Belleza Del Siglo Los Canones Femeninos en El Siglo XX 1 PP 1 197
Belleza Del Siglo Los Canones Femeninos en El Siglo XX 1 PP 1 197
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INTRODUCCIÓIT¡ OT DOROTHY SCHEFER FAUX
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ítrrorc¡ ,ti.,i,.{Í
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Las décadas 79
Nathalie Chahine
Marie-Pierre Lannelongue
Franqoise Mohrt
La belleza étnica
Francine Vormese
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Los cosméticos
Catherine Jazdzewski
Las revistas
Catherine Jazdzewski
Anexos
Bibliografía
Créditos fotográficos
Agradecimientos
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fue*i
Wñl
La belleza
lntrod ucción
La beileza
lntrod ucc¡ón
La belleza en el futuro: el ideal femenino en l¡bertad
lnstituto de la lndumentaria del Met rendía homenaje a los artistas del rock
"rtito,
un reguero de pólvora, y alcanzó a las mujeres de todas las edades y todos
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los ambientes. La estrella de cine, belia y adulada, eclipsó a la mujer de
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mundo. A la radicalidad del medio correspondió la de Ia nueva tendencia:
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f,J vestidos y cabellos cortos, maquillaje recargado y ropa deportiva. El corte
N
9
a lo paje, los ojos resaltados con kohl, la esbeltez de una silueta ya libre
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J del corsé y el pintalabios negro de actrices como Louise Brool<s y Cloria
Swanson inÍluyeron en una generación de mujeres a quienes era imposi-
ble acceder a la modernidad sin cortarse antes el cabello.
Por estrictos que fueran estos imperativos, los años veinte marcaron el
principio de lo que consideramos como belleza moderna. Y la imagen
emblemática de estas estrellas penetró en Ia sociedad tan profundamente
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que no dejó de reaparecer a Io largo del siglo.
Durante treinta años, Hollywood iba a seguir ejerciendo una gran
Helmut Newton
para Votre Beauté
influencia en Ia definición del estilo y Ia belleza. Después de la Cran De-
an 1970. presión de 1929, permitió el sueño y la evasión que Estados Unidos tanto i
Portada de Esqule necesitaba. Nunca el estilo y el glamour habían tenido tal influencia. La
(1968), de Ceorges ¡.
I ois, cólcbre lmage provocadora sensualidad de Marlene Dietrich o de Creta Carbo alcanzó
r¡r¿r/<er clc los años {¿;:.;:r:.rt;f:¡:.
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una notoriedad internacional. 5u mirada lánguida, sus labios claramente i.:.1
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tendencia que quedaría asociada para \,s tl ...'1
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.h siempre con Hollywood y que continúa ti.
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.o elegancia, para insuflar el sentido del deber a Ia población femenina que
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5 permaneció en el país, y para elevar la moral de las tropas. La extrema
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feminidad de Veronica Lake, de Rita Hayworth y de Lauren Bacall, con su
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espeso cabello, largo y ondulado, su cargado maquillaje, sus ojos rasgados
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o y sus gruesos labios, las convirtieron en pin-up ideales. Sus poses volup-
-o
G tuosas, la imagen provocadora de sus cortísimos pantalones y sus ceñidas
J
las drásticas pero necesarias reformas en política interior que trajeron con-
Fue un tiempo de añoranza de un pasado más simple y más fácil, una y sofisticación, y un maquillaje marcado que destacaba los rasgog ln-
época de evasión en el sueño. La primera tendencia se expresaba con un tentaban también compaginar los distintos aspectos de su vida: familia,
aspecto romántico y un look de gitana de cabello lacio, apermanentado o caffera, casa y estilo de vida. Apareció entonces el término de supervvo-
incluso decorado con plumas, con un maquillaje femenino pero ligero. La man. Luego, el de top model: Cindy Crawford, Claudia Schiffer, Naomi
segunda, mediante el rock, la música disco y los primeros punks: Bianca Campbell, Linda Evangelista y Christy Turlington fueron símbolos de belle-
)agger, Diana Ross, Debbie Harry y el look bronceado de la iet-set, encar- za a escala planetaria, llevando con acierto las riendas de su carrera y ges-
nada por Cheryl Tiegs, Lauren Hutton y Farrah Fawcett. El multiculturalis- tionando hábilmente su cuenta bancaria. Aparecían en clips musicales, en
mo hizo su aparición con la modelo Beverly Johnson, que rompió la barre- publicidad e incluso en sus propios vídeos de fitness. Aunque era difícil
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ra del color en la industria. iit, imitarlas, el poder que habían logrado con su profesión llevó a las muje-
I
E
\o res a decid¡r por sí mismas su belleza. Hacia el final de la década, Donna ellos hasta el punto de adoptar sus ¡deales anticonsumistas. Fue el antído-
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Karan, entre otras personas, llevó la moda a la realidad con sus prendas to perfecto a los años ochenta. La presencia frecuente de heroína en este
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de vestir simples y básicas; fue también una de las primeras en mostrar a medio influyó en los fotógrafos de moda. Estos crearon el took " colgado" ,
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mujeres mayores de cincuenta años en sus campañas de publicidad y en que recreaba a los consumidores de absenta y a los op¡ómanqs de los años
o
o las pasarelas. El maquillaje dio también un giro hacia lo natural bajo el ve¡nte, a las Chelsea girls y a una parte de la juventud del momento. Con
-o
rd
J impulso de la estilista Bobbi Brown, que lánzó unos colores neutros y su cabello rizado, sus ojos perfilados en negro, su cuerpo esquelético y sus
mates que pretendían dar la impresión de ausencia de maquillaje. Del vestidos adornados con perlas, las top models posaban en actitudes som-
mismo modo, por primera vez, el maquillaje de prestigio se hizo más per- brías, trágicas y, con todo, seductoras.
sonalizado y se adaptó al tono particular de cada uno. La modelo emblemática por excelencia de este look "colgado" era
El materialismo de los años ochenta comenzó a tener mala prensa. Se Kate Moss. A muchos les horrorizaba aquel pequeño cuerpo, frágil y des-
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juzgaron de mal gusto las muestras de riqueza demasiado evidentes, que carnado, que percibieron como una publicidad para la anorexia y un obje-
Man Ray, La Résille.
1931. "Una se condenaron por contravenir la ética. Las top models seguían marcando
solución, no para
to del deseo pederasta. A otros les pareció liberador, ya que Kate Moss no
disimula¡ sino para la tónica, pero en una línea minimalista, preocupada por las proporciones respondía a las normas de la maniquí del momento: con apenas metro
subrayar la belleza
de la modelo." naturales del cuerpo. Calvin Klein, el minimalista, y Helmut Lang, el cons- sesenta y ocho de estatura, no hacía gimnasia y se habfa negado a relle-
tructivista, orientaron la moda narse los senos con silicona. A menudo fotografiada sin maquillaje, impo-
hacia lo natural: maquillaje y nía un look antimaniquí característico de la época: belleza natural, mirada
peinado simples, líneas depu- I
soñadora, cuerpo y estilo reducidos al mínimo. Con aspecto de chico, al
radas y prendas de vestir infor- estilo de los modelos masculinos cuya fama iba en aumento y que pare-
males, para la vida diaria pero cían querer feminizar su imagen con melenas largas y una silueta estiliza-
elegantes. No obstante, la in- da, personificaba el espíritu de la época. El ideal pasó a ser el mismo para
fluencia más importante en la hombres y mujeres, las definiciones se confundfan y, como en los años
aparición de la nueva concien- veinte, la androginia se convirtió en el estilo predominante.
cia y la nueva actitud continúa Los niños de los años cincuenta, alimentados con rock y televisión, no
siendo la música. El look grun- necesitaron mucho tiempo para demoler los lfmites del pasado y hacernos
ge de los grupos emergentes pasar de la época industrial a la era informática. Hoy, con el comienzo de
de Seattle (cabello hirsuto, au- un nuevo siglo, no siempre sabemos delimitar el papel de la tecnología en
sencia casi completa de ma- nuestra vida. Lo que se temió como un "mundo feliz" terrorifico se con-
quillaje y capas superpuestas virtió en un medio de posibilidades infinitas. El contraste agudo que exis-
de ropa de segunda mano te entre la frialdad del microprocesador y la expansión lo más individual
combinada con botas milita- posible de uno mismo queda marcado en el concepto de belleza. El acce-
res) influyó en la alta costura, so fácil a todo tipo de información y la posibilidad de comunicación inme-
mientras que la juventud de diata por lnternet permiten, más allá de todas las fronteras, físicas, eco-
todo el mundo se reconoció en nómicas o culturales, revelar la belleza de una voz o una imagen nueva.
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.o Los individuos disponen de más posibilidades de expresión gracias a una
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elección más extensa de ideas y aspectos. Madonna es el ejemplo tipo de
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la belleza moderna, en continua reinvención de sí misma, inspirándose en
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fuentes tan diversas como la belleza india o la de las estrellas de Holly-
o
o wood de los años treinta y cuarenta.
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d Fue necesario un siglo para ampliar el abanico de Ia belleza hasta ser
J
¿Quién no ha cerrado por un momento los ojos para ver pasar en una
maravillosa comitiva a Cleopatra y Semíramis, a Balkis de Saba y Betsabé
de lsrael, a Jezabel y Nefertiti, unidas en la noche del universo por un
esplendor del que realmente no sabremos nunca nada? Sus nombres gol-
Pelucas trenzadas, pean el muro del tiempo como el eco mismo de la belleza.
r cj,rs y ojos
rrrrquillados de las ¿Qué mujer no ha soñado, en el Louvre o en el British Museum, ante
cgipcias. (Bajorrelieve
rk: la tumba de las espléndidas copas de ungüentos, cucharas de pinturas, paletas de pig-
Ir ncnem inet,
r. 1335 a. de C.) mentos y estiletes de kohl, tallados en marfil o ébano, en hueso o alabas-
La legendaria
tro, de cristal soplado, o modelados con terracota o loza?
Nefert¡ti. Muy
Diosas, faraonas, sacerdotisas, reinas, esclavas... Por med¡o de sus mu-
lrliliz¿da, el
rr,rclrrillaje con kohl jeres y sus vestigios, el Oriente antiguo nos habla de belleza en una len-
y i on pigmentos es
I rrlrr vrsible en esta gua cuya simplicidad afecta a nuestra modernidad más allá de los milenios.
,,rlrz¡ cle madera
roll r onta. La Biblia menciona la práctica del maquillaje, y las primeras paletas
¡
-
que sirven para moler polvos de color t¡enen diez mil años de anti-
güedad; pero hasta el 5OOO a. de C. no se empieza a datar una gran
cantidad de instrumentos de maquillaje, jarras y tarros que con-
tienen todavía sus productos casi intactos. Las investigaciones
arqueológicas revelaron los secretos conservados en estos
frascos misteriosos y permitieron recrear, en sus gestos coti-
dianos, un aseo casi ritual, cuya minuciosidad no tenía
' nada que envidiar al nuestro.
En el año 1372 a. de C., en el momento en que
Nefertiti se casó con Amenofis lV, que tomó el nombre de
Al<cnatón, la egipcia tomaba un baño completo todas las
r', ( ()r irgua mezclada con carbonato de cal natural, y se
-;d frotaba el cuerpo con una pasta de arcilla procedente de los limos del Nilo.
o
Estamos en un paÍs muy cálido, y los cuidados deben combatir los estra- ll
s
G r¡Áli'lri'
gos del clima y, sobre todo, del sol. Pies y codos se frotan frecuentemen-
o
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te con una piedra de grano muy fino que sirve también para la exfoliación
.o
rú regular del cuerpo. El baño va seguido de un masaje con aceite vegetal,
d de palma, oliva o nuez, perfumado con una mezcla de hierbas aromáticas
N
o que tienen la triple virtud de suavizar la piel, protegerla del sol y ahuyen-
o
o
d tar los mosquitos. A veces se aplica una máscara de huevo de avestruz
J
batido con leche, arcilla y aceite, y espesada con harina y resina. Por últi-
Las mujeres de
la Crecia arca¡ca mo, se aplica el maquillaje corporal y facial. La preparación de las pintu-
sr: rnaquillaban
y ongalanaban ras, siempre perfumadas, originalmente monopolio de los sacerdotes y
su ntuosamente.
(Partenón, siglo vinculada a los ritos mortuorios, pasó a manos de una sociedad laica, que
vr a. de C.)
guardaba celosamente sus fórmulas y vendía a alto precio sus innumera-
Afrodita, llamada
Vt:nus de Arles. bles productos. La piel se cubre con una preparación de ocre amarillento
Canon absoluto de
la belleza antigua,
que, a la luz, adquiere reflejos dorados. Las mejillas se realzan con ocre
r:l "perfil griego"
rojizo, y las venas de las sienes y del busto se resaltan con azul. Pero, como
fue idealizado por
los cscultores de muestran las estatuas y los frescos, sobre todo son los ojos los que *--,,rl*,,&+1,{t1
se
l¡r Crecia clásica.
(Copia realizada maquillan sistemáticamente. Aunque en una sociedad estrictamente jerar-
¡»r Praxíteles,
r. 160 a. de C.) quizada las abluciones y los cuidados diarios son privilegio de las clases
nobles, los esclavos llevan también los ojos pinta-
dos. Se comienza por aplicar el polvo de kohl en
la línea interior del párpado inferior, lo que los
protegerá de las agresiones del viento y la arena.
