Abogados Derecho y Politica PDF
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cuadernos de trabajo
ABOGADOS,
DERECHO Y POLITICA
MEMORIA ABIERTA
con el auspicio de
ABOGADOS, DERECHO Y POLÍTICA / 1a ed. - Buenos Aires:
ISBN 978-987-20711-9-6
[*]
Realización.
Memoria Abierta
Textos.
Claudia Bacci
Vera Carnovale
Alejandra Oberti
Revisión de textos.
Leopoldo Giupponi
[ ** ]
Diseño e Ilustración de cubierta e interior.
Leonardo Frino
INDICE
PRESENTACION ............................................................................................. 04
INTRODUCCION ............................................................................................. 06
PARTE I .............................................................................................................. 08
Los abogados como defensores de presos políticos y sociales
durante las décadas de 1960 y 1970 ...................................................... 08
Los abogados como blanco de la represión .................................... 34
Construyendo derecho, exigiendo justicia: del Juicio a las Jun-
tas a la nulidad de las leyes de impunidad ........................................... 67
PARTE II ............................................................................................................ 98
La restitución de la identidad de jóvenes apropiados y los jui-
cios por el delito de “sustracción sistemática de menores” o “robo
de bebés” .......................................................................................................... 99
La política de reparaciones implementada por el Estado a
mediados de los años 1990 ..................................................................... 105
La lucha por el esclarecimiento y por el juzgamiento efec-
tivo de represores ........................................................................ 107
La implementación de Juicios por la Verdad desde la segun-
da mitad de la década de 1990 ............................................................. 124
La declaración de inconstitucionalidad y nulidad de las leyes
de impunidad y la reapertura de causas ............................................... 134
Desafíos actuales ..................................................................................... 142
Memoria Abierta fue creada en el año 2000 con el objetivo de trabajar por
una memoria social que incida en la cultura política argentina, contribuyendo a
la construcción de identidad y a la consolidación de la convivencia democrática.
Para lograrlo reunimos, preservamos, organizamos y difundimos el acervo docu-
mental de organizaciones de Derechos Humanos y de otros archivos personales e
institucionales vinculados al terrorismo de Estado. Producimos testimonios sobre
la vida social y política de los años 60 y 70 y trabajamos sobre la memoria territo-
rial y espacial del período de violencia política en la Argentina.
Desde una preocupación central por la transmisión de la memoria y para fa-
cilitar el acceso a estos documentos, Memoria Abierta desarrolla herramientas
educativas, compone textos y materiales audiovisuales y crea exhibiciones que
ofrecen representaciones de lo ocurrido en el pasado estableciendo conexiones
con hechos y situaciones del presente.
Nuestra metodología de trabajo privilegia las alianzas con grupos y organi-
zaciones de la sociedad civil y con el Estado para fortalecer y crear espacios de
conocimiento y debate. Por eso, este trabajo se publica con el auspicio de la Aso-
ciación de Abogados de Buenos Aires, una institución que promueve la reflexión
sobre las identidades de los abogados en esos años, sobre sus agrupaciones y el
ejercicio cotidiano de su profesión.
5
[i]
INTRODUCCION
En tanto el Derecho es un elemento constitutivo y funda-
mental de todo orden social y político resulta necesario anali-
zar las dinámicas particulares a través de las cuales se fueron
construyendo y consolidando en nuestro país nociones básicas
de derecho y justicia tanto en el marco jurídico actual como
en la memoria social. Desde esta perspectiva puede decirse
que en nuestra historia reciente la construcción de nociones
y figuras jurídicas vinculadas a los derechos humanos guarda
estrecha relación con la actividad político-profesional de un
amplio conjunto de abogados provenientes de tradiciones po-
lítico- ideológicas diversas y con experiencias militantes tam-
bién diversas, contestatarias en todos los casos y en sentido
amplio, de los sistemas restrictivos y represivos que signaron
gran parte de la historia argentina.
Durante la segunda mitad del siglo XX, y más específicamen-
te durante las décadas del ‘60 y principios de la del ‘70, estos
abogados articularon su actividad profesional y su actividad
política fundamentalmente a través de la defensa jurídica de
presos políticos y sociales.1
Más tarde, al promediar la década del ‘70, tras el recrudeci-
miento de las modalidades represivas y el establecimiento del
terror estatal, fueron las presentaciones de hábeas corpus, la
ayuda a familiares de detenidos-desaparecidos, la creación y
participación en los organismos de derechos humanos, las de-
nuncias de violaciones de derechos civiles y políticos básicos
en el espacio internacional, etc., las prácticas más comunes que
caracterizaron a este conjunto heterogéneo de abogados.
1. Estas defensas no fueron las únicas prácticas que vincularon la profesión y la po-
lítica. También fueron de suma importancia las representaciones legales y los aseso-
ramientos jurídicos de gremios, sindicatos y partidos políticos, la asistencia jurídica
a sectores populares, etc.
7
[1]
PARTE 1
LOS ABOGADOS COMO DEFENSORES DE PRESOS
POLÍTICOS Y SOCIALES DURANTE LAS DÉCADAS
DE 1960 Y 1970.
Alberto Pedroncini, que estudió durante la década de 1940, evoca las dos
vertientes de esa formación:
Hasta la terminación de la guerra, el clima era de enfrentamiento
muy fuerte y violento con los sectores profascistas de la facultad de
Derecho, que eran muy fuertes... Medicina y Derecho eran los baluar-
tes del falangismo y del fascismo criollo. Después viene otra etapa que
comienza con el fin de la guerra y que al mismo tiempo contiene el sur-
gimiento de Perón. Lo que se llamaba el Movimiento Reformista Uni-
9
versitario, es decir, la continuación de la tradición de Eleodoro Roca,
el líder universitario cordobés, no acertó a percibir los componentes
populares que tenía ese peronismo incipiente. Entonces se produjeron,
entre los dos sectores, no tanto fuertes debates (porque no había co-
municación) sino enfrentamientos […] Había dos grandes escuelas [de
derecho penal] en esa época: estaba la liberal, de Sebastián Soler, y
otra, que podríamos llamar... una visión social del derecho penal, que
era la de [Luis] Jiménez de Asúa.
Sebastián Soler hacía girar el derecho penal en torno al concepto
de libertad del ser humano, libertad para determinarse y, también,
la libertad que necesitaba para ser realmente un hombre....pero con
poca referencia al mundo circundante. Mientras que esto último
es esencial en el pensamiento de Jiménez de Asúa. Además, ambos
venían de experiencias sociales y políticas totalmente distintas: uno
de haber vivido la Guerra Civil Española; y el otro de haber sido uno
de los grandes teóricos de la Revolución Libertadora. De modo que los
dos grandes mundos estuvieron, de alguna manera, siempre delante
de mis ojos como diciéndome acuérdate de lo que soy.4
En esta dirección, Laura Bartolucci, que cursó sus estudios entre 1956
y 1961, recuerda:
En esos años [en la facultad] había mucha efervescencia...se plan-
tearon los problemas de la Laica o Libre 5 ...la vida estudiantil era muy
intensa […] desde el punto de vista político...muy activa... muy, muy
activa. O sea, la Facultad de Derecho era un hervidero de gente, de
ideas, de actos culturales y políticos.6
El Dr. Samuel Schmerkin fue uno de los referentes de este grupo. Sobre
la importancia de su labor docente, Alberto Pedroncini cuenta:
Me afilié al Partido Comunista, el 1º de mayo de 1958, el mismo día
que asumió Frondizi como presidente, y ahí me incorporé a la Comi-
sión Jurídica del Partido Comunista y conocí a otro de los hombres
que más influyeron en mí, que fue el abogado Samuel Schmerkin del
cual aprendí muchas cosas muy importantes […] Una de ellas, cómo
orientar el ejercicio de la profesión hacia una actitud de ejercicio en
el plano social de lo cual él era todo un ejemplo. Otro aspecto muy
importante fue la participación en las defensas de presos políticos no
sólo como un deber político y social sino también como una escuela
de formación ética. […] Me incorporé a las defensas de presos políti-
cos y a las defensas de la legalidad de los partidos de izquierda. Hubo
innumerables intentos de proscripción; el más importante de ellos,
en tanto intento orgánico, fue el de la Ley anticomunista 17.401 de
Onganía. Pero antes había habido [intentos similares] Arturo Frondizi
dio instrucciones a los procuradores federales para que requiriesen
ante todos los juzgados federales del país la cancelación de la perso-
nería jurídica del Partido Comunista […] Y bueno, en esos juicios en
la época de Frondizi, que se llevaron bajo la dirección de Samuel Sch-
merkin, realmente aprendimos lo que era la lucha contra el macar-
tismo. Y después, eso lo tuvimos que aplicar en condiciones mucho
más duras en la época de Onganía, cuando él dicta la Ley 17.401, que
aparte de las penas de prisión que tenía, implicó el desmantelamien-
to de cuadros universitarios, científicos y tecnológicos.... vaciaron la
universidad y se la entregaron a una derecha que tenía una visión
absolutamente condicionante del progreso humano, en el sentido en
que sólo lo concebía dentro de las fronteras del ultramontanismo
[…] [En los juicios durante el gobierno de Frondizi] en primer lugar,
sostuvimos que las concepciones filosóficas no pueden ser materia
de decreto ni de legislación, que solamente acciones ilícitas de tipo
sistemático que pudiesen ser presentadas como consecuencia de una
ideología –caso del nazismo, por ejemplo- podía pretenderse una po-
sibilidad de intervención del derecho […] En los casos de los [perse-
11
guidos por la Ley 17.401] el más emblemático fue el de una maestra
cesanteada y encarcelada por pertenecer al Partido Comunista. En-
tonces, en el aspecto penal la defensa fue paralela a los planteos que
se hicieron para defender la legalidad del Partido Comunista en el
gobierno de Frondizi. Y en cuanto a la imputación penal la defensa
fue una impugnación del tipo de pruebas que se presentaban en tri-
bunales que eran realmente inquisitoriales y con un procedimiento
inquisitorial.
7. Abogado de Juan D. Perón y, más tarde, del padre Alberto Carbone durante el juicio por el secues-
tro y fusilamiento de Pedro E. Aramburu.
8. Con el objetivo de reprimir la ola de movilización sindical de 1959, el gobierno de Arturo Frondizi
puso en vigencia el Plan de Conmoción Interna del Estado (CONINTES). Éste permitía declarar zonas
militarizadas a los principales distritos industriales y autorizaba allanamientos y detenciones. Al
mismo tiempo, una gran cantidad de gremios y sindicatos fueron intervenidos.
9. Memoria Abierta, Testimonio de Mario Kestelboim, Buenos Aires, 2003.
Una de las defensas más importantes que llevó adelante este grupo fue la de
los presos detenidos en Taco Ralo.13 A esto se refiere Mario Hugo Landaburu
10. Felipe Vallese era un obrero metalúrgico y militante de la Juventud Peronista. Fue secuestrado
en la puerta de su casa en agosto de 1962 y nunca apareció.
11. Memoria Abierta, Testimonio de Beinusz Szmukler, Buenos Aires, 2003.
12. Memoria Abierta, Testimonio de Mario Hugo Landaburu, Buenos Aires, 2003.
13. Localidad de la provincia de Tucumán donde un grupo de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP)
intentaron establecer un foco guerrillero. Fueron detenidos en 1968.
13
Carta escrita por Néstor Martins a Raimundo Ongaro desde la cárcel, 1969.
Archivo Memoria Abierta, Colección Abogados (Atilio Librandi).
15
Carta escrita por Néstor Martins a Raimundo Ongaro desde la cárcel, 1969.
Archivo Memoria Abierta, Colección Abogados (Atilio Librandi).
17
personalmente, todos estos abogados (los nucleados en “la Liga” y en la
CGTA) resultaron, de hecho, los defensores más convocados.
Alberto Pedroncini:
Néstor Martins y yo trabajamos juntos en muchos recursos de amparos
durante la época de la lucha contra la Ley anticomunista (él era miembro del
Partido Comunista). Una noche estuvimos trabajando acá hasta las tres de la
mañana en el amparo de un médico. En esos días Martins me contaba a mí,
como le contaba a otros compañeros de militancia, que estaba corriendo el
riesgo de quedar en el fuego cruzado de funcionarios policiales por denuncias
de torturas que él había hecho... y pocos días después, desapareció.
Rafael Lombardi:
Nos hacemos cargo [se refiere a los abogados de la CGTA] del caso de Carlos
Caride que mata a un comisario cuando lo van a detener […] presentamos un
habeas corpus muy temprano a la mañana para parar la tortura. Ese día le
tocaba el turno a Néstor Martins, entonces tenía que hacerse cargo de la defen-
sa.14 Y viene y me plantea que Caride años atrás había sido fascista y que había
entrado con un grupo a la Facultad de Derecho (un caso que había sido muy
famoso) entraron tirando y mataron a una chica, una estudiante, no me acuerdo
el nombre de ella. Y Néstor me dice Yo lo vi al tipo tirando y yo no lo puedo
defender ¿Podemos cambiar el turno? Le dije que sí, por supuesto, y entonces
ese día me hice cargo yo y al día siguiente se hacía cargo él. Al otro día cae un
uruguayo y este uruguayo era nada más y nada menos que el guardaespaldas de
14. Los abogados nucleados en la CGTA organizaron la distribución de las defensas a partir de turnos
de atención o guardias, como una forma de resguardo y protección para con sus integrantes. Estas
prácticas de organización serían continuadas más adelante por los abogados de la “Gremial”.
Raúl Aragón:
Esa Comisión se formó con nueve o diez abogados. Ahí participaba muy
activamente Héctor Sandler, que había sido hasta ese entonces Presidente
de UDELPA, asesor directo del general Aramburu, era un hombre de con-
fianza de Aramburu, que había sido de origen militar, había sido oficial de
Aeronáutica, abogado. Bueno, la cuestión que él participa activamente. Par-
ticipa… de la CGT de los Argentinos Mario Landaburu, participo yo, parti-
cipa por el Partido Comunista Beinusz Szmukler, que en ese entonces era
el responsable jurídico del Partido Comunista, participa el socio de Néstor
Martins que en ese entonces era un militante comunista, Atilio Librandi,
participa un independiente que colaboraba mucho en propósitos, que era
el Dr. Mario Mathov; por la CGT participa el abogado [Gustavo] Torres […]
Participa también Duhalde, Luis Duhalde […] No sé si…alguien más debe
faltar. Bueno, la cuestión es que esta Comisión hace un Acto público en la
dictadura de Lanusse, en el año… El secuestro de Martins fue durante el
periodo del gobierno de Levingston, y el Acto ese se hace ya en febrero del
’71. El secuestro fue en diciembre del ’70. Bueno, allí hacemos un recurso de
amparo porque no nos permiten hacer el Acto, lo presentamos en el Teatro
Liceo. Yo presento el recurso de amparo a nombre de la Comisión, y el Juez
Correccional, Malbrán, nos concede el amparo. El primer amparo que se hace
así, por un Acto público, y debemos mencionar ahí la participación también
19
del Secretario del Juzgado, que es un personaje bastante conocido, un
hombre católico… catalogado como de derecha, pero que se porta muy
correctamente, ayuda a concedernos el amparo, […] el [actual] Fiscal
Quantín. El Juez Malbrán y el Secretario Quantín nos dan el amparo.
Entonces hacemos el Acto en el Teatro Liceo.16 Era un Acto frío, que lo
oradores éramos los mismos de la Comisión […] En primera fila mi amigo
Ricardo Colombres, que había sido Juez de la Suprema Corte, […] Y bueno,
ahí se dijeron las cosas que había que decir. No hubo represión sobre ese
Acto, pero fue la primera vez que se logró un amparo de una cosa por el
estilo. Y bueno, después, nunca apareció el pobre Martins… Ni Zenteno
tampoco.17
16. El Acto convocado incluía el llamado a una Jornada Nacional de Protesta -un paro de abo-
gados- que se cumplió en Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, San Juan y Santa Fe. Cf.
Mauricio Chama, “Compromiso político y práctica profesional a principios de los ´70: el caso
de la Asociación Gremial de Abogados”, Sociohistórica – Cuadernos del CISH, n° 7, La Plata,
Editorial Al Margen, 2000.
17. Memoria Abierta, Testimonio de Raúl Aragón, 2003.
18. En una conversación posterior a la realización de su testimonio, el Dr. Mario Hugo Landaburu
indicó que dicha Comisión estaba formada por Andrés López Acoto, Mario Hugo Landaburu,
Héctor Sandler, Rafael Lombardi, Atilio Librandi, Hipólito Solari Yrigoyen y Herardo Marcial
Quijano.
Solicitada ante la desaparición de Néstor Martins y Nildo Zenteno, Clarín, 3 de enero de 1971.
Archivo Memoria Abierta. Colección Abogados (Atilio Librandi).
21
Otro acontecimiento importante de ese período fue la creación por
decreto en 1971 de la Cámara Federal en lo Penal de la Nación, apodada
por los abogados, a raíz de la amplitud de las facultades otorgadas, “el
Camarón”.19
En momentos de creciente actividad de las organizaciones político-militares,
esta Cámara se constituyó como tribunal especial para el juzgamiento de los
llamados delitos subversivos. Allí los abogados defensores de presos políticos
desarrollaron sus defensas más importantes. El establecimiento del Camarón
se vincula con otro fenómeno de gran repercusión para el mundo del Derecho:
los debates en torno a las “estrategias de ruptura” y las “estrategias de conni-
vencia”.
Este debate tiene su origen en la divulgación, a comienzos de la década, de
la obra Estrategias judiciales en los procesos políticos, de Jacques Vergés, un
jurista francés, defensor del Frente de Liberación Nacional de Argelia.20 La obra
de Vergés ilustraba los procesos judiciales llevados adelante contra los rebel-
des argelinos y presentaba, como estrategias posibles, aquellas dos opciones.
Enunciadas sintéticamente, y considerando las diferencias de interpretación de
distintos profesionales del derecho, podría decirse que las “estrategias de con-
nivencia” consisten en ajustarse a los parámetros vigentes y hacer uso, en las
defensas, de los procedimientos jurídicos disponibles; en tanto que las “estra-
tegias de ruptura” apuntan a la impugnación de la legitimidad de los tribunales
que juzgan -y, por tanto, del poder que los inviste- y del derecho aplicable.
19. La Cámara Federal en lo Penal de la Nación fue creada por la Ley Nº 19.053. El artículo 2 esta-
blecía: “La cámara tendrá competencia en todo el territorio de la Nación y su asiento en la Capital
Federal (...) Podrá constituirse en cualquier lugar del país cuando lo considere conveniente para su
mejor desempeño”. En añadidura, como señala María José Sarrabayrouse Oliveira, las resoluciones
de esta Cámara eran inapelables, “no existía un tribunal de alzada ante quien se pudiera recurrir
en caso de considerar que algún derecho había sido violado”. Cf. Sarrabayrouse Oliveira, María
José: “Etnografía de las prácticas y procedimientos en la justicia penal durante la dictadura militar
(1976-1983)”. Tesis de Doctorado, 2008, (mimeo). Fueron nueve los jueces designados para integrar
la Cámara: Dr. Ernesto Ure, Dr. Juan Carlos Díaz Reynolds, Dr. Carlos Enrique Malbrán, Dr. César
Black, Dr. Eduardo Munilla Lacasa, Dr. Jaime L. Smart, Dr. Tomás Barrera Aguirre, Dr. Jorge Quiroga
y Dr. Mario Fernández Badessich. Al año de la creación de la Cámara, el Dr. Barrera se jubiló y fue
reemplazado por el Dr. Esteban Vergara (Cf. con Sarrabayrouse Oliveira, María José, op. cit.).
20. Jacques Vergés, Estratgias judiciales en los procesos políticos, Anagrama, España, 1968.
21. El General Juan Carlos Sánchez, era comandante del II Cuerpo de Ejército. Fue ejecutado el 10 de abril
de 1972 en la ciudad de Rosario por un comando conjunto del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y las
Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
22. Oberdam Sallustro, empresario italiano, director general del la FIAT, secuestrado por el Ejército
Revolucionario del Pueblo (ERP) el 21 de marzo de 1972 y ejecutado por esa organización el 10 de
abril cuando el lugar donde permanecía secuestrado fue localizado por las fuerzas de seguridad.
23
ellos es presentarlos como pruebas contra aquellos que violaron la Ley al
realizarlas). Entonces, este tipo de jurisprudencia que nosotros conocía-
mos la invocamos. […] Hacíamos este tipo de pedidos y obtuvimos en este
caso una sentencia en la que se absolvió a De Benedetti por el secuestro
de Sallustro y se lo condenó por asociación ilícita, que era la pertenencia
al ERP. […] Lo que hay que decir es que entre la acusación y la sentencia
se dieron las elecciones del 11 de marzo de 1973. Entonces los jueces del
Camarón […] admitieron argumentos tan civilizados como la ‘regla de ex-
clusión’ también en función de los vientos de normalización institucional
que soplaban en país.23
La Gremial de Abogados
25. Las organizaciones gremiales de abogados más importantes de la época eran el Colegio de Abo-
gados de la Ciudad de Buenos Aires, fundado en 1913, de tendencia conservadora, y la Asociación de
Abogados de Buenos Aires, fundada en 1934, de corte liberal, más amplia y pluralista desde el punto
de vista de su representatividad.
25
jaron más ese tema de armar la gremial, de armar las alianzas (o más que
alianzas, los acuerdos) con los grupos no peronistas fueron, más que nada,
Mario Hernández desde el lado nuestro y Alejandro Teltenbaum desde los
abogados de izquierda no alineados en partidos políticos […] Ahí además
se invitó a participar a otros nucleamientos, a otra gente, a algunos secto-
res radicales, demócratas cristianos, bueno, y ahí se conformó la Gremial
de Abogados.
Muchos fueron los debates que tuvieron lugar dentro de “la Gremial” referidos
a las estrategias posibles en ese contexto, y a la organización interna del grupo.
Algunos de ellos giraron en torno a la representación en sus instancias directivas
de las distintas fuerzas o tendencias políticas que la conformaban. Otros remitían
a cuestiones en apariencia de orden práctico: cómo distribuir las causas, si cobrar
o no cobrar las defensas, etc. En relación con este punto la mayoría de los en-
trevistados insisten en la gratuidad de estas defensas, en tanto que algunos han
mencionado la subvención por parte de las organizaciones políticas. Atendiendo
a los distintos testimonios es necesario apuntar que estos debates dan cuenta, en
26. Sobre el posicionamiento del Partido Comunista, contrario a la lucha armada, Cf. Memoria
Abierta, Testimonio de Atilio Librandi, Buenos Aires, 2003.
Preguntado acerca de los debates más importantes que tuvieron lugar en “la
Gremial” Rodolfo Mattarollo afirma:
Debates sobre la vía armada y la vía no armada; sobre la identidad po-
lítica peronista o no peronista; sobre si poner el acento en la actividad
sindical o en la actividad política y militar; entre los abogados indepen-
dientes, entre comillas, y los abogados encuadrados en organizaciones
políticas. Las organizaciones consideraban que los abogados independien-
tes querían militar en el ‘partido’ de ‘la gremial de abogados’, lo decían
con ironía, por cierto. No eran debates tan distintos a los que surcaban el
campo popular en aquel momento.
