Este artículo analiza 11 almenas escultóricas de edificios en Cacaxtla, Puebla, que contienen elementos relacionados con Tláloc y señores principales. El autor sugiere que estas representaciones arquitectónicas muestran dos cultos principales: uno dedicado a la fertilidad y otro a la guerra simbólica entre la tierra y la lluvia, aludiendo al complejo jaguar-cueva-inframundo. A través del estudio de estas esculturas, se busca comprender la cosmovisión de los antig
Este artículo analiza 11 almenas escultóricas de edificios en Cacaxtla, Puebla, que contienen elementos relacionados con Tláloc y señores principales. El autor sugiere que estas representaciones arquitectónicas muestran dos cultos principales: uno dedicado a la fertilidad y otro a la guerra simbólica entre la tierra y la lluvia, aludiendo al complejo jaguar-cueva-inframundo. A través del estudio de estas esculturas, se busca comprender la cosmovisión de los antig
Este artículo analiza 11 almenas escultóricas de edificios en Cacaxtla, Puebla, que contienen elementos relacionados con Tláloc y señores principales. El autor sugiere que estas representaciones arquitectónicas muestran dos cultos principales: uno dedicado a la fertilidad y otro a la guerra simbólica entre la tierra y la lluvia, aludiendo al complejo jaguar-cueva-inframundo. A través del estudio de estas esculturas, se busca comprender la cosmovisión de los antig
Este artículo analiza 11 almenas escultóricas de edificios en Cacaxtla, Puebla, que contienen elementos relacionados con Tláloc y señores principales. El autor sugiere que estas representaciones arquitectónicas muestran dos cultos principales: uno dedicado a la fertilidad y otro a la guerra simbólica entre la tierra y la lluvia, aludiendo al complejo jaguar-cueva-inframundo. A través del estudio de estas esculturas, se busca comprender la cosmovisión de los antig
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Ao 3 N 12 Octubre-Diciembre 2013
Boletn del Seminario
El Emblema de Tlloc en Mesoamrica 2
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO J os Narro Robles Rector
Estela Morales Campos Coordinadora de Humanidades
Renato Gonzlez Mello Director del Instituto de Investigaciones Estticas
Mara Elena Ruiz Gallut Titular del proyecto
Mara Elena Ruiz Gallut Amrica Malbrn Porto Enrique Mndez Torres Editores
Amrica Malbrn Porto Diseo editorial Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo del ttulo, Direccin General de Derechos de Autor, Secretara de Educacin Pblica, nmero (en trmite ). Certificados de licitud de ttulo y de con- tenido, Comisin Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretara de Gobernacin, nmeros, (en trmite ), ISSN (en trmite ). Las opiniones expresadas en Tlloc Qu? Boletn del Seminario El Emblema de Tlloc en Mesoamrica son responsabilidad exclusiva de sus autores. Tlloc Qu? Boletn del Seminario El Emblema de Tla- loc en Mesoamrica es una publicacin trimestral del Proyecto El Emblema de Tlloc en Mesoamrica, del Instituto de Investigaciones Estticas de La Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 04510, Mxico D.F. Tel. 5622-7547 Fax. 5665-4740. seminario.tlaloc@gmail.com Portada y vieta: Lmina 110v Cdice Ixtlilxchitl. Papeles y pinturas de un historiador/Geert Bastia- an van Doesburg. Fondo de Cultura Econmica, Akademische Druck-und Verlagsanstalt, Mxi- co,1996.
Consejo Editorial: J orge Angulo Villaseor Marie-Areti Hers Alejandro Villalobos Patrick J ohansson K. 4
CONTENIDO
Presentacin
Sacerdotes con atributos de Tlaloc en remates arquitectnicos de Cacaxtla Francisco Rivas Castro
La Pirmide de la Serpiente Emplumada, Teotihuacan. Su relacin con Venus vespertino, las lluvias y el cierre de 13 Baktun Geraldine Patrick Encina
Un nuevo cdice falso de Mxico Daniel Schvelzon
Sesiones del Seminario
p. 6
p. 8
p.31
p. 64
p. 74
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PRESENTACIN En el pensamiento cosmognico mesoamericano se arraiga la presencia constante de Tlloc, dios de mltiples advocaciones, conocido principalmente como dios del agua ce- leste, pero profundamente vinculado con el astro solar, con Venus, con la tierra y con la serpiente emplumada o Quetzalcatl, articulaciones en estrecha relacin con la conste- lacin simblica fundamental de cueva-montaa-agua-tierra-inframundo-maz. En este nmero presentamos el trabajo de dos investigadores que abordan, desde dife- rentes disciplinas, el vnculo lluvia-maz-fertilidad, manifiesto tanto en la arquitectura co- mo en la astronoma. Francisco Rivas Castro reflexiona sobre el corpus iconogrfico presente en once alme- nas de los edificios de Cacaxtla, cuyos elementos estn ligados a Tlloc y a los seores principales de la ciudad. Rivas sugiere que en estos remates arquitectnicos y escultri- cos encontramos dos cultos principales: uno dedicado a la fertilidad y el otro a la guerra, pero particularmente a una guerra simblica entre la tierra y la lluvia, expresin que alu- de al complejo jaguar-cueva-inframundo. Por su parte, mediante un anlisis riguroso sobre la relacin entre la serpiente empluma- da, Venus y el ciclo agrcola, Geraldine Patrick busca obtener pistas de ndole astron- mica sobre la posicin de Venus y la Luna en el da de La Creacin, para calcular la du- racin del perodo13 Baktun y realizar una reconceptualizacion del K'in, que desde hace cinco siglos se pensaba tena una duracin de 5,125.366 aos. En este trabajo se busca conjuntar epigrafa, cuentas mayas y la escultura de la Serpiente Emplumada en Teotihuacn para hacer evidente la reiterada presencia de Venus en los relatos mticos de la creacin primordial. Este es el ltimo nmero de 2103. Con ello damos cuenta de tres aos de Tlloc qu?, publicacin que presenta de los trabajos que se desarrollan dentro del proyecto PAPIIT IN 401811, que apoya la Direccin General de Asuntos del Personal Acadmico (DGAPA) de la UNAM. Mara Elena Ruiz Gallut
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Francisco Rivas Castro 1
Introduccin U no de los principales medios de comunicacin que existe en cada cultura son las artes y en especial las plsticas, donde sobresalen la escultura y la grfica, que reflejan cons- ciente o subconscientemente los distintos aspectos de su ideologa, religin y cosmovi- sin as como su organizacin socioeconmica. Es decir, que las escenas pintadas o modeladas nos transmiten ideas y conceptos a travs de la comunicacin escultrica y pictogrfica (Angulo, 1998:27). A las personas que tienen la facultad de representar objetos de la realidad actualmente se les cono- ce como artistas, antiguamente se le llamaba Tlacuilo, al pintor, Tetlacuilo, al escultor que trabajaba la roca y Quauhtlacuilo, al tallador de madera. Lo que si podemos saber por medio de la observa- cin y anlisis de los restos arqueolgicos que obtenemos en una excavacin, es que hay objetos realizados por artesanos 2 , quienes los hacen con acabados rpidos y sencillos. Los bienes de uso diario eran vendidos en los mercados como hoy en da, pero cuando encontramos una tumba, mu- chos de sus elementos poseen un trabajo maravilloso, que nos reflejan las ideas y creencias, a su vez, el estatus social al cual perteneca el personaje ah enterrado. Lo mismo sucede con las ofren- das, las cuales poseen objetos con sentido religioso, a travs del trabajo de cada pieza nos percata- mos que algunos estn hechos con tcnicas artsticas muy refinadas. Para estudiar una cultura, lo ms importante es conocer su cosmovisin 3 , que permite explicar e in- terpretar su mundo, paisaje, clima y estructurar su religin. A partir de ella, se configuran sus cno- nes y estilos. No podemos dibujar, esculpir, modelar o pintar a un seor, a un dios o a un animal
SACERDOTES CON ATRIBUTOS DE TLALOC EN REMATES ARQUITECTNICOS DE CACAXTLA 1. Arquelogo, Maestro en Historia-Etnohistoria y Doctor en Antropologa, Investigador titular de la Direccin de estu- dios arqueolgicos del INAH. 2. Los artesanos, son aquellos que realizan trabajos de forma sencilla, sin conocimiento de tcnicas y muy poco talento artstico. 3. Entiendo cosmovisin como la visin estructurada del mundo, que permite la percepcin e interpretacin del mismo. La cosmovisin pone orden al caos de los tiempos primigenios de la creacin. 9
ron encabezados por uno o ms maestros prin- cipales y sus alumnos. Entre los mayas, en- contramos obras firmadas por los artistas, pues recientemente se ha descubierto en es- culturas, estelas, cdices y objetos mueble co- mo cermico, ltico, madera y metales. En el Altiplano mesoamericano, a los artistas se les denominaba: toltecas, concepto que nomina- ba a los habitantes de Tollan, la ciudad. Tam- bin designaba a los que conocan el arte de la pintura mural, en cdices, escultura y talla en madera, concha y metales de refinada manu- factura. Entre los mexicas, existan tambin excelentes artistas, baste observar las obras que hoy se resguardan en diversos museos de Mxico y el mundo. Es necesario que el arquelogo incursione en el tema del arte a travs de la prctica, pintan- do en papel amate, como un Tlacuilo, mode- lando recipientes de barro, tocando un instru- mento musical antiguo para crear melodas agradables, tallar una roca o labrar en madera o hueso. Practicando esas artes, se dar cuen- ta que esos trabajos implican talentos especia- les. Pocos trabajos existen respecto a la escultura de barro en Cacaxtla. La mayora de las inves- tigaciones han versado sobre todo, en el anli- sis de la pintura, la arquitectura y las diversas pocas de ocupacin del sitio arqueolgico. La presencia de elementos arqueolgicos con emblemtico o elemento religioso como se nos ocurra, ya que hay medidas, tipos de rostros, ropas, movimientos, colores, ubicados dentro de estructuras de pensamiento. Estos elemen- tos estn regidos por sacerdotes, seores, ilu- minados o grandes militares. El canon viene desde la prehistoria. Si obser- vamos y estudiamos la pintura rupestre, tanto de Amrica como de Europa y otros continen- tes, podemos apreciar que lo poseen, ya que era el artista-sacerdote que realizaba esas re- presentaciones religiosas. El individuo que te- na la facilidad de dibujar o trabajar otras artes era considerado tambin persona importante, ya que expresaba con precisin las visiones, por lo tanto participaba en ceremonias junto con el sacerdote y era considerado tambin divino debido a su talento para plasmarlo.
Los cnones y estilos en Mesoamrica. Si observamos detenidamente los dibujos de los vasos teotihuacanos, lo mismo que sus mu- rales, percibimos que hay partes realizadas por maestros y otras por sus discpulos, o trabajos realizados por alumnos y retocados por maes- tros. Hasta el momento no hemos encontrado la fir- ma de una persona en especial en el arte del Altiplano, por lo cual suponemos que quines los hicieron fueron gremios (grupos o talleres) que trabajaban distintas artes, los cuales fue- 10
centro, se ve a un sacerdote, que tiene en la mano derecha un rayo-serpiente, como los que porta Tlaloc en los ejemplos de los remates arquitectnicos de Cacaxtla (dos), llevan en su mano izquierda un Copalxiquipilli (bolsa para copal). Sobre su cabeza, tiene un tocado rec- tangular con cinco elementos rectangulares. A los lados de su cara, se ve una mscara con los atributos de Tlaloc, parecida a los de la mscara de piedra que se localiz en las ex- ploraciones del lugar de donde se obtuvo el remate arquitectnico de un muro. Es intere- sante mencionar que el sacerdote tiene un smbolos asociados a Tlaloc en la zona aleda- a a Cacaxtla, data del ao de 1981 (Jimnez Ovando, 1988:57), en este tiempo se localiza- ron un remate arquitectnico 4 y una mscara de Tlaloc de roca, como ofrenda a entierros explorados en una terraza de cultivo aledaa al centro ceremonial de Cacaxtla. Los anteriores hallazgos, nos muestran conceptos religiosos asociados a prcticas religiosas agrcolas. En la primera pieza, notamos la presencia de volu- tas y pequeas almenas que refieren al cielo nublado, del cual se desprender la lluvia para nutrir a las plantas del campo de cultivo. Al 4. Mal llamado almena, ya que este concepto designa elementos de la arquitectura mozrabe y no corresponde a los elementos arquitectnicos mesoamericanos. Fig. 1. Almena de barro y mscara de piedra, localizada en una terraza habitacional de San Miguel del Milagro, Tlaxcala. Tomadas de Jimnez Ovando, 1988: 65, fig. 7 y 64, fig. 6. 11
Los remates arquitectnicos de Cacaxtla, Tlaxcala Empecemos a hablar de estas maravillosas obras de carcter religioso. Estos remates ar- quitectnicos-esculturas fueron encontrados en una estructura prehispnica dentro de una te- rraza habitacional en las laderas del cerro de San Miguel del Milagro, de manera fortuita por los seores Enrique Cadena Ortega y su espo- sa Pascuala Bentez Snchez, en una esquina del jardn de su casa, ubicada en la calle de Morelos N 6, Colonia San Miguel del Milagro, Tlaxcala. Al principio solo se encontraron dos esculturas, posteriormente, se dieron cuenta que haba ms. Al percatarse de esto, reportaron al ar- quelogo David Morales su hallazgo, quien im- plement un rescate arqueolgico en el ao 1997, que culmin con la recuperacin de los once remates arquitectnicos con esculturas de barro que hoy comentamos. Posteriormen- te, se restauraron y David Morales public un estudio preliminar del hallazgo y su significado en 1999 y otro en 2000 (Morales, 1999:157- 163; 2000:8-14). Al entrevistar al seor Enrique Cadena Ortega, dueo del terreno donde se encontraron los remates arquitectnicos, e ir al inmueble, nos diente frontal trabajado en forma de Ik que es un signo que designa al viento en contextos mayas. Este rasgo tambin lo encontramos en dos de los personajes de los once remates ar- quitectnicos, y en dos urnas de Cacaxtla y una de Xochicalco, sitio contemporneo que comparte elementos arqueolgicos con el pri- mero. Tambin lo encontramos en ejemplos de una escultura de barro antropomorfa de mayor tamao en Cacaxtla (Fig.1). En este trabajo, pretendemos traer a la pales- tra de la discusin esos tpicos, y dar una vi- sin considerando las tcnicas de elaboracin de las once esculturas de barro localizadas en una terraza y una estructura prehispnica, ubi- cada en las laderas del cerro de San Miguel del Milagro (Morales Gmez, 1999:157-163; 2000:8-14). Estos once remates arquitectni- cos fueron depositadas al parecer como ofren- da de cermica matada, pues aparecieron en parejas, una sobre otra, en forma de cruz (comunicacin personal del Sr. Enrique Cade- na Ortega, dueo del inmueble donde se en- contraron estos elementos arqueolgicos, 12 de julio de 2006) en un corte de un montculo prehispnico. Se ubicaban a un lado de un mu- ro, por lo que pensamos fuero colocadas ah para preservarlas (Fig. 2).
