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EJEMPLO DE MARCO TEu00D3RICO CON CITAS APA

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EJEMPLO DE MARCO TEÓRICO CON CITAS APA

1. Inteligencia Emocional.

1.1. Antecedentes.

Desde los albores de la historia de la humanidad los hombres se han hecho


preguntas sobre las emociones y la inteligencia. Aristóteles (citado en Goleman,
1995:13) por su parte dice “cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero
estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento
correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil”. Para
este filósofo el desafío consiste en administrar nuestra vida emocional con
inteligencia.

La inteligencia emocional toma aspectos de la inteligencia intrapersonal y de la


inteligencia interpersonal. Esta última tiende a coincidir con las competencias
sociales, por ello, la inteligencia emocional comparte elementos con la inteligencia
social (Bisquerra, 2009).

La primera aportación que se tiene de la inteligencia social la hace Thorndike


(1920:228) quien introdujo el término y la define como la habilidad de entender y
administrar a hombres y mujeres, niños y niñas; de actuar sabiamente en las
relaciones humanas.

Para 1863, Gardner proponía siete tipos de inteligencia: verbal/lingüística,


lógica/matemática, visual/espacial, musical, corpórea/cinestética, interpersonal e
intrapersonal. La penúltima se refiere a la capacidad para comprender las
intenciones, motivaciones y deseos de los demás, y, consecuentemente,
capacidad para trabajar eficazmente con otras personas. La última, por su parte,
se define como la capacidad del individuo para auto-comprenderse, para tener un
modelo de trabajo efectivo para sí mismo y para usar esa información de forma
eficiente en la regulación de la propia vida (Berrios, 2009:160).

Una de las primeras apariciones del término de inteligencia emocional, fue hecha
por Leuner en 1966, un artículo en alemán, cuya traducción del nombre sería
“Inteligencia emocional y emancipación”, en el cual el autor plantea el tema de
que las mujeres adultas aparentemente a causa de su baja inteligencia emocional
rechazan sus roles sociales (Mayer, Salovey y Caruso, 2000).

Para el año de 1990, Salovey y Mayer, publicaron un artículo llamado Emotional


Intelligence, el cual pasó desapercibido. Fue hasta el año de 1995, con la
publicación del best-seller mundial, Emotional Intelligence, de Daniel Goleman que
el término de inteligencia emocional tuvo una difusión espectacular.

En la literatura científica se reportan diversas formas de conceptualizar el término


de inteligencia emocional, por lo cual en el siguiente apartado se presentan
definiciones de destacados autores dentro de esta línea de investigación.

1.2. Definición.

Mayer y Salovey desde 1990 subrayan que este término incluye la habilidad de
percibir y expresar emociones, comprender y utilizar las mismas, y manejar las
emociones con el fin de fomentar el crecimiento personal (Salovey, Detweiler-
Bedell, Detweiler-Bedell y Mayer, 2008:535).

Goleman (1999:385) lo define como la capacidad de reconocer nuestros propios


sentimientos y los ajenos, de motivarnos y manejar bien las emociones, en
nosotros mismos y en nuestras relaciones.

Por su parte, Bar-On (2007:2) con base en su conceptualización nos dice que las
personas que son emocional y socialmente inteligentes son capaces de
comprenderse y expresarse, comprender y relacionarse bien con los demás y
afrontar con éxito las demandas de la vida diaria. Esto se basa ante todo en la
capacidad de ser consciente de sus emociones y de sí mismos en general, para
entender sus fortalezas y debilidades, y ser capaz de expresar sus sentimientos
de forma no destructiva.

Este autor señala que para ser emocionalmente y socialmente inteligente se debe
estar consciente de las necesidades y los sentimientos de los demás, de igual
manera tener la capacidad de mantener y establecer relaciones de cooperación
constructiva y mutuamente satisfactoria. Por último, las personas emocionalmente
inteligentes tienen la habilidad de gestionar un cambio personal, social y ambiental
de una manera realista y flexible para terminar haciendo frente de una manera
eficaz a la situación que se le presente y a la solución de problemas. Para ello,
pueden guiar las emociones con eficacia, ser optimistas, positivos y estar
motivados (Bar-On, 2007).

Cooper (1997:32) define a la inteligencia emocional como la capacidad de sentir,


entender y aplicar eficazmente el poder y la agudeza de las emociones como
fuente de energía humana, información, confianza, creatividad e influencia.

De acuerdo con Figini (2009:5) es la capacidad de un individuo de controlar,


emplear y potenciar el manejo de sus impulsos emocionales en forma positiva,
aun en situaciones adversas.

Cada uno de estos autores, coinciden, en que la inteligencia emocional abarca el


conocimiento de las emociones de uno mismo, así como de las de los demás, lo
cual puede coadyuvar al crecimiento, desarrollo y potencialización del ser humano
de manera integral.

1.3. Enfoques teóricos de la inteligencia emocional.

En la actualidad existen diferentes corrientes teóricas para el estudio de la


inteligencia emocional, entre las cuales podemos encontrar la de Peter Salovey y
John Mayer, Daniel Goleman, Reuven Bar-On, Robert Cooper y Ayman Sawaf,
Albert Mehrabian, y Nicola Schutte y John Malouff.

