Efectos de Las Obligaciones
Efectos de Las Obligaciones
Efectos de Las Obligaciones
A. Introducción.
La obligación es el efecto de la fuente que las genera, y la obligación a su vez
produce los siguientes efectos. Desde el punto de vista activo, del derecho del
acreedor a exigir el cumplimiento de la prestación, y los derechos secundarios
destinados a auxiliarlo a obtenerlos; y desde el punto de vista pasivo, la
necesidad jurídica, de soportar el ejercicio de las acciones del acreedor
tendiente al cumplimiento.
1. Introducción.
Al analizar el principio de la fuerza obligatoria de los contratos vimos que las
obligaciones que de éstos se derivaban colocaban al deudor en la necesidad
jurídica de cumplir la prestación, bajo las sanciones que le impone, en cada
contrato, la ley.
1
de la autoridad se dirija contra sus bienes para obtener forzadamente el
cumplimiento.
2. Concepto de pago.
Al hablar de pago o ejecución voluntaria estamos aludiendo a que el deudor
cumple la prestación sin que el acreedor recurra a los medios que el
ordenamiento jurídico le otorga. Por ello el CC define en su artículo 1568 al
pago, señalando que “el pago efectivo es la prestación de lo que se debe”, es
decir el cumplimiento de la obligación en la forma en que ella se encuentra
establecida.
Existen casos en que el pago de una obligación de dar requiere para que sea
tal de una tradición, la cual tiene por objetivo transferir el dominio o constituir
un derecho real. La tradición es una manera especial de efectuar el pago de la
obligación, por lo que se debe regir por las normas de ésta.
También se puede distinguir entre el pago de una obligación civil y una natural,
en ambos casos hay un pago que tiene una causa. Por lo que, si bien el
acreedor respecto de las naturales carece de acción para exigir el pago, si el
deudor paga tiene derecho a conservar lo pagado, ya que existe una causa que
lo habilita para conservarlo e impide al que lo efectúa que pueda repetir lo
pagado. Si no existe causa y se hace un pago, estamos en presencia del pago
de lo no debido, que por regla general da lugar a repetición.
2
(artículo 43 y 1448), su heredero (artículo 1097), el legatario a quien el
testador le ha impuesto la carga de pagar una deuda que sobre él pesaba e
incluso el juez en relación al ejecutado y el sindico en relación al fallido.
ii. Pago realizado por personas que sin ser deudores tienen interés
en la extinción de la obligación.
Hay personas que no tienen la calidad de deudor directo, pero si éste no paga,
pueden verse obligadas a pagar, por lo cual tienen un interés manifiesto en
extinguir la deuda y si pagan, se subrogan en los derechos del acreedor para
cobrar al verdadero deudor. Esto se da en los siguientes casos:
a. Codeudor solidario.
Cuando éste está asegurando el cumplimiento de la obligación del deudor
directo, es decir no tiene interés en la deuda, pero si en la extinción.
Recordemos que en este punto el codeudor solidario puede ser de dos clases:
si tiene interés en la deuda, es deudor liso y llano (directo), y por lo tanto, si
paga no se subrogará en nada; y si no tiene interés en la deuda y paga se
subrogará en lo derechos del acreedor.
b. Fiador.
Si el deudor subsidiario paga la deuda se produce la subrogación legal en los
derechos del acreedor (artículo 1610 Nº 3).
3
Fuera de este caso excepción, si el acreedor se niega a recibir el pago de un
tercero ajeno a la deuda podrá recurrir al procedimiento del pago por
consignación, en los mismos términos en que podría hacerlo respecto del
deudor directo.
Por otro lado, este tercero extraño debe pagar con conocimiento de que está
cumpliendo una obligación que no es propia, ya que si lo hace creyendo que
cumple una obligación propia habrá un pago de lo no debido y por lo tanto,
podrá repetir contra el acreedor.
Para que opere la subrogación legal, es necesario que el tercero extraño haya
pagado con dineros propios, ya que en caso contrario habría pagado el deudor
mismo. Pero deberá este último probar que el pago se efectuó con dineros
proporcionados por él, ya que se presume que quien pago la deuda tenía la
posesión del dinero (o de otra cosa distinta) con el que se efectuó el
cumplimiento. Por lo tanto, cumplidos los dos requisitos señalados, es decir
consentimiento del deudor y pago efectuado con dineros o efectos propios del
tercero extraño, se producirá la subrogación legal.
4
La diferencia de esta situación con la anterior radica en que la acción que tiene
el tercero que pago es simplemente de reembolso, es decir carecerá de los
privilegios y garantías que tenía la acción del acreedor.
5
c. Paga contra la voluntad del deudor (artículos 1574 y 2291).
En este caso el tercero paga contra la voluntad y con el conocimiento del
deudor. A la luz del artículo 1574 este tercero no tendría acción de reembolso
en contra del deudor por lo que pagó, salvo que el acreedor le ceda su acción
(lo subrogue convencionalmente). Pero del artículo 2291 se desprende una
solución distinta, ya que si el pago fue de utilidad para el deudor (gestión útil)
tendrá derecho a que se le reembolse lo que pagó, pero será el juez quien
fijará el plazo equitativo para el reembolso según lo pedido por el tercero y las
circunstancias del deudor.
– La aplicación del artículo 2291 es una solución más justa, ya que esta
norma trata de evitar un enriquecimiento sin causa. El requisito para que se
aplique el artículo 2291 al caso en comento es que el pago haya sido útil, y
no ha tenido tal carácter aquél que en que, por ejemplo, el deudor podría
haber opuesto una excepción que evitaba el pago (nulidad: prescripción;
excepción de contrato no cumplido; pago, etc.). La crítica que se hace a
esta posición es que introduce una distinción en el artículo 1574 (utilidad
del pago) que este no realiza, y el enriquecimiento sin causa sólo puede
tener aplicación si el legislador no lo ha especialmente excluido.
¿Si se opta por esta posición que acepta el reembolso, quiere decir que se
confunde este caso con el del tercero que paga sin conocimiento del deudor, en
cuanto a los efectos?
Si se toma en consideración el artículo 1688 en relación de la nulidad de un
contrato celebrado por una persona incapaz, donde hay acción de reembolso
sólo en cuanto el incapaz se haya hecho más rico; en consecuencia si se aplica
este criterio al pago realizado contra la voluntad del deudor, habría acción de
reembolso sólo por lo que ha sido de verdadera utilidad para el deudor, pero
no respecto del total de lo pagado como ocurre en la situación del que paga sin
conocimiento.
6
limitar el derecho del que pago por más precaria que sean las circunstancias
particulares del deudor y aunque resulte poco equitativo).
c. Por otro lado, si se dice que no es válida tal tradición, no sería consecuente
con el artículo 682, en donde se establece la ratificación de la tradición de
la cosa ajena con efecto retroactivo.
ii. Quien paga debe ser capaz de enajenar: artículo 1575 inciso 2º.
Esta capacidad en la mayoría de los casos coincide con la de ejercicio, pero
existen situaciones en que no obstante no tener la capacidad de ejercicio, se
tiene capacidad para enajenar, por ejemplo: el menor adulto que es
relativamente incapaz, tiene capacidad de enajenar respecto de los bienes que
conforman su peculio profesional.
7
de lo expuesto. En dicha excepción se refiere a la tradición de cosa fungible
(consumible) realizada por un incapaz, ya que si medió el consumo por el
acreedor de buena fe, esta tradición es válida. Es decir, el acreedor recibe el
pago y consume lo pagado ignorando la incapacidad del tradente.
8
ii. Representantes del acreedor.
El artículo 1576 inciso 1º parte final prescribe “El pago es válido (…) hecho a la
persona que la ley o el juez autoricen a recibir por él (acreedor), o la persona
diputada por el acreedor para el cobro”.
9
contratantes, el acreedor podrá solicitar al juez que autorice la revocación
en los casos en que el deudor, que también concurrió en su designación, no
tenga interés en oponerse.
10
solvens de que esta pagando al accipiens y que el pago es legítimo y regular
(buena fe subjetiva).
11
5. Objeto del pago.
Para que haya pago, éste debe efectuarse según lo prescrito en la obligación.
Por esto el artículo 1569 inciso 1º señala que: “El pago se hará bajo todos
respectos en conformidad al tenor de la obligación”. Esta regla se desglosa en
tres principios:
c. La dación en pago.
En virtud de la cual las partes acuerdan que el pago se pueda hacer con una
cosa distinta a la debida. Si bien no esta regulada en nuestro CC, ella es fruto
de la interpretación de varias normas y del principio general de la autonomía
de la voluntad.
12
iii. ¿Qué se debe pagar?
En esta materia se debe distinguir según la naturaleza de la obligación:
a. Obligación de dar.
A la vez de debe efectuar un nuevo distingo:
– Si es de dar un género.
El deudor no tiene obligación de conservación, ya que el género no perece, y
no rige el modo de extinguir las obligaciones de la pérdida de la cosa que se
debe. La elección de los individuos del género con los que se paga pertenece al
deudor, pero debe ser un individuo de calidad mediana por lo menos (artículo
1508 a 1510).
• Deterioro de la cosa por hecho o culpa del deudor o de las personas por
quien este es responsable o durante al mora de entregar.
En este caso el deudor responde por los deterioros o menoscabos que sufra
la cosa frente al acreedor, al cual le asiste el derecho de pedir la resolución
del contrato con indemnización de perjuicios o aceptar la entrega de la
especie deteriorada con indemnización, pero si los deterioros son de poca
importancia el acreedor estará obligado a aceptar la entrega de la cosa y
sólo tendrá derecho a la indemnización de los perjuicios (artículo 1590
inciso 2º)
13
• Deterioro que sobreviene después de que el deudor se constituya en mora
y por caso fortuito que habría sobrevenido igualmente al acreedor.
En este caso se libera al deudor de la indemnización por los deterioros,
estando solamente obligado a la indemnización de la mora (artículo 1590
inciso 1º parte final y artículo 1672 inciso 2º).
ii. El pago debe ser total, incluyendo los intereses e indemnizaciones que se
deban (artículo 1591 inciso 2º).
iii. Los pagos que se deriven del pago son, por regla general., de cargo del
deudor. Salvo el acuerdo de las partes, y sin perjuicio de lo que el juez
resuelva respecto de las costas judiciales (artículo 1571). Pero los artículos
1604 y 2232 ponen de cargo del acreedor los gastos del pago.
14
Obviamente el acreedor puede aceptar voluntariamente el pago parcial de la
deuda, pero hay casos en que el acreedor tiene la obligación de aceptar un
pago por parcialidades:
ii. En el caso que han sido las propias partes las que estipularon el
pago por parcialidades.
Por ejemplo: su pago en cuotas. Si las partes pactaron un pago a plazo, se
presume que todas las cuotas son de igual valor, a menos que se haya
estipulado expresamente lo contrario (artículo 1593).
v. En materia de compensación.
Por este modo, se extinguen las deudas recíprocas entre acreedor y deudor
hasta el monto de la de menor valor, y en consecuencia el acreedor de la
obligación mayor recibe sólo el saldo hasta enterar su crédito.
15
vii.En materia de Letras de cambio y Pagaré.
El acreedor no puede rehusar un pago parcial. Puede, eso si, protestar la letra
por el saldo no pagado. Vencida la letra, este pago parcial no puede ser inferior
a la mitad del valor del documento.
16
b) Pagos periódicos (artículo 1570).
En los pagos periódicos la carta de pago de tres períodos determinados y
consecutivos hará presumir los pagos anteriores, siempre que hayan debido
efectuarse entre el mismo acreedor y deudor. Esta presunción se repite en la
ley Nº 18.010 sobre operaciones de crédito de dinero, en que se establece que
el recibo por los intereses correspondientes a tres períodos consecutivos de
pago hace presumir que los anteriores han sido cubiertos, aplicándose también
esta presunción a los recibos por capital cuando este se debe pagar en cuotas
(artículo 18 ley 18.010).
17
no hay diferencia entre ninguna de las deudas se imputará a la que el deudor
elija.
1. Concepto.
Son aquellas que producen una alteración de las reglas del pago, razón por la
cual se producen efectos diferentes.
2. La subrogación.
a) Generalidades.
La subrogación consiste en la sustitución de una cosa o una persona por otra
cosa o persona, en términos tales que esa cosa o persona pase a ocupar la
misma situación jurídica de la anterior. A partir de esta definición surge el
distingo entre subrogación personal y real.
i. Subrogación real.
Esta figura se produce en diversos casos y muy especialmente en aquellos en
que hay pluralidad de patrimonios bajo la titularidad de un solo sujeto.
18
restitución de lo que recibió por ella y a la indemnización de todo perjuicio, y
dicha suma y la indemnización se subrogan en la cosa (artículo 898).
b) Concepto.
Es la sustitución del sujeto activo de una relación jurídica obligacional que se
produce en virtud del pago que hace un tercero al acreedor, en términos tales
que aquél pasa a ocupar el lugar jurídico de este último en la relación.
iii. El pago debe ser hecho con fondos propios, porque si se ha hecho con
fondos del deudor, la deuda se extinguió. Por ello el mandatario que paga
no se subroga al acreedor, a menos que lo haya hecho con fondos propios.
iv. Que el tercero pase a ocupar el mismo lugar jurídico del antiguo acreedor.
