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72 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

Artículo recibido: 20 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el Illegal dynamism and official challenge:
de octubre de 2008; contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur contraband in Tumaco and the southern
aprobado: 10 de en las décadas de 1860 y 1870 Pacific coast in the 1860s and 1870s
diciembre de 2008; Resumen Abstract
modificado: 16 de Este artículo identifica los problemas de contrabando This article discusses the problems of
diciembre de 2008. en Tumaco y su región en las décadas de 1860 y 1870, contraband in Tumaco and the surrounding
es decir, al inicio de la bonanza exportadora de este region in the 1860s and 1870s, at the beginning
puerto. A partir de la pregunta por el contrabando of the export bonanza through this port. Using
es posible conocer comerciantes, rutas comerciales contraband as way to identify merchants,
y productos importados, lo que permite analizar la commercial routes, and imported products, it is
dinámica comercial de Tumaco cuando el puerto possible to analyze the commercial dynamic of
aún no había conquistado el lugar que adquirió Tumaco before the port had acquired its later
posteriormente en la economía nacional. Postulamos importance in the national economy. We suggest
que Tumaco ya conocía un dinamismo particular that Tumaco already experienced a particular
basado en la ilegalidad, que era crucial para la dynamism based on illicit trade that was crucial
región, aun cuando éste atentó contra la autoridad for the region even though it threatened state
pública y sus finanzas. authority and its finances.
Palabras c l av e Key Words
Contrabando, aduana, corrupción, comerciantes, Contraband, Customs, Corruption, Merchants,
Tumaco, Pacífico Sur colombiano, siglo XIX. Tumaco, Southern Pacific Coast of Colombia,
Nineteenth Century.

Historiadora de la Université Catholique de Louvain, Bélgica, y doctora en Relaciones


Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, España. Profesora asociada
del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. Miembro
del Grupo de Historia del Tiempo Presente (Categoria A en Colciencias, en curso de
Muriel reclasificación). Sus intereses investigativos se centran en el contrabando en Colombia en
Laurent el siglo XIX, la integración europea y la metodología de la historia. Entre sus publicaciones
recientes se encuentra: Contrabando en Colombia en el siglo XIX. Prácticas y discursos de resistencia
y reproducción. Bogotá: Uniandes, 2008. mlaurent@uniandes.edu.co

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Muriel Laurent 73

Dinamismo ilegal y desafío oficial: el


contrabando en Tumaco y el Pacífico
Sur en las décadas de 1860 y 1870 ❧

Introducción
Para cualquier Estado, el tema de sus ingresos es importante en ❧ Este artículo es resultado de la
investigación sobre contrabando en
la medida en que éstos le permiten garantizar su sostenimiento. Colombia en el siglo XIX cofinanciada
Si el principal de ellos es la renta de aduanas, como en Colombia por Colciencias. Por su disponibilidad
en resolver inquietudes y por la
en el siglo XIX1, aquello que menoscabe las entradas generadas elaboración del mapa, agradezco a
por el comercio exterior atenta contra un recurso vital. Por esta Marta Herrera Ángel, Claudia Leal y
Alejandro Camargo.
razón, estudiar el contrabando es analizar las tensiones que se
evidencian entre el Estado y su administración de Hacienda, por 1. Muriel Laurent, El contrabando en
Colombia en el siglo XIX. Prácticas y
un lado, y los actores sociales que quebrantan las reglas que los discursos de resistencia y reproducción
primeros imponen, por otro. (Bogotá: Uniandes-CESO-
Departamento de Historia, 2008),
En el Pacífico Sur colombiano2 se han experimentado, según 35-43 y 247-260.
el historiador Oscar Almario, “dificultades extremas” en la con-
2. En el litoral del Pacífico colombiano,
strucción del Estado nacional, en particular en el campo de la la investigación natural y social
Hacienda pública. La República heredó en esta región los prob- identifica dos áreas subregionales
de características geoecológicas
lemas que tuvieron las autoridades coloniales para asentar su distintas: El Chocó al Norte del río
poder fiscal. En efecto, en la Colonia los controles sobre la pro- San Juan y el Pacífico Sur desde este
río y Buenaventura hasta la frontera
ducción y el comercio del tabaco y el aguardiente fracasaron; el con Ecuador. Orián Jiménez, David
Hernández, Edgardo Pérez, Tumaco.
Historia, memoria e imagen (Medellín:
Universidad de Antioquia, 2005), 10.

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74 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

contrabando de exportación de oro e importación de mercancías


extranjeras fue practicado por los enemigos externos e internos
de la Corona y la región fue marcada por revueltas y protestas
antifiscales hacia finales del periodo colonial3. Estos problemas
“no sólo se mantuvieron sino que se ampliaron” luego de la
3. Oscar Almario, Los renacientes y su Independencia4.
territorio. Ensayos sobre la etnicidad negra
en el Pacífico sur colombiano (Medellín: Dada esta característica, se hace interesante estudiar el
Universidad Pontificia Bolivariana- contrabando en Tumaco, donde estaba la única aduana de la
Concejo de Medellín, 2003), 98 y 100.
Sobre el contrabando en el Pacífico Sur región en las décadas de 1860 y 1870. La jurisdicción de la ad-
colombiano en el periodo colonial no uana de Tumaco comprendía el puerto mismo, la costa entre
hay estudios monográficos recientes,
sino señalamientos puntuales como, Ecuador y el río Micay, y el interior de este litoral, por lo que
por ejemplo, además de la anterior este espacio geográfico es el que estudiaremos en este artículo
referencia, en Germán De Granda,
“Una ruta marítima de contrabando (ver mapa No. 1). De acuerdo al historiador Eduardo Restrepo,
de esclavos negros entre Panamá y quien propuso una periodización de la historia de Tumaco, las
Barbacoas durante el asiento inglés”,
en Revista de Indias 134-144 (1976), décadas estudiadas son las dos últimas de la primera fase de
123-142; en Orián Jiménez, David construcción de la ciudad, es decir, las que antecedieron la fase
Hernández, Edgardo Pérez, Tumaco,
15 (citando a Fray Juan de Santa de consolidación, basada en la exportación de tagua y caucho,
Gertrudis) y en Fernando Jurado, que cubre los últimos veinte años del siglo XIX y los primeros
Esclavitud en la Costa Pacífica. Iscuandé,
Tumaco, Barbacoas y Esmeraldas. Siglos cuarenta del siglo XX5.
XVI al XIX (Quito: Ediciones ABYA- Este artículo identifica los problemas de contrabando en
YALA-Centro Afro-Ecuatoriano-
Corporación Ecuatoriana de ‘Amigos Tumaco y su región en el periodo que precedió la fuerte trans-
de la Genealogía’ (SAG), 1990), formación de la ciudad, al inicio de su bonanza exportadora.
315. A pesar de este relativo vacío,
debido a la presencia de minas de A partir de la pregunta por el contrabando, es posible conocer
oro explotadas por esclavos negros comerciantes, rutas comerciales y productos importados, lo
y a las necesidades de consumo
de la región, el contrabando de que permite analizar la dinámica comercial de Tumaco, cuan-
mercancías extranjeras pagadas con do el puerto aún no había conquistado el lugar que adquirió
oro en polvo debió caracterizar los
intercambios en esta costa. posteriormente en la economía nacional. Postulo que, incluso
sin que se hubiera dado este cambio, Tumaco conocía un dina-
4. Esta ampliación se dio “al tiempo
que fue evidente la incapacidad mismo particular basado en la ilegalidad, que era crucial para
de los nuevos dirigentes para la región, aun cuando éste atentó contra la autoridad pública
integrar a los negros al incipiente
sistema burocrático del Estado”. y sus finanzas.
Las razones este fracaso fueron,
según Almario, “las condiciones
económicas exigidas a los titulares
de los cargos públicos posibles
(aduanas, rentas), la persistencia de 5. Eduardo Restrepo, “Hacia la
valores de discriminación racial, el periodización de la historia de
analfabetismo predominante y la Tumaco”, en Tumaco: haciendo
falta de idoneidad para desempeñar ciudad. Historia, identidad y cultura.
los cargos públicos, desde los Michel Agier, Manuela Alvarez, Odile
más importantes hasta los más Hoffmann y Eduardo Restrepo. (Cali,
insignificantes, por la gente negra”. ICAN-IRD-Universidad del Valle,
Oscar Almario, Los renacientes, 101. 1999), 59.

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Mapa No. 1:
Zona de estudio: Sur de la costa del Pacífico colombiano, jurisdicción de la
aduana de Tumaco.

Fuentes: Elaborado por Alejandro Camargo y Claudia Leal a partir, para el mapa base, de: Claudia Leal
y Eduardo Restrepo, Unos bosques sembrados de aserríos. Historia de la extracción maderera en el Pacífico
colombiano (Medellín: Editorial Universidad de Antioquia - Universidad Nacional de Colombia -
COLCIENCIAS - ICANH, 2003), Figura 3, y, para la ubicación de lugares, de: Marta Herrera Ángel,
El territorio Awa-Kwaiker: ¿De Sindaguas a Awa-Kwaiker? Un largo viaje entre gentilicios, toponimia y
nomenclatura en las costas del Mar del Sur. Siglos XVI-XVIII, Mecanografiado, Informe de Avance pre-
sentado a la Fundación Ann Osborn, marzo de 2007, Mapa Sindaguas-Awa Kwaiker; Odile Hoffmann,
“Sociedades y espacios en el litoral pacífico sur colombiano (siglos XVIII-XX)”, en Tumaco: haciendo
ciudad, 18, Figura 1; Atlas de Colombia, 5ª ed. revisada, actualizada y aumentada (Bogotá: Instituto
Geográfico Agustín Codazzi, 2003), 48.

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Con ello, no quiero decir que la región de Tumaco fue la única caracterizada por
el contrabando durante este periodo: en otro lugar he mostrado6 cómo el comercio
ilícito fue un fenómeno que padecieron todas las fronteras nacionales en las décadas
de los sesenta y setenta, como lo atestiguan los decomisos realizados en las distintas
aduanas. A nivel regional, es de notar, sin embargo, que las interceptaciones de im-
portaciones ilícitas fueron más numerosas en el Suroccidente (aduanas de Carlosama,
Buenaventura y Tumaco) que en la frontera andina con Venezuela (aduana de
Cúcuta) y en la costa Caribe (aduanas de Riohacha, Cartagena, Tolú y del Atrato).
De esta región suroccidental, fue en Carlosama donde se registró la mayor can-
tidad de decomisos, mientras que en el Caribe fue en Riohacha. Ubicado en esta
perspectiva y de acuerdo con las cifras de decomisos, el contrabando por la costa
del Pacífico Sur no parece haber sido mayor al que se dio a través de otras fron-
teras nacionales, pero comparte con la Guajira y la zona fronteriza con Ecuador
el hecho de haber sido una región particularmente afectada.
El trabajo consta de cinco partes. La primera ofrece un breve panorama de Tumaco,
su aduana y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870. La segunda parte aborda las
infracciones menores que se registraron en la aduana de Tumaco. La tercera parte
detalla el discurso sobre el contrabando en la región y la organización de la vigi-
lancia en el litoral. La cuarta parte estudia la información proporcionada por los
procesos de contrabando en cuanto a las mercancías importadas, las embarcaciones
y su procedencia, los lugares y los implicados. La quinta parte evidencia la relación
entre el contrabando, la corrupción y el uso de la fuerza.

