Separata Neurología
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LAS EMOCIONES
Las emociones son reacciones que todos experimentamos: alegría, tristeza, miedo,
ira… Son conocidas por todos nosotros pero no por ello dejan de tener complejidad.
Aunque todos hemos sentido la ansiedad o el nerviosismo, no todos somos
conscientes de que un mal manejo de estas emociones puede acarrear un bloqueo o
incluso la enfermedad.
Ya hemos analizado cada una de las tres respuestas que se producen. La suma de
todas ellas es lo que provocará nuestro comportamiento, ya sea lucha, huida o
paralización, en las mejores condiciones para salvar la vida e intentar no volver a
vernos en una situación similar de peligro.
Por otra parte, hay reacciones emocionales que se producen ante situaciones que no
hemos vivido todavía, es decir, cuando las anticipamos o las imaginamos. Un claro
ejemplo es lo que sentimos cuando vemos alguna escena en alguna película, leemos
algún texto o recordamos o pensamos en algún suceso.
Hay otra serie de términos y conceptos muy relacionados con este tema como por
ejemplo, los sentimientos. Éstos son más duraderos que las emociones, que son
temporales y están más vinculados a la reflexión. No suelen estar relacionados con
sensaciones físicas intensas, son más suaves y no ponen en marcha comportamientos
de manera inmediata. Para comprenderlo mejor, podemos hablar de la reacción
emocional de miedo ante una serpiente que hemos visto en el campo mientras que
hablaríamos de sentimiento de miedo hacia las serpientes, algo más general y no
vinculado a una situación determinada.
Existen diferentes teorías sobre cuáles son las emociones primarias señalando en
algunos casos cinco o en otros siete dependiendo del autor. No obstante, cada
emoción provoca un conjunto de reacciones, y a continuación veremos las más
evidentes:
Miedo
Ira
Nuestro cuerpo reacciona enviando sangre hacia las manos, favoreciendo el empleo
de armas o haciendo que la persona esté preparada para golpear de manera
contundente. Se acelera la frecuencia cardíaca y se elevan hormonas (adrenalina) que
predisponen nuestro organismo para emprender la acción. Se asocia con la hostilidad
la furia, la indignación y, en casos extremos, con el odio patológico.
Amor
La forma más aceptada de entender este concepto es desde una dimensión amplia,
donde el proceso afectivo y el cognitivo se rozan y complementan. En este desarrollo
participan varios elementos: concientización subjetiva (los sentimientos propiamente
dichos),cambios fisiológicos (determinadas reacciones corporales que son movidas
por esos sentimientos, para predisponer al organismo a enfrentarse a la nueva
experiencia), estímulos motores internos (cambios internos que provocan una actitud
determinada) y dimensión cognitiva (proceso mental a través del cual la persona
entiende lo que le está ocurriendo). Por todo esto, nos es imposible analizar las
emociones completamente separadas del aspecto racional, ya que para conseguir
comprenderlas utilizamos los métodos cognitivos de los que disponemos.
Es necesario comentar que en las últimas teorías cognitivas que se han hecho sobre
el proceso emocional, se ha enfatizado de forma fundamentalista en lo cognitivo,
objetando que el mundo no es de una determinada forma, sino que depende de con
qué ojos se mire; por eso una misma experiencia para dos personas diferentes para
una puede resultar traumática y para otra ser más posible de enfrentar y resolver. De
todas formas, si bien esta teoría tiene muchos adeptos, sobre todo en las corrientes
relativistas, muchos especialistas se niegan a aprobar esta manera tan aleatoria de
entender los sentimientos y el mundo en general.
Expresión emocional.
Regulación emocional.
Los niños se irán formando a medida que los adultos les enseñen y practiquen
con ellos. Dichas habilidades se pueden aprender aprovechando cada momento
cotidiano en el hogar o en el aula.
Transmitir al niño que todos podemos aprender muchas cosas que nos ayuden a
guiar y expresar nuestras emociones.
Los sentimientos son las impresiones que causan a un nivel espiritual determinadas
cosas o situaciones y a partir de las cuales, es decir, del sentir que estas nos producen
internamente, los seres humanos actuamos. Es por esto que si por ejemplo nuestra
vida es una sucesión de desgracias y feas situaciones, nuestros sentimientos no serán
de lo más positivos, buenos y armoniosos, por el contrario, el resentimiento, a veces
llegando hasta el odio, se convertirán en la medida de nuestros actos. En tanto, una
persona que se topa recurrentemente con buenas experiencias es casi seguro que
tenderá a producir en su interior buenos y nobles sentimientos.
