"Rehabilitación en Pacientes Con Lesiones Medulares".: Ekyf Escuela de Kinesiología Y Fisioterapia/FCM
"Rehabilitación en Pacientes Con Lesiones Medulares".: Ekyf Escuela de Kinesiología Y Fisioterapia/FCM
"Rehabilitación en Pacientes Con Lesiones Medulares".: Ekyf Escuela de Kinesiología Y Fisioterapia/FCM
Escuela de
Kinesiología
Y Fisioterapia/FCM
TRABAJO INTEGRADOR
Integrante:
Córdoba, 20 de agosto2020
I. INTRODUCCIÓN
La Parálisis Braquial Obstétrica (PBO) es una parálisis del miembro superior que
se produce como consecuencia de una lesión del plexo braquial del neonato en el
momento del parto. Es un problema que afecta hasta a 5 de cada 1000 nacidos
vivos. Esta lesión se puede abordar mediante tratamiento quirúrgico o tratamiento
conservador, en el que la fisioterapia tiene un papel esencial.
OBJETIVO PRIMARIO.
OBJETIVOS SECUNDARIOS.
La Parálisis del Plexo braquial fue descrita por Smellieen 1768, unos 100 años
más tarde Duchenne planteó como causa mecánica la tracción del miembro
superior, aunque más tarde Erb determina que los nervios involucrados son C5-
C6. Más tarde se describe la lesión total del plexo y en 1885 Klumpke describe la
parálisis del plexo braquial de las raíces inferiores.
INCIDENCIA
Las cifras varían entre 0,3 por 100 nacidos y 1-2 por mil nacidos vivos. La
tendencia está disminuyendo claramente al cabo de los últimos años debido al
empleo de mejores prácticas obstétricas.
EPIDEMIOLOGIA
La lesión del plexo braquial durante el parto ocurre en 1a 2,5 niños de cada 1.000
nacidos vivos, siendo más frecuente en el lado derecho, probablemente por la
presentación preferente occipitoiliaca izquierda anterior durante el parto.
Se han referido múltiples factores, tanto maternos como del recién nacido,
relacionados con una mayor incidencia de esta patología.
En general, todas las circunstancias que condicionan el aumento del tamaño fetal
o dificultades en el momento del parto, deben ser consideradas como factores de
riesgo para la aparición de parálisis braquial.
El peso al nacer suele influir suelen ser en general 1000 gramos encima del media
Las causas pueden ser de dos tipos: traumática en el momento del parto y la
producida intraútero. La traumatica es debida normalmente por partos distócicos
por mala presentación, fetos macrosómicos, partos instrumentados,
produciéndose una distensión forzada entre la cabeza y el hombro.
-Preganglionar: Aquella que se produce antes del ganglio dorsal. Es una lesión
intraespinal.
-Postganglionar: la que se produce distal al ganglio dorsal.
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
En 23% de los casos, por lesión de las raíces cervicalesC5 a C8 y del ramo
comunicante T1.
Es la forma más frecuente, en el 48% de los casos, por lesión de las raíces C5 y
C6, que afecta a los músculos deltoides y del brazo, respetando habitualmente a
los delante brazo y a los de la mano.
Ocurre en 29% de los casos, por afectación de las raíces cervicales C5 a C7.
Se caracteriza por flexión y supinación del codo, con extensión del carpo,
hiperextensión de las articulaciones metacarpo falángicas y flexión de las
interfalángicas, dando lugar a la típica mano en garra. Si se afecta T1 se suma el
síndrome de Horner, que generalmente desaparece durante la primera semana.
Síndromes fasciculares
FISIOPATOLOGÍA.
NEUROAPRAXIA
AXONOTMESIS
NEUROTMESIS
ESTUDIOS RADIOLÓGICOS
Ante la sospecha de una PBO debe realizarse una radiografía simple de clavícula
y extremidad superior afecta, para descartar otras causas que cursan con signos
clínicos parecidos.
