Sacheti Arte y Antropologia
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ELENASACCHET
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Elena Sacchetti
2009. Fundacin Centro de Estudios Andaluces. Consejera de Presidencia. Junta de Andaluca
Depsito Legal: SE-900-09
Ejemplar gratuito. Prohibida su venta.
C2009/01
1.
Introduccin
Lo que me sorprende es el hecho de que en nuestra sociedad el arte ha llegado
a ser algo que slo se refiere a los objetos, y no a los individuos o a la vida; y
tambin que el arte es una especialidad hecha por expertos que son los artistas.
Pero la vida de todo individuo no podra ser una obra de arte? Por qu una
lmpara o una casa son objetos de arte y no nuestra propia vida? (Foucault,
1983)
Hace ms de dos dcadas, Michel Foucault planteaba una cuestin que iba a
desestabilizar la nocin de arte dominante, alentando una reflexin sobre el mbito de
la produccin artstica, sus sujetos, objetos, finalidad y contenidos. Es imprescindible
repensar, hoy, en qu se define como arte: si se constituye en un objeto material, en
un artefacto humano o natural, o si es algo que supera la dimensin tangible de las
cosas e involucra a procesos, experiencias, vivencias del individuo o, yendo an ms
all, a la vida en su multiplicidad de aspectos, formas y manifestaciones.
Estas cuestiones sugieren la ruptura de las barreras que limitan el arte a un producto
concreto, que lo separan de las dems expresiones culturales en el seno de la
sociedad y que lo vinculan a los depositarios de un don o genio artstico: los
expertos.
As, se plantean los interrogantes de cules deberan ser las coordenadas de una
mayor apertura del campo1 del arte; de cmo entender las fronteras entre arte y vida,
produccin artstica y dems fenmenos culturales; de cmo abordar la triple
interaccin entre una obra, su artfice y los observadores/receptores de la misma; o,
finalmente, que relacin existe entre la emergencia de formas y contenidos artsticos
especficos y los fenmenos de cambio social Todas ellas son cuestiones que invitan
al debate en el seno de las ciencias sociales, que surgen de las modificaciones que ha
experimentado la produccin artstica, especialmente en el ltimo siglo, y que
acompaan a los ms complejos procesos de transformacin social.
Desde el punto de vista de la antropologa se trata el arte como una expresin del
complejo cultural, portadora de importantes significados sociales y en estrecha
relacin con el modelo de organizacin social, econmico y poltico. Ello lo hace
altamente susceptible de ser alterado por los fenmenos de cambio social y, a su vez,
de constituirse en expresin de los mismos. En este sentido, el arte constituye un
1
En el sentido atribuido a la nocin de campo por P. Bourdieu, donde campo no es solamente lugar de
interaccin, sino que refiere a la organizacin del sistema de relaciones sociales (Bourdieu, 1980).
campo todava poco explorado a travs del cual es posible acceder a las ideas,
tensiones, normas y valores de un colectivo en una determinada poca histrica. En
ello residen contenidos relativos a aspectos estructurantes de las culturas y de las
identidades sociales (tal como el gnero, la etnicidad y la clase social).
De este modo, en el contexto de unas culturas caracterizadas por un grado elevado de
complejidad, como las del Occidente contemporneo, donde, de acuerdo a la
propuesta de Edgar Morin, domina un tipo de pensamiento (el pensamiento
complejo) que cuestiona cualquier certidumbre alrededor del conocimiento y por el
cual la sola realidad que sea para nosotros conocible es el resultado de la
productividad del nimo humano con la ayuda de lo imaginario (Morin, 1999: 245), el
arte puede disfrutar de ciertas ventajas interpretativas. Como proceso conoscitivo
resultante de una actividad de interpretacin que disfruta de la contundencia de lo
sensorial2, puede llegar a transmitir de modo ms directo determinados contenidos
sociales.
Ello hace de la produccin artstica un mbito potencialmente rico para el anlisis
antropolgico de las culturas de un grupo, para el estudio de sus tendencias y
procesos de cambio3. El intento postmoderno de acercamiento del arte al espacio de la
vida y su alto contenido crtico, acenta este valor.
