Intervención en Cuidados Paliativos
Intervención en Cuidados Paliativos
Intervención en Cuidados Paliativos
ISSN: 1130-5274
clin-salud@cop.es
Colegio Oficial de Psiclogos de Madrid
Espaa
ARTCULOS
Intervencin psicolgica en cuidados
paliativos: revisin y perspectivas
Psychological intervention in palliative
care: Review and perspectives
CRISTINA ORTEGA RUIZ
FRANCISCA LPEZ ROS1
Fecha de Recepcin: 01-04-2004
RESUMEN
Este estudio de revisin tiene como objetivo proveer una visin general de
la evolucin y situacin actual de las unidades de cuidados paliativos. Adems, se clarifica el concepto de enfermedad terminal, as como los objetivos
de la actuacin teraputica en dichas condiciones. Tales objetivos se llevan a
cabo por un equipo multidisciplinar que requiere formacin y atencin especfica, entre quienes el psiclogo tiene un importante papel en relacin con el
bienestar emocional del paciente y su familia. Finalmente, se reflexiona en
relacin con las dificultades que encuentran los profesionales para realizar su
trabajo, as como sobre la necesidad de estudios en los que se ofrezcan descripciones sistemticas de la intervencin integral en medicina paliativa. Palabras clave: cuidados paliativos, personal sanitario, medicina paliativa, enfermedad terminal.
ABSTRACT
The aim of this review study is to provide a general view of the development
and present situation of palliative care units. Furthermore, the concept of terminal disease is delimited, as well as the goals of the therapeutic practice.
1
Departamento de Personalidad, Evaluacin y Tratamiento Psicolgicos. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin.
143
Such goals are pursued by a multidisciplinary team with specific training and
care. As part of this team, the psychologist plays a relevant role in achieving
emotional wellbeing of patients and their families. Finally, some reflection is
devoted to difficulties encountered by practitioners when carrying out their job
and to the need of studies describing systematically a comprehensive intervention in palliative medicine.
PALABRAS CLAVE
Cuidados paliativos, Personal sanitario, Medicina paliativa, Enfermedad terminal.
KEY WORDS
Palliative Care, Caregivers, Palliative Medicine, Terminal Disease.
Intervencin psicolgica en
cuidados paliativos: revisin y
perspectivas
El final de la vida es uno de los
temas ms difciles de tratar en la
medicina y ciencias afines como
psicologa, filosofa, ciencias mdicas, sociologa, etctera, debido al
impacto emocional que se deriva
del mismo. Por ello merece resaltar
la importante labor diaria que realizan las personas encargadas de
velar por nuestra vida mientras dure,
el personal sanitario de cuidados
paliativos.
Teniendo presente que a lo largo
de la historia ha habido personas
importantes volcadas en esta labor
144
C. Ortega y F. Lpez
convirtindose as en la pionera de
los cuidados paliativos. Saunders
inaugur el St. Christophers Hospice en Londres en 1967, donde
ingresaban muchos pacientes
poco tiempo antes de su muerte. A
partir de su fundacin se extendi
en todo el mundo el movimiento
hospice, convirtindose en la base
del desarrollo de los cuidados
paliativos en el mundo.
Unos aos ms tarde, en 1975,
se estableci en Estados Unidos el
primer equipo de soporte hospitalario para cuidados terminales en el
Hospital St. Lukes de Nueva York.
Esta idea se traslada al Hospital St.
Thomass de Londres para incorporar la asistencia domiciliaria con
equipos de control de sntomas. El
trmino hospice fue sustituido por
cuidados paliativos o medicina
paliativa en el Hospital Royal Victoria de Canad en 1977. En 1989 la
OMS public sus primeras recomendaciones sobre cuidados terminales en cncer bajo el ttulo Palliative cancer care.