Por otra parte, en los tarros de pintura de ojos se
encontraron las fechas de fabricación y caducidad,
lo que hace pensar que contenían hierbas medici-
nales que prevenían las oftalmias. Los párpados
superiores se sombrean con colores intensos: aun-
que el color más popular es el verde profundo del
moszimit (malaquita machacada procedente de Si-
ria), también son muy apreciados el polvo de tur-
quesa y las arcillas rojas, marrones o violeta, puras
o mezcladas con óxidos de cobre o hierro para
obtener nuevos matices. Cuando la ocasión se presta a ello, se sofistica
más aún, coloreando el párpado inferior con un tono distinto; asÍ lo hará
siglos más tarde la última reina, la legendaria Cleopatra, cuyos colores pre-
feridos eran el azul marino para el párpado superior y el vcrdc agua para
el inferior. El kohl, humedecido, servirá tamb¡én para delineírr cl contorno
del ojo con un largo y grueso trazo, y para alargar y cspcsirr las cejas, a
menos que se haya decidido afeitarlas para red¡bujarlas rlcs¡rucs. Las pes-
tañas se untan con una pasta de kohl y grasa. Un toc¡uc <lt: rojo nrineral
avivará los labios. Las uñas de manos y p¡es se liman y.r rrrcnrrclo sc tiñen
pequeño cono lleno de cera perfumada, quL', Lon l,r ,ryu<l,r tlt'l r.ilor, go-
teará a lo fargo del cabello para perfumar y rcf rr'.,t,rr cl t rrcr¡ro.
Aceites esenciales, aromaterapia, cxfoli.rr.ion, ,rrr ill,r, ,rllrcn,r... Con el
mestizaje de culturas, nuestra belleza tlaw ,ti!'.,olrrcvrrll,r ',i1ilo., rlt' igno-
rancia,y a menudo de suciedad, para incorl)or,rr',t',r l,rrlt'l,r Arrli¡iLicdad...
En la naciente Crecia, la del Uliscs dc los rrril vi,rjcs y r:l irrrpr:luoso
Aquiles, la de la bella Helena y la horriblc Mcrlr',r, rr¡,rrrrlr¡ lo., rlioscs tra-
vestidos descienden del Olimpo para amar ¡ l,rs nrorl.rk's nrit'nlr¡s los pas-
tores deciden quién es la diosa más hcrrnosa, la br:lkrz¿ cs, sobrc [odo,
armonía en las proporciones. Aunquc los mitos fundadorcs y la cpopeya
homérica nos hablan de las prácticas dc higiene de los griegos de los siglos
L, ¡r,rr.lisa Safo.
,r {r,,r,yt0manas
xr al vu¡ a. de C. (baños y aceites perfumados), y la estatuaria clásica nos
, l, rr y,r lcnacillas muestra formas ideales (cánones, idénticamente reproducidos, de Fidias o
I I, ilr ) l)¿ra
,,, l,l.r¡,,r' r.l cabello
Praxíteles), sólo los escritores nos suministran alguna pizca de realidad.
, ,,l,r.r r'',l,tlua de
'.rll r,lr.los Rubia o pelirroja, con la tez clara, preservada por ia vida en el interior del
Ll,lr¡,', r'tl
I , r,,rl lrrrr ) gineceo, la ciudadana de Atenas y Esparta (ciudad donde, por otra parte,
31
el maquillaje estuvo durante un tiempo oficialmente prohibido) reserva la
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o
pintura para las cortesanas. Según las normas de Ia cosmética -cuya eti-
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mología nos revela que se trata, en buena lógica helénica, del arte del
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!l ornamento en la medida en que se ponen en armonioso orden diversos
\o
tú elementos-, se presta en primer lugar un cuidado particular a la higiene,
rd interna y externa, siguiendo los consejos de Hipócrates, que recomienda
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N
o el ayuno regular, el ejercicio físico y los baños frecuentes' Se cepillan los
o
-o
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dientes, se lava el cabello y, tras el baño, se frota el cuerpo con una rae-
J
dera especial, la estrígila, para retirar el sob'rante de aceite de oliva, almen-
dra o sésamo que sirvió para lavarlo, así como para activar la circulación.
Toda clase de ungüentos aromáticos protegen la piel y combaten la trans-
piración. Hasta el siglo ttt a. de C. no se maquillan o apenas lo hacen,
excepto quizá las cejas, que, para ser bonitas, deben retocarse y dibujar
un arco único, como las de la amante de Anacreonte, a las que éste dedi-
có un poema. Esta característica persiste a lo largo de los siglos, ya quer
aproximadamente trescientos años más tarde, el poeta Teócrito da tam-
bién testimonio de ello. ¡Algunas mujeres utilizan incluso postizos para las
cejas demasiado clarasl
con el que se cubre la cara para darle un aspecto más blanquecino y cuyos rrrlrl¡ rrrirl,trl tan a conciencia antes de someterse a una depilación completa. Luego les
ll ltctrtpo.
toca el turno a los perfumes; a las hierbas, que se mastican para eliminar
.rl r,rvlr.,,,r
estragos denunciará Caleno. En el siglo ll a. de C. se dará colorete a las
rnejillas conraíz de onoquiles, con mora o con higo aplastado, y se usará el mal aliento, y finalmente al maquillaje y al peinado, que moviliza a una
kohl o incluso hollín para ennegrecer, lo que dará lugar a feroces sátiras tropa de esclavas, cada una de las cuales tiene la pesada responsabilidad
sobre las devastaciones que produce el sudor en estas caras de "monas", de una tareao de una parte del cuerpo concreta.
de las que se burlará Aristófanes. A partir del siglo lr a. de c., con la afirmación progresiva del cristia-
Roma no le anda alazaga. Al igual que en Atenas, las patricias del ini- nismo, innumerables escritos de retÓricos y poetas saliricos -como los
panfletos de Luciano, los Epigramas de Marcial y las sátiras de Juve-
cio del lmperio se maquillan y se lavan aún más. Provistas de un estuche
de aseo, acuden a los baños, donde permanecen horas charlando entre nal- ridiculizan estas falsas caras maquilladas que parecen esmaltadas, los
¡migas; mientras, con la ayuda de sus esclavas, se limpian meticulosa- falsos dientes de marfil y los cabellos postizos; los castaños proceden de la
ñ
lndia, y los rubios, de Cermania. No obstante, tampoco faltan los consg-
o
.D jos: Caleno, que escribe en el siglo r de nuestra era, encuentra sus fuen-
t
d
tes en el Tratado de cosmética, suma de los conocimientos dermatológi-
o
!
cos y estéticos, escrito por Critón al menos tres siglos antes, y, en el siglo
.o
(d tv a. de C., Ovidio se divierte componiendo un código de la coquetería:
d De los cosméticos femeninos. En versos espirituales y tiernos, prodiga
d
N
o consejos de belleza y recetas de pomadas, como una mascarilla exfolian-
o
§ te compuesta de todo tipo de ingredientes, entre ellos asta de ciervo tri-
jd
turada, miel, cebollas de narciso machacadas y crema compuesta de péta-
Ios de rosa para eliminar la rojez de las pieles delicadas; sin olvidarse de
añadir: "Que su amante no la sorprenda con sus tarros esparcidos sobre
la mesa: el arte sólo embellece lafigura si no se muestra".
i
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La belleza )
más expresivas, no se representan a partir de modelos vivos, sino según rv y la primera santa de Ia historia del catolicismo, constituye el ejemplo de
convenciones simbólicas. Lejos de una búsqueda de la forma pura, de la esta mujer intocable que, incluso en la hoguera, intenta disimular su des-
reproducción de la belleza por sí misma, estas caras -en un principio com- nudez con su larga cabellera. Otro ejemplo de redención del cuerpo es
pletamente impasibles, y luego impregnadas poco a poco de sufrimiento, María Magdalena, pecadora de inocencia recuperada, que puede mostrar
resignación, fe y beatitud, aureoladas de oro y envueltas en largos man- una desnudez que el perdón de Jesús vuelve inofensiva, como la de esas
tos- traducen los preceptos de la fe cristiana. Deshonrado por la religión, resucitadas cuyos desnudos, muy neutros, comienzan a aparecer en los
que predica contra la carne y llama a su mortificación, el cuerpo, excepto tímpanos de las catedrales.
el de Cristo, queda desterrado del campo de la representación. Se cubre y Mascarones de proa de un mundo fracturado entre el cielo y el infier-
se oculta bajo las casullas y las túnicas. El ademán señala la forma; la pose no, los estereotipos del imaginario cristiano no nos dicen nada sobre el
congela los movimientos. Sólo los condenados aparecen desnudos. aspecto de las mujeres reales. En una época en la que la representación
Desde sus púlpitos, los grandes predicadores fustigan el espejo, "puer- pictórica está completamente influida por lo sagrado, la literatura profana
ta del infierno", y maldicen la pintura sacrílega que permite a la infame, a cs la que trazalas características de la belleza de las mujeres según los gus-
semejanza del dragón, fabricarse múltiples rostros para traicionar mejor. tos de la Edad Media.
Ít
r
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La belleza de la dama, al igual que la de la Virgen, es dulce y pura, y rubia que, junto a lsolda, con cabellos de oro, a numerosas heroínas se las
o
6 fue loada por los cantares de gesta, los fabliaux y los chantefaáles' de los llama simplemente "Rubiá" (Roman de la rose, Lancelot, Perceval). No
§ trovadores. A imagen de la Virgen, eleva al hombre por medio del amor obstante, Ias frentes altas y la cabellera dorada tenfan un precio: sulfuro
(,
!t que le inspira y le invita a superarse.
6 de arsénico, cal viva, ungüentos hechos con ceniza de erizo, sangre de
r(,r
(t La heroína que conquista el corazón de los caballeros tiene la piel murciélago, alas de abejas, mercurio y baba de babosa para depilar, pulir
(, "blanca como la flor de lis, la leche o el espino blanco"; aún adolescente y blanquear, y decocciones de lagartos verdes en aceite de nuez, azufre y
(ú
N
I o, en cualquier caso, muy joven, como certifica "la firme redondez de sus ruibarbo para blanquear. Para potenciar su efecto, todas estas recetas se
6
-o senos", está dotada de un cuerpo virginal y delicado, esbelto y grácil, con preparaban el viernes, día de Venus. ¡Las princesas de los cuentos de
fú
J
hombros ligeramente caídos, busto estilizado, extremidades largas, cade- hadas sacaban de las calderas de las brujas con qué sufrir para presumirl
ras estrechas, riñones arqueados y vientre redondo y prominente bajo un Desde las baladas hasta la novela cortés, desde Alaln de Lille hasta
talle delgado. El talle de Nicolette, tan apreciado por Aucassin, es "tan Jean de Meung, desde Adam de la Halle hasta Chrétlen de Troyes, se ofre-
juncal, que habría podido abarcarlo con las dos manos". Un detalle curio- cen criterios muy estrictos que conforman un retrato robot del ideal feme-
so: los pies grandes son también muy apreciados. nino que, desde el siglo xt hasta el xv, dibuJa,lnvarlablemente la misma
En un rostro liso, de rasgos regulares, se observa sobre todo su alta silueta en S, sinuosa y ligera, rematada por la misma pequeña cabeza, oval
frente alabeada, "lisa como el mármol", que amplía la mirada bajo el arco y ligeramente inclinada, sobre un largo y delgado cuello, que se volverá a
de las cejas, "delicadas y finas", hechas de "sedas finas y raras pegadas a encontrar, idéntico, en los primeros verdaderos retratos de mujeres, desde
la piel"; el espacio entre los ojos debe ser amplio, equivalente a la anchu- los primitivos flamencos hasta Las muy ricas horas del duque de Berry.
ra de un ojo; los párpados son abombados como la frente, transparentes Las mismas características aparecen en ltalia, en las pinturas y las
y diáfanos, y albergan ojos cuyo iris, salpicado de varios colores, recuerda esculturas del arte gótico, desde el momento en que los artistas posterio-
las joyas esmaltadas tan en boga en la época. Por último, la boca, " peque- res a Ciotto y Duccio empiezan a inspirarse en la realidad, a reproducir la
ñay rojiza" , se entreabre sobre "dientes tallados en marfil" por encima de singularidad de rostros y cuerpos verdaderos, por tanto sensuales, y ya no
una barbilla hendida por un hoyuelo. Coronando el conjunto, la rubia lineales ni codificados, aunque los sentimientos expresados continúan sir-
cabellera, tan larga que llega a "besar el suelo" o cuyas trenzas dan "cua- viendo a los fines pedagógicos de la lglesia. El arte gótico, al tiempo que
tro veces la vuelta ala cabeza", resplandece de tal manera que "apenas libera la escultura de la masa de piedra en la que lo ínmovilizaba el arte
se puede distinguir el oro del peine del oro del cabello". románico, permite a los pintores expresar una humanidad más real. Los
En compara'ción con la campesina renegrida, la "villana", esta noble pintores y los escultores se van emancipando poco a poco de la lglesia,
dama de tez clara es, desde Flandes hasta ltalia, tan imperativamente que vive momentos de crisis en una Europa cuyas continuas guerras redis-
tribuyen los poderes; pr¡mero en Flandes, con Van Eyck, y luego en ltalla
1. El fabliau es un tipo de relato breve, picante o claramente obsceno, por lo general de 300 o
y Francia, tratarán progresivamente la belleza femenina en los temas reli-
400 versos escritos en octosílabos, y compuestos y recitados por los trovadores. Fue muy popu-
giosos, tanto en la persona de Eva como en la de María.
lar en Francia entre mediados del siglo xil y mediados del xv; ofrece descripciones realistas y
minuciosas, parodia las debilidades humanas y arremete contra toda autoridad. El chantefable
es la denominación francesa de una forma literaria medieval, el posimetrum, que se caracteri-
zapor la alternancia de verso y prosa, y es de temática variada (narrativo, didáctico, religioso
o cortés, como Aucassin et Nicolette, el más notable de los chantefables franceses, de finales
del siglo xrr o principios delx¡t). (N. de laT.)
