Reseña Histórica Derecho Ambiental
Reseña Histórica Derecho Ambiental
Reseña Histórica Derecho Ambiental
Reseña Histórica
La normativa ambiental resulta ser muy remota, y mucha de esa normativa fue dirigida más
bien a proteger la salud, la propiedad y las buenas costumbres, etc.
En la Ley de las XII Tablas (490 a J:C) se establecía que el cuerpo del hombre muerto no
debía ser sepultado ni cremado en la ciudad, de igual manera Cicerón establecía normas
para los crematorios.
El derecho romano daba a los recursos naturales la tierra, el agua, los yacimientos
minerales, la flora y fauna, los recursos panorámicos y el ambiente la categoría de res
communi, es decir, cosas de la comunidad, que pueden ser aprovechadas por todos, excepto
cuando se trate de derechos particulares.
Durante la Revolución Francesa (1789) se dio paso al “abuso del derecho en uso” y
permitió seguir adelante con las formas de depredación que en nuestro mundo moderno
terminarían por afectar realmente el mundo en que vivimos, y los principios de propiedad
establecidos fueron eficientes para regular el uso (y también el mal uso) de los bienes
naturales. Pero la estructura jurídica empezó a ser inoperante, las leyes empezaron a
disponer de normas morales incorporadas al derecho positivo.
• La Declaración de Río
• l Convenio Sobre la Biodiversidad Biológica
• La Convención Marco sobre el Cambio Climático
• La Agenda 21
PRINCIPIO 1
PRINCIPIO 2
De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho
internacional, los Estados tienen el derecho soberano de aprovechar sus propios recursos
según sus propias políticas ambientales y de desarrollo, y la responsabilidad de velar por
que las actividades realizadas dentro de su jurisdicción o bajo su control no causen daños al
medio ambiente de otros Estados o de zonas que estén fuera de los límites de la jurisdicción
nacional.
PRINCIPIO 3
El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las
necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
PRINCIPIO 4
PRINCIPIO 5
Todos los Estados y todas las personas deberán cooperar en la tarea esencial de erradicar la
pobreza como requisito indispensable del desarrollo sostenible, a fin de reducir las
disparidades en los niveles de vida y responder mejor a las necesidades de la mayoría de los
pueblos del mundo.
PRINCIPIO 6
Se deberá dar especial prioridad a la situación y las necesidades especiales de los países en
desarrollo, en particular los países menos adelantados y los más vulnerables desde el punto
de vista ambiental. En las medidas internacionales que se adopten con respecto al medio
ambiente y al desarrollo también se deberían tener en cuenta los intereses y las necesidades
de todos los países.
PRINCIPIO 7
Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar, proteger
y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de que han
contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, los Estados
tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países desarrollados reconocen la
responsabilidad que les cabe en la búsqueda internacional del desarrollo sostenible, en vista
de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente mundial y de las
tecnologías y los recursos financieros de que disponen.
PRINCIPIO 8
Para alcanzar el desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida para todas las personas,
los Estados deberían reducir y eliminar las modalidades de producción y consumo
insostenibles y fomentar políticas demográficas apropiadas.
PRINCIPIO 9
PRINCIPIO 10
El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los
ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona
deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan
las autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y las actividades que
encierran peligro en sus comunidades, así como la oportunidad de participar en los procesos
de adopción de decisiones. Los Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la
participación de la población poniendo la información a disposición de todos. Deberá
proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre
éstos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes.
PRINCIPIO 11
Los Estados deberán promulgar leyes eficaces sobre el medio ambiente. Las normas, los
objetivos de ordenación y las prioridades ambientales deberían reflejar el contexto
ambiental y de desarrollo al que se aplican. Las normas aplicadas por algunos países
pueden resultar inadecuadas y representar un costo social y económico injustificado para
otros países, en particular los países en desarrollo.
PRINCIPIO 12
PRINCIPIO 13
PRINCIPIO 15
Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el
criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o
irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para
postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la
degradación del medio ambiente.
PRINCIPIO 16
PRINCIPIO 17
PRINCIPIO 18
Los Estados deberán notificar inmediatamente a otros Estados de los desastres naturales u
otras situaciones de emergencia que puedan producir efectos nocivos súbitos en el medio
ambiente de esos Estados. La comunidad internacional deberá hacer todo lo posible por
ayudar a los Estados que resulten afectados.
