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A.- MARCO DE REFERENCIA Y CONTEXTO.

1.- Marco histórico Eclesial de la Diócesis de La Ceiba

Apuntes Históricos de la Costa Norte

La Costa Norte tuvo su población y asentamientos alrededores en lo que hoy es Trujillo. El


14 de agosto de 1502, la tierra de Honduras tuvo el privilegio de ser la primera en su seno
de contar con la Cruz y la Eucaristía. Fray Alejandro celebró la primera misa en tierra firme
en Punta Caxinas.

La colonización española se introdujo en distintos territorios, Honduras no fue la


excepción. Dentro de este sistema, la obra religiosa también fue introducida en los
territorios. Cuando Hernán Cortes vino a “Hibueras” en 1525 vinieron unos frailes
Mercedarios y Franciscanos… En 1545, Mons. Cristóbal Pedraza (1539-1553) toma
posesión, siendo el primer obispo residencial de Trujillo, única diócesis de lo que sería el
territorio Honduras. En 1561 Fray Jerónimo Corrella traslada la sede a Comayagua y
comienza la organización eclesial del territorio hasta entonces comprendido.

En los dos siglos siguientes se fomentó en el territorio el cuidado de la evangelización y las


misiones. Surgen Cofradías y se trata de establecer y formar sacerdotes nativos en
Comayagua.

Después de 1821, en el campo eclesial queda Honduras con sede vacante alrededor de 25
años.

Misionero P. Manuel de Jesús Subirana (1860)

El santo Misionero llega a Honduras en 1856, se establece en Yoro y se dedica a recorrer


aldeas y pueblos de la Costa Norte. Administra sacramentos y promueve humana y
cristianamente a los indígenas. La Costa Norte está cubierta de pantanos, ocupada por los
ingleses. Habitan negros caribes (Garífunas e ingleses) a lo largo de la costa; también hay
indígenas de las tribus Icaques, Payas y Misquitos. La Costa Norte se mantenía separada
del resto del país por la Cordillera Nombre de Dios, sin contar vías de comunicación y lo
accidentado de su geografía.

1
Primer Sínodo diocesano en Honduras

En 1887 es elegido como Obispo de Honduras a Mons. Manuel Francisco Vélez (1887-
1901) la iglesia se encuentra en un momento duro y de decadencia que resulta difícil
recuperar el tiempo perdido. Pero Mons. Vélez no se desanima y se lanza a una ardua
tarea; comienza su misión episcopal convocando un Sínodo Diocesano “para reflexionar
sobre las nuevas realidades religiosas y políticas, mejorar la disciplina eclesiástica y las
costumbres cristianas…”

El 15 de agosto 1890 se abrió el Sínodo, puesto bajo la protección de la Virgen María.


Duró poco tiempo. Marcó sabias reformas disciplinarias y se organiza la macro diócesis en
cinco secciones, siguiendo la posición geográfica del territorio.

Sigue la urgencia y que será un constante en la Costa Norte, Mons. Martínez Obispo de
Comayagua, manifiesta la necesidad imperiosa que tiene Honduras de sacerdotes. Ya para
1904 hay un clamor: “necesitamos de misioneros he dicho y repetido yo hace mucho
tiempo. Sin ese poderoso auxilio no podemos adelantar…”

Departamento de Atlántida

Desde 1872 se inicia la formación de algunos centros de población. Por su referencia e


importancia nos referimos a la conformación de La Ceiba, Tela, Islas de la Bahía y algunos
otros lugares.

En la Ceiba, su entorno se forma de la población afrocaribeña (Garífunas) y la llegada de


inmigración del interior, sobre todo de personas provenientes de Olancho (1820) que
formaron una aldea. Se dedican a la agricultura. Se inicia siendo un pequeño caserío, sin
importancia social alguna, pero su evolución resulta tan rápida y adquiere importancia
sobre otras aldeas del entorno. El 23 de agosto de 1877 es declarada Municipio y pronto
van estableciéndose grupos de comerciantes. Para 1902, un 24 de febrero es declarada
cabecera departamental.

En el aspecto religioso, la llegada de trabajadores en la agricultura y los inicios de los


cultivos de banano permitió manifestar las expresiones de fe que traían a este nuevo sitio.
Desde sus orígenes encontramos algunos datos de sus primeros pasos en el caminar de fe.

El 24 de septiembre de 1903 se erige canónicamente la nueva parroquia en La Ceiba y es


dedicada a la Inmaculada Virgen de Concepción. El primer párroco es el hondureño P.
Antonio Núñez y su toma de posesión la hizo el 23 de octubre de 1903. Se realizó la visita
de Mons. Martínez y Cabañas a la nueva parroquia en Junio de 1904.

2
La evangelización de los misioneros

En Honduras como en el resto de América, se inicia una etapa de nacimiento misionero. Se


abre a grandes esfuerzos apostólicos y misioneros. Es ahí donde muchas congregaciones
religiosas vuelven a tomar vitalidad y refuerzan la misión en la Iglesia en América y el
mundo.

En 1908 la Santa Sede nombra a un Delegado Apostólico para Centroamérica, a Mons.


Juan Cagliero para conocer la realidad religiosa y eclesial.

Misioneros Vicentinos

La llegada de los misioneros Vicentinos (Congregación de la Misión).


Designan como párroco de la Ceiba, que comprendía todo el departamento de Atlántida,
al P. Antonio Casulleras. Está casi todo por hacer. Toma posesión el 12 de octubre de
1912. Él encuentra una frialdad espiritual y trata de organizar eclesialmente.

En junio de 1914 llega a suplir en la misión el P. Antonio Soler. Al nuevo párroco: “con
mucha frecuencia visito los pueblos para sembrar algo de la semilla evangélica que tanta
falta hace. He recorrido ya casi todos los pueblos, casi ninguna tiene iglesia…” En el año
1915 hay desatención y se agrava con la expulsión de los misioneros de la Costa Norte
por orden gubernamental.

En 1920 regresan los Padres Paúles, reanudan la labor pastoral pero tienen que replegar
su celo ante la gran indiferencia y recelo de la gente. En 1922 se organiza la misión, se
visitan las comunidades de Tela, en los campos bananeros. Se promueve el catecismo a los
niños, se prepara a la gente a la comunión. El 30 de agosto de 1924 fue consagrado como
Vicario Apostólico de san Pedro Sula el P. Juan Sastre CM. Ese mismo año en Honduras
vive una guerra civil y dos misioneros inician una misión popular.

En 1930 resurge la idea de construir una iglesia más grande. “La actual iglesia de la Ceiba
no reúne las condiciones necesarias para el progreso religioso… hemos decidido realizar un
gran esfuerzo… compramos ya un solar céntrico para construir lo más pronto posible, un
grandioso templo…”

En 1944 llega el P. José García Villas, es nombrado párroco y toma posesión el 23 de julio;
el territorio parroquial se extiende por todo Atlántida y con su llegada vive otro periodo
de su historia. Ya para 1945 se vuelve a retomar la construcción de un nuevo templo. No
faltó más. La idea fue sembrada en fértil terreno y germina con rapidez por la ayuda de la
“Estándar F. Co” después de diálogo y paciencia.

3
En 1949 se realiza La santa Misión, que la predicaron los Padres Redentoristas. “Desde
entonces la vida religiosa se mostró pujante con gran fuerza. Fue increíble el interés que
despertó entre la población.

Se hizo presente en el recuerdo del pueblo. La ocasión de la Santa Misión del 1949 era el
momento para aprovechar, “Le solicitaron al P. José García Villas un acto especial… en
donde el pueblo le pediría perdón a Dios, por la vida libertina, licenciosa y depravada del
pasado, que obligó al Misionero a maldecir la ciudad…” El 15 de septiembre de 1949 se
convocó a una reunión extraordinaria, donde dio a conocer que se aprobaba la
construcción de la llamada “CRUZ DEL PERDON” en la Ave. San Isidro.

El 24 de abril de 1950 aparece el decreto de nombramiento de Mons. Antonio Capdevila


como obispo del Vicariato Apostólico.

El domingo 24 de junio de 1952, con asistencia de misioneros, autoridades civiles y


militares, representantes de la “Standard”, Mons. Antonio Capdevila vicariato Apostólico,
secretario de la Nunciatura, se bendijo la nueva iglesia parroquial. En 1957 el P. José
García es trasladado a Villanueva, Cortés, pero el 5 de abril de 1959 regresa a La Ceiba
como párroco.

El 28 de enero de 1959, llegan la Hermanas de la Merced y fundan la Escuela de


Enfermería, más un Colegio de Señoritas, la Academia “María Regina” y otras
instituciones. 1963 surge la idea de fundar una radio para llevar el mensaje religioso; nace
“Radio San Isidro”.

El territorio correspondiente al Vicariato Apostólico, en 1963 se erige como la nueva


diócesis de San Pedro Sula y se nombra como primer obispo a P. José García Villas quien
estaba como párroco en La Ceiba. El 15 de marzo de 1966, se nombra a Mons. Jaime
Brufau como obispo de la diócesis que dará mayor atención a los territorios
comprendidos en Atlántida; su labor consistió en conocer toda la diócesis para conocer la
vida pastoral y misionera de las parroquias.

Valorar la presencia de los movimientos que se integran a la vida de la Iglesia en estos


años, tales como Cursillos de Cristiandad, Movimiento Familiar Cristiano, Renovación
Carismática y otros que vienen a fortalecer la vida de las comunidades de Atlántida.

4
Misioneros Claretianos

En 1967, procedentes de Tegucigalpa, llegan el 12 de diciembre los primeros misioneros


Claretianos, ellos invitados por Mons. Jaime Brufau aceptan conocer y establecer la Misión
en Atlántida de la cual les hizo entrega de la parroquia de La Ceiba. Luego de incorporados
a la misión de Honduras pone en marcha la pastoral de los territorios recién
encomendados.

En marzo de 1968 Mons. Jaime Brufau nombra de párroco al P. Cruz Ripa de la parroquia
san Isidro.

El 15 de diciembre de 1968 llega a incorporarse a la misión de La Ceiba, el P. Porfirio Ruiz.


Atiende la pastoral rural, la pastoral urbana en la ciudad. Atiende al Colegio San Isidro en
la parte académica y el Centro Claret. El 6 de octubre de 1971 llega el P. Lamberto Picado
y se incorpora a la comunidad de La Ceiba. Realiza algunas obras de atención a la
comunidad en el campo social y atiende pastoralmente las Islas de la Bahía.

El 15 de marzo de 1973 Mons. Jaime Brufau erige la Vicaría de La Masica, aunque


jurídicamente será subsidiaria de la Parroquia de La Ceiba. Ese mismo año llega a la
Misión Martiniano Lombraña. Es asignado a la Vicaría junto con el P. Julio Vivas. Se
dedican a la formación de los Delegados de la Palabra y a los Catequistas y también en la
evangelización de las comunidades rurales.

Los misioneros claretianos dividieron el territorio en dos grandes sectores: el sector de


Tela, que atendía hasta parte del municipio de Esparta, mientras que el sector de la Ceiba,
comprendía el cuidado de los pueblos y aldeas de Jutiapa, el Porvenir, San Francisco, La
Masica y parte de Esparta. La labor pastoral y misionera se va realizando poco a poco con
la llegada de claretianos… y a distintos lugares desde la misma comunidad de Tela, Islas de
la Bahía y sectores de la Ceiba. En 1991 se realiza LA MISIÓN en toda la diócesis, que
comprendía por tal razón el sector de Atlántida. Lleva a cabo esta labor misionera de
evangelización en la mayoría de las aldeas.

El 3 de febrero 1995 es consagrado obispo Mons. Ángel Garachana, de la Congregación


de los Misioneros Claretianos. Viene a darle un mayor impulso en la organización y vida
pastoral a través de las visitas a las parroquias de la zona de Atlántida. En 1997 llegan a la
Ceiba sacerdotes diocesanos enviados por Mons. Ángel Garachana: el P. Francisco
Sánchez y el P. Jesús Calderón, con el deseo de formar una nueva parroquia donde se
facilite la labor pastoral de las comunidades y la atención evangelizadora de ellas.