5.Entrevista del 12 de julio de 2006. 12
Fig. 2. Planta y perfil del lugar del hallazgo. Tomado de Morales, 1999:159, figuras 1 y 2. 13
ntez, hija de Don Enrique y Doa Pascuala) existen dos ejemplos de estos elementos con sus colores originales en el museo de sitio (Fig.3) Esta informacin fue para nosotros muy impor- tante, ya que tenamos la teora de que esas figuras posean una policroma muy viva, si consideramos todos los colores con los que se pintaron los murales que se encuentran en la zona arqueolgica y las urnas de Cacaxtla. Las esculturas fueron limpiadas y se restaura- ron. Entre los once personajes solo queda uno cubierto totalmente con estuco, que nos da la sensacin de que est derretido, o deteriorada por la salinidad de la tierra. nos permiti sacar algunas fotografas del lugar (muy transformado, ya que se hicieron unas escaleras que bajan al nivel de la terraza habi- tacional y una pared de block con cadenas y trabes de cemento que se hicieron despus de las exploraciones arqueolgicas que se practi- caron en el lugar), adems, nos mostr fotos que el sac cuando se encontraron las prime- ras piezas. Al ver esas fotografas, nos evoca- ron el maravilloso descubrimiento que ellos hicieron. En ellas, pudimos observar que las esculturas estaban cubiertas de lo que aparen- temente fue estuco y an conservaban color. Por informacin de ellos supimos que el color estaba en las faldas y los rayos que llevan en sus manos donde se observaba una mazorca de maz con todos lo colores completos (comunicacin verbal de Yesenia Cadena Be- Fig.3 Escultura de un remate arqui- tectnico, cubierta de sales sobre el estuco y pintura. Foto: Sr. Enrique Cadena Ortega. 14
que componen a los once sacerdotes. Tam- bin se utilizaron dos cilindros largos y huecos (para no reventar la figura en el horno). A la altura de los hombros y el cuello les pegaron el pectoral (elemento que figura en todos los se- ores, generalmente retomados de los cno- nes de representacin de la iconografa teo- tihuacana, con una interpretacin artesanal lo- cal). Cuando se analiz cmo se pegaron las escul- turas y los objetos ms sencillos, encontramos que se utiliz la barbotina, que es barro muy diluido con agua que tiene una textura chiclo- sa. Los acabados se realizaban con las este- cas (estiques), las cuales son de madera y tie- nen diferentes formas en sus extremos. En es- tas esculturas, se nota muy claramente que fueron trabajadas con estecas de diferentes formas. El tocado del Xipe que es rectangular se model a mano y posteriormente se peg y acab sobre la almena. Es indudable que el soporte de todas las esculturas fue la almena. Los grandes tocados, fueron hechos aparte de la escultura, tal vez con moldes y modelados a mano con mucho detalle para los acabados, posteriormente, se pegaron a la almena. Existe una escultura que est trabajada casi comple- tamente en la almena, con algunas aplicacio- nes de elementos hechos con molde y con acabado a mano. Cuando utilizamos el concepto revienta en el Anlisis de las tcnicas de manufactura de los remates arquitectnicos de Cacaxtla El anlisis de las tcnicas de manufactura de las esculturas, es un tema muy interesante, ya que se pueden observar los conocimientos y la sabidura de sus fabricantes, quienes utilizaron tcnicas muy depuradas en su confeccin. Ini- ciamos observando detenidamente la escultura de un Xipe, la cual posee menos elementos iconogrficos y por lo que es ms fcil estudiar su elaboracin. En este trabajo, se analiza cmo se hicieron las piezas, qu tipo de sopor- tes se utilizaron, cules fueron las tcnicas pa- ra su elaboracin, se busca si se utilizaron mol- des para cada pieza, si tuvieron pintura, cmo fue su cochura, etc.; el anlisis lo llev a cabo Claudia Michetti que, como escultora, visualiz todos estos aspectos desde la perspectiva de la prctica artesanal para la elaboracin de esos objetos. Ella utiliz sus conocimientos de escultora, y a la vez, los describe con una vi- sin arqueolgica. Primero se elabor la base del remate arqui- tectnico, la cual est hecha con molde y sus bordes terminados en detalle a mano. Sobre el centro de la almena que es rectangular y pla- na, armaron en la mitad el cuerpo la falda y la pegaron sobre esa base. Tenemos que tomar en cuenta que todo el trabajo para la formacin del cuerpo de la figura se realiz sobre esa su- perficie, ah se adhirieron todos los elementos 15
horno, realmente es as, ya que esto sucede cuando el barro no est bien amasado y no se le ha extrado el aire, lo cual se obtiene golpe- ando el barro fuertemente sobre una superficie de madera. Si el grosor de la pieza a realizar es demasiado ancho, siempre tienen una sali- da de aire, ya que cuando se hace una pieza hueca, se le practica un agujerito, para que sal- ga el aire antes de que se pase al horno. Al hacer formas tubulares para brazos y piernas, se realiza una planchuela y se pega con barbo- tina, borde con borde. Por el color naranja que tiene el barro, sabemos que fue cocida a ms de 1000C. El barro es de color caf cuando est seco y adquiere un color naranja al ser cocido a alta temperatura. El estuco con que se cubrieron las esculturas, fue muy importante, porque quedan totalmente blancas, al ser pintada sobre esa superficie, los colores resaltaron mucho, adquiriendo un poli- croma muy llamativa, si consideramos estas observaciones, entendemos su relacin con la pintura mural del sitio. Los once remates arquitectnicos-esculturas, se hicieron con moldes, como los braseros tipo teatro teotihuacanos. Esas mismas tcnicas se utilizaron en Cholula, Xochitcatl, Xochicalco y sobrevivieron hasta la poca mexica, para hacer objetos de uso ceremonial y con un sig- nificado religioso (Fig.4). Fig. 4 De arriba hacia abajo: a) Remate arquitect- nico con escultura de un sacerdote, Tlaloc, b) bra- sero con atributos de Tlaloc, Cacaxtla, c) brasero con Tlaloc, Cacaxtla, d) brasero teatro teotihuacano con el dios mariposa-jaguar. Fotos Francisco Rivas Castro, 2008. 16
aclarar que en Cacaxtla, existen las dos va- riantes del Tlaloc, que identific Pasztory en Teotihuacan (1974), el que proporciona la llu- via para el crecimiento de las plantas y otro que alude a la guerra y el sacrificio humano. Respecto a los planteamientos sobre la pre- sencia de estilo teotihuacano en la pintura de Cacaxtla tenemos los trabajos de Pulinyi (Op.cit) y Santana Sandoval (Op.cit.). En las once esculturas de barro de San Miguel del Milagro, Cacaxtla, se representaron perso- najes con atributos de deidades. Despus de analizar el Corpus iconogrfico de las once es- culturas, proponemos que son sacerdotes que representaban el culto a diversas deidades re- lacionadas con la guerra sagrada (representada metafricamente con las lanzas de las cuales caen gotas de agua que fertilizan a la tierra seca de la poca de sequa (Tonalco) que propiciaban el cambio de la piel de la tierra en la poca de verdor (Xopan) con el advenimiento de fertilidad de la tierra. Las tcnicas de elaboracin de los remates ar- quitectnicos y esculturas, as como ciertos elementos de su iconografa, se vinculan con los antiguos cnones de representacin y con- ceptos religiosos Zapotecos (presentes en las urnas) (Paddock, 1970: 145, 168, 196), en figu- rillas y braseros teatro de estilo teotihuacano (Hellmuth, 1974; Von Winnig, 1987). Encontra- mos tambin similitudes en cuanto a su manu- Integracin del corpus iconogrfico de signos en las once almenas y sus seores de Cacaxtla Para integrar el corpus simblico 6 que tienen las once esculturas de barro, procedimos a fo- tografiarlas y dibujarlas, desglosando los ele- mentos ms relevantes para realizar un anli- sis iconogrfico de cada una de ellas. El anli- sis puntual de nuestro corpus simblico desglo- sado, nos muestra la presencia de sacerdotes con atributos de deidades, se encuentra Tlaloc, el ancestral dios de la lluvia y los mantenimien- tos; Xipe, deidad de la fertilidad y cambio de la piel de la tierra; sacerdotes con tocados de ma- riposa, murcilago y de un ave rapaz, tal vez un falcnido ampliamente representado en la iconografa teotihuacana. Pocos trabajos existen respecto a las deidades que se veneraban en Cacaxtla. Se ha escrito siempre en referencia a la pintura mural pero no a la escultura en barro y en piedra. En los textos pictricos, se han localizado deidades del agua (Foncerrada de Molina, 1982; Paulin- yi, 1991:53-65), la fertilidad, el maz y Venus (Santana Sandoval, 1990:53-65). En lo que re- fiere a las deidades del agua, es importante 6. A diferencia de Nagao (1989), considero que no es necesario tener todo el corpus de las obras artsticas de la cultura que analizamos, ya que el conocimiento de la forma de hacer las cosas y de explicar el mundo (cosmovisin) de cualquier sociedad, se construye a travs de la integracin de pequeas partes de ese cor- pus, que adems, refleja las partes por el todo pars por toto. 17
culturas, que nos dan una visin global y a la vez puntual de todo el corpus de las once esculturas de barro que Cacaxtla. Integracin del Corpus Elaboracin de tablas comparativas de signos de las once esculturas de barro de Cacaxtla con otros signos presentes en materiales arqueolgicos de sitios contemporneos, tales como: Teotihua- can, Cholula y Xochicalco. Anlisis de cada signo y propuesta de significado con base en la tradicin reli- giosa y la cosmovisin mesoamericana. Con el anlisis comparativo, se hacer una pro- puesta de interpretacin de cada signo, de ma- nera particular y posteriormente dentro del contexto de cada escultura. La propuesta de interpretacin del Corpus la hacemos con base en la existencia de elementos conceptuales de corta, mediana larga y larga duracin dentro de la tradicin religiosa y de la cosmovisin me- soamericana (Lpez Austin, 2001:47-65).
Desglose iconogrfico de los remates arquitectnicos-escultura con atributos de Tlaloc
A continuacin se presentan las imgenes que ilustran el desglose iconogrfico de las piezas: factura con las urnas de Cacaxtla y braseros de Cholula y una urna de Xochicalco, Morelos, sitios contemporneos a Cacaxtla.
