Historia de Mujeres
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Historia de Mujeres
HISTORIA DE MUJERES
ARTISTAS EN MÉXICO DEL SIGLO XX
ÍNDICE
Presentación 3
Contexto
La mujer en la historia 4
Ejes temáticos 7
Artistas 20
Glosario 39
Links 40
Departamento de Educación 2
PRESENTACIÓN
El reconocimiento de la presencia de mujeres artistas en la historia del arte ha permitido que los
contenidos, los modos de interpretación y las categorías de análisis se transformen, se
especifiquen, y al mismo tiempo, se expandan: las reflexiones teóricas y prácticas se han
diversificado cada vez más, desde los temas y conceptos hasta los medios por los que se expresan
los artistas; permitiendo, así, las relecturas y re-significados de las obras.
Historia de mujeres es una exposición que reconoce la colaboración de las mujeres artistas
mexicanas, quienes aportaron con sus particulares puntos de vista a la historia del arte nacional e
internacional. Así, la exposición muestra tres generaciones de creadoras a lo largo del siglo XX: La
primera generación son las artistas nacidas a principios del siglo que se distinguieron por un
trabajo de gran calidad técnica, como Angelina Beloff, Tina Modotti, Frida Kahlo, Remedios Varo,
etc. La segunda generación incluye a las que nacieron alrededor de los años 20 y 30, como Lilia
Carrillo, Joy Laville, Helen Escobedo, Marta Palau y Ángela Gurría; ellas iniciaron una etapa de
experimentación en las nuevas tendencias. Por último, la tercera generación incluye a artistas
nacidas en la década de los 50 y 60, que incursionaron en nuevos medios expresivos como el
performance, el video y la instalación, además de los tradicionales.
La exposición Historia de mujeres. Artistas en México del siglo XX se compone de una selección de
“obras producidas antes del año 2000 y que desde sus particularidades […] representan las
cualidades esenciales de cada una de sus creadoras y de los períodos en que estas composiciones,
significaron una aportación renovadora […] para el arte mexicano…”.
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CONTEXTO
La mujer en la historia
Desde el Renacimiento (siglo XVI), las mujeres comenzaron a reivindicarse y a exigir los mismos
derechos que los hombres en la educación. En el siglo XVIII, bajo el surgimiento de la Ilustración,
comenzó a haber cierta esperanza sobre la libertad de la mujer;
sin embargo, ellas permanecían excluidas de la política y la
jurisdicción. La Revolución Industrial hizo que el papel de la
mujer quedara aún más marginado: las tareas domésticas, al no
generar beneficios mercantiles o industriales, se consideraban no
productivas.
Mientras la mayoría de las mexicanas no sabía ni siquiera leer, en otros países la lucha de las
mujeres estaba plenamente configurada como una lucha política. Las mujeres mexicanas vivían en
un estado de ignorancia mantenido en parte por la influencia de la religiosidad (principalmente
católica). El hombre se dedicaba a lo público (político y laboral),
y la mujer a la vida privada y las labores domésticas; el género
femenino podía trabajar fuera de casa en el magisterio o en la
costura. Al acercarse el siglo XX en México, las mujeres fueron
ganando espacios de participación, publicando revistas
dedicadas a mujeres, en las cuales defendían su igualdad
intelectual, jurídica y educativa. Durante la Revolución
Mexicana, en el grupo zapatista participaron mujeres
combatientes: algunas de ellas obtuvieron incluso grados
militares. Han quedado rastros de la participación de mujeres
como espías, contrabandistas de armas, etc. La imagen que del
feminismo se tenía en México gozaba de un gran descrédito
pues se veía como una práctica beligerante de “virilización” de
Lucinda Urrusti, Desnudo en la ventana,
la mujer y, por lo tanto, cuestionable.
1970, óleo sobre madera, 28 x 22.5 cm
1975 se declaró, por la ONU, el año de la mujer y en México se organizó el primer encuentro de
conferencias dedicadas a las mujeres y su papel político, cívico y social. En esta década, en
muchos países, se revisaron y promulgaron leyes que protegieran a la mujer y promovieran la
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igualdad de derechos, además se tuvo más interés académico por el tema de género y surgieron
instituciones con el mismo fin.
A inicios del siglo XX, las artistas se acercaron a las vanguardias artísticas que sucedían en Europa
pues ya tenían acceso libre a las escuelas, podían participar en exposiciones y concursos, copiar
desnudos, etc.; siempre y cuando no fueran parte de los jurados, ni críticos, pues eso permaneció
como un proyecto masculino.
Una de las primeras exposiciones parteaguas que abordaron asuntos de género fue Women artists 1550-1950,
organizada en 1976 para Los Angeles County Museum of Art. Su objetivo era presentar a las mujeres artistas
desde el Renacimiento hasta el siglo XX.
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En la década de los setenta, con la consolidación del movimiento feminista, surgieron
historiografías1 alternativas y propuestas teóricas que permitieran leer de otra manera las obras
realizadas por mujeres. También las artistas protestaron para conseguir igualdad de derechos en
museos y escuelas, organizaron exposiciones y empezaron a realizar proyectos autogestionados
para romper con la idea del “artista masculino universal”. En 1971, Linda Nochlin publicó un
ensayo (“Why have there been no great women artists?”) en el que indagó sobre los aspectos
económicos y sociales que habían impedido que las mujeres artistas alcanzaran el mismo status
que los hombres.
A partir de los ochenta, se descartó la idea de un arte femenino universal; la postura fue que no
hay un arte diferenciado del de los hombres sino que hay diversas propuestas artísticas, tal como
creadores.
1
Su objetivo es la historia, es decir, la manera en la que se describen hechos históricos, generando visiones de ello. La
historia es lo que sucedió, la historiografía es lo que se dice que sucedió.
