Bye Bye Bird José Manuel Hidalgo V2
Bye Bye Bird José Manuel Hidalgo V2
Bye Bye Bird José Manuel Hidalgo V2
Las autorizaciones para el montaje de esta obra deben solicitarse al autor en la siguiente
dirección electrónica:
manuel_sinnombre@hotmail.com
Prólogo1
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Este prólogo aparece en una primera versión del texto publicado en la Revista PasoDeGato no.68
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
DOF: 03/03/2007
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Todavía recuerdo al viejo Bye Bye Bird con su whisky y su armónica sentado a la orilla
de la resbaladilla, que se caía de oxidada y cagadas de perro, silbando y queriendo
emborrachar a las hermanas de todos nosotros.
Mientras nosotros chupábamos.
Y chupábamos.
Sí, gracias a Bye Bye Bird yo y mis carnales internacionalizamos nuestros insultos a la
maestra.
¡Qué chille la puerca! / Nos gustaba verla llorar / Verla bajar la cabeza en el escritorio / ¡Que
grite la perra! / Que el profesor de educación física viniera a defenderla / ¡Qué chille la
puerca! / ¡Su hijo está igual de gordo! / ¡Que grite la puerca! / En el salón siempre se reían
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Y tenía cámara.
Grababa cualquier pendejada.
Pensé en estudiar diseño.
Pero a la verga.
Con él fotografiaba al viejo Bye Bye Bird.
Como no le entendíamos al viejo Bye Bye Bird tuvimos que ver un tutorial en youtube.
No nos sirvió de mucho.
Pero aprendimos a jugar póker.
Entonces decidimos ir a Las Vegas algún día.
También aprendimos a desbloquear los Sony Xperia que chacaleabamos.
Y a picar sin matar.
Y las morras aprendieron a maquillarse.
¡Ja!
Pero tanto para ir a Las Vegas como para entender al viejo Bye Bye Bird teníamos que
saber inglés.
¡A la verga!
Con escuchar un poco al viejo Bye Bye Bird ya te sentías gringo.
Y no cualquier gringo.
Un gringo negro.
O sea, un gringo chingón.
Y un mexicano.
Y no cualquier mexicano.
Sino un mexicano chingón.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Nuestro edificio el E-5 era la envidia de todos los demás en esa unidad.
La banda del A-2 nos miraba con envidia, se hacían nuestros amigos,
nos prestaban balones, sus monedas, dejaban que nos aprovecháramos de ellos porque
sabían que Bye Bye Bird nos pertenecía.
Los del B-2 tenían unas gemelas cubanas.
Pero no se comparaban a Bye Bye Bird.
Esas eran unas pinches prietas, Bye Bye Bird era negro, un verdadero negro.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Para lo que les sugerimos formar una “asociación de vecinos preocupados”, que hagan valer
estos principios y fomenten la integración entre vecinos. (Suerte con eso)
Por supuesto nosotros pensamos en Bye Bye Bird para que fuera el líder de la directiva,
pero él sólo respondió:
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
─ Sí.
─ ¿Y qué hace o qué?
─ No sé.
Y ni él lo sabía.
Al menos hasta que el viejo Bye Bye Bird apareció muerto el día de mi cumpleaños,
entonces sí que supo qué hacer.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
El viejo Bye Bye Bird vivía justo en frente del departamento de Don Manolo.
Bueno, uno de sus tantos departamentos.
Después de que sus hermanos desaparecieran “misteriosamente” Don Manolo había
comprado varios en toda la unidad.
Los adaptó como tiendas, internets, vulcanizadoras, papelerías y hasta baños públicos.
Sí.
El caso es que el viejo Bye Bye Bird vivía frente a uno de esos departamentos de Don
Manolo.
Eso nunca le gustó.
Y es que siempre se escuchaban lloriqueos que salían de los cuartos.
No dejaban dormir al viejo Bye Bye Bird.
Entonces agarraba su armónica y se ponía a tocar con todas las fuerzas que le quedaban
de sus viejos pulmones.
Eso hacía encabronar a Don Manolo, que comenzaba a arrojarle dedos a su ventana.
¡Tocaba tan chingón el viejo Bye Bye Bird!
¡Tocaba tan chingón el viejo Bye Bye Bird!
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Eran rumores, pero siempre supimos que la hermana del Johnny ─así nos enseñó el
viejo Bye Bye Bird a decirlo─ se quería coger al viejo Bye Bye Bird.
