Pesticidas e Insecticidas
Pesticidas e Insecticidas
Pesticidas e Insecticidas
Con frecuencia se piensa que pesticida significa insecticida. En realidad, pesticida se refiere
tanto a insecticidas como a muchos otros tipos de sustancias químicas. Las plagas pueden ser
animales (como insectos o ratones), plantas no deseadas (malas hierbas, malezas) o
microorganismos (como enfermedades y virus de las plantas). Los plaguicidas han sido
utilizados, al menos en pequeña escala, desde los tiempos antiguos. Los griegos y los romanos
usaban el arsénico como plaguicida, y hay informes de que los chinos ya usaban compuestos
arsenicales como plaguicidas en el siglo 16. A fines del siglo 19, los compuestos de arsénico se
empezaron a utilizar ampliamente como insecticidas en Europa y América del Norte, y esto
condujo a la primera legislación sobre plaguicidas en 1900. Sin embargo, no fue sino en la
década de 1930 que aparecieron los primeros plaguicidas químicos sintéticos. Luego tras la
Segunda Guerra Mundial, se inició la producción y el uso de plaguicidas y fertilizantes químicos
sintéticos a gran escala. Esto trajo como resultado un importante aumento inicial del
rendimiento de los cultivos, con lo que el uso de plaguicidas y otros agroquímicos se extendió
con rapidez. Una de las consecuencias de esto en los países en desarrollo fue la expansión de
los cultivos para la venta en los países industrializados. Otra fue el aumento de la plantación de
monocultivos: plantar el mismo cultivo cada año, sin rotación de cultivos y sin hacer descansar
el suelo.
1. PESTICIDAS
1.1. DEFINICION
Según la FAO (1990) un plaguicida se define como “cualquier sustancia o mezcla de
sustancias destinadas a prevenir, destruir o controlar cualquier plaga, incluyendo
los vectores de enfermedades humanas o de los animales, las especies no
deseadas de plantas o animales que causan perjuicio o que interfieren de cualquier
otra forma en la producción, elaboración, almacenamiento, transporte o
comercialización de alimentos, productos agrícolas, madera y productos de
madera o alimentos para animales, o que se le pueden administrar para combatir
insectos, arácnidos u otras plagas en o sobre sus cuerpos. El término incluye las
sustancias destinadas a utilizarse como reguladoras del crecimiento de las plantas,
defoliantes, desecantes, agentes para reducir la densidad de fruta o agentes para
evitar la caída prematura de la fruta, y las sustancias aplicadas a los cultivos antes
o después de la cosecha para proteger el producto contra la deterioración durante
el almacenamiento y transporte”
1.2. OBJETIVOS:
Sus principales objetivos son:
Aumentar las cosechas y la calidad de la producción de alimentos en
agricultura.
Proteger la salud humana y la de los animales domésticos.
Preservar nuestros bosques y fuentes de fibra.
Mejorar las oportunidades de recreación.
1.3. CLASIFICACIÓN
1.3.1. SEGÚN EL TIPO DE ORGANISMO QUE SE DESEA CONTROLAR
Insecticidas, acaricidas, fungicidas, herbicidas, nematicidas, molusquicidas,
rodenticidas, avicidas.
1.3.2. SEGÚN EL TIPO DE PRINCIPIO ACTIVO
Compuestos organofosforados, compuestos carbamatos, compuestos
organoclorados, piretroides, derivados del bipiridilo, triazinas, tiocarbamatos,
derivados del acido fenoxiacetico, derivados de la cumarina, derivados del
cloronitrofenol, compuestos organomercuriales, entre otros.
1.3.3. SEGÚN SU PERSISTENCIA AL MEDIO AMBIENTE
1.3.4. SEGÚN SU TOXICIDAD AGUDA
Los pesticidas pueden ser de naturaleza química y biológica. Por ejemplo, tenemos a
organismos vivos destructores de plagas como el Bacillus thuringiensis. Muchos productos
caseros también contienen pesticidas. Estos incluyen: limpiadores para inodoros,
desinfectantes, limpiadores, removedores de moho y aerosoles contra hormigas y cucarachas.
