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SALA PLENA
Expediente: 10192-2015-21-CCJ
Departamento: Chuquisaca
Dentro el proceso penal seguido por el Ministerio Público a querella presentada por
Alejandro Padilla Donoso, en ese entonces Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de
Villa Mojocoya, contra Mario Serrudo Ramírez, Cirilo Contreras Sánchez Juan Choque
Ballejos, Rosa Ventura Maturano y Lucio Choque Ramírez, por la presunta comisión de los
delitos de privación de libertad, coacción, amenazas, lesiones graves y leves e instigación
pública a delinquir y concurso real, los imputados solicitaron su intención de someterse a la
justicia indígena originaria campesina (IOC), debido a que los hechos que se les imputan,
habrían ocurrido dentro de dicha jurisdicción territorial, encontrándose actualmente el
proceso radicado ante el Juez de Partido y de Sentencia Penal de Tarabuco del
departamento de Chuquisaca, peticionaron la declinatoria de competencia en razón de
jurisdicción; empero, la referida autoridad por Auto de 19 de febrero de 2015, rechazó la
misma bajo el fundamento que “…el caso debía haberse tramitado en la etapa preparatoria
ante el juez de control jurisdiccional ósea en Redención Pampa” (sic); y, al no haber
obrado de ese modo se reconoció la competencia de la jurisdicción ordinaria; sin embargo,
no existe norma alguna que haga referencia en qué etapa debe presentarse la misma;
además, el “municipio” de Villa Mojocoya optó por la autonomía indígena originaria
campesina en el referéndum de 7 de diciembre de 2009; teniendo esa calidad a partir de
esa fecha; por lo tanto, apta para administrar justicia.
Dentro el proceso penal seguido por el Ministerio Público a querella presentada por
Alejandro Padilla Donoso, en ese entonces Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de
Villa Mojocoya, contra Mario Serrudo Ramírez, Cirilo Contreras Sánchez Juan Choque
Ballejos, Rosa Ventura Maturano y Lucio Choque Ramírez, por la presunta comisión de los
delitos de privación de libertad, coacción, amenazas, lesiones graves y leves e instigación
pública a delinquir y concurso real, el Juez de Partido y de Sentencia Penal de Tarabuco
de departamento de Chuquisaca, resolvió la solicitud de declinatoria de competencia en
razón de jurisdicción presentada por Esteban Ramírez Alviri, Secretario de Justicia
Comunitaria de la Subcentralía Única de Trabajadores Campesinos de la “autonomía
indígena originario campesino” Villa Mojocoya, provincia Zudáñez del mismo
departamento, mediante Auto de 19 de febrero de 2015, rechazando la misma con los
siguientes fundamentos: 1) El proceso penal en la etapa preparatoria fue tramitado ante el
Juzgado de Instrucción en lo Penal de Redención Pampa del mismo departamento, hasta
concluir dicha etapa con la presentación de la acusación formal, sin que los imputados
hubieran solicitado la declinatoria de competencia para que el proceso sea sustanciado en
la jurisdicción indígena originario campesina; 2) Los referidos se sometieron
voluntariamente a la jurisdicción ordinaria; y, 3) La Ley de Deslinde Jurisdiccional en
ninguno de sus artículos establece que se debe declinar el proceso penal ante la JIOC,
cuando la acción ha sido promovida en la vía ordinaria como ocurre en el caso de autos,
mucho menos si toda la etapa preparatoria se tramitó en la misma sin haber sido
observado ese aspecto por los procesados.
