Puebla y La Catequesis
Puebla y La Catequesis
Puebla y La Catequesis
ideal común: llegar al encuentro con el Padre en el cual hallará la plenitud que fre-
cuentemente tratará de encontrar fuera de él.
Una Catequesis cuyo dinamismo interno consista en la educación ordenada y
progresiva de la fe, deberá impartir y profundizar la visión cristiana del hombre
anunciando a todos los pueblos su verdadero sentido.
La proclamación de los valores evangélicos tendrá que suscitar necesariamente
una alta confrontación con los valores proclamados por el cientifismo y llevar a
una verdadera opción por Jesucristo.
La claridad necesaria de una antropología verdadera, será el fundamento impres-
cindible para que la acción catequística presente al hombre moderno caminos váli-
dos que den respuesta a la creciente ansiedad y búsqueda de su plenitud.
Entre las líneas de fuerza de Puebla está la reflexión sobre la cultura y las cultu-
ras en América Latina y su Evangelización. Ya Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi,
invitaba a evangelizar las culturas (n. 20) y allí "cultura" indica el modo particular
como los hombres se relacionan con la naturaleza, con los otros hombres y con
Dios (N. 386).
Abarcar entonces la totalidad de la vida de un pueblo, el conjunto de valores y
desvalores, las formas de expresión (N. 387).
Vida, valores, formas de expresión hablan de cultura y a la raíz de ésta ha de lle-
gar la evangelización, lo cual significa "alcanzar y transformar con la fuerza del
Evangelio, los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés,
las líneas de pensamiento, los modelos de vida" (N. 394) para ayudar al hombre en
la realización humana y cristiana.
La Catequesis es una acción al servicio del hombre, de su realización integral.
Ilumina los acontecimientos y las situaciones de ese mismo hombre y es, en definí-
tiva, la educación permanente en la fe con proyección apostólica. Abarca la totali-
dad de la persona y es asunto de toda la comunidad cristiana. El hombre, sujeto de
la Catequesis, nace bajo una cultura pero puede modiftcarla. Es más, el hombre
con su actividad creadora responde a la vocación que Dios le dió de perfeccionar
toda la creación (N. 391) Y la cultura de los pueblos ayuda a que ésta se vaya trans-
formando. La Catequesis como proceso continuo y creciente de educación para la
madurez de la fe y como acción que da respuesta a interrogante s esenciales del pue-
blo, no puede desdeñar ninguna dimensión de la existencia humana y es en este
punto en donde se inserta su relación con la cultura.
Los contrastes que hay en la cultura latinoamericana están invitando a la
. Catequesis a una mayor adaptación y a un cuestionarniento continuo y decidido.
Por un lado encontramos una base cultural católica frente a la secularización que
raya en secularismo. Hay que llevar el Evangelio a las culturas populares y purífícar
la religiosidad popular, razón por la cual la Catequesis se enfrenta hoya opciones
y nuevas realidades a las que tiene que responder. Por otro lado, el hombre tiende
a ser sujeto, agente de su éxito o de su fracaso. Busca realizarse personalmente, y
esto es cultura porque habla de relación con la naturaleza, los otros y Dios, que
ayudan al hombre en su proceso de desarrollo.
Con ayuda de esas tres realidades anteriores el hombre se está haciendo y está
haciendo cultura y por la "Evangelización la Iglesia busca que las .culturas sean re-
Puebla y la Catequesis 61
allará la plenitud que fre- novadas, elevadas y perfeccionadas" (N. 407) insistiendo en el dinamismo y capa-
cidad de crecimiento que tiene, siendo como son fruto de la actividad creadora
la educación ordenada y del hombre (N. 391).
.ón cristiana del hombre
B. Unidad Fe-Cultura, tarea de la Iglesia
e suscitar necesariamente
el cíentífísmo y llevar a "La Iglesia ha de conocer y amar la cultura" (N. 397). La Iglesia tiene la misión
de anunciar a Jesucristo en todos los ambientes para suscitar la fe, o sea no sólo una
rá el fundamento impres- adhesión especulativa a verdades sino una práctica, una vida.
re moderno caminos váli- Por la fe, las realidades que contribuyen en la realización personal del hombre,
e su plenitud. naturaleza, otros y Dios son vistas de modo nuevo. Por el amor "La Iglesia podrá
discernir las modalidades propias de nuestra cultura, sus crisis y desafíos históricos
y solidarizarse en consecuencia con ella en el seno de la historia" (N. 397) Y ésto
para poder llegar hasta el hombre del momento actual con una cultura propia y
llevarle el mensaje.
