El Atletismo 2018
El Atletismo 2018
El Atletismo 2018
Los principales artífices de este cambio fueron los antiguos griegos (Platón, por ejemplo,
elogiaba con entusiasmo la carrera pedestre), y la plasmación de estas inclinaciones
deportivas son los Juegos que, desde muchos siglos antes de Cristo, se disputaban en la
ciudad griega de Olimpia. Los Juegos de Olimpia, documentados desde el año 776 a.C. con
el triunfo del velocista Coroebus, se celebraban cada cuatro años. Sólo competían hombres
(había otras competiciones aparte para mujeres, los Juegos Hereos) y las principales
pruebas eran el estadio (es decir, una vuelta a la pista de cerca de 200 metros), el diaulo
(dos estadios) y el dolico (prueba de fondo), además del salto de longitud y el lanzamiento
de disco.
En 1903 se celebró el primer Cross de las Naciones, precursor del actual Campeonato del
Mundo de la especialidad. En 1912, en Estocolmo, se fundó la Federación Internacional de
Atletismo Amateur (IAAF), para acabar de definir los reglamentos, controlar el amateurismo
y establecer una lista oficial de récords del mundo. Oficialmente, el nacimiento de la IAAF
fue ratificado en Berlín un año después. En la actualidad, la IAAF cuenta con más países
afiliados que la ONU o cualquier otra asociación internacional (más de doscientos), y en
torno a ella gira la organización y regulación del atletismo mundial.
Atendiendo a estos factores, las carreras suelen clasificarse en cuatro modalidades: carrera
lisa, carrera de obstáculos, carrera de relevos y carrera de cross. A su vez, las carreras lisas
se subdividen en tres grupos: de velocidad (100, 200 y 400 metros), de medio fondo (800,
1.500 y 3.000 metros) y de fondo (5.000 y 10.000 metros, maratón, marcha atlética). En los
países anglosajones se celebran también carreras de distancias particulares, como la milla.
Las carreras de obstáculos se disputan a 110 (100 en las féminas), 400 y 3.000 metros. Las
de relevos se corren en las modalidades de 4×100 y 4×400 metros.
En los saltos se compite en las especialidades de salto de altura, salto de longitud, triple
salto y salto de pértiga. Los lanzamientos se subdividen en lanzamiento de peso, disco,
jabalina y martillo. Existen, asimismo, las pruebas combinadas o compuestas como el
decatlón o el heptatlón, en las que un mismo atleta participa en un conjunto de diez o siete
de las especialidades antes citadas.
La pista de atletismo
Los estadios de
atletismo
homologados
tienen una pista
de 400 metros de
diámetro o
cuerda (con dos
curvas
semicirculares y
dos líneas rectas)
dividida en ocho
calles.
Actualmente, todas las pistas importantes son de un material sintético llamado tartán, una
especie de moqueta porosa que facilita el agarre de las zapatillas de clavos.
Las ocho calles tienen una anchura aproximada de 1,22 metros y, para igualar las
distancias, las marcas de salida de las calles exteriores se avanzan unos 7 metros de forma
escalonada en la salida de 400 metros. A esto se le llama compensación. Los últimos 10
metros de la pista o zona de meta están marcados por diez líneas transversales. En la
salida de las carreras iguales o inferiores a los 400 metros, los velocistas utilizan los
starting-blocks o tacos de salida para darse impulso.
Además de la pista de tartán, la competición de atletismo requiere otros espacios: zona del
salto de altura, del salto con pértiga, rectas de tartán para los saltos de longitud y triple
salto, zona de lanzamiento de peso con arena, un pasillo para la carrera de lanzamiento de
jabalina y círculos para los lanzamientos de disco y martillo. Algunas veces, por seguridad,
estos lanzamientos se desarrollan en horario diferente a las carreras en pista.
La medida más usual de las pistas es de 200 metros de cuerda, con seis calles y peralte en
las curvas, más ocho calles en el interior para las pruebas de máxima velocidad. En pista
cubierta se realizan menos pruebas que al aire libre. Se disputan las carreras de 50 y 60
metros vallas (en lugar de las de 100, 110 y 400 metros vallas) y de 50 y 60 metros lisos en
la prueba de velocidad, en sustitución de los 100 metros lisos.