19
d) Fuentes de la subrogación.
El artículo 1609 establece los tipos de subrogación que se pueden producir y
ello mirado desde el punto de vista de sus fuentes, al decir: “Se subroga un
tercero en los derechos del acreedor, o en virtud de la ley, o en virtud de una
convención del acreedor.” Por lo tanto, la subrogación puede ser legal o
convencional. En ninguna de las dos interviene la voluntad del deudor y en
ambas se producen idénticos efectos. Sin embargo en la práctica la
subrogación convencional ha sido desplazada por la cesión de créditos, tanto
es así que el legislador en el artículo 1611, señala que la subrogación
convencional se sujeta a las regla de la cesión de créditos.
ii. Acción propia emanada del vínculo jurídico que lo unía al deudor. Ejemplo:
la acción de reembolso que tiene el fiador, el mandatario o el agente
oficioso.
La importancia de que este dotado de estas dos acciones radica en que por un
lado la acción subrogatoria le permite al tercero gozar de todos los privilegios y
garantías de que era titular el acreedor primitivo; y por otro, la acción derivada
del vinculo con el deudor, podría estar en una mejor situación en relación a los
plazos de prescripción. Por lo tanto, el que el tercero se valga de una u otra
acción dependerá de la situación concreta en que se encuentre.
20
g) La subrogación legal.
Esta opera por el solo ministerio de la ley y en los casos expresamente
establecidos, sin que intervenga la voluntad ni del acreedor y ni del deudor.
Los principales casos se encuentran establecidos en el artículo 1610.
ii. Artículo 1610 Nº 5: “Del que paga una deuda ajena; consintiéndolo
expresa o tácitamente el deudor”.
En esta materia nos remitimos al acápite sobre la persona que puede hacer el
pago. Aquí también el tercero que paga goza de dos acciones, la de reembolso
derivada del mandato y la subrogatoria derivada del pago mismo.
21
iii. Artículo 1610 Nº 6: “Del que ha prestado dinero al deudor para el
pago; constando así en escritura pública del préstamo, y constando
además en escritura pública del pago haberse satisfecho la deuda
con el mismo dinero”.
Supone este caso, un tercero ajeno a la relación crediticia, que presta dinero al
deudor (mutuo) para que con este dinero pague la deuda. Se exige por la ley
además, que el muto conste por escritura pública. Y también la circunstancia
de haberse pagado con ese dinero prestado la deuda. Aquí el mutuante goza
de dos acciones, la derivada de su contrato de mutuo, es decir la acción
restitutoria; y de la subrogatoria.
Se debe tener presente que para que opere la subrogación en esta hipótesis, el
mejor derecho de que goza el acreedor al cual se paga sólo puede consistir en
un privilegio para el pago o una hipoteca, pero no a otras ventajas que le
accedan como por ejemplo: si ha trabado embargo sobre los bienes del deudor
(no se debe confundir con la situación de que el acreedor de mejor derecho
22
tenga además un embargo trabado sobre el inmueble hipotecado por ejemplo:
en este caso la subrogación es plena para el que paga)
Esta situación de subrogación legal se va a producir cuando:
23
En los dos casos anteriores no se debe entender la subrogación en el sentido
de que la hipoteca subsiste, ya que como lo estudiamos a propósito de la
hipoteca, no procede este gravamen sobre bienes propios. La hipoteca en este
caso caduca, lo que ocurre es que el tercero poseedor que paga se subroga en
todas las acciones del acreedor hipotecario, incluyéndose la preferencia de que
gozaba para el pago de su acreencia. La importancia de esta subrogación
radica precisamente en que se goza de esta preferencia.
24
Sin embargo pudo haberse omitido la citación de algunos acreedores
hipotecarios, en cuyo caso la subasta no se anula, sino que el omitido conserva
sus derechos y por lo tanto, su hipoteca gozando del derecho de persecución
en contra del que la adquirió en pública subasta. Si se ejerce este derecho por
el omitido y pide la realización del inmueble, el adquiriente del inmueble se
entenderá subrogado en los derechos de los acreedores citados para los
efectos de la subasta que se llevará a cabo. Por lo tanto, la subrogación opera
en relación a los derechos que tenían los acreedores hipotecarios, sean estos
de grado preferente o no. Y al igual que en el caso 1 y 2, la subrogación
comprende especialmente la preferencia de que gozaban tales acreedores, ya
que la hipoteca no puede estar constituida a favor del subastador, puesto que
el bien es de su propiedad (el omitido no puede en ninguna caso mejorar su
derecho hipotecario).
h) La subrogación convencional.
i. Concepto.
Como ya lo hemos anunciado la subrogación puede ser además convencional,
ello en virtud del artículo 1611 que establece esta posibilidad.
25
26
ii. Requisitos para que opere la subrogación convencional.
i) Efectos de la subrogación.
Tanto la subrogación legal como la convencional produce los mismos efectos,
que en general consisten en el traspaso al nuevo acreedor de todos los
derechos, acciones, privilegios, prendas e hipotecas del antiguo, contra el
deudor principal, como contra cualesquiera tercero, obligados solidaria o
subsidiariamente a la deuda (artículo 1612 inciso 1º).
Aspectos importantes.
27
Para un sector, si se traspasarían los derechos o acciones personales, puesto
que legislador en el artículo 1612 no efectúa distingo alguno. Incluso hay
situaciones de privilegios que se traspasan por la subrogación a pesar de estar
establecidos en consideración de la persona del acreedor, como ocurre con los
privilegios de cuarta clase (artículo 2481).
28
En relación a la hipoteca ¿es necesaria nueva inscripción o bien ésta se
traspasa por el solo ministerio de la ley? Este interrogante se plantea tanto en
relación a la subrogación como a la cesión de créditos. La doctrina es unánime
en señalar que no se requiere nueva inscripción y ni siquiera anotación al
margen de la existente, aún cuando por razones de conveniencia práctica se
recomienda esta última. La razón de esta solución, está en que el artículo 1612
no exige requisito alguno para que se produzca el traspaso de la hipoteca, ni
tampoco lo hace el artículo 1906 referido a lo mismo. El mismo criterio se debe
aplicar respecto de la prenda sin desplazamiento.
d. El tercero que paga conserva las acciones que tenía en contra del deudor
antes de la subrogación.
Ejemplo: así, el mandatario que paga con dinero propio es titular de dos
acciones, la de reembolso, por una parte, y la subrogatoria por otro.
3. Dación en pago.
a) Concepto.
Se trata de una institución no regulada en nuestro CC, pero ello no significa
que no tenga ningún asidero legal, ya que existen diversas normas que se
refieren a ésta. Es posible definirla señalando que es la extinción de una
obligación, que por un acuerdo de las partes ser produce por una prestación
diversa a la debida.
29
El artículo 1569 inciso 2º desde un punto de vista negativo admite la
posibilidad de la dación pago, ya que establece que el acreedor no puede ser
obligado a recibir una cosa distinta a la debida, ni aún a pretexto de ser de
igual o mayor valor. Por lo tanto, la norma podría perfectamente señalar que le
está permitido o que el acreedor podrá aceptar el pago en las circunstancias
anteriores.
ii. La dación en pago tiene una fisonomía propia e independiente de las figuras
jurídicas con las cuales se le pretende asimilar.
30
v. El consentimiento en la dación en pago está orientado a extinguir la
obligación por parte del deudor; y a aceptar una prestación diversa a la
debida para lograr la satisfacción el crédito, por parte del acreedor.
– El adagio que señala que quien puede lo más, puede lo menos, ya que si al
acreedor le está permitido renunciar a su crédito, perfectamente podrá
aceptar en que se le pague con un objeto distinto al debido.
31
Contra argumentos a esta teoría:
Criticas.
32
iii. Dación en pago como modalidad del mismo.
Esta doctrina surge frente a las deficiencias de las anteriores, señalando que la
dación en pago es un pago con una ligera variante, por lo cual debe
considerársela una modalidad del mismo. Consecuentemente, se aplica a la
dación en pago las reglas del pago.
Finalmente, una corriente doctrinaria señala que la dación en pago tiene una
individualidad propia, como un cumplimiento de la obligación por equivalencia
de carácter convencional, debiendo regirse por las normas del pago en todo
aquello que no resulte incompatible con su propia naturaleza.
33
solucionar previamente si la ejecución de la dación en pago puede ser
inmediata o puede quedar postergada, ejecutándose posteriormente. Sólo en
este último caso (Ejecución diferida) podría darse una dación de obligaciones
de hacer o no hacer, lo cual en concepto de esta autor constituiría una
novación, ya que en nuestro derecho si la nueva obligación queda pendiente y
la anterior extinguida hay novación y no dación en pago.
34
aceptarse que goza de estas últimas significaría que la obligación primitiva
revive con todos sus accesorios, excepto la fianza (artículo 2382).
a) Generalidades.
Lo normal es que el acreedor este llano y deseoso de recibir el pago, pero
puede ocurrir que este no manifieste interés en recibirlo, sea por que no
comparece o por su repugnancia, en esos casos el deudor que tiene interés en
liberarse de la obligación podrá recurrir al mecanismo del pago por
consignación.
El artículo 1572 ya anuncia que el pago puede realizarse en forma eficaz, aún
contra la voluntad del acreedor (inciso 1º parte final), y el articulo 1598 señala
expresamente que “para que el pago sea válido, no es menester que se haga
con el consentimiento del acreedor: el pago es válido aún contra la voluntad
del acreedor, mediante la consignación”.
b) Concepto.
Es un mecanismo a través del cual se le permite al deudor liberarse de su
obligación pagando contra la voluntad del acreedor o frente a su no
comparecencia o incertidumbre de su persona.
35
c) Procedimiento del pago por consignación.
i. La oferta.
a. Concepto.
Es el acto por el cual el deudor manifiesta al acreedor su intención de pagar
(artículo 1600).
b. Requisitos de fondo.
– Sujetos de la oferta: la oferta deber ser hecha por una persona capaz de
pagar, que puede ser el deudor mismo o un diputado para el pago (artículo
1572); y debe ser hecha al mismo acreedor que es capaz de recibir el pago
a su legítimo representante. (artículo 1600 Nº 1 y 2).
– Lugar del pago: se debe ofrecer ejecutara el pago en el lugar debido (Nº 4).
– Momento oportuno: la oferta debe ser hecha una vez que la obligación se
haya hecho exigible (Nº 3)
c. Requisitos de forma.
36
anterior, o por el que se le señala en la ley Nº 18.101 que le permite consignar
en el servicio de Tesorería que corresponda al inmueble.
e. Resultado de la oferta.
Esta puede conducir a dos resultados:
– Que el acreedor la acepte: en este caso termina ahí el procedimiento y se
hará el pago.
– Que el acreedor rechace la oferta, no sea habido o se mantenga la
incertidumbre respecto a su persona: en este caso se pasa a la segunda
etapa llamada consignación.
a. Concepto.
La consignación es el depósito de la cosa que se debe (prestación en general)
hecha a virtud de la repugnancia o no comparecencia del acreedor a recibirla,
o de la incertidumbre acerca de la persona de éste, y con las formalidades
necesarias, en manos de una tercera persona (Artículo 1599).
b. Etapas de la consignación.
En la consignación se distinguen dos etapas:
– El depósito.
Es extrajudicial (artículo 1601 inciso 4º). En esta consignación no se le dará
ningún recurso al acreedor. Si la cosa que se va a depositar es dinero, éste
podrá hacerse en la cuenta corriente del tribunal competente, en la tesorería
comunal correspondiente, o en cualquier banco. Si se trata de una cosa
distinta al dinero, el depósito puede efectuarse en una feria si se trata de
animales, en una casa de remate, en un almacén general de depósitos en
poder de un depositario nombrado por el juez (artículo 1601 inciso 1º, 2º y
6º).
– Calificación de la consignación.
Hasta el momento no ha habido intervención judicial (salvo nombramiento del
depositario), pero deberá intervenir la justicia para determinar si
efectivamente ha habido pago capaz de extinguir la obligación. Para ello se
requiere oír al acreedor.
37
obligación, o rechazar el pago en cuyo caso, es necesario que se declare la
suficiencia del pago.
d) Efectos de la consignación.
La consignación suficiente extingue la obligación y sus accesorios (intereses,
cauciones) (artículo 1605 inciso 1º). En el caso de las obligaciones a plazo y
bajo condición, la consignación suficiente importa la extinción de la obligación
en forma oportuna (artículo 1605 inciso 2º).
a) Nociones preliminares.
El artículo 1545 señala que los contratos pueden ser invalidados por el mutuo
consentimiento de las partes y el artículo 1567 inciso 1º dispone que “toda
obligación puede extinguirse por una convención en que las partes interesadas,
siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consientan en darla por
nula”.
38
En ambos casos el legislador incurre en una impropiedad del lenguaje, ya que
de los términos empleados podría pensarse que la nulidad es una sanción que
puede ser aplicada por la sola voluntad de las partes. Lo que en realidad quiso
decir el legislador es que los contratos, o más bien las obligaciones, pueden ser
dejados sin efecto, no por un vicio, sino por la sola manifestación de voluntad
de las partes. Ello no es sino una manifestación del principio de la autonomía
de la voluntad, y que en este caso tiene su consagración en el adagio jurídico
que señala que las cosas en derecho se deshacen de la misma manera en que
se hacen.