Comunidad de San Viator: El 11 de enero de 1998 llegan a Jutiapa tres miembros de la


comunidad San Viator, para iniciar su misión en las comunidades comprendidas en el
Municipio de Jutiapa. Sus primeros misioneros presentes en la labor pastoral: el P. José
Ramón Zudaire, quien será el primer párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Tránsito;
y junto a él llegan el P. Víctor Cámara y Hermano Arturo Lobo.

5
El 17 de mayo de 1998, Mons. Ángel Garachana erige la parroquia La Natividad,
nombrando como párroco al P. Francisco Sánchez, sacerdote diocesano.

En el año 2006 se realiza la SANTA MISIÓN en la diócesis, que viene a fortalecer y a crear
nuevas comunidades y experiencias evangelizadoras en todo el territorio de Atlántida e
Islas de la Bahía.

En el 2009 se constituyeron varias parroquias en el departamento de Atlántida.

Se constituye la diócesis de La Ceiba

El 30 de diciembre 2011 se hace público por parte de la santa Sede y Mons. Ángel
Garachana, la creación de la Diócesis de La Ceiba, una noticia que alegra a todos los fieles
de esta tierra.

Se da a conocer el nombramiento de su primer obispo, Fray Miguel Lenihan OFM, de la


orden Franciscana y de origen irlandés. Desde sus primeros encuentros con el clero y los
fieles se mostró su cercanía para con todos.

El 11 de febrero del 2012 es consagrado como obispo diocesano por el Nuncio Apostólico,
Luigi Bianco, Mons. Oscar Andrés, Cardenal Rodríguez, y Mons. Ángel Garachana,
realizada la ceremonia de consagración en el Estadio Ceibeño, y al día siguiente toma
posesión en la Iglesia parroquial San Isidro, que se convierte en la Catedral de la Nueva
Diócesis.

En la misa Crismal del 2012 se anuncia la convocatoria a la realización de un Sínodo


Diocesano, en miras a dar continuidad a la vida eclesial de Iglesia que ya heredábamos de
la que se convierte en la Iglesia madre, la diócesis de San Pedro Sula.
Se inician todos los preparativos para la realización en el tiempo determinado; dando
inicio en la fiesta del Buen Pastor, el 17 de abril en el IV domingo de Pascua 2012.

Con el Sínodo Diocesano se ha puesto a la iglesia en movimiento o dinámica, desde las


vivencias de las distintas etapas que ha llevado el Sínodo, son frutos que hemos recibido,
los agentes de Pastoral han jugado un papel importante para mostrar y tomar conciencia
de la vida de la Iglesia que comienza.

A lo largo de este tiempo se ha enriquecido la misma vida de la iglesia. Nos organizamos


como presbiterio, las Comisiones diocesanas de pastoral, el Consejo pastoral diocesano;
en el fortalecimiento de los grupos y movimientos, se han erigido dos nuevas parroquias y
se ha acrecentado con nuevos misioneros al servicio de la evangelización en nuestras
comunidades.

6
Este 8 de junio de 2014 estamos dando por finalizado nuestro Sínodo Diocesano, en la
fiesta de Pentecostés. Que sea la gracia del Espíritu Santo la que ponga por obra lo que
hemos iniciando y lo lleve a un buen término esta su obra.

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2.- Realidad Geográfica y demográfica

La diócesis de La Ceiba comprende los departamentos de Atlántida e Islas de la Bahía. El


departamento de Atlántida limita al norte con el Mar Caribe, al sur con el departamento
de Yoro, (Diócesis de El Progreso) al este con el departamento de Colón (Diócesis de
Trujillo) y al oeste con el departamento de Cortés (Diócesis de San Pedro Sula). El
departamento fue creado oficialmente en 1902, desde territorios pertenecientes a Colón,
Cortés y Yoro. En 1910 la población del departamento era de 11.370 habitantes.

Atlántida presenta dos regiones fisiográficas diferenciadas, una llana y otra montañosa. La
primera se extiende a lo largo de la costa caribeña, formando amplias y atractivas playas y
tiene como accidente costero más notable la Bahía de Tela, cuyos extremos son Punta Sal
al oeste, e Izopo al este. La región montañosa comprende la Sierra Nombre de Dios y en
esta se alza el Pico Bonito, el punto más alto del departamento.

El clima es tropical lluvioso en la llanura costera. El sistema hidrológico está conformado


por los ríos Ulúa, Leán, Cangrejal, Danto, Cuero, Salado, Papaloteca y San Juan.

El departamento de las Islas de la Bahía está situado a unos 65 kms. de la costa norte de
Honduras, consiste en 3 islas mayores: Roatán, Guanaja y Utila, 3 islas menores:
Barbareta, Morat y Helena, y 65 cayos -entre ellos los cayos Cochinos que están entre las
islas mayores y la costa norte del país-. La cabecera departamental es Roatán.

Los ingleses se apoderaron de Roatán en 1643 y, excepto por el periodo de un mes en


1780 que los españoles tuvieron control de las Islas, estas estuvieron bajo dominio inglés
hasta 1859. En este año, y por presión de los Estados Unidos, Inglaterra reconoció la
integridad soberana de las Islas y sus cayos y las entregó al gobierno de Honduras que
hasta 1950 apenas prestó atención a este territorio.

Durante el dominio inglés las Islas de la Bahía fueron usadas para desterrar a todos los
individuos indeseables de otras islas caribeñas. Es así que aquí se encuentra una gran
diversidad étnica y hasta lingüística además de una arraigada presencia de la iglesia
episcopal.

1- Información General:

Extensión Municipios Aldeas Habitantes


Atlántida 4,404 Km2 8 229 498,551
Islas de la Bahía 236 Km2 4 223 49.158

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Vías de comunicación:
Atlántida: vías férreas, 2 puertos, 1 aeropuerto internacional.
Islas de la Bahía: 1 puerto, 2 embarcaderos, 1 aeropuerto internacional, 1
carretera pavimentada.

Demografía
Porcentaje de habitantes según edades

años Atlántida Islas de la Bahía


0-3 10 % 10 %
4-6 9% 7%
7-12 14% 14%
13-17 12% 10%
18-24 14% 12%
25-64 38% 44%
+ - 64 3% 3%

Municipio de Población Municipio Islas de Población


Atlántida la Bahía
1 Arizona 19,660 Guanaja 8,300
2 El Porvenir 14,437 J. Santos 17,950
Guardiola
3 Esparta 15,486 Roatán 41,220
4 Jutiapa 27,472 Útila 4030
5 La Ceiba 187,590
6 La Masica 22,682
7 San Francisco 10,683
8 Tela 87,031

2- Realidad económica.

Base de la economía:
El turismo adquiere cada vez más fuerza económica en ambos departamentos,
siendo la base fundamental en las Islas, en la ciudad de Tela y en La Ceiba. En esta
última, es fuerte la actividad comercial y de servicios a la zona. La producción
ganadera y agraria es muy importante especialmente en grandes extensiones
dedicadas al cultivo de palma africana y piña. Los núcleos rurales tienen una
economía muy deficiente con situaciones de pobreza extrema en los más alejados

9
de las zonas urbanas. De ahí una fuerte emigración interna y hacia los Estados
Unidos (ilegales). En toda la costa hay presencia de narcotráfico con su aportación
de dinero y violencia.

En las Islas es importante la actividad pesquera y el cultivo y exportación de


camarón

3- Realidad social

Por los datos estadísticos de población se puede observar que en el conjunto de


Honduras, la población es muy joven.

En línea con los otros departamentos la población escolarizada muestra carencias


fuertes en educación pre-escolar y se da un muy alto porcentaje de alumnos que
no continúan en la enseñanza media.
El número de alumnos matriculados en 2014 según datos de la Secretaria de
Educación (mayo 2014) es el siguiente:

Pre-básica Básica Media


Atlántida 10,883 69,068 34,288
Islas de la Bahía 1,929 10,754 4,215

Pobreza

Del Instituto Nacional de Estadística (http://www.ine.gob.hn/drupal/) resulta


interesante el comparar los datos de la encuesta en los hogares sobre Necesidades
Básicas Insatisfechas (NBI)

A modo de ejemplo: el promedio nacional de hogares con necesidades básicas


insatisfechas (agua, saneamiento, educación, capacidad de subsistencia,
hacinamiento, estado de la vivienda) es de 55,4%. En Atlántida es de 44,7% y en
las Islas 36%. Si nos fijamos en los hogares que tienen tres o más de esas
necesidades insatisfechas encontramos una media nacional de 11,7 % frente al
8,4% de Atlántida o el 3,1% de las Islas. Las desigualdades también aparecen entre
los municipios: La Masica presenta un 16,7% y San Francisco un 12,1%, de
hogares con más de tres necesidades insatisfechas mientras que en el municipio
de Tela el porcentaje desciende a 4,5 %. En conjunto, sin embargo, las condiciones
de vida en ambos departamentos son ligeramente mejores a la media nacional y
algo inferiores al departamento de Cortés.

10
Violencia

En el año 2012 la tasa de homicidios a nivel nacional fue 85.5 y el departamento de


Atlántida cerró con una tasa de 129.4 por cada 100,000 habitantes (pccmh). Los 8
municipios del departamento superan la tasa nacional y 3 de ellos sobrepasaron la
tasa departamental; San Francisco con una tasa de 207.9 (pccmh), La Ceiba 157.3
(pccmh) y Esparta con 139.6 (pccmh). Los municipios que se encuentran bajo la
tasa departamental, pero arriba de la tasa nacional son; Jutiapa con una tasa de
107.4 (pccmh), La Masica 97.3 (pccmh), Arizona 94.4 (pccmh), Tela 93.5 (pccmh) y
El Porvenir 89.5 (pccmh).

Durante el año 2012, el Municipio de La Ceiba, es la segunda cabecera


departamental en relación a tasa y se encuentra en el quinceavo lugar a nivel
nacional con una tasa de 157.3 homicidios pccmh, en comparación con el año 2011
muestra una reducción en la tasa de 24.2 puntos.
(El Observatorio de la Violencia Boletín la Ceiba)

4- Realidad eclesial

Comisiones Diocesanas:
1. Clero
2. Religiosas
3. Laicos en movimientos
4. Pastoral familiar
5. Catequesis
6. Pastoral Juvenil
7. Delegados de la Palabra
8. Medios de Comunicación Social
9. Comisión de Misiones OMP
10. Pastoral Vocacional
11. Liturgia y pastoral sacramental
12. Pastoral de la Salud
13. Pastoral penitenciaria
14. Pastoral Educativa
15. Etnias
16. Migración
17. Pastoral Social / Caritas

11
Parroquias:
1. Parroquia: San Isidro, La Ceiba
2. Parroquia: La Natividad del Señor, La Ceiba
3. Parroquia: San Antonio María Claret, La Ceiba
4. Parroquia: San Antonio de Padua, Tela
5. Parroquia Santa Rosa del Norte- Mezapa
6. Parroquia: Nuestra Señora del Pilar, Arizona
7. Parroquia: Asunción de la Virgen María, Esparta
8. Parroquia: San Juan Bautista, San Juan Pueblo/ La Masica
9. Parroquia: Santa Rosa de Lima, La Masica
10. Parroquia: Nuestra Señora del Tránsito, Jutiapa
11. Parroquia: Corazón de María, Islas de la Bahía
12. Parroquia: San José, El Porvenir
13. Parroquia: Inmaculado Corazón de María, La Ceiba

Sacerdotes
TOTAL 26
DIOCESANOS 7
FIDEI DONUM 1
RELIGIOSOS Y VIDA APOSTOLICA 18
DIACONOS 2

Congregaciones religiosas
 Misioneros Claretianos
 Clérigos de San Viator
 Fraternidad Misionera de María

