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El Duelo Español

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El duelo es la reaccin normal ante cualquier prdida

La muerte de un ser querido es una de las situaciones ms duras que tiene que enfrentar un ser humano. Aunque suele
provocar reacciones intensas en nuestra psicologa (confusin, tristeza, angustia, impotencia, miedo...) y tambin en nuestro
cuerpo (tensiones musculares y otras molestias fsicas, prdida de apetito o de sueo, propensin a enfermedades...) el
duelo no es una enfermedad, la enfermedad realmente sera no hacer el duelo. El duelo por la muerte de una persona
importante en nuestra vida es siempre muy doloroso. No hay una varita mgica que nos evite ese sufrimiento. El dolor es
inevitablemente el precio que pagamos por amar a otras personas. Si no nos doliera perder a nuestros seres queridos,
dejara de tener sentido toda nuestra existencia.

Estamos preparados psicolgicamente para enfrentar prdidas


La vida es una sucesin continua de pequeas y grandes prdidas. El duelo es la reaccin ante cualquier prdida o
separacin. Estamos acostumbrados desde que nacemos a sobrellevar prdidas. Antes que nosotros, millones de seres
humanos han enfrentado la muerte de sus seres queridos: hijos, parejas, hermanos, hijos Estamos adaptados y contamos
con los recursos psicolgicos necesarios para enfrentar estas situaciones.

Todos los duelos no son iguales


Aunque el proceso de duelo se pone en marcha de manera natural en todas las personas, hay situaciones que pueden
hacer ms difcil, ms duro, ms largo el camino de la recuperacin:
Cmo fue la muerte. No es lo mismo una muerte esperada a la que nos hemos ido preparando, que una muerte repentina. Y
si la muerte es inesperada, no es lo mismo que la causa sea una enfermedad, por ejemplo, un infarto, que algo traumtico o
violento cmo un accidente. Todava ser ms difcil si ha sido por un suicidio o como consecuencia de un asesinato
Cmo suelo responder habitualmente ante las adversidades. El modo en que acostumbro a enfrentarme a situaciones de
crisis. Si sufro habitualmente de problemas de ansiedad o depresin.
Cmo era mi relacin con la persona fallecida. Quin era esa persona para m, qu me daba, cmo de intensa era la
unin. Tampoco ser lo mismo si nuestra relacin fue ms bien tranquila, serena, armoniosa o, por el contrario, conflictiva o
ambivalente (mezcla de amor y odio) Tambin se hace difcil aprender a vivir sin la otra persona si la relacin
era muy dependiente (Si lo era todo para mi, lo hacimos todo juntos...)
A quin he perdido. No es lo mismo perder a tus padres ancianos (por doloroso que esto pueda ser) que la muerte de un
hijo.
Vivir al mismo tiempo otras prdidas o dificultades. Por ejemplo, perder el trabajo, un divorcio o sin haberme recuperado
de una muerte sobrevenir otra; o vivir la muerte de tu pareja teniendo hijos en edad de crianza y tener que hacer frente a la
prdida de ingresos, etc.

EL DUELO DEL CUERPO


El dolor se expresa a travs del cuerpo, es el llamado duelo del cuerpo. Mas abajo tienes una lista con algunas de las

sensaciones corporales que puedes sentir, son todas ellas perfectamente normales y suelen ser pasajeras. Tienes que saber
que si reprimes mucho las emociones que acompaan al duelo, te haces el fuerte, etc, el dolor se expresar en forma de
tensiones musculares y otras molestias.
Hay que tener en cuenta tambin que durante en duelo podemos ser mas vulnerables a las enfermerdades. Por ello,
tendremos que cuidarnos mucho y consultar a un profesional si nuestras molestias fsicas se mantienen durante tiempo.
Tambin deberemos consultar si estamos perdiendo peso, no dormimos lo suficiente o no podemos realizar nuestras
actividades cotidianas.
Hay que tener presente tambin que el duelo exige mucho esfuerzo psicolgico y, por lo tanto, es normal encontrarnos con
un nivel bajo de energa, mas cansados, con menos capacidad de concentracin... Esto nos puede hacer mas propensos a
los accidentes. Es bueno saberlo.
- NAUSEAS
- PALPITACIONES
- OPRESIN EN LA GARGANTA, EL PECHO
- NUDO EL ESTMAGO
- DOLOR DE CABEZA
- PRDIDA DE APETITO
- INSOMNIO
- FATIGA
- SENSACIN DE FALTA DE AIRE
- PUNZADAS EN EL PECHO
- PRDIDA DE FUERZA
- DOLOR DE ESPALDA
- TEMBLORES
- HIPERSENSIBILIDAD AL RUIDO
- DIFICULTAD PARA TRAGAR
- OLEADAS DE CALOR
- VISIN BORROSA
CONDUCTAS HABITUALES:
- Llorar
- Suspirar
- Buscar al fallecido (en sus cosas, esperarlo, llamarlo, poner fotografas...)
- Hablar con l o con ella
- Queres estar solo, evitar a la gente
- Dormir poco o en exceso, soar o tener pesadillas
- Distracciones, olvidos...
- No para de hacer cosas o, al contrario, apatia, falta de energa

Fases del Duelo


Cuando se habla de de las etapas del duelo, en la mayora de las oportunidades se hace
referencia a las 5 etapas del duelo identificadas por Elisabeth Kbler-Ross. Kbler-Ross era una
psiquiatra que estudi cmo las personas a las que se les haba diagnosticado una enfermedad
terminal hacan el duelo por la prdida de la salud. Ella identific las siguientes 5 etapas del duelo:

LA FASE DE NEGACIN
La primera reaccin de una persona que sufre una prdida es levantar sus primeros
mecanismos de defensa para postergar, aunque sea un poco, el impacto de la agresin
que la noticia necesariamente implica.
Esta primera barrera defensiva lo lleva a decir y sentir: no quiero, no puede ser, debe de
ser un error. La persona se convence de que ha habido una equivocacin.
La negacin es un mecanismos de defensa que nos acompaaba a lo largo de toda
nuestra vida y ante la noticia de una prdida se hace presente para conceder una tregua
entre la psiquis y la realidad.
En la negacin existe una bsqueda desesperada del tiempo necesario para pensar en el
futuro de manera ms serena, tomando distancia temporal de lo que sucede, buscando
una ms saludable adaptacin al evento que apareci demasiado abruptamente. La
negacin es un verdadero intento de amortiguar el efecto del primer impacto.
LA FASE DE NEGOCIACIN CON LA REALIDAD
Esta Fase del Duelo refiere a la persona al pensamiento mgico ms primitivo. Aparecen
las ideas de negociar la realidad.Se piensa en hacer un trato con la vida, con Dios, con el
diablo, con el mdico, si la prdida es de salud.La negociacin es una nueva conducta
defensiva que trata de evitar lo inaceptable; un canje que pretende restitucin a cambio
de buena conducta. La gran mayora de estos pactos son secretos y slo quienes los
hacen tienen conciencia de ello.
LA FASE DE DEPRESIN
Finalmente todos los pasos anteriores se agotan y fracasan en el intento de alejarnos de la
realidad. La depresin suele aparece con sentimientos de angustia e ideas circulares y
negativas. Lo particular en este caso es que estas ideas no son slo la causa de la
depresin sino tambin y sobre todo su consecuencia. La depresin es ms bien el
resultado de la conciencia de lo ya perdido.
Por supuesto que, como es predecible, esta
etapa se resuelve ms rpidamente cuando la persona encuentra el coraje y el entorno
donde poder expresar la profundidad de su angustia y recibir la contencin que necesita
frente sus temores y fantasas.
La depresin es la fase del duelo donde ms se atascan las personas. Pero hay una
emocin que segn nos permitimos expresar nos va sacando poco a poco de los sntomas
depresivos, y esta emocin es la ira.
LA FASE DE LA IRA
Cuando la persona ve por fin la realidad, intenta todava rebelarse contra ella, y entonces
sus preguntas y sentimientos cambian. Nacen otras preguntas: porque yo, porque ahora,
no es justo, y aparece el enojo con la vida, con Dios y con el mundo.
En ocasiones la persona expresa una ira que inunda todo a su alrededor; nada le parece
bien, nada le conforma, y su corazn rezuma dolor, odio y rencor. Y aunque parezca
mentira, su autoestima atropellada por la realidad se da cuenta de que lo que necesita, y
es verdad, es expresar su rabia para poder liberarse de ella.

LA FASE DE ACEPTACIN
Llegar aqu requiere que la persona haya tenido el acompaamiento y el tiempo
necesarios para superar las fases anteriores. La aceptacin solamente aparece cuando la
persona ha podido elaborar su ansiedad y su clera, ha resuelto sus asuntos incompletos y
ha podido abandonar la postura auto discapacitada ante la depresin.
Sea como fuere y ms all de cuanto se tard en llegar hasta aqu y cuanto esfuerzo haya
demandado, a esta etapa se llega casi siempre muy dbil y cansado. Esto se debe al
esfuerzo de renunciar a una realidad que ya no es posible. Ahora, como regla general, uno
prefiere estar solo, preparndose para su futuro, y hacer evaluacin sobre el balance de su
vida; una experiencia que siempre es personal y privada. Las personas que llegan a esta
etapa de aceptacin suelen conquistar en su interior, por fin, un remanso de paz.
Todos estos sentimientos son normales. Sin embargo, no todas las personas que estn
atravesando un duelo experimentan todas estas emociones. Y no todas las personas
experimentan estas emociones en el mismo orden. Tambin es comn volver a pasar por
alguna de estas etapas ms de una vez. El duelo puede incluir muchas otras emociones e,
incluso, sntomas fsicos.

