Fuentes de Agua Superficiales
Fuentes de Agua Superficiales
Fuentes de Agua Superficiales
Tipos de fuentes
Fuentes superficiales
Las aguas superficiales están constituidas por los ríos, lagos, embalses, arroyos, etc.
La calidad del agua superficial puede estar comprometida por contaminaciones provenientes de la
descarga de desagües domésticos, residuos de actividades mineras o industriales, uso de
defensivos agrícolas, presencia de animales, residuos sólidos, y otros.
La calidad del agua debe ser evaluada antes de la construcción del sistema de abastecimiento. El
agua en la naturaleza contiene impurezas, que pueden ser de naturaleza físico-química o
bacteriológica y varían de acuerdo al tipo de fuente. Cuando las impurezas presentes sobrepasan
los límites recomendados, el agua deberá ser tratada antes de su consumo. Además de no
contener elementos nocivos a la salud, el agua no debe presentar características que puedan
rechazar el consumo.
Se define como agua potable aquella que cumple con los requerimientos de las normas y
reglamentos nacionales sobre calidad del agua para consumo humano y que básicamente atiende
a los siguientes requisitos:
El agua para consumo humano debe cumplir los estándares de calidad establecidos por las normas
vigentes de cada país.
Las “Guías para la Calidad del Agua de Consumo Humano” de la Organización Mundial de Salud
establecen las recomendaciones de los valores límites para los diferentes contaminantes que
pueden ser encontrados en el agua de consumo humano.
Algunos de los valores guía, recomendados por la OMS se refieren a los siguientes aspectos:
Los contaminantes tienen un impacto significativo en los problemas de calidad del agua, sin
embargo, normalmente son de difícil definición y cuantificación, por ese motivo muchas veces los
programas de control no las tienen en consideración adecuadamente.
Puntuales.
No puntuales.
Formas puntuales.
Son las descargas en puntos definidos, como las descargas de emisores de desagües, industrias,
etc. Los desagües domésticos presentan una gran cantidad de contaminantes que pueden
provocar daños al ambiente, por ese motivo deben ser tratados antes de su disposición final.
Formas no puntuales.
La contaminación no puntual está asociada a las aguas de lluvia, deshielo, percolación, etc. La
contaminación difusa es la que está asociada a fuentes no puntuales. A medida que la lluvia cae,
acarrea contaminantes naturales o producidos por el hombre.
Prácticas de protección.
Las fuentes de agua subterránea, como manantiales y pozos, deben estar protegidas contra las
inundaciones y aguas superficiales. Se recomienda establecer un perímetro de protección para
que el acceso de personas y animales esté restringido. Deben restringirse o prohibirse las
actividades o instalaciones que puedan contaminar las aguas subterráneas, o que afecten el caudal
realmente aprovechable para el abastecimiento a la población. Para la prevención de la
contaminación de las fuentes, se debe dar atención especial a las medidas para controlar la
contaminación puntual y no puntual, tal como se señala a continuación:
Gestión de los residuos sólidos animales para evitar la contaminación del agua superficial y
subterránea.
Reducción del uso indiscriminado de pesticidas y fertilizantes.
Eliminar el uso de pesticidas de elevada toxicidad, dando prioridad al uso de productos de
origen biológico menos contaminantes.
Reducción de la erosión a través del empleo de prácticas conservativas.
Disposición adecuada de los envases de pesticida, contenedores, agua de limpieza, etc.
Prevención de la contaminación por arrastre de agua de lluvia en zonas urbanas.