Tampoco se practican en pista cubierta los lanzamientos de disco, martillo y jabalina ni las
carreras de más de 5.000 metros, sean de fondo o de marcha atlética. El heptatlón
sustituye al decatlón en las pruebas masculinas, y el pentatlón al heptatlón en las
femeninas.
Las carreras
Carreras de velocidad
Actualmente, todas las carreras de velocidad se disputan en calles. Los 400 metros fueron
inicialmente una prueba de medio fondo en la que los atletas no corrían por calles
diferenciadas. En los Juegos Olímpicos de Londres de 1908, tres norteamericanos
encerraron, próximo a la línea de meta, al único británico que competía con ellos en la final
para impedirle la victoria. El caso forzó la modificación del reglamento tras una decisión del
Comité Olímpico Internacional, no exenta de polémica.
Los 100 metros lisos son la prueba reina de la velocidad. Para los atletas de esta
especialidad, es fundamental el tiempo de reacción al escuchar el disparo de salida. En
esos breves instantes, la técnica es muy importante; el centro de gravedad de los grandes
velocistas no oscila en más de cuatro o cinco centímetros, y el momento del apoyo es
fundamental para aplicar toda la fuerza elástica, en que la superficie se reduce básicamente
al metatarso. El tronco, los brazos y la cabeza deben soportar la tensión y, por consiguiente,
han de estar lo más relajados posible para no gastar un ápice de energía. El físico de un
velocista se caracteriza por su gran fuerza y un sistema nervioso privilegiado, con un
porcentaje de fibras musculares rápidas del 70%.
Para los corredores de 200 metros se exige velocidad y resistencia. Es necesario
automatizar correctamente la técnica en la curva y aguantar el esfuerzo máximo pasados
los 12-15 segundos iniciales, cuando las reservas se agotan y se acumula el ácido láctico,
residuo de la combustión de energía. En los 400 metros, los corredores pueden utilizar
diversas estrategias, estableciendo un equilibrio de fuerzas entre la velocidad y la
resistencia.
Tradicionalmente se consideran carreras de medio fondo las que cubren los 800, 1.500 y
3.000 metros. En estas pruebas resultan fundamentales la correcta dosificación de la
energía y la aplicación de una buena estrategia. Tras la primera curva, los atletas corren por
la calle interior y reservan sus últimas fuerzas para la dura recta final, donde se decide en
muchas ocasiones el resultado.
Carreras de fondo
Carreras de obstáculos
Los atletas deben superar en estas pruebas una serie de vallas instaladas a intervalos
regulares y de distintas alturas según la modalidad. La principales modalidades son los 110
metros vallas masculinos, los 100 metros vallas femeninos, los 400 metros vallas
masculinos y femeninos, y los 3.000 metros obstáculos masculinos .
En los 110 metros vallas masculinos, los corredores tienen que salvar diez vallas de un
metro de altura con una separación entre ellas de 9,14 metros; la altura y distancia entre los
obstáculos es algo menor en los 100 metros femeninos. Las vallas están diseñadas de
manera que caigan hacia adelante si un atleta tropieza con ellas, para evitar lesiones. Estas
carreras requieren una gran perfección técnica encaminada a reducir el tiempo de vuelo. Es
fundamental adquirir un buen ritmo de zancada y mantenerlo, intentando que el salto sobre
la valla sea como una zancada más; por lo general, los atletas dan tres zancadas entre
valla y valla.
En los 400 metros hay que sortear diez vallas de 0,91 metros de altura colocadas a
intervalos de 35 metros. La especialidad de los 3.000 metros obstáculos es una de las más
recientes del programa olímpico. En esta modalidad es preciso superar veintiocho
obstáculos (que, a diferencia de las vallas, no pueden ser derribados) y siete rías de agua
de 3,66 metros de largo.
Carreras de relevos
Los cuatro corredores de las pruebas de relevos se pasan unos a otros, después de
recorrer la distancia correspondiente, un objeto cilíndrico, el «testigo», en una zona de 20
metros delimitada por dos líneas trazadas en la pista. Existen varios tipos de relevos, pero
en los grandes campeonatos se disputan habitualmente dos: los 4×100 metros y los 4×400
metros. Tales denominaciones indican ya el número de componentes del equipo y la
distancia que cada uno de ellos debe recorrer. En los 4×100 metros, los corredores no
deben salir de su calle, mientras que en la prueba de relevos de 4×400 metros, sólo el
primer recorrido y los 100 primeros metros del segundo recorrido se efectúan dentro de la
propia calle.