El duelo tiene un final


Cuando ests inmerso en el dolor del duelo te parece que nunca vas a poder salir de ah, porque lo nico que quieres es
tenerla de nuevo y, al mismo tiempo, sabes que nunca la vas a recuperar... Pero todo lo que comienza tiene un final y de la
misma manera que comenz un da tendr tambin que terminar. Terminar el duelo no es de ningn modo olvidar, pasar
pgina, abandonar al otro (este suele ser el gran temor de las personas en duelo) Terminar es darle un lugar en lo ms ntimo
de nosotros, un lugar donde la muerte no puede llegar, donde podremos seguir querindolo siempre, donde el amor que nos
dio permanecer intacto y que nos permita abrirnos de nuevo a la vida que sigue.

Hacer el duelo no consiste en dejar simplemente que el tiempo vaya pasando, esperando que de esta manera la
herida por la muerte de nuestro ser querido deje de doler y podamos as recuperar la vida que tenamos. Hacer el
duelo requiere de nuestra parte un esfuerzo consciente y prolongado para afrontar el dolor y el vaco por la
prdida y adaptarnos a la nueva realidad, a la vida sin nuestro ser querido.
El duelo requiere pues de unas tareas que necesitan su tiempo e implicacin por nuestra parte para poder avanzar
y recuperarnos adecuadamente de la prdida.
Reconocer la prdida
Aceptar la dura realidad de que tu ser querido ha muerto y no vas a recuperarlo. Desde la cabeza es fcil, ya
sabes que est muerto, pero lo realmente difcil es aceptar con el corazn. Durante un tiempo no te lo vas a poder
creer. Vas a esperarle, buscarle, pensar que es una pesadilla de la que vas a despertar Es muy muy normal un
tiempo (pueden ser meses) en que niegues o te rebeles contra la dura realidad. Necesitas tiempo.
Hablar de tu prdida, contar una y otra vez cmo muri, visitar el cementerio o el lugar donde se esparcieron los
restosTodo esto te puede ayudar a ir aceptando el hecho de la muerte.
Antes o despus llegar el da en que pierdas toda esperanza de recuperar a tu familiar o amigo. Ser un

momento muy doloroso pero tambin necesario y liberador.


Reconocer la prdida puede resultar ms difcil cuando la muerte fue inesperada o violenta. Tambin si estabas
lejos cuando ocurri y no pudiste participar en la despedida, o si la muerte fue incierta y no se recuper el cadver,
o si se trata de la muerte de un nio... No es nada aconsejable recurrir al espiritismo en un intento de mantener la
relacin. El proceso normal de duelo puede verse interrumpido y afectarnos muy negativamente.
Expresar el dolor
Necesitas tambin sentir el dolor y todas las emociones que le acompaan: tristeza, rabia, miedo, impotencia,
soledad, culpa Expresarlas una y otra vez, una y otra vez, este es el camino, hasta que nos vaciemos de
ellas.
Habr personas que te dirn: Tienes que ser fuerte. No les hagas caso. No escondas tu dolor. Comparte lo
que te est pasando con tu familia, amigos de confianzaNo te guardes todo para ti mismo por miedo a cansar o
molestar. Busca aquellas personas con las cuales puedes expresarte tal y como ests.
Si no quieres mostrar tus emociones a otros o no tienes con quin, busca otras maneras de darles salida: ir al
cementerio, hablar a su fotografa, escribir un diario, caminar o hacer deporte para liberar la tensin acumulada en
el cuerpo
Sobre todo en los primeros meses, puede ocurrir que nos sintamos de manera inesperada invadidos por una
oleada de dolor intenso. Es algo perfectamente normal, las emociones acumuladas necesitan salir de vez en
cuando. Estas oleadas irn disminuyendo en frecuencia e intensidad con el paso del tiempo.

Aprender a vivir sin esa persona

Despus dela muerte de un ser querido la vida sigue con sus muchas actividades y exigencias. Adems, y
especialmente despus del fallecimiento de la pareja, tenemos que aprender a desempear tareas que antes haca
el fallecido, aprender a vivir slo, aprender a tomar decisiones por uno mismo, aprender nuevas formas de relacin
con la familia y amigos Es normal que todos estos cambios nos angustien un poco y requieren de tiempo y
esfuerzo para adaptarnos a la nueva situacin. No olvidar pedir en estos momentos la ayuda de familiares y
amigos.

Es mucho ms largo de lo que solemos creer


Nos preguntamos: Cunto tiempo va a durar esto? El duelo dura mucho ms de lo que se piensa. Existe la creencia errnea
de que pasado el primer ao, ya tenemos que estar bien. Adems suele haber cierta prisa en familiares y amigos; quieren
vernos enseguida recuperados cuando en realidad todava nos queda mucho por hacer. T misma tambin puedes tener
prisa por ponerte bien, por dejar de sufrir, por seguir con la vida de antes Por ejemplo, en la muerte de un hijo, podemos
necesitar de 3 a 5 aos. En la muerte de la pareja de 2 a 3 aos, sabiendo que el dolor no va a ser siempre igual que al
principio, que ir disminuyendo con el paso del tiempo (las crisis sern menos intensas y espaciadas).

Cada duelo como cada persona es distinto


Y por lo tanto, no son comparables. Aunque haya cosas comunes por las que tenemos que pasar todos, el duelo exige al final
una respuesta personal. La duracin y la intensidad del duelo puede ser muy distinta de unas personas a otras, y no guarda

relacin con la intensidad de nuestro amor.

El duelo inevitablemente te cambia


No puedes pretender volver a ser otra vez la de antes. La personas que han pasado esta experiencia reconocen que el duelo
les ha hecho cambiar, crecer, madurar, valorar ms lo que es realmente importante, salir de si mismas, amar mejor, disfrutar
ms de las cosas pequeas de la vida, ser mejores personas, ms sensibles y solidarias con el dolor de los dems, tener
ms esperanza Reconocen que aun habiendo sufrido mucho, era necesario hacer este camino. Paradojicamente las
personas que mas han sufrido despus de perder a un ser querido suelen ser las que ms esperanza dan otros que
enfrentan una situacin similar. Algunas recomendaciones para superarlo son:

Date permiso para estar en duelo


Date permiso para estar mal, necesitado, vulnerable Puedes pensar que es mejor no sentir el dolor, o evitarlo con
distracciones y ocupaciones pero, al final, el dolor saldr a la superficie. El momento de dolerte es ahora. Acepta el
hecho de que estars menos atento e interesado por tus ocupaciones habituales o por tus amistades durante un
tiempo, que tu vida va a ser diferente, que tendrs que cambiar algunas costumbres...
Deja sentir dentro de ti el dolor
Permanece abierto al dolor de tu corazn. Siente y expresa las emociones que surjan, no las pares. No te hagas el
fuerte, no te guardes todo para ti, y con el tiempo, el dolor ir disminuyendo. Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la
rabia, el miedo... por la muerte de tu ser amado, es parte del camino que tienes que recorrer.
Date tiempo para sanar
El duelo por la prdida de una persona muy importante suele durar entre 1 y 3 aos. No te hagas pues expectativas
mgicas. Estate preparado para las RECADAS. Hoy puedes estar bien y un suceso inesperado, una visita, el
aniversario, las Navidades te hacen sentir que ests como al principio, que vas para atrs, y no es as. El momento
ms difcil puede presentarse alrededor de los 6 meses del fallecimiento, cuando los dems comienzan a pensar
que ya tienes que haberte recuperado.
S paciente contigo mismo/a
Aunque las emociones que estas viviendo pueden ser muy intensas y necesitar mucha energa, son PASAJERAS.
Procura vivir el momento presente, por duro que sea. Se amable contigo mismo/a. Recuerda que el peor enemigo
en el duelo es no quererse.
No temas volverte loco/a
Puedes vivir sentimientos intensos de tristeza, rabia, culpa, confusin o abatimiento, deseos de morir... Son
reacciones habituales y normales despus de la muerte de un ser querido.
Aplaza las decisiones importantes
Decisiones como vender la casa, dejar el trabajo, marcharte a otro lugar, es preferible dejarlas para ms adelante.
Seguramente, ahora no puedes pensar con suficiente claridad, y podras ms tarde lamentarlo. No suele ser
tampoco conveniente iniciar una nueva relacin afectiva (nueva pareja, otro embarazo) mientras no hayas resuelto
adecuadamente la prdida.
No descuides tu salud
Pasados los primeros das puede resultarte muy til que te hagas un horario (hora de levantarte, comidas, hora de
acostarte) y lo sigas. Alimntate bien y cuida tu cuerpo. No abuses del tabaco, alcohol, tranquilizantes... Durante el
proceso de duelo somos ms suceptibles de sufrir enfermedades. Si padeces alguna enfermedad crnica no
abandones los cuidados habituales ni los tratamientos con la escusa de que te da igual lo que te pase...
No te automediques
Si para ayudarte en estos momentos tienes que tomar algn medicamento, que sea siempre a criterio de un mdico
y nunca por los consejos de familiares, amigos y vecinos bien intencionados. Recuerda que tomar medicamentos
para "no sentir" pueden contribuir a cronificar el duelo.
Busca y acepta el apoyo de los otros
Sigue conectado con los otros. Necesitas su presencia, su apoyo, su preocupacin, su atencin... Dale la
oportunidad a tus amigos y seres queridos de estar a tu lado. Piensa que pueden querer ayudarte, pero no saben la

manera de hacerlo. Pueden temer ser entrometidos o hacerte dao si te recuerdan tu prdida. No te quedes
esperando su ayuda y pdeles lo que necesitas.
Procura ser paciente con los dems
Ignora los intentos de algunas personas de decirte cmo debes sentirte y por cuanto tiempo. Sentirs que algunas
personas no comprenden lo que estas viviendo. Intentarn hacer que te olvides de tu dolor, comprende que lo hacen
para no verte triste. Piensa que quieren ayudarte, pero que no saben como hacerlo. Busca personas de confianza
que te permitan "estar mal" y desahogarte sin miedo cuando lo necesites.
Date permiso para descansar, disfrutar y divertirte
Date permiso para sentirte bien, rer con los amigos, hacer bromas... Tienes perfecto derecho y adems puede ser
de gran ayuda que busques, sin forzar tu propio ritmo, momentos para disfrutar. Recuerda que tu ser querido querra
solo lo mejor para ti y que los "malos momentos", vendrn por si solos.

