ZENOBIA, REINA DE PALMIRA

En 1874, el Dr. William Wright encabezo una modesta expedicin que recorri las llanuras del centro
de Siria en busca del olvidado reino de la reina Zenobia. El 1 de junio, acompaado por una escolta
armada que le protega de los bandidos beduinos, el Dr. Wright llegaba a la vista de las antiguas ruinas
de Palmira.
Eran las ruinas del santuario al dios Bel.Wright divis en el interior del templo varias chozas habitadas
por rabes nmadas. En su libro Una crnica sobre Palmira y Zenobia, editado en 1895, Wright se
quejaba amargamente sobre la interferencia humana sobre las ruinas: dondequiera que vayamos
encontramos restos de suciedad y mal olor provocado por humanos. Miseria y atmosfera pestilente, as
es ahora el estado de tan magnfico templo.
1700 aos antes, el templo al dios Bel haba sido uno de los mas extraordinarios edificios que haban
convertido a Palmira en una de las esplendidas ciudades del oriente medio. Situada en el centro de una
ruta comercial que transportaba artculos de todo tipo entre los puertos del Mediterrneo oriental y los
lejanos pases de ms all del golfo Prsico, Palmira haba crecido y se haba enriquecido bajo control
del imperio romano.
Fue entre los muros del lujoso palacio real de Palmira en donde, en el siglo III de nuestra era, la reina
Zenobia aprendi lo que significaba el poder y como utilizarlo.
Sptima Zenobia, la forma latina del nombre arameo Bat Zabbai, sus ojos eran negros, su cara
morena, y su belleza era en general increble. Tan blancos eran sus dientes que algunos podan pensar
que tena perlas en vez de dientes. Su voz era clara y potente, severa si la necesidad lo demandaba, o era
clemente y bondadosa, cuando su sentido de la justicia lo requera. As hablaba de la reina Zenobia un
autor romano annimo de la poca de Constantino I, (Siglo IV aprox.), en los Scriptores Historiae
Augustae, una compilacin de biografas de emperadores romanos y usurpadores del periodo entre el
ao 117 y el ao 284 del imperio romano.
Podra haber sido la extraordinaria belleza de Zenobia lo que haba llamado la atencin del rey
Sptimo Odenato de Palmira, pero lo que mantuvo a la pareja unida durante su reinado conjunto
seguramente fue el fuerte carcter y la inteligencia de la reina, que se negaba a permanecer en palacio y
siempre acompaaba a su real esposo en sus campaas militares.
Muy pronto, Zenobia aprendi la realidad de la poltica y la guerra. Segn otro autor de la Historiae
Augustae, en ocasiones la reina caminaba varias millas al ritmo de la infantera, cazaba con la
caballeria, se reuna en consejo de guerra con los generales del rey, y en ocasiones beba con los
enviados persas o armenios para tratar de sonsacarles informacin relevante. El sequito de la reina
estaba compuesto de varios ancianos eunucos y alguna joven sirvienta, siempre con los odos abiertos y
la boca cerrada.
Adems de su nativo idioma arameo, la reina Zenobia hablaba perfectamente egipcio y era capaz de
leer griego y latn.
Por su parte, Sptimio Odenato, el marido de la reina Zenobia, era un exitoso oportunista, que siempre
tena la suerte de estar en el momento justo en el sitio adecuado. Cuando el emperador Valeriano fue
apresado por el rey persa Sapur I en el ao 260, la posibilidad de que el imperio romano de oriente
cayera en manos de la dinasta persa sasnida se fue acrecentando.
Odenato, pertenenciente a una rica familia de Palmira y receptor del cargo imperial de consularis (que
haban servido como cnsules en las provincias del imperio, pero no haban sido nombrados por el
senado como tales), asumi la defensa de toda la provincia romana de Asia contra la amenaza persa
sasnida. Si lograba su objetivo, su posicin en la zona se fortalecera en gran medida, y pasara de ser
un gobernador provincial a convertirse en poco menos que un emperador de su propio reino de las
provincias del oriente medio.