El mutuo disenso por regla general puede ser aplicado a cualquier obligación
cuyo cumplimiento se encuentre pendiente, ya que sólo se puede extinguir la
que existe. No obstante lo anterior, existen ciertos contratos en que no cabe
este modo de extinguir, por ejemplo: el de matrimonio.
ii. La capacidad de las partes: este requisito se desprende del artículo 1567 al
permitir la resciliación sólo entre aquellos que pueden disponer libremente
de lo suyo.
iii. Que no estén íntegramente cumplidas las obligaciones derivadas del mismo
negocio jurídico, es decir se debe tratar de obligaciones pendientes.
c) Efectos.
El efecto de este modo de extinguir, al igual que los otros, es el de extinguir la
obligación, le pone término. Ello a pesar del texto expreso del artículo 1567
que dice “consientan en darla por nula”.
2. La novación.
a) Concepto.
“Es la sustitución de una nueva obligación a otra anterior, la cual queda por
tanto extinguida” (artículo 1628).
b) Características.
i. Es extintiva.
La novación extingue la obligación anterior por lo cual se incluye dentro de los
modos de extinguir.
39
ii. Es sustitutiva.
La novación junto con extinguir la obligación, da nacimiento a una nueva
obligación en reemplazo.
iii. Es convención y contrato.
La novación tiene un carácter híbrido, en cuanto extingue una obligación es
una convención, en cuanto da origen a una nueva es un contrato.
c) Requisitos de la novación.
El mismo artículo 1630 señala que las obligaciones deben ser válidas al menos
naturalmente, por lo que cabe perfectamente la novación de una obligación
natural o bien que por la novación nazca una obligación de reemplazo de
carácter natural.
Puede ocurrir que alguna de las dos obligaciones esté sujeta a una condición
suspensiva, siendo la regla en este caso que no hay novación mientras esté
pendiente la condición, pues el efecto de la condición suspensiva pendiente es
impedir que nazca la obligación. Así, si la obligación primitiva es pura y simple
y la nueva esta sujeta a una condición suspensiva pendiente, no hay novación,
puesto que no hay obligación de reemplazo. Por otro lado, si la obligación
primitiva esta sujeta a una condición suspensiva pendiente y la nueva es pura
y simple, tampoco habrá novación porque no podrá extinguirse lo que aún no
existe (artículo 1633 inciso 1º). Pero en todo caso, no habrá novación si la
condición falla o bien si antes de que se cumpla se extingue la obligación
primitiva.
Con todo, estas reglas pueden ser modificadas por la voluntad de las partes,
en orden a que se tenga por extinguida la obligación primitiva sin aguardar la
condición pendiente (artículo 1633 inciso 2º). Se desprende de lo anterior que,
en ningún caso se podrá estipular por las partes, que haya novación si es la
obligación de reemplazo la que se encuentra sujeta a condición, la razón de
ello es que no se daría el requisito esencial de la novación referido al
nacimiento de una nueva obligación de reemplazo.
40
Entre la obligación que se extingue por novación y la que la reemplaza deben
existir diferencias fundamentales, deben ser substancialmente distintas.
Se cumplirá este requisito cuando varíe uno de los elementos esenciales de la
obligación, en cuanto a su estructura, es decir, sea en relación a los sujetos o
al objeto o la causa (artículo 1631).
La simple modificación de algún elemento de la obligación no importa novación
Ejemplo: artículo 1646 y 1650 etc.
d) Tipos de novación.
i. Novación objetiva.
Según el artículo 1631 Nº 1, hay novación cuando se sustituye una nueva
obligación a otra, sin que intervenga nuevo acreedor o deudor. Esta es la
novación objetiva, la cual puede ser por cambio del objeto debido o por el
cambio de la causa por la cual se debe algo.
41
Se produce ésta cuando varía el contenido mismo de la obligación, o sea la
prestación; si la nueva obligación es de dar, el contrato de novación será un
título traslaticio de dominio, el cual requerirá de una tradición para el
cumplimiento de la obligación.
42
– Modificación de las modalidades de la obligación: las modalidades son
elementos accidentales de la obligación, por lo que su modificación no
implica en ningún caso una novación, pues no existe variación de un
elemento esencial.
• Ampliación del plazo: (artículo 1649) en este caso no hay novación, pero la
responsabilidad de los fiadores y las hipotecas y prendas se extinguen, a
menos que se accedan expresamente a esta ampliación. En este caso el
legislador omitió a los codeudores solidarios, por lo que se ha estimado que
la ampliación los afecta, ello en razón de que la doctrina que en esta
materia rige es la del mandato recíproco y tácito entre éstos.
La razón de que se extingan las cauciones se encuentra en que los que las
otorgaron comprometieron su patrimonio por el plazo primitivo y no pueden
ser obligados a la ampliación, por ello es que se evita esta extinción si los
terceros acceden a la ampliación.
Por otro lado la justificación que nosotros damos a esta norma está en el
efecto relativo de los contratos, ya que una convención entre el deudor y el
acreedor es inoponible a estos terceros caucionadores, en cuanto ellos no
han participado con su voluntad en ese acuerdo.
• Simple mutación en el lugar del pago: (artículo 1648) ésta deja subsistente
los accesorios de la obligación (cauciones personales o reales), pero sin que
importe un nuevo gravamen.
Esta novación se asemeja a otras instituciones que importan una variación del
sujeto activo de la relación jurídica como la cesión de créditos y la
subrogación. La diferencia fundamental entre éstos dos últimos y la novación,
la encontramos en que en aquéllos el crédito cambia de manos, pero es el
mismo crédito; en la novación no hay un cambio en el crédito, sino que éste se
extingue, lo que hay es un nuevo acreedor con un nuevo crédito. Por otro lado,
los accesorios tanto en la cesión como en la subrogación, siguen al crédito, por
lo tanto también pasan a manos del nuevo acreedor; en cambio en la
novación, estos accesorios se extinguen debido a la extinción del crédito a que
acceden. Por último, en cuanto al perfeccionamiento, en la novación se
requiere el consentimiento de ambos acreedores y del deudor (ya que se trata
43
de un contrato y convención a la vez); en cambio en el pago con subrogación
legal opera de pleno derecho; y si es subrogación convencional o en el caso de
la cesión, con la sola voluntad del acreedor, sin que intervenga el deudor con
su voluntad, bastando sólo su notificación o aceptación.
– Concepto.
Es la sustitución de un deudor a otro, el cual queda libre de la deuda, siempre
que el acreedor expresamente consienta en ello (artículo 1631 Nº 3 y 1635).
44
derechos ya que se produce un ensanchamiento de la garantía puesto que
podrá dirigirse no sólo en contra del patrimonio del deudor primitivo, sino que
también en contra del tercero.
• Novatorias.
Es decir, cuando concurre la voluntad expresa del acreedor de dar por liberado
al primitivo deudor. Esta a su vez puede ser: 1) Delegación o delegatoria: en
aquellos casos en que el deudor primitivo presta su consentimiento y el nuevo
deudor se llama delegado; 2) Expromisión o expromisoria: en aquellos casos
en que el deudor primitivo no presta su consentimiento.
• No novatorias.
Es decir el acreedor no libera de su obligación al deudor primitivo; ésta a su
vez puede ser de dos clases: 1) Delegación o delegatoria: interviene la
voluntad del deudor principal, y el acreedor no lo libera. Esta delegación puede
ser a su vez de dos clases: a) Acumulativa o ad promisoria: en el caso en que
el tercero resulta obligado subsidiaria o solidariamente. Es acumulativa, ya que
el acreedor refuerza su derecho de prenda general. B) No acumulativa: el
tercero resulta ser sólo un diputado para el pago. El acreedor y el deudor
quedan en la misma situación jurídica. 2) Expromisión o expromisoria: no
concurre la voluntad del deudor primitivo, a su vez puede ser de dos tipos: a)
Acumulativa o ad promisoria: en este caso el tercero que asume la obligación
resulta obligado solidaria o subsidiariamente. b) No acumulativa: el tercero es
considerado un diputado para el pago.
45
Esta delegación se conceptualiza por algunos como: “la de una persona
llamada delegado que con acuerdo de un delegante se obliga frente al
delegatario que consiente en liberar al delegante”.
Artículo 1639: el delegante por error cree ser deudor de alguien y no lo era, en
este caso el delegado no está obligado al acreedor, pero si paga creyendo que
la deuda existía y era válida, se encuentra frente al delegante en la misma
situación que si la deuda hubiese sido verdadera. Pero el delegante tiene
derecho a la restitución por parte del delegatario de lo indebidamente pagado.
Se deben aplicar las reglas del pago de lo no debido.
• En aquellos casos en que la insolvencia del nuevo deudor haya sido anterior
y pública.
En todos estos casos lo que ocurre es que el acreedor tiene acción contra el
deudor primitivo por la insolvencia del deudor nuevo. Si bien tiene acción, se
46
debe determinar qué clase de acción es la que posee, la respuesta no es
indiferente por Ejemplo: materia de prescripción o de privilegios etc. Nosotros
estimamos que la acción que tiene es derivada de la nueva obligación que
surge en virtud de la novación, ya que ésta produce la extinción de la antigua
(en cuanto convención) y de sus accesorios, y la reserva es fruto de un pacto
entre las partes en el contrato de novación y en los otros casos se trataría de
una obligación legal.
47
d. Se extinguen las cauciones personales (artículo 1645 relacionado con el
artículo 1519) salvo que los codeudores solidarios o subsidiarios accedan a
la obligación que nace.
Límites a la reserva:
48
los demás garantizaron la obligación con prenda o hipoteca, éstas se
extinguen, salvo que accedan expresamente a la nueva obligación. Lo que
ocurre es que los demás codeudores después de la novación (extinción de
la obligación solidaria por un medio no equivalente al pago) pasan a
considerarse como terceros y éstos deben consentir en la reserva para que
esta valga (artículo 1642 inciso 2º).
a) Concepto.
El artículo 2492 define a la prescripción en general, pero para estos efectos se
puede adecuar a la prescripción extintiva, señalando que "la prescripción es un
modo de extinguir las acciones y derechos ajenos por no haberse ejercido dichas
acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás
requisitos legales".
Por su parte, el artículo 1567 al enunciar los modos de extinguir las obligaciones
señala en su Nº 10 a la prescripción. Sin embargo, la prescripción extintiva no es
estrictu sensu un modo de extinguir la obligación, ya que las obligaciones
respecto de las cuales ha operado la prescripción pasan a ser naturales, es decir,
el efecto de la prescripción es que extingue la acción que permite el cobro de la
obligación, pero si éstas son pagadas autorizan para retener el pago, ya que no
carecen de causa.
49
La prescripción puede ser alegada como excepción perentoria; pero además,
aunque se discute, es posible jurídicamente que el deudor la alegue como acción
solicitándole al juez que declare la prescripción para desligarse de la deuda.
50
c. Artículo 320: la reclamación de estado civil del padre o la madre verdadero no
prescribe.
51
iv. Prueba de la prescripción (artículo 1698).
Corresponde al deudor probar la prescripción, porque es un modo de eximirse del
cumplimiento de la obligación. En el fondo lo único que debe probar es el
transcurso del tiempo, ya que es la ley la que determina las acciones
imprescriptibles y es el acreedor quien debe probar la interrupción de la
prescripción.
52
d) Prescripción de largo tiempo (artículo 2514 a 2520).
La doctrina las ha llamado así para diferenciarlas de las de corto tiempo que se
tratan a partir del artículo 2521. Para tratar la prescripción de largo tiempo, se
deben distinguir las acciones reales de las personales, y dentro de las primeras,
las propietarias, las de garantías reales y las limitaciones del dominio.
a. Acción ordinaria.
El artículo 2515 señala para este tipo de acciones el de 5 años, siendo este plazo
la regla general para la prescripción extintiva, por lo tanto se requiere para que
no se aplique de una disposición expresa que señale otro plazo.
b. Acción ejecutiva.
A diferencia de la anterior, cuando se tiene un título ejecutivo no es necesario
establecer la existencia de la obligación. Por ello el plazo de prescripción de la
acción ejecutiva es de 3 años, puesto que el titular de la acción puede proceder
de inmediato al cobro forzado. Esta acción ejecutiva tiene dos aspectos que
destacar:
Por estas dos razones apuntadas para muchos más que prescripción, se trata de
una caducidad del merito ejecutivo de la acción.
.
ii. Prescripción de las acciones accesorias.
El artículo 2516 señala que "la acción hipotecaria, y las demás que proceden de
una obligación accesoria, prescriben junto con la obligación a que acceden". Este
artículo es una aplicación del principio de que lo accesorio sigue la suerte de lo
principal, y toda obligación que tenga el carácter de accesorio sea personal o
real, prescribe conjuntamente con la obligación a que accede. Por lo tanto, las
cauciones reales o personales no tienen plazo ni único, ni propio de prescripción,
sino que les corresponderá el que afecte a la acción a que acceden.