-¿Cuál era la relación que tenían con los abogados de la Liga o del PC?
Yo creo que muy poca en aquella época, muy poca, realmente. La rela-
ción más intensa se daba ya con los familiares. Los familiares visitaban la
gremial. Se había establecido una nueva dinámica […] Para nosotros era
más importante la relación con el movimiento de familiares que con los
abogados de partidos políticos.
27
imponerse la Amnistía o el Indulto? ¿Se debía esperar que el Congreso anulara,
mediante una amnistía general, los delitos por los que tantos militantes habían
sido juzgados y encarcelados o, atendiendo a la consigna “Ni un día de gobier-
no popular con presos políticos”, debía imponerse un criterio de urgencia que
echara mano de una figura de poca reputación como el perdón presidencial?
Por supuesto que no era la libertad de los presos políticos lo que estaba en
discusión sino sus formas y tiempos. Quienes tenían algún tipo de participa-
ción en el nuevo gobierno sostenían que esa libertad no podía obtenerse como
consecuencia de la presión popular puesto que el objetivo de la hora se orien-
taba hacia la construcción de una solidez jurídica e institucional. Para ellos, la
forma debía ser una Ley de Amnistía discutida y sancionada en el Congreso.
Los partidarios de la libertad inmediata ofrecían posturas distintas: algunos
se pronunciaban por el Indulto, otros por una Ley de Amnistía “tratada sobre
tablas”, y algunos otros insistían en la liberación inmediata con independencia
de las formas jurídicas. Finalmente, la noche del 25 de mayo de 1973, día de la
asunción presidencial, una enorme multitud se congregó en la cárcel de Villa
Devoto, exigiendo la liberación inmediata de los todos los presos políticos. El
“Devotazo” apresuró la firma de un Indulto presidencial y en los días sucesivos
se sancionó en el Congreso una Ley de Amnistía.27
Beinusz Szmukler:
Las dos cosas. Creo que no se puede escindir (cuando estás hablando de
política). Yo creo que uno está siempre defendiendo algo más que el sujeto
pero sin olvidar que el centro es el sujeto.
Rodolfo Mattarollo:
Bueno, tal vez ambos, ¿no? Pero fundamentalmente me parece que se
defendía una causa. Que uno no preguntaba demasiado por las caracte-
rísticas de su defendido, que lo que estaba claro es que se defendían las
causas de las organizaciones del campo popular.
Manuel Gaggero:
Los debates empiezan después del ‘73 […]. Ahí sí se abre un debate
duro que en el Congreso de diciembre del ‘73 se da muy fuerte porque
29
habían caído los compañeros de Sanidad30, que eran compañeros del PRT
que intentaron tomar un cuartel, y eso provoca el debate de si son o no
presos políticos. Digamos: ¿hay presos políticos en el gobierno popular
o no hay? ¿El gobierno es popular y por lo tanto el que se alza contra el
gobierno es impopular y no es preso político? La calidad del preso po-
lítico lleva a un debate fuerte donde hay compañeros de acá de Buenos
Aires, de la Gremial, que sostienen: No, no los vamos a defender porque
no son presos políticos, porque son presos comunes, porque la acción es
repudiable, lo único que hicieron fue acelerar la represión, bla, bla, bla,
[…] Entonces ahí se abre un debate.
Bueno, en general, acá en Capital eran mayoría ellos, los que sostenían
que no eran presos políticos. Pero en el Interior teníamos la idea de que
más allá de la justeza o no de la acción –nosotros defendíamos la acción,
por supuesto- más allá de la justeza o no de la acción lo que define que
sea un preso político o no es cuál es su objetivo. Lo que distingue o dife-
rencia a un preso político de un preso común es la finalidad que lo lleva
a accionar de determinada manera. En ambos casos se violenta la Ley,
para decirlo de alguna manera, el Código Penal, pero la intencionalidad
en uno es aprovecharse personalmente de esa vulneración de la Ley y en
el otro es una intencionalidad política que está por encima de eso.... un
objetivo superior, etc. […] Entonces lo abogados, creo yo, más allá de su
posición personal o política fueron aceptando que eso era sí. O sea: Está
bien, éstos no tienen razón, yo no los voy a defender porque violentan
mis principios pero de cualquier manera son presos políticos.
Pedro Galín:
Otro debate fue el de la defensa o no de insurrectos armados contra un
gobierno constitucional.
30. El 6 septiembre de 1973 el ERP atacó, en Buenos Aires, el Comando de Sanidad. Este aconteci-
miento llevó la discusión mencionada a su punto más candente.
31
y podían hacer los cursos 25 o 50 de ellos (porque cada cátedra armaba uno
o dos cursos por semestre o anuales). Entonces los que querían estudiar
y no salían en los cursos tenían necesariamente que estudiar las materias
en su casa, en la biblioteca, con los textos o los apuntes del profesor pero
sin cursarlas. Bueno, nosotros hicimos, en cuanto a la metodología, cursos
para todos. Todos los estudiantes podían inscribirse hasta en tres materias
cuatrimestrales. Incorporamos como 2000 docentes para poder atender esas
necesidades. Había, en la facultad, cuarenta y tantos mil alumnos que se
anotaron para cursar entre dos y tres materias por cuatrimestre. Para poder
atender esa necesidad teníamos que, además, hacer funcionar la Facultad
desde las siete de la mañana hasta la una de la madrugada […] con lo cual
el tema de la limpieza era un problema grave. Porque además había conge-
lamiento de vacantes entonces no podíamos designar nueva gente para los
trabajos de limpieza y mantenimiento...pero bueno, entre la una y las siete
de la mañana se limpiaba la Facultad. Eso era en cuanto a la metodología.
Cursos para todos. […]
Por otro lado, lo que tiene que ver con los contenidos: encaramos la
modificación del plan de estudios. Lo primero que hicimos fue eliminar un
ciclo básico introductorio que había que estaba compuesto por materias
“extra carrera”; es decir: historia de las instituciones, filosofía, idiomas y
vaya a saber cuál otra cosa más había en aquel momento. Eliminamos ese
ciclo y lo sustituimos por un nuevo curso introductorio con materias de
la carrera: historia social general, historia social argentina, elementos de
derecho privado, introducción al derecho y a las ciencias sociales, teoría de
la política y economía política. Esto con la idea de que esas seis materias
fueran comunes con los restantes desarrollos curriculares de las carreras
ciencias sociales: de Económicas, de Filosofía y Letras, Sociología, etc. O
sea, que todas ellas conformaran un núcleo introductorio común para que
a partir de ese primer año pudiera haber una redistribución de las orienta-
ciones. Y además con la idea de crear, de formar nuevos tipos de abogados:
abogados más vinculados no ya con el ejercicio de la profesión sino con el
estudio, la investigación de las temáticas jurídicas, por un lado y, por otro
lado, con un mayor desarrollo de los contenidos de derecho público y social.
El contenido curricular con el que nosotros habíamos estudiado era un con-
tenido curricular predominantemente privatista: cuando nosotros llegamos
había 28 materias […] de las cuales había 5 civiles, 3 comerciales... derecho
administrativo que tiene contenidos muy importantes tenía un solo curso,
derecho laboral tenía un solo curso, seguridad social tenía un solo curso,
derecho penal que tenía dos cursos se veía al inicio de la carrera (cosa que
no era lógica, no era razonable). Bueno, encaramos la reforma del plan de
estudios. […] Hicimos ese ciclo introductorio de un año, después un tronco
común de tres años reduciendo los privados e incrementando las materias
31. Se conoce con esta expresión a la gestión de Oscar Ivanissevich, Ministro de Educación del
gobierno de María Estela Martínez de Perón (“Isabel”), desde septiembre de 1974 a marzo de 1976.
Desde ese Ministerio se intervinieron los órganos del cogobierno en las Universidades nacionales, lo
que en la práctica significó la persecución de militantes políticos y sociales entre docentes, y demás
trabajadores universitarios, así como entre los estudiantes y sus organizaciones. Además se modifi-
caron los planes de estudios limitando todavía más la autonomía universitaria.
33
LOS ABOGADOS
COMO BLANCO DE LA REPRESIÓN
32. El 21 de noviembre de 1973, la Alianza Anticomunista Argentina (en adelante Triple A) realizó
uno de sus primeros atentados como tal contra el entonces Senador de la Unión Cívica Radical, Hi-
pólito Solari Yrigoyen, quien ya había sido amenazado. Solari Yrigoyen era abogado asesor de los
gremialistas Agustín Tosco y Raimundo Ongaro y se opuso en el Congreso a las modificaciones la Ley
de Asociaciones Profesionales impulsada por el gobierno de Juan D. Perón. En 1975 volvió a sufrir
otro atentado de la Triple A en su casa de Puerto Madryn. Fue secuestrado en mayo de 1976 por la
dictadura militar junto al también Senador por la UCR Mario Amaya, permaneciendo como detenido-
desaparecido hasta ser puesto a disposición del PEN unas semanas después. Fue expulsado del país por
la Junta Militar en mayo de 1977.
33. El Caudillo era una revista política fundada por el Consejo Superior Peronista y financiada por la
Unión Obrera Metalúrgica y el Ministerio de Bienestar Social a cargo de José López Rega. Se editó entre
noviembre de 1973 y noviembre de 1975 y funcionó como “vocero” de hecho de la Triple A.
Alfredo Battaglia se refiere a un caso que llevó adelante poco antes del golpe
35
de 1976, dando cuenta de las dificultades y también de las posibilidades que
todavía había para ejercer la defensa de presos políticos y detenidos por causas
políticas:
Era la época de las Tres A, 75 sería […]. Y lo detienen a él [se refiere a
Soares] y lo llevan a la Comisaría 2da., que estaba a dos cuadras y media
de mi estudio. Lo detienen ahí, y una tarde el padre me viene a ver al
estudio, me dice, mire Battaglia, yo sé que usted atiende estas cosas.
Mi hijo, que milita, es peronista, milita en Montoneros, ha sido detenido.
No sé las circunstancias, no sé cómo pero está detenido. Quisiera ver
si usted se puede ocupar de ir a verlo. Sí, sí, yo voy a ir a verlo. Como a
las dos horas, cuando yo terminé de trabajar, me fui a la comisaría, me
atiende el comisario directamente y me dice: No lo puede ver. Mire, a
mí me vino a ver el padre, yo vengo a verlo, nada más. Ud. puede estar
presente porque yo voy a conversar nada más con él para decirle que
voy a atender lo que pueda de su causa y nada más que eso. Me dice:
Soares está atrás de esa puerta pero usted no lo va a ver. Si me trae
la designación del juez donde dice que usted es abogado de él y él lo
autoriza yo lo dejo ver, pero así no lo puede ver. Y no lo pude ver. Como
el sabía que nosotros no atendíamos, en esa época había una instrucción
de no atender a presos detenidos con armas de guerra…
37
so. La Policía motorizada se movía alrededor del lugar donde iba a ser enterrado
con las motos por encima de las tumbas. Y, finalmente, a las cinco de la tarde,
después de cuatro horas de espera, nos permitieron entrar a unos pocos. Pero
el resto había ido entrando al cementerio y en el momento en que se enterró el
cuerpo aparecieron alrededor de la tumba. Eduardo habló, después nos fuimos
y mucha de la gente que fue al cementerio fue detenida. Incluso lo buscaron
a Eduardo al día siguiente y el juez que intervino, que no me acuerdo en este
momento quién era, dijo que no podían tener a la gente detenida por el delito
de entierro. A partir de la muerte de Rodolfo y del hecho de que al día siguiente
nos enteramos que lo estaban buscando a Eduardo (porque fueron a la casa de
mis padres y demás) él se fue de casa. Y a los siete días yo también abandoné
mi casa porque volviendo del colegio con los chicos descubrí que me seguían. Y
bueno.... entonces ahí dejé de trabajar, los chicos dejaron de ir a la escuela y nos
fuimos a vivir a otro lado.
36. Se denomina “terrorismo de Estado” a un sistema criminal organizado desde las estructuras del
Estado, que como tal es el poder supremo y no está sometido a control alguno. Cf. Daniel Frontalini
y María Cristina Caiati, El mito de la guerra sucia, Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS),
Buenos Aires, agosto de 1984.
37. Sobre la formación de la CONADEP y sus características generales, véase más abajo.
La desaparición de abogados
“Es indudable que un pilar fundamental del sistema constitucional de derechos y ga-
rantías individuales lo constituye la prescripción que reconoce a todos los habitantes de
la Nación la inviolabilidad de ‘la defensa en juicio de la persona y de los derechos’ (Art. 18
C.N.). De nada vale la más perfecta atribución de libertades, ni el más exhaustivo catálogo
de derechos, si no se garantiza el eficaz ejercicio de su defensa cuando son vulnerados.
En ello cumple un papel indelegable la presencia del abogado defensor […] cuya función
esencial en la administración de justicia ha sido reconocida por la Ley argentina al asi-
milarlo a los magistrados en cuanto al respeto y consideración que debe guardársele. Sin
su patrocinio o representación, sin su asistencia técnica, el particular damnificado por los
abusos del poder sufre un gravísimo detrimento en la obtención de protección jurídica.
Ello es lo que sucedió. Como si fuera un resorte más de la maquinaria que ejecutó
el terrorismo de estado, las más duras represalias cayeron sobre muchos abogados que
asumieron la defensa de sus víctimas. Las detenciones arbitrarias, los agravios y malos
tratos en los organismos de seguridad, la desaparición y hasta la muerte de los abogados
defensores fueron usos corrientes en los primeros años del régimen militar.
Se comenzó por identificar al defensor con su defendido […]
Los hechos señalan que durante los años gobernados por la dictadura militar fue alte-
rado sustancialmente el precepto de la independencia del abogado en el ejercicio de su
ministerio. Con las consecuencias que son de imaginar, se los asoció a las ideas y motiva-
ciones políticas de su defendido, pasando a revertir el carácter de cómplice o encubridor
de gravísimos delitos.
En otros casos, se hizo uso del ejercicio absoluto y arbitrario del poder dejado en manos
de ocasionales represores, para perseguir a dignos profesionales que no claudicaron en la
defensa de los intereses que le fueron confiados por sus clientes, cuando no se castigó en
base a falsas imputaciones a quienes fueron consecuentes en la defensa simplemente de
los derechos laborales.
Los resultados están a la vista. Organizaciones gremiales de abogados estiman que se
han sufrido 23 asesinatos de sus colegas por motivos políticos a partir de 1975. Parale-
lamente a esta traumática situación, fueron secuestrados, con desaparición permanente
y sin conocerse su suerte hasta hoy, no menos de 109 abogados, debiendo señalarse que
39
el 90% de estas ‘desapariciones’ se consumaron entre los meses de marzo y diciembre
del año 1976. Más de un centenar de abogados fueron llevados a prisión –la mayoría
sin proceso judicial alguno– y un número mucho más elevado y difícil de precisar buscó
salvar la libertad, y quizás su vida misma, en el exilio”.
Carlos Bozzi se refiere a las características del ejercicio de la abogacía en Mar del
Plata y a los rasgos específicos de la persecución que los abogados sufrieron allí:
En Mar del Plata, como en todo el país, los abogados fueron muy per-
seguidos. Fueron un blanco especial de los militares. […] La profesión del
abogado era la profesión de ir al juez y peticionar. […] El abogado, entonces,
era un bicho molesto. Porque iba y ponía el habeas corpus […] Y en Mar del
Plata se había formado en el año ‘71 […] la Gremial de Abogados […] que
luchaba para evitar la violación de las garantías individuales. Y recuerdo...
uno de esos abogados se tuvo que exiliar por amenazas de la Triple A, otro en
el ‘76 cae preso un año y medio muy golpeado y torturado y así varios […] El
Dr. Jorge Candeloro es asesinado el 29 de junio en Mar del Plata. Es decir, hay
muchos que me estoy olvidando pero toda esa generación de abogados fue
38. Memoria Abierta cuenta con los testimonios de Marta García y de Eleonora Alais, hija de Raúl
Alais. Cf. Memoria Abierta, Testimonio de Marta García, Mar del Plata, 2007; y Memoria Abierta,
Testimonio de Eleonora Alais, Mar del Plata, 2007.
41
Los asesinatos y secuestros de abogados desnudaban así aquella situación de
exposición y fragilidad ante la represión que mencionáramos más arriba. Por
otra parte, esa situación también comenzaba a transfigurarse desde el golpe. Si
hasta ese momento la figura del abogado-militante político había ganado mayor
espacio, desde entonces surge otra instancia que tiene efectos importantes en
la propia práctica profesional, ya que los abogados, como defensores de presos
políticos y familiares de detenidos-desaparecidos, pero también como víctimas de
la represión, comienzan a desarrollar estrategias dentro del campo jurídico que
permitan intervenir en defensa de las víctimas del terrorismo estatal usando las
propias herramientas jurídicas disponibles.
Alicia Oliveira desarrolla algunas de las instancias de esta reconfiguración de
los actores de la Justicia en términos muy elocuentes, cuando explica las es-
trategias posibles en distintas instancias judiciales. Se refiere así al cambio de
su situación profesional cuando en marzo de 1976, inmediatamente después del
golpe, es dejada cesante en el Poder Judicial donde ejercía el cargo de Jueza en
los Tribunales porteños:
Empecé a ejercer la profesión y empecé a ver lo que pasaba en Tribunales.
Es un lugar donde se ven muchas más cosas de lo que vos te imaginás. Y una
de las cosas que se veían eran las mujeres llorando como locas en los pasillos
diciendo que les habían llevado a los hijos y que querían presentar un hábeas
corpus, querían hacer algo. Y bueno, nadie quería firmar los hábeas corpus,
y una de las razones por las que no se quería firmar era porque habían dado
una orden –que está escrita, no es un invento, yo la ví-, es un Resolución
del Ministerio de Justicia donde se decía a los Fiscales que cada vez que se
presentara un hábeas corpus debían informar al Ministerio de Justicia quién
lo presentaba, quién era el abogado y quiénes eran los testigos, como para
que todos nos olvidáramos. Y era lamentable ver la fila de la gente de la Fis-
calía [en la Cámara del Crimen] para informar la cantidad de hábeas corpus
presentadas. Esa era una de las razones por la que los abogados no querían
presentar los hábeas corpus, porque tenían miedo. […]
Nos reuníamos un grupo de peronistas, yo me acuerdo de Díaz Bialet,
Unamuno, Nilda Garré, Jorge Vázquez […], éramos unos cuantos. Y empeza-
ron a llegar los familiares de presos a pedir ayuda, y empezamos a ayudar así,
muy voluntariamente, no era una organización ni nada, Nilda y yo éramos
las abogadas. Después llega la OEA, la Comisión Interamericana [se refiere a
la visita de la CIDH], cuando vienen a hacer el informe in loco, y [Deolindo]
Bittel se reunía también, discutimos y decidimos que había que denunciar
a la Comisión Interamericana lo que estaba pasando. Entonces se hace un
documento, que ese documento lo lleva Bittel a la Comisión Interamericana
y que, ahora lo lees y parece “light”, pero en ese momento no era “light”, y
fue el único partido que denunció lo que pasaba.40
43
personas, militares, los que estaban a cargo de los presos. Así que, con-
juntamente con ese cambio se produjo un cambio en el trato. Los ce-
ladores nos trataban como presos comunes a nosotros lo que era una
gran garantía. Lo que antes, hace treinta o cuarenta años, pugnaban los
políticos por separarse de los presos comunes para que los atendieran de
otra manera, en este proceso nosotros queríamos que nos traten como
a los presos comunes.
Por supuesto. Mirá, tan es así que, cuando se hace el Juicio a las
Juntas, empiezan a mandar documentación. Revisando encontramos
lo que se llamaron los “expedientes blancos”. Los “expedientes blancos”
era porque la Carátula, las cartulinas que tenían adelante eran blancas
–“expedientes blancos” se lo pusimos nosotros [en el equipo del CELS]-.
Yo los empiezo a revisar y me encuentro con una cantidad de muertos
que no estaban informados. Eran supuestos enfrentamientos donde se
mataba una persona y después se decía… Me acuerdo que el Auditor
decía algo así tan lindo como: No es muerte porque es un subversivo,
o un disparate de esta naturaleza, pero de hecho tenías el momento, el
lugar, sin nombres, pero muchos logramos identificarlos por las fechas
y por determinadas características. […] No, ellos dejan, dejan mucho…
Resulta necesario destacar aquí que este tipo de Estado ha sido caracte-
rizado por su “seudojuricidad” o “ajuricidad”. En este sentido se ha señala-
do que el engranaje institucional de la dictadura militar instaurada en 1976
obturó la posibilidad de utilizar el sistema jurídico argentino para proteger, al
menos mínimamente, la integridad de los individuos. Los continuos rechazos
de habeas corpus interpuestos por abogados para conocer el paradero de las
personas detenidas por fuerzas de seguridad, habrían dejado a la Argentina
en un estado de ajuricidad total. Desde esta perspectiva, presos políticos a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN), habeas corpus de resultado
negativo y causas rápidamente archivadas harían de lo jurídico un campo de
acción limitada, fundamentalmente en el período 1976-1979.
45
Horacio Ravenna se refiere a la significación que tenía el carácter ajurídico
de la acción estatal para la propia práctica profesional:
Yo suelo decir que el crack interno mío fue que el bagaje que yo traía
de la Facultad no me servía absolutamente para nada. Había una deten-
ción y yo iba a la comisaría a preguntar. ¿Qué otra cosa podía hacer si
era lo que yo había aprendido? Si me decían que no había ingresado y yo
sabía que habían sido fuerzas de seguridad presentaba un habeas corpus
haciendo referencia a eso. Y mucho más no se me ocurría que podía
pasar porque esto era... era el orden jurídico. Uno no pudo levantar la
mirada para tener en aquel primer tiempo una visión global. […] Cuando
íbamos a la Comisaría de Retiro para averiguar (algunas veces nos tocó
Prefectura y teníamos que ir a lo que ahora es Puerto Madero a pre-
guntar porque teníamos algún detenido por Prefectura) no teníamos la
dimensión de la ajuricidad como hoy lo defino: a-jurídico. No contrario
a derecho, porque contrario a derecho es que en la comisaría lo tortu-
ren o algo por el estilo. Acá era sacarlo del sistema jurídico, por eso es
la figura, luego, del detenido-desaparecido. Porque está absolutamente
fuera de todo el sistema. […] No estábamos preparados desde el punto
de vista de nuestra capacidad profesional ni por supuesto desde nuestra
comprensión intelectual. Así que en nosotros se mezclaba el miedo y la
no comprensión.
