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Reseña Histórica Derecho Ambiental

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL DERECHO AMBIENTAL

Reseña Histórica

La normativa ambiental resulta ser muy remota, y mucha de esa normativa fue dirigida más
bien a proteger la salud, la propiedad y las buenas costumbres, etc.

Dentro de estas referencias históricas se pueden citar: El Código de Hammurabi (17’0 a


J:C:) destacaba: “XXI 248. Si un señor ha alquilado un buey y le ha roto su asta, ha cortado
su cola o ha dañado su tendón o pezuña, entregará la plata del quinto de su precio”.

En la Ley de las XII Tablas (490 a J:C) se establecía que el cuerpo del hombre muerto no
debía ser sepultado ni cremado en la ciudad, de igual manera Cicerón establecía normas
para los crematorios.

El derecho romano daba a los recursos naturales la tierra, el agua, los yacimientos
minerales, la flora y fauna, los recursos panorámicos y el ambiente la categoría de res
communi, es decir, cosas de la comunidad, que pueden ser aprovechadas por todos, excepto
cuando se trate de derechos particulares.

Durante la Revolución Francesa (1789) se dio paso al “abuso del derecho en uso” y
permitió seguir adelante con las formas de depredación que en nuestro mundo moderno
terminarían por afectar realmente el mundo en que vivimos, y los principios de propiedad
establecidos fueron eficientes para regular el uso (y también el mal uso) de los bienes
naturales. Pero la estructura jurídica empezó a ser inoperante, las leyes empezaron a
disponer de normas morales incorporadas al derecho positivo.

Requiere precisar que la problemática ambiental no es un fenómeno nuevo, pues la


sociedad humana desde su surgimiento ha gravitado sobre el medio ambiente siendo en sí
misma medio ambiente y se ha preocupado por lo que pudiéramos denominar interacción
hombre-naturaleza, empleando el término hombre en el sentido de las actividades
económicas sociales que, con una u otra implicación ambiental, a lo largo de la historia de
la humanidad ha desarrollado. Constituyen precisamente estas regulaciones muestras de la
proyección del pensamiento humano en función de conservar el entorno natural y la vida
misma. En la década de los sesenta, la disciplina ambiental se afianzó en el pensamiento
universal, las amas de casa, los líderes religiosos, los integrantes de los movimientos civiles
y políticos comenzaron a entender que era necesario concebir un cambio en las relaciones
con los elementos de la tierra. Se comenzó a entender que se debe armonizar la
conservación con desarrollo. Además de algunas catástrofes ambientales de carácter
universal fueron alertando acerca de la necesidad de crear sistemas internacionales que
permitieran resolver cuestiones que excedieran los límites de los Estados.

A partir de la conferencia sobre el medio humano, Estocolmo, 1972


Los antecedentes inmediatos de la Conferencia sobre el Medio Humano se encuentra en dos
reuniones científico-políticas celebradas en 1968, la de la Biosfera, convocada en París y la
de Aspectos Ecológicos para el Desarrollo Internacional, realizada en Washington. Al año
siguiente, la Asamblea General de las Naciones Unidas convocó a la Conferencia sobre el
Medio Humano que debía realizarse en Estocolmo en junio de 1972; se celebraron dos
sesiones preparatorias: la primera, en Nueva York, del 10 al 20 de marzo de 1971 y, la
segunda, en Ginebra del 8 al 19 de febrero de 1971.

Del 5 al 16 de junio de 1972 en Estocolmo, se llevó a cabo la Conferencia Sobre el Medio


Humano, en la cual se reunieron 113 países, dando como resultado las políticas
ambientales, un preámbulo, que tiene una base ética, y 26 principios. Afirmándose con ello,
la defensa y el mejoramiento del medio humano para las generaciones presentes y futuras.
Preparó un plan de acción para el medio humano con 109 recomendaciones, designó el 5 de
junio como “Día Mundial del Medio Ambiente”, e instó para que ese día los gobiernos y las
organizaciones del Sistema de las Naciones Unidas emprendieran actividades que reafirmen
su preocupación para la protección y el mejoramiento del medio ambiente con miras a la
concienciación de los pueblos hacia el entorno humano. El 19 de septiembre de 1972,
después de Estocolmo, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en su vigésimo
séptimo periodo de sesiones, una serie de resoluciones sobre el medio ambiente referidas a
los siguientes temas:

• Cooperación entre los Estados en el campo del Medio Ambiente.


• Responsabilidad ambiental de los Estados.
• Creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
• Disposiciones institucionales y financiera para la cooperación internacional en
relación con el medio ambiente.

Posteriormente de Estocolmo, en el ámbito particular de los países, nacieron organizaciones


gubernamentales y no gubernamentales destinadas a tratar la protección del ambiente como
la meta ambiental. Diez años después de la Reunión de Estocolmo, por resolución del 28 de
octubre de 1982, la Asamblea General de las Naciones Unidas ratificó los principios de la
Declaración de Estocolmo por intermedio de la Carta Mundial de la Naturaleza, cuyo
mérito consiste en reflejar las preocupaciones ambientales de ese momento. Durante estas
dos décadas los instrumentos internacionales se fueron adaptando a las ideas globalizadoras
e integradoras gestadas, en general, por la interdisciplinaridad ambiental y en particular, por
las teorías eco desarrollistas, y aquí se produce una rápida modificación en la estructura de
esta especialidad del derecho.

Por resolución 44/228 de la Asamblea General de las Naciones Unidas se convocó a la


Conferencia de Río.

Conferencia de Río, Brasil 1992:


Así es como se conoce la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y
el Desarrollo celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 1992; en ella se reunieron más
de 170 representantes estatales, para intentar visualizar el problema ambiental en un marco
de conjunto y aunar esfuerzos en la lucha por mejorar la calidad del ambiente mundial. Los
principios fundamentales que animaron el espíritu de la Cumbre, se basan en la
consideración de la biodiversidad como patrimonio común de la humanidad y en el
concepto de la responsabilidad compartida para su conservación y uso sostenible. El interés
de muchos países, en particular aquellos en vías de desarrollo y con gran riqueza biológica,
fue más que evidente, sobre todo cuando algunos efectos ambientales negativos dependen
claramente de decisiones que están más allá de las fronteras del propio país.
Adoptándose los siguientes documentos:

• La Declaración de Río
• l Convenio Sobre la Biodiversidad Biológica
• La Convención Marco sobre el Cambio Climático
• La Agenda 21

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,


habiéndose reunido en Río de Janeiro del 3 al 14 de junio de 1992, reafirmando la
Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, aprobada
en Estocolmo el 16 de junio de 1972, y tratando de basarse en ella, con el objetivo de
establecer una alianza mundial nueva y equitativa mediante la creación de nuevos niveles
de cooperación entre los Estados, los sectores claves de las sociedades y las personas,
procurando alcanzar acuerdos internacionales en los que se respeten los intereses de todos y
se proteja la integridad del sistema ambiental y de desarrollo mundial, reconociendo la
naturaleza integral e interdependiente de la Tierra, nuestro hogar, proclama que:

PRINCIPIO 1

Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el


desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la
naturaleza.

