PPDDELACEIBA
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Después de 1821, en el campo eclesial queda Honduras con sede vacante alrededor de 25
años.
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Primer Sínodo diocesano en Honduras
En 1887 es elegido como Obispo de Honduras a Mons. Manuel Francisco Vélez (1887-
1901) la iglesia se encuentra en un momento duro y de decadencia que resulta difícil
recuperar el tiempo perdido. Pero Mons. Vélez no se desanima y se lanza a una ardua
tarea; comienza su misión episcopal convocando un Sínodo Diocesano “para reflexionar
sobre las nuevas realidades religiosas y políticas, mejorar la disciplina eclesiástica y las
costumbres cristianas…”
Sigue la urgencia y que será un constante en la Costa Norte, Mons. Martínez Obispo de
Comayagua, manifiesta la necesidad imperiosa que tiene Honduras de sacerdotes. Ya para
1904 hay un clamor: “necesitamos de misioneros he dicho y repetido yo hace mucho
tiempo. Sin ese poderoso auxilio no podemos adelantar…”
Departamento de Atlántida
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La evangelización de los misioneros
Misioneros Vicentinos
En junio de 1914 llega a suplir en la misión el P. Antonio Soler. Al nuevo párroco: “con
mucha frecuencia visito los pueblos para sembrar algo de la semilla evangélica que tanta
falta hace. He recorrido ya casi todos los pueblos, casi ninguna tiene iglesia…” En el año
1915 hay desatención y se agrava con la expulsión de los misioneros de la Costa Norte
por orden gubernamental.
En 1920 regresan los Padres Paúles, reanudan la labor pastoral pero tienen que replegar
su celo ante la gran indiferencia y recelo de la gente. En 1922 se organiza la misión, se
visitan las comunidades de Tela, en los campos bananeros. Se promueve el catecismo a los
niños, se prepara a la gente a la comunión. El 30 de agosto de 1924 fue consagrado como
Vicario Apostólico de san Pedro Sula el P. Juan Sastre CM. Ese mismo año en Honduras
vive una guerra civil y dos misioneros inician una misión popular.
En 1930 resurge la idea de construir una iglesia más grande. “La actual iglesia de la Ceiba
no reúne las condiciones necesarias para el progreso religioso… hemos decidido realizar un
gran esfuerzo… compramos ya un solar céntrico para construir lo más pronto posible, un
grandioso templo…”
En 1944 llega el P. José García Villas, es nombrado párroco y toma posesión el 23 de julio;
el territorio parroquial se extiende por todo Atlántida y con su llegada vive otro periodo
de su historia. Ya para 1945 se vuelve a retomar la construcción de un nuevo templo. No
faltó más. La idea fue sembrada en fértil terreno y germina con rapidez por la ayuda de la
“Estándar F. Co” después de diálogo y paciencia.
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En 1949 se realiza La santa Misión, que la predicaron los Padres Redentoristas. “Desde
entonces la vida religiosa se mostró pujante con gran fuerza. Fue increíble el interés que
despertó entre la población.
Se hizo presente en el recuerdo del pueblo. La ocasión de la Santa Misión del 1949 era el
momento para aprovechar, “Le solicitaron al P. José García Villas un acto especial… en
donde el pueblo le pediría perdón a Dios, por la vida libertina, licenciosa y depravada del
pasado, que obligó al Misionero a maldecir la ciudad…” El 15 de septiembre de 1949 se
convocó a una reunión extraordinaria, donde dio a conocer que se aprobaba la
construcción de la llamada “CRUZ DEL PERDON” en la Ave. San Isidro.
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Misioneros Claretianos
En marzo de 1968 Mons. Jaime Brufau nombra de párroco al P. Cruz Ripa de la parroquia
san Isidro.
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El 17 de mayo de 1998, Mons. Ángel Garachana erige la parroquia La Natividad,
nombrando como párroco al P. Francisco Sánchez, sacerdote diocesano.
En el año 2006 se realiza la SANTA MISIÓN en la diócesis, que viene a fortalecer y a crear
nuevas comunidades y experiencias evangelizadoras en todo el territorio de Atlántida e
Islas de la Bahía.
El 30 de diciembre 2011 se hace público por parte de la santa Sede y Mons. Ángel
Garachana, la creación de la Diócesis de La Ceiba, una noticia que alegra a todos los fieles
de esta tierra.
El 11 de febrero del 2012 es consagrado como obispo diocesano por el Nuncio Apostólico,
Luigi Bianco, Mons. Oscar Andrés, Cardenal Rodríguez, y Mons. Ángel Garachana,
realizada la ceremonia de consagración en el Estadio Ceibeño, y al día siguiente toma
posesión en la Iglesia parroquial San Isidro, que se convierte en la Catedral de la Nueva
Diócesis.
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Este 8 de junio de 2014 estamos dando por finalizado nuestro Sínodo Diocesano, en la
fiesta de Pentecostés. Que sea la gracia del Espíritu Santo la que ponga por obra lo que
hemos iniciando y lo lleve a un buen término esta su obra.
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2.- Realidad Geográfica y demográfica
Atlántida presenta dos regiones fisiográficas diferenciadas, una llana y otra montañosa. La
primera se extiende a lo largo de la costa caribeña, formando amplias y atractivas playas y
tiene como accidente costero más notable la Bahía de Tela, cuyos extremos son Punta Sal
al oeste, e Izopo al este. La región montañosa comprende la Sierra Nombre de Dios y en
esta se alza el Pico Bonito, el punto más alto del departamento.
El departamento de las Islas de la Bahía está situado a unos 65 kms. de la costa norte de
Honduras, consiste en 3 islas mayores: Roatán, Guanaja y Utila, 3 islas menores:
Barbareta, Morat y Helena, y 65 cayos -entre ellos los cayos Cochinos que están entre las
islas mayores y la costa norte del país-. La cabecera departamental es Roatán.
Durante el dominio inglés las Islas de la Bahía fueron usadas para desterrar a todos los
individuos indeseables de otras islas caribeñas. Es así que aquí se encuentra una gran
diversidad étnica y hasta lingüística además de una arraigada presencia de la iglesia
episcopal.
1- Información General:
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Vías de comunicación:
Atlántida: vías férreas, 2 puertos, 1 aeropuerto internacional.
Islas de la Bahía: 1 puerto, 2 embarcaderos, 1 aeropuerto internacional, 1
carretera pavimentada.
Demografía
Porcentaje de habitantes según edades
2- Realidad económica.
Base de la economía:
El turismo adquiere cada vez más fuerza económica en ambos departamentos,
siendo la base fundamental en las Islas, en la ciudad de Tela y en La Ceiba. En esta
última, es fuerte la actividad comercial y de servicios a la zona. La producción
ganadera y agraria es muy importante especialmente en grandes extensiones
dedicadas al cultivo de palma africana y piña. Los núcleos rurales tienen una
economía muy deficiente con situaciones de pobreza extrema en los más alejados
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de las zonas urbanas. De ahí una fuerte emigración interna y hacia los Estados
Unidos (ilegales). En toda la costa hay presencia de narcotráfico con su aportación
de dinero y violencia.
