nuclean a casi todos los comercios del lugar. entre !apateras, almacenes # alguna tienda de ropa se me!clan las oficinas pblicas, "ue parecen ser el motor principal de toda esa actividad. pero apenas uno cru!a ese increble centro donde al lado de los ms modernos aparatos electr$nicos cuelgan chacinados caseros, el hormigueo desaparece. parad$jicamente las veredas pasan a ser ms anchas # a estar protegidas por frondosos rboles "ue las ensombrecen clidamente. a sus costados, se erigen casas antiguas, de puertas dobles # altas de madera gastada, con ventanas de doble celosa # en algunos casos hasta con clarabo#as "ue s$lo se divisan desde la vereda opuesta. cerca de las cuatro de la tarde muchas de esas casas comien!an a abrir sus puertas en una sincroni!aci$n "ue hasta parece estudiada. algunas personas sacan sillas plegables "ue recuestan contra las fachadas # all se sientan. unos solos. otros en grupos pe"ue%os # familiares. a veces juegan a cartas o leen un libro. otros s$lo fijan la mirada en la casa "ue, calle por medio, se les enfrenta como todo paisaje. se saludan unos a otros, cambian alguna palabra # luego cada uno permanece sentado en el permetro "ue corresponde a su morada. el edificio donde an viven los padres de mara est a una cuadra de ese pe"ue%o # bullicioso centro comercial, sumergido entre esos rboles, casas # sillas. es el nico "ue levanta dos plantas del suelo # por lo tanto parece erigirse rampante # dominador sobre los dems. ahora mi disfra! sera el de un mediador inmobiliario "ue estaba buscando chacras en el lugar por encargo de un importante inversor. # as me present en el caf donde advert "ue acostumbraba ir a"uel hombre "ue, por verlo precisamente salir del edificio # por su edad, ju!gu deba de ser el padre de mara. tena un frondoso cabello blanco # la espalda encorvada. caminaba cansinamente, como si le costara despla!arse por alguna enfermedad o por el solo peso de los a%os. al igual "ue casi todos sus vecinos, vesta pantal$n gris # una camisa clara. el caf a donde lo segu a prudente distancia se meta como una cu%a entre dos casas semirruinosas. era un corredor angosto # largo, con un mostrador al fondo. su nica fuente de lu! natural estaba en la propia puerta # en el pe"ue%o ventanal "ue tena a un costado, pero era tan profundo ese pasillo, "ue an en pleno da, deba mantenerse encendida la iluminaci$n, la "ue consista en dos tubos de lu! blanca, separados casi tres metros uno del otro. las mesas, con tres sillas cada una, se recostaban alternadamente a una # otra pared, dejando un an ms angosto pasaje entre ellas con destino al lejano # oscuro mostrador del fondo. me acer"u a "uien ju!gu el due%o, ped un caf e, invocando mi disfra!, re"uer referencias acerca de alguna oficina dedicada a los negocios rurales. como mi perseguido estaba tambin parado contra la pe"ue%a barra # recin haba pedido un caf con leche, sabedor de "ue el mismo se dedicaba a ese tipo de negocios segn me lo haba contado a"uel barista "ue fue mi informante durante mis primeras visitas al lugar, lo inclu con un gesto tambin a l como destinatario de mi pregunta, # as por segunda ve! entabl conversaci$n con ese hombre. s$lo "ue ahora lo tena frente a m. como dije, pareca un
hombre cansado, pero sorprendentemente derrochaba energa al hablar, como si la edad, o la enfermedad, s$lo hubiera alcan!ado a sus piernas. el due%o del caf lo llam$ por su apellido # ah se disiparon todas mis dudas. la conversaci$n se hi!o larga # familiar, # como el padre de mara todava # pese a su edad, se dedicaba a la compra # venta de campos, festej$ la casualidad # termin$ invitndome a su casa para "ue hablramos tran"uilamente de futuros negocios. era un pe"ue%o departamento de tres dormitorios # un cuarto de estar. prolijamente amoblado. sin embargo, en la pared "ue justamente enfrentaba a la puerta de ingreso, haba colgada una marina cubierta de colorinches # con tra!os "ue pretendan ser casi fotogrficos* lo "ue por cierto no pude evitar asociar con el proverbial mal gusto pict$rico de los habitantes de estas ciudades. all, sentados en un mullido sill$n estampado de flores, me habl$ de opciones, precios # rentabilidad, mientras su esposa, una se%ora delgada e indisimuladamente te%ida de rubio, limpiaba cuidadosamente # en silencio una # otra ve! todas las habitaciones. t$mese una copa # "udese a cenar, me dijo al percatarse de la hora # confirmando la bien ganada gentile!a pueblerina, "ue tanto nos asombra a "uienes nos hemos acostumbrado al cosmopolitismo de las grandes ciudades. #a hemos hablado demasiado de negocios, agreg$, # usted ma%ana tendr "ue consultar con sus clientes. el hombre haba hablado ms de una hora, me haba presentado ofertas mientras #o garabateaba todo en una libretita limitndome a asentir. ahora increblemente me invitaba a cenar # por lo tanto acept gustoso # excitado. era la oportunidad de cambiar el rumbo de la charla. su esposa sirvi$ dos 4hisk#s # volvi$ a la cocina a preparar la cena, anunciando unos sabrosos canelones "ue, segn el marido, eran su especialidad. decid entonces iniciar mi escalada. 1tiene hijos2, le pregunt casi mecnicamente, mientras deliberadamente distrado giraba con mi dedo ndice el hielo dentro del vaso. dos hijas, me respondi$. la menor vive con nosotros, pero la ma#or se encuentra en el exterior. debe de extra%arla mucho, afirm intencionalmente, buscando "ue a"uel hombre entrara de lleno en el tema por el cual haba #o inventado toda a"uella patra%a. por supuesto, dijo mientras se acomodaba dira "ue estudiadamente en su sof. pero es lo "ue ella eligi$, # aun"ue la extra%amos mucho sabemos "ue est mu# feli!. se cas$ con un ingeniero, viven en sudfrica # tiene dos hijos. 1sudfrica2, exclam realmente sorprendido. parece lejos, 1no2 nosotros apenas hemos podido viajar dos veces a visitar a nuestros nietos. pero no dejamos de reconocer "ue pese a ello tuvo mucha suerte, pues ac ha# mu# pocas oportunidades para los j$venes. vea "ue all viven en una gran caba%a, con un enorme par"ue # una piscina rodeada de rboles. da gusto ver c$mo disfrutan los ni%os. uno siempre debe preferir el bienestar de los hijos, aun cuando duela tenerlos lejos.
1es a"ulla su hija2, le pregunt entonces se%alando una fotografa "ue se destacaba por su tama%o # ubicaci$n entre otras "ue figuraban alineadas sobre una repisa a mi derecha. asinti$, tom$ la foto delicadamente entre sus manos # me la acerc$. bonita, 1no2, dijo con tono ms de afirmaci$n "ue de pregunta. # en verdad lo era. la toma era s$lo del rostro. un cabello oscuro caa sobre sus hombros sin llegar a tocarlos, en dos perfectos semicrculos fijados a ambos lados de su cara # unidos arriba por un cer"uillo "ue cubra casi toda la frente. el rostro, ms "ue ovalado, redondo # delicado, se pareca al de esas j$venes francesas de mirada perdida # portadoras de un cierto aire de inocencia # profundidad. en l resaltaban dos ojos extra%amente opacos # una boca recta # firme. pens inmediatamente en juliette binoche, en una ni%a alegre # despreocupada caminando por los puentes del sena. no importaba #a c$mo la haba imaginado antes, c$mo la haba plasmado en las pginas "ue a esas alturas tena escritas # celosamente ocultas. ese rostro reflejaba pa! # hasta un cierto to"ue de ingenuidad. cre ver una sonrisa mu# leve "ue apenas se adivinaba mirando atentamente una casi imperceptible curvatura a ambos extremos de los labios. es hermosa, dije devolvindole el retrato, el "ue con cuidado # esmero regres$ a la repisa. debe de estar mu# orgulloso de ella, se%al inmediatamente con el nimo de "ue la conversaci$n no derivara hacia otros carriles. as es, asinti$. siempre fue una excelente hija, # le doli$ mucho tener "ue dejarnos. pero as es el amor. su marido es un importante ingeniero. lo conoci$ cuando la empresa para la "ue l trabaja construa una carretera a"u cerca # entonces viva transitoriamente en la ciudad. ambos se enamoraron a primera vista. # claro, ella prcticamente nunca haba tenido novio. # bueno, se casaron # la empresa lo traslad$ a sudfrica # all estn ahora. desde la cocina su esposa escuchaba toda la conversaci$n. ni un solo gesto tuvo ese hombre "ue permitiera sorprenderlo con un dejo de triste!a o nostalgia. cual"uier persona hubiera credo en la veracidad de su cuento. hablaba como si l mismo se lo cre#era, como si de tanto repetir su inventada historia #a no distinguiera entre ella # la verdad. esa verdad "ue no imaginaba era conocida por su ocasional interlocutor. no pude evitar orillar una sensaci$n de culpabilidad. me dije "ue estaba burlndome del dolor de esa familia. ese hombre, "ue sin conocerme me haba abierto las puertas de su casa, le hablaba orgulloso de su hija, de una hija inexistente, a "uien conoca su real historia, a a"uel "ue posea secretos sobre ella "ue tal ve! ni su propia familia conociera. 1c$mo poda ese padre hablar tan convencido2 1c$mo no dejaba traslucir la ms mnima expresi$n de pena2 1# c$mo, al fin, su esposa, escuchndolo desde la cocina, poda mantenerse en tan hermtico silencio2 poco # nada habl$ en cambio de su otra hija. me la ense%$ s en una foto familiar "ue se ubicaba con mucho menor desta"ue en la repisa. era en verdad como me la haba imaginado. gorda # baja, pelo mu# corto # desprolijo, de facciones groseras "ue por fortuna no se reflejaban con nitide! en la fotografa. apenas dijo "ue an viva con ellos, # "ue llegara en cual"uier momento de su trabajo.