Con la fortuna familiar a su disposicin, Odenato reuni un potente ejrcito, sumndolo a los restos de
las legiones romanas de Siria. Con Zenobia cabalgando a su lado, en el ao 260 las tropas de Odenato
marcharon hacia el rio Eufrates, en donde derrotaron al ejrcito persa y reconquistaron la ciudad de
Nibisis.Despues, persiguieron al derrotado rey Sapor I, llegando hasta Ctesifonte, en las orillas del rio
Tigris.
Habiendo asegurado la zona de Mesopotamia, el siguiente paso de Odenato consisti en limpiar su
camino al poder de molestos aspirantes, terminando con la rebelin del usurpador Titus Fulvius Iunius
Quietus en la ciudad de Emesa. Al usurpador Iunius Quietus apenas le dio tiempo a acuar moneda,
pero poco mas pudo hacer contra el poderoso ejrcito de Palmira.
 El agradecido nuevo emperador del imperio romano de oriente, Galieno, hijo del asesinado emperador
Valeriano, concedi a Odenato el ttulo de restitutor totius orientis, gobernador de todas las provincias
romanas del este, desde Asia menor hasta Egipto, un cargo que anteriormente solo podan ostentar los
emperadores. En respuesta, y para dejar bien claras sus intenciones,Odenato se proclamo a si mismo rey
de Palmira.
Durante siete aos, Odenato gobern su reino con mano de hierro. Humillo a los ejrcitos sasnidas
una y otra vez, mientras el imperio romano se concentraba en defender sus fronteras europeas contra las
invasiones barbaras. Pero en el ao 267, Odenato muri asesinado.
Segn los autores de la Historiae Augustae, quien dirigi la conspiracin para el asesinato de Odenato
fue su esposa, la reina Zenobia.
El motivo seria que Zenobia tena miedo que Hairan, el hijo mayor de Odenato fruto del primer
matrimonio del rey, pudiera sucederle. Segun los mismos autores, Hairan era un adolescente mimado y
un tanto cobarde, a quien la reina prestaba muy poca atencin.
El asesino de Odenato fue su sobrino Maeonius, que muri poco despus apaleado por la guardia de la
reina. Aunque evidentemente no hay ninguna prueba que relacione a la reina con el asesinato de su
marido, la sbita desaparicin del mimado y cobardica nio Hairan deja pocas dudas de la implicacin
de la reina.
Poco despus del asesinato, con el cadver del rey recin incinerado, Vabalato (tambin llamado
Atenodoro), el hijo ms joven de Zenobia, que solo tena un ao de edad, fue proclamado sucesor al
trono de Palmira. Pero no tena la edad suficiente para reinar, as que la responsabilidad paso a la reina
Zenobia, que paso a actuar como regente del reino.
La nueva reina regente tena una personalidad muy fuerte. Poco despus de su llegada al trono, sus
consejeros le hicieron llegar una misiva de un egipcio llamado Timagenes, un poderoso lder militar,
que haca saber a la reina la debilidad de la presencia romana en Egipto en aquellos momentos, y que
sera una buena oportunidad para controlar el pas del Nilo.
El mayor peligro para Zenobia era que si atacaba para hacerse con el control de Egipto, colocara a su
reino en guerra abierta con el imperio romano.
Tras largas discusiones con sus consejeros, que teman el enfrentamiento abierto con Roma, la reina
decidi que las riquezas de Egipto merecan el precio que deba pagarse por ellas.
Mientras la reina regente planeaba sus movimientos en la inminente campaa de Egipto, una nueva
amenaza para el imperio romano surgi de las costas del mar Negro.
Esta vez no se trataba de ningn strapa persa o armenio, sino de una poderosa flota de piratas de
origen godo, que asolaron las costas de Grecia y Asia Menor hasta que la flota del emperador Galieno y
ms tarde las tropas del emperador Claudio II los obligaron a retroceder.
La reina Zenobia decidi aprovechar la ocasin que se le presentaba con los emperadores romanos
ocupndose de las invasiones godas, y envi a Egipto una fuerza de invasin de 70.000 soldados
palmiranos, sirios y rabes, al mando del general Septimio Zabdas.
Una vez en territorio egipcio,al ejercito de Palmira se le uni un contingente de tropas locales lideradas
por Timagenes.Ambos ejrcitos masacraron a una fuerza romana compuesta de 5.000 auxiliares, mal
entrenados y peor alimentados, que servan en las guarniciones romanas de Egipto y haban sido
reunidos a toda prisa al tener noticias de la proximidad del ejercito de Zenobia.