Metodologa para integrar el Corpus de smbolos de las esculturas. Para integrar el Corpus iconogrfico de las on- ce esculturas utilic la siguiente metodologa: Toma de fotografas de cada escultura, de frente y tres cuartos de perfil (tambin se debe tomar fotos de la parte posterior de cada escultura, lo cual no pudimos hacer, ya que la mayora de las escultu- ras se encuentran dentro de vitrinas, en la exposicin permanente del Museo de Si- tio del lugar). Elaboracin de dibujos de detalle de cada pieza, de frente y desglosando, tocados, aplicaciones, adornos, y smbolos de ca- da pieza. Este trabajo se bas en la ob- servacin minuciosa de las fotografas. En el presente estudio se integran foto- grafas y dibujos de las once esculturas, que nos dan una visin global y a la vez puntual de todo el corpus de las once es- 7. Entiendo por Corpus, a todo el conjunto de signos susceptibles de desglose de cada pieza. Puede utilizar- se como un diccionario de smbolos mesoamericanos de cada sitio o conjunto de sitios, de lugares prehispni- cos contemporneos, adems que todos sus componen- tes puede compararse con otros, considerando los cno- nes de representacin de tradicin mesoamericana. 18
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les de tradicin mixteca que le dan su nombre. El par de sacerdotes-jaguar corresponden a los Achiach (dueos del agua) y los sacerdotes -guila a los Tlachiach (dueos de las tierras de cultivo), ambos conceptos perduraron hasta pocas ms tardas, pues se mencionan en la Historia Tolteca Chichimeca, documento pic- togrfico del siglo XVI (1976: F.9 v. Ms. 54-58, p. 21). Designan al gobierno dual de los olme- ca-xicallanca que presidan Cholula, antes de la llegada de los tolteca-chichimeca, quines los dispersaron de esa ciudad hacia el siglo XI d.C. Las imgenes teotihuacanas fueron hechas con diversos motivos, usados de manera con- sistente, muy similares con las imgenes de los Cdices mixtecos de pocas posteriores. La tradicin artstica teotihuacana se extendi desde el siglo III hasta el siglo VII d.C., su pre- sencia se dej sentir en Tikal, Copan, Piedras Negras, Yaxchilan, Yaxha y Xel-Ha, donde aparecen smbolos de esa ciudad asociados a pintura mural, estelas e inscripciones glficas relacionados con guerreros y gobernantes. A su vez, esa influencia se dej sentir en sitios perifricos del Altiplano en la regin de Puebla- Tlaxcala y de la costa del Golfo de Mxico. En este sentido, cabe aclarar que Teotihuacan no conquist a Cacaxtla, pues los olmeca- xicallanca vivieron en Teotihuacan (cfr. Rivas Castro, 1998: 17-26). Ms bien los artistas de Anlisis y discusin de los elementos simblicos Segn Pasztory (1978: 112- 142), el arte teo- tihuacano tiene un estilo convencional, orna- mental y herldico; en su mayora, sus sujetos representados son deidades, sacerdotes que realizan acciones rituales. Refleja bsicamente dos grandes cultos: uno asociado con cuevas, agua, peticin de lluvia, fertilidad y produccin agrcola, y otro con la guerra. Respecto a la guerra conviene hacer una distincin entre la que se practicaba para tomar y sacrificar cauti- vos (como se represent en el mural de la ba- talla) y la guerra que implicaba la lucha entre la lluvia con la tierra seca. En este sentido, queremos proponer que ambos aspectos de la guerra se representaron tanto en pintura mural como en escultura hecha en cermica en Ca- caxtla, esta hiptesis la sustentamos con base en los conceptos de la cosmovisin mesoame- ricana que se plasmaron en el simbolismo de los cuatro personajes pintados en la jamba nor- te y sur del edificio A, ubicados sobre el edifi- cio donde se pint el mural de la batalla (Garca Cook, 1978: 50-51, figura de la planta del gran basamento). En el mural norte se re- present a dos sacerdotes jaguar, relacionados con el culto al agua, y el nacimiento del maz. En contraparte, se pint un sacerdote con un tocado de ave (probablemente un guila) y un danzante con rasgos mayas pero con numera- 22
Este signo, designa por lo tanto, al viento, la nube, que se encuentra sobre la superficie de la tierra, que como serpiente emplumada, es una metfora de los campos de maz con sus hojas que tienen la forma de plumas verdes; preciosas. Posteriormente encontramos este mismo signo en columnas de roca basltica en Tula, donde tambin se relacionan con plumas largas. Representa las nubes y el aire, pues en la poca del Posclsico, era emblema distinti- vo de Ehecatl, dios del viento: el Ehecacozcatl, hecho de un caracol cortado longitudinalmente (Fig. 10). Tambin lo encontramos en los remates del muro de serpientes Coatepantli. Otro rasgo de tradicin teotihuacana presente en las once esculturas de Cacaxtla, es que todos sus per- sonajes se representaron de frente, rodeados de volutas en forma de remates con la forma de caracol cortado. En este sentido, a diferen- cia de la propuesta de Kubler (1967) quien asoci a los personajes representados de fren- te con seres supernaturales o deidades, en nuestros ejemplos, si se integr al ser humano (sacerdote) con atributos de deidades en re- presentaciones frontales. En las representaciones frontales de Cacaxtla, los sacerdotes fueron modelados al alto relieve y sus soportes (remates arquitectnicos) al ba- jo relieve, lo cual muestra conceptos que dis- tinguen entre lo que representa el soporte (el Cacaxtla retomaron temas y diseos de la Gran Urbe, que adems compartan como par- te de la tradicin religiosa mesoamericana. En el arte teotihuacano, se hizo nfasis en las formas rectilneas, al igual que en las almenas de los once sacerdotes de Cacaxtla. El trata- miento de estas esculturas de barro de Cacax- tla, guarda cierta similitud con las urnas de Monte Alban del perodo IIIa, respecto a las proporciones de sus torsos, brazos, piernas y rostros. Un elemento iconogrfico y conceptual es el uso de faldellines con caracoles oliva. Otra similitud es la presencia de grandes toca- dos zoomorfos que incluyen animales em- blemticos como el jaguar, el murcilago y la mariposa. Tambin comparten las representa- ciones de plumas largas y chalchihuites adosa- dos a ellas y la presencia de glifos. En el caso de los once remates arquitectnicos -esculturas de Cacaxtla no son urnas como las zapotecas de Oaxaca, sino elementos arqui- tectnicos mal llamados almenas, que fueron remates de pretil o de muros, si consideramos la propuesta de Gendrop (1985.47). Estos re- mates tienen forma de caracol cortado longitu- dinalmente, que nos recuerdan las volutas u entrelaces de la tradicin estilstica del Tajn. Es interesante mencionar que estos mismos elementos iconogrficos se representaron a lo largo del cuerpo de las serpientes emplumadas de Xochicalco, Morelos (Fig.9). 23
mtico-religioso en cuanto la su cercana con el cielo y las nubes, adems de ser un elemento fundamental de proteccin militar y como punto para observar a sus sujetos, quines sustenta- ban a la clase en el poder que vivan en el gran basamento y su periferia en terrazas habitacio- nales y ceremoniales, como en la que se des- cubrieron las once esculturas que analizamos. Este mismo plan reticular lo observamos en obras escultricas muebles que parecen repre- sentar el orden geomtrico del macrocosmos en el microcosmos en los once remates arqui- tectnicos de Cacaxtla. cielo, la nube, el viento) y lo que se incluye co- mo elemento sacro al sacerdote y toda su pa- rafernalia. Por otro lado, el orden de los ele- mentos en las once esculturas de barro, tam- bin refleja otro concepto estructural de tradi- cin teotihuacana: el plan reticular de la obra, el cual surgi del concepto de orden espacial, reflejado en la planeacin de su ciudad. En Ca- caxtla, existe tambin ese concepto de plan de orden reticular que se plasm en la distribucin arquitectnica del gran basamento. A diferen- cia de Teotihuacan, Cacaxtla se construy so- bre un cerro, quiz para hacer ms nfasis Fig. 9 Caracoles cortados en la serpiente emplumada de Xochicalco. Foto de Francisco Rivas Castro 2009. 24
fueron metforas de la entrada al Inframundo, los felinos descendentes y ascendentes sobre los brazos de los sacerdotes, que son emble- mas de la fuerza del felino que baja o sube por el cuerpo del sacerdote cuando invoca y pre- sencia de bolsas para copal. Todos estn re- presentados de manera uniforme en las once esculturas de barro de Cacaxtla. En el siglo VII d.C., el arte maya muestra la combinacin del humano y elementos divinos, en este sentido conceptual se vincularan con los once rema- tes escultricos de Cacaxtla. Los sacerdotes de Tlaloc, llevan en su mano derecha cetros rayo de estilo teotihuacano (Fig.11). Mientras que en el caso del remate Otra caracterstica asociada con los cnones de tradicin teotihuacana, zapoteca de Monte Albn y de Xochicalco es la estandarizacin de diseos y motivos que se reflejan en la icono- grafa y estilo en esos sitios. Todos muestran formas geomtricas presentes en tocados, col- gantes, pectorales, banderas, faldellines, as como en unidades glficas como los signos de tres gotas que caen (trilobulados) ntimamente relacionados con lluvia. Otros smbolos importantes lo constituyen los rostros de Tlaloc, jaguares emplumados, ja- guares-mariposa, jaguares con tocados de flo- res de cuatro ptalos, asociados con el simbo- lismo de Tlaloc como seor de las cuevas, que Fig. 10 Esculturas de caracoles cortados en el Coatepantli de Tula, Hidalgo y caracoles cortados es- culpidos en una columna de serpiente emplumada, Tula, Hidlgo. Fotos: Francisco Rivas Castro, 2006. 25
arma que no servan para la guerra para sacri- ficar cautivos, ya que parecen instrumentos para sembrar la tierra (huactli axoquen). El es- cudo forrado de plumas puede representar la superficie de la tierra del valle cultivado (como en los topnimos mixtecos de los cdices). Es- tos elementos nos permiten proponer que de- notan una guerra simblica entre la tierra y la lluvia, concepto tambin representado en el mural de las jambas del palacio A, como ata- do de flechas que gotean agua sobre la super- ficie de la tierra, pintada como una ocelo-maza -coatl (serpiente ocelote venado) las gotas pe- netrarn a la tierra para fertilizar el grano de maz. Este concepto est tambin representa- arquitectnico de Cacaxtla, lleva en su mano izquierda una mazorcas de maz y en otro ejemplo (sacerdote 3), una calabacita.
Algunas Reflexiones La iconografa de los once seores de Cacax- tla nos muestra, dos cultos que existan desde el Clsico Medio (300-500 d.C.) en Mesoamri- ca, uno de agricultura y fertilidad asociado al complejo cueva-inframundo-agua-maz, que integra la parafernalia de Tlaloc, se trata de un culto muy antiguo y otro con la guerra. La pre- sencia de la serpiente de cascabel en la icono- grafa de los seores de Cacaxtla, est asocia- da a la guerra y a una ave rapaz, con escudo y Fig. 11. Emblema de serpiente-rayo, remate arquitectnico de Cacaxtla. Cetro serpiente-rayo, vaso teotihuacano, tomado de Sejourn, 1966. 26
renace todos los das transformado en planta de maz, as se pint en una de las escenas de las jambas del templo A. Este culto se funda en el Clsico y contina en el Epiclsico (650- 850 d.C.) temporalidad a la que pertenecen las esculturas que estudiamos. Los tocados de jaguar de los personajes 2, 3, 5, 6 y 10 (ver dibujos del desglose iconogrfico en este texto) se relacionan con agua, el rayo, el maz, la calabaza. Todos sus atributos alu- den al concepto: jaguar-cueva-inframundo- Tlalocan- fertilidad-maz. Los tocados tienen patas de felino en una actitud de emerger. Se do en los sacerdotes jaguar de la cara interna de la jamba norte del palacio A. En esas pin- turas se representaron los conceptos de tiem- po de lluvias (Xopan, poca verde, asociada con la lluvia) y Tonalco, (poca de sol asociada con la poca de secas (Fig.12). El jaguar en ese contexto se asocia al concep- to de sol nocturno de la cosmovisin prehisp- nica, que desciende por las cuevas al Tlalocan (lugar de Tlaloc) paradisaco lugar donde abun- dan el agua, los mantenimientos y placeres pa- ra los humanos, as lo pintaron los teotihuaca- nos en el palacio de Tepantitla. El sol nocturno Fig. 12. Sacerdote jaguar-lluvia y Sacerdote guila-secas pintura mural de Cacaxtla, Tlaxcala. 27
Fig. 13. Sacerdote con atavos de Tlaloc, con una mazorca en la mano izquierda y un cetro rayo en la dere- cha. Dibujo a lnea de un sacerdote con atributos de jaguar frente a una fauce-cueva de donde emerge una planta de maz con mazorcas, pintura mural de Cacaxtla. Fig. 14. Ejemplos de jaguares emplumados de frente devorando corazn y bebiendo gotas de sangre de sa- crificio, pintura mural teotihuacana (Miller, Arthur, G, 1973, y aplicacin cermica en un vaso de fondo plano. Despus de Miller, 1973 y ejemplo en cermica, Sejourn, 1966, Fig., 218. 28
trata del concepto del sol nocturno que muere y renace en forma de planta de maz, este pro- ceso es dialctico, por lo que permite su per- manencia y continuidad en las comunidades agrcolas. El concepto de Tlaloc-jaguar (Fig.13), tambin implica la presencia de los rayos cetro, propiedades del dios de las tor- mentas, en l se conjugan los elementos de humedad-lluvia/sol-sequa, dicotoma que sig- nifica: Xopan como poca verde provocada por las lluvias y Tonalco, poca de calor y sequa. Respecto a las representaciones del jaguar con patas y garras descendentes, tambin te- nemos sus antecedentes en pintura mural y cermica en Teotihuacan (Fig.14).
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Geraldine Patrick Encina 1
Deidades auspiciadoras de ciclos E n la conceptuacin mesoamericana del transcurrir del tiempo-espacio, la mayora de los ciclos se pueden explicar en trminos astronmicos. En tal caso, el ciclo consiste en la trayectoria de un cuerpo celeste observable que, si bien avanza hacia delante, al ponerlo en relacin a otros cuerpos celestes o a referentes del paisaje, muestra un aparente regreso al punto de comienzo. Por lo general un ciclo consiste en un nmero constante de microciclos se- cuenciales donde el microciclo culminador cede el turno al microciclo iniciador. Lejos de consistir en un regreso al punto de partida, se inaugura un ciclo en el siguiente nivel de una espiral. En la cosmovisin maya del tiempo-espacio, cada ciclo est bajo el auspicio -propiciatorio o no de una deidad determinada cuya presencia se explicita al final del ciclo. Desde el periodo Clsico, pa- sando por el Postclsico y hasta el Colonial tardo, fue comn dar seguimiento a grupos de trece ciclos: a cada grupo se le llam rueda en el espaol de Yucatn. Si bien en Yucatn colonial la ms comn fue la Rueda de Katunes, en diversos momentos del registro maya del tiempo-espacio se manejaron: la rueda de tunes 3 (13 tun, de 360 kin cada tun); la rueda de katunes (13 katun, de 20 tun cada katun); y la rueda de baktunes (13 baktun, de 20 katun cada baktun). Como sabemos LA PIRMIDE DE LA SERPIENTE EMPLUMADA, TEOTIHUACAN. SU RELACIN CON VENUS VESPERTINO, LAS LLUVIAS Y EL CIE- RRE DE 13 BAKTUN 1.Profesora-investigadora Titular C, UAM-Lerma. g.patrick@correo.ler.uam.mx 2. Esto ha quedado demostrado por Mauricio Orozpe Enrquez, autor de El Cdigo de la Greca Escalonada (2010), al analizar la disposicin de los signos del Cdice Fjervary-Meyer y tambin la secuencia ascendente de los das en el Tonalpohualli que aparece en las pginas 1-8 del Cdice Borgia. 3. Hay evidencia epigrfica de que los ciclos de 13 tun fueron celebrados. En el Monumento 6 de Tortuguero, por ejem- plo, Stanley Guenter (2007) reporta que en el Pasaje 5 H4 se lee lo siguiente: Free Translation: "One year, twelve months, and nineteen days after (Ahku'l Mo' Naahb II) acceded, he set a stone on 9 Ahau 18 Muan, the thirteen tun Period Ending." 4. La importancia asignada a la rueda baktnica se puso en evidencia en una gran variedad de representaciones epigrficas. Una muy atractiva ha sido dada a conocer por Octavio Esparza Olguin en el Primer Simposio Knorosov- Xcaret (diciembre de 2012). Se trata de las escalinatas jeroglficas de El Palmar, Campeche, que muestran una se- cuencia de trece glifos Ajaw en orden decreciente de numeral (que es, como sealo abajo, la secuencia de los baktu- nes) y que culminan en 4 Ajaw. Ello denota que el gran ciclo de 13 Baktun se conceptualiz como un ciclo de princi- pal relevancia. 32
ruedas que se establecieron a partir de La Creacin. Al momento en que los kines, wina- les, tunes, katunes y baktunes estaban todos sentados en su estera, el da-deidad fue 4 Ajaw. A partir de aqu, debido a que con el avance de las ruedas se van completando ci- clos de tzolkin (de 260 kin cada uno), los cie- rres de las ruedas ocurren en el mismo da Ajaw que cuando comenzaron las ruedas. As: al completarse 13 tunes 5 llegamos a 4 Ajaw; al completarse 13 katunes 6 alcanzamos 4 Ajaw; y la complecin de 13 baktunes 7 ocurre en un da 4 Ajaw.