Marcha atlética
La marcha atlética viene a ser un «andar deprisa»: los atletas deben efectuar la progresión
paso a paso y de manera que se mantenga un contacto ininterrumpido con el suelo, sin
llegar a correr. El reglamento insiste en la norma más importante: el atleta no podrá tener
los dos pies en el aire al mismo tiempo y deberá mantener siempre recta (sin flexionar) la
pierna de apoyo. Numerosos jueces, situados a lo largo del recorrido de la prueba, que
muchas veces se disputa en ruta, controlan el cumplimiento de las reglas, advirtiendo a los
atletas con dos avisos antes de la descalificación. Las distancias más habituales en los
grandes campeonatos son, en categoría masculina, los 20 y 50 kilómetros, y en categoría
femenina, los 10 y 20 kilómetros.
Los saltos.
Salto de altura
En la época gaélica, los irlandeses mostraban su habilidad sobrepasando con sus saltos la
altura de otros hombres. En su historia competitiva, la técnica del salto de altura es laque ha
registrado más modificaciones: «tijera», «tijera con vuelta al interior», «rodillo californiano»,
«rodillo ventral» y la más extendida hoy en día, el «estilo Fosbury». Esta técnica, que
consiste en saltar el listón de espaldas, en posición dorsal, fue empleada por vez primera
por el norteamericano Dick Fosbury (de quien toma el nombre) en los Juegos Olímpicos de
1968, en México.
El atleta de salto
de longitud debe
alcanzar de un
solo salto hacia
adelante la mayor
distancia posible,
tomando impulso,
después de una
carrera, sobre una
tabla, para caer en
un pequeño foso
con arena. La relación entre el impulso logrado por el atleta y la longitud alcanzada en el
salto es directamente proporcional, lo que explica los numerosos casos en que los grandes
especialistas en carreras de velocidad son también campeones en esta prueba.
La tradición clásica del triple salto es más que discutible. Parece ser que la modalidad se
practicó en Olimpia o Delfos, pero bien podría tratarse de tres saltos de longitud afrontados
de modo sucesivo. En los inicios del atletismo moderno, la prueba constaba de un salto de
longitud seguido de dos saltos con los pies juntos.
La técnica del triple salto, como se realiza hoy en día, consiste en hacer tres vuelos
después de impulsarse dos veces con cada una de las piernas de forma alternativa; se
intenta alcanzar la mayor distancia posible, impulsándose en una tabla tras la cual se halla
un foso de arena, como en el salto de longitud. El triple salto es de una gran complejidad y
riesgo, ya que el peso generado por la inercia del cuerpo en movimiento se apoya
únicamente sobre un pie, que debe volver a despegar; la coordinación es muy importante.
Salto de pértiga
Los precedentes del salto de pértiga hay que buscarlos en Creta y España, donde se utilizó
desde épocas remotas una especie de garrocha o pértiga para saltar por encima de los
toros. También entre los acróbatas circenses del siglo XIX era habitual la utilización de tales
artilugios. Los británicos introdujeron esta modalidad en sus festivales atléticos en 1866. La
técnica del salto con pértiga también ha experimentado grandes cambios desde los tiempos
del climbing, práctica posteriormente prohibida en la que el atleta prácticamente trepaba por
la pértiga.
En esta modalidad el saltador debe superar, con ayuda de una pértiga, un listón horizontal
situado a la mayor altura posible. La carrera de impulso se efectúa hasta un «tope», en la
vertical del listón, en el que los competidores apoyan su pértiga. El reglamento de
competición prohíbe que durante el
salto el atleta cambie de lugar en la
pértiga la mano superior, y que la
inferior pase a situarse por encima
de la superior. Los materiales con
los que se fabrica la pértiga también
han ido perfeccionándose: fresno,
bambú, aleaciones de aluminio o
acero, nailon y fibra de vidrio, hasta
llegar al actualmente preferido por
los profesionales, la fibra de
carbono.
Los lanzamientos.