47
Alicia Oliveira se refiere así a la situación de los detenidos durante la
dictadura:
Había cosas gravísimas. Cuando a vos te ponen a disposición del Poder
Ejecutivo, el Poder Ejecutivo no puede establecer penas, pero en el caso
de “conmoción” puede ordenar una detención. Esa detención, que no
constituye una pena, es una mera detención, le permite al Poder Ejecuti-
vo llevarte a diferentes lugares del país. Salvo que vos ejerzas una Opción,
que es la de irte. Ya en la última etapa de Isabel [Perón] no podías elegir
cualquier lado, tenías que elegir el lugar que te permitían. Con eso tenías
que pedir autorización y nunca las daban y la gente se quedaba presa.
Entonces te encontrabas con gente que directamente entró por esto, y
otros que habían tenido causa penal antes, que habían sido condenados
o absueltos, lo que fuere, y entonces para no ponerlos en libertad los
ponían a disposición del Poder Ejecutivo. Ponían a los presos, a los que
ya estaban presos, a disposición del Poder Ejecutivo. Había muchísimos
presos. Yo nunca sé si se hizo la lista total de la cantidad de gente que
había presa. Y después apareció otra cosa, durante la dictadura, que fue
los Tribunales Militares. Se estableció que en determinados delitos se les
iniciaran causas militares a los civiles, entonces iban a los Consejos de
Guerra y eran juzgados por los militares. Entonces en el CELS nos ocupa-
mos de los hábeas corpus P.E.N., de los presos a disposición de la Justicia
Militar, y de los desaparecidos, todas esas cosas. Era mucho trabajo. Eso,
ir a las cárceles, visitar a los presos…
41. Se puede tomar como un ejemplo de este fenómeno la conformación de diversas agrupaciones de so-
brevivientes, familiares de desaparecidos y exiliados, como la Comisión Argentina de Derechos Humanos
(CADHU), FEDEFAM, Casa Argentina de Catalunya y Comisión de Solidaridad de Familiares de desapa-
recidos, muertos y presos políticos de Barcelona (CO.SO.FAM.), y la participación en ella de profesionales
como Eduardo Luis Duhalde, Carlos González Gartland o Rodolfo Mattarollo. Cf. Marina Franco, “Tes-
timoniar e informar: exiliados argentinos en París (1976-1983)”, Amérique Latine Histoire et Mémoire.
Les Cahiers ALHIM, nº 8, 2004. URL: http://alhim.revues.org/index414.html (Acceso: 05/04/2010); y
Silvina Jensen, Los Exiliados. La lucha por los derechos humanos durante la dictadura, Sudamericana,
Buenos Aires, 2010.
49
manente por los Derechos Humanos (APDH) y al Centro de Estudios Legales
y Sociales (CELS) –donde sobresalen las figuras de los Dres. Emilio Mignone,
Augusto Conte, Alberto Pedroncini, y se incorporan otras nuevas como Luis
Zamora, Alicia Oliveira y Marcelo Parrilli– resulta representativa de este fe-
nómeno.42
Horacio Ravenna:
Allá por finales del ’78, más o menos, con estas aproximaciones que
iba teniendo en conocimiento... con algunos temas que había recibido
de denuncia de gente detenida, algunos luego legalizados... con estas
acciones me había acercado a ‘la Asamblea’. Y en algún momento, no
me acuerdo por qué lado vino, me dicen: Estamos armando el semi-
nario juvenil. Por qué en vez de acercarte no venís a algunas reunio-
nes. Y participé de la fundación del Seminario Juvenil de la Asamblea
estaban también Luis Zamora, Marcelo Parrilli, Nilda Garré […] Alfonsín
me decía: Ya he llorado muchos amigos, por favor, cuidate. Y me in-
corporé y trabajé todo el ‘79, más o menos, y ahí me llamó Alfonsín
para que lo represente […] Entonces yo cumplo los 30 y me encuen-
tro sentándome a la mesa con las grandes monstruos de los derechos
humanos, los grandes militantes, los que yo, de vez en cuando, pre-
guntaba qué opinaban: Emilio Mignone, Augusto Conte, Boris Pasik,
Jaime De Nevares, Alfredo Bravo, Adolfo Pérez Esquivel […], Alberto
Pedroncini, entro otros. Creo que la APDH fue una base de acuerdo
político fundamental en todo el proceso de recuperación democrática.
Porque todos los sectores estaban...estaban los conservadores popu-
lares, radicales, intransigentes, peronistas, el rabino Marshall Meyer,
gente de la cultura, periodistas... Lo que se podía acordar ahí luego se
instrumentaba políticamente.
42. La APDH se funda en 1975, tras una auto convocatoria de actores de diversos sectores sociales,
políticos, intelectuales, sindicales y religiosos, en defensa de los derechos humanos. El CELS fue
fundado en 1979 con el objetivo de elaborar estrategias de defensa jurídica de las víctimas del
terrorismo de Estado.
51
En el plano del derecho internacional, por ejemplo, había que vencer
varios obstáculos. En primer lugar, el Estado argentino no había ratificado
los Pactos de las Naciones Unidas por lo cual éstos no eran aplicables. En
segundo lugar, si bien existía la posibilidad de denunciar a la dictadura
argentina apelando al procedimiento de la llamada Resolución 1503 de la
ONU –que reconoce las denuncias de violaciones masivas a los derechos
humanos y emite un documento que habilita el examen las mismas–, la
diplomacia militar argentina lograba bloquearlo.44 La estrategia argentina
frente a las denuncias en los foros y organismos internacionales de de-
rechos humanos –llevada adelante por el entonces Embajador argentino
en Ginebra ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Gabriel
Martínez–, consistía en evitar el debate abierto sobre las críticas a las ac-
ciones de la Junta Militar, así como la legitimación de las denuncias sobre
Argentina en los Informes sobre violaciones de los derechos humanos de
la ONU. El éxito de la diplomacia argentina se vio facilitado por la posición
de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que, en forma
recurrente, se oponían con su voto al tratamiento público del caso argen-
tino, logrando de ese modo el apoyo de la dictadura frente a las denuncias
de las que también eran objeto ante ese organismo. De este modo, el caso
no conseguía llegar a la Comisión de Derechos Humanos que era, en defi-
nitiva, la instancia examinadora.
Si bien, se habían hecho públicas numerosas denuncias sobre las viola-
ciones de los derechos humanos en el país desde 1976 -como el Informe
publicado a raíz de la visita de Amnesty International el 5 y 6 de no-
viembre de 1976 y las denuncias ante la ONU-, recién desde fines 1978
se produjeron los cambios más visibles en la escena internacional. En ese
año se inician las gestiones ante la Junta Militar por parte de la Comi-
sión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de
Estados Americanos/OEA para realizar una visita in loco que se había
negado desde 1977. La visita se concretó finalmente entre el 6 y el 20 de
septiembre de 1979.45
44. Las primeras denuncias sobre la desaparición forzada de personas en la Argentina fueron pre-
sentadas a la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra en agosto de 1976, y se hicie-
ron en nombre de la Comisión Internacional de Juristas. En marzo de 1977 se reiteró la presentación
ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Ver: Memoria Abierta, Testimonio de Theo van
Boven, Buenos Aires, 2009.
45. Formaron parte de la misma los Comisionados Edmundo Vargas Carreño (Chile), Marcos Monroy
Cabra (Colombia), Thomas Farer (Estados Unidos) y Carlos Dunshee de Abranches (Brasil), presidi-
dos por el representante de Venezuela, Andrés Aguilar. La información recopilada por la CIDH se
organizaba en torno a las diversas dimensiones de las violaciones de derechos humanos constatadas:
derecho a la vida; a la libertad, a la seguridad e integridad personal, de justicia y proceso regular;
a la libertad de opinión; derechos laborales; políticos; de libertad religiosa y culto. También incluía
apartados especiales referidos a “El problema de los desaparecidos” y a la situación de las organiza-
ciones de derechos humanos en el país. CIDH/OEA, El Informe prohibido: Informe sobre la situación
de los derechos humanos en Argentina, Buenos Aires, Oficina de Solidaridad para Exiliados Argen-
tinos/OSEA y CELS, 1984.
53
Somos, 7 de septiembre de 1979.
Archivo Memoria Abierta. Hemeroteca.
55
nuestros informes estaban armados alrededor de lo que llamamos
“casos piloto”, casos ejemplares que ilustraban diferentes violaciones
de los derechos humanos. […]
Había reglas para las visitas in loco. Cuando me convertí en miembro
de la Comisión no había reglas, era todo por “corazonadas” y eso me
parecía muy mal porque hacía muy fácil presionar a la Comisión para
limitar la visita. Afortunadamente, casi ni bien me incorporé a la Comi-
sión, Omar Torrijos -el jefe de Gobierno de Panamá- invitó a la Comisión,
una invitación genuina, “espontáneamente”, para ir a Panamá y hacer un
Informe. […] Yo vi una oportunidad para formular un conjunto de reglas
muy fuertes que aplicaríamos en el caso de Panamá […], y tendríamos
las mismas reglas para cada país. Y esa es la regla más básica de la OEA,
que todos los países serían tratados igual que el resto. Así que escribí
las reglas: “sólo haríamos la visita in loco si el país accedía a cumplir lo
siguiente: podemos recolectar información en cualquier lugar, en cual-
quier momento, en cualquier forma que eligiéramos, podremos hacer
grabaciones, tomar fotos, podremos ir a todos los centros clandestinos”.
No decíamos “prisiones” porque era muy restrictivo, sino “todos los
centros de detención”, y “el gobierno debe publicitar la visita, y animar a
la gente a que venga a vernos, y debe garantizar que no habrá represa-
lias”. Todo lo que me parecía que podía fortalecer estas reglas, lo puse.
[Torrijos aceptó] así que teníamos ese precedente, entonces llegamos al
caso argentino, y después de objetar que hiciéramos un Informe, el go-
bierno argentino respondió diciendo: Será un placer invitarlos a estudiar
el sistema judicial en Argentina. Por supuesto, en ese momento no había
Justicia, y algunos de mis colegas comenzaron a decir: Bueno, quizás
esto es mejor que nada, tenemos que llegar a un compromiso…. Yo dije:
Bueno, no podemos. Argentina puede ser un país fuerte e importante,
pero se aplican las mismas reglas. No había nada que pudieran decir.
Respondimos diciendo: Estas son nuestras reglas: sí o no. Y dijeron que
sí. Así fue que vinimos. Esa fue la sucesión de hechos que terminaron en
la visita de septiembre de 1979.46
46. Memoria Abierta, Testimonio de Tom Farer, Buenos Aires, 2009. [La traducción del testimonio, reali-
zado en inglés, pertenece a Memoria Abierta].
Rodolfo Mattarollo:
En las Naciones Unidas, en aquella época, después del golpe del 11 de sep-
tiembre de 1973 contra Salvador Allende, había tres situaciones de violación
a los derechos humanos en el mundo que eran unánime o casi unánimemente
condenadas. Esas tres situaciones eran: la violación de los derechos humanos
en los territorios ocupados por Israel, la situación del Apartheid en África del
Sur y Chile. Cuando se pasaba de Chile a la Argentina, no sólo que no había
unanimidad sino que además no había apoyo. Era una situación de doble patrón,
de doble estándar, flagrante, evidente, con la que nosotros nos encontramos al
llegar a Europa y producirse el golpe del 24 de marzo de 1976. […]
Desde que en Naciones Unidas hubo un bloqueo total en el que la Unión So-
viética jugó un papel determinante. La primera denuncia sobre las desapariciones
forzadas en las Naciones Unidas me tocó hacerla a mí en 1976 en la reunión que
se realiza durante el verano europeo en la Subcomisión de Derechos Humanos de
Naciones Unidas. Las Naciones Unidas tienen dos órganos principales en materia
de derechos humanos: una comisión con representantes de Estados, y una sub-
comisión de expertos teóricamente independientes pero designados también por
los Estados. En la subcomisión realicé en agosto del 76 la primera denuncia formal
sobre la metodología de las desapariciones forzadas en el Cono Sur y refiriéndome
47. Si bien una de las obligaciones contraídas por la Junta Militar que “invitó” a la CIDH en
1979 consistía en la publicación y difusión del Informe Final, el gobierno militar eludió ese
compromiso publicando apenas las Conclusiones y Recomendaciones Finales y restringiendo
su difusión. Ya durante la visita de la CIDH la Junta había publicado un extenso Informe que
intentaba mostrar el marco de violencia política y de “infiltración subversiva” en el periodo
entre 1959-1979 por el cual pretendían justificar las acciones de la dictadura, titulado El
Terrorismo en la Argentina, Poder Ejecutivo Nacional, septiembre de 1979 (Este Informe fue
reeditado en inglés en abril de 1980, probablemente para hacer coincidir su difusión en el
exterior con el momento en que se presentaría el Informe Final de la CIDH).
57
más especialmente a la Argentina. Luego, esta denuncia se repitió en la Comisión
al año siguiente (1977) […] El resultado de esto fue que la Unión Soviética trató de
cancelar el estatuto consultivo que tenían las organizaciones no gubernamentales
que nos cedieron su tribuna para que nosotros habláramos en la sesión pública de
estos organismos. La mecánica por la que un particular podía hablar en las sesio-
nes de estos organismos de Naciones Unidas era precisamente ocupar el espacio
de palabra concedido a organizaciones no gubernamentales con estatuto consul-
tivo. La organización no gubernamental que me cedió la tribuna en el ‘76 fue nada
menos que la Comisión Internacional de Juristas (un organismo muy respetado, de
larga tradición) que consideró inadmisible lo que estaba ocurriendo en la Argenti-
na y necesaria su denuncia. Entonces, a través de una gestión que hicimos varios
abogados argentinos exiliados en Europa yo llego con mandato de esta ONG y
hago una descripción breve, que queda registrada, de esta metodología. En la sala
estaba el embajador Gabriel Martínez, representante de la Junta Militar […] Y ahí
comienza una guerra diplomática que duró 7 u 8 años (lo que duró la dictadura)
entre la diplomacia militar y el exilio argentino […]
Entonces ahí hubo una alianza entre la dictadura militar argentina y la diri-
gencia soviética en Naciones Unidas para tratar de cancelar el estatuto consul-
tivo de organizaciones no gubernamentales. La otra superpotencia mundial que
existía en ese momento se unió a esto y realmente lograron bloquear el caso
argentino que no lograba pasar los filtros que existen en los sofisticados proce-
dimientos de la subcomisión de derechos humanos. Llegaban las denuncias pero
quedaban en los procedimientos confidenciales y no llegaban a la luz pública.
La Resolución 1503, adoptada en 1970, establece el examen de cuadros de vio-
laciones sistemáticas o masivas de derechos humanos (no de casos individuales
sino de situaciones) a través de un procedimiento complejo. Hay un primer grupo
que las examina, si las considera procedentes pasa esto a la subcomisión, la cual, a
su vez, la tiene que pasar a un grupo de trabajo de la comisión... Entonces hay una
serie de mediaciones, todo esto se extiende en el tiempo. Todo el procedimiento es
confidencial, a puertas cerradas, y la comisión podría llegar a nombrar un relator
especial o establecer un estudio profundizado si lo considera necesario. Nada de
esto se logró en el caso argentino porque se desestimaban estas denuncias, se
examinaban a puertas cerradas y no llegaban nunca al procedimiento público.
Esto fue tan evidente que está en la base, en el origen de lo que se llama técni-
camente el primer procedimiento temático en la historia de las Naciones Unidas.
El procedimiento temático es un procedimiento para el examen de un tipo de
violaciones. En este caso fue el Grupo de Trabajo de la Comisión de Derechos
Humanos sobre las Desapariciones Forzadas de Personas. Eso fue en 1980, ya
cuando se había consumado la masacre. La reacción internacional llegó tarde
[…] Pero bueno, se creó este primer procedimiento y se buscó, de esa manera un
tanto salomónica en que se actúa en Naciones Unidas, que este Grupo no quedara
encerrado dentro del procedimiento confidencial, […] y eso le permitió al Grupo
Raúl Aragón recuerda como fue su vinculación con algunos otros profesio-
nales en el exilio en Francia, con los cuales fundaron el Grupo Argentino de
Abogados Exiliados en Francia (GAAEF):
Inmediatamente me pongo a la tarea de tratar de organizar un grupo de abo-
gados que haga la tarea de formación, de denuncia, con la idea de lo que había
sido la Agrupación Gremial de Abogados de la Capital, donde se había logrado
reunir a toda la gente. […] Sobre esa base quise reimplantar, teniendo la idea de
lo importante que era una reunificación, que tuviéramos la misma cara, y bueno
que saliéramos a denunciar los hechos del terrorismo de Estado, que era lo que
había que denunciar en ese momento. Finalmente logramos reunirnos, sobre la
base del sentido de unificación, y se forma la agrupación, Grupo Argentino de
Abogados Exiliados en Francia (GAAEF). Formado por cerca de treinta abogados,
donde no faltaban ni trotskistas –aquí sí que estaban los comunistas-, el PCR,
los radicales, estaban todos, todos. Eso nos dio una fuerza bárbara, y logramos
tener repercusión en la prensa francesa, sobre todo en el diario Le Monde, que
es el órgano político más importante que tiene Francia y con difusión interna-
cional. Ellos nos publicaron la sesión de inauguración del GAAEF, nos publicaron
un Dossier después.48 Habíamos confeccionado un folleto recapitulativo de la
persecución a los abogados, porque la idea era que a través de los abogados se
viera el panorama general de la represión en la Argentina. Ahí denunciábamos
la desaparición en Argentina, no me acuerdo si de noventa abogados, la muerte
de cien abogados, el exilio de doscientos abogados, que no era solamente en
Francia, sino en España, en México, eran los núcleos fundamentales de concen-
tración de exiliados abogados. Bueno, Le Monde publicó todo eso. Después nos
publicó algunos artículos denunciando, firmados personalmente por miembros
del GAAEF, por ejemplo, firmó un artículo el Dr. Martín Federico, que era un
abogado cordobés que había estado preso inclusive en Rawson. Él fue uno de los
que firmó un artículo en Le Monde. Y después de eso, con todos estos elementos
y con el apoyo de los organismos de derechos humanos franceses –con el apoyo
de la Federación Internacional de Derechos del Hombre, de extracción socialista,
pero más vale jugada en el campo sionista… Todas estas cosas las voy señalando
48. Sobre esta agrupación y su repercusión en la prensa francesa, cf. Marina Franco, op. cit.
59
para que se vea cómo el caso argentino había ido unificando a través del campo
internacional. Después estaba también la Asociación Internacional de Abogados
Demócratas, que era de extracción del Partido Comunista Internacional; nos
apoyó la Asociación Internacional de Juristas Católicos, que estaba vinculada di-
rectamente con Pax Romana; nos apoyó la Comisión Internacional de Juristas, que
es de raigambre liberal, con sede en Ginebra; y la Asociación Internacional por la
Defensa de Jueces y Abogados, también vinculada a la Comisión Internacional de
Juristas. Y después una asociación católica de París que se llamaba Asociación
Católica contra el Hambre y la Discriminación en el Tercer Mundo. […] y prácti-
camente sin plata, [porque] la única que nos dio dinero fue la Asociación contra
el Hambre y la Discriminación en el Tercer Mundo, que nos dio cinco mil dólares y
con eso pudimos hacer un Coloquio que se hizo en el Senado de Francia, que fue
inaugurado nada menos que por Alain Poher, que era el presidente del Senado, era
un hombre de extracción liberal. […] Logramos que se hiciera bajo la Presidencia
de Sean MacBride que había sido Ministro de Relaciones Exteriores de Irlanda,
fundador de Amnesty Internacional […], una personalidad indiscutida. Con la Pre-
sidencia de él y con la Secretaría de nuestro amigo Nuri Albalá, que aparte nos
prestaba su estudio para que hiciéramos las reuniones del GAAEF, con eso hicimos
un Coloquio que duró dos días, vinieron exiliados de toda Europa y vinieron or-
ganizaciones de juristas desde África (Túnez, Argelia), inclusive también estuvo la
Comisión de Derechos Humanos de la Bar Association de New York […]
Este fue hecho en 19 y 20 de mayo de 1979. Después tuvimos un Segundo
Coloquio se hizo el 31 de enero y el 1º de febrero de 1981. El primer Coloquio
se hizo bajo el siguiente título “Los abogados y la doctrina de la seguridad na-
cional. El caso argentino”. Inclusive vinieron de Argentina algunos abogados,
dos de ellos representando nada menos que a la CGT oficial, la CGT Azopardo;
vino también un abogado del Partido Comunista de Argentina, el Dr. [Beinusz]
Szmukler, es decir que fue muy representativo el Coloquio. […]
[En 1981] el coloquio se hizo con más dinero, pudimos publicar un libro con
las resultas del Coloquio. El Coloquio fue dado bajo el nombre de “La política
de la desaparición forzada de personas”, y se inició en el Senado en Francia el
primer día, pero era tanta la cantidad de gente que venía, de todas partes de
Europa y de América Latina, sobre todo los exiliados, para participar -estaban
las Madres de Plaza de Mayo, los Comités de México, de Italia, de España, en fin,
de todas partes-, que se hizo la primera jornada en el Senado y la segunda hubo
que hacerla en la Asamblea Nacional Francesa porque era un local mucho más
grande […].Vino una Comisión de Derechos Humanos del Consejo de Europa […]
Los compañeros me hicieron atenderla a mí y a Solari Yrigoyen, que era un exiliado
de gran relevancia […] Él fue una parte muy importante en estos contactos con
la Comisión de Derechos Humanos del Consejo de Europa. […] Bueno esas fueron
las actuaciones importantes que se señalan para mostrar que hubo una acción,
que por otra parte se multiplicaba por parte de los exiliados y la gente que estaba
El documento del CELS resume las medidas adoptadas en este plano nor-
mativo del siguiente modo:
61
rección y conducción de las Fuerzas Armadas, plenamente equipadas a
ese efecto y dotadas de amplias estructuras de seguridad e inteligencia.
b) La creación de un extendido espectro de figuras delictivas, con san-
ciones muy elevadas y en especial la introducción, con carácter estable,
de la pena de muerte.
c) La instauración de la justicia militar como instrumento destinado a
la instrucción de procesos y sanción de delitos de carácter subversivo,
recurriéndose a ese efecto a los llamados Consejos de Guerra especiales
estables, previstos en el artículo 483 del Código de Justicia Militar. Estos
Consejos constituyen el nivel extremo de las cortes militares contempla-
das para estados de guerra internacional y aún situaciones de excepción
dentro de ese estado.
d) La posibilidad de aplicar del modo más extendido las facultades
emergentes del estado de sitio, incluyendo la suspensión del ejercicio
del derecho de opción. Esta interpretación ha sido aceptada de manera
irrestricta por el Poder Judicial.
e) La conformación de un conjunto de medios de contralor del ac-
cionar civil constituido por la declaración de ilegalidad de numerosos
grupos políticos; la supresión de otros; la suspensión de la actividad de
los restantes y, en general, del proselitismo partidario; la intervención de
los principales sindicatos y de la Confederación General de Trabajadores,
seguida de su disolución; la intervención de la Unión Industrial; la prohi-
bición de medidas gremiales de acción directa; la facultad de dar de baja
a agentes estatales y docentes e inhabilitar a profesores de institutos
privados; el ejercicio del control directo o indirecto de los medios de co-
municación; la atribución ya señalada de la Junta Militar para confiscar
bienes, quitar la ciudadanía y disponer arrestos ilimitados; la suspensión
de los funcionarios del Poder Judicial y la posibilidad de su remoción.