I-a t¡e11ez¿i
El Renacimiento
t v¿. I ,r s lueta en 5
las obras de Platón, en particular El banquete, por el gran erudito
,,rr,rr lcristica de la
Marsilio Ficino, del círculo próximo a Lorenzo de Médicis, da al honor
I rl,rrl Mcdia sigue
¡,tr",t tllr: en las una visión en la que belleza, bondad y verdad conforman un todo. "No
r,,¡ rr i.,,irn t.tciones
rlll lli.n¿cimiento podemos ver el alma, no podemos ver su belleza, pero vemos el cuerpo,
ll,rnrcnco. (L.
( r,in,rllt, c. 1528.) que es nube y sombra del alma", dice Ficino. Por la belleza del mundo
y de los seres, Dios se vuelve sens¡ble a la humanidad; el amor que se
),1'
o
que del Creador, que recibe la bendición papal. Por medio del neoplato-
g
nismo, el catolicismo devora las viandas terrestres.
d "Humanismo" es Ia palabra clave de este Renacimiento en el que los
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sentidos renacen por todas partes. El conocimiento creciente de una tierra
d abierta a los intercambios a través de las grandes rutas comerc¡ales pone
el mundo al alcance del hombre, pero también a su medida. Al igual que
I!
I los científicos y los filósofos, el pintor observa y da cuenta de lo que ve,
ó
o
no de lo que se imagina. Los descubrimientos arqueológicos,la actualiza-
l
ción del clasicismo antiguo y la búsqueda de la perfección de las formas
mediante la armonía de las proporciones llevan, como en la Antigüedad,
a fijar normas de anatomía. EI arte se hace filosofía, se teoriza sobre la
práctica y Ia búsqueda de arquitectos, pintores y escultores, los cuales, en
la efervescencia y la proliferación de centros de estudio y academias, se
intelectualizan en contacto con poetas y eruditos.
La plástica de la mujer se sistemat¡za. Agnolo Firenzuola, autor del
Tratado de la belleza de las damas (1540), conceptualiza la belleza como
una "concordia bien ordenada", como una armonía de las proporciones,
e ilustra su observación con un dibujo que inscribe al hombre en un cua-
drado y a Ia mujer en un círculo, cuyo centro es el sexo. Se clasifican las
distintas bellezas del cuerpo. Se distinguen en pr¡mer lugar siete, Iuego
dieciocho y después treinta, en tres grupos. En 1539, Augusto Nifo dedi- ,i,
será alta sin la ayuda de los tacones, ancha de hombros, estrecha de cin-
tura, con caderas anchas y redondeadas, manos carnosas aunque con
dedos alargados, piernas rotundas y pies menudos.
Para todos estos teóricos, los cánones del rostro exigen que se alce
sobre un largo cuello, que sea estilizado y ovalado, y con rasgos regulares.
La frente debe ser alta; la nariz, rectilínea y fina, y la boca, pequeña. En este
conjunto, tres cosas son obligatoriamente negras: Ios ojos, las pestañas y
las cejas, que deben describir un arco en perfecto semicírculo a ambos la-
res poderosas, desde Catalina de Médicis, que lanza la moda en Francia, '¡ti'i
hasta lsabel I de lnglaterra. i
Aunque las mujeres emancipadas pr:r el Renacimiento son más libres ,'ri,r".ll
de recurrir a ellas, las recetas de belleza, tomadas de las fuentes antiguas,
,).)r.
"'dfd,;L
apenas son más apetecibles que las de la Edad Media, a juzgar por el
Tratado de afeites y confituras de Nostradamus. Se frotan los dientes con
una mezcla hecha con sangre de dragón, polvo de coral rojo y tártaro de
vino blanco; se blanquean con albayalde y sublimado, soluciones tóxicas
compuestas de plomo y mercurio; se enrojecen con minio...
Cantados por los poetas y celebrados por los pintores, Ios nombres de
cstas beldades han atravesado majestuosamente el tiempo. lmágenes
ñ (,\l,l l)rospccción. Del simbolismo y la imagen icónica se pasa al individua-
o
.! licrno, a la proyección del valor personal, y cada benefactor encarga su
(,
rr,lr,rlo y cl dc su favorita.
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1'
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l'or,u.r ¡roco, cl idcal mctaffsico, quc ltitbfa cnc:¡tbczado la liberación
(, rlt,rrrr ¡rcrrsirrrricnlo ¡rurilicado dc los dctnrtnlos tlc l,t l<l,t«l Media, se esfu-
ur,r ,urlr, l,t rc,tlitlirtJ ffsicn y cslóllt:it, l<lc¡tllr,ttl¡t l),lI,l y lx)r sf ¡rrisma. La
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rnrlltl,r¡4ttr,z rlr'l,t virlit, clc sus ¡rl,tretr.r y rle rlt,' tk¡ttt'z,ts,tlxorl¡c krda refe-
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r§ t¡ilr l,l ttt0t¿tl o tt.ll¡¡krr,t, A ¡lrlilr (1.' lrl', lR¡l( t Irtte', vkrlntll,tc rI' S¡vc¡narola
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r¡lrt., ,rrrle,, rlr. r¡tterllt ron,,unrlrlo \u ( urttl¡r) ¡rnt lits ll,tttt,t,,, ltizo quemar
ntt l,tl "ltrt¡lttet,lc tln l¡ vnltlrlnrl" l¡'. ollt¡', tl¡ llrr t rl( ( lo y l)ttlra.rca, y
primavera. Su ataúd fue paseado abierto por las calles de Florencia para I rll¡ar r dttrtrt,, y r rttitl rltth r", rlllrttl,rtt l,t', rllft'tlttr i,t', ',t'xtt,tlcs tlcce-
que los habitantes de la ciudad pudieran admirar sus rasgos por última t:+tllrlt
ltrll:1 ltdt ¡t lt¡r t,l .,1 illlltll
vez. Cuando en 1511 murió repentinamente lmperia, modelo de Rafael y ( on lr¡llrrl,,rrr l,',r¡ittlrln ¡rut lttrlr¡ttl ll, ll,tnti,r rt'ittr;ot¡lora al Re-
esposa del banquero Chigi, toda Roma llevó luto por ella. Lucrecia Borgia, l¡r lrrrlrnlo rl Ionl,rlrrr.lrlr,rr¡ ArIrr,rrl,r,, (onlo rlior,t,,, l,ts ,tttt¡nlcs roales,
por su parte, fue representada como santa Catalina en los frescos del rlr,,,rlr,l ll¡lt,r rlr.l'olllt,t,, lt,t,,l,t (,,tlrttr,lk,rl'l,,lti'r,,,, tt,vt'l¡n, llajo vclos arác-
Pinturicchio, en los apartamentos pontificales del Vaticano. ur.o\, ru,r rlt,,,rtrrrlt,¡ llr,i,, r,,,lili¡,rrl,r, rtr,'rs rlcl¡i,trl;t qttc lit dc las italianas,
A los artistas del Renacimiento les apasiona tanto la forma como la 1rno,, ¡rllo,, y rr.tIrlrlo,, (()nl() nrrul/¡ur(r1,, nlusl()s trlrncarJos, y nalgas y
fisonomía y la psicología.fontrariamente a lo que ocurre en la Edad vlrttlte., terlr¡tttlr.,trlo,, y ¡rticlo,,.
Media, ya no se trata de fundir lo particular en lo universal, sino de explo- Irr lorl,r Irrro¡r,r, l),rl,r(io\ y citslilkrs son lu¡1arcs dc placer y de sober-
rar, en la infinita variedad del mundo y de los rostros, el aspecto singular lrl.r ll,urror ¡ror l,r lrclk'z,r f flir:;r lo inv¿rdr: lodr¡: líncas clásticas, gracia juve-
que toma la universal belleza; el retrato se convertirá en el instrumento de nll, ro,,lro,, ¡rrrro,,, r'x¡rrr,.,iorrcs,rlc¿1rcs y púcJicas, cabellos rubios que flotan
,! sobre los hombros, ensortijados a la antigua o esculpidos en pesados
o
.o trenzados adornados con perlas y piedras, redecillas o mantillas.
(ú
Clorificado por los pintores y los escultores, el cuerpo es también obje-
o
T' to de culto para los poetas franceses, no sólo en su totalidad, sino tam-
.o
(, bién en cada una de sus partes: en los blason§ del cuerpo femenino, con
(! Clément Marot como iniciadol se alaban y enumeran las maravillas exclu-
d
N
o sivas de la ceja, del ojo, de la mejilla, de la boca, del ombligo, del hermo-
ñ
-o so pecho, del trasero...
rd
J
La pintura barroca exagera aún más esta profusa imagen de la belleza
ideal, y las iglesias rebosan de alegorías cebadas como codornices, robus-
tas y rollizas, desbordantes de carnes. Senos plenos y muslos gruesos,
caderas generosas y flancos anchos hablan ahora de maternidad, y .el
doble mentón añade encanto a estas mujeres, que antetodo vuelven a ser
esposas y madres, mensajeras de una náturaleza fértil, creadas para hacer
brotar el amor y germinar la vida.
Rubens es el maestro absoluto, que ha dejado, en forma de aforismos,
un tratado sobre la teoría de la figura humana: "En la figura de la mujer es
necesario observar que los rasgos y los contornos de sus músculos, la mane-
ra de estar de pie, de caminar, de sentarse, todos sus movimientos y accio-
nes estén representados de modo que no se perciba nada que recuerde al
2.Un blason es un poema breve, de moda en el siglo xvr, que, en forma de elogio o de sátira,
pretende no describir, sino sugerir un órgano, una cualidad, un objeto, un color, una noción.
Para ello, el poeta enumera sus atributos, a veces con la ayuda de metáforas, en forma de leta-
nía. En el caso de los b/asons llamados "anatómicos", la mayoría "despedazan" el cuerpo des-
crito, de forma que sus partes (la frente, la ceja, el olo,lanariz,la mejilla, la boca, los dientes,
el cuello, el pezón, el corazón, la mano, el vientre, el sexo, la pierna, la rodilla, el pie) adquie-
ren una ¡magen absoluta e ideal con la ayuda de una acumulac¡ón de epítetos y de metáforas,
a menudo mitológ¡cas. (N. de la T.)
La belleza
La Reform a y la Contrarreforma
d
(ú
t!
o
ó
o
d
J
Muier en su
tocador. La loctra
de los lunares y de
las "construcciones"
capilares se apodera
del final del siglo
xvrr. (Crabado de
linales del siglo xvr.)
La infanta María espíritu, la exigencia del refinamiento y de las buenas manerasr del buen
Ieresa. Dignidad,
pode r y solemnidad tono y el buen gusto. Bellas e inteligentes, libertinas e independientes, a
son las palabras
r:l¿vc de la imagen de Ninon de Lenclos, son las anfitr¡onas de salones culturales que
rrrajostuosa belleza
rlc un siglo xvrr congregan a la élite de la época, coleccionan amantes hasta el fin de su
ri¡irrroso y puritano.
(l tr.lallc, Velázquez,
vida y anotan en su carte du tendre (cartilla de los afectos) los complica-
tr'lr .)
I 1
dos giros de sus amores galantes. Coquetas en el más ampl¡o sentido de
la palabra, maquillando la realidad bajo extravagantes metáforas, prote-
gen su p¡el "nenúfar" a fin de evitar "que la nieve del rostro empiece a
fundirse" y consultan a cada momento el indispensable espejo, convert¡-
do en "consejero de las gracias", para arreglar sus lunares de tafetán
negro, sin los cuales no salen a la calle. Su diccionario nos revela sus secre-
tos: "el apasionado" se coloca bajo la ceja, "el ladrón" disimula un grano,
"el descarado" adorna la punta de la nariz y "el besucón" acentúa la
comisura de la boca.
En 'l 635 se abre en París la primera peluquería para damas, que lleva
el nombre de Champagne. Se peina á la hurluberlu (a lo loco), cortan-
do el cabello sobre la frente para obtener bucles ligeros, o al estilo de la
duquesa de Fontanges, favorita de Luis XIV en una estructurade rizosy
cintas. Se empolva el conjunto con un tono rubio o castaño, y se aplica
tanto maquillaje que el ensayista y moralista Jean de la Bruyére ironiza'. "Si
tuvieran la cara tan encendida y tan plomiza como se Ia vuelven el colo-
rete y las pinturas con las que se maquillan, se quedarían desoladas". El
lescencia hasta la muerte, invade las caras hasta los ojos como un fuego
l)rouais, c. 1770.) Diderot, Beaumarchais, Marivaux y Milton, el siglo de las luces, desde ',rr',lrluye el rojo
lr,lrr rlroso en las
Versalles hasta Venecia y Londres, evacuará, en un gran suspiro rrr,.¡rll,rs de las
, l¡fl,l(latnas.
