Resumen Delitos Contra La Integridad Sexual
Resumen Delitos Contra La Integridad Sexual
Resumen Delitos Contra La Integridad Sexual
Anteriormente a la ley 26.084 el bien jurídico protegido era esencialmente la honestidad, Honestidad hacía
referencia a moralidad sexual, se la definía como una vigencia de corrección y respeto impuesta por las buenas
costumbres en las relaciones sexuales. Cuando la ley habla de delitos contra la honestidad quiere referirse a
hechos lesivos del pudor, es decir, a un sentimiento que se refiere a la normalidad y a la moralidad de los actos
sexuales. Sin embargo con la reforma introducida por dicha ley el bien jurídico que se protege es la integridad
sexual entendida por parte de la doctrina como la afección de la integridad física y psíquica, y la libre decisión de
la víctima. Ya no a la injuria y castidad de la víctima, ni a la honra de ningún hombre. Sin embargo esto presenta
varios problemas para la doctrina: el derecho penal no puede proteger normas éticas o morales, o determinadas
formas de sexualidad sino debe proteger bienes jurídicos particulares en pos del principio de legalidad.
En la actualidad Se entiende que el actual bien jurídico alude, por un lado, a la libertad sexual, es decir, a la libre
determinación de la actividad sexual de las personas y, por el otro lado, en el caso de los menores de edad, al libre
proceso de desarrollo de la sexualidad de los mismos.
Para autores de la doctrina clásica como Creus la integridad sexual es el normal desarrollo de la sexualidad según
el contexto particular de cada individuo. Sin embargo estas nociones no pueden ser aceptadas en el contexto
actual del derecho penal y de la sociedad, remitiendo además al problema de la legalidad, por tratarse la
integridad sexual de un concepto demasiado amplio. En este sentido tanto Donna como Buompadre entienden
que el bien jurídico tutelado en el Título III no es más que la libertad personal de cada individuo de ejercer
libremente su sexualidad.
ABUSO SEXUAL
ARTICULO 119. - Será reprimido con reclusión o prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que abusare
sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece (13) años o cuando mediare violencia, amenaza,
abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de
que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción.
La pena será de cuatro (4) a diez (10) años de reclusión o prisión cuando el abuso por su duración o circunstancias
de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima.
La pena será de seis (6) a quince (15) años de reclusión o prisión cuando mediando las circunstancias del primer
párrafo hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u oral o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o
partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías.
En los supuestos de los dos párrafos anteriores, la pena será de ocho (8) a veinte (20) años de reclusión o prisión
si:
a) Resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima;
b) El hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro
de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda;
c) El autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, y hubiere
existido peligro de contagio;
d) El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con armas;
e) El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en ocasión de sus
funciones;
f) El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho (18) años, aprovechando la situación de convivencia
preexistente con el mismo.
En el supuesto del primer párrafo, la pena será de tres (3) a diez (10) años de reclusión o prisión si concurren las
circunstancias de los incisos a), b), d), e) o f).
Delito de estupro
Será reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años el que realizare algunas de las acciones previstas en el
segundo o en el tercer párrafo del artículo 119 con una persona menor de dieciséis años, aprovechándose de su
inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, su relación de preeminencia respecto de la víctima,
u otra circunstancia equivalente, siempre que no resultare un delito más severamente penado.
La pena será de prisión o reclusión de seis a diez años si mediare alguna de las circunstancias previstas en los
incisos a), b), c), e) o f) del cuarto párrafo del artículo 119
Tipo objetivo
El tipo penal castiga a quien realiza alguna de las acciones previstas en el 2 y 3 párrafo del art 119 con una persona
menor de 16 años aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, su relación
de preminencia respecto de la víctima u otra circunstancia equivalente, siempre que no resulte un delito más
severamente penado. El estupro comprende conductas que giran sobre dos ejes: la seducción de la víctima menor
de 16, que debido a su inmadurez sexual presta consentimiento para el acto. Y en segundo lugar, la mayoría de
edad del autor aclarando que es la mayoría de edad legal y no mayoría de edad con respecto a la víctima. La nota
distinta frente al delito de abuso es el consentimiento mediante y que no se tiene como base la violencia, ya sea
real o presunta.