Confa en tus propios recursos para salir adelante


Recuerda como pudiste resolver otras situaciones difciles de tu vida. Reptete a menudo: "algn da
encontrar mi serenidad".

Cmo ayudar
El amigo que est en silencio con nosotros, en un momento de angustia o
incertidumbre, que puede compartir nuestro pesar y desconsuelo... y enfrentar con
nosotros la realidad de nuestra impotencia, se es el amigo que realmente nos quiere.
HENRI NOUWEN

Si quieres acompaar a alguien que ha perdido un ser querido te puede ayudar haber pasado por una situacin similar, pero
no olvides que cada persona y cada duelo es diferente, y lo que a ti te cost ms o te ayud especialmente no tiene porque
serlo para el otro.
Si no has pasado por esa situacin, te puede ser til informarte sobre el proceso de duelo y as entender mejor lo que est
viviendo, sus reacciones y la dificultad del camino tiene que recorrer.
1. Una creencia errona es pensar que tenemos que hacer o decir algo que le ayude o consuele. Tal exigencia nos
puede llevar a no saber qu decir o recurrir a frases hechas: "Tienes que olvidar"..., "Mejor as, dej de sufrir"...,
"El tiempo todo lo cura"..., "Mantnte fuerte por los nios"..., "Es la voluntad de Dios"..., "Es ley de vida"
No intentes darle una justificacin a lo que ha ocurrido. No te empees en animarle o tranquilizarle,
posiblemente lo que necesita slo es que le escuches. No le quites importancia a lo que ha sucedido hablndole
"del lado bueno" o de lo que "todava le queda". Tampoco le digas que tiene que sobreponerse, ya lo har a su
tiempo (pueden ser o aos...)
Y si no sabes que decir, no digas nada. Escuchale, sin pensar que tienes
que dar consejos constantemente o estar levantando el nimo. En resumen se trata de acompaarle en el
dolor... de estar ah...

2.

Lo que ms suelen necesitar al principio es hablar...


Permitir que hable todo el tiempo y todas las veces que lo necesite. Esta necesidad se mantiene durante mucho
tiempo despus del fallecimiento y es normal.
Una pareja de padres expresaba su pesar con estas palabras: " Los parientes y los amigos rehuyen hablar o
pronunciar el nombre de nuestra hija, desviando la conversacin hacia cualquier otro tema. Tal vez tengan
miedo de alterarnos o hacernos llorar. Pero, qu pretenden? qu la olvidemos o que no lloremos ms? "
Comparte con tu familiar o amigo/a recuerdos de la persona fallecida (ver fotos, contar ancdotas...) Recordar a
la persona amada es un consuelo para los supervivientes. Repetir y evocar los recuerdos es parte del camino

que tienen que recorrer. Recuerda que tambin hay personas que viven un duelo ms ntimo y prefieren no
exteriorizar sus emociones.
3.

No es malo que lloren


Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia, el miedopor la muerte de un ser querido es parte del camino
del duelo. Ests equivocado si piensas que verle o dejarle llorar y emocionarse no sirve ms que para aadir
ms dolor al dolor. Ayudar a alguien que sufre no es distraerle de su dolor. Mediante la vivencia y expresin de
los sentimientos, la persona en duelo suele sentirse aliviada y liberada.

4. No temas nombrar y hablar de la persona fallecida por miedo a que se emocione. Si llora, no tienes que decir o
hacer nada especial, lo que ms necesita en esos momentos es tu presencia, tu cercana, tu compaa y tu
afecto.
No temas tu mismo llorar o emocionarte. No hay nada malo en mostrar tu pena, en mostrar que a ti tambin te
afecta lo que ha pasado, en mostrar que te duele ver a tu amigo o familiar en esa situacin.
En determinados momentos puede preferir no hablar. Respeta su deseo. El hecho de que no le apetezca hablar
de la prdida hoy no significa que no quiera hacerlo en otro momento. La mejor manera de saberlo es
preguntarle directamente.
Una buena manera de ayudar es ofrecete para colaborar en algunas tareas cotidianas, como hacer la compra, ir
a buscar a los nios o encargarte del papeleo.
5.

6.

La importancia de mantener el contacto


El duelo dura mucho mas de lo que solemos pensar. A partir de los 6 meses suelen ir reduciendose
progresivamente las visitas, las llamadas y se deja de preguntar o de mencionar a la persona fallecida. Pero es
precisamente a partir de entonces (entre los 6 meses y el primer aniversario) cuando la persona comienza a
vivir con toda su crudeza el dolor por la ausencia y a ver las implicaciones que va a tener en su vida. Puede que
nos digan que estn bien porque es lo que se espera de ellos o para no cargarnos con su pena.
El contacto puede mantenerse de muchas maneras. Puedes hacerle una visita, quedar para tomar un caf o dar
un paseo, enviar una carta o un email. Con una llamada telefnica, por ejemplo, puedes romper su soledad y
recordarle que no est solo/a, que alguien est pensando en l o ella.
Las fiestas y aniversarios son momentos particularmente dolorosos en los que podemos hacer un esfuerzo
especial para estar cerca de la persona en duelo.

Existen riesgos
El riesgo de no aceptar la muerte, de morirte con tu ser querido, de no querer volver a la vida, de que la amargura se instale
en tu corazn. Aunque el duelo no es una enfermedad y todos los seres humanos lo tenemos que enfrentar tarde o temprano,
hay circunstancias en que la situacin nos puede superar, nos puede desbordar.

No es fuerte el que no necesita ayuda, sino el que tiene el valor de pedirla cuando la
necesita.

Aunque el dolor, la soledad y los trastornos que acompaan al duelo son algo normal y
natural debemos plantearnos seriamente hablar con alguien sobre nuestro duelo si
sufrimos alguna de las siguientes reacciones:

I.

Intensos sentimientos de culpa. Diferente de la culpa habitual que solemos sentir


por lo que hicimos o dejamos de hacer en el momento de la muerte.
Pensamientos persistentes de suicidio. Diferentes del deseo bastante frecuente
de "desear estar muerto o de poder reunirnos con nuestro ser querido.
Desesperacin extrema; la sensacin mantenida de que por mucho que lo
intentemos nunca vamos a volver a recuperar una vida que valga la pena de que
la vida se ha terminado para m.
Ansiedad o depresin prolongadas, ataques de pnico, la sensacin de estar
"atrapado" o "ralentizado" mantenida a lo largo de periodos de varios meses; o,
por el contrario, la sensacin de estar bloqueada, incapaz de sentir nada.
Sntomas fsicos que nos impiden llevar una vida normal. Descuido de la propia
salud.
Ira incontrolada y persistente o amargura, que hace que nuestros amigos y seres
queridos se distancien poco a poco de nosotros.
Dificultades continuadas de funcionamiento que se ponen de manifiesto en
nuestra incapacidad para conservar el trabajo o realizar las tareas necesarias para
la vida cotidiana.
Abuso de sustancias, confiando demasiado en las drogas o el alcohol para
amortiguar el dolor por la prdida.
Conductas autodestructivas que ponen en peligro nuestro puesto de trabajo,
nuestras relaciones (pareja, hijos, amigos), nuestra economa o nuestra
integridad fsica (conducir a alta velocidad, etc)
Puede ser tambin la sensacin de tener asuntos pendientes con nuestro ser
querido, asuntos que no nos permiten avanzar en el duelo.

EL DUELO EN NIOS

Algunas sugerencias para acompaar a un nio que ha perdido a un ser querido.

Ser completamente honestos con el nio/a.


Acompaar a un nio en duelo significa ante todo NO APARTARLE de la realidad que se
est viviendo, con el pretexto de ahorrarle sufrimiento. Incluso los nios ms pequeos,
son sensibles a la reaccin y el llanto de los adultos, a los cambios en la rutina de la casa,
a la ausencia de contacto fsico con la persona fallecida, es decir, se dan cuenta que
algo pasa y les afecta. Solamente en el caso de muertes repentinas e inesperadas, sera
aconsejable (aunque no siempre posible) apartar al nio durante las primeras horas. El
nio puede y debe percibir que los adultos estan tristes, o que lloran, que lo sienten tanto
como l, pero evitaremos pueda presenciar escenas desgarradoras de dolor y prdida de
control de los adultos. No es aconsejable decir delante del nio cosas como "yo tambin

me quiero morir" o "Qu va ser de nosotros?"


