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Fallo Isla de Palmas

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Laudo arbitral: Corte Permanente de Arbitraje, Asunto de la isla de Palmas,

Estados Unidos de América c/ Países Bajos, 1928.

Hechos: se inicia un litigio entre Estados Unidos de América y los Países Bajos,
cuyo objeto era la soberanía sobre la isla de Palmas, que está situada en el área del
archipiélago filipino. Éste había sido cedido a los Estados Unidos (EEUU) por
España mediante el Tratado de París de 1898, que puso fin a la guerra hispano-
estadounidense. El litigio surge tras la visita que en 1906 realizó el general
americano Wood a la isla de Palmas y su informe presentado a la Secretaría militar
del Ejército de los EEUU, en virtud del cual establece que la isla era reclamada por
los Países Bajos. Planteada la controversia, las partes decidieron que el caso debería
ser sometido a uno de los medios pacíficos de resolución de controversias, por lo
que acordaron recurrir a la Corte Permanente de Arbitraje de la Haya, a la que se
sometieron por compromiso el 23 de enero de 1925. El diferendo quedo a cargo del
jurista suizo Max Huber, quien dictó el laudo en abril de 1928.

Compromiso arbitral

Conforme a la convención suscripta por EEUU y los Países Bajos (compromiso


arbitral), la cuestión que las partes acordaron someter a arbitraje fue determinar si
la isla de Palmas en su integridad formaba parte del territorio holandés o del
territorio perteneciente a los EEUU. Esto es: adoptaron la postura de que para los
fines del arbitraje la isla en cuestión sólo puede pertenecer a una u otra de ellas.

Cuestiones

¿Qué criterio o principio debe seguirse para definir cuál es el Estado que posee
soberanía sobre determinado espacio territorial?

Argumentos de las partes


-EEUU fundaba su derecho a la soberanía sobre la isla, en la trasferencia del
archipiélago filipino que en su favor había realizado España, en el Tratado de París.
Asimismo, apuntalaba su postura con otros dos argumentos: a) el descubrimiento de
la isla por parte de España y b) el principio de continuidad (o contigüidad) del
territorio.

-Los Países Bajos fundan, por el contrario, su reclamación de soberanía


esencialmente en el título del continuo y pacífico ejercicio de la autoridad del Estado
sobre la isla.

Fallo

La isla de Palmas forma parte en su totalidad del territorio de los Países Bajos.

Doctrina

-En primer lugar el árbitro Max Huber, realiza una serie de consideraciones sobre lo
que la soberanía significa en relación con el territorio. Así, dirá que ella es la
condición jurídicamente necesaria para que una parte de la superficie terrestre pueda
ser atribuida al territorio de un determinado Estado. Asimismo, en las relaciones
interestatales la soberanía equivale a independencia, es decir, el derecho a ejercer en
un territorio las funciones estatales, con exclusión de cualquier otro Estado. La
soberanía otorga competencia exclusiva a un Estado respecto de su propio
territorio.

-En caso de controversia referente a la soberanía sobre un territorio, es costumbre


examinar cuál de los dos Estados que reclaman dicha soberanía posee un título
(cesión, conquista, ocupación, etc.) mejor (o superior) al que presenta el otro Estado.
Pero si la controversia se basa en el hecho de que la otra parte ha ejercido
efectivamente la soberanía, no alcanza con determinar el título por el que la
soberanía fue válidamente adquirida en un momento determinado. También debe
demostrarse que dicha soberanía territorial ha continuado existiendo y que existe al
momento decisivo para la solución de la controversia. Esta demostración consiste en
el ejercicio efectivo de las actividades estatales propias del soberano territorial.

-El principio de efectividad es el elemento esencial para la adquisición de la


titularidad de la soberanía, así como también para su mantenimiento o continuación.
Tal es así, que la práctica reconoce que el ejercicio continuo y pacífico de soberanía
territorial es tan eficaz como un título. Conforme al derecho internacional actual,
los títulos de adquisición de la soberanía territorial se basan en este criterio de
efectividad (aprehensión: ocupación o conquista; cesión; accesión).