liberador, el dogmatismo académ¡co, la etiqueta tan rígida
como el corsé, y la monótona e impersonal majestad de alcobas, carnes lánguidas dispuestas a todas l,rr volu¡rltro,,rtl,rrk,,,. S,rlcncs
la pompa. Espiritual y ligero, galante y burlón, sensual fluidos y musel¡nas vaporosas, con visos torn¿rsol;rrlos o rlt,ulr lono cnr:ar-
y relozón, el final del siglo xvu sólo se apasiona por nadino, cubren gargantas que surgen sobrt: t¿rlkrs rIr,rvis¡r,t, r¡ sc r.rrrr¡llirn
la agradable senc¡llez, la emoción delicada, las gra- alrededor de una pantorrilla rolliza, de un fino lobillo y rlr,rrrr ¡ril nrcnudo
cias naturales y los sentimientos verdaderos. que juguetea con su chinela. Rollizas y risueñas, nl,rkivol,rr y lilrr,rlirr;rs, l;rs
Cuerpo rollizo, rostro dulce y fino con nariz mujeres de Boucher, Fragonard o Tiépolo tiencn l¿r r:;rr,r y t'l nt(,rl)() (ons-
corta, boca de piñón y barbilla puntiaguda, mirada telados de hoyuelos y pliegues delicados. El cabclkr, ,rrirr cnr¡»olv;rdo y
negra y viva, tez de porcelana... La belleza ya no es ensortijado, reaparece pronto en mechas sabiamentc rlcs¡rcirr,r«1,r,,, cn un
sino soñadora, pícara y fresca. Aunque las mujeres estilo "elegantemente descuidado" lanzado por la cspk"rrtlitlir Vigée-Le-
se maquillan mucho menos, cintas, perlas y flores, brun, pintora y amiga de María Antonieta, cuyo rrrir¡irrilit,o rubio ceniza
linones y organdÍes azul Nattier y "rosa du Barry" -los causa furor. Desde San Petersburgo h.asta las p«rr¡ucii,rs r.ortes alemanas,
colores preferidos de Luis XV- engalanan la desnudez Europa sigue todos los movimientos dc Franc.i,r cn ln,rteria de belleza y
nacarada y rosada que deja sorprendel en el secreto de las moda. Los monumentos capilares, que cn ln¡il,rlr:rr;r fueron el hazmerreír
6
de panfletarios y caricaturistas, se desmoronan para dejar paso a la cinta
o
.6 o a la simple pluma prendida sobre un mechón. La,belleza pertenece al
c
d movimiento, a todo lo que, a raíz de un gesto involuntario, revela la sin-
o
.E'
ceridad del instinto. Para ser bella no es tan necesario poseer rasgos regu-
\0
d lares como viveza de cuerpo y espíritu, una alegría móvil, un aire "agra-
d dable y pícaro" -
(d
N
o Por primera vez, el retrato se libera de una representación codifica-
¡o
nd
da para poner en carne viva la expresión sensible de los rostros. "Emo-
J
cióname, asómbrame, desgárrame, hazme temblar, llorar, estremecer,
indignarme." Ésta es la prescripción de Diderot a los pintores. Y de Wat-
teau a La Tour, de Reynolds a Carriera, los retratos de beldades de la
época captan la ironia de una mirada, la cólera de un fruncimiento de
nariz, el estremecimiento de una sonrisa, delimitando la sensibilidad hasta
Madame Récam¡eL lleva el cabello recogido hacia arriba, desde donde se derrama de nuevo
( on cl cabello
r orl¿do en rizos
en rizos cortos, y sigue teniendo la piel muy blanca y muy fresca gracias a
rlr.rt.rridados y
rr.r r¡iirlos, para
una nueva generación de cosméticos y aguas de colonia. No obstante,
l,rrnr,rr ttn peinado
más que su rostro, es su silueta la que la define: porte de cabeza muy
ll.rnl,rlo "cstilo
Itlr,", y cl ¡x:chtr erguido; el hombro y elbrazo desnudos, muy torneados; el pecho, alto y
,tlln, n¡rtttttúlo por
r¡r¡ vr.lllrLr lo¡i,t, pequeño, y las piernas, largas y visibles bajo los finos velos de los vestidos
lr,rrl,urrl llir,tttticl
rr",tlrll ll r-,llki toga, inspirados en la estatuaria griega. Madame Récamier simboliza evi-
r rrilr l,i,,tr o (l )r,l,tlk.
I I I r,rvlrl, lll,r{r ) dentemente la belleza de su tiempo.
Labelleza
El romanticismo
"Mi futura esposa será verde como un limón, y tendrá la ceja arqueada de
obtener ese rostro "esculpido en mármol, marcado por un sello fatal, de dfl'
una palidez verdosa y mortecina que resalta sobre las cintas negras", que
admira Barbey d'Aurevilly, se untan la cara con decocciones azafranadas o
teñidas de tinta azul. No dudan en beber vinagre, tomar gran cantidad de
limones y ayunar hasta el desfallecimiento para lograr una salud deplorable
y alcanzar cuanto antes la suprema distinción, que sólo confiere la aparien-
Majas, los cuellos poderosos, las manos fuertes y la bondad de las robus-
tas muchachas de campo pintadas por Manet.
Permitiendo fijar hasta el infinito las múltiples manifestaciones, sor-
prendidas entre una muchedumbre de seres anónimos, la fotografía com-
pletará esta democratización de la imagen de la belleza femenina.
FRat¡NI.tr Rousso
El arte del retrato. La fotografía, más accesible, democratizará el retrato, sustituyendo poco
a poco a la pintura. Ginette Lantelme, fotografiada por Reutlinger.
Labelleza
Las décadas
La belleza
La década de 1900
tl
í(ffi
Apodada "la mujer más bella del siglo" por Edmond de Concourt, mode-
lo de Proust para su Odette de Crécy y descrita incluso como "la ideal
enamorada con ojos de pensativa amatista" por un cronista de la revista
Cil Blas, Liane de Pougy escandaliza en una velada a la que acude casi
lliil'iifr t¡,
I l¡[I' (lr' l'oufly, uni] espumoso. No obstante, ya sean castañas o rubias, la tez debe seguir sien-
rll 1,r,, rrr,r'. r r'k,lrrcl
r ot lr,,,lr1,r,. l',lt,,lt,l5, do blanca y transparente... Diáfana, como se denominan los polvos de
lrlri rt l,rlt/,r(l,l l)()r
tLr¡Lrr r.rr Ill()/r arroz (Diaphane), cuyo anuncio afirma que son los preferidos de la gran
t,,Uortr,.t,,.:Wi
[,{i' ' ;
rd
-o fin todos los medios, incluso los más sorprendentes. Superad vuestra aver-
d
u sión". Las páginas de las revistas están tapizadas de anuncios que elogian
'tu
T'
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l' : ¡:i atropelladamente las virtudes de los productos de belleza y los métodos
J
(ú
N
iril l mecánicos. Contra los estragos del paso del tiempo, ¿por qué no aplicar
t? l'lir'i
ü las maravillosas tiras revoluclonarias impregnadas de antiarrugas o la más-
.o
rd
J cara de goma untada de pomada...? Las que sufren de doble mentón pue-
Sarah Bernhardt, la cual, al igual que todas estas beldades, posa ante los car latez, se arranca una hoja dc papel empolva-
primeros fotógrafos para anunciar distintos cosméticos, principalmente do Java de su estuche-libro dc salón. Dcstacar las
polvos. Todas ellas son ¡gualmente solicitadas por revistas como La Mode venillas superficiales del entorno dr:l ojo con un
pourtous, Le Petit Écho de la mode o Les Mode:s, cuyo primer número delicado trazo de lápiz azulado es urr truco bien
sale en 1904. Revelan sus secretos de belleza, ya que, a excepción de la conocido por las mujeres bellas. Por su parte, el
Créme Simon, las aguas florales y las preparaciones de Cuerlain para sua- carmín, aunque considerado unánimomcnte vul-
vizar la piel, el cosmético sigue siendo aún doméstico y proliferan las rece- gar, empieza a emplearse en secreto. Las obras de
tas arriesgadas. Se intercambian fórmulas de cataplasmas y vinagres de belleza en boga muestran su interés por esta
plantas para hacer desaparecer arrugas y manchas de viruela o rosácea. nueva tendencia y rivalizan en consejos para
En el cambio de siglo, al menos una docena de aristócratas prodigan emplearlo, en forma líquida, compacta o seca y de
con éxito sus consejos en obras de belleza. Autora de un Breviario de la la manera más invisible, una misión que se torna
mu jer, manual de belleza aparecido en 1902, y famosa enseguida tanto muy difícil. Las más intrépidas se atreven, alaluz
en París como en Nueva York, la condesa de Tramar declara: "Queridas, de las velas, a probar el nuevo lápiz de labios pro-
nuestro único objetivo debe ser la conquista del hombre. Utilizad para este cedente de ParÍs. Si las cejas no son lo bastante
:,if rfL.fr{,,r;r, ,,
G pobladas y gruesas (no se depilan bajo ningún concepto), un trazo de
!
'l,
\(, lápiz sustituye al antiguo clavo de especia chamuscado. Se admite sonro-
E
sar las orejas con una pizca de cochinilla.
_5
r! Por lo que respecta a la silueta, labelle époque asiste al triunfo de Ia
gN
q) mujer flor, mujer juncal, delgada y esbelta, pero muy mujer, constreñida
o
rd
J por un corsé que oprime el talle y realza los senos y el trasero, que no se
afortunadas, que pueden permitirse las magníficas piezas art nouveau que
Lalique decora con anémonas e insectos. Se ponen en manos de los pelu-
queros o se peinan en casa. De día, las mujeres salen a Ia calle cubiertas
5rr¡h Bornhardt al ción de la ópera Manon para el cine mudo, también fue famosa por su
Colette. Fue una con un inmenso sombrero de velo, sobrecargado de encajes, flores y plu- Illl( k) (ifl su carrera
de las primeras en y rrr lu cumbre de su gran belleza y por su fabulosa riqueza obtenida en sucesivos matrimonios
cortarse el pelo. mas, símbolo de su posición social (sólo las obreras salen "a pelo"). Al ¡1[ rr l,r, f«rb¡¡rafiada
¡xrr Nrrrlirr, en Estados Unidos. No se limita a revelar sus secretos de belleza en un
atardecer, una nube de polvos plateados o dorados Iibro de trescientas diecisiete páginas, publicado en 1914, sino que unos
aureola las magníficas cabelleras, que brillan a Ia luz de
años más tarde abrirá en París un instituto de belleza y lanzará una línea
Ios candelabros o del muy reciente alumbrado de gas.
de cosméticos y maquillaje.
La Bella Otero, Anna de Noailles y Sarah Bernhardt
Sin embargo, belleza y seducción no riman aún con higiene. El mante-
trl', .,1¡'1ltltttt I cs:
confían su cabello a Antoine, un brillante peluquero I'r1¡1lt
A la lrr¡rrlr,rrl,r: nimiento de la cabellera se limita a lo sumo al pe¡ne empapado en aceite
polaco, de apenas veinte años, convertido en el no va Fl lrta dol posado.
I d llil rrl¡t ltll)on(: perfumado. Los champúes apenas han dado unos tímidos primeros pasos
más del todo París. Algunas mujeres se atreven a pro- ¡r lllr¡rlel
rlll lril Irtl /ll lil',, en lnglaterra y Estados Unidos. Fabricados en un principio con jabón negro
bar el nuevo peinado lanzado por la bailarina Cléo de relrt,tr h r,, orrrlrtl¡rdos
¡
Anuncio. Los t¡ntes pueden gozar delas alegrías del baño. Está de moda el baño turco portá-
dc pelo, limitados
hasta entonces til: una cacerola de agua hirviendo en una tina que desprende vapores
a los productos
cosméticos, se
benefactores. Tras un largo purgatorio, el uso del baño volverá a adquirir
benefician del
carta de nobleza en lnglaterra. La tienda de El concepto de flexibilidad se instala poco ir poco flrilc¡¿rs al desarrollo
progreso de la
comestibles y
química y se
¿Es necesario lavarse la cara o no? El tema es objeto de debate: algu- droguería de Hans de la bicicleta y a un movimiento de fondo quc sacudc cl rnundo de la
democrat¡zan.
(Cartel publicitario
Schwaakopf en
nos especialistas sostienen que alternar guantes de aseo empapados en Berlín. Durante moda: la llegada del modisto Paul Poiret. Antes quc Madclcinc Vionnet,
dibujado por Jules
Chéret, 1 899.) agua caliente y luego en agua fría produce un efecto astringente.
rnedio siglo, la
industria capilar declarará la guerra al corsé, y creará la primera ropa ajustada simplemen-
cstará dominada
lnclinarse sobre un lavabo dilata las carnes, obje- por Alemania.
te con cordones y que muestra los tobillos de las damas. Aprovechando
tan otros. El jabón, excepto el de Niza, r¡co en estos nuevos aires, empieza a utilizarse un accesori«¡ dc loncería revolu-
aceite de oliva, reseca la piel, afirma la estadouni- cionario, inventado en 1889 por la corsetera Hermin¡c Cadollc y quc figu-
dense Harriet Hubbard Ayer, Ia pr¡mera en tomar- raya en 1904 en el diccionario Larousse: el sostén"
se en serio la cosmética. Se prefieren los copos de Las primeras en cortarse la melena, por requerimientos dc l;r cscena, son
almendras suaves o¡ en todo caso, la Créme Si- las actrices, como Eve Lavalliére o Sarah Bernhardt en Ll a¡¡uiluc.lro, a las que
mon, aplicada generosamente y luego enjugada se une la joven y provocadora Colette, que da la campanada cuando decide
con un paño empapado en tónico de lavanda. cortarse su melena rizadaa ras de la nuca, vestirse como un hombre, exhi-
Cracias al impulso de mujeres como Harriet birse en compañía de mujeres y divorciarse de su mentor, Willy" Sin embar-
Hubbard Ayer, pronto seguida por Elizabeth Ar- go, aunque actrices, bailarinas, cantantes o escritoras vang,uardistas, como
den y Helena Rubinstein, y gracias igualmente a Loi'e Füller o lsadora Duncan, se atreven a romper abiertamente con las
Ios progresos de la química y a la audacia de reglas del buen tono y la feminidad en vigor, será necesario esperar a 1920
mujeres de vanguardia, los cuidados del cuerpo, para que la mujer de la calle consienta en sacrificar ese ornamento histórico.
la cara y el cabello inician una evolución que ya Por otra parte, a partir de 1909, con la aparición del champú Roja, se
t ¡t t ft ¡ ¡, 0 t 6 U F SQ U I N. I 12, Ru e dr Cherch e' llidi. P¡ arc
no cesará. puede flnalmente lavar el pelo con facilidad. Para secarlo, acaba de entrar
en las peluquerías un aparato revolucionar¡o: el secador, una enorme
máquina parecida a una fábrica portátil. En 1907, otra revolución conmo-
t
ciona el mundo de la peluquería: el joven ingeniero químico Eugéne
J
rl Schueller inventa la primera coloración capilar de síntesis, de la que deri-
f)
van los tintes modernos. Su principio consiste en dar al cabello el matiz
deseado mediante una oxidación de los colorantes con un agente alcali-
no. La gama de tintes obtenida ofrece enseguida un abanico de matices
bastante completo, que va del rubio nórdico al negro intenso. Eugéne
Schueller, creador de fórmulas por la noche y vendedor de día a peluque-
ros, fundó tres años más tarde la Sociedad Francesa de Tintes lnofensivos
para el Cabello, que adoptará más tarde el nombre de L'Oréal y tendrá el
de ángel y rizos
mo. Las beldades del desierto, sensuales y tórridas, inspiran la imagen de +rl 'l
dorados, debe su ;
lavamp (diminutivo de vampiresa), seductora narcisista y despiadada con ,,N1"'
tri,ii ,
rlliir
imagen al primer
maquillador del sus pretendientes. En Estados Unidos, la primera es Theda Bara,
-*-l
séptimo arte, que apa_ ,
,.,
Max Factor. rece en A fool there was (Frank powell, 1915) en poses lascivas, como
que se
fd una criatura lívida de ojos carbonosos y ombligo perlado, sobrecargada
o
fÚ
.o de accesorios de sacerdotisa salvaje. En Dinamarca, Asta Nielsenr more-
E
.d na altanera de ojos negros que resaltan sobre una piel de alabastro, se
J
¡l
'rl convertlrá en "la vampiresa del norte". Durante quince años reina en el
!D
ql
o
cine alemán; representa por primera vez en la pantalla los papeles de
(i
._¡ Mata Hari, la espía ejecutada en 1917, y de Lulú, unos años antes que
Louise Brooks. Su gran rival es la polaca Pola Negri, cuyo ardiente estilo
muestra Ernst Lubitsch en dos películas que la convertirán en una estrella
internacional. Conocida por sus papeles de hechicera de harén, esta belle-
za morena de labios finos ribeteados de rojo oscuro, y de mirada enne-
grecida conlápiz de kohl, desencadenará oleadas de suicidios.
