Tema 4
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1. INTRODUCCIÓN
Existen diferentes tipos de almacenes, cada uno con unas peculiaridades que los ha-
cen diferentes entre sí. El gran número de referencias y formatos de presentación y la
multivariedad de sistemas de almacenamiento asociados, provoca que cualquier es-
tudio sobre el almacenamiento de los alimentos deba afrontarse de forma muy me-
ticulosa.
Por otro lado, dentro del propio sector alimentario, las diferencias entre los distintos
almacenes son grandes. Así no se puede incluir dentro de un mismo grupo a un al-
macén de recepción o de expedición frente a un almacén de semielaborados, que
está destinado a cubrir las necesidades de fábrica de productos manufacturados. En
los dos primeros casos hay camiones de carga y descarga a los que se les asocia
muelles y en el último caso no se da esta situación.
Por todas estas razones existen grandes diferencias a la hora de abordar los almace-
nes alimentarios. Como aspectos generales sobre los almacenes están la planificación
y organización de almacenes y la valoración, control y gestión de existencias.
La facilidad con que se puedan realizar las operaciones en un almacén va a influir di-
rectamente en el coste de las mismas. Esto va a depender de la adecuación de las
zonas o espacios destinados a esas operaciones. Las zonas que se pueden identificar
en un almacén son:
Son espacios destinados a las maniobras que realizan los vehículos para entrar, posi-
cionarse y salir. A la hora de diseñar un almacén habrá que tener en cuenta las di-
mensiones y tonelaje de los vehículos así como la cantidad de éstos que debe ser
atendida simultáneamente. Así se determina el número de muelles y el tamaño de las
zonas para carga y descarga.
La determinación del volumen de este stock permitiría definir las superficies que hay
que reservar para esta zona de retención.
2.4.4. ZONAS DE ENVASADO O REENVASADO
Otro de los aspectos a considerar y que condiciona el tamaño de las zonas de alma-
cenamiento es la colocación de los productos dentro de las estanterías, así como de
los medios de almacenaje a emplear, ya que ellos determinarán la disposición de los
pasillos laterales y las anchuras requeridas para que esos medios operen con la má-
xima eficiencia.
Esta zona está destinada a la recuperación de los productos de sus lugares de alma-
cenamiento y a su preparación para ser enviados adecuadamente.
El control de los envíos consiste en comprobar las referencias de los artículos presen-
tes y que su número corresponda a las cantidades del pedido.
Es importante que los envíos estén preparados antes de que llegue el vehículo que
los llevará, de ahí la necesidad de disponer de zonas de almacenamiento dedicadas a
este fin.
Cámaras Frigoríficas
Devoluciones
De la misma forma, los embalajes vacíos pueden llegar a constituir un volumen con-
siderable y precisan una gestión análoga a la del resto de los artículos, tanto en las
cantidades a almacenar como en los espacios necesarios para su almacenamiento.
Para reducir el tráfico interior del almacén es recomendable que estas zonas se en-
cuentren próximas a la zona de preparación y salida.
Zona de Mantenimiento
Los aparatos que funcionan por tracción eléctrica requieren un espacio para cargar
sus baterías. Los motores diesel también requieren pequeñas atenciones.
La primera tarea del diseño de un almacén está orientada a seleccionar el lugar don-
de ubicarlo, es decir, su localización. La decisión se basa en la consideración de los
costes implicados y en los niveles de servicio al cliente deseados. La situación de la
zona de suministro y la de la zona de demanda así como las características de las
vías de comunicación van a determinar la zona en la que debe ubicarse el almacén.
Existen modelos matemáticos que permiten calcular la zona adecuada de ubicación
del almacén mediante la simulación de los resultados de diferentes hipótesis.
Hay que decidir si interesa contar con el almacén propio, alquilado o subcontratar
servicios logísticos de almacenaje. Elegida la zona, a la hora de buscar el terreno hay
que tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- Centro del casco urbano o periferia: normalmente los almacenes suelen insta-
larse en la periferia de las ciudades ya que de esta manera se puede contar con
espacios mayores y con la posibilidad de futuras ampliaciones.