Y es que todos sabemos que la hermana del Johnny es bien puta.
Fue la primera chica de la unidad a la que le llegó la regla y fue la primera en perderla.
Yo perdí mi virginidad con ella.
Ella no.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
“¡Más fuerte Kevin, más fuerte!”, me decía la noche en que mataron al viejo Bye Bye
Bird.
“¿Eh?”
“¡Más fuerte pinche Bryan!”, volvió a decir.
“No mames.”
“¡Así Brandon, así!”, me dijo dándome una cachetada.
Yo ya no dije nada.
De cualquier forma, todos nos parecemos un poco.
Antes de que me confundiera hasta con su papá el balazo en la jeta al viejo Bye Bye Bird
nos interrumpió.
Palabras aparte yo no sabía que las mujeres se podían embarazar después de tener tres
hijos.
─ No mames.
─ Yo pensé que cuando las morras tenían un hijo ya no podían embarazarse
y como ella ya tenía tres pues…
─ ¡Cómo eres pendejo!, se dejan de embarazar a partir de los seis.
─ ¿Neta?
─ Sí, culero, es bien sabido. ¿Verdad tú?
─ A huevo.
─ Ahora voy a tener un hijo.
─ No te preocupes, ahora seremos compadres, como mi papá y el señor
Alberto. Está chingón.
─ Al menos ya tenemos una razón para emborracharnos juntos.
─ A huevo.
Y es que todos sabemos que la hermana del Johnny era bien buen pedo.
No se cotizaba.
Entendía que si se daba con uno de nosotros tenía que darse con todos.
“Es por educación”, le decíamos.
Por eso nos caía tan bien.
Muy bien.
Demasiado bien.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Cuando el viejo Bye Bye Bird nos tomó confianza comenzó a ir con nosotros:
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
AL PATIO
Siempre había algo que hacer en:
EL PATIO
Echar la reta, chupar, fumar, ir a fajarse a la hermana del Johnny en:
EL PATIO
El centro de conbebencia era:
EL PATIO
Unos juegos infantiles oxidados, una cancha de fútbol sin porterías.
Un pasto crecido con alacranes, un vago dormido, vidrios rotos, troncos.
Ladrillos, cagadas de perro, cagadas de humano, una cagada era:
EL PATIO
Pero el viejo Bye Bye Bird nos enseñó a apreciarlo.
Decía que era lo más parecido al lugar de donde venía.
El viejo Bye Bye Bird sólo tomaba whisky, si le llevábamos cerveza o mezcal nos la
escupía en la cara.
The love is free beaners, yeah baby, fuck without condoms, feel the love.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Sí.
Yo no sé porque a México no lo conquistaron los negros.
Seríamos mamados.
Saldríamos en los videos de música.
Beberíamos whisky.
Tendríamos una voz grave.
Y tocaríamos la armónica de puta madre.
Atraeríamos a las hermanas de todos.
Y a sus madres.
Como el viejo Bye Bye Bird.
Como el viejo Bye Bye Bird.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
DOF: 26/10/2013
El departamento de planificación familiar del Seguro Social, en trabajo con la delegación
Azcapotzalco, informa a los vecinos que a partir del próximo día viernes se harán jornadas de
información sobre sexualidad en el área de la unidad conocida como “el patio”.
Se les invita a llevar a sus hijos para que reciban información sobre:
• Embarazo.
• Métodos anticonceptivos.
• Enfermedades de transmisión sexual.
Nadie fue, ni si quiera Doña Lupe, que metía sus narices en todos lados.
Pero inflábamos los condones como globos.
Nos los poníamos en la cara, como una máscara.
Y asaltábamos a la gente.
Jejeje.
Bueno no.
Eso fue después.
Pero sí nos los poníamos en el pilín y orinábamos en ellos.
Y luego nos los aventábamos.
Como globos de agua.
Eso hacía sonreír al viejo Bye Bye Bird
Doña Lupe fue la primera en desconfiar del viejo Bye Bye Bird.
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Bye Bye Bird
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¡Pinche vieja! / ¡No se meta en lo que no le importa! / ¡¿Qué se trae con el viejo Bye Bye
Bird?! / ¡Mejor páguele a mi jefa el dinero que le debe! / ¡Por eso su hijo está en la cárcel!
/ ¡Vaya hacerle de cenar a su marido! / ¡Deje de estar de huevona! / ¡Aviéntese de la azotea!
