2017 Mantenimiento de Buques - Cap 3, 4 y 5
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MANTENIMIENTO DE BUQUES
NOTA INTRODUCTORIA:
Para los buques mercantes su adecuado mantenimiento es esencial para el éxito
comercial de la empresa que los gestione. El mantenimiento será correctivo, preventivo, y
predictivo, y será en seco y a flote, y todas estas posibilidades deberán ser consideradas
cuando se gestione la explotación, sea de un solo buque o de una flota.
La tendencia universal es minimizar las puestas en seco de los buques, tratando de
maximizar el mantenimiento a flote (es muy cierta la máxima “barco parado no gana flete”),
aunque a veces el mantenimiento a flote requiere que el buque salga transitoriamente de
operación y esté amarrado a un muelle, en lo posible por pocos días.
A tales efectos la tendencia universal es extender los períodos entre puestas en seco
(entre entradas a dique, sea seco, flotante, varadero, tipo Syncrolift, etc.). Quien gobierna la
extensión de estos períodos (plazos entre puestas en seco) es la autoridad marítima de la
bandera del buque, aunque debido a los temas ambientales producto de accidentes
marítimos, las banderas deben cumplir las exigencias dictadas por la IMO (Organización
Marítima Internacional) que actúa dentro de la ONU, so pena de que sus buques no sean
aceptados para ingresar a puertos extranjeros. Ver la DISMAR 154 de 12/2014 de la PNN.
Pero además las banderas actúan, en general, en acuerdo con las exigencias de las
sociedades de clasificación con sus buques clasificados, fundamentalmente cuando las
sociedades forman parte de la IACS (Asociación internacional de sociedades de
clasificación).
Como dato interesante se puede señalar que hoy en día las sociedades de
clasificación de la IACS, siguiendo los reclamos de los armadores, mantienen la clase de
determinados buques mercantes en determinadas condiciones con períodos entre puestas en
seco de siete años y medio (7,5 años), y están logrando que las banderas acepten la
situación. Es el caso de buques portacontenedores, buques de carga general, y buques
multipropósito de carga seca, que deben tener un sistema de mantenimiento planificado para
el casco y otro para la maquinaria aprobados por la sociedad de clasificación, y que además
deben estar equipados con un sistema de cojinetes y sellos de ejes portahélices de diseño
también aprobados y sometidos a un procedimiento de monotireo periódico. Pero además
los esquemas de pintura de la obra viva deben incluir un espesor de film seco no menor a
300 micras (0,300 mm), sin considerar la pintura antifouling, y los buques deben contar con
un sistema de ánodos de sacrificio que perdure durante los 7,5 años o con un sistema de
corrientes impresas adecuadamente mantenido.
CAPÍTULO 3: MAQUINARIAS USADAS EN LOS PROCESOS DE
MANTENIMIENTO DE BUQUES
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Mantenimiento de Buques - Capítulos 3, 4 y 5 - Curso 2012
Introducción:
Diversas son las máquinas empleadas para la conformación de las planchas y
estructuras de las embarcaciones. Las más usadas son las siguientes:
Cilindradora, dobladora de tubos, plegadora (canteadora), cizalla (guillotina),
martinete.
Cualquier dique, astillero, o taller naval que se precie de tal, tendrá una o varias
unidades de cada uno de los tipos señalados.
Debe señalarse que toda conformación de planchas o estructuras metálicas conlleva
la incorporación de tensiones residuales en dichos metales, pues siempre habrá fibras
traccionadas y fibras comprimidas más allá del límite elástico respectivo. Dependiendo del
tipo de acero, del espesor, de la temperatura de trabajo, y del grado de deformación, es que
serán mayores o menores las tensiones residuales. Muchas veces en los trabajos de
construcción y reparación naval en el casco las tensiones residuales provenientes del
conformado en frío (a temperatura ambiente) son lo suficientemente pequeñas como para no
realizar ulteriores tratamientos térmicos a la pieza / plancha conformada. Pero puede
suceder que, a los efectos de disminuir las tensiones residuales, se deba especificar el
conformado en caliente (a varias temperaturas posibles, por ejemplo temperaturas inferiores
a la crítica inferior de transformación, o temperaturas de forja, alrededor de 1.200 °C), y / o
especificarse un recocido de alivio de tensiones (a temperaturas algo inferiores a la crítica
inferior).
Las normas que tratan sobre construcción y reparación de estructuras metálicas (tanto
buques de cualquier tipo como recipientes u otros equipos) establecen la forma de
minimizar las tensiones residuales generadas por la conformación de planchas.
Seguidamente se presenta el caso de las reglas del ABS para materiales y soldadura, que se
aplica a buques de acero de todo tipo, plataformas petroleras, instalaciones flotantes de
producción, y su maquinaria asociada, y el caso del código ASME para la construcción de
recipientes a presión, Sección VIII División 1.
Primer caso: Reglas de ABS para materiales y soldadura, que en una época sólo se
aplicaba a la construcción y clasificación de buques de acero, pero que desde la edición del
año 1996 se aplica también a las construcciones de acero antes mencionadas, y desde dicho
año se denomina ABS RULES FOR MATERIALS AND WELDING, PART 2, y el
numeral que trata sobre el conformado de aceros de tensión ordinaria y de alta tensión es el
siguiente:
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acero luego de conformado. Pero también dice que las cintas redondeadas (utilizadas
usualmente en buques petroleros pero también en otros tipos de buques mercantes) pueden
ser conformadas en frío (típicamente un cilindrado a temperatura ambiente) hasta un radio
de curvatura igual a 15 espesores (lo cual equivale a un porcentaje de estiramiento, de
acuerdo con la fórmula que aparece en este numeral del ABS, igual a (65.t) / (15.t) = 4,3%)
sin necesidad de realizar tratamientos térmicos de alivio de tensión y sin necesidad de
realizar ensayos de Charpy suplementarios sobre los aceros estirados hasta el porcentaje
indicado.
Segundo caso: cómo trata el código ASME, para recipientes a presión, el
conformado en frío y los alivios de tensiones posteriores:
NOTA: los aceros navales ordinarios y de alta tensión caen dentro de los materiales
que teniendo un P – N° 1, pertenecen a los grupos N° 1 y 2 del ASME.
El cálculo del estiramiento de las fibras más alejadas de la línea neutra se debe
realizar con las ecuaciones que están a continuación, y que recuerdan a la ecuación que
aparece en las reglas del ABS (ver el asterisco “*” en página 3, pero observando que en el
caso de ABS se habla de radio de curvatura exterior, “outer radius”, y en el caso de ASME
se habla de radio de curvatura medio, “… mean radius”, o sea radio de curvatura de la línea
neutra):
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Antes de analizar los conceptos que maneja el código ASME, una digresión, el origen
de las fórmulas del cálculo de los estiramientos del conformado: se debe suponer que la
hipótesis de Navier se sigue verificando en el período plástico, esto es, secciones planas se
mantienen planas. En el Capítulo 7 del curso de Estructuras de Buques, en el tema de
secciones compuestas, recordábamos que de acuerdo con la antedicha hipótesis de Navier se
tenía que, siendo σ = ε.E, y siendo ε = Δℓ / ℓ, se podía demostrar que ε = z / R,
siendo z = distancia de la fibra considerada a la línea neutra y R = radio de curvatura de la
línea neutra. Entonces para una plancha de espesor t la distancia de las fibras más alejadas a
la línea neutra vale t / 2, y para un tubo o caño de radio “r” la distancia de las fibras más
alejadas a la línea neutra vale justamente “r”. Entonces en el primer caso ε = t / 2R, y en
el segundo caso ε = r / R. Escritos en porcentaje pasan a ser ε = 50 t / R en el caso de
planchas, y ε = 100 r / R en el caso de tubos o caños. Partiendo de planchas planas o de
tubos rectos (y por consiguiente con R0 = ∞) esas son las fórmulas de ASME para el
estiramiento máximo en porcentaje de planchas planas al ser cilindradas o plegadas y de
tubos rectos al ser curvados.
Terminada la digresión, el código ASME establece que para aceros similares a los
navales ordinarios y de alta tensión sólo se requiere un tratamiento térmico de alivio de
tensiones cuando se conforma en frío y el estiramiento de las fibras más alejadas a la línea
neutra excede el 40%, ó excede el 5% y además se cumple cualquiera de las siguientes
condiciones: (2) el acero no está exceptuado de ser ensayado por Charpy de acuerdo con los
numerales correspondientes del código ASME, (3) el espesor inicial de la plancha excede de
16 mm, (4) la reducción de espesor debido al conformado en frío es mayor al 10% en
cualquier zona con estiramientos mayores al 5%, (5) la temperatura del acero durante el
conformado está entre 120°C y 480°C.
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De modo que los conceptos se repiten, aproximadamente, en las reglas del ABS y el
código ASME, para aceros similares, usos similares (un buque no deja de ser un recipiente a
presión), y conformados similares, claro, la metalurgia es una sola.
de 2,5” (dos pulgadas y media), lo cual implica un radio de la línea neutra de 3” y un radio
exterior de 3,5”. De acuerdo con la fórmula del asterisco * de las reglas del ABS el
porcentaje de deformación unitaria es ε = 65 x 1” / 3,5” = 18,57%, y de acuerdo con ASME
el porcentaje de deformación unitaria es ε = 50 x 1” / 3” = 16,67%. O sea que tanto por el
espesor como por la deformación unitaria de las fibras más estiradas, como por el tipo de
acero, en todos los casos las normas citadas exigen alivios de tensiones posteriores al
conformado, o demostración de que el acero estirado conserva los valores mínimos de
resiliencia exigidos. Las imágenes de las tensiones residuales son las siguientes:
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La unidad de los valores de las tensiones residuales en las tablas de colores es MPa,
siendo tensiones de tracción los valores positivos y de compresión los negativos.
Y seguidamente se incluyen gráficas en donde se muestran las tensiones residuales
longitudinales σz y transversales σx en fracción de la tensión de fluencia σy = σyield en
el espesor (en el eje de las ordenadas está la fracción del espesor, colocándose la fibra más
alargada o exterior en la posición “– 0,5t” y la más comprimida o interior en la posición
“+0,5t”):
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Se puede ver que 1) los picos de tensiones residuales son mayores en dirección
transversal que longitudinal, lo cual se debe al efecto del espesor en conjunción con el
módulo de Poisson (en planchas delgadas las tensiones residuales transversales son
despreciables frente a las longitudinales, pero en planchas gruesas la deformación lateral de
Poisson está restringida por el propio espesor, generándose tensiones perpendiculares,
transversales a las longitudinales que se producen por el plegado); 2) la mitad interior del
espesor está sometida principalmente a tensiones residuales de compresión, mientras que la
mitad exterior está sometida principalmente a tensiones residuales de tracción, tanto en
dirección longitudinal como transversal; 3) los picos máximos de tensiones residuales de
compresión, tanto longitudinales como transversales, se producen cerca del cuarto de
espesor desde la cara interior, y valen aproximadamente 0,8 σflu y 1,3σflu respectivamente;
4) los picos máximos de tensiones residuales de tracción, tanto longitudinales como
transversales, se producen cerca del centro del espesor de la plancha, y valen
aproximadamente 0,4σflu y 0,8σflu respectivamente. Ante estos muy elevados valores de
tensiones residuales provocados por el conformado en frío, que son del orden de la tensión
de fluencia, es lógica la preocupación de las normas arriba señaladas en lograr su reducción,
sea mediante el conformado en caliente, sea mediante el alivio de tensiones con un
tratamiento térmico posterior, o también pidiendo la demostración de que se logran superar
los valores de Charpy mínimos que las Reglas indican.