3- Realidad social
Pobreza
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Violencia
4- Realidad eclesial
Comisiones Diocesanas:
1. Clero
2. Religiosas
3. Laicos en movimientos
4. Pastoral familiar
5. Catequesis
6. Pastoral Juvenil
7. Delegados de la Palabra
8. Medios de Comunicación Social
9. Comisión de Misiones OMP
10. Pastoral Vocacional
11. Liturgia y pastoral sacramental
12. Pastoral de la Salud
13. Pastoral penitenciaria
14. Pastoral Educativa
15. Etnias
16. Migración
17. Pastoral Social / Caritas
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Parroquias:
1. Parroquia: San Isidro, La Ceiba
2. Parroquia: La Natividad del Señor, La Ceiba
3. Parroquia: San Antonio María Claret, La Ceiba
4. Parroquia: San Antonio de Padua, Tela
5. Parroquia Santa Rosa del Norte- Mezapa
6. Parroquia: Nuestra Señora del Pilar, Arizona
7. Parroquia: Asunción de la Virgen María, Esparta
8. Parroquia: San Juan Bautista, San Juan Pueblo/ La Masica
9. Parroquia: Santa Rosa de Lima, La Masica
10. Parroquia: Nuestra Señora del Tránsito, Jutiapa
11. Parroquia: Corazón de María, Islas de la Bahía
12. Parroquia: San José, El Porvenir
13. Parroquia: Inmaculado Corazón de María, La Ceiba
Sacerdotes
TOTAL 26
DIOCESANOS 7
FIDEI DONUM 1
RELIGIOSOS Y VIDA APOSTOLICA 18
DIACONOS 2
Congregaciones religiosas
Misioneros Claretianos
Clérigos de San Viator
Fraternidad Misionera de María
Total de Religiosas: 37
1- Misioneras Cordimarianas
2- Hermanas de la Misericordia
3- Hijas de La Caridad de San Vicente de Paúl
4- Mensajeras de la Inmaculada
5- Hermanas de MARILAM
6- Hermanas Franciscanas de la Asunción
7- Hermanas Franciscanas Cooperadoras
8- Hermanas Franciscanas Inmaculada Concepción
9- Hermanas Dominicas. Misioneras de San Sixto
10- Hermanas de la Caridad de Santa Ana
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SEMINARISTAS
Total: 10
Introductorio: 4
Filosofía: 3
Teología: 3
Instituciones sociales
Centro de Formación en medicina natural integral “Siloé”: Agua Dulce, Jutiapa
Botiquines rurales
Centro de Promoción Social (Serso Honduras): Jutiapa
Proyectos Justicia, Paz e Integridad de la Creación: Arizona
Proyecto de Atención Médica: San Isidro, La Ceiba
Las fuentes de ingresos de la diócesis son, por una parte, las aportaciones de los
fieles en cada parroquia que sirven para sufragar los gastos de los presbíteros-
vivienda, manutención, etc. ,-un tercio de los de las religiosas y los gastos de
actividades pastorales. Las parroquias deben destinar el 10% de sus ingresos
ordinarios al fondo diocesano.
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B.- VER Y JUZGAR DE CADA DIMENSIÓN
La experiencia religiosa es hoy una oferta más en el gran mercado global. Resulta bastante
normal encontrar varias denominaciones religiosas en un mismo barrio o aldea, todas con
la misma pretensión de solucionar los problemas de sus habitantes. Sin embargo, gran
parte de la humanidad actual sigue sin encontrar el verdadero sentido de su vida.
“La admiración por la persona de Jesús, su llamada y su mirada de amor buscan suscitar
una respuesta consciente y libre desde lo más íntimo del corazón del discípulo, una
adhesión de toda su persona al saber que Cristo lo llama por su nombre (cf. Jn 10, 3). Es
un “sí” que compromete radicalmente la libertad del discípulo a entregarse a Jesucristo,
Camino, Verdad y Vida (cf. Jn 14, 6).” (DA 146). “El llamamiento que hace Jesús, el
Maestro, conlleva una gran novedad. En la antigüedad, los maestros invitaban a sus
discípulos a vincularse con algo trascendente, y los maestros de la Ley les proponían la
adhesión a la Ley de Moisés. Jesús invita a encontrarnos con Él y a que nos vinculemos
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estrechamente a Él, porque es la fuente de la vida (cf. Jn 15, 5-15) y sólo Él tiene palabras
de vida eterna (cf. Jn 6, 68). (DA 131).
Al iniciar la nueva etapa que la Iglesia misionera de América Latina y El Caribe se dispone
a emprender, a partir de esta V Conferencia General en Aparecida, es condición
indispensable el conocimiento profundo y vivencial de la Palabra de Dios. Por esto, hay
que educar al pueblo en la lectura y la meditación de la Palabra: que ella se convierta en
su alimento para que, por propia experiencia, vea que las palabras de Jesús son espíritu y
vida (cf. Jn 6,63). De lo contrario, ¿cómo van a anunciar un mensaje cuyo contenido y
espíritu no conocen a fondo? Hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y
toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios” (DA 247)
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“La vocación y el compromiso de ser hoy discípulos y misioneros de Jesucristo en América
Latina y El Caribe, requieren una clara y decidida opción por la formación de los
miembros de nuestras comunidades, en bien de todos los bautizados, cualquiera sea la
función que desarrollen en la Iglesia. Miramos a Jesús, el Maestro que formó
personalmente a sus apóstoles y discípulos… Su estilo se vuelve emblemático para los
formadores y cobra especial relevancia cuando pensamos en la paciente tarea formativa
que la Iglesia debe emprender, en el nuevo contexto sociocultural de América Latina.”
(DA 276)
“El seguimiento es fruto de una fascinación que responde al deseo de realización humana,
al deseo de vida plena. El discípulo es alguien apasionado por Cristo, a quien reconoce
como el maestro que lo conduce y acompaña.” (DA 277)
“La catequesis no debe ser sólo ocasional, reducida a los momentos previos a los
sacramentos o a la iniciación cristiana, sino más bien “un itinerario catequético
permanente”. (DA 298). “La catequesis no puede limitarse a una formación meramente
doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. (DA 299). “La
parroquia ha de ser el lugar donde se asegure la iniciación cristiana” (DA 293)
“Si queremos que las Parroquias sean centros de irradiación misionera en sus propios
territorios, deben ser también lugares de formación permanente. Esto requiere que se
organicen en ellas variadas instancias formativas que aseguren el acompañamiento y la
maduración de todos los agentes pastorales y de los laicos insertos en el mundo...” (DA
306)
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2.- DIMENSION COMUNITARIA.
Como Diócesis, hemos heredado una estructura de organización que nos permite una
adecuada articulación y coordinación pastoral comunitaria, con algunos desafíos que no
podemos obviar. El Documento de Aparecida nº 192 nos dice que “Una mirada a nuestro
momento actual nos muestra situaciones que afectan y desafían la vida y el ministerio de
nuestros presbíteros. Entre otras, la identidad teológica del ministerio presbítero, su
inserción en la cultura actual y situaciones que inciden en su existencia”.
Hay una valoración positiva de las Comunidades Eclesiales de Base, como experiencias
cercanas a la vida en fraternidad, en corresponsabilidad y en solidaridad como elementos
favorables a la vida en comunidad. Percibimos cierto malestar de algunos líderes,
incluyendo presbíteros, y de algunas pastorales concretas con relación a las Comunidades
Eclesiales de Base. Usualmente estos malestares están basados en las falta de
clarificación, de acompañamiento y de comprensión de la identidad de las Comunidades
Eclesiales de Base. A tal punto que, no todas las parroquias de la Diócesis han asumido e
impulsado el modelo de parroquia “Comunidad de comunidades”.
