El Siete
El Siete
El Siete
Personajes:
El pinche siete.
La madre.
Darío.
El payaso.
El cantinero.
Notas:
Edad: 35 años.
RFC. EIME790206QT8.
Teléfono: 9981470214.
Correo: saulinho24@hotmail.com
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PRÓLOGO.
+.-Tenía solo 8 años cuando pasó. Estuvo un día entero sobre aquel puente,
esperándola. Creemos que quería llorar pero, pues… no sabía. Quizá porque nunca
fue necesario.
+.-Sacó de sus bolsillos un pequeño cuchillo que momentos antes le había servido
para cortar ese bistec de caballo de mala calidad, tenía tanto nervio que la carne
seleccionada apenas alcanzó para un pequeño bocado, suficiente para él. Tan
pequeño era aquel trozo de metal, que aún en sus dedos diminutos, se veía pequeño.
Era un pequeño hombrecito con manos chiquitas, parecía que sus manos estaban
destinadas a no atrapar nada o a perderlo todo… pero él ya tenía ese filo en las
manos. No tenía más arma que esa. Además de la certeza de que la encontraría.
+.-Ese día en la tarde había estado con nosotros. Como siempre en silencio, daba
pequeños tragos a su refresco de naranja, mientras pensaba, con tanta… seriedad.
Sabíamos que algo grave estaba pensando. Planeaba algo que no nos iba decir, quizá
ni él sabía que estaba pensando, como, cuando dicen que una idea llega sin pedir
permiso y se adueña de la voluntad de uno.
+.-Un viernes de quincena… sé qué fue un viernes de quincena, porque todos están
de buen humor ese día… salvo los que cobran al mes. Y los que no cobran, y a los
que todo el tiempo les deben. Y los que no tienen trabajo… esos son los más
encabronados. Y esos son los que dan más dinero… esperando que Dios les premie
su buen acto… como si existiera Dios… o como si Dios premiara… o como si Dios no
se diera cuenta que no es un acto desinteresado. Dios no hace trueques, menos con
los desempleados.
I. El Pinche Siete.
+.-Nació por pura pinche necedad, porque otra cosa sería… una mamá de apenas 14
años, produce a un niño sietemesino. Nació en medio de un camellón… entre los
claxonazos y el aire negro de los escapes de los camiones… un domingo 7. De ahí su
apodo “ El pinche 7” así. No siete… no. “El pinche 7”, aunque variaba un poco…
“Jodido 7”, “puto 7”, “7 maricón” porque creo se oía mejor… pero en general le
decíamos “el Pinche Siete” pinche de nombre, siete por apellido. Por pura necedad…
de él y de su madre, qué se quitó la blusa y con eso envolvió al pinche chamaco…
quien sabe con qué cortó el chingado cable con el que nacen los niños… quién sabe.
La mujercita ni pecho tenía, quién sabe qué le dio de comer… este dice que refresco
de naranja, porque era lo único que tomaba el Pinche Siete.
+.-No lloraba, nunca lloró. Era el único bebé que no lloraba, y yo no sé de bebés…
pero sé que lloran… pero este no. Como si dijera: “me la pelas pinche mundo”.
+.-Nosotros pensábamos que “el Pinche Siete” estaba muerto. De vez en cuando
mientras su mamá dormía le dábamos pequeños chingadazos en los pies. Para ver si
ya se había muerto. No lloraba. Se reía el cabroncito sin dientes, nos sonreía y
nosotros sonreíamos también… era raro el Pinche Siete.
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II. El trabajo.
+.-Apenas tres años tenía, y ya entendía todo, de veras todo. Podías hablar con el de
cualquier cosa: de la muerte, de mujeres, de coches, de las barajas… y decía con la
cabeza sí o no. Según opinara. Pregúntale al Pinche Siete. Nos decíamos entre
nosotros cuando dudábamos… su madre notó que era listo y entonces lo puso a
trabajar
Mamá.- No te limpies la cara, no lo hagas, si te ven limpio te dan menos. Tienes que
verte triste y Jodido.
Mamá.- Come pronto, nunca sabrás quién tiene más hambre que tú. Y tendrá que
quitarte la comida.
