CRISPR
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Los CRISPR (en inglés: clustered regularly interspaced short palindromic repeats, en
español repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas2) (/
krɪspər /) son familias de secuencias de ADN en bacterias. Las secuencias contienen
fragmentos de ADN de virus que han atacado a las bacterias. Estos fragmentos son
utilizados por la bacteria para detectar y destruir el ADN de nuevos ataques de virus
similares, y así poder defenderse eficazmente de ellos. Estas secuencias juegan un papel
clave en los sistemas de defensa bacterianos, y forman la base de una tecnología conocida
como CRISPR / Cas9 que efectivamente y específicamente cambia los genes dentro de los
organismos. En terminos más técnicos son loci de ADN que contienen repeticiones cortas
de secuencias de bases. Tras cada repetición siguen segmentos cortos de "ADN espaciador"
proveniente de exposiciones previas a un virus.3 Se encuentran en aproximadamente el
40% de los genomas bacterianos y en el 90% de los genomas secuenciados de las arqueas.4
5 Con frecuencia se hallan asociados con los genes cas, que codifican para
proteínas nucleasas relacionadas con los CRISPR. El sistema CRISPR/Cas es un sistema
inmune procariótico que confiere resistencia a agentes externos como plásmidos y fagos6
7 y provee una forma de inmunidad adquirida. Los espaciadores de los CRISPR reconocen
secuencias específicas y guían a las nucleasas cas para cortar y degradar esos elementos
génicos exógenos de una manera análoga al ARNi en sistemas eucarióticos.3
Quizá puedan usarse los CRISPRs para construir sistemas de entrega de genes guiados por
ARN que lleguen a alterar los genomas de poblaciones enteras.9
Las bacterias pueden incorporar ADN externo en otras circunstancias e incluso pueden
tomar ADN dañado de su medio.
Las secuencias repetidas que luego se conocerían como CRISPR fueron identificadas por
primera vez por un grupo de científicos japoneses en 1987 (Yoshizumi Ishino et al).1112y
luego más tarde de forma independiente por el científico Francisco J. M. Mojica
(Universidad de Alicante) a principios de los años 90 en una arquea Haloferax mediterranei
y los resultados fueron publicados en 1993,13 tras haber sido anteriormente descritas en
bacterias (Escherichia coli12 y Mycobacterium bovis14). Inicialmente fueron utilizadas para
el tipado de bacterias, para diferenciar distintos aislados, cepas y especies.15 Estudios
iniciales por Francisco J. M. Mojica y colaboradores postularon el posible papel de estas
secuencias en la partición de replicones.16 En el año 2000, Francisco J. M. Mojica y
colaboradores detectaron un gran número de estas secuencias repetidas en bacterias,
arqueas y mitocondrias y propusieron el nombre de Short Regularly Spaced Repeats (SRSR,
en español "Repetidos Cortos Regularmente Espaciados" o bien "Repeticiones Cortas
Regularmente Espaciadas").17 Pocos años después, Francisco J. M. Mojica propuso y acuñó
el acrónimo CRISPR (del inglés: Clustered Regularly Interspaced Short Palyndromic Repeats),
propuesta que quedó recogida en una publicación de microbiólogos holandeses en 200218
y que sería utilizada universalmente desde entonces para referirse a estas secuencias.
También, en la misma publicación, se describieron por vez primera un conjunto de genes,
algunos de los cuales codifican nucleasas o helicasas putativas, asociados a las secuencias
repetidas CRISPR (los genes cas o asociados a CRISPR: del inglés: CRISPR associated).18
Cas9
La primera vez que se mostró que CRISPR funcionaba como una herramienta de ingeniería
genética en cultivos de células humanas fue en 2012.2324 Desde entonces se ha utilizado
en muchos organismos, incluida la levadura del pan (Saccharomyces cerevisiae),25 el pez
cebra (Danio rerio),26 la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster),27 nematodos
(Caenorhabditis elegans)28 plantas29 y ratones,30 entre otros.