Al respecto, Bar-On (2010) señala que en la Encyclopedia of Applied Psychology


se destaca la presencia de tres modelos principales de inteligencia emocional,
siendo estos el modelo de Peter Salovey y John Mayer, el cual define el constructo
de inteligencia emocional como la capacidad de percibir, comprender, administrar
y utilizar las emociones para facilitar el pensamiento; el modelo de Daniel
Goleman, el cual ve a la inteligencia emocional como una variedad de diferentes
competencias y habilidades que contribuyen al desempeño gerencial exitoso; y por
último, el modelo de Reuven Bar-On, el cual describe a la inteligencia emocional
como un conjunto interrelacionado de competencias y habilidades emocionales y
sociales que afectan el comportamiento inteligente.

Por ello, a continuación se abordara cada uno de estos planteamientos teóricos a


lo largo del presente apartado.

1.3.1. Peter Salovey y John Mayer.

Salovey y Mayer (1990) propusieron el primer modelo de inteligencia emocional, el


cual estaba conformado por tres dimensiones: evaluación y expresión de las
emociones en sí mismo y en los demás, regulación de las emociones en sí mismo
y en los demás, y la utilización de las emociones en la resolución de problemas.

Posteriormente, estos autores reformularon el concepto original que propusieron


en sucesivas investigaciones que llevaron a cabo en el año 1997 y 2007. En la
figura 1, se puede apreciar el modelo de Salovey y Mayer, en el cual indican que
la inteligencia emocional se conforma de cuatro ramas interrelacionadas.
Figura 1.
Modelo de Salovey y Mayer.

Primera rama

Percepción de
las emociones

Segunda rama

Inteligencia
Regulación de Uso de las
las emociones emocional emociones

Cuarta rama
Comprensión Tercera rama
de las
emociones

Int
eli
ge
nci
a
em
oci
on
al Fuente: Elaboración propia a partir de Salovey, P., Detweiler-Bedell, B., Detweiler-Bedell, J. y
Mayer, J. (2008). Emotional Intelligence. En: Lewis, M., Haviland-Jones, J. M. y Feldman, L.
(coordinadores). Handbook of emotions.USA: The Guilford Pres, 536-537.

A continuación se definen las cuatro ramas de la inteligencia emocional (Salovey,


Detweiler-Bedell, Detweiler-Bedell y Mayer, 2008:536-537):

1. Percepción de las emociones: es la habilidad de detectar y descifrar las


emociones en los rostros, imágenes, voces y artefactos culturales. También
incluye la habilidad de identificar las propias emociones. La percepción de
las emociones puede representar el aspecto más básico de la inteligencia
emocional, ya que hace que el resto del procesamiento de la información
emocional sea posible.
2. Uso de las emociones: es la habilidad de aprovechar las emociones para
facilitar diversas actividades cognitivas, como el pensamiento y la solución
de problemas. Los estados emocionales y sus efectos pueden ser
aprovechados por el individuo hacia una serie de objetivos. Por ejemplo, los
estados de ánimo positivos hacen que parezcan más probables los
resultados positivos, mientras que los estados de ánimo negativos hacen
que parezcan más probables los resultados negativos.

3. Comprensión de las emociones: es la habilidad de comprender el


lenguaje emocional y de apreciar complicadas relaciones entre las
emociones. Las competencias más fundamentales en este nivel son las
habilidades para describir las emociones con palabras y reconocer las
relaciones entre los ejemplares del vocabulario afectivo.
.
4. Regulación de las emociones: los individuos hacen uso del conocimiento
emocional para la regulación de las emociones. Estos deberán de
desarrollar competencias con el fin de poner sus conocimientos en práctica.
Primero tendrán que estar abiertos a la experiencia del estado de ánimo y
la emoción, y después practicar y convertirse en expertos en involucrarse
en comportamientos que provocan los sentimientos deseados en sí mismos
y en los demás. Estas habilidades de regulación emocional permiten a las
personas ocupar el mantenimiento del estado de ánimo y las estrategias de
reparación del mismo, tales como evitar actividades desagradables o la
búsqueda de actividades que normalmente se encuentran gratificantes.

En la cuadro 1 se puede apreciar como estos autores describen la estructura de


su modelo (Salovey et al., 2008).
Cuadro 1.
Estructura del Modelo de Salovey y Mayer.