En el texto que sigue se desarrollan algunas de las ideas aqu planteadas y se
propone una breve revisin de la aproximacin de la antropologa al arte. Los cambios
en las tcnicas de representacin de los artistas contemporneos, as como en las
formas expresivas y en los sujetos centrales de sus creaciones, que ven en un lugar
destacado el cuerpo humano, constituyen un terreno propicio para un mayor
acercamiento entre ambas disciplinas, como dos formas de observar e interpretar la
realidad.
2
Es interesante una reflexin de C. Geertz en este sentido, segn la cual las artes de distinto tipo y en
diferentes lugares, posiblemente tienen como punto en comn que estn especficamente diseadas en
todas partes para demostrar que las ideas son visibles, audibles y [] tangibles, que pueden ser
proyectadas en formas donde los sentidos, y a travs de los sentidos y las emociones, puedan aplicarse
reflexivamente (Geertz, 1994: 146).
3
El elevado potencial que ofrece, en este sentido, el anlisis antropolgico de la produccin artstica,
explica la reciente y novedosa puesta en marcha de proyectos de investigacin en antropologa del arte
orientados al estudio de aspectos estructurantes de una cultura. Entre ellos se seala aqu la
investigacin Hombres y mujeres de Andaluca. Las imgenes de gnero a travs de las artes plsticas,
1918-2008 actualmente en desarrollo en el marco de la lnea de estudios de La imagen de Andaluca,
por el Centro de Estudios Andaluces (Consejera de la Presidencia, Sevilla).
La nocin de la autonoma del arte dentro del sistema cultural de las sociedades
occidentales (que aqu se discute) es resultado de un proceso iniciado en el siglo XV,
despus de que un conjunto de prcticas culturales y de expresiones creativas se
hubieran despojado del halo de sacralidad y misterio con que estaban envueltas por
influencia de la Iglesia Catlica (Danto, 1997).
En particular, la renovacin cultural renacentista introdujo la distincin entre cosas
tiles, resultado del saber hacer de un oficio, y cosas bellas, producto de una actividad
creativa superior e inspirada (Kempers, 1992). Hacia la mitad del siglo XVIII ello
condujo a la creacin de la categora de Bellas Artes. Lo anterior contribuy a crear
un aura alrededor de determinada produccin artstica (vinculada al poder poltico o
econmico) y la elev a posiciones de alta consideracin con respecto a otras
manifestaciones de la creatividad humana asociadas a expresiones de la cultura
popular. De este modo el arte, definido en gran parte en base a criterios estticos, se
fue consolidando como un campo excepcional dentro del espacio de la vida social.
Con sus propios cdigos, reglas, usuarios, protagonistas, gestores y canales de
desplazamiento, destacaba frente a lo cotidiano, til y abierto al consumo de las
masas, de modo que su entendimiento y disfrute consciente qued asociado, en la
mayora de los casos, a ciertos segmentos de la sociedad coincidentes con los grupos
de la intelectualidad o con los actores de una rama especfica del mercado.
La organizacin de los artistas alrededor de las academias permita defender los
cnones estticos oficiales y mantener un control monopolstico sobre su produccin
(Ronzon, 2006), por lo menos hasta la disidencia de los impresionistas, de grupos
como la escuela de Barbizon o de figuras destacadas del post-impresionismo tal como
Van Gogh, Czanne o Gauguin. Las vanguardias del principio del siglo XX y las
corrientes contemporneas que se desarrollaron en Estados Unidos tras la segunda
guerra mundial, contribuyeron a poner en discusin los cnones ortodoxos y a
revolucionar la nocin de Bellas Artes.
El status de excepcional autonoma del arte con respecto a las dems manifestaciones
de la vida social tiembla definitivamente en el contexto actual, en que las propuestas
artsticas pretenden salir de los museos o de los crculos de expertos, para
desplazarse hacia nuevos lugares e interesar a un pblico mayor, y donde la crtica
vuelve a poner el nfasis en la relacin entre sus contenidos y lo social. En las ltimas
dcadas, el debate postmoderno ha ido favoreciendo la generacin de espacios y
formas de contacto inditas entre artistas de distintas especialidades y corrientes,
entre estos y los intelectuales, los medios de comunicacin y los promotores (Marcus,
1995).
simblico (Herskovitz, 1964; Sieber, 1971), conduce a desligar la misma nocin de los
criterios estticos y de la idea de belleza como justificante y fin ltimo de su
realizacin -algo ya cuestionado por la crtica contempornea4- para anclarla en el
terreno de las dinmicas de clase, de los conflictos sociales y de las relaciones de
poder.
