El Sol Estrella Radiante
El Sol Estrella Radiante
El Sol Estrella Radiante
1Características
2Luz solar
3Composición
4Estructura del Sol
o 4.1Núcleo
o 4.2Zona radiante
o 4.3Zona convectiva
o 4.4Fotosfera
o 4.5Cromosfera
o 4.6Corona solar
o 4.7Heliosfera
5Actividad solar
o 5.1Eyección de masa coronal
o 5.2Cambio de polaridad solar
6Nacimiento y muerte del Sol
7Importancia de la energía solar en la Tierra
o 7.1Reacciones termonucleares e incidencia sobre la superficie terrestre
8Observación astronómica del Sol
o 8.1Exploración solar
o 8.2Cálculo histórico del tamaño del Sol y su distancia
9Véase también
10Notas aclaratorias
11Referencias
12Bibliografía
13Enlaces externos
o 13.1Generales
o 13.2Observación del Sol
Características[editar]
El Sol es una estrella de tipo-G de la secuencia principal que abarca aproximadamente el
99,86% de la masa del sistema solar. El Sol tiene una magnitud absoluta de +4,83, estimada
como más brillante que el 85% de las estrellas de la Vía Láctea, la mayoría de las cuales
son enanas rojas. El Sol pertenece a la Población I, o a las estrellas ricas en elementos
pesados. La formación del Sol pudo haber sido provocado por ondas de choque de una o
más supernovas próximas. Esto fue planteado debido a la gran abundancia de elementos
pesados en el sistema solar, como el oro y el uranio, en relación con las abundancias de estos
elementos en la llamada Población II de estrellas, siendo éstas pobres en elementos pesados.
Estos elementos podrían haberse producido por reacciones nucleares endotérmicas durante
una supernova, o por transmutación a través de la absorción neutrónica dentro de una estrella
masiva de segunda generación.
El Sol es, con diferencia, el objeto más brillante en el cielo, con magnitud aparente de -26,74.
Es unos 13 000 millones de veces más brillante que la segunda estrella más luminosa, Sirio,
que tiene una magnitud aparente de -1.46. La distancia media del centro del Sol al centro de
la Tierra es de aproximadamente 1 unidad astronómica (alrededor de 150 millones de
kilómetros), aunque la distancia varía a medida que la Tierra se mueve desde el perihelio en
enero hasta el afelio en julio. En esta distancia media, la luz viaja desde el horizonte del Sol
hasta el horizonte de la Tierra en unos 8 minutos y 19 segundos, mientras que la luz desde los
puntos más cercanos del Sol y de la Tierra tarda aproximadamente dos segundos menos.
El Sol no tiene un límite definido y en sus partes externas su densidad disminuye
exponencialmente al aumentar la distancia desde su centro. No obstante, a efectos de
medición, se considera el radio solar como la distancia que engloba desde su centro hasta el
borde de la fotosfera, la superficie visible aparente del Sol. Con base en esta medida, el Sol es
una esfera casi perfecta con un achatamiento estimado de 9 millonésimas, lo que significa que
su diámetro polar difiere de su diámetro ecuatorial por tan solo 10 kilómetros. El efecto
mareal de los planetas es débil y no afecta significativamente a la forma del Sol. El Sol rota
más deprisa por su ecuador que por sus polos. Esta rotación diferencial es causada por el
movimiento de convección debido al transporte de calor y al efecto coriolis producido por la
rotación del Sol. En un marco de referencia definido por las estrellas, el periodo de rotación es
de aproximadamente 25,6 días en el ecuador y de 33,5 días en los polos. Visto desde la Tierra
en su órbita alrededor del Sol, el período de rotación aparente del Sol en su ecuador es de
unos 28 días.
Luz solar[editar]
Artículo principal: Luz solar
La constante solar es la cantidad de energía que el Sol deposita por unidad de tiempo y
superficie y que es directamente expuesta como luz solar. La constante solar es igual a
aproximadamente 1368 W/m² (vatios por metro cuadrado) a una distancia de una unidad
astronómica (ua) del Sol (es decir, en la Tierra o a la misma distancia del Sol que ella). La luz
del Sol en la superficie de la Tierra es atenuada por la atmósfera terrestre, de modo que, llega
menos energía a la superficie (cerca de 1000 W/m²) en condiciones claras cuando el Sol está
cerca del cenit. La luz del Sol en la parte superior de la atmósfera terrestre está compuesta
(por energía total) de aproximadamente un 50% de luz infrarroja, un 40% por luz visible y un
10% de luz ultravioleta. La atmósfera terrestre filtra más del 70% de la radiación
ultravioleta solar, especialmente en las longitudes de onda más cortas. La radiación
ultravioleta solar ioniza la parte superior de la atmósfera del lado diurno de la Tierra, haciendo
a la ionosfera conductora de electricidad.
