Gestion Del Duelo 2022
Gestion Del Duelo 2022
Gestion Del Duelo 2022
No podemos negar que esta situación de pérdida conlleva una gran carga
emocional y trae consigo cambios en los planes futuros que cada persona
y cada familia habíamos hecho, así como en nuestra forma de vida. Sin
embargo, tal y como veremos a continuación, el duelo es un proceso de
adaptación emocional, que de manera natural sigue a la pérdida.
Podríamos decir que el duelo es sinónimo de despedida, un adiós a alguien
o algo al que estábamos emocionalmente unidos, pero no debemos
olvidar que se trata de una reacción psicológica natural, normal y
esperable, de adaptación a la pérdida.
Tómate tu tiempo.
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El duelo es un proceso natural, que sigue a la pérdida en general, y que
como tal implica dos cosas: tiempo y acción.
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El duelo engloba toda una serie de reacciones que es importante que
consideremos. El conjunto de pensamientos, sentimientos y conductas que
se suceden ante una pérdida, en principio, deben ser considerados como
normales. Sin embargo, una de las principales inquietudes de las personas
que atraviesan un duelo es saber si lo que le está ocurriendo es normal. Lo
que uno siente cuando pierde a alguien o algo, es justamente lo que debe
sentir. Algunos ejemplos de estas manifestaciones son fisiológicas (falta de
sueño, pérdida de apetito, cansancio, cefaleas, altibajos en la tensión…)
emocionales (ansiedad, tristeza, miedo, culpa, anhelo…)cognitivas
(pensamientos recurrentes entorno a la pérdida, a lo que podría haber
sido…) y/o conductuales (episodios de llanto, actividad excesiva,
conducta distraída, aislamiento social…).
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En el proceso de duelo se distinguen varias fases. De manera general,
podríamos decir que en las primeras etapas es normal que se produzca
una reacción de shock, incredulidad o negación.
Posteriormente pasaríamos a emociones más agudas, como la rabia o la
tristeza. Superadas estas fases, llegamos a la etapa final de aceptación, en
la que por fin sentimos la calma necesaria para seguir con nuestro día a
día.
También es
posible que en algunos casos el orden de las fases no siga el que te
explicamos a continuación.
Debemos saber que el duelo aparece de manera casi inevitable si existían
sentimientos muy fuertes. Por lo tanto, tan solo comprender en qué consiste
cada una de las fases puede aliviar mucho el dolor emocional.
Esta reacción tiene una clara función y es decirle a la realidad que espere,
que todavía no estamos preparados para sentir todo ese dolor.
Necesitamos negar cierta información hasta que poco a poco podamos ir
asumiéndola. Puede suceder que en un primer momento el bloqueo sea
tan grande que no podamos ni sentir, que no escuchemos ni atendamos a
nada. Es normal. Resulta un mecanismo de defensa inicial que pretende
prepararnos. Aun así es importante que la persona no permanezca en esta
etapa mucho tiempo y pueda iniciar su duelo.
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Muchas veces, el primer contacto con las
emociones tras la primera fase suele ser en forma
de ira. Esta emoción surge de la frustración
producida por la pérdida irreversible y que se
manifiesta contra los causantes, reales o no, de la
misma.
En algunos casos, la rabia también puede ser dirigida hacia una o uno
mismo, pudiendo aparecer sentimientos de culpa ante lo sucedido,
independientemente de que hayamos tenido responsabilidad o
intervención alguna ante lo ocurrido. La rabia tiene su función. Nos impulsa
a pedir ayuda y a coger impulso para seguir adelante. Toda la rabia que se
queda dentro, que intentemos negar o esconder nos acabará
machacando.
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Esta toma de contacto suele producir una profunda sensación de vacío, lo
que a su vez nos causa una fuerte tristeza. En esta etapa es normal que nos
aislemos más, que nos notemos más cansados, que cualquier tarea se
vuelva complicada o que sintamos que no vayamos a salir de ese estado
de abatimiento. Pero aunque pueda parecer que la tristeza va a durar para
siempre, la realidad es que solo desde este punto podremos volver a
reconstruirnos.
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de ser, nuestros recursos personales o nuestras experiencias previas
modularán el proceso de duelo y lo harán único para cada persona.
La tristeza y la furia
En un reino encantado donde los Y sucedió que esa ropa no era la suya,
hombres nunca pueden llegar, o quizás sino la de la tristeza...
donde los hombres transitan eternamente
sin darse cuenta... Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calmada, y muy serena, dispuesta
En un reino mágico, donde las cosas no como siempre a quedarse en el lugar
tangibles, se vuelven concretas. donde está, la tristeza terminó su baño
y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin
Había una vez... un estanque maravilloso. conciencia del paso del tiempo), con
Era una laguna de agua cristalina y pura pereza y lentamente, salió del
donde nadaban peces de todos los estanque.
colores existentes y donde todas las
tonalidades del verde se reflejaban En la orilla se encontró con que su ropa
permanentemente... ya no estaba. Como todos sabemos, si
hay algo que a la tristeza no le gusta es
Hasta ese estanque mágico y quedar al desnudo, así que se puso la
transparente se acercaron a bañarse única ropa que había junto al
haciéndose mutua compañía, la tristeza y estanque, la ropa de la furia.
la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y Cuentan que desde entonces, muchas
desnudas las dos entraron al estanque. veces uno se encuentra con la furia,
ciega, cruel, terrible y enfadada, pero
La furia, apurada (como siempre está la si nos damos el tiempo de mirar bien,
furia), urgida -sin saber por qué- se baño encontramos que esta furia que vemos
rápidamente y más rápidamente aún, es sólo un disfraz, y que detrás del
salió del agua... disfraz de la furia, en realidad... está
escondida la tristeza.