La derrota era un insulto para el imperio, y el emperador Claudio II decidi enviar a Egipto al
almirante Tenagino Probus, nombrndolo prefecto. Egipto era una provincia muy importante para
Roma, ya que la gran mayora del grano que se consuma en la ciudad provena de las tierras que
regaba el Nilo.
Cualquier cambio en las condiciones de compra-venta del grano, cualquier cambio en el dominio sobre
las tierras de Egipto afectaba directamente a la economa del imperio.
El almirante Probus se haba significado combatiendo y derrotando a los piratas godos, y en dos cortas
campaas en el norte de Egipto consigui expulsar al ejrcito de Palmira.
Temiendo una invasin romana por su retaguardia, la reina Zenobia hizo volver a Palmira a su
ejrcito, dejando a Timagenes como representante de los intereses reales en Egipto.
El almirante Probus persigui a las tropas de Timagenes Nilo arriba, hasta la fortaleza de Babilonia,
en el delta del Nilo, actualmente la zona del barrio copto del Cairo.
Comenz el asedio romano a la fortaleza, pero una noche, gracias al perfecto conocimiento de la zona
que tenia Timagenes, un contingente de 2.000 egipcios sali de la fortaleza sin ser detectado y cay
sobre las tropas de Probus, que fue capturado, suicidndose posteriormente para que no cayera sobre l
la vergenza de la derrota.
 La victoria sobre los romanos en Egipto animo a la reina Zenobia a enviar otro ejrcito hacia el norte,
llegando hasta la regin de Bitinia y la ciudad de Calcedon (cercanas del actual Estambul).
Pero el dominio de Zenobia sobre Bitinia duro poco tiempo: tan pronto como los habitantes
escucharon las noticias de la proclamacin de un nuevo emperador en Roma, renegaron de la
dominacin de Palmira: no era el hecho de la llegada al poder de un nuevo emperador quien les haba
dado el coraje para enfrentarse a Zenobia, sino que quien haba llegado al cargo era Lucio Domicio
Aureliano, a quien consideraban el nico que poda terminar con el dominio de la reina Zenobia en Asia
menor.
Nacido en los Balcanes de una modesta familia de origen ilirio, Aureliano pronto se convirti en
soldado profesional. Excelente comandante de caballera, haba combatido con gran xito contra
prcticamente todas los pueblos barbaros del norte de Europa.
Inmediatamente tras recibir el cargo de emperador, puso su empeo en terminar con todas y cada una
de las rebeliones e incursiones enemigas en las fronteras del imperio.
Tan pronto puso pie en Asia Menor, los rebeldes comenzaron a huir y las ciudades a abrir sus puertas
al nuevo emperador. Ante las murallas de la ciudad de Tyana, en Capadocia, el emperador Aureliano,
de 55 aos de edad por entonces, declar:
Temiendo lo peor, un ciudadano de Tyana abri las puertas de la ciudad. Cuando los legionarios
accedieron a la ciudad y comenzaron el saqueo y la matanza, el emperador se lo prohibi.
Cuando sus soldados le recordaron su promesa de que en la ciudad no iba a quedar vivo ni un perro,
Aureliano les contesto que, efectivamente, eso haba dicho, as que ordeno a los soldados que mataran a
todos los perros de la ciudad, pero que deban respetar las vidas de los habitantes, bajo pena de muerte.
Los soldados, un tanto molestos porque su emperador les prohiba lo que era un derecho, el saqueo, se
tomaron las palabras de Aureliano con sentido del humor y se limitaron a matar a todos los perros de la
ciudad, y aceptaron con gratitud los regalos que el emperador les concedi, en vez del tradicional
saqueo.
Con la decisin de respetar las vidas de sus enemigos, el nuevo emperador se gano el respeto de los
ciudadanos de la mayora de las ciudades de Asia menor, que ya no teman la sangrienta venganza de
anteriores emperadores romanos.
Rpidamente, Aureliano marcho hacia Antioquia, en la costa siria. All, un poderoso ejrcito de
Palmira bloqueaba el camino sobre el rio Orontes, justo en las afueras de la ciudad.