En un registro completamente distinto se sitúan Lillian Cish y Mary
Pickford, las vírgenes vesiales de larga melena y rostro inocente. Su ima-
gen, que apenas variaba de una película a otra, estaba cuidadosamente
Pola Negri en 1916.
La actriz polaca planificada para satisfacer el gusto del público por las criaturas prerrafae-
cultivaba el
contraste entre listas: rostro como una máscara blanca y empolvada, boca de piñón (se
una cabellera de
azabache y una aplicaba carmín en el interior del contorno de los labios) y párpados lige-
lez de una palidez
extrema. ramente sombreados con espesas pestañas postizas. I ¡ rr ltlr llrrllrrl Illttt', y ¡r,rtllrl¡rrt llt lr'llll,ttltr¡¡t",, rott lu r¡ttr'l),1',,1,l (xlll),lr tln
r c l{ r lut t t t lr lpt te
rlr' l'rlO',r'rrrrrlli¡rlican
t
También en ltalia el cine lanza a sus divas. De I herla Hara, I¡¡1irr nrrrltrlrrll rtr ¡l rl¡¡ ll¡rll;trro ltr l¡r rlÉr¡rl,t
,rl'r'rl'ril,r'l,r \/,urlr"
este modo se crean nuevas divinidades: la can- i rr I l,rllywr,r,rl ',ltr lnr ¡rl¡rllr,., fr,ntr,ttltrn',1,¡¡ l,¡', ¡rrlI ttl,t',, y 'tl¡irttl,l', lr',vrllr", ,lt lltt t'r,trlr¡ttit:-
,lr¡l,r l¡ lrtllr¡,t,t
tante y la actriz. Ellas aportan al cine artificios dis-
lrtt¡,.t l,rl,tl 'lr L lrt. t¡¡ ¡¡ ¡¡r'v¡ r,,,1;tltl'-, r'l,l¡ r",lr¡ll,t', l,t'. l¡vl"l,t',',r'rlltltr,ltt ,t ,ttltllll,lr 5u
tintos de los del teatro y señalan la transición lrlrr¡1t,rIla V ¡rtrlrllr rlll ll llll|rrrtlr rlr",tt', r,tr ltí",
entre un siglo afectado y la era de las garqonnes. I tt rj,ir,,.lltri, ltttlrtr", lllrt'l,ttl',tt t llrll)r) rll
lir', l,t', rllr l,rtltll,t', tk'l ¡.r;tsir-
Los melodramas mundanos y postsimbolistas se rlil f'il||(,], \/lrriltrrl y r lt,tltr'l l¡',,tlrtt'tt llll (,llllilll, r¡ttl. r'ttl¡ttt'ttrlt't,itt ¡ltlco
llenan de mujeres fatales con vestidos extrava- ,r lr* l,r l,rl,l,r l,,tttl,t[',tt, lo', vr",lirlo', lttlro y l,r', lrlrr',,r', t"'tol,ttl¡s se
gantes, en posturas Iánguidas o con ondulaciones ;,r,rrr,r,rll..,lr | | r rr¡'.r", rlr",lltt,trlo ¡r,,t I't tttorl,t lrt¡.itctrr',1,t, r", strstiltlirltl pau-
convulsivas, siempre perseguidas por una desgra- l,rlll,lrr,rrlr'¡rlt l,t l,tl,t l'rrrvl',1,t rL'lr,tllltr,t',,,tlrolotl,lrl,t ¡ror rltllirnte y
cia que deben expiar. | ¡lrrlr'¡rl¡ lrlr¡ l,r'.,,t,1¡t,t', l,,tt,t "l)tolx)l( i()ll,ll () (oll',('lv,ll l,r línrla norrnal
Francesca Bertini es la más notable de estas rl,,l,r trrttlr,r ", l,r l,t¡,r ',r' ,tlr¡i¡t,tt,i ,t ltlr'tlltl,r r¡tt¡ l,ts ttlLtjt't¡s l¡ tornen gusto
divas. Morena, con rasgos finos, baja estatura ,rl rrr¡rvlrrrtlrll l,r', ¡rtttttlt,t',, ll,tr l,t l') I l, llt'v,lrl t'l llotltbrt'dc un baile que
inspirada en el ari higlene y la medicina, y la prohibición del albayalde en 1913 lograrán a los distintos tipos de tez: al rosa, al blanco y al
nouveau. Primeros
pasos del cosmét¡co poco a poco sanear la producción y la permitirán desarrollarse sobre nue-
fabricado de manera famoso color Rachel, de un beige intenso, se aña-
industrial. vas bases. Los productos se modernizan y las empresas incremen-
den el malva, el ocre y el naranja. Aunque cada
tan cada vez más este sector de mercado. La venta de cos- país tiene sus marcas, que compiten en anuncios,
méticos comienza su ascensión espectacular: en Estados y
las francesas Coty Caron siguen siendo las
Unidos, por ejemplo, el volumen de negocio de los mejores y las más valoradas desde Estados
productos de belleza, calculado en varios centenares Unidos hasta la Rusia aún imperial. Beneficiario
de miles de dólares en 1910, se eleva, diez años más de un proceso exclusivo que le confiere una finu-
tarde, a centenares de millones. ra inigualada, el Air Spun -los polvos sueltos de
Otros comienzos prometedores son los de la ciru- lu+ltlh ll lt | ( oly- causa furor al otro lado del Atlántico, Se comercializa en numero-
gía estética. Desde 886 se practica el pelage, antepa- ¡¡¡lr-llr lrlttl
1
qitttlrrllilr rlp rlrrl ,,ol y colores, y se presenta en una magnífica y resistente caja
¡rcrfumes
sado del peeling'. mediante una asociación de ácidos y Élnil É (( rilqldv
hli|ltl, lBlltr )
rlr r:¿rrtón estampada con borlas doradas sobre un fondo anaranjado.
corrientes eléctricas, se desprenden las capas superiores de la
ll¡rr.l,l 1914, momento en que aparecén los primeros polvos prensados,
I
i,i:
l'ii
qLre se venden en pequeñas polveras de metal provistas de un espelito
ii.',
incorporado a la tapa y de una borla, Coty vende treinta mil unidades al
,11'r
día de la versión compacta del Air Spun. Líquido, cremoso o presentado ,, l l
i,;1, rl'i}l
en hojas, el colorete también se vuelve compacto. En 1912, el francés , ; ''ir
lrene Castle. envasan en el mismo recipiente. Se crean "estuches de viaje" para las
( ,rrrljdaLa de Vanity
/,/r l)ara el gran baile mujeres elegantes que conducen por carretera: son de cuero negro, y
tlt '19'19, encarna por
,,rr irrriolente beileza contienen las cremas, los colirios y los cosméticos necesarios para hacer
y ,,rr gusto por la
,,of isLicación el mejor
frente al viento y al polvo sin sufrir daño.
lrlilo de cstos años. En 1914,|a guerra acaba con la belle époque. Obligadas a llevar las
Air Spun" Polvos riendas de la vida cotidiana, familiar y económica, Ias mujeres se ponen
.,Lrr,llos de Franqois
( r)ty. Su proceso a trabqar. Manejan la maquinaria en las fábricas de guerra, conducen
r'xr lrr:ivo le confiere .*'W'
rrn,r f inura inigualada. tranvías o cosechan los campos. Estas nuevas condiciones de vida las
t,,",t,'::'; ..,,::i:;:.|i|;.i
ayudarán a liberarse de los últimos obstáculos que [w{$$$MM
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,:':::,,:;$i limitaban sus movimientos. En el apogeo de la gue-
rra, en lnglaterra y Francia, desaparece definitiva-
mente el corsé; las faldas se ensanchan en corola
para facilitar la marcha y al mismo tiempo se acor-
tan, dada la escasez de tejido. El traje sastre oscuro
se impone para las mujeres, como símbolo de su
¡Por fin la paz! Tras la muerte y el duelo, una especie de vivacidad urgen-
te se apodera de los gestos y las formas. Se inicia una década caracteriza-
da por la audacia, la búsqueda de la embriaguez y la emancipación de las
mujeres. Se extiende una necesidad de vivir más intensa y rápidamente, la
magia de la aviación, la música de jazz, la locura del charlestón y los bóli-
dos descapotables. André Breton publica el Manifiesto del surrealismo e
introduce el sueño y el inconsciente en el arte. El espíritu'art déco impreg-
na tanto la ebanistería y la orfebrería como la joyería y la moda.
En 1922 escandaliza un libro, punta de lanza de la nueva libertad: [a
gargonne, de Victor Margueritte. Esta novela será durante mucho tiempo
el símbolo de un nuevo tipo de mujer, que lleva el pelo corto y fuma en
público. La heroína, que aspira a la independencia y se siente decepcio:
nada por los hombres, lleva su vida prescindiendo de ellos, sin preocupar-
le el respeto por las buenas costumbres. Esta obra, que no brilla sin embar-
Louise Brooks, la ker, musa de fotógrafos y pintores, se empolva la cara de beige y se enne-
insolente tulú de
Pabst, lanza la
grece el contorno de los párpados con un trazo de kohl. Cuando viaja,
moda del peinado
"recibe a sus invitados rodeada de sus dos perros, Fifi y Bebe, en medio
a lo gargon.
de quince baúles que contienen 196 pares de zapatos, 1.367 trajes sastre,
Joséphine Baker, la
"Venus de ébano" una amplia variedad de abrigos de piel, innumerables vestidos y 64 kilos
estadounidense y
primera estrella de polvos", informa su biógrafo, que añade que los polvos faciales han
negra, hace carrera
en París. sido fabricados para su uso exclus¡vo.
En 1921 se elige en Estados Unidos a la pri-
mera Miss América y de allí llega una nueva
moda: la de los concursos de belleza. Seis años
más tarde, Roberte Cusey, Miss Francia 1927,
colabora en su difusión exhibiendo su espléndido
rostro de efigie griega apenas maquillado. La
l(ik¡ de sean aún muy modestos. Un gran número de ellas son aristócratas rusas
Montparnasse,
nrusa de pintores, expulsadas por la Revolución. En los salones de Chanel, que empleaba a
fotografiada por
Man Ray en 1926. muchas condesas y baronesas defenestradas, sonaba tanto el acento ruso
como el francés. La influencia eslava originará el maquillaje "perlado",
arte consistente en depositar una gota de cera líquida en el extremo de
cada pestaña hasta formar una hilera de perlas. Carreras, concursos auto-
movilísticos, cruceros principescos, desfiles en las casas de los modistos y
fotografías parala prensa: las primeras maniquíes tienen como cometido
representar a una casa de costura o animar una velada, pero la imagen
libertina de su vida privada las separa todavía demasiado de la mujer de la
calle para hacerla soñar. En 1923, )ohn Robert Powers funda la primera
agencia de maniquíes: paulatinamente, la "modelo" deja de ser objeto de
oprobio y pasa a convertirse en objeto de deseo.
Las parisinas despliegan todo su ingenio para seguir la moda sin gastar
mucho: se cortan y cosen ellas mismas sus elegantes prendas de vestir.
rú
-o La ropa se hace más funcional, menos decorativa y, en consecuencia, más
(ú
.ú fácil de reproducir. En la revista Modes et Travaux encuentran incluso
!
(d patrones para confeccionarse sombreros. El "hágalo usted misma", pro-
J
G
N movido después de la guerra tanto por la escasez como por las ansias de
eo
§ consumir, adquiere un impulso que conocerá su apogeo inmediatamente
(ú
J después de la Il Cuerra Mundial. Las faldas se acortan hasta la rodilla.
Vuelve la silueta andrógina al vestido, suelto y caracterizado por un talle
bajo. A esta libertad se asocia una nueva dificultad: la de la línea rectilí-
nea. Las fajas enteras comprimen las caderas y los "aplanadores de
senos", creados en París por la nieta de Herminie Cadolle, intentan borrar
el pecho. En todas partes, las mujeres elegantes mártirizan sus curvas a
fuerza de comprimirlas con vendajes. Diez años más tarde, con los senos
definitivamente reducidos y aplastados como manoplas, un gran número
de maniquíes y coquetas lamentarán amargamente su sometimiento a la
moda del momento.