Mujer “honesta”: En la anterior redacción del código, tanto en la de 1922 como en la de 1999 el bien jurídico a
ser protegido era respectivamente la virginidad y posteriormente la “honestidad” entendida como la reserva
sexual, basada en la inexperiencia de la mujer. Se entendía que la honestidad sexual, por tener una vinculación
muy íntima con la evolución biológica del individuo, adoptaba modalidades diferentes con relación a las etapas
de su desarrollo. Así, frente al sexo, no era igual la actitud de la persona cuando era impúber que cuando había
llegado a la adolescencia o a la adultez. La inocencia y la inexperiencia, dentro de la edad que fijaba el Código
Penal, eran las condiciones que requería la ley para dar un concepto medio de la honestidad. LA inocencia hacia
presumir la inexperiencia. Los tres requisitos que se exigían para el delito de estupro con respecto al sujeto pasivo
eran que fuera una mujer, entre 12 y 15 años de edad que esta fuera honesta y que existiera seducción, basada
en ese carácter de la mujer.
Sujetos activo y pasivo: Son de sexo indistinto. Idem abuso sexual gravemente ultrajante y violacion. En cuanto al
sujeto pasivo debe ser menor de 16 y mayor de 15 deberá además ser inmaduro sexual.
Madurez sexual en los menores
Generalmente las legislaciones establecen una edad mínima por debajo de la cual un menor no puede consentir
ningún acto sexual. Habitualmente se fija esa edad entre los doce y los trece años, coincidentemente con el inicio
de la pubertad.
Nuestro código penal fija el tope en los trece años, presumiendo sin admitir prueba en contrario que por debajo
de dicho límite etario ningún menor tiene capacidad para consentir ninguna clase de acto sexual.
Objetamos la constitucionalidad de dicha presunción por cuanto, por un lado, al establecerse una presunción iuris
et de iure de ausencia de consentimiento válido para realizar cualquier acto sexual de todo menor que no haya
cumplido los trece años de edad resulta violatorio de las garantías de juicio previo y de la defensa en juicio. Y por
el otro afecta la libertad sexual de los menores al presumir el legislador que los mismos carecen de la misma lo
que implicaría que el dispositivo legal no se orienta a la tutela del derecho sino a la imposición de un orden moral.
No existe herramienta de previsión alguna que permita afirmar que no existe al menos una persona menor de
trece años capaz de comprender y consentir un acto sexual. Sin embargo, nos parece acertado que el legislador
fije un límite mínimo por debajo del cual un menor no pueda consentir un acto sexual a fin de proteger la
inmadurez de los menores para comprender el significado del acto sexual, pero debe admitirse la posibilidad de
la prueba en contrario en resguardo del Estado de Derecho.
Así, menores de trece años no puede consentir ningún acto sexual (art. 119 CP) mientras que a partir de los trece
y hasta cumplir los dieciséis pueden consentir actos sexuales siempre que se acredite su madurez sexual (art. 120
CP) y desde los dieciséis hasta los dieciocho años tienen libertad sexual para realizar cualquier acto o práctica
siempre que no constituya actos que puedan corromperlos (art. 125 CP).
De ésta manera la libertad sexual se va adquiriendo gradualmente a medida que el menor va creciendo,
obteniendo en nuestra legislación la total libertad a partir de los dieciocho años.
De ésta manera Filkenhor traza la línea fronteriza entre actos sexualmente apropiados y actos abusivos, afirmando
que se consideran abusos:
En todos los casos los contactos sexuales entre menores de doce años o menos años y una persona mayor
de edad (dieciocho o más años)
Entre persona de doce o menos años y un adolescente de menos de dieciocho pero siempre que la
diferencia de edad sea de cinco o más años, y
Los realizados con adolescentes entre los trece y los dieciséis años, siempre que se tenga diez o más años.
Es importante observar el límite de edad de los dieciséis años del menor, pues por encima de dicho límite, según
la posición dominante, la sola asimetría de edad no permite deducir el abuso de poder por lo que no podrá
estimarse la concurrencia de una situación delictiva salvo que se empleen medios comisivos concretos que limiten
la libertad del menor.
Definición de madurez sexual: Madurez exige que el adolescente tenga conocimiento del acto, de su propio
cuerpo, de los riesgos que el acto implica y de sus posibles consecuencias. Sin embargo otro sector de la doctrina
la entiende como experiencia sexual, definiéndolo del mismo modo que honestidad en el anterior régimen.
Tipo subjetivo
El dolo del autor consistirá en el conocimiento que posea de los elementos que conforman el tipo objetivo, esto
es la inmadurez sexual, mayor de 13 años y menor de 16, y la voluntad de realizar tal conducta tipificada en el
delito de estupro. El dolo del autor, para Donna, sería el de la violación o del abuso sexual gravemente ultrajante,
a lo que se le suma un elemento subjetivo del tipo consistente en hacerlo mediante la seducción o tal como dice
la letra de la ley, el aprovechamiento de la inmadurez del sujeto pasivo, por lo que no es posible otro dolo que el
directo.
