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Ineficacia Estructural Del Acto Jurídico y La Nulidad de Oficio en El Proceso Civil Nelson Ramírez Jiménez La Ineficacia

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INEFICACIA ESTRUCTURAL DEL ACTO JURDICO Y LA NULIDAD DE OFICIO EN EL PROCESO CIVIL

Nelson Ramrez Jimnez La ineficacia, por definicin, hace referencia a la privacin de los EFECTOS
de los actos jurdicos en general, y en particular, de los contratos. Se distingue a la ineficacia
estructural (que atae a la fase de nacimiento de los actos jurdicos) de la ineficacia funcional (que
atiende a la fase de ejecucin o desenvolvimiento de la relacin jurdica creada por el acto o
contrato). Nuestro comentario gira en torno a la primera categora. La ineficacia estructural
comprende a la Nulidad, Inexistencia, Anulabilidad y, con reservas, a la Rescisin; es decir, a
aquellos actos con deficiencias existentes al momento de su nacimiento. La ineficacia funcional
hace referencia a actos validos que dejan de tener efectos nter partes por causas que se presentan
en el cumplimiento derivados de la relacin jurdica, como es el caso de la resolucin. Ahora bien,
el caso es que las sanciones de ineficacia desperdigadas a lo largo del Cdigo exceden las
categoras que el mismo regula, incluyendo conceptos respecto de las cuales no anuncia ni define
sus alcances, todo lo cual genera confusin. Unas precisiones previas se hacen necesarias para
entender a la nulidad de oficio:

I. INEFICACIA PROPIAMENTE DICHA.

(1) Siendo una categora de alcance general, resulta incomprensible que en el cdigo se la utilice,
en ciertos casos, como concepto especfico. En el art. 161 se hace referencia a este concepto
respecto a los actos realizados por el representante que excede los limites de las facultades que se
le hubieren conferido o violndolas. Es evidente que tal denominacin es incorrecta, ya que
estamos ante un caso de inoponibilidad en base al principio res inter alios acta, esto es, que los
efectos no alcanzan al tercero supuestamente representado, no generndose en el patrimonio de
ste el efecto contemplatti domini propio de la representacin directa. Es claro que bajo este
supuesto no debi utilizarse el concepto INEFICACIA para definir dicha consecuencia, pues la
relacin interna existente entre los celebrantes de dicho acto se gobierna por sus propias
circunstancias, esto es, que si existi dolo o error al celebrar dicho acto, ser sancionable su
anulabilidad, o si por el contrario, por ejemplo, existi simulacin absoluta, ser causa de su
nulidad.

(2) En el art. 195 al regularse la accin pauliana se la utiliza igualmente de manera incorrecta.
Aprciese que la estructura de esta figura supone que el acto jurdico celebrado entre el deudor y
el tercero mantiene plenos efectos; sin embargo, se priva de ellos frente al tercero, esto es, frente
al acreedor afectado que cuestiona el acto fraudulento. Si no se impugnara el acto, ste tendra
plena validez frente a todos, por lo que no podemos hablar de acto nulo o anulable. (en tal sentido
resulta un error manifiesto que en el tema de la prescripcin, el art. 2001 inc. 4 siga
denominndola accin revocatoria tal como lo hacia el C.C. de 1936, sin percatarse que sus
alcances son diferentes).

No estando ante un tipo de ineficacia estructural o funcional, mal puede hablarse de ineficacia con
los alcances mencionados en el referido artculo 195, pues es un caso tpico de inoponibilidad
frente al acreedor. Lo mismo sucede respecto de la renuncia a la herencia que causa perjuicios a
los acreedores del renunciante a que se refiere el art. 676.
II. NULIDAD.

(1) La categora NULIDAD se encuentra establecida en muchas hiptesis legales, como por ejemplo,
los arts. V del titulo preliminar, 27, 219, 865, 1066, 1111, 1130, 1328, 1405, 1406, 1582, entre
otros. La disposicin legal ordena que tales actos carecen de validez.