Para ésto se da un criterio importante en Puebla en el sentido de que "hay que
obre la cultura y las cultu- atender hacia dónde se dirige el movimiento general de la cultura" para ir respon-
en la Evangelii Nuntiandi, diendo adecuadamente a las necesidades de las personas catequizadas. Fe y cultura
, indica el modo particular no podrían estar separadas porque a partir de una actitud que abarca toda la vida
los otros hombres y con del hombre, como es la fe, el mismo hombre realiza su proceso cultural ya que
cultura es también englobante de toda la persona.
, el conjunto de valores y Pablo VI en la E. N. habla del drama de nuestro tiempo insistiendo precisamente
en la separación Evangelio-Cultura y presenta como solución "Evangelizar la cultura
a la raíz de ésta ha de lle- y las culturas" (E. N. n. 20). La fe cristiana y la cultura están en estrecha vincula-
sformar con la fuerza del ción pero sin identificarse (N. 400). Esto implica profunda adaptación de la Evange-
tes, los puntos de interés, lización a la cultura descubriendo la acción del 'Espíritu Santo que trabaja en el
para ayudar al hombre en Pueblo de Dios. Tanto la cultura como la Catequesis ayudan en la construcción
del hombre. Se trata de una encarnación y de un llegar al hombre de hoy con
de su realización integral. un mensaje siempre nuevo: el de. Cristo, que invita a realizarse en plenitud y en
o hombre y es, en definí- las circunstancias culturales, familiares, sociales y económicas de cada hombre.
postólica. Abarca la totali-
iana. El hombre, sujeto de C. Consecuencias para la Catequesis hoy.
icarla, Es más, el hombre
ios le dió de perfeccionar Los cambios que experimenta el mundo de hoy, dan lugar a problemas en la
da a que ésta se vaya trans- Catequesis, razón por la cual ésta debe revisarse en cuanto a sus elementos esen-
.ente de educación para la ciales y adaptarse de nuevo. Se presenta entonces "el desafío de renovar su Evan-
ogantes esenciales del pue- gelización, de modo que pueda ayudar a los fieles a vivir su vida cristiana en el
ncia humana y es en este cuadro de los nuevos condicionamientos que la sociedad crea" (N. 433).
La cultura enriquece al hombre pero también lo condiciona, lo sitúa y es un
ana están invitando a la dato concreto de cada uno. Los elementos esenciales de la Catequesis están cues-
ento continuo y decidido. tionados y se les presenta un desafío, así:
te a la secularización que '1. En cuanto al sujeto: hay que ver cómo es el hombre de hoy, influenciado
turas populares y purificar por la cultura, marcado por ella, para poder ayudarle en su proceso de construc-
enfrenta hoy a opciones ción: hombre con nuevos ídolos, nuevas sacralizaciones, necesitado de impactos,
tro lado, el hombre tiende sensible a los medios de comunicación y oprimido por las necesidades que éstos
ealizarse personalmente, y le crean lo cual está sugerido por Puebla cuando dice: "La cultura en que vive
eza, los otros y Dios, que una persona influye en su comportamiento, valores, religiosidad para bien o para
mal" (N. 394).
re se está haciendo y está El Catequista, también sujeto de la Catequesis, está llamado a "amar esa cultu-
a que las culturas sean re- ra, a conocerla y a estar atento a sus tendencias actuales". Conociéndola y amán-
62 Area de Catequesis
dola está ayudando a las personas que le escuchan y comparten su fe. Es un hombre
de la época y. tiene que estar en la cultura actual y hacerse incluso a la cultura del
catequizando. Sujeto de la Catequesis. es pues. tanto el que escucha como el que
habla y los dos están llamados a ser activos y a "modificar la cultura" (N. 392).
2. En cuanto al objetivo: muy claro y concreto aparece en el documento así
como también su vinculación con el contenido. Se trata de "Evangelizar la propia
cultura en el presente y hacia el futuro" (N. 394-399). "Hay que propiciar la cons-
tante renovación y transformación evangélica de nuestra cultura" (N. 395) Y
"anunciar a Cristo" (N. 407). También "invitar a las culturas a acoger por la fe el
señorío espiritual de Cristo" (N. 407). El Catequista por su parte. que tiene que
trabajar en esta .línea. debe tener especial preocupación en estimular y favorecer
la conversión procurando un clima comunitario, lugar propicio para la educación
de la fe ya que es dimensión comunitaria y conducente a la vivencia del Evangelio.
3. En cuanto al método: El método "implica un esfuerzo de traducción del
lenguaje evangélico a lenguaje antropológico y a los símbolos de cultura en que
se inserta" (N. 404). La Catequesis es una acción que se realiza en clave pedagógica
y que tiene que aplicar la pedagogía de Dios. Esta consiste precisamente en encar-
narse en la realidad humana e histórica. Esta cambia así como las mentalidades y
el medio pero el mensaje de Dios sigue ahí para encarnarse y a nosotros nos toca
continuar su realización, por medio del anuncio, de la Palabra.
