Los Milagros de Jesús
Los Milagros de Jesús
Los Milagros de Jesús
Los milagros de Jess fueron registrados por testigos oculares pocos aos despus de su
vida. Pero no sabemos cuntos milagros que Jess hizo, porque no todos fueron
escritos. Uno de los discpulos de Jess, Juan, escribi: Y hay tambin muchas otras
cosas que Jess hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo
podra contener los libros que se escribiran. (Juan 21:25)
Cada uno de los cuatro Evangelios nos habla de ciertos milagros por una razn. Algunos
se describen en ms de un Evangelio, algunos en slo uno o dos.
LA BODA DE CAN
6 Y haba all seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la
purificacin de los Judos; en cada una caban dos o tres cntaros (unos 100 litros).
7 Jess les dijo: Llenen de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde. 8
Entonces les dijo: Saquen ahora un poco y llvenlo al mayordomo. Y se lo
llevaron. 9 El mayordomo prob el agua convertida en vino, sin saber de dnde
era, pero los que servan, que haban sacado el agua, lo saban. Entonces el
mayordomo llam al novio, 10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el vino bueno,
y cuando ya han tomado bastante, entonces el inferior; pero t has guardado hasta
ahora el vino bueno.
28 Enseguida Su fama se extendi por todas partes, por toda la regin alrededor
de Galilea.
8 Al ver esto, Simn Pedro cay a los pies[d] de Jess, diciendo: Aprtate de m,
Seor, pues soy hombre pecador! 9 Porque el asombro se haba apoderado de l
y de todos sus compaeros, por la gran pesca que haban hecho; 10 y lo mismo les
sucedi tambin a Jacobo (Santiago) y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios
de Simn. Y Jess dijo a Simn: No temas; desde ahora sers pescador de
hombres. 11 Y despus de traer las barcas a tierra, dejndolo todo, siguieron a
Jess.
CURACIN DE UN LEPROSO
CURACIN DE UN PARALTICO
9 Subiendo Jess en una barca, pas al otro lado del mar y lleg a Su ciudad. 2 Y
Le trajeron un paraltico echado en una camilla; y Jess, viendo la fe de ellos, dijo
al paraltico: Anmate, hijo, tus pecados te son perdonados. 3 Y algunos de los
escribas decan para s[a]: Este blasfema. 4 Jess, conociendo sus
pensamientos, dijo: Por qu piensan mal en sus corazones? 5 Porque, qu es
ms fcil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levntate, y anda? 6
Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para
perdonar pecados, entonces dijo al paraltico: Levntate, toma tu camilla y vete a
tu casa.
24 Se extendi Su fama por toda Siria; y traan a El todos los que estaban
enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, los endemoniados,
epilpticos[a] y paralticos, y El los sanaba. 25 Y Lo siguieron grandes multitudes
de Galilea, Decpolis, Jerusaln y Judea, y del otro lado del Jordn.
10 Al orlo Jess, se maravill y dijo a los que Lo seguan: En verdad les digo que
en Israel[g] no he hallado en nadie una fe tan grande. 11 Y les digo que vendrn
muchos del oriente y del occidente, y se sentarn[h] a la mesa con Abraham, Isaac
y Jacob en el reino de los cielos. 12 Pero los hijos del reino sern arrojados a las
tinieblas de afuera; all ser el llanto y el crujir de dientes.
13 Entonces Jess dijo al centurin: Vete; as como has credo, te sea hecho. Y el
criado[i] fue sanado en esa misma hora.
46 Entonces vino otra vez Jess a Can de Galilea, donde haba convertido el
agua en vino. Y haba all cierto oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo en
Capernam. 47 Cuando l oy que Jess haba venido de Judea a Galilea, fue a
Su encuentro y Le suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde
de la muerte. 48 Jess entonces le dijo: Si ustedes no ven seales (milagros) y
prodigios, no creern. 49 El oficial del rey Le dijo: Seor, baja antes de que mi hijo
muera. 50 Puedes irte, tu hijo vive, le dijo Jess. Y el hombre crey la palabra
que Jess le dijo, y se fue. 51 Y mientras bajaba a su casa, sus siervos le salieron
al encuentro y le dijeron que su hijo[a] viva. 52 Entonces les pregunt a qu hora
haba empezado a mejorar. Y le respondieron: Ayer a la una de la tarde (la hora
sptima) se le quit[b] la fiebre.