# efectivamente conoc a aurora esa misma noche. luca peor de lo "ue poda apreciarse en el retrato familiar. pareca "ue por alguna enfermedad cutnea estaba perdiendo el cabello, # la totalidad de sus dientes eran de un color marr$n oscuro. su carcter pareca responder a su aspecto. era hura%a, hosca, dejaba traslucir un permanente mal humor "ue me imagin no poda ser sino fruto de una mu# profunda frustraci$n. casi ni habl$ durante la cena. mientras su padre # #o retomamos la conversaci$n acerca de nuestros negocios, la miraba disimuladamente. su vista estaba fija en el plato # devoraba con avide!. llegu a sentirme inc$modo por su presencia # dese "ue la velada terminara cuanto antes. respir aliviado luego de despedirme en la puerta. convine con el padre "ue al da siguiente me contactara con mi inversor # le llamara. decid caminar por el pueblo. no seran ms de las die! de la noche, el clima clido # el silencio invitaban a la caminata. he a"u el resumen de mi encuentro con la familia, "ue por cierto ninguna pista pudo darme sobre la situaci$n # paradero de mara. tuve la sensaci$n de "ue todo era un camino sin sentido, "ue estaba perdiendo lastimosamente mi tiempo. volv al caf donde por la tarde haba perge%ado el encuentro. camin hasta el mostrador donde todava estaba "uien se me figuraba era su due%o # ped un 4hisk#. 1c$mo le fue con don m...2 me pregunt$. es mu# amable, le dije, luego de hablar de negocios me invit$ a cenar. pobre don m..., suspir$. 1le cont$ la historia de su hija en sudfrica2 en ese momento se fij$ mi atenci$n. mi interlocutor poda conocer algo "ue me interesara. claro, pens, deba haber odo esa historia cientos de veces, # a"u todos conocen la historia de todos. me propuse tirarle de la lengua. 1"u tiene de extra%o esa historia2, pregunt. "ue nadie la cree, respondi$ mientras llenaba mi vaso. la cuenta a todo el mundo. pero la verdad es "ue su hija desapareci$ de un da para el otro. no es l$gico "ue no se casara en su pueblo, o por lo menos "ue a nadie de a"u invitaran a la boda. vea usted "ue esa familia est en el pueblo desde hace casi sesenta a%os. nadie sabe mu# bien "ue sucedi$ con su hija. pudo haberse peleado definitivamente con ellos, pudo correr detrs de un tipo # olvidarse para siempre de sus padres. hace cinco a%os "ue no se la vio ms por a"u # "ue el pobre m... repite la misma historia. no me lo hubiera imaginado, le dije. me mostr$ su fotografa, era una mujer mu# hermosa. s, admiti$. va#a uno a saber "u se le cru!$ por la cabe!a para irse as, para no volver nunca ms. siempre fue una muchacha extra%a. hasta intent$ suicidarse, suerte "ue la encontr$ su hermana. su padre cont$ siempre la historia de una crisis nerviosa. por exceso de estudio deca, # aun"ue nadie dijera nada, aun"ue nadie le hiciera ninguna pregunta, siempre se encargaba de dejar en claro "ue no haba sido un intento de suicidio. la
llevaron a la capital sin si"uiera parar a"u. fue todo un revuelo. pobre m..., ahora evitamos el tema con l por"ue, si no, termina hablndonos de sus nietos, de sudfrica, 1no le mencion$ lo de la piscina2 asent con la cabe!a mientras tom un largo trago. el 4hisk# baj$ por mi garganta "uemndola. pobre hombre, murmur, "uin lo dira, 1no2 pagu # me fui. al da siguiente lo llam, le dije a m... "ue volvera con mi cliente para ver las tierras # "uedamos en volver a hablarnos. volv a comunicarme con l dos das despus segn lo convenido, # con una excusa le propuse un comps de espera, #a "ue mi cliente deba viajar urgentemente a europa # no podra despla!arse hasta la ciudad a visitar los campos. nos despedimos amablemente # nunca ms volv a llamarlo. me haba acercado demasiado # nada haba obtenido.
captulo 12
de cuando mara descubre su %icio an sorprendido por la revelaci$n 5o la fantasa5, hernn vuelve a iniciar otra jornada esperando la llamada de aurora, # como sta no se produce, se decide a reali!ar su diaria # casi automtica procesi$n hasta la clnica. esta ve! nadie le impedir entrar, se dice, # no le importa toparse con su familia ni con sus reproches. si lo enfrentan les dir la verdad # tiene las cartas como prueba. atrapado en esos pensamientos llega durante el horario de visita pero en recepci$n le informan "ue mara fue dada de alta a primera hora de la ma%ana. regresa frentico # pasa en su coche varias veces frente al edificio donde ella est viviendo, como los das anteriores hiciera frente a la clnica pero a pie. se trata de una de esas construcciones de dos plantas compuestas por cuatro pe"ue%os apartamentos. no ve ningn movimiento en la puerta comn, pero las ventanas del primer piso estn hermticamente cerradas. si antes le hubiese sido difcil verla en la clnica ahora le resultar imposible si est recluida en la casa de sus padres. as pasan los das sin "ue nada pueda saber de ella. la llama una ve! # cuelga por"ue reconoce la vo! del padre del otro lado del tubo. no le importa sentirse un cobarde incapa! de enfrentarlo # por ello renuncia sin culpa a pedir lisa # llanamente "ue le pasen con mara. al no importarle ese humillante anonimato reali!a dos llamadas ms pero nunca atienden mara o aurora. # a"u nuevamente debemos volver a julia por"ue hernn se comporta extra%amente # ella lo nota. est ansioso # guarda largos silencios. cada ve! tiene menos gestos de cari%o hacia ella # evade el sexo. hernn lo hace por"ue espera "ue la reacci$n de julia sea desnudarse # ofrecrsele pero ella no responde de ese modo # eso acrecienta una dormida n$mina de desencuentros entre ambos. julia acepta esa veda pensando "ue es una etapa # "ue pronto volvern a la normalidad. pero poco a poco hernn se da cuenta de lo "ue realmente espera. en efecto, l espera "ue julia reaccione como reaccionara mara pero tambin sabe "ue eso es imposible.
se dice "ue debe olvidar todo el asunto pero un da encuentra un sobre en su consultorio. la recepcionista le dice "ue lo dej$ una mujer gorda, de dientes amarronados # poco pelo. es aurora "ue trae otra carta de mara. mi amor3 te he descrito el proceso mental "ue me llev$ hasta el extremo "ue #a conoces. de regreso al hogar, pens "ue deberas conocer c$mo me las he arreglado durante el tiempo en "ue luch tena!mente conmigo misma, pues una parte de mi mente abogaba por abandonar la idea de ese loco plan, # otra por ejecutarlo prontamente. mi primera reacci$n fue dejarlo de lado, desecharlo como se desecha una idea loca # absurda "ue a la postre no podr conseguir el fin "ue persigue. para desterrarla decid entregarme a otros hombres, aun"ue como te dije, no logr amarrarme a ninguno. vers "ue esas entregas conforman pe"ue%as # graciosas historias "ue esto# seguro sabrs apreciar como tales. #a "ue estaba sin trabajo, pues bien debes saber lo difcil "ue es volver a conseguir el "ue se abandona, retom mis estudios de literatura en la capital. viajaba diariamente. all conoc a un joven con no pocas veleidades literarias "ue lo llevaban a caer en un romanticismo casi pattico. 1puedes creer "ue a los dos meses de conocernos me propuso matrimonio2 s$lo hablaba de una novia "ue tuvo desde sus tiempos de liceal, # esto# seguro de "ue ella haba sido la nica mujer de su vida hasta mi llegada. por supuesto haba sido ella la "ue lo abandon$. #a te imaginars "ue era casi infantil en el amor, pero lo peor era "ue luego del sexo tena la obsesiva, # casi repulsiva dira #o, costumbre de empalagarme a besos # acariciarme suavemente la cabe!a. no cesaba de tra!arse planes en la vida, planes grandilocuentes, en los "ue por supuesto estaba #o siempre incluida. al verbo amar& le agregaba, invariablemente, el calificativo siempre&. #o le preguntaba c$mo poda saber l, c$mo poda tener la seguridad de "ue me amara por siempre, # si no lo perturbaba el saber "ue #o no go!aba de esa misma certidumbre. me responda "ue el amor, el verdadero amor, es para siempre, # "ue lo "ue l senta por m era el verdadero amor. me deca "ue su amor era tan grande "ue le bastaba con eso, "ue le bastaba amar aun cuando no recibiera en contrapartida un amor de la misma intensidad. era uno de esos hombres "ue "uedan detenidos en el idealismo veintea%ero. una especie de poeta venido a menos # cursi. #o me lo imaginaba como un cultor del tiempo absoluto. todo en l era para siempre&. ni se le cru!aba por la mente "ue el amor se acaba. # el amor era para l una necesidad vital. el amor era para l calide! # ternura, ceder # dar. lleg$ as un punto en "ue todo me pareci$ excesivamente melodramtico, por lo "ue decid terminar con l. se lo comuni"u con un tono deliberadamente brutal. confieso ahora "ue lo hice casi como si se tratara de un experimento. "uera ver su reacci$n. estudiarla. tena una morbosa curiosidad por descubrir "ue hara ese hombre "ue se pensaba viviendo en un amor para siempre&, "ue se conceba a s mismo, como me lo repeta una # mil veces, en una nube de felicidad&. se
desesper$, llor$ # hasta me rog$. se cubra la cara con ambas manos # no poda evitar ahogarse en su propio llanto. aceleraba su vo! # se revolva nerviosamente el cabello. tuve de pronto frente a m a un hombre "ue no poda explicarse el por "u de mi decisi$n # no se senta con el valor necesario para enfrentarla. # eso es lo peor "ue le puede suceder a un hombre, #a "ue no poda dejar de humillarse por ello. supe en ese momento "ue podra hacer con l lo "ue mi antojo "uisiera # por eso lo atraje una o dos veces ms con el solo objetivo de verlo humillarse nuevamente al instante de comunicarle mi abandono. lo hice framente, dira "ue calculadamente. de modo invariable terminaba llorando, la cabe!a apo#ada en mi pecho. #o nada deca # s$lo le acariciaba maternalmente su nuca. en esos momentos mantena la distancia del observador, me vea a m misma como el cientfico "ue en su laboratorio in#ecta al ratoncillo # espera con paciencia a "ue comience a retorcerse de dolor. cuando comien!an los espasmos de las patas traseras anota meticulosamente en su libret$n. espera luego a los espasmos de las patas delanteras # cuando llegan vuelve a anotar con fruici$n, # as hasta el rictus definitivo. <era tan obvio "ue deseaba experimentar el mismo poder "ue t ejercas sobre m= de ese perodo guardo, birlada entre burlas, a#es # por favores, una carta, o pro#ecto de cuento, de diario, de desahogo o "u s #o "u, perpetrado por mi entonces pendular amante. no resisto el transcribirte esas lneas, de tono 4ertheriano, "ue esto# segura te divertirn tanto como a m3 s$lo la fra daga o la estruendosa bala "uedan para poner fin a esta desdicha "ue me a"ueja, pues he perdido toda esperan!a, no #a de recuperar a mara, sino si"uiera de comprenderla. el de a#er ha sido el ms terrible # el ms definitivo golpe de los tantos "ue, en corto lapso, ha asestado a mi desguarnecido cora!$n. a# de m. #a ni la frondosa copa del rbol "ue acaricia mi ventana, por la cual se filtran las estelas solares en smbolo de perenne vida, # a cu#a vera he escrito tantos versos, es capa! de brindar una pi!ca de alegra a mi pobre # atribulada alma. s$lo la escritura puede mantenerme en pie # por eso escribo # escribo. como nervo para consolarse de la prdida de su adorada ana, su lu!, su ra#ito de sol, su sonrisa fresca en la ma%ana, al igual "ue mara para m. pero el poeta tena un ma#or consuelo, pues se justifica "uedar absorto ante la muerte # uno termina por respetar el misterio divino. #o, en cambio, no so# capa! de encontrar respuesta alguna, de descubrir el ignoto motor "ue gua las acciones de la mujer "ue amo. no ha# palabras para describir la humillaci$n padecida, tanto ms intensa por su contraste con la profunda alegra "ue haba despertado en m su llamada. estaba #o sumido en la atro! amargura del abandono, de la soledad, cuando suena el telfono # es ella, es su vo! cantante tra#endo, con sus primeras palabras, la excitaci$n de la esperan!a. "ue deseo verte nuevamente, "ue he reflexionado, "ue cre no iba a extra%arte pero "ue s, "ue debes comprender "ue me encuentro mu# confundida. # la alegra abrindose paso, primero en llanto, despus en risa, # el nudo del est$mago "ue se afloja, los msculos "ue se distienden, "ue dejan ahora respirar, "ue permiten hinchar los pulmones* # a correr a su encuentro, rapidito,