El emperador tomo nota de la composicin del ejrcito de Palmira. Muy influidos por las tcticas de
combate de los partos y los persas sasnidas, el ejercito de Palmira estaba compuesto mayoritariamente
de caballera, y los ms formidables de esa caballera eran los catafractos y los clibanarios.
Jinetes catafractos, eran lanceros a caballo, fuertemente protegidos animal y hombre por lminas de
metal superpuestas. Se diferenciaban de los clibanarios en que estos ltimos iban armados con hachas,
mazas, etc., ms apropiadas para el combate cuerpo a cuerpo.
El historiador persa Tabari describe la armadura y el equipamiento que llevaban los clibanarios: cota
de malla, peto, casco, placas protectoras en brazos y piernas, lanza, escudo, maza, hacha, 2 arcos, carcaj
con 30 flechas, y dos cuerdas de reserva para los arcos.
Enfrentados a estos carros de combate de la antigedad, el emperador Aureliano coloco a la infantera
a la derecha de su formacin, con el flanco protegido por el rio Orontes. En la izquierda coloco a su
caballera, con la orden expresa de no entablar combate con catafractos y clibanarios, sino retirarse
ordenadamente.
La tctica del emperador funciono a la perfeccin; al iniciarse la carga de los clibanarios, la caballera
romana se retir ordenadamente hacia la localidad de Immae, en direccin este a lo largo del camino de
Antioquia. Cuando los romanos observaron que la caballera enemiga estaba cansada por la larga
persecucin y el peso que llevaban, dieron la vuelta y cargaron sobre los exhaustos jinetes, que apenas
pudieron oponer algo de resistencia antes de ser masacrados.
El resto de guerreros palmiranos decidi retirase y protegerse tras las murallas de Antioquia. Zabdas,
el general al mando del ejrcito de Palmira ,escapo con su vanguardia hacia Emesa, en donde la reina
Zenobia esperaba noticias.
Aureliano tomo Antioquia prcticamente sin oposicin. Al observar que la mayora de la poblacin
haba huido temerosa de la venganza romana, emiti varios edictos en los que garantizaba que no
tomara venganza sobre la poblacin civil de Antioquia, ya que haban sido obligados a someterse a la
reina Zenobia.
 Con la garanta imperial, los ciudadanos regresaron a la ciudad, probando que la poltica de clemencia
con los rebeldes que Aureliano estaba llevando a cabo estaba dando muy buenos frutos. Ganandose a la
poblacin del medio oriente, se estaba asegurando un rpido avance a travs del territorio enemigo.
Pero an quedaba derrotar al grueso del ejrcito de Zenobia, ya que el emperador sospechaba que el
contingente derrotado en Antioquia no era ms que la vanguardia, y que el resto del ejercito se ocultaba
en algn lugar al sur del rio Orontes.
Tras la derrota y la huida del general Zabdas, Zenobia haba decidi tomar personalmente el mando de
su ejrcito, y decidi enfrentarse a cara a cara con el ejrcito romano a las afueras de la ciudad de
Emesa (actual Homs).Con las montaas del Lbano al oeste y las desrticas llanuras de Siria al este,
Emesa se encontraba en la ruta caravanera que iba desde Antioquia a Palmira. Sin duda, Aureliano
tomara ese camino.
Zenobia dispona aun de unos 70.000 guerreros, la mayora de caballeria. Su caballera pesada, los
clibanarios y catafractos, se complementaban a la perfeccin con enormes grupos de caballera ligera
arabe, excelentes arqueros reclutados de las diferentes tribus rabes de Siria, ms acostumbrados al
bandidaje y la escaramuza que a una batalla en campo abierto.
Junto a ellos haba unos pocos miles de infantes, utilizados para ocupar puntos defensivos y de enlaces
entre contingentes de caballeria.Reclutados entre la poblacin civil de la zona de Siria, no eran
excesivamente confiables para una batalla en campo abierto contra las legiones romanas.
El emperador Aureliano llevo a Emesa lo mejor de su ejrcito; sus legiones estaban compuestas
mayoritariamente de veteranos contingentes de Moesia y Panonia, legionarios de origen celta y
germano llegados desde las guarniciones romanas de Noricum y Raetia (Austria y sur de Alemania,
aprox.), caballera de Dalmacia y Mauritania, y contingentes de auxiliares reclutados en Mesopotamia,
Palestina, Fenicia y Capadocia.