COMUNIDADES RELIGIOSAS FEMENINAS

Total de Religiosas: 37
1- Misioneras Cordimarianas
2- Hermanas de la Misericordia
3- Hijas de La Caridad de San Vicente de Paúl
4- Mensajeras de la Inmaculada
5- Hermanas de MARILAM
6- Hermanas Franciscanas de la Asunción
7- Hermanas Franciscanas Cooperadoras
8- Hermanas Franciscanas Inmaculada Concepción
9- Hermanas Dominicas. Misioneras de San Sixto
10- Hermanas de la Caridad de Santa Ana

12
SEMINARISTAS
Total: 10
Introductorio: 4
Filosofía: 3
Teología: 3

Seminaristas en experiencia pastoral 2

Instituciones educativas de la Iglesia


 Universidad Católica “Nuestra Señora Reina de la Paz” (Campus de La Ceiba.)
 Instituto de Bachillerato “María Regina” (La Ceiba).
 Escuela e Instituto “La Milagrosa” (Tela)
 Kinder y Escuela “San Isidro” (La Ceiba).
 Kinder “Dominicas” (Tela)
 Internado para jóvenes del área rural (Tela)
 Obras Sociales y Educativas “San Viator” (Jutiapa)
 Centro de Formación para la Mujer “Santa Inés” (La Ceiba)
 Centros “Maestro en Casa”
 Cuatro Centros de Capacitación / Casas de convivencias: Jutiapa, Arizona, La Ceiba
y San Juan Pueblo

Instituciones sociales
 Centro de Formación en medicina natural integral “Siloé”: Agua Dulce, Jutiapa
 Botiquines rurales
 Centro de Promoción Social (Serso Honduras): Jutiapa
 Proyectos Justicia, Paz e Integridad de la Creación: Arizona
 Proyecto de Atención Médica: San Isidro, La Ceiba

Medios de comunicación social


Cuatro emisoras de radio: Radio San Isidro de La Ceiba, Radio Belén de la Ceiba,
Radio Viator en Jutiapa, Radio Subirana en Tela.

5- Realidad económica diocesana

Las fuentes de ingresos de la diócesis son, por una parte, las aportaciones de los
fieles en cada parroquia que sirven para sufragar los gastos de los presbíteros-
vivienda, manutención, etc. ,-un tercio de los de las religiosas y los gastos de
actividades pastorales. Las parroquias deben destinar el 10% de sus ingresos
ordinarios al fondo diocesano.

13
B.- VER Y JUZGAR DE CADA DIMENSIÓN

1.- DIMENSIÓN DISCIPULAR

1.1.- DIMENSION DISCIPULAR. VER.

Como Diócesis de La Ceiba, percibimos una mezcla entre la fe originaria de los


pueblos indígenas y garífunas, y la fe cristiana heredada de occidente. Con este
sincretismo religioso, muchos hermanos y hermanas alimentan imágenes falsas de Dios,
que en ocasiones son contrarias a las ofrecidas en la Sagrada Escritura y en la tradición de
la Iglesia. Es evidente que el fenómeno de la secularización nos está afectando cada vez
más. Pareciera que Dios ya no es lo más importante en la escala de valores de muchas
personas, especialmente en la población joven. El Documento de Aparecida # 44 afirma
que “quien excluye a Dios de su horizonte, falsifica el concepto de la realidad y solo
puede terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas”.

La experiencia religiosa es hoy una oferta más en el gran mercado global. Resulta bastante
normal encontrar varias denominaciones religiosas en un mismo barrio o aldea, todas con
la misma pretensión de solucionar los problemas de sus habitantes. Sin embargo, gran
parte de la humanidad actual sigue sin encontrar el verdadero sentido de su vida.

La valorización a la sagrada Escritura es progresiva- cada vez es más utilizada en las


Celebraciones de la Palabra, en la catequesis y en las Comunidades Eclesiales de Base, en
la oración personal y familiar. Percibimos, además, que hay pocos espacios de formación
sistemática e integral que respondan a las inquietudes de fe y compromiso cristiano de los
laicos y laicas de nuestra Diócesis.

1.2.- DIMENSIÓN DISCIPULAR. JUZGAR.

“La admiración por la persona de Jesús, su llamada y su mirada de amor buscan suscitar
una respuesta consciente y libre desde lo más íntimo del corazón del discípulo, una
adhesión de toda su persona al saber que Cristo lo llama por su nombre (cf. Jn 10, 3). Es
un “sí” que compromete radicalmente la libertad del discípulo a entregarse a Jesucristo,
Camino, Verdad y Vida (cf. Jn 14, 6).” (DA 146). “El llamamiento que hace Jesús, el
Maestro, conlleva una gran novedad. En la antigüedad, los maestros invitaban a sus
discípulos a vincularse con algo trascendente, y los maestros de la Ley les proponían la
adhesión a la Ley de Moisés. Jesús invita a encontrarnos con Él y a que nos vinculemos

14
estrechamente a Él, porque es la fuente de la vida (cf. Jn 15, 5-15) y sólo Él tiene palabras
de vida eterna (cf. Jn 6, 68). (DA 131).

“Los desafíos que plantea la situación de la sociedad en América Latina y El Caribe


requieren una identidad católica más personal y fundamentada. El fortalecimiento de
esta identidad pasa por una catequesis adecuada que promueva una adhesión personal y
comunitaria a Cristo, sobre todo en los más débiles en la fe”. (DA 297). “Esto constituye
todo un desafío que cuestiona a fondo la manera como estamos educando en la fe y
como estamos alimentando la vivencia cristiana; un desafío que debemos afrontar con
decisión, con valentía y creatividad, ya que en muchas partes la iniciación cristiana ha sido
pobre o fragmentada... Se impone la tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad
operativa de iniciación cristiana que además de marcar el qué, dé también elementos
para el quién, el cómo y el dónde se realiza. Así asumiremos el desafío de una nueva
evangelización, a la que hemos sido reiteradamente convocados.” (DA 287).

“Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar


ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de
dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso... Al que arriesga, el Señor no
lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya
esperaba su llegada con los brazos abiertos... Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca
de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia…”(EG, 3).
“Sólo gracias a ese encuentro –o reencuentro– con el amor de Dios, que se convierte en
feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de la autorreferencialidad.
Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que humanos, cuando le
permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser
más verdadero. Allí está el manantial de la acción evangelizadora. Porque, si alguien ha
acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo
de comunicarlo a otros?” (EG, 8)

“Encontramos a Jesús en la Sagrada Escritura, leída en la Iglesia. La Sagrada Escritura,


“Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu Santo”, es, con la Tradición, fuente de
vida para la Iglesia y alma de su acción evangelizadora. Desconocer la Escritura es
desconocer a Jesucristo y renunciar a anunciarlo. De aquí la invitación de Benedicto XVI:

Al iniciar la nueva etapa que la Iglesia misionera de América Latina y El Caribe se dispone
a emprender, a partir de esta V Conferencia General en Aparecida, es condición
indispensable el conocimiento profundo y vivencial de la Palabra de Dios. Por esto, hay
que educar al pueblo en la lectura y la meditación de la Palabra: que ella se convierta en
su alimento para que, por propia experiencia, vea que las palabras de Jesús son espíritu y
vida (cf. Jn 6,63). De lo contrario, ¿cómo van a anunciar un mensaje cuyo contenido y
espíritu no conocen a fondo? Hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y
toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios” (DA 247)

15
“La vocación y el compromiso de ser hoy discípulos y misioneros de Jesucristo en América
Latina y El Caribe, requieren una clara y decidida opción por la formación de los
miembros de nuestras comunidades, en bien de todos los bautizados, cualquiera sea la
función que desarrollen en la Iglesia. Miramos a Jesús, el Maestro que formó
personalmente a sus apóstoles y discípulos… Su estilo se vuelve emblemático para los
formadores y cobra especial relevancia cuando pensamos en la paciente tarea formativa
que la Iglesia debe emprender, en el nuevo contexto sociocultural de América Latina.”
(DA 276)

“El seguimiento es fruto de una fascinación que responde al deseo de realización humana,
al deseo de vida plena. El discípulo es alguien apasionado por Cristo, a quien reconoce
como el maestro que lo conduce y acompaña.” (DA 277)

“La catequesis no debe ser sólo ocasional, reducida a los momentos previos a los
sacramentos o a la iniciación cristiana, sino más bien “un itinerario catequético
permanente”. (DA 298). “La catequesis no puede limitarse a una formación meramente
doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. (DA 299). “La
parroquia ha de ser el lugar donde se asegure la iniciación cristiana” (DA 293)

“Si queremos que las Parroquias sean centros de irradiación misionera en sus propios
territorios, deben ser también lugares de formación permanente. Esto requiere que se
organicen en ellas variadas instancias formativas que aseguren el acompañamiento y la
maduración de todos los agentes pastorales y de los laicos insertos en el mundo...” (DA
306)

16
2.- DIMENSION COMUNITARIA.

2.1.- DIMENSION COMUNITARIA. VER.

Como Diócesis, hemos heredado una estructura de organización que nos permite una
adecuada articulación y coordinación pastoral comunitaria, con algunos desafíos que no
podemos obviar. El Documento de Aparecida nº 192 nos dice que “Una mirada a nuestro
momento actual nos muestra situaciones que afectan y desafían la vida y el ministerio de
nuestros presbíteros. Entre otras, la identidad teológica del ministerio presbítero, su
inserción en la cultura actual y situaciones que inciden en su existencia”.

Hay una valoración positiva de las Comunidades Eclesiales de Base, como experiencias
cercanas a la vida en fraternidad, en corresponsabilidad y en solidaridad como elementos
favorables a la vida en comunidad. Percibimos cierto malestar de algunos líderes,
incluyendo presbíteros, y de algunas pastorales concretas con relación a las Comunidades
Eclesiales de Base. Usualmente estos malestares están basados en las falta de
clarificación, de acompañamiento y de comprensión de la identidad de las Comunidades
Eclesiales de Base. A tal punto que, no todas las parroquias de la Diócesis han asumido e
impulsado el modelo de parroquia “Comunidad de comunidades”.

En este modelo de Iglesia comunidad nos encontramos con algunas dificultades


estructurales para atender adecuadamente a la feligresía. Tales como, parroquias
demasiado extensas en territorio y en población; parroquias en áreas de extrema pobreza,
que hace a los pastores tener que dedicarse a otras tareas para la subsistencia;
parroquias situadas en sectores de violencia e inseguridad y en algunas ocasiones nos
vemos afectados por la mala distribución del personal calificado.

2.2.- DIMENSION COMUNITARIA. JUZGAR.

“…Además, es necesario que reconozcamos que, si parte de nuestro pueblo bautizado no


experimenta su pertenencia a la Iglesia, se debe también a la existencia de unas
estructuras y a un clima poco acogedores en algunas de nuestras parroquias y
comunidades, o a una actitud burocrática para dar respuesta a los problemas, simples o
complejos, de la vida de nuestros pueblos. En muchas partes hay un predominio de lo
administrativo sobre lo pastoral, así como una sacramentalización sin otras formas de
evangelización. (EG, 63)

17
“…A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un
testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos
puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo
os acompañáis: «En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis
unos a otros» (Jn 13,35)... ¡Atención a la tentación de la envidia!...”(EG, 99). “… me duele
tanto comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, y aun entre personas
consagradas, consentimos diversas formas de odio, divisiones, calumnias, difamaciones,
venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa, y hasta
persecuciones que parecen una implacable caza de brujas. ¿A quién vamos a evangelizar
con esos comportamientos?”. (EG, 100)

“La vocación al discipulado misionero es convocación a la comunión en su Iglesia. No


hay discipulado sin comunión. Ante la tentación, muy presente en la cultura actual, de ser
cristianos sin Iglesia y las nuevas búsquedas espirituales individualistas, afirmamos que la
fe en Jesucristo nos llegó a través de la comunidad eclesial y ella “nos da una familia, la
familia universal de Dios en la Iglesia Católica. La fe nos libera del aislamiento del yo,
porque nos lleva a la comunión”. (DA 156)

“Dios quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente, sin conexión alguna de
unos con otros, sino constituyendo un pueblo”. (L.G. 9). Este nuevo Pueblo de Dios está
vivificado y guiado por el Espíritu Santo, que crea entre sus miembros y con la Trinidad
una profunda comunión. La comunión de los fieles y de las Iglesias Particulares en el
Pueblo de Dios se sustenta en la comunión con la Trinidad. (DA 155). Es muy hermoso lo
que nos dice el Concilio en L.G. 9: “el pueblo mesiánico tiene por cabeza a Cristo; por
condición, la dignidad y la libertad de los hijos de Dios; por ley, el nuevo precepto del amor
como Cristo nos ha amado, y como meta, el Reino de Dios”.