Lo peor que puede hacer una persona ante un sentimiento es ocultarlo, inhibirlo,
porque esto es lo mismo a fomentar un deseo irrefrenable que luego adquirirá
inevitablemente la forma de frustración, la peor aliada que puede conseguirse una
persona en su desarrollo como tal. Por ejemplo, una mujer que se oculta a sí misma y
al resto, el amor que siente por un hombre, ya sea que este esté o no comprometido,
seguramente, deberá lidiar con una existencia frustrada, producto de ese ocultamiento.
Si bien los seres humanos experimentarán varios sentimientos a lo largo de su vida,
hay dos sentimientos bien contrapuestos entre sí y que son los que mayor publicidad
han recibido a lo largo de la historia de la humanidad, estos son por un lado el amor
que está ampliamente vinculado al goce, lo placentero, la armonía, el estado ideal que
cualquier persona aspira a alcanzar en relación con las personas y porque no también
con algunas cosas materiales sobre las cuales se depositan cargas emotivas positivas
e importantes por estar relacionadas con alguien. El amor es el sentimiento
fundamental por el cual se unen las parejas, nacen los hijos, los nietos, etc.
Y del otro lado del ring tenemos el odio, que claro, observa entre sus características
todo aquello que se opone al amor, siendo lo negativo, lo violento, el disgusto, el
desprecio sus principales componentes.
Para Damasio: “Cuando experimentas una emoción, por ejemplo la emoción de miedo,
hay un estímulo que tiene la capacidad de desencadenar una reacción automática. Y
esta reacción, por supuesto, empieza en el cerebro, pero luego pasa a reflejarse en el
cuerpo, ya sea en el cuerpo real o en nuestra simulación interna del cuerpo. Y
entonces tenemos la posibilidad de proyectar esa reacción concreta con varias ideas
que se relacionan con esas reacciones y con el objeto que ha causado la reacción.
Cuando percibimos todo eso es cuando tenemos un sentimiento.”
Un ejemplo sobre emociones y sentimientos
En nuestra vida cotidiana, los sentimientos se manifiestan todo el tiempo, por ejemplo:
Estamos en el trabajo, se acerca nuestro jefe y nos dice le acompañemos a la oficina.
Allí, nos comunica que desde la dirección no les gusta nuestro trabajo y nos despiden.
Casi constantemente el miedo se apodera de nosotros, lo que sería la emoción.
Son muchos los sentimientos que experimentamos los seres humanos. A continuación
Presentamos una lista con 16 sentimientos muy frecuentes:
Sentimientos positivos:
1. Euforia: Este sentimiento nos hace sentir en subidón y nuestra percepción de la vida
es magnífica.
Sentimientos negativos:
11. Tristeza: Un estado negativo que provoca malestar con tendencia al llanto
14. Envidia: Sentimiento que se produce al desear algo que no se tiene y que posee
otra persona.
15. Venganza: Ganas de hacer venganza, pero no necesariamente hay que llevarla a
cabo.
16. Celos: sentimiento que surge al pensar que va a perder a alguien que ama.
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
Aunque hay muchas actividades en las que se pueden fomentar las competencias
emocionales a través de un proceso continuo (se pueden utilizar diferentes recursos
didácticos para suscitar la conciencia emocional como videos, fotografías, noticias,
canciones, etc.), proponemos una relacionada con la lectura (Filella, 2010): se dedica
un tiempo semanal en el aula a la lectura individual de textos que el alumno ha elegido
según su propio interés (con el paso del tiempo se puede orientar hacia textos
específicos). La lectura ha de ser en silencio y, posteriormente, se han de proponer
actividades como resúmenes, dibujos, esquemas,… relacionados con la misma. Una
forma sencilla de mejorar la atención, la comprensión, el aprendizaje y de fomentar
emociones positivas en el alumnado.
Fig.5
.
La instrucción musical en jóvenes mejora la capacidad intelectual como consecuencia
de la plasticidad cerebral, sobre todo en aquellos con mayor interés y motivación hacia
las actividades artísticas (Posner, 2008). Además, en algunos niños, aparecen
correlaciones entre la práctica musical y la mejora en geometría o las capacidades
espaciales cuando el entrenamiento es intenso. Por otra parte, el teatro o el baile
desarrollan habilidades socioemocionales como la empatía y son beneficiosos para la
memoria semántica. Por ejemplo, al hablar en público se genera noradrenalina, una
sustancia que se sabe que interviene en los procesos relacionados con la atención, la
memoria de trabajo o el autocontrol.