Juegos de Teatro para Niños
Juegos de Teatro para Niños
Juegos de Teatro para Niños
Susan Beltrán nos da ideas para enseñar teatro a los niños. Encontrarás
ejercicios de mímica, interpretación, vocalización e imitación, entre otros.
Todos son muy sencillos de poner en práctica. Así que… ¿Por qué no nos
cuentas cómo te han ido?
Para que los niños pierdan la vergüenza, vamos a trabajar por parejas.
Vamos a realizar una actividad de mímica. El animador dirá a un niño de
cada grupo que imite a un animal por medio de la mímica. Al no poder emitir
sonidos, lo que identificaría al animal rápidamente, el niño va a tener que
improvisar y esforzarse por expresar mediante gestos y movimientos el
animal que está representando para los de su grupo.
Ahora que los niños se sienten más cómodos al haber trabajado entre
iguales y sienten más confianza, van a realizar una actividad en grupo,
donde tienen que usar su imaginación. El animador sacará un objeto que
puede ser una pelota, un lápiz, una caja, una cinta del pelo, etc.
Los niños tendrán que inventar para qué podría servir ese
objeto además de para lo que se usa habitualmente. Se pueden ir pasando
el objeto de uno en uno y cada uno aportará una utilidad diferente para ese
objeto. Este ejercicio conseguirá además, sacar más de una sonrisa por las
cosas que se les pueden ocurrir a los pequeños.
Teatro Infantil – Imitacion. / City of Albany, Oregon
Vamos a seguir con las risas haciendo una actividad que es muy
divertida, juegos de “repetición”. Varios niños voluntarios van a salir del
aula y uno se quedará junto al animador. Los demás pueden ser
espectadores y luego pueden participar en la misma actividad. El animador
le contará al niño que se ha quedado con él una historia con muchos
detalles. Le contará la historia con rapidez y el niño tiene que estar muy
atento para quedarse con el mayor número de detalles.
Juguemos con los gestos. Los niños tienen que expresar lo que les diga
el monitor pero sólo con gestos. Los niños tendrán la cara tapada con las
manos y el animador dirá por ejemplo: “alegría”, “tristeza”, etc., y el niño
deberá destapar su cara expresando lo que el monitor ha dicho.
Será el monitor el que le diga qué es lo que tiene que transmitir. Puede ser
el sonido que emite un animal, o el ruido de un motor, o simplemente un
grito de alegría o tristeza. Este ejercicio es muy interesante porque hay que
expresar mucho en muy poco tiempo para que los demás puedan averiguar
qué es lo que quiere transmitir. Los niños pueden levantar la mano para dar
una respuesta y el que lo acierte será el siguiente en emitir su sonido.
Ejercicio de palmada
En círculo nos mandamos una palmada y vamos variando el orden, después una palabra, un
gesto, todo junto. Hay que sugerir ideas de una manera secreta e ir dándoles claves de
actuación. Este es uno de los ejercicios que más posibilidades nos brinda al trabajarlo con
grupos. Hay que conseguir transmitir en la palmada toda la intensidad posible.
Trabajo de coordinación con pelota
Nos lanzamos una pelota y con ella gritamos nuestro nombre: primero con delicadeza hasta
llegar a lograr una mayor intensidad. Se trata de ir buscando la camaradería del otro en el
juego.
Expresión corporal
Tenemos que desplazarnos dentro de espacios diferentes (grande, medio y pequeño) con
ritmos distintos (rápido, normal y lento) y jugando con los niveles (alto, medio y bajo) con la
finalidad de cambiar la energía. Desinhibición total.
Inventamos con picas
Vamos transformando el objeto en diferentes útiles, llenando así la escena de diversas acciones
dotadas de sus correspondientes sentimientos, dejando que la imaginación haga que el objeto
pierda su función real y se convierta en otra cosa.
Foto fija
Es conveniente que estemos en silencio durante el ejercicio. Nos movemos lentamente y vamos
variando las consignas para los desplazamientos; cuando escuchemos la palabra “STOP”,
debemos parar; la finalidad es que nos haga recapacitar, pensar sobre el personaje. En esa
postura les hacemos preguntas: ¿Quién eres? ¿Dónde va tu personaje? ¿Qué piensa? ¿Qué
siente? Esto poco a poco nos ayudará a que el personaje vaya entrando en nuestra forma de
caminar, en una manera diferente de hablar y ello nos confiere un nuevo tono, un nuevo gesto.