2. INSECTICIDAS
Tipos de insecticidas
1. Insecticidas sistémicos
2. Insecticidas orgánicos
Se les denomina orgánicos porque contiene carbono en su estructura química. Las
plagas demostraban ser resistentes a pesar de las nuevas fórmulas y dosis
suministradas en el pasado. Estos insecticidas orgánicos demostraron la importancia
de las buenas prácticas y cuidado que se debe tener con ellos.
a. Organofosforados
La mayoría de los organofosforados y los carbamatos actúan como fumigantes
de contacto y de acción estomacal. También los hay sistémicos, es decir, la
planta absorbe la sustancia que circulará en su interior para provocar la
intoxicación de sus visitantes.
Esta familia química tiene dos características básicas: son más tóxicos para los
organismos vertebrados, pero no son persistentes en el medio ambiente y eso
reduce los riesgos para la salud.
b. Organoclorados
El DDT, BHC, clordano y dieldrín están en este grupo de sustancias que
revolucionaron el combate de moscas y gusanos, por su amplio espectro de
acción y su bajo costo. Son de baja toxicidad para mamíferos y otras especies
de sangre caliente, pero sus residuos persisten en el ambiente y se acumulan
en los tejidos grasos de los animales y los seres humanos.
c. Piretroides
Su acumulación en el ambiente es casi nula, por lo que han resultado de gran
utilidad en la agricultura. El piretro actúa al contacto y se obtiene de las flores
secas de Chrysantemum cinerariaefolium, una variedad de crisantemo que se
ha usado para combatir piojos desde el año 400 a.C.
3. Insecticidas naturales
Se les llama insecticida ecológico, biológico o natural por su fácil degradación. Su
toxicidad es de media a baja. Entre los tipos de biológicos se encuentran: bacterias,
flores secas del crisantemo, especies como el clavo aromático —que funciona como
atrayente—, las raíces secas de derris, las semillas maduras de ciertos lirios y la
nicotina de la hoja del tabaco.
Dentro de los beneficios de los insecticidas naturales se encuentra el aprovechamiento
de recursos que se encuentran disponibles en las comunidades, reduciendo el costo
del control de plagas y la dependencia de terceros. Además, producirlos es más
sostenible porque raramente requieren de energía a base de combustibles fósiles. Su
rápida degradación también disminuye el riesgo de presentar residuos en los
alimentos. Los insecticidas naturales para control de plagas son una estrategia más
que apoya la FAO para reducir la pobreza rural, aunque también funciona para la
agricultura urbana y periurbana porque funcionan para el autoconsumo, sin embargo,
sólo funcionan en pequeña escala haciéndolos obsoletos para la producción de
alimentos a nivel mundial.
4. Insecticida casero
La FAO ha publicado un recetario de 34 mezclas caseras, de las cuales 21 tienen
propiedades repelentes. Desde la aspersión de agua jabonosa hasta concentrados de
cebolla, ajo y chile, estas preparaciones han sido probadas y validadas por especialistas
agrónomos y universidades de todo el mundo.
USO
Puesto que la mayoría de los pesticidas están diseñados para ser tóxicos a la plaga que se
busca controlar, y dado que cualquier sustancia puede ser dañina si se usa de manera
incorrecta, el uso de pesticidas se controla de manera estricta.
Los cálculos de dosis de insecticidas dependen del grado de toxicidad de un insecticida contra
una población de insectos, la cual se expresa como Dosis Letal Media o DL50; la cantidad de
insecticida requerida para causar la muerte de 50% de un grupo representativo de insectos.
La buena aplicación de los insecticidas exige el conocimiento sobre las características de los
productos, cultivos y de la plaga, así como el buen estado de los equipos a utilizar.
Nadie debe ingresar al cultivo. Ni niños, mujeres embarazadas o ancianos deben acercarse a la
zona para evitar riesgos por intoxicación.
Sólo se deben utilizar agroquímicos autorizados en el país y desechar aquellos vencidos o en
mal estado.
El mal empleo y uso excesivo de insecticida deriva en pérdida de eficacia, aparición de nuevas
plagas, contaminación del medioambiente, destrucción de la fauna silvestre y los peligros de
intoxicación.