“Una parroquia renovada multiplica las personas que prestan servicios y acrecienta los
ministerios... La integración de todos ellos en la unidad de un único proyecto
evangelizador es esencial para asegurar una comunión misionera.” (DA 202). “El Concilio
Vaticano II establece el sacerdocio ministerial al servicio del sacerdocio común de los
fieles, y cada uno, aunque de manera cualitativamente distinta, participa del único
sacerdocio de Cristo” (DA 193). “Los laicos también están llamados a participar en la
acción pastoral de la Iglesia, primero con el testimonio de su vida y, en segundo lugar, con
acciones en el campo de la evangelización, la vida litúrgica y otras formas de apostolado,
según las necesidades locales bajo la guía de sus pastores…A los catequistas, delegados
de la Palabra y animadores de comunidades, que cumplen una magnífica labor dentro de
la Iglesia, les reconocemos y animamos a continuar el compromiso que adquirieron en el
bautismo y en la confirmación.” (DA 211)

“Los mejores esfuerzos de las parroquias en este inicio del tercer milenio deben estar en
la convocatoria y en la formación de laicos misioneros. Solamente a través de la
multiplicación de ellos podremos llegar a responder a las exigencias misioneras del
momento actual”. (DA 174). “Para cumplir su misión con responsabilidad personal, los

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laicos necesitan una sólida formación doctrinal, humana, pastoral, espiritual y un
adecuado acompañamiento para dar testimonio de Cristo y de los valores del Reino en el
ámbito de la vida social, económica, política y cultural.” (DA 212)

“Las Comunidades Eclesiales de Base han sido escuelas que han ayudado a formar
cristianos comprometidos con su fe, discípulos y misioneros del Señor, como testimonia la
entrega generosa, hasta derramar su sangre, de tantos miembros suyos. Ellas recogen la
experiencia de las primeras comunidades, como están descritas en los Hechos de los
Apóstoles (cf. Hch 2, 42-47). Medellín reconoció en ellas una célula inicial de
estructuración eclesial y foco de fe y evangelización. Puebla constató que las
comunidades eclesiales de base, permitieron al pueblo acceder a un conocimiento mayor
de la Palabra de Dios, al compromiso social en nombre del Evangelio, al surgimiento de
nuevos servicios laicales y a la educación de la fe de los adultos” (cf. DA 178). “Las
comunidades eclesiales de base, en el seguimiento misionero de Jesús, tienen la Palabra
de Dios como fuente de su espiritualidad y la orientación de sus Pastores como guía que
asegura la comunión eclesial. Despliegan su compromiso evangelizador y misionero entre
los más sencillos y alejados, y son expresión visible de la opción preferencial por los
pobres. Son fuente y semilla de variados servicios y ministerios a favor de la vida en la
sociedad y en la Iglesia. Manteniéndose en comunión con su obispo e insertándose al
proyecto de pastoral diocesana, las CEBs se convierten en un signo de vitalidad en la
Iglesia particular. Actuando así, juntamente con los grupos parroquiales, asociaciones y
movimientos eclesiales, pueden contribuir a revitalizar las parroquias haciendo de las
mismas una comunidad de comunidades.” (DA 179)

“El proyecto pastoral de la Diócesis, camino de pastoral orgánica, debe ser una
respuesta consciente y eficaz para atender las exigencias del mundo de hoy, con
indicaciones programáticas concretas, objetivos y métodos de trabajo, de formación y
valorización de los agentes y la búsqueda de los medios necesarios, que permiten que el
anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las comunidades e incida profundamente
mediante el testimonio de los valores evangélicos en la sociedad y en la cultura. Los laicos
deben participar del discernimiento, la toma de decisiones, la planificación y la ejecución.
Este proyecto diocesano exige un seguimiento constante por parte del obispo, los
sacerdotes y los agentes pastorales, con una actitud flexible que les permita mantenerse
atentos a los reclamos de la realidad siempre cambiante.” (DA 371)

“Una parroquia, comunidad de discípulos misioneros, requiere organismos que superen


cualquier clase de burocracia. Los Consejos Pastorales Parroquiales tendrán que estar
formados por discípulos misioneros constantemente preocupados por llegar a todos. El
Consejo de Asuntos Económicos, junto a toda la comunidad parroquial, trabajará para
obtener los recursos necesarios, de manera que la misión avance y se haga realidad en
todos los ambientes. Estos y todos los organismos han de estar animados por una
espiritualidad de comunión misionera: Sin este camino espiritual de poco servirían los
instrumentos externos de la comunión. Se convertirían en medios sin alma, máscaras de
comunión más que sus modos de expresión y crecimiento.” (DA 203).

19
3.- DIMENSION PASCUAL.

3.1.- DIMENSION PASCUAL. VER.

En nuestras comunidades poco a poco se observa una mayor atención y cuidado hacia la
liturgia. Pero realmente nos está costando salir de la superficialidad, de lo rutinario, de las
rúbricas que llevan a un ritualismo mecánico que nos aleja de una verdadera experiencia
de encuentro con Dios. Nos hace falta crear los ambientes celebrativos adecuados para
gustar y sentir a profundidad la liturgia liberadora, una liturgia encarnada, que responde a
la realidad sufrida del pueblo de Dios. Nos han faltado esfuerzos por una verdadera
inculturación de la liturgia. No hemos aprovechado todas las oportunidades y espacios
que nos ofrece la liturgia para ser más creativos y participativos e incorporar en las
celebraciones litúrgicas el sentir y vivir de nuestro pueblo.

El escaso número de sacerdotes para la gran cantidad de comunidades que atender en


cada parroquia hace que las mismas comunidades sientan la necesidad de más
sacerdotes. Se detecta la necesidad de una mayor espiritualidad en los agentes de
pastoral.

Nuestra diócesis carece de criterios claros y definidos sobre la preparación y la


participación de los fieles en la celebración de los sacramentos, particularmente el
sacramento del bautismo, la confirmación y el matrimonio. Constatamos variadas
opiniones en relación a este tema y que no necesariamente corresponden a los
lineamientos pastorales del Concilio Vaticano II y al magisterio Latinoamericano.

Constatamos que los laicos que tienen más formación sienten la necesidad de superar el
“sacramentalismo” reemplazándolo por la nueva evangelización. Y están los laicos
tradicionales que quieren mantener las mismas prácticas de un pasado sin evangelización.

La práctica cultural de la unión de parejas sin pasar por el sacramento del matrimonio
tiene serias implicaciones en toda la vida sacramental, especialmente en relación con la
Eucaristía. Es de hacer notar las prácticas piadosas que están teniendo nuevas fuerzas en
la actualidad, tales como horas santas, liturgia de las horas, visitas a los enfermos,
oraciones en familia, etc.

20
3.2.- DIMENSION PASCUAL. JUZGAR.

“La Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la


fuente de donde mana toda su fuerza. Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que, una
vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, todos se reúnan para alabar a Dios en
medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor”. (SC 10). “Para
realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la
acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro,
ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en
la cruz, sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con su fuerza en los
Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está
presente en su Palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es Él quien
habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que
prometió: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de
ellos" (Mt., 18,20)”. (SC 7).

“Jesús está presente en medio de una comunidad viva en la fe y en el amor fraterno…


Está en los que dan testimonio de lucha por la justicia, por la paz y por el bien común,
algunas veces llegando a entregar la propia vida. Está en todos los acontecimientos de la
vida de nuestros pueblos, que nos invitan a buscar un mundo más justo y más fraterno.
Está en toda realidad humana, cuyos límites a veces nos duelen y agobian”. (DA 256).
.
“La santa madre Iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles a aquella
participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas que exige la
naturaleza de la Liturgia misma… y a la cual tiene derecho y obligación, en virtud del
bautismo, el pueblo cristiano, "linaje escogido sacerdocio real, nación santa, pueblo
adquirido" (1 Pe., 2,9; cf. 2,4-5)”. (SC 14). “Los pastores de almas fomenten con diligencia
y paciencia la educación litúrgica y la participación activa de los fieles… y, en este punto,
guíen a su rebaño no sólo de palabra, sino también con el ejemplo”. (SC 19).

“En la celebración litúrgica la importancia de la Sagrada Escritura es sumamente grande.


Pues de ella se toman las lecturas que luego se explican en la homilía, y los salmos que se
cantan, las preces, oraciones e himnos litúrgicos están penetrados de su espíritu y de ella
reciben su significado las acciones y los signos (…)”. (SC 24). “Las acciones litúrgicas no
son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia, que es "sacramento de unidad".
(SC 26). “La Iglesia no pretende imponer una rígida uniformidad en aquello que no afecta
a la fe o al bien de toda la comunidad, ni siquiera en la Liturgia: por el contrario, respeta y
promueve el genio y las cualidades peculiares de las distintas razas y pueblos.”. (SC 37).

“A las miles de comunidades con sus millones de miembros que no tienen la oportunidad
de participar de la Eucaristía dominical, queremos decirles con profundo afecto pastoral
que también ellas pueden y deben vivir “según el domingo”. Ellas pueden alimentar su ya
admirable espíritu misionero participando de la “celebración dominical de la Palabra”, que
hace presente el Misterio Pascual en el amor que congrega (cf. 1 Jn 3, 14), en la Palabra

21
acogida (cf. Jn 5, 24-25) y en la oración comunitaria (cf. Mt 18, 20). Sin duda los fieles
deben anhelar la participación plena en la Eucaristía dominical, por lo cual también los
alentamos a orar por las vocaciones sacerdotales”. (DA 253).

“Siguiendo el ejemplo de la primera comunidad cristiana (cf. Hch 2, 46-47), la comunidad


parroquial se reúne para partir el pan de la Palabra y de la Eucaristía y perseverar en la
catequesis, en la vida sacramental y la práctica de la caridad”. (DA 175)
“La Eucaristía, fuente y culmen de la vida cristiana, hace que nuestras parroquias sean
siempre comunidades eucarísticas que viven sacramentalmente el encuentro con Cristo
Salvador. (DA 175)

“Entre las muchas formas de acercarse a la Sagrada Escritura, hay una privilegiada a la
que todos estamos invitados: la Lectio divina o ejercicio de lectura orante de la Sagrada
Escritura..” (DA 249). “La oración personal y comunitaria es el lugar donde el discípulo,
alimentado por la Palabra y la Eucaristía, cultiva una relación de profunda amistad con
Jesucristo y procura asumir la voluntad del Padre.” (DA 255). “El Santo Padre destacó la
“rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos
latinoamericanos”, y la presentó como “el precioso tesoro de la Iglesia católica en América
Latina”. Invitó a promoverla y a protegerla.” (DA 258). Entre las expresiones de esta
espiritualidad se cuentan: las fiestas patronales, las novenas, los rosarios y Via crucis, las
procesiones, las danzas y los cánticos del folclore religioso, el cariño a los santos y a los
ángeles, las promesas, las oraciones en familia. Destacamos las peregrinaciones, donde se
puede reconocer al Pueblo de Dios en camino.”. (DA 259). “Nuestros pueblos se
identifican particularmente con el Cristo sufriente, lo miran, lo besan o tocan sus pies
lastimados como diciendo: Este es el “que me amó y se entregó por mí” (Gal 2, 20)…
También encuentran la ternura y el amor de Dios en el rostro de María. En ella ven
reflejado el mensaje esencial del Evangelio.”. (DA 265)

“…Por último, la comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar». Celebra y


festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización. La evangelización
gozosa se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia diaria de extender el bien.
La Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí misma con la belleza de la liturgia, la cual también
es celebración de la actividad evangelizadora y fuente de un renovado impulso donativo”.
(EG, 24)

22
4.- DIMENSION MISIONERA.