Vamos dejando de ser nosotros, perdiendo nuestra piel y adquiriendo poco a poco la identidad
del personaje que hayamos elegido.
El espacio vacío
Se forman cuatro filas de alumnos, uno detrás del otro. El primero anda de una manera
natural, el segundo lo imita, exagera un poquito, el tercero es más exagerado, así hasta el
último, que es una caricatura del primero. Reflexionamos sobre los resultados. Podemos
emplear un objeto, que al pasárselo a otro, sea como el testigo; pero que le haga cambiar por
completo de estado de ánimo.
Entendemos por confianza tanto la seguridad en uno mismo como la esperanza firme en una
persona. Tiene que existir la comunicación en el grupo para que exista la confianza.
.
El bolo
Se forman pequeños grupos. Uno de nosotros se sitúa en el centro y se deja mecer por su
grupo, va pasando de mano en mano sin que en ningún caso pueda sentir miedo; para ello
cuenta la firmeza y seguridad con la que nos sujeten los demás. Se consigue la confianza plena
en el grupo.
El ciego y su Lazarillo
Por parejas. A es ciego. B su Lazarillo, A se deja conducir por su compañero, que le lleva a los
distintos lugares del local. Es un ejercicio donde el tacto cobra valor vital. Conducimos de la
mano a un compañero con los ojos vendados por el aula, le vamos describiendo los
insólitos lugares que atravesamos. Estimulamos con ello no sólo la confianza en el compañero,
que nos lleva sino también el desarrollo de la imaginación del que narra y del que recrea lo
inventado.
Estamos consiguiendo la autonomía de los alumnos y comienza ahora el puro
proceso creativo, donde su imaginación se puede ya desbordar.
Jugamos a esculpir
En grupos de cinco o seis (según el número total del grupo), van saliendo de uno en uno
adoptando una postura fija; el siguiente lo observa y adopta otra postura, relacionada con la
anterior, y así sucesivamente hasta componer un cuadro. El grupo espectador interviene para
contarnos todo lo que ve. Después cada miembro del cuadro explicará su postura y qué creyó
ver antes de intervenir en la composición.
Jugamos a improvisar
Jugamos a improvisar de manera rápida: se elige al protagonista de cada secuencia; es un
trabajo muy rápido y ágil, pero que pone en juego todas las destrezas ya trabajadas. El alumno
ahora ya se siente con los recursos suficientes para abordar un trabajo que ya sí tiene que ver
con la interpretación.
Cada uno coge un objeto, se viste con las ropas del baúl, e inventa una pequeña historia,
¿Quién es?; después iremos conjugando unas historias con otras para forma una sola.
Es preciso contar con un espacio y un tiempo privados. Ellos mismos pueden repartir sus
personajes e inventar la historia. Pueden utilizar tanto el vestuario como los objetos que han
traído de sus casas.
Protagonistas y Antagonistas: una pareja piensa, durante unos minutos, en algún conflicto.
Salen y al entrar muestran una imagen congelada del conflicto. El resto adivina. La pareja tiene
que resolver con palabras el desenlace de la escena.
Disponemos los alumnos por tríos (uno de ellos hará las labores de dirección). Les damos
diferentes consignas:
• Una profesora que quiere enseñar español a todo el mundo y que está un poco loca
• Un guía turístico explica la ciudad a un grupo de japoneses que preguntan todo el tiempo
OPCIÓN I
A: Eres un turista en un país exótico de costumbres muy diferentes a las tuyas. Te gusta
conocer gentes y costumbres nuevas.
B: Eres el jefe de una banda organizada que se dedica a estafar a turistas ingenuos.
OPCIÓN II
A: “B” es alguien que recuerdas haber conocido hace muchos años. Recuerdas muchas cosas
que hicisteis juntos, pero parece que “B” tiene dificultad en recordar.
B: Un extraño te habla y te dice que sois amigos de hace muchos años, pero tú nunca le has
visto antes y sospechas los motivos por los que te habla.