La Rueda Baktnica La completitud de la rueda mayor la baktnica en un da-deidad 4 Ajaw determi- na que el inicio de la misma sea en 4 Ajaw, y por los Chilam Balam y por el reporte de Fray Diego de Landa (1986) y que adems se co- rrobora al conocer la mecnica interna de la cuenta con base Ajaw, la rueda katnica con- siste en trece katunes que se suceden uno a uno; es decir, que a cada uno de los trece Ajaw katn le corresponde turnarse la regencia de un katn. El nombre del katn lo otorga la dei- dad que ocupa el lugar de cierre del mismo. Por ejemplo, el primer katn de la rueda se lla- ma 2 Ajaw, y lleva ese nombre porque el da- deidad al final del primer ciclo es 2 Ajaw. Ahora bien, la Rueda de Katunes se completa cuando el da-deidad al final de un katn es el mismo da-deidad del comienzo de toda la rueda, que es 4 Ajaw. Es importante concebir lo sealado: desde el momento en que arranc la rueda, el da-deidad 4 Ajaw, sentado en su estera (pohp), ha observado cmo se activan, uno a uno, los kin y cada uno de los trece Ajaw katunes; cuando se activa su propio turno es porque ha llegado el momento de inaugurar la siguiente rueda. Esta mecnica la observa- mos tambin con el minuto siguiente de 23:59, ya que este minuto completa el ciclo de 24 horas y a la vez da entrada al ciclo de una nue- va jornada. La principal importancia de las ruedas consiste en lo siguiente: el da-deidad del inicio de la rueda va a ser el mismo que el del cierre de la rueda. El caso ms claro lo tenemos para las 5. Un total de 18 tzolkin se completan en 13 tunes, as: 13 tun = 13 x 360 = 4680 = 18 x 260 = 18 tzolkin. La secuencia de tunes, a partir de 4 Ajaw, es la siguiente: 13 Ajaw, 9 Ajaw, 5 Ajaw, 1 Ajaw, 10 Ajaw, 6 Ajaw, 2 Ajaw, 11 Ajaw, 7 Ajaw, 3 Ajaw, 12 Ajaw, 8 Ajaw, 4 Ajaw. 6. Se completan 360 tzolkin en una rueda katnica, as: 13 katun = 13 x 7200 = 93600 = 360 x 260 = 360 tzolkin. Los regentes de los Ajaw katn, teniendo como regente inicial a 4 Ajaw, es la siguiente: 2, 13, 11, 9, 7, 5, 3, 1, 12, 10, 8, 6, 4. 7. Ha de notarse que 13 baktun = 13 x 14400 = 7200 x 260 = 7200 tzolkin. Los regentes de los Ajaw baktn, comenzando desde 4 Ajaw, son: 3, 2, 1, 13, 12,11, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4. 33
obtencin de datos contundentes acerca de la posicin de Venus y de la Luna para el da de La Creacin; otro, en el clculo de la duracin de 13 Baktun, periodo en el cual, conforme a mi planteamiento, se recorren ciclos sindicos completos de ambos cuerpos celestes.
Posicin de Venus y de la Luna en el da de la Creacin Proced a buscar pistas de ndole astronmica acerca de La Creacin ofrecidas por la epigraf- a maya en distintos soportes (papel amate, cermica o piedra). Hall tres registros del Clsico y del Posclsico que en conjunto per- miten recuperar la configuracin del cielo en el da de La Creacin. 1. Estela 1 de Macanxoc, Cob. La estela es conocida por la notacin en Cuenta Lar- ga de diecinueve posiciones vigesimales sobre la posicin de Baktun, donde todas presentan numeral trece. Las posiciones inferiores se acompaan del numeral cero, por lo que el registro consiste en el da de La Creacin o fecha Era. La serie comple- mentaria tiene una informacin detallada acerca de la Luna para aquella fecha: su edad era de 23 das 9 . ste es un dato as- que por lo tanto las ruedas menores tambin sean iniciadas-cerradas en 4 Ajaw. La pregun- ta es, por qu, habiendo trece deidades Ajaw, se tiene a la deidad 4 Ajaw y no a otra com- pletando la rueda baktnica? Una respuesta que toma en consideracin la compleja con- ceptuacin del tiempo parece ser la ms con- tundente: la rueda baktnica que disearon los olmecas de filiacin mixe-zoqueana, y bajo la cual se rigieron las civilizaciones ulteriores, hubo de culminar en una fecha con implicacio- nes venusino-lunares-solares sumamente apropiadas en trminos meteorolgicos y de cosechas. Es decir, la fecha 4 Ajaw 3 Kankin y las posiciones de Venus y la Luna para esa fecha fueron calculadas a priori. Adems, ellos pusieron nfasis en el ciclo 13 Baktun debido a que abarca un tiempo en el cual se comple- tan ciclos tanto de Venus como de la Luna, convirtiendo a ambos cuerpos celestes en cro- nometradores de esta rueda principal. Con es- ta hiptesis 8 inici mi investigacin hace diez aos, atendiendo al principio de repeticin de los ciclos. Avanc en dos mbitos: uno, en la 8. Presentar de manera sucinta los resultados de la misma, ya que constituye un paso obligado para entrar en materia del presente artculo acerca de Venus como protagonista del Ciclo 13 Baktun y que a la vez funge como deidad propiciatoria de los buenos temporales y augural de la abundancia de maz. Para mayor detalle, consultar Patrick (2013). 9. La edad de la Luna consiste en la cantidad de das registrados desde la primera visibilidad ves- pertina al poniente (tomando este da como 1). 34
Esta frase sinttica comunica, de manera me- tafrica, la presencia de Venus: pone en realce el da Lamat, uno de los nombres para Venus. Ahora bien, la relacin temporal entre el agua y el da 12 Lamat resulta peculiar, pues no se estila que los das del tzolkin se vinculen a algn elemento a travs de una medida de das. Es plausible que se aludiera al agua en tanto locus temporal-espacial en relacin al cual Lamat, en su calidad de cuerpo celeste, realiz un acto protagnico. En el texto se da a entender, por medio del paralelismo (vase La- cadena, 2010) que este locus es tanto agua primordial como lugar-momento de La Crea- cin, y que el acto protagnico de Lamat se lleva a efecto cuando tiene ocho das de haber permanecido en esa agua. En cuanto a la edad de la Luna para aquel da Lamat, tenemos que, si tuvo una edad de vein- titrs das en la fecha Era (como nos informa la Estela 1 de Cob), entonces al octavo da es- tuvo en su primer da de visibilidad (porque 23 + 8 = 31 = 30 + 1, donde treinta es una de dos cifras enteras posibles para el periodo sindico de la Luna; as queda una opcin favorita: que la edad de la Luna era de 1 da en la fecha 12 Lamat). Pero ahora necesitaba descartar uno de los dos eventos de primera visibilidad de Venus, ya que ambos pueden, en principio verse so- bre el mar. La clave estaba en la edad de la tronmico fundamental para abordar la hiptesis. 2. Texto jeroglfico de la pgina 51a del Cdice de Dresden. En cuanto a Venus, existe el breve texto en la esquina superior izquierda de la primera pgina del almana- que conocido como Tabla de Eclipses (Fig. 1). El pasaje se traduce co- mo: 4 Ajaw 8 Kumku, 12 Lamat, a 8 das del agua segn la lectura hecha por Schele y Grube (1997). Fig. 1. Cdice de Dresden p.51a. 4 Ajaw 8 Kumku, 12 Lamat waxak kin ti ha 4 Ajaw 8 Kumku, 12 Lamat, (a) 8 das del agua. 35
conjuncin inferior del planeta con el Sol. El suceso narrado se refiere justamente a lo ocu- rrido en el da 542: se dice que Juun-Ye ? (Deidad GI) descendi. Con este nico verbo tenemos la imagen de un cuerpo que, habien- do estado en un punto elevado en referencia a un plano, culmina su desplazamiento hacia el mismo. Precisamente en el da 263 del aspec- to matutino de Venus un buen observador del lucero puede apreciar cmo se suspende al ras del horizonte mientras que al da siguiente ya no se divisa. Mediante este recorrido analtico obtuve dos conclusiones: primero, que el da de La Crea- cin fue ocho das antes de la primera visibili- dad de Venus vespertino, cuando estara acompaado de la Luna en su primer da de aparicin; segundo, que la Deidad GI es una advocacin de Venus, cuestin que retomar ms adelante.
Clculo de la duracin de 13 Baktun y de la cronometra de Venus y de la Luna Con el dato astronmico exacto de Venus y la Luna en el da de La Creacin, existan las condiciones para corroborar la hiptesis inicial. El principio de repeticin de los ciclos sugiere que las posiciones de Venus y de la Luna son idnticas tanto al iniciar como al completarse 13 Baktun. Es decir, que en esa rueda baktnica cabe un nmero completo de ciclos Luna, ya que su posicin en el cielo cambia conforme a su edad. Cuando tiene la edad de 1 da su punto de visibilidad es, invariablemen- te, en el cielo del ocaso al poniente. Por ende, era altamente probable que Lamat, en tanto que Venus, hubiera emergido al octavo da de La Creacin como estrella vespertina sobre el occidente para estar en plena en consonancia con la Luna. Sin embargo, deba obtener una evidencia epigrfica que confirmara esta hip- tesis. La encontr en el Pasaje 4 del Tablero de la Cruz de Palenque. 3. Pasaje 4 del Tablero de la Cruz de Pa- lenque. Aqu se narra un acontecimiento sucedido 1 tun, 9 winal y 2 kin despus de la colocacin de las tres piedras del fogn 10 , es decir, 542 das despus de la fecha Era. Si analizamos esta cifra en fun- cin de los periodos venusinos ms carac- tersticos, como son 263 y 8 (propuesto por Aveni, ver Gibbs, 1980:57), tenemos que 542 consiste en 8 + 263 + 8 + 263, donde 263 es el promedio de das para la visibili- dad de Venus vespertino y tambin para la visibilidad de Venus matutino, quedando entre ambos periodos el de 8 das, corres- pondiente a la invisibilidad en torno a la 10. La colocacin de las tres piedras del fogn alude al acto ritual de inauguracin de la era 13 Baktun en la cual vivi la civilizacin maya y las contemporneas. 36
(o sea, 3206 ciclos menos 48 das). Extraa- mente, las cifras muestran que ni la Luna ni Venus experimentan un aparente regreso al punto de comienzo, haciendo irrelevante el concepto de ciclo para la Era 13 Baktun. En una publicacin reciente (Patrick, 2013) planteo que desde tiempos coloniales se ha venido replicando un error de interpretacin en lo que respecta a la estructura del ciclo mesoa- mericano de 365 kinoob o tonalli (nombres en yucateco y mexica). El error consiste en asumir que la unidad de tiempo kin o tonal mide lo mismo que un da de 24 horas. Los astrno- mos modernos saben que el da completo mi- de 24 horas y una fraccin de alrededor de 57 segundos. La medida de 24 horas para un da es una mera convencin que obliga a utilizar el concepto de da bisiesto 12 donde el bisiesto es tan artificial como la misma unidad de da. Entonces lo ms lgico sera pensar que para los expertos astrnomos en Mesoamrica el kin midiera precisamente un da completo. De ser as, cuando transcurren 365 kin se reco- rren 365 x 24 horas y 57.3 segundos, lo que hace que un haab mida un ao trpico exacto. sindicos tanto de la Luna como de Venus. Sus respectivos ciclos sindicos son de 29.530588 das y de 583.92 das. En este punto fue necesario calcular la dura- cin de 13 Baktun. Esta tarea puede sonar ab- solutamente innecesaria, argumentndose que se sabe desde hace casi cinco siglos que este ciclo abarca 5,125.366 aos y que esta cifra es una verdad matemtica ya establecida por los mayistas especializados en calendarios y Cuenta Larga 11 . Sin embargo, en seguida se ver que el ejercicio atrevido sin duda de re- conceptualizar el kin como unidad de medida bsica para la Cuenta Larga surti buenos fru- tos. Lo que me impuls a revisar la duracin de 13 Baktun fue lo siguiente: en los 5,125.366 aos establecidos por los especialistas en calenda- rios, obtenemos 63,391.895 ciclos sindicos de la Luna y 3,205.918 ciclos sindicos de Venus 11. En el ltimo siglo se han propuesto ms de cien correlaciones, entre las que destacan las de Spinden (1924), Thompson (1935, revisada en 1950 y que es aproximada a las de Goodman y Martnez), de Makemson (1946), de Kelley (1976) y la de J. Klokocnk et al. (2008). Todas dicen lo mismo: 13 Baktun abarca 5,125.366 aos trpicos. La correlacin propuesta (Patrick 2013) refuta aquella cifra, proponiendo otra por los motivos de estructura calendrica y conceptuacin del kin que se anotan en seguida. Es por eso que no proceder a revisar ninguna de las correlaciones por un problema de inconmensurabilidad: son imposibles de contrastar con la correlacin que he propuesto, ya que su medida de kin es incompatible con la medida de kin que propongo. 12. Dado que quedan 57 segundos rezagados cada da de un ciclo de 365 das, al cabo de un ao se ha acumu- lado un tiempo equivalente a 6 horas menos 11 minutos, y al cabo de cuatro aos ha quedado rezagado casi un da completo, lo cual obliga a insertar un da adicional, es decir, el da bisiesto. 37
incompletos) que con tanta naturalidad se emplea en la sociedad occidental contesta, respectivamente, 365.2422 y 1461; el sistema mesoamericano con sus das completos (llamados en yucateco kin) responde: 365 y 1460. La diferencia es notable y no pueden eludirse las implicaciones de ello, incluyendo el hecho de que se rompe con el paradigma que seala que, al completarse cuatro aos, han transcurrido 1,461 kin o 1,461 das. Se evitan adems dos aberraciones: la primera, decir que ha transcurrido un kin ms de lo que se ha vivido en cuatro haab; la segunda, equipa- rar un da completo a un da incompleto, es de- cir, equivaler un ciclo astronmicamente irrefu- table a un ciclo artificialmente construido. La Figura 2 muestra cmo se da el desplaza- miento de los cargadores del haab para preci- samente anunciar que el nuevo ao comienza un cuarto de kin ms adelante que hace un ao 13 . Ahora bien, sabemos que el cuarto de Es importante comprender que en el sistema astronmico occidental el punto comienzo de un da es siempre el medioda. Este mecanis- mo producto de la convencin de la medida de 24 horas para un da impide que se reco- rra el punto de inicio del siguiente ao, que, por lgica, es casi un cuarto de jornada ms ade- lante que la previa. Veamos, a modo de contrastacin, qu ocurre con un sistema de medida que tiene como pre- requisito que el punto de inicio sea, secuencial- mente, en cuatro momentos equidistantes de una jornada, permitiendo as un reparto equita- tivo de la responsabilidad de cargar un ao (como se observa en los cdices). En este sis- tema tenemos que si un haab comienza al amanecer, suceder que al cabo de 365 kin el siguiente haab comience al medioda y as, sucesivamente, el tercero iniciar al atardecer y el cuarto a la medianoche. Estos cuatro mo- mentos de arranque siempre se darn para una misma fecha (una misma jornada): una vez que se completan los cuatro haab habrn transcurrido 1,460 kin y el nuevo haab comen- zar al amanecer de la misma fecha solar que hace cuatro aos. Coloquemos ambos mecanismos frente a fren- te. Preguntemos a cada uno: cuntas unida- des fundamentales de tiempo mide usted en un ao trpico? Y en cuatro aos trpicos? Mien- tras que el sistema de das (en estricto rigor, 13. Daniel Flores (1995) propuso, al mismo tiempo que Arturo Meza (1997) que los cargadores de ao pueden asociarse a cuatro momentos del da con lo que se logra contabilizar el da bisiesto despus de cuatro aos lase aos mexica, otom o maya, entre otros mesoamericanos. Plantearon que el cargador del oriente indica que su ciclo arranca al amanecer mientras que el siguiente cargador (del norte) indica que su ciclo comienza a medioda, por lo que la diferencia de seis horas de un ao al siguiente consiste en el de da, mismo que, al cabo de cuatro aos se convierte en el da bisiesto que todos los calendaristas exigen al calendario mesoamericano. Con ello, resuelven que los 1872,000 kin son igual a 1872,000 das y por ende son 5,125.366 aos trpicos. 38