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EJES TEMÁTICOS
A. Proceso creativo
Las artistas mexicanas establecen dos momentos dentro del siglo XX: el primero, en el que las
mujeres lograron un excelente lugar dentro de la pintura, la escultura y la fotografía, siendo
alumnas de los grandes maestros; y el segundo, cuando las revueltas políticas, sociales y artísticas
de la década de los 60, como el movimiento feminista, aunado al nacimiento de la tecnología
informática, llevó a los artistas a buscar nuevos canales y nuevos medios para transmitir y difundir
su obra. Utilizaron la instalación, el performance y el video para cuestionar el ser y estar-en-el-
mundo.
a. Instalación
Orígenes: La instalación es una forma de
ambientar un espacio por lo que uno de sus
orígenes está en los environments* creados por
Término usado para describir la manera en Allan Kaprow en 1957.
que se acomodan objetos dentro de un
espacio. Se refiere, también, a las obras de Desarrollo: Durante la década de 1960,
arte que combinan diversas técnicas que “instalación” designaba la manera en la que una
intervienen un espacio físico (piso, techo, exposición era montada. Desde ese momento, la
muros, pasillos o salas completas) dentro de diferencia entre una instalación de obras de arte a
una exposición. Algunas instalaciones están una “instalación” fue desapareciendo. Los dos
hechas para entrar a ellas e interactuar con términos tienen en común la importancia que le
los elementos que la conforman, otras sólo
dan al espectador y su respuesta corporal a la
pueden ser vistas; sin embargo, la importancia
de la instalación está en el que el espectador disposición de los objetos (pinturas, esculturas o
use todos o casi todos sus sentidos para elementos que forman una obra).
aprehenderla.
Algunos artistas: Helio Oiticica, Lygia Clark, Dan
Flavin, Judy Chicago, Félix González-Torres,
Damien Hirst…
Silvia Gruner, La expulsión del paraíso, 1997, cabello, vidrio y madera, 160
x 400 cm
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b. Performance
“El Performancista no es un actor,
ni interpreta a un personaje como lo hace un actor,
ni actúa como lo hace un actor;
el accionista es él mismo y continúa siendo el mismo,
nunca busca caminos fuera de si mismo sino que sigue el camino verdadero…”
Carlos Zerpa
c. Video
Orígenes: El video aparece, simultáneamente, en
El video es un registro en el que se graba y/o Europa y Estados Unidos a partir de la segunda
manipula una verdadera actuación o mitad de la década de los sesenta.
performance, permitiendo preservar un
recuerdo visual. Al mismo tiempo, es el Desarrollo: Algunas contribuciones del video
medio para elaborar un discurso proceden de artistas de Fluxus*, que desde 1960
experimental sobre el “yo”. comenzaron a mezclar música, danza,
performance, instalación, pintura y escultura,
registrándolo electrónicamente en lo que
llamaron decollages*. Desde los 70, el video se
empezó a usar de distintas maneras: como parte
de una instalación, como memoria visual, para
remakes y comentarios (por ejemplo:
documentales), etc.
Pola Weiss
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TEMAS
B. Género
“El género es tanto el producto como el proceso de su representación”.
De Lauretis, 1991
“La palabra género se diferencia de sexo para expresar que el rol y la condición de hombres y mujeres responde a
una construcción social y están sujetas a cambios” (IV Conferencia Internacional sobre la Mujer, definición
adoptada por la ONU, 1995).
Este concepto es una categoría central en las teorías feministas y, por lo tanto, uno de los más
recurrentes entre las artistas contemporáneas, quienes han intentado ir transformando las
fronteras del espacio público (política, sociedad, etc.) y privado (hogar), que antes fueron
determinados por los roles de cada género.
2
C. Referencia: el cuerpo
“[El cuerpo es] sujeto de la percepción,
el lugar donde se configura nuestro ser-en-el-mundo…”
Célida Gomina H., El cuerpo vivido
2
Karen Cordero, “La invención de las neoidentidades mexicanas: Estrategias modernas y posmodernas”, Hacia una
nueva historia del arte en México.
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Las artistas han utilizado, incesantemente, su propio cuerpo –a veces a través de metáforas o
como referencia– para explorar la construcción del concepto “género”. Ese afán por
problematizar el cuerpo ha sido interés de las mujeres, no tanto una necesidad de los artistas
hombres.
objeto.
• Todo lo que puede ser materia de conocimiento o sensibilidad de parte del sujeto, incluso
este mismo.
3
Gaetano, Paula. “Mujeres, tecnologías y auto-representaciones en las artes visuales”,
http://www.liminar.com.ar/jornadas04/ponencias/gaetano.pdf
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sujeto.
• Espíritu humano, considerado en oposición al mundo externo, en cualquiera de las
relaciones de sensibilidad o de conocimiento, y también en oposición a sí mismo como
término de conciencia.
• "Ser sujeto es ponerse en el centro de su propio mundo, ocupar el lugar del ‘yo’. Es
evidente que cada uno de nosotros puede decir ‘yo’: todo el mundo puede decir ‘yo’, pero
4
cada uno de nosotros no puede decir ‘yo’ más que por sí mismo…” .
E. Identidades y alteridades
Cada artista, hombre o mujer, reflexiona sobre su
propia realidad e identidad frente o dentro de
grupos sociales. Las identidades y las alteridades
son construcciones que se desarrollan en la
relación con los demás y se confirman en la
singularidad y diferencia de cada uno; por
ejemplo, los contrastes de género.
“Si una(o) u otra(o) toman conciencia de que no se trata de aprehender al otro(a) (por
medio de la mirada, de la mano, etcétera) porque eso significaría alienar su propia libertad,
porque el querer poder equivale a que su conciencia y la mía no obedecen a las mismas
necesidades, podemos estar en camino de comprender que escapar a la captura del otro(a)
es respetarme(nos) como trascendencia”7.
4
Morin, Edgar. Introducción al pensamiento complejo.
5
Beauvoir. Simone de. El segundo sexo, México: Siglo XX, 1989.
6
Joan W. Scott, “Feminismo e historia”, 1997
7
Godina, Célida. El cuerpo vivido. Una mirada desde la fenomenología y la teoría de género, Puebla.
