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Justicia Distributiva e Igualdad

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CAPITULO PRIMERO: EL SEGUNDO PRINCIPIO DE JUSTICIA EN LA TEORA DE

JOHN RAWLS.

FORMULACIN DEL SEGUNDO PRINCIPIO A TRAVS DE LOS ESCRITOS DE


JOHN RAWLS.

En el libro Teora de la justicia se desarrolla tericamente el principio de diferencia, ya


que en la teora posterior de Rawls, sobre todo en lo que se refiere a su propuesta de
liberalismo poltico, no se hace una revisin explcita de las cualidades normativas de este
principio sino que las da por sentadas y las comenta sin pretender corregirlas. Sin
embargo, el escaso tratamiento terico de este principio en la etapa del liberalismo
poltico limita y reduce el compromiso distributivo radical que se encuentra en la primera
y cannica etapa de la obra de Rawls. De todos modos, deben considerarse algunas
precisiones posteriores en el ltimo de los libros de Rawls publicado antes de su muerte:
Justice as fairness: a restatement del ao 2001. (OJO: UNA DE LAS GLOSAS ESTN
EN LIBERALISMO POLTICO EN LAS CONFERENCIAS YA IDENTIFICADAS)
EL PUNTO DE PARTIDA

Entre los primeros trabajos de Rawls que son considerados como los materiales
preparatorios para su Teora de la Justicia, hay uno de gran inters al presentar ciertas
cuestiones que posteriormente se convertirn en ideas claves de su teora madura. Se trata
del escrito titulado Outline of a Decision Procedure for Ethics de 1951. Aqu
encontramos el mtodo que utiliza Rawls para abordar la filosofa moral: se trata de tener
principios ticos cuya justificacin misma est dada por su procedimiento de construccin.
no hay modo de saber de antemano cmo encontrar y formular esos principios
razonables. A decir verdad, ni siquiera podemos estar seguros de que existen y es notorio
que no existen mtodos de descubrimiento mecnicos.10. En este mtodo hay un primer
paso que consiste en establecer el perfil de la clase de jueces morales competentes, con el
que se busca un artificio intelectual que asegure la imparcialidad a la hora de establecer la
clase de juicios morales considerados que sirvan de criterio para la decisin moral. Los
jueces morales competentes cumpliran ciertos rasgos formales como tener una inteligencia
media y un conocimiento elemental del mundo en el que vive. Adems, ser razonable en la
medida en que est dispuesto a sopesar las razones a favor y en contra de ciertas lneas de
conducta. Por ltimo, tener conocimiento simpattico de los intereses humanos que entran
en juego en las situaciones conflictivas donde hay que tomar una decisin moral. (cita)

La posibilidad de que se d este conocimiento en los jueces es o bien por la experiencia


directa o bien porque imaginativamente el juez competente es capaz de ponerse en el lugar
de los otros. Desde ya se prefigura en este primer trabajo la idea de la justicia como
imparcialidad, pues resulta evidente que tener en cuenta todos los intereses en conflicto
llega a ser lo mismo que no tener en cuenta ningn inters particular. A un juez
competente se le exige tener la capacidad y el deseo de poner ante s mismo, en la
imaginacin, todos los intereses en conflicto, junto con todos los hechos relevantes del
caso, y de prestarles, al evaluar cada uno de ellos, la misma atencin que si esos intereses
fueran suyos. Se le exige determinar qu pensara que es justo e injusto si cada uno de esos
intereses fueran tan enteramente el suyo como de hecho son los de otras personas,11..
La segunda parte de este proceso consistir en determinar las caractersticas de la clase de
juicios morales considerados como son: el conocimiento de las circunstancias que rodean
al caso, la certidumbre, imparcialidad e inmunidad del juez y el carcter intuitivo.

Definidos ya estos juicios es necesario formular una explicacin que rena al conjunto
total de los mismos y que sirva como criterio de justificacin. En este sentido, Rawls
entiende por explicacin un conjunto de principios que al ser aplicados sistemticamente
logran la coincidencia entre nuestros juicios morales particulares con aquellos juicios que
sobre los mismos casos formularan los jueces morales competentes. Es por esto que afirma
que si existen principios razonables para decidir cuestiones morales, entonces hay una
presuncin de que los principios de una explicacin satisfactoria de todo el mbito de los
juicios considerados de jueces competentes por lo menos se aproximarn a ellos.12.
Tenemos entonces un recurso heurstico en la explicacin de estos juicios que permite
descubrir esos principios razonables.

JUSTICIA COMO FAIRNESS

El texto Justice as Fairness fue una comunicacin que Rawls present en 1957 siendo
publicada como artculo en The Journal of Philosophy, pero al siguiente ao reescribi
partes de dicho artculo y aument considerablemente su extensin. Esta versin reeditada
apareci la revista Philosophical Review de 1958 y en la dcada de los aos sesenta se
encuentran reediciones del mismo artculo. Sin embargo, ms all de las variaciones que
pueda tener este trabajo, su objetivo ltimo permanece intacto: afirmar la tesis de que la
idea de equidad deba considerarse como la nocin central de la justicia. Es as como
introduce los dos principios de justicia que ayudan a especificarla, hace una reflexin
sobre las circunstancias en la que puede pensarse que tales principios podran aparecer y
considera las restricciones morales que deben imponerse los sujetos sobre s para que
dichos principios entren en escena (1958 164).

Los principios de justicia enunciados en esta poca, sufrirn sucesivas reformulaciones a lo


largo del desarrollo del pensamiento de Rawls introduciendo variantes importantes, con el
fin de mejorar su aplicabilidad o de resolver objeciones que le han sido planteadas. Ahora
bien, son varias las conexiones que llaman la atencin entre este texto y el punto de
partida en 1951 con relacin al tema de la justicia. Una de ellas tiene que ver con la nocin
de prctica, pues la justicia se concibe como una virtud de las instituciones sociales o de lo
que se considera una prctica, es decir, toda forma de actividad especificada por un
sistema de reglas que define cargos, papeles, jugadas, castigos, y as sucesivamente, y que
da a esa actividad la estructura que tiene17; y no como una virtud propia de acciones
particulares o personales.

Otra de las conexiones que es posible ver entre Justice as Fairness y su Outline of a
Decision Procedure for Ethics, es que el objetivo que se persigue sigue siendo el mismo, a
saber: el de encontrar un procedimiento para resolver conflictos morales de intereses. Pero
este asunto ya no pasa por encontrar jueces morales idneos ni por reflexionar sobre
nuestros juicios morales. Ahora se trata de lograr un nivel de abstraccin en la discusin
para la formulacin de dos principios de justica que permitan valorar las prcticas sociales,
especialmente en la forma en como ellas definen oficios y poderes, y asignan derechos y
deberes (Rawls 1957 653). Adems, persiste en el texto de Justice as fairness la idea de
una justificacin moral de los principios segn la cual no podemos derivarlos de
principios a partir de la razn, ni obtenerlos como conocidos por intuicin (Rawls 1957
655).