Pero la furia es ciega, o por lo menos no
distingue claramente la realidad, así que,
desnuda y apurada, se puso, al salir, la
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Seguramente en este momento te estés preguntando “Y ¿Qué hago yo
con mi dolor?”. Cada persona "procesa" su dolor de maneras distintas. Por
eso es muy complicado ofrecer una "receta" general que sirva para todo el
mundo.
No existe una forma “correcta” ni “normal” de elaborar el duelo, el
abanico de reacciones ante este proceso es inmenso.En cualquier caso,
podemos utilizar estrategias o recursos que pueden ayudarnos a llevar la
situación de duelo de una forma más adaptativa.
Para poder trabajar las emociones que surgen durante el período de duelo,
es necesario que seamos conscientes de qué emociones estamos
experimentando y permitirnos sentirlas.
La gama de emociones que se dan en el duelo puede ser muy amplia.Es
normal sentir tristeza, vacío o pena ante una pérdida. También puede ser
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que, por el contrario, te sientas enfadada o enfadado, ansiosa o ansioso o
que te parezca que no estás tan triste como deberías. Sea cual sea la
emoción que experimentes, lo importante es que la aceptes y no te
juzgues.
Como dice el dicho popular, “las penas compartidas son menos penas”.
Sabemos que muchas veces expresar cómo nos sentimos no resulta nada
fácil. Sentir cierto bloqueo a la hora de abrirnos a los demás es en cierta
forma normal. Sin embargo, está demostrado que comunicar nuestros
sentimientos resulta liberador y reduce el efecto emocional sobre las
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personas. Es decir, cuando comunicamos nuestras emociones, no solo
favorecemos que los demás empaticen con nosotros, sino que también
duelen menos. No sientas vergüenza o miedo al qué dirán.
Por obvio que nos parezca, es importante que también cuidemos nuestros
hábitos de vida. Dormir lo suficiente, comer de manera equilibrada o hacer
ejercicio regularmente, son cosas que nos ayudarán a sentirnos mejor.
Dormir, en concreto, es una actividad necesaria, ya que nos ayuda a
restablecer el equilibrio físico y psicológico básico. A continuación, te
proponemos algunas pautas de higiene del sueño para que puedas
tenerlas en cuenta:
Manten un horario fijo para acostarte y levantarte, incluidos fines de
semana y vacaciones.
Permanece en la cama el tiempo suficiente, pero no más,
adaptándolo a tus necesidades reales de sueño.
Si han pasado 30 minutos desde que te acostaste y sigues aún sin
dormir, levántate de la cama, ve a otra habitación y haz algo que
no te active demasiado, como leer una revista o ver la televisión, por
ejemplo.
Evita la siesta y las situaciones que la propicien.
Intenta no realizar en la cama actividades tales como: ver la
televisión, leer, escuchar la radio, comer, hablar por teléfono,
discutir…Nuestro cerebro necesita asociar el dormitorio y la cama a
la actividad de dormir.
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Realiza ejercicio suave (por ej. pasear) durante al menos una hora al
día, con luz solar, preferentemente por la tarde y siempre al menos
tres horas antes de ir a dormir.
Repite cada noche una rutina de acciones que te ayuden a
prepararte mental y físicamente para irte a la cama: lavarse los
dientes, ponerse el pijama, preparar la ropa del día siguiente….
Practica ejercicios de relajación antes de acostarse, ya que estos
pueden contribuir a que duermas mejor.
Toma un baño a temperatura corporal, tiene un efecto relajante, por
lo que es una actividad que favorece el sueño.
Procura evitar las bebidas que contienen cafeína, como las coca
colas y el café, ya que tomadas por la tarde, alteran el sueño incluso
en personas que no lo perciben.
El alcohol y el tabaco, además de perjudicar la salud, perjudican el
sueño y, en este sentido, se debe evitar su consumo varias horas
antes de dormir.
El dormitorio debe tener una temperatura agradable y unos niveles
mínimos de luz y ruido.
Procura no acostarte hasta que hayan pasado dos horas desde la
cena.