4.1.- DIMENSION MISIONERA. VER.

Vemos el surgimiento de grupos con un gran interés y entusiasmo en la misión, pero al


mismo tiempo, notamos carencias en la formación, la planificación y en los procesos de
seguimiento misionero. En la vida parroquial observamos grandes esfuerzos por cubrir las
necesidades pastorales, con el peligro de instalarse en estructuras “cómodas” que no
exigen mucho y que necesitamos renovarlas urgentemente.

La diversidad de ministros no ordenados ha hecho del trabajo pastoral una realidad


dinámica, con mayor participación de los laicos en la vida activa de la Iglesia. Tanto los
Delegados de la Palabra de Dios, Catequistas, ministros extraordinarios de la comunión,
animadores de Comunidades Eclesiales de Base, etc. son bien acogidos en la ciudad como
en el área rural. Sin embargo, en algunos líderes ha disminuido el ardor misionero, con el
peligro de quedarse en el sostenimiento de estructuras caducas que no favorecen la
creatividad misionera.

Sabemos que la auténtica evangelización promueve la liberación integral de la persona,


se trata de una misión encarnada en la realidad, siguiendo el ejemplo de los profetas y del
mismo Jesús de Nazaret. Por lo tanto, se hace necesario fomentar una pastoral de
acompañamiento al sujeto humano, en defensa de la vida y salvaguarda de la creación.
Con una actitud de cercanía a los procesos históricos de renovación, que hagan surgir los
cambios estructurales más profundos, que permita a los excluidos una vida más justa y
más humana.

4.2.- DIMENSION MISIONERA. JUZGAR.

“Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las
costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en
un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la
autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede
entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la
pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, …” (EG, 27).

“La alegría que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo… deseamos que llegue a
todos los hombres y mujeres heridos por las adversidades;…Conocer a Jesús es el mejor
regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que

23
nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo.”
(DA 29). “Todo discípulo es misionero, pues Jesús lo hace partícipe de su misión, al
mismo tiempo que lo vincula a Él como amigo y hermano... Cumplir este encargo no es
una tarea opcional, sino parte integrante de la identidad cristiana, porque es la extensión
testimonial de la vocación misma”. (DA 144).

“La propuesta es vivir en un nivel superior, pero no con menor intensidad: «La vida se
acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho, los que más
disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión
de comunicar vida a los demás». Cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no
hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal:
«Aquí descubrimos otra ley profunda de la realidad: que la vida se alcanza y madura a
medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión». Por
consiguiente, un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral.
Recobremos y acrecentemos el fervor, «la dulce y confortadora alegría de evangelizar,
incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas […] Y ojalá el mundo actual –que busca a
veces con angustia, a veces con esperanza– pueda así recibir la Buena Nueva, no a través
de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de
ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí
mismos, la alegría de Cristo»”. (EG, 10).

“… Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del
Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos
más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual. En
realidad, toda auténtica acción evangelizadora es siempre «nueva». (EG, 11). “Juan Pablo
II nos invitó a reconocer que «es necesario mantener viva la solicitud por el anuncio» a los
que están alejados de Cristo, «porque ésta es la tarea primordial de la Iglesia». La
actividad misionera «representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia» y «la
causa misionera debe ser la primera». ¿Qué sucedería si nos tomáramos realmente en
serio esas palabras? Simplemente reconoceríamos que la salida misionera es el
paradigma de toda obra de la Iglesia. En esta línea, los Obispos latinoamericanos
afirmaron que ya «no podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros
templos» y que hace falta pasar «de una pastoral de mera conservación a una pastoral
decididamente misionera». Esta tarea sigue siendo la fuente de las mayores alegrías para
la Iglesia: «Habrá más gozo en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por
noventa y nueve justos que no necesitan convertirse» (Lc 15,7)”. (EG, 15)

“En la Palabra de Dios aparece permanentemente este dinamismo de «salida» que Dios
quiere provocar en los creyentes. Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra
nueva (cf. Gn 12,1-3). Moisés escuchó el llamado de Dios: «Ve, yo te envío» (Ex 3,10), e
hizo salir al pueblo hacia la tierra de la promesa (cf. Ex 3,17). A Jeremías le dijo:
«Adondequiera que yo te envíe irás» (Jr 1,7). Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes
los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y
todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad

24
discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar
este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que
necesitan la luz del Evangelio.” (EG, 20).

“La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para
llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido…
A veces es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que,
cuando regrese, pueda entrar sin dificultad. (EG, 46). “La Iglesia está llamada a ser
siempre la casa abierta del Padre. ..A menudo nos comportamos como controladores de
la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna
donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas. (EG, 47). “Si la Iglesia entera asume
este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones. Pero ¿a quiénes debería
privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una orientación contundente:
no tanto a los amigos y vecinos ricos sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que
suelen ser despreciados y olvidados, a aquellos que «no tienen con qué recompensarte»
(Lc 14,14)… Hoy y siempre, «los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio», y
la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer.
Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres.
Nunca los dejemos solos. (EG, 48). “Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de
Jesucristo... No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada
en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y
preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y
el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un
horizonte de sentido y de vida…(EG, 49)

“La misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia


del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a
persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf.
Hch 1, 8). (DA 145).

“Revelar a Jesucristo y su Evangelio a los que no los conocen: he ahí el programa


fundamental que la Iglesia, desde la mañana de Pentecostés, ha asumido, como recibido
de su Fundador. Todo el Nuevo Testamento, y de manera especial los Hechos de los
Apóstoles, testimonian el momento privilegiado, y en cierta manera ejemplar, de este
esfuerzo misionero que jalonará después toda la historia de la Iglesia” (EN 51). “El
proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre. Por eso, pide a sus discípulos:
“¡Proclamen que está llegando el Reino de los cielos!” (Mt 10, 7). Se trata del Reino de la
vida. Porque la propuesta de Jesucristo a nuestros pueblos, el contenido fundamenta de
esta misión, es la oferta de una vida plena para todos. Por eso, la doctrina, las normas, las
orientaciones éticas, y toda la actividad misionera de la Iglesia, debe dejar transparentar
esta atractiva oferta de una vida más digna, en Cristo, para cada hombre y para cada
mujer de América Latina y de El Caribe (DA 361).

25
5.- DIMENSION SAMARITANA.

5.1.- DIMENSION SAMARITANA. VER.

Esta dimensión marca la opción preferencial de la Iglesia latinoamericana por los pobres y
los excluidos. Nos encontramos en proceso de integrar en nuestra vida diaria la
espiritualidad samaritana, de ser servidores al estilo de Jesucristo. Reconocemos que son
pocos los agentes de pastoral que han asumido con responsabilidad el contenido de la rica
Doctrina Social de la Iglesia.

La diócesis de La Ceiba con todas sus limitaciones está organizando y estructurando la


pastoral social-caritas. Aun nos quedan parroquias que siguen realizando una pastoral de
conservación, olvidándose de la organización sistemática de la pastoral social.

El desempleo afecta a muchas familias que sobreviven en condiciones precarias e


inhumanas. El sistema de salud pública no cubre las necesidades de la población.

La Iglesia por medio de la pastoral de la salud ayudamos con brigadas médicas,


voluntariado profesional y con medicina natural alternativa. El sistema educativo nacional
no logra salir de la crisis en que los políticos partidistas corruptos lo hicieron colapsar. El
departamento de Atlántida se ha visto en los últimos tres años muy afectados por la
violencia, sobre todo por el crimen organizado, el sicariato y la extorsión. La politización
del sistema judicial ha generado impunidad, debilitando gravemente al Estado de
Derecho. La sociedad está cotidianamente amenazada por el alto costo de la vida (alza a la
canasta básica) y por las nuevas cargas impositivas. En estas condiciones es casi imposible
ejecutar una agenda ciudadana de desarrollo para el bien común.

Además, la vida está amenazada por la vulnerabilidad ambiental, la explotación irracional


del bosque, la privatización del agua, las industrias extractoras contaminantes, el cambio
climático y sobre todo la mala distribución de las riquezas del país. El sistema político del
gobierno actual es amenazante, observamos signos que podrían indicar la tendencia a
pretender el control absoluto, al monopolio del poder del Estado tipo dictadura. En este
ambiente, altamente desafiante para la pastoral social de la diócesis de La Ceiba estamos
concluyendo el Sínodo pastoral y en proceso de elaboración del Plan Pastoral Diocesano y
parroquial.

26
5.2.- DIMENSION SAMARITANA. JUZGAR.

“La humanidad vive en este momento un giro histórico, que podemos ver en los adelantos
que se producen en diversos campos. Son de alabar los avances que contribuyen al
bienestar de la gente, como, por ejemplo, en el ámbito de la salud, de la educación y de la
comunicación. Sin embargo, no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres
de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas. Algunas
patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de
numerosas personas... La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la
violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a
menudo, para vivir con poca dignidad...” (EG, 52). “… Hoy tenemos que decir «no a una
economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata. ..Como consecuencia de
esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo,
sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de
consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte»
que, además, se promueve. Los excluidos no son «explotados» sino desechos,
«sobrantes». (EG, 53). “… Se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin
advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya
no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una
responsabilidad ajena que no nos incumbe. La cultura del bienestar nos anestesia…” (EG,
54)

“Una de las causas de esta situación se encuentra en la relación que hemos establecido
con el dinero, ya que aceptamos pacíficamente su predominio sobre nosotros y nuestras
sociedades… La crisis mundial que afecta a las finanzas y a la economía pone de
manifiesto sus desequilibrios y, sobre todo, la grave carencia de su orientación
antropológica que reduce al ser humano a una sola de sus necesidades: el consumo”. (EG,
55). “Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se
quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene
de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación
financiera...El afán de poder y de tener no conoce límites... (EG, 56). “Tras esta actitud se
esconde el rechazo de la ética y el rechazo de Dios. La ética suele ser mirada con cierto
desprecio burlón. Se considera contraproducente, demasiado humana, porque relativiza
el dinero y el poder. Se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la
degradación de la persona…En este sentido, animo a los expertos financieros y a los
gobernantes de los países a considerar las palabras de un sabio de la antigüedad: «No
compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros
los bienes que tenemos, sino suyos». (EG, 57). “… ¡El dinero debe servir y no gobernar! El
Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de
recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos...” (EG, 58)

“Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no se reviertan la
exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será
imposible erradicar la violencia... Cuando la sociedad –local, nacional o mundial–

27
abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos
policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Esto no
sucede solamente porque la inequidad provoca la reacción violenta de los excluidos del
sistema, sino porque el sistema social y económico es injusto en su raíz...” (EG, 59). “...
Así la inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no
resuelven ni resolverán jamás. Sólo sirven para pretender engañar a los que reclaman
mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas y la represión violenta, más
que aportar soluciones, crean nuevos y peores conflictos...” (EG, 60)

“Jesús, el Buen Pastor, quiere comunicarnos su vida y ponerse al servicio de la vida. Lo


vemos cuando se acerca al ciego del camino (cf. Mc 10, 46-52), cuando dignifica a la
samaritana (cf. Jn 4, 7-26), cuando sana a los enfermos (cf. Mt 11, 2-6), cuando alimenta
al pueblo hambriento (cf. Mc 6, 30-44), cuando libera a los endemoniados (cf. Mc 5, 1-
20). En su Reino de vida, Jesús incluye a todos: come y bebe con los pecadores (cf. Mc 2,
16), sin importarle que lo traten de comilón y borracho (cf. Mt 11, 19); toca leprosos (cf.
Lc 5, 13), deja que una mujer prostituta unja sus pies (cf. Lc 7, 36-50) y, de noche, recibe a
Nicodemo para invitarlo a nacer de nuevo (cf. Jn 3, 1-15). Igualmente, invita a sus
discípulos a la reconciliación (cf. Mt 5, 24), al amor a los enemigos (cf. Mt 5, 44), a optar
por los más pobres (cf. Lc 14, 15-24).”( DA 353).