53
Las acciones propietarias no se extinguen por el no ejercicio del derecho que
tutelan. Es decir, la acción reivindicatoria y la de petición de herencia no se van a
extinguir por el solo transcurso del tiempo, ello por el carácter absoluto y
perpetuo que tienen los derechos reales que protegen, por lo cual el no ejercicio
no importa la pérdida de los mismos.
Pero para algunos se discute si con base al artículo 806 el usufructo podría
perderse frente al nudo propietario por su no ejercicio por el usufructuario
durante un cierto lapso de tiempo. Para Claro Solar, la solución es que el
usufructo se extingue por prescripción extintiva ordinaria de 5 años y por no
haberse ejercido durante ese lapso. Alessandri, en contrario, señala que el
usufructuario tiene el dominio sobre su derecho de usufructo, por lo cual éste
sólo se adquiere por prescripción, pero no se pierde por prescripción extintiva
debido a su no ejercicio.
54
La misma solución por la que se opte se debe aplicar a los derechos de uso y
habitación, en virtud del artículo 812 que se remite a las normas del usufructo
para la constitución y pérdida de estos derechos.
b. Prescripción de la servidumbre.
En el artículo 885 el legislador dispuso que "las servidumbres se extinguen: Nº 5
por haberse dejado de gozar durante tres años". Claramente se estableció una
prescripción extintiva especial, por haberse dejado de gozar la servidumbre, o
sea por su no ejercicio, lo cual es lógico porque el no goce comprueba la
inutilidad del gravamen. Pero también otros sostienen que al ser la servidumbre
un derecho real, la acción que a este protege también tendría que expirar por la
prescripción adquisitiva del derecho.
e) Interrupción de la prescripción.
El elemento del transcurso del tiempo en la prescripción es fundamental, y como
ya lo dijimos este debe ir acompañado de la inactividad del acreedor o del
deudor. Si se rompe esta inactividad se produce la interrupción y se hace perder
todo el tiempo ya transcurrido. Por la interrupción se altera la inactividad, sea
por la acción judicial del acreedor o por la actividad del deudor en orden a
reconocer la deuda.
55
Requisitos para que se produzca la interrupción (artículo 2518 relación con el
2503.
a. La notificación de la demanda.
La demanda debe notificarse al deudor y esta notificación debe ser, además,
legal. En caso contrario no se produce la interrupción (artículo 2503 Nº 1). Dicha
notificación debe realizarse antes del vencimiento del plazo de prescripción, pero
para una posición minoritaria y reciente de la jurisprudencia, se señala que basta
con que la demanda se intente antes de cumplirse el término de la prescripción
aunque la notificación se haga posteriormente, pues ésta retrotrae sus efectos al
tiempo de la presentación de la demanda. Esta última posición cautela los
derechos de los acreedores y evita las maquinaciones tendientes a evitar la
notificación. La posición mayoritaria rechaza la posibilidad anterior, porque la ley
exige la notificación legal de la demanda para la interrupción.
56
prescripción respecto de la obligación principal incide en la de la acción de
garantía, ello por lo siguiente:
Así por ejemplo: si estamos frente a una obligación principal garantizada con
hipoteca y se emiten títulos de crédito para documentar la deuda principal,
dichos títulos de crédito prescriben en el plazo de un año, pero por su carácter de
abstractos e independientes no importan la extinción de la acción hipotecaria que
garantizaba la obligación principal. Esta acción accesoria va a prescribir y se va a
interrumpir dependiendo de si la acción principal prescribe o se interrumpe.
f) Suspensión de la prescripción.
i. Concepto.
La suspensión es un beneficio que la ley otorga a ciertos acreedores, en vista a
ciertas circunstancias especiales, con el fin de que no corra plazo de prescripción
en su contra mientras dure la causa en que se funda. El legislador frente al
peligro de un representante o administrador desidioso o irresponsable establece
este beneficio a favor de ciertos acreedores.
57
iii. Efecto de la suspensión.
El efecto que produce está en que impide que comience o continúe
transcurriendo el plazo de prescripción en su contra; y al momento de cesar la
incapacidad o de cumplirse el plazo legal, comenzará a correr el plazo sin que se
pierda el tiempo corrido, si es que alguno hubo. Es decir, si antes de que
sobreviniera la incapacidad había transcurrido parte del plazo, éste se computará
una vez que cese la suspensión y seguirá corriendo.
58
iii. Prescripciones de un año: artículo 2522.
Esta norma en su inciso primero se refiere a la acción de mercaderes,
proveedores y artesanos por el precio de los artículos que despachan al
menudeo.
El inciso 2º de esta norma se refiere a la acción que tienen toda clase de
personas por servicios que se prestan periódica o accidentalmente.
Efectos de la interrupción.
En ambos casos sucede a la prescripción de corto tiempo la del artículo 2515, es
decir, la ordinaria o de largo tiempo. Este efecto se denomina interversión, que
implica que la prescripción de corto tiempo pasa a ser de largo tiempo en virtud
de esta interrupción sea esta civil o natural, se justifica porque respecto de las
acciones que prescriben en corto tiempo existe una presunción de pago, la cual
por la interrupción se destruye, con lo cual no existe razón para que la deuda
tenga un plazo de prescripción tan breve.
59
transformación de corto a largo plazo que es lo implica en buenas cuentas la
interversión.
60
F. Efectos anormales: la ejecución forzada.
El supuesto básico para hablar de efectos anormales está en el incumplimiento.
Hay incumplimiento, usando los términos del artículo 1556, cuando la obligación
no se cumple, se cumple imperfectamente o se retarda su cumplimiento.
a) Voluntario e involuntario.
Si bien el incumplimiento es objetivo, a la ley no le es indiferente la causa que lo
provoca, por lo cual toma en cuenta el elemento subjetivo en la actuación del
deudor, para determinar su responsabilidad. Dentro del incumplimiento
voluntario se puede distinguir:
ii. Con acuerdo del acreedor, esto ocurre cuando opera una remisión, una
transacción, o una novación.
61
En el derecho romano antiguo la responsabilidad por el incumplimiento de una
obligación era de carácter personal, es decir, se hacía efectiva en la propia
persona del deudor. Así por ejemplo: el acreedor podía aprehender al deudor,
convertirlo en esclavo e incluso podía disponer de su propia vida. La explicación
de esta responsabilidad se encontraba en el carácter personalísimo de las
obligaciones, lo que hacía que el deudor que no cumplía quedaba sujeto a la
manus iniectium, que era un derecho del acreedor sobre el cuerpo del deudor.
62
Cuando se habla de prisión por deudas, no existe la comisión de un delito, sino
que se sanciona a través de una medida de privación de libertad a quien no
cumple. De modo que en el caso del giro doloso de cheque, no se trata de prisión
por deudas, sino que de un hecho constitutivo de un delito, que es sancionado
(pena) con la privación de libertad.
a) Denominación y comentarios.
La responsabilidad civil esta establecida en el libro IV título XLI artículo 2465:
"Toda obligación personal da al acreedor el derecho de perseguir su ejecución
sobre todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros,
exceptuándose solamente los no embargables, designados en el artículo 1618".
En consecuencia, es el patrimonio del deudor el que está afecto al cumplimiento
de las obligaciones.
63
al cumplimiento de una obligación principal, pudiendo el acreedor perseguirlo en
manos de quien se encuentre.
Se debe tener presente que puede ocurrir que el acreedor prendario tenga
además el derecho de garantía general en contra del constituyente, esto va a
ocurrir cuando sea el propio deudor el que constituye la garantía o cuando el
tercero accede personalmente a la deuda que está garantizando con la prenda.
i. Artículo 2469.
La forma de hacer efectivo o de ejercitar este derecho se manifiesta en el
derecho que tienen los acreedores para exigir que se vendan todos los bienes del
64
deudor, hasta la concurrencia de sus créditos, para que con el producto de dicha
venta se satisfagan íntegramente o a prorrata, para el caso en que no fueren
suficientes los bienes. En este artículo además se consagra la igualdad que debe
existir entre los acreedores, la cual se rompe cuando concurre alguna causa de
preferencia en favor de ciertos créditos.
a. Que ingresen todos los bienes y derechos que deberían ingresar al patrimonio
del deudor y que no lo han hecho.
b. Que vuelvan al patrimonio los bienes que han salido en fraude de sus
derechos.
5. Ejecución forzada.
a) Aproximación.
Frente al incumplimiento voluntario de una obligación al acreedor le asiste un
derecho, derivado del vínculo jurídico, para reclamar la intervención de los
tribunales de justicia (acción), para que éstos, con auxilio de la fuerza pública,
fuercen o compelan al deudor a cumplir. Surge lo que se conoce como ejecución
forzada, que tiene como presupuesto el incumplimiento, y puede ser de dos
clases: en naturaleza o en equivalencia. En la primera de ellas, se obtiene el
cumplimiento de la prestación debida; en la segunda lo que ocurre es que el
cumplimiento in natura se reemplaza por la indemnización de los perjuicios
derivados del incumplimiento.
65
i. La ejecución y sus requisitos.
Además, existen otras situaciones en las cuales el acreedor si bien cuenta con un
título, este no tiene mérito ejecutivo, por lo cual deberá recurrir a la preparación
de la vía ejecutiva.
66
ii. Diferencias de la ejecución in natura según la naturaleza de la
obligación incumplida.
a. Obligaciones de dar.
Son aquellas en que el deudor se encuentra en la necesidad jurídica de entregar
una cosa, sea transfiriendo el dominio, constituyendo otro derecho real o a título
de mera tenencia. Respecto de ellas se debe distinguir si lo que se debe dar es
una especie o cuerpo cierto, una cosa fungible o una suma de dinero.
– El acreedor puede pedir que se apremie al deudor para la ejecución del hecho
convenido.
Este apremio puede consistir en un arresto de hasta por 15 días o una multa
proporcional (artículo 543 CPC), esta medida tiende a obtener el cumplimiento in
natura a través de la presión que implica el apremio decretado por el juez. Para
poder solicitar este apremio se deberá previamente requerir el cumplimiento al
deudor por las reglas del juicio ejecutivo.
67
El legislador fue poco preciso, porque: 1) Esta no es la única forma de obtener el
cumplimiento forzado de la obligación; 2) No siempre es posible puesto que
existen obligaciones de hacer intuito personae.
Entender que el acreedor goza libre y directamente de la opción del artículo 1553
Nº 1 y 2, significaría negar la posibilidad de que el deudor pueda cumplir su
obligación in natura, no obstante estar llano a cumplir. Y en estos casos en nada
resulta perjudicado el acreedor, ya que como lo dijimos, este goza siempre del
derecho a ser indemnizado por los perjuicios moratorios. Distinta es la situación
en relación al derecho de que se le indemnice de los perjuicios establecidos en el
Nº 3, ya que éstos podrían perfectamente demandarse en juicio ordinario, no
obstante no intentar el cumplimiento en naturaleza.
68
reemplaza en el patrimonio del acreedor lo que habría significado el
cumplimiento fiel de la obligación.
c. Obligaciones de no hacer.
La ejecución de estas obligaciones se traduce en deshacer lo hecho, siempre que
sea posible y necesario. El incumplimiento de estas obligaciones se traduce en un
hecho que no podía tener lugar, por ello, lo que se persigue es restablecer la
situación como si no hubiere existido tal incumplimiento. Esta ejecución se
encuentra regulada en el artículo 1555. Este precepto no obliga a distinguir tres
situaciones:
69
En este caso el solo incumplimiento autoriza a demandar la indemnización de
perjuicios, siempre que no sea posible deshacerse lo hecho.
Nota: si bien el artículo 1555 asegura que el acreedor siempre quedará indemne,
éste no podrá libremente optar por la indemnización compensatoria, sino que se
condiciona a que el cumplimiento in natura no sea posible. Por lo tanto, si
tenemos presente que el cumplimiento in natura en las obligaciones de no hacer
se traduce en una obligación de hacer (destruir lo hecho); más cuestionable nos
parece la circunstancia de afirmar que el acreedor en las obligaciones de hacer
pueda en todo caso y libremente optar por la indemnización compensatoria,
incluso frente al allanamiento a cumplir del deudor moroso.
i. Conceptos básicos.
La responsabilidad civil es la obligación que tiene una persona de indemnizar o
reparar los perjuicios ocasionados a otra, y como sabemos ésta se divide en
contractual y extracontractual.
70
La indemnización se puede definir como: "la cantidad de dinero que debe pagar
el deudor al acreedor y que represente todas las ventajas y beneficios que le
habría reportado el cumplimiento íntegro y oportuno de la obligación".
a. Posición mayoritaria.
Para la mayoría de los autores esta obligación es la misma que dejó de cumplirse
y que ante el incumplimiento cambia de objeto. Ya no se persigue el
cumplimiento de la obligación en naturaleza, sino que se pretende una suma de
dinero que represente al acreedor lo mismo que si hubiera obtenido el
cumplimiento fiel. La modificación objetiva se produce por disposición de la ley y
se funda en la imposibilidad de cumplimiento en naturaleza, que obliga al
cumplimiento equivalente. Abeliuk estima que sería más propio decir que se
produce una subrogación real, en la cual la indemnización de perjuicios
reemplaza en todos sus efectos a la obligación incumplida.
b. Sector minoritario.