+.-Comía como si lo disfrutara… como si sintiera los sabores en la boca, como si esa
cosa que comíamos tuviera sabor… como si comiéramos por placer… como si
tuviéramos derecho al placer… como si tuviera derechos.
+.-Hay personas que te da por defenderlas ¿no? No sé que tienen…. Las defiendes,
de lo que sea… todos defendíamos al Pinche Siete… lo protegíamos… si algún
depravado lo quería violar, si una señora copetona quería llevárselo, si una monjita
quería enseñarle el reino de Dios. Lo defendíamos todos.
+.-El Pinche Siete abría y sus bracitos y la abrazaba… la apretaba fuerte, fuerte,
fuerte. Como negando sus palabras. Así pasaban minutos. Y su madre que no era
tonta, caminaba con el amarrado a su cintura… y era cuando más dinero les daban. La
mamá a propósito le decía.
+.-Volaban las monedas, a veces los autos no avanzaban con tal de darle dinero…
Todos querían ver de cerca aquel abrazo. El espectáculo del amor… como si el amor
se pagara… como si el amor se disfrutara… como si el amor abrazara.
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III. El regalo.
+.-Un martes, de esos martes que no pasa nada… que solo esperas que termine para
que llegue el miércoles en el que tampoco pasa nada. Bueno pues ese día, el Pinche
Siete tuvo una idea.
Pinche siete.- …
Pinche siete.- …
+.- …
+.- Me dolió.
+.-El Piche Siete nos miraba, como solo él miraba cuando miraba.
+.- Escuchen… debemos ir. ¿Y qué tal si este pendejo deja de sonreír?… ¿ah verdad?
No te gustó. Imagínate que haríamos sin la sonrisa de este pendejo.
+.-Y ahí fuimos, nos pusimos nuestras menos peores garras para que nos dejaran
entrar a esa tienda.
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o.-Porque no pueden pasar.
o.-¿Por qué?
+.-Porque es importante.
o.- …
o.- Solo los que yo señale. Y los vamos a estar vigilando… y que pase el niño de la
sonrisa.
+.- ¡Puta! Era el paraíso de los animales acolchonados. Había gorilas de mi tamaño,
conejitos putitos, ositos con casco, víboras del tamaño de un auto pequeño. Borregos,
muñecas flacas… bueno, hasta las ratas se veían bonitas en ese lugar.
+.-El Pinche Siete, caminaba silencioso entre los pasillos. Creo que buscaba algo
especial…
+.-Como si no fuera ya especial estar ahí. Todo olía bien… sabroso, hasta ganas de
morder a un chingao rinoceronte morado me dieron.
+.-Era el más bonito del lugar, tenía más pico que cuerpo. Todos los colores estaban
en ese animal… Todos. Más colores que una mancha de aceite iluminada por el sol.
+.-Yo no podía dejar de ver ese gorila… era de mi tamaño. Se los juro. Parecía real.
Estaba como encabronado… lo quería. Parecía real. Le apreté una mano y me gruño.
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+.-Y a todo lo que te asusta ¿lo madreas?
+.-Sí.
+.- Este Güey saltó sobre ese gorila negro y empezó a madrearlo, mientras lo
observaba una Jirafa con falda, Al animal le salía una voz que decía… Cuidemos la
selva… respétame, ¿Conoces África?
+.- Sin querer lance al gorila, más o menos 7 metros… y volando hablaba… “salvamé”
hasta que chocó contra una torre de muñequitos encerrados en cajitas.
+.- ¡Corre!
+.-Una pistola de kilo y medio, más oxidada que la potería de la esquina, sin balas y
sin gatillo, saco este pendejo para intimidarlos
o.- ¡Bájala!
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+.- Yo no paraba de patear la puerta, estaba desesperado.
+.- Y de pronto como si fuera un judicial el hijo de putita, lo vimos caminar hacia
nosotros con el tucán entre sus brazos, y una señora de esas que parece que nunca
se ensucian, detrás de él. Los gorilas se pusieron en posición de firmes, y nosotros
confundidos reaccionamos igual.