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“…A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un
testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos
puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo
os acompañáis: «En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis
unos a otros» (Jn 13,35)... ¡Atención a la tentación de la envidia!...”(EG, 99). “… me duele
tanto comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, y aun entre personas
consagradas, consentimos diversas formas de odio, divisiones, calumnias, difamaciones,
venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa, y hasta
persecuciones que parecen una implacable caza de brujas. ¿A quién vamos a evangelizar
con esos comportamientos?”. (EG, 100)
“Dios quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente, sin conexión alguna de
unos con otros, sino constituyendo un pueblo”. (L.G. 9). Este nuevo Pueblo de Dios está
vivificado y guiado por el Espíritu Santo, que crea entre sus miembros y con la Trinidad
una profunda comunión. La comunión de los fieles y de las Iglesias Particulares en el
Pueblo de Dios se sustenta en la comunión con la Trinidad. (DA 155). Es muy hermoso lo
que nos dice el Concilio en L.G. 9: “el pueblo mesiánico tiene por cabeza a Cristo; por
condición, la dignidad y la libertad de los hijos de Dios; por ley, el nuevo precepto del amor
como Cristo nos ha amado, y como meta, el Reino de Dios”.
“Una parroquia renovada multiplica las personas que prestan servicios y acrecienta los
ministerios... La integración de todos ellos en la unidad de un único proyecto
evangelizador es esencial para asegurar una comunión misionera.” (DA 202). “El Concilio
Vaticano II establece el sacerdocio ministerial al servicio del sacerdocio común de los
fieles, y cada uno, aunque de manera cualitativamente distinta, participa del único
sacerdocio de Cristo” (DA 193). “Los laicos también están llamados a participar en la
acción pastoral de la Iglesia, primero con el testimonio de su vida y, en segundo lugar, con
acciones en el campo de la evangelización, la vida litúrgica y otras formas de apostolado,
según las necesidades locales bajo la guía de sus pastores…A los catequistas, delegados
de la Palabra y animadores de comunidades, que cumplen una magnífica labor dentro de
la Iglesia, les reconocemos y animamos a continuar el compromiso que adquirieron en el
bautismo y en la confirmación.” (DA 211)
“Los mejores esfuerzos de las parroquias en este inicio del tercer milenio deben estar en
la convocatoria y en la formación de laicos misioneros. Solamente a través de la
multiplicación de ellos podremos llegar a responder a las exigencias misioneras del
momento actual”. (DA 174). “Para cumplir su misión con responsabilidad personal, los
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laicos necesitan una sólida formación doctrinal, humana, pastoral, espiritual y un
adecuado acompañamiento para dar testimonio de Cristo y de los valores del Reino en el
ámbito de la vida social, económica, política y cultural.” (DA 212)
“Las Comunidades Eclesiales de Base han sido escuelas que han ayudado a formar
cristianos comprometidos con su fe, discípulos y misioneros del Señor, como testimonia la
entrega generosa, hasta derramar su sangre, de tantos miembros suyos. Ellas recogen la
experiencia de las primeras comunidades, como están descritas en los Hechos de los
Apóstoles (cf. Hch 2, 42-47). Medellín reconoció en ellas una célula inicial de
estructuración eclesial y foco de fe y evangelización. Puebla constató que las
comunidades eclesiales de base, permitieron al pueblo acceder a un conocimiento mayor
de la Palabra de Dios, al compromiso social en nombre del Evangelio, al surgimiento de
nuevos servicios laicales y a la educación de la fe de los adultos” (cf. DA 178). “Las
comunidades eclesiales de base, en el seguimiento misionero de Jesús, tienen la Palabra
de Dios como fuente de su espiritualidad y la orientación de sus Pastores como guía que
asegura la comunión eclesial. Despliegan su compromiso evangelizador y misionero entre
los más sencillos y alejados, y son expresión visible de la opción preferencial por los
pobres. Son fuente y semilla de variados servicios y ministerios a favor de la vida en la
sociedad y en la Iglesia. Manteniéndose en comunión con su obispo e insertándose al
proyecto de pastoral diocesana, las CEBs se convierten en un signo de vitalidad en la
Iglesia particular. Actuando así, juntamente con los grupos parroquiales, asociaciones y
movimientos eclesiales, pueden contribuir a revitalizar las parroquias haciendo de las
mismas una comunidad de comunidades.” (DA 179)
“El proyecto pastoral de la Diócesis, camino de pastoral orgánica, debe ser una
respuesta consciente y eficaz para atender las exigencias del mundo de hoy, con
indicaciones programáticas concretas, objetivos y métodos de trabajo, de formación y
valorización de los agentes y la búsqueda de los medios necesarios, que permiten que el
anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las comunidades e incida profundamente
mediante el testimonio de los valores evangélicos en la sociedad y en la cultura. Los laicos
deben participar del discernimiento, la toma de decisiones, la planificación y la ejecución.
Este proyecto diocesano exige un seguimiento constante por parte del obispo, los
sacerdotes y los agentes pastorales, con una actitud flexible que les permita mantenerse
atentos a los reclamos de la realidad siempre cambiante.” (DA 371)
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3.- DIMENSION PASCUAL.
En nuestras comunidades poco a poco se observa una mayor atención y cuidado hacia la
liturgia. Pero realmente nos está costando salir de la superficialidad, de lo rutinario, de las
rúbricas que llevan a un ritualismo mecánico que nos aleja de una verdadera experiencia
de encuentro con Dios. Nos hace falta crear los ambientes celebrativos adecuados para
gustar y sentir a profundidad la liturgia liberadora, una liturgia encarnada, que responde a
la realidad sufrida del pueblo de Dios. Nos han faltado esfuerzos por una verdadera
inculturación de la liturgia. No hemos aprovechado todas las oportunidades y espacios
que nos ofrece la liturgia para ser más creativos y participativos e incorporar en las
celebraciones litúrgicas el sentir y vivir de nuestro pueblo.
Constatamos que los laicos que tienen más formación sienten la necesidad de superar el
“sacramentalismo” reemplazándolo por la nueva evangelización. Y están los laicos
tradicionales que quieren mantener las mismas prácticas de un pasado sin evangelización.
La práctica cultural de la unión de parejas sin pasar por el sacramento del matrimonio
tiene serias implicaciones en toda la vida sacramental, especialmente en relación con la
Eucaristía. Es de hacer notar las prácticas piadosas que están teniendo nuevas fuerzas en
la actualidad, tales como horas santas, liturgia de las horas, visitas a los enfermos,
oraciones en familia, etc.
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3.2.- DIMENSION PASCUAL. JUZGAR.
“A las miles de comunidades con sus millones de miembros que no tienen la oportunidad
de participar de la Eucaristía dominical, queremos decirles con profundo afecto pastoral
que también ellas pueden y deben vivir “según el domingo”. Ellas pueden alimentar su ya
admirable espíritu misionero participando de la “celebración dominical de la Palabra”, que
hace presente el Misterio Pascual en el amor que congrega (cf. 1 Jn 3, 14), en la Palabra
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acogida (cf. Jn 5, 24-25) y en la oración comunitaria (cf. Mt 18, 20). Sin duda los fieles
deben anhelar la participación plena en la Eucaristía dominical, por lo cual también los
alentamos a orar por las vocaciones sacerdotales”. (DA 253).