velo!, otra ve! a verte, mi amor. &a#, 1# para "u2 1para "u habr dado rienda suelta a mi ilusi$n, desbordada como un ro "ue rompe su di"ue2 s$lo pretend a#udarla a cal!arse. habamos hecho el amor, cual en un lecho de rosas, # luego de la unci$n de cuerpo con cuerpo, de espritu con espritu, comen!$ a vestirse. se incorpor$ como una venus despus del placer, los pechos hinchados por las constantes caricias # una sonrisa de madona dibujada en el rostro perfecto. juro "ue vi all, en ese preciso momento, a la madre de mis hijos, plet$rica de amor filial # abnegaci$n hogare%a. inundado por ese sentimiento, dira "ue impulsado por esa visi$n, corr, presto, a a#udarla. entonces me hin"u junto a la cama, tom sus !apatos # me dispuse a cal!arla. lejos de la sonrisa "ue ntimamente esperaba, de la caricia amorosa # del gesto de tierno agradecimiento "ue imaginaba ella me prodigara, sali$, no de su boca sino de entre sus dientes apretados, sin moverlos ni separarlos, la palabra "ue escupi$ a manera de cruel e inesperado latiga!o3 servil. la repeta mirndome fijo, con una mirada "ue atemori!aba por su frialdad. los ojos enormemente abiertos, sin pesta%ear3 servil. los dientes apretados, inm$viles, como en un rictus de odio. servil. #o, entretanto, at$nito, pasmado, arrodillado a sus pies. servil. el !apato en mi mano. servil. # entonces algo ms inesperado an. viendo "ue no sala #o de mi asombro, se recost$ hacia atrs en la cama, apo#ndose en ambos bra!os # levantando la pelvis hasta colocar su sexo a la altura exacta de mi rostro. la vi hacer un gesto de esfuer!o sin entender nada, cuando de pronto, desde la profundidad de su uretra, salt$ con inusitada furia un chorro de orina "ue, desafiando prcticamente la le# de gravedad, fue a estrellarse justo sobre mi cara, ojos, nari!, boca, # a correr por cuello # pecho hasta "ue termin arrodillado en a"uel inmundo charco. &entre el asco # la sorpresa, o su risa, una risa s$rdida # sonora. la mire con largue!a, como implorando una explicaci$n, los ojos aguados en lgrimas # el !apato todava en la mano. &tengo buena puntera, idiota, dijo* # enseguida se visti$ # se fue.& divertido 1no2 como no le amaba termin olvidndolo # s$lo supe "ue a los pocos meses se haba enamorado perdidamente de una estudiante de teatro. mi pr$xima aventura fue un se%or con aspecto de oficinista "ue conoc en un centro nocturno. fuimos a la cama esa misma noche. me desnud rpidamente #, sin darle tiempo a hacer lo mismo, me arroj a sus pies. tendras "ue haber visto la cara de ese pobre hombre parado # tieso, an con el saco puesto, cuando me tir boca abajo a sus pies # comenc a lamer sus !apatos. pasaba lentamente # con deleite mi lengua por el cuero cido # spero mientras me revolcaba a sus pies. debi$ de pensar "ue estaba frente a una especie de loca, pues me hi!o velo!mente el amor # nunca ms supe de l. como #a habrs adivinado, no encontraba "uien pudiera extraer mis posibilidades, "uien pudiera exprimir mi condici$n para "ue diera sus mejores jugos, # por esa ra!$n probaba sin suerte un hombre tras otro. o era psima estrella o castigo
divino. o bien la normalidad& es mucho ms comn de lo "ue uno podra imaginarse. lo cierto es "ue deambulaba como un vampiro necesitado de sangre, vido de ella para sobrevivir, # "ue a su paso s$lo encuentra cuerpos secos # mustios, casi vacos del preciado l"uido, debiendo conformarse con sorber esos restos coagulados, cu#a nica ra!$n de ser pareciera ser recordarle la abundancia de otras pocas. debido a esa pobre!a espiritual de mis amantes, en ra!$n de su culto a la c$pula velo! # a la caricia, to"u fondo. de la misma manera "ue un drogadicto no tiene otra alternativa "ue pagar para vivir sus parasos lo mismo termin haciendo #o para acceder a los mos. respond un aviso "ue anunciaba extra%os # sdicos placeres para mujeres como #o. concurr casi semanalmente en el horario acordado a un viejo departamento de dos ambientes en la ciudad vieja de montevideo. # all, durante una hora exacta, reviv los juegos "ue anta%o nos prodigbamos. la sesi$n duraba una hora # el pago se efectuaba al inicio. existe una ambigua relaci$n entre "uien vende sexo # "uien lo compra. a poco "ue se reflexione sobre ello uno se percata de "ue son posiciones ambivalentes. "uien paga tiende a pensarse superior por"ue cosifica el sexo del otro, lo reduce a un mero bien de cambio #, como lo compra, puede disponer de l a su antojo. entonces elige # ordena # el vendedor obedece por"ue debe cumplir con el contrato. pero el vendedor a su ve! no puede evitar, dentro de su aparente obediencia, el mirar con cierto desdn al comprador. con toda seguridad, por"ue lo percibe como un pobre ser "ue debe pagar por algo "ue se puede tomar, # el pagar denuncia su incapacidad de tomar. el sexo del otro es algo "ue puede ser comprado o puede ser con"uistado. es un objeto "ue s$lo admite esas dos opciones, en todo caso contradictorias. "uien con"uista no paga, # "uien paga lo hace ante su imposibilidad de con"uistar, rindindose a sta. si alguien entrega su sexo por obra de la con"uista, est destinado a someterse. si lo vende, est, ntimamente, sometiendo al comprador, pues ste sucumbe a su necesidad # con ello admite su incapacidad para con"uistar. por ello, como compr, ese hombre se puso entonces a mi disposici$n. te confieso "ue al poco tiempo abandon esas visitas, # no por la tarifa, "ue debo decir pareca ra!onable. tampoco fue por"ue el placer prodigado no fuera intenso, pues incluso en a"uellas sesiones perfeccion mis apetencias. fue con ese hombre "ue comenc a experimentar con las agujas. llevaba mi propia cajita con agujas de diversos tama%os, la abra dejndola en la mesita de lu! para "ue l las usara picndolas en mi cuerpo. luego me acostaba con los ojos vendados a la espera de los pincha!os # cada uno de ellos me acercaba a la ansiada cima, al pinculo del placer. llegu a vivir orgasmos sin necesidad de ser penetrada, sin necesidad si"uiera de ser tocada en la tenue protuberancia "ue corona # domina los labios profundos. mientras "ue para otras mujeres reside all el centro del placer, la cspide de su go!o, descubr "ue para m ese epicentro se haba despla!ado hacia otras regiones. ms "ue el descomunal tama%o de su miembro viril, me importaba lo "ue podan hacer sus manos. ms "ue una caverna ansiosa a la espera de
abra!ar a"uella ma!a dura # latiente, era #o un cuerpo eri!ado a la espera de "ue obraran sobre l. la llama de una vela pasando rpido por mis pe!ones, calentndolos pero sin llegar a herirlos, obr$ el primer milagro. el xtasis lleg$ voluptuoso # ajeno al hmedo mbito "ue lata entre mis piernas* como la orilla anhelada # a la "ue al fin se llega* como el descubrimiento "ue persigue el al"uimista* como la verdad "ue obsesiona al sabio # al mstico. as, entre convulsiones, pareci$ llegar la revelaci$n. #a el placer no resida en un punto locali!ado # convencional del cuerpo sino en todo l. mu# pocas veces hice, tcnicamente hablando, el amor con mi compra. cada ve! con ms frecuencia ello no me resultaba necesario>. pero ms all de esas ancdotas, suceda "ue todo era demasiado irreal # sobreactuado #, lo ms importante, la verdadera ra!$n, fue el descubrimiento "ue esas citas me provocaron. como #a lo anticip en mis primeros escritos, la enfermedad "ue pade!co es s$lo un modo de expresar el amor. con tales encuentros s$lo satisfaca mis hormonas, mas no la "umica integral de mi cerebro. es en este momento "ue hernn interrumpe la lectura por"ue reflexiona "ue mara desnuda cada ve! ms su condici$n # su pasado #, como no sabe hasta d$nde puede llegar, por primera ve! siente temor de ella. hasta hace una semana atrs mara era una sombra ms de su pasado. no diramos "ue era una mujer olvidada pero s "ue estaba oculta o adormecida en los pliegues de su memoria. ahora es el centro de su atenci$n, es un peso "ue despla!a a todos los dems "ue componen su vida. pero por primera ve! en estos das hernn "uiere pensar en s mismo, "uiere verse a s mismo como si se desdoblara # fuera un espectador de los acontecimientos, imparcial # reflexivo. # entonces es cuando se ve como un tonto "ue s$lo espera cartas sabiendo "ue "uien las enva las dosifica para jugar con su ansiedad. o se las anuncia # luego las retrasa o guarda silencio # luego se las hace llegar de improviso. claro "ue tiene una opci$n. puede desentenderse de todo, de las cartas, dejar el juego # continuar con la vida "ue tena hasta hace pocos das. es tambin en este momento "ue retoma la lectura. haba perdido el inters por toda cosa "ue no fuera el placer de la esclavitud # la humillaci$n. dej de buscar empleo # me sostena gracias a "ue aurora comparta su sueldo conmigo, aun"ue casi no sala # por lo tanto mis gastos resultaban mnimos. mi habitaci$n era un desorden, abandon a mis amistades # pasaba las tardes encerrada en mi cuarto. tampoco lea, no miraba televisi$n # ni si"uiera daba alguna caminata en los das hermosos # clidos. acurrucada en un rinc$n dejaba volar la mente hacia el centro de todo mi inters3 el sufrimiento. comenc as a tratar de provocrmelo #o misma, lo "ue se converta en una forma de masturbaci$n. en la soledad de las tardes cerraba con llave mi habitaci$n # las arrojaba hacia el otro lado por debajo de la puerta, de modo "ue permaneciera literalmente encerrada hasta "ue alguien me liberara. por cierto "ue cuando aurora volva de su trabajo era la encargada de tal tarea, # s$lo lo haca cuando tena la certe!a de "ue mis padres no volveran a casa antes "ue mi hermana, pues no "uera "ue ellos sospecharan de mi extravo, aun"ue creo, con dolor, "ue a esas