- Coste del terreno.
- Facilidades de acceso.
- Existencia de utilidades y servicios como agua, electricidad, teléfono y alcantari-
llado.
- Posibilidades de ampliaciones.
- Topografía: los almacenes suelen tener figura cúbica y suelo horizontal, si el
suelo estuviera en pendiente sería necesario realizar grandes movimientos de
tierra para su explanación.
En cuanto al edificio, habrá que tener en cuenta una serie de características genera-
les. Respecto a la forma, la ideal suele ser cúbica o prismática. Si no es posible se uti-
liza la forma en “L”. En cuanto a la altura, lo ideal es una altura uniforme en todo el
edificio a excepción de las zonas de preparación que suelen ser más bajas.
Se recomiendan edificios de una sola planta, la experiencia dice que son las menos
costosas. No obstante en el número de plantas influyen factores como el producto, la
flexibilidad, el coste de los terrenos, etc.
El espacio interior debe ser diáfano, evitarse las plantas adicionales o los altillos. Si la
planta es diáfana se consigue la máxima flexibilidad para repartir los espacios inicial-
mente y para reorganizaciones futuras.
Para poder dimensionar adecuadamente el almacén hay que conocer bien las carac-
terísticas físicas del stock, las del envío-tipo de entrada y las del envío-tipo de salida.
Estas características permitirán elegir los sistemas físicos de almacenaje más adecua-
dos y según la tasa de ocupación de estos sistemas, las necesidades de espacios para
cada una de las áreas del almacén. Un error en el dimensionamiento del almacén
conduce a un considerable aumento de los costes de operación. El tamaño del alma-
cén será de dos a tres veces el que se necesita para el almacenaje en sí.
Los sistemas automáticos permiten una gran actividad pero poca flexibilidad frente a
los cambios. Los sistemas manuales son menos rápidos pero más flexibles.
Una vez definidos los sistemas de almacenaje es necesario estudiar las necesidades
del resto de las áreas del almacén (preparación, carga de baterías, etc.). Hay que te-
ner en cuenta el flujo de materiales a la hora de situar cada área para que los reco-
rridos sean mínimos. La oficina se debe situar entre los muelles de entrada y los de
salida. En cuanto a las zonas de aseo, se deberán habilitar aseos separados para el
personal ajeno al almacén.
Es necesario que todo el suelo tenga unas características uniformes en cuanto a re-
sistencia a cargas. El suelo debe ser horizontal de lo contrario las estanterías podrían
desplazarse o desequilibrarse. Asimismo el suelo debe ser fácilmente lavable y tener
un revestimiento antipolvo.
La iluminación artificial debe ser la adecuada para la actividad humana que vaya a
realizarse. Si es automatizado puede mantenerse a oscuras y contar solo con la ilu-
minación mínima de mantenimiento. En el diseño del almacén también se deberán
tener en cuenta todos los aspectos relacionados con la seguridad e higiene.
2.6. CODIFICACIÓN DE LOS COMPONENTES DEL ALMACÉN
Con el fin de identificar las distintas dependencias y otros componentes del almacén,
es muy importante asignar a cada una un código que evite errores y permita su iden-
tificación rápida. Los elementos que deben ser codificados, son como mínimo los si-
guientes:
Las ubicaciones forman parte de las estanterías. Así se llama módulo al conjunto de
ubicaciones contenidas entre dos patas consecutivas de la estantería. Se llama nivel a
cada piso diferente dentro de un mismo módulo. Dentro de un mismo nivel puede
haber una o varias ubicaciones.
Cuando se utilicen códigos de barras u otros sistemas de lectura automática será ne-
cesaria también la identificación alfanumérica para que pueda ser realizada tanto la
lectura directa por personas como la lectura mediante dispositivos lectores de códi-
gos de barras.