Pero la mejor prueba de imagen en los niños con PBO es la resonancia magnética
(RM), porque es más resolutiva que la ecografía y que la mielo-TAC, y con mucha
mayor información desde el punto de vista preoperatorio.
ESTUDIOS NEUROFISIOLÓGICOS
Están indicados a partir de los 7 días de vida para valorar el tipo, la extensión y el
grado de afectación de los troncos nerviosos; siendo recomendable el control a los
3 meses si persisten déficits motores y/o sensitivos.
2. Denervación parcial con pérdida de axones y mielina; en este caso los PAMC y
los PASC tendrán un aumento de la latencia y disminución de la amplitud.
El electromiograma se debe realizar en los primeros días de vida, junto con los
estudios de la conducción nerviosa, con el fin de valorar el tipo, la extensión y el
grado de afectación delos troncos nerviosos. Al igual que en los estudios de
conducción pueden encontrarse diferentes patrones en los resultados:
Los patrones 3 y 4, aso-ciados con recuperación funcional grado ≥4, indican buen
pronóstico funcional. Por último, el patrón 5 orienta a la recuperación en los 30-45
días siguientes.
El patrón EMG a los 3 meses sirve para localizar los axones afectados, su estado
funcional y pronóstico; a los 6mesestiene valor predictivo, para determinar, junto
con los estudios de conducción y los datos clínicos, los pacientes que requieren
una exploración quirúrgica.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Hay varias entidades clínicas que, durante el período neonatal precoz, pueden
cursar con disminución más o menos marcada de los movimientos de una
extremidad superior y que, por lo tanto, pueden confundirse con una PBO.
•Lesión neurológica fuera del plexo: por ejemplo en lesión cerebral el reflejo de
Moro está conservado. Es importante descartar, ante un niño con debilidad
bilateral de extremidades superiores, una lesión medular.
•Otras patologías que pueden cursar con disminución delos movimientos de una
extremidad: hemangiomatosis neonatal, exóstosis de la 1ª costilla, compresión
cervical, neoplasia, amioplasia congénita, varicela congénita.
EVOLUCIÓN
Una de las categorizaciones más explicitas sobre los factores de riesgo que deben
ser valorados al ingreso de la paciente gestante se encuentra descrito en el
Manual Básico de Obstetricia y Ginecología del gobierno de España; clasificando
al riesgo obstétrico de acuerdo a la probabilidad de presentar estados patológicos
anormales que afecten la salud de la madre y del producto; diferenciando:
Embarazo de bajo riesgo o tipo0: no significa ausencia de riesgo, sino una menor
probabilidad de que el feto y la madre enfermen, mueran o desarrollen secuelas
en el embarazo, durante el parto y después de este. Por lo que no presentan
ninguna de las condiciones que se describen en los riesgos I, II y III.
Embarazo de alto riesgo o tipo II: la madre y el feto tienen una mayor probabilidad
de enfermar, morir o padecer secuelas antes, durante o después del parto.
Considerándose las Malformaciones uterinas incompetencia cervical, Anemia
grave (Hb< 7,5g/dl), Pielonefritis, Patología médica materna asociada graves,
Sospecha de crecimiento intrauterino retardado, Abuso de drogas, Alteraciones
del líquido amniótico, APP (amenaza de parto prematuro, Cardiopatías grado III y
IV, Diabetes gestacional, Diabetes Mellitus tipo I, Endocrinopatías (tiroidea,
suprarrenal, hipotalámica), Hemorragia en el II y III trimestre, Hidramnios u
oligoamnios, Historia obstétrica desfavorable (abortos, prematuros, partos
distócicos, deficiencia mental o sensorial obstétrica), Infección materna, HTA
crónica, Preclampsia, Sospecha de malformación fetal, presentación anómala
(constatada luego de las 38 semanas).