(2) Sin embargo, hay otros casos en que el Cdigo regula como nulidad lo que nos parece que no
es tal, o utiliza sinnimos que obligan a definir, por contraste, su alcance invalidatorio, lo cual no es
una buena poltica legislativa. As tenemos que en el caso del ejercicio de la patria potestad que
regulan los arts. 447 y 448, concordados con el art. 450, creemos que por tratarse de actos
realizados por el representante legal, sin contar con la autorizacin judicial, debe conducirnos a la
inoponibilidad del acto frente al incapaz, por las mismas razones que hemos expresado al tratar
lneas arriba la ineficacia prevista en el art. 161, y no obligar al incapaz a solicitar judicialmente la
nulidad de un acto que en esencia no debe generar efecto alguno en su patrimonio. El mismo
comentario se hace extensivo a la previsin del art. 537 que regula la misma hiptesis para el tutor.
Por su parte el art. 743 seala que la desheredacin dispuesta sin expresin de causa, o por causa
no sealada en la ley, no es vlida, agregando que la fundada en causa falsa es anulable, de donde
podramos deducir que no es vlida es sinnimo de nulidad. No sera mejor calificarlo con su
especfico nombre?

Una primera conclusin que se evidencia de lo expuesto, es que el tratamiento que se otorga al
tema de las ineficacias en el Cdigo Civil no est bien lograda. Por ende, el artculo 220 amerita ser
evaluado en medio de esa confusin conceptual.

Seala dicho numeral que la nulidad del acto jurdico, regulada en el art. 219, puede ser declarada
de oficio por el juez cuando resulte manifiesta. Fluyen dos categoras: Una sustancial (nulidad de
acto jurdico) y una procesal (nulidad declarable de oficio por el juez). Sobre la primera no hay
comentario especfico que formular, pues la remisin al art. 219 es muy precisa y no admite
hesitaciones. Sobre la facultad que se otorga al juez para declarar una nulidad de oficio es que
surgen dudas, pues el tema puede afectar, si no se ejerce cuidadosamente esa facultad,
importantes instituciones del debido proceso. Veamos algunos aspectos importantes.

Es obvio que la referencia al artculo 219 no supone que el juez pueda declarar nulidades respecto
de todas las causales que all se regulan, pues no en todas ellas puede producirse una constatacin
manifiesta de esa ineficacia estructural. Por ejemplo, la falta de manifestacin de voluntad del
agente (el caso de falsificacin de firma, amerita informes periciales y, por tanto, no es manifiesta);
la intervencin de persona absolutamente incapaz (incapacidad que si bien puede ser constatada
al momento del anlisis del acto, no necesariamente supone que se present al momento de la
celebracin del mismo); cuando adolezca de simulacin absoluta (lo que supondra que exista y se
presente un contra documento privado que demuestre los verdaderos fines del acto, lo que
generara una actuacin probatoria respecto de la validez del mismo). En todos estos casos es muy
difcil suponer que un juez est en capacidad de considerar, ope legis, que la nulidad es manifiesta
y, en base a ello, declarar de oficio su nulidad
Esto coincide con la jurisprudencia conocida. La casustica en que el Poder Judicial ha actuado de
oficio, est vinculada a los incisos 6 y 7 del art. 219, referidos a la falta de la forma prescrita bajo
sancin de nulidad (ej. una donacin de inmueble que no se hace por escritura pblica, segn lo
declara el art. 1625 del C.C.) y cuando la ley lo declara nulo (ej. el caso del art. 1405, que nulifica de
pleno derecho todo contrato sobre el derecho de suceder en los bienes de una persona que no ha
muerto). Son pues, causales de carcter objetivo, de inmediata y fcil apreciacin. Por ende, un
coto a la amplitud de la facultad judicial conferida en el artculo 220 del Cdigo Civil, es sta. Por
ende, el juez no puede declarar de oficio la nulidad del acto jurdico bajo cualquiera de los
supuestos del art. 219. Si lo hace, estaramos ante el ejercicio arbitrario de una facultad.

Pese a la objetividad de la diferencia, la Corte Suprema ha sido ambivalente al respecto. Una


lstima que la Casacin no haya cumplido su objeto, ya que, a ms de 20 aos de vigencia de sta,
la unificacin de la jurisprudencia sigue siendo una tremenda frustracin. En efecto, en algunos
casos se ha admitido sin ms su ejercicio, mientras que en otros casos de nulidades igualmente
objetivas, se ha abstenido de declarar la nulidad de oficio bajo argumentos referidos a la va
procesal en que se discute el caso.