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MUJERES ARTISTAS EN MÉXICO
UNA CONSTELACIÓN DE IMPLACABLES BUSCADORAS (fragmentos)
Germaine Gómez Haro
A partir de la segunda década del siglo XX, se conforma una vasta y diversa trama creativa de las artistas
mexicanas y extranjeras en México. En ese lapso es cuando las artistas precursoras comenzaron a
dedicarse profesionalmente a la pintura en un ámbito dominado por los hombres. Estas artistas,
“buscadoras de raíces e identidades personales”, desarrollaron su trabajo en forma paralela a la llamada
Escuela Mexicana de Pintura, con cuyos protagonistas compartieron el empeño en rescatar y promover el
“alma mexicana” a través de una revaloración del pasado indígena y colonial, así como el rescate de las
tradiciones populares. Como se percibe en las obras de este periodo que se integran en la muestra, a
diferencia de los Muralistas, las artistas se entusiasmaron con la “mexicanidad” recién descubierta y la
plasmaron desde su muy particular visión y sentir sin recurrir al discurso retórico nacionalista.
A raíz de la Segunda Guerra Mundial llegó a nuestro
país una oleada de artistas e intelectuales que insuflaron
nuevos aires al ámbito cultural. Surge entonces un grupo de
creadoras, muchas de ellas extranjeras “buscadoras de
sueños y paraísos imaginarios”, que encontraron en nuestra
cultura el entorno propicio para construir sus universos
surrealistas. Por esos mismos años se gesta la llamada
Generación de la Ruptura, emprendida por los artistas que
rechazan la anquilosada dictadura nacionalista y pugnan por
un arte heterogéneo afín a las vanguardias internacionales.
Surge entonces la “abstracción libre” practicada por las
Cordelia Urueta, Navegantes de espacios, 1967, óleo “buscadoras de formas poéticas”[…]
sobre tela, 110 x 140 cm
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y Germán Gedovius. Pinturas como La nopalera y Casa roja dan cuenta de su gusto por la arquitectura
vernácula que captó tanto en México como en sus viajes por Europa.
Angelina Beloff emigró de su natal Rusia a París, donde conoció a Diego Rivera y contrajeron
matrimonio. En 1921 Diego volvió a México y ella permaneció en Francia hasta 1932, cuando decide viajar a
nuestro país. Aquí se integra activamente al medio artístico y desarrolla una amplia producción de dibujos,
grabados y pinturas entre las que destacan sus paisajes rurales y urbanos como Camino a Cuautla y La calle
Liverpool.
Rosa Rolanda y Lola Velásquez Cueto son dos creadoras sui generis que no han sido revisadas
cabalmente. Por mucho tiempo su renombre se debió al hecho de haber sido esposas de dos artistas
importantes, Miguel Covarrubias y Germán Cueto, mientras que ellas desarrollaron una obra de impronta
personal y gran originalidad. Célebre bailarina del grupo Morgan Dancers, Rosa Rolanda conoció a
Covarrubias en Nueva York y se casaron en 1930. Después de sus periplos por diversos países del mundo,
se instalan en México y su casa se convierte en centro de tertulia de artistas e intelectuales. Animada por
Frida y Diego, entre otros, Rosa comienza a pintar retratos de personajes del medio, autorretratos y
escenas costumbristas como Autorretrato y Niña de la muñeca, en los que
salta a la vista su pasión por el arte popular mexicano que la pareja
coleccionó con fervor. Lola Cueto también fue una apasionada de las
tradiciones populares de México, cuya revaloración en aquellos años se
debió en gran parte al Dr. Atl, Jorge Enciso y Roberto Montenegro. Además
de una sobresaliente producción gráfica –fue discípula de Alvarado Lang–
Lola exploró diversas técnicas afines a la creación popular, como las lacas,
el papel picado, los títeres y una rica producción de tapices bordados
finamente elaborados con máquina de cadeneta, los cuales en aquella
época se exhibieron en varios países europeos con gran éxito; en nuestro
país estos trabajos se han visto poco y por ello se incluyen dos hermosos
ejemplos en esta exhibición, Virgen de Guadalupe y el Señor del veneno, Rosa Rolanda, Niña de la muñeca , 1943,
en los cuales la artista combina la perfección técnica con la libertad de óleo sobre tela, 65 x 50 cm
composición y el equilibrio ingenuo de los altares populares.
Olga Costa –originalmente Kostakowsky, de origen ucraniano– nació en Alemania y emigró a
México con su familia a los 12 años de edad. En la Escuela Nacional de Artes Plásticas conoció al pintor José
Chávez Morado, con quien contrae nupcias en 1935. Desde muy joven manifestó su admiración por las
tradiciones y el paisaje mexicanos que asimiló y captó con fina sensibilidad: “Pintaba lo que quería y como
quería –escribe Raquel Tibol– en una sincera actitud de fresco y amplio eclecticismo”. Su fascinación por la
naturaleza tropical la llevó a pintar el exuberante bodegón La vendedora de frutas (1951, Col. Museo de
Arte Moderno) que es su pieza más celebrada, pero sus paisajes plasmados desde muy distintas ópticas
conforman un repertorio que oscila entre lo realista y lo onírico, como se percibe en Raíces, misteriosa y
evocadora composición que remite a las inquietantes atmósferas surrealistas.
Celia Calderón es mayormente conocida por su
obra gráfica que desarrolló con maestría en torno a
temas relacionados con el pueblo mexicano; no
obstante, tras una larga estancia en el Centro de Artistas
de Pekín en 1957, se dedicó al dibujo y a la pintura,
destacando sus desnudos sólidos, masivos, de una
deliberada desproporción, como la Bañista que recuerda
la etapa neoclásica de Picasso, retomada y asimilada por
otros artistas mexicanos como Manuel Rodríguez
Lozano y Julio Castellanos, quien fuera maestro de
Calderón. Esta pintura revela el aire melancólico que
caracterizó a la pintora y evoca una naturaleza exótica
Celia Calderón, Paisaje, 1964, óleo sobre masonite, 40 x diversa del paisaje urbano que aparece en la mayoría de
50 cm
sus trabajos.
