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La Contestacion de La Demanda Procesal Civil

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LECCIÓN 18

LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA
Y
LA OPOSICIÓN DE EXCEPCIONES

Sumario:

1. El derecho de defensa en juicio


2. Oposición del demandado civil
2.1. Contradicción
2.2. Excepción
2.2.1. Excepciones en el proceso civil
2.2.1.1. Que atacan a la acción
2.2.1.2. Que atacan a la pretensión
2.2.1.3. Que postergan la emisión de la sentencia
2.2.1.4. Que atacan a la ejecución de un derecho
2.2.2. Excepciones en el proceso penal
3. Reconvención
4. Presupuestos procesales de la contestación de la demanda
4.1. Supuesto precedente de la presentación de la contestación de la demanda
4.2. Supuesto consecuente de la contestación de la demanda
4.3. Requisitos para la presentación de la contestación de la demanda
4.3.1. Requisitos intrínsecos de carácter general
4.3.2. Requisitos extrínsecos de la contestación de la demanda

1. EL DERECHO DE DEFENSA EN JUICIO

El tema ya ha sido presentado en la Lección 4, al explicar el tema relativo a la acción procesal del
pretendiente y a la reacción procesal del resistente.
Respecto de pretensión de contenido no penal, expuse allí las posibles actitudes de abstención y de
sumisión. A lo entonces dicho me remito ahora.
También afirmé que el demandado civil puede tomar una actitud de oposición (contradiciendo la
pretensión del pretendiente o excepcionando,) y, además, reconvenir. Todo, al tiempo de
contestarla demanda,
En esta Lección toca referirse a tales actitudes.
A modo de introducción a ello, reitero idea ya expuesta en la Lección 8: siendo el proceso un
método de debate dialéctico, es obvio que constituye un medio para que se desarrolle un diálogo

1
entre las partes actora y demandada, durante cuyo desarrollo uno afirma (tesis) y el otro niega
(antítesis) para que el tercero que lo dirige pueda hacer oportunamente la síntesis final (sentencia).
Como hace a la idea lógica de proceso el que las partes se hallen en pie de perfecta igualdad –pues a
sus efectos no basta la afirmación del pretendiente ni puede influir para nada su posición social,
política, cultural, etc.– es menester que todo lo que una parte afirme o confirme respecto de la otra
sea conocido por ésta a fin de poder controvertir la afirmación o confirmación (por eso es diálogo y
no monólogo).
Y el diálogo se concreta al contestar la demanda el demandado civil, oponiéndose al progreso de la
pretensión demandada.

2. LA OPOSICIÓN DEL DEMANDADO CIVIL


La oposición –que sólo debe operar en la fase de negación del proceso– puede presentarse de dos
maneras: mediante
1) una simple negativa acerca de la existencia del hecho constitutivo de la obligación cuya
prestación pretende el actor, o
2) la afirmación de un hecho extintivo, impeditivo o invalidativo (ver sus conceptos en la Lección
19) del hecho constitutivo, invalidativo o convalidativo (ídem) invocado por el actor.
Un ejemplo ayudará a comprender la distinción: si Juan demanda a Pedro pretendiendo cobrar una
suma de dinero que dice que le prestó y no le devolvió, Pedro puede contradecir la pretensión
diciendo simplemente a Juan que no le debe o, también, que ya le pagó.
En el lenguaje corriente ambas respuestas parecen tener idéntico significado: Pedro no se considera
deudor de Juan.
Sin embargo, en el tecnicismo procesal existe enorme diferencia entre ellas: decir que no se debe
implica negar la existencia misma del hecho constitutivo de la obligación (a consecuencia de lo cual
y conforme con las reglas que gobiernan el diálogo procesal, Juan tendrá que confirmar su
afirmación inicial, negada por Pedro; y si no logra efectuarla, perderá el litigio. Como se ve, nada
tiene que hacer Pedro luego de emitir su simple negativa); por lo contrario, decir que ya se pagó
significa cosa diferente: que en algún momento se debió pero que se canceló la obligación por
medio del pago (a consecuencia de lo cual, y conforme con las mismas reglas ya citadas, nada
tendrá que confirmar Juan toda vez que el hecho constitutivo de la obligación demandada fue
aceptado implícitamente por Pedro; en cambio, éste tendrá que acreditar el hecho del pago y, si no
lo hace, perderá el pleito).
Esta diferencia en la actividad que puede cumplir el demandado al contradecir la pretensión del
actor, permite dividir el tema para estudiarlo desde una doble óptica: contradicción y excepción.
Ambas actitudes –al igual que la que se analizará en el # 2.4.– deben ser adoptadas en la
contestación de la demanda que, como acto inicial de la fase procesal de negación, tiene
presupuestos propios que explicaré infra en el # 4 de esta Lección.