53 El padre entonces se dio cuenta que fue a la hora en que Jess le dijo: Tu hijo
vive. Y crey l con toda su casa.
11. JESS RESUCITA AL HIJO DE LA VIUDA DE NAN (LUCAS 7:11-17)
11 Aconteci poco despus[a] que Jess fue a una ciudad llamada Nan; y Sus
discpulos iban con El acompaados por[b] una gran multitud. 12 Y cuando se
acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban fuera a un muerto, hijo nico de su
madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella. 13 Al
verla, el Seor tuvo compasin de ella, y le dijo: No llores.
20 Y una mujer que haba estado sufriendo de flujo de sangre por doce aos, se Le
acerc por detrs y toc el borde de Su manto; 21 pues deca para s: Si tan slo
toco Su manto, sanar[a]. 22 Pero Jess, volvindose y vindola, dijo: Hija, ten
nimo, tu fe te ha sanado[b][c]. Y al instante[d] la mujer qued sana[e].
23 Cuando Jess entr en la casa del oficial[a], y vio a los flautistas y al gento en
ruidoso desorden, 24 les dijo: Retrense, porque la nia[b] no ha muerto, sino que
est dormida. Y se burlaban de El. 25 Pero cuando haban echado fuera a la
gente, El entr y la tom de la mano; y la nia se levant 26 Y esta noticia (fama)
se difundi por toda aquella tierra.
5 Estaba all un hombre que haca treinta y ocho aos que estaba enfermo[f]. 6
Cuando Jess lo vio acostado all y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella
condicin, le dijo: Quieres ser sano? 7 El enfermo Le respondi: Seor, no
tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras
yo llego, otro baja antes que yo. 8 Jess le dijo: Levntate, toma tu camilla y
anda. 9 Al instante el hombre qued sano, y tom su camilla y comenz a andar.
10 Por eso los Judos decan al que haba sido sanado: Es da de reposo, y no te
es permitido cargar tu camilla. 11 Pero l les respondi: El mismo que me san,
me dijo: Toma tu camilla y anda. 12 Le preguntaron: Quin es el hombre que te
dijo: Toma tu camilla y anda?
13 Pero el que haba sido sanado no saba quin era, porque Jess, sin que se
dieran cuenta, se haba apartado de la multitud que estaba en aquel lugar. 14
Despus de esto Jess lo hall en el templo y le dijo: Mira, has sido sanado; no
peques ms, para que no te suceda algo peor.
15 El hombre se fue, y dijo a los Judos que Jess era el que lo haba sanado.
17. LA CURACIN DE DOS CIEGOS (MATEO 9:27-31)
27 Al irse Jess de all, dos ciegos Lo siguieron, gritando: Hijo de David, ten
misericordia de nosotros! 28 Despus de entrar en la casa, se acercaron a El los
ciegos, y Jess les dijo: Creen que puedo hacer esto? S, Seor, Le
respondieron. 29 Entonces les toc los ojos, diciendo: Hgase en ustedes segn
su fe. 30 Y se les abrieron los ojos. Y Jess les advirti rigurosamente: Miren que
nadie lo sepa. 31 Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron Su fama por toda
aquella tierra.
11 Y l les respondi: Qu hombre habr de ustedes que tenga una sola oveja,
si sta se le cae en un hoyo en el da de reposo, no le echa mano y la saca? 12
Pues, cunto ms vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lcito hacer bien en
el da de reposo.
5 Y no pudo hacer all ningn milagro[a]; slo san a unos pocos enfermos sobre
los cuales puso Sus manos. 6 Estaba maravillado de la incredulidad de ellos.
Y recorra las aldeas de alrededor enseando.
13 Al or esto, Jess se fue de all en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando
las multitudes lo supieron[a], Lo siguieron a pie desde las ciudades. 14 Cuando
Jess desembarc, vio una gran multitud, y tuvo compasin de ellos y san a sus
enfermos. 15 Al atardecer se acercaron los discpulos, diciendo: El lugar est
desierto y la hora ya es avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan
a las aldeas y se compren alimentos.