Coco Chanel en ondulado del
vanguardia. Ya en En los años veinte, la libertad consiste en parecerse un poco al hom- cabello con vapor
1917 se cortaba el (l ondres, 1929).
pelo. En 1925 lanza bre. Menos costoso que la prenda de vestir, el peinado es el primero en I os salones de
en Deaúville la moda uería
x: uq
I
¡
del bronceado. cambiar completamente el orden establecido. "La suerte está echada. ¡rroponen los
¡rrimeros marcados
Peluqueros, ¡hay que cortarl ", titula en 1924 la
revista La Coiffure de Paris. Siguiendo el ejemplo pana) pequeños bucles logrados con los primeros marcados. Léon
del peluquero Antoine -que había lanzado el corle Agostini cubre Ia frente con una amplia onda que se repliega de nuevo en
alo gargon y había descubierto la nuca de Coco arabesco hacia la oreja; el método de permanente en caliente, creado por
Chanel ya en 1917-, todas las melenas pasan por el peluquero londinense Karl Nestlé, dibuja ondas en la superficie del pelo.
las tijeras, incluso las de las chiquillas, adoptando, Con la moda del pelo corto, que dura mucho tiempo, el oficio de pelu-
como Louise Brooks, el corte al estilo paje y con el quero cambia y adquiere un auge sin precedentes. Entre 1920 y 1930 se
flequillo recto, justamente sobre la línea de las abren veintic¡nco mil salones en Francia. A su amparo se desarrolla una
cejas, que se ha convertido en un clásico. En las industria próxima: Ia de los productos de cuidados capilares. Los hermanos
revistas profesionales, los dibujos de peinados Stróher, que poseen las patentes de los aparatos para hacer la permanen-
muestran el pelo engominado hacia atrás con la te y son los fundadores de la sociedad Wella, fabrican también productos
nuca casi rasurada. Al año siguiente, algunas para el mantenimiento del cabello y para prolongar i¿ duración de los rizos.
adaptaciones suavizan el corte: René Rambaud En cuanto a la casa competidora, Eugéne, especialista en liquidos para las
hace caer sobre Ia mejilla un caracol o deja sobre- permanentes, crea en las grandes ciudades los clubes Eugéne, vinculados
salir por debajo de los sombreros cloché (de cam- por contrato con la casa madre. En 1927, Eugéne lanza la primera crema
tl de tratamiento capirar, Bioréne, cuyo anuncio promete ,,cabeilos
E de seda.
ñ
.0 como a los dieciséis años". El coror se popurariza: foréar
E lanza er primer
16 tinte para cabello cano, y er peruquero sigue siendo er responsabre
! de su
rú
N delicada alquimia.
o
§o "Actualmente se ha vuerto casi imperativo para cuarquier
mujer como
)rd
es debido controlar er buen uso de ros porvos faciares, pero
también der
carmín", indica en 1921 la revista Vogue, que prosigue con
consejos de
maquillaje; después de la aplicación de una base de maquillaje,
unos pol_
vos oscuros en la parte alta del rostro iluminan los ojos;
desde las mejillas
hasta Ia barbilla se aplican porvos craros; en las mejiilas
se da un toque de
colorete, que se difumina con un pincel de pelo de camello;
luego se cepi_
llan las pestañas y las cejas. El primer rizapestañas, el Kurlash,
Valentine's Kiss,
causa furor
hacia 192O. a pesar de su elevado precio y la complejidad de su manipulación.
El erotlsmo admite
al fin los labios EI cine influirá constantemente en ras tendencias der
maquiilaje y er
pintados.
peinado. ceorge westmore, en sus inicios peruquero
de ros estudios de
Los primeros
lápices de labios
Hollywood y especialista en perucas, se convierte en uno de ros pioneros
y su estuche
del maquillaje cinematográfico e impone ra presencia continua
metálico. El carmín de un
Ne m'oublie pas maquillador mientras se efectúan ras tomas de pranos. Le
de Cuerlain, nacido suceden sus
en 1920. cinco hijos, quienes dirigirán ros servicios de maquiilaje y ejercerán
has-
ta la ll Cuerra Mundial un impacto considerable en los criterios
de la belleza de Hollywood.
A mediados de la década, el maquillaje se vuelve más
audaz, sobre todo el de los ojos, tal como ocurre con las
heroí_
nas de Ia gran pantalla. para destacar las pestañas
se recurre a
una máscara en pasta o en crema, que se aplica con ayuda
de
un pequeño cepillo y que se produce inclu_
so en versión waterproof . El rabillo del ojo
se adorna con un toque de lápiz, que se
estira a continuación con el dedo. Se usa
también sombra de ojos, coordinada al
principio con el color de los ojos y luego
con el de las prendas de vestir. La boca,
hasta entonces ligeramente destacada, se k*
t wsM
***
b-* n@_
'o
rÚ p¡nta con colores oscuros y marcados. Los progresos de la industria quÍ,
d
mica alemana, asociados al estuche metálico ideado por el estadouni-
!
dense Maurice Levy, permitieron, una vez finalizadala guerra, la demo-
J
LJ cratización de la barra de labios. Se prefiere brillante, con perfume de
!l
o cereza. Paul Baudecroux crea en 1927 el primer carmín indeleble, el
j Rouge Baiser; este producto, sin embargo, no conocerá la gloria hasta
quince años después, con el trazo del lápiz de Cruau. Diez años más
tarde, el carmín Cuitare copia Ia fórmula y la catapulta con el siguiente
eslogan: «Los besos que traicionan ya no existen. El carmín Cuitare per-
dura y no deja rastro».
Morena, rubia
o pelirroja. Los La dictadura de la tez pálida se ve amenazada. En Estados Unidos, a
labricantes de tintes
juegan con la partir de 1919, el entusiasmo por el deporte admite un ligero bronceado
ligereza de la época
y convieden el color durante el verano. Se le reconoce el mérito de embellecer la piel y de resal-
en una moda
cfímera, al igual
tar el resplandor de los ojos y los dientes. pero que nadie se alarme: algu-
que la del vestido.
nos polvos permiten atenuarlo y, en caso necesario, las máscaras o cremas
La mansión de los
Westmore, dinastía
decolorantes eliminan definitivamente el excesivo oscurecimiento. En
de grandes Francia, Coco Chanel y Jean Patou lanzan en i925 la moda del broncea-
maquilladores
de Hollywood. do, una moda seguida por la élite afortunada, que pasa sus vacaciones en
Deauville o en la Costa Azul" Recorren las playas
ataviados con jersey de punto y pantalones
anchos y sueltos, y en el bolso llevan el traje de
baño de rayas de Chanel y el Huile de Chatdée
de Patou, primer producto solar. En cuanto al
NATHALIE CHAHINE
lllffi[
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¡. ,'rb:
.r"0
i|.,
(
La belleza
La década de 1930
Los vientos de libertad que soplaban en los años veinte cesan de repente.
En los albores de los años treinta, Europa vive la escalada del fascismo.
Estados Unidos atraviesa su gran cr¡sis económi ca de 1929, persiguiendo la
conquista del séptimo arte, apenas frenada por los acontecimientos políti-
co-económicos. Para el público, que v¡ve entonces una época sombría, las
vedettes cinematográficas ofrecen la evasión de los cuentos de hadas. En
d).
r(" *IAf
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C)
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La actriz francesa
fr un
Arletty. El gracelo
parisrno y la gracia ,lL¡.ritii
de un rostro que
inmortalizaron en la
pantalla Ios talentos
conjugados de
Prévert y de Carné.
Colette en su salón Joan Crawford, "la mujer más imitada" de 1932, que debe su aura de sex-
de belleza parisino
el día de la symbol a dos hallazgos.' un marcado maquillaje del labio superior y una cha-
inaugu ración,
en 1932. Una queta con hombreras entallada, destínada a disimular unas caderas dema-
experiencia
que no sobrevivirá siado anchas. Esta moda causará furor hasta finales de los años cuarenta.
/vY\ i-n
a la guerra.
Por lo que respecta a Jean Harlow, Ia "rubia platino', lanzada en la ¡.C J
película La jaula de oro de Frank Capra, inicia una tendencia que culmi-
narátreinta años después con Marilyn Monroe. Entre 1930 y 1936 (muere
al año s¡guiente de uremia), la rubiafavorita de Hollywood, de labios rojo
sangre y cejas completamente depiladas y redibujadas, impone un nuevo \qm
f;lr
estilo de seductora de belleza sofisticada y provocadora. para imitar a
estas irreales hadas rubias, las mujeres sacrifican la calidad de su pelo, que-
será el peinado más habitual durante una decena ta, influida por la prensa femenina. El sombrero alcanza col¡s nráxinras de
de años. El color rubio platino popularizado por elegancia. Verdaderas creaciones gráficas, monocromils, clc lírrcirs dcpura-
Jean Harlow, muy controvertido en la calle, des- das, adornan la cabeza con una elegancia inigualablc. L¿r rcrr«rvad¿r boina
pierta la imaginación de los fabricantes de tintes, se convierte en un accesorio femenino" El sombrcro dc rnujcr cs c-ada vcz
con l-Oréal alacabeza. La publicidad que se hace más pequeño, hasta convertirse en piezas de fieltro dccoradas con una
en 1932 para el tinte L'Oréd Blanc reza'. "Prefie- pluma de garza, que cubren ligeramente la lÍnea de la I'rcnkr" Para la playa
ren las rubias y se casan con ellas... ¿Por qué será? causan furor los sombreros de paja de ala ancha, a modo do sclmbrillas.
Los sentimientos que inspiran son profundos y la El bronceado, hasta hace poco reservado a los privilegiados, pasa a ser
admiración duradera". Los progresos de los tintes un lujo accesible. Sinónimo de ociosidad, placer y olvido de las dificultades
químicos permiten también fantasías nocturnas. cotidianas, inicia una dilatada carrera. Un producto acompaña a la demo-
Con una ampolla de Coloral se puede "alegrar el cratización del moreno: Ambre solaire, creado por Eugéne Schueller
pelo durante unas horas" con matices dorados, (l-Oréal). Originario de Alsacia, Schueller no soportaba el sol de Bretaña,
rd donde solía practicar la vela. El aire libre del Atlántico inspira también las
t(,
I
\(, primeras gafas de sol. La idea procede del teniente estadounidense Mac
¡c,
tú Cready, que cruza el océano en globo a finales de los años veinte. para
(d
N soportar mejor la reverberación, el viento y la niebla, encarga que se le
I
6 fabriquen una gafas protectoras. De las investigaciones llevadas a cabo
-o
(ü
J por Bausch y Lomb para los pilotos del ejército del aire nace el primer cris-
tal... verde, que filtra los rayos ultravioleta respetando al mismo tiempo los
colores. La marca Ray Ban comercializa en 1937 estos cristales entre el
público de Estados Unidos. Aparecen las primeras monturas femeninas en
las pantallas de Hollywood . La Ray Ban Myth y la Ray Ban Sun Cay, mon-
turas gruesas, afiladas hacia arriba y con cristales muy oscuros, cultivan el
misterio de la miradade las nacientes estrellas. El aire libre y el movimien-
to físico se ponen de moda tanto en Europa como en Estados Unidos. En
moderna gracias a las estrellas de cine. Mientras que Black, Star y lociones solares cubriendo la espalda bajo lámparas ultravioleta, cremas
& Frost lanzala polvera de oro con cierre de diamante, Van Cleef que se mantienen porturnos en el horno o en la nevera, o pruebas en vivo
& Arpels crea un estuche que reúne polvera, espejo, lápiz de de nuevos esmaltes de uñas. Las primeras candidatas a estos ensayos son
labios y cigarrera. Estos nuevos ornamentos, accesorios y ¡oyas a menudo las propias empleadas de las fábricas, aunque estos tests se rea-
a la vez, constituyen un símbolo. Como muestra de un entu- lizan posteriormente con un número creciente de voluntarios.
siasmo sin precedentes por los productos de belleza, que Estrella absoluta del rostro de los años treinta, la mirada, descubierta
adquieren carta de nobleza y derecho de ciudadanía, las muje- por la pequeñez de los sombreros, es objeto de todos los cuidados. La
res de la época se maquillan sin complejos y en público. Los i atención se centra en las cejas, que se depilan, tiñen o redibujan alápiz.
salones de belleza se multiplican. Apoyándose en una sólida La paleta de artificios aumenta. Las sombras de ojos en polvo explotan
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Lección de todos los matices, desde los marrones hasta los grises e incluso hasta el
maquillaje a cargo
de la starlefte June negro para la noche. Las primeras sombras, en crema, en tarritos o en
Vlasek (1934). El
cabello se marca stlcks, se extienden con el dedo hasta el arco ciliar, acentuando la curva-
con el peine y se
fija con brillantina. tura del párpado, que debe adquirir una aparienc¡a melancólica. Las pes-
Renée Ciboure. tañas se arquean con tenacillas y se aumenta su volumen con rímel, dis-
Esposa y musa
de Jacques-Henri
ponible ya en líquido y en colores azul y azul verdoso, aunque se sigue
Lartigue, encarna prefiriendo el marrón, con un toque de negro en los extremos. para garan-
la qu¡ntaesencia
de la elegancia de tizar el efecto de mujer fatal, se imita a Marlene o a la Carbo llevando pes-
los años treinta.
tañas postizas muy largas, entornando los ojos y echando la cabeza hacia
atrás. Para evitar cualquier exceso cons¡derado vulgar, el maquillaje de la
boca se vuelve más discreto. Se desechan los rojos púrpura y azulados en
favor de los rojos anaranjados y rosas pálidos, que imitan el tono natural.