II. CONCLUSIONES
II.1. Alejandro Padilla Donoso, presentó querella el 9 de diciembre 2013, ante el Fiscal de
Materia, contra Mario Serrudo Ramírez, Cirilo Contreras Sánchez Juan Choque Ballejos,
Rosa Ventura Maturano, Lucio Choque Ramírez y otros, por la presunta comisión de los
delitos de privación de libertad, coacción, amenazas, lesiones graves y leves e instigación
pública a delinquir y concurso real, alegando que se dieron la tarea de impedir que
reasuma funciones de Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Villa Mojocoya,
provincia Zudáñez del departamento de Chuquisaca, habiendo llegado a extremos
insospechados como lograr su ilegal destitución; por lo que, planteó acción de amparo
constitucional, que le fue favorable la resolución dictada; asimismo, en horas de la noche
tapiaron el ingreso a dependencias del citado Gobierno Autónomo Municipal, impidiendo el
normal desarrollo de actividades, paralizando proyectos de varias comunidades,
ocasionando grave perjuicio; además, atentaron contra su vida y la de su familia haciendo
detonar explosivos en la puerta de su domicilio, con evidente intención de quitarle la vida,
motivo por el que presentó otra denuncia por ese delito, vanos fueron los intentos de llegar
a un acuerdo; finalmente al promediar el mediodía de 8 de diciembre de 2013, cuando en
compañía del Oficial Mayor de la citada entidad municipal se dirigían a la celebración de la
“Virgen de Mojocoya” (sic), fueron interceptados por un grupo de personas encabezadas
por los nombrados, quienes los sometieron a chicotazos, golpes con objetos contundentes,
encerrándolos en el “Coliseo Cerrado” (sic), donde continuaron agrediéndoles físicamente,
con diferentes objetos, vejándolos, “…al extremo de ponerme una pollera, para luego
hacerme dar una vuelta la plaza de Redención Pampa (…) en base al uso de la violencia”
(sic) (fs. 12 a 14).
II.2. El 14 de abril de 2014, el Fiscal de Materia, presentó imputación formal, ante el Juez
de Instrucción en lo Penal de Redención Pampa del departamento de Chuquisaca, contra
Cirilo Contreras Sánchez, por la presunta comisión de los delitos de privación de libertad,
coacción, amenazas, lesiones graves y leves, instigación pública a delinquir y concurso
real; a Mario Serrudo Ramírez, Rosa Ventura Maturano, Lucio Choque Ramírez y Juan
Choque Ballejos, por la presunta comisión de los delitos de privación de libertad, coacción,
amenazas, instigación Pública a delinquir y concurso real (fs.1 a 6 vta.).
Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público a querella presentada por
Alejandro Padilla Donoso, contra Mario Serrudo Ramírez, Cirilo Contreras Sánchez Juan
Choque Ballejos, Rosa Ventura Maturano, Lucio Choque Ramírez y otros, por la presunta
comisión de los delitos de privación de libertad, coacción, amenazas, lesiones graves y
leves e instigación pública a delinquir y concurso real; Esteban Ramírez Alviri, Secretario
de Justicia de la Subcentralía Única de Trabajadores Campesinos de la “autonomía
indígena originaria campesina” Villa Mojocoya, provincia Zudáñez del departamento de
Chuquisaca, presentó declinatoria de competencia ante el Juez de Partido y de Sentencia
Penal de Tarabuco del mismo departamento, quien, mediante Auto de 19 de febrero de
2015, rechazo la misma, alegando que dicha petición debió ser presentada ante el Juez de
Instrucción en lo Penal de Redención Pampa del referido departamento, autoridad que
conoció la etapa preparatoria de dicho proceso; y, que al no haber obrado de ese modo se
reconoció la competencia de la jurisdicción ordinaria.
Conforme establecen los arts. 178 y 179 de la CPE, la potestad de impartir justicia emana
del pueblo boliviano y la función judicial es única. Por su parte el art. 11 de la Ley del
Órgano Judicial (LOJ), señala que la jurisdicción “Es la potestad que tiene el Estado
Plurinacional de administrar justicia; emana del pueblo boliviano y se ejerce por medio de
las autoridades jurisdiccionales del Órgano Judicial”. En relación con el art. 12 de la misma
Ley, que refiere que la competencia “Es la facultad que tiene una magistrada o magistrado,
una o un vocal, una jueza o un juez, o autoridad indígena originaria campesina para
ejercer la jurisdicción en un determinado asunto”, con la aclaración de que solo es posible
ampliar o prorrogar competencia, en razón de territorio y únicamente por consentimiento
expreso o tácito de las partes, exceptuándose lo dispuesto en leyes especiales, como
manda el art. 13 de la misma Ley. Al respecto cabe citar la SCP 0026/2013 de 4 de
enero, que señaló: “El art. 179.I de la CPE, determina que: ‘La función judicial
es única. La jurisdicción ordinaria se ejerce por el Tribunal Supremo de Justicia, los
tribunales departamentales de justicia, los tribunales de sentencia y los
jueces; la jurisdicción agroambiental por el Tribunal y jueces agroambientales; la
jurisdicción indígena originaria campesina se ejerce por sus propias
autoridades; existirán jurisdicciones especializadas reguladas por la ley’. En este sentido,
la jurisdicción indígena originario campesina es anterior a la jurisdicción ordinaria (art. 2 de
la CPE).