1. El Pacífico Sur, Tumaco y su aduana en las décadas de 1860 y 1870


Las descripciones de quienes visitaron Tumaco a mediados y a fi-
6. Muriel Laurent, Contrabando, 351-353 nales del siglo XIX evidencian su transformación física. De acuerdo
y passim.
a Santiago Pérez, miembro de la Comisión Corográfica, en 1853: “El
7. Eduardo Rodríguez dir., Selección de pueblo de Tumaco se compone de una calle de tristes ranchos en
Escritos y Discursos de Santiago Pérez
(Bogotá, Biblioteca de Historia los que están los almacenes, paralela a la orilla del mar, y de algunas
Nacional Vol. LXXXI, 1950), 81. otras barbacoas, todas de aspecto miserable”7. En contraste, Rufino
8. Rufino Gutiérrez, Monografías, t 1 Gutiérrez escribió que en 1891 era una “[…] bella población, bastante
(Biblioteca de Historia Nacional grande, construída toda de madera y con techos de cinc o de paja.
XXVIII [Bogotá: Imprenta nacional,
1921]), 141. […] Hay bastantes edificios cómodos y elegantes, y los almacenes,
que son muchos, están ricamente surtidos de toda clase de mercan-
9. Orián Jiménez, David Hernández,
Edgardo Pérez, Tumaco, 40; Claudia cías, pues Tumaco es la metrópoli comercial del Sur”8. Entre ambas
Leal, “Un puerto en la selva. apreciaciones, Tumaco experimentó un desarrollo exportador que
Naturaleza y raza en la creación de
la ciudad de Tumaco, 1860-1940”. inició en la década de 1860 y se consolidó a partir de 18809.
Historia Crítica 30 (julio-diciembre
2005), 46; Eduardo Restrepo, “Hacia la
periodización”, 59.

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En términos demográficos, si hasta mediados del siglo XIX las poblaciones mineras
de Barbacoas e Iscuandé eran más importantes que Tumaco, esta jerarquización se in-
virtió con la decadencia de las primeras tras la abolición de la esclavitud y la emergencia
de la última en la segunda mitad del siglo, hasta que que ostentaron una importancia
similar a finales del XIX. Antes de su surgimiento, el puerto de Tumaco debía su ex-
istencia a su papel en el abastecimiento del enclave minero que era Barbacoas, cuya
población blanca tendió con la manumisión a instalarse en Tumaco10. Santiago Pérez
señaló que, en 1853, la mayoría de la población era de negros y mulatos y que había al-
gunos blancos (“personas ilustradas”), entre los cuales figuraban los comerciantes11.
Las descripciones de la Comisión Corográfica informan acerca de la geografía re-
gional, del sistema de transporte y de los intercambios comerciales a mediados del
siglo XIX. La costa del Pacífico Sur se caracteriza por la gran cantidad de ríos nave-
gables sobre varias leguas “hasta entrar en medio de las serranías”, como el Micay, el
Guapi, el Iscuandé, el Patía y su afluente el Telembí. La “navegación interior parale-
la a la costa” es una característica fundamental de la región: al
desembocar entre manglares, las aguas forman un laberinto de
caños propicios a la circulación “sin exponerse al mar”, donde
para navegar hay que conocer y aprovechar las oscilaciones de 10. Eduardo Restrepo, “Hacia la
periodización”, 55-57; Oscar Almario
las mareas. Así se comunica Tumaco con los pueblos y lugares y Ricardo Castillo, “Territorio,
habitados de esta costa. A Barbacoas se iba primero por mar, cru- poblamiento y sociedades negras en el
Pacífico Sur colombiano”, Renacientes
zando la ensenada de Tumaco hasta cerca de Salahonda, y luego del Guandal, “Grupos negros” de los
siguiendo las vías fluviales, por un canal hasta el Patía y de ahí ríos Satinga y Sanquianga (Bogotá:
Biopacífico-Unal, 1996), 66-67; Odile
hasta el Telembí. Desde Barbacoas se iba a los pueblos del inte- Hoffmann, “Sociedades y espacios,
rior por caminos. En cuanto al comercio internacional, Tumaco 33. En 1870, la población era de 8.360
habitantes en el Cantón de Tumaco;
y la Provincia de Barbacoas sostenían intercambios marítimos 9.991 en el de Barbacoas; 9.109 en el de
con Panamá, Ecuador y Perú. Había comercio con la Provincia de Iscuandé y 5.005 en el de Micay. Frente
a las cifras de 1851, el aumento más
Buenaventura y con el resto de la Provincia de Barbacoas (can- severo fue en el cantón de Tumaco,
tones de Micay, Guapi, Iscuandé y Barbacoas)12. que tenía entonces 2.979 habitantes.
Odile Hoffmann, “Sociedades y
Respecto al comercio internacional de Tumaco en las décadas espacios”, 32.
de 1850, 1860 y 1870, Jiménez, Hernández y Pérez señalan que se
11. Eduardo Rodríguez dir., Selección,
hacía “con Guayaquil, Paita, Valparaíso y Panamá” y estaba en ma- 81-82.
nos de una minoría demográfica de blancos, entre los cuales había
12. Agustín Codazzi, Geografía física y
todavía muy pocos extranjeros que “no estaban cohesionados” política de la Confederación Granadina,
y “no lograban atraer a más gente, de origen europeo o mestizo, Vol. I Estado del Cauca, t.II Provincias
del Chocó, Buenaventura, Cauca y
del interior de Colombia”. Fue gracias a “la perspectiva de la ex- Popayán y t. III Provincias de Pasto,
plotación de recursos forestales” que llegaron más extranjeros, Túquerres y Barbacoas, edición,
análisis y comentarios de Guido
quienes establecieron casas comerciales. Los autores indican que Barona, Camilo Domínguez, Augusto
Gómez y Apolinar Figueroa (Cali:
Universidad del Cauca-Colciencias-
Unal, 2002), 389-455.

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la pobre dinámica comercial de estas décadas se debía también a “la intensidad del
contrabando, que unía complejas rutas de ilegalidad entre Buenaventura, Iscuandé y
Tumaco, principalmente”13. Precisar esta ‘intensidad del contrabando’ es justamente
lo que queremos hacer, sin prejuicio de que haya sido o no un motivo de limitación de
la actividad comercial de Tumaco en las décadas previas a la explotación masiva de
los recursos naturales. Es más, creemos que el contrabando debe considerarse como
fenómeno dinámico, sin menospreciar por ello su impacto perjudicial sobre las finan-
zas públicas y el ejercicio de la autoridad.
El periodo que nos interesa se inauguró con el arribo al puerto de Tumaco del
primer vapor mercante el 11 de marzo de 1860, en el marco del contrato firmado el
año anterior con la Compañía Británica. En 1869 se firmó otro contrato con el fin de
que la Compañía de Navegación en el Pacífico mandara sus vapores dos veces por
mes y condujeran el correo14. Con la misma intención de impulsar el movimiento
mercantil y fomentar el desarrollo del puerto, las autoridades adoptaron periódi-
camente medidas de exención del pago de aranceles para las importaciones que
se fueran a consumir en Tumaco. La tabla nº 1 muestra la alternancia entre 1860 y
1880 de los periodos durante los cuales Tumaco fue puerto franco y los durante los
cuales se cobraron derechos.

Tabla No. 1:
Alternancia de la franquicia otorgada al puerto de Tumaco, 1860-1880

FECHAS FRANQUICIA

1860-1864 SI
1864-1870 NO
1870-1872 SI
1872-1880* NO

13. Orián Jiménez, David Hernández,


Edgardo Pérez, Tumaco, 40. * Nótese que 1880 corresponde al final del periodo estudiado y no a un cambio
en la normatividad.
14. Rufino Gutiérrez, Monografías, 199-
200; Bernardo Merizalde, Estudio de la Fuentes: “Decreto de 29 de abril de 1860 que restablece la franquicia de los puer-
costa colombiana del Pacífico (Bogotá: tos de Buenaventura y Tumaco”, “Ley 42 de 29 de mayo de 1864 (Código de
Imprenta del estado mayor general,
1921), 130. aduanas)”, “Ley 39 de 31 de mayo de 1870 por la cual se declaran francos los
puertos de Buenaventura y Tumaco en el Estado soberano del Cauca”, “Ley
15. Toda la legislación fue consultada en:
Codificación nacional de todas las leyes 70 de 21 de junio de 1872 adicional y reformatoria de las de aduanas”15.
de Colombia desde el año de 1821, hecha
conforme a la ley 13 de 1912 (Bogotá:
Imprenta Nacional, 1924-1955).

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Tras la supresión de la aduana de Iscuandé en 186016, Tumaco de revisión: 24 de junio de 2008); Tomás
fue el único puerto autorizado al Sur de Buenaventura, por lo que Cuenca, Memoria que el secretario de Hacienda
i Fomento de la Unión colombiana presenta al
su aduana recibía todo el comercio legal de la región17. A pesar de Congreso Nacional en 1865 (Bogotá: Imprenta
ello, frente a otras aduanas nacionales el nivel de comercio que se de “El Mosaico”, 1865); Rufino Gutiérrez,
Monografías, 200.
registró en Tumaco fue reducido18. Entre las exportaciones figura-
ban para esos años el caucho, la quina y la tagua19. El aumento de la 18. Su participación en el producto bruto de
la renta de aduanas fue de 1% en 1864,
actividad exportadora tuvo como consecuencia para la aduana que, 1,6% en 1867-68 y 2,8% en 1869-70; en el
en 1873, el administrador Peregrino Santacoloma comprara “una valor de las importaciones nacionales
fue de 1,5% en 1873-74 y de 1,8% para
casa para el servicio de la Aduana”. Situada en la calle principal de el quinquenio 1869-74 y en el valor de
Tumaco, la casa era “construida de madera, con techumbre de hierro las exportaciones nacionales de 1% en
1873-74 y de 2,1% para el quinquenio
galvanizado”20. No sabemos ni cuando tuvo lugar el traslado a estas 1869-74. Cálculos hechos a partir de los
nuevas instalaciones ni si antes estaba en un lugar tan central. datos proporcionados por Muriel Laurent,
Contrabando, 405-406, Guillermo Sosa.
Al revisar los archivos de esta “Redes comerciales en las provincias
aduana relativos a las décadas de suroccidentales de Colombia, siglo XIX”.
Historia Crítica 26 (julio-diciembre 2003),
1860 y 187021, contamos 20 con- 115 y Luis Fernando López, Historia de la
trabandos confirmados (cuando el 16. “Ley de 19 de abril de 1860 que Hacienda y el Tesoro en Colombia, 1821-1900
autoriza al Poder Ejecutivo para (Bogotá: Banco de la República, 1992), 154.
juicio ratificó el contrabando y se celebrar un arreglo aduanero con
remató la mercancía decomisada), Venezuela, y para suprimir ciertas 19. Guillermo Sosa, “Redes comerciales”,
aduanas”. 116 y 119.
20 contrabandos presuntos (cuando
no se conoce el veredicto final del 17. La aduana funcionó en Tumaco 20. “Ley 14 de 21 de abril de 1875 aprobatoria
excepto en 1863 cuando se trasladó a del contrato de compraventa de una casa
proceso) y 58 infracciones menores Barbacoas. El traslado, cuyas causas para el servicio de la Aduana de Tumaco”.
(irregularidades en la documen- pueden haber sido los conflictos El contrato de compraventa de 4 de agosto
de 1862 y 1863 con Ecuador, parece de 1873, aprobado por el Poder Ejecutivo
tación de los cargamentos que haberse realizado el 8 de febrero el 10 de septiembre de 1873, figura luego
llegaban a la aduana)22. Durante de 1863 y terminado en noviembre. de esta ley.
Luego, desde el 7 de diciembre,
estos 20 años el comportamiento las fuerzas ecuatorianas ocuparon 21. Archivo General de la Nación, Sección
de los problemas de legalidad de Tumaco (ataque del coronel República, Aduanas, Aduana de Tumaco,
ecuatoriano José Veintimilla), por lo tomos 1 a 6. En adelante: AGN, SR, Ad.,
las importaciones atendidos por la que los empleados se replegaron hacia AT. Otras abreviaturas utilizadas son
aduana fue muy desigual. De 1860 Barbacoas. En febrero de 1864 las AB (Aduana de Buenaventura), AAT
cosas habían vuelto a la normalidad. (Administrador de la Aduana de Tumaco),
a 1864, cuando Tumaco era puerto Para el año económico 1863-1864, AAB (Administrador de la Aduana de
franco, no se registraron casos, la aduana registrada en la Memoria Buenaventura) y SHF (Secretario de
de Hacienda es la de Barbacoas. Hacienda y Fomento).
probablemente por el mencionado AGN, SR, Aduanas, Ad. Tumaco, t. 1,
cierre de la aduana. Los contraban- ff. 3-18 (Cartas del administrador 22. Tres aclaraciones: a) se trata de cifras
y del contador al Secretario de mínimas (la aduana pudo interceptar
dos confirmados se concentraron Hacienda, feb. 7, oct. 31 y dic. 17 un mayor número que no figuran en
en dos momentos: 1868-1871 (13 de 1863 y feb. 7 de 1864); Fernando el Fondo consultado); b) sólo se trata
Jurado, Esclavitud, 24; Oña Villarreal de importaciones, no hay ningún
casos) y 1876-1877 (7 casos). Los Humberto. “Presidentes, 1830- caso de exportación; c) el Juzgado del
presuntos ocurrieron en tres mo- 1865, Dr. Gabriel García M.”. Ecuador Circuito de Barbacoas era la entidad
Online: http://www.explored.com. competente para resolver los juicios
mentos que, excepto el primero, ec/ecuador/garciam.htm y “Gabriel de contrabando, que eran iniciados
García Moreno”. Historia en La Guía en Tumaco por el administrador de la
2000: http://www.laguia2000.com/ aduana; las infracciones menores se
ecuador/gabriel-garcia-moreno (fecha resolvían en la aduana.