alturas #a lo intuan. adivinars "ue el sentido de ese ejercicio era convertir mi cuarto en una especie de celda por cierto "ue sin agua ni comida. en alguna ocasi$n no beba desde temprano para poder sentir sed durante mi encierro de las tardes. deba soportarla hasta "ue llegara mi hermana # una ve! ella corriera el cerrojo podra beber copiosamente. algunas veces, si llova, un hilo de agua se extenda por la delgada lnea c$ncava "ue surcaba el marco de la ventana. entonces #o la recorra con mi lengua para apenas refrescarla. "uiero "ue te imagines esa escena. "uiero "ue me veas desnuda, hincada frente a la ventana # contorsionando la lengua para poder lamer las gotas de agua "ue se juntaban en la rendija. claro "ue no morira de sed de no hacerlo, pero me causaba placer, senta mi jadeo # el latir apresurado de mi cora!$n. otras veces iba al ba%o # orinaba de pie, apretadas las piernas para "ue el l"uido corriera por ellas, otras veces lo juntaba ahuecando ambas manos bajo mi entrepierna # luego lo verta sobre mi pecho en un acto casi bautismal. mi hermana me a#ud$ mucho en toda esa etapa. cuando descubri$ mis ntimas parodias me devolva a la libertad cual un silencioso c$mplice. limpiaba el cuarto antes de "ue llegaran nuestros padres # con esmero borraba todo rastro de mi locura. pareca comprenderme plenamente # mi confian!a en ella era total. en esa hora larga "ue mediaba entre su llegada # el regreso de nuestros ignorantes padres la convert en mi instrumento. necesitada de castigo era ella la "ue me a!otaba. ataba mis manos al ca%o del regadero de la ducha # all descargaba un cintur$n en mi espalda. al principio fue renuente a hacerlo pero tanto insist "ue accedi$. comen!$ con tmidos golpes pero no me bastaban # le peda, ms bien le ordenaba "ue pusiera ms fuer!a, ms empe%o. casi pegadas a mis ojos estaban las fras baldosas "ue revestan la pared del ba%o. fijaba mi vista en ellas, en sus extra%os arabescos "ue nada significaban e imaginaba "ue eras t "uien empu%aba el cintur$n # entonces me senta otra ve! tu#a, otra ve! a tu merced, otra ve! dispuesta a tu uso. la obsesi$n haba ganado todos los rincones de mi conducta, todos los pasillos de mi mente. por esa misma ra!$n, movida por ese impulso, comenc a devorar comidas "ue antes me as"ueaban. mi mente se convenca de "ue alguien me ordenaba hacerlo # entonces los sabores insoportables se volvan inspidos, inoloros, las consistencias gelatinosas se tornaban s$lidas. tragaba sin aspavientos, # en lo ntimo creca la excitaci$n3 esos siempre recha!ados platos eran ahora una especie de afrodisaco. incluso en las noches, a hurtadillas, degustaba las sobras "ue se haban acumulado del da anterior. en otras ocasiones sacaba subrepticiamente comida de la heladera, la pona sobre el piso de mi habitaci$n, # all la degluta sin otros instrumentos "ue mis manos # mis dientes. todas esas acciones aberrantes me provocaban placer. # ciertamente reflexionaba sobre ello* ciertamente me estaba asustando de mi morbosidad. siempre "ue se est en los lmites se tiene exacta noci$n de ello. nadie los traspone por mero desconocimiento, nadie los cru!a por ignorancia. los lmites estn siempre claros en nuestra consciencia. pero era ma#or la fuer!a de mi instinto "ue esas vallas. una # otra ve! me deca a m misma "ue deba romper con ese crculo macabro.
me determinaba a hacerlo # entonces volvan las tardes solitarias # con ellas las imgenes a la mente en violenta procesi$n, sucedindose como si fueran parte de una cinta flmica "ue no se detiene ni aun cerrando los ojos. entonces todas las cosas mudaban su significado. la comida no era simple comida* miraba la cerradura de la puerta # vea ms all de su sencilla funci$n de abrirse # cerrarse. su funci$n era ahora encerrarme o liberarme # dejarme a merced de la mano "ue mova la llave. los bra!os de una silla #a no eran un c$modo apo#o sino "ue los visuali!aba aptos para "ue atena!aran a ellos mis mu%ecas. las cosas todas, el mundo todo, pareca distorsionarse en ra!$n de la funci$n "ue mi obsesi$n le asignaba. era natural entonces "ue ello me privara de otros intereses. un obseso consciente de su obsesi$n tiende a forjarse una fero! lucha con su naturale!a. # en esa lucha o sucumbe la ra!$n o sucumbe a"ulla. llega un momento en "ue ambas no pueden convivir ni conciliarse. por eso mi condici$n me impuls$ a buscarte, a tomar la iniciativa en esa bs"ueda por mera desesperaci$n, # a renovar mi compromiso de sometimiento a ti. como comprenders, dejaron al poco tiempo de bastarme esas ntimas satisfacciones "ue haba aprendido a prodigarme, #a "ue mi mente no cesaba de atormentarme con nuevas # constantes fantasas. si haba llegado a modificar mis gustos gastron$micos imaginando tus $rdenes, $rdenes cu#a nica finalidad era sumergirme en la nusea # el asco, era inevitable "ue esas $rdenes imaginarias se extendieran a otros mbitos. de la misma manera "ue tragaba tripas casi crudas pensando "ue eso te deleitaba, comenc a imaginar "ue me entregabas a hombres nauseabundos, "ue as"uearan a cual"uier mujer, # me sola!aba constru#endo las ms diversas escenas de decrpitos miembros a los "ue deba revivir en tu presencia, gordos protohumanos # sucios vagabundos a cu#os oscuros deseos insatisfechos me condenabas a plegarme. reflexion largamente sobre esas fantasas. 1por "u llegu a desear "ue me sumergieras en el asco2 1por "u me complaca en imaginar tu deleite ante cosas "ue me causaban profunda aversi$n2 la respuesta es la misma "ue ha signado toda nuestra historia3 deseaba entregarme a ti completamente, deseaba sentir "ue disponas de m a tu antojo. el tan vulgar so# tu#a& "ue las mujeres decimos a los hombres se haba exacerbado en m, se haba instalado con la potencia de un deseo insaciable, lo "uera llevar hasta sus ltimas consecuencias, hasta sus ms insospechados lmites. por"ue 1c$mo puede alguien ser de otro& si no se somete a cual"uiera de los designios de esa otra persona2 1c$mo puede alguien pertenecer a otro& de diferente manera "ue la "ue #o haba concebido2 pertenecer como pertenecen los objetos, las cosas, ser algo "ue se pueda tirar, golpear, usar, despreciar # prestar. ha# un modo absoluto de pertenecer& # a l haba llegado. si existe un grado mximo en la pertenencia a l "uera arribar, # no otro significado cabe asignar a las locas fantasas "ue mi mente teja. haba edificado mi propio mundo, le haba puesto paredes a mi mente # entre esas paredes construa una existencia donde s$lo haba lugar para ti # #o. imaginaba cules podan ser los absolutos del uso, los extremos de la pertenencia # los viva entre esas paredes mentales en las "ue me refugiaba. all, en ese mundo, me desviva por complacerte. me pona en tu lugar # go!aba imaginando las
arbitrariedades # caprichos "ue luego, al regresar a mi cuerpo, haras caer sobre m. es en este tramo "ue hernn se sorprende a s mismo profundamente excitado. casi instintivamente guarda la carta en un caj$n de su escritorio # se encierra en el ba%o contiguo a su consultorio. se baja el pantal$n # de pie inicia el proemio de su masturbaci$n con rtmicos movimientos. su mente comien!a a dibujar frenticamente imgenes de mara. la imagina completamente maniatada # sometida a toda clase de dolores fsicos. las correas caen cada ve! con ms fuer!a sobre su espalda hasta casi arrancarle la piel. cuando siente "ue el fluido est a punto de irrumpir agudi!a su delirio, extrema las visiones. ve entonces "ue l est en la escena # toma un cuchillo con el "ue reali!a al a!ar tajos en los muslos de mara. en el preciso momento en "ue ella, entre gritos se contornea, gime # pide "ue la sigan flagelando, irrumpe a borbotones la volcnica erupci$n # al agotarse desaparece el cuerpo mutilado de mara. como siempre sucede, el aplacamiento "ue sigue a la excitaci$n hace "ue hernn se averg:ence de las fantasas a "ue recurri$ para estimularse. ha# determinados estmulos er$ticos "ue resultan capaces de generar una grave sensaci$n de culpa despus de "ue cumplieron su finalidad. cuando comien!an a operar son imposibles de detener, pueden ms "ue las ms profundas ataduras culturales. pero cuando cumplieron el fin de elevar la excitaci$n, cuando sta languidece, cuando se ingresa a la calma "ue le sigue, se siente remordimiento # verg:en!a. la persona se percibe a s misma como la protagonista de una situaci$n pattica. un homosexual travestido se ve a s mismo de una manera durante el acto amoroso # de una mu# otra cuando pasado el placer ve su reflejo en el espejo del cuarto. en la primera hip$tesis se percibe deseable* en la segunda ridculo # pattico. entre una # otra imagen s$lo media la excitaci$n. la primera es vista a travs del lente de sta* la segunda se percibe de manera distinta por"ue a"ulla est ausente # #a no se es vctima de la distorsi$n "ue provoca. presa de esa sensaci$n, limpia con un tro!o de papel el piso del ba%o, se acomoda la ropa # regresa a su escritorio. as fui sobrellevando ese tiempo con una amarga consciencia3 la de tu falta. pareciera "ue siempre algo falta en mi vida. en nuestros viejos tiempos, aun"ue no lo sabamos, falt$ realismo a a"uellos juegos inocentes, a a"uellas parodias "ue ensa#bamos al abrigo de nuestro dormitorio. ho#, "ue esto# preparada para un ma#or realismo, faltas t. #a en la soledad de mi voluntario encierro, #a en mi buceo en el asco, faltas t. faltabas para dar vuelta la llave o para contemplar mi descenso, para cerrar la puerta o para elegir mis amantes. al retornar la consciencia de esa falta, tom$ cuerpo la sensaci$n de "ue todo era un sucedneo, un delirio intil. .se es el momento en "ue se ve la lu! # uno se detiene. la sed, el encierro, el asco, se justifican si t los provocas # si ellos te complacen haciendo evidente mi sometimiento. 1por "u entonces continuar as2 deba intentar atraer tu atenci$n, recordarte mi existencia, existencia "ue segua pendiente de la tu#a. pasadas entonces tales necesarias experiencias, volv al curso de mis antiguos pensamientos # vi "ue #a no haba ra!$n alguna para no ejecutar el plan "ue me haba tra!ado. ahora s, # para finali!ar, creo "ue ha llegado el momento de proponerte nuestra cita. me cost$ elegir el lugar. seguramente recordars a"uel pub de carrasco. tiene
para m un particular significado pues all fue nuestra primera cita. recuerdo "ue ese da ped para salir antes del trabajo, fui a la pelu"uera # estuve pronta casi una hora antes del momento convenido, esperando ansiosa "ue pasaras a buscarme. esa misma noche me besaste al retornarme a casa, lo "ue siempre recordar como un maravilloso gesto. te espero ma%ana a las 7+ horas* # desde #a te adelanto "ue aguardo con gran ansiedad nuestro encuentro.