Para resaltar el labio superior y proporcionarle la mueca sexy llamada ,,de
picadura de abeja", se recom¡enda pellizcarlo vigorosamente con el pul-
gar y el índice antes del maquillaje. Los discos desmaquilladores
-los mejo-
res se encuentran en la casa Pond's- eliminan el menor rastro de carmín,
Páginas siguientes: dejando al mismo tlempo los labios sedosos. La gran novedad es s¡n duda
Joan Crawford,
,rrr[cs y después de el Pan-Cake, de Max Factor. Concebido para Hollywood, la primera base
rcr rctocada. Las
rrn¡rcrfecciones de de maquillaje conocerá una gloria cons¡derable. Unifica el tono de la tez,
l,r ¡ricl, las sombras
y r.l rolor del cabello que se matiza luego con polvos. En las mejillas se aplica un leve toque de
',r'lr,rrr ¡rrrlido en el
colorete beige o marrón muy claro. Se trabaja en tr¡ángulo desde la mitad
ilr./i,rlivo.
I olo¡it,rfi,rs rlc
t,r'otlic I lttrrr:ll
de la mejilla hasta la sien para acentuar el pómulo y dar a la cara una
( l" t_r) intensidad dramática.
NATHALIE CHAHINE
AMBRE N'1 p.- i,hr d.n, d hr"'*
AMBRá N' 2 p"- b6t Í.".ü d dd'
AMBRE ROSE,o. 16ñk..f .^,P6tr1
La belleza
La década de 1940
mujeres salen a la calle con las piernas desnudas. Para crear la ilusión, se
las tiñen con achicoria, té o nogalina, y dibujan cuidadosamente Ia costu-
ra con lápiz marrón. En Francia se utiliza también Ambre solaire y, en el Mi
otro lado del Atlántico, el fabuloso producto inventado por Elizabeth I
riii '"
Arden, el Fin 200, una loción que da la apariencia de media, no mancha
la ropa y resiste el agua. i
J
o
E
barras de labios. Sin embargo, estas carencias no merman en realidad el
desarrollo estadounidense. El gobierno, que en 1942 eliminó los cosméti-
l ,t tN()t lt
t-t cos de la lista de "productos esenciales", reconsidera pronto esta decisión, tl{\ tilt.tl,t .i' ,,:u
() dadas las desastrosas consecuencias sobre la moral de las reclutas que par-
()
lncxnrü,
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Hél¿ne Rochas.
Esposa y musa
de Marcel Rochas,
rechazará
propuestas
cinematográficas,
pero tomará las
riendas del negocio
de perfumes de su
marido tras su
m u erte.
Coca, trenza, tuir- nidad en una época en la que muchos otros medios ya no son accesibles.
nalda invertida...
El peinado marca Los rizos de Bette Davis, el moño de bucles de Betty Crable, el brillante
la imagen.
ondulado de Rita Hayworth o, en Francia, lalarga melena rub¡a de Ma-
deleine Sologne en El eterno regreso encuentran inmediatamente segui-
doras. No obstante, el estilo Veronika Lake es el que causará mayor con-
moción: el mechón que le cubre un ojo será tan imitado que la Com¡sión
de Relaciones Humanas de Cuerra de Estados Unidos se verá obllgada a
pedirle que cambie de peinado antes de que cause graves accidentes entre
l',iP,¡nas anter¡ores:
Rita Hayworth. Con
sus millares de admiradoras al mando de Ia maquinaria de las fábricas. "Si
t ,r/rlr, inaugura la
una chica lleva el pelo sobre un ojo, es idiota. Yo sólo lo llevo así en las
cr,t dcl ¡ilarnour.
L¡ts pin-up... PaÍa pclículas", replicó.
r orrt¡x'rts,tt las
Irr¡,.lr,rt io¡lt's, Para compensar las frustraciones, durante los años de la contienda flo-
rlr¡r,rrll lor ¡trios de
l,r ¡lrrr.rr,r lkrtrtcn recen las pin-up. El primer "prototipo" aparece en 1943 cuando Howard
r.,,l,t', lrlllcz,ts
r.,.r ullrtr,tllr Hughes diseña un sujetador con copas punt¡agudas para la actriz )ane
T(,
fú Russell. Betty Crable, admirada por sus piernas "de un millón de dólares",
'o es la más famosa de todas. En cuanto a Lana Turner, que suele posar con
!
d un jersey ceñido, dará alas a la industria del punto.
J
(, Rita Hayworth, llamada "la diosa del amor del siglo xx" y ya famosa
N
o
0
5
durante la guerra, se convierte en una verdadera leyenda después del
d
J rodaje de Cilda en 1946. Ese mismo año lanza el primer biquini, ideado
por Louis Réard (que toma el nombre de un atolón oceánico en el que el
Veronica Lake y su
en Laura y de Lana Turner en El cartero siempre llama dos yeces contri-
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Ojos rasgados:
importantes fotógrafos de moda -encabezados por Richard Avedon, lr-
el
perfilador de ojos
Las uñas se llevan
ving Penn y William Klein-, maniquíes sublimes se convlerten en verda-
y el rímel participan
en la sofisticación largas y rojas, deras estrellas. Bettina, quintaesencia de la elegancia parislna; las exube-
del rostro new look. una tendencia
procedente de rantes hermanas Parker y Barbara Britton, modelos favorltas de Revlon;
Estados Unidos.
el Thick and Thin, dos lápices de labios unidos por una cadena. Como Aquí, un cartel Dovima, musa de Avedon, y Lisa Fonssagrives son las pioneras de las
publicitario
antes de la guerra, los colores del maquillaje se coordinan con las prendas de Peggy Sage. actuales top models. Detrás de las fotos de moda no slempre hay un
de vestir. Esta práctica, criticada por los maquilladores de Hollywood, se maquillador o un peluquero. Las maniqufes suelen
debe en gran parte a Ia francesa Cermaine Monteil. Cansada de no encon- crearse su propia imagen. Como Bettina, que recuerda
trar sombra de ojos o barra de labios a juego con su vestuario, es la primera de este período: "Otras maniqufes me enseñaron a
modista que se lanza a la fabricación de cosméticos. La empresa tiene tanto maquillarme, siempre según el estilo de las prendas de
éxito que pronto abandona la costura. vestir. Sin embargo, a algunos modistos les gustaba
Los años cincuenta asisten a la aparición de la iet-set, que vive rodea- que los sorprendiéramos; a Jacques Fath, por ejemplo,
da de lujo, placer y elegancia. Este estilo de vida comienza a seguirse en le encantaba la innovación por encima de todo y nos
directo gracias al televisor, que en adelante retransmitirá a diario los gran- dejaba completa libertad". Reuniendo en sus salones
des y pequeños acontecimientos del mundo. En 1947, el matrimonio de la de la avenida Matignon a los grandes modistos y a la
princesa lsabel y el duque de Edimburgo abre una década de bodas dig- prensar Cuillaume, un antiguo alumno de René
nas de los cuentos de hadas. Los matrimonios del príncipe Rainiero de Rambaud, presenta, al final de la guerra, sus peinados
Mónaco y Crace Kelly, del sha de Persia y Soraya, del Aga Kan y Rita en un desfile de maniquíes. La fórmula, inédita, causa
Hayworth, del rey Balduino.de Bélgica y Fabiola, sin olvidar la magnífica furor. Dos años después, Christian Dior piensa en él
para sus primeras colecc¡ones. Asociado al modisto durante dieciséis años,
Cuillaume crea todos los peinados de sus desfiles. Despeja la frente y
depura el peinado, llevando al máximo refinamiento el arte de los moños
Renacimiento o Versalles.
En esta época había pocos maqu¡lladores para las scsiones fotográfi-
cas de las revistas. "Las maniquíes se llevaban su esluche de maquillaje y
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rd En Europa aparecen discretamente nuevas marcas. En 1950, Roc lanza
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'o la primera línea de cosméticos hipoalergénicos; dos años más tarde, der- ]jü:
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d matólogos de Molitg-les-Bains crean Biotherm, una línea de cremas com-
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puestas de plancton; en 1954, Clarins crea su gama de productos de belle-
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ó za fabricados a partir de plantas. Son los primeros pasos de una tendencia
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l que irá acentuándose en los años siguientes. :riil
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El rostro de la época, de una palidez creada con esmero por el maqui- 1§
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llaje, con rasgos gráficamente subrayados, perpetúa la imagen de una I ü§
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mujer diosa del hogar, mujer objeto estilizada e impecable. En 1958, Time :ns
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Magazine describe así el ritual del embellecimiento: "Son las 6.45 y su
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marido duerme aún, pero Ia bonita señora de James Locke se sienta delan- ffi
Audrey Hepburn.
Tanto en la pantalla te de su tocador en su vivienda de tres habitaciones de San Francisco, con ,Xr|:'
como en la vida
cotidiana, crea el
Ia cabellera rubia cubierta con una redecilla de nailon. En medio de una
"estilo Audrey",
multitud de frascos aromáticos, lápices y tubos, trabaja como una alqui-
que la sobrevivirá.
mista. Se retira la crema de noche, se humedece la piel con agua helada
Arquetipo de los
años cincuenta. y, durante un breve instante, muestra su verdadero rostro. Luego comien-
Marcado, cabello
cardado y fijado con za la metamorfosis: en primer lugar, se aplica una base de maquillaje por
laca, perfilador de
oios y uñas rojas. toda ia cara, creando una máscara pálida e inexpresiva; después, una nube
de polvos de color carne y, a continuación, sombra
turquesa en los párpados y una gota de perfume
i{rilitttur,,
detrás de las orejas, en las sienes, en las muñecas
y en los codos. Con un lápiz oscuro vuelve a dibu-
jarse las cejas en un marcado arco, y se aplica rímel
lado" con los rasgos de June Allyson o Debbie Reynolds. 5u arma: la fres-
cura y lo natural. Con las cejas apenas destacadas, los labios claros y el
cabello enmarcando el rostro, este modelo de belleza coexistirá con su
opuesto, muy de carne y fuego, encarnado por Rita Hayworth, Ava Gard-
ner y Cina Lollobrigida.
Sin embargo, estos dos estereotipos opuestos se un¡rán en la figura de
a la juventud.
NATHAI IE (:HAHINI:
,)
La belleza
La década de 1960
Londres reina en los swinging sixties y dicta las tendencias en todos los
ámbitos, desde la belleza hasta la moda. Descubierta por el fotógrafo
inglés David Bailey, Jean Shrimpton, apodada "la Shrimp" (la gamba) y
que en 1965 apareceráen más de treinta portadas de revistas, es la viva
estampa del estilo de las Chelsea girls: silueta adolescente, minifalda, lar-
gas piernas, cabello largo con flequillo y ojos muy maquillados. Entre las
Chelsea girls se encuentran también Julie Christie, Patti Hansen, Penelope
Tree, Cynthia Hampton y luego Jane Birkin, FranEoise Hard¡ FranEoise
¡rrr,r,r¡ir,rrrrl,rr krs oscura, empezando por el lagrimal y siguiendo hasta el final del ojo. Después se difumina con
{ rl( r¡, un pincel. (N. de laT.)
p portada de la revista. "This is the face
of 66 -declara a toda página
.o Deirdre McSharry, redactora de moda del Daily Express-. ¡Hace tres
"o
d semanas que dejó la escuela y ya está ganando cien libras a la semanal "
J
1960. Los
colorantes de
síntesis permiten
obtener tintes
cap¡lares, como en La moda fotografiada
esta publicidad del por Milton Creene
champú Belle Color. en los años sesenta.
soc¡al. "Queremos lanzar productos con los cuales una chica pueda amar Sedgwick, la musa de Warhol, se convierte en la ima6,cn de una joven
a su chico sin temer por el mantenimiento del maquillaje en la cama", dice generación underground de inconformistas. En esta ó¡roca, l¿r rcvista
Sue Stewart, ayudante de creación de Mary Quant. Los colores son ¡nten- Clamour revoluciona los comportamientos; dirigida a los adr¡lcsct:ntes,
sosr puros, auténticos: rosa vivo, dorado, verde, v¡oleta o anaranjado para enseña a los jóvenes provinc¡anos a adaptarse al look slxlies. El peluque-
el Day Clo. Utiliza lápices en cualquier parte de la can, dibuja flores alre- ro Kenneth innova con el swinging hair (ahuecado) y Ciorg,io Sant'Angelo
dedor de los ojos y sustituye los polvos por gel para no obturar los poros crea una moda nueva e iconoclasta. Ali Mac Craw hacc llor¿rr al mundo
de la piel. Todos estos objetos inéditos y asequibles integran el vocabula- entero con Love Story y pasa a ser la actriz fetiche de los años sosenta.
rio del nuevo lenguaje pop. En Francla, el fenomenal éxito de la emisión de Daniel Filipacchi Salut
Estados Unidos, como el resto del mundo occidental, no puede resis- les copains, en Europe 1, lanza la nueva consigna: "Sitio a los jóvenes",
tirse al encanto de este impulso británico tan increíblemente productivo. amplificada por el papel cada vez más activo de los medios de comunica-
El éxito se convierte en delirio con Ia llegada de los Beatles y de Twiggy ción. Una generación entera tiene como fuente de inspiración el pop,
a ese país, en el que triunfan los Beach Boys y Elvis Presley. Con sus pan- resultante de la cultura rock llegada de Estados Unidos. Shella canta
tis negros, su corte Sassoon y sus ojos redondos y oscurecidos, Eddie L'école est finie; FranEoise Hardy, Tous les gargons et les filles, y Sylvie
«, Vartan se convierte en La plus belle pour aller danser. Se hojea con un
!,
rn
I deleite irreverente la nueva revista inglesa Honey, que desacraliza deter-
\(,
.o
(ü minado maquillaje, demasiado discreto y convencional, en el inicio de su
(d
N decadencia, y se copia todo lo que realza los ojos con pestañas postizas
3
o
-o ¡dobles y hasta triplesl El fotógrafo de moda Cuy Bourdin llega incluso a
rd
J pegar en torno a los ojos de las maniquíes alas de mosca transparentes,
pintadas a continuación con eye-liner para añadir nuevas sombras.