La lectura en voz alta tiene que recuperar el espacio que le corresponde, y conseguir así una
buena entonación y una importante gama de matices.
Nosotros hemos decidido trabajar a partir del libro Campos verdes, campos grises, de Úrsula
Wölfel (La Joven Colección, 1992), que nos parece adecuado para estas edades.
Para el desarrollo de esta propuesta conviene preparar antes el texto y traerlo un poco
trabajado, seleccionar unos fragmentos del mismo que nos ayuden a trabajar la motivación y la
expresividad.
Hemos hecho un extracto a partir de algunos fragmentos del propio libro, con los que jugamos
a leer en voz alta siguiendo las consignas dadas; los demás tendrán que adivinar de qué
consigna se trata.
Algún canalla nos ha denunciado. Está prohibido hablar como lo hemos hecho esta noche. Los
pobres han de ser pobres e ignorantes para que sigan trabajando en el valle por unas míseras
perras. Nos han despedido para siempre.
El camino del tren existía desde hacía tiempo. Era un camino enfangado que serpenteaba a
través de praderas descuidadas, a lo largo de los raíles del tren, hasta una vieja cantera llena de
chatarra y escombros.
Un nuevo ruido llegó hasta su cama. Algo arañaba la pared. ¡Era el pájaro! Ahora trepaba por la
pared con sus garras. ¡Ya estaba en el alféizar de la ventana! Y ahora golpeaba con su pico
contra el cristal. Una, dos veces, sin parar, y cada vez más fuerte. ¡Pronto rompería el vidrio y
entraría de un salto en el dormitorio!
También tenían dos terrenos, de tierra gris, como el polvo y las piedras. Todos los campos allí
arriba tenían el mismo aspecto. La tierra estaba tan seca que apenas crecía nada, a excepción
de un poco de trigo y unas cuantas patatas, que casi no alcanzaban para la familia.
Tenemos que leer el mismo texto con consignas diferentes y por parejas (les voy diciendo las
pautas en el oído a cada uno y leen la escena). Primero en clave de humor, tristeza, asco, pena,
odio, dulzura…
Leeremos uno por uno y se suscitará el comentario, tenemos que ver si el grupo ha podido
captar la intención que había implícita en la lectura.
.
Es importante que las reflexiones a la que hemos ido llegando con las diferentes propuestas se
verbalicen, se expongan en voz alta; para ello los alumnos tendrán que explicar la idea con un
lenguaje claro y cuidado.
Para el desarrollo de este ejercicio partiremos del visionado de las fotografías (pulsa la imagen)
que hemos elegido de la obra de teatro Robinson & Crusoe, de La Machina Teatro (Cantabria).
También se puede descargar un PDF con las fotos de este carrusel.
Es preciso que el maestro conozca, al menos, el argumento de la obra. Según nos cuenta Isabel
Tejerina en “Leer la interculturalidad” (Universidad de Cantabria, 2008), es el siguiente:
Forcejean por el dominio de aquel lugar cercado por las aguas, pretenden imponer
una supuesta superioridad cultural, se enzarzan en la pelea física, discuten,
padecen hambre y penurias… hasta que caen en la evidencia de que sólo la no
agresión y la colaboración pueden ayudarles a sobrevivir y a alcanzar el sueño
común de retornar a casa.
Una situación de contexto universal, cuyo desarrollo dramático nos conduce con
humor y maestría al encuentro de los dos protagonistas, a través de la magnífica
interpretación de Fernando Madrazo y Luis Oyarbide y de un lenguaje teatral muy
elaborado y abierto a lecturas en profundidad.
Una demostración con imágenes y palabras de que, aunque sólo sea por razones
de supervivencia, hay que consolidar la paz y que, como señala el crítico teatral
Fernando Llorente (2007: 76), de todos y de cada uno depende también que la
paz se instale en nuestro tejado.
A continuación ofrecemos al maestro dos propuestas para trabajar:
Ejercicio 1
Se eligen ocho grupos de alumnos para trabajar; a cada grupo se le entrega una fotografía de la
carpeta seleccionada que se adjunta. Se les da cinco minutos para que desarrollen una historia
coherente con esa imagen.
Transcurridos esos cinco minutos se pide que cada grupo exponga la idea que ha elaborado.