“La pastoral de la Iglesia no puede prescindir del contexto histórico donde viven sus
miembros. Su vida acontece en contextos socioculturales bien concretos. Estas
transformaciones sociales y culturales representan naturalmente nuevos desafíos para la
Iglesia en su misión de construir el Reino de Dios. De allí nace la necesidad, en fidelidad al
Espíritu Santo que la conduce, de una renovación eclesial, que implica reformas
espirituales, pastorales y también institucionales”. (DA367).

“Asumiendo con nueva fuerza esta opción por los pobres, ponemos de manifiesto que
todo proceso evangelizador implica la promoción humana y la auténtica liberación “sin la
cual no es posible un orden justo en la sociedad”. Entendemos, además, que la verdadera
promoción humana no puede reducirse a aspectos particulares: “Debe ser integral, es
decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre”, desde la vida nueva en Cristo
que transforma a la persona de tal manera que “la hace sujeto de su propio desarrollo”.
Para la Iglesia, el servicio de la caridad, igual que el anuncio de la Palabra y la celebración
de los Sacramentos, “es expresión irrenunciable de la propia esencia” (DA 399).

“Si esta opción está implícita en la fe cristológica, los cristianos como discípulos y
misioneros estamos llamados a contemplar en los rostros sufrientes de nuestros
hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en ellos: “Los rostros sufrientes de
los pobres son rostros sufrientes de Cristo”. Ellos interpelan el núcleo del obrar de la
Iglesia, de la pastoral y de nuestras actitudes cristianas. Todo lo que tenga que ver con
Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a
Jesucristo: “Cuanto lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo
hicieron” (Mt 25, 40).” (DA 393).

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“El Santo Padre nos ha recordado que la Iglesia está convocada a ser “abogada de la
justicia y defensora de los pobres” ante “intolerables desigualdades sociales y
económicas”, que “claman al cielo”. Tenemos mucho que ofrecer, ya que “no cabe duda
de que la Doctrina Social de la Iglesia es capaz de suscitar esperanza en medio de las
situaciones más difíciles, porque si no hay esperanza para los pobres, no la habrá para
nadie, ni siquiera para los llamados ricos”… (DA 395).

“Nos comprometemos a trabajar para que nuestra Iglesia Latinoamericana y Caribeña siga
siendo, con mayor ahínco, compañera de camino de nuestros hermanos más pobres,
incluso hasta el martirio. Hoy queremos ratificar y potenciar la opción del amor
preferencial por los pobres hecha en las Conferencias anteriores. Que sea preferencial
implica que debe atravesar todas nuestras estructuras y prioridades pastorales. La Iglesia
latinoamericana está llamada a ser sacramento de amor, solidaridad y justicia entre
nuestros pueblos”. (DA 396).

“…nuestra opción por los pobres corre el riesgo de quedarse en un plano teórico o
meramente emotivo, sin verdadera incidencia en nuestros comportamientos y en
nuestras decisiones. Es necesaria una actitud permanente que se manifieste en opciones y
gestos concretos, y evite toda actitud paternalista. Se nos pide dedicar tiempo a los
pobres, prestarles una amable atención, escucharlos con interés, acompañarlos en los
momentos más difíciles, eligiéndolos para compartir horas, semanas o años de nuestra
vida, y buscando, desde ellos, la transformación de su situación. No podemos olvidar que
el mismo Jesús lo propuso con su modo de actuar y con sus palabras: “Cuando des un
banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos” (Lc 14, 13)”. (DA 397)

“Las Conferencias Episcopales y las Iglesias locales tienen la misión de promover


renovados esfuerzos para fortalecer una Pastoral Social estructurada, orgánica e integral
que con la asistencia, la promoción humana, se haga presente en las nuevas realidades de
exclusión y marginación que viven los grupos más vulnerables, donde la vida está más
amenazada. En el centro de esta acción está cada persona, que es acogida y servida con
calidez cristiana.”. (DA 401).

29
OBJETIVO GENERAL

Ser una Iglesia discípula, formada y


comprometida, configurada como
¨comunidad de comunidades¨, con un
fuerte espíritu misionero, en la realidad
concreta que nos toca vivir, celebrando
fe y vida como expresión de Cristo
resucitado, inmersa y encarnada en
Atlántida e Islas de la Bahía, siendo signo
del ¨Reino de Dios y su justicia¨, artesana
de la paz, cuidando y defendiendo la
creación, preferencialmente en favor de
los más pobres, excluidos, vulnerables y
alejados.

30
ÁMBITO PASTORAL

1: CRISTO.

OBJETIVO ESPECÍFICO

Animar el encuentro con Cristo para que se fortalezca la vivencia, anuncio


y compromiso de la fe

LÍNEAS DE ACCIÓN

1- DIMENSION DISCIPULAR:
Atender el llamado de Cristo y emprender un camino de seguimiento para dar un
testimonio de Él, en los distintos ámbitos de la vida.

ESTRATEGIA 1:
Proponiendo momentos de encuentro personal con el Señor a través de: retiros
espirituales, lectio divina, horas santas, prédicas y asambleas.

ESTRATEGIA 2:
Potenciando y motivando espacios de: escucha de la Palabra de Dios, reflexión, oración
personal, familiar y comunitaria

ESTRATEGIA 3:
Motivando a los agentes de pastoral en la búsqueda y escucha de Jesucristo, en los
más pobres.

2- DIMENSIÓN COMUNITARIA:
Promover y vivir la comunión con Cristo, cabeza de la Iglesia, y con sus miembros para
fortalecer el trabajo pastoral.

ESTRATEGIA 1:
Participando activamente como laicos en los lugares donde se toman decisiones
importantes para la vida eclesial: asambleas, consejos, comisiones, comunidades…etc.

ESTRATEGIA 2:
Fomentando actividades parroquiales y diocesanas (celebraciones, fiestas patronales,
intercambios, convocatorias diocesanas) para intensificar el sentido de comunión y
participación eclesial gozosa y responsablemente

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3- DIMENSIÓN PASCUAL:
Animar y fortalecer los espacios celebrativos, cuidando la vivencia de los sacramentos,
para que propicien el encuentro con Cristo en la comunidad.

ESTRATEGIA 1:
Promoviendo la participación de toda la comunidad, en especial los niños y jóvenes en
las celebraciones litúrgicas, para que, formados y convertidos en agentes transmisores
de la fe, se sientan tomados en cuenta.

ESTRATEGIA 2:
Fortaleciendo en la liturgia signos, símbolos y gestos que muestren la riqueza del amor
de Dios y la realidad que vive nuestro pueblo en los diversos ambientes.

ESTRATEGIA 3:
Propiciando la formación y el testimonio de vida, que suscite el deseo de vivir el
proyecto de Dios, comunicado y celebrado en los sacramentos.

4- DIMENSIÓN MISIONERA:
Promover procesos de evangelización acorde a nuestro tiempo, con la fuerza
iluminadora del Espíritu Santo, para dar a conocer a Jesucristo, su mensaje de
esperanza y liberación.

ESTRATEGIA 1:
Animando y formando el espíritu misionero dentro de los procesos formativos de las
diferentes pastorales, movimientos y CEB’s para consolidar la conciencia misionera.

ESTRATEGIA 2:
Formando un equipo misionero a nivel diocesano, parroquial y local integrado por
laicos, religiosas y sacerdotes para orientar y dinamizar la dimensión misionera.

ESTRATEGIA 3:
Llevando el mensaje de Cristo a todos los lugares y ambientes utilizando los diferentes
medios de comunicación social, para anunciar con alegría nuestra fe en Jesucristo y su
Palabra.

32
5- DIMENSIÓN SAMARITANA:
Fomentar la espiritualidad samaritana en los bautizados, para ver en los más
necesitados el rostro sufriente de Cristo comprometiéndose a su servicio.

ESTRATEGIA 1:
Sensibilizando al pueblo de Dios en el compromiso cristiano de servir a los excluidos y
necesitados a través de: proyección de videos, hechos de vida, testimonios
personales.

ESTRATEGIA 2:
Asumiendo “la opción preferencial por los pobres”, intensificando la formación y
aplicación de la enseñanza social de la Iglesia y otros documentos eclesiales, a través
de talleres, retiros y otros.

ESTRATEGIA 3:
Organizando equipos diocesanos, parroquiales y comunitarios, para una coordinación
solidaria de la caridad de manera que se pueda atender a los más necesitados.

33
ÁMBITO PASTORAL

2: LA PERSONA (EL DISCÍPULO/A).

OBJETIVO ESPECÍFICO

Formar integralmente a la persona, para que inspirada por el Espíritu


Santo, el Evangelio de Jesús, pueda ser fermento en la Iglesia y la
sociedad.

LÍNEAS DE ACCIÓN

1- DIMENSION DISCIPULAR:
Potenciar procesos de crecimiento personal y comunitario.

ESTRATEGIA 1:
Promoviendo jornadas y talleres de oración, orientados a la promoción vocacional en
cada una de nuestras parroquias.

ESTRATEGIA 2:
Acompañando a través de la pastoral vocacional a las personas en su proceso de
discernimiento de vida cristiana para que descubriendo sus dones y carismas se
pongan al servicio de Dios y los demás, y elaborando materiales que respondan a este
propósito en las distintas etapas de la vida.

ESTRATEGIA 3:
Acompañando por etapas a niños, jóvenes y adultos en su crecimiento personal y
espiritual a través de los procesos de catequesis.

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2- DIMENSIÓN COMUNITARIA:
Despertar la conciencia comunitaria de ser discípulos misioneros de Cristo, elegidos,
consagrados y enviados por Dios, para una misión en la Iglesia y el mundo.

ESTRATEGIA 1:
Realizando momentos de encuentros comunitarios con el Señor a través de retiros,
encuentros y oración, que nos lleven a fortalecer la fraternidad y valoración mutua.

ESTRATEGIA 2:
Formando a todos los agentes de pastoral en los valores éticos, morales y espirituales,
para que siendo conscientes de la dignidad de cada ser humano, pueda defenderla en
todos los ambientes denunciando las injusticias

ESTRATEGIA 3:
Acogiendo y apoyando a las personas que testimonian y dedican su vida a
solidarizarse con los más necesitados en sus comunidades.

3- DIMENSIÓN PASCUAL:
Promover y mejorar la práctica litúrgica y la vivencia de los sacramentos en la persona,
para que con un nuevo sentido de vida responda con un espíritu encarnado e
inculturado a la realidad.

ESTRATEGIA 1:
Realizando procesos de formación básica de liturgia y creando equipos parroquiales
para ello.

ESTRATEGIA 2:
Cuidando el acompañamiento de las personas por medio de los responsables de
liturgia y ministros.

ESTRATEGIA 3:
Facilitando subsidios litúrgicos que estén adaptados a la persona desde la cultura y
realidad donde se celebre.

ESTRATEGIA 4:
Promoviendo en las celebraciones litúrgicas una participación plena, consciente y
activa.

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4.- DIMENSIÓN MISIONERA:
Presentar la Palabra de Dios de manera sencilla y atractiva a través de procesos de
evangelización bien organizados y diseñados, inspirados en la sencillez del mensaje de
Jesús.