Dilatación: se divide en dos fases, que se inician con una serie de contracciones
de baja intensidad, irregulares y escasas, provocando una dilatación del cérvix
hasta su borramiento (4cm, centrado y blando) denominada fase de latencia, que
dan paso al parto o fase activa; con una velocidad de 1,2 cm/h en nulíparas y de
1,2 a 1,5 cm/h en multíparas, siendo indispensable el control del estado materno,
fetal y la dinámica uterina. Para mantener la progresión de este, sin
complicaciones se debe tomaren cuenta el estudio clínico de la pelvis materna, la
dilatación cervical, la posición de la cabeza fetal y la altura de la presentación en
relación a los planos Hodge, ya que aquí se completa la dilatación uterina y da
paso a la expulsión del feto.
La elección del tipo de parto, depende en gran medida, de las condiciones en las
que llega la gestante y la presencia de factores de riesgo. Donde la primera
elección será el parto vaginal o natural; mientras que si se presentan algunas
situaciones o condiciones será indicada una cesárea; entre ellas: paciente con
VIH, cesáreas previas, situación transversa, distocia de la presentación pélvica,
placenta previa parcial o total, antecedentes de cirugía uterina, cardiopatía tipo III
y IV, estado fetal inestable, hidrocefalia fetal, malformaciones fetales que no
permiten un parto vaginal, embarazo gemelar (primer gemelo no está en
presentación cefálica), herpes genital, tumos que obstruya el canal del parto,
cerclaje vía abdominal, desprendimiento prematuro de placenta normo inserta, mal
posición fetal, parto prematuro (peso fetal menor a 1500 gr.), edad gestacional
(sobre las 39 semanas).
Durante el parto se generan una gran cantidad de fuerzas mecánicas sobre el feto,
especialmente de compresión y tracción, pudiendo causar en el recién nacido
diversas lesiones.
Las lesiones tienen una relación directa con dos factores, una las fuerzas que
actúan y la segunda es el grado de fragilidad del feto. Las fuerzas de contracción,
compresión, rotación y tracción en ocasiones se suman a las causadas por
instrumentos o maniobras en las fases de expulsión especialmente; provocando
lesiones directas; considerando que el empleo adecuado de las mismas también
disminuye la incidencia de asfixia fetal.
Uno de los traumas de parto que afecta los nervios periféricos es la parálisis de
plexo braquial, considerada como una plexopatía y constituye uno de los
traumatismos obstétricos más importantes.
Siendo una lesión localizada, que puede comprometer las raíces nerviosas desde
C3 a T1, provocado por una hiperextensión del cuello al tirar de la cabeza, cuello,
brazo o tronco en la fase de expulsión, asociado a partos en presentación de
nalgas, distocia de hombros, en niños macrosómicos e hipotónicos y ocurren con
mayor frecuencia en partos vaginales, inducidos e instrumentales en relación a los
espontáneos.
Epidemiológicamente los traumas de parto a nivel mundial han disminuido por los
avances tecnológicos y la aplicación de guías para mejorar la practica obstétrica,
encontrándose una mortalidad de 2,8/1000 nacidos en EEUU y en otros países
entre el 2 y 7/1000 nacidos vivos.
Se considera además que las madres con diabetes gestacional, con un mayor
índice de masa corporal aumentan el riesgo de distocia de hombros en un 67%.
Según reportes del Ministerio de Salud Pública (MSP), existe una incidencia de
PBO de 2,5 por cada 1000 nacidos vivos, revelando lesiones asociadas como
fractura de clavícula, cefalohematoma; asociados a recién nacidos con un peso
mayor al promedio.
El plexo braquial está formado por un grupo de raíces nerviosas que proceden de
la región cervical baja: C4, C5, C6, C7 y T1.
