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PEI Comunidad

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El Proyecto Educativo Institucional como instrumento de reflexión y participación de la


Comunidad Educativa

Marianela Denegri Coria1


Claudia Aguayo González2
Andrea Vargas Ojeda3
Introducción

El presente trabajo muestra la metodología creada y desarrollada por Educade Consultora

Ltda., a partir de Denegri (1996; 2000), en la asesoría para la elaboración del Proyecto Educativo

Institucional (PEI) en establecimientos de la novena región. Educade es una institución que se plantea

participar activamente en el proceso de desarrollo de la región y del país, mediante la generación y

puesta en marcha de estrategias de apoyo técnico, capacitación y educación en general, orientadas al

cambio de mentalidad, que permitan una inserción exitosa a las exigencias de un mundo globalizado,

cambiante y altamente competitivo. La labor de Educade es prestar asesoría y capacitación en el ámbito

educacional, con el fin de lograr aprendizajes significativos mediante procedimientos y estrategias

innovadoras, con una participación activa de profesores y alumnos.

De esta forma, conforme a la visión de la institución, surge la necesidad de trabajar estrategias

concretas para la formulación, diseño y gestión del Proyecto Educativo Institucional (PEI), en

establecimientos educacionales, principalmente como una herramienta que propicie el desarrollo integral

de la comunidad educativa en sus niveles de gestión institucional y prácticas pedagógicas, en función de

un proceso de enseñanza-aprendizaje de calidad que permita a los diferentes actores de esta

comunidad, adaptarse a las exigencias del medio actual.

Antecedentes

El Proyecto Educativo Institucional (PEI) es concebido como un instrumento que permite a la

Unidad Educativa definir su identidad a través de la explicitación del sistema de ideas que fundamentan o

justifican su quehacer educativo, imprimiendole el sello distintivo que los identifica. Por medio de éste

1
Doctora en Psicología Educacional Universidad Autónoma de Madrid. Profesor Asociado de la Facultad de Educación y
Humanidades. Departamento de Psicología Universidad de la Frontera. Temuco.
2
Psicóloga y Candidata a Magíster en Psicología. Universidad de la Frontera. Temuco. Relatora Educade Consultora Ltda..
3
Psicóloga. Universidad de la Frontera. Temuco. Relatora Educade Consultora Ltda..
2

instrumento, es posible conocer las concepciones educativas de la comunidad que lo sustenta y el tipo de

persona que se quiere formar u orientar (Denegri, 1996).

El concepto de PEI inicialmente fue desarrollado en los Colegios de Iglesia y a través del tiempo y

por influencia de la educación católica se fue popularizando, de tal forma que en estos momentos

pertenece a la cultura profesional de los educadores (Triguero, 1995).

Actualmente, en el marco de la Reforma Educacional chilena, el mejoramiento de la calidad de la

educación pasa por el mejor aprovechamiento de espacios, recursos y oportunidades por parte de la

comunidad educativa, con el fin de lograr metas claras y criterios unificados en función de una constante

optimización del quehacer educativo. De esta forma es necesario construir y conceptualizar un Proyecto

Educativo que actúe como un instrumento de planificación y gestión, que requiere del compromiso de

todos los miembros de la comunidad educativa y que permite en forma sistematizada hacer viable la

misión de la Unidad Educativa. La naturaleza compartida que debe tener la formulación de un Proyecto

Educativo, debe responder a la utilización de diferentes fuentes de información que correspondan a los

medios interno y externo a la organización escolar, permitiendo su concreción en una propuesta curricular

acorde a la declaración valórica y de identidad manifestada en el PEI (Ministerio de Educación, 1998).

Para lograr esto se requiere de la programación compartida de estrategias que permitan

concretizar y operacionalizar estos planteamientos, en planes concretos para mejorar la gestión de sus

recursos y la calidad de sus procesos, en función del mejoramiento de los aprendizajes,(Denegri, 1996 ).