La principal crtica que ha recibido este modelo previo a la teora de la justicia de John
Rawls, la realiza el filsofo norteamericano R. P. Wolff en su libro Understanding Rawls
(1977). Esta interpretacin tiene como base la teora de juegos, lo cual desva el foco de la
cuestin al querer determinar criterios de decisin racional para la solucin del juego de
regateo (bargaining game). Desde este punto de vista llegaramos a creer que los principios
que Rawls ofrece no son sino una solucin a ese juego48. No obstante, en la nota 12 de
Justice as fairness el propio Rawls explica las limitaciones que implica la aplicacin del
modelo de juego de regateo a la interpretacin de los principios de justicia, dando como
razn que dicho modelo carece de un concepto de moralidad (1958 177). As mismo,
Rawls insiste en que los sujetos acuerdan pautas de juicio, no una prctica determinada;
ellos no hacen un acuerdo o negociacin especfico (any specific agreement, or bargain), ni
adoptan una estrategia particular (1958 176)49. En efecto, es el sistema de prcticas el que
ha de ser juzgado como justo o injusto.
La crtica de Wolff pasa por alto esta observacin y permite sealar distintos problemas que
se presentaran al tratar de aplicar los dos principios de justicia19. De hecho, este autor
plantea la hiptesis de la imposibilidad de elegir, empleando los principios de justicia como
criterio, entre dos prcticas que siguen los mismos fines pero con una distribucin diferente
de las funciones sociales. La observacin parece vlida si se trata de determinar cul de las
dos prcticas es preferible a la otra, pero olvida que ambas prcticas se inscriben en un
sistema ms amplio en que se tiene una moralidad.

As mismo, en el examen que hace Wolff no se tiene en cuenta la referencia a la moralidad


como un elemento esencial del procedimiento a travs del cual se establecen los principios
de justicia y no se tiene en cuenta su verdadero alcance. Uno de los principales argumentos
de esta crtica niega que los principios de justicia constituyan una solucin al juego del
regateo propuesto por Rawls. Si aceptamos que las partes son egostas racionales con un
conocimiento mutuo sobre sus talentos naturales, no hallaramos un escenario que desde
el clculo racional- sean escogidos de manera unnime ciertos principios de justicia que
lesionen los intereses de algunos. Por supuesto, esta es una debilidad en los argumentos de
la primera versin del modelo; pero el mismo Rawls recurre al concepto de velo de
ignorancia como una mayor formalizacin del proceso de eleccin de los principios en la
posicin original, para subsanar esta deficiencia.

Ahora bien, la interpretacin que hace Wolff de este primer modelo de la teora est
soportada en una hiptesis que termina siendo refutada por el desarrollo mismo de la obra
de Rawls. En sntesis, la lectura de este primer crtico supone que existe una idea clave en
la teora poltica rawlsiana que permite interpretar todo el conjunto. Tal idea no es otra que
la asociacin entre la teora del contrato social y la teora matemtica de los juegos, de tal
forma que con una sola compulsin adicional cuasi-formal, sustantivamente vaca, podra
demostrar, como un teorema formal de la teora de la eleccin racional, que la solucin al
juego del regateo era un principio moral que tena las caractersticas de la constructividad,
la coherencia con nuestras convicciones morales y la racionalidad, y que destinaba un
espacio independiente a la nocin de lo justo, a la vez que reconoca la dignidad y el valor
de la personalidad moral.21. Esta hiptesis interpretativa es utilizada por Wolff en los
desarrollos posteriores de la obra de Rawls, lo cual muestra un excesivo reduccionismo al
afirmar como pieza fundamental de la teora de ste la teora de los juegos. En esta primera
fase de formacin de la teora hay un recurso a las teoras cientficas, pero en el
procedimiento de eleccin de principios se fijan importantes restricciones que se derivan
del hecho de tener una moralidad. Las restricciones que impone una moralidad no son en
ningn caso un aadido cuasi-formal al juego del regateo como afirma Wolff, sino una
condicin necesaria por la cual las partes, concebidas como egostas racionales, pueden
acordar principios de justicia ya que el reconocimiento de principios morales tiene que
manifestarse en que se acepta una referencia a ellos como razn para limitar las propias
pretensiones23.

Para finalizar el examen de la crtica de Wolff debemos decir que l sostiene que los
principios de justicia no son la solucin al juego del regateo, ya que las partes saben
demasiado al conocer diferencias entre sus respectivos talentos y no hay en definitiva
condiciones de incertidumbre necesarias. Sin embargo, ante este juicio tampoco se tiene en
cuenta que las partes se ven impulsadas a contraer un compromiso sabiendo que el
principio que escojan ser de aplicacin en el futuro y en cualquier circunstancia o posicin
en que se encuentren. Con esto en mente Rawls afirma que cada cual sabe que estar
vinculado por l en circunstancias futuras cuyas peculiaridades no pueden conocerse, y que
muy bien podran ser tales que el principio jugara entonces en su desventaja 24. Aqu
tenemos una anticipacin al concepto de velo de ignorancia, cuando se alude al
desconocimiento de la posicin en el futuro.

Uno elementos de suma importancia en esta discusin es el concepto de equidad (fairness)


con relacin a la idea de justicia, y esto se aprecia al momento en que los agentes
racionales libres e iguales se ven involucrados en actividades cooperativas gobernadas por
reglas que determinan cargas y beneficios. Si los agentes reconocen dichas reglas como
equitativas llegamos a un deber prima facie (y un correspondiente derecho prima facie) de
las partes unas con otras, de actuar de acuerdo con la prctica cuando les toca el turno de
cumplir con ella25. Tenemos aqu el concepto de juego limpio (fair play), que Rawls
entiende como un deber por el cual no podemos rechazar las reglas de una prctica en la
que participamos, pues de ella se derivan cargas y beneficios.
En conclusin, el texto de Justicia como equidad no pretende defender una justificacin
racional de la prctica del regateo, ni tampoco ser una justificacin moral del derecho. El
alcance terico es ms restringido: ofrecer los principios que sustenten la virtud de la
justicia en las sociedades democrticas. El entramado conceptual tiene que ver con una
filosofa de las prcticas, es decir, con una filosofa moral de aquellas prcticas que
permiten la justa distribucin de cargas y beneficios. Por esta razn, en el texto se insiste
en que la reflexin sobre la justicia est delimitada por el contexto de ciertas prcticas
sociales, pues son ellas las que determinan el marco de evaluacin de la justicia y sus
principios.

Los dos principios de justicia que afirma Rawls en este escrito tienen la siguiente
formulacin: i) cada persona que participa en una prctica, o que se encuentra afectada por
ella, tiene el mismo derecho a la ms amplia libertad compatible con una libertad igual para
todos; ii) las desigualdades son arbitrarias a menos que sea razonable esperar que estas
vayan a funcionar para beneficio de todos, y siempre que los puestos y cargos a los que se
encuentran vinculados, o desde los que pueden obtenerse, estn abiertos a todos (1958 165).