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la cilindradora para deformar la plancha o el perfil un poco más que lo necesario, pues de
esta forma el retroceso elástico hará que la deformación sea justo la deseada.
Existe un radio de curvatura mínimo que se puede cilindrar; para planchas de acero
dulce o al bajo carbono, el radio de curvatura mínimo estará entre 1,2 y 1,5 radios del
rodillo superior (que es el rodillo que va quedando dentro de la plancha cilindrada). Para
aceros inoxidables austeníticos, el radio de curvatura mínimo suele ser 2 (o algo menos)
radios del rodillo superior. Esta diferencia entre acero al bajo carbono y acero inoxidable se
debe básicamente al mayor retroceso elástico de estos últimos, debido a que teniendo
valores similares de tensión de fluencia, el módulo de elasticidad de los aceros inoxidables
austeníticos es aproximadamente un 10% menor que el de los aceros al carbono, por lo cual
para una dada deformación la tensión será un 10% menor, llegándose entonces a la tensión
de fluencia luego de un mayor estiramiento, y / o de una mayor contracción, que un acero al
carbono (por consiguiente si hay que estirar más un acero inoxidable que un acero al
carbono para que comience a alargarse plásticamente, también retrocederá más desde el
límite de fluencia al dejar de aplicársele carga).
Por otra parte la regla básica, en cuanto al retroceso elástico de los aceros, es que a
mayor resistencia mecánica, mayor retroceso elástico (por esto mismo cuanto más carbono
tenga el acero al carbono, o más aleación tenga, mayor será dicho retroceso). Esto es
normalmente así porque siendo los módulos de elasticidad de los aceros al carbono similares
a los de los aceros de alta tensión, habrá que estirar / deformar más a los aceros de alta
tensión para que comiencen a ceder plásticamente, lo cual redunda en que también
retrocederán más al dejar de aplicárseles carga.
En los catálogos adjuntos de cilindradoras se puede apreciar que existe una relación
(expresada gráficamente) entre el espesor a cilindrar y el radio de curvatura mínimo, para un
ancho de plancha igual al máximo de la máquina (que es igual al largo de los rodillos). Por
otra parte también se puede ver que si se aumenta el espesor de la plancha más allá del
espesor nominal de la cilindradora, debe reducirse consecuentemente el ancho máximo a
cilindrar.
Las cilindradoras son, normalmente, accionadas hidráulicamente, teniendo
dispositivos de seguridad del tipo válvulas de alivio, que actúan cuando la potencia
necesaria es mayor a la nominal del equipo.
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(NOTA: la “ovalización” en porcentaje es (Ext. máx. - Ext. mín.)/Ext. inicial x 100. Los códigos
ASME B31.1, para tubos de plantas de vapor de potencia, y B31.3, para tubos de plantas
petroquímicas y refinerías, admiten un 8 % máximo de ovalización. Este criterio está
indicado en la Ref. -57), PFI standard ES-24).
En ningún caso el radio de curvatura debiera ser menor a tres diámetros exteriores del
tubo o caño. Si se utiliza una matriz especial que rota, y un mandril interno fijo, se pueden
conseguir radios de curvatura iguales a tres diámetros sin necesidad de precalentar ni de
rellenos (Fig.86 del Benkovsky). Inclusive para tubos de acero inoxidable de diámetros
menores o iguales a 1” dicho dispositivo rotativo puede utilizarse para lograr radios de
curvatura de 1,5 diámetros de tubo, sin rellenos ni precalentamiento, sólo con el mandril
interno fijo (Fig.8 del Inco). La función del mandril interno es la de evitar el corrugado y
limitar la ovalización y aplastamiento del tubo, aunque en cierta medida todos estos defectos
se producen y será necesario minimizarlos.
Utilizando otros dispositivos de doblado, como los no rotativos, tipo prensa con
matrices, también se puede prescindir del rellenado del tubo y del precalentamiento cuando
los radios de curvatura son grandes (más de 5 diámetros). La decisión de precalentar y de
rellenar estará basada en consideraciones de práctica y experiencia del taller. En los tubos
soldados (fabricados con costura longitudinal), la costura deberá disponerse siempre
coincidiendo con la zona de las fibras neutras, ya que de otra forma el tubo podría romperse
en la soldadura.
La Fig.3.219 del Leyensetter y Fig.6 y Fig.7 del Inco muestran dispositivos
curvadores de caños, que en general son accionados hidráulicamente.
Cizalla (guillotina):
Esta máquina es utilizada para realizar cortes rectos en planchas mediante el uso de
cuchillas de corte. Al cortar dos cuchillas penetran en el material, una contra otra; con esto
las partículas metálicas son desplazadas en la dirección de la presión de cizallamiento. Las
cuchillas cortan, por lo general, un 60 a un 70% del espesor del material, y entonces
sobreviene la rotura por desgarramiento del mismo; por esto la zona media de la superficie
de corte presenta un aspecto áspero y desgarrado, mientras que en su primera parte el corte
es limpio y liso.
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En la Fig.3.220 del Leyensetter se aprecian los ángulos adecuados de los filos de las
cuchillas de corte. El ángulo de ataque es de unos 5, con el cual se aligera la penetración en
el material. El ángulo libre, o de incidencia, es de 1,5 a 3, y sirve para disminuir la
fricción durante el corte. El ángulo de filo, o de cuña, será entonces de 82 a 83,5. Además
de estos ángulos recién indicados, existe otro ángulo, llamado de abertura o de corte, que
está dado por la inclinación longitudinal que debe existir entre ambas cuchillas; con dicha
inclinación el corte va avanzando a lo largo del mismo, esto es, el corte no es simultáneo en
todo su largo sino que va avanzando desde un borde hacia el opuesto. Existen cizallas (como
las de mesa) en que este ángulo se puede regular, pudiendo variar entre 0,5 y 3; a veces
una adecuada regulación de este ángulo evita el alabeo que muchas veces se observa en las
planchuelas cortadas con cizalla.
Básicamente hay tres tipos de cizallas: de palanca (Fig.3.226), de palanca de mesa
(Fig.3.227), y de mesa (Fig.3.228 del Leyensetter). Las cizallas de palanca permiten cortar
planchas de hasta unos 6 mm de espesor, y en la figura antedicha se observa la presencia de
elementos o dispositivos especiales que hacen posible el corte de barras redondas,
cuadradas, y hasta perfiles laminados.
La cizalla de palanca de mesa es accionada a mano. La cuchilla superior, con una
longitud de hasta 2,5 m, es curva, lo cual permite que en toda posición de corte el ángulo de
abertura o de corte sea el correcto.
La cizalla de mesa puede ser de accionamiento por manivela excéntrica (tipo
balancín) o por mecanismo hidráulico. El ángulo de corte es ajustable. En las hidráulicas los
sujetadores de las planchas son un conjunto de prensas cilíndricas de accionamiento
hidráulico independientes entre sí.
Se adjuntan catálogos de cizallas de mesa hidráulicas y mecánicas, con sus
características y variables tabuladas.
Martinete:
Es un martillo mecánico utilizado para forjar (dar forma al metal) mediante golpes
con una maza pesada accionada mecánicamente. Los dos tipos más conocidos de martinetes
son el de resorte (Fig.3.192) y el de aire comprimido (Fig.3.193 del Leyensetter).
Los martinetes tienen la ventaja de que trabajan con rapidez (buena cantidad de
golpes por minuto) y economía. Las desventajas son las fuertes trepidaciones, los ruidos
intensos, y el hecho de que debido a la rapidez de los golpes el material no se forjará hasta
su núcleo (cosa que sí se produce con las prensas de forja).
La pieza metálica (normalmente de acero) a forjar puede calentarse hasta la
temperatura de forja utilizando una fragua. Para los aceros al carbono estructurales, esta
temperatura es de alrededor de 1000°C.
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Corte autógeno
Corte por electrodo
Corte por electrodo y oxígeno
Corte por electrodo y aire
Corte por plasma
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Corte autógeno:
El corte autógeno (corte por oxi-gas), se emplea ampliamente para el acero al
carbono. Consiste en calentar el metal, en un lugar determinado, con una llama en forma de
dardo (el dardo se produce con una mezcla de un gas combustible y oxígeno, que sale a
presión de la tobera del soplete; como gases combustibles se emplean principalmente
acetileno y supergás, siendo este último una mezcla de propano y butano). Cuando se llega a
la temperatura de inflamación del metal, se conduce a dicho lugar oxígeno puro a presión,
de modo que el metal calentado se quema, se oxida violentamente, siendo expulsado por el
chorro de oxígeno; de esta manera se forma un agujero pasante en un tiempo muy breve.
La posibilidad de cortar con este proceso un metal determinado depende
esencialmente de que se queme en el chorro de oxígeno, de que su temperatura de
inflamación esté situada por debajo de la temperatura de fusión y de que el punto de fusión
del óxido metálico sea inferior al del metal mismo; la conductibilidad calorífica ha de ser lo
más reducida posible; en cambio, el calor de combustión ha de ser el mayor posible. De esta
forma el acero con un contenido de carbono de hasta un 2%, y sin fuertes adiciones de
cromo, molibdeno o tungsteno, se cortan perfectamente con este procedimiento. No es
posible cortar cobre, latón, níquel, aluminio, plomo, ni aceros de alta aleación, como los
inoxidables; en aceros aleados, con contenidos de aleación mayores al 5%, el corte se ve
impedido o retardado; en particular, cuando el porcentaje de cromo aumenta, se produce una
película tenaz de óxido de cromo sobre la superficie que impide la subsiguiente oxidación
del hierro.
La presión del oxígeno ha de aumentar a medida que aumenta el espesor de la
plancha a cortar; así para planchas de 10 mm es suficiente una presión de 2,5 bar, y para
planchas de 200 mm se requieren unos 9,5 bar. Es importante así mismo mantener un
elevado grado de pureza en el oxígeno, la cual no debe ser inferior al 99%, pues un oxígeno
impuro ocasiona disminución en la velocidad de corte, necesidad de aumentar la presión, y
producen ranuras de corte más anchas.
Las tablas VIII, IX y X del Pockrandt muestran datos de consumos oxigas (según
varios autores), capacidades de corte, velocidades, presiones, de diversos espesores de
planchas de acero, para cortes manuales. Se debe mencionar que existen máquinas de corte
de avance a motor, denominadas comúnmente “tortugas”, que soportan al soplete y avanzan
a una velocidad predeterminada que puede regularse.
Se adjuntan copias de catálogos de AGA mostrando sopletes combinados de soldeo,
de corte y de calentamiento, y sus despieces, así como de válvulas reguladoras para oxígeno
y acetileno, y otros accesorios (arresta llamas y válvulas de seguridad contra el retroceso de
llama). En estos catálogos se puede apreciar un compás para corte circular, y un carro para
mantener constante la altura del soplete de corte sobre la plancha. También se adjuntan
copias de tablas de consumo para soldeo y corte con dicho soplete combinado.
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Las máquinas herramientas son las utilizadas por los talleres para quitar metal u otro
material a una pieza de modo de darle la forma y tamaño requerido. Las máquinas
herramientas se pueden clasificar en: a) las que emplean herramientas de corte y b) las que
emplean ruedas o piedras abrasivas. En las a) el metal es extraído en forma de virutas
visibles al ojo desnudo, y en las b) las virutas son muy pequeñas y suelen ser visibles
solamente bajo el microscopio. Dentro de los programas de las materias de Metalurgia de
Transformación, y de Taller, se ven con mayor detenimiento las máquinas herramientas, por
lo que aquí no se abundará en detalles, y sólo se las clasificará de la siguiente forma:
a1) De herramientas de corte que producen principalmente superficies de revolución:
Tornos horizontales, tornos verticales, máquinas agujereadoras, perforadoras, alesadoras.
b1) Las abrasivas que producen superficies de revolución: esmeriladora cilíndrica
externa, esmeriladora cilíndrica interna, rectificadoras, pulimentadoras.