captulo 13
las dudas de la %!spera hernn sabe "ue de cual"uier manera concurrir a la cita. parecera "ue el juego termina, "ue no habr ms cartas # "ue ahora le toca el turno a la realidad. .se es su primer pensamiento luego de terminar la lectura. sin embargo, le vuelve a asaltar la idea de "ue todo puede consistir en una vengan!a de mara, # esta cita el corolario de la misma. ella podra estar completamente loca # "uerer matarlo. por cierto "ue no en un lugar pblico. pero es obvio "ue luego irn a un hotel # "uien sabe lo "ue podra suceder en la habitaci$n. se imagina entonces diversas posibilidades en las "ue puede verse envuelto. # como de una loca puede esperarse cual"uier cosa bien podra ella pegarle un tiro, cortarle el cuello mientras duerme o mutilarlo con su boca. se le ocurre tambin "ue todo el contenido de las cartas podra ser una invenci$n # eso refuer!a en su mente la idea de la vengan!a. sabe "ue los juegos er$ticos # los pendulares abandonos son reales, pero 1por "u deberan serlo el fingido intento de suicidio # las singulares aventuras "ue acaba de leer2 1por "u deberan serlo tambin esas ins$litas confesiones de voluntaria esclavitud # pasi$n por la humillaci$n2 1# si acaso el plan de "ue mara habla es mu# otro2 1si no es un plan para ofrecrsele sino para destruirlo, si en lugar de tratarse de una voluntaria renovaci$n de sus cadenas lo "ue en realidad persigue no es ms "ue cobrar viejas cuentas2 hernn ve "ue piensa as por"ue en realidad no tiene certe!a alguna de "ue lo "ue mara relata en sus ltimas cartas sea vera!. perfectamente pudo haber perdido la ra!$n, haber "uerido matarse realmente # "ue en verdad fuera obra de la casualidad, la fortuna o cual"uier otra causa el halla!go de aurora. en este escenario el primer cuaderno es una carta suicida rescatada luego de frustrarse el hecho. las ulteriores cartas son un escape teraputico consentido por su psi"uiatra # aurora oficia en realidad como su enfermera. se dice ante esta hip$tesis "ue sera mu# delgada la lnea capa! de separar a la psi"uiatra de un ser ignorante de los reales fines de mara # a la enfermera& aurora de la figura de un c$mplice. inmediatamente descubre "ue pueden existir tambin otras hip$tesis. si todo lo "ue mara cuenta es cierto tambin puede ser un truco para recuperarlo. no es casualidad entonces "ue el primer cuaderno empiece pasando revista a los juegos sexuales "ue tanto les
atraan # "ue la ltima carta contenga un ofrecimiento. 1"u hombre no deseara volver con una mujer a la "ue literalmente podra hacerle lo "ue "uisiera2 a la "ue podra humillar, abandonar, vejar, sin temor alguno a perderla. # si entonces mara lo "ue "uiere es recuperarlo, volver a ganarse su exclusividad, 1"u impide "ue le convo"ue a este encuentro furtivo # "ue paralelamente lo delate a julia para "ue ella pueda constatarlo # as for!ar la ruptura2 piensa "ue si es verdad la parodia del suicidio, mara es tambin capa! de jugarle una treta por cierto mucho menos extraordinaria # propia de cual"uier mujer despechada. sabe sin embargo "ue una cosa sera indigna de la otra pero tampoco puede descartarla. por otra parte, si en verdad mara es la abominaci$n "ue dice ser, si ese desarreglo gentico de "ue ella misma habla es ms "ue una simple metfora, sabe "ue nunca podr eliminarla de su vida. estar entonces condenado a ella como el carcelero lo est a cargar con su preso. se pregunta entonces "u justifica esa carga # no encuentra "u responderse. s$lo atina a ver "ue podra ser atractivo. piensa "ue puede continuar con su vida # disponer de mara cuando # como lo desee, al fin de cuentas todos los hombres casados "ue conoce en algn momento de sus vidas han tenido una amante. al pensar as hernn parece no ver lo "ue en realidad debe ver. hegel escribi$ "ue el siervo se libera del amo tornndosele imprescindible aun cuando a"ul piense "ue sigue ejerciendo su omnmodo poder. llega un momento en esa interacci$n "ue est tan atado a su esclavo "ue ste ejercita tambin su dominaci$n sobre el amo. el siervo se torna imprescindible por"ue es el nico "ue puede colmar sus necesidades # as se libera. ahora el prescindible es el amo # por lo tanto el inferior. pero ms "ue prescindibilidad lo "ue ha# es un intercambio de papeles, los roles llegan a invertirse por"ue del mismo modo "ue el amo termina dependiendo del siervo, ste termina atado al poder "ue empie!a a experimentar. si el siervo se niega a trabajar go!ar con el ruego del amo, pero si el siervo, en lugar de negarse se va, el amo no tendr #a "uien le ruegue o lo consienta # estar solo. ser un cuerpo solitario # el poder s$lo puede concebirse cuando por lo menos tenemos dos cuerpos. hernn no extrapola esa dialctica para aplicarla a cual"uier tipo de necesidad humana # entonces como se dice comnmente, erra el blanco, # por ello puede estar definitivamente perdido. podemos pensar "ue no lo hace por"ue en realidad est siendo parte de ella # no puede verla operar, de la misma manera "ue un cuerpo "ue se mueve es incapa! de percibir su movimiento si carece de un punto de referencia. cuando llega a su casa # besa a julia piensa en desistir de todo. mientras bebe un 4hisk# en el porche se determina por un momento a no concurrir a la cita* se dice "ue debe llamar a mara en la ma%ana, cancelar todo # olvidarse del asunto. 1por "u ir2 se contesta a s mismo "ue por"ue le excita la posibilidad de volver a acostarse con ella, de experimentar nuevamente los juegos "ue los unan. pero ve tambin "ue "ui!s ha#a ra!ones de ma#or peso para no seguir avan!ando. el temor lo asalta nuevamente. # si en la misma habitaci$n del hotel es ella la "ue se "uita la vida, 1"u hace l en esa situaci$n2 #a comien!a a imaginar "ue a pocos pasos de l extrae un rev$lver de su cartera # se descerraja un disparo en la sien. el inevitable escndalo llegara a julia # la perdera. se vera envuelto en una situaci$n vergon!osa # hasta comprometida si la polica llegara a pensar "ue l tuvo algo "ue ver en la muerte. su hogar se destruira # tal ve! hasta
perdiera su empleo. al fin # al cabo logr$ cierta respetabilidad profesional con mucho esfuer!o # adems est plantendose la idea de tener un hijo con julia. pero a poco de meditar se dice "ue est paranoico, "ue se ha puesto a imaginar cosas absurdas por"ue en realidad lo "ue est haciendo es buscndose una excusa para no ir. fuer!a un poco ms su autocrtica # se recrimina "ue el juego de las cartas lo sigue por"ue le resulta inofensivo # "ue ahora teme pasar a la realidad. se autocalifica de cobarde # eso lo impulsa esta ve! a aceptar la cita. ahora ve tambin "ue en ningn momento se ha sentido culpable pero "ue a ese sentimiento, obviamente oculto en su persona, se debe la imaginera absurda sobre una vengan!a sangrienta. pero tambin ve "ue no est dudando en ir al encuentro de mara por"ue se averg:ence de lo pasado, por"ue no tenga valor de enfrentarla # por lo tanto de enfrentarse a s mismo # a su condici$n, sino por"ue teme las consecuencias "ue ese encuentro pueda acarrearle. # no piensa tampoco en "ue esas consecuencias repercutan en acentuar su culpabilidad, no teme el remordimiento sino "ue lo descubran, no teme el autoreproche sino "ue se trasto"ue la vida "ue ha conformado. ni si"uiera se puso a pensar en justificativos a eventuales reproches, # ve ahora "ue no lo hi!o no tanto por"ue no pensara "ue deba justificarse cuanto por"ue no le importaba demasiado. hasta ahora le bastaba para no autoacusarse demasiado las explicaciones dadas a aurora en a"uella rpida e improvisada confesi$n "ue hiciera en la confitera donde se encontraban. la reflexi$n le lleva entonces a preguntarse por "u volva peri$dicamente a mara. 1por "u la buscaba en esa especie de crculo vicioso2 1por "u la arrebataba de los bra!os de otros hombres cuando se enteraba de "ue esos hombres existan2 a estas alturas no sabe si realmente la amaba o si ella exacerbaba en l una sdica soberbia "ue llevaba oculta # "ue ella saba hacer aflorar. #a completamente absorto se pregunta si no es l la abominaci$n psicol$gica "ue hasta ahora daba por sentado era mara. como el problema le agobia en demasa renuncia a darse una respuesta # prefiere evadirlo. considera intil ese nivel de reflexi$n # prefiere dedicarse a evaluar los pasos a seguir en un plano ms concreto, ms real, "ue es el de las consecuencias de acudir a la cita.