“Entre las muchas formas de acercarse a la Sagrada Escritura, hay una privilegiada a la
que todos estamos invitados: la Lectio divina o ejercicio de lectura orante de la Sagrada
Escritura..” (DA 249). “La oración personal y comunitaria es el lugar donde el discípulo,
alimentado por la Palabra y la Eucaristía, cultiva una relación de profunda amistad con
Jesucristo y procura asumir la voluntad del Padre.” (DA 255). “El Santo Padre destacó la
“rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos
latinoamericanos”, y la presentó como “el precioso tesoro de la Iglesia católica en América
Latina”. Invitó a promoverla y a protegerla.” (DA 258). Entre las expresiones de esta
espiritualidad se cuentan: las fiestas patronales, las novenas, los rosarios y Via crucis, las
procesiones, las danzas y los cánticos del folclore religioso, el cariño a los santos y a los
ángeles, las promesas, las oraciones en familia. Destacamos las peregrinaciones, donde se
puede reconocer al Pueblo de Dios en camino.”. (DA 259). “Nuestros pueblos se
identifican particularmente con el Cristo sufriente, lo miran, lo besan o tocan sus pies
lastimados como diciendo: Este es el “que me amó y se entregó por mí” (Gal 2, 20)…
También encuentran la ternura y el amor de Dios en el rostro de María. En ella ven
reflejado el mensaje esencial del Evangelio.”. (DA 265)
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4.- DIMENSION MISIONERA.
“Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las
costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en
un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la
autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede
entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la
pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, …” (EG, 27).
“La alegría que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo… deseamos que llegue a
todos los hombres y mujeres heridos por las adversidades;…Conocer a Jesús es el mejor
regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que
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nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo.”
(DA 29). “Todo discípulo es misionero, pues Jesús lo hace partícipe de su misión, al
mismo tiempo que lo vincula a Él como amigo y hermano... Cumplir este encargo no es
una tarea opcional, sino parte integrante de la identidad cristiana, porque es la extensión
testimonial de la vocación misma”. (DA 144).
“La propuesta es vivir en un nivel superior, pero no con menor intensidad: «La vida se
acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho, los que más
disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión
de comunicar vida a los demás». Cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no
hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal:
«Aquí descubrimos otra ley profunda de la realidad: que la vida se alcanza y madura a
medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión». Por
consiguiente, un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral.
Recobremos y acrecentemos el fervor, «la dulce y confortadora alegría de evangelizar,
incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas […] Y ojalá el mundo actual –que busca a
veces con angustia, a veces con esperanza– pueda así recibir la Buena Nueva, no a través
de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de
ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí
mismos, la alegría de Cristo»”. (EG, 10).
“… Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del
Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos
más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual. En
realidad, toda auténtica acción evangelizadora es siempre «nueva». (EG, 11). “Juan Pablo
II nos invitó a reconocer que «es necesario mantener viva la solicitud por el anuncio» a los
que están alejados de Cristo, «porque ésta es la tarea primordial de la Iglesia». La
actividad misionera «representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia» y «la
causa misionera debe ser la primera». ¿Qué sucedería si nos tomáramos realmente en
serio esas palabras? Simplemente reconoceríamos que la salida misionera es el
paradigma de toda obra de la Iglesia. En esta línea, los Obispos latinoamericanos
afirmaron que ya «no podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros
templos» y que hace falta pasar «de una pastoral de mera conservación a una pastoral
decididamente misionera». Esta tarea sigue siendo la fuente de las mayores alegrías para
la Iglesia: «Habrá más gozo en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por
noventa y nueve justos que no necesitan convertirse» (Lc 15,7)”. (EG, 15)
“En la Palabra de Dios aparece permanentemente este dinamismo de «salida» que Dios
quiere provocar en los creyentes. Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra
nueva (cf. Gn 12,1-3). Moisés escuchó el llamado de Dios: «Ve, yo te envío» (Ex 3,10), e
hizo salir al pueblo hacia la tierra de la promesa (cf. Ex 3,17). A Jeremías le dijo:
«Adondequiera que yo te envíe irás» (Jr 1,7). Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes
los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y
todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad
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discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar
este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que
necesitan la luz del Evangelio.” (EG, 20).
“La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para
llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido…
A veces es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que,
cuando regrese, pueda entrar sin dificultad. (EG, 46). “La Iglesia está llamada a ser
siempre la casa abierta del Padre. ..A menudo nos comportamos como controladores de
la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna
donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas. (EG, 47). “Si la Iglesia entera asume
este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones. Pero ¿a quiénes debería
privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una orientación contundente:
no tanto a los amigos y vecinos ricos sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que
suelen ser despreciados y olvidados, a aquellos que «no tienen con qué recompensarte»
(Lc 14,14)… Hoy y siempre, «los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio», y
la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer.
Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres.
Nunca los dejemos solos. (EG, 48). “Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de
Jesucristo... No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada
en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y
preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y
el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un
horizonte de sentido y de vida…(EG, 49)
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5.- DIMENSION SAMARITANA.
Esta dimensión marca la opción preferencial de la Iglesia latinoamericana por los pobres y
los excluidos. Nos encontramos en proceso de integrar en nuestra vida diaria la
espiritualidad samaritana, de ser servidores al estilo de Jesucristo. Reconocemos que son
pocos los agentes de pastoral que han asumido con responsabilidad el contenido de la rica
Doctrina Social de la Iglesia.
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5.2.- DIMENSION SAMARITANA. JUZGAR.
“La humanidad vive en este momento un giro histórico, que podemos ver en los adelantos
que se producen en diversos campos. Son de alabar los avances que contribuyen al
bienestar de la gente, como, por ejemplo, en el ámbito de la salud, de la educación y de la
comunicación. Sin embargo, no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres
de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas. Algunas
patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de
numerosas personas... La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la
violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a
menudo, para vivir con poca dignidad...” (EG, 52). “… Hoy tenemos que decir «no a una
economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata. ..Como consecuencia de
esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo,
sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de
consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte»
que, además, se promueve. Los excluidos no son «explotados» sino desechos,
«sobrantes». (EG, 53). “… Se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin
advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya
no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una
responsabilidad ajena que no nos incumbe. La cultura del bienestar nos anestesia…” (EG,
54)
“Una de las causas de esta situación se encuentra en la relación que hemos establecido
con el dinero, ya que aceptamos pacíficamente su predominio sobre nosotros y nuestras
sociedades… La crisis mundial que afecta a las finanzas y a la economía pone de
manifiesto sus desequilibrios y, sobre todo, la grave carencia de su orientación
antropológica que reduce al ser humano a una sola de sus necesidades: el consumo”. (EG,
55). “Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se
quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene
de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación
financiera...El afán de poder y de tener no conoce límites... (EG, 56). “Tras esta actitud se
esconde el rechazo de la ética y el rechazo de Dios. La ética suele ser mirada con cierto
desprecio burlón. Se considera contraproducente, demasiado humana, porque relativiza
el dinero y el poder. Se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la
degradación de la persona…En este sentido, animo a los expertos financieros y a los
gobernantes de los países a considerar las palabras de un sabio de la antigüedad: «No
compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros
los bienes que tenemos, sino suyos». (EG, 57). “… ¡El dinero debe servir y no gobernar! El
Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de
recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos...” (EG, 58)
“Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no se reviertan la
exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será
imposible erradicar la violencia... Cuando la sociedad –local, nacional o mundial–
27
abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos
policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Esto no
sucede solamente porque la inequidad provoca la reacción violenta de los excluidos del
sistema, sino porque el sistema social y económico es injusto en su raíz...” (EG, 59). “...