La lesión puede abarcar desde uno hasta todos los nervios del plexo braquial, las
que a su vez pueden comprometer ciertas partes de los nervios hasta su totalidad,
y se subdivide en tres tipos, por:
En cuanto a los factores asociados con el feto, la evidencia científica, refiere que
el peso, es el principal factor de riesgo asociado a la parálisis de plexo braquial;
aunque no existe un criterio unificado de elección de cesárea en relación a un
peso exacto del feto, se puede elegir sobre el percentil 90 de la curva de
crecimiento de la población, pesos mayores a 4000g, o en rangos de 500 a 1000g
encima de la media, que comúnmente se presentan en madres con diabetes
gestacional.
Los traumas obstétricos y entre ellos el PBO, puede presentarse además por
pelvis estrechas o planas no diagnósticas de la madre, madres menores de 20 año
y mayores de 30 años, primipariedad, el feto grande no pesquisado en las
maniobras de Leopold, condiciones de obesidad de la madre, partos prolongados,
partos vaginales instrumentados (fórceps, espátulas u vacumm) o por los dedos
del operador quién ejerce una compresión en las raíces nerviosas.
Los estudios por imagen que se utilizan comúnmente son las radiografías simples
(Rx) de columna vertebral, hombro, tórax y brazo; melografía cervical, tomografía
axial computarizada (TAC) y resonancia magnética (RM); mientras que los
exámenes neurofisiológicos complementarios para determinar el nivel funcional de
la lesión, la severidad de los daños nerviosos y detección de los signos de
reinervación son la velocidad de conducción nerviosa motora y sensitiva,
electromiografía(EMG), y potenciales evocados (PESS).
Trastornos del crecimiento, por la existencia de una atrofia global causada por la
denervación, la longitud del brazo se afecta, dando un aspecto de brazo más
pequeño.
Según Dubousset (1997), clasificó a las secuelas de la mano por lesión de plexo
braquial en 4 tipos según su gravedad:
Tipo I, Mano normal parece sufrir las consecuencias de una parálisis del hombro
y codo. Esta mano nunca llega a ser dominante.
Tipo II, Mano normal, desde un punto de vista pasivo y activo, pero su eficiencia
es inadecuada, no hay trastorno sensitivo.
Tipo III, Se asocia a secuela motriz del tipo de la parálisis y posición “viciosa”,
trastornos sensitivos más o menos marcados en el 50% de los casos (táctil,
dolorosa y térmica, estereognosia) y trastornos tróficos (piel roja, rugosa; con uñas
quebradizas, frías, cianóticas y mucha sudoración); las secuelas motrices son de
todo tipo, mano más pequeña.
Tipo IV, es la más grave; mano insensible, inerte, con importantes trastornos
tróficos, gran trastorno funcional al que se le añade un trastorno estético. Si el
tríceps es funcional puede servir de ayuda a la mano sana.
V. FICHA KINESIOLÓGICA
VI. OBJETIVO DEL TRATAMIENTO
Masaje: una manipulación manual que se realiza en la piel y puede llegar hasta
tejidos más profundos como músculos y fascias, se aplica para normalizar el tono
muscular y reducir las contracturas provocadas por el desequilibrio muscular; la
técnica recomendada es el masaje estimulante a través de la técnica de effeurage
y petrissage profundos, con una duración de 3 a 5 minutos, en todo el miembro
superior derecho; para facilitar el deslizamiento se puede usar crema para bebé o
también aceite de almendras dulces o glicerina.
Esta debe cuidarse con cremas para bebe, usando protector solar factor 50+, aún
más si el niño fue sometido a proceso quirúrgico, además se debe evitar
traumatismos, quemaduras, panadizos y especialmente el frío; lo que puede
prevenirse con la utilización de guates y una correcta higiene ungueal.
Médico-rehabilitador
Durante las primeras semanas de vida tendrá como objetivo mantener un rango
adecuado de movilidad articular; posteriormente irá encaminado a conseguir el
mayor grado posible de recuperación funcional.