Para un sector minoritario esta obligación es nueva, que nace del hecho ilícito del
incumplimiento. En todo es análoga a la que origina cualquier tipo de hecho ilícito
civil, la causa de esta obligación se encuentra en el incumplimiento.
La importancia que tiene el adoptar la posición anterior radica en que todas las
garantías de la obligación incumplida cubren la de indemnizar, y todo aquello que
afectaba al vínculo que le dio origen, por ejemplo: la nulidad, afecta igualmente
a la obligación de indemnizar.
71
iii. Clases de indemnización.
Esta puede ser compensatoria o moratoria. La primera es la suma de dinero que
debe el deudor y que equivale a lo que habría obtenido el acreedor con el
cumplimiento fiel de la obligación. La moratoria, reemplaza el cumplimiento
oportuno de la obligación y es la suma de dinero que el acreedor exige al deudor
como un equivalente al atraso en el cumplimiento.
a. Indemnización compensatoria.
Para que proceda ésta, se requiere como presupuesto el incumplimiento. El
artículo 1556, después de establecer que la indemnización no sólo comprende el
daño emergente, sino que también el lucro cesante, establece las dos situaciones
que importan un incumplimiento de una obligación y dan derecho a
indemnización compensatoria:
– Incumplimiento parcial.
La obligación se cumple imperfectamente, la indemnización representa el valor
de dichos desperfectos.
72
En cuanto a las obligaciones de hacer, el artículo 1553 establece que el acreedor
tiene la opción entre el cumplimiento en naturaleza o la indemnización
compensatoria. Se debe tener presente que si bien esta solución se desprende de
la propia ley, existirán casos en los cuales no quedará tan claro esta libre opción,
puesto que podría ser utilizada en evidente perjuicio del deudor que se encuentra
llano a cumplir.
b. Indemnización moratoria.
Esta repara el atraso en el cumplimiento y no el incumplimiento mismo (artículo
1566 inciso 1º parte final). Por esto, no hay inconveniente alguno en acumular el
cumplimiento en naturaleza o equivalente y la indemnización moratoria, por
ejemplo: puede pedir que se le pague el precio y se le indemnice por los daños
sufridos por la mora en el cumplimiento. Esta acumulación es posible porque
ambas indemnizaciones se refieren a aspectos distintos del incumplimiento y no
importan en ningún caso un enriquecimiento sin causa.
73
Se refiere a una acción u omisión que implica la falta de satisfacción íntegra,
eficaz y oportuna de la obligación. El artículo 1556 nos señala las situaciones
constitutivas de incumplimiento. Y éste, puede ser voluntario o involuntario. En
el primer caso, el incumplimiento se produce en razón de una actuación dolosa o
culposa del deudor y es el incumplimiento que nos interesa, puesto que es
imputable o reprochable; el segundo, implica que el deudor deja de cumplir por
un hecho ajeno a su voluntad, dentro de este se ubica el caso fortuito y la fuerza
mayor.
– El dolo.
El dolo es definido en el artículo 44 como "la intención positiva de inferir injuria a
la persona o propiedad de otro". En consecuencia, el incumplimiento doloso es
aquel que se produce intencionalmente por el deudor para dañar al acreedor,
constituyendo a su vez un agravamiento de la responsabilidad civil contractual,
que se manifiesta en la obligación de reparar los perjuicios imprevistos.
74
ser acreditado y establecido por quien lo invoca y lo invoca con la pretensión
de hacer más gravosa la responsabilidad del deudor.
Condonación del dolo futuro. El artículo 1547 inciso final y el artículo 1558 inciso
final permiten modificar por la vía de la convención de las partes las reglas de la
responsabilidad civil contractual, por la vía de aumentarla o disminuirla. Ejemplo:
en un contrato bilateral el deudor se hace responsable de la culpa levísima,
pesando sobre él un mayor grado de diligencia.
75
• Origina responsabilidad solidaria: al estudiar la responsabilidad aquiliana
señalamos que si dos o más personas cometían un delito o cuasidelito, eran
solidariamente responsables de los perjuicios (artículo 2317 inciso 1º). El
inciso 2º de dicha norma agrega que "todo fraude o dolo cometido por dos o
más personas, produce acción solidaria"; en relación a este precepto
señalamos que su alcance es para toda clase de dolo, sea contractual o
extracontractual, ya que de lo contrario sería una repetición de la norma del
inciso 1º de dicho artículo
– La culpa.
Concepto.
La culpa tiene mayor aplicación que el dolo, porque es de más fácil prueba y ésta
se presume. Se puede definir como: "la falta de diligencia o cuidado exigida por
la ley o por la convención, de una persona en el cumplimiento de sus
obligaciones". La apreciación de la culpa se hace en abstracto, el juez realiza una
operación de comparación de la conducta del deudor en relación a sus
obligaciones con la conducta que habría tenido un hombre medio o un buen
padre de familia (artículo 44).
• Culpa grave o lata. Esta consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel
cuidado que aún las personas negligentes y de poca prudencia suelen
emplear en sus negocios propios (inciso 2º artículo 44). Esta culpa es la que
impone un grado de diligencia menor al deudor, y se da únicamente en los
casos de máxima negligencia, siendo tan grosera y burda que el legislador la
considera dolosa.
76
Importancia de la clasificación de culpa.
Dependiendo del tipo de contrato es la culpa por la cual se responde.
Precisamente, para señalar las distintas responsabilidades según la naturaleza de
la relación jurídica, fue que se estableció por el legislador la división tripartita de
la culpa (artículo 1547). Así lo dispone la ley según a quien beneficie el contrato,
el grado de responsabilidad del deudor será mayor o menor, y así tenemos:
Todas estas normas (artículo 1547) son supletorias de las especiales que la
propia ley o la convención de las partes pueden dar para contratos o casos
especiales (inciso final). Por lo tanto, es posible una alteración de las reglas antes
dichas, modificándose la responsabilidad civil contractual por la vía del
agravamiento, disminución o exención.
77
• ¿Se presume o no la culpa grave? Si aplicamos las reglas de la culpa llegamos
a la conclusión que no tendría que probarse, pues se presume. Pero como lo
dijimos, el dolo debe probarse, por lo tanto como consecuencia de la
equiparación entre este último y la culpa grave, se alteraría el onus probandi.
La carga de la prueba sería del acreedor que alega la culpa grave, es decir,
ésta no se presumiría. Entonces, el acreedor que pretende agravar la
responsabilidad del deudor y obtener la reparación de los perjuicios
imprevistos deberá probar la culpa grave.
Sin embargo, los autores en su mayoría y la jurisprudencia, estiman que la
equiparación en estudio, no alcanza a la prueba; por lo tanto, el acreedor está
amparado por la presunción de culpa del artículo 1547, ya que éste en nada
distingue al establecer que al deudor le corresponde probar que empleó la
debida diligencia.
El profesor Abeliuk, adoptando una posición intermedia, señala que la
solución se encuentra en la siguiente distinción: 1) Si el acreedor se limita a
exigir indemnización ordinaria invocando la culpa grave, nada tendrá que
probar, rige la presunción de culpa; 2) Pero si al invocar la culpa grave, el
acreedor pretende alguno de los efectos especiales del dolo, es decir una
agravación de la responsabilidad del deudor, deberá probar la culpa grave,
según la regla del artículo 1698.
Prueba de la culpa.
La culpa se presume, pero la ley no lo ha dicho así exactamente, sino que
establece que la prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido
probarlo; la prueba del caso fortuito al que lo alega (artículo 1547 inciso tercero).
Y el artículo 1671 establece que siempre que la cosa perece en poder del deudor
se presume que ha sido por o culpa suya.
78
Existen algunos hechos que hacen al incumplimiento inimputable, como el caso
fortuito, que se contrapone a la culpa o el dolo; o las cláusulas de
irresponsabilidad que eximen de ella no existiendo culpa.
Concepto.
El artículo 45 señala que "es el imprevisto a que no es posible resistir, como un
naufragio un terremoto, etc.". Para nuestro CC son una misma situación el caso
fortuito y la fuerza mayor, pero en doctrina se establece una diferencia en
relación a la causa que origina el hecho: si proviene de las fuerzas de la
naturaleza se habla de caso fortuito; si proviene del hecho de una persona,
generalmente la autoridad, será fuerza mayor.
2) Imprevisibilidad.
Debe tratarse de un hecho imprevisto, es decir que las partes no lo han podido
prever al celebrar el acto o contrato, ni el deudor al momento de presentarse.
La Corte Suprema ha dicho que el hecho es imprevisto cuando no hay razón
especial para creer en su realización, y ni el agente ni persona alguna colocada
en su misma circunstancia habría podido evitar sus consecuencias.
3) Imposibilidad de resistir.
Ese hecho que no se pudo prever, debe ser absolutamente imposible de resistir
por las partes o cualquier persona en similares circunstancias.
Lo que caracteriza al caso fortuito es la imposibilidad absoluta y total del
cumplimiento. Por lo tanto una imposibilidad relativa, esto es la dificultad en el
cumplimiento, o una mayor onerosidad sobreviniente, no prevista en el contrato,
no constituye un caso fortuito, sino que estaríamos en presencia de otra figura
jurídica que se denomina imprevisión, en donde al deudor se le impone un
cumplimiento tan gravoso que existe una desnaturalización de la prestación, pero
que igualmente debe cumplirla.
79
circunstancia de inimputabilidad. Son los tribunales del fondo los que
determinarán si hubo o no caso fortuito, por lo tanto es una cuestión de hecho
que no puede ser revisada por la Corte Suprema por vía de casación.
Ejemplo: de caso fortuito: un decreto judicial de embargo que impide el pago por
el deudor a un tercero; una huelga ilegal e intempestiva; incendio no imputable;
braveza del mar que impide entregar una mercadería; etc.
1) Cuando sobreviene por culpa del deudor: (artículo 1547 inciso 2º) ya
señalamos la impropiedad que implica esta situación, ya que si hay culpa no
puede haber caso fortuito. Aplicación de este precepto encontramos en el
artículo 1590 inciso 1º (como debe hacerse el pago), y al artículo 1672.
2) Cuando el caso fortuito sobreviene durante la mora del deudor: también está
señalado en los artículos antes citados. También influye en la teoría del
riesgo, pues de acuerdo al artículo 1550 el riesgo pertenece al acreedor, a
menos que el deudor se constituya en mora. Esta regla tiene una contra
excepción, que se refiere a si el caso fortuito hubiere sobrevenido igualmente
teniendo en su poder el acreedor la cosa debida (artículos 1547 inciso 2º,
1590 inciso 1º y 1672 inciso 2º). Pero en este caso de contra excepción el
deudor siempre responderá de los perjuicios moratorios.
80
4) Cuando la ley pone de cargo del deudor el caso fortuito: el artículo 1676
establece que en el caso de el hurto o robo de un cuerpo cierto no se permite
alegar el caso fortuito.
Nota: todo lo dicho para el caso fortuito se aplica a la fuerza mayor, a pesar de
que el legislador en general se refiere sólo al primero.
• Ausencia de culpa.
El inciso tercero del artículo 1547 establece la carga de la prueba de la diligencia
o cuidado al deudor. El problema se plantea en relación a que si al deudor le
basta probar que ha empleado la debida diligencia para eximirse de
responsabilidad, o debe establecer el caso fortuito, además. La prueba del
empleo de la debida diligencia importa excluir la culpa en el incumplimiento, por
lo tanto se está en un grado inferior al del caso fortuito, en donde se prueba que
un hecho externo impide cumplir.
Para nosotros, si se entiende que solamente la prueba del caso fortuito libera de
responsabilidad, carecería de relevancia la graduación de la culpa, ya que si el
deudor prueba, por ejemplo: en el depósito, que empleó ese mínimo grado de
diligencia que se le exige, de nada le serviría si no logra probar el caso fortuito,
ya que debería igualmente responder.
• El hecho ajeno.
81
Hay ciertas situaciones en que el incumplimiento se deriva del hecho de un
tercero. El deudor será responsable de este incumplimiento cuando responda por
los hechos de este tercero, siendo imputable este incumplimiento.
82
que emplea para el cumplimiento de la obligación, por lo tanto el artículo 1679
no puede extenderse a otros casos que no están expresamente contemplados.
Para otros, se debe aplicar por analogía la norma del artículo 2320 a la
responsabilidad contractual, lo cual ha sido rechazado porque esta norma sería
exclusiva para la responsabilidad aquiliana; pero otros estiman que lo anterior no
significa excluir de la responsabilidad por el hecho ajeno, el hecho de las
personas por quienes responde extracontractualmente el deudor.
Por último, una tercera posición concluye que los casos expresamente previstos
son una aplicación de una regla general., y en consecuencia el deudor responde
por el hecho de las personas a quienes emplea o le ayudan en el cumplimiento
de una obligación.
Fundamento legal.
El artículo 1547 inciso final y 1558 inciso final.
Limitación.
Condonación del dolo o culpa grave futuros.
83
1) Cláusulas que agravan la responsabilidad del deudor: ellas pueden perseguir
objetivos diversos.