Así la inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no
resuelven ni resolverán jamás. Sólo sirven para pretender engañar a los que reclaman
mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas y la represión violenta, más
que aportar soluciones, crean nuevos y peores conflictos...” (EG, 60)
“La pastoral de la Iglesia no puede prescindir del contexto histórico donde viven sus
miembros. Su vida acontece en contextos socioculturales bien concretos. Estas
transformaciones sociales y culturales representan naturalmente nuevos desafíos para la
Iglesia en su misión de construir el Reino de Dios. De allí nace la necesidad, en fidelidad al
Espíritu Santo que la conduce, de una renovación eclesial, que implica reformas
espirituales, pastorales y también institucionales”. (DA367).
“Asumiendo con nueva fuerza esta opción por los pobres, ponemos de manifiesto que
todo proceso evangelizador implica la promoción humana y la auténtica liberación “sin la
cual no es posible un orden justo en la sociedad”. Entendemos, además, que la verdadera
promoción humana no puede reducirse a aspectos particulares: “Debe ser integral, es
decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre”, desde la vida nueva en Cristo
que transforma a la persona de tal manera que “la hace sujeto de su propio desarrollo”.
Para la Iglesia, el servicio de la caridad, igual que el anuncio de la Palabra y la celebración
de los Sacramentos, “es expresión irrenunciable de la propia esencia” (DA 399).
“Si esta opción está implícita en la fe cristológica, los cristianos como discípulos y
misioneros estamos llamados a contemplar en los rostros sufrientes de nuestros
hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en ellos: “Los rostros sufrientes de
los pobres son rostros sufrientes de Cristo”. Ellos interpelan el núcleo del obrar de la
Iglesia, de la pastoral y de nuestras actitudes cristianas. Todo lo que tenga que ver con
Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a
Jesucristo: “Cuanto lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo
hicieron” (Mt 25, 40).” (DA 393).
28
“El Santo Padre nos ha recordado que la Iglesia está convocada a ser “abogada de la
justicia y defensora de los pobres” ante “intolerables desigualdades sociales y
económicas”, que “claman al cielo”. Tenemos mucho que ofrecer, ya que “no cabe duda
de que la Doctrina Social de la Iglesia es capaz de suscitar esperanza en medio de las
situaciones más difíciles, porque si no hay esperanza para los pobres, no la habrá para
nadie, ni siquiera para los llamados ricos”… (DA 395).
“Nos comprometemos a trabajar para que nuestra Iglesia Latinoamericana y Caribeña siga
siendo, con mayor ahínco, compañera de camino de nuestros hermanos más pobres,
incluso hasta el martirio. Hoy queremos ratificar y potenciar la opción del amor
preferencial por los pobres hecha en las Conferencias anteriores. Que sea preferencial
implica que debe atravesar todas nuestras estructuras y prioridades pastorales. La Iglesia
latinoamericana está llamada a ser sacramento de amor, solidaridad y justicia entre
nuestros pueblos”. (DA 396).
“…nuestra opción por los pobres corre el riesgo de quedarse en un plano teórico o
meramente emotivo, sin verdadera incidencia en nuestros comportamientos y en
nuestras decisiones. Es necesaria una actitud permanente que se manifieste en opciones y
gestos concretos, y evite toda actitud paternalista. Se nos pide dedicar tiempo a los
pobres, prestarles una amable atención, escucharlos con interés, acompañarlos en los
momentos más difíciles, eligiéndolos para compartir horas, semanas o años de nuestra
vida, y buscando, desde ellos, la transformación de su situación. No podemos olvidar que
el mismo Jesús lo propuso con su modo de actuar y con sus palabras: “Cuando des un
banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos” (Lc 14, 13)”. (DA 397)
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OBJETIVO GENERAL
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ÁMBITO PASTORAL
1: CRISTO.
OBJETIVO ESPECÍFICO
LÍNEAS DE ACCIÓN
1- DIMENSION DISCIPULAR:
Atender el llamado de Cristo y emprender un camino de seguimiento para dar un
testimonio de Él, en los distintos ámbitos de la vida.
ESTRATEGIA 1:
Proponiendo momentos de encuentro personal con el Señor a través de: retiros
espirituales, lectio divina, horas santas, prédicas y asambleas.
ESTRATEGIA 2:
Potenciando y motivando espacios de: escucha de la Palabra de Dios, reflexión, oración
personal, familiar y comunitaria
ESTRATEGIA 3:
Motivando a los agentes de pastoral en la búsqueda y escucha de Jesucristo, en los
más pobres.
2- DIMENSIÓN COMUNITARIA:
Promover y vivir la comunión con Cristo, cabeza de la Iglesia, y con sus miembros para
fortalecer el trabajo pastoral.
ESTRATEGIA 1:
Participando activamente como laicos en los lugares donde se toman decisiones
importantes para la vida eclesial: asambleas, consejos, comisiones, comunidades…etc.
ESTRATEGIA 2:
Fomentando actividades parroquiales y diocesanas (celebraciones, fiestas patronales,
intercambios, convocatorias diocesanas) para intensificar el sentido de comunión y
participación eclesial gozosa y responsablemente
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3- DIMENSIÓN PASCUAL:
Animar y fortalecer los espacios celebrativos, cuidando la vivencia de los sacramentos,
para que propicien el encuentro con Cristo en la comunidad.
ESTRATEGIA 1:
Promoviendo la participación de toda la comunidad, en especial los niños y jóvenes en
las celebraciones litúrgicas, para que, formados y convertidos en agentes transmisores
de la fe, se sientan tomados en cuenta.
ESTRATEGIA 2:
Fortaleciendo en la liturgia signos, símbolos y gestos que muestren la riqueza del amor
de Dios y la realidad que vive nuestro pueblo en los diversos ambientes.
ESTRATEGIA 3:
Propiciando la formación y el testimonio de vida, que suscite el deseo de vivir el
proyecto de Dios, comunicado y celebrado en los sacramentos.
4- DIMENSIÓN MISIONERA:
Promover procesos de evangelización acorde a nuestro tiempo, con la fuerza
iluminadora del Espíritu Santo, para dar a conocer a Jesucristo, su mensaje de
esperanza y liberación.
ESTRATEGIA 1:
Animando y formando el espíritu misionero dentro de los procesos formativos de las
diferentes pastorales, movimientos y CEB’s para consolidar la conciencia misionera.
ESTRATEGIA 2:
Formando un equipo misionero a nivel diocesano, parroquial y local integrado por
laicos, religiosas y sacerdotes para orientar y dinamizar la dimensión misionera.
ESTRATEGIA 3:
Llevando el mensaje de Cristo a todos los lugares y ambientes utilizando los diferentes
medios de comunicación social, para anunciar con alegría nuestra fe en Jesucristo y su
Palabra.
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5- DIMENSIÓN SAMARITANA:
Fomentar la espiritualidad samaritana en los bautizados, para ver en los más
necesitados el rostro sufriente de Cristo comprometiéndose a su servicio.
ESTRATEGIA 1:
Sensibilizando al pueblo de Dios en el compromiso cristiano de servir a los excluidos y
necesitados a través de: proyección de videos, hechos de vida, testimonios
personales.
ESTRATEGIA 2:
Asumiendo “la opción preferencial por los pobres”, intensificando la formación y
aplicación de la enseñanza social de la Iglesia y otros documentos eclesiales, a través
de talleres, retiros y otros.
ESTRATEGIA 3:
Organizando equipos diocesanos, parroquiales y comunitarios, para una coordinación
solidaria de la caridad de manera que se pueda atender a los más necesitados.