PRINCIPIO 19
PRINCIPIO 21
Debería movilizarse la creatividad, los ideales y el valor de los jóvenes del mundo para
forjar una alianza mundial orientada a lograr el desarrollo sostenible y asegurar un mejor
futuro para todos.
PRINCIPIO 22
Las poblaciones indígenas y sus comunidades, así como otras comunidades locales,
desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo
debido a sus conocimientos y prácticas tradicionales. Los Estados deberían reconocer y
apoyar debidamente su identidad, cultura e intereses y hacer posible su participación
efectiva en el logro del desarrollo sostenible.
PRINCIPIO 23
Deben protegerse el medio ambiente y los recursos naturales de los pueblos sometidos a
opresión, dominación y ocupación.
PRINCIPIO 24
La guerra es, por definición, enemiga del desarrollo sostenible. En consecuencia, los
Estados deberán respetar las disposiciones de derecho internacional que protegen al medio
ambiente en épocas de conflicto armado, y cooperar en su ulterior desarrollo, según sea
necesario
PRINCIPIO 25
PRINCIPIO 26
Los Estados deberán resolver pacíficamente todas sus controversias sobre el medio
ambiente por medios que corresponda con arreglo a la Carta de las Naciones Unidas.
PRINCIPIO 27
Los Estados y las personas deberán cooperar de buena fe y con espíritu de solidaridad en la
aplicación de los principios consagrados en esta Declaración y en el ulterior desarrollo del
derecho internacional en la esfera del desarrollo sostenible.
Derecho ambiental
El derecho ambiental se ha considerado como aquella rama del derecho que incide sobre las
conductas individuales y colectivas para prevenir y remediar las perturbaciones que alteran
su equilibrio.
“Es el conjunto de normas jurídicas que regulan las conductas humanas que pueden influir
de una manera relevante en los procesos de interacción que tienen lugar entre los sistemas
de organismos vivos y sus sistemas de ambiente mediante la generación de efectos de los
que se espera una modificación significativa de las condiciones de existencia de dichos
organismos.”
Vocación universalista
Se trata de intereses individuales pero a la vez diluidos en conjuntos más o menos extensos
y amorfos, de personas que comparten un interés y, por ende, reciben un beneficio o un
perjuicio actual o potencial más o menos igual para todos. Verbigracia: Río Villalobos, la
contaminación producida en dicho río que se ha convertido en receptor de aguas residuales
industriales y domésticas. Afecta a una persona, a una familia, a las familias, y las
comunidades asentadas en su entorno. No pueden consumir el agua, perciben olores fétidos,
además de producir vectores, etc.
Carácter preventivo
Se entiende por principio (del latín principium), aquella norma no legal supletoria de ella y
constituida por doctrina o aforismos que gozan de general y constante aceptación de
jurisconsultos y tribunales. Y se entiende por Rector (del latín rectoris), lo que rige o
gobierna; por ende son principios rectores los postulados fundamentales y universales que
la razón especula, generalizando por medio de la abstracción las soluciones particulares que
se obtienen partiendo de la justicia y equidad social, atendiendo a la naturaleza de las cosa
positivas. Son principios rectores generales por su naturaleza y subsidiarios por su función,
porque suplen las lagunas de las fuentes formales del Derecho; estos principios los
catalogaremos de la siguiente manera, y son los siguientes: Guatemala, contempla en las
leyes ambientales (Ley de Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente, la Ley de
Áreas Protegidas, La Ley de Minería, La Ley Forestal, etc.) como uno de sus principios: el
Principio de Prevención y sobre éste la función de cada una de las instituciones que por ley
deben prevenir, proteger y conservar el ambiente.
El principio de “quien contamina paga” algunos estudiosos indican que es el que más se
acerca al terreno de la economía, ciencia en la que tiene su origen y de la que han debido
tomarlo los textos jurídicos. Por ello es, quizás, un concepto a menudo mal comprendido
por los no economistas, que suelen confundirlo con un criterio de asignación de la
responsabilidad pecuniaria para la reparación de los daños resultantes de la violación de las
normas ambientales. Considerando que esta sea también una de las posibles facetas de este
principio, en rigor el principio “quien contamina paga” persigue sobre todo que el causante
de la contaminación asuma el costo de las medidas de prevención y lucha contra la misma.