a) Percepción, apreciación y expresión de las emociones


 Habilidad de identificar las emociones en sí mismo en los estados físicos y psicológicos.
 Habilidad de identificar emociones en otras personas y objetos.
 Habilidad para expresar emociones adecuadamente y expresar las necesidades
relacionadas con estos sentimientos.
 Habilidad para discernir entre exacto e inexacto, honesto y deshonesto, en las
expresiones de sentimientos

b) Facilitación emocional del pensamiento


 Habilidad para redirigir y dar prioridad a nuestros pensamientos basados en los
sentimientos asociados con objetos, eventos y otras personas.
 capacidad de generar o imitar emociones vividas para facilitar juicios y recuerdos
relativos a los sentimientos.
 Habilidad para sacar provecho de los cambios de humor para tomar ventaja de los
múltiples puntos de vista; habilidad para integrar estas perspectivas de los estados de
ánimo inducidos.
 Habilidad de usar los estados emocionales para facilitar la solución de problemas y la
creatividad.
c) Comprender y analizar la información emocional
 Habilidad para comprender como se relacionan las diferentes emociones.
 Habilidad de percibir las causas y las consecuencias de los sentimientos.
 Habilidad para interpretar los sentimientos complejos, tales como las mezclas de
emociones y estados de ánimo contradictorios.
 Habilidad para comprender y predecir posibles transiciones entre las emociones.
d) Regulación emocional
 Habilidad de ser abierto a los sentimientos, tanto para los agradables como para los
desagradables.
 Habilidad para monitorear y reflexionar acerca de las emociones.
 Habilidad de ocupar, prolongar o separarse de un estado emocional en función de su
contenido informativo o utilidad juzgados.
 Habilidad de gestionar las emociones en sí mismo y en los demás.
Fuente: Traducción de Salovey, P., Detweiler-Bedell, B., Detweiler-Bedell, J. y Mayer, J. (2008). Emotional
Intelligence. En: Lewis, M., Haviland-Jones, J. M. y Feldman, L. (coordinadores). Handbook of
emotions.USA: The Guilford Pres, 536-537.

1.3.2. Daniel Goleman.

Con la publicación del libro que llegaría a ser un best-seller “Emotional


Intelligence”, Daniel Goleman hizo famoso el término de inteligencia emocional, el
cual hasta ese momento había pasado desapercibido.

Para Goleman en 1995 (Bisquerra, 2009:131) la inteligencia emocional se clasifica


en cinco dimensiones, a continuación se describen cada una de ellas:

1. Conocer las propias emociones: es el principio de Sócrates, “conócete a


ti mismo”, se refiere a esta pieza de la inteligencia emocional: tener
conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el
momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a
merced de las emociones incontroladas.

2. Manejar las emociones: la habilidad para manejar los propios sentimientos


a fin de que se expresen de forma apropiada se fundamenta en la toma de
conciencia de las propias emociones. La habilidad para suavizar
expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones
interpersonales.

3. Motivarse a uno mismo: una emoción tiende a impulsar una acción. Por
eso, emoción y motivación están íntimamente interrelacionadas. Encaminar
las emociones, y la motivación consecuente, hacia el logro de objetivos es
esencial para prestar atención, automotivarse, manejarse y realizar
actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva demorar
gratificaciones y dominar la impulsividad, lo cual suele estar presente en el
logro de muchos objetivos. Las personas que poseen estas habilidades
tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que
emprenden.

4. Reconocer las emociones en los demás: un don de gentes fundamental


es la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones.
La empatía es la base del altruismo. Las personas empáticas sintonizan
mejor con las sutiles señales que indican lo que los demás necesitan o
desean. Esto las hace apropiadas para las profesiones de la ayuda y
servicios en sentido amplio (profesores, orientadores, pedagogos,
psicólogos, psicopedagogos, médicos, abogados, expertos en ventas, etc.).

5. Establecer relaciones: el arte de establecer buenas relaciones con los


demás es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los
demás. La competencia social y las habilidades que conlleva son la base
del liderazgo, de la popularidad y de la eficiencia interpersonal. Las
personas que dominan estas habilidades sociales son capaces de
interactuar de forma suave y efectiva con los demás.

Posteriormente, Goleman (1999:386) hace una adaptación del modelo de 1990 de


Salovey y Mayer sobre la importancia que tienen esos talentos en la vida laboral.
La adaptación incluye cinco aptitudes básicas emocionales y sociales, las cuales
las describe de la siguiente manera.

1. Conocimiento de uno mismo: saber qué se siente en cada momento y


utilizar esas preferencias para orientar la toma de decisiones; tener una
idea realista de nuestras habilidades y bien basada la confianza en sí
mismo.

2. Autorregulación: manejar las emociones de modo que faciliten la tarea


entre manos, en vez de estorbarla; ser escrupulosos y demorar la
gratificación en pos de los objetivos; recobrarse bien de las tensiones
emocionales.

3. Motivación: utilizar nuestras preferencias para orientarnos y avanzar hacia


los objetivos, para tomar iniciativas y ser muy efectivos y para perseverar
frente a los contratiempos y las frustraciones.

4. Empatía: percibir lo que sienten los demás, ser capaces de ver las cosas
desde su perspectiva y cultivar la afinidad con una amplia diversidad de
personas.

5. Habilidades sociales: manejar bien las emociones en una relación e


interpretar adecuadamente las situaciones y las redes sociales; interactuar
sin dificultad; utilizar estas habilidades para persuadir y dirigir, negociar y
resolver disputas, para la cooperación y el trabajo en equipo.

En la figura 2, se pueden apreciar las cinco aptitudes básicas emocionales y


sociales del modelo de Goleman (1999).