En nuestro pas se comenz a
desarrollar la medicina paliativa en
tres lugares distintos; en el Hospital
Universitario Marqus de Valdecilla
de Santander en 1984, en el Hospital de la Santa Creu de Vic de Barcelona, y en Lleida en el Hospital
de la Cruz Roja. Tras tres aos de
funcionamiento con atencin domiciliaria se reconoci en 1987 oficialmente la unidad de cuidados
paliativos por el INSALUD. A partir
de este momento se producira un
goteo de centros hospitalarios y
profesionales interesados en pro146
C. Ortega y F. Lpez
Cabe sealar que una situacin terminal no surge de manera espontnea sino que se trata de un proceso
que podramos dividir en subfases
dependiendo de la evolucin del propio enfermo. En este sentido Bentez
y Asensio (2002) sealan cuatro subfases o etapas de la enfermedad; la
etapa inicial de estabilidad en la que
el paciente no presenta sntomas
intensos ni alteraciones de su estado
emocional; la etapa sintomtica
caracterizada por la presencia de
complicaciones generadores de sufrimiento con un mayor o menor grado
de alteracin funcional que no afecta
a las actividades bsicas; la etapa
declive en la que surgen complicaciones que alteran funcionalmente las
capacidades diarias y la etapa final o
fase agnica en la cual existe un gran
deterioro de la situacin funcional,
adems estn presentes signos ms
o menos intensos del proceso de
morir y complicaciones que conllevan
sufrimiento y dolor. Estas etapas descritas permiten entender que la enfermedad y terminal no se cie a los ltimos das u horas de vida sino que es
un proceso en el que se producen
cambios rpidos a los que hay que
estar atentos.
Imposibilidad de respuesta a
tratamientos especficos.
Presencia de sntomas mltiples, multifactoriales y cambiantes
que condicionan la inestabilidad
evolutiva del paciente.
Impacto emocional (debido a la
presencia explcita o implcita de la
muerte) en el paciente, la familia y/o
las personas afectivamente relevantes y equipo teraputico.
Pronstico de vida breve (esperanza de vida inferior a 6 meses).
Todos los factores mencionados implican una gran demanda de
atencin y soporte al paciente, familia y personal sanitario.
Aunque esta definicin global
resulta acertada, Bays (1998)
aade que un enfermo en situacin
terminal no es un paciente crnico
sino un enfermo que experimenta
grandes cambios en un corto periodo de tiempo a los que hay que
hacer frente con intervenciones
rpidas, dinmicas y flexibles.
Clnica y Salud, 2005, vol. 16 n. 2
dos paliativos buscan que los pacientes dispongan de los das que les resten conscientes y libres de dolor, con
los sntomas bajo control, que transcurran con dignidad y rodeados de la
gente que les quiere. Ni se intenta
acelerar la muerte ni prolongar la vida
sino ofrecer los conocimientos mdicos y psicolgicos imprescindibles
tanto al propio enfermo como a sus
familiares.
Por todo ello, el objetivo primordial
de la medicina paliativa es aliviar el
sufrimiento humano y conseguir una
mejora del bienestar de la persona
controlando los sntomas que van
surgiendo. Una vez que un enfermo
se encuentra en situacin terminal la
presencia de complicaciones (dolor,
trastornos metablicos, trastornos
emocionales, dificultades fsicas) van
a ser constantes por lo que la teraputica se dirige a mantener una
situacin continua de no sufrimiento,
evaluando en cualquier momento al
paciente para detectar las posibles
necesidades que requiere una persona en esta situacin particular para
que sufra lo menos posible. Arranz,
Baibeco, Barreto y Bays (2003) y
Bays (2001) sealan las caractersticas que debera reunir un instrumento
de evaluacin en esta situacin; entre
ellas, debe ser adecuado para medir
aspectos subjetivos, debe ser fcilmente comprensible para los enfermos, que especifique un perodo de
tiempo concreto de evaluacin de
corta duracin, no ser invasivo ni
plantear o sugerir a los enfermos nuevos problemas o posibilidades amenazadores en las que no haya pensado, ser sencillo, fcil y rpido de
administrar en la prctica clnica (Hig148
C. Ortega y F. Lpez
CUADRO 1
Principios de los cuidados paliativos segn la OMS (1990)
Los cuidados paliativos afirman la vida y consideran la muerte como un proceso
normal dentro de aquella; los cuidados paliativos ni adelantan ni posponen la
muerte.