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En el terreno de la fotografía de este periodo dos figuras fundamentales son Tina Modotti (Udine,
Italia, 1896-México, D.F., 1942) y Lola Álvarez Bravo (Lagos de Moreno, Jal., 1907-1993). Antes de su
llegada a México en 1923 con el fotógrafo Edward Weston, Modotti había trabajado como actriz y modelo
en los Estados Unidos. Weston fue una influencia definitiva para que se convirtiera en fotógrafa y de él
recibió la enseñanza técnica y apreciación formal. Muy pronto desarrolló por su cuenta una visión propia
de lo mexicano que se percibe en imágenes poderosas como Canana, hoz y guitarra y Campesino con pala,
en las que queda plasmado su compromiso con la lucha revolucionaria en un lenguaje totalmente exento
de la retórica nacionalista. Por su parte, Lola Álvarez Bravo fue también esposa de un célebre artista –el
fotógrafo Manuel Álvarez Bravo– a cuyo lado comenzó a trabajar, pero no es sino hasta que se separan
cuando su carrera florece. El retrato –en muchos casos no convencional, como Julio Castellanos, donde
capta el alma más que el rostro– fue el hilo conductor de su trabajo, pero su repertorio abarca una gran
cantidad de temas y formas de representación. Charamusca nos habla de su búsqueda de elementos
cotidianos de inspiración popular, en tanto que Unos suben, otros bajan es una escena enigmática que
enciende la fantasía y la imaginación.
Una figura solitaria en el desempeño de la escultura hacia fines de la primera mitad del siglo XX es
la de Ángela Gurría. Si bien en las últimas décadas el arte escultórico cuenta con magníficas creadoras,
anteriormente fue una tradición desempeñada básicamente por hombres. Ángela fue discípula de Germán
Cueto y Mario Zamora, y su prolífica trayectoria ha evolucionado de “una tendencia religiosa simbólica al
abstraccionismo”, ha experimentado con materiales tan variados como piedra, bronce, lámina de hierro,
mármol, ónix, plata y concreto. Se ha destacado en la escultura monumental urbana en la que se aprecia su
gusto por utilizar formas orgánicas que va sintetizando hasta llegar a la abstracción.
[…] María de la O. Su arte podría considerarse naïf, aunque su formación académica descarta tal
juicio; sin duda logró desapegarse de los cánones convencionales para plasmar escenas que remiten a la
simplicidad de un ámbito rural y costumbrista.
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lenguaje semi-abstracto en el que prevalecen signos y pictogramas que nos recuerdan las poéticas
primitivistas de Klee y Miró. En El dios Ehecatl encontrando una mujer queda plasmada su fascinación por
la cultura mesoamericana evocada en una escena plenamente lírica en la que dialogan metafóricamente la
leyenda y la realidad. En el terreno de la fotografía de esencia surrealista, Kati Horna desarrolló en México
su obra de madurez creativa y es aquí donde da rienda suelta a la creación de atmósferas que fusionan
sutilmente el humor negro, lo absurdo y lo enigmático, con un toque macabro, como se palpa en su serie
de cuentos fantásticos en secuencia fotográfica publicados en la revista S.nob, entre ellos Fetiche núm. 1.
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PUNTO DE FUGA (fragmentos)
Pura López Colomé
Entre y para mí
…Dice Mónica Mayer en su ensayo De la vida y el arte como feminista: “El empuje que traen las nuevas
generaciones de mujeres, que hoy día integran más de la mitad de los productores visuales, y los cambios
profundos que ha aportado la teoría feminista al estudio de la historia del arte en el ámbito internacional
han tenido un efecto fundamental tanto en la visibilidad de las artistas como en la concepción misma del
arte. Hoy, la lucha ya no es porque se haga una exposición de mujeres artistas, sino, por el contrario, que
sólo se organicen cuando exista una justificación académica o curatorial que lo requiera”…
Al oído
… sí hay latidos en el corazón del agua de Susana Sierra; sí hay mirada en la sombra de Borges en México,
reflejada en la lente de Paulina Lavista, y vaya que hay ausencia dolorosa en las Últimas cosas de Milagros
de la Torre. Sí hay duermevela en los cadáveres de Martha Pacheco, expresión profunda y como de otro
mundo en cada pliegue de esos rostros, la “suspensión de la incredulidad” indispensable, según Coleridge,
para asegurar la eficacia de la creación artística. Porque gracias a las dos características mencionadas, se
logra […] una intimidad con lo plasmado y, por tanto, una rara condición de siempreviva en ese objeto.
Existe, innegablemente ya, un corpus de crítica feminista que ha ofrecido herramientas y perspectivas de
análisis histórico-estético, el cual permite que el arte hecho por mujeres se considere no sólo una voz que
clama en el desierto de la desigualdad social y genérica, sino una invitación a gozar del acontecimiento que
tenemos delante, con todas sus implicaciones y más allá de explicaciones…
Sin dolores de más –ni tampoco caer en el extremo de Susan Rothenberg que cree que el sexo del
pintor no interesa para nada al mirar una obra de arte–, ser capaces de afirmar, desde la neutralidad, con
Lelia Driben, en su reciente comentario a la obra de Susana Sierra: “Mientras haya pinturas abstractas o
figurativas que puedan interconectar la subjetividad entre el cuadro y el observador, así como entre el
pintor y el observador, el acto pictórico estará cumplido [...]
Mientras la pintura sea aún capaz de estremecernos, habrá
valido la pena”.
… Varias de las artistas que cabrían bajo el apartado de
figurativas han querido, diríase, poner la novela en la imagen y
la metáfora en el título, acentuando su identidad de comensales
(aunque sea sin querer) de un festín neomexicanista. Dulce
María Núñez le llama al pan, pan y al vino, vino. Su Totem,
emblema de su familia, su clan y recordatorio de su árbol
genealógico, no puede hablar con mayor nitidez de su
ascendencia y procedencia, mezcla de homo sapiens burlón,
Elena Climent, Tienda de abarrotes, 1992, óleo
cultura milenaria mexicana y griega, inteligencia nativa y,
sobre tela , 127 x 101 cm
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presidiéndolo todo, esta mujer, la que viste y calza, la que pinta y llama. Abiertamente como tal, hace lo
mismo con sus Tres mujeres modelando peinados, haciéndonos a todas las mexicanas de hoy descender de
la tierra volcánica de la mujer dormida y del barro aborigen de perpetua sonrisa; y con su San Martín
Caballero, combinación de fe religiosa de corte cristiano y cúmulo completo de nuestras supersticiones.