Evita utilizar la cama para “dar vueltas” a tus preocupaciones. Mejor
reservar, en otro momento del día, 30 minutos para reflexionar sobre
aquello que le preocupa, intentando encontrar las soluciones
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Culturalmente parece extendida la idea de que llorar es signo de
debilidad, lo que ha llevado a gran parte de la población a reprimir sus
emociones y contener sus lágrimas. Sin embargo, llorar es algo bueno, que
trae consigo diversos beneficios. En primer lugar, tiene un efecto
analgésico. Llorar provoca una sensación de liberación inmensa que nos
inunda después de hacerlo. Por otro lado, previene otras situaciones de
mayor malestar. Intentar contener las lágrimas requiere de mucho esfuerzo,
un esfuerzo que se traducirá en ansiedad, irritabilidad, estrés… y que incluso
puede derivar en enfermedades cardiovasculares.
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A menudo, las personas tratan de evitar el sufrimiento y el dolor realizando
múltiples actividades que encadenan unas a otras. Esta estrategia les
permite no pensar y alejarse temporalmente de su malestar. Sin embargo,
la sobreocupación no es más que una forma de evasión. En algún
momento todos hemos deseado dejar de pensar pero, paradójicamente,
lo que ocurre es justamente lo contrario. Al esforzarnos tanto en no pensar
se produce un incremento de la intensidad, la frecuencia y la duración de
los pensamientos que pretendemos bloquear. En estos casos, como en los
demás, la clave no está en intentar no pensar en aquello que nos hace
daño, sino en procesarlo. Para ello, es necesario que lo mantengamos en la
mente el tiempo suficiente hasta conseguir darle un significado que no nos
haga daño emocional.
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apoyarnos en otras personas es fundamental. Sin embargo, a veces,
nuestro entorno no tiene los recursos suficientes para ayudarnos como
necesitamos. Para ello, puedes contar con la valiosa ayuda de los grupos
de apoyo. Encontrarnos con otras personas en situaciones similares y
compartir con ellas nuestras experiencias puede resultar muy
tranquilizador, ya que nos permite ver que las vivencias y sensaciones que
estamos atravesando no son tan extrañas y han sido también vividas y
sentidas por otros.
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Puedes buscar información por Internet. Esta primera búsqueda te
ayudará de forma sencilla a localizar a las asociaciones o grupos de
apoyo desde tu propia casa.
También puedes preguntar directamente en tu Centro de salud o en el
Servicio Social de Base de tu zona para que te orienten.
Por ejemplo, en Avifes contamos con diferentes grupos de apoyo, tanto
para familiares como para personas con enfermedad mental. Bajo el
paraguas de la escucha, la cercanía y la comprensión, buscamos
acompañar a las personas con problemas de salud mental y sus familias
a lo largo de su vida, y dar así respuesta a las necesidades concretas
que puedan presentar. Para ello, ofrecemos espacios en lo que poder
recibir información y contar con el apoyo emocional de una gran
familia, Avifes. A continuación, te mostramos algunos ejemplos. Si estás
interesado en alguno de ellos, no dudes en ponerte en contacto con
nosotras:
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Grupo de jóvenes “Gazteori”: la juventud puede resultar una etapa
complicada, marcada por los cambios y la desorientación. Si a eso
le sumamos un diagnóstico de enfermedad mental, la cosa puede
complicarse aún más. En este grupo, las personas jóvenes con
problemas de salud mental encuentran un espacio en el que hablar
de lo que les preocupa, desarrollar sus habilidades sociales y
conocer a otros jóvenes en su misma situación. Se trata de un
espacio en el que apoyarse mutuamente y en el que poder conocer
más sobre su enfermedad.
¡No lo olvides!
Si estás pasando por un mal momento, compártelo
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Estas enfadado o enfadada todo el día con todas las personas de tu
alrededor.
Te sientes mal por seguir adelante con tu vida.
Has empezado a notar que el pecho te oprime, te falta el aire, te
palpita el corazón constantemente, etc.
Lo ves todo negro, nada te proporciona placer y no disfrutas con nada.
Lloras continuamente a lo largo del día y de la noche, sin explicación
aparente.
En una situación de duelo es normal que experimentes alguno de los
ejemplos anteriores. Sin embargo, si comienzas a percibirlos a diario, o
incluso varias veces al día, con una gran intensidad, o están interfiriendo en
tu vida y relaciones, te recomendamos que pidas ayuda.
La importanica de la despedida
Las despedidas son importantes, ya que nos permiten decir cosas que
normalmente callamos o de las que nos arrepentimos; dar explicaciones,
las gracias, etc. En definitiva, nos dan tranquilidad.
Despedirse es uno de los momentos más duros por los que pasaremos
nunca, ya que implica liberar algo que no queremos liberar. Para realizar
una despedida simbólica no existe un guión, pero puede sernos útil
hacernos un par de preguntas antes de planificar : ¿Qué es lo que quiero
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simbolizar/despedir/marcar? ¿De qué manera podría plasmarlo? Muchas
veces no tiene por qué ser algo complicado o enrevesado, puede ser algo
más sencillo, del día a día. Lo fundamental es que tenga un significado
sentido para quien lo realiza. Es entonces cuando resultará terapéutico.
Si estás viviendo un duelo, recuerda, que no estás solo. Que está bien pedir
ayuda si lo necesitas. Que es importante que te arropes, que te mimes, que
te escuches. Que seas muy paciente contigo mismo. Y respetuoso.
Y que recuerdes que todo este dolor que sientes, también, pasará.
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