Los cuidados paliativos proporcionan alivio de los sntomas e integran los aspectos psicolgicos y espirituales de los pacientes, intentando realizar todos los cuidados en el entorno natural del paciente.
Los cuidados paliativos ofrecen un soporte para ayudar a los pacientes a vivir tan
activamente como sea posible hasta la muerte, considerando la enfermedad en
funcin del sufrimiento que provoca.
Los cuidados paliativos ofertan un sistema de ayuda a la familia durante la enfermedad y durante el duelo.
149
FIGURA 1.
Tratamientos mdicos posibles ante el diagnstico de una enfermedad
150
C. Ortega y F. Lpez
partir y tener apoyo en las decisiones complejas, aproximacin relacional, profesional y de comunicacin, apoyo mutuo y respeto a la
especificidad de cada miembro del
equipo. Entre las dificultades se
encuentran las diferencias de valores y percepciones, la prdida de
identidad y solapamiento de roles,
requiere la aceptacin de compartir
el poder, negativa a realizar y compartir un proyecto comn, lentitud
en la toma de decisiones, exigencia
de tiempo y disponibilidad y aunarse en una disciplina comn. Todo
ello puede llevar a tensiones dentro
del equipo, en especial si no se est
preparado para abordar la muerte
del otro, no se cuenta con un
repertorio de habilidades de comunicacin, de autorregulacin emocional y de actitudes bien definidas
basadas en principios ticos relevantes, de modo que se trabaja en
equipo slo formalmente, pero no
hay un inters en realidad (Arranz et
al., 2003).
Intervencin psicolgica en
cuidados paliativos
La aportacin de la psicologa en
este contexto incluye aspectos relativos a la atencin tanto a pacientes
con enfermedad terminal y a sus
familiares como a los diferentes
miembros del equipo multidisciplinar (Bays y Barreto, 1990, 1992;
Limonero, 1994; Lpez, 2004). La
actuacin psicolgica puede llevarse a cabo en al menos cuatro periodos tanto con los pacientes como
con familiares: antes del impacto
ocasionado por la aparicin de la
Clnica y Salud, 2005, vol. 16 n. 2
C. Ortega y F. Lpez
CUADRO 2.
Caractersticas del personal sanitario encargado de cuidados paliativos
(adaptado de Bays, 1996)
Han de ser capaces de mostrar empata con el enfermo.
Que sepan dar tiempo al enfermo para que pueda adaptarse a los cambios de situacin que se producen debidos al avance de su enfermedad.
Han de proporcionar mensajes cortos y con esperanza articulados en un lenguaje
claro y comprensible.
Que no mientan.
Que sean asequibles y estn disponibles.
Que proporcionen la informacin al paciente y a los dems miembros de la familia
de manera congruente con el resto de profesionales sanitarios que atiende al mismo
enfermo.
Que faciliten las condiciones para que el enfermo y sus familiares puedan expresarse libremente sus emociones: llanto, ira, etc.
Que sepan aguantar los silencios.
Que pregunten por las necesidades del enfermo que cambian con frecuencia.
Que sean capaces de explorar los temores, preocupaciones y recursos del paciente
y sus familiares.
Que sepan escuchar con atencin al paciente sin interrumpirlo.
Que traten de evitar la sobreproteccin del enfermo y fomenten en el mismo la mxima percepcin de control posible sobre su entorno.
Que eviten los indicios innecesarios de empeoramiento.
Ante el estado pesimista del enfermo que no utilicen expresiones verbales cerradas
tales como no se preocupe se pondr bien.
Que ayuden al enfermo a priorizar objetivos, ofrecerle alternativas y sugerirle posibles caminos para solucionar alguno de sus problemas.
Que nunca tiren la toalla ni d una guerra por perdida.
Que pida la ayuda de un profesional especializado tales como un psiclogo o psiquiatra para la adopcin de estrategias especificas.
Que manejen un lenguaje no verbal cuidado como la expresin facial, mirada, postura, gestos, proximidad fsica, contacto fsico, claves vocales y apariencia personal.