PRINCIPIO 2

De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho
internacional, los Estados tienen el derecho soberano de aprovechar sus propios recursos
según sus propias políticas ambientales y de desarrollo, y la responsabilidad de velar por
que las actividades realizadas dentro de su jurisdicción o bajo su control no causen daños al
medio ambiente de otros Estados o de zonas que estén fuera de los límites de la jurisdicción
nacional.

PRINCIPIO 3
El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las
necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras.

PRINCIPIO 4

A fin de alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente deberá


constituir parte integrante del proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma
aislada.

PRINCIPIO 5

Todos los Estados y todas las personas deberán cooperar en la tarea esencial de erradicar la
pobreza como requisito indispensable del desarrollo sostenible, a fin de reducir las
disparidades en los niveles de vida y responder mejor a las necesidades de la mayoría de los
pueblos del mundo.

PRINCIPIO 6

Se deberá dar especial prioridad a la situación y las necesidades especiales de los países en
desarrollo, en particular los países menos adelantados y los más vulnerables desde el punto
de vista ambiental. En las medidas internacionales que se adopten con respecto al medio
ambiente y al desarrollo también se deberían tener en cuenta los intereses y las necesidades
de todos los países.

PRINCIPIO 7

Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar, proteger
y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de que han
contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, los Estados
tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países desarrollados reconocen la
responsabilidad que les cabe en la búsqueda internacional del desarrollo sostenible, en vista
de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente mundial y de las
tecnologías y los recursos financieros de que disponen.

PRINCIPIO 8

Para alcanzar el desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida para todas las personas,
los Estados deberían reducir y eliminar las modalidades de producción y consumo
insostenibles y fomentar políticas demográficas apropiadas.

PRINCIPIO 9

Los Estados deberían cooperar en el fortalecimiento de su propia capacidad de lograr el


desarrollo sostenible, aumentando el saber científico mediante el intercambio de
conocimientos científicos y tecnológicos, e intensificando el desarrollo, la adaptación, la
difusión y la transferencia de tecnologías, entre éstas, tecnologías nuevas e innovadoras.

PRINCIPIO 10

El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los
ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona
deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan
las autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y las actividades que
encierran peligro en sus comunidades, así como la oportunidad de participar en los procesos
de adopción de decisiones. Los Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la
participación de la población poniendo la información a disposición de todos. Deberá
proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre
éstos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes.

PRINCIPIO 11

Los Estados deberán promulgar leyes eficaces sobre el medio ambiente. Las normas, los
objetivos de ordenación y las prioridades ambientales deberían reflejar el contexto
ambiental y de desarrollo al que se aplican. Las normas aplicadas por algunos países
pueden resultar inadecuadas y representar un costo social y económico injustificado para
otros países, en particular los países en desarrollo.

PRINCIPIO 12

Los Estados deberían cooperar en la promoción de un sistema económico internacional


favorable y abierto que llevara al crecimiento económico y el desarrollo sostenible de todos
los países, a fin de abordar en mejor forma los problemas de la degradación ambiental. Las
medidas de política comercial con fines ambientales no deberían constituir un medio de
discriminación arbitraria o injustificable ni una restricción velada del comercio
internacional. Se debería evitar tomar medidas unilaterales para solucionar los problemas
ambientales que se producen fuera de la jurisdicción del país importador. Las medidas
destinadas a tratar los problemas ambientales transfronterizos o mundiales deberían, en la
medida de lo posible, basarse en un consenso internacional.

PRINCIPIO 13

Los Estados deberán desarrollar la legislación nacional relativa a la responsabilidad y la


indemnización respecto de las víctimas de la contaminación y otros daños ambientales. Los
Estados deberán cooperar asimismo de manera expedita y más decidida en la elaboración
de nuevas leyes internacionales sobre responsabilidad e indemnización por los efectos
adversos de los daños ambientales causados por las actividades realizadas dentro de su
jurisdicción, o bajo su control, en zonas situadas fuera de su jurisdicción.
PRINCIPIO 14

Los Estados deberían cooperar efectivamente para desalentar o evitar la reubicación y la


transferencia a otros Estados de cualesquiera actividades y sustancias que causen
degradación ambiental grave o se consideren nocivas para la salud humana.

PRINCIPIO 15

Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el
criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o
irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para
postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la
degradación del medio ambiente.

PRINCIPIO 16

Las autoridades nacionales deberían procurar fomentar la internalización de los costos


ambientales y el uso de instrumentos económicos, teniendo en cuenta el criterio de que el
que contamina debe, en principio, cargar con los costos de la contaminación, teniendo
debidamente en cuenta el interés público y sin distorsionar el comercio ni las inversiones
internacionales.

PRINCIPIO 17

Deberá emprenderse una evaluación del impacto ambiental, en calidad de instrumento


nacional, respecto de cualquier actividad propuesta que probablemente haya de producir un
impacto negativo considerable en el medio ambiente y que esté sujeta a la decisión de una
autoridad nacional competente.

PRINCIPIO 18

Los Estados deberán notificar inmediatamente a otros Estados de los desastres naturales u
otras situaciones de emergencia que puedan producir efectos nocivos súbitos en el medio
ambiente de esos Estados. La comunidad internacional deberá hacer todo lo posible por
ayudar a los Estados que resulten afectados.

PRINCIPIO 19

Los Estados deberán proporcionar la información pertinente, y notificar previamente y en


forma oportuna, a los Estados que posiblemente resulten afectados por actividades que
puedan tener considerables efectos ambientales transfronterizos adversos, y deberán
celebrar consultas con esos Estados en una fecha temprana y de buena fe.
PRINCIPIO 20

Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en


el desarrollo. Es, por tanto, imprescindible contar con su plena participación para lograr el
desarrollo sostenible.

PRINCIPIO 21

Debería movilizarse la creatividad, los ideales y el valor de los jóvenes del mundo para
forjar una alianza mundial orientada a lograr el desarrollo sostenible y asegurar un mejor
futuro para todos.