Figura 2.
Modelo de Daniel Goleman.

Conocimiento Habilidades
Autorregulación Motivación Empatía
de uno mismo sociales

Inteligencia Emocional
Fuente: Elaboración propia a partir de Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa. España:
Javier Vergara Editor; 386.
Dentro de las principales aportaciones de Goleman (1999), como se puede
apreciar en el cuadro 2, se encuentra el marco de trabajo de la aptitud emocional,
el cual nos muestra la relación entre las cinco dimensiones de la inteligencia
emocional y las veinticinco aptitudes emocionales.

Cuadro 2.
Marco de trabajo de la aptitud emocional.

APTITUD PERSONAL
Estas aptitudes determinan el dominio de uno mismo.
Autoconocimiento Autorregulación Motivación
Conocer los propios estados Manejar los propios estados Tendencias emocionales que
internos, preferencias, recursos internos, impulsos y recursos. guían o facilitan la obtención
e intuiciones. de las metas.
 Conciencia emocional  Autocontrol  Afán de triunfo
 Autoevaluación precisa  Confiabilidad  Compromiso
 Confianza de uno mismo  Escrupulosidad  Iniciativa
 Adaptabilidad  Optimismo
 Innovación
APTITUD SOCIAL
Estas aptitudes determinan el manejo de las relaciones.
Empatía Habilidades sociales
Captación de sentimientos, necesidades e Habilidad para inducir en los otros las
intereses ajenos. respuestas deseables.
 Comprender a los demás  Influencia
 Ayudar a los demás a desarrollarse  Comunicación
 Orientación hacia el servicio  Manejo de conflictos
 Aprovechar la diversidad  Liderazgo
 Conciencia política  Catalizador del cambio
  Establecer vínculos
 Colaboración y cooperación
 Habilidades de equipo

Fuente: Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa. España: Javier Vergara Editor; 46-47.

Goleman (1999), define a la aptitud emocional como una capacidad aprendida,


basada en la inteligencia emocional, que origina un desempeño laboral
sobresaliente.
A continuación se presentan las definiciones de las veinticinco aptitudes
emocionales que aparecen en el cuadro 2 (Goleman, 1999:46-47).

1. Conciencia emocional: reconocer las propias emociones y sus efectos.

2. Autoevaluación precisa: conocer las propias fuerzas y sus límites.

3. Confianza de uno mismo: certeza sobre el propio valor y facultades.

4. Autocontrol: manejar las emociones y los impulsos perjudiciales.

5. Confiabilidad: mantener normas de honestidad e integridad.

6. Escrupulosidad: aceptar la responsabilidad del desempeño personal.

7. Adaptabilidad: flexibilidad para manejar el cambio.

8. Innovación: estar abierto y bien dispuesto para las ideas y los enfoques
novedosos y la nueva información.

9. Afán de triunfo: esforzarse por mejorar o cumplir una norma de


excelencia.

10. Compromiso: aliarse a las metas del grupo u organización.

11. Iniciativa: disposición para aprovechar las oportunidades.

12. Optimismo: tenacidad para buscar el objetivo, pese a los obstáculos y los
reveses.
13. Comprender a los demás: percibir los sentimientos y perspectivas ajenos
e interesarse activamente en sus preocupaciones.

14. Ayudar a los demás a desarrollarse: percibir las necesidades de


desarrollo ajenas y fomentar sus aptitudes.

15. Orientación hacia el servicio: prever, reconocer y satisfacer las


necesidades del cliente.

16. Aprovechar la diversidad: cultivar oportunidades a través de diferentes


tipos de personas.

17. Conciencia política: interpretar las corrientes emocionales de un grupo y


sus relaciones de poder.

18. Influencia: aplicar tácticas efectivas para la persuasión.

19. Comunicación: ser capaz de escuchar abiertamente y transmitir mensajes


claros y convincentes.

20. Manejo de conflictos: negociar y resolver los desacuerdos.

21. Liderazgo: inspirar y guiar a grupos e individuos.

22. Catalizar el cambio: iniciar o manejar el cambio.

23. Establecer vínculos: alimentar las relaciones instrumentales.

24. Colaboración y cooperación: trabajar con otros para alcanzar metas


compartidas.
25. Habilidades de equipo: crear sinergia grupal para alcanzar metas
colectivas.

La inteligencia emocional determina nuestro potencial para aprender las


habilidades prácticas que se basan en sus cinco elementos (conocimiento de uno
mismo, motivación, autorregulación, empatía y destreza para las relaciones), la
aptitud emocional muestra qué proporción de ese potencial hemos traducido a las
facultades que aplicamos en el trabajo. Una elevada inteligencia emocional, por sí
sola no garantiza que alguien haya aprendido las aptitudes emocionales que
interesan para el trabajo, significa sólo que tiene potencial para adquirirlas
(Goleman, 1999).