-De esta manera, la soberanía no se limita a un aspecto negativo. Si bien, de un lado,


implica el derecho de ejercitar en forma exclusiva las actividades propias de los
Estados, por el otro, tiene como contrapartida un deber: la obligación de proteger
dentro de su propio territorio los derechos de los demás Estados, juntamente con los
derechos que cada Estado puede reclamar para aquellos de sus nacionales que se
hallen en territorio extranjero (protección diplomática). Podemos afirmar así que, en
el derecho internacional, no existe un derecho de soberanía territorial en términos
abstractos.

-En relación al argumento presentado por EEUU para fundar su soberanía, el árbitro
entendió que tenía que establecer en primer lugar, si España al momento de celebrar
el Tratado de París, ejercía soberanía sobre la isla de Palmas. En tal sentido, analizó
los otros dos pilares del argumento de EEUU.

-En cuanto al descubrimiento de la isla por parte de España, el árbitro realiza la


siguiente observación: un hecho jurídico deber ser apreciado a la luz del derecho
contemporáneo suyo y no a la luz del derecho vigente en el tiempo en que surge. Por
tanto, así como la creación de un derecho está sometida al derecho en vigor de una
época, la existencia de ese derecho, es decir, su manifestación continua, debe seguir
las condiciones requeridas para la evolución del derecho. El árbitro observa que en
el siglo XIX prevalece en el derecho internacional el principio de efectividad en
materia de constitución y mantenimiento de soberanía territorial. En la época actual,
el descubrimiento sólo otorga un derecho imperfecto, que deberá ser completado con
actos de ocupación posteriores, dentro de un plazo razonable. En el presente caso no
se consideró acreditado ningún acto de ocupación por parte del Estado español.

-Y aún en el caso de que España haya podido transmitir ese derecho imperfecto que
el descubrimiento le otorgaba, ese título no puede prevalecer sobre el ejercicio
continuo y pacífico de actos de soberanía, ya que tal ejercicio de autoridad puede
aún prevalecer sobre un título definitivo o completo anterior, presentado por otro
Estado.

-Finalmente, EEUU alegó el principio de continuidad del territorio, entendiendo


que la isla de Palmas estaba bajo a soberanía española, porque geográficamente es
parte del archipiélago de las Filipinas (espacio territorial cedido por España a
EEUU). Al respecto, el árbitro consideró que era imposible establecer la existencia
de una regla de derecho internacional por la cual las islas situadas fuera de las aguas
territoriales, pertenezcan a un Estado por el simple hecho de que su territorio
constituye la tierra firme, el continente más cercano o isla de tamaño considerable.
Con lo cual, este argumento también es desechado.

-Los Países bajos, por su parte, fundan su reclamo de soberanía en el título del
continuo y pacífico ejercicio de la autoridad del Estado sobre la isla. El argumento
neerlandés sostiene que la Compañía de las Indias Orientales estableció la soberanía
holandesa sobre la isla de Palmas desde el siglo XVII por medio de acuerdos con
reyezuelos (indígenas) y que dicha soberanía se ha venido ejerciendo durante los dos
últimos siglos. A estas compañías formadas por individuos y dedicadas a fines
económicos se les concedieron, por aquellos Estados de quienes dependían,
facultades de derecho público para la adquisición y administración de colonias. La
Compañía Holandesa de las Islas Orientales es una de las mejor conocidas. La
prueba documental aportada, lleva a la conclusión de que la isla de Palmas estaba
bajo el señorío de esta Compañía y por ello, de los Países Bajos.

-En el proceso arbitral quedó demostrado que el Estado neerlandés venía ejerciendo
de manera continua y pacífica la soberanía sobre dicho territorio y bien es sabido
que, en el derecho internacional actual, este título prevalece sobre un título de
adquisición de soberanía no seguido por el ejercicio efectivo de autoridad estatal.

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