La Llanura 130
La Llanura 130
La Llanura 130
De cine www.elespañol.com
Siempre recordaremos al bandido
Fendetestas, a Pilara, a Geralo o a Fiz
de Cotobelo, todos ellos habitantes de
la fraga de Cecebre y protagonistas del
largometraje “El bosque animado”.
Nunca olvidaremos a Teodoro, el
joven ingeniero que trabaja en Oklaho-
ma y que ha venido a España a disfrutar
de un año sabático. Ni a Jimmy, padre
de Teodoro. Como saben en Madrid,
Jimmy ha matado a su mujer porque
era muy mala, y para expiar, de algún
modo, su pecado le ha comprado a su
hijo una moto con sidecar.
Y qué decir de Gutiérrez, un tanto
contrariado debido a que dentro de la
Guardia Civil a la que él mismo perte-
nece, no puede usarse, prácticamente,
el libre albedrío. Ya sabéis, las orde-
nanzas son las ordenanzas.
José Luis Cuerda En 1993, “Tocando fondo”. En 1995,
“Así en el cielo como en la tierra”. En Bueno, y el alcalde por antonoma-
Amanece, que no es poco, en el 1999, “La lengua de las mariposas”. sia; y Pascual y Fermín, los dos guar-
pueblecito de la sierra de Albacete, un En el año 2000, “Primer amor”. En dias civiles a las órdenes de Gutiérrez,
pueblo en el que es verdadera devo- 2006, “La educación de las hadas”. En el cabo. Y Paquito; y Aurora; y Adelai-
ción la que hay por Faulkner. 2008 “Los girasoles ciegos”. En 2012, da; y Carmelo. Y Ngé Ndomo, catecú-
Si, por casualidad, llegáis allí, en “Todo es silencio” y en 2018, “Tiempo meno y socialmente minoritario. Ngé
una moto con sidecar, acompañados después”. tiene una enorme afición por hacer
de vuestro padre, y el pueblecito está estampas vivas con las cabras. Y don
Con este bagaje solo podemos afir- Roberto, el maestro; y la Padington;
vacío, no os asustéis, todos los vecinos mar que aunque otros fueron contin-
están en la iglesia. En este pueblo la y Susán, la muchacha turgente que le
gentes, José Luis, era necesario. gusta al Alcalde. Y Bruno, el exiliado
misa, de la mano de don Andrés, el pá-
rroco, y de su padre, a la sazón sacris- Se nos marchó el pasado 4 de fe- argentino que, en vez de ir unos días
tán y a veces levitador, es un auténtico brero a los 72 años de edad. Es posible en bici y otros oler bien, parece que
espectáculo. ¡Qué manera de levantar que los médicos que le atendieron “no le gustan las extravagancias. Hasta tal
la sagrada forma! ¡Qué maravilloso hubieran visto nunca a nadie morirse punto es así que solo se le ha ocurrido
tintineo de la campanilla llamando a tan bien como murió José Luis. Qué escribir la novela “Luz de agosto” de
los feligreses al recogimiento! irse, qué apagarse, con qué parsimo- Willian Faulkner. Fijaos si no podía
nia...” haber plagiado a cualquier otro... habi-
A veces, el sacristán, en sus ratos da cuenta que en este pueblo es verda-
libres, pregona lo que le dice don An- Nos dejó personajes, escenas y ex- dera devoción la que hay por Faulkner.
drés... eso de “Dios es uno y trino”, presiones que quedarán para siempre
pero, al parecer, no se ha enterao nadie en el imaginario colectivo. Juan C. López
de lo que quiere decir. Para eso, sen-
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tencia el párroco, está la fe.
De muy cerca de este puebleci-
to era José Luis Cuerda. Ya sabéis, el
director de cine por antonomasia. Fue
director, guionista y productor, según
relata la Wikipedia. Ganador de dos
Goya e impulsor de la llamada come-
dia surrealista, aunque a él le gustaba
más decir surruralista.