+.- El pinche siete JALO la puerta y pudimos escapar, nosotros salimos corriendo
como perros siendo apedreados. El pinche siete, como siempre…solo camino.
+.- Como si la vida lo esperara, como si esperara la vida, como si la vida no corriera
tras de uno, como si pudiera competir con la vida.
IV: El payaso.
Payaso.- Está difícil… somos más de 4 millones de habitantes en esta ciudad, ¿alguna
idea de dónde?…
+.- El Pinche Siete sonreía como nunca, sabía que ese regalo le encantaría a su
madre.
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Pinche siete.- …
+.- La mamá del Siete además de fea era pendeja, no se dio cuenta que era un detalle
de amor.
+.- Me daban ganas de saltar desde el techo donde estábamos trepados y tirarle otro
diente…
Mamá.- Que no se ensucie… lo puedes cambiar por algo que valga la pena.
+.- Abrieron una bolsa con unos restos de pollo y comieron mientras el Tucán los veía.
Mamá.- Está horrible esa madre… pero te darán dinero por él… sigues comiendo
lento. Ni modo, la bolsa se cierra. Mejor suerte para mañana. Ven a dormir.
+.- Esa noche era fue más oscura que la noche más oscura, las noches oscuras, de
los lobos oscuros. Oscuros lobos con almas oscuras de acciones oscuras para noches
oscuras… por eso prendíamos fuego… y bailábamos cuidando la sonrisa luminosa del
siete.
Payaso.- ¿Ya viste que tu tucán es de pilas?... de las gordotas… son caras.
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Payaso.- ¿Yo no soy tu amigo?
Payaso.- Ah caray.
+.- Hubo una redada, se llevaron a varias, las reparten después… luego ya sabes… a
veces se echan a unas ahí mismo. ¿A quién buscan?
+.- ¿Y qué? mi mamá no está buena, ¿no puede decirlo? Sí está buena o no, depende
en donde esté.
+.- En la noche más oscura bailó “la mona” como nunca. Nos beso a todos en la boca.
Lentamente como lo hace ella, durmiendo nuestros recuerdos… la noche más oscura
la vimos con los ojos cerrados. Alrededor del fuego.
+.- Hubiéramos querido estar despiertos como otras veces que el sueño escapa a los
ojos de los que tienen cama, al sueño también le gusta dormir calientito. Acompañar a
los que duermen bonito.
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+.- Todos tuvieron sueños hermosos esa noche obscura, como si el universo
compensara la negrura de afuera, como si necesitara la luz a la sombra, como si no
fuera suficiente sombra.
+.- 5 mujeres desaparecieron esa noche… contando a la madre del Pinche Siete. Se
llevaron a todas, menos a las que abrazaban o eran abrazadas… Una niña que dormía
con una rata, también.
+.-Pinche siete tenía prohibido abrazar a su madre, enredaba sus brazos a un vestido
viejo de su mama, pero no a ella.
+.- En pinche siete nos decía: este es un beso de mi madre. Y dormía abrazado a él.
+.- Pero las culpas con cemento se asientan en el campo de los recuerdos.
+.- Yo la vi Siete, salió muy temprano a buscar comida… me dijo: ya regreso. Dile al
Pinche que ya regreso.
+.- La mentira funcionó… la sonrisa había vuelto y todos nos vimos más tranquilos
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Payaso.- Espera… desde aquí… ¿Ves a todas esas mujeres?
Payaso.- No, no, no… concéntrate… solo las que están en la pared… y las que se
acercan a los autos… observa bien. ¿La reconoces?
Payaso.- Mira con atención, a veces los rostros se pierden debajo de tanto maquillaje.
+.- Con el niño ni lo sueñes Payaso… o ve con aquella de rojo, esa le entra a todo.
Pinche siete.- Busco a una mujer hermosa sin un diente y una estufa tatuada en la
espalda.
Payaso.- Mire, no vaya a hacer olas. A este niño le robaron a su mamá y la…
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Pinche siete.- 17 años.
+.- No hagas eso niño por favor, me vas a espantar a los clientes. Tú también payaso,
deja de sonreír.
Payaso.- Tu primero.
+.- No puedo.
