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Loopde Cacería

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Loop

Bucle

Repeticin

Lo que la sin salida de una accin sensacin y repeticin genera en el


cuerpo de la escritura en el orden desorden de los acontencimientos

Atrapados en situaciones

En estados de nimo

En alucinaciones

En acciones

Hartos

Con posibilidad de salida

Sin posibilidad de salida

Qu es lo que los tiene atrapados

Qu es lo que les permite salir de esa situacin

Hacia donde van

Las elipsis

Por qu hay informacin que se esconde? Quin la esconde?

Hay en estos cuentos de Marina una sensacin de tedio, harztago, p.18


del primer cuento, Cmo si estos personajes estuvieran encerrados en un loop
de la historia? es un intencin explicita e todos o slo en el primer cuento?
Tiempo de noche.

Cmo se construye una historia donde es preciso escamotear o esconder


el mvil.

yo no tengo en quin pensar

Parece que el mvil de estos personajes es el hartazgo, una necesidad


de zafarse de su situacin habitual [no se saben personajes de cuentos
recursivistas?]

Si los personajes no tienen salida qu s la tiene

En la cacera quien es el cazador


A qu viene a cuento, que esta mujer nos cuente su relacin con Mxico,
la pornografa y la vida, Qu la hace tomarse esa licencia? Qu es lo que la
sita en otro lugar.

Buenos Aires

Mexico y

Sierra Larga, Andaluca? La cosa de los chismes del pueblo, las intigras
los matrones y el que se safa de todo. Sin oportunidad ni posible salida.

Palabras y relaciones

Cacera

Pornografa

Hartazgo

Voz

El mundo es demasiado brutal para m

Yo notengo en quin pensar

Tiempo de noche 9

El tema de los universos que se repiten desde la concatenacin de


discursos cinetificos muy ajustados y trasladados al universo de ese borracho
nocturno que conversa con otro parraoquiano que podramos ser nosotros. La
postura desde la que nos estn narrando la narracin de este borracho es de
inverosimilitud no es un personaje confiable, su tesis no es confiable y quin
sabe si los personajes de los que hablan lo sean lo que s es cierto es que ellos
no han dejado d ehacer lo que dice el narrador desde que los conoce y es estar
hartos el uno del otro sin poder separarse.

esta historia. Es posible que ese universo repetido, en el que se

instalaron ellos dos, se acabe alguna vez. Muy paulatinamente,

dicen, hasta los agujeros negros liberan energa. En esta versin,

por lo menos, hay algo de piedad para ellos. Pero quin sabe.

No nos toca, ni a usted, ni a m, descubrirlo. Fjese, ya es

casi la una y media, no quiere tomar un poco de gisqui? Me

qued pensando en mi amigo. La verdad, no concibo la noche


sin acordarme de las cosas que deca l. Por qu me mira as:

cree que le estoy mintiendo? Y cmo explica el hartazgo de

esa muchacha que ahora se est poniendo de pie, que ya ha

dejado el dinero sobre la mesa, y va a subirse al auto que la

espera junto al cordn. Cmo lo explica, digamos, si no es de

un modo razonable. P.18

El mundo ser para m 19

Una mujer enloquece porque no puede dormir, porque cuando duerme


suea que la entierran viva. Y que se mete en un crculo de pastillas,
enloquecimiento y ms pastillas y ms enloquecimiento. Sus alucinaciones
junto con la frase yo no tengo en quien pensar, como si ese yo no se
extendiera hasta ella misma ella misma es un ser impensable, tanto que est
completamente a la deriva de su locura y de sus alucinaciones. Voy a soar lo
mismo se recuerda al fina. Ojal que no. pero quin sabe.

los bordes cerrndose y encajonndole el pecho, hoy estaba

decidida a no dejarse amedrentar. Soar que la enterraban viva

no tena ninguna importancia p.20

32

El auto se estacion muy cerca de la persiana, y el ruido

del motor inund de golpe la habitacin. Amanda, con los

prpados ya abiertos, no se enderez, sin embargo. Apenas se

anim a girar la cabeza. El reloj marcaba las cuatro y veinte de

la madrugada. Cuando escuch el timbre en la casa del lado,

y despus las voces ntidas, afuera, cerr la mano sin sentir las

uas clavndose en su palma. Voy a soar lo mismo, pensaba.

Ojal que no.p 32

No hay hombres honrados 33

Una historia de incesto, intrigas y un narrador personaje bastante turbio,


nada bueno puede salir de ah y no sale. Asesinato, muerte y odio.

Forzaron la puerta y lo golpearon ah mismo y despus lo

trajeron por todo el camino hasta la plaza. Vi que lo empujaban


cerca de los naranjos. Intent levantarse pero cay. Entonces,

aunque era algo temprano todava, me met en la iglesia y sal

con mi caja. Me iba por fin de este lugar. All enfrente, alguien

grit que no lo soltaran. No gir la cabeza. Tampoco me

desped del padre Ernesto que se asom un momento al atrio

y enseguida desapareci.p. 38

Preludio para un verano 39

Un amor fallido, una ciudad fallida, muchos muertos, una despedida que
haba comenzado con un enamoramiento.