El Proyecto Educativo Institucional contempla diferentes aspectos:

El Ideario, que expresa un sistema de ideas que deben reflejar la concepción educativa del

Establecimiento, el marco valórico y la filosofía que sustentan el quehacer educativo, convirtiéndose en el

marco teórico clarificador de conceptos y sistematizador de las ideas que subyacen a las acciones

educativas del Establecimiento y que incluye la visión de futuro a la cual se orienta su quehacer; en esta

etapa se debe producir una reflexión crítica que destina a seleccionar aquellos valores que comparte la

comunidad educativa y que constituyen las bases de sus principios pedagógicos.


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La Visión, que constituye el sueño a largo plazo que la unidad educativa quiere lograr, por ello

debe sintetizar el ideario y los aspectos relevantes del perfil de alumno que se desea formar.

La Misión, que constituye la concreción del Ideario traducido en objetivos generales y

específicos y aproximaciones concretas al quehacer pedagógico, es el propósito fundamental del

establecimiento, constituye el objetivo central por el que deben trabajar y esforzarse sus miembros.

Las necesidades de organización del Establecimiento, se especifican en un Organigrama y

Manuales de descripción de funciones y procedimientos que deben resultar acordes y coherentes

para el logro de la misión, de este modo estos deben ser funcionales y operativos.

El PEI también requiere el desarrollo de un Plan Anual de Desarrollo Educativo que contempla

un diagnóstico actualizado (estratégico), los programas de acción, indicadores de logros de gestión en los

diversos niveles; Y por último la concreción curricular del Proyecto Educativo, donde se recogen,

profundizan y completan los aspectos curriculares que se expresaron como grandes aproximaciones

metodológicas en el Proyecto educativo y que toman como marco de acción y punto de partida los

reglamentos y directrices emanadas del Ministerio de Educación. Este aspecto implica a su vez niveles

sucesivos de concreción hasta el trabajo de aula.

En el siguiente esquema, se pueden observar los diferentes niveles de elaboración que plantea la

formulación de un Proyecto Educativo para el Establecimiento y su concreción curricular en un proyecto

pedagógico (Denegri, 2000).

Niveles de elaboración Contenidos y tareas


1. Proyecto Educativo Institucional • Concepciones globales que sustentan su quehacer (Ideario,
visión y misión).
• Objetivos Educativos Básicos y prioritarios derivados del
diagnóstico interno y externo.
• Grandes opciones de aproximación metodológica al
aprendizaje.
• Organización del establecimiento (organigrama, manuales de
descripción de funciones, etc.).
• Orientaciones generales acerca de la relación con los alumnos
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(disciplina, centro de alumnos, etc.), con los padres y


apoderados y la comunidad.
• Plan anual de Desarrollo Educativo y Programa de Acción que
considere metas, plazos y formas de evaluación de la gestión
(indicadores) y presupuesto.
2. Proyecto Pedagógico: 3. Concreción de los objetivos del proyecto educativo institucional
Organización Curricular Global. en:
1. La contextualización a las características de los alumnos
atendidos.
2. Progresión de Objetivos y Contenidos de aprendizaje por
niveles y ciclos.
3. Opción elegida para su tratamiento: globalización,
disciplinariedad, interdisciplinariedad.
4. Tipos de metodologías seleccionadas: activas, aprendizaje
cooperativo, tutorías, proyectos, etc.
5. Materiales necesarios y disponibles para su desarrollo.
6. Directrices acerca de la evaluación, su organización y
temporalización.

3. Planificación de tareas y • Concreción de la Organización Curricular Global en Unidades


actividades por niveles, ciclos o didácticas y materiales específicos preparados por los equipos
por departamentos. de profesores para su desarrollo en el aula.
• Formulación de proyectos interdisciplinarios.
• Coordinación horizontal y vertical para lograr el perfil del
alumno.
4-. Ejecución de tareas de Aula. • Concreción final en el desarrollo y evaluación de actividades
en el aula.
• Formulación de Unidades de Aprendizaje.
5. Evaluación global de PEI y • Evaluación Inicial
Proyecto Pedagógico • Evaluación de procesos
• Evaluación de Productos y Impacto

Una forma de abordar la formulación del Proyecto Educativo es mediante la incorporación de

algunas metodologías derivadas de la Planificación Estratégica. Cuyo propósito general es formular un

conjunto coordinado de programas de acción que responda a los cambios requeridos por la Organización
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y que permita abordar adecuadamente los puntos débiles o fuertes y descubrir las amenazas y

oportunidades del entorno, de manera de minimizarlas o potenciarlas.