(…)
Ahora bien, respecto a los ámbitos de aplicación de la jurisdicción indígena
originaria campesina el art. 191.II de la CPE, determina que: ‘La jurisdicción indígena
originario campesina se ejerce en los (…) ámbitos de vigencia personal, material y
territorial…’ correspondiendo efectuar una interpretación desde y conforme a la
Constitución y los Tratados del Derecho Internacional de Derechos Humanos (arts. 13. IV y
256 de la CPE) del art. 8 de la Ley de Deslinde Jurisdiccional, es decir:
El art. 30.I de la CPE, precisa: ‘Es nación y pueblo indígena originario campesino toda la
colectividad humana que comparta identidad cultural, idioma, tradición histórica,
instituciones, territorialidad y cosmovisión, cuya existencia es anterior a la invasión colonial
española’, por su parte el art. 2 de la Ley Fundamental, hace referencia a dos elementos a
considerar que son: ‘Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus territorios…’ y finalmente debe
considerarse el art. 191.I de la Norma Suprema, que establece: ‘La jurisdicción indígena
originario campesina se fundamenta en un vínculo particular de las personas que son
miembros de la respectiva nación o pueblo indígena originario campesino’.
En este sentido, para este Tribunal Constitucional Plurinacional resulta claro que la
interpretación del art. 9 de la Ley de Deslinde Jurisdiccional que establece: ‘Están sujetos
a la jurisdicción indígena originaria campesina los miembros de la respectiva nación
o pueblo indígena originario campesino’, debe interpretarse en un sentido amplio y
conforme al art. 191.II.1 de la CPE, que establece que: ‘Están sujetos a esta jurisdicción
los miembros de la nación o pueblo indígena originario campesino, sea que actúen como
actores o demandados, denunciantes o querellantes, denunciados o imputados,
recurrentes o recurridos’, de donde puede extraerse que inicialmente alcanza a:
1) Los miembros de las colectividades humanas que comparten identidad cultural, idioma,
tradición histórica, instituciones, territorialidad y cosmovisión con existencia precolonial y
que ejercen dominio ancestral sobre sus territorios. Al respecto, la SCP 1422/2012 de 24
de septiembre, aclaró que: ‘…debe precisarse además que en el contexto de las naciones
y pueblos indígena originario campesinos, su estructura organizativa por razones también
de orden socio-histórico, podría estar compuesta por organizaciones campesinas, juntas
vecinales u otras modalidades organizativas que reflejen un proceso de mestizaje vivido en
el País, en estos casos, el reconocimiento de derechos colectivos como naciones y
pueblos indígena originario campesinos, responderá a la concurrencia de cualquiera de los
elementos de cohesión colectiva descritos supra, es decir a la existencia de identidad
cultural; idioma; organización administrativa; organización territorial; territorialidad
ancestral; ritualidad y cosmovisión propia, entre otras…’, aspecto que no debe resultar
sorprendente si se considera la cantidad oficial de personas auto-identificadas como
indígenas y la magnitud de migración interna provocadas por las necesidades económico -
sociales en nuestro país.
2) En este sentido, debe considerarse que el vínculo ‘particular’ que une a los miembros
de una nación o pueblo indígena originario campesino de ninguna manera podría fundarse
en el nacimiento o los rasgos físicos, por ello mismo, una persona no nacida en una
determinada cultura puede adoptar la misma y por ende ser juzgado por la jurisdicción
indígena originaria campesina, por ello mismo el art. 1.2 del Convenio 169
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), establece que: ‘La
conciencia de su identidad o tribal deberá considerarse un criterio fundamental para
determinar los grupos a los que se aplican las disposiciones del presente Convenio’.