En la escala del marco de trabajo de la aptitud emocional, el desempeño deseado


sólo requiere un número determinado de estas aptitudes (al menos seis) y que
esos puntos fuertes se extiendan en las cinco zonas de la inteligencia emocional.
El marco ofrece una lista de aptitudes para que de manera personal se inventaríen
los puntos fuertes y se identifiquen aptitudes que sea conveniente fomentar. Por
ello, Goleman (1999:45) destaca las siguientes facultades de la inteligencia
emocional.

1. Independientes: cada una efectúa una contribución inigualable al


desempeño laboral.

2. Interdependientes: cada una requiere hasta cierto punto de otras


determinadas e interactúan entre sí.

3. Jerárquicas: una facultad de la inteligencia emocional sirve de base a otra.


Por ejemplo, el autoconocimiento es crucial para la autorregulación y la
empatía; la autorregulación y el autoconocimiento contribuyen a la
motivación; las cuatro primeras operan en las habilidades sociales.
4. Necesarias, pero no suficientes: poseer una facultad de inteligencia
emocional subyacente no garantiza que alguien desarrolle o exhiba las
aptitudes asociadas, tales como la colaboración o el liderazgo. Factores
tales como el clima de una organización o el interés de una persona por su
trabajo determinarán también que la aptitud se manifieste o no.

5. Genéricas: la lista general es aplicable, hasta cierto punto, a todos los


trabajos. Sin embargo, en trabajos diferentes se requieren aptitudes
diferentes.

McClelland (citado en Goleman, 1999) descubrió que las personas que habían
obtenido mucho éxito, a lo cual llamo “punto revelador”, contaban con dimensiones
fuertes que incluían las aptitudes de los cinco aspectos de la inteligencia
emocional: conocimiento de uno mismo, autodominio, motivación, empatía y
habilidad social. Dentro de las aptitudes emocionales que con más frecuencia
conducían al punto revelador eran:

 Iniciativa, afán de éxito y adaptabilidad.


 Influencia, liderazgo de equipos y conciencia política.
 Empatía, seguridad y desarrollo de otros.

Expone que la sabiduría y el buen juicio reside en el fondo del conocimiento de sí


mismo, el cual es la base vital de las tres aptitudes emocionales siguientes: la
conciencia emocional, la autoevaluación precisa y la confianza en uno mismo
(Goleman, 1999:77).

La conciencia emocional hace referencia a saber cómo afectan las emociones a


nuestro desempeño; es la capacidad de utilizar nuestros valores para orientar la
toma de decisiones, tal como se consulta en el cuadro 3.

Cuadro 3.
Conciencia emocional.
Conocer las propias emociones y sus efectos

Las personas dotadas de esta aptitud:


 Saben qué emociones experimentan y por qué
 Perciben los vínculos entre sus sentimientos y lo que piensan, hacen y
dicen
 Reconocen qué efecto tienen esas sensaciones sobre su desempeño
 Conocen sus valores y metas, y se guían por ellos
Fuente: Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa. España:
Javier Vergara Editor; 77.

En el cuadro 4, se revisa que la autoevaluación precisa enmarca un sentido


sincero de nuestros límites y nuestros puntos fuertes; visión clara de lo que
necesitamos mejorar y capacidad de aprender de la experiencia.
Cuadro 4.
Autoevaluación precisa.

Conocer los propios recursos interiores, habilidades y limites

Las personas dotadas de esta aptitud:


 Conocen sus puntos fuertes y sus débiles
 Son reflexivas y aprenden de la experiencia
 Están abiertas a la crítica sincera bien intencionada, a las nuevas
perspectivas, al aprendizaje constante y al desarrollo de sí mismas
 Son capaces de mostrar sentido del humor y perspectiva con respecto a
sí mismas
Fuente: Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa.
España: Javier Vergara Editor; 86.

En cuanto a la confianza en uno mismo, en el cuadro 5, se explica que la valentía


proviene del conocimiento certero de las capacidades, valores y metas.

Cuadro 5.
Confianza en uno mismo.

Fuerte sentido de lo que valemos y de nuestras capacidades

Las personas dotadas de esta aptitud:


 Se muestran seguras de sí mismas; tienen “presencia”
 Pueden expresar opiniones que despierten rechazo y arriesgarse por lo
que consideran correcto
 Son decididas; pueden tomar decisiones firmes a pesar de las
incertidumbres y las presiones
Fuente: Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa. España:
Javier Vergara Editor; 93.

De igual manera para Goleman (1999) la autorregulación; es decir, el manejo de


los impulsos y de los sentimientos inquietantes, se encuentra en las siguientes
aptitudes emocionales: autodominio, confiabilidad, escrupulosidad, adaptabilidad e
innovación.
El autodominio, como se puede apreciar en el cuadro 6, hace alusión a manejar
efectivamente las emociones y los impulsos perjudiciales.

Cuadro 6.
Autodominio.

Mantener bajo control las emociones y los impulsos perjudiciales

Las personas dotadas de esta aptitud:


 Manejan bien los sentimientos impulsivos y las emociones perturbadoras
 Se mantienen compuestas, positivas e imperturbables aun en momentos
difíciles
 Piensan con claridad y no pierden la concentración cuando son sometidas
a presión
Fuente: Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa. España:
Javier Vergara Editor; 111.