Hay quienes, en este mismo apartado, hacen de tripas corazón, como Rocío Maldonado, poniendo a éste a
flotar en el proceloso mar de nuestra cultura sincrética y a sufrir a consecuencia repitiendo, a manera de
ensalmo, Corazón, corazón, en un viaje al centro de nosotros mismos gracias al poder convocatorio de la
poesía, paralelo a los latidos al rojo vivo de Whitman: “But oh, heart, heart, heart, oh the bleeding drops of
red...”. Georgina Quintana, Silvia Ordóñez y Elena Climent nombran con suma timidez, sin quedarse con
las ganas de ponerle el alfiler a esa mariposa de colección, pero siempre cautas y sin pasarse de listas.
Laura Hernández sabe que el puro vocablo Coyolxauqui nos llevará, como la aterradora representación en
piedra de Coatlicue o los poemas de Paz, al fondo oscuro de la idolatría a que tendemos a la menor
provocación, disfrazándola de dignidad mítica e histórica. Prefiero su cifra de los resortes eróticos tan
primitivos como sofisticados, tan dominantes y toscos, tan una confesión susurrada apenas, en la obra que
no se atreve a titular. Según Marisa Lara, en cambio, se define, valiosa per se, cual secreto a voces, una
manera de concebir el mundo que, de no ser por el título, pasaría por ingenua y naive, siendo, antes bien,
una realidad permanentemente celebratoria de personajes juguetones en verdad que no se quitan la
máscara nunca, hablan con los pelos en la mano, sin pelos en la lengua y ni un pelo de tontos.
…Llama Corazón del agua a palabras borradas, un palpitar que sólo ha dejado a la vista su pasada
contención: el óleo disolviendo la acuarela, líquido latiendo entre sílabas, entre líneas. De no haber
extendido el velo del nombre, Susana Sierra no habría completado el tema oculto en el alma de la
oscuridad, la tensión del claror de un ojo que brilla triangularmente y domina la percepción. No otro sería
el caso de Irma Palacios nombrando ámbitos que los habitantes han abandonado: nido sin iguana, semilla
sin líquido ni carne, fruto sin semilla, capullo sin oruga, pedernal sin un cincel que lo “hiera” y de él extraiga
una chispa. Si ella no hubiera nombrado al pedernal, velando su verdad de cuarzo, nunca me habría
remitido a la dureza misma, la dureza ensimismada que, de acuerdo con el manantial metafórico de
nuestro diccionario, se aplica como calificativo o término de
comparación, en sentido material o figurado: tiene un corazón
como el pedernal. Rosario Guajardo le teme a esta posibilidad
tan hecha a la medida de la pintura abstracta, y se conforma
con nombrar su tensión interior, dividida, su modo de concebir
el tiempo como presencia y ausencia de color, su tiempo al
natural, convocándolo como Variaciones.
Mucho más difícil es el eco poético en una escultura
abstracta, un Muro blanco, volumen que no es ya lo nombrado:
lo fue. Cal y canto inexistente, pero ahí; piezas bellas de un
rompecabezas que no coinciden más con nada; viven como
posibilidad de alzarse, una vez más, quién sabe cuándo, en
blanco; lo único que no ha desaparecido y es nuestra
prehistoria y nuestro futuro, destechado, pulcro muro de
lamentaciones: confirmación de nuestro perpetuo encierro en
Paloma Torres, Muro blanco II , 1997, barro
Zacatecas, engobes y fierro, 300 x 120 x 300 cm
la pequeñez humana…
Es Salvador Elizondo quien escribe, pero su rostro, su
expresión, son algo que por sabido se calla. Estamos frente a un Retrato de la escritura, el amado en
amada transformado. Mientras que, en el caso de Octavio Paz, incluso hay que definir el lugar que ni
siquiera se distingue; un Palacio de Minería que bien podría ser la Acrópolis, pero es él ahí, más él que
nunca, encerrado en un ser incomprendido, fuera de su tiempo y obligado a cumplir la función del
pensador: este que soy, con todas sus letras, en este palacio occidental entre piedras anárquicas y
milenarias, estas piedras de sol. La perfección de un Vuelo aislado y en conjunto…
Y de alas sigue tratándose, por supuesto. Siguen nombrándose, para dar crédito a lo que simple y
llanamente tenemos delante, la maravilla: la Mujer ángel sin necesidad de fe en ninguna divinidad, sin
obligación de meter el dedo en la llaga de nuestra humana comprobación, pues el asidero de la razón es
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deleznable, desmoronable, ante una realidad poética y cotidiana, una Vaca con palomas, de Graciela
Iturbide.
…Recolector de lluvia, de ánimo y ánima mezclados,
tesoros hallables en la superficie, en la piel, ahí encima:
personajes de barro, que gritan su ser futuro de carne y hueso
hablando, recordándonos –cosa que no ocurriría sin el nombre–
que la recolección, entre los místicos, es atención a Dios y a las
cosas divinas, con abstracción de todo lo demás: reunir dentro y
que se transparente ese diálogo sublimis. Muy de otra manera
que Maribel Portela, Yolanda Gutiérrez hace de la ceniza un
Nido, y de la blancura ósea una Mariposa nocturna, murmurando
sin obviedad que la cifra –el todo en todo– es destino en ciernes.
… la obra de Magali Lara, en su totalidad, incluye y
necesita tanto la verbalización visual como la visualización
verbal. Consciente de que este arte muy poco tiene que ver con la Yolanda Gutiérrez, Nido, 1993, cenizas y alambre,
comunicación, que ésta aparecería apenas en calidad de residuo 12 x 15 x 13 cm
o derivado y no de propósito, voluntad explícita, chorros, manchas, huellas de sangre, que marcan nuestro
paso mujeril por este Mundo, con Todos los sentidos, entre “cada uno de los pliegues que rodean una
abertura”: lo que se sugiere es poesía que supura, nada de obviedades, todo lo que no se entiende porque
sí se entiende: la crueldad en íntimo contubernio con todos los ojos incapaces de delatarla; el amor que se
contiene y Se arde. Expresión antes que comunciación, intento por apresar dolorosamente el movimiento.