captulo 14
un caso peculiar decid aprovechar los ltimos das de mis vacaciones para poner punto final a mi ensa#o, "ue como un fantasma hbrido estaba #a ocupando todas mis horas # comen!ando a gobernar mis acciones. eleg para ello uno de esos peculiares balnearios rochenses "ue se suceden como perlas intocadas # brillantes a lo largo de toda la costa de ese departamento. arrend una caba%a de techo de paja, mitad madera # mitad material de obra, "ue dominaba, solitaria, la cresta de una imponente duna. desde all, a un lado, se divisaba el abigarrado pueblito de pescadores, ahora de turistas "ue inundaban sus callecitas de tierra # pedregullo. al otro, una extensa # blanca pla#a cercada por una cordillera de dunas. la pa! de las noches, acunada, acompasada al romper de las olas
contra el ro"uero, me empujaba al porche, con la nica compa%a de una botella de 4hisk# # mis apuntes. cuando mara llega a su descubrimiento pasa a un estadio en el "ue puede prescindir del coito para llegar a su plenitud. .se es el momento en "ue el deseo comien!a a gobernarla con una magnitud aterradora por"ue ve "ue est a las puertas de un nuevo mundo. su caso presenta la misma patologa "ue la de r.s., ingeniero alemn, de 7, a%os de edad, "uien segua a muchachas de largas tren!as por las calles de berln, hasta "ue es detenido luego de haber cortado el cabello a varias de ellas. as contaba su anomala este pobre hombre3 habiendo cortado cabellos, me vo# a la cama # esto# besando # besando los lindos cabellos* los aprieto a las mejillas # las narices, # esto# gustando el rico olor de los cabellos. acostndome los tengo sobre los colchones de la cabe!a 'almohadas- besndolos, # entonces, con mucha excitaci$n vienen los movimientos del cuerpo # por fin sucede el derrame, # despus so# mu# feli!.& 'caso extrado de la revista del crculo mdico argentino # centro de estudiantes de medicina, n) +, +,+/.del mismo modo, el estmulo doloroso, humillante, sobre el cuerpo # la psi"ue de mara, en tanto simboli!an una situaci$n de sometimiento, es condici$n necesaria # suficiente para su placer. n$tese "ue digo # suficiente&, pues ahora aparece dentro de los casos "ue escapan a la generalidad. #, ahora bien, <"u diablos importa si alguien obtiene el tan ansiado derrame acariciando cabellos, olfateando medias, recibiendo o propinando a!otes= nada ha# en ello ms "ue la manifestaci$n de la diversidad humana, de la suprema libertad de la alcoba. no puedo evitar verme como un prejuicioso mdico legal "ue, no conforme con su ciencia, aborda profanamente la del psi"uiatra, # "ue desde un plpito ju!ga, lan!a eptetos # tra!a la frontera entre la normalidad # la desviaci$n. no puedo evitar verme a m mismo como el fiscal en la causa contra r.s. el pueblo alemn versus r.s.&. la acusaci$n3 hurto de cabellos, o atentado al pudor, o lesiones por mutilar las finas hebras de oro # caf. todava ello no est resuelto. sentado frente a m, en un austero # oscuro ban"uillo, enjuto, la mirada baja # desali%ado, seguramente avergon!ado # humillado, est el joven ingeniero, a "uien me apresto a interrogar como el ave de rapi%a "ue se prepara a caer sobre su presa. # as, atenta la mirada sobre mi vctima, comien!a la cacera. 51es o no cierto "ue sigui$ #, en un descuido de sus vctimas, arranc$ matas de cabello a cinco j$venes en distintas calles de berln # en diversas fechas durante el ltimo a%o2 5s, es cierto. 51# es o no cierto "ue luego usaba esos cabellos en m$rbidas experiencias sexuales2 r.s., en un hilo de vo!3
5s, es cierto. 51# es o no cierto "ue los acariciaba # besaba en la soledad de su alcoba2 r.s., en otro hilo de vo!3 5s, lo es. 51# es o no cierto "ue a medida "ue lo haca creca su morbosidad, hasta "ue de ese modo, # sin tocar mujer, obtena la e#aculaci$n2 r.s., inaudible3 5s. 5no lo escuchamos. 5s, es cierto. 51# es o no cierto "ue nunca tuvo usted contacto fisiol$gico con una mujer2 5s, es cierto. 5por ltimo, 1se considera usted un anormal, un enfermo, un degenerado # un vicioso2 # entonces el avergon!ado r.s., plido por el escarnio ante la atestada sala de audiencias, "uiso decir "ue no. "uiso gritar "ue si bien haba cometido delito, "ue si bien haba violentado la integridad de esas muchachas, aun en la mnima expresi$n de sus cabellos, estaba fuera de la competencia del tribunal el ju!gar sus inclinaciones. "ue no tenan por "u abrir su cabe!a, meterse en ella # pretender arreglrsela. "ue no estara a"u, de cara a tan impdico exhibicionismo, si esas muchachas le hubieran, gustosas, obse"uiado algunas de sus tan preciadas hebras. "ue lo ju!garan por hurto, lesiones, atentado o lo "ue diablos fuera, pero "ue dejaran en pa! su diversidad, "ue no se erigieran en censores de alcoba. "uiso decir todo eso pero dijo3 5s, esto# enfermo, por favor crenme. imaginemos por un instante "ue r.s. hubiera encontrado la horma de su !apato. "ue hubiera dado con una joven rubia, de cabello largo # luminoso, "ui!s una de esas de cara caballuna "ue suelen crecer en ciertos barrios acomodados. tras su apariencia de ngel distrado, de lectora de caras o gente, est la mujer "ue no se atreve a confesar, por llamarlo de alguna manera, su vicio. esa mujer gusta de "ue su amante tome una de sus prendas, un !apato tal ve!, o 1por "u no2, uno de sus cabellos, # acariciando ese objeto precioso, olindolo, degustndolo, enredado con l en la cama, tiene tal objeto inerte la increble virtud de erguir un gran miembro al "ue ni l ni ella tocan. a medida "ue las manos viriles acarician el delicado cabello 'o el !apato, el sostn, el broche-, la gran verga empie!a a latir. est vedado para ella tocarla, ro!arla si"uiera, acariciarla o besarla. # de pronto,
con la misma naturalidad con "ue estalla la flor, irrumpe la lava blanca # todo lo moja, hasta llegar a la muchacha "ue contempla la escena, sentada a centmetros de la cama, lan!ando epilpticos gemidos. si r.s. hubiera encontrado a esa mujer habra sido feli!. si r.s. hubiera hallado a esa mujer, habra hecho todo, cual"uier cosa, cual"uier tarea, por conservarla, por evitar "ue dejara de pertenecerle.
captulo 15
el encuentro hernn al fin se encuentra con mara. llega primero # pide un 4hisk# para esperarla. luego de unos die! minutos aparece ella. tiene ahora el pelo ms corto # ensortijado. no nos importara como viste si no fuera "ue su vestimenta resalta sus formas # en ellas se est fijando hernn mientras mara se abre paso hasta la mesa. las primeras palabras son intrascendentes # obvias. lo relevante es "ue ella tiene una mirada extra%a, "ue a veces se pierde # "ue nunca se fija en nada. sus pupilas no dejan de moverse # parecen tomos sin rumbo. sus manos tampoco se detienen nunca # es en el instante de fijarse en ellas "ue hernn piensa "ue toda la historia es absolutamente real. llega entonces el momento de las preguntas importantes # la primera es el por"u de la confesi$n a "ue le ha sometido # la extra%a forma de la misma. creo "ue la respuesta cae por su propio peso, le dice ella. te he dado una desnude! "ue puedes conservar. no he ocultado nada, no me he guardado nada. he vencido hasta el pudor "ue nace del simple instinto. all estn, otra ve! frente a frente despus de tanto tiempo. los ojos de ella siguen siendo tomos desorbitados # hernn se pregunta interiormente si l pudo conducirla a ese estado. intent verte en la clnica, dice, # recibe una sonrisa como pr$logo a la respuesta. lo s, balbucea mara. por un lado "uera verte pero tambin volver a jugar contigo. no parece la misma persona "ue escribi$ la confesi$n. los ltimos escritos revelan la ir$nica seguridad de "uien acepta su naturale!a* la persona "ue tiene ante s s$lo denota fragilidad # nerviosismo. hernn vuelve ahora a pensar "ue "ui! todo sea cierto excepto la simulaci$n del suicidio # "ue frente a s tiene a alguien realmente salvado por el a!ar. piden otra copa # no hablan. la beben # van acordando tcitamente d$nde # c$mo terminar la velada. casi de comn acuerdo # sin mediar palabra deciden ir a un hotel. "uiero ir a uno de sos d$nde se lleva a las putas, le dice ella sin ningn reparo. eligen un viejo hotel en el otro extremo de la ciudad. se encuentra en una calle pe"ue%a # empedrada de la ciudad vieja # hace a%os debi$ de haber alojado a pudientes turistas* ahora se ha venido a menos # es un lugar donde llevar a las prostitutas "ue hormiguean por la !ona. podramos describir la habitaci$n pero basta con dos detalles para hacernos