3) Por otra parte y considerando que el derecho colectivo a administrar su justicia está
relacionado a la construcción de su identidad social, es lógico aceptar que es posible el
juzgamiento de personas que no necesariamente pertenezcan a la nación o pueblo
indígena originaria campesino pero que voluntariamente de manera expresa o tácitamente
se sometan a dicha jurisdicción por ejemplo al decidir ocupar sus territorios ancestrales
aunque ello no implica que no deba analizarse en cada caso la concurrencia de los
ámbitos territorial, material y personal referidos por el art. 191.II de la CPE.
Ahora bien, dicha norma, también debe interpretarse en el marco del art. 191.II.3 de la
CPE, que refiere: ‘Esta jurisdicción se aplica a las relaciones y hechos jurídicos que se
realizan o cuyos efectos se producen dentro de la jurisdicción de un pueblo indígena
originario campesino’, es decir:
ii) A hechos cometidos fuera del espacio físico de un territorio indígena originario
campesino que puedan afectar la cohesión social colectiva como podría suceder; por
ejemplo cuando, los mismos se produzcan por una autoridad en representación del pueblo
indígena originario campesino o exista desvío de poder respecto a dicha representación.
Respecto al art. 191.II.2 de la CPE, respecto al ámbito de vigencia material, establece que
la jurisdicción indígena originaria campesina: ‘…conoce los asuntos indígena originario
campesinos de conformidad a lo establecido en una Ley de Deslinde Jurisdiccional’, pese
a ello, a este Tribunal Constitucional Plurinacional le resulta absolutamente claro que las
comunidades indígena originario campesinas vienen conociendo desde la antigüedad
todas las controversias surgidas en la misma de forma que cuentan con la presunción de
competencia por su situación histórica de desventaja respecto a la jurisdicción ordinaria
por lo que la interpretación de la Ley de Deslinde Jurisdiccional, debe efectuarse de tal
manera que lo inhibido a la jurisdicción indígena originaria campesina sea el resultado de
una interpretación sistemática del texto constitucional de donde resulte que la exclusión de
un ‘asunto’ de la competencia de la jurisdicción indígena originaria campesina busque de
manera evidente y clara en el caso concreto proteger un bien jurídico de entidad nacional o
internacional de acuerdo a las particularidades del caso concreto” (las negrillas nos
pertenecen).
Tomando en cuenta que tal entendimiento resulta limitativo para el acceso a la justicia, el
debido proceso previsto en los arts. 115.I y II, así como en lo concerniente al juez natural
incurso en el 120 de la CPE, es preciso cambiar de línea tal entendimiento en busca de
una apertura que haga efectiva la existencia de la JIOC, dentro del marco normativo de la
Constitución Política del Estado y la cosmovisión de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos (NPIOC), para lograr una justicia pronta y oportuna, que al mismo
tiempo descongestione la justicia ordinaria, estableciendo que el conflicto de competencias
puede interponerse en cualquier etapa del proceso, criterio que se sustenta en el siguiente
entendimiento: Resulta bastante complicado, especialmente tratándose de la JIOC,
determinar cuál es el primer momento o el tiempo “oportuno” para promover el conflicto de
competencias, porque tratándose de la jurisdicción indígena originaria campesina, existe
diversidad y multiplicidad de normas y procedimientos; y, en su generalidad, los asuntos
que son propios de la misma se resuelven en una sola “sesión” o “audiencia” o periodos
cortos de tiempo, denotándose la ausencia total de “etapas” o “fases procesales” propias
de la jurisdicción ordinaria, lo mismo que la vigencia del principio de preclusión,
característico únicamente de dicha jurisdicción, más propiamente del derecho procesal civil
que no se puede aplicar de manera forzada a la JIOC. En consecuencia genera un
resultado muy extremo, determinar que por el sólo hecho de no haberse promovido
“oportunamente” o “en un primer momento” el conflicto de competencias, implique
automáticamente una “aceptación tácita de la jurisdicción”, cuando ésta por definición es
una cuestión de orden público, por lo tanto, no está librada a la voluntad, acciones u
omisiones de los justiciables, máxime cuando al respecto se tiene la garantía consagrada
en el art. 122 de la CPE, en cuanto a la nulidad de los actos ejercidos sin jurisdicción ni
competencia.