As tenemos que en la Cas. 4198-2012, la Sala Transitoria avala el ejercicio de sta potestad
sosteniendo que:

, no se advierte que dicho acto jurdico de anticresis se haya otorgado y celebrado por
escritura pblica, conforme lo exige el artculo 1092 del Cdigo Civil, por tanto la inobservancia
de la forma (escritura pblica) es sancionada con nulidad; y habindose advertido que el
referido acto jurdico adolece de nulidad manifiesta corresponde declarar su nulidad conforme al
artculo 220 del Cdigo Civil.

Por el contrario, en la Cas. 3017-2013, la Sala Permanente rechaza el ejercicio de sta facultad bajo
el siguiente argumento:

cabe mencionar que el presente proceso es uno de otorgamiento de escritura pblica,


tramitado en la va del proceso sumarsimo, por lo que no es posible emitir pronunciamiento
alguno respecto a la pretendida nulidad del acto jurdico.

Esta ambigedad jurisprudencial no nos ayuda a entender su importancia y ejercicio. Se impone


buscar una respuesta, especialmente, sobre la necesidad de mantener la vigencia de sta facultad,
o por el contrario, prescindir de ella. Por ejemplo, para los autores del proyecto de reforma del
Cdigo Civil que actualmente se viene discutiendo, consideran que debe eliminarse y as lo han
propuesto. El principal argumento que exponen para ello es que el ejercicio de sta potestad
agravia el principio de congruencia procesal, en la medida que el juez puede declarar una nulidad
de acto jurdico en un proceso cuyo petitorio no es ese, o, peor an, en casos en que las partes ni
siquiera lo han peticionado ni menos discutido.

Sin dejar de considerar la fuerza del argumento, nos parece que el tema de la incongruencia no es
trascendente en ste anlisis, ya que ste dogma viene siendo objeto de revisin en la doctrina
procesal y constitucional, especialmente cuando se trata de la resolucin de temas que afectan el
inters social o el familiar. Un claro ejemplo es la sentencia del tercer pleno casatorio, la que ha
dejado sentado el precedente referido a que en materia familiar la congruencia no es un lmite, tal
como aparece de la regla 1:

En los procesos de familia, como en los de alimentos, divorcio, filiacin, violencia familiar, entre
otros, el juez tiene facultades tuitivas y, en consecuencia, se debe flexibilizar algunos principios y
normas procesales como los de iniciativa de parte, congruencia, formalidad, eventualidad,
preclusin, acumulacin de pretensiones, en ate ncin a la naturaleza de los conflictos que debe
solucionar

En tal sentido, sera un claro retroceso si se elimina esa facultad tuitiva, ya que la necesidad de
declarar la nulidad de oficio de un acto jurdico podra aparecer al interior de un proceso de
familia, no siendo aconsejable atar de manos al Juez para que lo resuelva de la mejor manera. Es
claro que hay casos en que los actos jurdicos se crean, se extinguen o se modifican para afectar
el resultado de un proceso judicial iniciado o por iniciarse y, por tanto, no debe eliminarse la
facultad de calificar su nulidad si se presenta esa ineficacia de manera manifiesta. La tendencia es,
por el contrario, dotar al juez de mejores instrumentos para una tutela eficaz e inmediata.

Dejando sentada nuestra posicin a favor de que se mantenga esta facultad, debemos dejar en
claro tambin, que consideramos que el artculo 220 amerita una reforma, pues es necesario que
se precisen sus lmites para evitar que se cause indefensin a las partes. Bien sabemos que la
indefensin est proscrita constitucionalmente ya que nadie puede ser privado de su derecho de
defensa, siendo la contradiccin el estadio en que se plasma su ejercicio. Tal contradiccin ser
inexistente en tanto y en cuanto el tema que se resuelve ni siquiera ha estado en la agenda del
debate. No se puede justificar que un juez, al momento de sentenciar, decida por s y ante s que
determinado acto jurdico es nulo ope legis, sin siquiera haber puesto el tema como punto
controvertido y menos, haber otorgado a las partes la posibilidad de ser escuchadas, quienes bien
podran alegar defensas a su favor.