63
representaba, en cierta forma, la apertura de nuevos caminos institucio-
nales. Algunos testimonios permiten inferir que el plano jurídico comenzó
a revalorizarse en este período.
65
Alberto Pedroncini también comenta sobre las características de esta es-
trategia:
El hábeas corpus sólo podía ser colectivo –de acuerdo a las normas
procesales– si correspondía a la competencia territorial de un mismo
juez o si las privaciones de libertad eran consecuencia del mismo
hecho... En el caso Pérez de Smith, como lo que se denunciaba era una
privación generalizada de justicia, el punto de partida era, justamente,
la multiplicidad de hechos; y este fenómeno ocurría en todo el territorio
del país, de manera que por la propia naturaleza del planteo –la unidad
territorial y la inclusión de todos los hechos del mismo tipo, aunque hu-
biesen tenido como autores a delincuentes diversos, distintos– se pasó
por encima de los jueces de primera instancia y de las cámaras y se le
dijo a la Corte: Solamente el más alto tribunal puede operar sobre esta
situación. Y la Corte recogió bien el guante. Se pudo haber lavado las
manos […] pero tuvo el gesto de decir: Si la cosa es así, es muy grave y
se dirigió a Videla. Que un juez se dirigiera a Videla en aquella época era
totalmente inimaginable; necesitamos llegar a la Corte suprema para
lograrlo. Y en cierto modo fue la Corte la que rompió con el sistema
porque lo que dijo fue: En estas condiciones el Poder Judicial no puede
hacer nada. Y eso es una ruptura. Decir que un juez no pueda proteger
la vida y la integridad de las personas...es una ruptura, es decir que rige
otro sistema que no está presidido por esos valores.
67
de justicia y esclarecimiento del movimiento de derechos humanos y la vo-
luntad de juzgamiento de los represores. En este sentido resulta necesario
destacar ciertos cambios y/o nuevos matices en la figura del abogado como
actor político y social. Si en los períodos hasta aquí abordados, la figura del
abogado era asimilable a la del militante, a la del blanco del accionar repre-
sivo o a la del denunciante de los crímenes cometidos por el Estado terro-
rista, en los últimos veinticinco años es posible reconocer ciertos cambios
en esta figura, principalmente en lo que hace a su participación protagónica
–ya sea desde el movimiento de derechos humanos o desde el seno del
Estado– en la construcción de marcos jurídicos más atentos y garantes de
derechos universales.
Varias son las etapas, los actores y las líneas de acción que pueden iden-
tificarse en este recorrido. Los primeros momentos del gobierno de Raúl
Alfonsín fueron de gran actividad jurídico-institucional. En principio, una
tarea urgente y poco visible de los organismos de derechos humanos con-
sistió en la regularización de la situación jurídica de muchísimas personas:
exilados, presos políticos, parejas de personas desaparecidas, hijos nacidos
en la clandestinidad, etc., se encontraban con no pocos problemas de docu-
mentación, de patrimonio, de causas penales pendientes, etc.
Alicia Pierini:
Estaba el problema de la reinserción de nuestros compañeros. Los
compañeros que volvían al país, compañeros que estaban saliendo
de la cárcel o habían salido, los compañeros que continuaban per-
seguidos porque había causas que seguían dando vueltas. Más las
54. En el Archivo Oral de Memoria Abierta hay una entrevista a la viuda de D’Andrea Mohr, Testi-
monio de Julia Cassano de D’Andrea Mohr, 2005.
69
derivadas del decreto 157. 55 Digamos que había trabajo para todos
los gustos.
55. El decretos N158, promulgado el 13 de diciembre de 1983, ordenaba el enjuiciamiento los dirigentes de
las organizaciones político-militares que actuaron desde el 25 de mayo de 1973, a quienes se acusaba de
ser “los máximos responsables de la instauración de formas violentas de acción política, cuya presencia
perturbó la vida argentina” (Considerandos). Dictado a la par del citado, que mandaba el enjuiciamiento
de las tres primeras Juntas militares de la dictadura, el N157 ligaba en términos de responsabilidad ju-
rídica a ambos sectores, dando pie al afianzamiento de lo que se conocerá luego como “teoría de los dos
demonios” (Ver más abajo).
56. Memoria Abierta, Testimonio de Alicia Pierini, Buenos Aires, 2003.
71
Nacional, Ley Nº 22.924),57 la conformación de la CONADEP,58 encargada de
recibir denuncias e investigar en torno a la desaparición de personas; y el his-
tórico Juicio a las Juntas en el que se juzgó a los miembros de las tres primeras
Juntas Militares.
En cuanto al Decreto que sancionó la Ley de “Pacificación Nacional”
o de Autoamnistía, había sido promulgado por el último gobierno de la
dictadura militar el 23 de septiembre de 1983, cubriendo el periodo entre
el 25 de mayo de 1973 hasta el 17 de junio de 1982. Dicha Ley amnistia-
ba tanto a los integrantes de las organizaciones político-militares y de
organizaciones sociales y políticas, cuyas acciones las Juntas habían con-
siderado como “delitos cometidos con motivación o finalidad terrorista o
subversiva” (Art. 1), como a los integrantes de las Fuerzas Armadas y otras
fuerzas represivas que habían actuado durante el terrorismo de Estado,
fundamentándose en la supuesta existencia de una “guerra sucia” en la
cual aquellos habrían cumplido “actos de servicio”, es decir, no punibles.
Esta equiparación contenida en la Ley entre actores (civiles y militares),
y acciones (de insurgencia y contestación social con la represión estatal
o terrorismo de Estado), intentaba acallar el clamor de justicia prove-
niente de los organismos de derechos humanos y de las víctimas de la
represión, y sería un adelanto de lo que se conocería como “teoría de los
dos demonios”. 59 Sancionada en pleno proceso electoral, la Ley tuvo una
recepción desigual entre los candidatos: mientras el candidato del Partido
Justicialista (PJ), Ítalo Luder, afirmaba su irreversibilidad, el candidato de
la Unión Cívica Radical (UCR) “Raúl Alfonsín” anunció que sería deroga-
ble.
57. Un precedente de esta Ley había sido el denominado “Documento Final de la Junta Militar sobre la
guerra contra la subversión y el terrorismo”, emitido en abril de 1983 por la Junta Militar, que prefigu-
raba las líneas de la autoamnistía militar. El mismo constituía el eje político de la estrategia militar, que
fue contestado tanto por el candidato de la UCR, Raúl Alfonsín, como por las organizaciones de derechos
humanos.
58. El Decreto N187, que estableció la creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas
(CONADEP), fue aprobado el 15 de diciembre de 1983.
59. La teoría de los “dos demonios” había sido prefigurada en los Decretos 157 y 158 de diciembre de
1983. Sin embargo, la expresión “dos demonios” fue utilizada por primera vez en julio de 1984, en
una emisión especial presentada por la CONADEP, titulada “Nunca Más”. Esta pretendía explicar el
autoritarismo durante el período 1973-1983 a partir de la adjudicación de iguales grados de respon-
sabilidad por la violencia política y estatal a los dos actores en los que se concentraban los ya men-
cionados decretos: la guerrilla de izquierdas y los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado.
Carlos Zamorano expresa sus reservas acerca de esta propuesta del candi-
dato electo, recordando los tempranos orígenes de la iniciativa:
Alfonsín en el año 1983 […] ya elevó al Congreso el Proyecto de Ley de
obediencia debida. Le fracasó en el Congreso. […] Le salió mal, y enton-
ces tuvo que esperar hasta el año 1987 para sacar la Ley de Obediencia
Debida, pero en el proyecto de Ley estaba eso. Además Alfonsín pro-
nunció una conferencia en la APDH […] que es altamente aleccionadora
sobre la política de derechos humanos que llevó adelante después, con
una honestidad, transparente. Ahí está lo que él denomina “grados de
60. El armado de esta estrategia había sido elaborado por el grupo de especialistas en filosofía del
Derecho que asesoraban a Alfonsín, conformado por Carlos Nino, Jaime Malamud Goti, Eduardo
Rabossi y Genaro Carrió. Acerca de las derivaciones e implicancias jurídicas y políticas de estas
distinciones, cf. Carlos Nino, Juicio al mal absoluto. Los fundamentos y la historia del juicio a las
juntas el Proceso, Emecé, Buenos Aires, 1997, pp. 106-110
73
responsabilidad”, que en el fondo estamos de acuerdo, no es lo mismo
un Massera que otro marino de menor cuantía. Pero el asunto es que
no puede ser que el marino de menor cuantía no tenga responsabilidad
penal alguna en mérito a la obediencia jerárquica, sin admitir prueba en
contrario, y que por ser un inferior jerárquico queda sin punición alguna
tratándose de hechos atroces.61
65. Los organismos de derechos humanos que promovían la creación de una Comisión Bicameral
eran: Abuelas de Plaza de Mayo, APDH, CELS, Familiares de desparecidos y Detenidos por razones
Políticas, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, SERPAJ, Movimiento Ecuménico por los
Derechos Humanos y Madres de Plaza de Mayo
75
sabía que estábamos en el camino correcto.
Juan Carlos Wlasic relata el proceso que tuvo lugar en Mar del Plata en
ocasión de las exhumaciones realizadas en el Cementerio Parque de esa
ciudad, que dieron permitieron la apertura de diversas causas:
Bueno, yo acepté ingresar a ese grupo, que estaba integrado, sobre
todo, por quien también ha sido un referente de la lucha por los dere-
chos humanos en Mar del Plata, que es el Dr. Armando Fertitta, y que
era la persona que en ese momento, no solamente contaba con un
compromiso público notorio, sino además con una importante expe-
riencia profesional. Y un abogado joven, que trabajaba en el estudio
66. Memoria Abierta, Testimonio de Juan Carlos Wlasic, Mar del Plata, 2007.
67. El equipo de expertos y futuros funcionarios de Alfonsín se conformó con Antonio Tróccoli,
Raúl Galván, Horacio Jaunarena, Jaime Malamud Gotti y Carlos Nino. Este último desarrolló las
instancias de los debates mencionados en el citado libro de Carlos Nino, pp. 105-120.
68. Ibíd., p. 112.
69. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas es el máximo tribunal militar, habilitado para el
juzgamiento de oficiales superiores (de coroneles a comandantes). Para ello requiere una orden
presidencial, excepto en casos vinculados al terrorismo estatal en los que la Ley 23.049, artículo 10,
estableció que podía intervenir sin esa orden, por denuncias.
77
Mirta Mántaras explica este proceso:
En el ‘83 el gobierno de Alfonsín resuelve que el juzgamiento de las
cúpulas militares, de las Juntas Militares, se haría a través de los Tribu-
nales Militares (de los tribunales castrenses). Se empieza a aplicar,
entonces, el procedimiento militar. Pero en la reforma del Código de
Justicia Militar que hace Alfonsín ya estaba previsto un mecanismo
para que si los militares no se autodepuraban, es decir, no juzgaban
todos estos delitos de torturas, desapariciones, secuestros, vejacio-
nes, apropiaciones de muebles, inmuebles y demás, las Cámaras Fede-
rales de cada lugar de asiento de un cuerpo de Ejército, tomaran, jun-
taran todos los juicios que estaban en los Tribunales Militares y juz-
garan ellas. Así es como cuando en septiembre del año ‘84 el Consejo
Supremo de las Fuerzas Armadas, que tenía a su cargo el juzgamiento
de las Juntas Militares, resolvió que las órdenes eran inobjetables,
que no había delito y que los testigos habían concertado para mentir,
la Cámara Federal de la Capital Federal trae para sí (eso se llama
avocamiento) todos los expedientes relacionados con los ex coman-
dantes y se produce ese juicio oral y público que todos conocemos,
que es el Juicio a las Juntas y que tuvo repercusión internacional”.70
Horacio Ravenna:
Se presentaron Enrique y Graciela Fernández Meijide con el pa-
trocinio de [Eduardo] Barcesat planteando que el hecho a juzgar era
genocidio y que ellos eran víctimas (por Pablito). La Cámara Federal
lo rechazó: dijo que su competencia era exclusivamente en el marco
del decreto 158 y que además iba a aplicar el Código Penal y no
la Convención contra el Genocidio que aunque ratificada no estaba
operativa.
71. Memoria Abierta, Testimonio de Julio César Strassera, Buenos Aires, 2007.
72. El Tribunal de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de
la Capital Federal a cargo del Juicio estuvo compuesto por los Jueces Jorge Torlasco, Ricardo Gil
Lavedra, León Carlos Arslanián, Jorge Valerga Aráoz, Guillermo Ledesma y Andrés J. D’Alessio.
En el Archivo Oral de Memoria Abierta se encuentran los siguientes testimonios de integrantes de
ese Tribunal: Testimonio de León Carlos Arslanián, Buenos Aires, 2010; Testimonio de Jorge Valerga
Aráoz, Buenos Aires, 2010; y Testimonio de Jorge Torlasco, Buenos Aires, 2010.
79
que trabajó con el Fiscal Strassera en la investigación y el armado del
Juicio a las Juntas:
En el ’84, cuando se hace el Juicio a las Juntas, ahí ofrecen darle
apoyo a Strassera, entonces éramos dos que dábamos Derecho Penal en
la Procuración General de la Nación, nos piden a los dos que vayamos.
El otro era Alfredo Bissordi, [que] al final no se quedó. […] Y yo, me
quedé, justamente, me ofrecen asistir al Fiscal en el Juicio a las Juntas,
a eso no se puede decir que no. La cuestión era compleja. Yo pensaba:
Yo tengo hijos, y acá nos pueden matar, y pensaba Los crímenes que
se cometieron se cometieron por órdenes, y mientras haya democracia
no nos van a matar […]. Y bueno, acepté el cargo de Fiscal Adjunto en
el Juicio, y eso me metió en la realidad así… Pasé de años estudian-
do y analizando cómo es el Derecho a la realidad. […] Y ahí [armé]
el equipo que hacía la investigación en el Juicio a las Juntas, porque
Carlos Strassera tenía a su cargo dos tareas al mismo tiempo. Él tenía
que investigar en el Juicio a las Juntas, pero también tenía que manejar
su cargo normal de Fiscal Federal. Entonces yo lo ayudaba en la parte
del Juicio a las Juntas, y él tenía como asistente otro Secretario para su
tarea normal. Entonces yo tenía que armar el equipo para investigar.
Lo que hicimos fue juntar un grupo de veinte jóvenes, estudiantes de
Derecho, casi todos estudiantes, y con ellos armamos un equipo para
juntar información. Nos acercamos mucho a la CONADEP para con-
seguir la información. Y este grupo de chicos fue el que investigó los
casos, básicamente.73
73. Memoria Abierta, Testimonio de Luis Moreno Ocampo, Buenos Aires, 2010
Juicio a las Juntas Militares, Toma parcial Juicio a las Juntas Militares, El Fiscal Julio Strassera
de la Corte, 10 de diciembre de 1985. comienza su alegato, 11 de septiembre de 1985.
Autor desconocido. Foto de Becquer Casaballe. Archivo Fotográfico
Archivo Fotográfico Memoria Abierta. Memoria Abierta. Colección Madres de Plaza de Mayo
Colección ARGRA - Asociación Línea Fundadora.
de Reporteros Gráficos de la Argentina.
Juan Carlos Wlasic comenta la forma en que el trabajo de los abogados en las
causas iniciadas en 1982, como las mencionadas de Mar del Plata, contribuye-
ron luego con la estrategia de la fiscalía para acusar a los militares en casos de
desaparición forzada, debido a las tareas de investigación y reunión de pruebas
que esos equipos habían desarrollado:
Además hay que destacar que, en la sentencia final de los dos jefes
militares que fueron condenados a prisión perpetua, en el caso de Emilio
Massera, es imputado de tres homicidios de los cuales dos homicidios
fueron en Mar del Plata, el de Fernando Judi y el de Rosa Ana Frigerio.
Es decir que en el caso concreto, digamos, que permitió la posibilidad
de las condenas más severas que aplicó la Cámara Federal, por supuesto
que a partir de un criterio que es que no se consideraban las desapari-
ciones forzadas como homicidios. Es decir que, para que existiera prueba
del delito de homicidio, tenía que estar el cuerpo. Entonces había en
ese momento, en 1984-1985 cuando era el Juicio, todavía el número de
81
cuerpos que se habían podido individualizar era muy escaso. Tal es así
que, a partir de este Juicio, justamente ante la necesidad de las exhu-
maciones se creó el Equipo [Argentino] de Antropología Forense. […] Los
casos de Mar del Plata tuvieron una repercusión, no? Nosotros tuvimos
algunas reuniones en Buenos Aires, junto con el Dr. Fertitta, con el Dr.
Strassera de la Fiscalía, para ofrecer los elementos que teníamos, aportar
todo aquello que estaba bajo nuestro conocimiento para la implementa-
ción del Juicio, y sobre todo para la selección de los casos.
Luis Moreno Ocampo comenta las perspectivas de las defensas de los repre-
sores acusados y la estrategia general de la Fiscalía a este respecto:
En algún sentido, los jueces también tenían una visión moderna del
sistema penal, entonces, fue natural que la Fiscalía propusiera, y los
jueces aceptaran, investigar algunos casos. Porque, al principio, cuando
les tomaron indagatoria a los Comandantes, los Jueces les dijeron a los
Comandantes que los estaban indagando por los crímenes cometidos
durante la represión, que no sabían ni cuántos eran y que había esta lista
enorme de la CONADEP. Entonces las Defensas plantearon, y yo creo que
tenían razón, que de este modo no tenían derecho de defensa, porque
cómo se iban a defender de una acusación tan vaga (miles de personas
que estaban mencionadas por la CONADEP). Y los jueces lo concedieron
a eso, las Defensas apelaron a la Corte Suprema y los jueces aceptaron
eso. […] Entonces ahí, lo que la Fiscalía propuso fue que la Fiscalía iba
a presentar los casos, y caímos en una especie de modelo americano de
juicio, donde las Fiscalías son las que llevan adelante la investigación,
que es el modelo normal del mundo en el que vivimos, pero que no era
normal en aquella época. Pero como el modelo de juicios que seguíamos
era un modelo [de Justicia] excepcional, los jueces podían aceptar eso.
Entonces mientras la Corte Suprema deliberaba, nosotros trabajábamos
con la hipótesis de que la Corte Suprema le iba a dar la razón a los
acusados y que teníamos que estar listos para presentar los casos indi-
viduales. Y esto era complicado porque la Ley no nos permitía decir que
seleccionábamos casos. Entonces lo que hicimos fue decir “Bueno, hay
83
grosa y corresponsable por las acciones realizadas por las organizaciones
político-militares.
Horacio Ravenna:
El juicio ocurre ya terminado el Informe de la CONADEP y todo el
material que habíamos juntado en la CONADEP va a aportar al Juicio.
La base de la acusación que hace Strassera es sumamente intere-
sante porque no se acusaba a Videla de haber torturado a alguien
puntualmente sino por la implementación de una metodología. Y
Strassera prepara unos ochocientos casos en el que acusa por una
serie de delitos que tienen que ver con el secuestro, con la tortura,
vejámenes, sometimiento a esclavitud... una serie de elementos que
estaban dentro del Código Penal y demuestra, con todo el material
que se había juntado en la CONADEP, el mecanismo y la metodología
utilizada. Y por eso es que se condena. […] La base, que todavía hoy
se argumenta, era que, en verdad, las Fuerzas Armadas habían cum-
plido con el decreto de Isabelita74 de eliminación, de exterminio. Y
ahí convocamos al Almirante Antoine Sanguinetti, un marino francés
que había sido segundo jefe de la OTAN [Organización del Tratado del
Atlántico Norte]. […] Y este hombre definió desde el punto de vista
de la guerra, lo que significaba la eliminación del enemigo, el aniqui-
lamiento, el término que justificaba desde la defensa de las Juntas, lo
que había ocurrido. Decían: Simplemente cumplimos la orden del go-
bierno democrático, de aniquilar al enemigo. Esto es excelentemente
contestado en la sentencia porque dice: Hemos buscado en las Con-
venciones de Ginebra, en los Protocolos Adicionales, en los tratados,
en las normas e instrucciones de la guerra convencional, aún en la
Doctrina Social de la Iglesia, y no hay nada que pueda justificar lo
que ocurrió. Porque no hubo una guerra sino terrorismo de Estado.
Realmente es muy interesante cómo se desarmó ese argumento.
74. Se refiere a María Estela Martínez de Perón (“Isabel”), Presidenta de la Nación entre julio de
1974 y marzo de 1976.
85
El Diario del Juicio, nº 29, 11 de diciembre de 1985. Archivo Memoria Abierta.
Fondo Fiscalía Luís Moreno Ocampo.
87
ese terrorismo era de Estado por la sencilla razón de que ellos habían
usurpado y detentaban el poder político […] Fue la primera vez que
en el continente americano se juzgaba a un gobierno militar golpista,
pese que había habido muchos gobiernos militares golpistas desde
hacía muchos años atrás y en muchísimos lugares de todo el conti-
nente. Fue un hecho histórico, realmente.
Por su parte, Julio César Strassera destaca el valor del Juicio, pese a su
desacuerdo con la sentencia final. Aunque la Fiscalía acusó a todos los im-
putados, el Tribunal estableció algunas absoluciones, que fueron luego con-
firmadas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. No obstante eso, el
Fiscal resalta el carácter único del Juicio a las Juntas, en el cual los militares
imputados comparecieron ante un tribunal ordinario, que los juzgó por vio-
laciones a los derechos humanos –y no por delitos de carácter militar– y los
condenó bajo figuras penales ordinarias preexistentes. Esto funda para él el
carácter único del Juicio, aunque en apariencia se asemeje a algunas expe-
riencias anteriores.
La discrepancia respecto a los resultados obtenidos en la sentencia final se
vuelve manifiesta entre algunos organismos de derechos humanos, quienes
no obstante el apoyo brindado al Juicio, discutían la forma jurídica que tuvo,
señalando la necesidad de que los crímenes cometidos por las FFAA durante
el terrorismo de Estado fuesen juzgados por un tribunal especial, y de acuerdo
a normativas ad hoc.
89
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, Cuerpo II
actas mecanografiadas, 1985. Archivo Memoria Abierta. Fondo Fiscalía Luís Moreno Ocampo.
Por otra parte, el Juicio a las Juntas confrontó a la sociedad argentina con los
inimaginados alcances de una violencia perpetrada desde el Estado pero que, de
91
alguna manera, involucraba al conjunto de la comunidad.
“Nunca Más”, el título del Informe de la CONADEP y frase final del alegato del
fiscal Julio César Strassera,75 se erigió en la Argentina de la reapertura democrá-
tica como emblema de las expectativas generadas por el nuevo ciclo.
