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Literatura

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Según la Real Academia Española (RAE), literatura es el «arte de la expresión verbal»1

(entendiéndose como verbal aquello «que se refiere a la palabra, o se sirve de ella»2) y, por lo
tanto, abarca tanto textos escritos (literatura escrita) como hablados o cantados (literatura
oral). En un sentido más restringido y 'neotradicional' (ya que las primeras obras literarias
fueron compuestas para ser cantadas y/o recitadas), es la escritura que posee mérito artístico
y que privilegia la literariedad, en oposición al lenguaje ordinario de intención menos estética y
más práctica. El término literatura designa también al conjunto de producciones literarias de
una lengua, de una nación, de una época o incluso de un género (la literatura griega,
la literatura del siglo XVIII, la literatura fantástica, etc.) y al conjunto de obras que versan sobre
un arte o una ciencia (literatura médica, jurídica, etc.). Es estudiada por la teoría literaria.
El concepto de literatura ha cambiado con el tiempo por ser parcialmente subjetivo; en su
sentido genérico es el conjunto de cualquier producción escrita u oral de una nación, época o
género y, en su sentido restrictivo, se considera que debe tener un valor estético o intelectual.3
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Índice

 1La literatura
o 1.1La literatura se define por su literariedad
o 1.2El término literatura y sus adjetivos
o 1.3Barthes: la literatura como práctica de escritura
o 1.4Tzvetan Todorov: Comienzo de una categorización moderna
o 1.5M. A. Garrido Gallardo: El término “literatura”
 2Véase también
 3Referencias
 4Bibliografía
o 4.1Fuentes bibliográficas de consulta
o 4.2Fuentes bibliográficas generales
 5Enlaces externos

La literatura[editar]
Hasta el siglo XVII, lo que actualmente denominamos «literatura» se designaba
como poesía o elocuencia. Durante el Siglo de Oro español, por poesía se entendía cualquier
invención literaria, perteneciente a cualquier género y no necesariamente en verso,
entendiéndose por tal tres tipos fundamentales de "poesía / literatura": la lírica (propia
del canto, en verso), la épica (propia de la narración, en verso largo o prosa) y la dramática
(en diálogo)5. A comienzos del siglo XVIIIse comenzó a emplear la palabra «literatura» para
referirse a un conjunto de actividades que utilizaban la escritura como medio de expresión. A
mediados de la misma centuria, Lessing publica Briefe die neueste Literatur betreffend, donde
se utiliza «literatura» para referirse a un conjunto de obras literarias. A finales del siglo XVIII, el
significado del término literatura se especializa, restringiéndose a las obras literarias de
reconocida calidad estética. Este concepto se puede encontrar en la obra
de Marmontel, Eléments de littérature (1787), y en la obra de Madame de Staël, De la
literatura considerada en relación con las instituciones sociales.
En Inglaterra, en el siglo XVIII, la palabra «literatura» no se refería solamente a los escritos de
carácter creativo e imaginativo, sino abarcaba el conjunto de escritos producidos por las
clases instruidas: cabían en ella desde la filosofía a los ensayos, pasando por las cartas y la
poesía. Se trataba de una sociedad en la que la novela tenía mala reputación, y se
cuestionaba si debía pertenecer a la literatura. Por eso Eagleton sugiere que los criterios para
definir el corpus literario en la Inglaterra del siglo XVIII eran ideológicos, circunscritos a los
valores y a los gustos de una clase instruida. No se admitían las baladas callejeras ni los
romances, ni las obras dramáticas. En las últimas décadas del siglo XVIII apareció una nueva
demarcación del discurso de la sociedad inglesa. Eagleton nos cuenta que surge la palabra
«poesía» como un producto de la creatividad humana en oposición a la ideología utilitaria del
inicio de la era industrial. Tal definición la encontramos en la obra A Defence of poetry (1821)
de Shelley. En la Inglaterra del Romanticismo, el término «literato» era sinónimo de
«visionario» o «creativo». Pero no dejaba de tener tintes ideológicos, como en el caso
de Blake y Shelley, para quienes se transformó en ideario político, cuya misión era transformar
la sociedad mediante los valores que encarnaban en el arte. En cuanto a los escritos en
prosa, no tenían la fuerza o el arraigo de la poesía; la sociedad los consideraba como una
producción vulgar carente de inspiración.

La literatura se define por su literariedad[editar]

Don Quijote y Sancho Panza, personajes de Don Quijote de la Mancha.