2.1. LA CONTRADICCIÓN DEL DEMANDADO


Esta actitud de oposición tiene lugar cuando el demandado, resistiendo el cumplimiento de la
prestación pretendida por el actor, se limita a negar la existencia de su fundamento fáctico o de su
encuadre jurídico (en el responde así concebido, el demandado dice simplemente: no o no le debo
Debe presentarse necesariamente en lo que he llamado fase procesal de negación que se abre, por
un plazo siempre determinado en la ley, luego de que el juez coloca al demandado en la carga de
contestar (confiriéndole traslado de la demanda).

2
Los requisitos exigidos por las leyes procesales para efectuar la contestación serán explicados en el #
4 de esta Lección.

2.2. LA EXCEPCIÓN DEL DEMANDADO


Dado que por razones obvias tienen diferentes contenidos pretensionales, presentaré separadamente
la nómina de excepciones propias del demandado civil y las que sólo pueden ser opuestas por el reo
penal (quien también puede utilizar muchas de las enunciadas para el campo no penal).

2.2.1. LAS EXCEPCIONES EN EL PROCESO CIVIL


La excepción, como actitud de oposición, tiene lugar cuando el demandado, resistiendo igual que
antes el cumplimiento de la prestación pretendida por el actor, afirma en su contestación la
existencia de un hecho de carácter extintivo o invalidativo o convalidativo respecto del hecho
constitutivo afirmado por el actor en su demanda (en el responde así concebido, el demandado
–ahora excepcionante– dice: no le debo porque... o le debía, pero...) o impeditivo de la
formación o continuación de la serie procesal.
Esta conceptuación halla su base, como el resto de la explicación dada en esta obra, en la actividad
que realmente cumple el demandado en el proceso.
Doctrinalmente, se ha dado al vocablo excepción un significado aun mayor, al designar con él al
derecho de contradecir del demandado, hablándose así de acción y excepción como formas
específicas del derecho de petición a la autoridad que está consagrado en todas las constituciones
modernas.
En otras palabras, se le da al término excepción el significado de derecho de réplica al contenido de
la acción.
Desde la óptica jurídica –y no desde la de la actividad cumplida– la doctrina autoral clasifica a las
excepciones desde diversos ángulos diferentes:
1) según su origen, en
 materiales (tienen su origen en la legislación de fondo) y
 procesales (lo hallan en la propia legislación procesal);
2) según sus efectos, en
 perentorias (o perpetuas): constituyen defensas contra el derecho alegado por el actor;
 dilatorias (o temporales): son defensas que versan sobre el proceso y no sobre el derecho que
fundamenta la pretensión; y
 mixtas: son aquellas que operan procedimentalmente en modo similar a las dilatorias pero que
provocan, en caso de ser acogidas, los efectos propios de las perentorias.
A su turno, las dilatorias (y, a veces, las mixtas) se relacionan con lo que la doctrina denomina
impedimentos procesales o cuestiones de procedibilidad, a su vez íntimamente emparentadas con
los presupuestos procesales.
Otra vez se ve aquí la existencia de una anarquía terminológica que necesariamente conduce a un
caos interpretativo, cosa que el lector puede comprobar con facilidad leyendo sólo algunas pocas
obras de diferentes autores.
Personalmente –y no desde la óptica que parte del texto legal o de los efectos que producen las
defensas esgrimidas, sino desde la actividad que real y efectivamente cumple el demandado en el
proceso– creo que a los fines sistémicos y docentes propios de esta exposición corresponde distinguir
entre los posibles objetos de las respectivas excepciones (consagradas o no en las leyes procesales).