+.-Nos hacíamos pendejos para no verlo… jugábamos futbol, pero igual pudimos
lanzar piedras… nadie salió a buscar dinero ese día…
+.- Antes de que el sol se escondiera, el Siete se puso de pie y fue hacia nosotros.
+.- Frente a frente, la cara del Siete esperaba respuestas. Ninguno de nosotros le iba
a decir la verdad… nadie quería ver llorar al siete… nadie quería estar ahí…
+.- Si este niño llora, que se caigan también las estrellas y los semáforos, que se
rompan las pelotas y los ríos… que se detenga y el corazón de todos y la sangre de
todos… nuestros pies se movieron y corrimos. Menos el responsable de la mentira.
+.- Fue la noche… nadie la vio… se robaron a otras cuatro… y a ella… pero por favor,
deja que me vaya antes de que llores.
+.- Vimos todo a lo lejos El pinche siete cogió una piedra y se la lanzó en el pecho, dio
vuelta y regresó al mismo puente…
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+.- Volteó a vernos, levantó una mano, no supimos si fue una adiós o una mentada de
madre, o simplemente nos mostró el cuchillo. Raspó algo en los pasamanos. El
mentiroso fue a hasta él, para preguntarle todo. El pinche siete solo respondió.
+.- Y lo vimos largarse. Luego vimos que en el pasamano dibujó una carita sonriente y
chimuela.
Payaso.-Hace calor.
Pinche siete.- Busco a una mujer hermosa sin un diente y una estufa tatuada en la
espalda.
Pinche Siete.- Busco a una mujer hermosa con una ventana en la boca y una estufa
tatuada en la espalda.
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o.- ¿Qué relación tiene contigo?
Pinche siete.- …
o.- Todo tiene una razón… Si sabemos por qué una estufa, nos das pistas . Mira. 72
tatuajes… cada uno tiene su historia. Este es el rostro de mi hijo… en la espalda el
rostro del padre…lee, ¿Qué dice?
Piche siete.- …
o.- No sabes leer. Bueno, dice: “Él me mató”… es el único hombre para el que he sido
importante en su vida. Tan importante como para desear matarme. Aquí tengo un
pequeño gato… me lo hicieron cuando niña… un hombre, al que decía que era suya.
72 historias en mi cuerpo… también tengo historias felices, este diablito me lo hice el
día que fui libre… el asunto es… ¿Por qué una estufa?
Pinche siete.- …
o.- Un esfuerzo en secreto para que alguien nos escuche… Tu madre no está aquí.
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…
Pinche siete.- …
+.- Nos dividimos en tres grupos. Una parte lo buscaríamos según su tristeza, en ríos,
bosques, los lugares que frecuentaban su madre y una pequeña iglesia donde
intentaron bautizarlo, pero el cura no quiso porque dijo su apodo no era nombre.
Pinche Sacerdote.
+.- Los otros según su ira. Policía, antiguos novios de su madre, las personas que la
lastimaron, y las orillas de un mugroso rio donde aparecían muertos una vez al mes.
+.- Y los últimos según su estupidez. Bares, lugares donde las mujeres venden besos,
donde se compran cuerpos por kilo. Donde las mujeres más bellas eran convertidas en
monstruos. Donde hombres y mujeres son una solo cosa: Carne.
+.- La estupidez siempre se disfraza de valor les dije. Ese mundo es peligroso les dije.
Es sangrar una pierna y nadar con cocodrilos les dije. Es mentir sobre la tumba de un
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ser querido. Es aventar un volado en medio de un remolino, les dije… y ya no pude
seguir porque salieron corriendo.
Payaso.- Déjalo ir. Uno pierde cosas todo el tiempo…El tiempo, se pierde por
ejemplo…deja que todo se vaya…pierde todo… hasta que un día ya no tengas nada
que perder…
Payaso.- Yo no tengo dinero… pero… te apuesto una botella a que este niño tiene la
historia más triste que hayas oído… nunca.
Payaso.- Entonces una historia bonita. Vas pinche siete o aquí valimos madre.