El filsofo estadunidense advierte que el contenido de estos principios no expone algo


novedoso para el campo de la filosofa moral y poltica, pues hay varios pensadores
modernos y contemporneos que defenderan dichos principios como Kant, J. S. Mill y H.
L. A. Hart. Adems, Rawls afirma que los debates sobre la arbitrariedad de las
desigualdades se encuentran en escritos polticos de todo tipo. Lo que realmente pretende es
que se aprecie la originalidad en la elaboracin de los principios de justicia, su
estructuracin la forma en que representan su concepcin de la justicia. De hecho, la
verdadera innovacin se encuentra y esta es la cuestin filosfica relevante en la
justificacin que ofrece de ellos.

Finalmente, respecto al segundo principio debemos anotar lo siguiente: all se especifican


las condiciones en las cuales estaran permitidas las desigualdades. As, las desigualdades
seran arbitrarias pues se relacionan con los posibles beneficios de tener cierta posicin,
ms que con la diferencia de la posicin en s misma. El punto central no es la diferencia
entre los cargos, sino los beneficios que se derivan de ellos. En resumen, el tema principal
es la distribucin resultante.
JUSTICIA DISTRIBUTIVA

Es un artculo del ao 1967 reforzado de comentarios adicionales un ao despus, donde se


abordan tres tpicos en forma de ampliacin al modelo propuesto en Justice as Fairness.
All aparecen nuevos argumentos en favor de los principios de justicia, precisiones sobre la
viabilidad de stos en el marco institucional democrtico y ciertas modificaciones
relevantes a la primera versin. El grupo de modificaciones tiene que ver con los siguientes
aspectos: la correcta interpretacin del significado de los dos principios de justicia, y
especialmente el alcance del principio de diferencia; adems de mostrar su viabilidad
prctica mediante su articulacin a las instituciones bsicas de la sociedad. Por ltimo, se
analizan las consecuencias de las cuotas distributivas que definen los principios de justicia
y su correlacin con una nocin intuitiva de justicia de la mano del sentido comn.

Sobre la correcta interpretacin de los principios de justicia, y en especial del principio de


diferencia, primero debemos decir que Rawls rechaza mltiples interpretaciones en torno a
l. En especial, aquella que se insina con el principio paretiano de optimidad, de acuerdo
con el cual una distribucin es justa u ptima desde el momento en que ya no es posible
que mejore ninguno sin que empeore nadie. Tal criterio resulta inaceptable porque, segn
Rawls, resultara posible considerar mltiples formas de articular la estructura bsica de
una sociedad y cada una de ellas sera ptima respecto a condiciones dadas, sin tener
mayor margen de eleccin entre alguna de ellas como ms justa que las otras. En esta
circunstancia llegaramos a situaciones claramente contra intuitivas. As, puede que en
ciertas condiciones la servidumbre no pueda ser reformada de forma significativa sin
disminuir las expectativas de algn individuo representativo, pongamos por caso las de los
terratenientes, en cuyo caso la servidumbre es ptima28.
Dicha dificultad evidencia la necesidad de elegir una posicin social que sea referencia para
juzgar las expectativas del conjunto. Tal posicin no es otra que la del individuo
representativo de los menos favorecidos. Tenemos entonces una modificacin importante
del principio de diferencia, en contraste con la formulacin que apareciera en Justice as
Fairness; all se indicaba que las desigualdades son justas si mejora la condicin de todos,
pero ahora se interpreta el segundo principio de modo que segn l esas diferencias son
justas si y slo si las mayores expectativas de los ms favorecidos, cuando desempean un
papel en el funcionamiento del sistema social en su conjunto, mejoran las expectativas de
los menos favorecidos29

As mismo, Rawls expone las siguientes razones en favor del principio de diferencia:

1. Satisface las exigencias del principio de reparacin, segn el cual las diferencias
naturales de talento son inmerecidas, por lo que las desigualdades sociales que a partir de
aquellas se generen requieren una reparacin.

2. Supone una interpretacin del principio de fraternidad, que ha ocupado siempre un


segundo plano en la teora democrtica. La idea de fraternidad parece tener como referente
un determinado sentimiento ms que una categora poltica, pero el principio de diferencia
le proporciona una interpretacin natural, hacindola ms viable como criterio a tener en
cuenta en la configuracin de la estructura bsica de la sociedad.

3. Es compatible con el imperativo categrico kantiano, que considera a los hombres como
fines y nunca slo como medios, pues los individuos que participan en la posicin original
lo hacen en calidad de personas morales que se conciben a s mismas como fines, y elegirn
los principios que racionalmente pueden satisfacer sus pretensiones como personas.

4. Satisface el principio de reciprocidad o de beneficio mutuo. Por una parte, situndonos


desde la perspectiva de la situacin original, el individuo representativo menos favorecido
obtiene ventaja con el incremento de ganancias del ms favorecido, por otra, ste ltimo se
beneficia del principio de diferencia en cuanto que el rechazo del mismo le acarreara una
peor situacin, si se tiene en cuenta que el bienestar de todos depende de que haya algn
esquema de cooperacin y que el mximo beneficio de un sistema cooperativo se obtiene
cuando los individuos que participan en l encuentran razones para cooperar
voluntariamente.

Otra cuestin capital en este artculo est referido a la posibilidad de articular las
instituciones democrticas teniendo como base los dos principios de justicia. Rawls tiene
en mente un marco institucional igualmente compatible con el sistema capitalista y el
sistema socialista de mercado. No obstante, habra condiciones a cumplir como el hecho de
tener economa competitiva de mxima utilizacin racional de los recursos disponibles, una
distribucin de la renta solidaria con todas las generaciones para garantizar un mnimo
social apropiado y el derecho de todos a la educacin para as satisfacer la igualdad de
oportunidades.

El gobierno adecuado a este marco institucional estara compuesto por cuatro ramas. Las
dos primeras, asignacin y estabilizacin, tienen como funcin garantizar la eficiencia del
sistema econmico, las dos ltimas, transferencias y distribucin, persiguen asegurar la
justicia social. La rama de asignacin debe preservar un mercado competitivo que el autor
considera compatible con la intervencin del gobierno en la economa, ya sea para impedir
la excesiva concentracin del poder econmico, ya sea para mejorar la eficiencia del
sistema mediante medidas correctoras cuando los precios no alcanzan a ser una medida
correcta de los beneficios y costes sociales. La rama de estabilizacin trata de asegurar un
aprovechamiento racional de los recursos econmicos evitando que se produzcan
despilfarros y adecuando la libre eleccin de ocupacin y el despliegue de los recursos
financieros a una demanda real.