PRINCIPIO 22

Las poblaciones indígenas y sus comunidades, así como otras comunidades locales,
desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo
debido a sus conocimientos y prácticas tradicionales. Los Estados deberían reconocer y
apoyar debidamente su identidad, cultura e intereses y hacer posible su participación
efectiva en el logro del desarrollo sostenible.

PRINCIPIO 23

Deben protegerse el medio ambiente y los recursos naturales de los pueblos sometidos a
opresión, dominación y ocupación.

PRINCIPIO 24

La guerra es, por definición, enemiga del desarrollo sostenible. En consecuencia, los
Estados deberán respetar las disposiciones de derecho internacional que protegen al medio
ambiente en épocas de conflicto armado, y cooperar en su ulterior desarrollo, según sea
necesario

PRINCIPIO 25

La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente son interdependientes e


inseparables.

PRINCIPIO 26

Los Estados deberán resolver pacíficamente todas sus controversias sobre el medio
ambiente por medios que corresponda con arreglo a la Carta de las Naciones Unidas.

PRINCIPIO 27
Los Estados y las personas deberán cooperar de buena fe y con espíritu de solidaridad en la
aplicación de los principios consagrados en esta Declaración y en el ulterior desarrollo del
derecho internacional en la esfera del desarrollo sostenible.

Cumbre mundial sobre desarrollo sostenible (Johannesburgo, 2002)

En la Conferencia de Río los Estados se comprometieron a implementar una serie de


novedades y modificaciones en sus respectivos ordenamientos jurídicos estatales o
federales. Esto incluía la creación de normativa que permitiera la ejecución y la gestión de
aquellos compromisos. El Protocolo de Kyoto, nacido de la Convención sobre Cambio
Climático, fue uno de los resultados concretos de Río de Janeiro, se firmó el 11 de
diciembre de 1997 y se recoge las conclusiones y aportes de otros programas gestionados
alrededor de unión internacional: El Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que
agotan la Capa de Ozono de septiembre de 1987 (reducir sus emisiones de gases de efecto
invernadero, originados fundamentalmente por la quema de hidrocarburos). Entre las metas
y compromisos que se acordaron en Johannesburgo se busca luchar contra la pobreza y
contra el continuo deterioro del medio ambiente natural, llegándose a la comprensión de
que es necesario adoptar medidas prácticas y sostenibles para enfrentar los muchos
problemas que existen en el mundo. Entre ellas: Reducir a la mitad el número de personas
que carecen de servicios básicos de saneamiento, ello para el 2015; para el 2020, producir y
utilizar productos químicos, siguiendo métodos que no tengan efectos negativos
importantes sobre la salud humana y el medio ambiente; restablecer para el 2015 las
poblaciones de peces agotadas a niveles que puedan dar la producción máxima sostenible, y
para el 2010 reducir la tasa actual de pérdida de la diversidad biológica. En la conferencia
se asumieron compromisos sobre mayor acceso a recursos hídricos y saneamiento, energía,
mejor rendimiento agrícola, gestión de los productos químicos tóxicos, protección de la
biodiversidad y perfeccionamiento de la ordenación de los ecosistemas, por parte del
gobierno, ONG y de las empresas.

Derecho ambiental

Definición Tratar de definir el derecho ambiental es difícil, por la complejidad que en él se


enmarca (jurídica y técnica). Por ello su definición no puede estar ausente en ninguna obra
que se refiera a dicha disciplina. Para definir derecho ambiental, primeramente debemos
entender qué es el ambiente y entendido como un sistema, vale decir, que es un conjunto de
elementos que interactúan entre sí, pero con la precisión de que estas interacciones
provocan la aparición de nuevas propiedades globales, no inherentes a los elementos
aislados que constituyen el sistema.

Y medio ambiente, es igual que medio: etimológicamente, medio, es lo mismo que


ambiente, el carácter redundante de esta última expresión sigue provocando polémicas. En
la época que la expresión medio ambiente se incorporó a los usos de la lengua española, las
palabras medio y ambiente no eran estrictamente sinónimos, pero el primero de ellos estaba
implicado en el segundo. Así, la expresión medio ambiente tenía sólo una redundancia
interna. La palabra ambiente se utiliza para designar genéricamente todos los sistemas
posibles dentro de los cuales se integran los organismos vivos. Estos organismos se
presentan como sistemas. Los sistemas del medio ambiente

La Ley de Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente, establece los siguientes


sistemas:

• Sistema atmosférico (aire)


• Sistema hídrico (agua)
• Sistema lítico (rocas y minerales)
• Sistema edáfico (suelos)

Y dentro de sus elementos:

1. Natural. Se preocupa de los seres vivos y los abióticos.


2. Artificial. Por ejemplo, las ciudades.
3. Social. Es el tejido social de la comunidad que habita la tierra. Lo social es la
agregación o agrupación de individuos, lo que se llama el Instinto Gregario del
Hombre, lo cual también se ve en los animales, como los leones, a diferencia de
ciertos animales solitarios como el tigre.

El derecho ambiental es un instrumento de política ambiental estatal, misma que debe


responder a imperativos de interés público10 Derecho ambiental: Constituye una
especialidad, nutrida por otras ramas del conocimiento jurídico, que protegen e intenta
garantizar el funcionamiento de las autorregulaciones de los ecosistemas mediante la norma
de las actividades humanas que inciden sobre el ambiente.

El derecho ambiental se ha considerado como aquella rama del derecho que incide sobre las
conductas individuales y colectivas para prevenir y remediar las perturbaciones que alteran
su equilibrio.

Raúl Brañes, define el derecho ambiental:

“Es el conjunto de normas jurídicas que regulan las conductas humanas que pueden influir
de una manera relevante en los procesos de interacción que tienen lugar entre los sistemas
de organismos vivos y sus sistemas de ambiente mediante la generación de efectos de los
que se espera una modificación significativa de las condiciones de existencia de dichos
organismos.”

Es importante resaltar que el derecho ambiental tiene características y principios especiales


que lo individualizan y lo hacen dentro de las ramas del derecho especial, y entre ellas
están:
Características del derecho ambiental:

Multidisciplinariedad o componente reglado

Para su determinación, el derecho ambiental no puede prescindir de las ciencias exactas.


Los conocimientos que aportan las diferentes disciplinas (química, biología, zoología, etc.)
resultan indispensables para justificar y demostrar la gravedad del problema, y la necesidad
de aplicar medidas jurídicas para combatirlo. Verbigracia: cuando existe una deforestación,
es necesario recurrir a las ciencias forestales, a la agronomía, la economía etc., además del
derecho ambiental.