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distancias entre puntos (para ejes portahélices, por ejemplo); tornos con plato horizontal (un
ejemplo es el torno carrusel de la Fig.5.107 del Leyensetter) que soportan piezas de grandes
pesos y dimensiones; alesadoras (ver la Fig.5.21 del Leyensetter, Máquina taladradora
horizontal, que es una alesadora) para piezas de grandes dimensiones y pesos.
Los elementos que integran un buque poseen todo tipo de formas y tamaños, y en
consecuencia su remoción para reparación o cambio, y su posterior colocación en su lugar,
implican el movimiento de piezas de variadas formas, tamaños, y pesos. Para lograr estos
objetivos es necesario contar con máquinas que permitan sujetar, izar y desplazar dichas
piezas en el dique, en el astillero, en el taller de reparaciones, y en el buque mismo.
Grúas de todo tipo, polipastos, aparejos, guinches, plumas, instaladas en forma fija o
móvil, montadas sobre rieles, sobre camiones, o en fundaciones fijas, integran las máquinas
de sujeción y movimiento que se utilizan en la reparación naval. Hay que tener en cuenta los
alcances, los brazos o distancias que deben salvarse, así como la magnitud del peso y
volumen a mover para decidir cuál de los equipos disponibles debe utilizarse para cada una
de las tareas a efectuar.
En las reparaciones navales las mayores complicaciones pueden darse durante la
presentación de estructuras y planchas al casco para su sustitución, así como durante el
movimiento de elementos de máquinas desde y hacia la Sala de Máquinas del buque
(motores enteros, o sus partes, para su reparación, ajuste, y montaje).
Cuando se trata de mover planchas, estructuras, ejes, hélices, timones, etc., desde y
hacia la parte inferior del casco de un buque dentro de un dique, de un astillero o de un
varadero, o inclusive en trabajos a flote, muchas veces se utilizan cáncamos que se sueldan
al casco, o que ya están soldados a él, para colgar de ellos aparejos manuales o neumáticos
que ayudarán al descenso de la pieza durante su desmonte, y al izado de la misma hasta su
ubicación durante el montaje.
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Referencias bibliográficas:
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Introducción:
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Los cojinetes se renovarán cuando sus luces excedan los límites máximos,
establecidos por las Sociedades Clasificadoras, o por las autoridades competentes, o por el
armador o sus representantes técnicos.
Los ejes estarán dañados cuando se observe corrosión en zonas expuestas al mar, o
cuando se observen desgastes excesivos en los luchaderos (que son las zonas de los ejes que
se apoyan en los cojinetes, y que en los cojinetes lubricados con aceite en general son zonas
del eje de algo mayor diámetro del mismo, y que en los cojinetes lubricados con agua en
general son camisas metálicas de aleaciones de cobre solidarias a los ejes), o cuando se
observen fisuras o deformaciones permanentes, o cuando se observen desgastes por roces
con cables o cabos por rotura de los guardacabos.
Los ejes se desalinearán cuando se deforme el casco permanentemente, o cuando por
golpes o varaduras se tuerzan las patas de gallina (arbotantes), o por desgaste de los
cojinetes, o finalmente por deformación de las carlingas o movimiento de las plantas
propulsoras (motores o turbinas) con respecto a dichas carlingas.
Con respecto a esta tercera circunstancia (desalineación), que puede ameritar el
desmonte de la línea de ejes, los signos evidentes de la misma son básicamente tres:
calentamiento excesivo de uno o varios cojinetes; desgaste excesivo de uno o varios
cojinetes; rotura de algún eje de la línea. Cuando se verifique alguno de estos signos, habrá
que programar el desmonte de los ejes en dique seco o a flote. En caso de hacerlo a flote, el
buque deberá asentarse por la proa lo suficiente como para permitir que el / los eje(s)
salga(n) fuera del agua, o deberán proveerse los medios adecuados (diques parciales a
colocar en la popa del buque) para realizar el trabajo sin que ingrese agua por la(s)
bocina(s). En cualquier caso, y a los efectos de conocer la magnitud de la desalineación,
previo al desmonte se recomienda medirla, para lo cual existen básicamente dos
procedimientos:
a) Estando el buque aún a flote, se desacoplan los ejes de la línea y en cada par de platinas
de acople se procede a medir la desalineación axial, o excentricidad (“bore
misalignment”, o “eccentricity”), y la desalineación angular (“angular misalignment”, o
“breakage”). Esto a su vez puede ser medido usando el método tradicional de galgas y
regla directamente aplicadas sobre las platinas (fig. 242 (b) del Benkovsky, figs. 56 y 57
del Razdroguin, y figs. 3.14 y 3.15 de CATERPILLAR), o usando un método más
elaborado montando cuatro soportes adecuados en cada par de platinas, dispuestos de a
pares a 180º entre sí cada par, donde poder medir con galgas o con tornillos de medición
(“gauge screw”) las luces (fig. 242 (a) y 243 del Benkovsky, y fig. 58 del Razdroguin),
o usando el más preciso de los métodos que es utilizando dos relojes comparadores
micrométricos (fig. 3.13 del CATERPILLAR) que se soportan de alguna forma
conveniente en una de las platinas, y tocando a la otra platina. Los tres métodos
requieren que los ejes sean rotados (hay que rotar ambos ejes, para lo cual normalmente
se colocan flojos tres espárragos conectando las platinas de los ejes, los cuales se
desconectan en el momento de tomar las medidas) en saltos de 90° para tomar medidas
en cada una de las cuatro posiciones. La rotación podría no llegar a ser necesaria para
obtener las medidas en el caso del método tradicional de galgas y regla (y de esta forma
está considerado en el documento hipervinculado antedicho del Benkovsky), pero es
recomendable que también en este método tradicional se roten los ejes en forma
simultánea para independizarse de posibles deformaciones locales de las platinas (falta
de concentricidad de los perímetros exteriores con sus respectivos ejes, e irregularidades
en las caras o frentes de las mismas).
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Pero ATENCIÓN: si en el método tradicional de galgas y regla se rotan los ejes, para
una correcta medición de la desalineación angular, de forma de considerar posibles
desplazamientos axiales de los ejes al ser rotados, no es correcto el uso de la tabla 19
del Benkovsky para calcular dicha desalineación angular o “Breakage”, pues dicha tabla
sólo es correcto utilizarla si hubiera certeza de que no ha habido desplazamiento axial
de los ejes cuando son rotados. Si esta certeza no existe, se deben tomar medidas
duplicadas (con las galgas y la regla para la medición de desalineación angular), tal
como se hace con el método de los soportes o de los tornillos de medición y lo muestra
la tabla 18. En cambio para la medición de excentricidad no es imprescindible la
duplicación de las medidas, pues existe redundancia (que para lo que sirve es para
minimizar errores de medición, tal como lo expresa la Nota de Tabla 17 de la Figura 242
del Benkovsky). Sea como sea, utilizando el método tradicional de las galgas y regla,
para la medición de la excentricidad hay que tener cuidado con los signos de las
mediciones, y es por esto que existe una aparente contradicción entre lo que expresa la
Nota de Tabla 17 y la Tabla 19. Esta contradicción no es tal, sólo es que se deben
considerar los signos de las mediciones en ambas tablas.
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b) Estando el buque aún a flote, se miden las fuerzas que realizan cada uno de los cojinetes
de la línea de ejes utilizando pares de dinamómetros (fig. 245 del Benkovsky, y fig. 59
del Razdroguin; se colocan dos dinamómetros en cada cojinete, uno a cada lado, en
disposición diagonal si hay dos agujeros para bulones de cada lado del cojinete, y en los
agujeros centrales si hay tres bulones de cada lado del cojinete; si las medidas en ambos
dinamómetros son diferentes, quiere decir que hay que correr lateralmente el cojinete
hacia el lado del dinamómetro más cargado; el procedimiento completo se explica en la
Section 153, pág. 448 a 453 del Benkovsky), o utilizando gatos hidráulicos con
indicación de fuerza, que se colocarán debajo de cada eje muy próximos a cada cojinete
y se utilizará el procedimiento descrito en “4.12 Determination of Shaft Alignment”,
pág. 378 y 379 del Harrington. Estos procedimientos, basados en las fuerzas aplicadas a
los cojinetes, parecen ser más apropiados que el de la medición de excentricidad y
desalineación angular, pues en los de las fuerzas los límites tolerables en cada cojinete
no dependen de los valores del resto de los cojinetes de la línea de ejes, que sí dependen
en el caso del método de excentricidad y desalineación angular. Para culminar con esta
presentación del método dinamométrico, se puede decir que es un método muy apto
para ser empleado en trabajos repetitivos, tales como en series de buques idénticos.
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Pilgrim a partir del Pilgrim Nut Data Sheet (ver también la Fig.1 – PROPELLER
INSTALLATION).
El procedimiento con tuerca gato también puede verse en la fig. 47, pág. 653 del
Taggart. Se reitera lo dicho en el punto 4.1.1 en cuanto a que el método de la tuerca gato ha
sido especialmente desarrollado para montar y desmontar hélices de gran tamaño. El uso de
tuercas gato para el montaje de las hélices tiene las siguientes ventajas: eliminar los pesados
trabajos manuales de apriete de tuercas; no emplear dispositivos voluminosos ni aplicar
esfuerzos exteriores a la línea de ejes; controlar el ajuste de las hélices con relojes
comparadores; prescindir de chaveteros y chavetas (aunque a veces las poseen; es más, las
tuercas gato fueron introducidas en hélices convencionales, con chaveta) con la consiguiente
eliminación de concentradores de tensión en los ejes y hélices y el aumento de la sección
efectiva del eje, cosas ambas que permiten reducir los diámetros de los ejes, bajando costos.
Esto último, la posibilidad de reducir los diámetros de los ejes portahélices, ha
extendido la práctica de utilizar hélices sin chavetas (keyless) en buques de dimensiones
cada vez menores.
NOTA: el mismo concepto se aplica para la reducción del diámetro de toda la línea
de ejes mediante el uso de acoplamientos mecánicos con manguitos hidráulicos o con bridas
de acople hidráulico también keyless, lo cual reduce costos y aumenta la confiabilidad de
los acoples de las líneas de ejes, en comparación con la solución tradicional de bridas
desmontables con chavetas. Detalles de los acoples keyless se verán en el numeral 4.1.5
Montaje de líneas de ejes.
Como información general se puede decir que es esencial que se produzca el correcto
ajuste de los conos del cubo de la hélice y del eje, pues de lo contrario se puede llegar a
perder la hélice y a romper el eje portahélice. Normalmente se recomienda la verificación
del ajuste de los conos, utilizando el método del “Azul de Prusia”, pero la recomendación
pasa a ser exigencia cuando las hélices han sido reparadas por soldadura en zonas próximas
al núcleo, o cuando los conos (de eje y / o cubo) han debido ser maquinados por encontrarse
defectuosos.