En busca de la definición de los conceptos «literatura» y «literario», surgió la disciplina de


la teoría de la Literatura, que empieza por delimitar su objeto de estudio: la literatura. No hay
una definición unívoca del término, ya que dependerá del crítico literario que la defina, como
así también de la época y del contexto que la define. Sin embargo, los primeros estudiosos
que se preocuparon por el estudio de esta disciplina son los llamados formalistas rusos.
A comienzos del siglo XX, el Formalismo ruso se interesa por el fenómeno literario, e indaga
sobre los rasgos que definen y caracterizan dichos textos literarios, es decir, sobre
la literaturidad de la obra. Roman Jakobson plantea que la literatura, entendida como mensaje
literario, tiene particularidades de tal forma que la hacen diferente de otros discursos; ese
interés especial por la forma es lo que Jakobson llama «función poética», por la que la
atención del emisor recae sobre la forma del mensaje (o, lo que es lo mismo, hay una
«voluntad de estilo» o de estilizar el lenguaje por parte del escritor). En efecto, hay
determinadas producciones lingüísticas cuya función primordial es
proporcionar placer literario, un deleite de naturaleza estética, producido por la belleza, en
relación con el pensamiento aristotélico. El lenguaje combinaría en sus elementos más
simples dos tipos de elementos: redundancias, recurrencias o repeticiones rítmicas formales y
de contenido semántico, esto es, analogías, por un lado, y por el otro, desvíos de la norma,
para alejarse del lenguaje común, causar extrañeza, renovar: la llamada anomalía; de ese
modo se impresiona la imaginación y la memoria y se llama la atención sobre la forma del
mensaje, su peculiar forma expresiva. De ambas tendencias, la rítmica o repetitiva es
popularizante, y la segunda, por el contrario de sesgo aristocratizante.
El lenguaje literario sería uno estilizado y con una trascendencia particular, destinado a la
perdurabilidad; muy diferente de las expresiones de la lengua de uso común, destinada a su
consumo inmediato. La literatura, por otra parte, exige por tradición un respaldo
sustentable: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha no habría podido escribirse si no
hubieran existido antes los libros de caballerías.
Wolfgang Kayser, a mediados del siglo XX, planea cambiar el término «Literatura» por el
de Belles Lettres, diferenciándolas del habla y de los textos extraliterarios, en el sentido de
que los textos literario–poéticos son un conjunto estructurado de frases portadoras de un
conjunto estructurado de significados, en el que los significados se refieren a realidades
independientes del que habla, creándose así objetividad y unidad propias.

El término literatura y sus adjetivos[editar]


Raúl H. Castagnino, en su libro ¿Qué es la literatura?, indaga sobre el concepto y cómo se
extiende a realidades como la escritura, la historia, la didáctica, la oratoria y la crítica. Según
Castagnino, la palabra literatura adquiere a veces el valor de nombre colectivo cuando
denomina el conjunto de producciones de una nación, época o corriente; o bien es una teoría
o una reflexión sobre la obra literaria; o es la suma de conocimientos adquiridos mediante el
estudio de las producciones literarias. Otros conceptos, como el de Verlaine, apuntan a la
literatura como algo superfluo y acartonado, necesario para la creación estética pura.
Posteriormente, Claude Mauriac propuso el término "aliteratura" en contraposición a
«literatura» en el sentido despectivo que le daba Verlaine. Todas estas especificaciones
hacen de la literatura una propuesta que depende de la perspectiva desde la que se enfoque.
Así, Castagnino concluye que los intentos de delimitar el significado de «literatura», más que
una definición, constituyen una suma de adjetivaciones limitadoras y específicas.
Si se considera la literatura de acuerdo con su «extensión y su contenido», la literatura podría
ser universal, si abarca la obra de todos los tiempos y lugares; si se limita a las obras literarias
de una nación en particular, es Literatura nacional. Las producciones, generalmente escritas,
de un autor individual, que, por tener conciencia de autor, de creador de un texto literario,
suele firmar su obra, forman parte de la literatura culta, mientras que las producciones
anónimas fruto de la colectividad y de transmisión oral, en ocasiones recogidas
posteriormente por escrito, conforman el corpus de la literatura popular o tradicional.
Según el «objeto», la literatura será preceptiva si busca normas y principios generales;
«histórico-crítica» si el enfoque de su estudio es genealógico; «comparada», si se atiende
simultáneamente al examen de obras de diferentes autores, épocas, temáticas o contextos
históricos, geográficos y culturales; «comprometida» si adopta posiciones militantes frente a la
sociedad o el estado; «pura» si sólo se propone como un objeto estético; «ancilar», si su
finalidad no es el placer estético sino que está al servicio de intereses extraliterarios.
Según los «medios expresivos y procedimientos», Castagnino propone que la literatura tiene
como formas de expresión el verso y la prosa y sus realizaciones se manifiestan en géneros
literarios universales, que se encuentran, más o menos desarrollados, en cualquier cultura;
«lírico», «épico» y «dramático». Manifestaciones líricas son aquellas que expresan
sentimientos personales; épicas, las que se constituyen en expresión de un sentimiento
colectivo manifestado mediante modos narrativos, y dramáticas, las que objetivan los
sentimientos y los problemas individuales comunicándose a través de un diálogo directo. A
estos géneros literarios clásicos habría que añadir además el didáctico.
El teórico Juan José Saer postula que la literatura es ficción; es decir que todo lo que leemos
como literatura no tiene referencia directa en el mundo real. 6 Lo literario sólo existe en relación
con el texto en el cual aparece. Pero la literatura, aunque resulte paradójico, es
profundamente verdadera: su autenticidad para por reconocerse como ficción y hablar de lo
real desde allí (¿?). Saer afirma además, «que la verdad no es necesariamente lo contrario de
la ficción», y que cuando optamos por la práctica de la ficción no lo hacemos con el propósito
turbio de tergiversar la verdad. En cuanto a la dependencia jerárquica entre verdad y ficción,
según la cual la primera poseería una positividad mayor que la segunda, es desde luego, en el
plano que nos interesa, «una mera fantasía moral».
El fenómeno literario ha estado siempre en constante evolución y transformación, de tal modo
que el criterio de pertenencia de una obra a la literatura puede variar a lo largo de la historia,
según varía el concepto de «arte literario».
Desde este punto de vista, la literatura es un arte. Una actividad de raíz artística que
aprovecha como medio el lenguaje, la palabra que se convierte en viva por medio de escritos.
Por lo tanto, es una actividad que no discrimina género, ni motivos, ni temáticas.