Después se abre un tiempo de debate para que ordenen las historias que han nacido de cada
fotografía y se lee de nuevo la historia completa.
Se dejará un tiempo final para la reflexión.
Ejercicio 2
Se eligen cuatro grupos de alumnos y se reparten las fotografías por bloques de cuatro; la única
consigna que se le da al grupo es que conozcan la posición que ocupa la escena que les ha
correspondido en la totalidad de la obra. Tienen que recrear lo que sucede; primero lo
abordarán de forma oral en la puesta en común que han de realizar sobre las ideas que les
vayan surgiendo.
Uno de los alumnos irá tomando notas para terminar redactando entre todos la historia intuida
de esos dos reportajes.
Se designará a otro de los alumnos, es mejor que sea elegido por ellos mismos, para que lea en
voz alta la historia recreada. La propuesta concluye con la lectura colectiva de los tres pasajes,
siguiendo para ello el orden real de la situación.
Nos quedaremos al final con una escena de la obra en la que los personajes deciden mandar
una botella con un mensaje para que vengan a rescatarlos.
Motivación a partir de vídeos
Es necesario ver las tres escenas de vídeo que hemos seleccionado. Iremos viendo las escenas
de una en una y trabajando con ellas de manera aislada.
A través de lo que cuentan los personajes se pide a los alumnos que expliquen cuáles son las
emociones que se viven en la escena.
III.- El final sin palabras
1. ¿Qué decisiones vitales creen que se toman? y ¿Por qué se toman estas y cómo se sabe?
2. ¿Qué piensa cada uno de los personajes?
3. Cuenta tú cómo acabarías la historia.
Te mostramos cómo hemos trabajado nosotros con nuestro grupo esta actividad:
Tan importante como la expresión oral es, en una fase posterior, la expresión escrita.
Dedicaremos en este apartado un tiempo más largo, más pausado, en el que el proceso creativo
ya no sea improvisado sino trabajado con sumo cuidado. Es importante que se cuiden al
máximo las formas de expresión.
En este apartado nos hemos basado en algunas propuestas de motivación rodarianas, que
tienen mucho que ver con la dramatización. Los ejercicios que proponemos han sido
seleccionados de La gramática de la fantasía, de Gianni Rodari (Ediciones del Bronce, 1997). Lo
más apropiado sería seguir trabajando con propuestas de obras de teatro, por eso te sugerimos
que trabajes esta propuesta con las lecturas de teatro que tú trabajes habitualmente en el aula y
que, una vez interiorizadas por los alumnos, te permitirán abordar los juegos de escritura
como el que aquí te presentamos.
Propuesta 1
Dice Rodari en el capítulo llamado “Los cuentos al revés”: Una variante del juego de transformar
las historias consiste en una inversión premeditada y más orgánica del cuento. Ej.: Caperucita Roja es
mala y el Lobo es bueno… / Cenicienta es una buena pieza…
El hecho de que podamos conocer los rasgos que definen al personaje nos permitirá elevarlo a
otra categoría, darle una entidad diferente de la que a veces posee y, al mismo tiempo, le
devolverá la posibilidad de ser como quiere ser, en resumidas cuentas.
La técnica del error será así una guía de trabajo. Sirve para parodiar un cuento y para
ofrecernos infinitas posibilidades de creación.
Propuesta 2
El hecho de haber trabajado en profundidad primero un cuento, luego varios cuentos
diferentes, nos facultará para poder jugar, entremezclar unos cuentos con otros, cambiarlos,
sumarlos; para ello nos propone Rodari en el capítulo llamado “Ensalada de cuentos”,
en Gramática de la fantasía:
Caperucita Roja encuentra en el bosque a Pulgarcito y sus hermanos: su aventura se mezcla,
tomando un nuevo camino que será un punto de arranque de una historia aún desconocida.
Este planteamiento en historias no tan conocidas como son las de los cuentos tradicionales,
hará que los alumnos tengan que hacer una lectura más profunda de las obras de teatro que les
propongamos; para así ser capaces de descomponer la historia en fragmentos coherentes. Las
formas híbridas cobran así un encanto propio y extienden ante nosotros un enorme campo
para la imaginación.