La aceptación del ajuste de los conos estará dada por la Sociedad Clasificadora, o por
la autoridad competente, y en general estará dada por un porcentaje mínimo de contacto,
marcada con el Azul de Prusia, del área total de los conos (por ejemplo un 75% mínimo de
contacto). El Benkovsky señala que se debe conseguir una distribución uniforme de puntos
de contacto, con dos o tres puntos cada 25 x 25 mm (1” x 1”). Este ajuste se debería lograr
luego de un muy preciso maquinado de los conos, pero en caso que no se desee o no se
pueda realizar el remaquinado, el ajuste adecuado se obtendrá aplicando sucesivamente
finas capas de Azul de Prusia sobre el cono del eje, presentando la hélice al eje, y luego
rasqueteando a mano el cono del cubo en las zonas que han quedado marcadas por el azul,
hasta obtener el ajuste deseado [NOTA: también se utilizan pequeñas piedras de copa
abrasivas, para rectificar, movidas por turbinetas (amoladoras rectificadoras que superan las
10.000 rpm), en vez de rasquetas, para la fina eliminación del material en exceso en las
zonas marcadas por el azul de Prusia]. Una buena práctica consiste, durante las operaciones
de ajuste y asentamiento de los conos, en poner al eje portahélice vertical, y dejar caer por
su peso propio a la hélice en el cono de aquel. Pero cuando la hélice es grande puede ser
más sencillo ubicarla en el piso y dejar caer por su peso propio al eje, verticalmente, luego
de untarlo con Azul de Prusia.
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Una vez obtenido el ajuste deseado, se debe marcar la posición en que queda la hélice
sobre el eje, pues cuando se apriete la tuerca durante el montaje definitivo esa marca deberá
ser sobrepasada, forzando la hélice sobre el eje (NOTA: debe tenerse en cuenta la
temperatura a la cual se realiza la marca, por un tema de coeficientes de dilatación térmica
diferentes entre la hélice de bronce y el eje de acero, según se verá inmediatamente
después); según el NOCEM, para conos normales con chavetas (1:10 a 1:12), el avance de
la hélice más allá de la marca realizada al obtenerse el ajuste deseado, deberá ser de 1 mm
por cada 150 mm de diámetro del eje. Según una circular de instrucciones del ABS para sus
inspectores, vigente en 1992, para una hélice de bronce de una sola pieza (o sea no se
consideran las hélices de paso controlable), el avance de la hélice en el cono del eje será de
6 milésimas de pulgada por cada pulgada de diámetro del eje, lo que equivale a 0,9 mm por
cada 150 mm de diámetro del eje, lo que es muy similar a lo establecido por el NOCEM.
Cuanto mayor sea la conicidad, menor deberá ser el avance.
Dicho avance deberá ser corregido, además, con la temperatura ambiente debido a
que usualmente el material de fabricación de la hélice (bronce) tiene un coeficiente de
dilatación térmica mayor que el material del eje (acero al carbono), y sumergida en el agua
la hélice podrá tener una temperatura (próxima a 15 ºC) diferente a la que tenía cuando fue
montada. Por consiguiente, normalmente cuando la temperatura ambiente es elevada (mayor
a 15 ºC) la hélice es empujada o forzada en menor medida sobre el eje comparando con la
cantidad básica calculada a temperaturas moderadas; opuestamente cuando la temperatura
ambiente es baja (menor a 15 ºC) la hélice es forzada en mayor medida que para el caso de
temperaturas moderadas.
El citado NOCEM establece que las diferencias de avance de la hélice de bronce en
más o en menos es un 2% por cada grado centígrado de diferencia, en menos o en más
respectivamente, con respecto a los 15 ºC promedio que la hélice encontrará en el agua. El
cálculo del avance antedicho debe ser realizado por el Departamento de Ingeniería del taller
naval o, lo cual es más normal, ha sido realizado por el fabricante de la hélice y está
registrado y forma parte de la documentación abordo que suministrará el Jefe de Máquinas
(o Jefe de Ingenieros) del buque. Si la hélice es de acero, o si siendo la hélice de bronce
posee una camisa cónica de acero o hierro fundido dentro del cubo, no será necesario hacer
ajustes por ser diferente a 15 ºC la temperatura de montaje de la misma debido a que el cono
del cubo de la hélice y el cono del eje se dilatarán de idéntica forma entre sí.
Ahora bien, de no ser práctico el tomar como referencia una marca realizada durante
las operaciones de ajuste de los conos (por ser hélices de gran tamaño que en posición de
montaje no pueden aproximarse fácilmente a dicha marca), la corrección por temperatura se
logra mediante la variación de la presión de aceite en la tuerca gato: menor presión cuando
la temperatura ambiente es elevada, y mayor presión cuando la temperatura es baja.
Utilizando tuercas gato el avance siempre se medirá de alguna forma, por ejemplo, con
relojes comparadores.
NOTA: debe mencionarse que en hélices con chaveta, y con tuercas convencionales,
es una práctica posible el calentar moderadamente el cubo de la hélice con sopletes, a
temperaturas menores a 100ºC, para facilitar su colocación. El procedimiento consistirá en
colocar la hélice en su posición sobre el eje, arrimándole la tuerca con suaves golpes, y
luego de calentar uniformemente el cubo, se dan unos golpes más firmes a la tuerca para
forzar la entrada de la hélice en el cono del eje. Debe tenerse cuidado con no golpear en
exceso a la tuerca, y medir cuánto se está introduciendo la hélice, a los efectos de no
someter a la hélice a tensiones excesivas una vez que baje su temperatura hasta la ambiente.
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Esta práctica de calentamiento moderado evita los golpes desmedidos sobre la tuerca, que
terminarían lastimando a la tuerca, a la hélice, y a la propia línea de ejes.
Para hélices sin chavetero (“keyless”) los criterios de avance de la hélice son un poco
más elaborados, ya que por un lado debe ser mayor, para una conicidad dada, que el avance
de una hélice con chavetero a los efectos de asegurar una mayor fricción torsional entre eje
y hélice, y por otro lado este mayor avance para la mayor fricción torsional generará
mayores tensiones y esfuerzos sobre el cubo de la hélice, los cuales no pueden sobrepasar
determinados porcentajes del límite de fluencia de dicho material. Además la conicidad en
hélices sin chavetero (entre 1:15 y 1:18, y menos aún) es menor que en hélices con
chavetero (entre 1:10 y 1:12), lo que motiva que el avance deba ser mayor que para hélices
con chavetero para lograr la misma fricción torsional que en éstas. Todo fabricante de
hélices sin chavetero indicará al armador del buque el avance necesario para el correcto
montaje de cada hélice, en función de los materiales, los diámetros, la conicidad, el par
transmitido, el empuje, y la temperatura de montaje.
En caso de no poseerse esta información durante el montaje de una hélice sin
chavetero en una reparación, se puede usar la siguiente información, Keyless fitting of
propellers without ice strengthening, tomada de las Reglas del Lloyd’s Register of Shipping,
del año 1978. Una versión casi idéntica, con algún error, que tiene el viejo documento del
Lloyd’s, corregido, está en la publicación Nº 153 de la IACS, Requirements concerning
PROPELLERS, de 1998. (NOTA: no usar este criterio en hélices encamisadas, tales como
las “Pilgrim keyless bore propellers”, ni en buques que tienen que navegar en zonas de
hielos, que necesitan que las hélices sean instaladas reforzadamente por los hielos). Allí se
dan fórmulas que permiten calcular la longitud de avance necesaria de la hélice (“pull-up
length”) a la temperatura “t” a la cual se realizará el montaje: t . Pero además las fórmulas
que allí se dan sirven para verificar que los conos (las superficies de contacto) están bien
diseñados, bien calculados. Para ello se realizan las siguientes verificaciones:
1) hay que verificar que la tensión uniaxial en el cubo de la hélice, basándose en el
criterio de von Mises, no excede del 70 % de la tensión de fluencia del material de la hélice
(para hélices de aleaciones de cobre), o no excede del 30% de la tensión de rotura del
material de la hélice (para hélices de hierro fundido), cuando la hélice y eje estén a 0 ºC
[que es la mínima temperatura a la cual se espera que estén la hélice y eje en el agua de mar,
o durante su montaje (en seco), y que provocará entonces las máximas tensiones en el
cubo]; esto consiste en verificar que
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Durante el montaje definitivo de la hélice se aconseja que ambos conos estén libres
de grasa, aceite o cualquier sustancia, para así permitir el contacto seco metal a metal, lo
cual es lo mejor para el agarre y la correcta transmisión de potencia. Sin embargo ya hemos
mencionado que hay autores, como el Razdroguin, que muestran procedimientos que
incluyen la inyección de aceite entre conos de eje y de hélice durante el montaje. Algún otro
autor (Benkovsky) recomienda frotar ambas superficies cónicas con grafito. El receso
circular interno del cubo de la hélice debe llenarse con grasa o algún compuesto
anticorrosivo.
La presentación y colocación definitiva de la hélice en su eje se realizará
posicionándola por medio de aparejos que colgarán de cáncamos soldados al fondo del
casco en la popa, encima de la posición de aquella; en el caso de popas con hélices
múltiples, el posicionamiento puede realizarse usando carros especiales, que no pueden
aplicarse para hélices únicas pues el codaste impide su uso.
La circular de instrucciones del ABS antes señalada, menciona que la luz entre el
chavetero de la hélice y la cara superior de la chaveta debe ser de 1/32”; si la chaveta tocara
con el chavetero de la hélice, seguramente que los conos de eje y hélice no asentarían
adecuadamente, pudiendo provocar un fallo prematuro tal como desprendimiento y pérdida
de la hélice.
A los efectos de evitar el contacto del agua salada con el par galvánico representado
por el cubo de la hélice y el eje portahélice, se deben rellenar con compuestos anticorrosivos
los espacios huecos tales como: sombrerete (caperol) que encierra la tuerca, espacio entre el
extremo de popa del cono del eje y la tuerca de la hélice, receso circular interno del cubo de
la hélice (ya mencionado), en los casos de cojinetes de bocina lubricados con agua el
espacio entre la camisa del eje (luchadero) y el fondo del rebaje del núcleo de la hélice en
proa (en los casos de existencia de prensa estopa exterior). En caso de cojinetes de bocina
lubricados con agua y que no exista prensa estopa exterior entre el luchadero y la cara proel
del cubo, se colocará sobre el eje, en esa luz, un aro de goma sintética sin costura. Es
fundamental asegurarse que el sombrerete esté adecuadamente instalado, y asegurado con
algún tipo de chaveta o seguro, pues en caso de perderse se aceleraría la corrosión del par
galvánico entre hélice, eje y tuerca.
La circular de instrucciones del ABS para sus inspectores, en relación con este punto,
hace las siguientes recomendaciones: a) el material de relleno entre la tuerca y la cara de
popa de la hélice debe ser Esso Rust Ban Nº 324 ó Gulf No-Rust Nº 1 ó Nº 3, debiéndose
colocar antes de colocar la tuerca; b) el sombrerete (caperol) de la hélice se rellena con
grasa o con los productos antes citados; c) en caso de que la cara de proa del cubo de la
hélice tenga un prensa-estopa, el material de relleno será minio o los productos antes
citados; d) para cojinetes de bocina lubricados con agua, en caso que la hélice no tenga un
prensa-estopa, en el espacio o receso que queda entre el cubo y la cara de popa del
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luchadero (camisa) del eje portahélice se debe colocar un aro (“O” ring) de goma natural o
de neopreno, de sección circular (nunca de sección cuadrada o rectangular), enterizo o con
una unión sesgada y vulcanizada, siendo ¼” la luz recomendada entre la cara proel del cubo,
dentro del receso, y la cara popel del luchadero. Esta recomendación de luz ya figuraba en
el Capítulo 44, Hélices, del “Bureau of Ships” de 1946, del Departamento de Marina de
U.S.A (ver la Fig. 44 - 2). Debe considerarse que la sección (el área de la sección) del aro
no debe ser mayor a la sección que tiene que rellenar entre el receso de la cara de proa del
cubo y el luchadero, porque en caso contrario se romperá el “O” ring durante el apriete de la
hélice.