La equivalencia 365 kin con 1 ao trpico que hasta ahora no se haba sugerido en la literatura especializada se puede escalar pa- ra obtener la cantidad de aos trpicos en 13 Baktun o en 1872000 kin. El resultado es: 5,128 aos trpicos ms 280 das. Ahora s se est en condiciones de calcular cuntos ciclos sindicos de la Luna y de Venus caben en el lapso de tiempo de 5,128 aos kin es una medida que se excede ligeramente de la medida ideal, ya que en estricto rigor el comienzo del siguiente haab debiera iniciar una fraccin de tiempo antes de lo que marca cualquiera de los cuatro puntos de la cuatripar- ticin. Una propuesta de solucin, basada en una interpretacin de la utilidad del ritual de los Bakab en tanto ordenador y estabilizador del tiempo-espacio, se ofrece en Patrick (Op.cit.). 14. Los 11 minutos de ms en el modelo pueden ser sustrados cada fin de baktun como se plantea en Pa- trick (Op.cit.). Fig. 2. Estructura y funcin de los cargadores del haab que cam- bian cada 365 kinoob
Los cargadores que estn asocia- dos a los cuatro rumbos tambin marcan los cuatro puntos del Sol en un da. El cargador del oriente (kaban) anuncia que el primer da del haab comienza al amanecer. El kin siguiente comienza un dt ms adelante. As sucesivamente, hasta que cuando ya comienza el nuevo haab (con su cargador del norte, ik), su primer kin arranca al medioda. Dibujo de la autora. 39
correlacin Goodman-Martnez-Thompson de constante de nmero de da juliano 584 285, un evento de salida vespertina de Venus alre- dedor de su segunda semana de visibilidad acompaado de la Luna con edad de 23 das. Tal evento consistira en el da de culminacin de 13 Baktun por todo lo arriba explicado. La fecha obtenida fue 3 de mayo de 2013. Este resultado tuvo un gran sentido calendrico. Al equivaler 3 de mayo a 3 Kankin (la fecha del haab para el cierre de 13 Baktun), se recupe- ra la estructura completa del haab, de tal suer- te que 0 Pop es 13 de agosto, 0 Keh es 21 de marzo y 0 Sip es 22 de septiembre equivalencias que sugieren una estructura ca- lendrica luni-solar fija. Adems, el hecho de que kankin signifique sol encima (Narciso Tuz Noh, lingista yucateco, comunicacin per- sonal, 2011) cobr sentido de inmediato en es- ta estructura: entre el 30 de abril y el 19 de ma- yo (fechas de principio y fin de Kankin) suce- den los pasos cenitales que abarcan el territo- rio mesoamericano desde la latitud surea so- bre Izapa (Chiapas) y Copn (Honduras) hasta la latitud septentrional de Teotihuacan (Estado de Mxico). De tal procedimiento se haba obtenido una respuesta de tres vrtices para la pregunta de por qu los olmecas habran elegido de la fe- cha 4 Ajaw 3 Kankin como punto de cierre de 13 Baktun: ms 280 das: exactamente 63,434.00 ciclos sindicos de la Luna y 3,208 ciclos sindicos de Venus ms 27 das. Es decir, que con la medida de kin y de Cuenta Larga replantea- das, se puede aseverar que Venus y la Luna tuvieron una relacin mutua al inicio de 13 Baktun que se replic de manera casi idntica al cierre de la Era (Fig. 3). A partir de la confirmacin de la hiptesis del protagonismo astronmico en el ciclo 13 Baktun, proced a buscar, alrededor de la fe- cha 23 de diciembre de 2012 brindada por la Fig. 3. Representacin del ciclo 13 Baktun protago- nizado, de inicio a fin, por Venus y la Luna. El ciclo est marcado por Venus vespertino en torno a su primera visibilidad (-8 das al inicio y +19 das al final del ciclo) y por la Luna en su edad de 23 das tanto al inicio como al final. Dibujo de la autora. 40
tal deidad asegurara buenos temporales, abundantes cosechas y prosperidad, siempre que culminara en la fecha que brinda tales ga- rantas. Si revisamos la literatura al respecto (Idem.) concluimos que, para la civilizacin mesoamericana, la fecha meteorolgica y ve- nusina ms importante es el 3 de mayo. Pero para efectos de que 13 Baktun fuera del todo eficaz, no bastara con que culminara en cual- quier 3 de mayo con Venus vespertino en cual- quier punto de su trayectoria: deba tener a un Venus vespertino en el punto ms cercano de primera visibilidad para privilegiar la emergen- cia de Venus purificado que surge de las aguas para dar su aliento a la deidad de la llu- via (Chaac). De ah que los astrnomos olme- cas escogieran la fecha 4 Ajaw 3 Kankin (3 de mayo 2013) por cumplir, como he mostrado, con los tres requerimientos fundamentales.
Venus y la Luna, cmo se vieron al cierre de 13 Baktun? Al completarse 13 Baktun Venus se pudo ver, en una tarde despejada, unos diez minutos despus del ocaso (Fig. 4). La Luna estaba en su da 23, por lo que fue visible al amanecer del mismo da. En Teotihuacan la franja de nu- bes sobre el horizonte no permiti distinguir el astro. Sin embargo, el trabajo conjunto entre Tlaloc y Quetzalcatl teotihuacanos surti efec- to aquel 3 de mayo de 2013, pues llovi poco Primero, es una fecha de relevancia ve- nusina. El 3 de mayo es, segn los estu- dios de Sprajc (1996), el da alrededor del cual Venus vespertino alcanza el punto ms extremo al norte sobre el horizonte poniente, independientemente de cul sea el da en el que se encuentre dentro de su ciclo de 263 das. Segundo, es una fecha solarmente signifi- cativa. Porque es la fecha que sintetiza la serie de pasos cenitales entre el 30 de abril y el 19 de mayo sobre el principal territorio de Mesoamrica, cuando los ra- yos inciden perpendicularmente sobre las hojas del maz, infundiendo la mxima energa solar. Tercero, es una fecha de importancia me- teorolgica. Porque es cuando los frentes de aire fro provenientes de los ocanos chocan con las masas de aire caliente y hmedo generadas por la insolacin dire- cta sobre las aguas continentales y las selvas. Este fenmeno produce la con- densacin y precipitacin. Es la fecha que marca el parteaguas entre la temporada seca y la temporada de lluvias; entre el tiempo estril y el tiempo fecundo. Los ciclos de 13 son propiciatorios por cuanto la deidad que los encabeza en su momento de culminacin se ubica en una posicin relevan- te. En el caso particular del ciclo de 13 Baktun 41
En el relato maya de La Creacin existen reite- radas referencias a la Deidad GI como el actor fundacional de mayor protagonismo. El Pasaje S-1 del Panel Sur del Templo XIX de Palenque cuenta que Itzamnaaj observ desde el centro del cielo el momento en que la Deidad GI asu- mi cargo en el cielo en un da 9 Ik 5 Mol, tiempo antes del inicio de la era 13 Baktun. Tambin se registra en Palenque, en el Pasaje 4 del Tablero de la Cruz, el momento en que, habiendo transcurrido 542 das desde la colo- cacin de las tres piedras del fogn es decir, desde el comienzo de la actual Era la Deidad GI descendi. Lo ms interesante es que, en la inscripcin del anverso de una mscara de despus del ocaso.
Deidad GI, protagnica en la escena de La Creacin Demostr en el apartado inicial que la Deidad GI es una advocacin de Venus. No se trata de un nombre ms para el astro: lejos de identifi- carse como una simple estrella o lucero, este cuerpo celeste adquiri un rango en la estruc- tura de gobernantes del Clsico que nos lleva a confirmar la teora de agencia propuesta por Iwaniszewski (2009). Tenemos ahora la certe- za de que Venus se concibi como el ente ins- taurador del orden del tiempo-espacio para to- da Mesoamrica. Fig. 4. Venus visible al atardecer del 3 de mayo de 2013. 42
bernante del linaje palencano, por lo cual dis- tintos gobernantes le dedicaron templos, rela- tando eventos protagnicos con los que ellos mismos se podan vincular 15 . En palabras de Stuart (2005:119-123), la Deidad GI is the all- important patron god of Palenque's dynasty. En la mscara de piedra verde de Ro Azul re- saltan la nariz roma, los bigotes, los dientes incisivos en forma de glifo Ik y los ojos en es- piral de concha nacarada (Fig. 7). Skidmore (2010) refiere que los ojos en espiral represen- piedra verde del siglo V, proveniente tal vez de Ro Azul segn reporta Mark Van Stone (2011) se anota que la Deidad GI estuvo pre- sente en el da de La Creacin. De modo que tenemos a esta Deidad GI tanto en el da cero como en el da 0.0.0.1.9.2. Veamos qu se co- noce acerca de este enigmtico ser mtico, pi- co en la estructura dinstica de Palenque.
La Deidad GI A travs de la iconografa y la interpretacin de los relatos palencanos, Stuart (2005:169) argu- menta que la Deidad GI tiene una conexin ntima con las aguas primordiales y el ocano. Como nos muestra el autor referido, la emer- gencia del mar de la deidad mtica GI en el da de la Creacin se represent en la iconografa del Templo de la Cruz Foliada de Palenque (Fig. 5). Su vinculacin con el agua es patente tambin en un texto del Tablero oeste del Tem- plo de las Inscripciones en que se narra que la Deidad GI lanza, por su propia mano, a una deidad del inframundo al centro del agua (Stuart 2005:169). La proveniencia marina de la deidad se manifiesta de manera explcita en los elementos identificadores del tocado: la es- pina de manta raya, la concha y las flores; stos conforman un complejo que tambin adorna el pie del rbol en el Tablero de la Cruz (Fig. 6). La deidad GI fue concebida como el primer go- Fig. 5. Representacin de Matwil, el lugar marino donde naci GI. Tablero principal del Templo de la Cruz Foliada, Palenque. Imagen de Stuart 2005:Figura 138. 15.Tan es as, que On the related sculpted relief from Temple XIX, the contemporary king K'inich Ahkal Mo' Nahb wears in his headband the iconic name of the deity GI, in reference to his own role as a re-embodiment of the all-important patron god of Palenque's dy- nasty (Stuart 2005:119-123). 43
para la Deidad GI tres de los atributos de la deidad solar referidos por Berlin (1963) y por Thompson (1970): la nariz roma, la oquedad de los ojos de contorno medio cuadrado y los incisivos protuberantes. Jorge Angulo (comunicacin personal, agosto 2013) aade que los ojos en espiral tambin han sido identificados como aspectos de kin, el Sol. Sin embargo, Lounsbury es enftico al sealar que los dems rasgos que presenta la mscara referida son propios de la Deidad GI. Estos son: los bigotes maxilares 16 , la forma de gancho que nace desde arriba, y la orejera de- corativa de concha. En todo caso, resulta inte- resante que en la mscara y tambin en los tan al Jaguar del inframundo. Acerca de lo que simboliza la concha que, en general, puede aparecer en forma de orejera o en la oquedad de los ojos Thompson (1950:201) dice que la joya de viento en espiral es uno de los atribu- tos de Quetzalcatl. Pero las conchas se han vinculado adems con otros elementos. Segn Barrera Rubio (1980:178) pueden referirse, en algunos contextos, a un smbolo de la Luna (asociado al glifo 20), a una concha marina (Thompson, op.cit.:201), e incluso a Itzamn (Spinden, 1975:92). La Deidad GI presenta tambin algunos rasgos clasificados entre los elementos solares. En efecto, Lounsbury (1985) reconoce en los glifos Fig. 6. Elementos marinos que representan a la Deidad GI al pie del rbol csmico en el Tablero de la Cruz (izquierda, detalle) y en el tocado de la Deidad GI (derecha). Imgenes tomadas de Stuart 2005: Figura 129. 44
Fig. 7. Mscara del siglo IV o V, posiblemente de Ro Azul. Imagen tomada de Van Stone (2011), publicacin en pgina web de famsi. 16. Las barbas representan a cierto tipo de pez, ya sea de los rdenes siluriformes (peces gato), Ciprinidae (carpas), Mullidae o de algn tiburn. Las barbas consis- ten en rganos sensoriales que se clasifican como si- gue: si aparecen a cada lado de la boca, se llaman maxi- lares; si debajo del mentn, son mentonianos; y si por encima de las narinas son nasales. Considerando la asociacin de Venus con el Jaguar del inframundo, es posible que las barbas correspondan a las que presen- tan los peces gato, cuya piel tiene manchas semejantes a las de un jaguar. Recordemos que el jaguar es un feli- no que puede nadar. glifos que representan a la Deidad GI se muestren algunos elementos alusivos al Sol. A partir de la lectura de Andrea Stone (1991) se puede interpretar que en este caso Venus asu- me su papel de guardin que vela por el ade- cuado transitar del Sol por el cielo. Al respecto, Andrea Stone (1991:198) identifica en la mscara aspectos del monstruo quatripartito, el cual representa el Sol en su ciclo anual. El to- cado en la cabeza con elementos marinos de la Deidad GI y con los propios del Sol (descritos por Schele, 1977, citada por Stone 1991) constituyen para Stone un paradigma astronmico para el reinado que refleja la res- ponsabilidad, al asumir el papel de Venus, de asegurar el buen transitar del Sol. Stone (dem.) considera que Venus es repre- sentado como el guardin del orden csmico, donde su principal misin tiene que ver con guiar al Sol (ibid.:201): The connection of [deity] GI to the Quadri- partite Monster complex is especially evi- dent in the Early Classic period, on cache vessels, on Stela I from Copan, on Stela 2 from Tikal, and on the superb jade head from Rio Azul. This complex can be inter- preted in essence as Venus carrying the cyclical sun and a sacrificial bowl. It is a theme of responsibility for the cosmos as expressed through an astronomical para- digm. Both Venus and the ruler who por- 45