- Cundo y cmo dar la noticia.
Aunque resulte muy doloroso y difcil hablar de la muerte con el nio, es mejor hacerlo lo
antes posible. Pasadas las primeras horas de mayor dramatismo y confusin, buscaremos
un momento y un lugar adecuado y le explicaremos lo ocurrido con palabras sencillas y
sinceras. Por ejemplo, podemos decirles: "Ha ocurrido algo muy triste. Pap ha muerto. Ya
no estar ms con nosotros porque ha dejado de vivir".
- Explicar cmo ocurri la muerte.
Procuraremos hacerlo con pocas palabras. Por ejemplo: "Ya sabes que ha estado muy muy
muy enfermo durante mucho tiempo. La enfermedad que tena le ha causado la muerte"
El nio puede tener miedo de morir ante cualquier enfermedad banal, por lo que es
importante recalcarles que las personas slo se mueren cuando estn muy muy muy
enfermas, y tienen una enfermedad que muy poca gente coge. Es caso de accidente,
podemos decir que qued muy muy muy malherido, que los mdicos y las enfermeras
hicieron lo posible para "arreglar" el cuerpo, pero que, a veces, est tan herido o enfermo
que las medicinas no le pueden curar.
- Si la muerte fue por suicidio, de nada sirve ocultarlo porque tarde o temprano, se acaban
enterando por alguien ajeno a la familia. Es mejor pues explicar al nio qu es el suicidio,
y responder a sus preguntas. (Ver el folleto "Nios sobrevivientes de suicidas, una gua las
personas que los cuidan".
- Qu podemos decirles si nos preguntan por qu? Por qu ha muerto? Por qu a mi?
Son preguntas difciles de responder. No pasa nada por decirles que nosotros tambin nos
hacemos las mismas preguntas, o que sencillamente no sabemos la respuesta. Es bueno
se sepan que todos los seres tienen que morir algn da y que le ocurre a todo el mundo.
Los nios en su fantasa pueden creer que algo que pensaron, dijeron o hicieron caus la
muerte. Si un nio dice: "me hubiera gustado ser ms bueno con mam, as ella no habra
muerto", debemos decirle con calma pero con firmeza que no ha sido culpa suya.
-Para los nios menores de 5 aos, la muerte es algo provisional y reversible.
Ser pues necesario ser pacientes para explicarle una y otra vez lo ocurrido y lo que
significa la muerte. Es su mente, la persona que ha muerto sigue comiendo, respirando y
existiendo, y se despertar en algn momento para volver a llevar una vida completa.
Los nios de estas edades se toman todo al pie de la letra. Es mejor pues decir que ha
muerto, que usar expresiones como "se ha ido", "lo hemos perdido" (pueden pensar: y si
me pierdo yo y no se volver a casa?), "ha desaparecido", "se ha quedado dormido para
siempre" (pueden temer no poder despertarse), "Se ha marchado de viaje", "Dios se lo ha
llevado" ... Estas expresiones pueden alimentar su miedo a morir o ser abandonados, y
crear ms ansiedad y confusin.
Para que el nio entienda qu es la muerte, suele ser til hacer referencia a los muchos
momentos de la vida cotidiana donde la muerte est presente: en la naturaleza, muerte
de animales de compaa...
Permitir que participe en los ritos funerarios.

- Animar al nio a asistir y participar en el velatorio, funeral, entierro.


Tomar parte en estos actos puede ayudarle a comprender qu es la muerte y a iniciar
mejor el proceso de duelo.Si es posible, es aconsejable explicarle con antelacin qu ver,
qu escuchar y el porqu de estos ritos.
- Animar tambin al nio a ver el cadver.
Muchos nios tienen ideas falsas con el cuerpo. Comentarle que el cuerpo deja de
moverse del todo y para siempre, deja de respirar, de comer, de hablar, de ir al bao, y no
siente dolor. Dejarle bien claro que ya no siente nada; ni lo malo, ni el fro, ni el hambre
Insistir en que la muerte no es un especie de sueo y que el cuerpo no volver ya ha
despertarse. Antes de que vea el cadver, explicarle dnde estar, qu aspecto tendr
- Lo ideal es que el nio pueda pasar un rato de tranquilidad e intimidad con el cadver.
Puede pedirse que nos dejen a solas con el nio y que no se interrumpa durante unos
minutos. Si el nio no quiere ver el cadver o participar en algn acto, no obligarle ni
hacer que se sienta culpable por no haber ido.Si los padres o padre superviviente estn
demasiado afectados para ocuparse de las necesidades del nio, puede ser conveniente
que otra persona (un familiar o amigo de la familia) se ocupe de atenderle y se
responsabilice de acompaarle durante estos actos. Es preferible que sea alguien cercano
al nio, que le permita expresar sus emociones y se sienta cmodo contestando sus
preguntas.
Animarle a expresar lo que siente.
- Aunque no siempre las expresen, los nios viven emociones intensas tras la prdida de
una persona amada.
Si perciben que estos sentimientos (rabia, miedo, tristeza) son aceptados por su familia,
los expresarn ms fcilmente, y esto les ayudar a vivir de manera ms adecuada la
separacin. Frases como: "no llores", "no ests triste", "tienes que ser valiente", "no est
bien enfadarse as", "tienes que ser razonable y portarte como un grande" , pueden
cortar la libre expresin de emociones e impiden que el nio se desahogue.
- A tener en cuenta.
Su manera de expresar el sufrimiento por la prdida, no suele ser un estado de tristeza y
abatimiento como el de los adultos. Es ms frecuente apreciar cambios en el carcter,
cambios frecuentes de humor, disminucin del rendimiento escolar, alteraciones en la
alimentacin y el sueo

Algunas respuestas habituales en los nios de 2 a 5 aos.


Perplejidad:
Parecen totalmente confusos sobre lo que ha ocurrido o se niegan a creerlo. Es posible que pregunten
reiterativamente: "Dnde est pap?". Desean saber cundo va a volver la persona fallecida, o la buscan activamente.

Regresin:

Se pegan al padre superviviente, se quejan, se hacen pip en la cama, piden un bibern, se chupan el dedo...

Ambivalencia:
A algunos nios parece no afectarles en absoluto la muerte. Responden ante la noticia con preguntas o afirmaciones
inadecuadas. Aunque sea una reaccin desconcertante, es bastante comn. Significa que no ha aceptado o afrontado la
muerte, pero comprende lo que ha sucedido. Lo ms habitual, es que el nio elabore el duelo alternando fases de preguntas
y expresin emocional, con intervalos en que no menciona para nada el asunto.

Suele sentir rabia y enfado:


Sienten haber sido abandonados, y puede expresarla de muchas maneras: irritabilidad, pesadillas, juegos ruidosos,
travesurasEs frecuente que dirijan el enfado hacia un familiar cercano. Permitirle que saque la rabia gritando, corriendo,
saltando, golpeando con cojines, por ejemplo

Expresan su dolor a travs de los juegos:


Con sus compaeros y amigos pueden jugar a morirse, al entierroTodos estos comportamientos son absolutamente
normales y tienen que ser respetados como necesarios para que el nio realice de forma adecuada el duelo.

Toman a sus padres como modelo:


No es malo que los nios vean el dolor y la tristeza. No tengamos miedo de mostrar los propios sentimientos delante del nio
(excepto manifestaciones violentas de rabia y dolor) Cuando le mostramos lo que sentimos, el nio nos percibe ms
cercanos, y es ms fcil que nos diga el tambin, lo que le est pasando.
Un padre o una madre que no se inmute despus de una muerte para no entristecer a sus hijos, puede hacer que stos
"congelen" sus emociones. O si muestra clera, un dolor extremo o una conducta histrica, su hijo puede imitar este
comportamiento.

Miedo a morir u a otra prdida:


Los nios ms pequeos creen que la muerte es contagiosa y pueden pensar que pronto le llegar su turno. Explicarles que
no tienen nada que temer.
Les preocupa que el padre o la madre superviviente tambin les abandone. Se preguntan qu les ocurrira y cmo
sobreviviran.

Establecen vnculos afectivos:


Aunque el nio sepa que su ser querido ha muerto, siente necesidad de seguir manteniendo una relacin afectiva, y as, la
persona fallecida puede por un tiempo convertirse en un padre o madre imaginario. En algunos casos, podemos ayudar al
nio dndole algn objeto personal del fallecido, que este conserve como un recuerdo precioso y una forma de unin ntima
con l.
El nio puede establecer vnculos afectivos con otros adultos que se parezcan al difunto o tengan unas cualidades similares
(un familiar, la maestra, el psiclogo...) y pedirles que sean su padre o su madre. Esta conducta es bastante comn y no
significa que el padre superviviente no satisfaga las necesidades del nio.

Comprueban la realidad:
Al principio es posible que parezca y saben y aceptan lo que ha ocurrido, pero despus, al cabo de varias semanas o meses,
preguntan cuando volver o lo buscan por la casa

Algunas respuestas habituales en los nios de 6 a 9 aos.

Segn William C. Kroen "Los nios de estas edades saben que la muerte es permanente y real".

La negacin.
Una respuesta muy comn es negar que la muerte haya ocurrido. Es su negacin pueden mostrarse muy agresivos. Algunos
pueden mostrarse ms contentos y juguetones que de costumbre, como si la prdida nos les hubiera afectado. Los adultos
pueden malinterpretar esta conducta y reaccionar con clera o simplemente ignorar a los nios. Pero en realidad esta
negacin indica que los nios sienten un dolor tan profundo que intenta levantar un muro para que la muerte no les afecte.
estos nios necesitan oportunidades para llorar la prdida y es posible que tambin necesiten permiso para hacerlo. Se
puede decir algo como: "No tienes que mostrar tu tristeza a todo el mundo, pero si quieres puedes compartirla conmigo. Si
tienes ganas de llorar y estar triste a solas, me parece muy bien, pero despus de estar as durante un rato, sera bueno que
hablaras con alguien de como te sientes.

La idealizacin.
Insistir en que "mam era la persona ms lista o perfecta del mundo", por ejemplo, les permite mantener una relacin
imaginaria con la persona fallecida.

La culpabilidad.
Es una respuesta normal, sobretodo si no pueden expresar la tristeza que sienten. Comentarios en vida como "vas a
matarme", pueden hacer creer al nio que su mala conducta ha contribuido a la muerte.
Si adems la niegan y fingen ser valientes como parte de la negacin, los adultos pueden aumentar el sentimiento de culpa al
corregirlo o enojarse con l al parecer que la muerte no le importe.
A los nios que se obstinan en negar la muerte y no dejan de sentirse culpables, es difcil que superen la situacin sin ayuda.

El miedo y la vulnerabilidad.
Es normal que los nios de estas edades se sientan asustados y vulnerables. Intentan ocultar sus sentimientos, sobretodo a
los nios de su edad, porque no quieren que sus amigos o compaeros de la escuela los consideren "diferentes". Los nios
sobre todo pueden actuar con bravuconera o agresividad.

Se ocupan de los dems.