Las principales etapas de un proceso de planificación estratégica para la formulación de un PEI

son:

1. Marco valórico, la cual debe producir una reflexión critica al interior de la Unidad Educativa

seleccionando aquellos valores que constituyen base de sus principios pedagógicos y son

compartidos por la comunidad educativa.

2. Perfil del Alumno y del profesor, implica la construcción de un perfil terminal del alumno que se

desea formar, operacionalizado desde el punto de vista de los logros esperados para cada nivel

educativo. Para lograr este perfil de alumno se requiere que la unidad educativa defina también el

perfil de profesor que sea compatible con aquel.

3. La visión, que constituye el sueño a largo plazo que la unidad educativa quiere lograr.

4. La Misión, que es el propósito fundamental del establecimiento como un todo. Implica delimitar en

términos concretos el servicio que va a entregar el establecimiento

5. La formulación de objetivos, para lo cual es necesario partir con un diagnóstico de la situación actual

del establecimiento que implica:

• Análisis del Medio Externo, el cual permite identificar y evaluar las condiciones externas que

afectan el funcionamiento del establecimiento educacional. Estos factores no son controlables

por las unidades educativas pero de éste se derivan las posibles oportunidades y amenazas a las

cuales se ve enfrentado, y que pueden estar relacionados con el conocimiento de los

participantes del sector, características de la comunidad, relación con el sector empresarial y

productivo, posibilidad de participación en redes de información.

• Análisis del medio interno, que permita identificar y evaluar las fortalezas y debilidades del liceo o

escuela analizando resultados pasados y las proyecciones futuras. Se trata de identificar los
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factores claves de éxito en el plano financiero, infraestructura física, recursos humanos, imagen

institucional, administración, etc. El propósito general de este análisis es buscar la generación de

un compromiso para con el desarrollo de las acciones educativas y el futuro del establecimiento

reconociendo las áreas críticas donde hay que intervenir para apoyar la estrategia elegida.

6. La estructura organizativa, la cual contempla la elaboración y/o actualización del organigrama,

manual de descripción de funciones y especificación del reglamento de régimen interior, de modo

que responda a las necesidades del establecimiento y que le posibilite un actuar eficiente.

7. El plan anual operativo y programas de acción, que considera el desarrollo y control de las

actividades derivadas de los objetivos estratégicos preferentes que el establecimiento fija para cada

año escolar (Plan Anual Operativo), y un conjunto de actividades que apuntan a la consecución de

los objetivos (Programas de Acción).

La experiencia

La experiencia desarrollada por Educade Consultora Ltda. en la asesoría y gestión de proyecto

educativo tiene tres modalidades, dentro de las cuales las dos primeras están orientadas al trabajo parcial

y total de dicho proyecto, en función de las necesidades e intereses detectados en cada

establecimiento. La tercera modalidad implica el trabajo desde la transversalidad logrando su

incorporación en el Proyecto Educativo, que intenta lograr un consenso por parte de la comunidad

educativa en la definición de valores que serán considerados ejes centrales para la formulación de los

objetivos actitudinales, que son necesarios para el desarrollo de una formación ética e integral de los

alumnos y alumnas.

El procedimiento utilizado para la gestión del Proyecto Educativo, contempla las etapas que se

describen a continuación:

1. El primer paso es realizar una entrevista inicial de detección de necesidades y aplicación de lista de

cotejo que permite conocer el estado actual de desarrollo del PEI del establecimiento , lo cual permite que

la comunidad educativa reconozca el estado de su Proyecto Educativo para tener una aproximación de
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las estrategias a seguir durante el proceso. Esta entrevista es realizada por el equipo consultor que se

hará cargo de la asesoría junto al equipo directivo y técnico del establecimiento. Los resultados de esta

entrevista darán paso a la elección de la metodología a utilizar para la elaboración la cual contemplará la

revisión y actualización de cada aspecto del Proyecto o la construcción total de cada uno de ellas.