Dirigió, entre otras, las siguientes
películas: En 1977, “El túnel” y “Mala
racha”. En 1982, “Pares y nones”. En
1983, “Total”. En 1987, “El bosque
animado”, una adaptación de la nove-
la homónima de Wenceslao Fernández
Flórez. En 1988, “Amanece, que no es
poco”. En 1991, “La viuda del capi-
tán Estrada”. En 1992, “La marrana”.
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nos reaccionario que quien, a través de Ante esto, Delibes reflexiona que contaminación, sobre la destrucción a
su literatura, se enfrenta a aquello que el desarrollo humano se ha decanta- la que sometemos a natura de forma
destruye la esencia de la naturaleza y do hacia el materialismo en todas las sistemática, sobre la era atómica y la
la cultura que de ella emana empapan- sociedades modernas tanto socialistas sensación de vivir sobre un volcán, so-
do al hombre sencillo, campesino, ín- como capitalistas, así del teocentris- bre el campo que “ha seguido siendo
tegro. Quien va contra el progreso por mo medieval y del antropocentrismo campo pero ha dejado de ser natura-
sistema sí es reaccionario, pero aquel renacentista hemos pasado al “objeto- leza”, sobre su pesimismo ante la so-
que se opone a la técnica por todo lo centrismo”, haciendo caer al hombre ciedad actual, sobre la moral, sobre el
que destruye y lo argumenta una y otra en la abyección y la egolatría. Con este éxodo rural, sobre la prostitución de la
vez a través de su obra, hoy por hoy panorama: “Nada puede sorprender- naturaleza y la explotación del hombre
y tal y como va la vida de deprisa, es nos que la corrupción se enseñoree por el hombre.
más bien un revolucionario porque se de las sociedades modernas. El viejo
En las últimas décadas, los con-
opone a un sistema que prostituye la y deplorable aforismo de que cada
tinuadores o perpetuadores del más
naturaleza y supone la explotación del hombre tiene su precio, alcanza así
salvaje capitalismo, materialismo,
hombre por el hombre. Por otra parte, su sentido literal, de plena y absoluta
consumismo, o como queramos de-
deben pensar ustedes que esta obra fue vigencia en la sociedad de nuestros
nominarlo, pero ahora teñidos con el
escrita durante la dictadura franquista. días.”
refinado eufemismo de neoliberalismo
En otra de sus reflexiones de esta Argumenta que en la actual socie- económico, nos dicen que el ecologis-
obra magistral hace que nos pregun- dad materialista y consumista, una de mo no está de moda, que ahora tiene
temos sobre el actual significado de las mayores preocupaciones del poder mala reputación eso de ser o sentirse
bienestar: es que todos estemos tranquilos, como ecologista, que es algo trasnochado y
niños pequeños con un juguete, que radical. Cuando no hay nada más ra-
“¿En qué consiste el bienestar?
no demos guerra, que no alborotemos. dical que nutrirse de la naturaleza y, al
¿Qué entiende el hombre contempo-
De esta manera, partiendo del “pan y mismo tiempo, envenenarla, destruirla,
ráneo por “estar bien”? (…) Lo que
circo” romano que entretenía y acalla- porque eso ya no tiene marcha atrás,
no presta discusión es que el “estar
ba al pueblo, tras el motín de Esqui- tal y como nos recuerda este castellano
bien” para los actuales rectores del
lache producido por la subida del pan maestro de la literatura universal.
mundo y para la mayor parte de los
y la prohibición de algunas prendas de
humanos, consiste, tanto a nivel co- Y si en alguno de ustedes, amigos
vestir, nuestro tercer Carlos descubrió
munitario como a niveles individua- lectores, he despertado la curiosidad
que los adultos eran como niños que
les, en disponer dinero para cosas. por leer esta obra del universal Delibes
lloran y protestan cuando se les lim-
Sin dinero no hay cosas y sin cosas o cualquiera otra, me doy por satisfe-
pia o asea. “Desde entonces, mayor
no es posible “estar bien” en nues- cho. Porque como nos recuerda este
preocupación que hacer justicia ha
tros días. (…) el dinero se antepone vallisoletano, maestro de las letras,
sido para los gobernantes buscar la
a todo, llegado el caso, incluso al pro- que tanto y tan bien ha escrito sobre
manera de entretener al pueblo para
pio hombre.” Castilla, lo castellano y los castellanos:
que no pida, esto es, para que no al-
“Un pueblo sin literatura es un pue-
Sobre el dinero y las sociedades borote, para que “no dé guerra”. El
blo mudo”.