De conformidad con la Declaración de Estocolmo (Medio Humano) existe un articulado de
principios del derecho internacional, entre los cuales consagran los siguientes:
• Principio de precaución
El principio está establecido en diferentes convenios y protocolos internacionales16
y busca evitar que las amenazas potenciales al ambiente sean utilizadas como
justificación para dejar de tomar acciones para protegerlo. Autores como Jaquenod
de Zsogon refieren que el principio ha de aplicarse cuando haya peligro de daño
grave e irreversible, la falta de certeza absoluta no debe utilizarse como razón para
postergar la adopción de medidas eficaces y eficientes para impedir la degradación
del ambiente, puede invocarse cuando es urgente intervenir ante el posible peligro
para la vida, la salud humana, para proteger la vida animal o vegetal y para proteger,
por ende, el ambiente. La aplicación de este principio ha de basarse en la evaluación
preliminar sobre el grado de incertidumbre científica, sobre el riesgo potencial y sus
consecuencias.
Este exige la adopción de medidas de protección antes de que se produzca
realmente el deterioro al ambiente. Aquel opera, más bien, ante la amenaza de un
daño a la salud o ambiente y la falta de certeza científica sobre sus causas y efectos.
Es justamente en esos casos en que el principio de precaución puede justificar una
acción para prevenir el daño, tomando medidas antes de tener pruebas de este.”
Se da a conocer las fuentes formales del derecho ambiental. Dentro de las Fuentes de
Derecho Formal: Doctrinariamente, algunos autores han establecido como fuentes del
derecho:
Como fuente originaria formal: Nuestro país, la ley fundamental es la Constitución Política
de la República o Carta Magna y leyes ordinarias. La Doctrina: Se produce a través del
conjunto de opiniones o criterios sustentados por los juristas o estudiosos del derecho
ambiental, que resulta del estudio de las instituciones jurídicas o de las normas de derecho
positivo. Con el fin de comentarlas y estudiarlas, Es decir que la doctrina son los estudios
de carácter científico de los juristas.
Los Estudiosos del Derecho Público, han prestado aunque tardíamente un concurso del
análisis y exégesis de los textos legales. Pero el Derecho Ambiental está lejos de su
madurez, por la íntima conexión con la problemática científica en permanente evolución.
La ley del Organismo Judicial establece: Que la ley es la fuente del ordenamiento jurídico y
la Jurisprudencia la complementará. Ello, preceptuado en el artículo 2. Los problemas
ambientales producen consecuencias globales, que no circunscriben a delimitaciones
territoriales de tipo político, debido al carácter transfronterizo de los daños. Martín Mateo,
indica que la protección de los elementos es materia que frecuentemente rebasa los límites
territoriales en el que ejerce jurisdicción. La soberanía en el uso de los recursos debe tener
presente las consecuencias que pueda tener para otros Estados y para el planeta. Un estudio
cuidadoso establecería la existencia de jurisprudencia internacional. La Costumbre: Es la
norma de conducta nacida en la práctica social y considerada como obligatoria por la
comunidad.
La Ley del Organismo Judicial estipula que la costumbre regirá sólo en defecto de la ley
aplicable o por delegación de la ley, siempre que no sea contraria a la moral o al orden
público y que resulte probada. Para Máximo Pacheco: La costumbre, como fuente formal
del derecho, es la repetición constante y uniforme de una norma de conducta, en el
convencimiento que ello obedece a una necesidad jurídica. Consideran algunos estudiosos,
que la costumbre es fuente importante en derecho ambiental, especialmente en situaciones
jurídicas que tienen que ver en áreas habitadas por pueblos indígenas, que han demostrado
que tienen una buena relación con el medio.
Una ley garantizará su protección y la de la fauna y la fl ora que en ellos exista. En el año
de 1989 se emite el decreto 4-89 del Congreso de la República de Guatemala “Ley de Áreas
Protegidas”
Artículo 122. Reservas territoriales del Estado. El Estado se reserva el dominio de una
faja terrestre de tres kilómetros a lo largo de los océanos, contados a partir de la línea
superior de las mareas; de doscientos metros alrededor de las orillas de los lagos; de cien
metros a cada lado de las riberas de los ríos navegables; de cincuenta metros alrededor de
las fuentes y manantiales donde nazcan las aguas que surtan a las poblaciones. Se
exceptúan de las expresadas reservas:
Artículo 127. Régimen de aguas. Todas las aguas son bienes de dominio público,
inalienables e imprescriptibles. Su aprovechamiento, uso y goce, se otorgan en la forma
establecida por la ley, de acuerdo con el interés social. Una ley específica regulará esta
materia.