Pinche siete.- Ella… se despertó temprano. Y vio que no estaba su hijo al lado. Y salió
a buscarlo a la calle. Lo encontró arriba de un árbol. El niño le contó su sueño…Soñó
que las montañas le cabían en las manos, así como los ríos y el mar… uno chiquito
pero el mar… el mar con todos los peces, hasta los calamares. El niño quería llorar…
al despertar ni un pequeño árbol le cupo. Apenas un grillo que voló. La mamá le dijo:
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Las manos no son para guardar, son para recibir y para dar. Si las manos tratan de
guardar se hacen puños, y al cabo de dos días se hacen piedras.
+.- No es fácil andar estos caminos, la mayoría éramos productos de estas calles…
nuestras madres, algunas, habían trabajado aquí.
+.- Después de dejar de ser tiernos, nos convertimos una piedra en el zapato muy
pronto. No se puede avanzar con nosotros…afortunadamente algunas piedras son
redondas y pues uno se mueve y solo por eso.
+.- Caminamos entre mercancía barata… de a peso todo… de a tres. Aquí está lo que
nadie quiso comprar. Los muñecos que dan miedo, los aretes que no enamoran,
lápices que se rompen antes de escribir un nombre. Sombrillas de 125 gotas de vida y
lámparas ciegas.
+.- Yo creo que no… Yo creo que la mía vive en un pueblo ahí atiende una panadería.
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o.- ¿Que hacen aquí?
o.- Mucho… la mísera es incómoda para ver… Ahí anda un chamaquito raro,
preguntando por una muchacha…
o.- Pos también dicen que se va a encontrar con el diablo… Y el diablo, pues ya saben
que les hace a los niños.
o.- Sí los vemos por aquí… los vamos a levantar. Es una amenaza una advertencia y
sus atenuantes.
Cantinero.- Todos los días llegan. La mayoría no sabe como lo hizo. Esto es un
agujero. La gente pasa por aquí y se queda. O desaparece… se borra, pierde sus
nombres… se los cambian, los venden. Y si tu mamá está aquí, no debe estar por
gusto. Mira… está entrando una camioneta.
Payaso.- Ah, chinga… pensé que estaban vacios…¿Y tú crees que su mamá esté
ahí? Dame otro trago.
Cantinero.- Una vez, llegó un borracho: Y me dijo ahí vio a cientos de niños armando
carritos, me dijo que necesitaban manitas pequeñas para hacerlo. Los niños viven ahí
dentro usan un cartón para dormir y al otro día….
+.- Ya nos encontramos a los polis… dicen que regresemos…o que nos van a
levantar.
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Pinche siete.- Voy a encontrar a mi mamá.
+.- ¿Y tú crees que tu sonrisa te va salvar siete? Una vela no alumbra tanta oscuridad.
+.- El sol se iba apagando poco a poco y entonces te vas dando cuenta que la luz de
neón siempre estuvo ahí. Las mujeres cambian, no sé si por otras.
Mamá.- Guarden todo. Que no quede nada en las mesas. Nada. Lo que reste lo
guardan en esa caja. A ver tú ven para acá… ¿qué tienes?
Mamá.- Igual comienzas en una hora, no trabajas con la cabeza. Y los demás
duerman ya, en 4 horas comienzan de nuevo. Niño… ten… toma esta pastilla, no le
digas a nadie… a ver esos dos de allá se me callan.
+.- Señora…
+.- A ver, ya todos se me levantan, una hora más por culpa de su compañero y sí
escucho una sola queja… nos echamos otro turno. ¡A callar dije!
Mamá.- Sí señor.
Dario.- Un regalo.
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Dario.- ¿Te sientes cómoda aquí?
Mamá.- Sí.
Mamá.- No.
Darío.- Que bueno, para qué vamos a traer otro niño al mundo ¿verdad?
Mamá.- Sí.
Darío.- Anda un niño allá afuera con manos chiquitas… le deberías echar un ojo.
+.-¿Y ahora?
+.- Siete, guardó silencio… esto nos daba miedo… nunca sabíamos que iba a decir o
hacer… hacía las cosas más estúpidas o las más brillantes.
+.- Comenzó a caminar y fue directamente dónde estaba la puerta… tocó tres veces,
salió la vieja con el rostro más amable qué había visto jamás.