A la llegada de las tropas romanas al campo de batalla, la reina Zenobia decidi no esperar y ordeno un
ataque general, tratando de tomar al ejercito romano por sorpresa y sin dar tiempo a que Aureliano
pudiera desplegar sus tropas adecuadamente.
La caballera ligera rabe fue la primera en tomar contacto con las legiones romanas, lanzando
jabalinas y flechas. Detrs de ellos llegaron las catafractos y clibanarios, tratando de encontrar un hueco
entre las apretadas filas romanas.
Temiendo ser flanqueado, Aureliano opto por repetir la misma tctica que tan bien le haba funcionado
en Antioquia. Orden a su caballera que se retirara ante la caballera rabe mientras desplegaba a su
infantera. Era una maniobra muy complicada, que necesitaba de una disciplina y una sangre fra
considerables.
Con la caballera rabe pisando los talones de la caballera romana, lo que deba haber sido una
retirada ordenada se convirti en una huida descontrolada. La caballera romana rompi su formacin y
huyo.
Viendo la victoria al alcance de la mano, Zenobia orden a los clibanarios azuzar a sus caballos y
lanzarse sobre la caballera romana, a la que prcticamente exterminaron con sus hachas y lanzas. La
mayor parte de los clibanarios y catafractos desmontaron de sus caballos para saquear los cadveres
romanos, sin obedecer las rdenes de sus oficiales.
Pero entre el polvo del campo de batalla aparecieron las legiones perfectamente formadas, que
cargaron sobre los incautos y descabalgados rabes, que seguan pensando que la batalla haba
terminado. Fueron presa fcil para las cohortes romanas, que metdicamente iban rodeando a grupos de
clibanarios y catafractos a pie que apenas podan moverse por el peso de sus protecciones.
Los auxiliares palestinos del ejrcito de Aureliano se destacaron grandemente en la labor, ya que
usaban unas largas cachiporras tachonadas de largos clavos de hierro, con las que a palos convirtieron a
los clibanarios en una masa informe dentro de sus armaduras de escamas de hierro.
Al ver lo ocurrido, Zenobia y sus generales dieron la vuelta a sus caballos y se dirigieron al galope
hacia Palmira, abandonando la ciudad de Emesa y el considerable tesoro que all se encontraba en las
manos del victorioso emperador.
Aureliano fue recibido con gran alegra por los ciudadanos de Emesa, que insistieron en agasajar al
emperador y sus soldados para que permanecieran en la ciudad una larga temporada, seguramente
preocupadas ante la posibilidad de un retorno del ejrcito de Palmira.
Pero Aureliano se mantuvo en Emesa el tiempo justo para descansar sus hombres y caballos, Muy
pronto, el ejrcito se puso en marcha directamente en direccin a Palmira.
En el camino fue atacado en varias ocasiones por bandas de nmadas rabes, furiosos por su derrota en
Emesa. Haba ms de 200 kilmetros entre Emesa y Palmira, y la mayor dificultad de Aureliano fue la
de conseguir provisiones y agua para el camino. Para ello, consigui la ayuda de varias tribus rabes,
como la de los tanukh, los salih y los lajmidas, ancestrales enemigos de los gobernantes de Palmira.
Cuando el emperador llego a la vista de Palmira se detuvo varios das para valorar detenidamente las
defensas de la ciudad.
Palmira estaba defendida por dos murallas concntricas .La muralla exterior cubra una gran zona pero
era de poca altura, y seguramente fuera utilizada simplemente para delimitar los lmites de la ciudad,
incluyendo sus campos de labor y huertos.
La muralla interior, denominada hoy en da el muro de Zenobia, rodeaba el palacio real y los
principales edificios pblicos, administrativos, religiosos y culturales de la ciudad. Esta muralla era
mucho ms poderosa que la otra, y estaba construida de altos muros de piedra reforzados por torres y
bastiones.
Caminando alrededor de la muralla, Aureliano buscaba un punto dbil por el cual pudiera comenzar su
asalto a la ciudad. Palmira dispona de gran cantidad de alimentos con los que soportar un largo asedio
y de varios manantiales, mientras que los romanos se enfrentaban a un panorama de hambre y
enfermedades si el asedio se alargaba.