La rama de transferencias se orienta a garantizar un mnimo social para todos los


ciudadanos. Su presencia viene exigida por el hecho de que una economa de mercado no
tiene en cuenta aquellas pretensiones de los ciudadanos que estn relacionadas con sus
necesidades. Una nocin de justicia compatible con el sentido comn nos indica que la
renta total, salarios ms transferencias, no puede ser determinada mediante la competencia
del mercado, dado que ste no garantiza un bienestar mnimo para cada ciudadano. En
relacin a ese mnimo social se plantea una cuestin clave si se quiere dar un contenido
concreto al principio de diferencia, a saber, cmo se determina dicho mnimo o, dicho de
otra forma, cul es su nivel apropiado, de forma que nos permita cohonestar la eficacia
econmica con las exigencias de la justicia. Parece claro que, de acuerdo con el principio
de diferencia, el mnimo debe situarse en un grado tal que, teniendo en cuenta los salarios,
maximice las expectativas del grupo social que tiene rentas ms bajas. Rawls nos ofrece el
siguiente ejemplo para ilustrar esta idea: Supongamos, para simplificar las cosas, que los
pagos de transferencias y los beneficios derivados de los bienes pblicos estn respaldados
por impuestos sobre el gasto (o sobre la renta). Elevar el mnimo implica, entonces, elevar
la proporcin constante a la que se grava el consumo (o la renta). Ahora bien, es presumible
que, a medida que esta proporcin aumenta, se llegue a un punto ms all del cual ocurre
una de dos: o que no pueden hacerse los ahorros requeridos o que el aumento de los
impuestos interfiere tanto en la eficiencia de la economa que las expectativas de la clase
ms baja para ese periodo no mejoren ya, sino que empiecen a descender. En cualquiera de
los casos se ha alcanzado el nivel apropiado para el mnimo social y no debe hacerse
incremento ulterior alguno.33. La cuarta rama debe procurar una distribucin justa de la
renta contando con las generaciones futuras. Esta tarea puede llevarse a cabo mediante
algn tipo de impuestos sobre la herencia que evite una concentracin de la riqueza tal que
pueda hacer peligrar la libertad y la igualdad de oportunidades, y un sistema de impuestos
proporcionales sobre el consumo, mejor que sobre la renta. El conjunto del sistema de
instituciones descrito parece satisfacer intuitivamente los principios de justicia, pero para
que esto sea posible es necesario aadir un principio de ahorro justo. El problema que se
plantea entonces es cmo fijar una tasa de ahorro que sea justa y aceptada por todos. Para
abordarlo, Rawls nos sita en la perspectiva de la posicin original donde las partes, gracias
al velo de ignorancia, desconocen la generacin a la que pertenecen. Esta situacin
permitira acordar un principio de ahorro razonable que favoreciera a todas las generaciones
a excepcin de la primera. En efecto, cada una recibe el beneficio del ahorro producido por
las anteriores y contribuye con el suyo propio a beneficiar a las ulteriores, excepto la
primera en la que se inicia el proceso, a la que se exigen cargas sin contraprestacin alguna.
En este caso, Rawls presume que los padres estarn dispuestos espontneamente al
sacrificio de ahorrar por el bienestar de sus hijos.

Por otro lado, recurriendo a un criterio de solidaridad entre las generaciones, parece
razonable que la tasa de ahorro sea ms baja en las primeras etapas del desarrollo industrial
de una sociedad que en las etapas ms avanzadas y prsperas. Rawls reconoce que todas
estas observaciones son enormemente vagas pero concede una vital importancia al
procedimiento por el cual se aborda el problema de un ahorro justo. Es decir, considerado el
problema desde la perspectiva de la posicin original, sta impone lmites ticos que habr
que tener en cuenta.

Una caracterstica esencial del conjunto de instituciones descritas es que supone la


concrecin de un modelo de justicia procedimental pura, en cuanto que se trata del diseo
de un esquema formal tal que, si se cumplen las condiciones requeridas para la satisfaccin
de los dos principios de justicia, cualquier distribucin resultante sera justa. Es decir, es el
procedimiento mismo el que garantiza la justicia distributiva, no ocurre as en el caso de la
justicia procedimental perfecta, que se aplicara, segn el ejemplo del propio Rawls, al
supuesto de la divisin equitativa de un pastel, donde hay un criterio independiente para
determinar qu distribucin es justa, a saber, bastara con establecer la condicin de que
quien hiciera la divisin tomara la ltima porcin.

La tercera cuestin que Rawls se plantea es la compatibilidad de la concepcin de la


justicia expuesta con nociones de justicia de sentido comn. En este apartado, a mi juicio,
se prefigura la idea, que luego se madurar en la Teora de la Justicia, de equilibrio
reflexivo, pues el autor trata de mostrar que la teora contractualista de la justicia que l
propone, al menos no parece que sea incompatible con nociones de sentido comn y muy
bien podra interpretarse aqulla como una concrecin de stas.

Hay diversas nociones de justicia de sentido comn que en principio parecen que
representan criterios vlidos para discernir si una sociedad es ms justa que otra. Por
ejemplo, aqulla que define una sociedad justa como una combinacin de dos elementos: la
igualdad en cuanto a los niveles de bienestar y la suma total de utilidades o bienestar total,
el primer elemento se refiere a la justicia y el segundo al principio de eficiencia. Est claro
aqu que un sistema social que supera a otro en ambos elementos es ms justo. El problema
se plantea en el terreno de la prctica donde con seguridad hay que ponderar ambos
elementos. Cmo valorar una institucin que satisface uno de los principios pero no el
otro?. Es evidente que se requiere un criterio preciso de ponderacin que nos permita, por
ejemplo, establecer que grado de desigualdad se compensa con un determinado aumento en
el bienestar total.
Las nociones de justicia de sentido comn son extremadamente vagas y carecen de un
criterio semejante. Ahora bien, precisamente por ello y porque puede decirse que cualquiera
que empleara los dos principios rawlsianos estara estableciendo un equilibrio entre
igualdad y eficiencia, quin puede afirmar que la teora contractualista no es una
interpretacin de aquella nocin de justicia de sentido comn?. De la misma vaguedad
adolecen determinadas propuestas genricas de poltica econmica que establecen como
metas la competitividad, el pleno empleo, una apropiada tasa de crecimiento, una cierta
igualdad en la distribucin y un mnimo de bienestar social garantizado. Cualquiera que
suscriba los dos principios de justicia podra aceptar estas metas, pero no asumira cualquier
concrecin de esta poltica econmica con independencia del peso que conceda a una u otra
de las metas propuestas. En ese sentido, la teora rawlsiana es una teora completa de la
justicia porque nos proporciona un criterio de ponderacin pues a todas las
combinaciones de principios, preceptos y objetivos de poltica se les otorga un peso al
maximizar las expectativas de los menos favorecidos en la medida en que ello sea
compatible con que se haga el ahorro justo requerido y con que se mantenga el sistema de
igual libertad y la igualdad de oportunidades.34

La conclusin de Rawls es un claro anticipo de la idea de equilibrio reflexivo: Por ello,


pese a que la doctrina contractualista parece a primera vista una concepcin algo especial,
particularmente en el tratamiento de las desigualdades, puede que sin embargo exprese los
principios que laten en el trasfondo y que controlan los pesos que se expresan en nuestros
juicios cotidianos.35 En resumen, esta segunda versin del modelo rawlsiano que
sustancialmente est contenida en los trabajos Distributive Justice y Distributive Justice:
Some Addenda viene a subsanar ciertas ambigedades sobre cuestiones claves del modelo
anterior, al mismo tiempo que introduce algunas novedades importantes y aade nuevos
argumentos en favor de la eleccin y la viabilidad de los principios de justicia en una
sociedad democrtica.