Existe desde el año 2004 la Iniciativa de la Ley General de Aguas, ingresada con el número
de registro 3118; en el año dos mil cinco diferentes comunidades mostraron su rechazo al
proyecto de ley; hasta la fecha continúa en el Congreso de la República de Guatemala.
Actualmente se emitió el Acuerdo Gubernativo Número 236-2006 “Reglamento de las
descargas y reusó de aguas residuales y de la disposición de lodos”, emitido el 5 de mayo
de 2006, por el Presidente de la República, vigente desde el 12 de mayo de 2006; es un
instrumento normativo que tiene por objeto establecer los criterios y requisitos que deben
cumplirse para la descarga y reusó de aguas residuales, así como la disposición de lodos.
Para Guatemala, como para muchos otros países del mundo, la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Humano celebrada en Estocolmo (Suecia) en el año de 1972, marcó
el punto de partida definitivo para avanzar en los temas legislativos referentes a la
protección y conservación del medio ambiente.
Los gobiernos allí representados por sus respectivos delegados comenzaron a asentir
formalmente sobre la delicada situación a que había llegado el ambiente o entorno humano,
sobre una escala, ya no local, sino mundial, producto de políticas económicas de desarrollo
ajenas e indiferentes a todo grado de consideración sobre las repercusiones negativas de su
aplicación en sus respectivos ambientes.
Por primera vez en la historia, altos representantes de los gobiernos del mundo se daban
cita en Estocolmo, a efecto de comprometerse formalmente en la solución de la crisis
ambiental. Surgieron varias proposiciones, soluciones y figuras administrativas y, al final,
las inquietudes de los allí reunidos se plasmaron en la ya conocida declaración de principios
de Estocolmo.
“Los antecedentes del emergente Derecho Ambiental guatemalteco, puede ubicarse a partir
del año de 1973, puesto que, a nivel gubernamental, se adoptaron medidas de carácter
institucional y legal para afrontar la problemática ambiental en el país. En dicho año, el
Presidente de la República. General Carlos Manuel Arana Osorio, con el fin de cumplir
con una de las recomendaciones dadas en la Conferencia de Estocolmo en el sentido de
crear un instrumento adecuado para planificar, coordinar y ejecutar un plan nacional. para
alcanzar los objetivos de velar, conservar y mejorar el medio ambiente, creó una Comisión
Ministerial encargada de la Conservación y Mejoramiento del Medio Humano, por Acuerdo
Gubernativo de fecha 3 de mayo de 1973”.
Dicha comisión, agrega, fue integrada por los Ministros de Salud Pública y Asistencia
Social, de Comunicaciones y Obras Públicas (actualmente también de transportes), de
Agricultura (actualmente también de Ganadería y Alimentación), de Relaciones Exteriores,
de Gobernación y de la Defensa Nacional. La comisión fue ampliamente facultada para
dictar las medidas que estimare necesarias, tendientes a resolver el problema de la
contaminación en Guatemala. En el Acuerdo Gubernativo que acordó crear la Comisión
mencionada, se declaró de emergencia nacional la contaminación del medio ambiente
en el territorio de la República, incluyendo el espacio aéreo, las aguas de la zona
marítima que ciñe las costas, los lagos, las vertientes, la fauna y la flora.
El 20 de enero de 1975, el Ministro de Gobernación, en su calidad de Presidente de la
Comisión Ministerial encargada de la Conservación y Mejoramiento del Medio Humano,
acordó crear, por Acuerdo Ministerial, a nivel técnico, la “Comisión Asesora del Presidente
de la Comisión Ministerial encargada de la Conservación y Mejoramiento del Medio
Humano”, la que funcionó bajo la coordinación del Vice-Ministro del Ministerio antes
indicado y tuvo los siguientes fines:
Cabe señalar que, por medio del Acuerdo Gubernativo Número 204-86, se creó la
COMISIÓN NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE (CONAMA), adscrita a la
Presidencia de la República, asignándosele como función específica preparar un proyecto
de ley que normará todo lo referente al medio ambiente.