hist. crit. No. 37, Bogotá, enero-abril 2009, 252 pp. issn 0121-1617 pp 72-99
80 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

coinciden con los anteriores: 1865-1866 (4 casos), 1869-1871 (10 casos) y 1876-1877
(6 casos). No parece haber una relación clara entre el periodo de franquicia de 1870-
1872 y los procesos por contrabando: aunque en 1871 hubo un aumento de los juicios
confirmados e iniciados por contrabando, también se registraron procesos en los años
anteriores y nuevamente varios años después. Lo anterior puede significar que la
franquicia era aprovechada para introducir efectos extranjeros al resto de la costa o al
interior sin pagar los debidos aranceles. Por su parte, excepto en dos casos en los años
setenta, las infracciones menores se concentraron en el periodo comprendido entre
las dos franquicias, es decir, entre 1865 y 1869 con un pico en 1866 (37 casos de 56).

2. Las infracciones menores


La abundancia de las infracciones menores que se castigaron en
la aduana de Tumaco entre 1865 y 1869 es llamativa tanto por su con-
centración en unos cuantos años, como por el hecho de que supera
23. Sobre la posición de los secretarios
de Hacienda al respecto, ver con creces el número de casos de contrabando. Vale la pena deter-
“¿Contrabando o error?: el debate minar qué se escondía detrás de cada una de estas irregularidades,
sobre las penas”, en Muriel Laurent,
Contrabando, 502-508. para así establecer si se trataba de errores involuntarios o si había
en ellas una intención de defraudar la renta de aduanas23. Un paso
24. Fueron 3 casos. La multa fue de 50
pesos para ambos o del doble de los importante para ello es saber el castigo que se aplicaba en cada caso.
derechos consulares para el agente Veremos que las penas variaban, básicamente de acuerdo a la proba-
consular. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 581; t.
2, f. 51 y f. 105 (1866). bilidad que hubiera o no intencionalidad en cometer la infracción.
Los errores de los cónsules y capitanes de barco en la certifi-
25. Fueron 10 casos. AGN, SR, Ad., AT, t. 1,
f. 146 y f.286 (1865), ff.787 y 989 (1866); cación de la carga, por consignar sólo el peso de los bultos y no el
t.2, f.108 (1866), f.293 (1867). peso total, recibían una multa24; con ella se sancionaba un olvido
26. Fueron 6 casos. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. en el trámite, más no un error voluntario. En caso de falta de docu-
146 (1865); t. 2, ff. 43 y 193 (dos, 1866), mentación aduanera, se le daba al interesado un plazo de 40 a 80
ff. 582, 583 y 585 (tres, 1867).
días para conseguirla. Al entregarla, se pagaban los derechos ad-
27. Había, como excepción al monopolio, uaneros para recuperar la carga dejada en depósito. Cuando no se
un permiso para importar sal por
Buenaventura y Tumaco. Luis Fernando presentaba el documento al finalizar el plazo, además del pago cor-
López. Historia de la Hacienda, 154. Así, recto de los derechos se cobraba a veces un recargo del 15%25. No se
excepto de 1863 a 1866 cuando la sal
de Perú fue exenta, este producto evidencian, en los procesos, las razones por las cuales el pago del
estuvo sujeto al pago de derechos de recargo, que era un castigo poco severo, no siempre se solicitaba.
importación. “Ley de 13 de marzo de
1863 sobre la exención del pago de los Cuando se trataba de mercancía sin nacionalizar, se le liquidaban
derechos de importación para la sal del al comerciante los derechos adecuados, excepto en el caso de la sal,
Perú”, “Ley 18 de 24 de abril de 1866
organizando el impuesto y la renta en el que se aplicaban dos recargos, uno del 25% y otro del 10%26.
de salinas” (reformada por la Ley 57 Esta excepción se explica por la gravedad que constituía el fraude
de 24 de mayo de 1869 y por la Ley 88
de 2 de julio de 1870), “Decreto 211 de a la renta de salinas, importante ingreso nacional27.
25 de junio de 1874 por el que […], se
aumenta el derecho de importación de
la sal marina”.

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Muriel Laurent 81

El hecho de presentar mercancía extranjera por nacional, por ejemplo, anisado del
país por vino de Málaga, o de tratar de pasar mercancías como equipaje, no se resolvía
según un patrón similar para todos los casos28. A veces se debían simplemente pagar los
derechos correctamente liquidados, sin cobro de ningún monto adicional. A pesar de
parecerse a tentativas de fraude, no se consideraban como tales. Sin embargo, en otras
ocasiones, por ejemplo cuando los equipajes eran “precisamente pertenecientes a la clase
mas altamente gravada por la tarifa”29, se percibía mejor la intención de defraudar y, por
lo tanto, además del cobro ajustado al contenido se aplicaba una multa. Ésta era variable:
cobrar un recargo del 10%, aplicar los derechos de la clase más alta de la tarifa en vez de
los de la clase real o sumarle un recargo del 15% a lo anterior. Así, se sancionó con más
severidad cuando se percibió claramente una intencionalidad de fraude, pero sin llegar a
considerar que fuera contrabando.
El peso real menor al señalado en el manifiesto30 se resolvía liq-
uidando la mercancía según el dato de este documento, es decir, con
base en el mayor de los dos pesos31. Cometer una infracción que a pri-
mera vista no generaba beneficios a quienes la cometían debía tener 28. Fueron 6 casos (2 de mercancía
extranjera presentada como nacional
una lógica escondida o al menos una razón. Una primera explicación y 4 de mercancía pasada como
radica en que podía haberse entregado una parte del contrabando an- equipaje). AGN, SR, Ad., AT, t. 1, ff. 784,
933, 934, 938 (cuatro, 1866); t. 2, f. 38
tes de llegar al puerto, en cuyo caso la sanción recibida era mínima. (1866) y f. 184 (1867).
Otra explicación se relaciona con la balanza utilizada para pesar las
29. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 933 (1866),
mercancías. En 1866 el comerciante extranjero Juan Santos Agreda mismo problema en f. 938 (1866).
explicó que había una diferencia de 8% entre la pesa española usada
30. Documento que suscribe y
en El Callao y la “balanza báscula” de Tumaco32. Como esta situación presenta en la aduana del punto
se resolvía cobrando el peso del manifiesto, a Santos Agreda le cor- de llegada el capitán de un buque
procedente del extranjero y en
respondió pagar derechos mayores a los que le hubieran tocado pagar el cual expone la clase, cantidad,
si la carga se hubiera pesado inicialmente en Tumaco. En este caso la destino, etc., de las mercancías
que conduce. http://buscon.rae.
sanción, consecuencia de un problema ajeno, era injusta. Por ello, el es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_
secretario de la aduana de Tumaco acudió al secretario de Hacienda. BUS=3&LEMA=manifiesto (fecha de
revisión: 5 de septiembre de 2008).
En un correo le informaba que la balanza báscula usada en Tumaco 31. Fueron 19 casos. AGN, SR, Ad., AT, t.
presentaba una diferencia con la norteamericana, cuyo uso en las 1, ff. 782, 928-936 y 946-948 (varios,
1866); t. 2, ff. 39-45, 195-198, 584
operaciones comerciales era mayor, lo que ya lo había llevado an- (varios, 1866 y 1867).
tes a solicitar otra balanza, que estaba en Santa Marta. En otra carta
32. Sus dos cargamentos de espejos
pedía poder traer la “regular balanza” de la recién cerrada aduana de habían pesado 80 kg y 151 kg en El
Iscuandé, probablemente para recibir lo antes posible este necesario Callao y pesaban sólo 73½ kg y 125
kg en Tumaco, mientras que para
instrumento. Sin embargo, su problema no fue atendido con rapidez: el agua de florida los pesos eran
las autorizaciones de Bogotá sólo se dieron en enero de 1867, lo cual no respectivamente de 148½ kg y 142 kg.
AGN, SR, Ad., AT, t. 1, ff. 946-948 (sept.
dice nada sobre la llegada efectiva de una u otra balanza a Tumaco .33
6 de 1866).

33. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, ff. 989 y 991 (oct.


6 de 1866).

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82 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

Los errores de clase o contenido, por ejemplo declarar telas de colores como cáñamo
vacío para no pagar la tarifa más alta, y los numerosos excesos de peso eran castigados
con multas consistentes en el pago de los derechos correctamente liquidados, al cual se
sumaba en general un porcentaje del 10%34. En este caso, hay un interés de las autori-
dades aduaneras por multar una irregularidad intencional hecha para ganar en el pago
de los derechos: la pena pretendía disuadir la repetición del intento de pasar mercancía
pagando menos impuestos que los establecidos. Como en otros casos sorprende que, si
el intento de fraude era tan evidente, la sanción no fuera mayor.
Sobre el caso particular del exceso de peso del cargamento fr-
ente a lo que indicaba el documento aduanero, son interesantes
-aunque sólo justifiquen una importación específica de 1866- las
34. Fueron 8 casos de clase o contenido y declaraciones de Cleto M. del Castillo, comerciante importador
23 de exceso de peso. No se cobraba el
porcentaje adicional si el peso real no y exportador muy activo en Tumaco entre 1865 y 186735. Según
excedía el 10% del declarado. AGN, SR, Cleto, el error se debía a que “en los días que se despachaba el di-
Ad., AT, t. 1, f. 190 y f. 289 (dos, 1865),
ff. 779-786, 789-790, 932, 934-937, 960- cho buque, se encontraba el comercio del Callao en los mayores
971 (varios, 1866); t. 2, f. 40 (1866), ff. conflictos, por razon del bloqueo de la escuadra española, acto
584 y 586 (dos, 1867), ff. 858 y 859 (dos,
1868); t. 3, f. 883 (1869). En una ocasión muy alarmante y que por lo tanto no dejaba tiempo para llenar
los derechos se pudieron cancelar muy escrupulosamente los requisitos de peso”36. Por no ser inten-
mediante el remate de los bultos que
se dejaron como pago: AGN, SR, Ad., cional la diferencia en los pesos logró que no le fuera aplicado el
AT, t. 6, f. 634 (1877). procedimiento habitual. Este trato excepcional debe entenderse
35. Su nombre figura en 15 también en el marco del reclamo formulado por Cleto acerca de
importaciones que presentaron que él y otros comerciantes habían:
infracciones menores, en las que trajo
mercancías variadas en barcos de “sufrido el chasco de producirle a la aduana mas de 1800 pesos
distintas nacionalidades procedentes en el mes de mayo, creyendo que continuaría el impulso de
de El Callao y Panamá. Se trata de
Cleto Marcelino del Castillo, nacido progreso que había dado la inmigración a estos lugares. Mas
en 1824, cuya familia tenía minas hoy desgraciadamente ya no existe nada de este progreso y
por los ríos Patía, Telembí, San Jorge
y Cauca, y que llevaba oro de estas todo ha quedado reducido al estado quoque (sic) tenían antes,
minas a Guayaquil y Lima, donde se siendo muy dificil por tanto de desprender hoy los negocios
estableció en 1875. Fernando Jurado,
Esclavitud, 26-27 y 429. como se pensaba con la afluencia de cerca de mil inmigrantes
que poblaban este Municipio del cual no han quedado sino 10
36. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 960 (Carta
Cleto M. del Castillo a SHF, julio 8 ya habitándolo”37.
de 1866). El bloqueo de la escuadra
española se refiere al combate
naval que tuvo lugar en El Callao el Cleto se presentaba como un importante eslabón del dinamismo
2 de mayo de 1866, en el marco del de Tumaco y de su aduana, argumento que la aduana pudo uti-
conflicto entre España y Perú. José
Tamayo, Nuevo compendio de historia lizar para aplicar un trato especial también a otros comerciantes.
del Perú (Lima: Editorial Osiris, Señalaba, por otro lado, la frustrada instalación de un gran número
1987), 272-273.
de migrantes, de la cual no se sabe ni lo que motivó la oleada ni su
37. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 965
(Observaciones de Cleto M. del Castillo
a AAT, junio 25 de 1866).