Los procesos judiciales a represores habrían de recorrer (en los años poste-
riores) un largo y sinuoso camino en el que, como se verá, se sucedieron diver-
sas normativas jurídicas que fueron conformando un marco de impunidad y,
también, diversas estrategias impulsadas desde el movimiento de los derechos
humanos orientadas a revertirla. Lo destacable, en todo caso, es que el Juicio a
las Juntas constituyó y constituye, sin duda alguna, una escena emblemática –y
para muchos, fundante- del período inaugurado en 1983.
Impunidad y justicia
Los años que siguieron al Juicio a las Juntas estuvieron signados por una
sucesión de medidas que dieron lugar a la impunidad. Las presiones militares no
se hicieron esperar, reforzando lo que señalaba Carlos Zamorano más arriba, es
decir, que la posibilidad de limitar los procesamientos de niveles inferiores de
las Fuerzas Armadas se encontraba contenido en el propio programa electoral
del alfonsinismo.76
De este modo se buscó poner límite a los procesos contra las segundas líneas
de mandos militares, así como contra la remoción de Generales implicados en
las causas existentes. En 1986 el gobierno de Raúl Alfonsín presentó al Con-
greso un proyecto de Ley que ponía un límite temporal para la presentación
de denuncias y la acción de la Justicia. Dicha Ley, conocida como Ley de Punto
Final -sancionada en diciembre de 1986-, fijaba un plazo de 60 días para llamar
a declarar en forma indagatoria a eventuales imputados por violaciones de los
derechos humanos. Al mismo tiempo, establecía el beneficio de la prescripción
de los delitos cometidos por civiles bajo órdenes militares. Finalmente quedaba
establecido que el “Punto Final” no incluía el delito de sustracción sistemática
de menores.
Con toda intención, la sanción de la Ley coincidía con la inminente feria ju-
dicial del verano. Esto significaba que habría muy poco tiempo para presentar
nuevas denuncias. Sin embargo, los organismos de derechos humanos orga-
nizaron las presentaciones a los tribunales y el Poder Judicial quitó su apoyó
a la iniciativa presidencial: las Cámaras Federales de Bahía Blanca, Rosario,
Córdoba, Mendoza, Tucumán, Comodoro Rivadavia y La Plata, suspendieron la
feria judicial a fin de que se pudieran realizar las presentaciones. De este modo
a fines de febrero de 1987, cuando expiraba el plazo, trescientos oficiales de alta
graduación quedaron procesados.
75. El alegato del fiscal Julio César Strassera se puede consultar en URL: http://www.nuncamas.org/
juicios/juntas/acusa.htm
76. Nino, op. cit., pp. 106-110.
93
fantería del Ejército en Campo de Mayo. Los “carapintadas”, como se los bautizó
debido al camuflaje de combate que adoptaron en sus proclamas, exigían una
solución política a la cuestión de “las citaciones” y reclamaban una amnistía
generalizada a quienes habían participado de acciones represivas “en cumpli-
miento de órdenes”, o que habían estado al mando de áreas o subzonas de las
fuerzas de seguridad, así como a los rangos inferiores al de General. En total
hubo tres levantamientos carapintada durante el gobierno de Alfonsín: los de
Semana Santa y Monte Caseros en 1987, y el de Villa Martelli en 1988.
Entre las concesiones a las Fuerzas Armadas, el Congreso Nacional sancionó
la Ley de Obediencia Debida (Ley Nº 23.521) el 8 de junio de 1987, que estable-
cía –sin admitir prueba en contrario– que quienes a la fecha de comisión de un
hecho denunciado revistaran como oficiales jefes, oficiales subalternos, subofi-
ciales y tropa de las Fuerzas Armadas y de seguridad no eran punibles por haber
obrado cumpliendo órdenes, en virtud de la obediencia debida.
95
y la Corte, por cuatro votos a uno –era una Corte de cinco Jueces en
aquella época-, cuatro votos dijeron que era constitucional y un voto, el
del Dr. Bacqué, dijo que inconstitucional. Y con eso se cerró la posibilidad
de seguir adelante. Todavía no estaban los Tratados internacionales, no
estaba la posibilidad de remover a través de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, bueno, había mucho tramo todavía para recorrer.
Horacio Ravenna presenta una perspectiva crítica del uso de esa facultad
presidencial:
Esa facultad que tiene el Ejecutivo por encima del Judicial, de perdonar,
eso es el Indulto. Lo que hizo el menemismo tuvo gravedad. Primero porque
lo hizo masivo. En realidad lo hizo con la característica que marcó toda su
97
[2]
PARTE 2
Alberto Pedroncini explica el desarrollo de las acciones que dieron lugar a los
procesamientos por la sustracción de menores por parte de los represores:
Lo que vimos es lo siguiente: el fallo contra los Comandantes, la senten-
cia de noviembre del ‘85, confirmada por la corte en el ‘86, condenó por
los tres delitos principales que habían formado parte de los que la Cámara
llamó el “plan criminal”, que fueron privaciones ilegales de la libertad, ho-
micidios y torturas. El homicidio se declaró solamente en los casos en que
fue encontrado el cuerpo de la víctima; en todos los demás casos en que
estuvo probada una privación de libertad sin la aparición de la víctima, la
99
Cámara se manejó con la idea de la privación ilegal de la libertad que es
lo que después se manejó internacionalmente y luego también acá como
desaparición forzada de personas. En realidad la desaparición forzada de
personas es una política integrada por un sinnúmero de casos individuales
de privación ilegal de la libertad. La diferencia estaba en que el delito de
privación ilegal de la libertad de 1985 estaba previsto desde antes en el
Código Penal argentino como tal, como caso individual o suma de casos
individuales, pero no como una política de Estado. Por eso la Cámara en el
capítulo final de la sentencia dice que ha examinado todos los encuadra-
mientos jurídicos posibles del derecho internacional, del derecho de gentes
anterior a las convenciones, pero que la sentencia va a ser dictada ex-
clusivamente en función del derecho penal argentino. Entonces, condenó
por esos tres delitos principales pero absolvió a los nueve comandantes
respecto de la imputación hecha por la Fiscalía del delito de sustracción
de menores, sosteniendo que el escaso número de casos presentados por
la Fiscalía no permitía sacar la conclusión -como sí se había hecho res-
pecto de los otros tres delitos con un gran número de hechos perpetra-
dos- de que había habido un componente sistemático en la comisión de
los dos únicos casos que la Cámara consideró probados […] Se necesitó
que pasara mucho tiempo para que se acumularan pruebas sobre muchos
casos. [Entonces] vimos que frente a ese gran número de casos, más la
aparición de instrucciones halladas en Córdoba sobre el tratamiento a dar
a menores de edad, hijos de padres desaparecidos, podíamos demostrar la
ejecución de un plan sistemático de sustracción de menores.
79. En el año 1987, a instancias de Abuelas de Plaza de Mayo, se creó mediante la Ley 23.511 el Banco
Nacional de Datos Genéticos (B.N.D.G) que funciona en el Hospital Durand. La principal función del
B.N.D.G. es realizar pericias genéticas para establecer el vínculo entre una persona y sus familiares
biológicos mediante la realización de pruebas de ADN. La Ley consagró el derecho de todo familiar
consanguíneo de niños desaparecidos o supuestamente nacidos en cautiverio a solicitar y obtener
la realización de pericias del B.N.D.G., lo cual fue – y sigue siendo – un auxilio indispensable a los
procesos judiciales tendientes a la restitución de la identidad de los hijos de desaparecidos que fueron
apropiados por los militares y sus cómplices civiles.
80. La CONADI fue creada en noviembre de 1992. Sus objetivos iniciales fueron la búsqueda y
localización de los niños desaparecidos durante la última dictadura militar en la Argentina y, si-
multáneamente, velar por el cumplimiento de los artículos 7, 8 y 11 de la Convención Internacional
por los Derechos del Niño. Estos objetivos iniciales fueron ampliados ante las denuncias sobre robo,
tráfico de menores, despojo a madres en situaciones límites y adultos con su identidad vulnerada. El
objetivo se amplió por ser el único
ámbito del Estado Nacional especializado y dedicado a la temática de garantizar el derecho a la
identidad. La CONADI depende directamente de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos. Para más información: http://www.conadi.jus.gov.ar/
81. Junto a la Dra. King se destacaron otras figuras relacionadas a la investigación científica en el
área de los estudios de genética molecular y forense, como los doctores Víctor B. Penchaszadeh (Hos-
pital Mount Sinaí de Nueva York y Argentine Information Service Center/AISC), Fred Allen y Pablo
Rubinstein (Blood Center de Nueva York), Eric Stover (Programa Ciencia y Derechos Humanos de la
Asociación Americana para el Avance de la Ciencia/AAAS), y Cristian Orrego (National Institutes of
Health/NIH). Todos ellos participaron en diversos momentos e instancias de la investigación que se
inició en 1984 para facilitar algún método científico que permitiera la comprobación de identidad y de
filiación de niños y niñas apropiados durante el terrorismo de Estado. Cf.: Abuelas de Plaza de Mayo,
Las Abuelas y la genética. El aporte de la ciencia en la búsqueda de los chicos desaparecidos, 2008.
Disponible en URL:
http://www.abuelas.org.ar/material/libros/LibroGenetica.pdf [Acceso: Marzo 2010]. Cf. Memoria
Abierta, Testimonio de Víctor B. Penchaszadeh, Buenos Aires, 2001.
82. Para más información acerca de los métodos actuales de análisis genéticos ver: http://www.
conadi.jus.gov.ar/ o http://www.abuelas.org/
101
con algunas causas en particular (que de a poquito se fueron destrabando)
[…] [Una vez a cargo de la subsecretaría de DDHH] empezaba el cumpli-
miento de la primer demanda, si se quiere, de las Abuelas, que era la cons-
trucción de una Comisión especial que destrabara las causas de los chicos
desaparecidos […]. Armamos la estructura de esta Comisión que debía ser
integrada en parte por fiscales, en parte por la propia Subsecretaría, en
parte por delegados de la Asociación de Abuelas. Eso lo creamos al mes
o mes y pico […] a esa Comisión le conseguimos una pequeña “plantita”
, esa “plantita”83 la designaron las Abuelas […] O sea, ese fue un modelo
de interacción entre gobierno y ONG […] como de cooperación. Creamos
un modelo de funcionamiento en convergencia. Yo empecé a trabajar con
los fiscales […] Teníamos dos fiscales que formaban parte de la Comisión,
entendían cuáles eran los objetivos y luego encontraban la manera de
intervenir en las causas para torcerlas y darle el salto hacia delante. Dan
un salto en calidad todas las causas penales que venían tramitándose para
la recuperación de los chicos. Al poco tiempo, desde la Comisión, inicia-
mos algunas líneas de investigación propias. Así, también daban un salto
en calidad las investigaciones, porque yo como Subsecretaria podía pedir
partidas, podía pedir registros al registro de las personas, podía pedirle a
los organismos de inteligencia. Es decir, yo podía pedir información, esa
información llegaba y se ponía en la Comisión, y dentro de la Comisión
estaba la gente de Abuelas y así la información se articulaba. Creo que el
modelo de la CONADI fue un modelo que si hubiéramos podido repetirlo
en todos los ámbitos, el salto en calidad hubiera sido espectacular.
Alcira Ríos:
El caso Ximena [Vicario] fue un caso líder, sentó jurisprudencia porque acá
en este país nunca se había anulado una adopción plena. En la Cámara ya había
salido la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño. Yo, en base a la
Convención, pido que la Cámara la escuche a Ximena, ella tenía 14 años, más o
menos. Y vamos con Ximena a la audiencia. Y ya nos habían advertido que los
adultos “éramos de palo”, que ellos iban a hablar con la nena. Y cuando íbamos
en el viaje, la abuela me dice: Instruíla a Ximena qué dice, qué no dice. Y yo le
dije: No, yo no tengo nada que decirle a Ximena hoy. Hasta ahora, fueron años
que peleamos vos y yo. Hoy tiene que pelearla ella. ¿Ella quiere ser Ximena?
Tiene que pelearlo ella. Y en la audiencia en un momento dado, los jueces le
preguntaban, y ella se queja: No tengo mis documentos, ¡tantos años y nada!
¡Le tengo que andar explicando mi vida a todo el mundo! Bien adolescente ella,
viste y entonces uno de los jueces le dice vos tenés que tener un documento.
Y ella le dice: Sí, tenía un DNI como Romina Paola Siciliano pero primero que
no sé dónde está, se lo debe haber quedado la Siciliano y segundo que no lo
usaría aunque lo tuviera porque soy Ximena Vicario. Y ahí yo le dije a la abuela:
Ganamos la causa.
Ese juicio, el de Ximena, era bravo, te explico por qué. En primer lugar porque
anular una adopción plena en este país nunca había pasado. ¡Grondona salió a
la televisión a decir que no lo íbamos a lograr nunca porque eran irrevocables! 84
Segundo, [podía pasar] que la anularan como plena pero la dejaran como simple
y ella quedara con la apropiadora.
Los chicos de los desaparecidos fueron anotados como propios o inscriptos con
una adopción plena arguyendo que los encontraron abandonados y qué sé yo.
Entonces, en la adopción plena el menor pierde el vínculo con la familia biológica,
no se puede volver atrás. En la adopción simple el chico no pierde el vínculo con la
familia biológica, incluso puede seguir llamándose como se llama. Entonces, acá,
podían decir: Bueno sí, no es Romina Paola Siciliano pero bueno, que quede una
adopción simple. Es Ximena Vicario pero se queda con Siciliano.
Entonces, teníamos que lograr: que se anule la adopción plena y que se
declare que era nula de nulidad absoluta. Y bueno, tuvimos sentencia de primera
84. Mariano Grondona es un abogado, periodista e intelectual ligado a los sectores más con-
ser vadores de las Fuerzas Armadas, que apoyó en sus inter venciones periodísticas el golpe del
General Onganía contra el Presidente Arturo Illia el 28 de junio de 1966, así como las acciones
de la dictadura de 1976-1983.
103
instancia, de segunda instancia y de Corte. Y sentó jurisprudencia en esto: las
adopciones plenas de menores víctimas de desaparición forzada son nulas de
nulidad absoluta porque fueron hechas en fraude a la propia Ley de Adopción:
no eran menores abandonados, no eran menores entregados voluntariamente al
Estado, o sea, no eran menores en condiciones de adoptabilidad. Eran menores
robados y el delito no genera derechos. No hay derechos basados en delitos. No
puede ser fuente de derecho un delito […]
Hasta ahora hay 14 adopciones de buena fe que han quedado porque cuando
hay adopciones de buena fe nosotras no promovemos la nulidad de la adopción.
Los chicos tienen como una familia ampliada.
Alcira Ríos:
Yo digo que la negativa al análisis es la continuación de la victimización.
Los apropiadores les crean los complejos de culpa: Mirá, yo te crié, te salvé
la vida […] Entonces se les crea a los chicos una culpa muy grande.
85. Esta Ley deroga la anterior con Nº 23.511 de 1987. A partir de la nueva normativa, el BNDG
funciona como organismo autónomo y autárquico dentro de la órbita del Ministerio de Ciencia,
Tecnología e Innovación Productiva. Véase la publicación en el Boletín Oficial: http://www.sagf.org.
ar/BO%20Ley%20BNDG%20nov%202009.pdf
86. Desde el punto de vista político esta teoría reivindicaba a los “ex combatientes del campo
popular”; desde el punto de vista jurídico representaba una condena civil hacia el Estado. Éste debía
ahora reparar el daño ocasionado.
105
la diseña para los ex presos. Ni habíamos pensado en esa época en la de
desaparecidos. Estábamos en la línea de reivindicar a los ex combatientes
porque quien estuvo preso no era el inocente que decían los fiscales, los
Strasseras. Habían sido responsables de una acción que nosotros entendía-
mos que había sido una acción justa, de resistencia a la dictadura. Pero
fundamentalmente buscábamos dignificarlos (porque se los seguía llamarlo
terroristas, subversivos, etc.) y nosotros los dignificábamos al decir: ustedes
fueron injustamente privados de la libertad y el Estado ahora va a reparar
ese daño que les ocasionó. Y la reparación a ese daño es automática por el
sólo hecho de haber sido preso político y de tantos pesos por cada día de
detención. Tomando el modelo del decreto 70 se traslada a la Ley 24.043 que
es la Ley que indemniza a la totalidad de los presos políticos (no sólo a los
200 que habían hecho el reclamo ante la OEA sino a la totalidad).
Entonces, está presente la idea de dignificar, está presente la línea de
la búsqueda de verdad y está presente verdad y dignificación como parte
de la justicia, un concepto de justicia que excede el marco tribunalicio,
que se asume como rol del Estado y que, de alguna manera, es una alter-
nativa en tanto no hay condenas a los responsables. Como que, bueno,
ese camino no se pudo transitar, transitemos otro.
Lo primero que hice yo cuando entré a la Secretaría fue ir a hablar a Di-
putados para crear una Comisión de Derechos Humanos, porque no existía
y yo no tenía interlocutor parlamentario. Yo tenía: las ONG’s, que eran
mis interlocutoras naturales, tenía los expertos de derechos humanos que
eran mis interlocutores desde la teoría […]. Necesitaba mi interlocución
política y la política está en el Parlamento y en el Parlamento no había
interlocución. Entonces lo primero que hice yo en el ‘92 fue crearla. […]
porque si no quedábamos enganchados en la maldita figura de presunción
de fallecimiento que nunca la habíamos aceptado (ni desde el Estado ni
desde las familias).
Mirta Mántaras aclara así las particularidades del sistema jurídico ar-
gentino que fueron el sustrato de los sucesivos embates contra la impu-
nidad:
En los juicios a los militares se indagó por cada delito, se procesó por
88. El 16 de diciembre de 2005 fueron aprobados por la Asamblea General de la ONU los “Principios
y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas in-
ternacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario
a interponer recursos y obtener reparaciones” (Res. 60/147), en base al Informe sobre el Derecho a la
Reparación de las Víctimas de Violaciones aberrantes de los Derechos Humanos y al Informe sobre
la Tortura formulados por el Dr. Theo van Boven, Relator Especial de la ONU. Dichos Principios
definen las “reparaciones” como todo tipo de compensación, tanto material como no material, para
las víctimas de violaciones a los derechos humanos, por lo cual se establecen diversos aspectos: la
restitución, entendida como el reestablecimiento a la situación anterior de los derechos humanos que
han sido violados; la compensación por los perjuicios resultantes de la violación de derechos cometi-
da; la provisión de instancias de rehabilitación, como forma de contribuir a la recuperación física y
psicológica de las víctimas; la garantía de no repetición y prevención, implementando las medidas,
tanto jurídicas como administrativas, que promuevan la investigación, sanción, reconocimiento,
conmemoración y búsqueda de la verdad por parte del Estado.
89. Aunque la Convención se encuentra abierta a la ratificación por parte de los Estados miembros,
entrará en vigor después de que 20 países la hayan ratificado.
107
cada uno de los delitos y se dictó sentencia por cada uno de los delitos
[…] ¿Por qué es importante destacar esto? Porque sobre esos únicos casos
por los cuales hubo fallo es en los que hay cosa juzgada. […] Acá, en
nuestro sistema penal, no hay juzgamiento ni hay condena por las órdenes
impartidas en general. Sólo hay por órdenes impartidas que generaron
actos particulares donde los militares que dieron las órdenes son autores
mediatos, autores de escritorio, el que está atrás del ejecutor, el que or-
ganiza la cosa para que suceda y para que no deje de suceder, etc., pero
sobre casos concretos.
Podría decirse que en el espacio del derecho internacional el protago-
nismo estuvo en manos de dos actores. Por un lado, se destacó la inter-
vención de aquellos Estados que exigen justicia por la desaparición en
territorio argentino de ciudadanos de esos países. Por el otro, se inician
reclamos desde el sistema judicial estatal –el caso de España es de los
primeros-, según el Principio de Justicia Universal.
Las causas judiciales por la desaparición de ciudadanos extranjeros
durante período del terrorismo de Estado fueron iniciadas ya en enero de
1983, cuando el Estado italiano solicitó a través de su Ministro de Justicia
la apertura de un juicio por las desapariciones de ciudadanos italianos en
Argentina. 90 En esa causa, a cargo del Juez de Instrucción Dr. Renato Squi-
lante, se presentaron las denuncias por la desaparición y asesinato de los
ciudadanos italianos Laura Carlotto, Norberto Morresi, Martino Mastinu,
Mario Marras, Pedro Mazzocchi, Luis Alberto Fabbri y Daniel Ciuffo, y la
desaparición de Guido Carlotto, el hijo de Laura Carlotto nacido durante
el cautiverio de su madre.
La reinstauración democrática produjo un impasse en estos proce-
sos en Italia, con la esperanza de que prosperasen los juicios inicia-
dos en Argentina en 1983. Sin embargo, ante los retrocesos judiciales
que significaron las Leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, los
procesos en el exterior continuaron su curso, hasta que varios de los
Tribunales se expidieron, condenando en ausencia (cuando la Ley del
país lo permitía) a los represores acusados. A la causa iniciada en Italia
se sumaron así desde fines de la década de 1980 nuevas querellas en
Suecia, Francia, Italia y Alemania.
En este sentido, en 1988 se reanudó en Italia el proceso judicial con
una nueva querella presentada por Luis y Sofía Borri -acompañados
por las organizaciones de derechos humanos en Italia- por la desapa-
rición de Susana Roncoroni de Borri, acaecida junto a la de Cristina
D’Amico y Liliana Greco. A raíz de esta nueva denuncia, el juez Squilan-
90. En enero de 1983, el Consulado Italiano de Buenos Aires presentó un hábeas corpus colectivo
por 45 ciudadanos nacidos en Italia, y una lista de 617 italianos desaparecidos durante la dictadura
argentina, según las listas recogidas a partir de las denuncias presentadas desde 1978 en diversos
Consulados locales.
91. Numerosos testigos declararon en la causa abierta en la Justicia italiana, entre ellos Emilio
Mignone -entonces Presidente del CELS-, Estela y Guido Carlotto, y sobrevivientes de los centros
clandestinos de detención E.S.M.A, La Perla, La Cacha, Superintendencia de Seguridad Federal de
Buenos Aires, y Club Atlético.
92. El caso de Hagelin había formado parte de los casos piloto documentados durante el Juicio a las
Juntas, a la vez que constituía una causa penal independiente contra Astiz Esta fue cerrada en 1989 por
considerar que el crimen había prescripto. Pese a ello, su padre, Ragnar Hagelin, junto a su abogado Luis
Zamora, intentaron tenazmente lograr la reapertura de esta causa en Argentina, hasta que en junio de
1997 la Cámara Federal de Buenos Aires reabrió el caso en el marco de los Juicios por la Verdad, es decir,
para investigar sobre lo ocurrido pero sin potestad para dictar sentencias penales. Posteriormente, la
Cámara de Casación también resolvió reabrir el caso individual de Hagelin bajo la figura de delito de lesa
humanidad, reconociendo su imprescriptibilidad. En el año 2003 la Corte Suprema que dispuso que el
caso debía ser reabierto y más tarde pidió que fuera incorporado a la megacausa ESMA que lleva adelante
el Juez Federal Dr. Sergio Torres. A raíz de esto, en 2009 fueron acusados y procesados por el secuestro
y desaparición de la joven sueca, los ex marinos Alfredo Astiz, Jorge “Tigre” Acosta, Juan Carlos Rolón,
Antonio Vañek, Carlos Suárez Mason (hijo) y Ricardo Cavallo, entre otros de una lista de más de treinta
represores de la ESMA.