avanzadas, mete el dedo en la llaga del “pan y toros” ha tenido a lo largo de
consumismo exacerbado al que nos las edades de la Historia múltiples Luis José Martín García-Sancho.
hemos acostumbrado sin ninguna ne- versiones.” Sencillamente, tan genial
cesidad, afirmando de forma magistral: como real.
“Con dinero se montan grandes Leí “El mundo en la agonía” de don
factorías que producen cosas y con Miguel Delibes Setién hace muchos
dinero se adquieren las cosas que años. Pero al volverle a leer para de-
producen esas grandes factorías. El sarrollar esta crónica he disfrutado de
hecho de que esas cosas sean necesa- cada párrafo, de cada frase. Pretendía
rias o superfluas es accesorio. El jue- subrayar algunas reflexiones, algunas
go consiste en producir y consumir, ideas concisas y concretas, pero al aca-
de tal modo que en la moderna civi- bar su lectura me he dado cuenta de la
lización, no solo se considera honesto cantidad de texto seleccionado. Porque
sino inteligente, gastar uno en pro- es muy difícil seleccionar sobre la sen-
ducir objetos superfluos y gastar no- cillez, sobre la concisión y exactitud
venta y nueve en persuadirnos de que con que se expresa el maestro Delibes
son necesarios. Ante la oportunidad en toda su obra, pero de manera espe-
de multiplicar el dinero, los valores cial en esta que les traigo hoy a “La
que algunos seres aún respetamos, Llanura”. Como él mismo afirmaba:
son sacrificados sin vacilación. Entre “En literatura nada hay más difícil que
la supervivencia de un bosque o una la sencillez”.
laguna y la erección de una industria
Todo lo que he seleccionado para
poderosa, el hombre contemporáneo
esta crónica literaria, es solo una ínfi-
no se plantea problemas: optará por
ma muestra de lo que podéis encontrar Celestino Piatti
la segunda.”
en su obra, pero hay mucho más sobre
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la surcada y atezada cara, con matices daba unos acelerones profundos, cor- ñor Teodosio y que venga con el otro
verdeoliva, coronada por una boina. tos y frecuentes. tractor”.
En los años cincuenta se iba supe- Ya he dicho anteriormente que las Llega el amo y dice: —“Pero cómo
rando la hambruna, en estos pueblos ruedas delanteras estaban juntas, pero, no va a poder si otras veces habéis
castellanos la mayoría de las familias al contrario, las traseras con un ancho cargado más y podía, estará averiado,
cebaban un cerdo para la matanza de vía variable le sobresalían a cada posiblemente no le entra bien el petró-
domiciliaria. Como la economía era lado unos cincuenta centímetros de eje. leo, dale para atrás a ver si va”. Le
precaria, se le alimentaba de pastos, da para atrás. —“¿Ves? para atrás sí
El asiento del conductor era una só-
se juntaban los de todos los vecinos puede, acelera bien y dale para ade-
lida y rígida chapa que Demetrio había
y “Cartagena”, por una cuota, se en- lante”. Con la mano izquierda al vo-
tapizado con un saco de yute de Nitra-
cargaba de llevarlos a pastar al campo, lante, la derecha presionando el acele-
to de Chile (el del caballo) acolchado
siempre acompañado por su esposa, de rador a su gusto(2), suelta el embrague
con un puñado de pajas de centeno;
la que él decía que no la cambiaba ni bruscamente, el “Cartagena” levanta
unas raquíticas aletas protegían de un
por una reina, nadie la llamaba por su ligeramente las ruedas delanteras, con
posible y eventual roce con las ruedas:
nombre, para referirse a ella se decía la parte del eje que sobresalía de la
lo demás, todo a la intemperie.