Pueden asumir el papel del fallecido y cuidar de sus hermanos ms pequeos o asumir tareas que antes realizaba el padre o
la madre que ha muerto.

Buscan a la persona que ha muerto.


Pueden ir de una habitacin a otra, o buscarla en el desvn o en el stano. la mejor respuesta es dejar que sigan buscando.
Les puede consolar saber que nosotros tambin a veces sentimos el deseo de hacerlo.
Los tres temores ms frecuentes del nio
- Caus yo la muerte?
- Me pasar esto a mi?
- Quin me va a cuidar?

Mantenerse fsica y emocionalmente cerca del nio


- Permitirle estar cerca, sentarse a su lado, sostenerlo en brazos, abrazarlo, escucharle, llorar con lPodemos tambin
dejar que duerma cerca, aunque mejor en distinta cama.
- Puede ser adecuado tambin buscar momentos para estar separados: dejarle slo en su habitacin, dejarle salir a jugar con
un amigo Si es necesario, tranquilizarle dicindole que estaremos ah por si nos necesita.
- El nio intuye enseguida que la muerte va a tener muchas consecuencias en la familia. Es bueno decirle que, aunque

estamos muy tristes por lo ocurrido, vamos a seguir ocupndonos de l lo mejor posible.
- El nio puede temer tambin ser abandonado por el familiar sobreviviente. Asegurarle que, aunque est muy afectado por la
prdida, se encuentra bien y no le va a pasar lo mismo.
- Con frecuencia, lo que ms ayuda a los nios frente a las prdidas, es reencontrar el ritmo cotidiano de sus actividades: el
colegio, sus amigos, sus juegos familiares, las personas que quiere. Tambin es importante garantizarle el mximo de
estabilidad posible. En este sentido no es un buen momento, por ejemplo, para cambiarlo de colegio o para imponerle nuevas
exigencias (S. Weis)
- Asegurarles que vamos a seguir queriendo a la persona fallecida y que nunca la olvidaremos

Estar atentos a la aparicin de algunos signos de alerta.


- Llorar en exceso durante periodos prolongados
- Rabietas frecuentes y prolongadas
- Apata e insensibilidad
- Un periodo prolongado durante el cual el nio pierde inters por los amigos y por las actividades que solan gustarle.
- Frecuentes pesadillas y problemas de sueo.
- Prdida de apetito y de peso.
- Miedo de quedarse solo.
- Comportamiento infantil (hacerse pis, hablar como un beb, pedir comida a menudo) durante tiempo prolongado.
- Frecuentes dolores de cabeza solos o acompaados de otras dolencias fsicas.
- Imitacin excesiva de la persona fallecida, expresiones repetidas del deseo de reencontrarse con el fallecido.
- Cambios importantes en el rendimiento escolar o negativa de ir a la escuela.

IMPORTANTE:
LA PRESENCIA PROLONGADA DE ALGUNO O VARIOS DE ESTOS SIGNOS PUEDEN INDICAR LA PRESENCIA DE UNA
DEPRESIN O DE UN SENTIMIENTO DE DOLOR SIN RESOLVER. PIDE AYUDA A UN PROFESIONAL QUE VALORE LA
SITUACIN, FACILITE LA ACEPTACIN DE LA MUERTE Y ASESORE A LA FAMILIA EN EL PROCESO DE DUELO.

I. Adolescentes
La adolescencia suele ser ya una etapa difcil.
El duelo en el adolescente, al igual que ocurre en los adultos, tendr una intensidad mayor
o menor dependiendo del grado de intimidad y vinculacin con la persona fallecida, el tipo
de relacin que exista entre ambos y las circunstancias de la muerte.
Tambin es verdad que los cambios y caractersticas propios de la edad hacen que stos
puedan reaccionar de manera diferente a los adultos. Si por ejemplo, son ya

habitualmente tendentes a la rebelda y la emotividad, pueden vivir la experiencia de la


muerte de forma ms impetuosa. Por otro lado, si la muerte es ya en si misma un tab
entre los adultos, suele ser mucho mayor en la adolescencia, donde adems existe per se
una negacin de la muerte y un sentimiento fuerte de invulnerabilidad.
El adolescente tiene que hacer frente a la prdida de un ser querido, al mismo tiempo que
hace frente a todos los cambios, dificultades y conflictos propios de su edad. Aunque
exteriormente parezca ya un adulto, el desarrollo del cuerpo no va siempre a la par con la
madurez afectiva. Es por eso que puede necesitar mucho apoyo, comprensin y afecto
para emprender el doloroso y difcil proceso de duelo.
Intentan o aparentan ser fuertes.
Muchas veces el adolescente, aunque sufra intensas emociones, no las comparte con
nadie. Posiblemente porque se siente de alguna manera, presionado a comportarse como
si se las arreglara mejor de lo que realmente lo hace. Despus del fallecimiento de su
padre, su madre o de su hermano/a, se le puede pedir "ser fuerte" y "mantener el tipo"
delante del otro padre o de los hermanos ms pequeos. Se espera que sostenga a otros,
cuando no sabe si ser capaz de sobrevivir a su propio dolor.
Aunque no lo demuestren, es natural que el adolescente sienta mucha rabia, miedo,
impotencia... y que se pregunte el por qu y para qu vivir. Los adolescentes perciben la
muerte como algo que les hace "diferentes" y temen, que si expresan su dolor
pblicamente, pueda interpretarse como una seal de debilidad. Otras veces pueden
reaccionar con una aparente indiferencia, que no es ms que su manera de defenderse de
los sentimientos abandono. Esta indiferencia no significa que no les importa y debemos
evitar culpabilizarles por su actitud. Este tipo de conflictos puede tener como resultado
que el adolescente termine por renunciar a vivir su propio duelo (duelo aplazado o
congelado).
Puede faltarles ayuda.
En el caso de fallecimiento del padre o de la madre, puede ocurrir que se preste ms
atencin al padre que queda, que al adolescente. Este, en general, tender ms al
aislamiento que a compartir lo que siente, de ah que podamos sacar la falsa impresin de
que sufre menos.
Como hemos mencionado antes, es frecuente que se espere del adolescente que sea
adulto y se haga cargo de cuidar y ayudar al resto de la familia, sobretodo al padre o
madre sobreviviente o a los hermanos ms pequeos.
La manera de reaccionar de los adultos puede tener tambin una gran influencia en las
reacciones del adolescente frente a la muerte. Es frecuente que los adultos no quieran
hablar por miedo a contagiarles su dolor, pero la realidad a veces muy simple: aunque
queramos protegerlos, los adolescentes estn viviendo su duelo y les duele.
Podramos esperar que buscaran y encontraran entonces alivio y ayuda en sus amigos,
pero cuando se trata de la muerte, salvo que se haya vivido una situacin similar, los
amigos se sienten impotentes. Los amigos, compaeros normalmente no saben como
ayudar, no saben que decir o que hacer, tienen miedo a mencionar el tema y hacerles
sufrir ms... Esto puede ser interpretado por el adolescente como falta de inters y
favorecer ms si cabe su aislamiento.
Puede haber conflictos de relacin previos al fallecimiento.

El esfuerzo del adolescente para ser cada vez ms independiente de sus padres, suele
acompaarse de conflictos y problemas en la relacin. Atravesar por un periodo de
desvalorizacin de su familia es una forma normal, aunque difcil, de ir separndose de
ellos. Si su padre o su madre fallecen mientras est alejndose fsica y emocionalmente de
ellos, puede experimentar un gran sentimiento de culpa. Aunque la necesidad de
separarse es perfectamente natural, esta experiencia puede hacer el proceso de duelo
ms complicado e interrumpirse su camino natural de emancipacin.
Si la muerte ocurre en el seno de la familia, es aconsejable discutir abiertamente y cuanto
antes con el adolescente los cambios en la forma de vida y en los roles de cada miembro.
Con esto podemos evitar que el adolescente tienda a querer reemplazar al fallecido. Sera
el caso, por ejemplo, de la hija mayor que adopta el papel de la madre fallecida y cuida de
su padre y sus hermanos como lo haca sta.
Es necesario ocuparse del dolor de los adolescentes.
En el caso de fallecimiento de uno de los padres, es posible que el que queda no est en
condiciones, al menos durante un tiempo, de ocuparse del dolor de sus hijos. Es el
momento en que el entorno del adolescente (abuelos, amigos, profesores, vecinos...)
deberan tomar el relevo y jugar un papel que puede ser crucial. Hay que tener en cuenta
tambin que la adolescencia es una etapa en la que, como hemos dicho, el joven inicia,
dentro de su proceso de maduracin, la separacin de su familia. Esto puede explicar, y
hay que tenerlo en cuenta, porque puede rechazar la ayuda de personas de la familia ms
cercana.
Cmo hablar con ellos
Lo mejor es interesarse y preguntar abiertamente y con naturalidad: Tienes mucha pena?
o Le echas mucho de menos? Es importante permitir y aceptar sus emociones, decirles
que no hay nada malo en estar tristes y hablar de ello. Pero de nada servirn estos buenos
consejos si nosotros mismos no somos capaces, a su vez, de manifestar delante de ellos
nuestro propio dolor y tristeza: a mi tambin me da mucha pena y estoy pasndolo mal.
As les demostramos que les queremos, que nos preocupan y eso facilita que hablen, que
expresen su dolor, que se desahoguen y en definitiva que se sientan acompaados.
Signos que indican que un adolescente necesita ms ayuda
Como hemos visto, son varios los motivos que determinan que el duelo en el adolescente
sea ms difcil. Algunos adolescentes pueden mostrar un comportamiento inadecuado o
preocupante que puede alarmar a su familia.
Vigilar los siguientes comportamientos:
- Negacin del dolor y alardes de fuerza y madurez
- Sntomas de depresin, dificultades para dormir, impaciencia, baja autoestima.
- Fracaso escolar o indiferencia hacia las actividades extraescolares.
- Deterioro de las relaciones familiares o con los amigos.
- Mencionar el suicidio como posibilidad de reencuentro con la persona fallecida.
- Conductas de riesgo: abuso del alcohol y otras drogas, peleas, relaciones sexuales sin
medidas preventivas
IMPORTANTE:

LA PRESENCIA PROLONGADA DE ALGUNO O VARIOS DE ESTOS SIGNOS, PUEDEN


INDICAR LA NECESIDAD DE PEDIR AYUDA PROFESIONAL, QUE VALORE SU
SITUACIN, FACILITE LA ACEPTACIN DE LA MUERTE Y ASESORE AL
ADOLESCENTE Y A SU FAMILIA EN EL PROCESO DE DUELO.