/ ¡Pinche vieja!
Cuando nos veía pasar nos gritaba y decía que en cuanto su hijo saliera de la cárcel
nos lo iba a echar encima.
Ella no entendía que lo que el viejo Bye Bye Bird hacía lo hacía para ayudarnos.
Nos unía más que cualquier cartelito.
Y nos gustaba.
Calmaba las ansias.
Calmaba los temblores.
Callaba las voces.
Era bueno para después de chacalear a alguien.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Pero la chismosa de Doña Lupe comenzó a desconfiar del viejo Bye Bye Bird.
Hacía todo lo que estaba en sus artríticas manos para molestarnos.
Eso no era un problema.
Al menos no uno que ameritara un balazo en la jeta.
¿Han escuchado el dicho “de tal palo tal astilla”?
Y es que todos sabemos que el Johnny es bien pendejo.
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Bye Bye Bird
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─ Me la regaló mi papá.
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Bye Bye Bird
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Oh yeah baby!
Lo mejor fue cuando las niñas comenzaron a juntarse con Bye Bye Bird.
Tenía a todas las morras de la unidad sentadas a su lado.
Como esas imágenes de Jesús con los niños.
Así el viejo Bye Bye Bird con las niñas.
Y nosotros sus discípulos.
Era un pedo bíblico.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Si nos desesperábamos jugábamos el juego que el viejo Bye Bye Bird nos había
enseñado.
Sí.
Sí.
Sí.
El viejo Bye Bye Bird nos había enseñado a ser pacientes.
Todo es cuestión de ritmo.
Como cuando movía sus dedos por la armónica.
Muy sabio siempre fue el viejo Bye Bye Bird.
Y religioso.
Siempre escuchábamos que gritaba detrás del árbol:
Oh Christ! I like your mouth girl Yes, yes! Oh, for Jesus fucking Christ!
─ Oye.
─ ¿Qué?
─ Escuché que te vas a ir.
─ Ajá.
─ Y bueno… estaba pensando.
─ Me caga que siempre me tenga que estar mudando.
─ Pues, ya sabes, tú…
─ Cada que mi papá se roba algo grande tenemos que cambiarnos de casa.
─ …eres la hermana del Johnny…
─ Hijo de puta, ya habíamos durado aquí.
─ …y bueno, eres bien puta…
─ ¡Como lo odio! Pero lo amo, porque es mi papi.
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Bye Bye Bird
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Y así fue como convencí a la hermana del Johnny para que me hiciera feliz esa noche
a mi solito.
Todo iba bien.
Más o menos bien.
Medianamente bien.
Casi bien porque yo… pues no me podía concentrar.
No sé por qué, les juro que nunca me había pasado.
Yo creo que estaba preocupado porque los demás no se enterarán de que ella estaba
a solas conmigo.
“¡Shh! No nos vayan a escuchar”, le decía.
O era el frío.
Sí, seguro fue eso.
Cuando ya me había confundido con todo el mundo, entonces…
Entonces fue el balazo en la jeta al viejo Bye Bye Bird.
El disparo sonó en toda la unidad distinto a los disparos que suenan todo el tiempo.
Lo malo fue que me entraron las prisas y pues acabé en chinga.
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Bye Bye Bird
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─ ¿Ya?
El caso es que cuando encontraron el cadáver del viejo Bye Bye Bird, como tres días
después, coincidió con que todos descubrieron la banda de secuestradores que operaba
ahí en la unidad.
Respecto a eso no pasó nada.
Sólo era un dato curioso.
Una de esas casualidades de la vida.
La familia del Johnny siguió secuestrando.
Como todos lo sabíamos.
Sólo que ahora también lo sabían los de las otras colonias.
Y los departamentos de Don Manolo dejaron de tener las fachadas que tenía y ahora
todos sabían para qué los utilizaba.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Fue gracioso.
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Bye Bye Bird
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No.
No.
Nadie.
Y entonces pegaron este cartel:
¡No falten! Habrá juegos y sorpresas. Recuerden que trabajamos por un Azcapotzalco más seguro.
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─ ¿Te cae?
─ Sí, cortito pero efectivo, eh.
─ Chale.
─ Si el niño sale negro te aviso, pero estoy segura de que es tuyo.
─ ¿Y qué hacemos?
─ Nada. ¿Quieres bailar?
Y bailamos.