La ubicación tiene como objetivo contener los stocks físicos. El concepto de ubica-
ción es muy amplio y a la hora de clasificar las ubicaciones se tienen en cuenta los
siguientes aspectos: volumen, dimensiones, resistencia, accesibilidad y forma del bul-
to que va a contener.
A) Ubicaciones diáfanas
Son un área marcada en el suelo sobre la que se colocan los bultos. Hay dos tipos: a
un solo nivel y apilable. El máximo aprovechamiento del espacio que se consigue con
este tipo de ubicación penaliza la operatividad.
B) Estanterías desmontables
Son estructuras independientes del edificio que se fijan al suelo y a veces también al
techo. Hay varios tipos:
- Estanterías convencionales
Son estructuras en las que existen ubicaciones a diferentes niveles sobre el suelo. No
tienen profundidad es decir que no se da el caso de que para acceder a una ubica-
ción haya que pasar a través de otra. Hay dos subtipos:
De bandeja: cada ubicación tiene un suelo de bandeja sobre el que puede ha-
ber un cajón o un volumen diáfano.
De paletización: el suelo no es macizo sino que está formado por dos barras
horizontales sobre las que se apoyan los palets. Sólo puede contener palets.
- Estanterías compactas
Son estructuras en las que existen ubicaciones a diferentes niveles sobre el suelo al
igual que las convencionales. Se diferencian de ellas en que tienen varias ubicaciones
en profundidad, es decir, para llegar a una posterior hay que acceder a través de la
de delante que tendrá que estar vacía. Requieren que los bultos sean todos unifor-
mes. Cuando están vacías no existen dificultades para moverse a través de ellas inclu-
so con carretillas.
- Estanterías dinámicas
- Estanterías móviles
Son estanterías en las que la propia ubicación y no solo la mercancía como ocurría
en las anteriores se puede desplazar. Existen los siguientes subtipos:
- Estanterías especiales
Son estanterías dedicadas a contener bultos especiales. Las estanterías Cantilever sir-
ven para alojar tubos y barras. Los Nichos se utilizan para depositar panochas colo-
cadas verticalmente.
C) Estanterías Autoportantes
Estas estanterías no son independientes del edificio, puesto que constituyen su pro-
pia estructura. Las paredes y el techo se apoyan en ellas. Su desmontaje supone la
desaparición del almacén.
D) Ubicaciones varias
En este grupo se incluyen los silos y tanques para líquidos, gases y graneles.
2.8. MÉTODOS O SISTEMAS DE ALMACENAJE
Existen distintos métodos de almacenaje de las mercancías, la elección del más ade-
cuado dependerá de la mercancía en sí y del equipamiento disponible para su mane-
jo. El tipo de ubicación, el tipo de pasillo y el tipo de medio de manipulación configu-
ran el sistema de almacenaje.
Los sistemas físicos de almacenaje son los que se refieren a los componentes físicos
del mismo, a diferencia de los sistemas operativos de almacenaje que son los que se
refieren al método de organización y operación.
Los métodos o sistemas físicos de almacenaje se pueden agrupar según tres criterios:
Si las estanterías permiten que las carretillas elevadoras pasen a su través de manera
que la carga y descarga se pueda realizar por ambos extremos, los productos podrán
seguir un proceso FIFO.
En estos métodos las unidades de carga se disponen de manera que dejan espacio
libre suficiente para permitir el paso de una carretilla o de cualquier otro aparato de
manipulación. Estos métodos se emplean considerando conjuntamente las caracte-
rísticas de la unidad de carga, del aparato de manipulación y del tipo de estantería.
Los aparatos de manipulación que se suelen emplear son: transpalés, carretillas con-
trapesadas, apiladoras, retráctiles, de carga bi o trilateral y transelevadores. Cada
aparato tiene unas características que le permiten alcanzar una determinada altura y
requiere una anchura de pasillo determinada.
2.9. ZONIFICACIÓN
3. SECUENCIA DE OPERACIONES
- Distribución de los alimentos en pilas o lotes que guarden las debidas distan-
cias entre ellos, y con paredes, suelos y techos.