Aureliano envi una misiva a la reina Zenobia, en la que conminaba a la rendicin de la ciudad. El
emperador prometa respetar las vidas de la reina y de sus hijos a condicin de comprometerse a vivir
enclaustrada en donde el senado romano decidiera. Todos los tesoros, joyas, joyas, caballos, camellos,
etc., en definitiva, toda la riqueza de la ciudad pasara a formar parte del tesoro del imperio romano, y
las vidas de los ciudadanos de Palmira serian respetadas.
Zenobia respondi con otra misiva, en la que anunciaba la pronta llegada de refuerzos persas, rabes y
armenios para el ejrcito de Palmira.
Pero tales refuerzos no existan. La reina trataba de ganar tiempo y retrasar el asalto romano. Los
generales de Palmira recomendaron a la reina que abandonara la ciudad y se dirigiera a Persia, donde
sin duda encontrara la proteccin la dinasta sasnida.
Unas noches ms tarde, la reina Zenobia, acompaada de unos pocos guardaespaldas, sali de la
ciudad en unos silenciosos dromedarios.
Cuando Aureliano recibi la noticia de la huida de la reina, envi en su persecucin a sus auxiliares de
caballera rabes, perfectos conocedores del terreno. En las cercanas del Eufrates, la caballera rabe
dio alcance a los mucho ms lentos dromedarios. All termino el reinado de Zenobia.
Tras conocer la captura de su reina, los ciudadanos de Palmira rindieron la ciudad confiando en el
civilizado comportamiento del emperador Aureliano.
El emperador dejo una guarnicin de 600 arqueros en Palmira, y se dirigi hacia Emesa con su
prisionera, a la que tena intencin de juzgar por sus crmenes contra el imperio. El ejrcito de Zenobia
fue desmantelado, y sus integrantes pasaron a ocuparse de la seguridad de las caravanas, dada su gran
experiencia en el combate en el desierto.
En el juicio en Emesa, Zenobia culpo de sus actos a sus consejeros, sobre todo a uno de ellos, el
filsofo griego Longinus, que fue ejecutado. La reina salvo su vida, gracias a que el emperador
Aureliano quera que Palmira se convirtiera en un estado tapn contra los persas sasnidas.
Del ao 272 en adelante, Aureliano celebro su xito y ordeno acuar monedas para anunciar al mundo
conocido que haba pacificado el este del imperio. Monedas con la leyenda Restitutor orientis
(restaurador del este), Pacator orientis (pacificador del este) y Oriens augusti (oriens AUG), en donde
Aureliano, como personificacin del sol, derrota al imperio palmirano.
Por su parte, el senado romano otorgo al emperador los ttulos de Particus maximus, y Persicus
maximus .El rey persa sasnida Sapor I tomo nota de la situacin, y hubo un intercambio de cartas
entre ambos lderes, con expresiones de buenos deseos y promesas de pactos de no agresin. El rey
persa envi a Aureliano un magnfico regalo, una suntuosa capa de color purpura, un color que nadie
del imperio romano haba nunca sido capaz de imitar. Tal fue el asombro que la capa causo en Roma a
la llegada de Aureliano que el emperador decidi cederla a la ciudad, y la capa permaneci expuesta
muchos aos en el templo de Jpiter, en la colina Capitolina.
La proteccin de la ribera oeste del ufrates ,la frontera natural entre los imperios romanos y persa,
que hasta entonces haba sido responsabilidad de Palmira, paso entonces a ser cosa de las tribus rabes
que haban apoyado a Aurelaino, bajo mando de Amr ibn Adi,el rey Lajmida.
Tras el juicio a Zenobia, Aureliano no volvi directamente a Roma, sino que se dirigi a los Balcanes
a detener la invasin de la tribu de los carpi, que haban atravesado el Limes Danubiae a finales de 272
o principios de 273.
 Pero mientras el emperador se encontraba ocupado en los Balcanes, otra rebelin surgi del interior
del palacio real de Palmira. Algunos nobles palmiranos trataron de convencer a Aurelio Marcelino, el
gobernador romano que haba dejado all Aureliano, para que tomara el poder y se proclamara
emperador.