Jean-Luc Godard descubre a Jean Seberg en Al final de la escapada.
Fresca, franca, rubia y con el pelo muy corto, tiene un efecto rompedor en
la moda, al que se une Mia Farrow algún tiempo después desde el otro
lado delAtlántico.
En el extremo opuesto, pero igualmente libre y deliberadamente sexy,
el personal estilo de Brigitte Bardot, que se encuentra en su cenit, personi-
fica la otra cara de la época. Las jóvenes intentan imitar su cabellera larga
Op añ para Paco y lisa, de aire salvaje, o su generoso recogido "nido de palaro", creado por
Rabanne: peluca
cortada en ángulo Jean Berroyer, peluquero de Dessange. En una entrevista concedida a la
y ojos maquillados
hasta las cejas, revista E//e, declara que ha adoptado los champúes secos y la barra de
imitando el estilo
de los pendientes. labios de colores pálidos. "Me maquillo en cinco minutos. Tres toques de lá- ¿Quién eres tú, Bailey, lrving Penn y Richard Avedon, e inmortalizadaen 1967 por Mi-
Polly Maggoo?
pices, pif, paf, y listos..." En realidad, como para la Camerino de chelangelo Antonioni en la película Blow-Up, introduce, con un arte con-
maniquíes en
mayoría de las jóvenes de esos años, lo más impor- la película de sumado y una notable habilidad para transformarse, un toque teatral que
William Klein.
tante del make-up consiste en el maquillaje de los convierte cada una de sus fotografías en un acontecimiento único.
ojos. La Bardot utiliza un lápiz negro para dibujar Veruschka se multiplica en las portadas de todas las revistas, y sus
una "banana" bajo el arco ciliar, y extiende a con- metamorfosis fascinan, especialmente cuando opta por una belleza felina
tinuación la sombra de ojos con los dedos. Otras bautizada como iungle /ook. Utilizando siempre bases de maquillaje para
recurren a las pestañas postizas o se repasan las homogeneizar la piel, concede una importancia particular a las cejas, en
pestañas con perfilador de ojos. El ojo tiene que ser las que fija pestañas postizas suplementarias con un pegamento aplicado
grande... ¡y negrol De ahí el éxito, a partir de con un cepillo de dientes. La creativa Veruschka no se detendrá ahÍ y pro-
1964, de la Long Lash Waterproof Mascara,lanza- seguirá sus investigaciones sobre el maquillaje camuflaje con el body pain-
da por Helena Rubinstein. ting, que consiste en cubrirse todo el cuerpo con una mezcla de polvo de
Quien llevará todavía más lejos el arte del oro y parafina.
make-up es la maniquí alemana Veruschka (que Se asiste a uno de los giros más importantes de la sociedad de consu-
mide '1 ,83 m), nacida condesa Vera Cottlieb von mo, con la llegada masiva de nuevos productos cosméticos cada vez más
Lehndorff. Fotografiada por Rubartelli, David punteros y diversificados, renovados sin cesar Sracias al impulso del genio
creativo de tres brillantes mujeres de negocios y monstruos sagraclos d('l,r
bclleza: Helena Rubinstein, Elizabeth Arden y Estée Lauder. Con ellas, r'l
cosmético se conv¡erte en una verdadera industria, que pafticipa compl('
tamente en la economía de mercado.
Las marcas de belleza comienzan a contratar a jóvenes maqu¡lladores,
. Ii,,rr:rl0siáÍica
, i.r rir¡no de
lr i rr,-io \lis«tnti
Karen Graham,
1970, fotografiada
por V¡ctor
Skrebneski.
De 1970 a 1983
crearán juntos
algunas de las más
Cartel de la película bellas imágenes
Hair, de C. Mac publicitarias de
Dermot (1969). Estée Lauder.
se sigue aplicando tanto en cráneos rasurados como en. melenas. En de adelgazamiento o a ejercicios de musculación. En adelante, es necesa-
Francia, Patrick Alés crea en 1974 Phytoplage, la primera línea solar capi- rio prestar al cuerpo los mismos cuidados que se dispensaban a la cara, el
lar. En los años setenta se apodera de las mujeres una inexorable locura cuello y el escote. Los productos se especializan, se diversifican: jalea real,
por el bronceado, sin tener en cuenta las consecuencias dañinas que la ginseng, gónadas de erizos de mar... También se aprcndc a utilizarlos. Se
ausenc¡a de protección puede tener en la piel. La moda de los senos des- descubre que el aspecto anímico y psicológico no debe descuidarse; que la
nudos en la playa se asienta lentamente. En torno a 1964 comienzan a ansiedad, la inquietud y el nerviosismo desencadenan trastornos cutáneos,
mostrarse los topless en la playa Pampelonne, en Saint-Tropez. M¡entras, y que existen métodos de relajación benefactores para la piel. Se adquiere
en Los Ángeles, el diseñador de origen vienés Rudi Cernreich lanza el conc¡enc¡a de la contaminación, que se compara a un "lento suicidio colec-
monoquini, que sucede al biquini de los años cincuenta. Consta de una tivo". "Descubra sus colores, su estilo, sea usted y no otra. No hay muje-
simple braga y el busto queda al aire. La liberación del cuerpo, más que res feas; sólo hay mujeres que no se conocen", afirma la princesa italiana
una moda, es una actitud que simboliza el poder de una nueva feminidad. Marcella Borghese, socia de Charles Revson, que acaba de crear una gama
"Cultivad vuestro cuerpo" se convierte en el nuevo lema que permite lle- de veinticuatro colores de barra de labios, vivos y luminosos. Se asiste a un
var sin complejos los senos desnudos bajo las blusas de muselina de Yves verdadero movimiento que incita a las mujeres a reconciliarse consigo mis-
Saint Laurent. En las revistas proliferan los artículos dedicados a regímenes mas y a embellecer su propia imagen, cada una según su individualidad.
rü El cuerpo tiene sus razones, de Thérése Bertherat, es algo más que un
!
d
.o libro de consejos: es una disciplina para aprender a liberar la energía des-
E
(É perdiciada. El cuerpo escarnecido, de Alexandre Lowen, que encabeza
J
N
una nueva escuela de expertos estadounidenses en bioenergética, y A la
o
búsqueda del cuerpo perdido, de Jane Howard, una brillante periodista y
¡
O
)
OJ
redactora de Life -"relato de mi odisea a través del movimiento nacido en *,
.,,1,
en plantas aromáticas, adquiere la supremacía en ferrey,lanzadaen 1976, y compuesta de aceite de coco y extractos de flo-
el terreno de la aromaterapia, después de haber res, genera en la piel una barrera de protección. La crema Re-Nutriv ultra-
dominado la perfumería. Se duda entre los baños ligera de Estée Lauder se impone contra los efectos del sol gracias a su
de algas (Marinea), el germen de trigo (Léonor pantalla solar indetectable bajo el maquillaje (1978). Al mismo tiempo que
Creyl) o el suero de lúpulo y la base de maquilla- los cuidados botánicos de Sisley, entre los cuales destaca la famosa más-
¡e de lirio (Sisley). En junio de 1976 se celebra por carafríaal tilo, sale al mercado una línea de belleza solar de Lancaster, que
primera vez en Francia un simposio internacional incluye una decena de productos.
dedicado a los cuidados del busto. Los productos El concepto más innovador de cuidado de la piel llega de Estados
de Clarins son la estrella principal. Se descubren el Unidos y desvela las mismas imágenes de pureza y rigor que Courréges,
colágeno y la silicona. La cirugía estética se demo- un poco antes, con su moda blanca: una gama de cosméticos simplificada
cratiza... Se estudian las virtudes rejuvenecedoras al extremo (siete productos solamente), utilizables por todas las mujeres,
p incluso por las alérgicas, las extremadamente sensibles y las frágiles.
'o Resultado de estudios dermatológicos estadounidenses muy avanzados,
u
G esta línea lleva un nombre muy estricto y con connotaciones médicas:
J
N Clinique. Un "baremo de belleza" permite realizar un chequeo de la piel
o
de cada mujer, que determina sus características particulares. Detrás de
.d
J esta marca, que inspirará múltiples imitaciones, se oculta el inagotable
olfato y la curiosidad incansable de Estée Lauder, que innova una vez más
en el empleo de nuevas moléculas.
Es también la edad de oro de las maniquíes de fuerte personalidad. A
Veruschka la sucederán Marisa Berenson, Lauren Hutton, Margaux He-
mingway, y luego Cheryl Tiegs y Christie Brinkley, que personificaren h
Cortes y pe¡nados belleza saludable y deportiva, arquetipo de la América conquistadora.
de los años setenta,
entre ellos una Revlon paga 175.OOO dólares a Lauren Hutton en 1972 por publicitar su
versión del célebre
corte "a lo Stone",
Iínea "Ultima ll", y Estée Lauder pone su mirada en 1970 en la elegante
en Votre Beauté.
Karen Craham, fotografiada por Victor Skrebneski. En Francia, los grandes
1975. La laca Elnett modistos se lanzan al mercado de los cosméticos con gran despliegue
fue considerada al
principio como una publicitario. Si desde 1968 Dior confía la creación de sus líneas de maqui- \. I
herramienta
profesional. Ilaje y su imagen de belleza a Serge Lutens, la casa Chanel lanza en 1975
,';
arrebatadores vistos hasta entonces. El interés se
centra en los materiales de la barra de labios. Se
iffi
Jackie Onassis era una fiel consumidora de una nueva línea de maquillaje llegada de
y el fotógrafo John
Calella. Con sus Estados Unidos, "On Stage", la única que ofrece en una especie de fras-
famosas gafas negras,
crea el look natural co sunstrocke4 ni gel ni crema coloreada, sino unas perlas doradas en sus-
pero elegante.
pensión que se aplican en los brazos o en el escote para obtener un efec-
Mariel y Margaux
Hemingway.
to brillante cobrizo. Todo el mundo probaba nuevos polvos: opalescentes,
Margaux firma en muy irisados, con p¡gmentos nacarados. Cabello suelto y sano, piel bron-
1975 un contrato de
run millón de dólares ceada o irisada, labios brillantes con g/oss: la belleza de los años setenta
para promover los
cosméticos BaLre. es inevitablemente resplandec¡ente, a ¡magen de la que mejor simbol¡za
esta década: Farrah Fawcett. La exuberancia de estos años tocará a su fin
con la aparición de un nuevo fenómeno de juventud: el movimiento punk.
Los punks rompen con la sociedad y muestran una voluntad delibera-
Romy Schneider.
identifican con los Sex Pistols y La narania tttt't,itttt,t rL",l,tttk'y l(trllril<.
Los franceses la
ESte movimientO radiCal Se exportacon rapidcz,l lorlo r'l tttt¡tttlo t.rt-c-iclcn-
postulan como
Ia mujer más bella
tal y señala definitivamente el final de un pcríorlo Vrvicrrtrt' Wt'slwood,
del siglo en una
i:ncuesta de 1 999 marginal en esos años, ejercerá una influenciil t'virlcrllr",,rlrtl lo'; ( orlr[)ot
cn el Figaro.
tamientos de la década de los ochenta, ya cn ttr.ttt lr,t
r tiA¡.t( ( )t',1 M( )l ili I
W
La belleza
La década de 1980
Los años ochenta arrancan con un contoneo. Son los últimos días de la
música disco y la juventud dorada, o más b¡en de lentejuelas; se menea el
con los Météorites, unas b<¡las mtLllicokrrcs quc dclrcn rrtczclarse para
obtener un efecto óptimo: ntalva para tnitlizitr, lll;tttro para r:l brillo y
verde contra las rojcccs. L¿rs crct-ttin cotnl¡,tlr'¡l ,tltor,t l;'n,lrrtlllas y cl exce-
so de grasa. La mayoria dc lits trtujcrcs ltilrt tottt¡lrrttlrl ,tl lrrcttos una vez
en su vida un tratam¡enlo <:onlr¡l l;t rclulilis. l'tr 19flu, t'rr C.l;trins, sc cele-
bra la llegada dcl g,cl multitcnsor tlcl lrttslo (titt,r lrlonrul¡tr:itin dc un pro-
ducto lanzado an 1976), cuya f tttt«;it1tt t'r lt'v,tttl,tr lo" ¡rct.ltrls, ¿rl menos
las mujeres sueñan con ella, tanto más cuando, sin piedad con los miche- Habrá que esperar un poco hasta que cruce el
lines, la moda las embute en los bodys y las mallas de Lycra de Azzedine canal de la Mancha... Subrepticiamcntr:, las gordi-
Alaih. Como la gimnasia no basta, se descubre que la belleza se encuen- tas eclipsan alas superwomen de hombreras agre-
tra a veces en el bisturí. La cirugía estética comienza su irresistible ascen- sivas, talle fino y maquillaje de geisha. Jean-Paul
sión. En 1988, el número de intervenciones aumenta en Estados Unidos Caultier rinde homenaje a las rollizas con corsés
un 63"A. Los consultorios de estos nuevos magos están siempre llenos. Se de la abuela y base de maquillaje rosado. El fotó-
practica la liposucción, se inyecta colágeno en los labios, se rectifica la grafo Jean-Baptiste Mondino y el maquillador
nariz, se reducen las bolsas de los ojos, se vuelven a hinchar los senos. En Topolino renuevan el look de la época con imáge-
las páginas de crónica social de las revistas, las bocas de las estrellas son nes llenas de vida, humor y poesía. Mujer maripo-
extraord¡nariamente carnosas, los pechos realmente impertinentes y los sa y aires retro: la estética se relaja.