Con tanto calor no se puede pensar. Desde noviembre,

Buenos Aires es inhabitable hasta el final del verano. Quema

el aire en la calle y la temperatura no cede hasta la medianoche.

Yo me levantaba a las tres de la tarde. Mi desastre econmico

se sostena as: haba decidido endeudarme y casi no comer.

Mientras tanto, el borrador aumentaba. Me sentaba a escribir

y de golpe descubra (con enojo, con estupor, con algo parecido

al pnico tambin) qu era lo que quera decir

donde nos dispersamos, y as hubo muertos en todo el pas,

chicos que pedan en los supermercados, o que hacan fila

cuando avisaron de los repartos, y a los que les dispararon desde

lugares escondidos, chicos que estaban en la calle buscando

a otros chicos, sentados o conversando, y de golpe muertos

por las descargas, y al final, despus de la convulsin de ese

comienzo de verano, despus de tanto grito y tanto muerto,

hubo otra gente que sigui como si nada, y entonces qu (me

acuerdo perfectamente de la oscuridad en el taxi, cuando me

enamor de l, y de las luces de afuera cayendo sobre su cara y


sobre los asientos de atrs, y de que nos quedamos en silencio,

un momento, nada ms, registrando con todo el cuerpo lo

que pasaba, dejndonos estar as, hasta que muy lentamente l

movi la cabeza y empez a hablar.) p. 43

Tres para un par perfecto 45

Heredia, el Mendocino y su mujer asesina y le tedio de estra con alguien


hasta las ganas de salirse por la ventana de la ducha.

Pens en abandonarla, en el proceder apolillado

de meterse en el bao para darse una ducha y salir por

la ventana como un ladrn comn. Total, en esas tres cuadras

pasando San Jos nadie va a meterse con nadie. Nadie ve nada.

Porque no hay nada que ver. Y l est harto, harto de la voz.

No soportar la voz de alguien es no aguantar muchas cosas del

otro, iba a pensar Heredia ese medioda, cuando entraron a la

p.46

Esto pas, dice ella. Esto pas. Desconfa. Heredia sin verla

lo sabe, sabe que ella no le cree, y l se queda ah, con los ojos

prendidos a las uas del muerto, sin ver a su mujer que ahora

se pone de pie.

Qu vamos a hacer, dice ella.

Heredia la mira, la mira con intensidad.

Vos tocaste el arma, piensa.

Entonces calcula y hace un gesto para que no hable, para no

escuchar de nuevo la voz. Si es cierto lo que dijo el Mendocino,

en cualquier momento el timbre va a sonar, alguien va a entrar

a la casa, y no precisamente para rescatarlos. Heredia coloca

los dedos sobre el cuadrante de su reloj, despus mira por la

p.48
Un asesinato,

La cacera 49

Mxico me dio dos cosas. O por lo menos dos. La msica

y mi cuerpo. Aunque no quiero decir exactamente

que me las dio, sino que en esta ciudad las recuper.

Y eso es casi todo lo que quiero contar. P.

Y aclaro. Yo no estaba deprimida, ni desesperada, ni era

ninfmana: haca lo que quera, como cualquiera. Siempre

corro el riesgo de que me maltraten y golpeen en cada uno

de estos encuentros. Siempre es siempre, sin atenuantes. Eso

tiene que quedar dicho y aclarado para lo que sigue. Para poder

hablar de porno, ahora. Ya que el porno, de alguna manera,

detiene la historia. Hace una pausa, coloca lo que sucede entre

parntesis. Y yo quiero hablar de eso, del porno, de cmo

erotiza la repeticin, de cmo estos acuestes en la calle tenan

algo de atemporal. Y de melanclicos. Involucraban el cuerpo

del otro, y el mo, claro, y el envejecer en esta ciudad.

Vine a Mxico y me qued porque lo que sent cuando

p.51

cul era mi ciudad?), y aunque me emborrachaba y me perda

en la calle y me acostaba con tipos, porque buscaba no morirme

nunca, la nostalgia se repeta y era imposible hacer que las cosas

se fijaran. Dicen que el organillero es antiguo como el pregn

de un mercado, que la risa de los chicos que andaban por los

canales fue amarga despus, y la ropa de la muchacha arrancada,

y su cuerpo maltratado, y al chico le ataron las manos por

p. 59

Ahora, mirando el amanecer desde tan arriba, se me ocurri


pensar en el temblor, en cmo se percibe el movimiento

entero. Aunque la tierra segua quieta y silenciosa y neutralizada

por la luz; solo all en el fondo, como un trazo, el ruido

de la ciudad comenzaba. l me bes rpido, movi las manos,

me mir de frente. Iba a decir algo pero me toc la cara. Lo

bes. Y fue extrao, como si esto me situara en otro lugar.

p.60

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