A los efectos de evitar el afloje de la tuerca y su pérdida, es fundamental colocar
chavetas o cualquier otro seguro que evite el giro relativo de la tuerca con respecto al eje y a
la hélice; se puede colocar chavetas en tuercas tipo castillo, o seguros atornillados a la cara
popel del cubo y que apoyándose en una cara de la tuerca impiden su movimiento.
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es totalmente despreciable y por lo tanto se puede dar por alineado fuera del agua. Inclusive
en buques con líneas de eje largas, la alineación varía según la condición de carga. Por
consiguiente, si bien el maquinado de las patas de gallina y de las bocinas, así como de sus
cojinetes respectivos, y la ubicación del motor propulsor y su caja reductora, se hacen con el
buque en seco, el trabajo completo de montaje de la línea de ejes debe realizarse a flote.
Indispensablemente el eje portahélice debe estar colocado junto con el prensa estopa
respectivo, antes de la puesta a flote del buque; los demás ejes solamente estarán
presentados, sin manchonarse. Una vez a flote se debe verificar con el método de la regla y
las galgas, o con los soportes montados que permiten la medición con galgas, o con relojes
comparadores, y teniendo en cuenta las caídas de las platinas por el peso propio de los ejes,
que los ejes se encuentran alineados. En caso de que las medidas estén dentro de las
tolerancias de excentricidad y desalineación angular, se puede proceder a manchonar los
ejes, debiéndose utilizar bulones maquinados a medida para cada par de agujeros de las
platinas (por eso es importante haber marcado, antes de desarmar, la posición de las platinas
y de cada bulón en ellas). En caso contrario, será necesario mover los cojinetes sobre sus
soportes hasta obtener la ubicación deseada; será necesario colocar nuevos suplementos, y
dependiendo de la magnitud a mover podrá usarse “papel España” para suplementar los
cojinetes. Para la alineación a flote hay que recordar que también se puede usar el método
de los dinamómetros, y entonces luego de manchonar los ejes la ubicación final de los
cojinetes estará dada por las cargas medidas en cada uno de ellos, las cuales no deben
superar los límites establecidos.
Para terminar con el tema del montaje de líneas de ejes es conveniente señalar la
existencia, cada vez menos excepcional, de rodamientos en la función de cojinetes,
sustituyendo a los cojinetes de metal blanco; esto permite aumentar la eficiencia propulsiva
por disminución de pérdidas por rozamiento, alargar los períodos entre reparaciones, y
soportar mejor las flexiones del casco ya que los rodamientos seleccionados se autoajustan
mejor a las flexiones de los ejes. Ejes con bridas enterizas forjadas al eje no permiten el uso
de rodamientos (por imposibilidad de introducción), y el procedimiento más usado para unir
ejes cuando se utilizan rodamientos es mediante manguitos que se acoplan con presión
hidráulica (fig. 60 del Razdroguin) o mediante bridas de igual forma de acople (fig. 61 del
Razdroguin), siendo ambos tipos sin chavetas. Se adjunta el Numeral 10 del Capítulo III del
Razdroguin, pág. 8 a 10 del documento adjunto, donde se presentan estos acoples que
funcionan a presión hidráulica para el montaje de líneas de ejes. También se adjunta un
catálogo de SKF donde se explica con detalle el funcionamiento de sus acoples OK
(manguitos hidráulicos) y sus acoples OKF (bridas acopladas hidráulicamente) utilizadas
muy frecuentemente para unir ejes propulsores sin bridas forjadas a ellos, y sin chavetas (lo
cual permite reducir el diámetro de los ejes al aumentar la sección efectiva, por ausencia del
chavetero, y por la eliminación del concentrador de tensiones que representa el mismo.
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e) Previo a cualquier desmonte, se deben medir las flexiones del cigüeñal en cada
muñequilla de biela, colocando los flexímetros (relojes comparadores) en los
puntos marcados a tales efectos en las guitarras del cigüeñal. Estos valores deben
registrarse, y deben compararse con los máximos admisibles dados por el
fabricante del motor. El Benkovsky, Section 67 de pág. 233 a 236, está
enteramente dedicado a la medición de flexiones en cigüeñales; también se
puede ver este tema en el “Crankshaft Deflection Test” del CATERPILLAR.
(Nota: las flexiones se deben medir, a los efectos de conocer en detalle las causas
de una posible flexión del cigüeñal, en las siguientes condiciones: con la línea de
ejes conectada al motor; con la línea de ejes desconectada del motor; en caso de
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tener que desarmarse el motor por completo también se medirá con el cigüeñal
completamente libre, es decir con las partes reciprocantes desacopladas del
mismo; y finalmente, si el desmonte será total, luego del desmonte del volante
del cigüeñal. Es necesario señalar que la medición de las flexiones en los
cigüeñales forma parte de la rutina del mantenimiento preventivo / predictivo,
que obliga a los maquinistas a tomar las flexiones en forma periódica de modo de
asegurar / confirmar que las mismas no superan los valores máximos admisibles
impuestos por los fabricantes de los motores. Se muestra aquí la medición
periódica de la flexión en una posición de muñequilla de biela de un gran motor
propulsor). Muy pequeños motores propulsores no tienen la posibilidad de que
les sean medidas las flexiones.
i) Cuando el trabajo se interrumpe cada día, es necesario cubrir con lonas, tablas,
cartones, etc., las partes abiertas (cilindros, por ej.) para así evitar la entrada de
objetos no deseados, o de suciedad en general; las cañerías abiertas, por el
desmonte, deberían bridarse con platinas ciegas para que no se les metan objetos
como trapos, maderas, suciedad en general, debiéndose cuidar con particular
esmero las líneas de lubricación, de refrigeración, y de combustible, en ese orden
de importancia.
j) Especial cuidado debe tenerse con el desmonte del cigüeñal para evitar que se
flexe más allá de lo permitido; deberán colocarse varios apoyos intermedios, con
cabos o fajas que no dañen las delicadas superficies rectificadas de los muñones
de bielas y bancadas. Todo fabricante de grandes motores indicará un
procedimiento para el izado seguro de los cigüeñales de los diferentes modelos
de sus motores.
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formas la correcta alineación de la platina del motor con la platina del equipo movido
(generador, bomba, etc.) debe verificarse.
- Entre los soportes (patas o rieles) que forman parte de los motores propulsores y
las carlingas se colocarán tacos de acero (steel shims) prismáticos o esféricos, o
tacos de plástico (resinas epoxi tales como la de marca Chockfast Orange de la
empresa Philadelphia Resins & Co, adquirida hace unos años atrás por DEVCON
de U.S.A.) que se cuelan en estado semi-líquido entre los soportes del motor y las
carlingas. El catálogo adjunto, en idioma portugués, posee las características
físicas y aplicaciones usuales de las resinas Chockfast.
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- Una vez terminado el montaje y apretados todos los tornillos con los valores de
torque recomendados por el fabricante del motor, y en aquellos motores en que
sea posible, se deben medir las flexiones del cigüeñal para verificar que no se
sobrepasan los límites permitidos. En el caso de que se sobrepasen estos límites,
los tornillos deben aflojarse y rectificarse los tacos prismáticos de acero en donde
se puedan detectar luces entre estos y la base del motor, o debe rehacerse la
soportación plástica con resina epoxi.
- Finalmente se debe conectar el motor con la línea de ejes (caja reductora, cojinete
de empuje, etc.) y luego deben volverse a verificar las flexiones del cigüeñal; en
caso de que se observen valores mayores a los admisibles será necesario estudiar
la solución más conveniente, pudiendo optarse por reposicionar el motor o por
modificar la soportación de algunos cojinetes de la línea de ejes.
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que se pueden encontrar en las palas de las hélices. La forma de trabajar con el rugosímetro
es comparando e igualando por tacto la rugosidad de la pala con el de algún espécimen;
entonces se recomienda que los bordes de ataque y los extremos de radio mayor al 70% del
radio de la hélice, de todas las palas y por ambas caras de cada una de ellas, posean una
rugosidad recomendada grado B, siendo C el valor máximo admisible. Para el resto de la
superficie de las palas se recomienda una rugosidad grado C, siendo D el valor máximo
admisible. Los grados E y F se dejan como testigos para poder registrar en qué estado se
encontraba la hélice cuando el buque salió del agua, por ejemplo. Este es un ejemplo,
existen otros rugosímetros con el mismo principio de aplicación y similares criterios de
rugosidad en las diferentes zonas de las palas de hélices; las Sociedades de Clasificación
aceptan este tipo de verificación del estado superficial de las hélices.
Para lograr las rugosidades recomendadas, se amolan las palas (mediante amoladoras
con discos abrasivos); cuando se tiene erosión por cavitación, en los casos más severos se
pueden observar varios milímetros de profundidad en las palas con dicho ataque, con dicha
rugosidad, y ocasionalmente esa erosión penetra totalmente las palas. Estos casos de
erosión no se pueden solucionar con el simple amolado pues se perdería demasiado espesor
en las palas, por lo que la solución es cortar las palas y soldarles las partes eliminadas, o
descarnar con amoladora o con métodos de fusión y luego rellenar con electrodos
apropiados.
Es esencial examinar cuidadosamente las áreas delante de las zonas con cavitación,
buscando irregularidades tales como dobleces, revires, cambios bruscos de espesor en las
palas, distorsiones, etc., tal vez debidos a trabajos de reparación previos mal hechos, pues
esas irregularidades inducen, provocan la cavitación; de modo que cuando se encuentran
evidencias de cavitación, las dimensiones de la hélice deben corroborarse con los planos
respectivos y utilizándose medidores de paso (pasómetro).
El uso de rellenos epoxídicos para emparejar las zonas con cavitación erosión es de
poca ayuda porque su duración es muy limitada.
En cuanto a la soldadura de las hélices, tanto sea para soldar trozos de pala
reemplazados, como para soldar fisuras previamente descarnadas (abiertas con amoladora
hasta llegar a la raíz de las mismas), como para rellenar zonas con corrosión y / o erosión y
que fueron adecuadamente preparadas con amoladora hasta encontrar metal base sano, hay
dos cosas básicas que hay que tener en cuenta: a) Se deben calificar los procedimientos de
soldadura que se utilicen y los soldadores que trabajarán en la reparación, para asegurarse
que la soldadura tendrá las propiedades mecánicas adecuadas. b) Se deben respetar las
indicaciones dadas por las sociedades clasificadoras y / o las autoridades marítimas
competentes.
En todo procedimiento de soldadura se establecerán las temperaturas de
precalentamiento, los parámetros de la soldadura propiamente dicha (diámetro de
electrodos, amperaje, preparación de bordes, gases protectores si correspondiesen, etc.), y el
tratamiento térmico para alivio de tensiones. El precalentamiento sirve, como ya se sabe,
para disminuir los problemas de fisuración durante la soldadura, y el alivio de tensiones
posterior a la soldadura sirve para reducir a un valor tolerable las tensiones residuales
provocadas por la contracción del metal de soldadura.
En el caso de hélices de latón, material éste especialmente susceptible a la corrosión
bajo tensión, es fundamental realizar un alivio de tensiones post-soldadura a los efectos de
disminuir las tensiones residuales y así evitar este tipo de corrosión. Una correcta
especificación de recocido para alivio de tensiones incluirá una rampa de calentamiento
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el baricentro esté en el eje de rotación, y con el balanceo dinámico además nos aseguramos
que el eje de inercia, que obviamente pasa por el baricentro, sea colineal con el eje de
rotación).
Si el centro de gravedad de la hélice no coincide con el eje de rotación, la rotación de
la hélice producirá una fuerza centrífuga sobre el eje portahélice; si el eje principal de
inercia de la hélice no coincide con el eje de rotación, la rotación de la hélice producirá un
par sobre el eje portahélice, par de eje perpendicular al de rotación y que rotará con la
hélice.