I. Muerte hijo
La prdida de un hijo: una muerte, dos duelos

La muerte de un hijo es una de las experiencias ms duras, difciles y dolorosas que puede
sufrir un ser humano. Los padres os sents responsables de la proteccin de vuestros hijos
y podis vivir su prdida como un fracaso y con una gran culpabilidad. La muerte de un
hijo produce a menudo tensiones y conflictos en la vida de pareja. Podis, por ejemplo,
haceros el uno al otro responsable de la muerte de vuestro hijo y esto llevaros a reproches
continuos o sentimientos de impaciencia e irritabilidad. Puede ocurrir que no vivis al
mismo tiempo los momentos de mayor dolor o las recadas. Esto puede crear la sensacin
de que uno siempre est inmerso en el dolor, que no hay tregua, y contribuir a que os
evitis en los momentos difciles para no recaer en el sufrimiento.
En deseo sexual puede mantenerse o incluso aumentar en uno, mientras que en el otro
disminuya o desaparezca. Esto puede ser fuente importante de conflictos. El hombre, en
general, es capaz de separar ms fcilmente el deseo sexual de su situacin emotiva. La
mujer, en cambio, puede sentirse incapaz de desear si est triste o enfadada y no
entender cmo puede tener deseo su pareja despus de lo sucedido.
Por otro lado, es perfectamente natural en medio de tanto dolor, buscar en la relacin
sexual lo que tiene de placer, ternura, cercana, calor y cario. No vale la pena sentirse
culpable por disfrutar, los momentos de dolor ya vendrn por si solos.

Hombres y mujeres no respondemos de la misma manera


ni tenemos las mismas necesidades ante la muerte de un hijo.
Un miembro de la pareja puede sentir, por ejemplo, que al otro no le importa la muerte lo
suficiente (quizs porque no llora o porque no quiere hablar del fallecido). A veces, la
necesidad de parecer fuerte, puede interpretarse por el otro como falta de inters.
La mujer, en general, tiene ms necesidad de hablar que el hombre y no siempre lo hace
buscando respuestas, para ella, el simple hecho hablar le produce alivio. Al hombre, en
cambio, cuando le platean un problema, siente enseguida la necesidad de buscar una
solucin, y es eso lo que le hace estar mejor. Para l, el simple hecho de hablar, no sirve
de mucho y cree que tiene que encontrar algn tipo de remedio al sufrimiento expresado
por su mujer. Pero, en general, no es esto lo que le pide ella, sino sencillamente que la
escuche. Al mismo tiempo, puede pensar que l necesita lo mismo y presionarlo para que

se exprese tambin.
El padre puede sentirse de esta manera acorralado y, al mismo tiempo culpable de no
poder hacer algo para calmar la pena y el dolor de su pareja. Ante esta situacin, una
reaccin frecuente en el hombre es buscar refugio en el trabajo o en otro tipo de
actividad, o encerrarse cada vez ms en si mismo.
Para salir de esta situacin, la pareja necesita hacer un gran esfuerzo de comprensin
mutua, de aceptar que hay cosas que el otro no puede darle, y que no les hace bien
juzgar ni comparar el modo en que viven cada uno la muerte del hijo. La mujer tiene que
entender que su expresin emocional produce una terrible impotencia en l. l, a su vez,
debe saber que no debe dar una respuesta sistemtica al sufrimiento de ella, que
escucharla atentamente es la manera de ayudarla y que es importante hablar ms con su
mujer de lo que siente.
Es un mito que las parejas que pierden hijo acaben frecuentemente separndose. Es
cierto que, si existan ya problemas previos de relacin, stos se pueden intensificar. Si no
hay hermanos, el hijo puede hacer, a veces, de bisagra que una a la pareja. La muerte
del hijo puede tambin ayudar a estrechar y consolidar los lazos de la pareja.
Los otros hermanos
Podis estar tan afectados por vuestro propio dolor, que descuides sin daros cuenta a los
otros hermanos. Estos pueden sentir que todo vuestro amor est con el que falta. Ellos
tambin sufren intensamente la prdida, se sienten culpables y pueden tener necesidad
de hablar. Hablar de su hermano y compartir, cada uno a su estilo, el dolor por la prdida,
puede ser la mejor manera de ayudaros unos a otros y afrontar sanamente la experiencia
de duelo. Encontrars ms informacin de cmo reaccionan los nios ante la muerte
en duelo nios.
Algunas sugerencias
Convncete que te resultar muy difcil sobrellevar esta situacin solo/a. No pretendas
tampoco que tu pareja sea en tu principal apoyo, bastante tendr en muchas ocasiones
con sobrellevar su propio dolor. Busca una o dos personas de confianza (procura que no
sea siempre la misma) Si no es posible, no dudes en buscar ayuda de un psicoterapeuta
con experiencia en duelo.
Procura mantenerte lo ms unido posible a tu pareja, apoyaros mutuamente, respetar el
ritmo y la manera de llevar el duelo del otro. Puede ser que ests pasando, por ejemplo,
por una etapa en la que prefieres estar solo o con los ms cercanos, y que evites a la
gente para no tener que hablar de tu hijo, y en cambio, a tu pareja, le est ayudando
exactamente todo lo contrario. Cmo conciliar las necesidades de ambos si tu pareja est
acostumbrada a hacerlo todo juntos, por ejemplo? Es necesario paciencia, comprensin y
creatividad para introducir cambios en nuestra forma de vivir que nos permita seguir
adelante sin aadir ms dolor al dolor.
IMPORTANTE:
Si veis que os estis alejando el uno del otro y que vuestra relacin se deteriora da a da,
no dudis en pedir ayuda a un profesional que os asesore y os ayude a enfrentar las
dificultades.

I. Suicidio
La muerte por suicidio deja siempre tras de s muchas preguntas: por qu lo hizo?
Podamos haberlo evitado? ... Por ms que lo intentas, no consigues entender las razones
que le llevaron a quitarse la vida. Aunque preguntarse es inevitable, procura no
atormentarte demasiadobuscando porqus. Con el tiempo puede que algunas
respuestas salgan a la luz.
Es frecuente que por un sentimiento de vergenza no quieras hablar de cmo se ha
producido la muerte. Algunas personas necesitan mucho mucho tiempo para pronunciar la
palabra suicidio.
Seguramente te invade tambin un sentimiento de culpabilidad. Te puedes sentir mal
por algo que dijiste, hiciste o dejaste de hacer. La sensacin de culpa es algo
perfectamente normal despus de una muerte de estas caractersticas. Uno se reprocha,
por ejemplo, el no haberse dado cuenta de lo mal que estaba o el no haber sabido
cuidarle. Estos sentimientos deben ir disminuyendo y llegar el da en que slo quede un
sentimiento de impotencia ante la muerte.
Despus del suicidio de un ser querido es natural sentir mucho enfado (bronca) hacia la
persona que te abandon (Cmo has podido hacerme esto!), hacia Dios que no hizo nada
por impedirlo, y hacia todos los que han podido contribuir directa o indirectamente en este
acto desesperado. El enfado es un sentimiento pasajero, y como tal, ir tambin
disminuyendo.
Si tu ser querido era una persona depresiva o haba realizado varios intentos de suicidio es
muy normal que se den a un mismo tiempo sentimientos contradictorios: por un lado
una gran tristeza por su prdida, pero tambin un gran alivio porque todo ha
terminado; ya no habr que preocuparse ms porque lo peor, lo ms temido ya ha pasado.
Convivir durante aos con una persona que sufre as es muy doloroso para todos. Date
permiso para sentir alivio
Recuerda que no pudiste elegir por l o por ella, y que la decisin del suicidio fue
enteramente suya. Acepta tambin que a pesar de lo que hayas podido decirle o no
decirle, tus palabras no han tenido nada que ver con su decisin.
Si tu tambin sientes deseos de quitarte la vida, acude lo antes posble a un profesional
que te ayude a buscar alternativas.
A medida que la tormenta de emociones vaya calmndose, surgir poco a poco
la aceptacin. Date tiempo para llegar all, un duelo por suicidio es muy traumtico para
los que se quedan y necesita ms tiempo para sanar. Se paciente contigo mismo y vers
el da que puedas aceptar su eleccin y perdonarle.
En duelo despus de un suicidio
Documento elaborado por la asociacin francesa de ayuda en el duelo Deuil aprs