Vocación universalista

Un problema o daño ambiental siempre afecto a un grupo. Su origen puede estar en un


barrio, una ciudad o una ecorregión, pero sus efectos son globales. La atmósfera no tiene
divisiones políticas y la contaminación que produce un individuo afecta a todo el planeta.
Debemos pensar globalmente y actuar localmente. Ejemplo: La contaminación de la
atmósfera producida por una industria textilera, la emanación de gases tóxicos afecta el área
local, como a nivel nacional e internacional.

La preeminencia de los intereses colectivos

Se trata de intereses individuales pero a la vez diluidos en conjuntos más o menos extensos
y amorfos, de personas que comparten un interés y, por ende, reciben un beneficio o un
perjuicio actual o potencial más o menos igual para todos. Verbigracia: Río Villalobos, la
contaminación producida en dicho río que se ha convertido en receptor de aguas residuales
industriales y domésticas. Afecta a una persona, a una familia, a las familias, y las
comunidades asentadas en su entorno. No pueden consumir el agua, perciben olores fétidos,
además de producir vectores, etc.

Carácter preventivo

Algunos autores lo consideran un principio y otros una característica, y este se caracteriza


por la prevención del daño; para lograr el objetivo de evitar el daño, se recurre a la
divulgación, los estudios científicos, la divulgación leyes y reglamentos, etc. “Cabe decir
que es mejor prevenir que tratar de corregir el daño causado.

Principios generales del derecho ambiental

Se entiende por principio (del latín principium), aquella norma no legal supletoria de ella y
constituida por doctrina o aforismos que gozan de general y constante aceptación de
jurisconsultos y tribunales. Y se entiende por Rector (del latín rectoris), lo que rige o
gobierna; por ende son principios rectores los postulados fundamentales y universales que
la razón especula, generalizando por medio de la abstracción las soluciones particulares que
se obtienen partiendo de la justicia y equidad social, atendiendo a la naturaleza de las cosa
positivas. Son principios rectores generales por su naturaleza y subsidiarios por su función,
porque suplen las lagunas de las fuentes formales del Derecho; estos principios los
catalogaremos de la siguiente manera, y son los siguientes: Guatemala, contempla en las
leyes ambientales (Ley de Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente, la Ley de
Áreas Protegidas, La Ley de Minería, La Ley Forestal, etc.) como uno de sus principios: el
Principio de Prevención y sobre éste la función de cada una de las instituciones que por ley
deben prevenir, proteger y conservar el ambiente.

El principio de quien contamina paga

El principio de “quien contamina paga” algunos estudiosos indican que es el que más se
acerca al terreno de la economía, ciencia en la que tiene su origen y de la que han debido
tomarlo los textos jurídicos. Por ello es, quizás, un concepto a menudo mal comprendido
por los no economistas, que suelen confundirlo con un criterio de asignación de la
responsabilidad pecuniaria para la reparación de los daños resultantes de la violación de las
normas ambientales. Considerando que esta sea también una de las posibles facetas de este
principio, en rigor el principio “quien contamina paga” persigue sobre todo que el causante
de la contaminación asuma el costo de las medidas de prevención y lucha contra la misma.
De conformidad con la Declaración de Estocolmo (Medio Humano) existe un articulado de
principios del derecho internacional, entre los cuales consagran los siguientes:

• Principio de precaución
El principio está establecido en diferentes convenios y protocolos internacionales16
y busca evitar que las amenazas potenciales al ambiente sean utilizadas como
justificación para dejar de tomar acciones para protegerlo. Autores como Jaquenod
de Zsogon refieren que el principio ha de aplicarse cuando haya peligro de daño
grave e irreversible, la falta de certeza absoluta no debe utilizarse como razón para
postergar la adopción de medidas eficaces y eficientes para impedir la degradación
del ambiente, puede invocarse cuando es urgente intervenir ante el posible peligro
para la vida, la salud humana, para proteger la vida animal o vegetal y para proteger,
por ende, el ambiente. La aplicación de este principio ha de basarse en la evaluación
preliminar sobre el grado de incertidumbre científica, sobre el riesgo potencial y sus
consecuencias.
Este exige la adopción de medidas de protección antes de que se produzca
realmente el deterioro al ambiente. Aquel opera, más bien, ante la amenaza de un
daño a la salud o ambiente y la falta de certeza científica sobre sus causas y efectos.
Es justamente en esos casos en que el principio de precaución puede justificar una
acción para prevenir el daño, tomando medidas antes de tener pruebas de este.”

• El Principio de Igualdad: reconoce que en materia ambiental todos los Estados


son iguales en deberes y derechos.
• El principio del Derecho al Desarrollo Sostenible: Señala que hay un vínculo
estrecho entre desarrollo económico, social y medio ambiente.
• El principio de Soberanía Estatal sobre los Recursos Naturales Propios:
Establece que los Estados exploten sus recursos libremente, cuidando el uso
racional de los mismos.
• El Principio de no interferencia: Establece la obligación de los Estados de no
perjudicar con sus actividades el medio ambiente de otros Estados.
• El Principio de Responsabilidad Compartida: Obliga a los Estados a asumir
responsabilidad internacional cuando con sus actos dañen la ecología de otro
Estado.
• El Principio de Cooperación Internacional: Debe guiar a los Estados en todas las
actividades relacionadas al medio ambiente, teniendo en cuenta los intereses de los
demás Estados.

Fuentes del derecho ambiental

Se da a conocer las fuentes formales del derecho ambiental. Dentro de las Fuentes de
Derecho Formal: Doctrinariamente, algunos autores han establecido como fuentes del
derecho:

• La ley, la doctrina, jurisprudencia, y la costumbre.


• La Ley del Organismo Judicial, estipula que la única fuente del derecho es la
Ley.

En algunos países, la Carta Magna o Constitución Política de la República, en el caso de


Portugal, Grecia y otros. Que carecen de previsión de texto constitucional: numerosas
resoluciones de la Asamblea General de la Naciones Unidas y Acuerdos Internacionales.

En el caso de España: existe en su normativa constitucional, que expresa: Los tratados


internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España
formarán parte del ordenamiento interno, sus disposiciones sólo podrán ser derogadas,
modificadas o suspendidas, en la forma prevista en los propios tratados.

Como fuente originaria formal: Nuestro país, la ley fundamental es la Constitución Política
de la República o Carta Magna y leyes ordinarias. La Doctrina: Se produce a través del
conjunto de opiniones o criterios sustentados por los juristas o estudiosos del derecho
ambiental, que resulta del estudio de las instituciones jurídicas o de las normas de derecho
positivo. Con el fin de comentarlas y estudiarlas, Es decir que la doctrina son los estudios
de carácter científico de los juristas.