Lo anterior exige, pues. un lenguaje de acuerdo a la cultura y sus características
podrían ser: menos sacralizado y patemalista; más existencial que académico; cues-
tionador desde el Evangelio y con miras a la madurez en el interior de la comuni-
dad. Un lenguaje claro, directo. sencillo,liberador, vivo. expresivo, educativo, res-
petuoso, purificador. También un lenguaje lleno de simpatía por el hombre. de
amor auténtico, solidaridad, servicio. Diversificado y flexible a fín de poder adap-
tarse a los diversosgrupos, modalidades, situaciones, culturas.
Además un lenguaje capaz de dialogar con las ideologías y sistemas filosóficos
de A. L. que incida en los valores más profundos del hombre contemporáneo y que
traduzca las experiencias del hombre secularizado o en vías de secularismo. Se trata
de un lenguaje encarnado, es decir, acorde a los modos de comunicación que tiene
el hombre de hoy y con los medios que para ésto emplea. Un lenguaje que no se re-
duzca a verbalismos vacíos sino que fluya del testimonio y compromiso personales.
Un lenguaje que sea fiel a Dios, a la Iglesia y al hombre latinoamericano porque
éste exige de la Catequesis "que penetre, asuma y purifique los valores de su cultu-
ra. Por lo tanto que se empeñe en el uso y adaptación del lenguaje catequístico"
(N. 996).
4. En cuanto al contenido: Una de las cosas que ha de tener presente la Cate-
quesis para cumplir con su misión evangelizadora en América Latina es: "formar
hombres comprometidos personalmente con Cristo, capaces de participación y
comunión en el seno de la Iglesia y entregados al servicio salvífico del mundo"
, (N. 1000).
Se deduce, entonces, que se trata de un contenido personalizante porque Dios
llama personalmente a vivir en plenitud. La respuesta que el hombre va a dar es
también personal y la Catequesis debe ayudar al desarrollo integral del hombre
considerándolo como ser situado en el mundo y con los demás.
Es también un contenido comunitario porque e.l flamado es a vivir la fe en
comunidad. a responder en comunidad y para acrecentar la comunidad: "La obra
Evangelizadora que se realiza en la Catequesis exige la comunión de todos; pide
ausencia de divisiones y que las personas se encuentren en una fe adulta y en un
Puebla y la Catequesis 63
arten su fe. Es un hombre amor evangélico" (N. 992) Y agrega: "una de las metas de la Catequesis es, preci-
incluso a la cultura del samente la construcción de la comunidad" (N. 992). Este llamado de Dios se cris-
que escucha como el que taliza en la comunidad eclesial y la respuesta se traduce en crear comunidad porque
la cultura" (N. 392). ''todo el que Catequiza sabe que la fidelidad a Jesucristo, va unida indisolublemen-
ece en el documento así te a la fidelidad a la Iglesia" (N. 995).
de "Evangelizar la propia El contenido tiene que ser también liberador porque Dios llama pero deja libres
Hay que propiciar la cons- para dar la respuesta. El llama a salvarse, a liberarse progresiva, personal y comuni-
tra cultura" (N. 395) Y tariamente; y la respuesta es aceptación, adhesión libre y opción. Se traduce en co-
s a acoger por la fe el laboración a la Obra de Jesucristo, que es salvación del hombre y que se concreta
r su parte, que tiene que en "liberación de lo que oprime al hombre, pero sobre todo liberación del peca-
en estbnular y favorecer do" (N. 354).
ropicio para la educación
vivencia del Evangelio. 1.3 Sicología y Catequesis
erzo de traducción del
bolos de cultura en que Si se considera la Sicología como una disciplina auxiliar de la Teología en la ta-
realiza en clave pedagógica rea de la Evangelización, estamos convencidos del valioso servicio que presta a la
te precisamente en encar- mejor comprensión del hombre, al re-encuentro consigo mismo; al proceso de una
, como las mentalidades y madurez mayor en su ser y en su quehacer histórico, comunitario y en la disposi-
y a nosotros nos toca ción frente a lo trascendental, además, para ayudarle a vivir una vida armónica, in-
bra. tegrada, que pueda disfrutar de paz interior, de libertad espiritual y apertura a la
ultura y sus características realización total mediante la comunión en su triple dimensión: con el mundo, con
ncial que académico; cues- los hombres y con Dios, sabiendo que esta comunión se ve bloqueada o deformada
el interior de la comuní- por condicionamientos patológicos, en muchas ocasiones.