El color del Sol es blanco con un índice de color-espacio (CIE) cercano al (0,3; 0,3) cuando se
ve desde el espacio o desde lo alto en el cielo; en cambio, cuando se está desde una zona
baja del cielo la dispersión atmosférica del Sol tiene un color amarillo, rojo, naranja y magenta.
A pesar de su blancura típica, la mayoría de la gente se imagina el Sol como amarillo; las
razones de ello son objeto de debate. El Sol es una estrella G2V, con G2 indica que
su temperatura superficial es de aproximadamente 5778 K (5505 °C), y V que, como la
mayoría de las estrellas, es una estrella enana de la secuencia principal. La luminancia media
del Sol es de aproximadamente 1,88 giga candelas por metro cuadrado, pero como se ve a
través de la atmósfera de la Tierra, esto se reduce a aproximadamente 1,44 Gcd/m². Sin
embargo, la luminancia no es constante a través del disco del Sol (oscurecimiento del limbo).
Composición[editar]
El Sol está compuesto principalmente por los elementos químicos hidrógeno y helio; que
representan el 74,9% y el 23,8% de la masa del Sol en la fotosfera, respectivamente. Todos
los elementos más pesados, llamados metales en astronomía, representan menos del 2% de
la masa, con el oxígeno (más o menos el 1% de la masa del
Sol), carbono (0,3%), neón (0,2%), y el hierro (0,2%) siendo el más abundante.
El Sol heredó su composición química del medio interestelar a través del cual se formó. El
hidrógeno y el helio en el Sol fueron producidos por nucleosíntesis del Big Bang, y los
elementos más pesados se crearon por nucleosíntesis estelar en generaciones de estrellas
que completaron su evolución estelar y devolvieron su material al medio interestelar antes de
la formación del Sol. La composición química de la fotosfera se considera normalmente como
representativa de la composición del sistema solar primordial. Sin embargo, desde que se
formó el Sol, parte del helio y de elementos pesados se han asentado gravitacionalmente
desde la fotosfera. Por lo tanto, en la fotosfera de hoy en día, la fracción de helio es reducida,
y la metalicidad es solo el 84% de lo que era en la fase protoestelar (antes de que la fusión
nuclear comenzara en el núcleo). Se cree que la composición protoestelar del Sol ha sido de
un 71,1% de hidrógeno, 27,4% de helio, y de un 1,5% de elementos más pesados.
Hoy en día, la fusión nuclear en el núcleo del Sol ha modificado la composición mediante la
conversión del hidrógeno en helio, por lo que ahora la parte más interna del Sol es más o
menos un 60% de helio, junto con la abundancia de elementos más pesados sin ser alterados.
Debido a que el calor se transfiere desde el centro del Sol por radiación en vez de
por convección, ninguno de los productos de fusión del núcleo han llegado a la fotosfera.
La zona reactiva del núcleo de «combustión del hidrógeno», donde el hidrógeno se convierte
en helio, está empezando a ser circundado por un núcleo interno de «cenizas de helio». Este
desarrollo continuará y posteriormente tendrá lugar la salida del Sol de la secuencia
principal para llegar a convertirse así en una gigante roja.
La abundancia de elementos pesados solares descritos anteriormente son medidos usando
tanto espectroscopia de la fotosfera del Sol como midiendo las abundancias en
los meteoritos que nunca han sido calentados a temperaturas de fusión. Se cree que estos
meteoritos retienen la composición del Sol protoestelar y, por lo tanto, no se ve afectado por la
sedimentación de elementos pesados. Por lo general los dos métodos concuerdan bien.
Como toda estrella, el Sol posee una forma esférica, y a causa de su lento movimiento de
rotación, tiene también un leve achatamiento polar. Como en cualquier cuerpo masivo, toda la
materia que lo constituye es atraída hacia el centro del objeto por su propia fuerza gravitatoria.
Sin embargo, el plasma que forma el Sol se encuentra en equilibrio, ya que la
creciente presión en el interior solar compensa la atracción gravitatoria, lo que genera
un equilibrio hidrostático. Estas enormes presiones se producen debido a la densidad del
material en su núcleo y a las enormes temperaturas que se dan en él gracias a las reacciones
termonucleares que allí acontecen. Existe, además de la contribución puramente térmica, una
de origen fotónico. Se trata de la presión de radiación, nada despreciable, que es causada por
el ingente flujo de fotones emitidos en el centro del Sol.