C. Ortega y F. Lpez
aceptacin de las emociones, pensamientos, etctera, que se producen como consecuencia del contacto directo y sistemtico con el sufrimiento de otras personas, y comprometerse con su labor asistencial.
Como sealan Arranz y Cancio
(2003) la aceptacin del hecho de
que tarde o temprano tendremos
que afrontar la enfermedad y la
muerte tiene efectos positivos en
nosotros, nos dar un mayor autoconocimiento e incrementar nuestro poder de influencia en el paciente, ya que aquel que consigue identificar sus propios valores y emociones le resulta ms sencillo ayudar al
otro en dicha labor.
Conclusiones
En resumen, podemos decir que
desde los primeros comienzos de
los cuidados paliativos la atencin
hacia el moribundo implica una
atencin global que persigue el
objetivo primordial de lograr el
mximo confort y bienestar. Para
ello a lo largo de las diferentes intervenciones se plantean objetivos
generales y especficos que vayan
cubriendo las diferentes necesidades fsicas, psicolgicas y sociales
que requiere cada persona. Ante
esto ha de existir un equipo multidisciplinar formado por profesionales sanitarios de diferentes campos
que lleven a cabo los diferentes
objetivos planteados. No obstante,
aunque se han dado pasos importantes en la clarificacin de objetivos, habilidades especficas que se
requieren del personal sanitario en
el contexto de la medicina paliativa,
Clnica y Salud, 2005, vol. 16 n. 2
C. Ortega y F. Lpez
157
REFERENCIAS
lvarez Gallego, E. y Fernndez Ros, L.
(1991a). El sndrome de burnout o el desgaste profesional (I): Revisin de estudios.
Revista espaola de neuropsiquiatra, volumen XI, 39, 257-265.
lvarez Gallego, E. y Fernndez Ros, L.
(1991b). El sndrome de burnout o el desgaste profesional (II): Estudio emprico de los
profesionales gallegos del rea de salud
mental.
Revista
espaola
de
neuropsiquiatra, volumen XI, 39, 267-273.
Bentez, M. A. y Asensio, A. (2002). Fundamentos y objetivos de los cuidados paliativos. Atencin primaria, 1(29), 50-52.
158
C. Ortega y F. Lpez
Billings, J. A., Dahlin, C., Dungan, S., Greenberg, D., Krakauer, E. L., Lawles, N.,
Montgomery, P. y Reid, C. (2003). Psychological training in a palliative care fellowship.
International Journal of Palliative Nursing, 6,
355-363.
Bimbela, J. L. (2001). El counselling: una
tecnologa para el bienestar del profesional.
Anales Sis San Navarra, 24, 33-42.
Bruneau, B. M. y Ellison, G. T. (2004).
Palliative care stress in a UK community
hospital: evaluation of a stress-reduction
programme. International Journal of Palliative
Nursing, 10, 296-304.
Burke, R. y Greenglass, E. (1995). A longitudinal study of psychological burnout in
teachers. Human relations, 2(48), 187-201.
Centeno, C. (1988). Historia de los cuidados paliativos. En Marcos Gmez (Ed.). Cuidados paliativos en intervencin psicolgica
en enfermedades de cncer. Las Palmas:
ICEPS.
Centeno, C. (1999). Principios de medicina paliativa. En Lpez, F. (Dir.). Manual de
oncologa clnica. (pp. 181-192). Valladolid:
Secretariado de publicaciones de la Universidad de Valladolid.
Chacn, F., Vecina, M. L., Barrn A. y De
Pul, M. P. (1999). Burnout en voluntarios
que trabajan con pacientes de sida o cncer.
Clnica y salud, 2(10), 137-150.
Dions, M., Schrder, M. y Villaba, O.
(2003). Intervencin psicolgica en una unidad de cuidados de paliativos. En Remor, E.,
Arranz, P. y Ulla, S. (Eds.). El psiclogo en el
mbito hospitalario. (pp. 777-813). Bilbao:
Descle de Brouwer.
Escot, C., Artero, S., Gandubert, C., Boulenberg, J. y Ritchie, K. (2001). Stress levels
159
160