, expresivo, educativo, res-
patía por el hombre, de A. Ataca la Plicologra el sentido religioso del hombre?
xible a fín de poder adap-
ras. Sabemos que este problema ha tenido un proceso largo desde el principio del
gías y sistemas ñlosófícos siglo, desde los estudios de William James, Flournoy, Jung, Nuttin y aún un Roma-
bre contemporáneo y que no Guardini, en donde se clarifica la necesidad que tiene el hombre de lo trascen-
ías de secularismo. Se trata dente.
de comunicación que tiene No todos los enfoques sicológicos coinciden y es por esto por lo que ciertas
. Un lenguaje que no se re- posiciones reductivistas se quieren tomar el monopolio de la Sicología y compro-
y compromiso personales. meter así dicha disciplina, haciendo creer a muchos que la Sicología considera toda
re latinoamericano porque manifestación religiosa como algo patológico, alienante, fruto de la ignorancia, co-
que los valores de su cultu- mo manifestación de neurosis (N. 310).
del lenguaje catequístico"
1. A taque« o reductivumo« en la Sicologra.
de tener presente la Cate-
méríca Latina es: "formar Mencionaremos someramente a tres Sicólogos, ya que el objeto del artículo no
paces de participación y es hacer un estudio de Sicología Religiosa, sino ver si la Sicología puede decir algo
ícío salvífico del mundo" a los planteamientos de Puebla y, sobre todo, cómo se puede aprovechar positiva-
mente. Dichos autores son: Sigmund Freud, Skinner y Fromm.
ersonalizante porque Dios Freud dice que la religión es originada del sentimiento de culpa o como una for-
que el hombre va a dar es ma de explicación de dichos sentimientos; como la búsqueda de la imagen paterna
0110 integral del hombre magnificada; como un mecanismo de defensa contra la impotencia, el miedo, como
emás. una neurosis colectiva, como una sublimacíón que desgraciadamente pocos alcan-
amado es a vivir la fe en zan con éxito.
r la comunidad: "La obra Skinner presenta la persona como un simple organismo capaz de respuestas a es-
comunión de todos; pide tímulos dados y carente de dignidad y libertad, diciendo que la inquietud religiosa
en una fe adulta y en un es fruto de la ignorancia y un refuerzo del miedo y del conformismo.
64 Afea de Catequesis
olucíón de sus posiciones mo 10 heredado; algo así como el apellido, pero que en muchos casos no se asimiló.
las grandes exigencias del Esto tiene que ver con la corriente machista que se da en nuestros pueblos, donde
a que se conocerá por sus el hombre cree que todo 10 sabe, que no necesita de nada ni de nadie, especialmen-
o meta última la realiza- te, en este campo religioso que 10 han clasificado en muchos ambientes como un
e todos los valores, dice, rol femenino.
y es el basado en la con- La piedad popular que tuvo tanta relievancia en Puebla sintiéndola como la raíz
'potente y 10 Absoluto, unificante de nuestros pueblos, como expresión de la fe (N. 911, 960) Y con todos
baje y en que las virtudes sus elementos positivos, plantea también grandes desafíos a partir de sus diferentes
obediencia, pero mal en- formas y expresiones porque en muchas ocasiones dan elementos patológicos aún
no la destrucción del pro- en quienes tienen la misión de orientada. Tales síntomas serían entre otros: el fa-
ptica de imagen de Dios. natismo, el delirio, la angustia, y las manifestaciones expiatorias compulsivas por
y a las personalidades que sentimientos de culpa, deformaciones de conciencia y otros aspectos que nos narra
Dios, proyectando com- Evangelii Nuntiandi y también Puebla 456, 914. Como dato curioso anotamos la
"rebaño". O cómo la reli- fuerte carga de religiosidad popular que hemos detectado en los que se están pre-
iones que engendra la so- sentando para los seminarios, como candidatos, en estos dos últimos años.
deseos que crea y la mí- Por otra parte se dan personas que no han logrado una madurez física, o que
aún presentan problemas a nivel síquico pero que han llegado a grandes alturas
en su dimensión espiritual; así en las vidas de grandes santos, encontramos rasgos
o comportamientos en alguna área que no se podrían justificar o aceptar como nor-
males desde la Sicología y no por esto se les deja de reconocer los servicios que
rfeccionamiento camina prestaron a la Evangelización y la admiración y estímulo que suscitan en nosotros.
e características que son
to sicológico, sino dentro 4. Características de una religiosidad madura.
iedad. mientos que crea la sociedad y que produce un nuevo tipo de hombre no ya con
, bien diferenciada, podrá una visión rural de su vida y de sus relaciones, sino afectado por el urbanismo
o, de la mojigatería, del (p. 496) por la industrializaci6n (p. 430) que. genera nuevas formas y símbolos (no
otros. Se siente capacitado tanto los relacionados con la naturaleza) sino con algo que toca más fuertemente
.as entre 10 religioso y sus su vida, como el amor, la soledad, la muerte, la comunidad, la libertad, pero a la
que le da objetividad y rea- vez el miedo que siente al enfrentamiento a los valores anteriores.