La producción científica jurídica, en el ámbito internacional en su fase inicial está


representada entre otras obras en el Manual del Profesor Alexandre Kiss, titulado
“Principios Generales del Medio Ambiente” obra que tiene como base o fuente la
Conferencia de Estocolmo de 1972.19 En América Latina se cuenta con obras editadas por
Raúl Brañes.

Los Estudiosos del Derecho Público, han prestado aunque tardíamente un concurso del
análisis y exégesis de los textos legales. Pero el Derecho Ambiental está lejos de su
madurez, por la íntima conexión con la problemática científica en permanente evolución.

La Jurisprudencia: Conjunto de principios generales emanados de los fallos uniformes de


los tribunales de justicia para la interpretación y aplicación de las normas jurídicas.
Sentencias emitidas por los Tribunales de Justicia.

La ley del Organismo Judicial establece: Que la ley es la fuente del ordenamiento jurídico y
la Jurisprudencia la complementará. Ello, preceptuado en el artículo 2. Los problemas
ambientales producen consecuencias globales, que no circunscriben a delimitaciones
territoriales de tipo político, debido al carácter transfronterizo de los daños. Martín Mateo,
indica que la protección de los elementos es materia que frecuentemente rebasa los límites
territoriales en el que ejerce jurisdicción. La soberanía en el uso de los recursos debe tener
presente las consecuencias que pueda tener para otros Estados y para el planeta. Un estudio
cuidadoso establecería la existencia de jurisprudencia internacional. La Costumbre: Es la
norma de conducta nacida en la práctica social y considerada como obligatoria por la
comunidad.

La Ley del Organismo Judicial estipula que la costumbre regirá sólo en defecto de la ley
aplicable o por delegación de la ley, siempre que no sea contraria a la moral o al orden
público y que resulte probada. Para Máximo Pacheco: La costumbre, como fuente formal
del derecho, es la repetición constante y uniforme de una norma de conducta, en el
convencimiento que ello obedece a una necesidad jurídica. Consideran algunos estudiosos,
que la costumbre es fuente importante en derecho ambiental, especialmente en situaciones
jurídicas que tienen que ver en áreas habitadas por pueblos indígenas, que han demostrado
que tienen una buena relación con el medio.

La Constitución de la República en su artículo 66 establece que el Estado reconoce, respeta,


y promueve las formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización social, el
uso del traje indígena en hombres y mujeres, idiomas y dialectos. Guatemala está formada
por diversos grupos étnicos, entre ellos los grupos mayas. El Convenio 169 de la OIT, en su
artículo 4 establece que los pueblos indígenas y triviales deberán adoptarse las medidas
especiales que se precisen para salvaguardar las personas, las instituciones, los bienes y el
trabajo, las culturas y el medio ambiente de los pueblos interesados. Asimismo, el artículo 8
establece que al aplicar la legislación nacional a los pueblos interesados deberán tomarse
debidamente en consideración sus costumbres o su derecho consuetudinario

Normativa constitucional en materia ambiental


El Congreso de la República de Guatemala como institución legislativa dicta las leyes
formales, desde el aparecimiento de la República, El sistema legislativo guatemalteco
obedece a la estructura establecida en la pirámide de Kelsen, partiendo de,

• La Constitución Política de la República de Guatemala


• Leyes Ordinarias-Tratados Internacionales
• Disposiciones Reglamentarias
• Normas individualizadas. De ello es importante identificar las normas que la
Constitución Política de la República de Guatemala establece en materia
ambiental:

Constitución Política de la República de Guatemala: La Constitución Política de la


República de Guatemala, contempla el Derecho de Medio Ambiente y Equilibrio Ecológico
en la Sección Séptima: Salud, Seguridad y Asistencia Social, en el artículo 97. Artículo 97.
Medio ambiente y equilibrio ecológico. El Estado, las municipalidades y los habitantes del
territorio nacional están obligados a propiciar el desarrollo social, económico y tecnológico
que prevenga la contaminación del ambiente y mantenga el equilibrio ecológico. Se
dictarán todas las normas necesarias para garantizar que la utilización y el aprovechamiento
de la fauna, de la fl ora, de la tierra y del agua, se realicen racionalmente, evitando su
depredación.

La norma constitucional estipula 3 actores responsables y obligados de propiciar el


desarrollo social, económico y tecnológico que prevenga la contaminación del ambiente y
mantenga el equilibrio ecológico y ellos son: EL ESTADO, (gobierno), LAS
MUNICIPALIDADES Y LOS HABITANTES DEL TERRITORIO NACIONAL. Dictará
todas las normas necesarias para garantizar que la utilización y aprovechamiento de la
fauna, flora, tierra y agua se realicen racionalmente evitando la depredación: Guatemala ha
promulgado entre otras, la Ley de Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente, la Ley
Forestal, la Ley de Minería, la Ley del Consejo Nacional de Áreas Protegidas, la Ley
General de Caza, Código de Salud, Código Municipal, el Código Penal. (Normas
preventivas y coercitivas)

Artículo 64: Patrimonio Natural. Se declara de interés nacional la conservación,


protección y mejoramiento del patrimonio natural de la Nación. El Estado fomentará la
creación de parques nacionales, reservas y refugios naturales, los cuales son inalienables.

Una ley garantizará su protección y la de la fauna y la fl ora que en ellos exista. En el año
de 1989 se emite el decreto 4-89 del Congreso de la República de Guatemala “Ley de Áreas
Protegidas”

Artículo 121. Bienes del Estado.

Son bienes del Estado


a) Los de dominio público;
b) Las aguas de la zona marítima que ciñe las costas de su territorio, los lagos, ríos
navegables y sus riberas, los ríos, vertientes y arroyos que sirven de límite
internacional de la República, las caídas y nacimientos de agua de aprovechamiento
hidroeléctrico, las aguas subterráneas y otras que sean susceptibles de regulación
por la ley y las aguas no aprovechadas por particulares en la extensión y término
que fije la ley;
c) Los que constituyen el patrimonio del Estado, incluyendo los del municipio y de las
entidades descentralizadas o autónomas;
d) La zona marítimo terrestre, la plataforma continental y el espacio aéreo, en la
extensión y forma que determinen las leyes o los tratados internacionales ratificados
por Guatemala;
e) e) El subsuelo, los yacimientos de hidrocarburos y los minerales, así como
cualesquiera otras substancias orgánicas o inorgánicas del subsuelo;
f) Los monumentos y las reliquias arqueológicas;
g) Los ingresos fiscales y municipales, así como los de carácter privativo que las leyes
asignen a las entidades descentralizadas y autónomas; y h) Las frecuencias
radioeléctricas.