una idea completa de la misma. tiene un ventilador de techo # las ventanas se cubren con esas celosas de madera "ue abren sus hojas en cuatro siguiendo el movimiento de los bra!os al alejarse uno del otro. una ve! dentro de la habitaci$n mara se desviste totalmente # le pide a hernn "ue todava no lo haga, "ue se siente en un sof desvencijado # "ue si "uiere encienda un cigarrillo. hernn acepta # entre tanto ella abre su bolso, extrae del mismo una cajita con agujas, una venda # cuatro cuerdas, # los acomoda prolijamente sobre la mesa de lu!. hernn, sin decir palabra, la mira disponer los objetos. entre ellos ve una vela, # ella le explica "ue le gusta sentir la cada del sebo caliente sobre su piel. luego de esas breves palabras ella misma se coloca la venda en los ojos # se arrodilla al borde de la cama, lejos de hernn "ue contina fumando en el sill$n. ba%ada por una lu! mortecina mara es una mujer desnuda # ciega, arrodillada a la espera de su suplicio, a la vera de una mesa sobre la cual estn dispuestos los instrumentos "ue se usarn sobre su cuerpo. la cama se le figura a hernn como una mesa de tortura. mientras contempla la escena comien!a a diluirse en l el temor a una treta. es consciente de "ue fue l "uien eligi$ el hotel, con lo "ue descart$ toda posibilidad de "ue julia irrumpiera en el mismo alertada por la hermana alcahueta de su acompa%ante. por otra parte, el espectculo "ue tiene ante s no condice con la idea "ue l tiene de una loca vengativa. se trata de una mujer inm$vil # jadeante, a la espera de ser presa de alguien. #a las manos no le tiemblan # no puede ver si sus ojos continan movindose de un lado a otro pero intu#e "ue estn apacibles bajo la venda "ue los cubre. ms bien aparenta ser una mujer enjaulada en su perversidad, una mujer "ue no puede vivir sin ella ni sin el hombre capa! de seguirle el juego. se convence entonces de "ue lo "ue busca es meramente vivir la situaci$n. en esa posici$n permanece por casi veinte minutos. nada dice ni pide* apenas su respiraci$n se hace ms jadeante # continua a medida "ue transcurre el tiempo, como si con l creciera su excitaci$n. de pronto hernn se levanta # se acerca a ella. tambin sin decir palabra examina la mesa de lu! # se apresta a decidir por d$nde comen!ar. no obstante, antes de ello # procurando no hacer ruido alguno, aprovecha la voluntaria ceguera de mara # no resiste el revisar rpidamente su bolso, pues an guarda una pi!ca de temor de "ue pudiera ocultar un arma. no encuentra nada # por lo tanto aventa cual"uier sospecha definitivamente # se tran"uili!a. ahora todos esos temores # conjeturas le parecen ridculos # vuelve su atenci$n hacia la mujer de rodillas "ue tiene ante s. ella presiente "ue l est en la etapa de la elecci$n, sabe "ue est examinando los instrumentos # su jadeo se hace ms intenso. comien!a a excitarse con esa visi$n # entonces le ordena ponerse de pie e inmediatamente extenderse boca abajo en la cama. sumisamente mara se pone de pie # cumple la orden en silencio. luego de la sesi$n los pe!ones de mara lucen hinchados # rojos, tiene marcas "ue circundan sus mu%ecas # cru!an su espalda con una simetra "ue a hernn le parece hermosa. #a no fueron golpes simulados sino reales a!otes los "ue surcaron su cuerpo. dice "ue no puede sentarse debido al dolor, # mientras limpia el orn # el esperma en el piso luce feli!. hernn la mira desde la cama # la escena se desarrolla en silencio. todava tiene sangre en sus muslos # nalgas, sangre seca # oscura "ue cubre mltiples picaduras. cabra entonces preguntarse en "u piensa cada uno. hernn lo hace en el cuerpo desnudo de mara, lo imagina en manos de otros hombres #
siente celos. reconstru#e mentalmente los momentos de pasi$n vividos. la vuelve a ver retorcindose en la cama bajo los golpes, vuelve a escuchar el ruido seco "ue haca el cintur$n ca#endo sobre su espalda desnuda, los gritos de placer # dolor extra%amente me!clados. se recuerda a s mismo como una m"uina al principio temerosa. en su mente aparece nuevamente mara jadeante # tremendamente excitada pidindole luego de la golpi!a "ue la pi"ue con las agujas "ue ella misma haba cuidadosamente dispuesto en la mesa contigua. tmidamente comen!$ a pun!arle las piernas # los bra!os. a medida "ue brotaba la sangre presenta "ue esa mujer estaba acercndose al xtasis, era como si todo su cuerpo pidiera esas penetraciones "ue multiplicaban su placer. haba descubierto una nueva forma de hacer el amor. inmediatamente vuelve a julia # no puede evitar una sensaci$n de culpa. mara piensa "ue el vivido es el primer encuentro en mucho tiempo "ue ella decide # provoca. sabe tambin "ue puede provocar otros por"ue est dando el espectculo deseado. arrodillada, desnuda en el piso, se siente abarcada por la visi$n de hernn # sabe "ue todo pierde importancia ante la imagen "ue representa. ahora, mientras se visten, vemos la puerta de la habitaci$n cerrada. la vemos desde dentro de la pie!a. es una puerta de madera color verde cru!ada por grietas # cu#a pintura se descascara. el picaporte es de hierro # tiene manchas negras. esa puerta es importante por"ue ahora va a abrirse, va a emitir un sonido agudo al girar sobre su eje # va a dejar ver un pasillo mal iluminado, del mismo tono verde # de cu#as paredes la pintura tambin se abre como un papel ajado. s, esa puerta es importante por"ue al atravesarla hernn # mara se precipitarn al final de su historia. # ello por"ue es a"u, en este preciso momento, "ue la historia podra tener diversos finales posibles pero ninguno sera realmente un final. por"ue podra suceder "ue hernn permaneciera con julia # no volviera a ver nunca ms a mara # sin "ue supiramos ms de ella o nos enterramos "ue al fin se suicid$ o "ue intentar hacerlo constantemente con el fin de repetir la historia. esto ltimo nos conducira a un final cclico, a una especie de eterno retorno. podra ocurrir "ue hernn continuara usndola como ella pretende, sometindola a toda clase de humillaciones ahora para ocultarla de julia, # en ese caso nada sera tampoco sustancialmente distinto de lo hasta a"u relatado. no podemos descartar tampoco el "ue hernn abruptamente abandonara a julia # se consagrara en exclusividad a su esclava voluntaria. pero #a conocemos las necesidades de ambos # aparece hasta probable "ue fuera mara la "ue llegara a for!ar una nueva ruptura. es obvio entonces "ue todos estos finales nos llevaran de vuelta al comien!o. para "ue as no fuera deberamos imaginar un final absurdo, algo "ue nos demuestre la futilidad de los esfuer!os. algo as como "ue al salir del hotel hernn # mara son atropellados por un conductor ebrio # "uedan tendidos sin vida en la calle. existe sin embargo una ltima carta "ue le da a la historia su significado trgico 5aun"ue no su final5 # "ue es el motivo de situar a mara en un lugar de privilegio en a"uel catlogo de perversos vernculos de "ue hablbamos al comien!o de nuestra cr$nica. la existencia de esa carta #a nos permitira eliminar la posibilidad de alguno de los posibles
finales. hasta llegar a ella todo pareca un caso de obsesi$n inofensiva, salvo por supuesto para el obseso. me figuro "ue luego de a"uella salvaje # atropellada sesi$n en el hotel, hernn regresa a su hogar sin imaginar el sobre "ue encontrar a la ma%ana siguiente en su consultorio # "ue le descubrir la terrible opci$n a "ue se enfrenta. mi amor3 seguramente te sorprender esta nueva carta, pero hago fe en "ue mucho ms te habr de sorprender su contenido. lo he escrito la misma noche de nuestro reencuentro, mientras esperaba el $mnibus en la terminal donde gentilmente me dejaste pese a "ue bamos hacia el mismo lugar. debo decirte previamente "ue goc todos # cada uno de los dolores "ue me prodigaste anoche # "ue espero revivirlos pronto. pero va#amos ahora a nuestros asuntos. no vo# a ocultarte "ue aguard algn tipo de propuesta de tu parte para saber a "u atenerme, como tampoco habr de ocultarte "ue estaba convencida en lo ntimo "ue ella no se producira. hace tiempo "ue haba planeado el contenido de esta carta. casi dira "ue #a estaba escrita en mi memoria # por esa ra!$n la plasmo en el papel sin ma#or esfuer!o. comenc a imaginarla en la clnica #a antes de escribir la primera lnea del primer envo "ue te hice. es ste, por otra parte, el nico de mis escritos cu#o contenido es totalmente desconocido por mi hermana, # esto deseo "ue conste expresa # claramente por si resuelves usar pblicamente esta misiva. # debo decirte ahora "ue esta carta es literalmente la confesi$n de un crimen, # como tal puedes utili!arla segn te lo dicte tu leal saber # entender, aun"ue creo "ue s$lo tendrs dos formas de proceder # por cierto te dar la opci$n. #a te haba dicho "ue muchas veces me pregunt cul sera el delito "ue me devolviera a merced de mi carcelero. pues esa metfora ha dejado de ser tal para tornarse cruelmente real. pues bien, creo recordars "ue en mi ltima carta te cont "ue llegu a pagar a un hombre "ue me hiciera revivir nuestros parasos. luego de varias visitas no logr resistir una tentaci$n "ue desde el principio me provocaba su enorme ma!o. el ancho de su tronco era el doble del de su glande, # con s$lo contemplarlo me deleitaba imaginando el dolor "ue me causara ser sodomi!ada con ese gran pu%o. junt coraje, # atada boca abajo a la cama, de pies # manos, entr$ en m cual un taladro destructor # caliente. aturdida por mis propios aullidos de dolor no me percat "ue el preservativo se rompa # su fluido corra por mis entra%as, llevando en l la tan temida enfermedad. fue ese hombre "uien me contagi$ el sida. a los pocos meses tuve la confirmaci$n de los anlisis # se fue el fruto de mi ltima cita con l. # he a"u lo "ue faltaba para corolar mi plan. al principio me desesper # me
aterre ante la noticia, aun"ue lo sospechaba. luego, poco a poco, comenc a percibir "ue mi enfermedad poda convertirse en mi instrumento # entonces llegu a considerarla como una bendici$n. al recurrir a esa parodia del suicidio saba "ue exista la posibilidad real de "ue terminramos en una habitaci$n de hotel. saba "ue haramos el amor # "ue confiaras en m. haba planificado contagiarte mi enfermedad* haba pensado provocar un encuentro tras otro si hubieras tenido la precauci$n de cuidarte esa primera ve!. pero como no la tuviste sospecho "ue #a no es necesario continuar fingiendo. te estars imaginando "ue mi acci$n fue motivada en una sencilla sed de vengan!a # no es as. mu# por el contrario, mi m$vil fue # ser reconstruir nuestros la!os, # ahora tenemos uno "ue a la ve! "ue nos asla de los dems, "ue nos veda vincularnos a los sanos, consolidar una uni$n fundada en nuestra comn tragedia. tu opci$n es volver a m o aislarte. como comparto tu destino so# tu nica posibilidad de una vida feli!. sugiero "ue ms "ue preocuparte, te deleites en imaginar tu nueva vida conmigo, en dise%ar nuestras noches # planear pr$ximas diversiones. sabes bien "ue todo lo anterior era un juego pueril comparado con mis actuales # refinados gustos. percib claramente como tu papel se posesionaba de ti, como cumplas a la perfecci$n el rol "ue necesito de un hombre. a veces te he imaginado como una m"uina, como mi m"uina de provocar dolor. 