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Y así, partiendo siempre de la alegación por el demandado de un hecho impeditivo, extintivo o
invalidativo del hecho constitutivo afirmado por el actor en su demanda, clasificaré las distintas
excepciones según que ataquen a:
1) la acción, con el objeto de lograr su extinción o su paralización temporal;
2) la pretensión, con el objeto de que ella sea desestimada en la sentencia;
3) la oportunidad en la cual el juez debe sentenciar con el objeto de evitar la creación de caos
jurídico.
No todas las que enumeraré en el punto siguiente se encuentran reguladas como tales en el CPC SFE
en razón de que el cuerpo legal ha quedado atrasado a partir de los notables avances sistémicos que
ha efectuado la doctrina autoral en los útimos años,
Pero ello no quiere decir que los temas resulten ignorados en la práctica. Por lo contrario, se
presentan con inusitada frecuencia, sólo que se los trata como incidentes y no como excepciones. A
la postre, ha cambiado en poco algún trámite. Pero en el fondo es exactamente lo mismo, por
cuanto nada empece a que los jueces las consideren y le den el trato de verdaderas excepciones

2.2.1.1. LAS EXCEPCIONES QUE ATACAN A LA ACCIÓN PROCESAL


Habitualmente relacionadas con los impedimentos procesales o cuestiones de procedibilidad, son las
que deben ser propuestas al comienzo mismo del proceso para impedir el desarrollo de la serie
procedimental (de ahí la denominación de dilatorias, pues su oposición tiene el efecto de dilatar o
postergar la continuación del proceso).
Cuando el demandado asume esta actitud, lo hace porque entiende que el proceso ya incoado en
virtud de la admisión por el juez de la demanda del actor, carece de validez –por ejemplo, por estar
prohibida la posibilidad de accionar– o porque reputa que no será útil para componer el litigio, en
razón de no presentarse en el caso la suma total de los presupuestos de la acción y de la demanda,
que ya he enunciado en las Lecciones 4 y 17 (basta que falte uno solo, por ejemplo la competencia
del juez o la personería invocada por el procurador, para que el proceso no resulte útil, en
principio, como medio de debate).
Como se verá luego, la existencia y la vigencia de cada uno de tales presupuestos puede ser
defendida por el demandado mediante la interposición de una correlativa excepción.
Actualmente, y con la denominación de presupuestos procesales o de cuestiones de procedibilidad,
se estudian las condiciones que deben presentarse inicialmente para el desarrollo integral de la serie
procesal, pues los jueces no deben limitarse a sentenciar una pretensión jurídica presentada a su
conocimiento sino que, en forma previa, deben asegurarse de que concurran en el respectivo
proceso todas las condiciones de su existencia y de su utilidad para heterocomponer el litigio.
De ahí que corresponda tratar ahora el tema desde la óptica del objeto del ataque por el
excepcionante a la acción procesal (todavía no menciono para nada a la pretensión): aquél puede
intentar extinguirla (significa que no se le dé o se le deje de dar curso en forma definitiva) o
paralizarla (que no se le dé curso en forma temporaria, hasta que se solucione el impedimento
respectivo).

Venos todo seguidamente.

1) Excepciones que tienen por objeto lograr la extinción de la acción procesal


Son aquellas que el excepcionante alega a base de afirmar la existencia de hechos impeditivos de la
formación misma del proceso y que tienen por objeto lograr la inmediata cesación del desarrollo de
la serie iniciada con la admisión de la demanda (caso de acogerla, el juez debe ordenar el archivo de
las actuaciones ya cumplidas ante él).