Artículo 122. Reservas territoriales del Estado. El Estado se reserva el dominio de una
faja terrestre de tres kilómetros a lo largo de los océanos, contados a partir de la línea
superior de las mareas; de doscientos metros alrededor de las orillas de los lagos; de cien
metros a cada lado de las riberas de los ríos navegables; de cincuenta metros alrededor de
las fuentes y manantiales donde nazcan las aguas que surtan a las poblaciones. Se
exceptúan de las expresadas reservas:

a) Los inmuebles situados en zonas urbanas; y


b) Los bienes sobre los que existen derechos inscritos en el Registro de la Propiedad,
con anterioridad al primero de marzo de mil novecientos cincuenta y seis. Los
extranjeros necesitarán autorización del Ejecutivo, para adquirir en propiedad,
inmuebles comprendidos en las excepciones de los dos incisos anteriores. Cuando
se trate de propiedades declaradas como monumento nacional o cuando se ubiquen
en conjuntos monumentales, el Estado tendrá derecho preferencial en toda
enajenación.

En la sección décima, Régimen Económico y Social

Artículo 125. Explotación de recursos naturales no renovables. Se declara de utilidad y


necesidad públicas, la explotación técnica y racional de hidrocarburos, minerales y demás
recursos naturales no renovables.
El Estado establecerá y propiciará las condiciones propias para su exploración, explotación
y comercialización.

Artículo 126. Reforestación. Se declara de urgencia nacional y de interés social, la


reforestación del país y la conservación de los bosques. La ley determinará la forma y
requisitos para la explotación racional de los recursos forestales y su renovación,
incluyendo las resinas, gomas, productos vegetales silvestres no cultivados y demás
productos similares, y fomentará su industrialización. La explotación de todos estos
recursos, corresponderá exclusivamente a personas guatemaltecas, individuales o jurídicas.
Los bosques y la vegetación en las riberas de los ríos y lagos, y en las cercanías de las
fuentes de aguas, gozarán de especial protección.

Artículo 127. Régimen de aguas. Todas las aguas son bienes de dominio público,
inalienables e imprescriptibles. Su aprovechamiento, uso y goce, se otorgan en la forma
establecida por la ley, de acuerdo con el interés social. Una ley específica regulará esta
materia.

Existe desde el año 2004 la Iniciativa de la Ley General de Aguas, ingresada con el número
de registro 3118; en el año dos mil cinco diferentes comunidades mostraron su rechazo al
proyecto de ley; hasta la fecha continúa en el Congreso de la República de Guatemala.
Actualmente se emitió el Acuerdo Gubernativo Número 236-2006 “Reglamento de las
descargas y reusó de aguas residuales y de la disposición de lodos”, emitido el 5 de mayo
de 2006, por el Presidente de la República, vigente desde el 12 de mayo de 2006; es un
instrumento normativo que tiene por objeto establecer los criterios y requisitos que deben
cumplirse para la descarga y reusó de aguas residuales, así como la disposición de lodos.

Artículo 128. Aprovechamiento de aguas, lagos y ríos. El aprovechamiento de las aguas


de los lagos y de los ríos, para fines agrícolas, agropecuarios, turísticos o de cualquier otra
naturaleza, que contribuya al desarrollo de la economía nacional está al servicio de la
comunidad y no de persona particular alguna, pero los usuarios están obligados a reforestar
las riberas y los cauces correspondientes, así como a facilitar las vías de acceso.

Artículo 129. Electrificación. Se declara de urgencia nacional, la electrificación del país,


con base en planes formulados por el Estado y las municipalidades, en la cual podrá
participar la iniciativa privada.

DERECHO AMBIENTAL GUATEMALTECO.

Para Guatemala, como para muchos otros países del mundo, la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Humano celebrada en Estocolmo (Suecia) en el año de 1972, marcó
el punto de partida definitivo para avanzar en los temas legislativos referentes a la
protección y conservación del medio ambiente.
Los gobiernos allí representados por sus respectivos delegados comenzaron a asentir
formalmente sobre la delicada situación a que había llegado el ambiente o entorno humano,
sobre una escala, ya no local, sino mundial, producto de políticas económicas de desarrollo
ajenas e indiferentes a todo grado de consideración sobre las repercusiones negativas de su
aplicación en sus respectivos ambientes.

Por primera vez en la historia, altos representantes de los gobiernos del mundo se daban
cita en Estocolmo, a efecto de comprometerse formalmente en la solución de la crisis
ambiental. Surgieron varias proposiciones, soluciones y figuras administrativas y, al final,
las inquietudes de los allí reunidos se plasmaron en la ya conocida declaración de principios
de Estocolmo.

La participación de nuestro país en dicha conferencia fue adornada por el honor


de representar a otros países del área, siendo éstos El Salvador y Costa Rica.

El Gobierno de Guatemala, al suscribir dicha declaración, se comprometió a hacer cumplir


los acuerdos y recomendaciones que la misma contenía, así como a realizar los esfuerzos
pertinentes por establecer una legislación que promoviera el desarrollo de las políticas
ambientales.

La exposición de motivos del ante proyecto de la Ley de Protección y Mejoramiento del


Medio Ambiente del 6 de mayo de 1986

“Los antecedentes del emergente Derecho Ambiental guatemalteco, puede ubicarse a partir
del año de 1973, puesto que, a nivel gubernamental, se adoptaron medidas de carácter
institucional y legal para afrontar la problemática ambiental en el país. En dicho año, el
Presidente de la República. General Carlos Manuel Arana Osorio, con el fin de cumplir
con una de las recomendaciones dadas en la Conferencia de Estocolmo en el sentido de
crear un instrumento adecuado para planificar, coordinar y ejecutar un plan nacional. para
alcanzar los objetivos de velar, conservar y mejorar el medio ambiente, creó una Comisión
Ministerial encargada de la Conservación y Mejoramiento del Medio Humano, por Acuerdo
Gubernativo de fecha 3 de mayo de 1973”.