Barthes: la literatura como práctica de escritura[editar]


Para Barthes la literatura no es un corpus de obras, ni tampoco una categoría intelectual, sino
una práctica de escritura. Como escritura o como texto, la literatura se encuentra fuera del
poder porque en ella se está produciendo un desplazamiento de la lengua, en la cual surten
efecto tres potencias: mathesis, mímesis, semiosis.7 Como la literatura es una suma de
saberes, cada saber tiene un lugar indirecto que hace posible un diálogo con su tiempo. Como
en la ciencia, en cuyos intersticios trabaja la literatura, siempre retrasada o adelantada con
respecto a ella: «La ciencia es vasta, la vida es sutil, y para corregir esta distancia es que nos
interesa la literatura».
Por otra parte, el saber que moviliza la literatura no es completo ni final. La literatura solo dice
que sabe de algo, es la gran argamasa del lenguaje, donde se reproduce la diversidad
de sociolectos constituyendo un lenguaje límite o grado cero, logrando de la literatura, del
ejercicio de escritura, una reflexión infinita, un actuar de signos.

Tzvetan Todorov: Comienzo de una categorización


moderna[editar]
Estudiar la literariedad y no la literatura, señaló la aparición de la primera tendencia moderna
en los estudios literarios: llamado el formalismo ruso. Este grupo de intelectuales, redefinió el
objeto de investigación, este no apuntaba a sustituir el enfoque trascendente. En cambio, se
estudiaría, no la obra, sino las virtualidades del discurso literario que la han hecho posible. De
esta forma, los estudios literarios podrán llegar a ser una ciencia de la literatura como la
conocemos hoy en día.
Sentido e interpretación:Para acceder al discurso literario debemos aprehenderlo en las obras
concretas. ¿cómo aislar entonces en campo de análisis? Se definen entonces dos aspectos:
el sentido y la interpretación. El sentido es la posibilidad de entrar en correlación con otros
elementos de esa misma obra y en su totalidad. Por otra parte, la interpretación es diferente,
según la personalidad del crítico y su posición ideológica, también varía de acuerdo a la época
y contexto de producción de la obra, en otras palabras, el elemento es incluido en un sistema,
que no es el de la obra, sino del crítico-lector.

M. A. Garrido Gallardo: El término “literatura”[editar]


En la estela de Barthes y Todorov, Garrido Gallardo actualiza la definición del término 8: Arte
de la palabra por oposición a las otras artes (la pintura, la música, etc.). Actualmente, es su
sentido fuerte, que nació a finales del Siglo XVIII y se consagra en la obra de Mme. De
Staël, De la Littérature (1800). 2. Arte de la palabra por oposición a los usos funcionales del
lenguaje. Corresponde al deslinde entre los escritos de creación (“poesía” en el sentido
etimológico) y los otros escritos que reclaman un estatuto aparte como científicos. En sentido
estricto, de obra de creación con el lenguaje, el término literatura es la palabra de los siglos
XIX y XX para significar dicha realidad. Antes se llamaba poesía. Su continuación en el
mundo cíber del siglo XXI se llama ciberliteratura y ya no es literatura: tiene unas condiciones
comunicativas distintas. En todo caso, hoy por hoy, la literatura sigue siendo un fenómeno
cultural muy importante, pues mantiene en estado de vigilia los materiales de la “poesía” y
sobrevive y continúa, codo con codo con la “ciberliteratura”, en estado de buena salud.

Véase también[editar]
 Canon occidental
 Ciencia de la literatura
 Crítica literaria
 Enseñanza de la lengua y la literatura
 Estética
 Estilística
 Géneros literarios
o Biografía
o Dramática
o Épica
o Lírica
o Literatura marginal
o Mitología
 Historia del Arte
 Historia de las ideas
 Historia de la literatura
 Hermenéutica
 Humanismo renacentista
 Literatura universal
 Métrica
 Poética
 Retórica
 Sociología del conocimiento
 Teoría de la Literatura

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