84
2) Cláusulas limitativas de la responsabilidad del deudor: pueden ser de varias
clases.
III. Alterar las reglas del onus probandi: se ha discutido si las partes pueden
alterar las reglas del onus probandi en materia de responsabilidad,
estableciendo por ejemplo: que se ha de cargo del acreedor la prueba de la
culpa. Un fallo antiguo de la Corte Suprema declaró la nulidad de tales
estipulaciones, por considerar que las normas de la prueba son de orden
público, por lo tanto tales estipulaciones adolecen de objeto ilícito. Pero la
mayoría de los autores discrepan de esta última posición, por los siguientes
argumentos: a) Es el propio artículo 1547 que establece la carga de la prueba
de la diligencia para el deudor, el que autoriza la alteración de las normas
establecidas en los incisos de tal artículo, sea por la vía de la ley o de la
convención. b) Parece que no es tan exacto que las normas acerca de la
carga de la prueba sean de orden público, ya que ellas están establecidas en
interés particular del acreedor. Y si éste puede eximir e la culpa al deudor,
con mayor razón puede tomar sobre sí la carga de la prueba de la culpa, que
es menos grave que lo anterior. c) Además si el derecho a la indemnización
es disponible con mayor razón puede gravarse el acreedor con la carga de la
prueba.
85
Pero hoy en día, reconociendo el principio de la autonomía de la voluntad se
aceptan estas cláusulas, y más aún en nuestro derecho donde expresamente se
permite en el artículo 1547 y 1558; por lo que privan al acreedor del derecho de
pedir indemnización aún habiendo culpa del deudor frente a cláusulas de esta
naturaleza.
b. El daño o perjuicio.
Toda acción de perjuicios supone la existencia de éstos; no puede repararse el
perjuicio o daño que no existe. En nuestro CC las expresiones daño y perjuicio
son sinónimas. Así, el artículo 1548 habla de los perjuicios; el artículo 1556
establece que la indemnización de los perjuicios comprende el daño emergente y
el lucro cesante; el artículo 1559 habla de los perjuicios por la mora etc.
En materia contractual los daños que serán materia del resarcimiento serán los
de carácter patrimonial, es decir los que tienen una repercusión en el patrimonio
de la persona del acreedor, sea que se manifieste en una disminución real y
efectiva que constituye el daño emergente; sea que se le prive de una ganancia
que es lo que constituye el lucro cesante. Además, luego de una intensa
discusión doctrinaria, la jurisprudencia actualmente acepta la indemnización del
daño moral en sede contractual, al igual que lo que ocurría en materia de
responsabilidad extracontractual.
La razón que se esgrimía para desechar la indemnización del daño moral en sede
contractual, se refería a lo dispuesto por el artículo 1556, al señalar que la
extensión de la indemnización se refiere exclusivamente al daño emergente y al
lucro cesante, y en doctrina éstas son las vertientes propias del daño patrimonial.
86
existe la indemnización de los daños morales con repercusión patrimonial.
Actualmente, la evolución en la materia ha permitido la aceptación de la
reparación del daño moral en sede contractual.
87
salvo que las partes alteren las reglas del onus probandi. Por lo tanto, le
corresponde probar el daño o perjuicio sufrido en su patrimonio.
Así como los intereses representan un daño evidente, que no requiere prueba, lo
mismo ocurre en el caso de la pérdida de la cosa que se debe por culpa o
durante la mora del deudor, ya que éste último sin necesidad de que el acreedor
pruebe nada, estará obligado al precio de la cosa. Lo anterior, puesto que el
precio de la cosa es un daño evidente, y sólo bastará establecer dicho precio
(artículo 1672 inciso 1º). Distinto es lo que ocurre con los perjuicios a que tiene
derecho por la pérdida, los cuales deberá acreditar de acuerdo a las reglas
generales.
Por lo tanto, como lo hemos reiterado, los perjuicios indirectos sólo son
indemnizables en la medida que haya mediado una convención entre las partes
en el sentido de agravar la responsabilidad del deudor.
88
d. La mora.
Para que el deudor deba indemnizar los daños ocasionados por el
incumplimiento, debe ser colocado en mora; así lo señala el artículo 1557 que
señala: "Se debe la indemnización desde que el deudor se ha constituido en
mora (…)". El artículo 1538 también la exige para cobrar la cláusula penal.
Concepto.
La mora del deudor o mora solvendi se puede definir como el retardo imputable
en el cumplimiento de la obligación unido al requerimiento o interpelación por
parte del acreedor (Abeliuk).
Esta definición no está dada por el CC, pero el artículo 1551 establece tres
situaciones que se deben tener en vista en relación a este requisito: 1) La
exigibilidad; 2) El retardo; y 3) La mora. Mientras la obligación no sea exigible no
se puede hablar de retardo; el retardo es la antesala de la mora, ya que esta
última lo comprende, pero no se reduce sólo a éste, ya que debe tratarse de un
retardo imputable, y el acreedor debe requerir o interpelar al deudor.
En las obligaciones de dinero la mora sí que tiene lugar únicamente para cobrar
los perjuicios moratorios (artículo 1559), pero la razón es muy simple, en ellas
no existe indemnización compensatoria, pues siempre es posible obtener el
cumplimiento en naturaleza. Sin embargo, para poder obtener el cumplimiento
forzado in natura, igualmente se requiere de la actividad del acreedor en orden a
requerir de pago al deudor y si éste no paga a trabarle embargo sobre bienes
suficientes.
89
En relación a esto se debe distinguir tres etapas: 1) La exigibilidad; 2) El retardo;
y 3) La mora.
La obligación es exigible en los momentos señalados al hablar del pago, esto es,
al momento señalado en la convención. Si no se cumple pasará a haber retardo,
pero normalmente no habrá mora, porque ésta requiere además del atraso, la
interpelación del acreedor. O sea, una actividad de parte de éste haciendo saber
al deudor que no obstante la deuda ser exigible, se encuentra retrasado en el
pago, y dicho retardo le causa perjuicio. Por lo tanto, para la exigibilidad no se
requiere de la constitución del deudor en mora, ya que aquélla es el presupuesto
de ésta.
El retardo es la antesala de la mora, toda mora supone que lo hay, pero no todo
atraso en el cumplimiento constituye mora. Esta distinción entre el simple
retardo y la mora, la consagra claramente el artículo 1537, que a propósito de la
cláusula penal señala que constituido el deudor en mora, el acreedor puede pedir
a su arbitrio el cumplimiento de la obligación principal o la pena, a menos que
aparezca haberse estipulado la pena por el simple retardo.
Concepto.
Es el acto por el cual el acreedor hace saber a su deudor que considera que hay
retardo en el cumplimiento, y que éste le está ocasionando perjuicio, y además le
requiere para que le pague. Supone una actividad del acreedor que produce el
efecto de transformar el retardo en mora.
90
Este segundo requisito se encuentra establecido en el artículo 1551, ya que
consagra las distintas formas o maneras que puede adoptar esta interpelación
del acreedor al deudor.
91
Clases de interpelación
92
del acreedor que indique su intención de reclamar del retardo en el cumplimiento
basta. Por ejemplo: si se persigue preparar la vía ejecutiva, si se alega la
resolución del contrato bilateral, etc.
Por último, la constitución en mora del deudor se logra por la sola notificación
judicial del deudor de la demanda, sin que sea menester esperar el término de
emplazamiento ni menos la contestación de la demanda.
93
Efectos de la mora.
• Por regla general el deudor moroso responde del caso fortuito, salvo que éste
hubiere sobrevenido igualmente al acreedor o bien, no obstante haberse
cumplido oportunamente la obligación igualmente hubiere sobrevenido.
Varios preceptos lo declaran: artículo 1547 inciso 2º; artículo 1672 inciso 2º;
artículo 1590 inciso 1º.
• Además, en todo caso el deudor deberá reparar los perjuicios por la mora,
sea que responda por el caso fortuito o no (artículo 1672 inciso 2º).
94
La mora del acreedor.
Regulación.
Sobre este tema no hay una reglamentación sistemática en nuestro CC, pero hay
disposiciones que se refieren a ella. No obstante, hay situaciones en que la
actitud del acreedor es la causa única del incumplimiento, sea porque ha
contribuido a él, o hace más gravosos los perjuicios.
Graduación.
Existe una triple graduación de la intervención del acreedor en el incumplimiento:
95
partes para la celebración del contrato definitivo. Es imposible que la promitente
contratante, en cuanto deudor, cumpla si a su vez la contraparte, acreedor y
deudor, no cumpla su obligación. Pero esto ocurre porque ambas partes invisten
el carácter recíproco de deudor y acreedor y lo que existe es un incumplimiento
por parte de uno de los deudores de todo lo necesario para la celebración del
contrato. Lo anterior difiere con el caso en comento, ya que no se trata de un
incumplimiento por falta de cooperación del acreedor, que es un incumplimiento
en sí mismo, sino que es el mismo deudor el que está incumpliendo.
Reglamentación de la mora del acreedor en nuestro CC.
Nuestro CC se ha referido a esta en disposiciones aisladas. Según una sentencia,
a propósito de este punto, ha señalado que las disposiciones que se refieren a
esta mora son:
– Artículo 1604: hace recaer sobre el acreedor las expensas del pago por
consignación.
96
– Se debe recurrir al pago por consignación, ya que es el procedimiento
establecido por el legislador para la negativa del acreedor. Y lógicamente éste
lo constituiría en mora. Se ha criticado porque confunde dos cosas: un pago
(hecho por consignación) que extingue la obligación y la mora del acreedor,
que produce como efecto alterar la responsabilidad del deudor.
– Prescripción.
La ley no fija plazo especial de prescripción, como ocurre en la responsabilidad
aquiliana (artículo 2332). En consecuencia, ella se regirá por las reglas generales
(artículo 2515). Por regla general, la prescripción será ordinaria (5 años), salvo
para el caso que se reclamen perjuicios moratorios (sólo intereses), y que la
deuda conste en un título ejecutivo, la acción prescribirá en 3 años.
– Competencia y procedimiento.
La indemnización contractual es siempre materia civil, y está entregada a las
reglas generales en esta materia. El procedimiento será por regla general
97
ordinario, salvo el caso de las obligaciones de dinero que consten en título
ejecutivo.
De acuerdo al artículo 173 del CPC la especie y monto de los perjuicios pueden
ser fijados en el mismo juicio que establezca la obligación de repararlos; pero
puede reservarse su discusión para la ejecución de la sentencia, a condición de
que a lo menos estén acreditadas las bases que deben servir para la liquidación
de los perjuicios. La jurisprudencia ha reiterado que esta norma no es aplicable
en materia de responsabilidad aquiliana, ya que las bases, la especie y monto de
los perjuicios deben quedar fijados en el mismo juicio que declara la obligación
En esta materia surge el problema de determinar quién está obligado a pagar los
perjuicios, o en otras palabras, el legitimado pasivo en el juicio indemnizatorio.
Estamos en presencia de una obligación conjunta, solidaria o indivisible.
98
responsable de los perjuicios por la inejecución o el retardo. 3) Artículo 1540:
sólo el deudor infractor responde por su cuota en la pena que se pactó para
una obligación divisible y los demás no tienen responsabilidad alguna (inciso
1º). En los incisos 2º y 3º se establecen excepciones, que se refieren al caso
que la cláusula penal pactada con la intención expresa de que no pueda
ejecutarse parcialmente el pago, si uno de los codeudores ha impedido de
pagar totalmente, podrá exigirse a éste toda la pena o a los demás por la
cuota que le corresponde, sin perjuicio del derecho de repetir en contra del
deudor irresponsable. Se hace excepción entonces, puesto que sin perjuicio
de que los codeudores no responsables de la infracción tengan acción de
reembolso en contra del infractor, se van a ver obligados a pagar la cuota de
la pena que les corresponda.
El fundamento para pensar así está en el inciso 1º del artículo 1533, que
establece que la acción de perjuicios es divisible y que ninguno de los deudores
está sujeto al cumplimiento de su totalidad, sino que a la parte que le quepa o
corresponda. Si bien esta respuesta está dada a propósito de las obligaciones
indivisibles, también es aplicable a las obligaciones divisibles. Además, si el
artículo 2317 ya citado da una solución para el caso del dolo se debe entender la
contraria para los demás casos, es decir la divisibilidad de la acción de perjuicios.
99
b. Determinación de los perjuicios.
La determinación de los perjuicios supone tres operaciones:
Perjuicios indemnizables
Ya sabemos que la indemnización de perjuicios puede ser moratoria o
compensatoria. Además, los perjuicios deben ser directos y ciertos, sin que se
excluyan los perjuicios futuros, ya que en la medida que son ciertos son
indemnizables. También sabemos que los perjuicios directos pueden ser
previstos e imprevistos, respondiéndose de estos últimos cuando hay dolo o
culpa grave. Por último debemos tener presente que las partes pueden modificar
las normas legales supletorias en esta materia, sea ampliando o disminuyendo el
espectro de los perjuicios que se repararán.