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ÁMBITO PASTORAL
OBJETIVO ESPECÍFICO
LÍNEAS DE ACCIÓN
1- DIMENSION DISCIPULAR:
Potenciar procesos de crecimiento personal y comunitario.
ESTRATEGIA 1:
Promoviendo jornadas y talleres de oración, orientados a la promoción vocacional en
cada una de nuestras parroquias.
ESTRATEGIA 2:
Acompañando a través de la pastoral vocacional a las personas en su proceso de
discernimiento de vida cristiana para que descubriendo sus dones y carismas se
pongan al servicio de Dios y los demás, y elaborando materiales que respondan a este
propósito en las distintas etapas de la vida.
ESTRATEGIA 3:
Acompañando por etapas a niños, jóvenes y adultos en su crecimiento personal y
espiritual a través de los procesos de catequesis.
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2- DIMENSIÓN COMUNITARIA:
Despertar la conciencia comunitaria de ser discípulos misioneros de Cristo, elegidos,
consagrados y enviados por Dios, para una misión en la Iglesia y el mundo.
ESTRATEGIA 1:
Realizando momentos de encuentros comunitarios con el Señor a través de retiros,
encuentros y oración, que nos lleven a fortalecer la fraternidad y valoración mutua.
ESTRATEGIA 2:
Formando a todos los agentes de pastoral en los valores éticos, morales y espirituales,
para que siendo conscientes de la dignidad de cada ser humano, pueda defenderla en
todos los ambientes denunciando las injusticias
ESTRATEGIA 3:
Acogiendo y apoyando a las personas que testimonian y dedican su vida a
solidarizarse con los más necesitados en sus comunidades.
3- DIMENSIÓN PASCUAL:
Promover y mejorar la práctica litúrgica y la vivencia de los sacramentos en la persona,
para que con un nuevo sentido de vida responda con un espíritu encarnado e
inculturado a la realidad.
ESTRATEGIA 1:
Realizando procesos de formación básica de liturgia y creando equipos parroquiales
para ello.
ESTRATEGIA 2:
Cuidando el acompañamiento de las personas por medio de los responsables de
liturgia y ministros.
ESTRATEGIA 3:
Facilitando subsidios litúrgicos que estén adaptados a la persona desde la cultura y
realidad donde se celebre.
ESTRATEGIA 4:
Promoviendo en las celebraciones litúrgicas una participación plena, consciente y
activa.
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4.- DIMENSIÓN MISIONERA:
Presentar la Palabra de Dios de manera sencilla y atractiva a través de procesos de
evangelización bien organizados y diseñados, inspirados en la sencillez del mensaje de
Jesús.
ESTRATEGIA 1:
Creando equipos de evangelización y misión en cada parroquia
ESTRATEGIA 2:
Organizando jornadas de evangelización y misiones parroquiales que prioricen a los
más alejados.
ESTRATEGIA 3:
Empleando de forma masiva, diversa y organizada los medios tecnológicos, de
comunicación y las redes sociales para difundir nuestra fe, la Buena Nueva de Jesús y el
trabajo pastoral de nuestra Iglesia.
ESTRATEGIA 4:
Fomentando desde la formación inicial de los candidatos al sacerdocio experiencias
misioneras significativas durante todo el itinerario formativo.
ESTRATEGIA 1:
Creando espacios de reflexión y análisis permanente de la realidad a la luz de la
enseñanza social de la Iglesia.
ESTRATEGIA 2:
Impulsando la formación integral que promueve las capacidades de las personas.
ESTRATEGIA 3:
Formando equipos multidisciplinarios que participen en los diferentes ámbitos
(político, económico, social, cultural y religioso) para impulsar y fomentar los valores
humanos y cristianos, que nos llevan a tener una verdadera conciencia social.
ESTRATEGIA 4:
Conociendo el ser y accionar de las organizaciones que trabajan por la defensa de la
vida, para involucrarnos en aquellas actividades que conllevan a la dignificación del ser
humano.
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ÁMBITO PASTORAL
3: LA FAMILIA.
OBJETIVO ESPECÍFICO
LÍNEAS DE ACCIÓN
ESTRATEGIA 1:
Creando un plan de formación y acompañamiento a las familias fundamentado en la
Palabra de Dios y los documentos de la Iglesia.
ESTRATEGIA 2:
Acompañando a los padres de familia de los niños y jóvenes que están en catequesis
ESTRATEGIA 3:
Implementando temas sobre la vocación matrimonial y realidad familiar en diferentes
ámbitos
ESTRATEGIA 4:
Promoviendo la participación de la familia en las comunidades eclesiales de base
(CEBs).
ESTRATEGIA 1:
Reuniendo a los agentes de pastoral evangelizados y formados de cada comisión
parroquial para dialogar, organizar y regular la pastoral familiar diocesana.
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ESTRATEGIA 2:
Fortaleciendo en las familias la vivencia y transmisión de la fe a través de convivencias,
eucaristías, acción social, retiros...etc.
ESTRATEGIA 3:
Fomentando la unidad familiar a través de convivencias, eucaristías, acción social,
retiros…etc.
ESTRATEGIA 1:
Orientando el compromiso familiar de fe y vida a través de la catequesis y vivencia de
los sacramentos.
ESTRATEGIA 2:
Promoviendo a través de las fiestas patronales el encuentro de familia en comunidad y
parroquia
ESTRATEGIA 3:
Promoviendo la familia como transmisora de la fe por medio de: lectura orante de la
Palabra de Dios, subsidios para la oración familiar, rezo del rosario y otras prácticas
devocionales.
ESTRATEGIA 1:
Propiciando la evangelización de las familias para las familias e integrando en las
actividades misioneras a los hijos y otros miembros del hogar
ESTRATEGIA 2:
Fomentando, a través de jornadas y encuentros comunitarios, en tiempos especiales,
el espíritu misionero y solidario de las familias
ESTRATEGIA 3:
Visitando familias alejadas de la Iglesia animándolas a integrarse nuevamente a la vida
eclesial.
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5.- DIMENSIÓN SAMARITANA:
Promover en la familia la conciencia social y su papel protagónico en la defensa de la
vida.
ESTRATEGIA 1:
Sensibilizando a la población por medio de campañas sobre el valor de la vida y los
derechos de la persona.
ESTRATEGIA 2:
Concientizando a las familias para que se integren y participen en las organizaciones
eclesiales y sociales, en la búsqueda de la solidaridad y del bien común.
ESTRATEGIA 3:
Educando en temas sobre violencia familiar enseñándoles las leyes que protegen la
familia
ESTRATEGIA 4:
Preparando personas para acompañar a familias en los momentos difíciles: desastres,
desgracias, enfermedades, pobreza extrema y tiempos de duelo
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ÁMBITO PASTORAL
OBJETIVO ESPECÍFICO
Fortalecer el compromiso personal y comunitario con Cristo, desde las
CEBs, para animar el espíritu misionero a favor de los pobres, excluidos y
vulnerables.
LÍNEAS DE ACCIÓN
ESTRATEGIA 1:
Participando e involucrándose en las escuelas de formación para animadores de CEBs
a nivel diocesano y parroquial.
ESTRATEGIA 2:
Utilizando los medios de comunicación (radio, tv., prensa escrita, redes sociales y otros
medios) para acompañar la formación en las CEBs.
ESTRATEGIA 3:
Fomentando desde las CEBs la cultura vocacional para los diferentes ministerios
(sacerdotes, religiosos/as, misionera y vida laical) y ministerios fuera de la iglesia.