cultural comn (ibid.:168). Tanto el Tablero de la Cruz como el Templo XIX de Palenque estn dedicados a la Deidad GI y su disposicin frente a frente denota la prolongacin de un discurso que justifica la perpetuidad del gobierno dinstico surgido de aquella. La primera estructura fue erigida por Kinich Kan Bahlam hacia 690 d.C., mientras trays him take responsibility for the astro- nomical cycle (idem.). Lo ms importante es que Venus est personi- ficado en la Deidad GI. Esto ya lo haba plan- teado Lounsbury (Op.cit.) quien identific a la Deidad GI como Hunahpu y como Venus. Pero su asociacin con Hunahpu ha sido descartada por muchos: Stuart seala que Michael Coe made a simple yet definitive argument against Lounsburys assertion by pointing out that Hu- nahpu and Xbalanque are commonly and ex- plicitly depicted on Classic period vases as the so-called Headband Twins, young mythical characters who have no iconographic associa- tions or overlaps with GI or GIII (Stuart, Op.cit.:159). En cuanto a la vinculacin de la Deidad GI con Venus, Stuart es cauteloso (ibid.:162-168). Da a entender que plantear tal la asociacin es lgico, ya que su fecha de nacimiento es 9 Ik, y por ende 9 Ehcatl o 9 Viento, la fecha de nacimiento de Quetzalcatl, una advocacin de Venus (Fig. 8). El autor concluye su anlisis comparativo diciendo que es difcil trazar para- lelos cercanos entre deidades especficas o personajes sobrenaturales en las religiones maya y centro-mexicanas, aunque parece ple- namente posible que ambos la Deidad GI y Ehecatl-Quetzalcoatl fueran reflejo de una vieja idea o un personaje de la mitologa del Pre- clsico, y que por ende compartan un origen Fig. 8. Nacimiento de la Deidad GI en 9 Ik 15 Keh. Pasaje en el Tablero de la Cruz. Imagen tomada de Figura 140 de Stuart 2000. 46
dos los eventos constituyen actos protagnicos de Venus vespertino, como aparece en las imgenes de la Fig. 9 (para hitos 1, 3 y 4) y Fig. 10 (para el evento 2 y lo ocurrido ocho das despus). La reiterada aparicin de Venus vespertino en el relato y de hecho, en el cielo no es mera casualidad. Denota el resultado de un riguroso seguimiento de su trayectoria por parte de los sacerdotes y gobernantes como base para la construccin de relatos mticos de creacin y su ulterior escenificacin para reivindicar su cargo y su poder (Cuadro 1). La posibilidad de establecer un vnculo directo con el evento de La Creacin era factible en la medida en que los sacerdotes conocieran los ciclos de Venus y de la Luna. Mediante sus tablas y almana- ques eran capaces de re-escenificar La Crea- cin haciendo presentes a los mismos actores celestes y no solo eso, sino que adems los presentaban en los mismos puntos del escena- rio donde hubieran debutado milenios antes. Tal es el caso del clculo de Kinich Ahkal Mo Nahb, quien hizo referencia explcita a una fe- cha de repeticin del evento venusino del da de La Creacin: 9.15.0.0.0 4 Ajaw 13 Yax, fe- cha de la principal elevacin de GI (idem.). No tan solo fue propicio el da del tzolkin (4 Ajaw, que, como notamos, es idntico al de la fecha de La Creacin); adems, Venus se vio exactamente igual que en aquel da del inicio que la segunda la construy Kinich Ahkal Mo Nahb en 733 d.C. En ambas se pone de mani- fiesto la necesidad de los gobernantes de legi- timar su poder debido a su descendencia dire- cta de aquella deidad mtica que instaur la era de 13 Baktun. Como se muestra a continuacin, los gober- nantes de Palenque dejaron plasmados tres hitos de mximo realce para la Deidad GI (ver Cuadro 1). Constituyen actos fundacionales, en tanto que esta deidad emergi de las aguas primordiales o del inframundo de donde resur- ge la vida. Los hitos (mencionados por Stuart 2005:172 y 98) son: 1) cuando la Deidad GI asumi gobierno bajo los auspicios de Yax Naah Itzamnaaj 17 ; 2) el propio da de la Creacin en 4 Ajaw 8 Kumku en que estuvo presente la deidad GI 18 ; y 3) su actuacin cuatro siglos despus, al par- ticipar en el surgimiento de la Trada en 1.18.5.3.2, 9 Ik 15 Keh 19 . Cuando analizamos los eventos venusinos en estas fechas e incluimos el acontecimiento de cierre del ciclo 9.15.0.0.0 (hito 4) en que se nos dice (en el Templo XIX) que la deidad GI tuvo su principal elevacin (Stuart, Op.cit.:98), to- 17. El tablero Sur de la Plataforma del Templo XIX refiere un tiempo remoto, previo a la colocacin de las tres piedras en 13 Baktun, siendo 9 Ik 5 Mol (9 viento). 18. Tablero de la Cruz, D3-C3. 19. Tablero de la Cruz, Panel Sur, Panel S-3, C17-F4. 47
Cuadro 1. Actos de la Deidad GI-Venus relatados en Palenque Cuenta Larga y Rueda Calendrica Fecha (Gregoriano prolptico) Acto de Deidad GI Evento venusino 12.10.1.13.2 9 Ik 5 Mol 2 de octubre 3510 a.C.
La Deidad GI asume gobierno en el cielo bajo los auspicios de Yax Naah Itzamnaaj
Venus vespertino en mximo brillo 0.0.0.0.0 4 Ajaw 8 Kumku 27 de julio 3117 a.C.
La Deidad GI estuvo en el intercambio, en el borde del cielo, en el lugar del primer fogn de las tres pie- dras
Venus a ocho das de emerger del agua como estrella ves- pertina acompaado de la Luna 1.18.5.3.2 9 Ik 15 Keh 5 de abril de 2362 a.C. La Deidad GI emer- gi otra vez Venus en primera visibilidad vespertina
9.15.0.0.0 4 Ajaw 13 Yax 21 de febrero 731 d.C. Principal elevacin de la Deidad GI Venus a ocho das de primera visibili- dad vespertina
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Fig. 9. De arriba abajo y de izquierda a derecha: primera fecha 9 Ik en que aparece la Deidad GI en el cielo (antes de era 13 Baktun); emerge la deidad de la progenitora de la Trada; la Deidad GI se eleva en 9.15.0.0.0. Todas las imgenes son tomadas de Starry Night. 49
tido, ya que el protagonista, la Deidad GI, no fue un personaje del imaginario social del Clsico ya forjado desde el Preclsico-, sino un referente tangible, cognoscible y, sobre to- do, dador de sentido a muchos aspectos de la vida durante los mejores tiempos de Meso- amrica: Venus.
La carga de los katunes y la carga de 13 Baktun Conocemos, gracias a los libros de Chilam Ba- lam y al Cdice de Paris, que la rueda de katun o el winikhaab fue importante para se- alar la deidad determinadora de los destinos durante un ciclo de veinte haab (estrictamente, de veinte tun, es decir, ciclos de 360 kin). Co- Tal es el caso del clculo de Kinich Ahkal Mo Nahb, quien hizo referencia explcita a una fe- cha de repeticin del evento venusino del da de La Creacin: 9.15.0.0.0 4 Ajaw 13 Yax, fe- cha de la principal elevacin de GI (idem.). No tan solo fue propicio el da del tzolkin (4 Ajaw, que, como notamos, es idntico al de la fecha de La Creacin); adems, Venus se vio exactamente igual que en aquel da del inicio del ciclo 13 Baktun. El realce del aspecto vespertino de la estrella y, en particular, de su inminente primera visibi- lidad, permite reforzar la intencin de re- escenificar el acto estelar en el da de La Crea- cin. La teora de la agencia de los cuerpos celestes (Iwaniszewski, 2009) cobra pleno sen- Fig.10. A la izquierda, 13.0.0.0.0 4 Ajaw 8 Kumku (27 de julio de 3117 a.C. prolptico): Venus vesper- tino est a ocho das de su primera visibilidad; a la derecha es 13.0.0.0.8 12 Lamat 16 Kumku, cuando Venus vespertino emerge acompaado de la Luna. 50
ardientes. Se pierden los dioses, se pierden los gobernantes. En efecto, un baktun que se completa y que ha regido durante casi cuatrocientos aos es tan relevante como cada uno de los veinte katun que lo constituyen. A la vez, mientras no se complete un ciclo de 13 Baktun su carga an est vigente, por lo que durante los 5,128 aos y 280 das de duracin del mismo, se vi- vi bajo la influencia del Baktun 4 Ajaw. Como mostr arriba, este baktun fue escogido con sumo cuidado, a fin de asegurar que su gobier- no fuera propiciatorio de abundantes cosechas producto de excelentes temporadas de lluvias entre cada 3 de mayo y 2 de noviembre. Pero, como veremos a continuacin, no siempre fue as. Los estragos del clima produjeron cambios profundos en la percepcin de las capacidades de la Deidad GI para facilitar el trabajo de Cha- ac. En el valle Central tambin cambi la con- ceptuacin para Quetzalcoatl y Tlaloc. De ma- nera breve, realizo a continuacin un anlisis que sondea por qu, en el nico texto epigrfi- co que tenemos hasta ahora con algn conte- nido sobre el cierre de 13 Baktun, se realza la figura de Bolon Yokte Kuh y no la de la Dei- dad GI como sera de esperar. mo vimos arriba, la deidad que encabeza el katun se ubica al final del ciclo y lleva por nombre Ajaw. En la antigua tradicin maya, los acontecimientos en todos los mbitos de la vi- da eran atribuibles al Ajaw regente. As, en los chilames se habla de la carga del katun. La sucesin de cada uno de los trece katun ocu- rre cada 20 tun, iniciando con la regencia de 2 Ajaw y completndose cuando entra el ciclo de 4 Ajaw. No es coincidencia, sino estructural- mente lgico por existir un mltiplo entero de 260 kin que en el nivel de baktun 20 , la com- pletitud de trece baktun se alcance tambin con 4 Ajaw. De este modo 4 Ajaw se convierte en la deidad que pone fin a todas la ruedas: las de 13 tun, las de 13 katun y las de 13 baktun. La concepcin maya acerca de la carga o la influencia sobre los destinos aplica para todos los niveles en los que tiene injerencia una dei- dad-da del tzolkin ubicada al cierre del ciclo mayor, que a la vez contiene a los ciclos meno- res. Por ejemplo, en el Pasaje 7 de los tableros del Templo de las Inscripciones (Bernal 2011, captulo 2) se narra un episodio atribuible a la carga no solo de un katun sino tambin de un ciclo de baktun: Los 9 baktun y 9 katunes (trajeron) en la espalda innumerables fuegos 20. El nivel de baktun es el nivel inmediatamente supe- rior al del katun en el sistema de notacin cuasi- vigesimal de la Cuenta Larga. 51
ficativo de La Creacin fue la emergencia de las aguas primordiales de la Deidad GI, cuya sinonimia es Quetzalcoatl. El gran ciclo que protagonizara a partir del da de La Creacin y que se completara al replicarse el evento de aqul punto de partida en 3 de mayo de 2013, requera ser enfatizado por la carga simblica de la fecha, tremendamente propiciatoria. Con la construccin de la pirmide definitiva, proba- blemente sacerdotes teotihuacanos y mayas celebraron ceremonias en las cuales se vincu- laron con el principio del ciclo 13 Baktun por va de su culminacin en 3 de mayo, en donde Tlloc se activa gracias al hmedo aliento de Venus vespertino.
Culto a Venus vespertino Se puede plantear, sin riesgo a equivocarse, que la expansin territorial del culto a Venus vespertino desde el Preclsico Medio y Tardo hasta finales del Clsico entre las latitudes al norte 19 45 (Teotihuacan) y 14 30 (Izapa, Chiapas y Copn, Honduras) tuvo una finalidad agrcola-productiva: el propio ciclo de 13 Baktun, encabezado por la deidad 4 Ajaw de 4 Ajaw 3 Kankin, garantiz el hecho de mante- ner activo el culto a Venus vespertino, el trae- dor de las lluvias, el del 3 de mayo, el aspecto esencial de Chaac o de Tlloc. Su provenien- cia del inframundo acutico, le convirti en la esencia, en el corazn de Tlloc. As nos lo Venus en Teotihuacan En el complejo arquitectnico de La Ciudadela de Teotihuacan, el Templo central de la ltima etapa constructiva (150-250 d.C., segn Bove y Medrano 2004:51) est dedicado a Venus. Se le designa como Pirmide de las Serpientes Emplumadas, pero bajo tal denominacin se pierde la esencia contenida en el nombre nahua Quetzalcoatl, es decir, Gemelo Precio- so, el ser dual y resplandeciente, dos aspectos que los mexica identificaron en el comporta- miento del astro gracias al conocimiento as- tronmico proveniente de los pueblos otomia- nos. El templo, que en una poca estuvo ro- deado de agua (Sergio Gmez, comunicacin personal, agosto, 2013) invoca, mediante los grandes mascarones mirando al poniente, al aspecto vespertino de Venus (Xlotl). La ali- neacin hacia el atardecer del 3 de mayo tiene no solamente la finalidad de propiciar ritual- mente el inicio de las lluvias. Dado el contexto acutico en el que se erige la pirmide y las estructuras arquitectnicas que posibilitan la inundacin permanente del patio hundido, Ser- gio Gmez ha planteado en diversas exposicio- nes que se busc recrear las condiciones ini- ciales de La Creacin, es decir, la emergencia de la montaa de las aguas primordiales. Con base en los relatos mticos que tenemos de los mayas y que sin duda fueron compartidos en- tre stos y los teotihuacanos-, el hito ms signi- 52
dientes emergentes de la mandbula superior). A medida que ambas deidades fueron apropia- das entre los gobernantes mayas (de Tikal y Copn, por mencionar algunos) la iconografa de sus palacios replic el estilo teotihuacano (Sprajc, Op. Cit.:155). Al principio de esta asi- milacin, mientras que la estrella de cinco pun- tas se apreciaba en temticas de fertilidad, el Tlloc teotihuacano se asociaba nicamente a contextos de guerra (Idem.). Por ejemplo, en el pectoral del Cacique gordo de San Jos de Motul mencionado por Gronenmeyer y McLeod (2010:28) aparece Tlaloc como una deidad blica. Paulatinamente, el complejo Venus-Tlaloc pas de ser un binomio propiciatorio de la ferti- lidad, las lluvias y el maz, a otorgar facultades a los gobernantes para someter a poblados a cambio de maz y otros insumos (Sprajc, Op.cit.:161). As, sobre todo en el Clsico Tardo, tanto en Teotihuacan como en el terri- torio maya, bajo su influencia destacaron los atributos blicos de Tlloc y Quetzalcatl 21 . Es- Culto a Venus vespertino Se puede plantear, sin riesgo a equivocarse, que la expansin territorial del culto a Venus vespertino desde el Preclsico Medio y Tardo hasta finales del Clsico entre las latitudes al norte 19 45 (Teotihuacan) y 14 30 (Izapa, Chiapas y Copn, Honduras) tuvo una finalidad agrcola-productiva: el propio ciclo de 13 Baktun, encabezado por la deidad 4 Ajaw de 4 Ajaw 3 Kankin, garantiz el hecho de mante- ner activo el culto a Venus vespertino, el trae- dor de las lluvias, el del 3 de mayo, el aspecto esencial de Chaac o de Tlloc. Su provenien- cia del inframundo acutico, le convirti en la esencia, en el corazn de Tlloc. As nos lo presenta Mercedes de la Garza en su lectura de El Chilam Balam de Chumayel (1985), es- pecficamente en el Libro de los linajes. Se di- ce que Venus es el aliento de Chaac. Es el iniciador del tiempo de las lluvias. Este es el concepto original de Venus. Y esa figura, ese aspecto de Venus, es el que prevaleci en Pa- lenque.