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Como las excepciones que corresponde enunciar en este tópico puntual –aquí lo reitero– son la
expresión negativa de los presupuestos de la acción procesal que enuncié en la Lección 4, deben
coincidir con ellos en su número y denominación, salvo en lo tocante a la adecuada investidura de
la autoridad, cuyo respectivo presupuesto se presentó sólo con simple interés académico.
Por tanto, las excepciones son:
1.1) Excepción de carencia de acción (se vincula con el presupuesto existencia de posibilidad de
accionar) (no está legislada como tal en CPC)
El excepcionante afirma al interponerla que la acción ejercitada mediante la demanda no es
admisible por cuanto la pretensión que contiene no puede ser procesada (discutida ante un juez o
árbitro) ni sometida a la decisión de un tercero.
Ello ocurre en cuatro supuestos:
a) cuando la propia ley prohíbe el procesamiento de una pretensión determinada (en Argentina,
por ejemplo, rige la prohibición absoluta de indagar la maternidad de una mujer casada. El caso ya
ha sido explicado en la Lección 4
b) cuando resulta manifiesta la carencia total de contenido jurídico de la pretensión deducida, que
aparece basada exclusivamente en un interés moral, religioso o social no protegido por el Derecho;
c) cuando surge evidente de la pretensión demandada que ella no se vincula con un supuesto
efectivo de colisión de intereses, razón por la cual no existe litigio (ni conflicto) susceptible de
heterocomposición. El supuesto constituye lo que habitualmente se denomina caso abstracto;
d) cuando la pretensión ostenta una exclusiva naturaleza política que, como tal, no es justiciable. El
caso refiere a ciertos actos de gobierno que sólo están sujetos a responsabilidad política y que, por
tanto, escapan a todo control judicial (por ejemplo, declaración de guerra o de estado de sitio,
fijación del valor de la moneda, etc.).
Aunque no la denominen como tal, escasos son los códigos que consagran en forma expresa la
vigencia de esta excepción
Sin embargo, ella debe ser aceptada aun a falta de toda mención legislativa ya que la importancia
del presupuesto cuya vigencia defiende así lo exige para no quedar desprotegido y poder lograr la
existencia válida de un proceso.
Por obvias razones lógicas, debe ser propuesta y decidida antes que toda otra cuestión que plantee
el demandado y, de no ser así, debe ser suplida oficiosamente por el juez actuante en cualquier
estado y grado del proceso.
Resta agregar que esta excepción así tipificada nada tiene que ver con la que desde antaño se
denomina excepción de falta de acción (sine actione agit) que explicaré al estudiar a las que atacan a
la pretensión.
No se me escapa que el criterio clasificatorio que estoy desarrollando puede ser criticado so pretexto
de que propongo la conceptuación de la excepción de carencia de acción con fundamento en la
improponibilidad de la pretensión.
Pero advierto –como ya lo he hecho antes– que acción, pretensión y demanda son términos que se
correlacionan íntimamente y que se apoyan en forma recíproca en el plano jurídico, de modo tal
que no puede concebirse una acción procesal que no esté exteriorizada en su ejercicio por una
demanda y que no contenga una pretensión concreta de contenido jurídico que sea susceptible de
presentar al conocimiento y decisión de un tercero imparcial.
En razón de que con esta excepción se intenta lograr la inmediata cesación del desarrollo de la serie
procedimental y que, por tanto, no podrá ser considerada en la sentencia (como cabe hacer con
todas las excepciones que atacan a la pretensión), la he insertado en este tópico aunque la
prohibición legal verse acerca del contenido pretensional.

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En otras palabras y más sencillamente: el caso propuesto supone que el demandado no acepta la
actividad de procesar la pretensión (lo cual es mucho más grave que intentar el rechazo de la
pretensión en la sentencia, luego de ser procesada).
1.2) Excepción de caducidad de la acción
El excepcionante afirma al interponerla que la acción intentada mediante la demanda se halla
caduca por haber sido propuesta luego de finalizado el plazo establecido por la ley para su
deducción válida.
El tema ya ha sido largamente desarrollado en la Lección 4 al explicar el respectivo presupuesto.
Al igual que la excepción anteriormente tratada, ésta carece de expresa consagración legislativa en la
absoluta mayoría de los códigos procesales.
Sin embargo, debe ser aceptada judicialmente porque con su deducción se tiende a evitar en modo
definitivo el desarrollo íntegro de la serie procedimental.
En idéntica forma a lo expresado antes, debe ser opuesta en forma previa a la de toda otra cuestión
y ser resuelta inicialmente. De no ser así, habrá de ser suplida de oficio por el juez actuante en
cualquier estado y grado del proceso.