“la del Cartagena”. rueda trasera, embiste contra el pilar
Los crudos inviernos insoportables y en una fracción de segundo estaban
El camino por el que llevaban el
para muchos, no eran problema para sepultados bajo el tejado, tractor, re-
ganado a la rastrojera cruzaba el ferro-
Demetrio, que en un viaje a Medina se molque, tractoristas y el amo, que mi-
carril, en aquel tiempo con vía única.
encontró un guante de la mano izquier- lagrosamente salen ilesos.
La frecuencia del paso de trenes era de
da; con la protección que le propor-
treinta minutos como mínimo; espera- Ya fuera de los escombros, desem-
cionaban el guante, una pelliza vieja
ban que pasara un tren y después tenían polvándose y viendo que ninguno es-
que le dio don Boni y la mano derecha
tiempo de cruzar tranquilamente. “La taba herido, acompañando a un suspiro
entre la nalga y el tapizado de yute,
del Cartagena” que caminaba delante de alivio, dice Demetrio: —“Gracias a
afrontaba los inviernos.
de la piara y en un estado de embarazo Dios que no ha pasado nada”.
ya muy avanzado, al aproximarse a la Una mañana de fuerte helada, De-
Contesta el señor Teodosio: —“Jo-
vía ve venir el humeante tren y a voces metrio con su «jondine verde» con re-
der que no ha pasado nada, te has car-
le dice a “Cartagena”: —¿dónde paro, molque y la mano izquierda enguanta-
gado el tejado y el filtro del aire”.
aquí o más adelante? Y a voces le con- da al volante, entra en los corrales del
testa: —“Ni te se ocurra, si ves que te sindicato acompañado por “Cachorro” ...ooOoo...
pones mala tira pa casa”. y “Pascual” en el pescante, a cargar el
Mis coetáneos está basado en per-
remolque de basura de oveja; la cija
La piara se componía de anima- sonajes y situaciones reales, están es-
del sindicato (que así se llamaba el co-
les de las variadas razas existentes en critos sin ánimo de ridiculizar a nadie,
rral), tenía una viga de pino en el cen-
aquellos momentos; la negra muy rús- eran otros tiempos, otras mentalidades,
tro que en vertical soportaba el peso
tica pero de poco aprecio culinario; la otras costumbres, ojalá valgan estos
del tejado; no se dieron cuenta al parar
colorada también rústica y muy peluda recuerdos, (no para conformarse) para
que el eje que sobresalía de la rueda
y la blanca más apreciada porque tenía valorar el avance conseguido.
trasera apoyaba en el pilar; cargado el
el tocino más alto. (Los buenos más de
remolque al arrancar no podía avanzar. Carmelo Izquierdo García
dos dedos).
—“Jorobar, hay que descargar un
Para la continuidad de la piara, dis- (1) Quinidio dice que grises, yo que
poco que es mucho peso”.
ponía “Cartagena”, también por una tirando a amarillo
cuota, de un verraco negro. —“Ni hablar vamos a llamar al se- (2) A tope
Don Julio, el señor Cura, no era
partidario de la hibridación de las es-
pecies y propone al “marranero” la cría
de un semental blanco para las marra-
nas blancas; como en aquellos tiempos,
los deseos de la autoridad eclesiástica
eran órdenes, “Cartagena” obediente
la acata diciendo: —“No se preocupe
señor Cura que criaré uno colorao y
uno blanco, así tengo pa cubrir a todo
el pueblo”.