109
en Argentina durante la última dictadura. 93 En 2001 el Tribunal territorial
de Nüremberg emitió una orden de captura internacional contra el ex
general Suárez Mason por el asesinato de Käsemann. Finalmente, en 2003,
el mismo Tribunal de Nüremberg ordenó la captura y extradición a Alema-
nia del ex presidente de la Junta Militar de gobierno de Argentina, Jorge
Rafael Videla, y del ex almirante Emilio Eduardo Massera por los mismos
delitos. Cabe decir que ninguno de estos pedidos de captura realizados por
los diferentes países mencionados fue cumplido por la Justicia argentina.
El caso de Francia
93. En octubre de 1996 se había realizado una Audiencia Pública convocada por la Subcomisión de
Derechos Humanos del Parlamento Europeo en Bruselas, donde representantes de los organismos que
llevaban adelante los juicios en España e Italia habían mostrado las expectativas existentes acerca
de la posición de la Justicia alemana. El dictamen jurídico positivo del Instituto Max Planck para
Derecho Penal Extranjero e Internacional de Freiburg fue elaborado por un equipo de juristas dirigi-
do por el Dr. Kai Ambos, y se refirió a las posibilidades dentro del derecho penal alemán para juzgar
a personas de otra nacionalidad por delitos cometidos contra ciudadanos alemanes residentes en el
exterior. A raíz de este hecho, el gobierno Menem trazó una estrategia de rechazo de las extradicio-
nes para hacer frente a las requisitorias que se esperaba que se iniciaran en otros países de Europa.
Hasta julio del 2000 la Coalición había presentado denuncias por los casos de 12 desapariciones de
ciudadanos alemanes en la Argentina, entre los que se encontraban el político paraguayo Jorge Fe-
derico Tatter y Elisabeth Käsemann. El testimonio del hijo de Tatter, forma parte del Archivo Oral de
Memoria Abierta. Cf. Memoria Abierta, Testimonio de Federico Tatter, Buenos Aires, 2007
111
fundamental. Sin esos juicios en el exterior, acá, hoy no hubiera pasado
absolutamente nada. […] Gracias a los juicios que se abrieron en el exte-
rior, a la presión internacional inmensa... porque cada vez que venía un
exhorto acá era una cachetada, reclamando cuarenta, cincuenta, cien,
ciento cincuenta genocidas, entonces ha sido gracias a eso que hoy se
ha logrado esto.
96. El “Principio de Justicia Universal” determina la prevalencia del derecho internacional de los dere-
chos humanos, por lo cual todo individuo que, en cualquier lugar del mundo, incurra en delitos de lesa
humanidad, con independencia del lugar y fecha de los crímenes, y de los puestos o cargos que ocupe,
y del lugar donde sea capturado, debe ser juzgado y condenado con arreglo a los requisitos del debido
proceso y según las exigencias establecidas por el derecho internacional de los derechos humanos, por
aplicación efectiva de los Convenios Internacionales contra el Genocidio, contra la Tortura, etc., los
cuales se encuentran articulados con las leyes nacionales españolas.
97. El mencionado Art. 6 establece que “Las personas acusadas de genocidio o de uno cualquiera de los
actos enumerados en el artículo 3 serán juzgadas por un tribunal competente del Estado en cuyo terri-
torio el acto fue cometido, o ante la corte penal internacional que sea competente respecto a aquellas de
las Partes contratantes que hayan reconocido su jurisdicción”. La Justicia española adujo que el mismo
no limitaba la jurisdicción sino que la ampliaba hacia órdenes extraterritoriales, debiendo restringirse
si hubiese procesos ya iniciados en el país donde se cometió el delito de genocidio. Dado que el citado
Convenio considera el genocidio delito de derecho internacional, el Auto de la Sala en lo Penal de dicha
Audiencia establecía que “La acción plural y pluri personal imputada, en los términos en que aparece en
el sumario, es de actuación contra un grupo de argentinos o residentes en Argentina susceptible de dife-
renciación y que, indudablemente, fue diferenciado por los artífices de la persecución y hostigamiento. Y
las acciones de persecución y hostigamiento consistieron en muertes, detenciones ilegales prolongadas,
sin que en muchos casos haya podido determinarse cuál fue la suerte corrida por los detenidos -repenti-
namente extraídos de sus casas, súbitamente expulsados de la sociedad, y para siempre-, dando así vida
al concepto incierto de “desaparecidos”, torturas, encierros en centros clandestinos de detención, sin
respeto de los derechos que cualquier legislación reconoce a los detenidos, presos o penados en centros
penitenciarios, sin que los familiares de los detenidos supiesen su paradero, sustracción de niños de
detenidos para entregarlos a otras familias -el traslado por fuerza de niños del grupo perseguido a otro
grupo-. En los hechos imputados en el sumario, objeto de investigación, está presente, de modo ineludi-
ble, la idea de exterminio de un grupo de la población argentina, sin excluir a los residentes afines. Fue
una acción de exterminio, que no se hizo al azar, de manera indiscriminada, sino que respondía a la
voluntad de destruir a un determinado sector de la población, un grupo sumamente heterogéneo, pero
diferenciado. El grupo perseguido y hostigado estaba integrado por aquellos ciudadanos que no respon-
dían al tipo prefijado por los promotores de la represión como propio del orden nuevo a instaurar en el
país. El grupo lo integraban ciudadanos contrarios al régimen, pero también ciudadanos indiferentes
al régimen. La represión no pretendió cambiar la actitud del grupo en relación con el nuevo sistema
político, sino que quiso destruir el grupo, mediante las detenciones, las muertes, las desapariciones,
sustracción de niños de familias del grupo, amedrentamiento de los miembros del grupo. Estos hechos
imputados constituyen delito de genocidio.”
113
desaparición de otras 78 personas secuestradas en Argentina y entregadas
a la DINA en Chile. Esto dio lugar a la unificación de las causas referidas a
las dictaduras de Argentina y Chile como parte de lo que se conoce como
Plan Cóndor. 98
Hugo Cañón indica la relevancia del proceso llevado adelante ante la Audien-
cia Nacional de España por el Juez Garzón, para el desarrollo posterior de las
instancias de justicia en Argentina:
Y luego en octubre del ’89, el indulto de Menem termina cerrando la
posibilidad de juzgamiento, y es lo que me moviliza a mí a llevar a la Au-
diencia Nacional [de España], al Juez Garzón, en el año ’99, lo principal
de la prueba que teníamos acumulada, sobre todo los reglamentos milita-
res, todos los reglamentos secretos, que eso mereció que [el periódico] La
Nueva Provincia me tildara de traidor a la patria porque llevé documen-
tos secretos militares a un Juez extranjero. Pero eso fue base del Juicio a
Scilingo, por ejemplo, y de toda la estructura del Juicio que se hizo en la
Audiencia Nacional para demostrar el Plan criminal, en base a todos esos
documentos que teníamos en el Juicio de Bahía Blanca.
98. Plan Cóndor es el nombre con que se conoce el plan de coordinación de operaciones represivas entre
las Fuerzas Armadas del Cono Sur –Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia– durante las
dictaduras de las décadas de 1970 y 1980. La unificación de estas causas en España dio lugar a la orden
de arresto y posterior pedido de extradición a España del ex general chileno Augusto Pinochet, mientras
se encontraba de viaje en Gran Bretaña en el año 1998, por delitos de genocidio y terrorismo, cometidos
en Chile durante la dictadura que se inició en 1973.
99. En octubre de 1996, el ex-marino Adolfo Scilingo realizó una confesión pública televisiva en Ar-
gentina acerca de su participación en la represión y el terrorismo de Estado, en lo que se ha denominado
como “vuelos de la muerte” que se realizaban desde la ESMA. Scilingo se presentó voluntariamente en
España a declarar ante el juez Garzón, quien lo acusó de genocidio.
100. Esta sentencia fue luego reforzada cuando el Tribunal Supremo de España decidió aumentar a 1084
años el castigo a Scilingo, haciendo lugar a las acusaciones particulares presentadas, aunque deberá
cumplir un límite máximo efectivo de condena de 25 años.
115
deben ser perseguidos por los tribunales argentinos. Es decir, hay
una concepción ya muy antigua de que crímenes que ofendiendo la
humanidad, contra la humanidad, no sólo pueden sino que deben ser
perseguidos por distintos tribunales del mundo comprometidos con
las normas protectoras de los derechos humanos fundamentales […]
Además, fundamentalmente después de la Segunda Guerra Mundial,
todos los instrumentos internacionales, todos los convenios [….]
todos tienen preámbulos en donde se habla de los derechos humanos
fundamentales de los seres humanos por ser tales independientemen-
te de su condición personal. Por ende hay una manifiesta vocación
de que estos derechos humanos que se consideran fundamentales y
que son agredidos por los llamados crímenes contra la humanidad
(es decir los que derivan de ataques masivos y generalizados contra
la población civil) deben provocar el concurso de distintos tribunales
del mundo para su persecución. Esto está como idea pero aparte está
como compromiso. […] En todos los casos es obligatorio que el tri-
bunal del país donde se comete el crimen de que se trate persiga ese
delito. Por ejemplo, el Convenio contra el genocidio establece que el
genocidio cometido en un país será juzgado por un tribunal compe-
tente de ese país. Por ende, la Argentina hubiera estado obligado o
está obligada a juzgar el delito de genocidio cometido en Argentina
[…] Entonces, todos estos convenios establecen pautas claras de ju-
risdicción: debe ser perseguido en el lugar donde el delito se comete;
debe ser perseguido cuando el autor del delito es nacional del país
que pretende perseguirlo; debe ser perseguido cuando la víctima del
delito es nacional del país que pretende perseguir el delito (siempre
que su legislación lo permita) y debe ser perseguido cuando el pre-
sunto responsable del crimen es aprehendido en el territorio del país.
Es decir que, si Ricardo Cavallo no hubiera estado en México sino
en España, España hubiera tenido, de acuerdo a estos convenios, la
potestad de detenerlo y juzgarlo en España aunque no haya tenido
víctimas de origen español, ni él sea español, ni sus acciones hayan
afectado al Estado español. Es decir que esta idea de que el Estado
del lugar donde sea aprehendido es el responsable del delito de tor-
turas, de desaparición forzada u otros crímenes internacionales, tiene
competencia para detenerlo y juzgarlo es una cosa que no admite
discusión alguna. El tema es que entonces, el presunto responsable
del crimen elegiría el lugar en donde va a estar sabiendo que si no
va a ese país donde va a ser aprehendido entonces puede escapar a
la acción de la justicia. El modo de perfeccionar este sistema es ha-
ciendo que aquel país que pretenda juzgar tenga la posibilidad -si no
está en su territorio- de traerlo a su territorio y esto es a través de los
mecanismos de la extradición. Por tanto la jurisdicción internacional
se hace realmente completa y es aplicada en sus propios términos
117
España y en otros países […] es plantear que, por primera vez, ya no es
posible pensar que libremente por el mundo andarán los Pinochet como
si nada hubieran hecho, que esto ya está vedado para siempre, que ya
está avisado que quienes han cometido este tipo de crímenes van a ser
perseguidos en forma múltiple. Y esto no crea ningún caos jurídico; por
el contrario, lo que hace es reestablecer la juridicidad […] Se trata de
que concurran las jurisdicciones de todos lados a perseguir este tipo de
crímenes. Porque la jurisdicción universal está derivada de la naturaleza
del crimen. Es la naturaleza del crimen –crimen contra la humanidad- la
que determina el carácter de la jurisdicción.
¿Y cuál sería, entonces, el fin de un sistema de justicia internacional?
Que las víctimas tengan la posibilidad, si no se hace justicia en su país, de
recurrir al país de al lado… y entonces será posible pensar en un futuro
en el cual estos crímenes sean efectivamente perseguidos. […] Entonces
esto tendrá eficacia primero para prevenir el crimen pero fundamental-
mente para reestablecer valores sociales. Porque […] significa un enorme
salto cultural, un enorme salto moral, ético para la sociedad humana, el
que se sepa que estas personas no solamente no van a quedar impunes
sino que van a ser perseguidos implacablemente y por todos lados. Y esto
se cierra finalmente con que va a ser insoportable la impunidad en los
propios países. Por ende se cerrará un círculo de justicia y lejos de ser
un acto de “colonialismo jurídico” será un acto de lo que es: de inmensa
solidaridad entre los seres humanos.
La figura de genocidio
Fue recién después del genocidio practicado por los nazis y sus aliados
en Europa durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) que se plasmó
un ordenamiento jurídico internacional específicamente destinado a
evitar, o en su defecto castigar, la masacre de poblaciones civiles. El ge-
nocidio comenzó a ser considerado jurídicamente una de las formas que
pueden asumir los crímenes contra la humanidad o los crímenes de guerra
a partir de la declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
que estableció la Convención para la prevención y la sanción del delito de
genocidio el 9 de diciembre de 1948 (que entró en vigor el 12 de enero de
1951). Según el artículo I de la Convención, “las partes contratantes con-
firman que el genocidio, ya sea cometido en tiempo de paz o en tiempo de
guerra, es un delito de derecho internacional que ellas se comprometen
a prevenir y a sancionar”. Por genocidio, se comprenden cualquiera de
los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de
destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o reli-
105. Sigal, Silvia, “La polémica sobre el genocidio”, en Puentes, año 2, nº 5, octubre de 2001, pp.
62-63. La destrucción de grupos políticos fue excluida de la Convención sobre el Genocidio a peti-
ción de la URSS, que preveía una catarata de reclamos en ese sentido.
119
el resto de la Nación.106 Finalmente, muchos recuperan la citada Resolución
96-I de la ONU de 1946, que menciona explícitamente que los genocidios
pueden estar originados en motivos “raciales, religiosos o políticos”.
Quizás este sea uno de los puntos centrales también en la controversia
sobre el tema. En Argentina, los casos en que el genocidio fue mencionado
en las condenas (Etchecolatz y Von Wernich), esa noción formaba parte del
marco interpretativo, pero las penas efectivas se referían a delitos concretos
caracterizados como de lesa humanidad.
Louis Joinet se refiere a los debates en los foros internacionales durante los
años 1980 acerca de la aplicabilidad de las distintas convenciones internacio-
nales y la tipificación de genocidio y de los crímenes del terrorismo, remar-
cando las transformaciones jurídicas ocurridas desde entonces en el tema:
Me acuerdo de una discusión sobre la aplicación de las Convenciones de
Ginebra en Argentina. Fue en el tiempo de Montoneros que tenía una armada
[…], y la cuestión fue “¿Debemos aplicar las Convenciones de Ginebra?”. La
Convención de Ginebra es clara sobre esta cuestión, hace una distinción dentro
del Estado violador [de los derechos humanos], y en un Artículo muy conocido
de todas las Convenciones de Ginebra, que es el Art. 3, que habla especial-
mente de los conflictos internos. En este caso no tiene el mismo valor jurídi-
co. En el Informe sobre la Impunidad, yo tengo un principio muy importante,
que… existen siempre violaciones de los dos lados pero no es posible tratar en
el mismo nivel al opresor y al oprimido.107 Es muy importante. En el caso de
América Latina en general, a excepción de Colombia, es una cuestión que… se
necesita más tiempo para discutir sobre qué pasa finalmente con las víctimas. Es
el caso en todas las situaciones. […] Se [necesita] mucho tiempo antes de hablar.
En los conflictos, es la última etapa. […] El caso en la Argentina, es la segunda
etapa, que pase a la justicia. Son tres las cuestiones que yo digo: el derecho a
saber, el derecho a la justicia y el derecho a la reparación. El derecho a la justicia
ha hecho muchos progresos en los últimos diez años. Por ejemplo, en el caso
de Argentina me acuerdo, no sé el año yo fui con Pérez Esquivel, teníamos en
106. Estos argumentos están presentes en los documentos de trabajo y presentaciones judiciales del
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que fueron utilizados en la elaboración del presente
texto. Feierstein, Daniel, El genocidio como práctica social, Buenos Aires, FCE, 2007.
107. El Informe “La Administración de la Justicia y los Derechos Humanos de los Detenidos. La
cuestión de la impunidad de los autores de violaciones de los derechos humanos (civiles y políticos)”
publicado por la ONU en 1997, presenta un conjunto de principios para la protección y promoción de
los derechos humanos referidos a las acciones contra la impunidad por violaciones de los derechos
humanos. Conocidos como los “Principios Joinet”, especifican los derechos de la víctima en tres
categorías: el derecho a saber, el derecho a la justicia, y el derecho a obtener reparación, a los que se
refiere en su testimonio. URL: http://www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nsf/8ce8951852ee031cc1
256991003793c3/b0d51373005e847280256736003cd20f?OpenDocument
108. Se refiere a las reuniones realizadas por ese Tribunal entre 1974 y 1979 para tratar la situación
de América Latina.
121
[de estos marcos] esta es una discusión teórica, en todo caso ha sido resuelta y
yo creo que ha sido resuelta en términos adecuados por la jurisdicción española.
Y la otra cosa que se dice es que la Argentina no incorporó a su legislación la
figura del genocidio. Efectivamente, increíblemente no lo hizo […] En el año
1954 firma la convención y sin embargo, a pesar del mandato y la obligatoriedad
que tenía de incorporar a su Código Penal o a una Ley penal especial la figura
del genocidio, no lo ha hecho. Y esto ha servido como excusa para que se diga
que como no estaba en el Código Penal o en la Ley penal argentina la figura de
genocidio y no había penas establecidas en esa Ley para perseguir al genocidio,
entonces, no era posible perseguir. Increíblemente, el incumplimiento de una
obligación internacional sirve como excusa para que no se aplique la legislación.
Esto es insostenible.
123
vo envía o remite, y esta Ley provoca el debate que es público. Y lo que
se hace es derogarlas, que no produce nada porque en verdad habían
tenido un efecto para aquel momento. La posibilidad de la inconstitu-
cionalidad anularía los efectos en el caso en que sea dictado, pero claro
una vez que sea dictado en un caso determinado podría, obviamente, y
lo dice la Corte, podría ampliarse en el futuro.110
Paralelamente, distintos abogados se fueron abocando a la tarea de cons-
truir figuras jurídicas que permitieran el juicio y condena de los responsables
del terror estatal (hayan sido juzgados previamente o no). En este sentido
resulta interesante la teoría del delito permanente a partir de la cual, en
tanto la desaparición se perpetúa (puesto que el sujeto no aparece), el crimen
también lo hace.
110. La maniobra del entonces Presidente Carlos Menem buscaba favorecer a los militares ya que, en
virtud de los principios constitucionales de “no retroactividad de la ley penal” y de “ley penal más
benigna” la “derogación” solamente significaba que esas leyes dejaban de estar formalmente vigen-
tes sin modificar los efectos cumplidos (no implicaba la reapertura de los procesos truncados por
esas leyes, ni mucho menos la apertura de nuevas causas por delitos de lesa humanidad). Es decir,
la derogación consagraba la impunidad de los crímenes de la dictadura. Por otro lado, la “nulidad”
significaba no sólo la invalidez formal de esas leyes sino también su total falta de efectos legales, lo
que permitiría tanto la reapertura de las viejas causas, como el inicio de nuevos procesos judiciales
María José Guembe relata las instancias que dieron lugar al pedido ante la
CIDH y la importancia de ese fallo internacional para el proceso que siguió en
Argentina. Describe también algunos puntos del debate originado en torno a
la concepción del derecho a la verdad y su relación con el derecho a la justicia
a partir de esa sentencia:
La autora básicamente debe haber sido Alicia Oliveira. Trabajamos
mucho con un fallo de la Corte Interamericana […] que fue el primer
caso de la Corte Interamericana, era un caso de Honduras, de desapari-
ción forzada también, donde la Corte obligaba al Estado de Honduras a
cuatro cosas básicas que eran: investigar, juzgar, condenar y reparar a las
víctimas; pero investigar era una obligación independiente de las otras
que, según la interpretación de la Corte, surgía del Pacto de San José
de Costa Rica. Nosotros retomamos eso y además lo fortalecimos con
argumentos de nuestra Constitución acerca del acceso a la información
y de la forma republicana de gobierno […]. Y por otro lado hablamos
del derecho al duelo, que eso sí era un invento nuestro, no venía ni de
la Corte Interamericana ni de ningún otro lugar y para nosotros era una
cuestión cultural, un derecho cultural básico […] A partir de eso surge,
primero en la Cámara Federal de Capital el primer juicio de la verdad
que fue bastante distinto de los otros creo que por algunas ideas de los
abogados que participábamos. Por ejemplo, nosotros no creíamos con-
111. Alejandra Lapacó era estudiante universitaria, militante de la Juventud Universitaria Peronista
(JUP), y fue detenida-desaparecida el 16 de marzo de 1977 en la ciudad de Buenos Aires, a la edad de
19 años. Fue vista con vida por última vez en el centro clandestino de detención “El Atlético”. El Tes-
timonio de Carmen Lapacó, madre de Alejandra, forma parte del Archivo Oral de Memoria Abierta.
112. La CIDH se expidió afirmativamente en el caso de Lapacó en mayo de 1999. (CIDH, INFORME N°
70/99, CASO 12.059, CARMEN AGUIAR DE LAPACÓ). URL: http://www.cidh.org/annualrep/99span/
Soluci%C3%B3n%20Amistosa/Argentina12059.htm
125
veniente volver a citar a todos los testigos, entonces nos centrábamos
en citar a militares, en tratar de que la información que pudiéramos
obtener viniese de los militares. Y nos parecía que hacer volver a pasar
a los testigos por la misma situación, muchos de ellos habían estado
detenidos o tenían algún familiar desaparecido, torturado.... revivir otra
vez esa situación en esos juicios –que eran como la continuación de
los que se habían iniciado en los ’80 y habían quedado inconclusos por
las Leyes de Punto Final y de Obediencia Debida- era como demasiado,
no iba a aportar nada. En el juicio de La Plata, que empezó un poquito
después, tomaron la decisión contraria... y en el momento no estaba tan
claro pero la verdad es que creo que fue bueno porque declaró mucha
gente que [antes] no había declarado. Quizás, en Capital Federal había
declarado más gente durante los ’80 y La Plata no había sido jurisdicción,
no tenía una Cámara Federal entonces por ahí por eso en La Plata hubo
muchos testimonios que no habían sido prestados en aquel momento.