e que ver nada con el crí- Para una más honda comprensión y eficacia en el logro de una Catequesis Evan-
gelizadora habría que tener en cuenta todos los factores, algunos de los cuales to-
ligiosidad ínmadura es má- camos en este artículo. Debemos concluir que la Sicología es arma necesaria e in-
cambio el carácter dinámi- dispensable en esta tarea.
un ser tr~ndente y que
nes auténticas y no las que B. Para un recto cumplimiento de Puebla es muy importante la SicologÍlz.
ciones reactivas o compul-
Ya se anota en la primera parte c6mo para muchos estudiantes y colegios que se
en'" IUI principiol y eom- dicen ser católicos, la educación en la fe y de la fe se hace lo menos importante y
mal a la gente, podría ser en las Catequesis, reducidas a lo mínimo, se quejan por ser obsoletas y aburridas,
tomándose en la mayoría de los casos como relleno.
zador de todos los detalles Creemos que todo parte de no haber MOTIV ACION adecuada, que realmente
o y total, cobran sentido vaya creando la necesidad de reflexión e interiorización, por planteamientos que
existencia. .se hagan sobre el sentido; creándoles NECESIDADES vitales de tipo comunitario y
trascendente para que encuentren el mensaje como una relpueltQ super-abundante
a sus interrogantes más íntimos; no a nivel de conceptualización, lo cual puede ser
un mecanismo para cerrarse a todo cambio interior y compromiso. Dada la fuerte
ia o s610 manifestación ex- necesidad de afirmación del adolescente podemos brindar no un mensaje evangeli-
no aceptar en bloque sin zador sino presentarie un juguete para que elpe~ule, discuta y se manifieste sufi-
ciente y liberado de todo condicionamiento cultural o de autoridad que pueda ame- .
a de valores y una concep- nazar su autonomía mal entendida (N. 545,1041).
le a las exigencias de fide- En la parte dedicada a la cultura y a la Catequesis analizamos y enfatizamos las
hace don y posibilidad en características y formación no sólo doctrinal sino también ncológica de 101 Cate-
). Este sentido oblativo es quistlll o 101agentes de la Evangelización (N. 439) para saber motivar, comprender
y ayudar al crecimiento progresivo en lo religioso (N. 1007).
. a partir de los principios Los sacerdotes, por ejemplo, necesitan el conocimiento de ciertos problemas
sicológicos, que aparecen disfrazados en problemática religiosa, para saberlos tra-
lejos de ser alienante y sín- tar adecuadamente o hacer las referencias necesarias a expertos (N. 676).
unificador y realizador de La misma opción por 101 pobre» exige una personalidad madura y estar revisan-
erza motivacional grandí- do continuamente las motivaciones para hacerlo o no hacerlo, porque se pueden
ntrará el hombre respuesta detectar muchos problemas; o no ser capaz de optar por nada (N. 1134, 1165,
os. 1153).
Por esto en la Formaci6n Pastoral de los candidatos al sacerdocio o a la vida
consagrada o a los agentes en general de la Evangelización, debe brindárseles una
el valor de la experiencia formación sicológica que les sirva como arma auxiliar para la vivencia madura y la
ductivistas y sicologismos transmisión eficaz del mensaje evangelizador (N. 852).
e tal como se anota en el
de su mismo ser y misión nio de salvación ... Lo que importa es evangelizar -no de una manera decorativa,
nto universal y necesario como un barniz superficial, sino de manera vital en profundidad y hasta sus mis-
cir servidora- del Evange- mas raíces la cultura y las culturas del hombre-" (E. N. 19-20).
ión visible, la presencia y
evangelizar... (N. 224). B. Lo específico de la Liturgia y de la Catequesis, y su interrelación.
sparente de Jesucristo im-
n la que ofrece su servicio Podemos empezar diciendo que la liturgia está en el corazón de la catequesis y
con Dios y con los hom- que ésta igualmente está en el corazón de la liturgia. Esto marca un ámbito de cír-
e evangelizadora "penetre cularidad de manera que no hay auténtica catequesis si no confluye en la liturgia
os de vida, en su cultura y y ésta no es tal, si no va precedida de la debida catequesis, y aún, si en la celebra-
nuevos y encaminar ato- ción misma por la manera de realizarla, no se da el aspecto catequético.
convivir" (N. 350). Liturgia y catequesis abarcan entonces la misma realidad: el misterio del Señor.
o de la catequesis para ir La catequesis es dentro de la Evangelización, la tarea específica que 'busca una
persona, misterio, mensa- educación ordenada y progresiva de la fe, dentro de un proceso dinámico, gradual
. o que implica una nueva y permanente (Nos. 977 y 984) .