2. Posteriormente debe constituirse el equipo de profesores encargados de la coordinación del diseño y

formulación del PEI, para esto se utiliza como criterio la representatividad de género y/o de niveles

educativos(ciclos), además de la motivación, interés y disponibilidad de los profesores para el trabajo, el

cual incluirá reuniones periódicas de coordinación con el equipo asesor. Este equipo tendrá la misión de

ser el enlace para toda la comunidad educativa en este proceso.

Es importante en esta parte hacer mención del sello que nuestra institución plasma en todo su

quehacer que tiene un enfoque constructivista lo cual nos plantea como requerimiento básico construir

desde aquello que el establecimiento ya ha definido como parte de su Proyecto Educativo o que

tradicionalmente ha querido imprimir en su acción pedagógica. Por lo cual, una vez constituido este

equipo, se inicia la revisión del marco valórico (ideario) de la Unidad Educativa.

3. Se enfatiza la participación en la selección y definición de una serie de valores que guiarán la

acción, en este caso resulta muy importante mantener presente que una declaración extensa de valores

no es lo suficientemente operativa como para lograr plasmarlos íntegramente en el quehacer del centro

educativo. Utilizando una metodología participativa se analiza y discute sobre cuales serán los valores

presentes en el marco que guiará los diferentes procesos al interior de la Unidad Educativa, se utilizan

grupos focales o la técnica de grupo nominal como métodos principales de acuerdo a los requerimientos

de cada establecimiento, ya sea en la revisión o en la construcción del marco valórico respectivamente.

4. El proceso continúa con la revisión de la visión del establecimiento, reelaborándose o

contextualizándose según sus necesidades e intereses, a través de la sistematización de los valores en

una visión de futuro, logrando criterios comunes para la Unidad Educativa.

5. La definición de un perfil de alumno es el siguiente paso en la construcción del PEI. Este perfil

operacionaliza aquello que la comunidad desea lograr con su quehacer en un plazo determinado
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coincidente con la finalización de la etapa escolar. La orientación de Educade, señala la importancia de

construir perfiles terminales para los diferentes ciclos de la enseñanza, es decir, preescolar, básico,

medio, ya que cada nivel tendrá metas específicas de acuerdo a sus características evolutivas.

6. Con estos insumos (marco valórico, visión y perfil de alumno y alumna ideal) se realiza una revisión y

análisis de la misión, mediante la aplicación de un cuestionario, el que contempla aspectos centrales

tales como motivaciones que sustentan la existencia de la unidad educativa, las necesidades que

satisfacen, la población que se beneficia con su quehacer, el tipo de alumno que se desea formar y el

sello que los distingue como institución.

La información recogida durante esta etapa es sistematizada a través de un sistema de códigos y

triangulada por el equipo consultor, generando una propuesta de misión la cual es presentada a los

diferentes estamentos de la Unidad Educativa siendo analizada en grupos de discusión homogéneos.

En esta etapa es fundamental la participación de toda la comunidad educativa, para unificar criterios en

la construcción y declaración de la misión del establecimiento, de esta forma se debe contar con la

participación del cuerpo de profesores, la representatividad de alumnos y padres, personal administrativo

y paradocente, equipo directivo y representantes de la comunidad que actúen principalmente como redes

de apoyo, de manera que el resultado final de esta etapa sea compartido por todos generando un

sentimiento de pertenencia y representatividad de sus necesidades y expectativas.

7. Paso a paso cada una de estas actividades se van plasmando en un documento sistematizador que

permite su socialización y revisión por parte de aquellos miembros de la comunidad que por diferentes

motivos no han podido participar en otros momentos de este proceso. Este aspecto es sumamente

relevante si consideramos los criterios de representatividad que debe tener el PEI ante la comunidad,

satisfaciendo y contextualizando las necesidades y requerimientos de ésta.

8. Para alcanzar un alumno con las particularidades definidas, se requieren docentes que cumplan un

perfil coherente con los objetivos planteados por el establecimiento en el PEI. Para ello, es necesario

definir el perfil del docente con la participación de los diferentes estamentos de la comunidad educativa,
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tales como alumnos, docentes, agentes externos vinculados a la comunidad educativa como redes de

apoyo, padres y apoderados.