1.3) Excepción de incapacidad jurídica del actor para ser parte procesal

El excepcionante afirma al interponerla que el actor carece de esta capacidad por haberse extinguido
su personalidad en el caso de personas jurídicas o por haber fallecido durante el curso de la serie, en
el caso de ser persona física (en términos más sencillos: quien demanda no es persona o ha dejado
de serlo).
Cabe tener en cuenta que no encuadran en el supuesto en tratamiento las simples asociaciones
civiles o religiosas y ciertos patrimonios autónomos que, sin ser sujetos de derecho en el campo de
la normativa de fondo, deben ser considerados como entes unitarios a efectos de poder participar
en un proceso.
Al igual que las anteriores y aun a falta de norma expresa, debe ser propuesta y resuelta inicialmente
o en el momento en el cual aparezca la incapacidad y, en su defecto, ser suplida por el juez.
Cuando el caso se presenta por fallecimiento del actor durante el curso de la serie, las leyes
procesales prevén una solución adecuada: la citación de los herederos del causante –continuadores
de su personalidad– para que tomen participación en el proceso pendiente
Obviamente, en el supuesto de no haber heredero alguno la excepción es estimable por el juez.
Como puede verse en lo expuesto anteriormente, hay un rasgo común que caracteriza a todas estas
excepciones: siempre se cuestiona la validez misma del proceso al cual el demandado reputa
indebidamente incoado, siempre tienden a lograr el inmediato archivo de las actuaciones cumplidas
y nunca son convalidables los hechos que las fundamentan.
No ocurre otro tanto con las excepciones que se describirán seguidamente, mediante las cuales se
procura extender en el tiempo la formación del proceso por considerar que el ya incoado, aunque
válido, no será útil para lograr la heterocomposición del litigio.
Además, siempre son convalidables los hechos que las fundamentan.

2) Excepciones que tienen por objeto lograr la paralización del proceso


Son aquellas que el excepcionante deduce a base de afirmar la existencia de hechos impeditivos de
la continuación del proceso y que tienen por objeto la inmediata paralización del desarrollo íntegro
de la serie procedimental incoada con la admisión de la demanda.
Según los contingentes regímenes legales, algunas de tales excepciones son solucionables por el actor
en el mismo procedimiento ya incoado, que puede volver a tomar su curso; otras, en cambio,
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exigen el archivo de lo actuado y la promoción de nueva demanda que se adecue a los presupuestos
que regulan su utilidad.
Como se ve, en los dos supuestos el objeto final es idéntico: lograr la extensión en el tiempo de la
formación del proceso que resultará eficaz para heterocomponer el litigio.
Las excepciones que corresponde enunciar en este tópico son la expresión negativa de los
presupuestos de la demanda judicial que enuncié en la Lección anterior, por lo cual deben coincidir
con ellos en su número y denominación.

2.1) Excepción de incompetencia


El excepcionante afirma al interponerla que el actor ha incoado su demanda ante una autoridad
(juez o árbitro) que carece de competencia (legal o convencional) para admitirla (darle curso).
Todo lo relativo a la competencia ha sido desarrollado en la Lección 7, a cuya lectura remito.
Las leyes procesales en general norman acerca de esta excepción, y le otorgan el carácter de
dilatoria, por lo cual exigen su oposición en forma de artículo de previo y especial pronunciamiento
En rigor, y cuando se articulan varias, debe ser la primera en quedar resuelta ya que si la autoridad
se declara incompetente no debe entrar a conocer y decidir las otras excepciones opuestas.
Muchos son los códigos que califican como de orden público a la competencia judicial.
Cuando esto sucede permiten la deducción de esta excepción en cualquier estado y grado de la
causa, con obvio detrimento de la celeridad y economía del proceso, de la seguridad jurídica y de la
seriedad que deben tener los actos procesales.
Otros, en cambio, establecen un momento límite para su oposición (generalmente el de la
contestación de la demanda), pasado el cual ninguna de las partes puede cuestionar la competencia
ni el propio juez (o árbitro) puede declarar su incompetencia de oficio
El sistema parte de una óptica diferente: no considerar que la competencia se vincule con el orden
público. Como es obvio, ello no puede ocurrir en materia penal.
Rigen a este respecto las reglas enunciadas al tratar las cuestiones de competencia en la Lección 7