Pero yo me había convencido en esto de no volver a citar [...] Inicialmen-
te lo cierto también es que fue muy cuestionado el juicio por el derecho
a la verdad […] la mayoría de los organismos de derechos humanos no
querían saber nada con el derecho a la verdad y el cuestionamiento que
nos hacían era que bajábamos la bandera de la justicia, que era confor-
marse con una alternativa de mínima, que para ellos lo único que servía
era Juicio y Castigo. […] En el ’98 fue el fallo de la Corte que en el caso de
Carmen Lapacó dijo que no, que el derecho a la verdad existía pero que
la vía no eran los juicios penales, que eso tenía que tratarse por medio
del hábeas data... fue una derrota. La Corte dijo algo como para no decir
que no existía ese derecho, pero la vía que nos dejaba abierta era una
vía que no permitía citar a los militares, que no permitía nada. Entonces,
de algún modo, la Corte nos estaba diciendo que el derecho a la verdad
no se iba a ejercer. Y ahí sí salieron todas las organizaciones a defender
a capa y espada el derecho a la verdad […] Después ahí se inició el de
La Plata y se fueron abrieron en todos lados: San Martín, Jujuy, Salta,
Chaco […]
Y también yo hice la denuncia ante la Comisión Interamericana
cuando ocurrió el fallo de la Corte Suprema en Lapacó, diciendo que
el Estado argentino estaba violando el derecho a la verdad porque
ese fallo de la Corte no permitía una garantía efectiva. Y en ese
caso la damnificada era Carmen [Lapacó] pero la denuncia la firma-
ron todos los organismos. Y en el marco de ese juicio se firmó una
solución amistosa. Alicia Pierini era en ese momento Subsecretaria
de Derechos Humanos de la Nación y ella propuso hacer un acuerdo
de solución amistosa donde el Estado argentino se comprometía a
garantizar ese derecho, a garantizarlo por la vía de la justicia penal.
Bueno, un acuerdo muy bueno […] y que no sé si fue el motivo para
que después los juicios siguieran y que los jueces se comprometieran
113. Memoria Abierta, Testimonio de María José Guembe, Buenos Aires, 2007.
127
-¿En qué sentido?
129
moniales muy, pero muy importantes. […] De toda la documentación
que pudimos reunir, porque los otros Juzgados empezaron a enviar al
Juzgado 3 todos los expedientes, las denuncias, los hábeas corpus… con
los hábeas corpus tuvimos un problema porque el [Juzgado] Nº 1 ordenó
quemar los hábeas corpus, pasados 10 años los ordenó quemar, o sea
que quedamos un poquito acéfalos de eso, no? Pero comenzó la época
de pedir. Yo pedí allanamientos, yo pedía muchos, muchos allanamientos
y la Dra. Garzón de Lazcano me hacía lugar, e inclusive íbamos juntas a
hacer los allanamientos. […] Pero acá teníamos que ir nosotras porque
sabíamos lo que estábamos buscando. ¿A quién le íbamos a indicar qué
estábamos buscando?
Marta Vedio hace referencia a este proceso instrumentado desde los Tribu-
nales de La Plata, como una búsqueda de estrategias que permitiesen de algún
modo investigar y llegar a conocer sobre el destino de los desaparecidos:
En ese hueco [se refiere a la causa Lapacó] nos metimos nosotros
[APDH-La Plata] e insertamos la demanda de Juicio por la Verdad en La
Plata, acompañados de un trabajo político que hicimos dentro del Poder
Judicial Federal de la ciudad de La Plata, y también de la visibilidad que le
dimos al tema.115 […] Se dio en La Plata con esta circunstancia particular
de no haber habido Juicios en los ’80. Al no haber hecho Juicios en los
’80, porque aquellos Jueces de Cámara, que ya no estaban más, se de-
115. El 1° de abril de 1998 la APDH- La Plata demandó ante la Cámara Federal de Apelaciones de
La Plata la apertura de un proceso en el que se investigaran los hechos que condujeron a la desapa-
rición de personas en la zona de jurisdicción del Tribunal, acompañando a un grupo de familiares
de desaparecidos.
131
clararon incompetentes y los mandaron a otras jurisdicciones, tampoco
ningún Juez de acá convalidó las Leyes de impunidad, tampoco las
declaró inconstitucionales, tenían la conciencia tranquila en ese sentido,
no tenían que contradecir sentencias anteriores. Eran nuevos en el tema.
[…] En base a esas cuatro pautas fijadas por la Corte [Interamericana de
Derechos Humanos] nosotros presentamos la demanda de Juicio por la
Verdad para que el Estado cumpla su obligación de investigar. Las Leyes
de impunidad no alcanzaban para eximir al Estado de su obligación de
decirle a la sociedad qué era lo que había ocurrido. Y nosotros sabíamos
de alguna manera que esa investigación tenía que erosionar la impu-
nidad, porque no iba a poder sostenerse. Se sostuvo en ese momento
sobre determinadas necesidades políticas coyunturales, pero no se iba
a poder sostener más, y de hecho, bueno, así ocurrió, no? Una vez que
se empezó a hablar nuevamente, que se empezaron a poner arriba de
la mesa pruebas contundentes, jurídicamente contundentes, de lo que
había ocurrido, de los delitos que se habían cometido, o de los autores
de esos delitos, de la organización que necesitaron montar para come-
terlos, bueno, en definitiva se volvió a mostrar el terrorismo de Estado
tal como era y se le dijo a la sociedad: Miren esto!. […] Todavía sigue,
todavía hay Juicios por la Verdad, y nosotros entendemos que todavía
debe haber Juicios por la Verdad, porque no todos los casos van a entrar
ya en una causa penal, y además el derecho a la verdad es independien-
te de la sanción, existe por sí mismo. […] El Juicio comenzó con una
recopilación documental. Lo primero que hizo la Cámara cuando dictó
su sentencia del 22 de abril de 1998 -que abre el Juicio por la Verdad-,
fue crear una Secretaría especial para estos procesos, recopiló todos los
hábeas corpus que había en las Secretarías de La Plata, en el archivo
de aquella época, pidió a la Secretaría de Derechos Humanos de Nación
que le aportara documentación, y alrededor de seis meses trabajó en la
organización de esa documentación.
Hugo Cañón desarrolla las instancias centrales de los Juicios por la Verdad,
destacando la labor de Jueces y organismos de derechos humanos en esta
etapa, y su impacto en el caso de la Cámara Federal de Bahía Blanca:
Creo que la Argentina se ha caracterizado por una gran creatividad, por
una fortaleza para buscar caminos alternativos. El movimiento de dere-
chos humanos de la Argentina ha sido y es pionero en el mundo. Se ha
logrado establecer la tipificación de pautas y de normas que no existían,
como la desaparición forzada de personas, a través de las presentaciones
argentinas. Argentina fue el primer país que ratificó el Convenio contra la
Tortura. Y en el tema de los Juicios por la Verdad, es una creación intere-
santísima, que surge a partir de los cierres de impunidad que se van dando
[…] Por un lado se buscaron caminos alternativos de la Justicia o la juris-
133
individuales. Así se inició, tomando los hábeas corpus y citando a las
personas que habían presentado los hábeas corpus o a los familiares que
estuvieran disponibles o en condiciones de venir a declarar. No obstante
eso, no pasó mucho tiempo sin que se viera que el CCD se imponía como
realidad dentro de la metodología de investigación.
116. José Liborio Poblete y Gertrudis Marta Hlaczik fueron secuestrados el 28 de noviembre de 1978.
La pequeña hija de ambos, Claudia Victoria Poblete, fue secuestrada junto a su madre y apropiada
por represores. José y Marta continúan desaparecidos.
117. Para consultar la síntesis del Fallo de la Corte Suprema en el caso Poblete, cf. CELS, URL: http://
www.cels.org.ar/common/documentos/sintesis_fallo_csjn_caso_poblete.pdf
118. Memoria Abierta, Testimonio de Carolina Varsky, Buenos Aires, 2006.
135
el Juez Cavallo, sin requisitoria fiscal, había declarado la nulidad de las
dos Leyes, de Punto Final y de Obediencia Debida. Eso fue en marzo del
2001. Llegamos al 2 de octubre del 2001 y yo, en concordancia con otros
querellantes, no todos, querellantes de parte, yo me presento al Juzgado
y le pido a la Jueza que declare la nulidad y la inconstitucionalidad de
las dos Leyes y del indulto. El Indulto hasta ese momento no había sido
tocado en ningún lado. Eso fue el 2 de octubre de 2001. La Jueza se
tomó un año y medio para decirme que no, que hacía lugar en virtud
de la cosa juzgada, y me lo notifica el 21 de septiembre de 2003. […]
Yo apelo y me voy a la Cámara Federal de Apelación, pero yo no sabía
cuanto tiempo me iba a llevar la Cámara. […] En septiembre de 2003
sale una Ley que yo amo, ¿se puede amar Leyes, no es cierto? La Ley
25.179 que en un solo artículo me solucionaba mi problema que yo venía
peleando judicialmente por la declaración de nulidad e inconstituciona-
lidad de las Leyes [que] era todo un proceso penal. […] Entonces se me
abrió el panorama.
No. Íbamos a tener que resolverlo más o menos en cada una. Es decir,
por supuesto que una vez que la Corte saca la opinión en una de las
causas, ya los Tribunales de las otras instancias suelen recoger la Ju-
risprudencia de la Corte y salen a declarar ellos [la inconstitucionali-
dad]. Pero íbamos a tener todas las apelaciones y todos los recursos
de todos los abogados defensores […] Porque una de las cosas que se
alegan siempre es que también hay una Convención en juego, que es
la Declaración Americana de los Derechos Humanos y el Pacto de San
José de Costa Rica, que habla de los procesos excesivamente largos y del
derecho del imputado a no seguir sujeto a proceso por un tiempo que ya
no es razonable. Están alegando eso. Solo que, lo que se olvidan es que
estuvieron veinte años sin proceso.119
137
forzada, en noviembre de 1978, de José Poblete y Gertrudis Hlaczik y por el
apoderamiento de su hija Claudia.
El caso Simón a fin del 2005 lo elevan y era para mí la primera experiencia
en un juicio oral […] Tenía ciertos nervios de enfrentarlo de verlo al imputa-
do. Yo voy muy seguido a Tribunales pero no me había cruzado con ninguno.
Eran personas que yo sabía que tenían un abogado, a lo sumo me cruzaba
con algún abogado pero físicamente no los veía. Entonces antes del juicio yo
tenía cierto temor de ver al Turco que para mí era un monstruo por todo lo
que yo leía y escuchaba que hacía el tipo... Cuando lo vi me di cuenta de que
era realmente un ser detestable pero que no me daba ningún miedo […].
Todo lo que fue la preparación del juicio fue súper interesante, fue muy
enriquecedor hablar con los testigos. Fue darnos cuenta que para ellos era,
por un lado, muy importante ir a declarar y contar pero por otro lado era
muy movilizante. Entonces empezamos a trabajar con el equipo de Salud
Mental del CELS para que nos ayudara también a nosotros: yo soy abogada
y sin embargo recibía muchas confesiones de los testigos que ni siquiera las
dijeron judicialmente. Entonces eran desde casos de mujeres que habían sido
violadas y que nadie sabe que fueron violadas (porque nunca lo dijeron)...era
mucha carga para mí. […] El Equipo de Salud Mental estuvo en todas las au-
diencias del juicio. El Tribunal previó también eso porque puso un psicólogo
y gente del SAME dentro de la sala de audiencias...
Bueno, buscamos los testigos, buscamos las pruebas...estábamos como
súper preparados. Ese es un caso que trabajamos con Alcira [Ríos], abogada
de Buscarita [Roa]. Y lo interesante del juicio era que se juzgaban los dos
hechos. En un momento el Tribunal, como demoraba la Corte en pronun-
ciarse, el Tribunal iba a avanzar con el hecho que tenía que ver con la apro-
piación de Claudia pero para nosotros era importante –por eso lo de la
inconstitucionalidad de las Leyes- que se juzgaran la apropiación de Claudia
y el secuestro de los padres porque ese era el motivo por el cual se pide la
inconstitucionalidad. Finalmente cuando la Corte resuelve, aceleramos los
trámites -en el medio se murió, lamentablemente, Del Cerro- y llegamos
al juicio. Desde el CELS y el programa memoria llegamos muy excitados en
algún punto porque así como... el primer juicio. Si bien el de Etchecolatz
había empezado antes el de Simón había sido el que abrió las puertas para
la inconstitucionalidad de las Leyes y sabíamos que iba a terminar antes
porque era un juicio relativamente corto. Fue muy emocionante, fue muy
120. Se conoce como “Reforma Blumberg” a las modificaciones introducidas por el Senado de la
Nación en el Código Penal en 2004. Estas reformas endurecieron las penas máximas de prisión por
“delitos gravísimos” (violación seguida de muerte, secuestro extorsivo seguido de muerte, etc.) hasta
un máximo de 50 años. Estas modificaciones fueron sancionadas tras la presión pública en apoyo al
reclamo de Juan Carlos Blumberg, cuyo hijo Axel había sido secuestrado y asesinado en marzo de
2004. Blumberg llamó la atención acerca de la crisis del sistema penal, pero la reforma ha sido muy
criticada por juristas y miembros de la Corte Suprema, como el Juez Eugenio Zaffaroni.
139
Algunas de las causas abiertas en este marco fueron la causa contra el ex
Director General de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos
Aires, Miguel Osvaldo Etchecolatz, y la causa contra el ex Capellán de la
Policía de la Provincia de Buenos Aires, Christian Von Wernich.121
Marta Vedio se refiere con detalle a este último caso, significativo por los
desafíos que se anticipan a futuro:
Von Wernich era capellán de la Policía de Buenos Aires.122 A Von Wernich
se lo juzgó por los delitos de homicidio, privación ilegal de la libertad y tor-
mentos. Y la diferencia sustancial del caso Von Wernich y el caso Etcheco-
latz, es que Von Wernich no tenía mando legal, mando estructurado, sobre
la Fuerza Policial, por lo tanto era un autor más o menos atípico, y sobre el
cual había que probar su actuación en los centros clandestinos de detención.
Von Wernich recorría los centros clandestinos de detención y se entrevista-
ba con las personas que estaban secuestradas. Nuestro papel en ese juicio
fue probar que esas entrevistas […] formaban parte del sistema por el cual
se ablandaba a las personas para intentar sacarles información, y también
en algunos casos se los convenció de no formular denuncias posteriores,
de no “meterse en líos”, y ese tipo de cosas. Es decir que, la maquinaria ge-
nocida tenía en Von Wernich a un engranaje importante. Los contactos de
Von Wernich no fueron sólo con secuestrados sino también con familiares,
y en ese caso había una incitación específica a no denunciar, a esperar, a
atener paciencia, etc. Y finalmente, el tercer grupo de delitos es el de los
homicidios, que se refiere a un grupo de jóvenes alojados en la Brigada de
Investigaciones, en cuyo homicidio Von Wernich participó directamente. […]
Es una forma de autoría no tan clara como la de Etchecolatz, porque Von
Wernich no tenía mando sobre la gente, de modo que hubo que probar esta
responsabilidad a través de la actuación que podían recordar los testigos
que tuvieron contacto con él, y varias otras circunstancia respecto al su
141
metidos en los centros clandestinos de represión “Atlético-Banco-Olimpo”
dependientes del I Cuerpo del Ejército; “El Vesubio” bajo la órbita del Servi-
cio Penitenciario Federal y dependiente operacionalmente de la Brigada de
Infantería Mecanizada X de Palermo (Primer Cuerpo de Ejército); y “Auto-
motores Orletti”, que funcionó durante 1976 bajo el mando de la SIDE y en
coordinación con el Ejército y fuerzas del Uruguay.
En el interior del país se abrieron otras causas, como la que se desarrolla en el
Juzgado Federal de Córdoba se encuentra en proceso la causa por los crímenes
cometidos bajo responsabilidad del Cuerpo III del Ejército; en el Juzgado Federal
de Resistencia, Chaco, la causa en la que se investiga la Masacre de Margarita
Belén; en el Juzgado Federal de la ciudad de Rawson la causa que investiga la
Masacre de Trelew ocurrida el 22 de agosto de 1972; y en el Tribunal Oral Federal
N° 2 de Rosario, la causa “Díaz Bessone” (ex Feced) por los crímenes cometidos en
los centros clandestinos de detención de la zona sur de la provincia de Santa Fe.
En estos procesos ha sido central la participación de los abogados de los
organismos de derechos humanos, quienes han patrocinado, tanto en forma
individual como grupal, a los querellantes y han facilitado los testimonios de
testigos. Una cuestión importante ha sido, como ya lo señalaba Marta Vedio,
la posibilidad de que los propios organismos y agrupaciones de derechos
humanos se presenten como querellantes en estas causas. Este ha sido el caso
del CELS, Justicia Ya!, LADH, y APDH-La Plata, entre otras instituciones, e
incluso partidos políticos, como fue el caso de la Federación Juvenil Comunis-
ta en la causa por el secuestro y asesinato de Floreal “Negrito” Avellaneda.125
DESAFÍOS ACTUALES
En materia de derechos humanos, los abogados que se dedican a estas
causas reconocen hoy diversos desafíos a enfrentar. Por un lado, surgen
cuestiones vinculadas a la investigación, esclarecimiento y construcción de
marcos institucionales que garanticen el juzgamiento efectivo de represores.
Por otro, es importante promover el diseño y la implementación de políticas
públicas tendientes a asegurar el amplio abanico de derechos no sólo políticos
y civiles sino, también, económicos, sociales y culturales.
125. Floreal “Negrito” Avellaneda tenía 15 años y militaba en la Federación Juvenil Comunista. Fue
secuestrado junto a su madre Iris Pereyra de Avellaneda en su casa el 15 de abril de 1976. Ambos
fueron llevados primero a la Comisaría de Villa Martelli y luego al centro clandestino de detención
que funcionó en Campo de Mayo. Iris fue legalizada el 30 de abril de 1976 y llevada a las cárceles de
Olmos y Devoto. El 15 de mayo del mismo año, el cuerpo del Negrito fue encontrado en las costas de
Uruguay junto a los de otras ocho personas. La familia Avellaneda nunca pudo recuperar el cadáver
del Negrito, que continúa desaparecido. Su caso formó parte del Juicio a las Juntas militares en 1985.
En 2009 el TOF Nº1 de San Martín dictó finalmente la sentencia contra los militares que participaron
de estos secuestros, como parte de la megacausa por los delitos de lesa humanidad cometidos en los
CCD de Campo de Mayo. El Testimonio de Floreal Avellaneda –padre del Negrito– y el Testimonio de
Iris Pereyra de Avellaneda forman parte del Archivo Oral de Memoria Abierta.
143
problemas de derechos humanos todavía en el plano de los derechos
civiles y políticos. La discriminación; yo creo que hay discriminación res-
pecto de la mujer en nuestra sociedad a pesar de la retórica. La situación
de niños y jóvenes en dificultad con la Ley penal es alarmante, ese es un
problema gravísimo de derechos humanos. La discriminación de orien-
tación sexual. La discriminación contra poblaciones inmigrantes es un
problema muy serio. Y, por supuesto, el universo de los derechos eco-
nómicos, sociales y culturales... eso no necesita mayor detalle. Incluso el
derecho al medioambiente... Todos estos son problemas fundamentales.
Ahora, me parece, que lo que tendríamos que volver a insistir –este es un
tema clásico de la transición democrática- es en reestablecer las bases
del Estado de derecho.
Marta Vedio señala varias cuestiones procesales que han surgido en los
últimos años, a la luz de los juicios en curso:
Yo creo que el tema clave de los próximos juicios es la autoría, que
si bien en el caso Von Wernich –que era un caso complejo en relación
a la autoría– fue bien resuelto, también es cierto que era un Tribunal
que tenía esta mirada que nosotros decimos debe recibir el delito de
lesa humanidad. Además, un delito de lesa humanidad cometido hace
más de treinta años. Es decir, tiene que haber una mirada especial sobre
la apreciación de la prueba y sobre la apreciación de la autoría. Ahora
bien, el problema es que nos vamos a enfrentar con Tribunales que
no tienen esa misma mirada. A los que debemos convencer de que la
autoría funcionaba de esta manera, de que las órdenes se transmitían
a través de esta organización y se ejecutaban a través de esta organi-
zación […] la posibilidad de condenar por tormentos a alguien, en base
al testimonio de únicamente la persona torturada, que es una cosa no
muy normal dentro de los estándares probatorios de nuestro derecho,
se impone por la fuerza de las cosas, porque la práctica era esa, nadie
estaba acompañado en la tortura. Sin embargo, si de los cien alojados
en tal centro quedaron quince sobrevivientes, y los quince declaran que
fueron torturados y además declaran que escuchaban las torturas de
otros, lógicamente tenés que llegar a la conclusión de que hubo tortura
contra esa persona, pero llegás a la conclusión […], necesitás de una
voluntad de arribar a esa prueba, que no siempre el Juez va a tener. Esto
que se llama “apreciación de la prueba” me parece que es un concepto
clave que nosotros vamos a tener que trabajar en estos juicios porque
no todos los Jueces los van a abordar con la misma mirada. […] [Por
ejemplo] la Unidad 9 funcionaba como parte del esquema del terrorismo
de Estado en la última parte de la detención de las personas. Es decir,
ya no había privaciones ilegales de la libertad porque quienes estaban
allí habían sido “blanqueados” –en su mayoría o casi todos ellos habían
El abogado Claudio Orosz apunta las deudas del Estado con los testigos, al
contar el modo en que se intentó dar respuesta en Córdoba a la preocupación
por su protección por medio del Servicio de Protección de Testigos:
A partir de lo que sucedió con Julio López126 y a una ola de amenazas
que empezamos a recibir abogados, titulares de organizaciones de de-
rechos humanos, testigos, víctimas, nosotros le exigimos al Estado que
tuviera en consideración lo que significaba –muchas veces, lamenta-
blemente con los políticos de este país hay que hablar así- el “costo
político”, aunque a nosotros lo que más nos interesara era el costo
humano y democrático, pero el “costo político” que significaba que en
Córdoba sucediera algo como lo de Jorge Julio López, cuando estába-
mos en los prolegómenos de la posibilidad de tener un juicio. Y esta
exigencia que realizaron de consuno todos los organismos de derechos
humanos, todos, tuvo como correlato que el estado se hizo cargo, con
logros y con algunos defectos, yo creo que esencialmente con logros,
pero que culminó con la participación, o con la visación de la justicia,
126. Jorge Julio López fue secuestrado por primera vez en octubre de 1976 y permaneció detenido-
desaparecido en diversos centros clandestinos de detención de la Provincia de Buenos Aires hasta
junio de 1979. Luego de la derogación de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida, López actuó
como querellante en la primera causa contra un represor –Miguel Etchecolatz– que llegó a juicio
oral y público. Sus declaraciones involucraban a más de 60 militares y policías. López desapareció
nuevamente el 18 de septiembre de 2006 en La Plata, cuando se anunciaba la condena de Etchecolatz,
y hasta hoy, su desaparcición no se ha esclarecido.