Goleman (1999:111) subraya que la confiabilidad es exhibir honradez e integridad.


También nos menciona que la escrupulosidad es responsabilidad en el
cumplimiento de las obligaciones. Como podemos observar en el cuadro 7, la
adaptabilidad es la flexibilidad para manejar cambios y desafíos. La innovación es
estar abierto a ideas y enfoques novedosos y a nueva información.

Cuadro 7.
Innovación y Adaptabilidad.

Estar abierto a ideas y enfoques novedosos, y ser flexible para reaccionar


ante los cambios
Las personas dotadas de esta aptitud:
En cuanto a la innovación
 Buscan ideas nuevas de muchas fuentes distintas
 Hallan soluciones originales para los problemas
 Generan ideas nuevas
 Adoptan perspectivas novedosas y aceptan riesgos
En cuanto a la adaptabilidad
 Manejan con desenvoltura exigencias múltiples, prioridades cambiantes y
cambios rápidos.
 Adaptan sus reacciones tácticas a las circunstancias cambiantes.
 Son flexibles en su visión de los hechos
Fuente: Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa. España:
Javier Vergara Editor; 126.

Tres aptitudes motivacionales, como lo explica Goleman (1999:147), tipifican el


desempeño sobresaliente: afán de triunfo, compromiso e iniciativa y optimismo.

Por una parte el afán de triunfo, es el anhelo vehemente de mejorar o destacarse,


en el cuadro 8 se puede apreciar esta aptitud.

Cuadro 8.
Afán de triunfo.

El afán orientador de mejorar o responder a una norma de excelencia

Las personas dotadas de esta aptitud:


 Se orientan hacia los resultados, con un gran afán de alcanzar objetivos y
requisitos
 Se fijan metas difíciles y aceptan riesgos calculados
 Buscan información para reducir la incertidumbre y hallar la manera de
desempeñarse mejor
 Aprenden a mejorar su desempeño
Fuente: Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa. España:
Javier Vergara Editor; 147.

El compromiso, el cual se describe en el cuadro 9, es adoptar la visión y los


objetivos de la organización o grupo.

Cuadro 9.
Compromiso.
Alinearse con los objetivos de un grupo u organización

Las personas dotadas de esta aptitud:


 Están dispuestas a hacer sacrificios para lograr un objetivo general
 Encuentran una sensación de ser útiles en la misión general
 Utilizan los valores nucleares del grupo para tomar decisiones y clarificar
sus alternativas
 Buscan activamente oportunidades para cumplir con la misión del grupo
Fuente: Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa. España:
Javier Vergara Editor; 153.

Con respecto a la iniciativa y el optimismo, son aptitudes gemelas que impulsan a


aprovechar las oportunidades y permiten aceptar con buen ánimo contratiempos y
obstáculos como lo enmarca el cuadro 10.

Cuadro 10.
Iniciativa y optimismo.

Exhibir proactividad y persistencia

Las personas dotadas de esta aptitud:

En cuanto a la iniciativa
 Están dispuestas a aprovechar cualquier oportunidad
 Van tras el objetivo más allá de lo que se requiere o se espera de ellas
 Prescinden de la burocracia y fuerzan las reglas, cuando es necesario
para cumplir con el trabajo
 Movilizan a los demás mediante emprendimientos y esfuerzos inusuales

En cuanto al optimismo
 Persisten en ir tras la meta pese a los obstáculos y contratiempos
 No operan por miedo al fracaso, sino por esperanza de éxito
 Consideran que los contratiempos se deben a circunstancias manejables
antes que a fallas personales
Fuente: Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa. España:
Javier Vergara Editor; 157.

1.3.3. Reuven Bar-On.


El israelí Reuven Bar-On se adelantó al modelo de Salovey y Mayer en 1980
aunque pasó desapercibido. Posteriormente en 1983 en su tesis doctoral utilizó la
expresión EQ (Emotional Quotient) pero no tuvo difusión, sino que fue hasta que
en 1997 con la publicación de Emotional Quotient Inventor. Bar-On da a conocer la
expresión “Inteligencia emocional y social” (Bisquerra, 2009).

El modelo de Bar-On (2010) se estructura por cinco componentes que a su vez


comprenden una serie de competencias y habilidades como se puede apreciar en
la figura 3.

Figura 3.
Modelo de Bar-On
Intrapersonal Interpersonal Manejo del estrés

•Autoestima •Empatía •Tolerancia al


•Auto conciencia •Responsabilidad estrés
emocional social •Control de los
•Asertividad •Relaciones impulsos
•Independencia interpersonales
•Autorrealización

Adaptabilidad Estado de ánimo


general

•Prueba de la •Optimismo
realidad •Felicidad
•Flexibilidad
•Solución de
problemas

Fuente: Elaboración propia a partir de Bar-On, R. (2010). Emotional intelligence:


an integral part of positive psychology. South African Journal Of Psychology,
40(1), 62.

Las competencias y habilidades evaluadas para cada componente, Bar-On (2010)


las define brevemente de la siguiente manera:

1. Autoestima: comprender, entender y aceptarse a sí mismo.

2. Autoconciencia emocional: ser consciente y entender las emociones


propias.