La novedad ms importante es, a mi juicio, la que se introduce en la formulacin del


segundo principio de justicia al afirmar que las desigualdades son arbitrarias y slo se
justifican si mejoran las expectativas de los menos favorecidos por el sistema. Esta supone
una clara orientacin de la teora liberal de la justicia hacia las versiones ms progresistas
del liberalismo, en la lnea de John Stuart Mill. Aqu se produce un punto de inflexin
importante en la construccin de su modelo, en cuanto que Rawls apuesta definitivamente
por hacer compatibles los valores de libertad e igualdad, situando su teora en el marco de
la teora socialdemcrata. Esta nueva interpretacin del principio de diferencia atraer,
como luego veremos, las crticas del neoliberalismo ms conservador abanderado por
Nozick as como una serie de objeciones relacionadas con la adopcin del criterio maximin
en la posicin original.

Esta segunda versin del modelo elimina algunas de las ambigedades o indefiniciones de
la primera. As, hay una definicin ms clara de la posicin original, constructo cuya idea
aparece ya formulada con otro nombre en Justice as Fairness, pero que aqu adquiere un
mayor relieve y desarrollo. Ahora no se concibe a las partes como egostas racionales que
intervienen en un juego de regateo del que surgirn los dos principios de justicia sino como
personas racionales, libres e iguales, interpretadas desde la perspectiva kantiana. Esta nueva
manera de interpretar la posicin original est en conexin con la introduccin expresa del
velo de ignorancia que evita que nadie resulte beneficiado o perjudicado por las
contingencias de clase social y de buena o mala fortuna; de ah que los problemas de
negociacin que surgen en la vida diaria derivados de la posesin de ese conocimiento no
afecten a la eleccin de los principios.36

La insercin del velo de ignorancia supone una clarificacin importante del modelo en
cuanto que acenta implcitamentente la referencia a la dimensin moral de la persona
como requisito imprescindible para la eleccin de los principios de justicia. Pero dado que
se mantiene la referencia al marco terico de la teora de la decisin racional en una
situacin de incertidumbre, el problema que le plantear a Rawls a partir de aqu es
determinar el grosor del velo de ignorancia, pues si es demasiado tupido parece difcil
mantener la racionalidad en la eleccin, y, si demasiado fino, se dificulta la posibilidad de
llegar a unos principios imparciales. Otra novedad importante es la referencia al concepto
de bienes primarios con el que se trata de especificar qu ha de entenderse por expectativas
razonables. Estos bienes primarios se conciben como medios o recursos necesarios para que
cada individuo pueda perseguir sus propios fines en las sociedades democrticas
desarrolladas. Es decir, son bienes bsicos (libertad, igualdad de oportunidades, renta,
salud, educacin, respeto de s mismo...) a cuyo disfrute aspira toda persona razonable
independientemente de cules sean los otros bienes particulares que persiga. La importancia
de estos en el modelo rawlsiano ir aumentando al tiempo que se circunscribe la teora de la
justicia a la estructura bsica de la sociedad.

TEORIA DE LA JUSTICIA

Esta obra, aunque constituye la versin ms completa y acabada de la teora rawlsiana de la


justicia, no aade ningn elemento radicalmente nuevo al modelo anteriormente expuesto,
pero supone una reelaboracin de la teora en la que se aportan nuevos argumentos con la
pretensin de apuntalarla y se perfilan con numerosos matices las ideas bsicas del modelo.
En la ltima parte de la obra se desarrolla una original teora racional del bien que se
presenta como la teora tica ms adecuada a la teora de la justicia como imparcialidad.
Rawls, despus de caracterizar la justicia como la virtud principal de las instituciones
sociales e insistir en que el objeto de su teora es la estructura bsica de la sociedad, cosa
que ignoran algunos de sus crticos, seala los rasgos definitorios de la posicin original,
constructo que cumple la misma funcin que el estado de naturaleza en el
contractualismo clsico y que constituye la idea principal de su teora. La posicin original
es el status quo de partida que, dadas sus caractersticas, nos permite garantizar que los
acuerdos tomados en ella son justos. Estas caractersticas se resumen en producir
hipotticamente unas condiciones de total igualdad entre las partes, que es lo que se
pretende conseguir con el velo de ignorancia. De entrada, a los participantes en el contrato
original se les concibe como personas racionales libres e iguales que tienen exactamente los
mismos derechos a elegir los principios de justicia que han de regular la estructura bsica
de la sociedad. Como ya hemos indicado, Rawls ha de salvar la siguiente dificultad en
relacin con la introduccin del velo de ignorancia en la posicin original. De una parte, es
necesario que haya importantes restricciones respecto a la informacin de las partes sobre
su propia situacin, si queremos asegurar un acuerdo imparcial, de otra, tales restricciones
no deben afectar a aquellos conocimientos generales que resultan necesarios si se pretende
que la eleccin de los principios proceda de un acuerdo racional.

Los participantes desconocen todo aquello que podra concederle una ventaja inicial, no
saben el lugar que ocupan en la sociedad, es decir, su posicin, clase o status, ni sus talentos
naturales: inteligencia, personalidad, etc.; tampoco conocen su propia concepcin del bien,
ni los rasgos particulares de la sociedad a la que pertenecen, ni la generacin a la que
pertenecen. A pesar de la alcance de estas restricciones, Rawls considera que la eleccin de
las partes es racional ya que conocen lo siguiente:

1. Que la sociedad a la que pertenecen se encuentra afectada por las circunstancias de


justicia (situacin de relativa escasez de bienes y recursos que da lugar a conflictos de
intereses).

2. Los hechos generales acerca de la sociedad humana, o sea, problemas y cuestiones


polticas generales y elementos bsicos de la teora econmica.

3. Las leyes y teoras generales sobre la psicologa humana.

4. La idea de que todos los individuos tienen planes racionales de vida, aunque las partes de
la posicin original desconocen cules son los suyos propios.

En definitiva, han de conocer todas aquellas cuestiones generales sobre la sociedad y la


naturaleza humana cuya informacin resulta imprescindible para la eleccin racional de los
principios de justicia. Wolff ha llamado la atencin sobre el carcter ahistrico de la
posicin original como resultado de las restricciones impuestas por el velo de ignorancia,
as como sobre la imposibilidad epistemolgica y metodolgica de que puedan conocerse
ciertos hechos generales de la sociedad sin tener noticia al menos del tipo de sociedad a la
que se pertenece.37 Observa que Rawls habla del conocimiento de los hechos generales de
la sociedad como si se tratara del conocimiento de hechos naturales, siendo as que el
primero requiere una metodologa diferente. El conocimiento de los hechos sociales, como
nos ha enseado la sociologa del conocimiento, supone una tarea colectiva de
autorreconocimiento que no puede llevarse a cabo al margen del contexto social e histrico.
Precisamente lo que distingue al conocimiento de la falsa conciencia es su incardinacin en
los procesos sociales que dan lugar a los diferentes modos de organizacin social.