Dicha comisión, agrega, fue integrada por los Ministros de Salud Pública y Asistencia
Social, de Comunicaciones y Obras Públicas (actualmente también de transportes), de
Agricultura (actualmente también de Ganadería y Alimentación), de Relaciones Exteriores,
de Gobernación y de la Defensa Nacional. La comisión fue ampliamente facultada para
dictar las medidas que estimare necesarias, tendientes a resolver el problema de la
contaminación en Guatemala. En el Acuerdo Gubernativo que acordó crear la Comisión
mencionada, se declaró de emergencia nacional la contaminación del medio ambiente
en el territorio de la República, incluyendo el espacio aéreo, las aguas de la zona
marítima que ciñe las costas, los lagos, las vertientes, la fauna y la flora.
El 20 de enero de 1975, el Ministro de Gobernación, en su calidad de Presidente de la
Comisión Ministerial encargada de la Conservación y Mejoramiento del Medio Humano,
acordó crear, por Acuerdo Ministerial, a nivel técnico, la “Comisión Asesora del Presidente
de la Comisión Ministerial encargada de la Conservación y Mejoramiento del Medio
Humano”, la que funcionó bajo la coordinación del Vice-Ministro del Ministerio antes
indicado y tuvo los siguientes fines:

• Asesorar al presidente de la Comisión Ministerial en asuntos relacionados con el


medio ambiente;
• Dictaminar y emitir opinión sobre todos aquellos asuntos que le fueron
propuestos por el presidente de la Comisión Ministerial o el Coordinador de la
Comisión Asesora;
• Proponer normas y reglamentos relacionados con la problemática ambiental y
conocer de aquellas agresiones ecológicas que cualquiera de sus miembros
estimara debían analizarse, para determinar si procedía trasladarlas a la
Comisión Ministerial.

La Comisión Asesora presentó, en octubre de 1976, un anteproyecto de “Ley de


Conservación y Mejoramiento del Medio Ambiente”, producto de los trabajos y
conclusiones obtenidos en el “Primer Seminario sobre Problemas Ambientales
en Guatemala”, organizado por el Ministerio de Gobernación, en el mes de junio del año
indicado, y en el que participaron representantes de cuarenta y cuatro instituciones técnicas,
universidades y dependencias gubernativas.

El ante-proyecto de ley mencionado, se cursó por parte del Ministro de Gobernación y


Presidente de la Comisión Ministerial, a cada uno de los Ministerios de Estado que
integraron la referida Comisión Ministerial, recibidos los pronunciamientos respectivos,
recomendaciones y sugerencias hechas por los Ministerios, que fueron convenientemente
tomadas en consideración. El estudio preparado por el Doctor Barrera Méndez,
distinguido jurista del personal del Instituto de Recursos Naturales (INDERENA) de la
República de Colombia, enviado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA), constituyó una valiosa contribución que permitió mejorar el ante-
proyecto. Este fue presentado en mayo de 1979, al Ministro de Gobernación y Presidente
de la Comisión Ministerial, por la Comisión Asesora, habiéndose elevado al Presidente de
la República de ese entonces para su estudio y consideración. Con fecha 2 de octubre de
1979, fue enviado por el Ejecutivo al Congreso de la República, como iniciativa de ley, en
donde fue estudiado y discutido, quedando aprobado en tercera lectura. Al ser disuelto
dicho Congreso el 23 de marzo de 1982, a este proyecto se le hicieron algunos de los
cambios sugeridos por la iniciativa privada representada por el CACIF.
Posteriormente, en junio de 1982, la Comisión Asesora elevó a la consideración del
Presidente de la Comisión

Ministerial un nuevo ante-proyecto de ley, debidamente revisado y ampliado,


incorporándole las observaciones formuladas por los ministerios integrantes de la Comisión
Ministerial y enmiendas introducidas al proyecto discutido en el Congreso de la
República. Este ante-proyecto de ley inició el recorrido de trámites y consulta en los
ministerios integrantes de la Comisión Ministerial, así como de las distintas dependencias
administrativas del Estado que tienen injerencia en el problema ambiental. Por último, fue
remitido al suprimido ex - consejo de Estado, habiendo sido aprobado en su totalidad y
cursado al Ejecutivo para su promulgación el 9 de junio de 1983.

El 4 de enero de 1984 se presentó otro ante-proyecto de ley al Ministro de Gobernación y


Presidente de la Comisión Ministerial, para su consideración, el cual fue elevado a la ex –
Jefatura de Estado para su promulgación.

Cabe señalar que, por medio del Acuerdo Gubernativo Número 204-86, se creó la
COMISIÓN NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE (CONAMA), adscrita a la
Presidencia de la República, asignándosele como función específica preparar un proyecto
de ley que normará todo lo referente al medio ambiente.

El día 6 de marzo de 1986 fue presentado el último ante-proyecto de Ley Ambiental al


Congreso de la República. Este finalmente fue aprobado y se publicó el 19 de diciembre de
1986. Con ello los ex – integrantes de las comisiones referidas que fueron suprimidas por
medio de Acuerdo Gubernativo del 16 de abril del año indicado vieron realizadas sus
esperanzas después de arduo trabajo, al publicarse la Ley de Protección y Mejoramiento
del Medio Ambiente, Decreto número 68-86 del Congreso de la República, lo cual
constituyó un gran triunfo histórico. Con la emisión de este cuerpo normativo se estableció
un nuevo orden jurídico del cual “emergió” el pionero Derecho Ambiental
Guatemalteco. Cabe señalar que fue determinante para esta decisión el artículo 97 de la
Constitución Política de la República, puesta en vigencia el 14 de enero de 1986, que
expresamente mandó legislar para la protección del medio ambiente,

“ARTÍCULO 97: Medio ambiente y equilibrio ecológico. El Estado, las


municipalidades y los habitantes del territorio nacional están obligados a propiciar el
desarrollo social, económico y tecnológico que prevenga la contaminación del ambiente y
mantenga el equilibrio ecológico. Se dictarán todas las normas necesarias para garantizar
que la utilización y el aprovechamiento de la fauna, de la flora, de la tierra y del agua, se
realicen racionalmente, evitando su depredación.

El Observatorio Ambiental de Guatemala


El Observatorio Ambiental de Guatemala (OAG), es una iniciativa académica que pretende
plantear marcos analíticos y metodológicos, así como rutas de acción concretas para asumir
la gestión balanceada de los subsistemas natural, social, económico e institucional, y
generar opinión pública a favor de estos planteamientos. Dicha iniciativa alberga el desafío
de replantear patrones de uso de bienes y servicios naturales a partir de los límites que estos
plantean.

El Observatorio Ambiental de Guatemala (OAG) es una iniciativa académica, impulsada


conjuntamente por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), sede
Guatemala, a través del Área de Población, Ambiente y Desarrollo Rural; la Universidad de
San Carlos de Guatemala (USAC), a través del Instituto de Análisis e Investigación de los
Problemas Nacionales (IPNUSAC); y la Universidad Rafael Landívar, a través del Instituto
de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA).