ometedor de la persona y Es de gran importancia, tener presente que esta educación ordenada y progresi-
empre ligada a la celebra- va de la fe, no puede delimitarse a lo meramente nocional y descuidar lo vivencial,
vida cotidiana. (N. 999). o al contrario. O de otra parte, catequesis situacional y catequesis doctrinal. Tene-
ceso dinámico, gradual y mos aquí dualismos y falsas oposiciones como lo indica Puebla (N. 988). Cateque-
onas; si, para decirlo con sis y liturgia tienen así, el mismo fín: hacer vivir y crecer la fe viva del bautizado
nocimiento cada vez más para que ésta confiese la fe en la vida diaria.
uizandos aprendan a vivir La Liturgia, ya se ha dicho, tiene autenticidad si va precedida y lleva en su en-
apropiarán, no llegarán a traña misma la catequesis; pero su tonalidad propia, es la de la celebración festiva
dida que también lleguen de la fe.
de la fe. El conocimiento de la persona de Jesucristo en su misterio de Dios-hombre que
na verdad que por mucho padeció y sufrió una muerte gloriosa y que por la fuerza del Espíritu está viviente
el quehacer teológico, al entre nosotros para iluminar y dar sentido a nuestra historia como realidad salví-
ción escrita de la Revela- fica, lo tenemos fundamentalmen~ por el mensaje que es proclamado dentro de la
e ha ayudado la antro po- comunidad de fe: la Iglesia. . '
inacabado y por 10 tanto La Iglesia misma en su. primera realidad: la Iglesia Apostólica, ha nacido de la
igualmente una transfor- fuerza viviente de La Palabra de Dios: Jesucristo. Posteriormente, ellos, los após-
término cuyo empleo era toles, cuya existencia es ser testigos y por lo tanto, servidores, al comunicar este
unos conocimientos; hoy mensaje, hacen posible en las sucesivas comunidades que él origina, que la comu-
rofunda riqueza en la re- nidad convocada por la Buena Nueva, crezca, se renueve y llegue a su plenitud en
e manera particular en el Cristo.
tos, ante todo, en el Do- El mensaje que proclamado y acogido por los hombres ha engendrado la exis-
tencia cristiana, lleva inherente así mismo, una fuerza vital que exige ser celebra-
miso de la cultura, ya que da; aparecen entonces las diferentes expresiones de fe: el credo, la oración de sú-
ando para buscar un sentí- plica y de alabanza y de manera más plena la celebración de la Eucaristía. El en-
nstruir su morada, organi- cuentro entre Dios y los hombres, en términos de diálogo entonces, tiene caracte-
utensilios, ritualizar los rísticas en las que se mezclan las palabras y los gestos; Dios viene al encuentro de
festejar la fuerza y sentido los hombres y toma sus propios caminos para hacerles entender cuáles son sus de-
da por altibajos, por con- signios; y toma sus propias palabras para hacerles entender cuáles son sus pensa-
nto del hombre como ser mientos.
arse la evangelización y de Este encuentro, tiene su particular realización en la Liturgia en donde mediante
zar y transformar", con acciones significativas de la presencia de Dios entre nosotros y de nuestra vida para
determinantes, los puntos Dios, como comunidad de fe nos unimos a Cristo para adentrarnos en la historia de
doras y los modelos de la la salvación y llevar a cabo "la realización plena del Reino, según el plan de Dios"
bra de Dios y con el desíg- (N. 918).
70 Afea de Catequesis
Estos tres aspectos de la acción catequética han llamado la atención de los cate-
quistas y los exponemos a modo de reflexión y de búsqueda de nuevos horizontes
para la catequesis, desde la perspectiva de Puebla, y como conclusión.
d, partiendo de los textos que en el encuentro con Cristo también la hay. Se nos comunica con su Palabra,
os a la vida concreta ... " por su Iglesia que lo continúa. por sus signos que son los Sacramentos. Esa comuni-
a de proclamar las lectu- cación debe hacerse en la "Comunión y Participación" "porque cada bautizado se
nes y de saber hablar con siente atraído por el Espíritu de Amor quien le impulsa a salirse de sí mismo, a
so dinámico -podemos de- abrirse a los hermanos ya vivir en comunidad" (N. 566).
n de la vida de fe celebra- Siguiendo estos pasos del PROCESO iría, entonces, dándose el CONOCIMIEN-
como fruto de dicha cele- TO, no tanto el saber de, ni el saber sobre ... sino el conocer a, esto es la comunión
de pensamiento y de vida. Porque el conocer intelectual, la ciencia, "hincha"; el
verdadero conocimiento basado en el amor, en la caridad "edifica" (1 Cor 8, 1).
Este conocimiento es una gracia de Dios porque según San Pablo "Conocer a
Dios" es también "ser conocido por El" (Gal 4, 9). Conocer su nombre o conocerle
a El, significa rendirle homenaje y sometérsele (Sal 9, 11; 36, 11).
do la atención de los cate- A este sentido de vivir a Dios en Cristo se refiere Juan cuando en la oración sa-
eda de nuevos horizontes cerdotal, dice: "Esta es la vida eterna: que te conozcan a tí, el único Dios verdade-
conclusión. ro y a tu enviado, Jesucristo" (I 7,3).
