Ley Saenz Peña
Ley Saenz Peña
Ley Saenz Peña
Pretendía ser universal pero aún solo podían votar los argentinos nativos o naturalizados, masculinos
mayores de 18 años y las mujeres debieron esperar hasta la sanción de la ley 14.053 del 1951 para
poder expresar su voluntad electoral.
El principal objetivo de la ley Sáenz Peña fue el de combatir el FRAUDE que era lo que venía ocurriendo
en los gobiernos anteriores desde la presidencia de Bartolomé Mitre en 1862, donde quedaba excluida
la mayoría del pueblo a la hora de votar.
Con la Ley Sáenz Peña los votantes podían no votar por la lista entera, y de esa manera se aseguraba la
representación de la minoría. Las primeras provincias donde se aplicó esta ley fueron Santa Fe y
Buenos Aires y permitió que accediera al poder en 1916 el candidato por la Unión Cívica Radical,
Hipólito Yrigoyen.
Antes de la Ley Sáenz Peña solo votaban unos pocos, de hecho el promedio que votó en las
once elecciones previas presidenciales a 1912 solo alcanzó un 1.7% de la población total. Hacia 1910 un
20% del total de población masculina nativa participaba.
Las elecciones eran manipuladas a través de varios mecanismos de fraude electoral como por ejemplo
la existencia en el padrón de ciudadanos muertos o el registro indebido o la omisión de nombres en el
mismo. También se compraban votos, los ciudadanos recibían un vale al emitir su voto, el cual se
transformaba en efectivo en el comité del partido. Se remplazaban boletas o se destruían los votos
emitidos.
El voto era masculino y cantado, y el país se dividía en distritos electorales en los que cada votante lo
hacía por una lista completa, es decir que contenía los candidatos para todos los cargos.
Había graves problemas para el votante, desde la pérdida de su empleo hasta la propia vida, si su voto
no coincidía con el que dominaba su circuito electoral. Sin dudas, hubo un fraude en las elecciones de
1857. En este, usaban los votos de los muertos, quemaban urnas y falsificaban padrones entre otras
cosas. Esto demostraba el desprecio de la clase dominante a la democracia.