Marina Lascaris lleva a cabo un ritual que tampoco se sostendría sin la alquimia que el nombrar
propone. ¿Qué sería de estos bronces con su sola licuefacción solidificada? ¿Objetos de una belleza
suficiente que despertara nuestro fervor reverencial, nuestra necesidad de culto, nuestra sempiterna
búsqueda de un Dios que responda, se manifieste, se revele? El verdadero Grial, lo que hace al artista, en
este caso, completar la obra escultórica y volverla espiritual, desencadenar una alabanza cuyo eco perdure:
pureza de pensamiento, obra y palabra en quien abre y cierra sus heridas con un cuchillo ceremonial
estático, fijo; con un Grial que muestra huellas del velo que lo cubrió; con un dualismo confeso, un llamarle
alma al alma porque es lo único de que se es capaz: sólo así se avanza un paso más allá, al crear un Lazo
cósmico con la vida primordial…
Maruch Sántiz Gómez busca el sentido del reverbero único en su lengua madre, que no deje lugar
a duda del origen, que quienes agregan tildes, diéresis y acentos somos los extranjeros que no obstante,
comprendemos lamentablemente de qué habla: imágenes cuya crudeza se deja traducir en una sintaxis
trunca y coja, como la desigualdad, como el hambre, como la injusticia brotando del mismo y único cuerno
de la abundancia, explicando, como Dios le da a entender, que el pan nuestro de cada día son Pedazos de
tortilla quemada y lo mordido por el ratón.
Quien vocaliza canta, saca del cofre del tesoro de las palabras enterradas una garganta primordial
que no se ve: se intuye entre los sueños de un autorretrato en franco descenso al otro mundo, ése. Este
segundo ser ya viene soñado y en su condición ordinaria, la de Cualquiera, sigue burbujeando el claroscuro
de un destino único y a la vez común. El siguiente paso, de la vigilia vivida más allá de la mujer de carne y
hueso, se tilda de Mimético, de quien imita a los objetos que lo rodean, llámense su propia persona
multiplicada ad nauseam, ad libitum. Vinieron a mi mente dos espejos de este último autorretrato: el de la
tilma de Juan Diego y el de la Verónica, imágenes de orden divino estampadas en una tela humana. Mónica
Castillo quiere ver una voz cantante en la pauta de su lienzo, y por temor –disfrazado de humor– prefiere la
carcajada de una voz cascada. Que sobrecoge. Que pone los pelos de punta a todo aquel que busque
descripciones llenas de sentido al verse reflejado, juegos de palabras que repitan los mismos juegos de
palabras.
Quien calla nos inunda de omisiones. Paula Santiago guarda un silencio casi sepulcral al tejer un
Quexquémetl con cabello y sangre. Y llena de significado lo que se calla al colorearlo de lengua náhuatl.
Nada se guarda, al contrario, Silvia Gruner, al hablarle por su nombre a una Expulsión del paraíso, una
vida sin poderes de seducción, sin el predominio simbólico de la cabellera puesta a buen recaudo, cual
reliquia entre las paredes cristalinas de un biombo estilizado. ¿De qué lado estaba el edén? Huele a
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quemado este mundo, en el que según Issa, caminamos sobre el techo del infierno, contemplando las
flores. Huele a cabello quemado. De mujer.
Todo quiere enmudecer, todo lo dicho y lo decible y por decir en la obra florida de Betsabé
Romero. Recurriendo a lo que en un principio parecía parloteo, vana repetición en la poesía de Gertrude
Stein, quiere recoger los pétalos caídos o arrancados de la flor simbólica por antonomasia, y poner a
prueba su ser verborreico: A rose is a rose is a rose is a rose... Este enunciado repetido hasta la saciedad
por la responsable de The Making of Americans, y que ella logra abstraer de la realidad de un modo de ser
de disco rallado, nos arroja a la conciencia de que ya ni esta expresión del disco existe más; que nuestro
mundo y el de los norteamericanos se ha reducido a ideas bombardeadas una y otra vez, física y
virtualmente […]la obra de Betsabé es la muerte de la rosa y la muerte de la frase. No el evento, sino su
parálisis. Lo que más se acerca a la sensación de vacío. Esos muros sólo me transmiten la intención
desesperada de lograr un efecto: el de algo que, una vez, once upon a time, fue significado. El horror de
intercambiar miradas que saludan con un ser a quien le cortaron la lengua.
Sin título
…Teresa Margolles ha mostrado su capacidad previa para callar al quitar el título a obras por demás
conmovedoras –sobrecogedoras–, tomándose la suprema libertad de trabajar con materia orgánica y yeso.
Según parece ha querido forjar la máscara de la carnalidad humana en calidad de legado para un mundo
sin valores, ofreciéndonos un túmulo suntuoso para las exequias solemnes. Omitir no la habría dejado en
paz en el caso de su Feto: esa palabra, a punto del silencio propio del anonimato, ese otro modo de decir
Con título sobre una lápida: aquí se guarda para su estudio, no en cloroformo sino en silicón, este
“producto” que pudo ser de carne y hueso, pero ahora se muestra en la plenitud de su vacío gracias a un
material tan apreciado en la cirugía “estética”. Descansen, sí, en paz quienes poseyeron humus en el érase
que se era de fetos sin nombre, hombres, mujeres o quimeras.
Mujeres parecen, en su totalidad, las protagonistas,
antagonistas, agonistas de la obra de Miriam Medrez, cuyo
título, de haberlo tenido, habría sido mera redundancia,
anacoluto, insulsa repetición de algo que es movimiento per
se, vitalidad esperanzadora que no acaba, personajes que
siguen agitándose en los sueños, dando vueltas al globo
terráqueo o a las burbujas de un mundo ilusorio, conducidos
por el hilo invisible de la mano anónima, la Naturaleza
creadora de Yvonne Domenge. Lo vivo resulta, pues, tan
mágico y prodigioso como lo muerto. Tanta empatía en la
Yvonne Domenge, Naturaleza creadora, 2000, voz acallada de Margolles, como en la voz callante de
madera, 80 cm diámetro Medrez...
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ARTISTAS
PINTURA
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pintar básicamente retratos de amigos, niños y mujeres indígenas; la mayor parte en gouache y, algunas
veces, óleos.