3. Asertividad: expresar con eficacia y de manera constructiva los


sentimientos propios y uno mismo.

4. Independencia: ser independiente y libre de dependencias emocionales de


otros.
5. Autorrealización: esforzarse por lograr los objetivos personales y
actualizar el potencial de uno.

6. Empatía: ser consciente y entender cómo sienten los demás.

7. Responsabilidad social: identificarse con el grupo social propio y cooperar


con los demás.

8. Relaciones interpersonales: establecer relaciones mutuamente


satisfactorias y relacionarse bien con los demás.

9. Tolerancia al estrés: gestionar con eficacia y de manera constructiva las


emociones.

10. Control de los impulsos: controlar con eficacia y de manera constructiva


las emociones.

11. Prueba de la realidad: validar objetivamente los sentimientos y


pensamientos propios con la realidad externa.

12. Flexibilidad: adaptar y ajustar los sentimientos y pensamientos propios a


nuevas situaciones.

13. Solución de problemas: resolver con eficacia los problemas de índole


personal e interpersonal.

14. Optimismo: ser positivo y ver el lado brillante de la vida.

15. Felicidad: sentirse contento con uno mismo, los demás y con la vida en
general.

1.3.4. Robert Cooper y Ayman Sawaf.


Cooper y Sawaf en 1997 propusieron un modelo de inteligencia emocional
orientado a ejecutivos y al liderazgo en las organizaciones, en el cual incluyen
alfabetización emocional, agilidad emocional, profundidad emocional y alquimia
emocional (Bisquerra, 2009).

El modelo de estos autores se basa en tres fuerzas y cuatro pilares. Las tres
fuerzas, Cooper (1997), las describe de la siguiente manera:

1. Construir relaciones de confianza: esta fuerza consiste en el desarrollo


de formas específicas para crear y mantener un extendido "radio de
confianza" con los clientes actuales y potenciales, sus equipos y toda la
organización. Incluye estrategias prácticas para hacer las cosas a un nivel
más significativo en las interacciones de cada día, mientras se ahorra
tiempo y se fomenta la lealtad en formas que son auténticas y directas.

2. Incrementar la energía y la eficacia bajo presión: esta fuerza tiene que


ver con el desarrollo de acciones concretas, formas viables para encender
“interruptores de alerta” del cerebro para aumentar la energía personal e
interpersonal y para construir una base para la atención excepcional y la
capacidad de superar momentos de estrés de complejidad y cambio.

3. Crear un futuro: esta fuerza desarrolla habilidades esenciales para


aprovechar el poder de las opiniones divergentes, para identificar y
aprovechar al máximo la mayor parte del potencial -los talentos y fortalezas
centrales de uno mismo y otras personas que rara vez se utilizan como una
ventaja competitiva. Estas habilidades pueden extender las capacidades
individuales y de equipo para encontrar oportunidades, resolver problemas
y hacer avances estratégicos, técnicos y de servicio.
En la figura 4 se esquematizan los cuatro pilares, los cuales deben ponerse en
acción con las tres fuerzas que se acaban de describir.

Figura 4.
Pilares del modelo de Cooper y Sawaf.

Pilar 2 Pilar 4
Conocimiento Profundidad
emocional Aptitud emocional Alquimia
emocional emocional

Pilar 1 Pilar 3

Fuente: Elaboración propia a partir de Cooper, R. K. (1997). Applying emotional intelligence in the
workplace. Training and development, 51(12), 31-38, 33.

Cooper (1997) describe los cuatro pilares y cómo se conforman cada uno de
ellos:

1. Conocimiento emocional: el primero de los cuatro pilares está


conformado por:

a) El desarrollo de un vocabulario claro y útil para el conocimiento


práctico emocional y reconocer, respetar y valorar la sabiduría
inherente de las emociones.
b) La honradez emocional.
c) La energía emocional.
d) La retroalimentación emocional.
e) La intuición práctica.
2. Aptitud emocional: las cualidades del segundo pilar hacen lucir nuestros
valores personales, carácter y los sentimientos que animan e impulsan. A
través de ellas, cada uno de nosotros forja su auténtico lugar en el mayor
alcance de la vida y el trabajo. Está compuesta de:

a) Confianza, característica clave del segundo pilar.


b) Autenticidad.
c) Resistencia.
d) Renovación.
e) Descontento constructivo.

3. Profundidad emocional: El tercer pilar tiene que ver con las siguientes
acciones:

a) Convocar progresivamente el carácter.


b) Identificar y fomentar el potencial único y proponerse qué define
su destino.
c) Manifestar compromiso, unidad, iniciativa, conciencia y
responsabilidad.
d) La aplicación de la integridad
e) El aumento de su influencia más allá de la autoridad, el rango y
un título.

4. Alquimia emocional: el cuarto pilar abarca una combinación de fuerzas


que permiten descubrir oportunidades originales y transformar las ideas
menores en mayores. La cual implica:

a) Un cambio gradual de la mentalidad.


b) Creación del futuro
c) Percepción de la oportunidad
d) Seguir la intuición.
1.3.5. Albert Mehrabian.