En consecuencia, mientras que Rawls no encuentra dificultad lgica ni epistemolgica en


que los individuos puedan conocer los hechos generales de la sociedad y de la economa sin
saber nada de ellos mismos, Wolff arguye que una teora econmica es conocimiento de la
sociedad, solamente en la medida en que expresa la concepcin de la realidad social que
corresponde a mi etapa de desarrollo, y a la de mi sociedad, en la progresiva superacin de
la falsa conciencia colectiva.38. Aunque la objecin de Wolff nos parece pertinente,
queremos destacar que en realidad no afecta al conjunto de las restricciones establecidas
por el velo de ignorancia sino slo a la que indica que las partes desconocen la poca y el
tipo de sociedad a la que pertenece. De todos modos, es evidente que la objecin es slida,
puesto que el mismo Rawls tratar de responder a ella en sucesivas revisiones reconociendo
que su modelo se refiere exclusivamente a las sociedades occidentales desarrolladas.

Otra cuestin decisiva para justificar la racionalidad del acuerdo original es resolver la
dificultad que plantea el hecho de que las partes saben que tienen determinados planes
racionales de vida, pero no saben cules son. Rawls se pregunta cmo es posible una
eleccin racional en estas circunstancias. La respuesta guarda relacin con la cuestin de
los bienes sociales primarios. stos son concebidos como instrumentos necesarios para la
consecucin de los planes de vida sean stos cuales sean y, en este sentido, es razonable
pensar que cada individuo, con independencia de su peculiar concepcin del bien, preferir
tener la mayor cantidad posible de bienes primarios.

Dos cuestiones han planteado algunos autores como Barber39 y Wolff40 en relacin a los
planes de vida y a los bienes sociales primarios. Ambos crticos observan cmo estos
conceptos, estrechamente relacionados en el constructo de la posicin original, introducen
subrepticiamente nociones particulares y sustantivas del bien que guardan relacin con las
sociedades capitalistas avanzadas y con la ideologa subyacente a ellas.

Para Benjamin Barber, Rawls fracasa en su intento de desparticularizar la posicin original


mediante la introduccin del velo de ignorancia y, en consecuencia, no puede sostenerse el
carcter premoral de aqulla. En la posicin original, dice Barber41, los hombres tienen
aparentemente intereses y deseos, pero ignoran cules son. Ahora bien, su argumento es que
desde el punto de vista psicolgico es imposible tener nocin de lo que significa inters
sin poseer intereses particulares, es decir, el inters que las partes puedan tener por los
bienes primarios slo puede concebirse por referencia a los bienes particulares. Esta crtica
me parece desenfocada en cuanto que Rawls no niega expresamente que los componentes
de la posicin original puedan tener la nocin de inters particular, lo que estipula es que, a
efectos de la eleccin de los principios de justicia, desconocen cules son en concreto sus
propios intereses particulares. Por otro lado, no se debe olvidar que la posicin original es
una situacin hipottica que no viene a reemplazar a ninguna situacin real sino a crear
unas condiciones ideales que nos permitan poner de relieve la razonabilidad de los
principios que surgen en tales circunstancias. En este sentido, resulta pertinente la siguiente
consideracin de Rawls:

Por supuesto que cuando tratamos de simular la posicin original en la vida cotidiana, esto
es, cuando tratamos de conducirnos segn un razonamiento moral tal y como lo exigen sus
restricciones, es muy posible que encontremos que nuestros juicios y deliberaciones se ven
influidos por nuestras actitudes y tendencias particulares. Seguramente resultar difcil
tratar de corregir nuestras diversas propensiones y aversiones, para adherirnos a las
condiciones de esta situacin ideal. Sin embargo, nada de esto afecta a la pretensin de que,
en la posicin original, las personas racionales caracterizadas de ese modo, tomaran una
cierta decisin. Esta proposicin pertenece a la teora de la justicia. Otra cuestin es
preguntar si los seres humanos pueden desempear este papel al reglamentar su
razonamiento prctico. 42

Ms acertada es, a mi juicio, la observacin respecto a la dificultad de establecer un umbral


mnimo de satisfaccin de bienes primarios que permita establecer comparaciones
interpersonales como requiere la nocin de justicia. En efecto, dada la pluralidad y
diversidad de planes de vida y concepciones particulares del bien que existen realmente en
nuestras sociedades, difcilmente podemos establecer un nivel mnimo comn de
satisfaccin de bienes primarios, incluso cuando se trata de bienes tan bsicos como la
libertad, el poder, la salud y el autorrespeto. Con todo, la respuesta de Rawls a esta
objecin, desde una perspectiva estrictamente liberal, es que su teora de la justicia no se
ocupa de averiguar el grado de satisfaccin que tienen los individuos en funcin de los
bienes sociales primarios que estn a su disposicin, puesto que se supone que son
individuos racionales y que aprovecharn racionalmente sus recursos. Es decir, a la
concepcin de la justicia como imparcialidad, no le concierne el uso que las personas
hagan de los derechos y oportunidades de que disponen para medir y mucho menos
maximizar las satisfacciones que alcanzan43.

Es evidente que la preocupacin de Rawls es construir un ndice de bienes primarios que le


permita establecer comparaciones en relacin a las expectativas que los diferentes
individuos representativos puedan tener, no le interesa comparar el grado de satisfaccin
alcanzado en los planes de vida ni mucho menos la evaluacin de stos mismos, pues de lo
que se trata precisamente es de disponer de un criterio, que pueda ser asumido
pblicamente, para la distribucin de bienes que no tienen un carcter sustantivo sino que
son concebidos como instrumentos aspticos aunque necesarios para satisfacer cualquier
plan de vida racional. El verdadero problema consiste en averiguar si dichos bienes
primarios tienen efectivamente ese carcter asptico respecto de cualquier ideologa o
concepcin particular del bien, como pretende Rawls. A esta dificultad se aade la apuntada
por Wolff en relacin a la imposibilidad de confeccionar un ndice pblicamente
compartido de bienes primarios, pues en efecto es fcil imaginar cmo diferentes planes
de vida originaran valoraciones o ndices incompatibles de bienes primarios44. Wolff
considera que la pretendida neutralidad del planteamiento de Rawls tiene lmites culturales,
de manera que los planes de vida racionales esconden elementos ideolgicos, a saber, la
mentalidad utpica liberal humanitaria. Es ms, cuando Rawls nos habla de planes de
vida, lo que tiene en mente no es un modelo de racionalidad aplicable a la vida de un
individuo sino el de una empresa: Empleando como anlisis de la racionalidad individual
los modelos formales que se han desarrollado en una teora de la actividad econmica,
Rawls trata el hecho de vivir una vida como anlogo a la direccin de una empresa45.