En esta direccin se dirige la observacin de Michel Baxandall (2000) de que un
cuadro es depositario de una relacin social, en el sentido de que es el resultado no
slo de cmo se forma el pintor y de lo que significa ser pintor en diferentes momentos
histricos, sino tambin de toda una serie de transacciones entre el pintor, los
mecenas, los asesores teolgicos, los que contemplan el cuadro, etc. En esta
perspectiva, la obra de arte, ya mucho ms que simple objeto de deleite esttico, se
hace vehculo de la particular cosmovisin que se define en el marco de un colectivo
apoyndola o impugnndola- y conduce notables contenidos sociales en relacin con
las dinmicas de articulacin de los conflictos y el sistema de dominacin.
Uno de los ejemplos ms clebres dentro de la historia de la produccin artstica lo
presenta Julia Varela a travs del anlisis del cuadro El Expolio de El Greco (1577-79).
La sociloga destaca como la imagen de Cristo5 en el cuadro deviene alegora de un
grito de dolor contra la injusticia, y a la vez un alegato contra las violaciones del
derecho natural (Varela y lvarez-Ura, 2008: 42). Se trata de un mensaje en defensa
de la justicia y la libertad que adquiere sentido en el contexto histrico y social de la
Edad Moderna (en el cual la representacin vio la luz), y que transmite los ideales y las
visiones en auge en dicho marco. Numerosos otros ejemplos podran presentarse
facilmente en referencia a otras obras del Greco o a ciertas escenas en las pinturas de
las Capilla Sixtina de Michelangelo.
Dentro de esta lnea se pueden considerar las contribuciones de orientacin marxista
al mbito de las artes. La relacin entre el arte su produccin, definicin, circulacin y
difusin-, la vida econmica de un grupo, el ejercicio del poder y las dinmicas de
clase, as como la posible relacin entre un estilo artstico y la defensa simblica de los
Consideraciones interesantes sobre el lugar de la belleza en el arte son las del filsofo y crtico Arthur C.
Danto (2003): a partir de la conviccin de que ser juzgado bello nunca ha sido el destino ltimo del arte,
sostiene la desaparicin de la belleza del campo de la produccin artstica, de modo particular desde los
aos sesenta del siglo XX. Precursor de esta idea, al cual Danto hace referencia, fue el debatido
Duchamp y sus Readymades (1917). La adopcin de una postura que considera el arte como algo que
supera criterios estticos, permite abatir las fronteras entre artes bellas y artes tiles (Kubler, 1975),
allanar las barreras entre produccin culta y popular (en el sentido gramsciano) y, finalmente, vaca de
sentido la oposicin entre el arte de las sociedades avanzadas y la de los pueblos etnogrficos.
5
Cristo se encuentra en el centro del cuadro, vestido con una tnica roja que resalta en el medio de una
multitud de personas representadas con tonos apagados y oscuros. Simboliza el arzobispo de Toledo,
Carranza, condenado por la Inquisicin injustamente, en opinin de El Greco.
El papel de los especialistas en la creacin del valor artstico ya haba sido sealado por George Dickie
(1974), que en su conocida teora institucional del arte hizo hincapi en el aspecto del consenso entre
los expertos en la valoracin de una pieza, para la determinacin de su carcter de arte.
Concepto de uso muy difundido pero criticable por la connotacin infravalorativa que se asocia a lo
primitivo; sustituido por algunos autores por arte etnogrfico (Gell, 1998) o primeras artes (Muller,
2000, cit. en Mndez, 2000).
8
E. B. Tylor y C. H. Morgan, padres de la antropologa desde el Reino Unido y Estados Unidos
respectivamente, consideraban el arte como una capacidad del ser humano perfeccionada en el marco de
una jerarqua de culturas. E. B. Tylor incluye el arte en su notoria definicin de cultura (esa totalidad
compleja que incluye conocimiento, creencias, arte, derecho, costumbres y cualesquiera otras actitudes o
hbitos adquiridos por el ser humano como miembro de la sociedad, en Primitive Culture, 1871).
demuestra cmo los nativos pueden ser creativos y compartir categoras presentes en
las concepciones modernistas de arte y de cultura, tales como la creatividad y el
individualismo.