16 Pero Jess les dijo: No hay necesidad de que se vayan; denles ustedes de
comer. 17 Entonces ellos dijeron: No tenemos aqu ms que cinco panes y dos
peces. 18 Traigan ac los panes y los peces, les dijo.
22. JESS ANDA SOBRE EL MAR (MATEO 14:22-33; MARCOS 6:45-52; JUAN
6:16-21)
22 Enseguida Jess hizo que los discpulos[a] subieran a la barca y fueran delante
de El a la otra orilla, mientras El despeda a la multitud. 23 Despus de despedir a
la multitud, subi al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba all solo. 24
Pero la barca ya estaba muy lejos[b][c] de tierra, y era azotada[d] por las olas,
porque el viento era contrario. 25 A la cuarta vigilia de la noche (3 a 6 a.m.), Jess
vino a ellos andando sobre el mar.
31 Volviendo Jess a salir de la regin de Tiro, pas por Sidn y lleg al mar de
Galilea, atravesando la regin de Decpolis. 32 Y Le trajeron a uno que era sordo y
tartamudo, y Le rogaron que pusiera la mano sobre l. 33 Entonces Jess,
tomndolo aparte de la multitud, a solas, le meti los dedos en los odos, y
escupiendo, le toc la lengua con la saliva; 34 y levantando los ojos al cielo,
suspir profundamente y le dijo: Effat! esto es, Abrete!
24 Y levantando[a] la vista, dijo: Veo a los hombres, pero los veo[b] como rboles
que caminan. 25 Entonces Jess puso otra vez las manos sobre sus ojos, y l
mir fijamente y fue restaurado; y vea todo con claridad. 26 Y lo envi a su casa
diciendo: Ni aun en la aldea entres.
11 Aconteci que mientras Jess iba camino a Jerusaln, pasaba entre[a] Samaria
y Galilea, 12 y al entrar en cierta aldea, Le salieron al encuentro diez hombres
leprosos, que se pararon a distancia, 13 y gritaron: Jess, Maestro! Ten
misericordia de nosotros!
14 Cuando El los vio, les dijo: Vayan y mustrense a los sacerdotes. Y sucedi
que mientras iban, quedaron limpios. 15 Entonces uno de ellos, al ver que haba
sido sanado, se volvi glorificando a Dios en alta voz. 16 Cay sobre su rostro a los
pies de Jess, y Le dio gracias; y ste era Samaritano. 17 Jess le pregunt: No
fueron diez los que quedaron limpios? Y los otros nueve, dnde estn? 18 No
hubo ninguno que regresara[b] a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? 19
Entonces le dijo: Levntate y vete; tu fe te ha sanado.
6 Habiendo dicho esto, escupi en tierra, e hizo barro con la saliva y le unt el
barro en los ojos al ciego, 7 y le dijo: Ve y lvate en el estanque de Silo (que
quiere decir Enviado). El ciego fue, pues, y se lav y regres viendo.
8 Entonces los vecinos y los que antes lo haban visto que era mendigo, decan:
No es ste el que se sentaba y mendigaba? 9 l es, decan unos. No, pero se
parece a l, decan otros. l deca: Yo soy. 10 Entonces le decan: Cmo te
fueron abiertos los ojos? 11 El respondi: El hombre que se llama Jess hizo
barro, lo unt sobre mis ojos y me dijo: Ve al estanque de Silo y lvate. As que
fui, me lav y recib la vista. 12 Dnde est El? le preguntaron. Y l les dijo: No
lo s.
13 Llevaron ante los Fariseos al que antes haba sido ciego. 14 Y era da de reposo
el da en que Jess hizo el barro y le abri los ojos. 15 Por eso los Fariseos
volvieron tambin a preguntarle cmo haba recibido la vista. Y l les dijo: Me puso
barro sobre los ojos, y me lav y veo.
16 Por eso algunos de los Fariseos decan: Este hombre no viene[b] de Dios,
porque no guarda el da de reposo. Pero otros decan: Cmo puede un hombre
pecador hacer tales seales (milagros)? Y haba divisin entre ellos. 17 Entonces
preguntaron otra vez al ciego: Qu dices t de El, ya que te abri los ojos? Es
un profeta, les respondi.