9. Posteriormente se lleva a cabo una revisión, reactualización y afinamiento del análisis del medio

externo e interno a través del análisis estratégico de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas

(FODA), tarea necesaria para conocer la situación actual de la unidad educativa, analizando aquellas

variables que la afectan positiva o negativamente, de manera que permita maximizar el rendimiento, para

favorecer a la consecución de la misión. De este modo el objetivo final del análisis es lograr la mejor

relación posible entre las fuerzas positivas para aprovecharlas, y aquellas negativas, dentro de lo posible,

para neutralizarlas.

Este diagnóstico permite la formulación de los grandes objetivos o propósitos de la práctica

educativa, tarea que debe ser abordada por toda la comunidad educativa , de modo de compatibilizar los

objetivos individuales con los de la institución.

Estos objetivos generales permiten enfrentar las demandas educativas tanto internas y externas,

sirviendo de guía a través del tiempo, para perfilar y precisar la consecución de la misión. Estos objetivos

deben plantearse desde dos perspectivas para la organización escolar como son: (1) Objetivos de

desarrollo institucional y (2) Objetivos de acción pedagógica, los que deben necesariamente

interconectarse para el logro de un proceso enseñanza – aprendizaje exitoso.

10. El desarrollo de una estrategia que permita la gestión y evaluación del proyecto educativo, es el

paso siguiente dentro de este proceso, con el fin de que los objetivos generales puedan traducirse y

concretarse en objetivos específicos operativos. Desarrollando programas de acción específicos,

concretos y evaluables a efectuarse en plazos previamente determinados, que pueden ser a corto,

mediano y largo plazo.

11. Finalmente se lleva a cabo la revisión de la estructura organizativa para hacerla coherente con la

misión y objetivos del establecimiento, la que contempla la elaboración de un organigrama, respondiendo

a las necesidades del mismo y que posibilita una actuación ágil y eficiente de la comunidad educativa..

Ello implica desarrollar un manual de Descripción de Funciones y la especificación de las políticas de


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selección, contratación, promoción y remoción de personal en todos los niveles y unidades. Así como

también desarrollar un Reglamento de Régimen interior que incluya el conjunto de reglas, normas y

procedimientos que determinan la regulación de las funciones de las distintas unidades, y que además

expresa la regulación de la convivencia interna en cuanto a derechos y deberes de los alumnos y las

normas disciplinarias del establecimiento. También es necesario contar con un Reglamento de

Relaciones con el medio externo, que incluya el conjunto de normas, reglas y procedimientos que

determinan el tipo de relaciones que establece el establecimiento con la comunidad en general.

De este modo una vez concluido el trabajo general se realiza una presentación del PEI a la

comunidad educativa para su discusión, afinamiento y socialización, lo cual derivará en la redacción final

del documento y el lineamiento de acciones futuras de parte del establecimiento.

Reflexiones desde la práctica:

En cuanto al trabajo realizado en la asesoría de gestión de PEI en distintos establecimientos

educacionales de la novena región, es posible señalar en términos de fortalezas, que los integrantes de

la comunidad educativa, por ser los principales actores de este quehacer , manejan la información

necesaria para reconocer cuales son sus necesidades , intereses e identificar los recursos que les

posibilitan emprender esta tarea. De esta misma forma, ellos mantienen una amplia apertura y

disposición a desarrollar las actividades que contempla la planificación y ejecución de dicho proyecto,

condición que además, los mantiene en una constante observación y reflexión acerca de las fortalezas y

debilidades del proceso enseñanza – aprendizaje, asumiendo un real compromiso en las metas que se

proponen.

Cabe señalar además, que dentro del proceso de construcción del PEI surge el interés por parte

de la unidad educativa de establecer contacto con otras instituciones, con el fin de crear sólidas redes de

apoyo, para potenciar su labor educativa. Es especialmente importante durante esta etapa es vincularse

y estrechar lazos con diferentes instituciones, tales como instituciones de educación superior,

organizaciones comunitarias, otras instituciones escolares, etc., abocándose no sólo al análisis y


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reflexión del medio interno, sino que igualmente es importante la revisión del contexto en el cual está

inserta la Unidad Educativa.