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retirada. Lo que tal vez pudo tener relación con estos movimientos estopa. Manufacturas de metal:
es la toma de Tumaco por las tropas ecuatorianas y la situación de hierro galvanizado, chapas,
candeleros de hojalata, herramientas
guerra con Ecuador a principios de los sesenta. de minería, rollo de cinc y clavos
Revisemos ahora lo que esta gran cantidad de infracciones de hierro y de alambre. Otras: loza,
agua de colonia y de florida, espejos,
menores ofrece como información sobre las importaciones que lámparas, libros impresos, cubiertas
se recibían en Tumaco. El contenido de los cargamentos se com- para cartas, papel, velas, fósforos,
caballos de madera y drogas, ricino y
ponía de comestibles y bebidas38, manufacturas textiles, de metal aceite de hígado de bacalao.
y otras39, así como pólvora y tabaco40. Es difícil precisar la pro-
40. Cabe aclarar que hay un importante
cedencia exacta de estas mercancías: si algunas eran europeas número de bultos cuyo contenido no
o estadounidenses, otras, como algunos comestibles y textiles, está descrito.

eran peruanas o ecuatorianas. En cuanto a los barcos, llegó un ig- 41. Sólo 21 casos de los 58 dan
ual número de vapores y de veleros, de nacionalidades europeas información sobre los barcos: uno
remite a la circulación regional
y americanas41, que procedían de Panamá, Guayaquil, El Callao y (canoa) y 20 a la navegación
Nueva York. En cuanto a las personas señaladas, además de los internacional: 10 vapores -entre los
cuales el Falca, el Arequipa y el Trujillo
dos extranjeros ya mencionados figuraban las siguientes: José (ingleses) y el Favorita/o- y 10 veleros
Ignacio Trujillo, Adolfo Carré, Lorenzo Castrillón, Carlos Velasco, -el bergantín hamburgués Friton,
los pailebotes Garibaldi (nacional)
Vicente Monthermoso, Luis de León, Sebastián Rivera, Bernardo y María Grimanesa (peruano), las
Price, Adolfo Price, G.H. Price, José L. Benítez, W. Livingston, goletas Provincia de Paita y Mariana
(peruanas), Avelina (italiana),
Santiago Wilson, Adolfo Martínez, José Pulido, Manuel V. Benito Juares (costarricense) y Lican
Henríquez, Federico Archer, Agustín Peña, Fruto F. Gutiérrez, (norteamericana)-.

Hermógenes Lemos, Florentino Pinillos, Manuel Góngora, Manuel 42. La mayoría de ellos eran
María Ramírez, Manuel José Ledezma, Abel Torres, J.E. Paz, Juan comerciantes nacionales y extranjeros
establecidos en Tumaco (es probable
Márquez y Santiago Escrucería42. que Livingston y Wilson fueran
En los anteriores párrafos, se ha visto que entre las numerosas capitanes de barcos extranjeros). De
Adolfo Carré se dice que era socio de
infracciones menores que tenía que resolver la aduana de Tumaco Puchar y Cía., única casa comercial
algunas eran errores involuntarios, debidos a olvidos o a situaciones tumaqueña señalada en las fuentes
consultadas. José L. Benítez es quien
imprevistas, pero otras eran irregularidades voluntarias, es decir, vendió una casa a la aduana en 1873.
intentos de fraude que sin embargo no fueron castigados de forma Este último y Santiago Escrucería eran
conocidos comerciantes, el primero
severa. Los comerciantes parecen haber aprovechado las posibilidades en las últimas décadas del siglo XIX
que les ofrecían las leyes, lo que puede verse como una suerte de des- y el segundo como extranjero ya
establecido antes de 1870. Orián
obediencia que los favorecía económicamente, sin que corrieran el Jiménez, David Hernández, Edgardo
riesgo de ser considerados como Pérez, Tumaco, 40-41. Según las
fuentes consultadas, varios asumieron
contrabandistas. Por otro lado, vimos cargos públicos en fechas cercanas:
traslucir cierto dinamismo en las im- Fruto F. Gutiérrez era procurador del
38. Comestibles: harina, vinagre, circuito de Barbacoas en noviembre
portaciones y pudimos apreciar que encurtidos, pimiento, olivas, de 1870, Hermógenes Lemos fue
un buen número de comerciantes se conservas alimenticias, cacao y sal. administrador entre agosto y
Bebidas: té, licor, anisado, cerveza y diciembre de 1865 y Manuel María
movía por el puerto de Tumaco. vino, en particular de Málaga. Ramírez, quien era contador de la
aduana, fue administrador encargado
39. Textiles: dril, cheviot, tejidos de de junio a agosto de 1865. A varios de
algodón, telas de colores, hilo y esta lista los volveremos a encontrar.

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84 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

3. Las referencias oficiales al contrabando y su vigilancia en el Pacífico Sur


Conviene ahora apreciar el discurso de las autoridades sobre la transgresión de las
normas en la región, así como evidenciar lo que éstas se proponían hacer para evi-
tar dicha abierta desobediencia. Mediante diferentes comentarios es posible conocer
la percepción que se tenía sobre la ilegalidad comercial de la po-
blación del Pacífico Sur. José María Cordovez Moure expresó no haber
querido asumir el puesto de administrador de la aduana de Tumaco,
43. José María Cordovez Moure. que se le ofreció en 1866, “entre otras razones, porque esa isla era el
Reminiscencias de Santafé y Bogotá
(Bogotá: Instituto de Cultura, asiento de los contrabandistas del Pacífico que solían deshacerse del
1978), 429. empleado estorboso para sus especulaciones”43. Presentándose como
44. AGN, SR, Ad., AT, t. 3, f. 420 (Carta AAT una persona honesta, su visión -que probablemente era la que cir-
a Juez del Circuito, enero 5 de 1869). culaba en el país- consistía en que se trataba de un nido de bandidos
45. AGN, SR, Ad., AT, t. 3, f. 947 (Carta AAT capaces de todo con tal de continuar con sus actividades ilícitas. Por
a SHF, dic. 8 de 1869). su parte, el administrador Fulgencio Olave se refirió en 1869 al “con-
46. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, f. 838 (Carta AAT trabando que hay fama se hace con escándalo” en Iscuandé y otros
a SHF, dic. 10 de 1877). distritos vecinos44 y a “la predisposición natural al contrabando pe-
47. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, ff. 744-745 (Carta culiar a aquellos habitantes”, hablando si no de quienes poblaban la
AAT a SHF, sept. 30 de 1871). Las horas costa del Pacífico sur, por lo menos de los establecidos por Iscuandé
habilitadas para cargas y descargas
eran de 6 a.m. a 6 p.m. AGN, SR, Ad., y Guapi45. Años más tarde, en 1877, el administrador Carlos López
AT, t. 4, ff. 452-453 (Carta AAT sobre comentó que en los alrededores de Guapi los pobladores apoyaban
regulaciones portuarias, marzo 2
de 1871). Recordemos además que, las actividades ilegales46.
incluso en tiempos de franquicia, Así, la existencia de desembarques sin papeles, en puertos no
había que vigilar las bocas y puertos
naturales, así como el interior, ya habilitados y en un horario inapropiado47 implicaba la necesidad
que el no pago de aranceles sólo de una vigilancia de la costa. El objetivo debía ser, como lo expresó
valía para el consumo en el puerto y
que, por lo tanto, las introducciones en 1872 un secretario de Hacienda consciente de la imposibilidad
destinadas a otros lugares debían de acabar con el contrabando, evitar “hasta donde sea posible” las
contar con los papeles en regla. AGN,
SR, Ad., AT, f. 4, f. 260 (Carta SHF a importaciones ilícitas por puertos no habilitados48. En realidad,
AAT, dic. 20 de 1870). no había lugar de la costa que no fuera apto para el contrabando.
48. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, f. 882 (Carta SHF Hacia el Sur de Tumaco, hasta Ecuador, existía un riesgo de con-
a AAT y AAB, marzo 2 de 1872). trabando “a grande escala” en embarcaciones menores dedicadas
49. AGN, SR, Ad., AT, t. 4. f. 260 (Carta AAT al comercio costanero por los esteros y las bocanas de los ríos,
a SHF, sept. 6 de 1870). donde había pequeñas poblaciones49. Hacia el Norte, casi hasta
50. Cuerpo de empleados destinados a la Buenaventura, existía un peligro similar por la cantidad de es-
custodia de un sitio, un litoral o una teros, bocanas, ensenadas y ríos, los cuales, como dijimos arriba,
frontera, para que no se introduzca
contrabando. http://buscon.rae. eran poblados. Frente a esta profusión de lugares por vigilar había
es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_ dos alternativas de control: las correrías del resguardo50 y el paso
BUS=3&LEMA=resguardo (fecha de
revisión: 15 de septiembre de 2008). del buque guardacostas.
51. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 61 (Carta AAT a
SHF, enero 6 de 1865).

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Muriel Laurent 85

El resguardo de la aduana de Tumaco contaba, en enero de 1865, con un prim-


er jefe, tres cabos, dos pilotos, ochos guardas y tres bogas51. Si en junio de 1865 no
había dinero para estacionar una sección del resguardo en el río Patía, ya para ago-
sto del mismo año se había ubicado una vigilancia diaria “en el punto de Panga en x
[cruce] de caminos que conduce hasta Barbacoas”52. En Iscuandé, tras constatar que
no había empleado alguno a principios de 1865, se decidió estacionar dos cabos, un
piloto, cuarto guardas, dos bogas y celadores que se relevarían cada treinta días53. A
mediados de 1866 el administrador tomó la decisión de modificar las correrías del res-
guardo: había que hacerlas en épocas indeterminadas para evitar “el señalamiento de
un tiempo fijo [se hacían al principio del mes] que con gran facilidad puede eludir el
contrabandista”54. Luego se comentó que dichas correrías debían efectuarse mínimo
cada dos meses “por la costa de Iscuandé, San Juan, Amarales y
el río Patía hasta el punto de Panga”55. Se sabe también que, en
octubre de 1867, dos guardas permanecían en la isla que estaba al
52. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, ff. 165 y 244
frente de Tumaco en una casa que habían hecho, y que en abril de (Cartas AAT a SHF, junio 1 de 1865 y
1868 había un cabo y tres guardas recorriendo el río Patía56. A pe- ago. 4 de 1865).

sar de los controles existentes, en 1868 y en 1872 el secretario de 53. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, ff. 59 y 61 (Cartas
Hacienda se mostró preocupado por mejorar la distribución del AAT a SHF, enero 6 de 1865).

resguardo . En 1875 se consideró que, en la costa de Iscuandé,


57
54. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 724 (Carta AAT
un excelente lugar para ubicar a dos cabos y dos guardas era el a SHF, julio 24 de 1866).

punto ‘Domingo Ortiz’ “desde el cual abraza con la vista has- 55. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 879 (Carta AAT
ta el limite con el municipio de Buenaventura, por el norte, a SHF, sept. 18 de 1866).

y hasta la punta de Guascama, 15 millas [21 km], por el sur, 56. AGN, SR, Ad., AT, t. 2, ff. 504 y 53
dominando absolutamente por donde acostumbran las gentes (Cartas AAT a SHF, oct. 18 de 1867 y
abril 1 de 1868).
del lugar hacer el contrabando”58. Se desconoce si el lugar se
aprovechó para la vigilancia. En cambio, se decidió en 1877 la 57. AGN, SR, Ad., AT, t. 2, f. 606 y t.4, f. 882
(Cartas SHF a AAT y AAB, feb. 28 de
ubicación de una sección del resguardo en Barbacoas59. 1868 y marzo 2 de 1872).
Las embarcaciones utilizadas para las correrías eran canoas,
58. AGN, SR, Ad., AT, t. 6., f. 156 (Carta
las cuales sólo eran útiles en las “aguas mansas del puerto” y AAT a SHF, julio 15 de 1875) y f.80
para la navegación paralela al mar. En las aguas “agitadas de (Cartas Alcalde Iscuandé a AAT, marzo
2 de 1875).
mar afuera” no servían ni las canoas ni las lanchas “sujetas a
ser volcadas, como ya ha sucedido, por alguna ballena, y otro 59. “Decreto N° 678 de 6 de diciembre
de 1877 sobre celo del contrabando
animal dañino”, poniendo en peligro a los empleados . Para 60
en Calamar y Barbacoas y guías con
cumplir con el propósito de alcanzar los barcos contrabandis- que se han de conducir algunos
cargamentos”.
tas en alta mar había que contar con un buque guardacostas
que circulase entre Tumaco y Buenaventura. Sin embargo, ni 60. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 879 y t. 3, f. 166
(Cartas AAT a SHF, sept. 18 de 1866 y
en 1863 ni en 1868 existía este servicio . En 1871 ya había tal
61
oct. 16 de 1868).

61. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 96 y t. 3, f. 160


(Cartas AAT a SHF, marzo 14 de 1863 y

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86 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

oct. 16 de 1868).
bote, pero el administrador le tenía varios reparos: sólo hacía
62. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, ff. 744 -745 un viaje al mes y tan largo que, conociendo la fecha de su salida
(Carta AAT a SHF, sept. 30 de 1871).
del puerto, los contrabandistas podían deducir que 6 u 8 días
63. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, f. 28 (Carta después de su paso, ya no corrían ningún riesgo; al contrario,
Comandante Resguardo y Capitán
Puerto, feb. 1 de 1875. Respuesta una lancha a vapor haría cuatro recorridos al mes y además
favorable SHF, mayo 18 de 1875). requeriría menos tripulación62. Al parecer las cosas habían em-
64. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, ff. 359 y 838 peorado en 1875, puesto que el guardacostas sólo pasaba cada 4
(Cartas AAT a SHF, junio 14 de 1876 y ó 6 meses, frecuencia tan insuficiente que motivó el pedido de
dic. 10 de 1877).
un bote adicional63. Parece que ninguna de las dos solicitudes
65. Las referencias de los 20 fue satisfecha y, para colmo de males, cada administrador poste-
contrabandos confirmados son: AGN,
SR, Ad., AT, t. 2, f. 861; t.3, ff. 495-497, rior tuvo su preferencia: uno se inclinaba por un “buquecito [de
549 y 638, f. 543, f. 545 y f. 623; t. 4, f. vela] de unas 10 o 15 toneladas que constantemente recorra la
362, f. 397, f. 500, f. 595, f. 760, f. 773 y
f. 776; t. 6, ff. 302-310, ff. 565 y 571, ff. costa y lo sirvan un capitán y 3 o 4 hombres”, mientras otro era
483-484, f. 647, f. 646, f. 730 y f. 819. Las favorable a una lancha de vapor64.
de los 20 presuntos contrabandos son:
AGN, SR, Ad., AT, t. 1, ff. 159, 161 y 188, Con estos datos hemos evidenciado que las autoridades ad-
f. 332, ff. 449-462 y 683-685, f. 877; t. uaneras tenían conocimiento del contrabando que se realizaba
3, ff. 420-421, f. 355, f. 423; t. 4, f. 359,
ff. 461 y 463, f. 500, f. 592, ff. 841 y 879; en la región y consideraban al río Patía y a la costa de Iscuandé
t. 6, ff. 298-300, f. 577, ff. 520 y 528, ff. como dos puntos estratégicos para la vigilancia. Sabían también
557-558, ff. 551 y 558, ff. 776-777.
que, si bien contaban con algunos recursos, les hacían falta mu-
66. Comestibles: harina, sardinas y chos para impedir el contrabando de manera más adecuada.
papas (casos confirmados) y harina,
cacao, alimentos preparados, pescado,
anís, maíz y cocos (casos presuntos). 4. Los contrabandos confirmados y los presuntos: mercancías, barcos, ru-
Bebidas: vino Jerez y Málaga, coñac
fino y cerveza (confirmados), y té y tas, lugares e implicados
vino (presuntos). A continuación pasaremos revista de los datos que los proce-
67. Textiles: ropa, manta, encajes, sos por contrabando nos facilitan sobre el comercio que, por más
pañuelos de algodón, camisas, ilícito que fuera, llegaba a la costa del Pacífico Sur65. Lo primero
corbatas, cobija, botones, carrete
de hilo y cortes de sayo, listado para resaltar es la importancia de la sal entre las importaciones
francés, muselina, linón, dril y zaraza ilegales: representó alrededor del 40% de las mercancías, tanto
(presuntos). Manufacturas de metal:
piezas de hierro (confirmados). en los contrabandos confirmados como en los presuntos. Esta sal
Otras manufacturas: velas y máquina era peruana o ecuatoriana. Dar un estimado de las cantidades que
de coser Wilson (confirmados) y
cuchillos, anzuelos, velas, chaquiras, llegaron es un ejercicio que los procesos no permiten realizar. El
botines, carrieles, drogas (presuntos). resto de las mercancías de contrabando lo constituían productos
68. Pólvora (confirmados y presuntos), similares a los encontrados en las importaciones que presentaron
piedras de chispa y municiones infracciones menores: comestibles y bebidas66, manufacturas tex-
(presuntos), tabaco (confirmados y
presuntos). Había igualmente bultos, cajas tiles, de metal y varias67, así como pólvora y tabaco68. También se
y baúles cuyo contenido no se especificaba. encontró dinero y monedas de baja ley69. Se trata tanto de bienes
69. El administrador de la aduana aludió de lujo como de productos de consumo básico.
en 1867 y 1868 a la vigilancia especial
para evitar las introducciones de
moneda de baja ley y resaltó que

historia critica No. 37, Bogotá, enero-abril 2009, 252 pp. issn 0121-1617 pp 72-99
Muriel Laurent 87

En cuanto a los barcos en los cuales se encontró contraban- éstas se realizaban en realidad por la
do, un poco más de la mitad eran embarcaciones utilizadas para frontera terrestre con el Ecuador, ya
que eran “recibidas en los municipios
el tránsito regional, sobre todo canoas y también el vapor de de Pasto y Barbacoas” e incluso eran
río Telembí, sobre el que daremos mayores indicaciones. Para el “las únicas que circulan en estos
países”. AGN, SR, Ad., AT, t. 3, f. 29
transporte internacional, dominaron los vapores procedentes (Carta AAT a SHF, ago. 3 de 1868).
por ejemplo de Paita y Panamá70. Por su parte, los presuntos
70. Sólo hubo un pailebot (el peruano
contrabandos fueron aprehendidos, también en proporción San Jacinto) y un barco cuyo tipo no se
más o menos equivalente, por un lado, en vapores y veleros precisa. Entre los vapores estaban el
Santiago (inglés), el Limeña (inglés), el
procedentes de Panamá, Paita y Ecuador71 y, por otro lado, en em- Islay y el Paita (extranjeros).
barcaciones para la circulación regional como canoas, el vapor
71. Hubo dos vapores ingleses, el Falca y
Telembí y un botecito de cubierta del porte de 3/2 a 4 tonela- el Trujillo (ambos ya encontrados con
das llamado El Azote. Los lugares de las aprehensiones de los infracciones menores), dos goletas,
la peruana Amalia y la Colombia y tres
contrabandos fueron variados: “El Morro” Chiquito, un “punto pailebotes, el peruano Unión (también
escusado de la isla [de Tumaco]”, Gorgona72, Guapi, Guascama, llamado Chachafito), Felice y el Chachajo
y dos otros barcos, entre los cuales
Amarales y el río Patía. Las aprehensiones de presuntos contra- figuraba uno inglés. Además, en una
bandos tuvieron lugar principalmente entre Guapi e Iscuandé y correspondencia oficial se mencionaron
como barcos contrabandistas, pero
también en Sanquianga, Salango, la bocana de las “Chuchas”, el sin referir ningún proceso concreto
río Patía y Barbacoas. contra ellos, los ya mencionados Felice y
Chachajo, así como el Carmen, el Octavio
En cuanto a los responsables de los contrabandos tenemos Ferrari y el Comodoro Walkins. AGN, SR,
diferentes perfiles. Entre los capitanes de barco estuvieron los Ad., AT, t. 6, f. 80 (Carta AAT a Alcalde
Iscuandé, marzo 5 de 1875).
extranjeros Thomas Lewis, Kahr Hahn y Ponfret. Por la menor
cantidad de mercancía con la que fueron encontrados y por hab- 72. La aduana de Buenaventura también
tenía jurisdicción sobre Gorgona,
er sido aprehendidos en embarcaciones dedicadas al tránsito probablemente porque era con
regional, los siguientes eran probablemente pequeños comer- el guardacostas que se realizaban
las aprehensiones ahí. En 1868,
ciantes o intermediarios: Manuel Dolores Prado, Hermenegildo por ejemplo, fue encontrada con
Vásquez, Salvador Sierra, Alejandro Cuevas, Manuel Ledezma, contrabando la goleta chilena
Aguila, procedente de Valparaíso.
Pedro Segura y Pedro Valdez. Como empleados subalternos de Las mercancías y el buque fueron
la aduana están Ramón Obando y Benito Martínez. Entre los co- decomisados, pero se suspendió la
detención del capitán (el chileno
merciantes importantes de Tumaco podemos señalar a Delio José María Paredes) para evitar un
Delgado y a Santiago Escrucería. Finalmente, Manuel García alias conflicto con Chile. AGN, SR, Ad., AB, t.
1, f. 992 y t. 2, ff. 6 y 58.
“Márquez” y Francisco N. alias “Canchimala” son mencionados
como reconocidos contrabandistas. En los presuntos contraban- 73. Delio Delgado y Pedro Alcides Douat
eran, en los setentas, comerciantes
dos son implicados las siguientes personas: Damián Díaz, Benito conocidos de Tumaco. Orián Jiménez,
Víveres, Alejandro Cuevas, Francisco Panchana (o Panchananda), David Hernández, Edgardo Pérez.
Tumaco, 41 y Claudia Leal, Black
Manuel Ledezma, el portugués Juan Silva, Juan de Mata Santacruz, Forests. The Pacific Lowlands of
Federico Archer, Ramón Payán, Antonio Vallejo, Alcides Douat, Colombia, 1850-1930 (PhD Dissertation
(Geography), University of
Daniel del Castillo y Juan y Agustín Peña73. California - Berkeley, 2004), 53. A
varios ya los hemos encontrado y
a otros los volveremos a encontrar.
Payán y Vallejo aparecen como