A pesar de que lo ideal es hacer el balanceo dinámico, no es sencillo realizarlo debido
a que en general no se consiguen balanceadoras capaces de manejar los tamaños y pesos de
las hélices normalmente usadas. Por lo tanto lo usual es hacer el balanceo estático; en caso
de hélices de altas rotaciones se vuelve imprescindible realizar el balanceo dinámico. En el
Benkovsky, Section 173, pág. 498 a 501, se sugieren relaciones de ancho de pala / diámetro
de pala, así como valores de velocidad periférica, para las cuales es suficiente el balanceo
estático. NOTA: en dicho libro no es correcta la traducción, ya que se refiere a L/D (ancho
máximo de pala / diámetro de pala) mayor o menor a 3, y seguramente lo que debió decir es
radio de pala en lugar de diámetro de pala.
El balanceo puede realizarse mediante la remoción de metal por amolado, así como
mediante el agregado con rellenos de soldadura; lo más corriente es el amolado, lo cual se
practica sobre las caras de presión (caras de popa) de las palas, tratando de no dejar
transiciones de espesor bruscas ni de afinar demasiado las palas. En el Art. 19 – 216 del
NOCEM se dan recomendaciones sobre cómo balancear las hélices.
Existe una norma oficial mexicana para la especificación de hélices, la Nom-008-
SCT4-1994, titulada “Especificaciones técnicas que deben cumplir las hélices para
embarcaciones.” Está basada en la ISO 484, Shipbuilding-ship screw propellers-
manufacturing tolerances, y da criterios para la fabricación y métodos de prueba de hélices,
incluyendo todo lo relacionado con el balanceo estático de las mismas.
Se adjunta la ISO-484-Part_1-2015 (para hélices de más de 2,5 m de diámetro), y la
ISO-484-Part_2-2015 (para hélices entre 0,8m y 2,5 m de diámetro) que refieren a las
tolerancias de fabricación de hélices de buques; su campo de aplicación incluye hélices de
paso controlable y no controlable (las llamadas monobloque, o fundidas en una pieza, y las
fabricadas por soldadura de partes, o “built-up”). Las tolerancias que trata incluye: paso,
espesores de palas, diámetro exterior, forma del borde de ataque, desviación angular entre
dos palas consecutivas, posición axial entre dos palas consecutivas, rugosidad superficial de
las palas, y balanceo estático de las hélices. No incluye, ni realiza referencia alguna, sobre
el balanceo dinámico. Cada una de las tolerancias mencionadas depende de la exactitud
(“accuracy”) de fabricación que seleccione el dueño de la hélice, y acuerde con el fabricante
de la misma, dentro del siguiente rango:
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Cuando el buque navega sin carga o en lastre, y la hélice está parcialmente emergida,
se incrementan las tensiones alternativas de flexión en el eje de cola debido a la
excentricidad del empuje sobre la hélice, que inducirán fatiga.
El desgaste de los cojinetes de bocina, y particularmente del cojinete más próximo a
la hélice, causa la flexión del eje de cola y por lo tanto un incremento en la amplitud de las
tensiones.
Los ejes portahélices se corroen más intensamente en las zonas donde se producen
contactos entre materiales disímiles. Y un gran problema que existe es el hecho de ser
prácticamente imposible inspeccionar adecuadamente el eje de cola estando el buque en
servicio, pues las zonas más críticas estarán dentro de la bocina y junto a la hélice, o sea
debajo del agua.
Las principales causas de fractura del eje de cola en la zona de transición de la parte
cónica a la cilíndrica son fatiga y corrosión actuando conjuntamente.
También puede acontecer que el eje de cola sea dañado por un cabo o cable que se
enrolle entre la hélice y el tubo de bocina, acuñándose detrás del cubo de la hélice y
produciéndose un desgaste en el eje mientras éste continúa girando con el cabo enrollado.
Al desmontar la línea de ejes se limpian, inspeccionan y miden sus partes,
determinándose las necesidades de reparación. En los ejes de cola se quitan las chavetas (si
existen) para inspeccionar mejor los chaveteros. Todos los ejes son examinados
externamente buscando fisuras, corrosión, combaduras, y cualquier otro defecto que pudiera
estar presente.
El desgaste de los ejes se determina midiendo los diámetros de luchaderos, camisas y
conos, utilizando micrómetros de exteriores, y también se miden los desgastes de los anillos
de empuje y de las platinas; las medidas (diámetros) se toman en dos posiciones
mutuamente perpendiculares, y en los luchaderos y / o en las camisas se toman en tres
lugares a lo largo de cada uno de ellos. Se llenan planillas con los valores obtenidos, y se
calculan los desgastes, ovalizaciones, y conicidades en camisas y luchaderos. De acuerdo al
Benkovsky, las ovalizaciones y conicidades máximas permitidas para los luchaderos y
camisas de buques en servicio son:
1) Para ejes intermedios con diámetros desde 120 a 500 mm: ovalización desde
0,25 a 0,45 mm, conicidad desde 0,25 a 0,50 mm.
2) Para ejes de cola con los mismos diámetros: ovalización desde 0,30 a 0,60 mm,
conicidad desde 0,40 a 0,70 mm.
También se admiten picaduras (hoyos de corrosión, “pits”) individuales de hasta 2
mm de profundidad, siempre que la suma de sus áreas no ocupe más del 3% del área
exterior total de la camisa o luchadero.
El ABS, en su “Repair and Cladding of Shafts” (es la Section 11 del Appendix de la
PART 7, RULES FOR SURVEY AFTER CONSTRUCTION, ABS 2015), admite que se
pueden reparar sin soldadura aquellos defectos que al removerlos por amolado o limado
dejan una excavación de profundidad no mayor a 3,2 mm para ejes de hasta 255 mm de
diámetro, o no mayor a 6,4 mm en ejes de más de 255 mm de diámetro. Todas las áreas
excavadas deben tener acabados suaves con radios de curvatura no menores a 1/4 del
diámetro del eje. Luego de la remoción del defecto es necesario realizar ensayos de
partículas magnetizables, o tintas penetrantes, para verificar la completa remoción.
El ABS da lineamientos a sus inspectores con respecto a cómo actuar ante fisuras
mayores a las arriba señaladas: para todos los ejes, si las fisuras tienen una profundidad de
hasta 1/5 de su diámetro, deben repararse por soldadura, y en caso de mayores
profundidades de fisura los ejes deben condenarse. Este tipo de recomendaciones está en
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Si las camisas de bronce del eje portahélice (en caso de que éstas existan) se han
desgastado en su espesor más del 50%, o más de lo que determinen las reglas de las
sociedades clasificadoras, se deben extraer, fabricar nuevas, y colocarlas (normalmente en
caliente, dilatadas, para que al enfriarse la interferencia con el eje produzca su clavado).
Otra cosa que puede suceder es que el desgaste de las camisas revele porosidades o fisuras
que estaban internas en la fundición de las mismas, y entonces al maquinarse para su
eliminación se reduzca el espesor de las mismas en más del 50% admitido; también puede
suceder que las camisas se aflojen de los ejes. En todos estos casos las camisas deben
reemplazarse.
La publicación del SNAME denominada “Technical and Research Bulletin Nº 3-19,
Suggested Methods of Reconditioning Cast Copper Base Tailshaft Liners”, (pág. 36 a 46 del
archivo adjunto denominado “Ejes y cojinetes”) establece que no hay normas sobre el
espesor mínimo al cual puede dejarse luego de tornear una camisa en una reparación, pero
sugiere que, basados en los regímenes de desgaste previos, en la próxima entrada
programada a dique la camisa no debería tener un espesor menor a 1/3 del espesor original
dado por la Sociedad de Clasificación correspondiente, pero en ningún caso menos de 0,5"
(12,7 mm). Esta misma publicación menciona técnicas de reparación de las camisas del eje
de cola, incluyendo la soldadura, y en la Tabla 1 detalla la composición química y las
propiedades mecánicas de 4 aleaciones con base de Cu que se usan para fabricar las camisas
de los ejes de cola: bronce G, bronce M, metal Onza, y cupro-níquel 80-20.
Las Sociedades de Clasificación establecen fórmulas para el cálculo del espesor
mínimo de las nuevas camisas de bronce del eje de cola, con lo cual queda determinado el
espesor a dar a las nuevas camisas, llegado a tal extremo. Por ejemplo en las reglas del ABS,
en 4-3-2, Section 2, 5.17 Tail Shaft Liners, se establece:
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Una vez removidas las viejas camisas (mediante cortes longitudinales con máquina
herramienta, o mediante cinceles neumáticos) es necesario examinar y medir la superficie
ahora expuesta del eje, para comprobar la ausencia de corrosión u otros defectos (puede
encontrarse corrosión severa en caso de fallar el sellado entre camisas o en sus extremos).
El material usado para las camisas debería ser resistente a la corrosión y al desgaste,
y debería ser fácilmente obtenible; por eso se usan bronces, latones, aceros al níquel y
aceros inoxidables. Si las bocinas poseen cojinetes de palo santo (lignum vitae) o goma, uno
de los mejores materiales para las camisas es un bronce (cobre y estaño). Por el contrario
para las bocinas lubricadas con aceite, con cojinetes de metal blanco, las camisas son, en
general, de acero al níquel. En todos los casos las camisas deben ser sometidas a un ensayo
hidrostático a 1,0 bar antes de ser colocadas sobre los ejes de cola, mediante el cual se
asegura que no pasará agua de mar, durante su servicio, que podría corroer al eje.
Como ya se mencionó, las camisas se colocan gracias a la expansión que se obtiene
al calentarlas a entre 300 y 400°C, con la cual se expanden diametralmente entre 1,0 y 1,5
mm por sobre el diámetro del eje de cola, lo cual resulta suficiente para deslizarlas sobre el
eje hasta su ubicación definitiva, donde se dejan enfriar, quedando clavadas debido a la
contracción producida (eje y diámetro interior de camisa se maquinan de modo que tengan
interferencia a temperatura ambiente).
Cambiando de tópico, en el eje de cola debe inspeccionarse la condición de la rosca
para la tuerca de la hélice, así como la de la tuerca misma. Esta comprobación puede
hacerse por simple inspección visual, o usando un peine de roscas, o simplemente roscando
la tuerca en el eje portahélice; los hilos de la rosca no deberían presentar zonas rotas o
melladas. La tuerca debe avanzar toda la longitud de la rosca del eje a mano haciendo un
torque normal, y las tuercas con demasiado juego deben reemplazarse. Una vez que la tuerca
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se arrimó suavemente al cubo de la hélice, con llave pero sin golpearla, debería verificarse
un contacto completo de ambas superficies (tuerca contra cubo).
Las zonas melladas de la rosca pueden “afeitarse”, quitando un fino espesor de
material de los hilos. En caso de tener daño local en algunos hilos, éste puede reparase por
limado manual, siempre que no se remueva más de la mitad de la altura del perfil del hilo y
que la longitud del hilo afectado sea menor al 60% de la circunferencia y que el largo total
de los hilos reparados de esta forma no supere el 15% del largo total de los hilos de rosca
ocupados por la tuerca. En caso de mayores daños en la rosca del eje portahélice, se podrá
reparar torneando una nueva rosca de diámetro inmediatamente inferior, y construyendo una
nueva tuerca a la medida; esto debe confirmarse previamente por cálculos de resistencia.
En caso de no poder reducir el diámetro de la rosca, ésta debería repararse mediante
el relleno con soldadura eléctrica en las zonas afectadas, o en toda la rosca, con el
consiguiente maquinado de la rosca.