En términos de debilidades se observa cierta dificultad en la Comunidad Educativa para precisar

algunos conceptos relevantes necesarios para operacionalizar y sistematizar la información que

sustenta la planificación del PEI, esto es especialmente visible al elaborar el marco valórico y los perfiles

de alumno y educador ideal; en general se suele pensar en esta parte del proceso en realizar una

extensa declaración de intenciones e ideales que se relacionan más con aspectos filosóficos que con

insumos básicos para el quehacer del establecimiento. En este sentido, se recomienda la selección

cuidadosa de los valores que guían la labor al interior del establecimiento y que debe reflejar un

compromiso cierto de todos los actores de la comunidad, por esta razón se recomienda que su definición

(operacionalización) se haga en términos de capacidades que se espera encontrar y/o alcanzar en éstos.

Además es posible señalar que el cuerpo de docentes, por lo general, percibe el desarrollo de un

trabajo que se realiza con escasos espacios de interacción que puedan ser destinados a la reflexión y

análisis de aspectos como los trabajados en la elaboración del PEI, generando una práctica poco

operativa y optimizadora de resultados, lo que impide un funcionamiento fluido al inicio de este proceso.

Afortunadamente esta situación sufre algunas variaciones a medida que se van consolidando como

equipo de trabajo, tornándose un equipo mejor constituido que organiza más productivamente los

espacios de reflexión y análisis.

De esta forma y como política institucional se sugiere a los establecimientos, cuestión que

además se hace necesario incorporar posteriormente como políticas institucionales, generar instancias

de reflexión y análisis entre el cuerpo de docentes y directivos acerca de la labor que realizan, con el fin

de lograr una evaluación y coordinación de los diferentes procesos vinculados a la práctica educativa.

Por lo cual se hace indispensable un buen funcionamiento del equipo de gestión del establecimiento y los

grupos profesionales de trabajo, que actúen como fuerza impulsora y motivadora al interior del

establecimiento en pro de una mejor organización y rendimiento educacional.


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Además, es sumamente necesario que los padres, apoderados y alumnos formen parte activa de

este proceso, y no sólo en la inclusión de sus necesidades e intereses acerca de la formación de los

alumnos, sino también en la dinámica del establecimiento, como agentes importantes de cambio y de

formación de estrategias que resulten funcionales en el logro de aprendizajes significativos en los

alumnos.

El trabajo en PEI como intervención en el área de gestión educativa, ha demostrado la urgente

necesidad de que los establecimientos trabajen en la formulación de éste, desarrollando ideas y

acciones pertinentes y contextualizadas a las necesidades de sus educandos permitiéndoles, de este

modo, la adaptación a un mundo cada vez más globalizado y exigente. Una institución que brinda un

servicio a la comunidad, como lo hacen los establecimientos educacionales, debe contar con un

instrumento organizador y maximizador de las acciones que los guíe ya sea en la gestión y en la acción

pedagógica.

Referencias

Antúnez, S., Invernó, F., Parcerisa, A., Zabala, A., (1992) Del Proyecto Educativo a la Programación de

Aula. Editorial GRAO. Barcelona

Denegri, M. (1996) Los niveles de concreción del Proyecto Educativo. Documento de Trabajo.

Departamento de Psicología. Universidad de la Frontera

Denegri, M. (2000) El Proyecto Educativo Institucional. Documento de Trabajo. EDUCADE Ltda.

Temuco.

Denegri, M. (2000) Viviendo los Objetivos Tranversales. Documento de Trabajo. EDUCADE Ltda.

Temuco.

Ministerio de Educación (1998) Proyecto Educativo Institucional. Mece Media, Santiago, Chile.

Ministerio de Educación (1996) Gestión del Equipo Directivo. Mece Media Carpeta 2, Santiago, Chile.

Triguero, Jesús (1995) Proyecto Educativo y Proyecto Técnico Pedagógico. En Revista de Pedagogía.

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