Aspecto guerrero de Venus y Tlaloc Desde el Clsico Temprano (100-200 n.e.) los frescos de Teotihuacan combinaron atributos de fertilidad y lluvia con aspectos blicos tanto para Venus (representado como estrellas o medias estrellas) como para Tlaloc (generalmente con anteojeras, bigoteras y 21. Sprajc (1996:160-161) analiza esta evolucin y plan- tea lo siguiente: podemos imaginarnos cmo pudieron haberse originado los conceptos que vinculaban el pla- neta (Venus) con la guerra, atestiguados en las inscrip- ciones mayas que conmemoran hazaas militares. Los individuos destinados para morir en el altar del sacrificio eran normalmente los enemigos apresados en las bata- llas, por lo que la guerra adquiri dimensiones sagradas: recordemos que los aztecas, tlaxcaltecas y huexotzincas de las pocas posteriores se enfrentaban ocasionalmen- te en las llamadas Guerras Floridas, cuyo exclusivo ob- 53
Marte, se perpetraron guerras que, lejos de pretender cautivos para sacrificios dedicados al planeta, lograron sojuzgar a los productores de maz a travs de la destruccin y matanza masiva de sus congneres. Un caso para- digmtico de este proceder se dio en el sitio de Tortuguero, como veremos ms adelante. Co- mo introduccin a este anlisis sobre las impli- caciones blicas del dios tutelar Marte, revi- sar dos personajes de la iconografa teotihua- cana y maya que muestran atributos del mis- mo: la Lechuza Lanzadardos y Bolon Yokte Kuh.
Las rdenes militares de las lechuzas y Bo- lon Yokte Kuh A mediados del Clsico Temprano se torn comn que las escenas asociadas a la guerra se representasen con lechuzas. Nielsen y Helmke (2008) se preguntan si esta ave repre- senta a algn personaje mtico o a una orden militar dependiente de algn gobernante influ- yente de la poca. Esta pregunta tiene sentido debido a que, hacia principios del siglo cuarto, tanto en Tikal como en Teotihuacan surge un personaje comn llamado Lechuza Lanzadar- dos que parece haber sido de origen teotihua- cano y cuyo hijo fue el gobernante ms famoso de Tikal en aquel tiempo (Stuart, 2000:481- 490, citado por Nielsen y Helmke, Op.cit.:467). La influencia poltica y militar de Teotihuacan tas connotaciones se aprecian en murales de palacios como en Cacaxtla, pintados en aque- lla poca por los olmecas-xicalanca. Pero, adems de los motivos decorativos de edifi- cios, se vuelve comn durante el Epiclsico que los principales guerreros porten atavos con elementos venusinos, especialmente en la zona del Golfo de Mxico (Sprajc, ibid.:163). Ahora bien, si Venus y Tlaloc se concibieron como un complejo propiciatorio de la lluvia y la fertilidad, es posible que las condiciones clim- ticas adversas de fines del Clsico y parte del Epiclsico produjeran una bsqueda de opcio- nes al percatarse que los rituales no lograban provocar la lluvia. La prdida de credibilidad en sus gobernantes y sacerdotes por parte de la poblacin puede haber provocado en los pri- meros un cambio de discurso y de estrategia para repletar los graneros de maz. Sugiero que, a nombre del dios tutelar planeta rojo, jeto fue obtener el suficiente nmero de cautivos para el sacrificio. Obviamente no todas las guerras eran sagra- das; en la mayora de los casos sus causas eran econ- micas y polticas. Sin embargo, el elemento ritual era importante en todas las guerras mesoamericanas. Si las asociaciones de Venus con la lluvia y el maz llegaron a penetrar en el simbolismo de sacrificio y el ritual de gue- rra, podemos suponer que las ideas que ligaban la fertili- dad con la guerra gradualmente evolucionaron, llegando a ser la justificacin de las operaciones blicas, ms que su inmediato motivo. Es probable que estos conceptos fueran fomentados por los gobernantes que, apro- vechndose de ellos, pudieron lograr sus propios objeti- vos, sancionar y santificar los ataques y conquistas y satisfacer sus ambiciones personales. 54
can, muestran una lechuza con los mismos atavos tres o ms plumas de lechuza, una lanza y los atlatl. De modo que los rasgos dis- tintivos de Bolon Yokte Kuh tambin son los de la Lechuza Lanzadardos, pero no podemos discernir si eso los convierte en un solo perso- naje o si se trata de dos individuos distintos que comparten un linaje y un ancestro nicos, o si uno de ellos consiste en el ancestro pri- mordial (de carcter celeste) mientras que el otro desciende del primero y ocupa un lugar en la superficie terrestre. A mi parecer la tercera opcin es la ms plausible. Mientras que Bolon Yokte Kuh consistira en el ancestro cuyo mbito de accin es el espacio celeste, el Bho Lanzadardos se desempeara en el pla- no terrenal, inspirado siempre en el primero. Las investigaciones de uno u otro personaje se han realizado sin mencionar un posible vncu- lo. No obstante que el personaje Lechuza Lanzadardos existi en el territorio maya principalmente en Tikal (Nielsen y Helmke, Op. Cit.:467) estos dos autores no discuten la po- sibilidad de que Bolon Yokte est asociado a aqul ni de qu manera estaran emparenta- dos. Tampoco Gronenmeyer y McLeod (2010) mencionan que Bolon Yokte Kuh haya consti- tuido un referente en la conformacin del per- sonaje Lechuza Lanzadardos, aunque s de- muestran que aqul fue el referente y patrn de diversos gobernantes mayas en la misma sobre Tikal, que fue iniciada por aquel perso- naje teotihuacano, trascendi durante todo el siglo cuarto y parte del quinto. En un mural de Atetelco, Teotihuacan, Nielsen y Helmke (Op.cit.) identifican la toponimia Lechuza Lanzadardos, pero no se atreven a vincular el lugar con el personaje que pudo llevar ese nombre. Ms bien son de la postura de que la designacin compartida por un gobernante y un lugar geogrfico, denota que la Lechuza Lanzadardos fue una importante deidad mitol- gica o incluso un ancestro que luego se convir- ti en una deidad patrona con funciones mar- ciales (Nielsen y Helmke Op.cit.:467, 468). Desde el punto de vista blico se hace intere- sante revisar si existe alguna relacin entre la Lechuza Lanzadardos y el planeta Marte. Para Gronenmeyer y McLeod (Op.cit.:32) los gober- nantes que portan plumas de lechuza repre- sentan a Bolon Yokte Kuh. A la vez, recuer- dan que esta misma deidad presenta, en la p. 60a del Cdice Dresden, el comportamiento cronomtrico del planeta Marte. Marte tiene un ciclo equivalente a tres ciclos de 260 das. El dibujo que aparece en la pgina referida mues- tra a Bolon Yokte con tres plumas de lechuza en el tocado, portando una lanza y dos atlatl. Por su parte, los glifos nominales para el per- sonaje Lechuza Lanzadardos que aparece en el Clsico Temprano y que trasciende hasta el siglo quinto tanto en Tikal como en Teotihua- 55
aparecer al ras del horizonte, por el oriente, mientras que Venus acaba de desaparecer y permanecer as por lo menos durante cin- cuenta das. Tambin vemos que aquel gober- nante escogi configuraciones Venus-Marte que mostraran la superioridad del segundo pa- ra efectos de celebrar alianzas y legitimar su gobierno marcial. En tal sentido, surge una pregunta crucial: Qu eventos impulsaron a Bahlam Ajaw a en- focar su estructura de gobierno y de control social, poltico y econmico (basado en los re- cursos de la regin) en funcin de Marte y no de Venus, como lo hicieran sus cercanos an- cestros palencanos? 23 Tal pareciera que el fundador de Tortuguero en Macuspana, Tabasco, Ahkal Kuk tuvo una mo- tivacin personal singular o sui generis que lo segreg a l y a su descendencia de sus congneres de Palenque. Mientras que todava el dcimo cuarto gobernante de Palenque, Kinich Ahkal MoNahb (tambin conocido co- mo Chaacal III y como Akul Anab III), quien se sent en la estera el 4 de julio de 721 (en la correlacin que manejo; 30 de diciembre de 721 segn la GMT), escogi la fecha 9 Ik 5 poca (durante todo el periodo Clsico). En efecto, cualquier gobernante que deseara ac- tuar bajo la tutela de Bolon Yokte Kuh y que incluso reclamara pertenecer a su linaje, habra de portar elementos que lo identificaran con aquella deidad asociada a la guerra y a la muerte. En Tortuguero, Bolon Yokte Kuh cobra un destacado protagonismo en la narrativa de los principales logros del gobernante Bahlam Ajaw, en poder del 22 de julio de 643 al 12 de noviembre de 678 22 . Dos textos (TRT 1 y TRT 6) se vinculan calendricamente con el cierre del ciclo 13 Baktun en el cual habr de darse la investidura de Bolon Yokte Kuh. Es inevi- table dejar de mencionar cul fue el mvil ce- leste de cuatro incursiones blicas a localida- des circunvecinas (TRT 6) en sendas fechas. Un anlisis de la ubicacin de Marte y de Ve- nus para cada evento muestra un notable pro- tagonismo de la estrella roja por sobre la es- trella ms brillante del cielo (Cuadro 2). Es de- cir, mientras que Venus se encuentra ingresan- do a una etapa de invisibilidad, Marte se sus- pende majestuoso en el cielo matutino. En la segunda ofensiva, Marte est a ocho das de 22. Las fechas son obtenidas con la correlacin pro- puesta. En Cuenta Larga son 9.10.11.310 1 Oc 3 Kumku y 9.12.7.0.0 menos dos das (Gronenmeyer y McLeod 2010:41). 23.Una inscripcin de Tortuguero dirige la mirada en retrospectiva hacia un seor llamado Ahkal Kuk del mismo tiempo que Ahkal Mo Nahb (o Naab) I (Cuarto Gobernante de Palenque), sugiriendo que Tortuguero puede haber sido fundado por una rama de la dinasta palencana hacia 510 dC (Martin y Grube 2000:165). 56
One notes that the Calendar Round of the 13-Tun ending (1 Ajaw 3 Kankin) is, ex- cept for the Tzolkin coefficient, identical to that of the 13-Baktun ending (4 Ajaw 3 Kankin). Taking into account the impor- tance of the number 13, it may have been Bahlam Ajaws intention to connect these two events
and to see the completion of the 13th
Baktun as a logical consequence of events set in motion at the 13-Tun end- ing, near the begin-ning of his tenure. If this is the case, then we might also speculate that in his view, he himself (albeit posthumously) was to celebrate the 13th Baktun ending. This concept of eternal rulership may be observed in the narrative of the Temple of the Inscriptions of Palenque, where the huge Distance Number connects the accession of Kinich Janaab Pakal with the vastly distant Cal- endar Round jubilee on 1.0.0.0.0.8. (Idem.). Bolon Yokte Kuh es, como se ha constatado en el Cdice de Dresde, pgina 60, una advo- cacin del planeta rojo, Marte. Su figura est asociada a la guerra: en las escalinatas jerogl- ficas de Copn, se dice que esta deidad bendi- ce los actos de guerra y sacrificio (Erik Boot, comunicacin electrnica en diciembre 2009, dirigida a Gronenmeyer y McLeod (ibid.:42). Lo que se puede apreciar en Tortuguero es que el Kayab por ser 9 Ik la fecha emblemtica de la Deidad GI 24 , considerada la mtica fundadora de su dinasta, por otro lado, el gobernante de Tortuguero, Bahlam Ajaw, quien labr el Monu- mento 1 hacia 644, quiso dejar muy claro que toda su descendencia, desde el fundador Ahkal Kuk, se haba inspirado en una deidad con atributos muy diferentes: Bolon Yokte Kuh. En su anlisis del texto del Monumento 6 de Tortuguero, Gronenmeyer y McLeod (Op.cit.:23) sealan que el evento ms tempra- no de la constelacin ritual de Bahlam Ajaw es la consagracin de un objeto (nah kanjal) para el pibna:h de Ahkal Kuk que se realiz en 9.3.16.1.11 (19 de abril 511), seguido de un fin de periodo 9.11.15.0.0 4 Ajaw (13 de enero 667) a una distancia considerable, en la cual se realiza otro ritual. La segunda fecha comentan los autores engarza los eventos contemporneos con los engranajes de la Cuenta Larga. Luego sucede la dedicacin de una casa en 9.11.16.8.18 1 Ajaw 3 Kankin a partir de la cual se hace un brinco temporal de 3.8.9.2 kin hasta 13 Baktun, en donde se real- za la figura de Bolon Yokte Kuh. 24. Los datos sobre este gobernante los entrega Skid- more, 2010:80. 57
Corolario Para comprender el grado de importancia otor- gado a Venus en Mesoamrica en tanto agen- te inaugural y de cierre de 13 Baktun, hemos de analizar la variedad de representaciones y advocaciones de Venus a lo largo de ese terri- torio espacio-temporal. En particular, se ha de tomar nota del realce que se le otorga en tanto personaje fundacional de un tiempo por vivir. En este breve comentario me he abocado ni- camente a algunos aspectos iconogrficos, plsticos, arqueoastronmicos y calendricos que, al integrarse en una unidad de anlisis, brindan las primeras luces para sustentar la siguiente aseveracin: La Creacin de la Era 13 Baktun y los primeros ocho das fueron concebidos por los sacerdotes y astrnomos mayas, y por sus contemporneos del Clsico, como el proceso de gestacin y alumbramiento de Venus y la Luna desde las aguas primordia- les. Cabe sealar que el ciclo 13 Baktun present un rasgo que ningn otro 13 Baktun replicar otra vez: el hecho de estar encabezado por un 4 Ajaw ubicado en un da 3 Kankin, que es la fecha parteaguas entre el tiempo de secas y el tiempo de lluvias. Debido a que el tiempo que se abarca es de 5128 aos ms 280 das, el ciclo nuevo de 13 Baktun que acaba de co- menzar se completar en una fecha 4 Ajaw 18 Chen (7 de febrero de 7142). Lo relevante de linaje de gobernantes de ese lugar, desde prin- cipios del siglo cuarto hasta el siglo sexto, se autoconcibe como descendiente de Bolon Yokte Kuh, lo cual legitima el carcter blico y destructivo de su gobierno. El anlisis astron- mico permite agregar que Bahlam Ajaw relata una serie de sucesos en los que l acta en coordinacin con el planeta Marte. En todas las fechas Marte se halla en una posicin privile- giada 25 mientras que Venus se encuentra de capa cada, terminando su ciclo como estrella de la maana o como estrella de la tarde (Cuadro 2). El relato de episodios blicos culmina con el da en que se presenciar la investidura de Bo- lon Yokte Kuh (Marte), denotando que para Bahlam Ajaw y su linaje, la importancia del da 4 Ajaw 3 Kankin reside en que Marte estar a punto de emerger en el cielo del amanecer, restando importancia al evento que prevalecie- ra en el relato palencano y que inspir a los propios olmecas o itsmeos un milenio antes: el hecho de que Venus hubiera marcado el ini- cio del gran ciclo 13 Baktun en el cielo del oes- te y que cerrara el mismo ciclo ubicndose co- mo la deidad protagnica. 25. Los criterios para determinar posicin relativa privile- giada para Marte son: altitud o trayectoria ascendente. 58