suicide: Traduccido y adaptado por Alain Giacchi


Como seres humanos nos cuesta aceptar que somos mortales, y cada vez que la muerte
nos golpea, parece como si fuera la primera vez. Cada duelo es nico. No hay jerarquas
en el mundo del dolor. Cada uno vive su duelo a su manera. El proceso depender de las
relaciones afectivas previas con el difunto, de las circunstancias de la muerte y de la
forma de ser del que se queda. Dependiendo de cada caso, el trabajo de duelo que es
necesario realizar ser ms o menos difcil, ms o menos largo. Cuando se trata de un
suicidio, se ponen en juego determinadas circunstancias que pueden llevar a la persona
en duelo hacia dificultades particulares. La muerte parece que ha hecho trampa: se ha
llevado a alguien a quien todava no le haba llegado la hora. Se trata de una muerte para
la cual uno generalmente no se ha podido preparar y en la que el propio fallecido es el
autor. El suicidio se vive como una trasgresin de las leyes naturales, una trasgresin
estigmatizada desde antiguo por la sociedad, las leyes y las religiones. La persona en
duelo se va a ver inmersa en una situacin especialmente agotadora. Agotadora
porque no comprende, porque duda incluso que haya podido ser as, porque se rebela
contra Dios o contra el destino, contra el hecho mismo del suicidio. Agotadora porque se
siente culpable si lo hubiera sabido, si me hubiera dando cuenta, sisisi. Se puede
sentir tambin asediada en cualquier momento por las imgenes traumticas de la
muerte. Quizs no encuentre tampoco en su entorno la ayuda que hubiera recibido de
tratarse de una muerte por accidente o enfermedad.
Me siento aplastada por un inmenso dolor
El suicidio de un ser querido provoca un estado de shock emocional, especialmente si no
exista ningn indicio de que pudiera ocurrir. Este estado puede durar horas, das, incluso
ms tiempo.
Es como si me hubiera cado el mundo encima, como si el mundo se hubiera parado. Me
siento como anestesiada, como si esto no me estuviera pasando a m, No es posible por
el momento asimilar todo el dolor, toda la carga de emociones. Esta muerte tan repentina,
tan dramtica, tan violenta sumerge durante un tiempo en un estado de intensa
perturbacin a todas las personas cercanas al fallecido.
El suicidio es vivido como un autentico sesmo. Pero pasado esos primeros
momentos, estas reacciones perfectamente naturales y compresibles, darn
paso al trabajo de duelo, un tiempo largo y doloroso, pero tambin necesario.
No comprendo lo que ha pasado
Todo suicidio tiene su parte de misterio. Para comprender a la persona que se ha suicidado
tendramos que ser ella. Y ni siquiera en ese caso, ya que ni ella misma sera seguramente
consciente de la causa profunda, incluso secreta de su sufrimiento. Todo lo que podemos
decir es que se ha suicidado porque estaba en un estado de sufrimiento tal que la vida se
haba vuelto intolerable. Para poner fin al sufrimiento, para que ste cesara, no encontr
otra solucin que quitarse la vida. Querer comprender ms all, solo sirve para torturarse,
es hacerse preguntas que corren el riesgo de no encontrar jams una respuesta. La crisis
suicida puede tener varios significados; obedece a varias causas, es evolutiva y se vive en
lo ms ntimo de la persona.

Admitir que la persona que se ha suicidado se ha llevado con ella su parte del
misterio, y que ms que juzgarla, se trata de esforzarse en aceptar que no
podremos nunca comprenderlo todo. Poder mantener hacia ella nuestro aprecio y
nuestro amor es superar ya una etapa, y es una seal de que el duelo evoluciona
adecuadamente.
Quiero reunirme con l
Si despus de la muerte de un ser querido es frecuente sentir deseos de reunirnos con l,
en caso de suicidio esto es particularmente cierto.
La persona en duelo est en un estado de gran sufrimiento. El que ha muerto nos ha
indicado con su conducta que existe una puerta de salida a la angustia. Nos ha
mostrado de alguna manera un ejemplo que podemos estar tentados de seguir. Es
frecuente encontrar en uno mismo semejanzas con la persona fallecida; tenemos
tendencia a identificarnos con ella: nos parecemos tanto. Hemos podido estar tan unidos
a esa persona, que pensamos que no podremos vivir sin ella.
Estos sentimientos suelen ser un terreno abonado para que crezcan en nosotros
ideas suicidas. Estos deseos no tienen nada de excepcional. No tienen que
asustarnos. Suele ser habitualmente una fase temporal dentro del camino del
duelo que ira cediendo poco a poco con el paso del tiempo. Despus de un suicidio
no nos identificamos solamente con aspectos negativos de la persona fallecida, podemos
tambin hacer nuestros ciertos rasgos fsicos y/o cualidades morales del que ya no est.
Es una de tantas maneras de conservar los recuerdos y prolongar la historia de la familia.
No puedo creerlo
"No, no es verdad, no, no es posible!"
La primera actitud ante la muerte es el rechazo. Esta es una reaccin universal y
normal. Podemos aceptar el suicidio?. Cmo no vamos a rechazarlo con todas nuestras
fuerzas?. Hasta muchos aos despus, en determinados momentos, nos puede resultar
todava difcil de creer:
"No habr sido solamente una pesadilla?"
Pero por otro lado, es imposible negar la terrible realidad. La posibilidad del suicidio puede
resultar a veces insoportable, y podemos aferrarnos a otras hiptesis, sobretodo cuando
las circunstancias de la muerte nos pueden hacer pensar en un accidente o en un
homicidio. En algunas personas, el rechazo de la realidad del suicidio no cede con el
tiempo, se agrava y puede llegar a convertirse en un estado de negacin permanente. El
trabajo de duelo se bloquea y puede aparecer una depresin prolongada y otras
complicaciones.
El rechazo y la negacin hay que respetarlos entendindolos como signos de un
gran sufrimiento. Normalmente van cediendo con el paso del tiempo.
Siento mucha rabia
El suicidio provoca rabia. Es normal sentirse enfadado, enfadado con el destino es injusto
morir as, enfado hacia todos aquellos que consideramos de alguna manera
responsables, enfado hacia la sociedad, a veces hacia Dios
"Cmo ha podido permitir semejante tragedia?

La rabia y el enfado pueden dirigirse tambin hacia el propio fallecido. El suicidio puede
vivirse como una traicin, como una falta de amor, como una falta de responsabilidad,
como una debilidad: "Cmo ha podido hacer esto".
La rabia es una reaccin habitual en el duelo despus de un suicidio. Si no nos
permitimos vivir hasta el final este sentimiento cuando aparece, corremos el
riesgo de que surja de nuevo ms adelante complicando el duelo. La rabia suele
aparecer mezclada con otros sentimientos como la pena, el amor, el apego. Por eso la
persona en duelo suele buscar la manera de reprimirla, de taparla, al considerarla
inadecuada, cuando en realidad es una emocin normal y en absoluto reprochable.
Tengo miedo
El suicidio, aunque haya habido seales previas de alerta, es vivido por los allegados como
una verdadera hecatombe:
"Me siento totalmente abrumado, descorazonado por lo que ha pasado"
Cuando un adolescente se suicida, sus padres temen por sus hermanos, como si el suicidio
fuera de alguna manera contagioso. El miedo a que pase otra desgracia es frecuente:
estamos viviendo un drama y podra ocurrirnos otro!. Los hijos que han perdido a sus
padres por suicidio tienen a veces miedo de llegar a hacer lo mismo que ellos cuando
tengan su misma edad. Cualquier duelo importante y especialmente despus de un
suicidio, puede menoscabar nuestra confianza en la vida y en el futuro:
"Ahora puede pasar cualquier cosa!".
Con cada dificultad que aparece, la persona en duelo suele tender a esperar lo
peor. Con el paso del tiempo este miedo a vivir se va atenuando.
Siento vergenza.
Aunque casi todas las religiones reprueban el hecho del suicidio, ya no condenan como
antes a la persona que se suicida. En oro tiempo, quitarse la vida era considerado una
trasgresin de las leyes sociales y religiosas. Desde los orgenes de la humanidad el
suicidio ha sido considerado como una mala muerte, crendose distintos rituales de
purificacin para el grupo social. En la Iglesia Catlica, los funerales para personas que se
haban suicidado estn admitidos desde 1963. La justicia tampoco fue mucho ms
indulgente, hasta la revolucin francesa se acostumbraba a infringir al cuerpo del
suicidado una especie de segunda muerte. Aunque hoy en da estas costumbres han
cambiado, las actitudes que haba detrs han dejado su huella. Todo esto muestra que
existe un halo de vergenza que rodea al hecho del suicidio. Esto puede contribuir a que la
familia, en un entorno muy conmocionado por esta muerte, no encuentre todo el apoyo
que hubiera podido necesitar. Esto solo puede contribuir a hacer el duelo ms difcil si
cabe.
Afortunadamente nuestra manera de pensar va evolucionando, cada vez se
habla ms de lo que hasta hace poco no era ms que un tab, y la manera como
nuestra sociedad mira el suicidio se va liberando poco a poco de los lastres del
pasado.
Si hubiera...