Casi todos los elementos químicos terrestres
(aluminio, azufre, bario, cadmio, calcio, carbono, cerio, cobalto, cobre, cromo, estaño, estronci
o, galio, germanio, helio, hidrógeno, hierro, indio, magnesio, manganeso, níquel, nitrógeno, oro
, oxígeno, paladio, plata, platino, plomo, potasio, rodio, silicio, sodio, talio, titanio, tungsteno, va
nadio, circonio y zinc) y diversos compuestos (como el cianógeno, el óxido de carbono y
el amoniaco) han sido identificados en la constitución del astro rey, por lo que se ha concluido
que, si nuestro planeta se calentara hasta la temperatura solar, tendría un espectro luminoso
casi idéntico al Sol. Incluso el helio fue descubierto primero en el Sol y luego se constató su
presencia en nuestro planeta.8
El Sol presenta una estructura en capas esféricas o en «capas de cebolla». La frontera física y
las diferencias químicas entre las distintas capas son difíciles de establecer. Sin embargo, se
puede determinar una función física que es diferente para cada una de las capas. En la
actualidad, la astrofísica dispone de un modelo de estructura solar que explica
satisfactoriamente la mayor parte de los fenómenos observados. Según este modelo, el Sol
está formado por: 1) núcleo solar, 2) zona radiante, 3) zona convectiva, 4) fotosfera,
5) cromosfera, 6) corona, 7) manchas solares, 8) granulación y 9) viento solar.
Núcleo[editar]
Artículos principales: Nucleosíntesis estelar, Cadena protón-protón y Ciclo CNO.
Imagen que muestra las capas del interior del Sol
Ocupa unos 139 000 km del radio solar, 1/5 del mismo, y es en esta zona donde se verifican
las reacciones termonucleares que proporcionan toda la energía que el Sol produce. Esta
energía generada en el núcleo del Sol tarda un millón de años para alcanzar la superficie
solar.9 En su centro se calcula que existe un 49% de hidrógeno, 49% de helio y un 2% que se
distribuye en otros elementos que sirven como catalizadores en las reacciones
termonucleares. A comienzos de la década de los años 30 del siglo XX, el físico austriaco Fritz
Houtermans (1903-1966) y el astrónomo inglés Robert d'Escourt Atkinson (1898-1982) unieron
sus esfuerzos para averiguar si la producción de energía en el interior del Sol y en las estrellas
se podía explicar por las transformaciones nucleares. En 1938 Hans Albrecht Bethe (1906-
2005), en los Estados Unidos, y Carl Friedrich von Weizsäcker (1912-2007), en Alemania,
simultánea e independientemente, encontraron el hecho notable de que un grupo de
reacciones en las que intervienen el carbono y el nitrógeno como catalizadores constituyen un
ciclo, que se repite una y otra vez, mientras dura el hidrógeno. A este grupo de reacciones se
les conoce como ciclo de Bethe o del carbono, y es equivalente a la fusión de
cuatro protones en un núcleo de helio. En estas reacciones de fusión hay una pérdida de
masa, esto es, el hidrógeno consumido pesa más que el helio producido. Esa diferencia de
masa se transforma en energía, según la ecuación de Einstein (E = mc²), donde E es
la energía, m la masa y c la velocidad de la luz. Estas reacciones nucleares transforman el 0,7
por ciento de la masa afectada en fotones, con una longitud de onda cortísima y, por lo tanto,
muy energéticos y penetrantes. La energía producida mantiene el equilibrio térmico del núcleo
solar a temperaturas aproximadamente de 15 millones de kelvins.
El ciclo ocurre en las siguientes etapas:
1H1 + 6C12 → 7N13
13 13 +
7N → 6C + e + neutrino
1 13 14
1H + 6C → 7N
1 14 15
1H + 7N → 8O
15 15 +
8O → 7N + e + neutrino
1 15 12 4
1H + 7N → 6C + 2He .
Zona radiante[editar]
En la zona exterior al núcleo el
transporte de la energía generada
en el interior se produce por
radiación hasta el límite exterior de
la zona radiactiva. Esta zona está
compuesta de plasma, es decir,
grandes cantidades de hidrógeno y
helio ionizado. Como la temperatura
del Sol decrece del centro (15 MK) a
la periferia (6 kK en la fotosfera), es
más fácil que un fotón cualquiera se
mueva del centro a la periferia que al
revés. Sin embargo, los fotones
deben avanzar por un medio
ionizado tremendamente denso
siendo absorbidos y reemitidos
infinidad de veces en su camino. Se
calcula que un fotón cualquiera
puede tardar un millón de años en
alcanzar la superficie y manifestarse
como luz visible.
Zona convectiva