ESTRATEGIA 1:
Integrando al obispo, sacerdotes, religiosos/as, delegados, catequistas, demás agentes
de pastoral y miembros de los diferentes grupos y movimientos en las CEBs.
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ESTRATEGIA 2:
Fundamentando e intensificando la identidad y sentido de pertenencia a la iglesia por
medio de: encuentros, celebraciones, convivencias, fiestas patronales, intercambios y
convocatorias diocesanas
ESTRATEGIA 3:
Profundizando y aplicando el método Ver - Juzgar - Actuar - Celebrar - Revisar como
elemento clave de formación comunitaria.
ESTRATEGIA 4:
Promoviendo una espiritualidad de comunión, participación y servicio
ESTRATEGIA 1:
Haciendo que los miembros de las CEBs se involucren en las celebraciones litúrgicas
ESTRATEGIA 2:
Ofreciendo desde la comisión diocesana de las CEBs y liturgia materiales significativos
y actualizados para los momentos especiales del año litúrgico
ESTRATEGIA 3:
Procurando que desde las CEBs se refuerce el proceso de la fe de sus miembros, en la
vivencia y preparación de los sacramentos
ESTRATEGIA 4: Celebrando en cada parroquia, como día diocesano de las CEBs, el día
de pentecostés o el de la Santísima Trinidad
ESTRATEGIA 1:
Animando con el espíritu misionero a sacerdotes, religiosas, pastorales, movimientos,
laicos comprometidos… para impregnar todos los ambientes del Espíritu de Dios, que
se nos brinda en el material de uso semanal de las CEBs.
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ESTRATEGIA 2:
Promoviendo desde las CEBs acciones evangelizadoras que nos pongan en estado
permanente de misión (jornadas de misión a nivel diocesano, parroquial y
comunitario, visitas permanentes a los hogares...etc).
ESTRATEGIA 3:
Promoviendo la creación de nuevas CEBs con el compromiso y testimonio de las ya
existentes
ESTRATEGIA 4:
Motivando la integración en las CEBs de niños, adolecentes, jóvenes y de los más
vulnerables y alejados
ESTRATEGIA 5:
Aprovechando el espacio de los medios de comunicación social como ámbitos de
evangelización, dando a conocer la riqueza que nos ofrecen las CEBs.
ESTRATEGIA 1:
Promoviendo la participación ciudadana, animando y acompañando a nuestra gente a
involucrarse en organizaciones comunales que trabajan por el bien común: patronatos,
juntas de agua, sociedad padres de familia, justicia y paz e integración de la
creación...etc
ESTRATEGIA 2:
Estructurando un plan de visitas periódicas a los hogares, hospitales, cárceles, y
personas necesitadas y darnos cuenta de las necesidades (tercera edad, viudas,
huérfanos, etc.) y atenderles si es posible con apoyo psicológico y económico.
ESTRATEGIA 3:
Promoviendo la medicina natural integral con la formación de promotores de la salud
para servir en las comunidades.
ESTRATEGIA 4:
Creando conciencia desde las comunidades asumiendo liderazgos a nivel local que
promuevan de forma permanente la auditoria social y la rendición de cuentas,
empezando desde nuestras comunidades, para un mejor aprovechamiento de los
bienes de nuestro país.
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ÁMBITO PASTORAL
OBJETIVO ESPECÍFICO
LÍNEAS DE ACCIÓN
ESTRATEGIA 1:
Organizando equipos de agentes de pastoral para que sepan orientar, acompañar y
guiar a otros hermanos en estas experiencias de encuentro con Dios
ESTRATEGIA 2:
Potenciando en los espacios parroquiales, y la formación bíblica a través de talleres o
escuelas de la Palabra
ESTRATEGIA 3:
Promoviendo e intensificando los procesos e itinerarios de educación en la fe en las
diferentes etapas de la vida (catequesis, pastoral juvenil, Iniciación cristiana de
adultos… etc).
ESTRATEGIA 4:
Fomentando de una manera decidida entre los diferentes grupos y comunidades de las
parroquias los Tallares de Oración y Vida (TOV).
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2.- DIMENSIÓN COMUNITARIA:
Impulsar la renovación parroquial en toda la diócesis como comunidad de
comunidades.
ESTRATEGIA 1:
Socializando y estudiando en las parroquias el nuevo ¨directorio de la parroquia
renovada de Honduras¨ aprobado por la Conferencia Episcopal de Honduras
ESTRATEGIA 2:
Elaborando el plan pastoral parroquial con la participación de los distintos, ministerios,
pastorales y carismas presentes en la parroquia, en comunión con el plan pastoral
diocesano y las constituciones sinodales
ESTRATEGIA 3:
Promoviendo el espíritu de unidad y comunión entre los diferentes ministerios,
pastorales y carismas, elaborando, adaptando y socializando sus estatutos.
ESTRATEGIA 4:
Organizando una Iglesia comunidad de comunidades a través de los consejos
pastorales locales comunitarios y parroquiales
ESTRATEGIA 1:
Elaborando un diagnóstico del tipo de formación litúrgica y sacramental que se está
dando en las parroquias y sus comunidades locales
ESTRATEGIA 2:
Organizando una escuela de formación litúrgica y sacramental para todos los fieles y
elaborar materiales de formación litúrgica y sacramental.
ESTRATEGIA 3:
Elaborando orientaciones pastorales diocesanas sobre la práctica sacramental en las
parroquias.
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4.- DIMENSIÓN MISIONERA:
Impulsar la acción misionera de la Iglesia parroquial y diocesana inspirándonos en los
recientes congresos misioneros.
ESTRATEGIA 1:
Fomentando en todos los procesos de formación y estructuras diocesanas y
parroquiales la dimensión misionera.
ESTRATEGIA 2:
Creando espacios en los medios de comunicación sociales (radio, TV, redes sociales,
Boletines, etc.) para impulsar la acción misionera de la Iglesia
ESTRATEGIA 3:
Realizando experiencias misioneras especialmente con niños y Jóvenes en el mes de
las misiones apoyados por las OMP (Obras Misionales Pontificias) a nivel nacional.
ESTRATEGIA 1:
Fomentando la espiritualidad samaritana en agentes de pastoral a través de
formaciones, talleres, retiros y experiencias concretas
ESTRATEGIA 2:
Creando programas integrales para atender sectores vulnerables de nuestras
comunidades comprometiendo a laicos según su profesión
ESTRATEGIA 3:
Realizando actividades concretas de promoción humana que busquen el bien común y
la reducción de la pobreza inspirados en la enseñanza social de la iglesia
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ÁMBITO PASTORAL
6: LA SOCIEDAD
OBJETIVO ESPECÍFICO
Impulsar una pastoral social encarnada, que transmita los valores del Reino
de Dios, para alcanzar una sociedad justa y equitativa, uniendo esfuerzos con
organizaciones afines.
LÍNEAS DE ACCIÓN
ESTRATEGIA 1:
Creando espacios de formación sobre la enseñanza social de la Iglesia.
ESTRATEGIA 2:
Incidiendo en los centros educativos y escuelas de padres de familia, brindando una
educación integral, especialmente en el tema de los valores sociales, y ofreciendo
recursos pedagógicos y educativos para tal fin.
ESTRATEGIA 3:
Apoyando firme y decididamente en las parroquias la Campaña Infantil fortaleciendo la
educación en valores en las escuelas y parroquias.
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2.- DIMENSIÓN COMUNITARIA:
Educar para la paz, la justicia y el respeto a la vida humana en todos los ámbitos.