Ahora me referiré al “Sosias”. Este
también tenía pareja, se llamaba De-
metrio alias “Panchúteles”. Habían
creado tal simbiosis que Demetrio de-
cía: — “Yo al tractor gris no le entien-
do, pero al «jondine verde», es que le www. agroterra.com
hago hablar, mira como canta”, y le
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Clásicos Arevalenses
Por Arévalo y sus hijos
Tenía hace días el propósito de co-
mentar desde estas columnas, el acto
heroico realizado por mi excelente
amigo el capitán de infantería Luís
Vara López de la Llave, el acto hermo-
so revelador de su valor y su pericia
pero a decir verdad no me cogió de
sorpresa porque conozco muy bien a
Luís y sé de lo que es capaz. con la Cruz Laureada de San Fernan- Pérez Serrano? ¿Y otros cuantos que se
do, recompensa merecida que creemos me han escapado a la memoria? ¿Para
Los rotativos han relatado su haza- también han solicitado sus compañe- cuándo se deja el honrarlos como su
ña, han presentado al militar español ros de armas. memoria se merece?
impertérrito en su puesto, aguardando
a pie firme la lluvia de balas, con el Mil plácemes merece por esta peti- Nunca mejor que ahora, nuestro
sable desnudo, arengando a sus solda- ción, que dicho sea de paso, yo no hu- ilustre Ayuntamiento que como se
dos, que nadie con más motivo puede biera hecho tan humilde pues cuando ve ya ha dado el primer paso, debie-
llamar hermanos, pues como a tales como ahora se demanda con justicia, ra tomar la iniciativa y en una velada
les trata en la paz y en la guerra. Todo no se hace con la rodilla en tierra, sino magna para la cual debiera invitar a
esto nos lo han dicho los periódicos de con la cabeza erguida y el continente algunos castellanos ilustres, abrir una
la corte porque esto vieron sus corres- digno, mas este es un pequeño lunar suscripción popular para costear una
ponsales en el militar, mas no pudie- que debe perdonársele a D. Manuel lápida con los nombres de todos los
ron juzgar de toda la grandeza del acto Martín Sanz, en gracia a su bonísima arevalenses notables que sería coloca-
sin conocer a fondo al hombre, este intención. Y puesto a aplaudirle diga- da en el salón de sesiones del ilustre
hombre que momentos antes vio caer mos también que muy pronto algunos Ayuntamiento.
exánime a su pariente querido Euse- hijos ilustres de Arévalo, tendrán una
Creo que esta fiesta de justicia se
bio Revilla, que murió combatiendo calle, entre ellos el ya referido capitán
debiera celebrar en amplio salón, el
como un león, y que yo lo sé porque Vara.
mismo día que se descubrieran las lá-
le conozco, mientras su acero despedía Al Sr. Martín Sanz y a los señores pidas encargadas ya con el objeto antes
rayos y sus labios soltaban enérgicas concejales que tomaron tales acuerdos, mencionado.
palabras de mando, allá en su corazón envío en estas líneas mi sincera felici-
delicadamente tierno caían lágrimas Quiero hoy exponer esta idea al
tación.
silenciosas, lágrimas ardientes que le Municipio en primer lugar, al elemento
quemaban, que el militar se veía preci- Hora era, que reparáramos siquie- culto de Arévalo y muy especialmente
sado a ocultar y que el hombre bueno y ra sea en parte el olvido en que hemos a los queridos amigos antiguos compa-
noble dedicaba como póstuma y senti- tenido a nuestros ilustres paisanos para ñeros en “El Despertar” que ya sobre
da ofrenda a la memoria de su querido los cuales hace ya mucho pidieron esto algo dijeron, Nicasio Hernández
deudo, del amado soldado. homenaje debido en distintas ocasio- Luquero, Manuel Jiménez Muñío y
nes, algunos jóvenes entusiastas en las Félix Pérez Serrano, que creo de todo
El suceso tiene la poesía que tiene glorias de Arévalo, muchos de ellos corazón se asociarán a la idea y a su
todo lo grande y el eco recogió pron- glorias nacionales, Eulogio Florentino realización consagrarían su actividad y
to la fragancia de esta poesía que lle- Sanz, García Fanjul y Díaz Vara, van su talento.
gó hasta su pueblo natal, el que por a ver inscritos sus nombres en impe- Ángel Macías
boca de su representante más genuino recedero mármol, Juan de Sedeño ya Heraldo Mercantil
el Alcalde presidente, pide hoy que se hace mucho disfruta ese honor, pero ¿y 30 de octubre de 1909
condecore el pecho del bizarro capitán Alonso Díaz de Montalvo y Mamerto