Quirúrgico
Por otra parte, debe tenerse en cuenta que la reparación primaria de nervios
después de los 14-18 meses tiene pocas probabilidades de resultar beneficiosa y
puede dejar deformidades secundarias.
Las técnicas quirúrgicas más empleadas son la resección del neuroma y el injerto
del nervio sural homólogo.
Tras la intervención quirúrgica el grado de recuperaciones variable y se produce
de forma lenta. Durante este período debe mantenerse el tratamiento rehabilitador
para que el grado de movilidad sea el máximo, que se pueda obtener y las
secuelas sean mínimas.
En general, en los niños con lesión del tronco superior, cuan-do son
adecuadamente seleccionados, puede mejorar la función del hombro, al menos en
un grado más -según la escala de Clarke- que cuando no se realiza tratamiento
quirúrgico.
PAUTA CRONOLÓGICA DE ACTUACIONES EN LOSNIÑOS CON PARÁLISIS
BRAQUIAL OBSTÉTRICA.
Durante la primera semana se deben evitar los movimientos del brazo con el fin de
no traccionar el plexo.
Esta intervención debe iniciarse desde el instante del diagnóstico, para mantener
al máximo la integridad funcional del miembro afectado y contribuir a la
recuperación funcional del plexo; mientras que el tratamiento quirúrgico es
recomendable en casos en donde haya fracasado el tratamiento conservador,
después de aproximadamente 18 a 24 meses.
Los ejercicios, deben realizarse a través del juego, donde se incluyan actividades
para mano y miembro superior de manera bilateral; ya que tienen un mayor
impacto en la recuperación funcional del miembro, al contribuir a la integración
cortical de patrones de movimiento.
VALORACIÓN FISIOTERAPÉUTICA
SIGNOS MOTORES
SIGNOS VEGETATIVOS
REFLEJOS
Los pacientes con lesiones del plexo braquial, dependiendo del nivel de la lesión y
el tipo de compromiso neurológico, presenta alteraciones en la movilidad donde se
ven afectadas estructuras musculares, tendinosas, ligamentarias y hasta óseas
como deformaciones.
A través del examen físico del miembro afectado, se puede determinar el tipo de
lesión, y su relación con la recuperación proximal; Dubousset (1997), contempla
cuatro tipos:
I: Mano normal, parece haber sufrido las consecuencias de una parálisis del
hombro y codo (la mano nunca llega a ser dominante).
II: Mano normal desde el punto de vista pasivo y activo, pero con una eficiencia
inadecuada, no hay trastorno sensitivo.
III: Se asocia a una secuela motora del tipo de parálisis y posición “viciosa”,
presentando trastornos sensitivos más o menos marcados en el 50% de los casos
(táctil, dolorosa, térmica y estognosia) y trastornos tróficos (piel roja, rugosa, uñas
quebradizas, sudoración importante); secuelas motoras con muñeca en pronación,
flexión palmar e inclinación cubital y una mano pequeña.
IV: La presentación más grave, mano sensible, inerte, con trastornos importantes
tróficos, funcionales y estéticos, si el tríceps se conserva puede servir de ayuda a
la mano san
RESULTADOS DE LAS VALORACIONES FISIOTERAPÉUTICAS
Laconclusióndelobjetodeestudioconcluyeafirmandoqueeltratamientoprecozesdecisi
vo para la recuperación completa.
IX. RECOMENDACIONES
(1) Abajo Silvia Ceruelo; García López Antonio. Lesión del plexo braquial.
Cronología e indicaciones en cirugía de las lesiones del plexo braquial.
Cap. 3, págs. 51-67. 2008
(2) Abajo Silvia Ceruelo; García López Antonio. Lesión del plexo braquial.
Tratamiento Rehabilitador. Cap. 8, págs. 149-164.2008
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GUIÓN:
GUIÓN:
3. Plan de tratamiento
4. Seguimiento y mejoría