ESTRATEGIA 1:
Creando equipos de evangelización y misión en cada parroquia

ESTRATEGIA 2:
Organizando jornadas de evangelización y misiones parroquiales que prioricen a los
más alejados.

ESTRATEGIA 3:
Empleando de forma masiva, diversa y organizada los medios tecnológicos, de
comunicación y las redes sociales para difundir nuestra fe, la Buena Nueva de Jesús y el
trabajo pastoral de nuestra Iglesia.

ESTRATEGIA 4:
Fomentando desde la formación inicial de los candidatos al sacerdocio experiencias
misioneras significativas durante todo el itinerario formativo.

5.- DIMENSIÓN SAMARITANA:


Encarnar la opción preferencial por los pobres en sintonía con Cristo, Buen Samaritano.

ESTRATEGIA 1:
Creando espacios de reflexión y análisis permanente de la realidad a la luz de la
enseñanza social de la Iglesia.

ESTRATEGIA 2:
Impulsando la formación integral que promueve las capacidades de las personas.

ESTRATEGIA 3:
Formando equipos multidisciplinarios que participen en los diferentes ámbitos
(político, económico, social, cultural y religioso) para impulsar y fomentar los valores
humanos y cristianos, que nos llevan a tener una verdadera conciencia social.

ESTRATEGIA 4:
Conociendo el ser y accionar de las organizaciones que trabajan por la defensa de la
vida, para involucrarnos en aquellas actividades que conllevan a la dignificación del ser
humano.

36
ÁMBITO PASTORAL

3: LA FAMILIA.

OBJETIVO ESPECÍFICO

Fortalecer la integración de la vida familiar.

LÍNEAS DE ACCIÓN

1.- DIMENSION DISCIPULAR:


Ofrecer a las familias espacios de formación que les lleve a tener conciencia de su
compromiso y responsabilidad en la Iglesia y en la sociedad.

ESTRATEGIA 1:
Creando un plan de formación y acompañamiento a las familias fundamentado en la
Palabra de Dios y los documentos de la Iglesia.

ESTRATEGIA 2:
Acompañando a los padres de familia de los niños y jóvenes que están en catequesis

ESTRATEGIA 3:
Implementando temas sobre la vocación matrimonial y realidad familiar en diferentes
ámbitos

ESTRATEGIA 4:
Promoviendo la participación de la familia en las comunidades eclesiales de base
(CEBs).

2.- DIMENSIÓN COMUNITARIA:


Estructurar una pastoral familiar a nivel diocesano que responda a la realidad y
necesidad de las familias dentro y fuera de la Iglesia

ESTRATEGIA 1:
Reuniendo a los agentes de pastoral evangelizados y formados de cada comisión
parroquial para dialogar, organizar y regular la pastoral familiar diocesana.

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ESTRATEGIA 2:
Fortaleciendo en las familias la vivencia y transmisión de la fe a través de convivencias,
eucaristías, acción social, retiros...etc.

ESTRATEGIA 3:
Fomentando la unidad familiar a través de convivencias, eucaristías, acción social,
retiros…etc.

3.- DIMENSIÓN PASCUAL:


Potenciar en la pastoral familiar el compromiso con la vida y el sentido comunitario de
la fe.

ESTRATEGIA 1:
Orientando el compromiso familiar de fe y vida a través de la catequesis y vivencia de
los sacramentos.

ESTRATEGIA 2:
Promoviendo a través de las fiestas patronales el encuentro de familia en comunidad y
parroquia

ESTRATEGIA 3:
Promoviendo la familia como transmisora de la fe por medio de: lectura orante de la
Palabra de Dios, subsidios para la oración familiar, rezo del rosario y otras prácticas
devocionales.

4.- DIMENSIÓN MISIONERA:


Fomentar familias misioneras en la diócesis y en cada parroquia.

ESTRATEGIA 1:
Propiciando la evangelización de las familias para las familias e integrando en las
actividades misioneras a los hijos y otros miembros del hogar

ESTRATEGIA 2:
Fomentando, a través de jornadas y encuentros comunitarios, en tiempos especiales,
el espíritu misionero y solidario de las familias

ESTRATEGIA 3:
Visitando familias alejadas de la Iglesia animándolas a integrarse nuevamente a la vida
eclesial.

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5.- DIMENSIÓN SAMARITANA:
Promover en la familia la conciencia social y su papel protagónico en la defensa de la
vida.

ESTRATEGIA 1:
Sensibilizando a la población por medio de campañas sobre el valor de la vida y los
derechos de la persona.

ESTRATEGIA 2:
Concientizando a las familias para que se integren y participen en las organizaciones
eclesiales y sociales, en la búsqueda de la solidaridad y del bien común.

ESTRATEGIA 3:
Educando en temas sobre violencia familiar enseñándoles las leyes que protegen la
familia

ESTRATEGIA 4:
Preparando personas para acompañar a familias en los momentos difíciles: desastres,
desgracias, enfermedades, pobreza extrema y tiempos de duelo

39
ÁMBITO PASTORAL

4: LA COMUNIDAD ECLESIAL DE BASE (CEBs).

OBJETIVO ESPECÍFICO
Fortalecer el compromiso personal y comunitario con Cristo, desde las
CEBs, para animar el espíritu misionero a favor de los pobres, excluidos y
vulnerables.

LÍNEAS DE ACCIÓN

1.- DIMENSION DISCIPULAR:


Vivir el encuentro personal con Cristo a través de las CEBs en la realidad donde se
encuentra, para descubrir su vocación de servicio.

ESTRATEGIA 1:
Participando e involucrándose en las escuelas de formación para animadores de CEBs
a nivel diocesano y parroquial.

ESTRATEGIA 2:
Utilizando los medios de comunicación (radio, tv., prensa escrita, redes sociales y otros
medios) para acompañar la formación en las CEBs.

ESTRATEGIA 3:
Fomentando desde las CEBs la cultura vocacional para los diferentes ministerios
(sacerdotes, religiosos/as, misionera y vida laical) y ministerios fuera de la iglesia.

2.- DIMENSIÓN COMUNITARIA:


Potenciar las CEBs como células iniciales de estructuración eclesial en barrios, colonias
y aldeas, con espíritu de identidad y participación eclesial.

ESTRATEGIA 1:
Integrando al obispo, sacerdotes, religiosos/as, delegados, catequistas, demás agentes
de pastoral y miembros de los diferentes grupos y movimientos en las CEBs.

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ESTRATEGIA 2:
Fundamentando e intensificando la identidad y sentido de pertenencia a la iglesia por
medio de: encuentros, celebraciones, convivencias, fiestas patronales, intercambios y
convocatorias diocesanas

ESTRATEGIA 3:
Profundizando y aplicando el método Ver - Juzgar - Actuar - Celebrar - Revisar como
elemento clave de formación comunitaria.

ESTRATEGIA 4:
Promoviendo una espiritualidad de comunión, participación y servicio

3.- DIMENSIÓN PASCUAL:


Fortalecer desde las CEBs la dimensión celebrativa y festiva de nuestra fe, para una
auténtica vivencia sacramental y litúrgica.

ESTRATEGIA 1:
Haciendo que los miembros de las CEBs se involucren en las celebraciones litúrgicas

ESTRATEGIA 2:
Ofreciendo desde la comisión diocesana de las CEBs y liturgia materiales significativos
y actualizados para los momentos especiales del año litúrgico

ESTRATEGIA 3:
Procurando que desde las CEBs se refuerce el proceso de la fe de sus miembros, en la
vivencia y preparación de los sacramentos

ESTRATEGIA 4: Celebrando en cada parroquia, como día diocesano de las CEBs, el día
de pentecostés o el de la Santísima Trinidad

4.- DIMENSIÓN MISIONERA:


Promover, fortalecer e impulsar las CEBs como experiencia misionera, para llegar a los
lugares y miembros más alejados.

ESTRATEGIA 1:
Animando con el espíritu misionero a sacerdotes, religiosas, pastorales, movimientos,
laicos comprometidos… para impregnar todos los ambientes del Espíritu de Dios, que
se nos brinda en el material de uso semanal de las CEBs.

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ESTRATEGIA 2:
Promoviendo desde las CEBs acciones evangelizadoras que nos pongan en estado
permanente de misión (jornadas de misión a nivel diocesano, parroquial y
comunitario, visitas permanentes a los hogares...etc).

ESTRATEGIA 3:
Promoviendo la creación de nuevas CEBs con el compromiso y testimonio de las ya
existentes

ESTRATEGIA 4:
Motivando la integración en las CEBs de niños, adolecentes, jóvenes y de los más
vulnerables y alejados

ESTRATEGIA 5:
Aprovechando el espacio de los medios de comunicación social como ámbitos de
evangelización, dando a conocer la riqueza que nos ofrecen las CEBs.

5.- DIMENSIÓN SAMARITANA:


Promover y estructurar una Iglesia samaritana, fortalecida y comprometida a favor de
los pobres, excluidos y vulnerables, para manifestar con ellos el Reino de Dios.

ESTRATEGIA 1:
Promoviendo la participación ciudadana, animando y acompañando a nuestra gente a
involucrarse en organizaciones comunales que trabajan por el bien común: patronatos,
juntas de agua, sociedad padres de familia, justicia y paz e integración de la
creación...etc

ESTRATEGIA 2:
Estructurando un plan de visitas periódicas a los hogares, hospitales, cárceles, y
personas necesitadas y darnos cuenta de las necesidades (tercera edad, viudas,
huérfanos, etc.) y atenderles si es posible con apoyo psicológico y económico.

ESTRATEGIA 3:
Promoviendo la medicina natural integral con la formación de promotores de la salud
para servir en las comunidades.

ESTRATEGIA 4:
Creando conciencia desde las comunidades asumiendo liderazgos a nivel local que
promuevan de forma permanente la auditoria social y la rendición de cuentas,
empezando desde nuestras comunidades, para un mejor aprovechamiento de los
bienes de nuestro país.

42
ÁMBITO PASTORAL

}5: LA COMUNIDAD LOCAL/LA PARROQUIA.

OBJETIVO ESPECÍFICO

Formar parroquias solidarias y misioneras, comunidad de comunidades,


para que reflejen con el testimonio y servicio, el espíritu de las primeras
comunidades cristianas

LÍNEAS DE ACCIÓN

1.- DIMENSION DISCIPULAR:


Potenciar en la parroquia la vida de la comunidad, induciendo al discípulo a que se
forme y se comprometa a ser constructor de una vida nueva en Cristo

ESTRATEGIA 1:
Organizando equipos de agentes de pastoral para que sepan orientar, acompañar y
guiar a otros hermanos en estas experiencias de encuentro con Dios

ESTRATEGIA 2:
Potenciando en los espacios parroquiales, y la formación bíblica a través de talleres o
escuelas de la Palabra

ESTRATEGIA 3:
Promoviendo e intensificando los procesos e itinerarios de educación en la fe en las
diferentes etapas de la vida (catequesis, pastoral juvenil, Iniciación cristiana de
adultos… etc).

ESTRATEGIA 4:
Fomentando de una manera decidida entre los diferentes grupos y comunidades de las
parroquias los Tallares de Oración y Vida (TOV).

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2.- DIMENSIÓN COMUNITARIA:
Impulsar la renovación parroquial en toda la diócesis como comunidad de
comunidades.

ESTRATEGIA 1:
Socializando y estudiando en las parroquias el nuevo ¨directorio de la parroquia
renovada de Honduras¨ aprobado por la Conferencia Episcopal de Honduras

ESTRATEGIA 2:
Elaborando el plan pastoral parroquial con la participación de los distintos, ministerios,
pastorales y carismas presentes en la parroquia, en comunión con el plan pastoral
diocesano y las constituciones sinodales

ESTRATEGIA 3:
Promoviendo el espíritu de unidad y comunión entre los diferentes ministerios,
pastorales y carismas, elaborando, adaptando y socializando sus estatutos.