ESTRATEGIA 1:
Creando la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) con la participación
de laicos profesionales que desde su propio bautizo, se comprometan a la transformación
de la sociedad en sus diferentes ámbitos; la política, cultura, educación, economía,
ecología, justicia y paz e integridad de la creación, derechos humanos …y sean un signo y
testimonio de solidaridad desde su profesión para lo más pobres y excluidos.
ESTRATEGIA 2:
Promoviendo a través de manifestaciones públicas el respeto a la vida y no violencia en
todos los ambientes y niveles, siendo todos abogados de la justicia y defensores de los
pobres
ESTRATEGIA 3:
Uniéndonos con organismos sociales para el estudio y análisis de la realidad y las
propuestas políticas justas de desarrollo y convivencia pacífica, involucrando a las
autoridades municipales, departamentales y nacionales.
ESTRATEGIA 1:
Crear y organizar jornadas de oración y acción para sensibilizarnos y luchar contra las
injusticias sociales en fechas significativas del año ya establecidas y atender a las llamadas
de la iglesia local y universal en momentos puntuales que así lo aconsejen las
circunstancias.
ESTRATEGIA 2:
Aprovechando las fiestas patronales y otras, para fortalecer la fe y el compromiso con las
realidades concretas que se viven en nuestros pueblos.
ESTRATEGIA 3:
Motivando el compromiso social a través de la vivencia de los sacramentos desde las
CEBs.
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4.- DIMENSIÓN MISIONERA:
Abrir nuevos caminos hacia la evangelización de la sociedad para colaborar en la
reconstrucción del tejido social destruido por la violencia.
ESTRATEGIA 1:
Constituyendo equipos misioneros especializados en la resolución de conflictos en
situaciones de riesgo como agentes de unidad y reconciliación en las comunidades
locales y población en riesgo.
ESTRATEGIA 2:
Creando, apoyando y acompañando grupos organizados que defiendan la dignidad y la
vida de las personas.
ESTRATEGIA 3:
Utilizando los medios tecnológicos necesarios (medios de comunicación y redes sociales),
e implementando nuevos procesos de evangelización que respondan al desafío de las
nuevas culturas juveniles.
ESTRATEGIA 1:
Definiendo y socializando la estructura y funciones de cada ámbito de la Pastoral Social a
nivel de diócesis y parroquial.
ESTRATEGIA 2:
Uniéndonos y apoyando las iniciativas de las organizaciones que trabajan por la defensa
de la vida y haciendo vínculos institucionales (CONADEH, Observatorio de La Violencia…)
con organismos relacionados a la Defensa de Los Derechos Humanos, Medio Ambiente-
Recursos Naturales, Transparencia y Rendición de Cuentas y Construcción de Paz.
ESTRATEGIA 3:
Impulsando acciones solidarias concretas como: libra de amor, visitas a enfermos, techo
solidario, campañas de salud, prevención de la violencia, botiquines, fondos solidarios,
banco comunal o cajas rurales, tiendas comunitarias…
ESTRATEGIA 4:
Estructurando la pastoral penitenciaria en nuestra Diócesis atendiendo a todos los
centros penales ofreciendo formación y evangelización a los privados de libertad.
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ESTRATEGIA 5:
Motivando desde las CEBs a comprometerse eclesial y socialmente en las organizaciones
comunitarias: comités, patronatos, juntas de agua, sociedad de padres de familia.
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ÁMBITO PASTORAL
OBJETIVO ESPECÍFICO
LÍNEAS DE ACCIÓN
ESTRATEGIA 1:
Promoviendo el cuidado del medio ambiente con niños y jóvenes, en centros educativos,
con materiales populares y contacto directo con la naturaleza. Incluyendo en los procesos
de formación catequética la conciencia ecológica de tal manera, que se vea al ser humano
como administrador cuidadoso de la creación.
ESTRATEGIA 2:
Incluyendo el tema del medio ambiente en los distintos materiales de formación que
respondan y partan de la realidad y necesidades de nuestro pueblo.
ESTRATEGIA 3:
Haciendo alianzas con todas las fuerzas vivas de las comunidades rurales y urbanas, para
promover los programas educativos sobre el cuidado, aprovechamiento sostenible
responsable y defensa del medio ambiente.
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2.- DIMENSIÓN COMUNITARIA:
Impulsar y organizar a nivel diocesano y parroquial la acción pastoral para el cuidado del
medio ambiente.
ESTRATEGIA 1:
Estructurando la pastoral social del medio ambiente en cada parroquia como expresión
de nuestra espiritualidad, amor y respeto a la creación.
ESTRATEGIA 2:
Involucrándonos en grupos que están al cuidado y defensa del medio ambiente.
ESTRATEGIA 3:
Elaborando boletines, trifolios y programas de radio y televisión, campañas… en relación
al cuidado y defensa del medio ambiente.
ESTRATEGIA 4:
Elaborando un diagnóstico comunitario de la vulnerabilidad ambiental en que vivimos.
ESTRATEGIA 1:
Desarrollando una liturgia inculturada y en armonía con la creación, que recoja los rasgos
propios de nuestros pueblos, conjugando naturaleza, arte y belleza para expresar el amor
de Dios por el medio ambiente.
ESTRATEGIA 2:
Promoviendo en la Diócesis y en las parroquias la celebraciones alusivas al medio
ambiente (día del agua, de la tierra, del árbol, del mar, del medio ambiente…etc) en
donde cada comunidad lo viva y celebre de acuerdo a su realidad.
ESTRATEGIA 3:
Implementando acciones que cuiden y protejan los bosques, las cuencas y microcuencas
productoras de agua.
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4.- DIMENSIÓN MISIONERA:
Incluir en nuestra acción misionera la tarea concientizadora a favor del medio ambiente.
ESTRATEGIA 1:
Identificando y socializando los problemas ambientales en nuestra Diócesis, para
concientizarnos y comenzar acciones de prevención y conservación en el uso racional de
los recursos del medio ambiente a través de los medios a nuestro alcance.
ESTRATEGIA 2:
Trabajando en conjunto con las organizaciones sociales que se dedican al cuidado del
medio ambiente en contra del abuso del poder y del dinero.
ESTRATEGIA 3:
Practicando los valores del Evangelio y la enseñanza Social de la Iglesia, especialmente a
favor de nuestros hermanos más vulnerables.
ESTRATEGIA 4:
Animando el espíritu misionero de todos los agentes de pastoral en su compromiso
cristiano de velar por el cuidado y defensa del medio ambiente.
ESTRATEGIA 1:
Animando desde la comisión de JPIC (Justicia, Paz e Integridad de la Creación) el trabajo
en red con otras organizaciones en la defensa de los bienes comunes.
ESTRATEGIA 2:
Aprovechando recursos y materiales formativos populares, creados por otras
organizaciones en relación a la problemática ambiental, accesibles a la gente sencilla.
ESTRATEGIA 3:
Dando a conocer las leyes, convenios nacionales e internacionales, relacionadas con los
recursos naturales y medio ambiente, a través de todos los medios de comunicación
posibles.
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ESTRATEGIA 4:
Apoyando o gestionando proyectos de desarrollo comunitario relacionados con el uso
equilibrado de los bienes naturales, tales como: centros turísticos, ecoturismo, bono de
carbono, hidroeléctricas comunitarias, sistemas productivos agroforestales… entre otros.
ESTRATEGIA 5:
Continuando con el proceso de concientización que nos permita finalizar con la
declaratoria del Departamento de Atlántida libre de la explotación minera metálica y no
metálica, excepto material pétreo obtenido de forma artesanal.
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