+.- A nadie… Nos perdimos, nos dijeron que aquí dan informes.
o.- ¿Quiénes?
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Darío.- Hola… ¿y estos guapos quiénes son?
Darío.- Amable señora, haz pasar a los niños, que cenen abundantemente. En unos
momentos regresamos.
+.- Darío, nos miraba de reojo y nos hacía sentir en confianza… la daba palmaditas en
la espalda… la gente no lo miraba a los ojos, respondían amablemente si él saludaba
primero.
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Pinche siete.- Sí.
Pinche siete.- …
+.- El pinche siete, al parecer no había escuchado aquella historia, el estaba unos
momentos adelante… imaginaba como sería el reencuentro con su madre.
+.- El lugar era una casa grande, con la misma particularidad de la otra. Había una
solo puerta. No había ventanas. Era un lugar cerrado.
Darío.- Ya viene. Permítanme hacerles un regalo más. Ahí en el closet, hay ropa para
niños… báñense… y pónganse, lo que ustedes quieran.
Darío.- No lo puedo permitir… quiero que el reencuentro sea algo mágico, tu mamá no
merece verte en esa situación…
+.- Un rostro me siguió con la mirada… vacío, como las cuenca que queda cuando
falta un ojo… un vacío que no llena nada que no sea el ojo que perdió.
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+.- Dejé de contar los cuartos. Apenas se podía ver a través de la cortina. La señora
no comentaba nada como si no existiera aquello que veíamos.
o.- Aquí me quedo pequeños… sigan su camino solos… hasta el final del túnel. Ya los
están esperando.
+.- Enfrente de nosotros un túnel oscuro, nos tomamos de las manos sin ponernos de
acuerdo…
+.- Vino a mi la sensación de la primera tarde que quedé solo en la calle. Que se
acercaba la noche y yo no tenía donde dormir.
+.- Pequeños golpes… al final del túnel una luz que nos dejó ciegos.
+.- Grande.
+.- Enorme.
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Mamá.- Les dije que no me buscaran…Sus propios pies los trajeron hasta aquí.
Trabajarán, comerán y dormirán aquí. No les faltará nada. Hay una televisión que
puede ver una vez al día. Los domingos una bola de helado… algunos de ustedes no
servirán aquí y se les dará otras tareas… Nunca debieron buscarme.
Mamá.- ¿Quién?
Darío.- Se ven mucho mejor así, es emocionante lo que hace un poco de jabón.
Darío.- Oh sí tu madre.
+.- Nunca había visto una ropa tan blanca. ¿Quién puede usar esto sin ensuciarse?
Darío.- Muy pintoresco. Perfecto, vamos a comenzar. Niño, quiero que entres a ese
cuarto. Te vamos a dar un regalo. Entra por favor. Tú Siete, te sientas a mi lado y
observas.
+.- Entre al cuarto, una luz se encendió, a través de un cristal podía ver a siete y al
señor observándome… Frente a mi tres puertas de distinto color.
+.- No señor.
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Darío.- Tranquilos, será divertido… les daré tres oportunidades. En esas tres puertas
tienen tres sorpresas: En una hay una pequeña alcancía con dinero… si abre esa
puerta, toman el dinero, se van y no los veré nunca más.
+.- ¿Y yo?
Darío.- Espera, que para ti tengo algo mejor. En la tercera puerta hay un monstruo…
ah, los monstruos son indescifrables… probablemente te coman, probablemente no…
quizá solo te miren.
Darío.- Me parece interesante que cada uno imagino a un monstruo distinto. Todos
tenemos un monstruo del otro lado de la puerta.
+.- ¿Y sí no quiero?