2.2) Excepción de falta de capacidad procesal del actor (o de falta de personalidad o de falta de
legitimatio ad processum)
El excepcionante afirma al interponerla que el actor carece de capacidad jurídica para obligarse por
sí mismo con motivo del proceso, razón por la cual no podrá serle oponible la sentencia que
eventualmente se dicte acerca del litigio.
El caso difiere en modo radical del enunciado anteriormente con la denominación de excepción de
incapacidad jurídica del actor para ser parte procesal: allá se afirma que quien demanda no es
persona o ha dejado de serlo; acá que es persona pero civilmente incapaz de hecho y que, como
tal, carece de toda aptitud para contraer obligación alguna por sí misma.
En el campo de la actividad cumplida en el proceso, parece claro que en este caso hay un actor que
insta, razón por la cual no puede hablarse de carencia o de imposibilidad de instar.
Y parece claro también que el proceso que válidamente surja de ese instar no podrá ser eficaz por la
incapacidad de hecho de quien lo inició.
Esta excepción está expresamente autorizada en casi todos los códigos procesales con el carácter de
dilatoria y todos exigen su interposición previa para evitar el inútil desarrollo de la serie
procedimental
Además, y dada su importancia en términos de eficacia procesal, el juez debe supliría de oficio en
cualquier estado y grado de la causa.

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Sin embargo, la situación fáctica es solucionable: basta que tome participación en el proceso el
respectivo representante legal del incapaz, asumiendo la calidad de actor, para que el curso
procedimental pueda continuar, con lo cual se evita el archivo de las actuaciones ya cumplidas.
La participación del representante origina otra situación que puede generar la siguiente excepción:

2.3) Excepción de falta de personería en el actor


El excepcionante afirma al interponerla que quien actúa en el proceso como representante legal o
convencional del actor, no lo es o no ha acreditado suficientemente tal carácter.
Al igual que las anteriores, esta excepción está autorizada en casi todos los códigos procesales con el
carácter de dilatoria y, por ello, exigen su interposición previa para evitar el inútil desarrollo de la
serie procedimental
Además, es suplible de oficio por el juez dada su importancia en términos de eficacia procesal, toda
vez que la sentencia que oportunamente se dicte respecto del litigio podrá ser inoponible para la
parte procesal cuya adecuada representación no existió o no se comprobó.
Por razones obvias, esta excepción también juega a favor del actor y en contra del demandado
cuando éste es quien no aparece adecuadamente representado en el proceso (legal o
convencionalmente).

2.4) Excepción de falta de derecho de postulación en el actor


El excepcionante afirma al interponerla que el actor, aun siendo persona capaz de obligarse por sí
misma, ha realizado ante la autoridad algún acto sin tener la aptitud exigida por la ley al efecto.
Cuadra recordar aquí que en la Lección 17 expliqué el presupuesto de marras indicando que la
mayoría de los ordenamientos vigentes exigen que en el desarrollo del proceso actúe un abogado
(o, en ciertos casos, un procurador) como garantía para el justiciable de un eficaz y eficiente
resultado. Sólo en supuestos verdaderamente excepcionales tales legislaciones permiten que sea el
propio interesado quien inste ante la autoridad.
Por supuesto, otros ordenamientos admiten irrestrictamente la actuación de éste.
Las legislaciones que restringen la actividad personal de las partes se muestran parcialmente severas
en los casos de transgresión, llegando a ordenar a los jueces que devuelvan al presentante los
escritos que carezcan de firma de letrado, con el perjuicio que es fácil de imaginar para la parte.
Esta excepción, que al igual que la anterior rige tanto para el demandado como para el actor, no
está habitualmente autorizada como tal en los códigos procesales, apareciendo la mayoría de las
veces en las leyes que organizan el funcionamiento del Poder Judicial (arts. 30 y 31; LOPJ, 318, 319
y 323).