18 Pero los Judos no le creyeron que haba sido ciego, y que haba recibido la
vista, hasta que llamaron a los padres del que haba recibido la vista, 19 y les
preguntaron: Es ste su hijo, el que ustedes dicen que naci ciego? Cmo es
que ahora ve? 20 Entonces sus padres les contestaron: Sabemos que ste es
nuestro hijo, y que naci ciego; 21 pero cmo es que ahora ve, no lo sabemos; o
quin le abri los ojos, nosotros no lo sabemos. Pregntenle a l; ya es mayor de
edad, l hablar por s mismo. 22 Sus padres dijeron esto porque tenan miedo a
los Judos; porque los Judos ya se haban puesto de acuerdo en que si alguien
confesaba que Jess era el Cristo (el Mesas), fuera expulsado de la sinagoga. 23
Por eso sus padres dijeron: Ya es mayor de edad; pregntenle a l.
24 Por segunda vez los Judos llamaron al hombre que haba sido ciego y le
dijeron: Da gloria a Dios[c]; nosotros sabemos que este hombre es un pecador.
25 Entonces l les contest: Si es pecador, no lo s; una cosa s: que yo era
ciego y ahora veo. 26 Ellos volvieron a preguntarle: Qu te hizo? Cmo te abri
los ojos? 27 l les contest: Ya les dije y no escucharon; por qu quieren orlo
otra vez? Es que tambin ustedes quieren hacerse discpulos suyos?
30 El hombre les respondi: Pues en esto hay algo asombroso, que ustedes no
sepan de dnde es, y sin embargo, a m me abri los ojos. 31 Sabemos que Dios
no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace Su voluntad, a ste
oye. 32 Desde el principio jams se ha odo decir que alguien abriera los ojos a un
ciego de nacimiento. 33 Si Este no viniera[d] de Dios, no podra hacer nada.
40 Algunos de los Fariseos que estaban con El oyeron esto y Le dijeron: Acaso
nosotros tambin somos ciegos? 41 Jess les dijo: Si ustedes fueran ciegos, no
tendran pecado; pero ahora, porque dicen: Vemos, su pecado permanece.
41 Entonces quitaron la piedra. Jess alz los ojos, y dijo: Padre, Te doy gracias
porque Me has odo. 42 Yo saba que siempre Me oyes; pero Lo dije por causa de
la multitud que Me rodea, para que crean que T Me has enviado. 43 Habiendo
dicho esto, grit con fuerte voz: Lzaro, sal fuera!
44 Y el que haba muerto sali, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro
envuelto en un sudario. Jess les dijo: Destenlo, y djenlo ir.
29 Al salir de Jeric, una gran multitud sigui a Jess. 30 Y dos ciegos que estaban
sentados junto al camino, al or que Jess pasaba, gritaron: Seor, Hijo de David,
ten misericordia de nosotros! 31 La gente los reprenda para que se callaran, pero
ellos gritaban ms an: Seor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
32 Y detenindose Jess, los llam y les dijo: Qu quieren que Yo haga por
ustedes? 33 Ellos Le respondieron: Seor, deseamos que nuestros ojos sean
abiertos. 34 Entonces Jess, movido a compasin, toc los ojos de ellos, y al
instante recobraron la vista, y Lo siguieron.
35. LA HIGUERA SECA (MATEO 21:19-22; MARCOS 11:20-26
19 Y al ver una higuera junto al camino, se acerc a ella, pero no hall nada en ella
sino slo hojas, y le dijo: Nunca jams brote fruto de ti. Y al instante se sec la
higuera. 20 Los discpulos se maravillaron al ver esto, y decan: Cmo es que la
higuera se sec al instante?
21 Jess les respondi: En verdad les digo que si tienen fe y no dudan, no slo
harn lo de la higuera, sino que aun si dicen a este monte: Qutate y chate al
mar, as suceder. 22 Y todo lo que pidan en oracin, creyendo, lo recibirn.
36. JESS SANA LA OREJA DEL SIERVO DEL SUMO SACERDOTE (MARCO)
(LUCAS 22:50-51)
50 Y uno de ellos hiri al siervo del sumo sacerdote y le cort[a] la oreja derecha.
51 Pero Jess dijo: Detnganse! Basta de esto. Y tocando la oreja al siervo, lo
san.
11 Simn Pedro subi a la barca, y sac la red a tierra, llena de peces grandes,
ciento cincuenta y tres en total; y aunque haba tantos, la red no se rompi.