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+.- ¿Cómo se escoge el destino?: Cierro los ojos y escucho mi respiración, las manos,
me sudan, el cuello y el rostro. Tenía razón en algo, era una oportunidad… ¿Dónde
estará la mamá de Siete? No sé qué pasará conmigo. Pero quiero ver la cara del
Siete, cuando vea a ella de nuevo… mi reflejo empataba con la transparencia del
cristal sobre el rostro del siete. Al final todo es por él y su sonrisa… El pinche siete
nació de buenas, hasta ese momento lo comprendí, mi amigo había nacido con eso
que llaman “estrella”… por eso no lloraba. “Estrella Siete” pensé, ese debió haber sido
el verdadero nombre de mi amigo. Abrí la puerta, y me di vuelta, por la reacción del
rostro de siete entendí que… había abierto la puerta del monstruo…De reojo veo la
sombra de un hombre alto y el ladrido de un perro enorme… Intento cerrar pero el
perro ya está afuera… cierro los ojos. Algunas noches sueño a un hombre que ladra...
¿Cómo supo que ese era mi monstruo? El perro salta sobre mí. Siento sus dientes en
mi brazo.
+.- Ya no sé si sigo vivo… pero Siete ha clavado su pequeño cuchillo, en la mano del
monstruo que no gruñe… nunca pensé que esto sería lo último en ver…El Siete
tratando de romper el cristal, Golpea con todas sus fuerzas, Grita pero no escucho
nada… no llores por favor… No quiero llevarme esa imagen, entonces pienso en
sonrisas, la del siete… en sonrisas… de mis amigos… sonrisa, de mi padre. El perro
se tranquiliza y se recuesta.… Sonrisas…. Sonrisas.
Cantinero.- ¿Entramos?
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Cantinero.- ¡Tú lo trajiste hasta aquí!
Payaso.- No, no, no, yo lo acompañé… ¿Y tú qué? Nos trajiste con este cabrón.
Cantinero.- Es un niño.
Payaso.- Ya vámonos…
Payaso.- ¿Sabes por qué lo acompañe?... por la maldita culpa… me dejaron mi mujer
y mis hijos… y… y pensé… Y si ellos algún día deciden buscarme… pues, me gustaría
que alguien les ayudara… Pero yo creo que ya hice mucho por él.
Payaso.- ¿Quiénes?
Payaso.- Vamos.
Cantinero.- ¡No vayas!... ¿Qué te crees?... El payaso se lanzó encima del hombre de
blanco y azotó en el piso
Payaso.- Como si fueras una florecita. Soy un pinche campeón. ¿Qué traes con el
Siete?
Darío.-Este no es tu problema.
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Cantinero.- Es el problema de los tres. Eh, quietecito… ¿Quieres otro filo en tu espalda
Darío?
Darío.- ¿Y ahora que vas a hacer?… entiérralo, lo más hondo que puedas. No van a
salir de aquí.
+.- Una fila extensa de niños trabajando, nadie nos miraba. De un lado, niños armando
como rompecabezas pequeños juguetes, unos ponían unas piezas, las pasaban a los
niños de al lado para poner otras. Los del final del camino metían a los autos con las
manos en un líquido, otros los introducirán en pequeñas cajitas.
+.- El olor era insoportable, del otro lado jaulas y jaulas de perros finos, algunos niños
los bañaban, otros limpiaban su excremento… les daban de comer.
Mamá.- Pongan las manos al frente. Los de manos pequeñas a los juguetes, los
otros…
+.- Los niños hicieron silencio. Nos vieron un momento y continuaron con sus labores.
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+.- La mujer de la ventana nos señalo una puerta.
Mamá.- Es por ahí, no sé qué hay del otro lado…otros niños han ocupado esa puerta,
al entrar algunos gritan, otros ríen… a veces no se escucha nada… no sé qué hay del
otro lado, pero si quieres correr el riesgo… entra.
+.- Vámonos.
+.- Una niña con las manos pintadas de azul grita a lo lejos.
+.- ¡Hay un señor con pistola! Se tapa la boca con su manita azul.
+.- Una mujer gorda que muerde y besa, ¡Un dragón! Una jaula cuchillos. La entrada al
infierno. Todos gritan sus miedos…las ideas se pierden entre tanto grito.
+.- …
Mamá.-Entonces se callan.
Darío.- Un día te dije que los niños libres son impredecibles…te está buscando este.
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Darío.- Contesta.
Siete.- No entiendo.
Payaso.- Hey señora, creo que no ha visto bien… nosotros lo tenemos, con un cuchillo
justo en su pulmón.