Los chaveteros en los ejes de cola deben inspeccionarse cuidadosamente; de acuerdo
al Benkovsky, Section 161 no se admitirán chaveteros cuyos lados y bordes estén dañados
(recalcados, estrujados) en más del 25% de su longitud o en más del 30% de su profundidad.
En caso de superarse tales valores, los chaveteros deberán repararse por maquinado
(fresadora, limadora, o cepillo) o por rasqueteado, y según el mismo autor se permite un
incremento en el ancho del chavetero no mayor al 10% del ancho original.
Con respecto a fisuras, si éstas se encuentran en la superficie del eje, deben relevarse
(dimensionarse) en largo y profundidad; entonces se calcula el diámetro mínimo aceptable
para tal eje y si el resultado es que se puede rebajar por torneado hasta eliminar la fisura sin
comprometer la integridad del mismo, esto es lo que se hace. En caso contrario la reparación
pasará por el descarne de la fisura y su posterior soldadura con procedimientos y soldadores
calificados (ver Benkovsky pág 476 y Section 10).
En los ejes intermedios y de empuje, en general, los luchaderos son integrales al eje,
o sea son el eje mismo con un diámetro mayor en esa zona. En estos casos, cuando los
luchaderos de estos ejes intermedios y de empuje estén desgastados (ovalizaciones y
conicidades) más allá de lo admisible, o presenten daños superficiales (fisuras, entallas,
cavidades, rayas) tal como se pueden encontrar en los anillos de empuje, o tengan
irregularidades de cualquier tipo no aceptables, entonces los luchaderos y anillos de empuje
deben ser maquinados.
Si los luchaderos de estos ejes al maquinarse quedan con diámetros mayores o iguales
al diámetro de las zonas no soportadas de los mismos, entonces el maquinado es admitido
sin limitación alguna pues los ejes no verán reducida su resistencia torsional. Si por el
contrario el maquinado redujera el diámetro del luchadero hasta un valor menor al de las
zonas no soportadas, antes de comenzar el maquinado hay que evaluar la reducción en la
resistencia del eje que éste introduciría, y posiblemente sea necesario luego rellenar con
procedimientos de soldadura calificados.
En el Benkovsky, Section 10, fundamentalmente en las partes del texto que hacen
referencia a las figuras 6, 8, 9 y 13, se establecen los procedimientos a seguir en caso de que
se rellenen con soldadura eléctrica (sea procedimiento manual o semiautomático) luchaderos
enteros o fisuras. Siempre deben evitarse deformaciones provocadas por las tensiones
residuales, y para ello durante los rellenos de luchaderos completos puede optarse por
pasadas longitudinales, o circunferenciales en espiral; las pasadas longitudinales deben
darse simétricamente para que se contrarresten las deformaciones, y la circunferencial en
espiral se realiza haciendo girar el eje, y las deformaciones se supone se van compensando a
medida que progresa la soldadura. En el caso de fisuras, luego de su descarne total
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(remoción de todo el material fisurado) dejándose un bisel en V, el relleno debe hacerse con
cordones finos y cortos, a los efectos de no sobrecalentar ni sobretensionar el eje; además, y
salvo la última capa de relleno (la cual deberá ser eliminada por torneado o amolado), cada
pasada debería martillarse a los efectos de reducir la deformación provocada por la
contracción de la soldadura. Se debe tener presente que en general todo trabajo de soldadura
en ejes de acero al carbono implicará un posterior alivio de tensiones, calentando la zona
reparada a temperaturas del orden de los 630°C, durante algunas horas, y controlando las
velocidades (rampas) de calentamiento y enfriamiento.
En la Section 11 del Appendix de la PART 7, RULES FOR SURVEY AFTER
CONSTRUCTION, ABS 2015, ya mencionada, también se indican los procesos que se
pueden usar para reparar ejes con soldadura eléctrica, así como las recomendaciones sobre
pre y post tratamiento térmico. Entre otras cosas se indica que todo eje de cola que deba ser
reparado por soldadura, debe someterse a un doble ensayo ultrasónico para a) demostrar que
la soldadura de reparación está libre de defectos y b) para determinar que la superficie del
eje debajo de la camisa popel del luchadero, si la camisa existiera, está libre de fisuras. Esta
guía también menciona a los ejes de cola revestidos por soldadura (obteniéndose lo que se
conoce como “clad”) con electrodos de acero inoxidable para protegerlos de la corrosión, y
cómo encarar reparaciones por soldadura de este clad cuando se encuentra fisurado, tanto
con fisuras que llegan al metal base del eje como con las que no. En este punto es
interesante señalar que en caso de ejes con clad de acero inoxidable austenítico, la primer
capa de relleno en contacto con acero al carbono del eje debe realizarse con electrodos con
mayores porcentajes de Cr y Ni que los austeníticos normales, como por ejemplo con un
tipo AISI 309, de modo de compensar la dilución del Cr y Ni en el acero al carbono fundido.
En el Benkovsky, en pág. 469, se dan una serie de valores para las irregularidades
admisibles que se pueden dejar en ejes reparados por maquinado (no se pretende que queden
perfectos, pero tampoco que queden con irregularidades no pequeñas).
Si la corrosión de los conos del eje portahélice es profunda, estos conos pueden
remaquinarse sin más en caso de que se planee cambiar la hélice o el acople; en caso
contrario, los conos deben primero rellenarse con soldadura, y luego maquinarse.
Existe otro proceso para aplicar una capa metálica al eje, pero diferente a la
soldadura eléctrica, utilizado para recuperar superficies desgastadas como la de los
luchaderos, o para crear superficies resistentes al desgaste en los luchaderos de ejes nuevos,
o para dar una protección metálica anticorrosiva al eje de cola, y es el metalizado por
proyección de metal pulverizado fundido (en inglés conocido por “metal spraying” y por
“sputtering”, ver como complemento el Benkovsky, Section 160). Este proceso no devuelve
la resistencia mecánica, por lo que no debe utilizarse en ejes cuyo diámetro se haya reducido
más allá de lo mecánicamente admisible. Consiste en lo siguiente: se coloca metal en polvo,
de la composición o aleación seleccionada, en un pequeño depósito sobre un puntero de gas
combustible y oxígeno; se enciende el puntero (similarmente a un pico de soldadura
autógena), y el metal en polvo va siendo succionado hacia la llama, la cual funde y proyecta
dicho metal sobre el eje a rellenar. La superficie del eje debe ser previamente preparada a
los efectos de dar un anclaje adecuado al metal depositado, para lo cual se tornea una
especie de rosca superficial, con filetes de menos de 1 mm de altura y con un paso de
alrededor de 3 mm. Luego de aplicado el metalizado, el estado superficial es rugoso,
debiéndose maquinar para dejar la superficie del luchadero con el acabado deseado; el
espesor de la capa final depositada, luego del maquinado, no debería superar los 3 mm.
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Otro tipo de reparación que se puede necesitar en los ejes es el de los agujeros
deformados de las platinas de conexión. Si el daño o deformación no es excesivo el trabajo
puede consistir en aumentar el diámetro de cada par de agujeros en las platinas que se
hermanan, y en maquinar bulones o espárragos a la nueva medida de los agujeros. En
particular las Fig. 261 y 262 del Benkovsky muestran dispositivos para realizar el
maquinado de los agujeros de las bridas abordo, sin necesidad de desmontar los ejes. Si el
daño es mayor no podrá agrandarse el diámetro porque se debilitarían en exceso las bridas,
por lo que muchas veces se resuelve rellenar con soldadura los agujeros, luego recocer
(tratamiento térmico de alivio de tensiones) las platinas, y finalmente maquinar nuevos
agujeros en los espacios que quedan entre los agujeros rellenados (si los ejes no se han
desmontado, puede utilizarse el dispositivo de la Fig. 261).
También puede ser necesario enderezar ejes de la línea. En caso de que la torcedura
sea muy leve, puede reparase mediante el maquinado (torneado) del eje y bridas o conos
extremos, sin que se resienta la resistencia mecánica. Si la flexión es mayor, el eje puede
enderezarse a) mediante el calentamiento rápido en un sector localizado, en el lado convexo
a los efectos de acortar las fibras largas, a temperaturas del orden de los 950°C (este proceso
puede repetirse varias veces, y debe terminarse con un recocido / revenido del eje para alivio
de tensiones); b) calentamiento a 630°C de la sección completa y aplicación de una fuerza
opuesta a la deformación; c) martillado del eje en el lado cóncavo, a los efectos de alargar
las fibras cortas, con martillo de 1 a 2 kg. de peso, ligeramente, posterior recocido para
aliviar tensiones, y finalmente verificación del enderezado pues podría volverse a torcer
luego del recocido (este método requiere de su aplicación por parte de especialistas). Todos
los métodos tienen sus ventajas e inconvenientes, y diferentes velocidades de obtención de
resultados; cualquiera de ellos debe realizarse con mucho cuidado para no introducir
defectos más perjudiciales que la deformación inicial. El Benkovsky, Section 18, (pág. 9 a
11 del documento adjunto) repasa con detalle los diferentes procedimientos que pueden
usarse para el enderezado de los ejes.
El ABS, al igual que las otras sociedades de clasificación, redacta recomendaciones y
se las suministra a sus inspectores en todo el mundo para guiarlos en sus trabajos de control
de reparaciones. Con respecto a los ejes propulsores, y en particular al eje de cola, algunas
de las recomendaciones son (vigentes en 1992):
a) El desgaste que se permite en la camisa del eje de cola donde roza el prensa-
estopa, sin necesidad de maquinarla, es menor o igual a 4 ó 5 mm.
b) Mayores desgastes deben maquinarse (tornearse) para que se empareje esa zona,
o debe cambiarse la camisa. No se permite reducir el espesor de la camisa más de
un 50% del espesor original.
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Para todo lo que tiene que ver con ajuste, huelgos, maquinados con interferencias,
etc, de camisas en bocinas, luchaderos en ejes, bulones de platinas de propulsión, etc., se
puede utilizar el manual de bolsillo Máquinas, Cálculos de Taller, de A. L. CASILLAS
(popularmente conocido como “el Casillas”).
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En caso de lubricación con agua, el palo santo es el mejor material para fabricar
duelas, debido a sus excelentes propiedades anti-fricción y su elevada resistencia al
desgaste; además le provoca un muy limitado desgaste a los luchaderos gracias a su
naturaleza aceitosa. Sin embargo, y debido al elevado costo, las aplicaciones del palo santo
se reducen casi a los grandes buques oceánicos. Es importante tener presente que, y a los
efectos de reducir su desgaste, las duelas de palo santo en la parte inferior de la bocina o
patas de gallina deben colocarse de forma tal que las fibras sean perpendiculares al eje; por
el contrario las duelas en la parte superior, y a los efectos de ahorrar material, serán
colocadas con sus fibras paralelas al eje portahélice. Las tablas de palo santo de donde se
sacarán las duelas, previamente a su maquinado, deberán permanecer sumergidas en agua
por dos a tres semanas, al menos, a los efectos de evitar que una vez instaladas provoquen,
debido a la hinchazón por el agua, el agarrotamiento del eje portahélice. Las camisas de los
tubos de bocina y patas de gallina, con las duelas de palo santo insertadas, deberán ser
maquinadas a un diámetro interior igual al diámetro exterior del luchadero más la luz
admisible, sacada de tablas, luego de la reparación; este maquinado se realiza en general en
el taller, pero podría hacerse también in situ, con las camisas con sus duelas ya colocadas
dentro del tubo de bocina, y utilizando un dispositivo similar al de la Fig. 263 del
Benkovsky, el cual puede también utilizarse para el maquinado del mismo tubo de bocina.