En el pargrafo 25 de su Teora de la justicia, Ralws analiza el problema de la racionalidad


de las partes en la posicin original. Nos parece que la pretensin del autor no es transferir
el modelo de racionalidad econmica a los planes de vida, lo que ocurre es que cualquier
proyecto de vida requiere que se tenga a disposicin los instrumentos que representan
condiciones necesarias, aunque no suficientes, para su realizacin. Otra cosa es que tales
condiciones tengan un carcter ahistrico y se siten fuera del tiempo como presupone el
primer Rawls. El modelo de racionalidad invocado en la posicin original es, como el
propio autor afirma46, el que suele usarse en la teora de la eleccin racional que se inspira
en autores como Kenneth Arrow y Amartya Sen. Segn este modelo, las personas
racionales tienen determinadas preferencias entre las opciones que se le ofrecen y
jerarquizan dichas opciones en funcin de que se adecuen en mayor o menor grado a sus
deseos. Con independencia de que la teora de la eleccin racional pueda tener sus
aplicaciones en el mbito de la economa, nos parece exagerada la crtica de Wolff, pues lo
que pretende Rawls, al establecer las restricciones en la posicin original, es encontrar un
procedimiento de decisin racional en situaciones de interaccin social sin tener en cuenta
el contenido concreto de los proyectos de vida particulares. Pero el autor no asimila
enteramente la posicin original a un puro juego pues las partes no estn interesadas en
ganar sino en obtener el mayor nmero posible de puntos de acuerdo con su propio sistema
de fines47.

Por otra parte, Rawls introduce en la posicin original dos suposiciones adicionales: la
carencia de envidia y el sentido de la justicia, que son extraas a la racionalidad econmica.
Su pretensin es que el modelo de organizacin social inspirado en sus principios de
justicia, lo que l llama una sociedad bien ordenada, genera su propio apoyo. Rawls
distingue entre la motivacin de las personas en la posicin original, a las que se concibe
como mutuamente desinteresadas, y la motivacin de los individuos empricos en la vida
real. Estos, si han aceptado los principios de justicia desarrollarn el sentido de la misma y
probablemente sus motivaciones no sern egostas.

Consecuentemente, el egosmo racional de los que pactan el acuerdo original no es


transferible a los individuos reales que han asumido dicho acuerdo, actan en funcin del
mismo y estn dispuestos a aceptar las restricciones que de l se derivan. Merece destacarse
en A Theory of Justice la definitiva adopcin de la estrategia maximin en la eleccin de los
principios de justicia. Aunque dicha estrategia ya estaba presente en las primeras
formulaciones del modelo, ser aqu donde adquiera su justificacin definitiva. La posicin
original representa una situacin en la que es aplicable la regla maximin de eleccin bajo
incertidumbre. Es ms, Rawls parece haber diseado aqulla para poder aplicarle dicha
regla.

La aplicacin de la regla maximin en la posicin original para la eleccin de los principios


de justicia prescribe a las partes que jerarquicen las alternativas disponibles en base a los
peores resultados posibles, de forma que parece racional elegir de entre los peores
resultados el menos malo. Aunque Rawls admite que la regla maximin no es en general
preferible en la eleccin racional bajo incertidumbre, considera que la posicin original
posee unos ciertos rasgos que hacen vlida y razonable su aplicacin, a saber:

1. La situacin tiene tales caractersticas que resulta imposible o bastante inseguro el


conocimiento de las alternativas posibles. Pinsese que el velo de ignorancia imposibilita
un conocimiento acerca de las probabilidades que tienen las partes de mejorar su situacin
con las diferentes alternativas, ya que desconocen su posicin social y, en consecuencia, no
tienen base para el clculo de probabilidades.

2. El que elige no estima importante los posibles incrementos adicionales por encima de lo
que le asegura la regla maximin, que considera como suficientemente valioso como para no
arriesgar su prdida.

3. El riesgo de perder bienes bsicos es tal que las alternativas no elegidas tienen resultados
de difcil aceptacin.

Muchos crticos, como Wolff, Barry o Barber, han puesto de relieve que la estrategia
maximin, por su carcter profundamente conservador, es inadecuada incluso en las
circunstancias especiales de la posicin original. Pero la mayora de estas crticas son
injustificadas, como ha observado entre nosotros, acertadamente en mi opinin, Rubio
Carracedo48; ya que no tienen en cuenta que la posicin original posee tambin un carcter
tico y no puede entenderse como un simple juego de regateo entre egostas racionales, ni
que los bienes que asegura en este caso la regla maximin son bienes primarios que
configuran la estructura bsica de la sociedad. Otra de las cuestiones importantes que
merecen destacarse de esta versin madura del modelo rawlsiano que venimos comentando
es la prioridad lexicogrfica de la libertad sobre el segundo principio referido a la justicia
distributiva. Esta cuestin es relevante tanto porque nos lleva a situar el pensamiento de
Rawls dentro de la amplia y variada familia del liberalismo como por los numerosos
comentarios y crticas que ha suscitado.

La ordenacin lexicogrfica o serial supone que slo puede ser tenido en cuenta
determinado principio cuando previamente se ha satisfecho las exigencias de otros
principios situados por encima, dentro de una determinada jerarqua. En consecuencia,
existe una jerarquizacin entre los distintos bienes primarios: la libertad tiene prioridad
sobre las dos partes del segundo principio, y en este ltimo, la igualdad de oportunidades
sobre los ingresos y las riquezas. La primera regla de prioridad establece que la libertad es
un valor absoluto y, por ende, slo puede ser restringida por mor de la libertad misma.
Rawls seala dos casos en los que estara justificada esta restriccin:

A) una libertad menos extensa debe reforzar el sistema total de libertad compartido por
todos;

B) una libertad menor que la libertad igual debe ser aceptable por aquellos ciudadanos con
una libertad menor.49

Hay dos categoras de circunstancias que pueden justificar una limitacin de la libertad. La
primera se refiere a ciertas limitaciones naturales de la vida humana, como puede ser la
minora de edad, o a contingencias histricas o sociales, como es el caso de ciertas
regulaciones razonables de la libertad de pensamiento y conciencia. Aqu el problema no
consiste en la justicia o injusticia de estas regulaciones puesto que o bien son rasgos
consustanciales a la vida humana o son condiciones relativamente permanentes de la
actividad poltica. La segunda se refiere a aquellos casos en los que la injusticia es ya un
hecho y el problema consiste en encontrar el modo ms adecuado de responder ante la
misma.