Contribuciones posteriores, en el segundo tercio del siglo XX, entre las cuales
sobresalen las de A. Kroeber, R. Benedict o E. Sapir, discipulos de Boas, permitieron
avanzar en esta direccin. Rompen con las visiones evolucionistas y etnocntricas del
fenmeno artstico y se centran en las conexiones entre estilos de representacin y
modelos (patterns) culturales.
En este mismo perodo, en el Reino Unido se desarrolla un anlisis de tipo funcional
de la sociedad y de los distintos aspectos de la cultura. Especialmente, destaca la
visin de Bronislaw Malinowski que consideraba las culturas como un compuesto
cerrado en el cual cada rasgo (el arte como uno de ellos) dota de significado al
conjunto (de modo anlogo a como lo hacen las pinceladas de un cuadro)9.
Al mismo tiempo que la antropologa observa el arte de los pueblos exticos como
fuente de informacin, los artistas de principio del signo XX vuelven su mirada hacia
las expresiones culturales de los nativos africanos o asiticos. El mbito de estudio de
la antropologa proporcion as una fuente rica para el trabajo de las vanguardias
histricas. Desde Gauguin, a Matisse, a los exponentes del modernismo pictrico, la
referencia a la figura del primitivo y al mundo extico se hizo central: indicaba la
bsqueda de la identidad mediante el contacto con elementos considerados dotados
de autenticidad.
E. Marcus y F. R. Myers (1995) especifican cmo las referencias a las culturas lejanas
no queran indicar solamente el contraste con el mundo contemporneo en pleno
boom industrial, sino reflejar el carcter fragmentario del ltimo, espurio y carente de
autenticidad (especialmente en referencia a los problemas sociales introducidos por el
capitalismo industrial).
Tras una primera aproximacin de la antropologa al arte de los pueblos asiticos,
africanos o afroamericanos (Cf. R. Firth o M. Herskovitz) en la primera mitad del siglo
XX, y el crecimiento de la disciplina despus de la segunda guerra mundial, se
produce un nuevo acercamiento al mbito artstico. En particular, contribuye el
desarrollo de las investigaciones sobre los procesos sociales de intercambio, los
estudios en antropologa simblica (el aspecto semntico de los smbolos y su funcin
Este aspecto es lo que ha conducido a algunos autores a establecer afinidades entre el trabajo de
Malinowski y la mirada de pintores como Manet, Gauguin, Picasso o varios exponentes del expresionismo
alemn (Varela y lvarez-Ura, 2008).
de
localismos,
la
repercusin
de
las
crticas
feministas,
las
(en
particular
el
pensamiento
post-estructuralista
francs
el
12
Un ejemplo de la crtica de Foucault lo ofrece su ensayo Ceci nest pas une pipe, donde el autor pone el
nfasis en la oposicin entre nombrar y figurar, decir y representar (Foucault, 1981). Segn el filsofo, la
pintura de R. Magritte permite relevar el contraste entre representacin y palabra, imagen y objeto
original, representante y representado, invalidando lo que se ha constituido como uno de los principios de
la pintura occidental, es decir la equivalencia entre el hecho de la semejanza y la afirmacin de un vnculo
representativo.
13
Carlos Reynoso (2003) consigue reunir en tres grandes grupos las lneas de desarrollo de la
antropologa de orientacin postmoderna. Indica una corriente principal (meta etnogrfica o meta
antropolgica), preocupada por analizar la autoridad de la etnografa convencional y del antroplogo
como escritor, ocupado por desarrollar reflexiones tericas sobre nuevas alternativas de escritura
etnogrfica (Cf. J. Clifford, G. Marcus, D. Cushman, C. Geertz, etc.); una segunda corriente de etnografa
experimental, caracterizada por una revisin de las prcticas mediante las cuales el trabajo de campo
queda reflejado en los textos etnogrficos (Cf. K. Dwyer, P. Rabinow, etc.); finalmente, una tercera
corriente disolvente, extrema, que defiende la crisis de la ciencia y la caducidad de las formas de la
escritura antropolgica (cfr. S. Tyler, M. Taussig). Ms all de estas corrientes, Reynoso indica la
presencia de un postmodernismo antropolgico genrico, basado en la crtica de los metarrelatos, la
deconstruccin, la crisis de la razn, etc.