- Utilización de espacios en superficie y altura y sistema de almacenamiento ade-
cuados al movimiento, recepción, manipulación y expedición.
- Rotación de existencias y remociones periódicas en función del tiempo de al-
macenamiento y condiciones de conservación que exija cada producto.
- Reconocimiento e inspección periódica de las condiciones del local y del esta-
do de los alimentos.
- Retirada de los alimentos deteriorados, infectados o contaminados, así como
de aquellos cuyos envases aparezcan rotos. Con respecto al local se tomarán
las medidas apropiadas para evitar posteriores contaminaciones.
Alcachofas 0 1 mes
Cebollas 0 a -3 6 semanas
Frambuesas 0 5 días
Fresas 0 5 días
Temperaturas de conservación
Despojos <3
Tanto en el caso de la carne como del pescado envasado, los procesos de pérdida
de peso por evaporación son menores, aunque sí se pueden producir exudaciones,
que aparecen habitualmente en el fondo del envase. También se deben mantener las
mismas temperaturas de conservación.
Para las frutas y las hortalizas muy perecederas, como los frutos con hueso, lechuga y
espinacas se recomienda bajar la temperatura hasta 1-3ºC. Para frutas y verduras no
tan perecederas como la manzana, uvas, tomate, coliflor, espárragos, las temperatu-
ras adecuadas de conservación se sitúan entre los 4 y 8ºC. Para las frutas y hortalizas
menos perecederas como los agrios, pepino, alcachofa y sandía, las temperaturas
que se recomiendan están entre 8 y 12ºC.
Los pavimentos de los almacenes que comuniquen directamente con el exterior esta-
rán situados a una cota superior a éste, al menos de 0,20 metros. Serán impermea-
bles, no absorbentes, antideslizantes, resistentes e incombustibles; de fácil limpieza y
desinfección y no atacables por ácido o álcalis. El empleo de carretillas no debe pro-
ducir erosiones en el pavimento que sean la causa de levantamiento de polvo. En el
caso de existir sumideros estarán provistos de los dispositivos que eviten el retroceso
de materias orgánicas y olores, y el acceso de roedores, con rejillas fácilmente des-
montables para su limpieza, desembocando directamente en la red de aguas resi-
duales, y si esto no es posible, se realizará una depuración primaria de los efluentes.
Los techos serán impermeables, resistentes y construidos con materiales que permi-
tan su conservación en perfectas condiciones de limpieza y desinfección, se construi-
rán de modo que se impida la acumulación de suciedad y la condensación de vapo-
res.
Todas las aperturas al exterior estarán protegidas con dispositivos adecuados para
evitar el acceso de insectos, roedores, aves u otros animales. Las ventanas y los hue-
cos estarán situados siempre que sea posible de forma que no estén abiertos en el
sentido de los vientos dominantes.
Los almacenes dispondrán en todo momento de agua potable para el aseo personal,
limpieza de útiles, envases y otros elementos en contacto con los alimentos. El agua
será al menos sanitariamente permisible para el lavado y limpieza de los locales y
elementos que no estén en contacto con los alimentos. Se podrá utilizar agua no po-
table en la refrigeración de compresores, en condensadores, en la producción de va-
por y en las bocas de incendios. Los circuitos de distribución de aguas potables y no
potables serán independientes y reconocibles.
Para vestuarios existirán locales secos de fácil ventilación e iluminación con amplitud
adecuada al número de trabajadores. Junto a cada vestuario deberá estar situado un
cuarto de aseo con agua caliente y fría con fácil acceso y que cumpla las especifica-
ciones de la reglamentación correspondiente. Su separación de la zona de almace-
namiento será completa.
Serán de las dimensiones suficientes para el uso al que estén destinados de manera
que no exista un exceso de productos almacenados que dificulte su manipulación.
