GUÍA 3 Ley Saenz Peña
GUÍA 3 Ley Saenz Peña
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Ese voto se registraba en una planilla que confeccionaba la autoridad electoral, pues
no existía un padrón único. Usualmente, el acto electoral se realizaba al aire libre, en
lugares públicos, como el atrio de las iglesias.
3) ¿Cómo modificó la reforma electoral promovida por Roque Sáenz Peña el modo
en que se realizaban los comicios hasta ese momento?
La Ley Sáenz Peña, el nombre con el que se conoce a la ley N° 8.871, estableció el voto
secreto, individual (prohibía el voto grupal) universal masculino y obligatorio para
argentinos y naturalizados mayores de 18 años, previamente inscriptos en un padrón
electoral, quedando exceptuados los mayores de 70 años. En el momento de sufragar,
el presidente de mesa entregaba un sobre abierto y vacío y el ciudadano introducía su
voto en un cuarto contiguo, sin ventanas y sin otra presencia que la suya, y luego lo
depositaba, cerrado, en la urna sobre la mesa. Al Ejército se le confió la tarea de
fiscalizar el desempeño del acto electoral. Además se estableció el llamado sistema de
lista incompleta: el partido más votado obtenía dos tercios de los cargos en cuestión y
la fuerza segunda, el tercio restante. Otro u otros partidos quedaban excluidos de
obtener representación.
La ley excluyó del derecho de ciudadanía a las mujeres, a los varones extranjeros no
nacionalizados, y a los argentinos nativos o naturalizados que habitaban en los
Territorios Nacionales. También dejó afuera a los religiosos, los soldados, los detenidos
por juez competente y los llamados incapaces de ejercer sus derechos (dementes,
sordomudos incapaces de escribir). Pese a sus restricciones, la ley Sáenz Peña colocó a
Argentina dentro del reducido grupo de países que, en el mundo de entonces,
permitían el ejercicio libre del derecho de ciudadanía, a una apertura democratizante.
En las primeras elecciones realizadas bajo la ley 8.871 triunfó la oposición: la Unión
Cívica Radical en Santa Fe y en Entre Ríos en 1912 y 1914, respectivamente, y el
Partido Socialista en la Capital Federal en 1913. No obstante, el gobierno tenía la
convicción de poder ganar las presidenciales de 1916. Como se sabe, no ocurrió así. El
resultado tenía algo de inesperado, sobre todo porque la elección de presidente y vice
no se resolvía por la totalidad de los votos (elección directa) sino por la composición
del Colegio Electoral (elección indirecta). Incluso, la disidencia del radicalismo
santafesino puso en peligro la posibilidad de que Yrigoyen fuera presidente, aunque
finalmente sus electores en el Colegio votaron por él. Pese a sus limitaciones, la ley
Sáenz Peña hizo posible la transición de la dominación oligárquica a la democrática,
aunque el proceso se trunco con el golpe de Estado de 1930. La facilidad con que se
ejecutó éste fue una prueba cabal de la debilidad de la surgente democracia argentina.