Esta iniciativa está abierta a la participación de otras entidades académicas que compartan
los propósitos que la inspiran.
El marco analítico del cual se parte para reflexionar sobre la realidad nacional y para
impulsar esta propuesta se denomina “sistema socio ecológico” y considera con el mismo
nivel de relevancia los subsistemas natural, social, económico e institucional, así como las
interacciones entre éstos. Sin embargo, en la actualidad es evidente que existen marcados
desequilibrios entre estos subsistemas, lo cual ha conducido a diferentes manifestaciones de
rezago y deterioro, sobre todo en los aspectos sociales y ambientales, así como en la
debilidad institucional, que afecta a todos los niveles y componentes del Estado.
Este análisis sistémico también muestra que en el subsistema económico ocurre una
concentración de riqueza en una proporción muy baja de la sociedad, en detrimento de una
alta proporción de la población que vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema, así
como de los bienes y servicios naturales que por tradición han sido explotados de manera
sostenida, sin considerar el principio básico de la reposición.
Los desafíos descritos hacen necesario que exista una participación social más orientada y
organizada, una sociedad civil y una tecnocracia mejor informada, un sector privado con
conocimiento y conciencia de la realidad socioambiental, un sector político orientado a la
búsqueda de los intereses nacionales y unas instituciones conscientes de su responsabilidad,
así como de su realidad y contexto, pero todos asumiendo una verdadera responsabilidad
con Guatemala.
El sector académico debe ser parte de este desafío. Su rol debe ser consistente con su
naturaleza institucional, es decir su condición académica, la cual debe ser aprovechada para
generar luces en una sociedad donde la polarización es recurrente, y ayudar a identificar
rutas de bienestar que favorezcan a la mayoría de la sociedad. El trabajo coordinado de la
academia en la búsqueda y consolidación de este rol resulta imperativo. Es en este contexto
donde se ha conceptualizado y se pretende poner en marcha el Observatorio Ambiental de
Guatemala.
Como ejemplo de ello, rastreando los Orígenes del derecho ambiental, se ha encontrado
la demanda formulada, en 1868, al Ministerio de Relaciones Exteriores del Imperio Austro-
Húngaro por un grupo de agricultores preocupados por la depredación de las aves
insectívoras llevada a cabo por la industria del plumaje, muy desarrollada a raíz de la moda
victoriana que imponía plumas por doquier. Solicitaban al Emperador Francisco José la
suscripción de un tratado internacional para proteger a las aves beneficiosas de la
agricultura. Pocos años después, en 1872, el Consejo Federal Suizo planteó la creación de
una comisión internacional para la redacción de un acuerdo de protección de aves. Todas
estas inquietudes tuvieron favorable acogida en 1884 cuando se reúne la comunidad
ornitológica internacional en un congreso que se convoca en Viena. Con estos antecedentes
se prepararon las bases para que en 1902 se pudiera firmar en París, uno de los primeros
instrumentos internacionales referido a la conservación: el Acuerdo Internacional para la
Protección de las Aves Útiles para la Agricultura que establece normas de conservación de
fauna, prohibición de captura de determinadas especies, y obligaciones tendientes al
cuidado de nidos y huevos. Los móviles que llevaron a la firma de este convenio fueron
económicos. Pero, qué nacimiento especial! Entre participación ciudadana, sombreros,
plumas y damiselas para proteger recursos naturales renovables que ya estaban en peligro
de extinción.
Tal ha sido la transformación del derecho internacional en esta materia que hoy resulta
imposible enumerar y explicar el contenido y trascendencia de los acuerdos y convenciones
que integran el derecho ambiental internacional actual. Con el doble objeto de explicar la
construcción de este derecho y de esbozar un panorama de los instrumentos multilaterales
más importantes, desde una óptica estrictamente didáctica, se dividirán en varios períodos,
para incluir en cada uno de ellos los documentos más representativos de cada época
http://www.funsepa.net/guatemala/docs/mda.pdf
https://derechoambientalcuvate.blogspot.com/2012/01/conferencia-de-estocolmo-1972-
y.html
https://ambientalguatemala.blogspot.com/2012/05/antecedentes-historicos-del-derecho.html
https://derechoambientalumglester2012.blogspot.com/2012/11/antecedentes-historicos-del-
derecho_4.html