Consumación, tentativa y concurso de delitos: ídem violación.
Corrupción de menores
El que promoviere o facilitare la corrupción de menores de dieciocho años, aunque mediare el consentimiento de
la víctima será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años.
La pena será de seis a quince años de reclusión o prisión cuando la víctima fuera menor de trece años.
Cualquiera que fuese la edad de la víctima, la pena será de reclusión o prisión de diez a quince años, cuando
mediare engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier otro medio de intimidación o coerción, como
también si el autor fuera ascendiente, cónyuge, hermano, tutor o persona conviviente o encargada de su educación
o guarda.
Antes de la ley de 1999 respecto del delito de corrupción se entendía que atentaba contra la honestidad pues el
perjuicio que la consumación de este delito causa en la víctima es la pérdida de esa condición. Asimismo, se
afirmaba que el bien jurídico protegido por este delito no podía ser otro que el de la moralidad pública,
entendiendo “que existe un derecho social interesado en mantener cierto grado de cultura en cuanto a las
relaciones sexuales de las generaciones que deben constituir la colectividad”.
Es por ello que se entendía como corromper a “alterar, modificar, descomponer y avasallar el principio moral de
la honestidad constituyendo el primer peldaño en la escala de la degradación”. la medida para la tipificación de
la conducta imputada como corruptora era el normal ejercicio de la sexualidad, entendiendo por normal a
aquellos actos de contenido sexual que integraban el llamado sano instinto sexual, es decir, aptos para la
procreación.
En la actualidad salvo las excepciones como la de la autora Lydia quien formula un concepto de corrupción de
menores escindido de cualquier consideración a una sexualidad normal haciendo hincapié exclusivamente en la
afectación al bien jurídico, esto es, a aquellos actos que afecten el proceso de integración de la sexualidad de un
menor de 18 años., la mayoría de la doctrina mantiene un concepto de corrupción de menores fuertemente ligado
a la normalidad sexual entendiendo que existen prácticas rectas y normales, y prácticas sexuales desviadas y
perversas que tipifican el delito.
Aun apelando a criterios de “normalidad” vs. “perversidad” y/o “depravación”, debemos indicar que actualmente
es pacífica la jurisprudencia al señalar que las relaciones incestuosas entre padres e hijos configuran corrupción
de menores dejando en el olvido aquel pretendido criterio inicial que descartaba la tipificación en cuanto la
relación fuera por vía vaginal.
Tipo objetivo
El problema de este delito consiste en la dificultad de dar una noción de lo que es la corrupción sexual. El concepto
mismo, es de difícil precisión, más allá de los cambios existentes en materia sexual a través de los tiempos. Es de
mala técnica legislativa y en este error ha caído el codificador, el de dar conceptos y no describir conductas. En el
fondo, el de corrupción es un concepto vacío, ya que queda absolutamente librado al interprete darle un
contenido.
El problema se mantiene intacto surgiendo el siguiente interrogante ¿podemos seguir sosteniendo el mismo
concepto de corrupción, o el nuevo texto legal nos impone reconceptualizarla?
Sujetos activo y pasivo: Con respecto a ambos podrán serlo cualquier persona sea hombre o mujer. Si el sujeto
pasivo fuera menor de 13 años se prevé una agravante.
Tipo subjetivo
El delito de corrupción es doloso, no admitiéndose la culpa y como veremos, dad la estructura del tipo el dolo
debe ser directo, que significa saber que la acción que uno lleva a cabo tiende a promover la corrupción de un
menor. Está claro que el dolo no abarca aquellas acciones en las cuales eventualmente se pueda llegar a favorecer
la corrupción del menor.
Consumación y tentativa
Por ser un delito de mera actividad no se admite la tentativa. El delito se consuma con la realización de los actos
objetivamente idóneos para corromper a la víctima. Se consuma de una manera permanente mientras dure la
conducta plural aunque es posible que se consume con un solo acto.
Delito de prostitucion
ARTICULO 125 bis — El que promoviere o facilitare la prostitución de una persona será penado con prisión de
cuatro (4) a seis (6) años de prisión, aunque mediare el consentimiento de la víctima.
ARTICULO 126 — En el caso del artículo anterior, la pena será de cinco (5) a diez (10) años de prisión, si concurriere
alguna de las siguientes circunstancias:
1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción, abuso de
autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor, curador,
autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educación o de la guarda de la víctima.
3. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaria.
Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15) años de prisión.