2.5) Excepción de defecto legal en el modo de proponer la demanda (o excepción de oscuro libelo)
El excepcionante afirma al interponerla que el actor no ha respetado los requisitos impuestos por la
ley para la confección de su demanda, a raíz de lo cual el excepcionante no puede hacer valer de
modo correcto y pleno su derecho de defensa en juicio ya que ignora por lo menos una de las
siguientes circunstancias: quién, a quién, qué y por qué demanda.
Como es fácil de comprender, el respectivo presupuesto es de capital importancia, ya que de su
adecuado cumplimiento depende nada menos que la posibilidad de defensa del demandado.
Todos los códigos que aceptan la escritura como medio de expresión en el proceso admiten
expresamente esta excepción, a la cual otorgan carácter dilatorio, razón por la cual debe ser opuesta
y resuelta en forma previa a la oportunidad correspondiente a la contestación de la demanda
Esta excepción también puede ser deducida por el actor contra el demandado cuando éste adopta la
actitud de reconvención (ver infra, en esta misma Lección).

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2.6) Excepción de inadecuada acumulación de pretensiones
El excepcionante afirma al interponerla que el actor ha acumulado en su demanda diversas
pretensiones que se excluyen entre sí (ver la Lección 20), a raíz de lo cual no puede ejercitar
adecuadamente su derecho de defensa en juicio.
Esta excepción no está autorizada como tal en ningún código y la doctrina no la acepta como
vinculada a ningún presupuesto de la demanda sino con la sentencia que se dicte luego del proceso.
A lo sumo, en las raras oportunidades en las cuales el caso se ha presentado en la vida forense, ha
sido deducida como comprendida en la excepción de defecto legal en el modo de proponer la
demanda. Pero esto constituye una simple solución del problema que no es admisible
académicamente y que por su importancia merece y debe ser presentado con rigor científico.
De ahí que, por mi parte, ya sostuve en la Lección anterior que es un claro presupuesto de la
demanda porque en caso de sostenerse pretensiones excluyentes entre sí, no se trata de procurar
que el juez sepa cómo sentenciar sino, mucho más importante, que el demandado sepa cómo
defenderse
En esta tesitura resulta razonable sostener que debe ser opuesta –al igual que todas las anteriores– en
forma previa y ser resuelta antes de la contestación de la demanda.
Hasta aquí he enunciado las excepciones que se vinculan estrictamente con los presupuestos
procesales de la demanda.
Pero ellas no son todas. Antes bien, existen –legisladas o no– otras que también nacen del mismo
proceso en el cual se oponen y que se relacionan con otras circunstancias.
Continuando la enumeración ya iniciada, ellas son:

2.7) Excepción de ausencia manifiesta de legitimación para obrar (no está legislada como tal en
CPC)
El excepcionante afirma al interponerla que el actor no es la persona que debe demandar a base de
la pretensión hecha valer en la demanda o que el propio excepcionante no es la persona que debe
responder a dicha pretensión.
El tema se relaciona estrechamente con uno de los presupuestos de la sentencia de mérito que se
dicte con motivo del proceso y que se conoce doctrinalmente con la denominación de legitimatio
ad causam. De allí que sean escasas las legislaciones que la autorizan expresamente como de
articulación y resolución previa, toda vez que el tema debe ser estudiado y considerado en la
sentencia.
Sin embargo, cuando la carencia de legislación es manifiesta, ha parecido razonable a algún
legislador evitar el desarrollo de todo el proceso que, de seguro, terminará en una sentencia que
rechazará su pretensión por aquel motivo). Este es, simplemente, el origen legal de la excepción.