Del análisis de los antecedentes, se evidencia que el caso emerge como consecuencia de
los hechos ocurridos el 8 de diciembre de 2013, por la disputa y solicitud de renuncia del
Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Villa Mojocoya, provincia Zudañez del
departamento de Chuquisaca, que derivó en agresiones físicas y psicológicas, privación de
libertad y otras actitudes de hecho, lo que dio lugar a la denuncia e interposición de una
querella por parte de Alejandro Padilla Donoso, –en ese entonces cumplía funciones de
Alcalde– que fue tramitada durante la etapa preparatoria ante el Juez de Instrucción en lo
Penal de Redención Pampa y luego ante el Juez de Partido y Sentencia Penal de
Tarabuco, ambos del departamento de Chuquisaca; y, este último rechazó la declinatoria
de competencia en razón de jurisdicción, al no haberse solicitado la misma durante la
etapa preparatoria.
Del análisis de los ámbitos señalados precedentemente se tienen que en el caso de autos,
los hechos acontecidos en el “municipio” de Villa Mojocoya, abarcan los tres ámbitos;
personal, al tratarse de sujetos que tienen relación de convivencia y vinculo particular de
identidad cultural, idioma, tradición histórica, territorialidad y cosmovisión. Material; las
comunidades indígena originario campesinas desde la antigüedad conocen todas las
controversias surgidas en la misma; por lo que, la resolución de sus problemas es
competencia de sus autoridades elegidas para el resguardo de su convivencia pacífica. El
territorial; es aplicable a las relaciones y hechos jurídicos que se producen dentro de la
jurisdicción de un pueblo indígena originario campesino (PIOC), siempre y cuando
concurran los otros ámbitos de vigencia establecidos en la Constitución Política del Estado
y en la Ley de Deslinde Jurisdiccional, de los entendimientos expuestos se tiene la
concurrencia de los tres ámbitos que abren la competencia de la JIOC.
Tomando en cuenta que de acuerdo a lo previsto por el art. 190 de la CPE, las NPIOC,
ejercen funciones jurisdiccionales y de competencia, a través de sus autoridades legítimas,
aplicando sus principios, valores, normas procedimientos propios; de acuerdo a sus
razonamientos, sin que estos excedan lo previsto en la Constitución Política del Estado,
en cuanto a los derechos y garantías previstas en ella a las cuales se someten tanto la
justicia ordinaria como la JIOC. En ese orden las autoridades indígenas originario
campesinas de la Subcentralía Única de Trabajadores Campesinos de la “autonomía
indígena originario campesino” Villa Mojocoya, y en particular el Secretario de Justicia,
gozan de jurisdicción para resolver conflictos, problemas o controversias que afecten la
convivencia social armónica dentro de su territorio, para evitar confrontaciones como las
acontecidas en el caso concreto, sin que la gravedad de las acciones no permitidas en un
Estado de derecho sean un óbice para que la JIOC asuma conocimiento; dado que, esas
acciones provocan el desequilibrio de la vida comunitaria, que debe ser restablecida en el
seno de dicha comunidad y como se dijo dentro del marco normativo previsto por la Ley
Fundamental. En ese entendido el mencionado Secretario de Justicia, tiene competencia
para conocer y resolver los sucesos ocurridos el 8 de diciembre de 2013, al ser
comprendido como problemas que afectan a Alejandro Padilla Donoso, –en ese entonces
Alcalde–, su familia y a los querellados; siendo que, los hechos se originaron en la
jurisdicción territorial de la “autonomía indígena originaria” Villa Mojocoya.
POR TANTO
PRESIDENTE
MAGISTRADO
MAGISTRADo
MAGISTRADO
MAGISTRADA