Este conocimiento lleva a una RELACION que se manifiesta en comunión,
amor, oración. Se trata de una oración o nueva" relación en que ha entrado el hom-
bre con Dios por medio de Cristo. Dios es "el Padre que está en los cielos" y el
es un proceso gradual y hombre es su hijo. Y esta oración o relación debe estar fundada en la fe y confianza
(Mc 11, 24; Le 17, 5), perseverancia (Le 11, 1-13), humildad y cumplimiento de la
tequesis como un proceso, voluntad divina y una interioridad absolutamente sincera."
n que hay que seguir y es- En esta etapa de relación cuya manifestación principal es la oración hay que ha-
gicamente. cer ver las diversas maneras de esta relación: alabanza, petición, glorificación, agra-
ogos el alcance de desarro- decimiento.
iciarlo la comunidad. La oración es uno de los objetivos que debe tener la Catequesis porque es la ex-
con paciencia pastoral: se presión de una relación cada vez más intensa y comunitaria y de la cual tendrá ne-
idad de la familia, se sigue cesidad el hombre durante toda su existencia.
sta que se llegue a la plena Así llegaremos paulatinamente, pero de modo seguro, al COMPROMISO el cual
se deduce del objetivo que nos hayamos propuesto en la Catequesis.
nta al niño con su fe co- Los pasos anteriores (pR0CESO) gradualmente llevados, como lo aconseja Pue-
. El niño, en el bautismo, bla, tendrán como fruto este COMPROMISO que no puede venir solo, sino después
de una serie de etapas que lo preparan y promueven. Aquí es en donde se entiende
eda de Cristo para llegar al que toda la Catequesis es evangelizadora, es decir, que lleve a la fe en Cristo y por
como es" (1 Jn 3, 2). consiguiente a la conversión, al cambio de vida.
eva a la interacción de las Este proceso debemos tenerlo en cuenta en todas las etapas de la vida del hom-
la COMUNICACION recí- bre: niñez, adolescencia, madurez, senectud. Siendo proceso no se pueden quemar
lico que trata de una rela- etapas porque sería echar a perder el proceso. _
de vida; en un COMPRO- Todo lo anterior tiene que llevamos necesariamente a una adecuada planeación
de la Pastoral Profética, porque sin esto estaremos repitiendo siempre los mismos
Cristo, porque como nos temas, lo cual será para nuestros catequizados, fatigoso y poco provechoso. Planea-
octrina sino una persona: ción y programación a nivel Nacional, Díocesano, Parroquial y Escolar ... todo con
urieje central que lo encontramos en el directorio general de la Catequesis.
a Puebla: "El Señor Jesús Esto nos ayudará a seguir un proceso en cada curso tanto de la enseñanza prima-
ria como secundaria y aún en la catequesis extra-escolar, según la edad y prepara-
ver que el contenido es el ción de nuestros educandos.
tro que se va desarrollando
n delimitar estrictamente, B. Catequesis como proceso permanente.
odológicos que forman un
Nuestros sistemas escolarizados han traspasado la Evangelización y la Catequesis
ue hacer ver a los alumnos a la Escuela. Sin quererlo, hemos ido quitando poco a poco la gran misión de'la fa-
74 Area de Catequesis
milla. Como nos lo dice claramente el Vaticano 11: "Los cónyuges cristianos son
mutuamente para sí, para sus hijos y demás familiares, cooperadores de la gracia y
testigos de la fe. Ellos son para sus hijos los primeros predicadores y los primeros
educadores, los forman q.on su palabra para la vida cristiana y apostólíca'(Aá, 30).
Pero sucede que cuando ya los mandan al colegio o a la escuela trasladan tam-
bién su misión y se creen ya libres de todos estos deberes sagrados que en rea-
lidad sí los pueden delegar, pero no abandonar por entero. Los Sacerdotes, los ase-
sores de grupos juveniles, los maestros, etc ... son delegados de los padres pero no
sustitutivo s, en.la Formaci6n Cristiana.
Sin embargo, han sido los mismos Planteles educativos los que han transforma-
do, en virtud de sus horarios, la Evangelización y la Catequesis, en clases que se
dan únicamente en determinadas horas. Así el alumno se va creando una mentali-
dad de que la Religión es de momentos, como figura en el horario: cuando se reza,
cuando se asiste a determinada hora de Catequesis, cuando se celebra un sacramen-
to, etc. Una vez consumados estos actos parece que la Religión también se termina-
ra. En esta forma falseamos el sentido de la Religión, como vivencia, como vida,
como proceso permanente.