El matrimonio Kahlo-Rivera fue miembro del Partido Comunista Mexicano; desde 1937 a 1939, el líder
comunista ruso León Trotsky vivió en su casa. Casi siempre ocupaban las planas de los periódicos y no
había evento público en el que no estuvieran presentes. Fue maestra de pintura en la Escuela de Artes
Plásticas y miembro del seminario de Cultura Mexicana. En 1938, montó su primera exposición individual
en la Julian Levy Gallery de Nueva York y en 1939, gracias a la promoción que hizo André Bretón de la obra
de Kahlo, expuso en Paris. Participó en diversas muestras colectivas, entre ellas, la más importante: la
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Exposición Internacional del Surrealismo, organizada en 1940
en la Galería de Arte Moderno de la Ciudad de México. A partir
del año 43, comenzó a impartir clases en La Esmeralda, en la
ciudad de México.
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OLGA COSTA (Alemania, 1913- México, 1993)
Hija de Ana y Jacob Kostakowsky. Aunque nació en Alemania,
transcurrió su niñez en Berlín. Llegó a la ciudad de México a la edad
de doce años en 1925, desembarcando en Veracruz. Después de un
mes, se estableció con su familia en la ciudad de México. Estudió en
la Escuela Nacional de Artes Plásticas junto con Carlos Mérida,
después de conocer a Diego Rivera, Frida Kahlo y Rufino Tamayo. En
1935, se casó con el pintor José Chávez Morado y juntos lucharon por
la igualdad social. Vivieron en el estado de Guanajuato por varios
años y donaron una vasta colección de arte prehispánico, colonial y
popular a México. Durante este periodo, ella regresó a sus
actividades pictóricas, produciendo pequeños trabajos en gouache y
óleos. A su regreso a la ciudad de México, tomó parte en la
fundación de la Galería Espiral. En 1945, presentó su primera Olga Costa, Niña con sandalias, 1950, óleo
exposición individual en la Galería de Arte Mexicano y, en 1946, viajó sobre tela, 85 x 70 cm
a Japón, donde quedó impresionada con el arte oriental, cuya
técnica y estilo incorporó a su pintura.
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intelectuales antifascistas. En España, sufrió un colapso nervioso, por lo que permaneció en un hospital
psiquiátrico de Santander. En 1941, escapó del hospital y arribó a la ciudad de Lisboa, donde encuentró
refugio en la embajada de México. Allí conoció al escritor Renato Leduc, quien la ayudó a emigrar. Ese
mismo año, se casaron y Leonora viajó a Nueva York. En 1942, emigró a México y, un año después, se
divorció. En México, la pintora reestableció sus lazos con varios de sus colegas y amigos surrealistas en el
exilio, quienes también se encuentran en ese país, tales como André Breton, Benjamín Peret, Alice Rahon,
Wolfgang Paalen y la pintora Remedios Varo.
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de Pintura. Este suceso dio lugar al nacimiento del grupo conocido como Generación de Ruptura, donde se
le reconoce como iniciadora del informalismo abstracto.
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DULCE MARÍA NUÑEZ (Ciudad de México, 1950)
Estudió Artes Plásticas en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura
y Grabado “La Esmeralda”, entre 1975 y 1978. En 1981, su gusto por
el grabado le llevó a inscribirse en el taller de serigrafía del pintor
Jan Hendrix. Sus trabajos han participado en diferentes concursos
de pintura y grabado. Su obra ha participado en infinidad de
exposiciones colectivas: en el Distrito Federal, Oaxaca y Monterrey,
en México; en La Habana, Cuba; en Nueva York y Washington en los
Estados Unidos, y en Grenchen, Suiza, París, Amsterdam, y Madrid,
en Europa. La inquietud expresiva de ésta artista mexicana la ha
invitado, como a otros creadores contemporáneos, a conocer otras
tecnologías con el fin de aportar complemento a sus trabajos. En la
actualidad sigue pintando y, a la vez, realiza investigaciones en el Dulce María Núñez, San Martín Caballero,
terreno de la escultura; otra de sus búsquedas es el arte objeto. 1990, óleo sobre fibracel, 67 x 60.5 cm
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Tuvo su primera exposición individual en Querétaro en 1980. Ha participado en importantes exposiciones
de arte mexicano en Estados Unidos, Francia, España, Australia y México. Su obra toma inspiración en el
papel hecho a mano de pulpa tradicional: el papel amate; sin embargo, la artista hace uso de papel de
China y técnica de grisalla. Se apega a imágenes del mundo natural: piedras, ramas, y hojas, mientras que
en sus collages incorpora los tradicionales colores brillantes del arte folklórico mexicano.
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Georgina Quintana, Génesis, 1994, óleo sobre madera,
122 x 160 cm
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trabajaba con empeño en recuperar la pintura de
figuración expresionista mexicana. En 1986, Castillo se
incorporó a la "Quiñonera", una antigua casona de la
Candelaria en Coyoacán, propiedad de los pintores Néstor
y Héctor Quiñones, donde varios artistas trabajan. Su
primera muestra individual fue en 1991, en la Galería OMR
de la ciudad de México. De 1994 a 1999, fue docente en el
Centro Nacional de las Artes y en la Escuela Nacional de
Pintura "La Esmeralda".
Mónica Castillo, El descanso II, 1994, óleo sobre tela,
60 x 80 cm
BRIDGET BATE TICHENOR (Francia, 1919 – México,
1990)
Se casó, por primera vez con Hug Joseph Chisholm. En su segundo matrimonio, se casó con Jonathan
Tichenor, en Nueva York. Vivió por una temporada en esa ciudad, para después mudarse a la Ciudad de
México. Su trabajo se caracteriza por cierto realismo mágico.
ESCULTURA
ÁNGELA GURRÍA (Ciudad de México, 1929)
Antes de convertirse en escultora, había estudiado letras españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de
la UNAM. Posteriormente, en plan autodidacta, se dedicó a la escultura. Para perfeccionar su trabajo,
estudió con el maestro Germán Cueto. Posteriormente, encontró trabajo en la fundición de Abraham
González y en los talleres de Mario Zamora. Por lo regular, sus obras son de talla monumental, lo cual
constituye su sello distintivo, ya que algunas de sus obras alcanzan alturas que van de los 30 hasta los 100
metros (las pequeñas son de 13 a 15), como las impresionantes torres escultóricas del Monumento a los
Trabajadores del Drenaje Profundo, en Tenayuca, Estado de México, que alcanzan una elevación de 14 y 30
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metros sobre el nivel de la plataforma. De sus creaciones más importantes, destaca su contribución a la
Olimpiada Cultural de 1968, inicio de la Ruta de la Amistad, su Homenaje a la Ceiba, 1977; Espiral Serfin,
1980 y El corazón mágico de Cutzamala, 1987. Ángela Gurría recibió el Premio del Instituto de Arte de
México, reconocimiento al cual le siguieron el Primer Premio de la III Bienal de Escultura (1967), y la
Medalla de Oro de la Academia delle Arte del Lavoro de Italia, que le fue concedida en 1980.