10
como sujetos del conocimiento, as como las modalidades y los procesos por los
cuales ste se hace posible.
Se puede observar cierta analoga en las crticas levantadas desde la antropologa
postmoderna hacia el interior de la misma disciplina y hacia el mbito de la produccin
artstica. Estas lecturas sostienen la existencia de un lazo interpretativo que atraviesa
el trabajo cientfico del antroplogo y que une entre s a la etnografa y al estudioso
que la produce, de modo similar a lo que ocurre entre la obra artstica (como toda obra
cultural) y su autor (Geertz, 1989). La etnografa quiere desvelar el sentido y el valor
del otro, quiere atribuir significado a ciertas pautas culturales y permitir una lectura de
los hechos sociales desvinculada de los prejuicios culturales basados en el
desconocimiento; de modo afn, el arte moderno y sus desarrollos posteriores, han
abrazado el propsito de la crtica social, de la provocacin, del cuestionamiento y la
rebelin frente al status quo. Esta relacin, aunque indirecta, permite entender la
afirmacin de James Clifford que la etnografa es una forma explcita de crtica
cultural que comparte perspectivas radicales con el dadasmo y el surrealismo
(Clifford, 1995: 27).
Las posturas antropolgicas actuales, reconociendo la insercin de la produccin
artstica dentro de los flujos globales de imgenes, sonidos, objetos e ideas
14
14
Un aspecto interesante de este proceso de globalizacin en relacin al arte, en el cual aqu no se
profundizar pero que merece mencin, es tratado por N. Garca Canclini (2007). El antroplogo
considera el arte como parte del patrimonio cultural, que participa de las dinmicas de movilizacin y
migracin masiva globales; ello, segn Garca Canclini, levanta interrogantes acerca de cules elementos
se consideran como propios de un grupo y de cmo, bajo cules significados y por cules usos se
desarrollan procesos de apropiacin del patrimonio (pues, del arte).
15
Arjun Appadurai (1986) explica este proceso como la vida social de las cosas; investiga como los
objetos (y el arte como parte de la mercanca) son comercializados en una variedad de escenarios
sociales y culturales que le dan sentido. Los intercambios comerciales se encuentran connotados por
aspectos definidos culturalmente y los procesos de circulacin estn regulados socialmente. De este
modo, el valor de las piezas de arte (y dems objetos) resulta externalizado.
11
16
El ejemplo ciertamente ms conocido como acto desmitificador con respecto al arte y a todo aquello a
lo que la sociedad asigna valor, es la obra Merda dartista de Piero Manzoni, 1961 (Argan, 1970).
17
Este cambio en el mbito del arte, que parece divorciarse del principio de mimesis tradicional y se hace
ms cerebral, se diversifica enormemente en modalidades, medios de expresin y vas de difusin,
autora y pblico, se encuentra en el origen de la notoria denuncia de un fin del arte (y advenimiento de
un post-arte) aclamada por el filsofo y crtico A. Danto (1997).
12
18
Precursores de una lnea de trabajo conducida mayoritariamente por artistas mujeres, y cuyos
contenidos subversivos son ms explcitos, se consideran algunos artistas varones como Yves Klein
(Antropometras del perodo azul, 1960), Piero Manzoni (Escultura viva, 1961) o, ms tarde, las
actuaciones de Joseph Beuys en el marco del movimiento neodadista Fluxus.
13
14
humano,
temticas
contenidos
sociales
afines
los
tratados
A tal respecto, es la consideracin de Peter Weibel, director del Centre for Art and Media (ZKM) de
Karlshue (Alemania) y comisario de la Bienal Internacional de Arte Contemporneo de Sevilla 2008, sen
el cual en el arte andaluz es como jugar en la Liga de Campeones del arte mundial (Entrevista a Peter
Weibel en Sevilla dc, n. 56, diciembre de 2008, pp. 4-5).
20
a fieldwork science/documentary art.
15
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