El modelo del psicólogo Albert Mehrabian como se aprecia en la figura 5, está


divido en tendencia afiliativa y empatía emocional balanceada.

Figura 5.
Modelo Albert Mehrabian.

Fuente: Elaboración propia a partir de Grajales, T. (1999) Inteligencia emocional entre maestros de
secundaria de la Ciudad de Monterrey, Nuevo León, México [Documento en línea] Disponible
http://www.tgrajales.net/intelimaestros.htm (Consultado en septiembre del 2013).

A partir de Mehrabian (2000) se describen los aspectos de la inteligencia


emocional.

1. Tendencia afiliativa: se refiere a una disposición amigable, facilitadora,


sociable y diestra para tratar con las personas y sus sentimientos.

2. La empatía emocional balanceada: la forma vicaria como uno vive las


experiencias emocionales de otra persona, es decir; sintiendo lo que otra
persona siente.
1.2.6. Nicola Schutte y John Malouff.

Estos autores postulan un modelo que destaca que la inteligencia emocional es


producto de la interrelación de las características de las diferencias individuales y
los factores situacionales a los que se enfrentan los seres humanos, por lo que un
nivel alto de esta dimensión puede generar efectos positivos en un mayor
bienestar, así como mejor salud física y mental, óptimas relaciones
interpersonales y resultados más sólidos en el trabajo (Schutte y Malouff, en
prensa).

Dentro de las aportaciones de estos autores se encuentra su colaboración en el


desarrollo del Autorreporte de Inteligencia Emocional Schutte (Schutte Self-Report
Inventory, SSRI), el cual fue desarrollado por Schutte, Malouff, Hall, Haggerty,
Cooper, Golden y Dornheim (1998). La fundamentación teórica de este modelo se
sustenta en la propuesta de Salovey y Mayer de 1990, por lo que la propuesta de
Schutte et al. (1998) rescata la importancia de considerar el análisis de la
inteligencia emocional considerando la evaluación, expresión, regulación y
utilización de las emociones.

De tal forma, que los autores plantean un modelo cuatripartita que enmarca la
identificación, comprensión, regulación y dominio de las emociones de las
personas en un plano individual, así como en su interrelación con otros seres
humanos (Schutte, Manes y Malouff, 2009), dimensiones que a continuación se
revisan en la figura 6 y se definen posteriormente.
Figura 6.
Divisiones del Autorreporte de Inteligencia Emocional Schutte

Percepción de las Manejo de las


emociones emociones de los otros

Manejo de las
Utilización de las
emociones de uno
emociones
mismo

Fuente: Elaboración propia a partir de Schutte, N. M., Manes, R.


R. y Malouff, J. M. (2009). Antecedent-Focused Emotion
Regulation, Response Modulation and Well-Being.Current
Psychology, 28(1), 21.

1. Percepción de las emociones: capacidad para percibir nuestras propias


emociones, identificar su naturaleza y la magnitud de sus efectos y
atribuirlo a los factores adecuados (Mohapatra y Gupta, 2010).

2. Manejo de las emociones de uno mismo: se refiere a la capacidad de


manejar las emociones propias, la habilidad para cambiar los sentimientos
negativos a positivos y racionalizar los pensamientos llenos de emociones;
de tal manera que se pueda dirigir la energía emocional hacia
comportamientos constructivos (Mohapatra y Gupta, 2010).

3. Manejo de las emociones de los otros: capacidad de identificar las


emociones en los demás e influenciar sobre las mismas con habilidades
interpersonales eficaces (Mohapatra y Gupta, 2010).
4. Utilización de las emociones: la capacidad de utilizar las emociones para
el logro de metas y objetivos deseados (Mohapatra y Gupta, 2010).

Al respecto, los estudios donde se ha aplicado el SSRI indican que constituye una
medida de inteligencia emocional valida y fiable (Villanueva, 2008:208). Por su
parte, Zeidner, Shani-Zinovich, Matthews y Roberts (citados en Prieto, Ferrándiz,
Ferrando, Sáinz, Bermejo, y Hernández, 2008), concluyeron después de un
estudio realizado con alumnos superdotados y no superdotados que las medidas
de autoinforme como el SSRI son idóneas para valorar los rasgos de personalidad
e inteligencia en alumnos de altas habilidades.

De hecho, cabe mencionar que en el presente trabajo, se utilizó este instrumento


de medición realizado por Schutte, Malouff, Hall, Haggerty, Cooper, Golden y
Dornheim (1998) para el estudio de la inteligencia emocional en alumnos de
instituciones educativas del sector público en México.

Por ello, a continuación se presentan las aportaciones de diversos autores sobre


esta variable de investigación en la población estudiantil, en primera instancia,
para posteriormente exponer lo relacionado con la clase trabajadora, cuyo rol
enmarca el siguiente escalón en el desarrollo profesional de los mismos, y en
donde la inteligencia emocional juega un papel determinante en el éxito en este
campo del accionar humano.

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