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Paloma Torres (Ciudad de México, 1960)
Titulada en Artes Visuales en la UNAM, viajó a Paris para tomar un curso de color rotogravure en el Atelier
17, como también talleres de resina. Torres fue miembro del taller de grabado dirigido por Carlos García.
Fue artista residente de “Artistas en la costa” en Careyes, Jalisco, Mexico; Cité Internationale des Arts en
Paris, Francia, y con René Derouin y Val David en Québec, Canada. En 1986, obtuvo su título en grabado a
color en Bellas Artes en la Ciudad de México y, desde el 2000, ha sido miembro de la Asociación Nacional
del Sistema de Creadores. En estos últimos años, Paloma Torres ha sido maestra de Historia de Arte y de
Diseño Gráfico en la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México.
Al lado del fotógrafo Paolo Gori, investigó durante varios años monumentos mexicanos, obra que se
publicó e como Mexican Monuments: Strange Encounters y como Monumentos Mexicanos de las estatuas
de Sal y Piedra. De 1982 a 1984, fue directora del Museo de Arte Moderno de la ciudad de México. En
1995, contrajo matrimonio con el abogado alemán Hans Jürgen Rabe. Actualmente, reparte su trabajo y su
vida cotidiana entre México y Alemania.
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Helen Escobedo, 1, 2, 3…, 1967, madera y laca, diferentes medidas (Bases de 35 cm de ancho c/u)
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colectivas, individuales y bienales en México, Colombia, Brasil, Cuba, Europa y los Estados Unidos
incluyendo museos de alto renombre. Desde 1992, Anderson ha trabajado con comunidades nativas del
Amazonas de Venezuela, entrenándolos a saber elaborar papel hecho a mano, incorporándolo también en
su trabajo, como también cera, calabazas y dientes humanos.
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YOLANDA GUTIÉRREZ (Ciudad de México, 1970)
Vive y trabaja en Oaxaca. Egresada de la Licenciatura en Artes Visuales, Escuela Nacional de Artes
Plásticas, UNAM. Una de las principales motivaciones para realizar su trabajo, se ha centrado en cuestiones
relacionadas con la idea de la vida: la relación que existe entre los seres vivos y la manera en que
asumimos nuestra propia experiencia.
FOTOGRAFÍA
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tarde, ella sería testigo del asesinato de Mella. En 1930, fue acusada de conspirar para asesinar a Pascual
Ortiz Rubio, presidente de México en ese entonces, por lo que fue expulsada del país. Llegó a Alemania a
mediados de 1930, viajó a la Unión Soviética donde se reencontró con Vittorio Vidali, a quien había
conocido en México. Participó en el Socorro Rojo Internacional. En 1934, partió hacia España. Después de la
Guerra Civil de 1936, se alistó en el quinto regimiento y trabaja en las Brigadas Internacionales, con el
nombre de María hasta el fin de la guerra. En 1939, regresó como asilada a México, donde continúa su
actividad política, a través de la Alianza Antifascista Giuseppe Garibaldi. En 1940, el presidente Lázaro
Cárdenas anuló su expulsión.
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generación. Se dedicó a modelar en comerciales y al área de
producción. Trabajó en cintas como Fando y Lis, de Jodorowsky
y Mariana, de Juan Guerrero; fue gerente de producción de
Publicidad Ferrer y durante las Olimpiadas en México coordinó
los aspectos visuales. Su experiencia en el cine le indicaba lo
difícil del medio, así que comenzó a tomar sus primeras fotos
de desnudos y reportajes de teatro.
Paulina Lavista, Borges en Teotihuacán, 1973, plata
gelatina, 16 x 20 pulgadas
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MILAGROS DE LA TORRE
Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima, Perú y Fotografía en Londres. En 1993,
realizó su primera exposición individual en el Palais de Tokyo, en París. Desde entonces, ha expuesto
individualmente en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Ha participado en muestras colectivas
también en numerosas ciudades. En 1998, gano el Premio Internacional Romeo Martínez, San Marino y el
Premio Jóvenes Creadores de Iberoamérica, Madrid. Ha participado en varios proyectos como su primer
libro.
VIDEO
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A mediados de la década de los sesenta, Pola Weiss viajó a Europa con una beca universitaria para realizar
investigaciones sobre televisión artística, experimental y educativa en la BBC de Londres, la VPRO de
Holanda, la OFRATEME de París y la RAI de Italia. Para 1984, comenzó a ser invitada a exponer su trabajo,
sobre todo en el extranjero; viajando a Holanda, Italia, Francia, Polonia, Canadá y a los Estados Unidos;
poco después a Sudamérica también. Creó el término “arTV”, refiriéndose a que la televisión es un medio
posible para el arte. Una de sus mayores aportaciones fue el concepto de “video-danza”: danza ejecutada
frente a la cámara, usando el ritmo como una poética de indagación de lo que puede expresar el cuerpo
femenino. Uno de los objetivos principales de sus obras era la exploración de la identidad, ya sea en
cuanto a orígenes, el cuerpo o sentimientos propios de la artista.
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GLOSARIO
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LINKS
Remedios Varo
www.cnca.gob.mx/varo/index.html
Laura Hernández
www.laurahernandez.com
Elena Climent
www.elenacliment.com
Helen Escobedo
www.helen-escobedo.com
Mónica Mayer
www.pintomiraya.com.mx
Marta Palau
www.martapalau.com
Silvia Gruner
www.artealameda.inba.gon.mx/gruner
Yolanda Gutiérrez
www.yolandagutierrez.com
Graciela Iturbide
www.library.txstate.edu/swwc/wg/exhibits/Iturbide/index.html
Maya Goded
www.babab.com/no07/maya_goded.htm
www.zonezero.com/exposiciones/fotografos/maya/1e.html
Lourdes Grobet
www.lourdesgrobet.com.mx
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