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88 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

capitanes de barco. Adicionalmente a estos comentarios generales que se despren-


74. AGN, SR, Ad., AT, t. 3, f. 543 (Copia den de los procesos por contrabando, es posible abordar varios
sentencia contra M. D. Prado, 19 de
mayo de 1869) y f. 541 (Carta SHF a asuntos específicos, como 1) un problema que podía detectarse en
AAT, julio 15 de 1869). la venta pública de los decomisos; 2) pormenores de la navegación
75. Los derechos eran de 69 pesos y el en el Pacífico y 3) detalles de los actores conocidos como ‘contra-
interesado se disponía a pagar apenas bandistas’, temas que abordamos a continuación.
48 pesos en el remate. AGN, SR, Ad.,
AT, t. 4, f. 776 (Carta AAT a SHF, oct. Primero. En el momento del remate de las mercancías
30 de 1871. Respuesta SHF enero 3 de decomisadas, se daba a veces una situación favorable al con-
1872). Que el comprador de productos
rematados fuera quien los había trabando, que consistía en que el precio del artículo rematado
tratado de introducir de contrabando era menor al de su avalúo. El comprador resultaba así pagando
se verificó en otra ocasión: Delio
Delgado compró una parte de lo menos que si el valor del bien hubiera incluido el monto de
que se le había decomisado a él y los derechos arancelarios. El riesgo tomado al contrabandear
a Francisco N. alias “Canchimala”.
AGN, SR, Ad., AT, t. 6, f. 308 (Carta resultaba claramente beneficioso. Así lo entendió el secretario
del Secretario AT a AAT, enero 29 de de Hacienda cuando desaprobó un remate que tenía esta car-
1876), ff. 303-306 (Sumario, marzo 18
de 1876) y f. 302 (Detalles del remate, acterística74. La misma decisión se tomó también en otro caso
abril 10 de 1876). en el que, para colmo, quien se disponía a comprar la mercancía
76. Libro o documento en que el capitán rematada “a un precio menor que su avaluo y que los derechos”
del barco anota todos los efectos era el mismo que la había traído de contrabando75.
o mercancías que constituyen el
cargamento. http://buscon.rae. Segundo. Veamos información sobre la navegación marítima y
es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_ fluvial. El vapor inglés Falca hacía el recorrido de Panamá a Tumaco
BUS=3&LEMA=sobordo (fecha de
revisión: 15 de septiembre de 2008). con escala en Buenaventura. Pertenecía a la Compañía de Vapores
del Pacífico y por ello, nada más en julio de 1865, se menciona que
77. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 188 (Carta AAT
a SHF, julio 6 de 1865) y f. 216 (Cuadro hizo dos viajes, siendo éste probablemente su promedio mensual.
que manifiesta el movimiento de Esta compañía inglesa tuvo un trato especial, que consistía en que
los buques en este puerto en el mes
de julio de 1865, julio 31 de 1865). no debía presentar sobordos76 a la aduana, lo que generó dificulta-
Recordemos los contratos firmados des para chequear las mercancías transportadas77.
en 1859 y 1869 para fomentar la
llegada de vapores a Tumaco. En los Por su lado, el San Jacinto era un pailebot peruano con el que
5 casos encontrados antes y después se realizó contrabando en la segunda mitad de los sesenta. El
de mediados de 1866, la razón de la
infracción cometida por el Falca fue San Jacinto fue aprehendido por el bote guardacostas en 1869,
siempre la falta del sobordo y otro cuando se inició un largo proceso para determinar la culpabili-
documento comercial.
dad de su dueño y decomisar del barco. El personal de la aduana
78. El San Jacinto tenía un casco de 15 tenía sus ojos puestos en el San
metros de eslora, 4½ de manga, 2¼
de puntal, era forrado en cobre con Jacinto por dos motivos: por un
timón y caña, y estaba “en estado de lado, el administrador deseaba
media vida”. Adentro contaba con de 20 varas usado, dos remos, una
un fogón, dos calderas, dos peroles, romana, un bongo en mal estado, una poder convertir, por su tamaño y
una cafetera, un almacén con cinco hacha, un farol, cinco motones, dos comodidad, el barco decomisado
barriles de aguada, dos baldes, una platos de lata grandes y dos pequeños,
tina, tres cuarteles de escotilla, tres una pala de hierro, un tarro de en guardacostas78; y por otro, los
pedazos de tabla de madera, un pintura, un embudo, dos compases y
andullo de meollar de seis libras, un una lámpara. AGN, SR, Ad., AT, t. 3, f.
escandallo, una tira de vaivén blanco 549 (Inventario del buque San Jacinto

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Muriel Laurent 89

guardas aprehensores esperaban el porcentaje que les correspondía del remate,


pero tanto para ellos como para sus compañeros, su deterioro tras dos años en es-
pera de la sentencia lo había convertido en un símbolo de desaliento, desestímulo
y retracción en el cumplimiento de sus deberes, pues había perdido su valor “car-
comido como está por los ostiones y la broma” y por esto mismo, el monto que les
fuera a corresponder de su venta disminuía cada día79.
En cuanto a la navegación a vapor por los ríos Patía y Telembí, se ha mencio-
nado la existencia del Telembí, que circulaba entre Tumaco y
Barbacoas y en el cual se encontraron tres contrabandos y uno
presunto a finales de 1870 y en 187180. Poco más que el hecho
por AAT, mayo 20 de 1869).
que se prestó para transportar contrabando y que por lo menos
una vez navegó en horas inapropiadas, es lo que gracias a estos 79. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, f. 555 (Carta
Secretario AT a SH, junio 20 de 1871).
procesos sabemos del Telembí, pero resulta interesante puesto
que no se conoce mucho que, para estas fechas tempranas, hu- 80. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, f. 359 (dic. 27
de 1870), f. 397 (enero 30 de 1871),
biera ya navegación a vapor sobre el Patía y el Telembí . Un 81
f. 595 (julio 4 de 1871) y f. 760 (sept.
documento publicado en la prensa barbacoana en 1881 con- 19 de 1871). Adicionalmente, hay
una denuncia del jefe del resguardo
firmó el hecho, aportando otras precisiones: el Telembí llevaba a quien se le hizo la propuesta, que
11 años funcionando (es decir efectivamente desde 1870 y, apar- rechazó, de embarcar un contrabando
en este vapor. AGN, SR, Ad., AT, t. 4,
entemente, de manera continua), estaba en buen estado, gozaba ff. 888-889 (Carta Jefe resguardo AT a
de facilidades para el comercio, pues por navegar en un mismo SHF, julio 7 de 1871).

municipio sin cambiar de Estado soberano ni entrar a ríos de 81. En efecto, de acuerdo a Gutiérrez y
jurisdicción nacional, no era sujeto a controles y su agente era Merizalde, que estuvieron en la región
respectivamente a finales del siglo XIX
Daniel del Castillo .
82
y principios del XX, el privilegio que
Tercero. Algunos comerciantes tenían fama de contrabandistas, se le concedió en 1869 a Roberto B.
White para establecer la navegación a
pero esto no sucedía con la mayoría de las personas dedicadas al co- vapor en estos ríos nunca dio frutos y,
mercio en Tumaco, a pesar de la dudosa legalidad de su actividad, a pesar de otro intento en 1872, sólo
fue a mediados de los años ochenta
en algunas ocasiones. Por ello, vale la pena revisar qué justificó que cuando circuló, por poco tiempo,
algunos recibieran este calificativo. Manuel García, alias “Márquez”, el primer vapor llamado Colombia.
Rufino Gutiérrez, Monografías, 200-
dueño y capitán del pailebot peruano San Jacinto, es uno de ellos. El 201; Bernardo Merizalde, Estudio de la
hecho de que lo tildaran de ‘gran contrabandista’ se deduce a partir costa, 115-116.

de la indagatoria que se le hizo en 1869: “[H]ace mucho tiempo ejerce 82. “Jefatura del municipio. Resolución
la profesion de contrabandista en todo el litoral de la costa entre esta dictada a un memorial elevado por
el Sr. Daniel del Castillo”, en Anales
República y el Ecuador, siendo su fuerte los puntos de Iscuande y del Municipio 55, Barbacoas, marzo
Guapi en donde ejecutó clandestinamente grandes desembarques de 18 de 1881. Según Jurado, entre los
hermanos de Cleto M. del Castillo
sal en los años de 1867 y 1868” . Además de atentar contra una im-
83
había un Daniel. Sin embargo habría
portante renta nacional, “Márquez” llevaba varios años desafiando sido otro hermano, Marco Antonio, el
dueño de varios barcos de río, entre
las autoridades en la costa del Pacífico Sur. Lo extraño es que, si bien ellos el Telembí, pero después de 1880.
Fernando Jurado, Esclavitud, 27 y 429.

83. AGN, SR, Ad., AT, t. 3, f. 495 (Carta AAT

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90 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

alias “Márquez” estuvo preso mientras se adelantaba el proceso, en 1871 fue absuelto por
el juez de Barbacoas, quien no obstante confirmó que se trataba de contrabando84.
Por su parte, Juan y Agustín Peña fueron contrabandistas activos entre 1865 y 1871
en el Pacífico Sur. Una revisión cronológica permite seguir sus movimientos. A medi-
ados de septiembre de 1865, durante una correría por Iscuandé y Guapi, el resguardo
cogió en dos canoas cerca de Pangamosa a Francisco Panchana(nda), conduciendo mer-
caderías pertenecientes a Juan Peña sin documentos legales85. En noviembre del mismo
año, cuando el juicio derivado de la anterior aprehensión todavía no había concluido,
fue nuevamente encontrado el mismo Francisco, piloto de Peña, de quien a su vez se
sabe que era de Iscuandé, donde tenía tienda. Estaba en una canoa “en Salango, dis-
trito de Mosquera, por Iscuandé” con una larga lista de mercancías indocumentadas
y dinero86. En mayo del año siguiente, el juez del circuito de Barbacoas resolvió la
situación de Juan Peña y de su hijo Agustín, quien había sido vin-
culado al proceso. La conclusión a la que llegó la justicia fue que
a SHF, [mayo] 1869).
no se podía inferir que fuera contrabando: se trataba de “comercio
84. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, f. 648 por menor entre los distritos de la República”, para el cual no se
(Resolución del Juzgado del Circuito,
oct. 31 de 1871), t. 3, f. 638 (Carta AAT requería documento legal porque se suponía que las mercancías
a SHF, ago. 6 1869); t. 4, f. 449 (Carta extranjeras debían haber sido introducidas previamente y legal-
ATT a Juez del Circuito, marzo 1 de
1870), f. 557 (Carta SHF a AAT, ago. mente por algún puerto87. Si este argumento puede aceptarse,
19 de 1871). “Márquez” alcanzó a aunque con reservas porque no parece haberse comprobado que
vender parte de las 21.000 piedras de
sal extranjera que contrabandeaba, las mercancías hubieran sido debidamente importadas, los señores
ya que se le levantó juicio a Peña fueron en todo caso involucrados por tercera vez en un pre-
Hermenegildo Vásquez por haber
comprado 62 de éstas piedras por sunto contrabando en diciembre de 1871.
medio de José María Estupiñán. AGN, Por el conocimiento que tuvo el capitán del guardacostas
SR, Ad., AT, t. 3, f. 545 (Copia sentencia
contra H. Vásquez, junio 5 de 1869). Enrique Aguilar, de que a comienzos de diciembre iba a llegar a
Guapi un bote cargado de mercancías para “Agustín Peña y otros
85. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 332 (Relación
de caso, sept. 21 de 1865). que pretenden introducirlas fraudulentamente”, se despachó el
bote de la aduana a la zona, donde se encontró la goleta Colombia,
86. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, ff. 451-462
(Proceso, dic. 6 de 1865). procedente de Panamá y de propiedad de los Peña88. Al cabo de
un par de semanas de averiguaciones, el secretario de la aduana
87. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, ff. 683-685
(Resolución de proceso, abril 28 a concluyó: “[…] encontrando que ese asunto es completamente
mayo 26 de 1866). oscuro, creí inoficioso el proceder a tratar de esclarecerlo, pues
88. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, f. 841 (Carta AAT es un hecho que jamás se descubrirá, debido a la influencia y
a SHF, dic. 7 de 1871). El Colombia ya relaciones que tienen en este los Señores Peña y Cª dueños de
había sido encontrado en febrero del
mismo año en Guapi, procedente de la goleta y de las mercancías que se dice fueron introducidas
Panamá. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, f. 463 fraudulentamente”89. De este comentario se desprende que el
(Carta Capitán del bote guardacostas a
AAT, feb. 9 de 1871) y f. 461 (Carta AAT funcionario resolvió abandonar la pesquisa acerca del presunto
a SHF, marzo 4 de 1871).

89. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, f. 879 (Carta

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Muriel Laurent 91

contrabando por la dificultad que implicaba lograr algún resultado. Esta opción
de soltar una investigación en curso radicó en que los presuntos contrabandistas
tenían “influencia y relaciones”, que impedirían que el proceso pudiera realizarse
de forma transparente. Llama la atención que el empleado público no sólo mencio-
nara esta práctica, es decir, era de su conocimiento y posiblemente un dato público,
sino que, más que generarle ofuscación, le pareció de alguna manera normal y le
resultó evidente la inutilidad de seguir con el proceso. Finalmente, conviene con-
statar que los Peña pasaron de poseer canoas con piloto a ser dueños de una goleta
y que, de tener tienda en Iscuandé, fueron reportados después como comerciantes
de Tumaco90. Tales ascensos fueron logrados entre 1865 y 1871,
lo que pudo ser resultado de sus actividades clandestinas91.
Un último personaje amerita nuestra atención. Se trata del
secretario AT a SHF, dic. 20 de 1871).
señor Federico D’Crox, propietario de la isla de Gorgona92, quien
propiciaba con su comportamiento el contrabando. En 1870, el pro- 90. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, f. 879 (Carta
secretario AT a SHF, dic. 20 de 1871).
pio secretario de Hacienda se quejaba de que D’Crox impedía a los
guardas acercarse a la isla y no les permitía pernoctar en su casa, 91. Los Peña fueron también propietarios
de tierras en el distrito de Mosquera
la única del lugar. Este rechazo a la autoridad aduanera motivaba entre 1866 y 1891, según una lista
la solicitud de construir una casilla para ubicar una sección del res- elaborada por Almario y Castillo. Juan
aparece con residencia en Mosquera
guardo en la isla e informar a las autoridades políticas y judiciales y Agustín en Guapi como dueño de
de cualquier oposición de D’Crox u otro individuo presentara a la tierras de “pan sembrar” por los
ríos Satinga y Sanquianga. Oscar
vigilancia del comercio . En 1875 fue el administrador de la adua-
93
Almario y Ricardo Castillo, “Territorio,
na de Tumaco quien denunció que la isla era “puerto obligado de doblamiento”, 80-81.

todos los buques contrabandistas”, por lo que era urgente record- 92. En 1853, Federico D’Crox, nacido
arle a D’Crox “no patrocinar los contrabandos” y “prestar apoyo a en Hamburgo en 1789, obtuvo de
las autoridades la posesión de las
los que traten de pesquisarlos”94. Al insistir sobre el servicio que islas Gorgona y Gorgonilla por
D’Crox había prestado otrora a la patria, el administrador dejaba méritos militares a favor de la
patria. Posteriormente, uno de sus
entrever que para él había inconsistencia en que colaborara con herederos vendió la parte norte a
una actividad perjudicial a las finanzas públicas. Ramón Payán. Bernardo Merizalde,
Estudio de la costa, 102-103. A Payán
De lo anterior podemos concluir que el contrabando era una lo encontramos en un presunto
práctica desarrollada en la costa del Pacífico Sur, y que gracias a contrabando como capitán del
barco Unión.
él se sostenían lazos comerciales con Panamá, Ecuador y Perú, de
donde se traían sal y manufacturas extranjeras con relativa fre- 93. AGN, SR, Ad., AT, t. 6 f. 230 (Carta SHF
a AAB, marzo 9 de 1870). Esta solicitud
cuencia. Varios barcos y varios individuos eran conocidos como parece no haber sido atendida ya que,
propiciadores de este dinámico contrabando, y había a su alre- a finales de 1877, todavía se insistía en
la necesidad de “poner una inspección
dedor un grupo de comerciantes implicados que hacían circular en La Gorgona”. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, f.
diferentes bienes. Este dinamismo encontraba su justificación 838 (Carta AAT a SHF, dic. 10 de 1877).
En 1921 aún no había presencia del
en la demanda interna de Tumaco, de su región, pero también Gobierno nacional en la isla. Bernardo
Merizalde. Estudio de la costa, 103.

94. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, f. 227 (Carta AAT


a SHF, dic. 1 de 1875).

hist. crit. No. 37, Bogotá, enero-abril 2009, 252 pp. issn 0121-1617 pp 72-99
92 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

de Pasto y Barbacoas, que ofrecía oro en contraparte, y en la demanda externa de


Europa y los vecinos del Sur en particular, interesados en el intercambio de sus
importaciones con las exportaciones de la región.

5. Corrupción de los empleados públicos y uso de la fuerza contra las autoridades


Quedan dos aspectos por revisar: la corrupción de los empleados públicos, cuya
existencia ya se entrevió, y el recurso de la fuerza contra la autoridad por parte de los
contrabandistas. En ambos casos, ya no estamos hablando de simple desobediencia a
las obligaciones legales, sino de una actitud más activa de rechazo
e, incluso, de resistencia.
Las palabras de Carlos López, administrador de la aduana
en 1876, son dicientes de su percepción de la corrupción de los
95. AGN, SR, Ad., AT, t. 6 f. 498-500 (Carta empleados subalternos de la aduana: “[P]or lo que he podido
AAT a SHF, oct. 27 de 1876). averiguar no ha habido aquí ningun contrabando que no haya
96. Señal o marca que se pone en los sido hecho en connivencia con el resguardo, que es casi siempre
fardos o bultos en las aduanas, como hechura de los defraudadores”95. Su constatación tenía algo de
prueba de que están despachados
o reconocidos. http://buscon.rae. cierto, pues en los años setenta hay varias evidencias de nexos
es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_ entre guardas y comerciantes.
BUS=3&LEMA=marchamo (fecha de
revisión: 15 de septiembre de 2008). Alrededor de la figura de Benito Martínez, guardalmacén fiel de
balanza de la aduana, confluyeron dos actos de corrupción que fu-
97. En páginas anteriores se hizo
referencia a un Daniel del Castillo, eron denunciados en 1871 por el jefe del resguardo Maximiliano
autor de un presunto contrabando y Erazo. Primero, Martínez mandó al guarda Ramón Obando a que pu-
agente del vapor Telembí.
siera marchamos96 a dos bultos sin que hubieran sido debidamente
98. De estos hechos se derivaron la reconocidos. Segundo, Martínez y el cabo Joaquín Prada (o Parada)
destitución de Obando, la remoción
de P(a)rada y la suspensión de le propusieron a Erazo pasar un contrabando de Daniel Castillo97,
Martínez. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, f. 595 argumentándole que “esa era la manera de armarse a recursos”98.
(Carta de AAT a SHF, julio 4 de 1871),
ff. 888-889 (Carta Jefe resguardo a Sobre Martínez pesaban además varios agravantes. No sólo traba-
SHF, julio 7 de 1871) y f. 890 (Carta jaba en la aduana, sino también en la tienda del comerciante José
SHF a AAT, oct. 23 de 1871). Si Obando
estaba en esta ocasión actuando Rivera99, lo que justificaba porque “es mejor estar de acuerdo con los
bajo las órdenes de otro, algunos comerciantes para cuando deje de ser empleado seguir en el comer-
meses después mostró que obrar
ilegalmente no era tan ajeno a sus cio”. Precisaba que si él veía un contrabando pasar por la aduana no
costumbres: en octubre de 1871 se lo aprehendía porque “no era esa su obligación”, siendo que no era
decomisaron en su casa dos cajas de
pólvora. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, f. 773 guarda. Además, por influencia suya, trabajaban en el resguardo sus
(Carta AAT a SHF, oct. 30 de 1871). cuñados Salustino y Miguel Meza, lo que dejaba suponer la existen-
99. Se trata de José Sebastián Rivera, a cia de una alianza familiar para defraudar100.
veces llamado José y a veces Sebastián, Otros dos ejemplos subrayan las relaciones del personal con
quien aparece varias veces en estas
páginas. los comerciantes y su corrupción. El capitán del guardacostas,
100. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, ff. 888-889
(Carta Jefe resguardo a SHF, julio 7
de 1871).

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Enrique Aguilar, era de Paita, Perú, y mantenía “negocios con sus paisanos her-
manos, compadres y amigos”, quienes navegaban a Tumaco, como los del buque
Franklin Adams. Además, se decía de él que tenía “relaciones íntimas” con un con-
trabandista, el mercader Gaminara101. Por otra parte, el comerciante Daniel Velarde
señaló que Baltazar Rosero, patrón del bote de la aduana, “se ha vendido varias
veces para contrabando”102.
Maximiliano Erazo no fue el único en denunciar actos de corrupción. El guarda
Antonio Henríquez también optó, en 1876, por revelar el soborno que le fue propuesto
por Francisco N., alias “Canchimala” y por el silletero Hipólito Ceballos, quien actuaba
por orden del comerciante Delio Delgado103. La aduana contaba entonces entre sus
empleados tanto con individuos interesados en sacar provecho de su cargo para au-
mentar sus ingresos, hacerse amigos con los comerciantes y crear un red de apoyo a
los contrabandistas en el resguardo, como con personas en desacu-
erdo con estos modos de operar y que señalaron los abusos.
Otra situación de corrupción, que terminó de manera trági-
ca, ocurrió en 1876, cuando se estaba realizando la aprehensión
101. Existió desde 1867 en Tumaco
del buque Felice. Carlos López, entonces administrador de la una compañía comercial llamada
aduana, relató la actitud del cabo del resguardo Juan B. Pérez, Gaminara y Leeder. Claudia Leal,
Black Forests, 53. Orián Jiménez, David
quien luego resolvió quitarse la vida: Hernández, Edgardo Pérez, Tumaco, 41.
“Días hacia que yo notaba que el cabo Pérez se encontraba
102. Aguilar fue suspendido y Rosero
en una inexplicable intimidad con el capitán del buque removido. AGN, SR, Ad., AT, t. 4, ff. 888-
aprehendido y con los parciales del juez del circuito. Hoy con 889 (Carta Jefe resguardo a SHF, julio 7
de 1871) y f. 890 (Carta SHF a AAT, oct.
perfecto conocimiento de los hechos, sé que la intimidad 23 de 1871).
provenía de que aquel infeliz había sido sobornado y que
103. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, f. 308 (Carta
iba a desdecirse de su informe y a aseverar ante el juez del Secretario AT a AAT, enero 29 de 1876)
circuito, uno de los sobornadores, que tal informe le había y f.310 (Declaraciones del proceso,
enero 29 de 1876).
sido arrancado por la fuerza por el contador y por mi”104.
104. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, ff. 498-500
(Carta AAT a SHF, oct. 27 de 1876).
Para lograr eso lo embriagaban y le ofrecían dinero y empleo
en el ejército del Cauca y, además, habían concertado matar al 105. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, ff. 498-500
(Carta AAT a SHF, oct. 27 de 1876).
contador de la aduana105. La mentira en declaración oficial y la po- Sobre el consumo de licor por
sibilidad de ser cómplice de asesinato se convirtieron, por lo visto, los miembros del resguardo, el
administrador Fulgencio Olave,
en una presión tal para Pérez que no pudo aguantarla y se suicidó. quien despidió al guarda Manuel
Tenemos aquí una muestra de que la corrupción podía no vivirse Castrillón por este motivo, relató en
1869 que “[u]no de los vicios mas
bien y que el código ilegal no era compartido por todos. Además perniciosos y que por desgracia tiende
de ser ejemplo de la corrupción de los empleados subalternos, el a generalizarse entre los del resguardo
es la veodez porque él engendra la
caso de Pérez remite también a la de la administración de justicia insubordinación, el desorden en
todo sentido y la inhabilidad para el
cumplimiento de los deberes”. AGN,
SR, Ad., AT, t. 3, f. 947 (Carta AAT a SHF,
dic. 8 de 1869).

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94 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

de Barbacoas, puesto que lo estaba corrompiendo el juez del circuito en alianza con su
amigo Antonio Vallejo, capitán del Felice106.
En cuanto a estos vínculos entre el personal de justicia y los contrabandistas, recor-
demos el tema de la ‘influencia’ y las ‘relaciones’ que los señores Peña y Cía. tenían en
Tumaco y Barbacoas. Otra muestra es proporcionada por el administrador de la aduana
en 1869, Fulgencio Olave, quien decidió contravenir el procedimiento establecido y no
remitir a Barbacoas los sumarios de un proceso, siguiendo el juicio en Tumaco:
“En los casos de contrabandos ocurridos casi con frecuencia y que toca conocer a la
autoridad judicial en el distrito de Barbacoas, se hace debil la acción de la justicia
contra las medidas que se tomen por esta aduana porque el personal componente del
poder judicial es de individuos comerciantes o enlazados en relaciones de parentesco
con los defraudadores. Una vez iniciado un juicio de contrabando por una autoridad
de Barbacoas, Iscuandé y Guapi, que se hallan a alguna distancia de este puerto se
embrolla su curso y casi nunca se consigue el que los efectos aprehendidos por el
resguardo de esta aduana, sean declarados como de contrabando”107.