Sus objetivos son:

• Proveer elementos conceptuales, metodológicos y operativos para provocar y


consolidar relaciones más armónicas entre los subsistemas natural, social,
económico e institucional.
• Generar propuestas para revertir procesos de deterioro ambiental que tienen su
origen en los subsistemas económico y social, y que se sustentan en una débil
institucionalidad pública y en una institucionalidad privada poco comprometida.
• Proveer información confiable y de manera oportuna acerca de la situación de
los componentes ambientales y la relación de éstos con la viabilidad económica
social.
• Ayudar a construir las bases de un sistema educativo nacional que valore en su
justa dimensión al subsistema natural de Guatemala.
• Ayudar a establecer las bases de un pacto ambiental nacional y apoyar la
implementación de sus instrumentos.
• Fortalecer movimientos sociales, grupos empresariales y entidades de carácter
público con información y conocimiento científico acerca del subsistema natural
y sus relaciones recíprocas con los subsistemas económico, social e
institucional.

Esta iniciativa está abierta a la participación de otras entidades académicas que compartan
los propósitos que la inspiran.

Necesidad de un pacto ambiental nacional


El propósito estratégico del OAG es contribuir a la construcción de un Pacto
Ambiental Nacional
Guatemala es un país de desequilibrios sociales, económicos, ambientales e institucionales
marcados. El modelo de desarrollo que ha venido implementando, si es posible interpretar
que ha venido siguiendo alguno, es sin duda el de lograr a toda costa el crecimiento
económico.

El marco analítico del cual se parte para reflexionar sobre la realidad nacional y para
impulsar esta propuesta se denomina “sistema socio ecológico” y considera con el mismo
nivel de relevancia los subsistemas natural, social, económico e institucional, así como las
interacciones entre éstos. Sin embargo, en la actualidad es evidente que existen marcados
desequilibrios entre estos subsistemas, lo cual ha conducido a diferentes manifestaciones de
rezago y deterioro, sobre todo en los aspectos sociales y ambientales, así como en la
debilidad institucional, que afecta a todos los niveles y componentes del Estado.

En el subsistema natural, el desequilibrio es tan acentuado, que en muchos casos provoca


crisis de gobernabilidad y muy probablemente irreversibilidades ambientales importantes
en sus componentes y ciclos biogeoquímicos básicos.

Este análisis sistémico también muestra que en el subsistema económico ocurre una
concentración de riqueza en una proporción muy baja de la sociedad, en detrimento de una
alta proporción de la población que vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema, así
como de los bienes y servicios naturales que por tradición han sido explotados de manera
sostenida, sin considerar el principio básico de la reposición.

Los desafíos descritos hacen necesario que exista una participación social más orientada y
organizada, una sociedad civil y una tecnocracia mejor informada, un sector privado con
conocimiento y conciencia de la realidad socioambiental, un sector político orientado a la
búsqueda de los intereses nacionales y unas instituciones conscientes de su responsabilidad,
así como de su realidad y contexto, pero todos asumiendo una verdadera responsabilidad
con Guatemala.

El sector académico debe ser parte de este desafío. Su rol debe ser consistente con su
naturaleza institucional, es decir su condición académica, la cual debe ser aprovechada para
generar luces en una sociedad donde la polarización es recurrente, y ayudar a identificar
rutas de bienestar que favorezcan a la mayoría de la sociedad. El trabajo coordinado de la
academia en la búsqueda y consolidación de este rol resulta imperativo. Es en este contexto
donde se ha conceptualizado y se pretende poner en marcha el Observatorio Ambiental de
Guatemala.

LOS SOMBREROS VICTORIANOS Y EL NACIMIENTO DEL DERECHO


AMBIENTAL INTERNACIONAL
Aunque parezca mentira uno de los primeros acuerdos de contenido ambiental tiene que
ver con los sombreros adornados con múltiples plumas que impuso la reina Victoria. Es que
las cosas de la naturaleza están entrelazadas. También, las modas y costumbres de todas las
épocas. El novísimo principio de la interdependencia ambiental parece que era conocido en
otros tiempos. En especial por los agricultores y la gente de campo.

Como ejemplo de ello, rastreando los Orígenes del derecho ambiental, se ha encontrado
la demanda formulada, en 1868, al Ministerio de Relaciones Exteriores del Imperio Austro-
Húngaro por un grupo de agricultores preocupados por la depredación de las aves
insectívoras llevada a cabo por la industria del plumaje, muy desarrollada a raíz de la moda
victoriana que imponía plumas por doquier. Solicitaban al Emperador Francisco José la
suscripción de un tratado internacional para proteger a las aves beneficiosas de la
agricultura. Pocos años después, en 1872, el Consejo Federal Suizo planteó la creación de
una comisión internacional para la redacción de un acuerdo de protección de aves. Todas
estas inquietudes tuvieron favorable acogida en 1884 cuando se reúne la comunidad
ornitológica internacional en un congreso que se convoca en Viena. Con estos antecedentes
se prepararon las bases para que en 1902 se pudiera firmar en París, uno de los primeros
instrumentos internacionales referido a la conservación: el Acuerdo Internacional para la
Protección de las Aves Útiles para la Agricultura que establece normas de conservación de
fauna, prohibición de captura de determinadas especies, y obligaciones tendientes al
cuidado de nidos y huevos. Los móviles que llevaron a la firma de este convenio fueron
económicos. Pero, qué nacimiento especial! Entre participación ciudadana, sombreros,
plumas y damiselas para proteger recursos naturales renovables que ya estaban en peligro
de extinción.

En años posteriores, se firman los primeros instrumentos bilaterales y regionales. Los


temas iniciales estaban relacionados con la salud humana, la utilización de sustancias
contaminantes en las guerras; las condiciones ambientales de los trabajadores; la
navegación y explotación de algunos ríos, y la creación de parques y áreas de reserva de
flora y fauna. El desarrollo de esta materia en lo que va del siglo ha impulsado la firma de
más de 4000 acuerdos bilaterales y numerosos y variados acuerdos y tratados de alcance
universal. El análisis de estos documentos nos muestra un proceso caracterizado por
permanentes cambios y evoluciones en la concepción de la relación sociedad-naturaleza.

Tal ha sido la transformación del derecho internacional en esta materia que hoy resulta
imposible enumerar y explicar el contenido y trascendencia de los acuerdos y convenciones
que integran el derecho ambiental internacional actual. Con el doble objeto de explicar la
construcción de este derecho y de esbozar un panorama de los instrumentos multilaterales
más importantes, desde una óptica estrictamente didáctica, se dividirán en varios períodos,
para incluir en cada uno de ellos los documentos más representativos de cada época

http://www.funsepa.net/guatemala/docs/mda.pdf
https://derechoambientalcuvate.blogspot.com/2012/01/conferencia-de-estocolmo-1972-
y.html

https://ambientalguatemala.blogspot.com/2012/05/antecedentes-historicos-del-derecho.html

https://derechoambientalumglester2012.blogspot.com/2012/11/antecedentes-historicos-del-
derecho_4.html

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