Esto mismo sucede en la preparación para la Celebración de los Sacramentos en
los momentos de oración. Todo parece como si se tratara de actos que se terminan,
cuando deben ser vida que se inicia de nuevo con más fuerza, acción que se conti-
núa pero con una nueva síntesis del pasado y que al ser iluminada por la Palabra,
se transforma en vida nueva.
Ahora se está hablando, y muy bien por ello, de planteles educativos en Pasto-
ral para significar, precisamente, que no se trata de sesiones o clases de catequesis
aisladas, sino de actos que tienen una continuidad en la vida de cada uno de los par-
ticipantes y con una conversión hacia el Evangelio, en todo cuanto estemos hacien-
do.
Pero no solo los colegios deben estar en esta tónica sino también todas las enti-
dades que constituyen nuestra sociedad: familia en pastoral, parroquia en pasto-
ral, grupos juveniles en pastoral, porque se trata de un proceso permanente de Evan-
gelización y Catequesis y, para que sea permanente, no puede haber discontinui-
dad.
Este sentido de permanencia debemos tenerlo en cuenta en todos los medios en
que nos movemos, empresa, industria, política, comercio. La Religión, la moral de-
be acompañar en todos estos lugares y se le debe promover por todos los medios.
A veces se le da importancia en los planteles educativos y una vez abandonados
éstos, parece que ya no se tuviera necesidad de seguir esa promoción cristiana. Pue-
bla nos pide que estos esfuerzos sean permanentes y sean tareas de todos: "La obra
evangelizadora que se realiza en la Catequesis exige la comunión de todos, cada uno
según su ministerio y Carisma. Sin eludir responsabilidades apostólicas y misioneras
para que en la Catequesis la Iglesia edifique a la Iglesia. La Iglesia es constantemen-
te Evangelizada y Evangelizadora" (N. 993).
mo, tiene importancia en su vida, que ella es una línea directriz de su conducta y
una fuente de felicidad. Creo que de esta carencia de motivación nace una de las
principales dificultades para la Catequesis. Como no se les ha hecho ver la tras-
cendencia que tiene en la vida, ni la ven en los diferentes estamentos con los cua-
les se entienden, acaban por convencerse de que no es importante.
En realidad nuestros alumnos no valorarán suficientemente la Religión sino
cuando lean esos valores a través de las directivas del Plantel Educativo, en toda la
comunidad educadora que debe estar anunciando el Evangelio con sus actitudes;
cuando el departamento de educación en la fe se note a la altura, y aún diría, sobre
todos los otros departamentos; cuando nuestros alumnos noten que se trata de un
plantel en Pastoral, como se dice actualmente.
Un plantel en Pastoral, es un plantel que asume primordialmente los valores
evangélicos dentro de su propia realidad y vive comunitariamente (a nivel de todos
los estamentos) un proceso planificado de educación en la fe.
Allí ya no se trata únicamente de unas sesiones de Religión que se ven en un ho-
rario, a igual que todas las otras asignaturas, sino que se trata de un proceso conti-
nuo de educación cristiana; de un proceso prioritario, como primer objetivo, con
el cual se relacionan todas las actuaciones del plantel.
La Evangelización y la Catequesis estarían operantes en todas las estructuras in-
ternas, llámense comunidad educativa, comunidad escolar, comunidad de servicio.
Esta PRIORIDAD catequística y evangelizadora se impone si deseamos llegar co-
mo dice Puebla "a una renovación profunda de la vida cristiana y por tanto a una
civilización que sea participación y comunión de personas en la Iglesia y en la so-
ciedad" (N. 977).
Hemos hablado de la PRIORIDAD en la Catequesis escolar, pero esa prioridad
se puede trasladar a todos los centros de apostolado, ya sean grupos juveniles, pa-
rroquia, familia ... Todos estos centros en donde se trate de madurez o crecimien-
to en la fe, deben estar en Pastoral, esto es, en un proceso permanente y prioritario
de vivencia cristiana; que no se limiten a ciertos momentos en que se habla de Reli-
gión, sino que esos momentos, si los hay, sean a manera de refuerzos de lo que se ha
iniciado y se continúa viviendo.
En este sentido de proceso permanente y prioritario deben tomarse también las
celebraciones de los actos culturales y sobre todo de los Sacramentos. Los Sacra-
mentos no son actos que terminan tan pronto como se fínalízan las celebraciones,
sino que son el inicio de nueva vida ya que se trata de signos de encuentro con el
Señor, que alimentan el proceso permanente de crecimiento en la fe.
Aquí es en donde la Pastoral de Conjunto se presenta con todo su verdadero vi-
gor. Lo iniciado en la escuela se sigue en la familia, en la parroquia, en los grupos de
apostolado y viceversa. Sólo con una Pastoral Orgánica bien entendida, amplia y
prioritariamente, llegaremos a la participación y comunión con buena integración
.de los miembros del Pueblo de Dios, con metas comunes y actitudes comunitarias
evangélicas, permanentes y prioritarias.