Segn la Historie augustae, la primera accin de los conspiradores fue asesinar a los 600 arqueros que
Aureliano haba dejado de guardia de Palmira. Despues, colocaron en el trono a Aquileo, uno de los
nobles.
Las noticias de la rebelin en Palmira llegaron al cuartel general de Aureliano en los Balcanes en la
primavera del ao 273.El emperador y la III legin Cirenaica salieron hacia el este inmediatamente,
tanto que cuando lleg a Antioquia nadie saba de su llegada. En pocos das llego a Palmira, y la
conquisto de nuevo sin apenas oposicin.
Esta vez, el emperador no tuvo piedad, y los legionarios de la III legin masacraron a los habitantes
de Palmira, saquearon todo lo que pudieron y destruyeron la mayora de los templos y edificios de la
ciudad, excepto el gran templo en honor de Bal.
En cuanto a la reina Zenobia, nadie sabe con seguridad que le ocurri tras ser juzgada en Emesa.
Algunas fuentes afirman que muri en el viaje, cuando era trasladada a Roma. Unos dicen que muri
por una enfermedad, otros que se dejo morir de hambre. Otros afirman que permaneci en Antioquia
varios meses, mientras el emperador Aureliano se encargaba de la rebelin de Tetricus I, emperador del
Imperium Galliarum.
La campaa contra el emperador Tetricus y sus seguidores del imperio galo-romano comenz a finales
del ao 273 o principios del 274.
Gaius Pius Esuvius Tetricus era el quinto hombre que haba sido declarado emperador del Imperium
Galliarum por el ejrcito.
Tambien sera el ltimo.
El imperio galo-romano (Imperium Galliarum) se haba formado como entidad poltica independiente
en el ao 260, cuando el legado imperial Marco Casiano Latino Pstumo fue nombrado emperador por
los legionarios que lideraba en el asedio a Claudia Ara Agrippinensium (actual Colonia).
El nombramiento permiti al entonces emperador Pstumo tomar control de las provincias germanas,
la Galia, Britania y la mitad norte de Hispania, aprox.
El reinado de Pstumo duro nueve aos, hasta que fue asesinado por sus propios soldados al intentar
prohibirles al saqueo de la ciudad de Mogontiacum (actual Mainz).
Tras la muerte de Pstumo, las provincias sureas de la Galia y el norte de Hispania abandonaron el
imperio galo y volvieron a control de Roma.
En los siguientes 3 aos se sucedieron cuatro emperadores. Ulpio Cornelio Laeliano duro cuatro
meses en el cargo, hasta que fue asesinado por sus soldados. Le sucedi en el cargo Marco Aurelio
Mario, que apenas duro dos meses antes de caer bajo las espadas de sus oficiales.
Marco Piavonio Victorino llego al cargo en el ao 269, y tuvo un largusimo" reinado de 18 meses,
que termino bruscamente por un asunto de faldas, ya que fue asesinado por un oficial cuya esposa haba
sido seducida por el emperador.
Para complicar un poco ms las cosas, un oficial romano decidi nombrarse a si mismo emperador del
norte de la Galia con el nombre de Domiciano II.No dur mucho, apenas le dio tiempo a acuar unas
cuantas monedas antes de que Placidanus, un general leal al emperador Aureliano que mandaba el
ejrcito romano del alto Rhin, terminara con su intento de golpe.
El emperador Tetricus llego al cargo en la primavera de 271. Mientras se encontraba en la campaa
contra la reina Zenobia, el emperador Aureliano se limit a proteger los pasos de los Alpes para evitar
una invasin desde la Galia.
Pero el imperio galo-romano pasaba por entonces por una grave crisis econmica, que haba puesto en
grave duda la lealtad de las tropas del emperador Tetricus. Sin monedas para pagar a la tropa, no se
poda confiar en su lealtad.
Tras conocer el final de las campaas de Aureliano contra Palmira y contra los carpi, en los Balcanes,
Tetricus saba que el siguiente objetivo del emperador Aureliano seria dirigirse hacia el oeste. Tetricus
coloco su cuartel general en la ribera del rio Mosela, en la ciudad de Trier. Cuando Aureliano cruzo los
Alpes y marcho hacia Lyon, Tetricus y su ejrcito salieron a su encuentro.