Darío.- Manejamos un ciclo muy frágil… que no se adapta muy bien a los cambios.
+.- Ninguno sabía lo que pasaba ahí, cuando rescatas a la princesa, no esperas que
se quiera quedar con el dragón.
Mamá.- Yo crecí aquí Siete… soy la única que ha salido y regresado… Yo no tengo
opciones, tú sí.
+.- Siete intento atacar a Darío pero su madre lo tomó del brazo.
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Mamá.- Fue por ti. Te tuve. Te enseñe lo que necesitas saber… debes seguir sin mí…
ya no te hago falta. Este es mi lugar, no el tuyo. Yo soy tu piedra en el zapato, no
puedes avanzar conmigo. Mírame… no me iré de aquí. No lo haré.
Siete.- No quiero.
Mamá.- Hice todo lo que pude para que no me quisieras…Yo tampoco entiendo por
qué lo haces.
Mamá.- Darío. Siete no tiene cabida aquí…No nos conviene, este niño es puro
corazón, si tu lo dejas… lo que tiene es contagioso pues. Hace que las personas,
quieran ayudar… ve cuantos lo siguen… no nos sirve en el taller.
Darío.- Todo tiene un costo… solo quiero que lo recuerdes… ¿Me sueltan?...
Váyanse… pero no les aseguro que esto acabe aquí…como les dije, soy un cazador.
Mamá.-Vete Siete.
+.- Siete se paró justo enfrente de Darío… la diferencia de tamaño era brutal.
+.- Darío le regalo una sonrisa burlona a Siete. Cantinero y Payaso condujeron a la
salida a Siete. Nosotros un poco detrás de ellos. Los niños observaban todo, como si
les impidiera el paso rejas invisibles.
+.- Volteamos todos al mismo tiempo. Darío estaba en el piso sobre un charco de
sangre. La mamá de Siete tenía un cuchillo en las manos.
Mamá.- Tú no tienes que matar a nadie… tú niño, no tienes nada que hacer aquí.
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+.- Siete extendió los brazos y corrió hacia su madre, ella quizás por instinto hizo lo
mismo. Un abrazo grande como el corazón de ellos.
Mamá.- Tú no tienes nada a que volver… nada te ata aquí. Ya está muerto… conoce,
viaja, camina calles empedradas, sonríe por favor sonríe, enójate, no tengas
enemigos, se amable, trabaja, rodéate de gente buena, ríe, regala estrellas, come
sabroso, báñate en un río… conoce un bosque. Haz lo que tú quieras amor.
Enamórate muchas veces, deja que rompan el corazón… come con la manos… roba
manzanas… Camina siete, no tardan a venir a buscarlos.
Siete.- Mamá…
+.- Algunos niños comenzaron a salir de ese lugar… otros se quedaron en sus
asientos… y otros más seguían trabajando.
Siete.- Esté es un regalo para ti. Un tucán. Tiene todos los colores del mundo.
+.-Supimos que dejábamos ese mundo, y que ese mundo iba a seguir ahí.
Epilogó.-
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+.- Un campo verde con un árbol enorme frente a él
+.- Siete hizo una pequeña puerta de madera, la puso de manera que se mantuviera
firme. Y frente a la puerta, una vela.
+.- Para que haya luz aquí quizás se necesita una sombra allá, decía.
+.- Colocamos flores. Como si el amor necesitara flores. Como si no bastaran las
autenticas sonrisas. Las flores existen porque los abrazos se acaban… no sé, puede
ser.
+.- Nuestro amigo se despidió de cada uno de nosotros, no hubo palabras, solo un
intercambio de sonrisas, como un buen maestro revisando la tarea de sus niños.
+.- Lo vimos alejarse en una vereda de tierra después de la lluvia, no nos dijo a dónde,
pero seguro era un lugar mejor. Se subió a una camioneta maltrecha donde Cantinero
y payaso lo esperaban para llevarlo a…
+.- Seguro era un lugar bonito… un lugar donde su sonrisa no fuera novedad.
+.- ¡Adiós!
+.- Re bonito
+.- ¿Cuál?
Oscuro.
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