100
El profesor Abeliuk señala: “La polémica continúa aún en materia contractual,
pero tiende a imponerse tanto en la doctrina, en las legislaciones y en la
jurisprudencia la tesis de que carece de toda razón hacer distinciones en este
punto entre las dos clases de responsabilidad. Es absurdo concluir que si un bus
atropella a un peatón, éste tendrá derecho a que se le indemnice el daño moral;
pero si en un accidente el daño de esta especie lo sufre un pasajero, queda
excluido de la posibilidad de exigir reparación”.
Por su parte, el profesor Corral Talciani, afirma que: “Hasta hace poco años la
jurisprudencia mantenía la exclusión de la reparación de daño moral en sede
contractual, fundándose en que el artículo 1556 sólo se refería a daño emergente
y lucro cesante, como rubros del daño económico o patrimonial. Ello unido a la
negativa a aceptar el cúmulo de responsabilidades les llevaba a rechazar la
demanda de indemnización de daños no patrimoniales cuando entre la víctima y
el demandado existía una relación contractual, como sucede c n frecuencia en
accidentes ocurridos en el transporte de pasajeros (C. Sup., 18 de abril de 1950,
RDJ, t. XLVII, sec. 1ª, p. 127). Esta doctrina está en revisión: concretamente en
sentencia de 20 de octubre de 1994, la Corte Suprema admitió por primera vez
de manera expresa la indemnización del daño moral por incumplimiento
contractual (…). La doctrina que ha sido favorable a este giro, se mantiene cauta
frente a una posible expansión abusiva del daño moral contractual si comienza a
alegarse que todo disgusto o molestia sufrido por el incumplimiento obliga a la
reparación” (Hernán Corral Talciani, en su obra Lecciones de responsabilidad
extracontractual, de agosto de 2003, página 152 y 153).
El lucro cesante es de difícil prueba, ya que el daño debe ser además cierto y
este lucro cesante supone alegar una hipótesis de ganancia, que queda
entregado enteramente al criterio del juez. El lucro cesante puede ser excluido
en aquellos casos en que la ley limita expresamente la indemnización al daño
emergente (artículo 1556 inciso 2º) o por la voluntad de las partes. Ejemplos de
casos en que la ley limita expresamente la indemnización al daño emergente: en
materia de arrendamiento, cuando el arrendatario es privado o turbado del goce
101
de la cosa por una causa que no podía saber el arrendador (artículos 1930, 1932
y 1933).
Perjuicios previstos e imprevistos.
El artículo 1558 establece que los previstos son los que se previeron o pudieron
preverse al tiempo del contrato; los imprevistos serán todos los que no estén en
dicha situación. Los perjuicios imprevistos son de difícil prueba, y sólo son
resarcibles cuando hay dolo o culpa grave o cuando las partes lo han estipulado.
– Por regla general en materia de perjuicios, estos deberán ser probados por el
acreedor, así este deberá acreditar: 1) La existencia de la obligación; 2) Su
incumplimiento imputable; 3) La existencia de perjuicios.
Concepto.
102
El artículo 1535 nos da una definición de cláusula penal que enfatiza su carácter
de caución personal, ya que señala que: "La cláusula penal es aquella en que una
persona, para asegurar el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena,
que consiste en dar o hacer algo en caso de no ejecutar o de retardar la
obligación principal".
Si bien el precitado artículo 1535 coincide con el artículo 46 que define lo que se
entiende por caución, la cláusula penal no se reduce a constituir un tipo de
caución. Evidentemente actúa como tal, pero cumple otras funciones referidas a
la avaluación convencional anticipada de los perjuicios. Por lo tanto, también se
puede definir como "la avaluación convencional y anticipada de perjuicios que
hacen las partes, con la finalidad de asegurar el cumplimiento de una obligación,
en términos tales que una de las partes se sujeta a una pena, que son los
perjuicios avaluados, que deberá pagar en caso de no ejecutar o retardar la
obligación asegurada".
103
Este carácter es indiscutible, ya que otorga una seguridad meramente sicológica,
puesto que el deudor ante el evento de verse obligado a pagar una pena para el
caso de no cumplir su deuda, se sentirá más forzado a pagarla, que en aquellas
en que podrá discutir judicialmente los perjuicios por su incumplimiento. La
mayor eficacia de la pena depende de su monto y a fin de evitar los excesos se
contempla la reducción por la lesión cuando la cláusula es enorme.
La cláusula penal constituye una caución personal, y no pasa a ser real aunque
consista en la obligación de dar un cuerpo cierto, ya que el deudor que la
constituyó podrá enajenar el bien, y el acreedor carecerá de la facultad de
perseguirlo en manos del adquirente.
104
Sin perjuicio de lo anterior es posible que se convenga que el acreedor puede
pedir conjuntamente la pena con la indemnización de perjuicios (artículo 1543).
– Para que sea exigible la pena, es necesario que concurran los mismos
requisitos exigibles para la indemnización ordinaria.
Por lo tanto, se requiere de un incumplimiento imputable; la mora; o sola
contravención si es una obligación de no hacer. No es necesario probar el daño.
• La mora: el artículo 1538 que establece que "el deudor no incurre en la pena
sino cuando se ha constituido en mora, si la obligación es positiva (dar o
hacer). Y si la obligación es negativa (no hacer), se incurre en la pena desde
que se ejecuta el hecho de que el deudor se ha obligado a abstenerse.". Esta
disposición es una reiteración de la regla del artículo 1557.
105
Es preciso determinar los derechos del acreedor en caso de incumplimiento en
relación al cobro de la pena, de la obligación principal y de la indemnización de
perjuicios; lo cual nos lleva a distinguir cuatro reglas:
Se justifica esta regla, puesto que la cláusula penal es un beneficio que tiene el
acreedor que puede ser renunciado, ya que se encuentra establecido en vista de
su interés particular. Esto diferencia a la cláusula penal de las cláusulas
limitativas de la responsabilidad del deudor, ya que ellas no pueden ser
renunciadas para cobrar unos perjuicios superiores a los fijados por las partes.
• Si la pena es moratoria.
El acreedor obtendría un doble pago si se pudiera acumular la pena
compensatoria con la obligación principal, pero nada obsta a que se pueda
acumular la pena moratoria y la obligación principal, ya que aquella viene a
106
reparar el daño producido por el retardo, y no viene a reemplazar el
cumplimiento de la obligación principal. La distinción entre pena moratoria y
compensatoria la encontramos en el artículo 1535, y la determinación de si se
trata de una u otra es una cuestión de interpretación, ya que el artículo 1537
habla de aparecer que la pena se ha estipulado para el simple retardo.
• En la transacción.
El artículo 2463 este señala que "si se ha estipulado una pena contra el que deja
de ejecutar la transacción, habrá lugar a la pena, sin perjuicio de llevarse a
efecto la transacción en todas sus partes". En consecuencia, cabe solicitar el
cumplimiento del contrato y al mismo tiempo la pena, que puede ser
perfectamente compensatoria.
– El acreedor sólo por estipulación expresa de las partes puede cobrar la pena
y la indemnización ordinaria.
Normalmente, el acreedor tiene una triple opción que puede ejercer a su arbitrio,
entre el cumplimiento, la pena y la indemnización de perjuicios, y en los casos
señalados puede acumular las dos primeras. Pero no puede cobrar al mismo
tiempo la pena y la indemnización de perjuicios, a menos que las partes lo
hubiesen expresamente convenido. Ello esta establecido, como lo dijimos, en el
artículo 1543.
– Obligaciones indivisibles.
Aquí quedan comprendidos dos casos:
107
En estos casos el acreedor tiene una alternativa: cobrar al culpable el total de la
pena, o a cada uno de los deudores incluso los inocentes, su cuota en la pena,
quedando a salvo el recurso de éstos contra el infractor (artículo 1540 inciso 2 y
3ª).
– Pena indivisible.
Si la pena misma es indivisible, podrá reclamarse a cualquiera de los codeudores,
sea quien fuere el infractor, porque tal es el efecto de la indivisibilidad. Ejemplo:
si se pacta como pena la entrega de un caballo, si él se encuentra en manos de
un codeudor inocente, éste no puede negarse a la entrega del animal.
– Pluralidad de acreedores.
Tampoco se encuentra regulada esta situación, pero la solución más aceptada es
que el acreedor sólo puede cobrar su parte en la pena, salvo que esta sea
indivisible o que se haya pactado solidaridad activa, en cuyo caso cada acreedor
queda facultado para cobrar el total.
108
– Contratos conmutativos.
Es decir, en aquellos en que la prestación de la contraparte se mira como
equivalente a lo que la otra debe dar o hacer a su vez (artículo 1544 inciso 1º en
relación con el artículo 1441). Para que opere esta reducción deben concurrir las
siguientes circunstancias:
109
Fuera de los tres casos antes vistos debemos recordar la situación del artículo
1539 en cuya virtud se permite que el deudor pueda solicitar la rebaja
proporcional de la pena cuando el acreedor haya aceptado el pago parcial. En
este caso, el juez debe rebajar la pena en "proporción" al pago parcial, por lo que
no tiene una facultad discrecional, a diferencia de la solución del CC francés que
otorga para este caso facultades discrecionales al juez.
– Consensual.
La ley no ha exigido solemnidad alguna para su constitución, pero la
jurisprudencia ha fallado que si la pena se refiere a bienes inmuebles, debe
constar por escritura pública inscrita. Esto sin perjuicio a los límites a la prueba
establecidos en el artículo 1709.
– Condicional.
El derecho del acreedor a cobrar la pena depende de un hecho futuro e incierto,
que consiste en el incumplimiento del deudor.
– Accesorio.
Como caución que es, supone una obligación principal a que accede y garantiza,
siendo aplicable por lo tanto, el principio de lo accesorio.
110
instrumento público en un plazo, garantizada por cláusula penal, ésta última no
tiene valor alguno.
111
– Cláusula penal con las obligaciones alternativas.
En las obligaciones alternativas existe una obligación con dos o más objetos, en
la pena existen dos obligaciones: la principal y la accesoria. La semejanza que se
puede dar entre ambas está en relación a la elección que tiene el acreedor una
vez que el deudor se ha constituido en mora, ya que tratándose de la cláusula
penal puede optar por la obligación principal, la pena o la indemnización de
perjuicios ordinaria; y en la obligación alternativas éste tiene el derecho de
opción para el pago con alguna de las cosas cuando así se haya pactado.
Pero nosotros encontramos semejanzas entre estas dos figuras que apuntan a lo
siguiente: 1) La pena mirada como caución no viene sino a cumplir el rol de la
astreinte, en el sentido de que compele psicológicamente a las partes a cumplir
con la obligación principal.; y 2) En los casos en que las partes estipulan que la
pena no extingue la obligación principal podría asimilarse con la astreinte ya que
esta pena no tendría propiamente el carácter de indemnización.
112
– En la indemnización de perjuicios ordinaria el acreedor debe probar los
perjuicios, en la cláusula penal y en la indemnización legal el acreedor no
necesita probar los perjuicios.
En cuanto a los intereses que debe pagar el deudor moroso, dicho precepto da
dos reglas:
113
– Si el acreedor cobra sólo intereses nada deberá probar.
El Nº 2 del artículo 1559 señala que: "El acreedor no tiene necesidad de justificar
perjuicios, cuando sólo cobra intereses; basta el hecho del retardo". Esto significa
que el acreedor de una obligación de dinero cuando sólo cobra intereses no
necesita probar perjuicios, la ley presume que ése es el perjuicio sufrido y no
admite prueba en contrario, se trata de un perjuicio evidente. Pero si los
perjuicios van más allá de los intereses y el acreedor quiere cobrarlos, podrá
pedir una indemnización complementaria sujeta a las reglas generales de la
indemnización de perjuicios, por lo tanto deberá probar dichos perjuicios.
Ejemplo: el acreedor por no recibir el pago oportunamente del deudor es
declarado en quiebra a solicitud de sus acreedores; también si los intereses no
son representativos de la devaluación monetaria, se podrá pedir el reajuste de la
deuda. En estos casos estaremos en presencia de una avaluación judicial de los
perjuicios, por los que se deberán probar por el acreedor.
– El anatocismo.
El Nº 3 señala que "los intereses atrasados no producen interés". El anatocismo
consiste en que los intereses devengados por el crédito y no pagados al acreedor
se capitalizan y devengan a su vez intereses. Con la ley Nº 18.010 se derogó el
artículo 2210 en virtud del cual se prohibía pactar intereses sobre intereses, con
lo cual hoy día es posible el anatocismo.
114
índice. Pero a pesar de lo anterior, estas convenciones de las partes tienen su
límite en la ley Nº 18.010 cuando se trate de operaciones de crédito de dinero,
especialmente en materia de intereses convencionales, ya que éstos no pueden
sobrepasar el máximo permitido por sus disposiciones.
El inciso 3º, para los efectos de esta ley, asimila el dinero con los documentos
representativos de obligaciones de dinero, pagaderos a la vista, a un plazo de
la vista, o un plazo determinado.
Los intereses.
El artículo 2º distingue entre operaciones no reajustables y reajustables, para
determinar qué es lo que constituye intereses en una y otra. En las no
reajustables lo será toda suma que recibe o tiene derecho recibir el acreedor
por sobre el capital; en las reajustables, lo mismo, pero sobre el capital
reajustado.