Ambos ejrcitos se encontraron en Chalons (en el mismo sitio en donde 180 aos ms tarde una
coalicin romano-visigoda terminara con la invasin de los hunos de Atila), y la batalla se convirti en
una masacre. Los experimentados legionarios de Aureliano aniquilaron rpidamente a las bisoas tropas
de Tetricus, que fue capturado.
 Con todas sus campaas terminadas victoriosamente y con el imperio reunido bajo un solo emperador,
Aureliano celebro un magnifico triunfo en Roma en el otoo del ao 274.
Con el emperador Aureliano clamando que haba restaurado el orden por todo el mundo conocido, el
senado romano no tuvo ms remedio que concederle el ttulo de Pacator Orbis, pacificador del mundo,
que elevaba a Aureliano desde mero hombre a casi una total divinidad, Dominus et Deus.Muy pronto,
su divinidad y su reinado tomaron un aspecto permanente (y retroactivo) cuando se le aadi el
apelativo de natus, pasando a ser Dios y soberano desde el nacimiento, Deus et Dominus natus.
Desde ese momento, el emperador Aureliano comenz a llevar una diadema de oro y ropajes lujosos,
exigiendo adems a los ciudadanos romanos que se postrasen ante l. Costumbre que sin duda haba
adquirido de los persas y otros pueblos orientales durante su estancia en el este.
Para la celebracin del triunfo, Aurelaino dispuso de tres lujosos carros: uno que le haba regalado el
rey persa Sapor I, otro que haba sido propiedad del rey Odenato y el propio carro real de Zenobia.
Varios animales exticos marchaban en la caravana triunfal; elefantes, jirafas, tigres, y otros animales
domesticados para la ocasin en Libia y Palestina.800 parejas de gladiadores simulando combates
precedan al cortejo.
En uno de los carros marchaba el propio emperador, engalanado para la ocasin. En otro de los carros
marchaba Tetricus, el depuesto emperador del extinto imperio galo-romano, vestido con una capa
escarlata, una tnica amarilla y pantalones de estilo galo, a rayas o cuadros.
En el otro carro marchaba Zneobia, cargada de cadenas de oro. Tras los carros marchaban los
senadores del imperio, dignatarios y embajadores extranjeros, caballeros, soldados y artistas famosos,
etc.El desfile fue tan impresionante que todos los ciudadanos queran formar parte de el, y el cortejo
tardo todo un da en pasar ante el Capitolio. El emperador declaro el da festivo, y a la poblacin de la
ciudad se le regalo todo el pan, carne y vino que pudo consumir.
Tras el gape se celebraron juegos de gladiadores, tambin a expensas del emperador, en donde se dio
muerte a centenares de prisioneros procedentes de todas las fronteras del imperio: rabes,
persas,bactrianos,godos,alanos,roxolanos,srmatas,suevos,etc
Pero el destino final de Zenobia no est del todo claro. Tras la celebracin del triunfo, algn autor
(Juan Malalas, un cronista bizantino del siglo V) afirma que fue decapitada. Aunque la gran mayora
insiste en que fue perdonada por el emperador.
Se sabe que Aureliano perdono a Tetricus, concedindole adems un puesto en la administracin del
imperio, trabajando como corrector en la provincia italiana de Lucania, un importante cargo de rango
senatorial que consistan en ocuparse de los asuntos de las ciudades italianas que no estaban bajo la
jurisdiccin de los gobernadores provinciales. Aunque algunos autores aumentan el cargo que recibi
Tetricus hasta el cargo de corrector totius Italiae, corrector en toda Italia.
Segn la Historiae Augusta, el emperador Aureliano perdono la vida de Zenobia y la instalo en una
lujosa villa en las cercanas de Tibur (actual Tivoli).Es probable que su hijo Valabato permaneciera con
ella, que segn algunas fuentes se cas con un senador romano, teniendo un par de hijas. Y en el ao
272, la antigua reina Zenobia, convertida en una tpica matrona romana, terminaba sus das en su villa
de Tivoli, tras poner en jaque al poderoso imperio romano. Aunque fuese durante un corto periodo de
tiempo.