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La Cultura Tiahuanaco

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La cultura tiahuanaco

La cultura Tiahuanaco es una cultura arqueológica que se desarrolló en los


actuales países de Bolivia, Perú y Chile entre los años 200 a. C. y 1100 d. C. Su
área de influencia, visible en objetos con una peculiar iconografía, comprende la
cuenca del Lago Titicaca como región nuclear, desde donde se distribuye hacia
los valles y costa del océano Pacífico por el oeste, la región del Chapare por el
este y el altiplano boliviano meridional y el oasis de San Pedro de Atacama por el
sur. Su capital y principal centro religioso fue la ciudad de Tiwanaku, ubicada en
las riberas del río homónimo, pocos kilómetros al sur del lago Titicaca, en el actual
departamento boliviano de La Paz.
Se cree que Tiwanaku obtuvo una serie de bienes y recursos de ecosistemas
diferentes al del Titicaca a través del intercambio con diversas sociedades locales
de regiones altiplánicas y vallunas, aunque también manejaron enclaves
poblacionales en zonas como Moquegua (sur del Perú) y, posiblemente,
Cochabamba en los valles orientales bolivianos. El sitio de Tiwanaku se
caracteriza por una amplia infraestructura ceremonial que atestigua prácticas
religiosas muy complejas. Su arquitectura y escultura presentan una iconografía
muy estandarizada que sugiere el desarrollo de depurados sistemas de
pensamiento, difundidos a través de objetos más ligeros como cerámica y textiles.
Precisamente estas dos formas de expresión material son las que encuentran
mayor perfección técnica, siempre sujeta a cambios cronológicos y sobre todo a
variación espacial. SI bien inicialmente se pensó que la cerámica más tosca de
Tiwanaku sería la más tardía o "decadente", el hallazgo en el año 2006 de más de
cuatro centenas de piezas cerámicas de gran perfección y colorido en la isla de
Pariti, en la porción menor del Titicaca, datadas por radiocarbono en el 1000 d.C.,
permite discutir esta idea. Así, todavía se discute el significado de la variedad
cerámica de Tiwanaku. Existe una notable variedad entre zonas de la propia
cuenca del Titicaca, por no mencionar los estilos derivados de Tiwanaku en zonas
como Azapa (Chile) o Cochabamba (Bolivia). Tiwanaku también destacó en el arte
textil, con predominio del uso de lana de camélidos andinos, generando tapices
polícromos sumamente complejos observables en zonas secas como el norte de
Chile o el altiplano boliviano meridional. Usaron ampliamente la tecnología
del bronce, destacando su uso en la arquitectura ceremonial de piedra en forma
de grampas de sujeción. Otros materiales trabajados por Tiwanaku o por regiones
sujetas a su influencia ideológica fueron ornamentos de oro laminado y plata,
tallas de madera, objetos de hueso pirograbado, cestería y cuentas de collar en
piedras semipreciosas, hueso y concha.
El primer europeo en describir los restos arqueológicos de Tiwanaku fue el
cronista español Pedro Cieza de León en el siglo XVI. Sin embargo, las visitas de
estudiosos al sitio se dieron mayormente desde el siglo XIX, con personajes como
Alcide D'Orbigny, Ephraim Squier, Charles Weiner, y posteriormente arqueólogos
más formales como Alphonse Bandelier o Max Uhle, ya a comienzos del siglo XX.
Posteriormente, el arqueólogo aficionado Arthur Posnansky estudió la zona
planteando diversas teorías, sumamente especulativas, sobre los orígenes y
desarrollo de Tiwanaku. Durante el siglo XX destacaron los estudios del
estadounidense Wendell Bennett en la década de 1930; el boliviano

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