1recuerdas a"uel cuadro de giger donde una de sus metlicas mujeres aparece sentada en una silla;m"uina "ue la atena!a e introduce un metali!ado tentculo en su boca2 bueno, me he figurado "ue inventaba una suerte de m"uina similar aun"ue sus atributos estaban ideados por mi mente # seguramente no por giger. poda utili!arla al comps de mis deseos. se trataba de una cavidad del exacto tama%o # forma de mi cuerpo de pie "ue me atena!aba, inmovili!ndolos, bra!os # piernas. la cavidad s$lo cubre # contornea mis perfiles. a mi frente # a mi espalda ha# tableros con huecos circulares. antes de entrar a la m"uina aprieto un bot$n "ue la programa en tiempo 'puedo elegir usarla "uince minutos, media hora o an ms- # ella misma combina el orden de sus atributos, por lo "ue no siempre repiten la misma secuencia. de ste modo nunca s "u tentculo saldr primero de los huecos # cual le seguir. de dentro de esos huecos negros, a mi frente # a mi espalda aparecen diversas sorpresas. sale un tentculo # me pica con una diminuta aguja, otro me "uema, otro me castiga, otro me penetra. cumplido el tiempo programado la m"uina se detiene # libera mis bra!os # tobillos. "uiero "ue t seas esa m"uina # #o tu inventor. te esto# ofreciendo la posibilidad de una vida '1o debera decir sobrevida&2excitante. la elecci$n, como siempre, es tu#a. # tanto lo es por"ue puedes utili!ar esta carta como prueba de mi delito # denunciarme, arrojarme por algn tiempo a la crcel # cargar a cuestas con tu soledad # tu aislamiento. cual"uiera de ambas opciones es vlida para m, pues no dejo de pensar "ue sera excitante vivir por algn tiempo la experiencia de una prisi$n real, recibir $rdenes # callar. no obstante, #o en tu lugar ajustara este la!o invisible "ue nos une. 1sabas "ue an tenemos largos a%os por delante2 por ltimo, "uisiera contarte una cosa ms "ue esto# segura a#udar a "ue tomes
tu decisi$n. tengo "ue probarte "ue mi acto est en las antpodas de la vengan!a, # ello va de la mano con "ue cono!cas la profundidad de mi adoraci$n hacia ti. existiendo sta de la manera "ue existe, a"ulla es mentalmente imposible, son dos sentimientos incompatibles e incapaces de sobrevivir juntos. de todo lo "ue te he contado guard un nico episodio para este momento por"ue estaba segura te habr de conmover. te he dicho tambin en una de mis cartas "ue para llegar al lmite de la esclavitud te falt$ pre%arme, decidir mi aborto # #o obedecer. # bien, sa es una verdad a medias, pues #o di un paso ms, me acer"u un poco ms al borde del lmite. cuando te enteraste "ue por primera ve! luego de "ue me abandonaras sala con otro hombre # te propusiste recuperarme supe "ue haba "uedado embara!ada de l. no se lo dije # tom la decisi$n de abortar. lo hice esperan!ada en "ue tu regreso, tus juramentos de amor # mi perd$n prometan una nueva vida para nosotros # ese hijo conspiraba contra esa posibilidad. ese hijo me atara a su padre cuando t volvieras a aparecer en mi vida. tom esa decisi$n imaginando "ue t me lo estabas ordenando # #o obedeca en silencio. durante una semana me repeta esas palabras "ue te haba asignado. no "uiero ese ni%o&, me decas una # otra ve!. mtalo # me tendrs&, agregabas enseguida. mtalo # me tendrs&. eso me daba la fortale!a suficiente, el valor necesario para tomar una decisi$n definitiva # encaminarme a cumplirla. prcticamente sumergida en esa alucinaci$n fui a una clnica # mat a mi hijo pero no sent dolor ni culpa* s$lo sent la liberaci$n de un peso "ue poda alejarme de ti. ni si"uiera tena la certe!a de recuperarte, careca de toda seguridad acerca de la sinceridad de tus promesas, pero la sola posibilidad de "ue te alejaras para siempre poda ms "ue mi instinto de madre. llegu a pensar "ue aun cuando no reanudramos nuestra vida en comn, un embara!o me impedira estar disponible para ti, me impedira ser un objeto para tu uso o tu desprecio, # entonces lo mat. cierto es "ue a veces pienso en el padre de esa criatura. en algunas ocasiones siento pena, # me parece increble tener ese sentimiento por l # no por la vida "ue trun"u. me consuela empero la mentira, me reconforta "ue l nunca hubiera ni si"uiera sospechado los extremos a "ue entonces fui capa! de llegar. ahora s sabes todo de m # ahora s ests en condiciones de tomar la decisi$n "ue te pare!ca ms acertada.
captulo 16
<imos apuntes del autor ni cuando por primera ve! o de boca de andrs esta historia, ni cuando logr hacerme de los documentos, supo a"ul referirme c$mo haba concluido la misma. en ambas ocasiones s$lo atin$ a decirme "ue su padre siempre haba guardado un incomprensible mutismo sobre el destino de estos seres, tan incomprensible, agreg$, como mi perseverante inters por la misma luego de a"uella conversaci$n en el l$brego fondo de su casa.
le volv a insistir das antes de terminar mi manuscrito3 sabemos c$mo terminaron vacher o grenuille* # l me replic$ "ue s, pero "ue no menos verdad era "ue en realidad no sabamos a ciencia cierta el final de jack, el destripador ingls. le#$ cuidadosamente la cr$nica # se preocup$ de si los padres de mara se reconoceran, si recordaran el episodio de la cena, c$mo se sentiran ante la farsa a "ue fueron sometidos # me alert$ sobre su posible reacci$n. me sugiri$ entonces eliminar esos captulos. le dije "ue se despreocupara de ello. el padre haba muerto a los seis meses de nuestro fuga! encuentro # ni su madre ni su hermana "uerran sentirse o verse involucradas en esta historia. seguramente continuaran con su vida en el pueblo # mu# probablemente ninguno de mis informantes recordara mi presencia. por otra parte nunca pude saber el verdadero destino de mara, por lo "ue mal podra llegar a perturbarla, llegar a poner en riesgo su felicidad o su desgracia. a veces pienso incluso "ue a ella no le desagradara verse expuesta en estas pginas, cual si estuviera siendo exhibida desnuda en una pecera de cristal. por"ue he llegado a comprender "ue exista un estrecho la!o entre la perversidad de mara # el exhibicionismo. su exhibicionismo era profundo, estaba hondamente arraigado # lo viva como una manera no de obtener placer por l mismo sino como un camino a la humillaci$n. s$lo a las cosas, a los esclavos, se los exhibe, de la misma manera "ue se exhiben los objetos en venta. por ello considero sus cartas un notable ejercicio de exposici$n. todo eso palideca sin embargo ante lo "ue puedo calificar como mi gran frustraci$n, "ue no es otra cosa "ue no haber podido hallarle un final a mi historia. trat de apegarme lo ms fielmente posible a la verdad, pero siempre cho"u con un muro imposible de trasponer cuando "uise hurgar acerca del destino de mis personajes. s por lo menos "ue el caso no lleg$ nunca a los tribunales de justicia pues tama%a historia, como novedosa forma de matar, hubiera ciertamente trascendido. como a"ullos son ho# en da el paso obligado para ir a parar a la crcel, puedo afirmar "ue hernn no denunci$ a mara pese a tener en sus manos una confesi$n escrita de su pu%o # letra. no puedo saber por "u no lo hi!o. pudo haber sido el amor o la verg:en!a, la pena o el temor a su propia soledad. por"ue 1"u le "uedara a l luego de ejecutar semejante acto2 creo sin temor a e"uivocarme "ue en su caso una supuesta sed vindicativa debi$ de tener infinitamente menor peso "ue su temor a una vida aislada # desgraciada. pens "ue tal ve! pudieron enlo"uecer. pero los muros de los manicomios son siempre impenetrables. .stos son como agujeros negros esparcidos en las ciudades o el campo sobre los cuales s$lo tenemos conjeturas. 1c$mo hurgar en ellos para saber si a alguno fueron a dar hernn o mara2 mis mltiples ocupaciones me impediran una bs"ueda real # por otra parte si me detengo a reflexionar sobre ello veo prontamente "ue no tendra ma#or sentido. por"ue 1"u hara en el caso de confirmar "ue uno de ellos, o ambos, por las ra!ones "ue fuesen, perdieron la cordura necesaria para seguir en sociedad # estn fuera del espacio # del tiempo dentro de alguno de esos agujeros negros2 "ui!s s$lo tendra el efecto de decepcionarme. por"ue prefiero imaginarme otra cosa. ni si"uiera deseo pensar en "ue por alguna extra%a ra!$n de los cuerpos el contagio pudo no haberse producido, #a "ue ello dejara a mara sumida en una pattica soledad # con una nica salida por delante. la abrupta desaparici$n de ambos de su pueblo # el misterio "ue rodea el destino de esos seres, "ue no he logrado penetrar, me impulsan a descartar esa
posibilidad. si mara no hubiera logrado su prop$sito, mu# seguramente hernn # julia hubieran continuado con su vida normal. prefiero pensar "ue estn viviendo en alguna casa aislada del mundo, una especie de chacra en un lugar apartado, "ui! en otro pas. 1por "u no sudfrica2 ese nombre evoca en nosotros una misteriosa fascinaci$n, asociada a lo lejano # a lo desconocido. ir a sudfrica es como ir a china, uno puede olvidarse all de su vida pasada # empe!ar de vuelta. ir a sudfrica o a la china es algo as como volver a nacer, es como "uebrar el crculo del eterno retorno, salirse de l # comen!ar nuevamente. me figuro "ue desde esos lugares la vida pasada se mirar en plcida perspectiva. "ue cuando uno se acostumbre a ellos llegar el momento en "ue se dudar acerca de si determinados acontecimientos en verdad ocurrieron o fueron producto de un sue%o. "ue los recuerdos aparecern cada ve! ms borrosos, cada ve! ms perdidos en una nebulosa de tiempo # espacio. #a los lugares # las fechas comien!an a desdibujarse # los rostros se desfiguran. s, se debe de ser el efecto de mudarse a sudfrica o a china. me figuro tambin "ue es invierno # de noche. pienso en una caba%a de madera solitaria en el campo # con una gran chimenea. fuera de ella todo es soledad # silencio en el paisaje. me acerco a su interior. desde la ventana se ve un cielo con millares de estrellas # frente a ella, contemplndolas absorto, est hernn. se encuentra sentado en un c$modo sill$n, abrigado con un suter grueso # una bata. en el piso, # echada a sus pies, est mara completamente desnuda.