Si en lugar de palo santo se usara goma, el sistema podrá ser: a) con duelas de goma
respaldadas por planchuelas metálicas a las que se vulcaniza la goma, las cuales se deben
ensamblar dentro de las camisas respectivas, al estilo de las duelas de palo santo, o b) con
goma que se ha vulcanizado directamente sobre la camisa de respaldo, en una pieza,
utilizando un macho cilíndrico con varillas dispuestas longitudinalmente que dejarán en la
goma las ranuras axiales necesarias para favorecer la lubricación con agua.
Los plásticos que se usan pueden ser teflón, nylon, o inclusive materiales similares a
la “micarta”.
Existen tablas y fórmulas que dan los valores de luces (huelgos) mínimos de diseño y
máximos de uso para los cojinetes, tanto lubricados con agua como con aceite. Por ej. la
TABLA 19-2 del NOCEM, da los huelgos para cojinetes de bocina y pata de gallina (allí
nombrada como “pie de gallo”) lubricados con agua, y la TABLA 19-6 de la misma
referencia los da para cojinetes de metal blanco; en ambas tablas la variable es el diámetro
del eje (luchadero). Tablas similares se encuentran en el NAVSHIPS Chapter 9430 Shafting,
Bearings, and Seals (ver Tablas 1 a 4). Por otro lado el Benkovsky, en la pág.485, presenta
fórmulas para los huelgos iniciales de cojinetes tanto lubricados con agua como con aceite,
y también da los valores máximos admisibles de dichos huelgos, antes de haber necesidad
de cambiar los cojinetes.
Durante las reparaciones de la línea de ejes puede haber necesidad de maquinar
excéntricamente los agujeros de los cojinetes con respecto a los agujeros de las patas de
gallina y / o de la bocina. Esto puede deberse: a) a una deformación en el casco que obligue
a mover la línea de ejes en esa zona (al no haber posibilidad de rectificar la alineación
moviendo el motor propulsor); o b) al deseo de seguir las recomendaciones del NOCEM,
Cap. 19. Art. 19-97, donde se recomienda tornear excéntricamente los cojinetes de patas de
gallina y de bocina (popel y proel) en las cantidades D, D1 y D2, respectivamente, con la
finalidad de que a lo largo de la vida útil de estos cojinetes no se produzcan desalineaciones
excesivas en la línea de ejes motivadas por el desgaste importante que sufren los cojinetes
lubricados con agua.
Puede suceder que el tubo de bocina (y de patas de gallina) presente fisuración y / o
corrosión; las fisuras no están permitidas y deben repararse por descarne y relleno con
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6) En los últimos años se han visto aumentar los accidentes con buques
graneleros y petroleros, y es por este motivo que estos tipos de buques son
especialmente considerados por el SOLAS a la hora de las inspecciones y de
las reparaciones; en particular los graneleros se han tenido que reforzar en su
diseño para evitar las pérdidas repentinas derivadas de la inundación de
alguna bodega en proa y la posterior rotura del mamparo que separa esta
bodega inundada de la contigua. La corrosión en los tanques de lastre de
estos buques debe vigilarse especialmente, fundamentalmente debido al
envejecimiento de la flota por la escasa renovación de la misma.
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Más allá de las buenas reglas del arte de la reparación de motores y maquinaria
(prolijidad, limpieza, y marcado de las partes antes y durante el desarme a los efectos de
facilitar el posterior armado), se recomienda seguir las indicaciones de los fabricantes en
cuanto al mantenimiento de los motores y maquinaria. Deberá recabarse la mayor cantidad
posible de información suministrada por los fabricantes; de no poseerse, deberá buscarse, y
de no encontrarse, sólo buenos técnicos con experiencia podrán realizar un adecuado
trabajo.
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Referencias bibliográficas:
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- 2) Technology of ship repairing, Benkovsky, pág. 90 a 124, “Chapter III - Repair of the
metal hull”, y “Chapter IV – Docking of ships” (se incluyen también trabajos a flote con
diques parciales de contención).
- 3) Convenio Internacional del SOLAS 74/78 y últimas revisiones. Se pueden ver aquí los
titulares del SOLAS 74 / 78 y posteriores revisiones y agregados.
- 4) ANSI / AWS D 3.5 - 93, Guide for Steel Hull Welding, Capítulos: 4 – Hull
Construction, 5 – Inspection and Qualification, 6 – Stray Current Protection, 7 – Safety,
Apéndices: B – Glossary, y C – Safety.
- 5) Shipbuilding and Repair Quality Standard, IACS, (SARQS (Rev.1 – Agosto 1999))
- 8) IACS – Rec. 76 - Bulk Carriers Guidelines for Surveys, Assessment and Repair of Hull
Structures
- 10) PART 7, RULES FOR SURVEY AFTER CONSTRUCTION, ABS 2006. NOTA:
reglas similares para las inspecciones luego de la construcción, durante la vida operativa de
los buques, se encuentran en las otras Sociedades de Clasificación pertenecientes a la IACS.
- 11) Allowable wastages for equipment, hull and machinery, Bureau Veritas - 1991.
- 14) FALLA POR PANDEO DE CUBIERTAS DE BARCAZAS (un artículo del año 1998,
del Coast Guard Marine Safety Center (MSC) de U.S.A.)
- 18) Bulk Carriers - Guidance to hull inspection for Owners / Operators, IPEN Journal,
May 1993, (By the “Study Group on Bulk Carriers Loss”, NKK, Japan).
- 19) Some aspects of corrosion rates, residual strength of corroded structures, corrosion
allowances, IPEN Journal, May 1993, (By Martin Böchenhauer, Germanischer Lloyd,
Germany).
- 22) Ship Structure Committee - List of SSC Reports (Listado de los reportes del SSC que
se pueden bajar de Internet, desde http://www.shipstructure.org/reports.shtml). Los reportes
que se entienden más interesantes para este curso están incluidos seguidamente.
- 23) Preventing delayed cracks in ship welds, Part I, SSC - 261, SHIP STRUCTURE
COMMITTEE.
- 24) Preventing delayed cracks in ship welds, Part II, SSC – 262 (262-1, 262-2, 262-3),
SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 25) A study of ship hull crack arrester systems, SSC 265 (265-1, 265-2, 265-3, 265-4, 265-
5), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 26) Significance and control of lamellar tearing of steel plate in the shipbuilding industry,
SSC – 290, (290-1, 290-2, 290-3), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 27) Underwater NDT of ship hull welds, SSC – 293, (293-1, 293-2), SHIP STRUCTURE
COMMITTEE.
- 28) Guide for ship structural inspection, SSC – 332, (332-1, 332-2), SHIP STRUCTURE
COMMITTEE.
- 29) Performance of underwater weldments, SSC – 335, (335-1, 335-2, 335-3, 335-4, 335-
5, 335-6, 335-7), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 30) Ship fracture mechanism – Guide for inspecting and cause investigation, SSC – 337
Part 1 y Part 2, (337-1, 337-2, 337-3, 337-4, 337-5, 337-6, 337-7, 337-8, 337-I-1, 337-I-2),
SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 31) Hull strapping of ships, SSC – 361, (361-1; 361-2; 361-3; 361-4; 361-5; 361-6), SHIP
STRUCTURE COMMITTEE.
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Alejandro Fernández Sección Tecnología Naval - IIMPI
Mantenimiento de Buques - Capítulos 3, 4 y 5 - Curso 2012
- 32) Underwater repair procedures, SSC – 370, (370-1, 370-2, 370-3, 370-4), SHIP
STRUCTURE COMMITTEE.
- 33) Maintenance of marine structures, SSC – 372, (372-1, 372-2, 372-3, 372-4, 372-5,
372-6, 372-7), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 34) Optimum weld-metal strength for high-strength steel structures, SSC – 383, (383-1;
383-2; 383-3; 383-4; 383-5; 383-6; 383-7), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 35) Structural Maintenance Project Vol.1 Fatigue damage evaluation, SSC – 386 – I, (386-
I-1; 386-I-2; 386-I-3; 386-I-4; 386-I-5; 386-I-6; 386-I-7; 386-I-8; 386-I-9; 386-I-10; 386-I-
11; 386-I-12; 386-I-13), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 36) Structural maintenance project Vol. 2 Corrosion damage evaluation, SSC – 386 – II,
(386-II-1; 386-II-2; 386-II-3; 386-II-4), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 37) Structural maintenance project Vol. 3 RMS Repair Management System, SSC – 386 –
III, (386-III-1; 386-III-2.; 386-III-3; 386-III-4; 386-III-5; 386-III-6), SHIP STRUCTURE
COMMITTEE.
- 38) Design and maintenance procedures & advancements in tankship internal structural
inspection techniques, SSC – 386 – IV, (386-IV-1; 386-IV-2; 386-IV-3; 386-IV-4; 386-IV-5;
386-IV-6; 386-IV-7; 386-IV-8; 386-IV-9; 386-IV-10; 386-IV-11; 386-IV-12; 386-IV-13),
SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 39) Inspection of marine structures, SSC – 389, (389-1, 389-2, 389-3, 389-4), SHIP
STRUCTURE COMMITTEE.
- 40) Corrosion control of inter-hull spaces, SSC – 390, (390-1, 390-2, 390-3, 390-4, 390-5,
390-6), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 41) Residual strength assessment of pitted plate panels, SSC – 394, (394-1, 394-2, 394-3,
394-4), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 42) Weld detail fatigue life improvement techniques, SSC – 400, (400-1, 400-2, 400-3,
400-4, 400-5), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 43) State of the art in hull monitoring systems, SSC - 401, SHIP STRUCTURE
COMMITTEE.
- 44) Optimal strategies for the inspection of ships, SSC – 407, (407-1, 407-2, 407-3, 407-4,
407-5, 407-6, 407-7), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 45) Detection probability assessment for visual inspection of ships, SSC - 408, SHIP
STRUCTURE COMMITTEE.
- 46) Evaluation of the effect of construction tolerances on vessel strength, SSC – 411, (411-
1, 411-2), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
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Alejandro Fernández Sección Tecnología Naval - IIMPI
Mantenimiento de Buques - Capítulos 3, 4 y 5 - Curso 2012
- 47) Effect of welded stiffeners on fatigue crack growth rate, SSC – 413, (413-1; 413-2;
413-3; 413-4; 413-5; 413-6; 413-7; 413-8; 413-9 ), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 48) Crack arrest toughness of steel weldments, SSC – 415, (415-1, 415-2, 415-3, 415-4,
415-5, 415-6), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 49) Risk based life cycle management of ship structures, SSC – 416, (416-1, 416-2, 416-
3), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 50) Failure definition for structural reliability assessment, SSC - 420, SHIP STRUCTURE
COMMITTEE.
- 51) Risk - informed inspection of marine vessels, SSC – 421, (421-1, 421-2), SHIP
STRUCTURE COMMITTEE.
- 52) Fatigue strength and adequacy of weld repairs, SSC – 425, (425-1, 425-2, 425-3, 425-
4, 425-5, 425-6, 425-7, 425-8, 425-9, 425-10, 425-11), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 53) Retention of weld metal properties and prevention of hydrogen cracking, SSC – 431,
(431-1, 431-2, 431-3, 431-4), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 54) Predicting stable fatigue crack propagation in stiffened panels, SSC – 435, (435-1;
435-2; 435-3), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 55) The effect of fatigue fabrication tolerances on fatigue life of welded joints, SSC – 436,
(436), SHIP STRUCTURE COMMITTEE.
- 56) Guidelines for doubler plate repairs (sobresanos), SSC – 443, (443), SHIP
STRUCTURE COMMITTEE.
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