Olave consideró que la justicia de Barbacoas no daba todas las garantías de imparcialidad
y prefirió que la corrupción no fuera a operar nuevamente, decisión que apoyó el secretar-
io de Hacienda. Se puede concluir que existían intereses compartidos por los comerciantes
y los responsables de administrar la justicia. Gracias a las complicidades que se derivaban
de estos intereses mancomunados, se lograban trabar los procesos y
modificar las decisiones judiciales, a veces recurriendo al soborno. En
106. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, f. 551 (Carta su comentario, Olave insinuó que el mero hecho de que en el sector
AAT a SHF, nov, 8 de 1876). judicial trabajaban comerciantes conllevaba evidentemente a que se
107. AGN, SR, Ad., AT, t. 3, f. 417 (Carta mezclaran los intereses y que prevaleciera el comercial. También sub-
AAT a SHF, abril 23 de 1869). rayó el papel de las relaciones familiares que, como las de amistad, se
108. AGN, SR, Ad., AT, t. 1, f. 392 (Carta vieron en otros testimonios. Lo anterior debe entenderse en el con-
AAT a SHF, nov. 20 de 1865). Lemos texto de una sociedad pequeña en términos numéricos, en la que los
fue administrador de la aduana de
Tumaco en la segunda mitad de habitantes se conocían y donde una exclusión social no era deseable.
1865. En noviembre de 1866 aparece En este contexto, a muchos les parecía importante resaltar su pro-
como comerciante en un caso de
infracción menor y habría sido bidad, sea porque eran leales al servicio público, o porque era crucial
alcalde de Tumaco. AGN, SR, Ad., AT, mantener limpia su honra. Como ejemplo de lo segundo, vale la pena
t. 1, passim; t. 2, f. 39 (Resolución,
nov. 19 de 1866). Según Fernando mencionar la manera como dos administradores de la aduana se em-
Jurado, Hermógenes Lemos Velasco, peñaron en defenderse del manto de dudas que rodeó su gestión. En
nacido en 1805, desempeñó varios
puestos públicos en los años 1865, Hermógenes Lemos objetó el reclamo que le hizo el secretario
1840 y 1850 (diputado provincial, de Hacienda, rescatando la labor propia y la de los jefes del resguardo
congresista nacional, jefe municipal
y administrador de la aduana en en su deber de celar el contrabando108. En 1867 y 1868, Tomás Acevedo
Iscuandé). Sus hermanos Rafael y
José Joaquín también ejercieron
cargos públicos en la región.
Fernando Jurado, Esclavitud, 431.

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subrayó en dos oportunidades, tras insistentes cartas del secretario de Hacienda, su com-
promiso contra el contrabando, y en particular en la lucha contra la introducción de
moneda falsa y de baja ley109. Acevedo recibió el apoyo de varios comerciantes y emplead-
os de la aduana, quienes “teniendo noticia de que se ha informado al gobierno en contra
de usted” imprimieron un documento destacando su “acrisolada honradez”110.
De la afirmación de Lemos y de la de López, que figura al principio de este aparte,
se podría concluir que la colaboración con los contrabandos era asunto de los em-
pleados rasos y no del personal jerárquicamente superior. Así lo plantearon ellos,
probablemente porque les convenía que no hubiera cuestionamientos a la gestión de
los administradores y, tal vez, porque gracias a sus contactos les resultaba más fácil
evadir la justicia. Por otra parte, se reafirman, con el apoyo recibido por Acevedo, las
relaciones entre el mundo administrativo y el mundo comercial.
Nos resta por referirnos al recurso a la fuerza, del cual se valieron los contraband-
istas para repeler la acción de los empleados de la aduana. Durante la aprehensión que
se le hizo a alias “Márquez” en 1869, el capitán de puerto Benito Martínez tuvo que de-
fenderse, por lo que se le abrió juicio por agredir a un ciudadano peruano. La situación
motivó las siguientes palabras del administrador en defensa de Martínez:
“El dicho capitan del puerto cuando expuso su vida en persecución del contrabandista
García fue bajo la persuasión de que tenía que haberselas con un pirata y que se hallaba
en el caso de oponer la fuerza contra la fuerza, en la inteligencia de
que cualquiera medida en contrario lo exponía a el y a la tripulación
del bote a las consecuencias del criminal que trata de deshacerse
109. AGN, SR, Ad., AT, t. 2, f. 471 y t. 3, f. 29
por todos los medios, de las manos de sus capturadores. Son del (Cartas AAT a SHF, sept. 24 de 1867 y
dominio público las hazañas de aquel contrabandista. Ademas ago.3 de 1868). Acevedo fue después
el redactor de El Vapor (1877-1878),
los celadores del contrabando no tienen marcadas las reglas de primer periódico de Tumaco, y,
conducta que han de observar en persecución del contrabando ni con Manuel L. Velasco, de El Elector
(1878-1879). Su hermano Enrique
los medios de que deben valerse para capturarlo cuando se trata instaló las primeras imprentas a
de resistencia a mano armada”111. mediados de los setenta. Orián
Jiménez, David Hernández, Edgardo
Pérez, Tumaco, 62-63.
Hemos hablado en páginas previas tanto de Manuel García,
110. Entre los firmantes figuraban los
conocido como alias “Márquez” y un ‘gran contrabandista’, comerciantes José Sebastián Rivera,
hecho aquí recalcado, como de Benito Martínez, quien fuera lu- Cleto M. del Castillo, Adolfo Carré,
Bernardo Price, S.H. Price, José L.
ego suspendido de su puesto de guardalmacén fiel de balanza por Benites, Hermógenes Lemos y Manuel
actos de corrupción. Independientemente de estos elementos, lo María Ramírez. Estos dos últimos
fueron administradores de la aduana.
interesante de este episodio es que manifiesta que los contra- A varios otros los hemos encontrado
bandistas apelaban eventualmente a la violencia armada para resolviendo infracciones menores en
la aduana. AGN, SR, Ad., AT, t. 3, f. 248
resistir a la autoridad, y que los empleados de la aduana estaban (‘Manifestación’, documento impreso,
Barbacoas, julio 26 de 1868 o 1869).

111. AGN, SR, Ad., AT, t. 3, f. 956 (Carta


AAT a SHF, dic. 8 de 1869).

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96 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

desamparados ante esta eventualidad. Si seguimos un señalamiento hecho en 1875,


parecería que el anterior no fuera un acto aislado, sino que se daba con cierta regu-
laridad. En efecto, en relación con la vigilancia en Guapi, un empleado comentó
que: “[A]lgunos de los varios contrabandistas estan resueltos a oponer con la fuerza
cualesquiera procedimiento que contra ellos tenga que ejecutar el resguardo”112. En
este caso no se menciona que los contrabandistas pudieran estar armados, como
tampoco en el siguiente ejemplo de reacción violenta, que si bien es posterior al
periodo que estudiamos, reafirma que en Tumaco la inconformidad con el ejercicio
de la autoridad aduanera era innegable y que se traza, considerándola en el largo
plazo, una continuidad con las revueltas antifiscales de finales del periodo colonial
en el Pacífico Sur.
Cuando Pascual Zorrilla, jefe del resguardo y capitán del puerto de Tumaco, se di-
sponía en 1881 a allanar la tienda de Ignacio Quintero, quien además era capitán del
pailebot Heloisa de donde se había desembarcado pólvora de contrabando, éste se re-
sistió propinándole golpes a Zorrilla hasta que se cayó al suelo, pegándose contra un
baúl. Estaban presentes los comerciantes Ignacio Angulo, Delio y Emilio Delgado113,
que lo “exitaron por medio de palabras a que no dejara practicar el allanamiento de su
tienda” y ayudaron a sacar a los guardas de la aduana. Los cuatro fueron procesados
criminalmente en el Juzgado de Circuito de Barbacoas, “el primero como autor prin-
cipal de los delitos de resistencia al cumplimiento de un acto de justicia y maltrato a
un empleado nacional y los otros como cómplices del delito de resistencia”, por lo que
debían ser encarcelados114. Aquí, la acción del resguardo, considerada injusta por los
comerciantes, provocó su rechazo verbal y físico para evitarla, actitud que fue sancio-
nada por la misma entidad sobre la que, años antes, rondaban las sospechas de apoyo
al contrabando. Pareciera como si lo que se toleraba cuando era poco visible era rec-
hazado si se trasladaba al plano público, como pudo serlo el altercado con Zorrilla.

Conclusión
En las décadas de 1860 y 1870 el contrabando en Tumaco y
en el Pacífico Sur fue un complemento significativo del comercio
legal. A ambos recurrían muchos comerciantes establecidos en
el puerto o que, procedentes del extranjero, lo frecuentaban. La
112. AGN, SR, Ad., AT, t. 6, f. 80 (Carta
Cabo resguardo a AAT, marzo 5 de “navegación paralela al mar” era aprovechada para alimentar a
1875). las poblaciones instaladas en toda la costa al Norte de Tumaco,
113. Notemos la presencia de Delio las cuales probablemente intercambiaban las mercancías extran-
Delgado, comerciante conocido, quien jeras importadas por bienes locales como oro, tagua, caucho o
unos años atrás había ofrecido un
soborno para pasar un contrabando. productos comestibles. Los comerciantes estaban en el centro de
114. Pastor Díaz del Castillo, “Juzgado
del circuito”, Anales del Municipio 64,

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un mundo dinámico, y gracias a sus relaciones con el personal aduanero y de justicia


desafiaban a las autoridades, tanto por su imagen como por el perjuicio causado a las
finanzas públicas.
En efecto, a pesar de que la aduana de Tumaco era vista con cierto desdén por su
reducido papel en el comercio exterior, la secretaría de Hacienda le otorgó impor-
tancia tratando de encauzar los derechos arancelarios evadidos hacia sus arcas y de
recuperar su autoridad maltrecha. Tumaco, su aduana y su región representaron un
desafío para las autoridades por los bajos niveles de comercio legal, el importante
contrabando y las prácticas de corrupción y violencia que se le asociaron. No sólo
la desobediencia a las reglas comerciales estaba a la orden del día, sino que había
también resistencia activa y rechazo a los representantes oficiales. Además, no sobra
insistir en el evidente hecho de que sólo tenemos información de los contrabandos
interceptados por la aduana, lo que nos deja sin poder precisar los contrabandos que
nunca fueron incautados.
Recordando las reflexiones de Oscar Almario, citadas al inicio, sobre las dificultades
experimentadas en la construcción del estado nacional en esta región, en particular en
el campo de la Hacienda, no podemos sino confirmar esta percepción, todavía válida
en la segunda mitad del siglo XIX, por lo menos en las décadas estudiadas. Sobre el
fracaso de la integración de los negros a la burocracia estatal, también retomado de
Almario, es más difícil concluir. Por ciertos nombres encontrados y por la realidad ra-
cial de la región, a todas luces desempeñaron funciones subalternas en la aduana como
remeros y guardas, mientras que los blancos estaban en los cargos de mando. Llevando
el aspecto racial a la práctica del contrabando, nada permite dudar que tuvieran al-
guna relación con ésta, sea propiciándola, sea denunciándola, siguiendo de hecho el
patrón encontrado para los blancos.
Tal vez, tanto en cuestión de raza como de tendencias políticas u otros antagonis-
mos, se puede aplicar a Tumaco el comentario formulado por Pérez en 1853 sobre ‘las
gentes de Barbacoas’: “Hubo quien nos aseguraba, que sólo estaban de acuerdo y sólo
se favorecían recíprocamente, hasta los más encarnizados enemigos, en un solo punto,
a saber, el contrabando”115. Interesante comentario que nos presenta al contrabando
como el único punto de encuentro de los habitantes de la ciudad de la región que sos-
tenía fuertes lazos con Tumaco.

Barbacoas, sept. 1 de 1881.


115. Eduardo Rodríguez dir., Selección,
82-83.

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98 Dinamismo ilegal y desafío oficial: el contrabando en Tumaco y el Pacífico Sur en las décadas de 1860 y 1870

Bibliografía
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Archivo
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