A tal efecto, resulta de suma importancia asumir las pautas procesales establecidas como
precedente vinculante en el tercer pleno casatorio, especficamente en lo referente al
sealamiento de oficio de una indemnizacin a favor del cnyuge perjudicado. La regla 3.2.
establece que:

De oficio, el juez de primera instancia se pronunciar sobre estos puntos, siempre que la parte
interesada haya alegado o expresado de alguna forma hechos concretos referidos a los
perjuicios resultantes de la separacin de hecho o del divorcio en si. Aquellos hechos pueden ser
alegados o expresados incluso despus de los actos postulatorios. En sta hiptesis, el juez
conceder a la otra parte la oportunidad razonable de pronunciarse sobre aquellos hechos y de
ofrecer la prueba pertinente. Si ya se llevo a cabo la audiencia de pruebas, los medios
probatorios que se ofrezcan sern de actuacin inmedia ta.

La regla 3.3. puntualiza adems que:


En el estado correspondiente del proceso, y de ser el caso, el juez debe fijar como parte de los
puntos controvertidos los extremos ya mencionados.

Cierra la secuencia con la regla 3.5. precisando que:

En el trmite sealado se garantizar el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y el debido


proceso, particularmente el derecho de defensa de las partes, el principio de contradiccin y e l
derecho a la instancia plural.

Es claro que estas reglas deben respetarse siempre, pues tener la facultad de actuacin de oficio
no supone que el juez deje de lado garantas procesales de rango constitucional, caras a la vigencia
de los derechos fundamentales. La certeza de sta necesidad aparece evidenciada en la agenda de
los plenos jurisdiccionales nacionales, reuniones que como bien sabemos, tienen por objeto
unificar criterios de los magistrados en ciertos temas que vienen originando dualidad de criterios.
Por cierto, los acuerdos adoptados en dichos cnclaves debieran tener efectos vinculantes para
todos los jueces de la repblica, y no como sucede hoy en da, que pueden ser dejados de lado sin
mayor argumento.

En efecto, en el Pleno Jurisdiccional nacional civil celebrado el ao 2010, se discuti este tema
puntual. Hubieron dos posiciones1, pero al final se adopt por mayora, la siguiente conclusin:

El juez s puede declarar de oficio la nulidad del acto jurdico en la parte resolutiva de la
sentencia, en la medida que haya tenido en cuenta como pautas a seguir, que lo haya fijado
como punto controvertido y que haya dado la posibilidad a las partes procesales para el
contradictorio respectivo; sin que ello implique vulneracin alguna al principio de congruencia
procesal, habida cuenta que como todo principio, este no es absoluto, por tanto admite
excepciones, siendo una de ellas la facultad contenida en el artculo 220 del Cdigo Civil.

CONCLUSIONES:

Sobre la facultad contenida en el art. 220 del Cdigo Civil:

(1) Debe revisarse el tratamiento de las nulidades e ineficacias en el Cdigo Civil.

(2) Al ejercer esa facultad, el juez no debe afectar las garantas del contradictorio de las partes
litigantes.

(3) Slo cabe se ejerza en aquellos casos en que la nulidad manifiesta est referida a las causales
objetivas que contiene el art. 219 del Cdigo Civil, ms no en aquellos supuestos que amerite la
actuacin de pruebas que, en esencia, son ajenas al petitorio en el que surge la necesidad de su
evaluacin.

(4) Debe circunscribirse al acto jurdico que tenga directa incidencia en el resultado del proceso.
1 La segunda posicin en dicho pleno propona la siguiente solucin: El juez puede utilizar el
argumento de la nulidad manifiesta, en la parte considerativa de la sentencia, a efecto de
enervar la pretensin postulada, sustentada en el acto manifiestamente nulo, sin necesidad de
declarar la nulidad del acto en la parte resolutiva. La aplicacin de esta norma debe hacerse de
manera restrictiva, y solo para aquellos supuestos de actos jurdicos manifiestamente contrarios
al orden pblico y a las buenas costumbres, de acuerdo con el artculo 219 inciso 8) del Cdigo
Civil.

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