ESTRATEGIA 4:
Organizando una Iglesia comunidad de comunidades a través de los consejos
pastorales locales comunitarios y parroquiales

3.- DIMENSIÓN PASCUAL:


Promover criterios comunes para una vivencia litúrgica y sacramental participativa y
activa en todos los miembros de la Diócesis

ESTRATEGIA 1:
Elaborando un diagnóstico del tipo de formación litúrgica y sacramental que se está
dando en las parroquias y sus comunidades locales

ESTRATEGIA 2:
Organizando una escuela de formación litúrgica y sacramental para todos los fieles y
elaborar materiales de formación litúrgica y sacramental.

ESTRATEGIA 3:
Elaborando orientaciones pastorales diocesanas sobre la práctica sacramental en las
parroquias.

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4.- DIMENSIÓN MISIONERA:
Impulsar la acción misionera de la Iglesia parroquial y diocesana inspirándonos en los
recientes congresos misioneros.

ESTRATEGIA 1:
Fomentando en todos los procesos de formación y estructuras diocesanas y
parroquiales la dimensión misionera.

ESTRATEGIA 2:
Creando espacios en los medios de comunicación sociales (radio, TV, redes sociales,
Boletines, etc.) para impulsar la acción misionera de la Iglesia

ESTRATEGIA 3:
Realizando experiencias misioneras especialmente con niños y Jóvenes en el mes de
las misiones apoyados por las OMP (Obras Misionales Pontificias) a nivel nacional.

5.- DIMENSIÓN SAMARITANA:


Promover y consolidar una pastoral social más estructurada e integral como parte
evangelizadora de iglesia

ESTRATEGIA 1:
Fomentando la espiritualidad samaritana en agentes de pastoral a través de
formaciones, talleres, retiros y experiencias concretas

ESTRATEGIA 2:
Creando programas integrales para atender sectores vulnerables de nuestras
comunidades comprometiendo a laicos según su profesión

ESTRATEGIA 3:
Realizando actividades concretas de promoción humana que busquen el bien común y
la reducción de la pobreza inspirados en la enseñanza social de la iglesia

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ÁMBITO PASTORAL

6: LA SOCIEDAD

(ALDEA, MUNICIPIO, DEPARTAMENTO, PAÍS).

OBJETIVO ESPECÍFICO

Impulsar una pastoral social encarnada, que transmita los valores del Reino
de Dios, para alcanzar una sociedad justa y equitativa, uniendo esfuerzos con
organizaciones afines.

LÍNEAS DE ACCIÓN

1.- DIMENSION DISCIPULAR:


Potenciar el compromiso de todos los bautizados para que desde su conciencia cristiana
puedan afrontar con creatividad los retos actuales de la sociedad

ESTRATEGIA 1:
Creando espacios de formación sobre la enseñanza social de la Iglesia.

ESTRATEGIA 2:
Incidiendo en los centros educativos y escuelas de padres de familia, brindando una
educación integral, especialmente en el tema de los valores sociales, y ofreciendo
recursos pedagógicos y educativos para tal fin.

ESTRATEGIA 3:
Apoyando firme y decididamente en las parroquias la Campaña Infantil fortaleciendo la
educación en valores en las escuelas y parroquias.

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2.- DIMENSIÓN COMUNITARIA:
Educar para la paz, la justicia y el respeto a la vida humana en todos los ámbitos.

ESTRATEGIA 1:
Creando la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) con la participación
de laicos profesionales que desde su propio bautizo, se comprometan a la transformación
de la sociedad en sus diferentes ámbitos; la política, cultura, educación, economía,
ecología, justicia y paz e integridad de la creación, derechos humanos …y sean un signo y
testimonio de solidaridad desde su profesión para lo más pobres y excluidos.

ESTRATEGIA 2:
Promoviendo a través de manifestaciones públicas el respeto a la vida y no violencia en
todos los ambientes y niveles, siendo todos abogados de la justicia y defensores de los
pobres

ESTRATEGIA 3:
Uniéndonos con organismos sociales para el estudio y análisis de la realidad y las
propuestas políticas justas de desarrollo y convivencia pacífica, involucrando a las
autoridades municipales, departamentales y nacionales.

3.- DIMENSIÓN PASCUAL:


Promover en las parroquias y comunidades auténticas celebraciones de la vida, que
respondan al caminar del pueblo de Dios.

ESTRATEGIA 1:
Crear y organizar jornadas de oración y acción para sensibilizarnos y luchar contra las
injusticias sociales en fechas significativas del año ya establecidas y atender a las llamadas
de la iglesia local y universal en momentos puntuales que así lo aconsejen las
circunstancias.

ESTRATEGIA 2:
Aprovechando las fiestas patronales y otras, para fortalecer la fe y el compromiso con las
realidades concretas que se viven en nuestros pueblos.

ESTRATEGIA 3:
Motivando el compromiso social a través de la vivencia de los sacramentos desde las
CEBs.

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4.- DIMENSIÓN MISIONERA:
Abrir nuevos caminos hacia la evangelización de la sociedad para colaborar en la
reconstrucción del tejido social destruido por la violencia.

ESTRATEGIA 1:
Constituyendo equipos misioneros especializados en la resolución de conflictos en
situaciones de riesgo como agentes de unidad y reconciliación en las comunidades
locales y población en riesgo.

ESTRATEGIA 2:
Creando, apoyando y acompañando grupos organizados que defiendan la dignidad y la
vida de las personas.

ESTRATEGIA 3:
Utilizando los medios tecnológicos necesarios (medios de comunicación y redes sociales),
e implementando nuevos procesos de evangelización que respondan al desafío de las
nuevas culturas juveniles.

5.- DIMENSIÓN SAMARITANA:


Crear la pastoral social en todas las parroquias y fortalecer las ya existentes, para brindar
el apoyo a las comunidades con proyectos sociales y evangelizadores.

ESTRATEGIA 1:
Definiendo y socializando la estructura y funciones de cada ámbito de la Pastoral Social a
nivel de diócesis y parroquial.

ESTRATEGIA 2:
Uniéndonos y apoyando las iniciativas de las organizaciones que trabajan por la defensa
de la vida y haciendo vínculos institucionales (CONADEH, Observatorio de La Violencia…)
con organismos relacionados a la Defensa de Los Derechos Humanos, Medio Ambiente-
Recursos Naturales, Transparencia y Rendición de Cuentas y Construcción de Paz.

ESTRATEGIA 3:
Impulsando acciones solidarias concretas como: libra de amor, visitas a enfermos, techo
solidario, campañas de salud, prevención de la violencia, botiquines, fondos solidarios,
banco comunal o cajas rurales, tiendas comunitarias…

ESTRATEGIA 4:
Estructurando la pastoral penitenciaria en nuestra Diócesis atendiendo a todos los
centros penales ofreciendo formación y evangelización a los privados de libertad.

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ESTRATEGIA 5:
Motivando desde las CEBs a comprometerse eclesial y socialmente en las organizaciones
comunitarias: comités, patronatos, juntas de agua, sociedad de padres de familia.

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ÁMBITO PASTORAL

7: LA CREACIÓN, MEDIO AMBIENTE, NATURALEZA.

OBJETIVO ESPECÍFICO

Organizar y promover la cultura del cuidado, aprovechamiento de forma


sostenible y responsable del medio ambiente para lograr el equilibrio y
armonía con la creación.

LÍNEAS DE ACCIÓN

1.- DIMENSION DISCIPULAR:


Dirigir la acción pastoral a la promoción del respeto y del cuidado del medio ambiente,
sintiendo la creación como casa de toda la humanidad.

ESTRATEGIA 1:
Promoviendo el cuidado del medio ambiente con niños y jóvenes, en centros educativos,
con materiales populares y contacto directo con la naturaleza. Incluyendo en los procesos
de formación catequética la conciencia ecológica de tal manera, que se vea al ser humano
como administrador cuidadoso de la creación.

ESTRATEGIA 2:
Incluyendo el tema del medio ambiente en los distintos materiales de formación que
respondan y partan de la realidad y necesidades de nuestro pueblo.

ESTRATEGIA 3:
Haciendo alianzas con todas las fuerzas vivas de las comunidades rurales y urbanas, para
promover los programas educativos sobre el cuidado, aprovechamiento sostenible
responsable y defensa del medio ambiente.

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2.- DIMENSIÓN COMUNITARIA:
Impulsar y organizar a nivel diocesano y parroquial la acción pastoral para el cuidado del
medio ambiente.

ESTRATEGIA 1:
Estructurando la pastoral social del medio ambiente en cada parroquia como expresión
de nuestra espiritualidad, amor y respeto a la creación.

ESTRATEGIA 2:
Involucrándonos en grupos que están al cuidado y defensa del medio ambiente.

ESTRATEGIA 3:
Elaborando boletines, trifolios y programas de radio y televisión, campañas… en relación
al cuidado y defensa del medio ambiente.

ESTRATEGIA 4:
Elaborando un diagnóstico comunitario de la vulnerabilidad ambiental en que vivimos.

3.- DIMENSIÓN PASCUAL:


Descubrir la presencia de Dios en su creación, para honrar y comunicar su integridad y
defenderla de cualquier amenaza.

ESTRATEGIA 1:
Desarrollando una liturgia inculturada y en armonía con la creación, que recoja los rasgos
propios de nuestros pueblos, conjugando naturaleza, arte y belleza para expresar el amor
de Dios por el medio ambiente.

ESTRATEGIA 2:
Promoviendo en la Diócesis y en las parroquias la celebraciones alusivas al medio
ambiente (día del agua, de la tierra, del árbol, del mar, del medio ambiente…etc) en
donde cada comunidad lo viva y celebre de acuerdo a su realidad.

ESTRATEGIA 3:
Implementando acciones que cuiden y protejan los bosques, las cuencas y microcuencas
productoras de agua.

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4.- DIMENSIÓN MISIONERA:
Incluir en nuestra acción misionera la tarea concientizadora a favor del medio ambiente.

ESTRATEGIA 1:
Identificando y socializando los problemas ambientales en nuestra Diócesis, para
concientizarnos y comenzar acciones de prevención y conservación en el uso racional de
los recursos del medio ambiente a través de los medios a nuestro alcance.

ESTRATEGIA 2:
Trabajando en conjunto con las organizaciones sociales que se dedican al cuidado del
medio ambiente en contra del abuso del poder y del dinero.

ESTRATEGIA 3:
Practicando los valores del Evangelio y la enseñanza Social de la Iglesia, especialmente a
favor de nuestros hermanos más vulnerables.

ESTRATEGIA 4:
Animando el espíritu misionero de todos los agentes de pastoral en su compromiso
cristiano de velar por el cuidado y defensa del medio ambiente.

5.- DIMENSIÓN SAMARITANA:


Promover la vinculación con organizaciones afines en el cuidado y defensa del medio
ambiente a nivel local, departamental, nacional e internacional.

ESTRATEGIA 1:
Animando desde la comisión de JPIC (Justicia, Paz e Integridad de la Creación) el trabajo
en red con otras organizaciones en la defensa de los bienes comunes.

ESTRATEGIA 2:
Aprovechando recursos y materiales formativos populares, creados por otras
organizaciones en relación a la problemática ambiental, accesibles a la gente sencilla.

ESTRATEGIA 3:
Dando a conocer las leyes, convenios nacionales e internacionales, relacionadas con los
recursos naturales y medio ambiente, a través de todos los medios de comunicación
posibles.

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ESTRATEGIA 4:
Apoyando o gestionando proyectos de desarrollo comunitario relacionados con el uso
equilibrado de los bienes naturales, tales como: centros turísticos, ecoturismo, bono de
carbono, hidroeléctricas comunitarias, sistemas productivos agroforestales… entre otros.

ESTRATEGIA 5:
Continuando con el proceso de concientización que nos permita finalizar con la
declaratoria del Departamento de Atlántida libre de la explotación minera metálica y no
metálica, excepto material pétreo obtenido de forma artesanal.

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