Cuadro 2. Posicin privilegiada de Marte en fechas de Tortuguero Fecha Venus Marte Interpretacin Bahlam Ajaw asume gobierno 9.10.11.3.10 1 Ok 3 Kumku 22 julio 643 Venus vespertino en trayectoria as- cendente (altitud: 31) Marte en trayectoria descendente
(altitud: 52) Marte en posicin privile- giada Primera ofensiva 9.10.11.9.6 13 Kimi 14 Sek 15 noviembre 643 Venus vespertino en trayectoria des- cendente (altitud: 18) Marte en trayectoria descendente sobre el poniente (altitud: 43) Marte en posicin privile- giada Segunda ofensiva 9.10.12.3.10 10 Ok 8 Kayab 17 julio 644 Venus matutino terminando ciclo (altitud: 15) Marte iniciando tra- yectoria ascendente sobre el oriente (altitud: 3) Marte en posicin privile- giada Tercera ofensiva 9.10.16.13.6 8 Kimi 9 Mol 9 enero 649 Venus matutino en trayectoria des- cendente (altitud: 28) Marte en trayectoria ascendente sobre horizonte oriente (altitud: 22) Marte en posicin privile- giada Cuarta ofensiva (a Comacalco) 9.10.17.2.14 3 Hiix 17 Muwaan 6 junio 649 Venus en primer da de invisibilidad en torno a conjun- cin superior (altitud: 6 sobre horizonte oriente) Marte en trayectoria ascendente sobre horizonte oriente (altitud: 54) Marte en posicin privile- giada Se completa un hotun (medio katun) 9.10.15.0.0 6 Ajaw 13 Mak 23 abril 647 Venus matutino en mxima elonga- cin (altitud: 32) Marte en trayectoria ascendente sobre horizonte oriente (altitud: 47) Marte en posicin privile- giada Alianza poltica/militar 9.10.15.1.11 11 Chuwen 4 Mu- waan 24 mayo 647 Venus matutino inicia trayectoria descendente (altitud: 33) Marte contina tra- yectoria ascendente sobr e hor i zont e oriente (altitud: 54) Marte en posicin privile- giada Se presencia la Investidura de Bolon Yokte Kuh 13.0.0.0.0 4 Ajaw 8 Kumku Venus vespertino inicia trayectoria ascendente (altitud: 18.5) Marte inicia trayecto- ria ascendente sobre el horizonte oriente (altitud: 1.5) Marte y Venus en cielos opuestos, debaten prota- gonismo Nota: las fechas correlacionadas en el calendario gregoriano prolptico se obtienen con la correlacin presentada en Patrick (2013). Las ubicaciones y altitudes de los dos planetas analizados se tomaron del programa Starry Night. 59
das. ste representa, entre otros, el tiempo aproximado de visibilidad de Venus en el cielo tanto en su aspecto vespertino como matutino , el tiempo de gestacin del ser humano y el de obtencin de nuevos granos de maz desde que las simientes progenitoras son activadas ritualmente (es decir, entre el 12 de febrero y el 30 de octubre). Este ciclo convencionalmente denominado tzolkin se compone de veinte ci- clos de trece, siendo cada uno de los trece nu- merales deidades acompaantes de otras veinte deidades. Para que Venus, la Luna y el ciclo de 260 das vuelvan a encontrarse, se ne- cesitan precisamente 13 Baktunes. Hasta lo que he podido calcular, no existe un ciclo me- nor. Para los expertos en ambos cuerpos celestes y en el sistema de medicin del tiempo cuasi- vigesimal de la Cuenta Larga, el ciclo de 13 Baktun fue fundamental dado el alcance como instrumento de medida astronmica. En este gran ciclo, Venus y su compaera Luna fun- gi como auspiciador de fertilidad y prosperi- dad gracias a la posicin que alcanz al cierre de dicho ciclo. Desde la cosmovisin mesoa- mericana, la posicin ms favorable que puede lograr el astro es (como lo demuestr Sprajc, 1996) su punto extremo hacia el norte en el cielo del poniente. Este fenmeno ocurre siem- pre (en todos sus ciclos sindicos) en torno al 3 de mayo. Esta fecha es, a su vez, la ms la fecha consiste en la fecha solar, 7 de febre- ro, por ser una fecha que tambin resalta en Teotihuacan, al observar el Sol emerger sobre la Pirmide del Sol desde el montculo que Da- niel Flores ha utilizado como observatorio. Si existi el concepto de rueda baktnica entre los mixe-zoque y eventualmente, entre los ma- yas e incluso entre los teotihuacanos, aqul debi consistir en el ciclo logrado por los prota- gonistas de una Era que prometa abundancia y esplendor: Venus en compaa de la Luna la cual comparte con Venus vespertino atribu- tos de fertilidad (Sprajc, Op. Cit.:129). Desde la perspectiva de las deidades regentes de los grandes ciclos de trece, se puede decir que Venus y la Luna estuvieron a cargo del gran ciclo 13 Baktun sentados en su estera ubica- da en la coordenada espacio-temporal 4 Ajaw 3 Kankin. Esta coordenada en la matriz cro- notpica debi ser en su conceptuacin del mundo majestuosa por los buenos augurios brindados por los astros ah regentes: Venus, la Luna y el Sol. Para llegar a otorgar un rol protagnico a Ve- nus acompaado de la Luna, los especialistas del cielo del Preclsico Tardo tuvieron que, primeramente, conocer sus respectivos ciclos pequeos y grandes, as como la interaccin rtmica de ambos con el Sol. Ms importante- mente, debieron conocer el punto de coinci- dencia entre Venus, la Luna y el ciclo de 260 60
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Bove y Medrano 2004 Teotihuacan, militarism and Pacific Guatemala en The Mayan and Teoti- huacan. G.E. Braswell (Ed.), University of Texas Press. Austin. Pp.45-80. propicia del ao desde el punto de vista del cli- ma 26 . Particularmente especial es el da en que Venus se observa al ras del horizonte poniente justo antes de que se ponga el Sol, lo cual su- cede en sus primeros das de visibilidad como estrella de la tarde. Este fenmeno est carga- do de simbolismo en la cosmovisin mesoame- ricana, debido a que representa el surgimiento del tiempo fecundo. La sublimacin de todos estos aspectos, es decir, la emergencia de Ve- nus en el cielo del atardecer en su posicin ex- trema hacia el norte en una fecha 3 de mayo, sucedi el 3 de mayo de 2013. Para cerrar con broche de oro, la Luna particip en este acto de manera sutil, subrepticia: ingres al infra- mundo en aquel da 4 Ajaw, para, durante los siguientes siete das visitar los espacios acuti- cos del inframundo, y emerger, al octavo, car- gada de agua pura para colaborar con Venus y con el dios de la lluvia en la inauguracin del temporal de lluvias y de bonanza para los mai- zales y la humanidad.
26. El 3 de mayo es una fecha que, para Mesoamrica, sintetiza las veinte fechas de los pasos cenitales que se dan entre las latitudes norte de 15 o 30 y 19 o 43 (es de- cir, desde Izapa, Chiapas y Copn, Honduras hasta Teo- tihuacan, entre el 30 de abril y el 19 de mayo respectiva- mente). El paso cenital produce un cambio notable en el tiempo debido a que la insolacin directa sobre cuerpos de agua, bosques y selvas, provocan mayor evapotrans- piracin y la acumulacin de nubes, las cuales comien- zan a precipitar alrededor de las mismas fechas. 61
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Daniel Schvelzon 1
D urante los ltimos cinco aos (2008-2013) ha estado dando vueltas por el mercado in- ternacional de libros un supuesto Cdice Mexicano absolutamente falso, aunque los li- breros lo han presentado como una obra excepcional y nica en Argentina. Y de ser verdad sera cierto: no hay ningn cdice mexicano en Argentina y seguir sin haberlo; los que haya deben estar en Mxico. El origen que todos sealan es indiferenciado, simplemente Mxico como totalidad y estuvo guardado en una coleccin de libros de prestigio durante muchos aos. Es todo lo que sabemos, su anterior propietario, gran coleccionista, crey que era autntico y no lo hizo autenticar o siquiera hacerlo ver por un especialista por temor a perderlo. El cdice est formado por diecisiete lminas hechas con fibra de coco y una capa de cal blanca sobre la que se pintaron motivos que de tan absurdos ni siquiera vale la pena analizarlos. Es tan burdamente falso que en otro contexto sera un juego infantil. La base es similar a los que se hacan en los finales del siglo XIX para Del Paso y Troncoso, que tantos dolores de cabeza causaron en su tiempo (Schvelzon, 1992). Al tratar de venderse este documento fuera de los circuitos internacionales de especialistas, como es en Sudamrica, con la proveniencia de la biblioteca prestigiada de Dodero suponiendo que eso fuese cierto-, y siendo un pas donde no hay expertos en la materia, es muy posible que pudiera haber un ingenuo no bien asesorado. Estas maniobras son muy usadas por los falsificadores de to- do tipo: llevan su obra a un pas fuera del mercado a la espera de que un iluminado lo descubra y lo compre pagando un buen precio pensando venderlo luego en millones. Y el valor es accesible para un coleccionista medio que pueda imagina encontrar una sorpresa como si del siglo XIX se tratara. En lugar de describirlo reproducimos todas sus hojas a color para que se desengae a quien co- rrespondiera hacerlo. La historia de la arqueologa mesoamericana ha visto muchos cdices falsos y hasta hay historias del tema, incluso con base de coco, de amate o de piel de venado, pero en este caso el autor ni si- UN NUEVO CDICE FALSO DE MXICO 1. Director del Centro de Arqueologa Urbana, Facultad de Arquitectura Diseo y Urbanismo, Universidad de Buenos Aires.
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milares al pertenecer a la mima cultura y po- ca, pero jams son iguales. Mezclar imgenes mixtecas, mexicas e histricas resulta una acti- tud inslita, y por cierto alguien me dijo que el guerrero de la portada pareca una escena de lucha libre con el Indio Jernimo sin mscara, victorioso en la arena, ms que una imagen mixteca donde se inspir. Espero que los especialistas en epigrafa se diviertan con este otro caso que se suma a los cientos que ya se han visto y de lo que no es necesario siquiera hacer una bibliografa 2 . Pero no hay nada mejor que publicar las falsificacio- nes en lugar de esconderlas o negarlas. quiera cuid de copiar motivos de una misma cultura o poca, us imgenes tomadas de cualquier fuente. Cuando no se quiso trabajar calcando complejas figuras hizo laberintos de formas absurdas para llenar los espacios va- cantes en las primeras y ltimas hojas. Ninguno de los grandes falsificadores hubiese hecho esto tan simple, y desde la segunda mi- tad del siglo XX la especialidad conoca qu y cmo copiar para no ser descubiertos al menos con facilidad. Coherencia cultural, cronolgica y formal son los elementos bsicos, absurda- mente se crey que los cambios delataban y es al revs, la copia los pone en evidencia. Dos textos o cdices o dibujos pueden ser si- 2. Esto surgi mientras haca el libro Arte y falsificacin en Amrica Latina, Fondo de Cultura Econmica, Bue- nos Aires, 2009. Agradezco al coleccionista de libros antiguos que me lo facilit para su estudio. Pgina 1 (portada) 66
Pginas 2 y 3 67
Pginas 4 y 5 68
Pginas 6 y 7 69
Pginas 8 y 9 70
Pginas 10 y 11 71
Pginas 12 y 13 72
Pginas 14 y 15 73
Bibliografa
Schvelzon, Daniel 1992 Un grupo de cdices falsos atribuidos a J. M. de Echeverra y Veytia en Boletn de la Escuela de Ciencias Antropolgi- cas N 107. Universidad de Yucatn. Mrida, Mxico. pp. 53-69. Pgina 16 74
Sesiones del Seminario
Discusiones en el Seminario
Dr. Rodrigo de la Torre Yarza
Mtra. Nadia Giral Sancho
Miembros del Seminario Mtra. Isabel Mercado Archila y Dra. Mara Elena Ruiz Gallut 75
Invitacin a publicar
Se invita a todos los investigadores interesados en temas relacionados con Tlaloc y dems dei- dades de la lluvia y la fertilidad a enviar sus art- culos de no ms de 15 cuartillas, en letra Arial a 12 puntos, interlineado 1.5. Las imgenes se mandaran por separado en resolucin de 300dpi. Se aceptar un mximo de 10 imgenes. Todas las imgenes se llama- ran Fig. y deben estar referidas en el texto. Los subttulos debern ir en negritas en mins- culas. Todas las figuras deben tener su respectivo pie de foto y autora. Las citas tendrn el formato Oxford. Ej. (Maudslay, 1886:22 )
Toda correspondencia deber dirigirse a la Dra. Mara Elena Ruiz Gallut al Instituto de Investiga- ciones Estticas, Circuito Mario de la Cueva, s/n. Ciudad Universitaria, C.P. 04510, Mxico D.F. Tel. 5622-7547 Fax. 5665-4740.
De igual manera los artculos podrn mandarse a las siguientes direcciones electrnicas: seminario.tlaloc@gmail.com.