Para responder adecuadamente a estos dos tipos de casos que plantean problemas
diferentes, Rawls considera la teora de la justicia como dividida en dos partes. La primera
se refiere a la teora ideal que desarrolla la concepcin de una estructura bsica justa en una
sociedad bien ordenada. sta es de la que se ocupa principalmente nuestro autor. La
segunda es la teora no ideal, que ha de inspirarse en la primera donde hallar los criterios
para abordar problemas de injusticia en condiciones sociales menos favorables que las que
son propias de una sociedad bien ordenada. Las instituciones existentes deben ser juzgadas
a la luz de la teora ideal cuyas reglas de prioridad de los principios habremos de aplicar a
los casos concretos. La prioridad absoluta de la libertad tal como es justificada en A Theory
of Justice plantea algunos problemas que han puesto de manifiesto varios crticos y que
Rawls tratar de resolver en un trabajo posterior (The Basic Liberties and Their Priority).
Entre estas crticas ha sido la de Hart50, en el mbito del utilitarismo liberal, una de las ms
convincentes. En el captulo III de este trabajo desarrollaremos con ms detalle esta crtica,
que aqu slo exponemos sumariamente. Este autor trata de demostrar que es equvoca la
afirmacin que hace Rawls respecto a que, en caso de conflicto entre libertades, el criterio
para su resolucin es tomar la opcin que permita incrementar el sistema total de libertades.
El problema consiste en determinar el criterio con el que juzgaremos que una limitacin
determinada de la libertad aumenta el sistema total de libertades. Segn Rawls este criterio
lo proporciona el punto de vista del ciudadano representativo, pero Hart no ve que tal
principio sea aplicable en ciertos conflictos en los que individuos perfectamente razonables
pueden diferir respecto al valor de las libertades en conflicto.

Por otro lado, Hart pone en duda que las partes en la posicin original, concebidas como
mutuamente desinteresadas, elijan racionalmente la lista de libertades bsicas que Rawls
propone. Pues, an asumiendo que para toda persona racional es preferible tener ms
libertad a tener menos, de ah no se sigue que aquella libertad especfica que slo puede ser
obtenida al precio de una distribucin social igualitaria de la misma, tenga que ser siempre
preferida racionalmente. En todo caso, la eleccin aqu dependera del carcter y la
psicologa de cada individuo, cosas que las partes no conocen merced al velo de ignorancia.

La respuesta a estas dificultades las ofrece Rawls en trabajos posteriores. Ms adelante


veremos en qu medida resulta satisfactoria. Desde el mbito socialista, la prioridad de la
libertad es criticada porque no se considera un valor absoluto que slo pueda ser limitado
en razn de la libertad y, adems, si no va acompaada por determinados niveles de
igualdad se convierte en algo puramente formal y nominal. Como afirma Victoria Camps
tal vez para asegurar la igualdad de oportunidades o el principio que manda favorecer al
menos favorecido, no haya ms remedio que restringir ciertas libertades. Opcin que jams
contara con el apoyo de Rawls, pero que, sin embargo, es digna de consideracin y
examen. 51. Segn esta autora, lo que puede vaciarse de significado y convertirse en algo
puramente formal no es slo el principio del derecho a igual libertad sino el segundo
principio de la justicia.

En la obra de Rawls se pueden encontrar ciertas observaciones que atenan el rigor de este
tipo de crticas. As, por ejemplo, el autor considera que slo deben ponerse en juego las
reglas de prioridad de la libertad cuando el nivel de desarrollo de la sociedad ha logrado un
bienestar mnimo para todos los ciudadanos. Y, por otra parte, establece una distincin entre
libertad equitativa y valor de esa libertad, lo primero se refiere a derechos legal y
formalmente reconocidos, lo segundo a la posibilidad efectiva de disfrutar esos derechos de
igual libertad. Mientras que la libertad equitativa es la misma para todos, no lo es el valor
de la libertad pues las desigualdades en cuanto al poder y las riquezas constituyen, para los
menos favorecidos, impedimentos para el ejercicio efectivo de la libertad y para llevar a
cabo cualquier plan de vida racional. Para subsanar los problemas que plantea la
mencionada diferencia, Ralws considera (en contra de la afirmacin de Victoria Camps
arriba indicada, aunque evitando precisiones y desarrollos que seran deseables) que en
ocasiones se estimar como una de las restricciones definitorias de la libertad a la
incapacidad de aprovecharse de los propios derechos u oportunidades como resultado de la
pobreza y la ignorancia y, en general, de la carencia de medios.52 Para concluir,
consideramos como otra de las cuestiones importantes que se plantean en esta versin
madura del modelo rawlsiano, la legitimacin de la teora misma de la justicia.

El problema de la legitimacin, como ha observado Fernando Vallespn53, se plantea de


forma especfica en el neocontractualismo de Rawls en cuanto que ste no se limita, como
hace Kant, a establecer a priori la idea del derecho como criterio que emana de la razn
prctica, a saber, el reconocimiento mutuo de las personas como sujetos libres e iguales;
sino que formula principios sustantivos de justicia que han de ser justificados. Rawls adopta
una metodologa constructivista. Segn l, no hay razn para creer que los primeros
principios o supuestos de la teora son autoevidentes, pues aunque la teora tiene elementos
y recursos tericos importantes su justificacin descansa en la concepcin total y en la
forma en que sta se ajusta y organiza nuestros juicios en un equilibrio reflexivo.54
Rawls entiende pues la justificacin de su teora de la siguiente manera : en general, las
personas poseen intuitivamente un concepto de justicia a partir del cual podemos inferir
algunos principios generales e imprecisos, que representan su sentido de la justicia ms o
menos comnmente compartido por una sociedad. Tales principios pueden confrontarse con
los principios que han surgido en la posicin original. Esta confrontacin ha de entenderse
como un ir y venir de unos principios a otros de manera que se vayan reajustando hasta
llegar a una situacin de coherencia.

PENDIENTE: JUSTICIA COMO EQUIDAD: UNA REFORMULACION.

El proyecto intelectual de John Rawls tiene una trayectoria de casi cuatro dcadas, como se
colige del anterior panorama de sus escritos iniciales y sus obras ms importantes. De igual
manera, la filosofa poltica del filsofo estadunidense goza de una proyeccin e influencia
en las ltimas dcadas del siglo XX, como eje central de muchas discusiones en esta
materia. La razn fundamental para explicar la gran reputacin de esta filosofa poltica
puede ser la siguiente: Rawls acert en defender un renovado modelo contractualista unido
a una metodologa constructivista, que armonizan perfectamente con las intuiciones
morales bsicas y la cultura poltica de la sociedad democrtica. As mismo, la obra de
Rawls tiene como contexto la crisis del Estado de bienestar y, en consecuencia, la polmica
en torno a ste como tambin a la funcin del Estado en las sociedades democrticas
liberales. En este marco de discusin se sitan dos obras contrapuestas al proyecto
rawlsiano, pertenecientes al entorno acadmico norteamericano. Se trata de los libros
Anarqua, Estado y Utopa (1974) de Robert Nozick y El clculo del consenso (.) de
James Buchanan. Uno de los principales puntos de divergencia est en el criterio de justicia
distributiva afirmado en Teora de la justicia, siendo rechazado en el primer caso porque
atenta contra derechos naturales o bien por razones de eficacia econmica en el segundo
caso. La propuesta de Rawls consiste en adoptar un enfoque contractualista que
fundamente los principios de justicia social, destinados a articular las instituciones sociales
bsicas en busca de la equidad.

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