Lanzamiento de peso
Lanzamiento de jabalina
Lanzamiento de martillo
El lanzamiento de
disco ya había sido
recuperado por
Vittorino Ramboldini
en 1414; esta
modalidad atlética
era eminentemente
clásica y tradicional
en la Giocosa, el
célebre colegio de
Mantua fundado por
este humanista y
educador italiano.
En los Juegos de
Atenas de 1896, el
competidor debía lanzar el disco en reposo; la posterior modificación del reglamento
permitió sofisticar la técnica e incrementar notablemente las distancias.
El heptatlón consta de siete pruebas que también se celebran siguiendo siempre el mismo
orden y se desarrollan en dos días sucesivos: el primer día, los 100 metros vallas, el salto
de altura, el lanzamiento de peso y los 200 metros lisos; el segundo día, el salto de longitud,
el lanzamiento de jabalina y los 800 metros. En ambos circuitos, cada marca conseguida se
corresponde con una puntuación establecida en una tabla; resulta vencedor el atleta que,
habiendo tomado parte en todas las pruebas, totaliza más puntos.
Para las carreras en pista, el sentido de la marcha es el contrario al de las agujas del reloj.
Los jueces disponen de dos aparatos para la homologación de las marcas: la cámara de la
foto-finish, que marca electrónicamente los tiempos en la línea de meta y facilita el
cronometraje oficial centesimal, y el anemómetro, que se coloca en las rectas de los 100
metros y del salto de longitud y se utiliza para medir la velocidad del viento. Un récord
conseguido con la ayuda de un viento de velocidad superior a los dos metros por segundo
no se considera homologado.
El reglamento internacional obliga a los atletas a correr dentro de los límites de su calle.
Éstas se reparten previamente de acuerdo con las marcas de los atletas; las calles
centrales se reservan a los mejores, ya que tienen cierta ventaja al disponer de una mayor
referencia visual de los demás atletas y de la amplitud de la curva. Un atleta puede ser
descalificado por los siguientes motivos: salirse de la calle asignada, molestar a un contrario
o tomar la salida antes del disparo. Dos salidas nulas de un mismo atleta significan su
descalificación inmediata.
En las pruebas de relevos, la entrega del testigo debe efectuarse en cada una de las tres
zonas de 20 metros marcadas en la pista. Si a un corredor del equipo se le cae, debe
recogerlo para poder continuar, siempre que no se salga de su calle. Al llegar a meta, el
último corredor de cada equipo debe entregar el testigo a los jueces.
En los saltos de altura y de pértiga, cada atleta dispone de tres intentos para superar una
misma altura; si lo consigue, puede acceder a una altura superior, para la que volverá a
contar con otros tres intentos. No existen reglas en cuanto a la longitud y el diámetro de las
pértigas. El atleta que alcanza la máxima altura sin derribar el listón es el vencedor; a
igualdad de marca, gana quien haya efectuado menos intentos nulos en la última altura
franqueada.
En las competiciones de salto de longitud y triple salto, todos los atletas realizan tres saltos,
pero sólo los ocho mejores tendrán opción a tres más. Un salto se considera nulo si las
huellas de los clavos de las zapatillas del saltador quedan marcadas en la línea de plastilina
que se encuentra en la tabla de batida. En las mediciones se toma como referencia la
huella más próxima a la línea de batida que deje cualquier parte del cuerpo del atleta en la
arena.
Gana la prueba el que logra el salto válido más largo. Si se produce empate, se proclama
vencedor el que haya obtenido el mejor segundo salto de los otros efectuados. El
reglamento para los lanzamientos determina las dimensiones y los pesos de los artefactos;
los atletas pueden utilizar cualquiera de los pesos homologados.
El origen del atletismo en República Dominicana se remonta al año 1946, cuando el país
participó en los V Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Barranquilla,
Colombia.
Los atletas que participaron en dichos juegos fueron Elpidio Jiménez, Alejandro Quírico,
Bienvenido Abreu, Antonio Lora, Moisés Cohen, Texido Domingo Pichardo, Angel María
Acosta y Angel María Mezquita. El entrenador fue Jaime Díaz y el delegado Braulio
Méndez.
Historia de la Federación
La Federación Nacional de Atletismo fue creada el 21 de marzo del año 1953, con el
objetivo de participar en los VII Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, que se
celebrarían en México en 1954.
San Juan, Puerto Rico, 1966 San Juan, Puerto Rico, 1966