145
con las partes de la Justicia que tienen que ver con estas causas, de un
organismo que de alguna manera garantizó la integridad física de los
testigos que vinieron a deponer acá a Córdoba […], que se les garantizó
su tranquilidad, y a muchos se les sigue garantizando. […] En este caso
es la Policía de Córdoba pero cuyos antecedentes han sido claramente
vistos, incluso por integrantes de la Justicia Federal para que no tuvieran
relación con esos casos.127
147
LISTADO DE ABOGADOS DESAPARECIDOS Y
ASESINADOS POR LAS FUERZAS REPRESIVAS
ENTRE 1970 Y 1983
El siguiente listado fue confeccionado a partir de los datos registrados en el Informe de
la CONADEP “Nunca Más” y del listado ofrecido por la Comisión de Derechos Humanos de la
Asociación de Abogados de Buenos Aires. Se han agregado, a su vez, los datos obtenidos en los
testimonios sobre los abogados asesinados por la Triple A. Resulta necesario advertir que las
distintas fuentes difieren, en algún grado, en los datos que ofrecen y que los listados pueden
todavía ser actualizados.
148
Alais, Raúl Hugo Bustos, María Cristina
detenido-desaparecido el 06-07-77 detenida-desaparecida el 14-03-77
Aleman, Martín Federico Calabro, Elda Leonor
detenido-desaparecido el 08-03-78 detenida-desaparecida el 15-06-76
Almendres, Carlos Alberto Candeloro, Jorge Roberto
detenido-desaparecido el 04-10-76 detenido-desaparecido el 13-06-77
Altamira Yofre, Carlos Felipe Carrillo Rodríguez, Fausto Augusto
detenido-desaparecido el 25-07-76 detenido-desaparecido el 18-08-76
Álvarez, César Héctor Casariego de Bel, Juan Carlos
detenido-desaparecido el 17-03-77 detenido-desaparecido el 15-06-77
Angelucci, Domingo Catala, Alfredo Eduardo
detenido-desaparecido el 26-01-77 detenido-desaparecido el 08-05-77
Antebi, César Alberto Centeno, Norberto Oscar
detenido-desaparecido el 23-07-76 secuestrado el 07-07-77,
Antokoletz, Daniel Víctor se encontró su cadáver el 11-07-77
detenido-desaparecido el 10-11-76 Courtade, Enrique Gastón
Aostri, Amado Vicente detenido-desaparecido el 21-04-77
detenido-desaparecido el 10-09-76 Chorni, Adolfo Ernesto
Archetti, Héctor detenido-desaparecido el 27-06-78
detenido-desaparecido el 24-09-80 Chua, Antonio Jorge
Arestín, Salvador Manuel detenido-desaparecido el 07-10-77
detenido-desaparecido el 06-06-77 Curutchet, Alfredo
Auad, Abdala asesinado por la Triple A el 13-09-74
detenido-desaparecido el 18-03-77 Del Gesso, Juan Domingo
Ayala, Vicente Víctor detenido-desaparecido el 26-03-76
detenido-desaparecido el 16-02-76 Díaz Lestrem, Guillermo
Beltuzzi, Ángel secuestrado el 20-10-78,
detenido-desaparecido el 20-05-76 se encontró su cadáver el 30-11-78
149
Evequoz Fraga, Manuel Hugo La Blunda, Pedro
detenido-desaparecido el 01-11-76 detenido-desaparecido el 01-03-77
Falcone, Norma Raquel Lescano, Luis Alejandro
detenida-desaparecida el 27-07-78 detenido-desaparecido el 13-03-76
Fassi, Roberto Hugo Mario López, Mirta Graciela
detenido-desaparecido el 26-11-76 detenida-desaparecida el 22-06-78
Fernández Blanco, Antonio Malberti Risso Patron, Jorge Eduardo
detenido-desaparecido el 01-04-76 detenido-desaparecido el 27-03-76
Fernández, Mónica Noemí Martins, Néstor
detenida-desaparecida el 20-11-77 detenido-desaparecido el 16-12-70
Fernández Baños, Héctor Hugo Medina, Daniel Reynaldo
detenido-desaparecido el 08-05-76 detenido-desaparecido el 15-10-76
Fresneda, Tomás José Medina Ortiz, Gustavo
detenido-desaparecido el 08-07-77 detenido-desaparecido el 10-10-75
Frondizi, Silvio Miguel, Guillermo
asesinado por la Triple A el 24-09-77 detenido-desaparecido el 23-11-76
Gallardo, Rodolfo Gustavo Molina, Dardo Francisco
detenido-desaparecido el 12-05-76 detenido-desaparecido el 17-12-76
Garat, Eduardo Héctor Montesano de Ogando, Stella Maris
detenido-desaparecido el 13-04-78 detenida-desaparecida el 16-10-76
Gatto, Carlos Oscar Moreno, Carlos Alberto
detenido-desaparecido el 29-04-76 secuestrado el 29-03-77,
Giordano Cortazzo, Héctor Orlando asesinado sin fecha
detenido-desaparecido el 09-06-78 Mouriño González, Eusebio Jesús
Gómez, Conrado Higinio detenido-desaparecido el 06-11-76
detenido-desaparecido el 10-10-77 Noe, Víctor Jacobo
detenido-desaparecido el 26-10-76
González Velarde, Juan
detenido-desaparecido el 26-03-76 Noriega, Carlos
detenido-desaparecido el 01-02-77
Gutiérrez, Rodolfo
detenido-desaparecido el 06-02-78 Ocerin, Carlos Abel
detenido-desaparecido el 24-03-77
Henriquez, Hernán Jorge Oro, Alberto Marcelo
detenido-desaparecido el 04-05-77
detenido-desaparecido el 30-10-76
Hernández, Mario Ángel Ortega Peña, Rodolfo
detenido-desaparecido el 11-05-76
asesinado por la Triple A el 31-07-74
Hochman, Abraham Ortiz, Nelly Esther
detenido-desaparecido el 17-08-78 detenida-desaparecida el 28-11-76
Hodola, Oscar Luis Oshiro, Oscar
detenido-desaparecido el 12-05-77 detenido-desaparecido el 21-04-77
Israel, Teresa Alicia Paludi, Osvaldo Cayetano
detenida-desaparecida el 08-03-77 detenido-desaparecido el 13-04-76
150
Parejas Galbiatti, José Alfredo Sforza, Juan Pedro
detenido-desaparecido el 12-03-77 detenido-desaparecido el 05-09-77
Patrignani, Carlos Alberto Sobel, Héctor Natalio
detenido-desaparecido el 23-12-76 detenido-desaparecido el 20-04-76
Peirano, Edith Mercedes Sosa, Antonio
detenida-desaparecida el 15-04-77 detenido-desaparecido el 17-06-77
Pellegrini Vita, Carmen Surraco Britos, Basilio Pablo
detenida-desaparecida el 27-05-77 detenido-desaparecido el 14-03-78
Peretti de Gallardo, Nora Graciela Taboada de Dillon, Marta Angélica
detenida-desaparecida el 12-05-76 detenida-desaparecida el 28-10-76
Pesci, Eduardo Teste, Jorge Horacio
detenido-desaparecido el 23-10-78 detenido-desaparecido el 12-11-76
Pisarello, Ángel Gerardo Turk, Jorge Ernesto
secuestrado el 24-06-76, detenido-desaparecido el 28-05-76
se encontró su cadáver el 02-07-76. Vaca Narvaja, Hugo
Podgaetzky, Mario detenido-desaparecido el 10-03-76
detenido-desaparecido el 14-10-76 Valera, Baldomero Juan
Prato, Amanda Virginia detenido-desaparecido el 30-03-76
detenida-desaparecida el 12-02-78 Valverde, Eduardo Jorge
Quieto, Roberto detenido-desaparecido el 24-03-76
detenido-desaparecido el 28-12-75 Van Gelderen, Roberto Ricardo
Ratti, Rodolfo Miguel Ernesto detenido-desaparecido el 31-05-77
detenido-desaparecido el 23-02-77 Vargas Álvarez, Jorge
Rebori, Jorge Luis detenido-desaparecido el 12-06-76
detenido-desaparecido el 01-02-77 Vendrell, Alberto Jorge
Rodríguez Araya, Felipe detenido-desaparecido el 19-05-78
asesinado por la Triple A el 30-09-75
Vera, Rubén
Sangiorgio, Carlos Andrés detenido-desaparecido el 19-08-78
detenido-desaparecido el 24-08-76
Vellas Zeballos, Horacio Ramiro
Sanjurjo, Eduardo Antonio detenido-desaparecido el 01-06-76
detenido-desaparecido el 05-07-76
Vocouber, Hugo Rogelio
Santucho, Manuela Elmina del Rosario detenido-desaparecido el 00-09-80
detenida-desaparecida el 14-07-76
Wejerman de Glaz, Esther
Saur de Galuppo, María Graciela detenida-desaparecida el 16-01-77
detenida-desaparecida el 21-09-76
Yacub Chervín, Mario Gerardo
Schteingart de Teste, Mónica Susana
detenido-desaparecido el 01-11-76
detenida-desaparecida el 12-11-76
Semán, Elías Yedro, Roberto Horacio
detenido-desaparecido el 16-08-78 detenido-desaparecido el 13-12-76
151
TESTIMONIOS Tilsa Albani
Abogada y militante de derechos humanos. Madre
BRINDADOS PARA de Daniel Crosta Albani, detenido desaparecido
152
Alfredo Battaglia presentante de los abogados en el Consejo de la
Es abogado laboralista. De extensa trayectoria, Magistratura y desarrolló una extensa carrera
reside en Mar del Plata desde comienzos de los académica y docente orientada por la renovación
años 1960. Durante la última dictadura estuvo de la filosofía del derecho.
detenido legal e ilegalmente en diversos centros
clandestinos y penales. Fue impulsor y primer Octavio Carsen
testigo del Juicio por la Verdad en Mar del Plata, Abogado. A fines de la década de 1960 se dedicó
su caso fue tomado como ejemplo de la coordi- a la defensa de presos políticos. Tras el golpe de
nación de fuerzas conjuntas. Estado en Argentina se puso al servicio del CELS
y la APDH. Fue integrante de SIJAU (Secretaria-
Haydeé Birgin do Internacional de Juristas por la Amnistía en
Fue miembro de la Asociación Gremial de Abogados. Uruguay) y de OSEA (Oficina de Solidaridad con
Participó del Foro de Buenos Aires por los Derechos los Exiliados Argentinos).
Humanos. Estuvo exilada entre marzo de 1976 y
febrero de 1983. En la actualidad ejerce la profesión Thomas Farer
y coordina un proyecto de acceso a la justicia en el Abogado. Formó parte de la Comisión Interameri-
Equipo Latinoamericano de Justicia y Género. cana de Derechos Humanos de la Organización de
Estados Americanos (CIDH/OEA) desde 1976 hasta
Carlos Bozzi 1983, participando en 1979 como Comisionado en
Abogado, formado en la Universidad Católica de la visita a Argentina. [La traducción del testimonio,
Mar del Plata se especializó en Derecho Laboral, realizado en inglés, pertenece a Memoria Abierta].
fue asesor de diversos sindicatos. Fue secues-
trado en Mar del Plata junto a su socio, Tomás Graciela Filoñuk
Fresneda, el 8 de julio de 1977, quien continúa Es Fiscal de la Cámara Federal Nº 3 de Córdoba
desaparecido. desde 1994. Desde 1998, a partir del pedido de
organismos de derechos humanos, participa de
Hugo Cañón las investigaciones y diligencias para los juicios
Fiscal General de la Cámara Federal de Bahía por violaciones a los derechos humanos que se
Blanca. Durante la década del 80’ trabajó por siguen en la Provincia de Córdoba.
la inconstitucionalidad de la Ley de Obediencia
Debida y del decreto de indulto 1002/89. En la Manuel Gaggero
actualidad es colaborador activo de los juicios Abogado. En 1968 se incorporó al grupo de abo-
por violaciones de los derechos humanos que gados nucleados alrededor de la Confederación
se realizan en el exterior y de los Juicios por la General del Trabajo de los Argentinos (CGTA). Fue
Verdad. Al momento de la entrevista preside la miembro de la Asociación Gremial de Abogados
Comisión Provincial por la Memoria de la Provin- y defensor de presos políticos y sociales. En di-
cia de Buenos Aires. ciembre de 1976 se exilió, regresando a la Argen-
tina a comienzos de 1984.
Carlos Cárcova
Fue defensor de presos políticos y miembro de Pedro Galín
la Asociación Gremial de Abogados, hasta su Abogado defensor de presos políticos y sociales
breve exilio a fines de 1976, tras el secuestro y durante las décadas de 1960 y 1970. Fue miembro
desaparición de su socio, Mario Yacub. Fue re- de la Asociación Gremial de Abogados.
153
Carlos González Gartland Rafael Lombardi
Abogado defensor de presos políticos entre Abogado defensor de estudiantes y presos políti-
finales de la década de 1960 y comienzos de la cos entre 1966 y su exilio. Participó en la Asocia-
de 1970, en la CGTA y miembro directivo de la ción Gremial de Abogados.
Asociación Gremial de Abogados y del Instituto
de Derecho Penal y Criminología Néstor Martins. Pablo Llonto
Estuvo exilado en México entre 1976 y 1984. Abogado y periodista. Integró el equipos de
abogados del CELS y representa a familiares y
María José Guembe víctimas en juicios por violaciones a los Dere-
Es abogada especializada en Derechos Humanos; chos Humanos cometidas durante la última dic-
fue integrante del CELS y Subsecretaria de De- tadura.
rechos Humanos del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires. Mirta Mántaras
Abogada, especialista en Derechos Humanos y
Louis Joinet Justicia Militar.
Al momento de la entrevista, es Juez de la Corte
Suprema de Francia, especialista en Legislación In- Rodolfo Mattarollo
ternacional sobre Derechos Humanos, y miembro Abogado defensor de presos políticos y sociales
de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la durante la década de 1970. Integró la Asocia-
Organización de las Naciones Unidas. ción Gremial de Abogados desde 1971 hasta su
disolución. Estuvo exilado en Francia entre 1975
Mario Kestelboim y 1984. Fue integrante fundador de la Comisión
Abogado. Participó en la defensa de presos políti- Argentina de Derechos Humanos (CADHU) y
cos y sociales durante la década de 1960. Integró del Grupo de Abogados Argentinos Exilados en
la Asociación Gremial de Abogados. Entre junio Francia (GAAEF). Durante la década de 1990 fue
de 1973 y septiembre de 1974 fue decano inter- funcionario de Naciones Unidas donde desempe-
ventor de la Facultad de Derecho de la Universi- ñó diversas tareas en materia de derecho inter-
dad de Buenos Aires. nacional de derechos humanos y derecho inter-
nacional humanitario.
Mario Hugo Landaburu
Abogado, miembro del grupo de 14 abogados Juan Méndez
nucleados alrededor de la Confederación General Abogado. Ejerció la defensa de presos políti-
del Trabajo de los Argentinos (CGTA). Fue de- cos y sociales durante la década de 1970. En
fensor de presos políticos y sociales durante las agosto de 1975 fue detenido en la Provincia de
décadas de 1960 y 1970. Integró la Asociación Buenos Aires, y en 1976 fue declarado “preso
Gremial de Abogados. Fue defensor público de la de conciencia” por Amnesty International, aco-
Cámara de Casación Penal de la Nación. giéndose al derecho de opción en febrero de
1977. Entre 1982 y 1996 formó parte de la or-
Atilio Librandi ganización Human Rights Watch. En 2002 fue
Abogado. Integró la Liga Argentina por los presidente de la Comisión Interamericana de
Derechos del Hombre (LADH) entre 1948 y co- Derechos Humanos (CIDH). Al momento de la
mienzos de la década de 1980 y durante la dic- entrevista es Director Ejecutivo de Transitional
tadura militar de Onganía se desempeñó como Justice.
Secretario de la Comisión Jurídica de ese orga-
nismo. Su socio, Néstor Martins está desapa- Horacio Méndez Carreras
recido. Entre 1976 y 1984 se desempeñó como Abogado, miembro del CELS durante la última
abogado del Consulado de Italia en Argentina dictadura militar. En 1984 fue contratado por
en las causas de desaparición y procesamiento el Estado francés para llevar adelante las causas
de ciudadanos italianos. sobre la desaparición de ciudadanos franceses.
154
Luis Moreno Ocampo Alcira Ríos
Abogado. Desde 1984 se desempeñó como Fiscal Se desempeñó como abogada de la Asociación de
Adjunto de la Cámara Nacional de Apelaciones en Abuelas de Plaza de Mayo por más de veinte años.
lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Durante 1978-1979 estuvo detenida en diversos
Federal, participando como Adjunto de la Fiscalía centros clandestinos de detención y en la cárcel
durante el Juicio a las Juntas Militares (1985). En de Villa Devoto. Se exilió hasta 1984, cuando
1989 formó parte del equipo que fundó la or- regresó al país.
ganización Poder Ciudadano. Al momento de la
entrevista se desempeña como Fiscal de la Corte Carlos Rozanski
Penal Internacional. Juez de Cámara Federal, Presidente del Tribunal
Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata.
Alicia Oliveira
Es abogada, y desde 1976 actuó en la defensa de Héctor Sandler
presos políticos. Participó del Centro de Estu- Abogado. En 1971 se integró a la Asociación
dios Legales y Sociales (CELS) desde su fundación. Gremial de Abogados donde se desempeñó como
Durante los años 1990 se desempeñó como De- defensor de presos políticos. Es profesor de Filo-
fensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, y sofía de Derecho en la Facultad de Derecho de la
entre 2003-2004 estuvo al frente de la Dirección de Universidad de Buenos Aires.
Derechos Humanos de la Cancillería de la Nación.
Carlos Slepoy
Claudio Orosz Abogado argentino, miembro de la agrupación
Es abogado querellante (en representación de or- española Acusación Popular, tuvo un rol prota-
ganizaciones de derechos humanos) en los juicios gónico en la apertura de los juicios contra los
por violaciones a los derechos humanos que se represores argentinos.
están realizando en Córdoba.
Julio César Strassera
Alberto Pedroncini Abogado, Fiscal de la Cámara Nacional de Ape-
Abogado, integrante de la Comisión Jurídica del laciones en lo Criminal y Correccional Federal de
Partido Comunista (PC) y de la Liga Argentina por la Capital Federal durante el Juicio a las Juntas
los Derechos del Hombre (LADH), organismo en el Militares (1985).
que participó hasta 1988. Fue defensor de presos
políticos y gremiales durante las décadas de 1960 Beinusz Szmukler
y 1970. Durante la última dictadura militar fue Abogado, miembro de la Liga Argentina por los
Vicepresidente de la Asamblea Permanente por Derechos del Hombre (LADH) entre 1960 y 1976,
los Derechos Humanos. aproximadamente. Se desempeñó como defensor
de presos políticos y sociales durante las décadas
Alicia Pierini de 1960 y 1970. Fue Presidente de la Asociación
Fue miembro de la Asociación Gremial de Abo- Americana de Juristas e integrante del Consejo de
gados. Participó en la defensa de presos políticos la Magistratura Nacional.
durante la década de 1970. Desde mediados de
la década de 1980 y hasta 1991 fue miembro del Jorge Torlasco
MEDH. Entre 1992 y 1997 fue Subsecretaria de Juez de Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Derechos Humanos de la Nación. Criminal y Correccional Federal de la Capital
Federal, Presidente del Tribunal durante el Juicio
Horacio Ravenna a las Juntas Militares (1985).
Abogado. Entre 1974 y 1976 brindó asistencia ju-
rídica en la consultoría jurídica de Villa 31. Fue Jorge Valerga Aráoz
Secretario de Derechos Humanos de la Cancillería Juez de Cámara Nacional de Apelaciones en lo
entre 1984 y 1986. Criminal y Correccional Federal de la Capital
155
Federal, Presidente del Tribunal durante el Juicio
a las Juntas Militares (1985).
Carolina Varsky
Se desempeña como abogada en el CELS desde el
año 2000, donde coordina el Programa Memoria
y Lucha contra la Impunidad del Terrorismo de
Estado.
Marta Vedio
Es abogada de la APDH La Plata desde 1986. Ha
participado como representante de este orga-
nismo de derechos humanos en los Juicios por la
Verdad de La Plata y como abogada querellante
por el mismo en las causas seguidas contra el ex
comisario Miguel Etchecolatz y contra el ex ca-
pellán castrense Christian Von Wernich.
Carlos Zamorano
Abogado, ingresó a la Liga Argentina por los De-
rechos del Hombre (LADH) a fines de la década
de 1960 y en 1974 presidió la filial Tucumán. Fue
defensor de presos políticos y gremiales hasta el
momento de su detención, en noviembre de ese
año. Estuvo preso en distintas cárceles del país
hasta 1980. Estando preso fue nombrado co-
presidente colegiado de la LADH. Al momento de
la entrevista es miembro de la Comisión de De-
rechos Humanos de la Asociación de Abogados,
asesor de un bloque de diputados y docente en la
Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.
156
OTROS TESTIMONIOS DEL ARCHIVO ORAL Enrique Israel
VINCULADOS CON LA COLECCIÓN Padre de Teresa Israel,
detenida-desaparecida el 8 de marzo de 1977.
Eleonora Alais
Hija de Raúl Alais, detenido-desaparecido el 6 de Carmen Lapacó
Junio de 1977. Madre de Alejandra Lapacó,
detenida-desaparecida 16 de marzo de 1977.
Adela Antokoletz
Madre de Daniel Antokoletz, detenido-desapare- Luis Niño
cido el 10 de noviembre de 1976. Abogado, Juez de Cámara en lo Criminal y
Profesor universitario.
Floreal Avellaneda
Padre de Floreal “Negrito” Avellaneda, detenido- Rodolfo María Ojea Quintana
desaparecido el 15 de abril de 1976, cuyo cuerpo Abogado, vinculado al Movimiento Ecuménico
fue encontrado en las costas de Uruguay el 15 de por los Derechos Humanos (MEDH) y hermano de
mayo del mismo año. Esteban M. Ojea Quintana, detenido desapareci-
do en abril de 1976 y de Ignacio M. Ojea Quinta-
Roque Bellomo na, detenido desaparecido en marzo de 1977.
Abogado.
Elsa Oshiro
Julia Cassano de D’andrea Mohr Hermana de Oscar Oshiro,
Viuda de José Luis D’Andrea Mohr, militar retira- detenido-desaparecido el 21 de abril de 1977.
do que integró la Asamblea Permanente por los
Derechos Humanos (APDH) y del Centro de Mili- Víctor Penchaszadeh
tares para la Democracia Argentina (CEMIDA). Médico genetista. Asesoró durante el Juicio a las
Juntas en temas de genética y durante la crea-
Héctor Cháves ción del Banco de Datos Genéticos del Hospital
Abogado. Muñiz.
Carmen González
Abogada, esposa de Héctor Sobel,
detenido-desaparecido el 20 de abril de 1976.
157
BIBLIOGRAFÍA
REFERIDA
Valeria Barbuto
Pedro Galín
Mario Kestelboim
Atilio Librandi
Paula Litvachky
Horacio Ravenna
Hilda Sabato
María José Sarrabayrouse
Catalina Smulovitz
Beinusz Szmukler
Sofía Tiscornia
159