Tipo objetivo
La prostitución consiste en la entrega sexual habitual por un precio y a personas indeterminadas. Promueve la
prostitución el que opera como actor y parte en el acto sexual, tendiente a degradar los motivos de tal acto, a
mantener a la víctima en la prostitución o a volver más torpe su comercio sexual. Facilita, quien obra haciendo
más fácil o posible la prostitución de la persona, en su iniciación, mantenimiento o empeoramiento. Todo ello,
aun aunque mediare el consentimiento de la víctima.
Sujetos activo y pasivo: es indistinta la edad y el sexo de ambos.
Tipo subjetivo
Este delito es doloso, no admitiéndose la culpa y dad la estructura del tipo, el dolo debe ser directo lo que significa
saber que la acción que se lleva a cabo tiende a promover o facilitar la prostitución.
Delito de proxenetismo y trata de personas
Será reprimido con prisión de cuatro (4) a seis (6) años, el que explotare económicamente el ejercicio de la
prostitución de una persona, aunque mediare el consentimiento de la víctima.
La pena será de cinco (5) a diez (10) años de prisión, si concurriere alguna de las siguientes circunstancias:
1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción, abuso de
autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor, curador,
autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educación o de la guarda de la víctima.
3. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaria.
Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15) años de prisión.
El proxenetismo en tanto explotación sexual, fue definido normativamente, como una actividad que emparda en
gravedad con la servidumbre, esclavitud o trabajo forzado. LA identificación del proxenetismo con la trata en
tanto esclavitud sexual, si quien la sufre es una mujer, bajo las lógicas del funcionamiento del sistema prostibulario
tiene antecedentes normativos y razones sustantivas que la avalan. El proxenetismo prostibulario fue identificado
como una relación de dominación y anulación de las posibilidades de desarrollo de las mujeres, por convenciones
internacionales, suscriptas por nuestro país y con plena vigencia hasta hoy que precedieron al denominado
Protocolo de Palermo que pretendió inaugurar un nuevo paradigma sobre la cuestión de trata.
El convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena, de la ONU del
año 1949, asimiló la explotación sexual de mujeres con la trata, establece que : Las Partes en el presente Convenio
se comprometen a castigar a toda persona que, para satisfacer las pasiones de otra: 1) Concertare la prostitución
de otra persona, aun con el consentimiento de tal persona; 2) Explotare la prostitución de otra persona, aun con
el consentimiento de tal persona.
Por su parte la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer establece
que: Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas, incluso de carácter legislativo, para suprimir todas
las formas de trata de mujeres y explotación de la prostitución de la mujer. Del mismo modo se equipara a la trata
con la explotación de la prostitución de la mujer.
Trata de personas, la ley 26364: Un primer núcleo problemático del olvido legislativo se sufrió en el plano procesal.
El delito de trata es de competencia federal mientras que los delitos conexos no.
Es el proceso que implica el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida de personas con fines
de explotación, ya sea dentro del territorio nacional como desde o hacia otros países.
La Ley 26842 establece que el consentimiento dado por la víctima de trata no implica que se le quite la
responsabilidad penal, civil o administrativa a los autores, partícipes cooperadores o instigadores de este delito.
Antecedentes
Tipo objetivo
Ídem prostitución. La conducta típica consiste en explotar económicamente a cualquier persona valiéndose de los
medios enumerados en sus incisos. Explotar, quiere decir obtener utilidad o lucrar con algo. El explotador, en el
caso, lucra o se beneficia con la ganancia total o parcial de una persona que ejerce la prostitución. Explotar
significa: sacar provecho de una fuente de riqueza, sacar provecho con astucia o abuso, servirse de alguien sin
más miras que el provecho propio. Este último es el sentido empleado por la norma.
Sujeto activo y pasivo pueden serlo cualquier persona de cualquier edad y sexo.
Tipo subjetivo
La ley trae como exigencia que además del dolo existan elementos subjetivos especiales, que consisten en el
ánimo de lucro. Se entiende por estos elementos subjetivos aquellos que caracterizan al tipo cuando se refieren
al bien jurídico protegido, como también cuando ayudan a determinar la caracterización del objeto de la acción
típica, la forma de su menoscabo o tendencias relevantes para el injusto. Se trata de un delito de tendencia, lo
que significa que existe una tendencia subjetiva inherente a un elemento típico.
Consumación y tentativa
La explotación económica supone un resultado concreto con lo que el delito admite perfectamente la tentativa y
se trata de un delito permanente, es decir que su ejecución se extiende en el explotar, esto es a recibir dinero de
la persona prostituida.