"Me siento culpable de no haberme dado cuenta, de no haber sido capaz de percibir
alguna seal de alarma, de no haber estado presente en el momento oportuno"
Los sentimientos de culpabilidad suelen ocupar una gran parte de las vivencias de
cualquier persona en duelo. Son ms intensas cuando se trata de una muerte por suicidio,
y todava ms intensas si cabe cuando se trata de una persona joven. Es frecuente dejar
de lado todos los buenos recuerdos, as como todo lo que hemos hecho de bueno y
positivo por esa persona.
Es perfectamente natural que no se nos pase por la cabeza la posibilidad del suicidio
cuando una persona cercana est pasando por un mal momento, y menos todava si no lo
menciona para nada.
Solo a posteriori podremos encontrar sentido o explicacin a palabras y comportamientos
de la persona fallecida, que de ninguna manera hubieran podido ser interpretados de la
misma manera en aquel momento.
Ha dejado de sufrir
A menudo el suicidio ocurre despus de un tiempo, a veces muy largo y agotador, de
dificultades de todo tipo, tanto para la persona que se suicida como para su familia y
allegados. Otras veces el suicidio ocurre de manera brutal e imprevista, haciendo el duelo
especialmente difcil. Las dificultades previas pueden ser muy variadas, pero en general
suelen ser consecuencia de una enfermedad, frecuentemente una depresin. El suicidio de
una persona depresiva, a menudo despus de varias tentativas ms o menos graves, es
una experiencia muy dolorosa y desgarradora, pero que suele acompaarse tambin de
un sentimiento de al menos ahora ya no sufre ms, que ya ha descansado. Todos los que
han vivido y sufrido con l y por l tanto dolor, experimentan tambin un sentimiento de
alivio con la muerte. Es un sentimiento generalmente difcil de aceptar en su propio
corazn, y especialmente difcil de expresar delante de otros. Este sentimiento de alivio
puede aumentar tambin la culpabilidad.
Es normal sentir alivio despus de cualquier experiencia difcil. Eso no significa
un menosprecio a la persona fallecida, simplemente deja constancia de que lo
vivido ha sido especialmente duro.
Cunto sufro.
"Este sufrimiento es tan intenso, tan profundo. Sufre mi cuerpo, mi corazn, mi alma, todo
mi ser sufre. Es natural que me duela, le quera tanto..."
"Me siento vaca, agotada, todo se me hace un mundo; cualquier cosa me exige un
esfuerzo para en que no tengo fuerzas. No tengo apetito, no consigo dormir bien"
Este dolor tan intenso, aunque es normal, resulta muy duro de llevar en el da a da. Este
cansancio y esta sensacin de agotamiento se suman al propio sufrimiento por el dolor de
la prdida y constituyen lo que se llaman sntomas depresivos del duelo. En todo duelo
importante hay que atravesar por esta fase depresiva. Esta suele ser ms intensa y
prolongada despus de una muerte por suicidio.
"Fsicamente me encuentro cada da peor y no encuentro sentido a mi vida".
En esta situacin no es raro descuidar la propia salud, enfermarse con ms facilidad,
incluso tener ideas negras. Guardarse todo para uno no es la mejor solucin en estos
momentos. Desahgate, llora, grita Deja que las emocionen salgan, no las pares, que

digan lo que tiene que decir, djalas salir hasta que te vaya pudiendo el cansancio,
descansa entonces.
Al luchar contra el sufrimiento solo consigues aumentarlo y prolongarlo. Es
mejor no resistirse al dolor, abandonarse a l. Despus de una muerte por suicidio
suele ser necesario algn tipo de ayuda para poder superar esta fase de depresin. Algn
soporte profesional puede ser de gran ayuda, incluso si existe un buen apoyo de la familia,
amigos, etc. En algunos casos tambin puede valorarse como necesario la ayuda de
medicamentos.
Nadie puede comprenderme.
Despus del suicidio de un ser querido un doloroso sentimiento de soledad se puede ir
apoderando poco a poco de nosotros. Los ms cercanos tienen tendencia a replegarse
sobre ellos mismos y a vivir la enorme pena que sienten en familia, desligndose sin darse
cuenta de la vida social que llevaban hasta entonces.
Otros familiares, los amigos, los vecinos no saben muy bien qu hacer, qu decir. Sin
embargo suele ser reconfortante encontrar personas que te demuestran su
preocupacin y su deseo de ayudarte sin ni siquiera habrselo pedido. Hasta
parece que esas ocasiones todo sea ms fcil. La mayora de las veces las personas
quieren ayudar pero no saben cmo. No se atreven, tienen miedo de herirte, y terminan
muchas veces por no hacer ni decir nada. Es bueno que aprendamos a pedir ayuda. Mi
familia y mis amigos no se negaran a ayudarme si les necesito
Aceptar una invitacin para salir y distraerse suele resultar difcil, especialmente al
principio: pasar un rato agradable puede vivirse como una traicin hacia la persona
muerta. Pero estos encuentros nos suelen hacen bien:
"En algunos momentos tengo necesidad de dejarme cuidar, de rodearme de afecto"
El suicidio es una forma de violencia
El suicidio es una violencia extrema. La persona que se suicida ejerce sobre si misma una
violencia que destruye su cuerpo, maltratando su imagen, su identidad.
Inconscientemente ejerce tambin violencia en las personas que ama, infringindoles una
herida profunda e imborrable. Tenemos que vivir con esta violencia que parece se haya
quedado grabada en nosotros. Si hemos encontrado el cuerpo, y especialmente si este
estaba lesionado o desfigurado, nos pueden asaltar imgenes traumticas. Estas
imgenes pueden aparecer tambin aunque solamente nos hayan relatado lo sucedido.
Estas imgenes, que pueden aparecer igualmente en los sueos, constituyen a veces un
obstculo en la evolucin del duelo. Cada vez que pensamos en la persona que se ha
suicidado estas imgenes irrumpen en nuestro pensamiento y en nuestro corazn.
Solamente con el paso del tiempo, y si hemos podido hablar de ello, otros pensamientos y
recuerdos ms felices irn sustituyendo a stos. Es necesario llegar a poner palabras a
estas imgenes traumticas y si es posible expresarlas a una persona de confianza para
poder avanzar adecuadamente por el camino del duelo.
Para qu una investigacin si todos sabemos que se ha suicidado?
En este tipo de muertes el juez suele ordenar una investigacin. Esto podemos vivirlo

como un dolor aadido. Esta investigacin permite saber con certeza las causas de la
muerte, precisar las circunstancias que la rodearon y eliminar otras posibles hiptesis. En
las semanas siguientes pueden surgir muchas preguntas, a veces incluso de manera
obsesiva. Le damos vueltas a lo que pas justo antes de la muerte y nos pueden asaltar
las dudas. El resultado de la propia investigacin suele disiparlas. La presencia de la
polica no es indicativa de ninguna sospecha, su labor es simplemente reunir las pruebas
materiales y los testimonios que permitan conocer mejor las circunstancias personales y
administrativas relacionadas con el suicidio.
El cuerpo de su ser querido tiene que ser trasladado a un servicio de medicina forense
para que se le realice un examen o una autopsia. El cualquiera de los dos casos se trata
de un examen mdico donde prima siempre el mximo respeto al cuerpo de la persona
fallecida. Estos exmenes son tambin necesarios para confirmar las causas de la muerte
y permiten asimismo apreciar la existencia de posibles enfermedades. Pasadas unas
semanas despus del deceso el mdico forense podr, gracias a las pruebas realizadas,
responder a todas sus preguntas.
Dnde encontrar ayuda.
Frecuentemente el suicidio esta rodeado de un halo de silencio. No sientes ganas de
hablar de ello y percibes que las dems tampoco quieren que se les hable sobre lo
sucedido.
Y sin embargo HABLAR TE SIRVE DE DESAHOGO. Con QUIEN hablar, pues?
La actitud ms natural sera hablar primero con la propia familia, con aquellos que
sentimos ms cercanos. A veces esto no es posible, bien porque existen tensiones o
conflictos anteriores, o bien porque cada uno busca de alguna manera con su silencio
proteger a los dems. Podemos hablar entonces con un amigo de confianza, alguien que
pensemos que pueda escucharnos con inters y delicadeza, sin juzgarnos ni a nosotros
por lo que decimos y sentimos, ni tampoco a la persona fallecida. Podemos tambin hablar
con un mdico de confianza. El nos escuchar y podr orientarnos, si es necesario, hacia
algn especialista. Tambin podemos hablar con un sacerdote o acompaante espiritual.
Existen tambin asociaciones que se dedican a escuchar, acoger y acompaar a personas
que sufren la prdida de un ser querido. Estn formadas por profesionales y voluntarios
especialmente preparados para escucharnos y orientarnos en el proceso de duelo.
No lo olvidar nunca... la vida continua.
En otro tiempo, el duelo y el luto venan en gran parte determinado por convencionalismos
sociales. Hoy en da, las costumbres y los rituales en torno a la muerte estn
desapareciendo dificultando la vivencia del duelo. Esto hace que muchas familias tengan
que encontrar su propio camino. Dejemos pues tiempo al tiempo. La duracin del trabajo
interior del duelo es variable. El duelo despus de un suicidio puede durar aos. Sus
particularidades multiplican los obstculos que podemos encontrarnos. Podemos sufrir
todava bastante durante el segundo y tercer ao, incluso ms tarde, y esto no tiene nada
anormal. No sera una razn suficiente para considralo como un duelo patolgico, se
tratara simplemente de un duelo ms difcil.
Progresivamente la carga afectiva va disminuyendo; no olvidamos lo que ha ocurrido pero
el tiempo va haciendo su papel. El dolor se va calmando. Ocurre lo mismo que con una

herida, sta cicatriza muy lentamente. Pero la cicatriz tambin queda, y nos puede
molestar de vez en cuando. As se explica porque a veces nos duele, especialmente en
aniversarios y celebraciones, o simplemente cuando miramos una foto o una prenda de
vestir. Pero ahora, cuando evocamos a nuestro ser querido, el dolor es ms suave, es ms
como una nostalgia honda. Y se va haciendo posible volvernos de nuevo hacia la
vida, iniciar poco a poco nuevas relaciones, nuevos apegos. Amar otra vez la
vida no quiere decir olvidar al otro. Conjugando los recuerdos con las realidades del
momento, el presente y el futuro se enriquecen con la evocacin del pasado.

Carta a un ser querido despus de un suicidio.


"Te escribimos para decirte cunto te echamos en falta y cmo ha cambiado la vida desde
que nos has dejado. An no nos hemos repuesto de lo sucedido, y nos duele que no nos
dijeras adis.
A veces nos sentimos resentidos contigo por el inmenso dolor que nos has causado. A
veces nos sentimos enojados con nosotros mismos por no haber sabido prevenir la
tragedia.
Lamentablemente no hemos podido escoger en tu lugar, porque, si esto hubiera sido
posible, t estaras an entre nosotros.
Pensamos siempre en ti, aun cuando los recuerdos nos entristecen.
Sin embargo no hemos renunciado a vivir y a tener esperanza, a pesar de la amargura.
Tal vez nos habrs visto un poco ms sonrientes: nuestro deseo es que tu hayas
encontrado la paz que buscabas.
En nuestra plegaria pedimos poder abrazarte de nuevo al final de nuestros das.
Con todo nuestro cario:
Tu familia".

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