115
S.B.I.F. la que determina dicho interés, para lo cual puede distinguir entre
operaciones en moneda nacional reajustable y no reajustable, o según los
plazos en que se hayan pactado tales operaciones, correspondiéndole también
fijar el interés promedio en las operaciones en una o más monedas
extranjeras. Estos intereses se establecen mensualmente y las tasas se
publican en el diario oficial. El artículo 19º establece que se aplicará el interés
corrientes a todos los casos en que las leyes u otras disposiciones se refieran al
interés legal o al máximo bancario Ejemplo: 1559 Nº 1.
Reajustabilidad.
El artículo tercero establece cual va ser el régimen de reajustabilidad de las
operaciones:
Exigibilidad.
El artículo 13 establece la exigibilidad de estas operaciones, cuando no lleven
un plazo expreso, y ésta será después de transcurridos 10 días desde la
entrega del dinero. En nuestro concepto, este sería un caso especial de
interpelación en que el plazo para la exigibilidad viene dado por la ley y no por
las partes, por lo que una vez cumplido éste, el deudor se habrá constituido en
mora.
116
117
El prepago (artículo 10º).
Se establece el derecho irrenunciable del deudor a anticipar el pago, aún
contra la voluntad del acreedor, pero se distingue según se trate de
operaciones reajustables y no reajustables.
Anatocismo.
El artículo 9º señala que podrá estipularse el pago de intereses sobre
intereses, capitalizándolos en cada vencimiento o renovación. Lo anterior rige
para las operaciones no vencidas, es decir en éstas deberá pactarse
expresamente el anatocismo. Pero tratándose de las vencidas, el inciso final de
este artículo establece que los intereses que no hubiesen sido pagados se
incorporan a la obligación, a menos que se establezca expresamente lo
contrario. En este último caso, el anatocismo es un elemento de la naturaleza
y no accidental, lo cual viene a derogar tácitamente el Nº 3 del artículo 1559.
118
sanción será la reducción de los intereses corrientes que rijan al momento de
la convención
Presunciones de pago.
a) Artículo 17: si se otorga recibo de capital, se entienden pagados los
intereses y el reajuste.
b) El recibo por los intereses correspondientes a tres períodos consecutivos de
pago (o cuotas) hace resumir que los anteriores han sido cubiertos.
Disposiciones importantes.
El título tercero establece dos disposiciones de suma importancia:
119
vii. La reajustabilidad de las indemnizaciones a la luz de la
jurisprudencia.
120
tanto, para que sea completa la reparación se debe comprender la
reajustabilidad de las indemnizaciones.
Esta posición se vio reforzada con la derogación del artículo 2199 del CC que
establecía el principio del nominalismo monetario, ya que señalaba que si se ha
prestado dinero, sólo se debe la suma numérica enunciada en el contrato. No
obstante, incluso antes de su derogación por la vía del principio de la
reparación completa nuestros tribunales habían llegado a la reajustabilidad de
las indemnizaciones.
1. Concepto.
Son aquellos mecanismos que el legislador otorga al acreedor con la finalidad
de reforzar su derecho de prenda general en contra del patrimonio del deudor.
Lo cual se logra, otorgándole acciones que permitan su conservación; su
integridad, en el entendido de que ingresen los bienes que se encuentran fuera
de éste o haciendo volver aquellos que han salido, todo ello en perjuicio de los
derechos del acreedor; y que no permitan su confusión con el patrimonio de
sus herederos.
121
Junto con el poder de agresión que tiene le acreedor sobre los bienes del
deudor, llamado Derecho de Prenda General, el legislador lo ha dotado de
otros mecanismos que también tienden a cautelar los derechos del acreedor,
haciendo más efectiva la responsabilidad civil del deudor. Cuando estudiamos
el derecho de prenda general vimos que el deudor conservaba las facultades
de administración y disposición de su patrimonio; es por ello que al acreedor le
interesa de sobremanera mantener la integridad del patrimonio del deudor
hasta la época del cumplimiento y se le otorgan por el legislador estos
mecanismos llamados “derechos auxiliares”, que harán posible que el principio
de la responsabilidad patrimonial tenga aplicación y que los derechos del
acreedor no se vean burlados por el deudor.
2. Enumeración.
Los más típicos e indiscutidos de los derechos auxiliares son:
a) Medidas conservativas.
Concepto.
Son aquellas que tienen por objeto mantener intacto el patrimonio del deudor,
evitando que salgan de su poder los bienes que lo forman, para hacer posible
el cumplimiento de la obligación.
122
b. En materia de propiedad fiduciaria.
El único derecho que asiste al fideicomisario es a impetrar las providencias
conservatorias que le convengan si la propiedad pareciere peligrar o
deteriorarse en manos del fiduciario (artículo 761).
Se explica este beneficio porque puede ocurrir que los bienes de la sucesión
sean suficientes para pagar las deudas hereditarias o testamentarias, pero
confundiéndose con los del heredero no alcanzarían para pagar, ya que se
sumarían los acreedores personales de este último. El legislador, en esta
situación, opta por una preferencia a los acreedores del causante para pedir la
separación de patrimonios. Dicha separación no es discriminatoria para los
acreedores personales de heredero, ya que ellos cuando contrataron lo hicieron
en base al patrimonio del heredero, pero no así los acreedores del causante.
Los acreedores antes dichos pueden impetrar este beneficio de separación sin
necesidad que sus créditos sean actualmente exigibles, bastando que se le
deba a un día cierto o condición, y mientras no haya prescrito. Este beneficio
es exclusivo para los acreedores testamentarios y hereditarios, y no lo tienen
los acreedores del heredero, en el sentido de que pidan que los bienes de este
no se confundan con los que recibe del causante.
123
Los acreedores titulares de este beneficio no tiene acción en contra de los
bienes del heredero, sino una vez que se hayan agotado los bienes a que dicho
beneficio les dio un derecho preferente, pero los acreedores del heredero
tendrán derecho a que se les satisfaga sus créditos con preferencia a los
beneficiarios en los bienes del heredero.
Si sobran bienes una vez ejercidos los derechos por los acreedores
beneficiarios, estos se sumarán a los bienes del heredero.
Es por ello que la ley faculta a los acreedores para ejercer estos derechos y
acciones, en lugar del deudor mediante la acción oblicua o subrogatoria. Esta
puede definirse como el ejercicio de los derechos y acciones del deudor por
parte de sus acreedores, cuando el primero es negligente para hacerlo.
En esta acción el acreedor actúa a nombre y por cuenta del deudor, con lo cual
en cierta forma se asemeja ala representación legal, con la diferencia que en
este caso el representante actúa en su propio interés, el que se encuentra en
el incremento del patrimonio del deudor.
124
sólo se aplica a los casos que el 2466 señala más otras disposiciones
específicas referidas a esta institución.
ii. Requisitos.
En doctrina se señalan los siguientes requisitos para el ejercicio de esta acción:
iii. Efectos.
Estos efectos se derivan de que los acreedores no ejercen una acción propia,
sino una que es del deudor, y por cuenta y a nombre de éste.
125
activa para el ejercicio de la acción. Además será conveniente emplazar al
deudor negligente para el caos que se acoja el ejercicio de la acción
oblicua.
Por su parte, el artículo 1965 establece el caso en que los acreedores del
arrendador traben embargo sobre la cosa arrendada y como consecuencia de
él, el arrendador no podrá seguir ejerciendo actos de disposición, por lo cual
los acreedores “substituirán en los derechos y obligaciones del arrendador”. En
este caso, más que el ejercicio de la acción oblicua, se está en presencia de
una subrogación de los acreedores en los derechos y obligaciones del deudor
en el contrato de arrendamiento, en razón de que no se darían los supuestos
que hemos enunciado para la procedencia de la acción. Pero en todo cado se
podría asimilar a dicho ejercicio.
Por otro lado, el artículo 1968 permite a los acreedores del arrendatario
subrogarse en los derechos y obligaciones de éste en el arriendo prestando
fianza a satisfacción del arrendador.
126
c. Pérdida de la cosa que se debe por el hecho de un tercero (artículo 1677).
Cuando la cosa que se debe perece por un hecho o culpa de un tercero de
quien el deudor no es responsable, se extingue la obligación, pero el acreedor
puede exigir al deudor que le ceda los derechos y acciones que tenga en contra
de ese tercero. Este caso no es de acción oblicua o subrogatoria, sino que se
trata de una cesión legal de derechos y acciones, la cual se entiende y justifica
como, lo hemos dicho en su oportunidad, en razón de que la única vía que le
queda al acreedor para ver reparado el daño que le causó la perdida de la
cosa, es que el deudor le ceda su acción de responsabilidad aquiliana que tiene
en contra del tercero. Además, el acreedor no tiene acción directa en contra
del tercero, ya que para la titularidad de la acción de perjuicios
extracontractual se requiere un interés que se manifiesta en un derecho
preexistente sobre la cosa que sufrió el daño.
– Artículo 1238 que se refiere al repudio de una herencia o legado que hace
un heredero en perjuicio de sus acreedores, los cuales podrán solicitar al
juez que los autorice par aceptar por el deudor, en cuyo caso la repudiación
se rescinde hasta la concurrencia de los créditos, y sólo a favor de los
acreedores.
Otra solución que se adopta en relación a los dos primeros casos anteriores, es
que en realidad se estaría en presencia de una acción oblicua o subrogatoria o
de algo que se le asimila, ello por lo siguiente:
127
derechos y obligaciones del deudor en el contrato, no obstante encontrarse
trabajo el embargo sobre el bien.
128
d) Acción pauliana o revocatoria
i. Objeto.
Al igual que la acción oblicua, la acción pauliana tiene por objeto cautelar y
hacer efectivo el derecho de garantía general, pero por otra vía, que consiste
en reingresar al patrimonio del deudor los bienes que este por un acto o
contrato hizo salir de su patrimonio, con el fin de substraerlo al derecho de
prenda general. Aquí estamos en una situación más grave que la de la acción
oblicua, ya que en este caso el deudor maliciosamente ejecuta actos en
perjuicio del acreedor.
– En la acción pauliana hay una acción de revocación, puesto que si bien hay
una coincidencia entre la voluntad real y la declarada, el acto fue realizado
en perjuicio de los derechos del acreedor, por lo que se deja sin efecto,
revocándolo. Los titulares de la acción son los acreedores que no tienen
otro recurso jurídico, ya que se trata de una acción residual. Además es
menester probar el fraude pauliano.
129
iii. Requisitos de la acción pauliana o revocatoria.
En nuestro CC esta acción se encuentra tratada en términos restrictivos, ello
porque si fuera amplia se entrabaría la posibilidad del deudor de conservar la
administración y disposición de su patrimonio, no obstante el derecho de
prenda general.
130
c. Requisitos del acreedor.
131
dinero que posteriormente tendrá que entrar a recuperar; es por esto que el
legislador no prescinde de su actitud, como sí lo hace en los actos gratuitos,
como ya lo hemos dicho, y así sólo sancionará si el fraude pauliano también
concurre en él.
En esta clase de actos basta la mala fe del deudor, la ley en este caso, en su
móvil de proteger la efectividad del derecho de garantía que tiene el acreedor,
sacrifica los intereses del tercero, ya que éste ha experimentado un incremento
en su patrimonio sin sacrificio alguno para su adquisición. El legislador es
menos exigente que en los actos onerosos, y esto es así porque el tercero en
nada resulta perjudicado con la rescisión del acto, ya que su patrimonio queda
igual que antes de su celebración.
132
En estos actos, no se exige un actuar fraudulento de parte del tercero sólo
hasta que el deudor haya tenido conocimiento del mal estado de sus negocios
y que el acreedor sufra un perjuicio.
Si bien las normas que regulan la situación de los adquirentes son del carácter
especial respecto de las normas de la rescisión en general, distinguiéndose si
se trata de actos gratuitos u onerosos, y si están de mala o buena fe. Pero
frente al silencio de la ley en relación de los subadquirente, recuperan su
imperio la normas generales, esto es, la nulidad judicialmente declarada afecta
a los terceros estén de buena o mal fe, y en consecuencia la acción pauliana o
revocatoria afecta a los terceros subadquirentes, ya que el propio artículo 1689
prescribe que la nulidad da acción reivindicatoria en contra de los terceros
poseedores hayan adquirido de buena o mala fe o a título gratuito u oneroso.
133
v. Características de la acción pauliana.
– Esta acción beneficia sólo a los que la intentaron, ello como una
consecuencia del efecto relativo de las sentencias judiciales.
134
– Si la acción pauliana se ejerce en contra de una enajenación, nacerá para el
adquirente la obligación de restituir, y a pesar que el CC nada dijo al
respecto, se deberían aplicar las reglas de las prestaciones mutuas en
relación a los frutos, mejoras y deterioros.
135
Esta última circunstancia ha llevado a pensar a algunos que la acción pauliana
sería una acción de inoponibilidad, ya que el acto es válido entre las partes,
pero es inoponible a los acreedores en lo que a éstos les cause perjuicio y se
deja sin efecto la parte del acto que irroga dicho perjuicio. Para otros, se trata
de una acción de revocación, en el sentido que se deja sin efecto el acto en la
parte que perjudica a los acreedores.
136