Se mantendrán las temperaturas adecuadas, humedad relativa y conveniente circula-
ción del aire de manera que los productos no sufran alteraciones ni cambios perjudi-
ciales. Permitirán la protección de los productos de la acción directa de la luz solar o
de las corrientes de aire cuando resulten perjudiciales. En cualquier caso estas condi-
ciones dependerán de cada producto.
En el estudio de los almacenes uno de los principales problemas que surgen es de-
terminar el volumen de existencias que la empresa ha de tener almacenado para, con
el menor coste posible, hacer frente a la demanda de los clientes.
Pedidos
Espacio por Pedidos al Unidades al Espacio re-
Producto medios dia- Índice v-p
unidad año año querido
rios
Se calcula:
5.1.1. INVENTARIO
El período medio de fabricación es el número de días que pasan desde que el pro-
ducto inicia su fabricación hasta que se obtiene el producto terminado.
Las existencias medias son la media de la suma de las existencias al inicio y al final
del período considerado. El coste del producto terminado se halla considerando los
gastos en los que se incurre a la hora de fabricar el producto más las existencias de
productos en curso al inicio del proceso productivo y menos las existencias de pro-
ductos en curso al final del proceso productivo.
Los productos obsoletos son los productos anticuados que permanecen en el alma-
cén largos períodos de tiempo, bien porque no se ajustan a la moda del momento o
bien porque tecnológicamente se encuentran desfasados.
Son productos cuyas rotaciones son inferiores a las consideradas normales para ese
tipo de productos. Su almacenamiento genera unos costes y por ello el saneamiento
de éstos consiste en su venta aunque tenga que hacerse a precios inferiores a los de
adquisición o compra, ya que así la empresa se ahorraría los costes de almacena-
miento.
Para saber cuál es la cuantía de la inversión que una empresa mantiene en inventario
hay que saber cuántas existencias tiene en ese momento en el almacén y darle un
valor a cada una. Es importante saber el valor de las que salen porque si se incorpo-
ran al proceso productivo, su valor formará parte de él, y si se destinan a la venta, la
diferencia entre su valor y el precio de venta proporciona la ganancia de la empresa.
Las existencias se valoran por su precio de adquisición, si han sido compradas, o por
su coste de producción si han sido fabricadas por la propia empresa.
Precio de adquisición. Comprende el precio que aparece en la factura más los gastos
adicionales que se produzcan hasta que los bienes se hallen en el almacén (transpor-
te, seguros, aduanas, etc.). Los impuestos indirectos que gravan la adquisición de las
existencias se incluirán en el precio de adquisición siempre que no sean recuperables
de la Hacienda Pública, como el IVA:
Las entradas pueden tener distintos valores debido a que no se hayan producido to-
das con igual precio de adquisición o coste de producción, pues éstos pueden variar
con el tiempo.
5.2.2. FIFO (“First In, First Out”: primero en entrar, primero en salir)
Este método valora las existencias que salen del almacén al precio o coste de las que
más tiempo han estado almacenadas, es decir, las que primero entraron. Se presu-
pone que las existencias van saliendo en el mismo orden que van entrando. Para po-
der aplicar este método hay que conocer el orden de entrada de las existencias en el
almacén y sus respectivos precios.
Ejemplo:
Unidades Precio
Existencias 20 100 €
Compras 60 150 €
30 150 €
Este método valora las existencias que salen del almacén al precio o coste de las que
menos tiempo han estado almacenadas. Se presume que las existencias van saliendo
en orden inverso al que van entrando. Al igual que en el caso del método FIFO, es
necesario conocer el orden de entrada de las existencias en el almacén y sus respec-
tivos precios.
Unidades Precio
Compras 25 180 €
50 120 €
- HIFO (Highest In, First Out: Entrada más cara, primera salida). No se tiene en
cuenta el orden de entrada de las existencias en el almacén.
- NIFO (Next In, First Out: Próxima entrada, primera salida). Se toma como valor
de las salidas el precio o coste que supondría reponerlas en ese momento.
- Precio medio simple. Es la media aritmética de los precios de las mercancías,
sin tener en cuenta la cantidad de unidades adquiridas a esos precios.