Todo estaba poca madre.
Hasta que dañaron el alumbrado público.
El único pinche poste de luz que había en toda la unidad.
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Bye Bye Bird
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De una pedrada.
Entonces sí llegó la policía y entambó a la mitad de la unidad.
Daños a la nación.
Eso fue malo.
Porque se acabó la fiesta y se llevaron a Don Manolo.
Cerró su tienda y sus negocios por un tiempo.
Eso quiso decir no más cigarros y caguamas gratis.
También se llevaron a la familia del Johnny.
Entonces nos acordamos de que el cadáver del viejo Bye Bye Bird seguía en su
departamento.
En medio de la pachanga se nos olvidó.
Entramos.
Por fortuna seguía muerto.
Lo cubrimos con una de las mantas Del Partido.
Y lo bajamos.
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Cuando Don Manolo, y la mitad de la unidad, regresó, nos pareció algo bueno.
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Bye Bye Bird
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El tiempo pasó.
Don Manolo no regresó solo a la unidad, regresó con un chingo de gente.
Metían hasta a quince personas en un departamento.
Todos vendados y con las manos en la espalda.
¡Vieran cuántos caldos tenía que preparar su mujer!
También llegaron muchos más perros, y los perros traían a sus respectivos vagos,
rateros, drogos y prostitutas.
Pero ningún Bye Bye Bird.
También la familia del Johnny regresó.
Más grande y con más pistolas.
Entonces conocí a mi hijo.
Le puse Dylan.
Dylan Hernández.
Como Bob Dylan.
No tengo puta idea de quién fuera ese tipo.
Pero el viejo Bye Bye Bird hablaba de él.
Porque decía que también tocaba la armónica.
Mucho tiempo después lo escuché con un bocinero del metro.
Tocaba de la verga.
Pero seguro que al viejo Bye Bye Bird le hubiera gustado.
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Bye Bye Bird
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Conocí a Dylan.
Y entonces por fin me pude dedicar a lo que me había preparado durante toda mi vida.
Robar para mantener a “mi familia”.
Entonces comprendí por qué se le llamaba Unidad a la unidad.
No es por presumir, pero lo hacía a todo dar.
A veces ni si quiera tenía que sacar pico.
Aplicaba lo que había aprendido del viejo Bye Bye Bird.
“Hey Boy! Fuck you! Dame tu celular. Suck my dick, dirty whore, technologic shit.
Rapidito o te trueno”, les decía.
Todos se me quedaban viendo con cara de admiración.
Hasta me daban sus celulares y sus carteras con gusto.
Yo creo que se sentían como en gabacho.
“¡Qué muchacho tan listo, tan preparado!”, me decían.
Y me guardaba el dinero en el pantalón y chan chan.
Muy sabio siempre fue el viejo Bye Bye Bird.
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
Lo segundo fue que “Los Sayayines” se torcieron a navajazos a Don Manolo afuera de
su tienda.
Se apañaron el negocio de la distribución y agregaron la de la prostitución de menores.
Niñas de diez u once años que vestían con falditas y las ponían afuera del metro.
Bien chistosas que se veían.
Ellos se quitaron las playeras Del Partido y comenzaron a negociar por otro lado.
Cuando la Licenciada regresó le orinaron la camioneta.
Se burlaban de ella.
El Johnny y su hermana estaban pensando en cómo chingarse a los Sayayines cuando
pusieron el último cartel en la unidad.
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“BENITO JUÁREZ”
DOF: 23/10/2018
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo
EL INFIERNO
─¡Nido de ratas!─
Estoy seguro de que si el viejo Bye Bye Bird hubiera estado vivo nada de esto hubiera
pasado.
Salí después de tres meses.
Bien jodido y debiendo como cuarenta mil pesos.
¡Ja!
Ni pedo.
Mis padres encarcelados en Almoloya.
Ellos dicen muchas cosas para explicar lo que pasó.
La verdad es que no tiene importancia.
Pero dicen que se van a vengar de la Licenciada.
Que ella les prometió cosas.
Y que los engañó.
Mis padres nunca fueron muy inteligentes.
Siempre fueron muy aprovechados.
“Muerde la mano que te da de comer, no te dejes”, me dijo mi papá la última vez que lo
vi.
Como hace cinco meses.
Creo que me dijo mal el refrán.
En fin.
Ahora vivo con mi abuela.
Y con Dylan.
Acaba de cumplir 15.
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