2.8) Excepción de arraigo


El excepcionante afirma al interponerla que, en caso de resultar vencedor en el litigio, no podrá
percibir del actor las costas causadas en el proceso y pide que le sean afianzadas.
Aceptada por casi todas las legislaciones, puede ostentar disímil fundamento: el actor no reside en el
lugar del pleito o carece de bienes inmuebles o de otros bienes suficientes en el lugar del pleito para
hacer frente a una eventual condena en costas.
Cuando se da en el actor la situación prevista por la ley, debe prestar una caución que garantice al
demandado la percepción de su eventual acreencia.
Otras excepciones más, por fin, que también nacen del proceso en el cual se oponen, tienen
distintos fundamentos que las anteriores.
Continuando con la enumeración ya iniciada, ellas son:
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2.9) Excepción de litispendencia por conexidad causal o por afinidad
El excepcionante afirma al interponerla que se halla pendiente de procesamiento o de juzgamiento
otro litigio en el cual se discute la misma causa (conexidad causal) o sólo el mismo hecho causal
(afinidad) (ver la explicación de los casos en la Lección 5), con el objeto de que ambos procesos se
acumulen en un solo procedimiento (cuando la acumulación es materialmente imposible la
excepción tiene otro objeto, como se verá infra).
En razón de que la litispendencia por conexidad causal o por afinidad constituye una excepción a las
reglas de la competencia objetiva, la doctrina acepta su planteamiento por la vía de la excepción de
incompetencia (declinatoria), en la cual la subsume. Este es el motivo de que sean escasos los
códigos procesales que la autorizan de modo expreso.
Pero cabe añadir que esta excepción es de mayor importancia que la de incompetencia, de donde
resulta la conveniencia de estudiarlas y legislarlas por separado: y es que en las normativas en las
cuales la deducción de la incompetencia tiene un límite temporal definitivo (generalmente la
contestación de la demanda), la de litispendencia por conexidad causal o por afinidad puede y debe
ser interpuesta en cualquier momento antes de la sentencia definitiva, ya que la razón de su
deducción es lograr la plena vigencia del principio de seguridad jurídica, evitando la emisión de
pronunciamientos contradictorios (LOPJ, 2, último párrafo; ver, asimismo, arts. 141 y 340).

2.10) Excepción de falta de caución en caso de representación procesal asumida por parientes (no
está legislada como tal en CPC)

El excepcionante afirma al interponerla que el pariente gestor de una de las partes procesales y que
compareció por ella no prestó la fianza del caso.
Para mejor comprender el caso, debo recordar que algunas legislaciones admiten que un pariente
(dentro de ciertos grados bien delimitados) de quien es o va a ser parte procesal y que se encuentra
fuera del lugar del juicio, asuma espontáneamente su representación en el respectivo litigio por un
plazo determinado.
A tal fin, y como condición ineludible de su actuación, el pariente debe dar caución suficiente de
que lo que haga será ratificado por la parte procesal a cuyo nombre obra.
Obviamente, esto puede suceder en el campo de las posibilidades; por ellos es que ciertos códigos
que autorizan este supuesto y consagran expresa o implícitamente esta excepción, que puede
interponer la parte contraria a la representada (adviértase que puede ser tanto el actor como el
demandado).

2.11) Excepción de falta de pago de costas ya devengadas


El excepcionante afirma al interponerla que la parte contraria le adeuda el pago de costas impuestas
con anterioridad en el mismo proceso y que, por ello, no puede instar útilmente.
Para mejor comprender el supuesto, debo recordar que algunas legislaciones establecen
expresamente la prohibición de deducir un incidente sin haber abonado previamente las costas
causadas en uno anterior, como forma de moralizar el proceso, poniendo vallas a la actuación de la
parte que utiliza artilugios para dilatar indebida o innecesariamente la terminación de la serie
procedimental
Cuando esto ocurre, la parte contraria –acreedora de las costas– puede excepcionar solicitando que
no se admita el curso del nuevo incidente sin la justificación previa del pago de lo adeudado.
Finalmente, la posibilidad de excepcionar con el objeto de paralizar temporariamente el desarrollo
de la serie procedimental surge también de otras circunstancias ajenas al proceso en el cual deben ser
deducidas.
En general, tales circunstancias nacen de la legislación de fondo y se conocen doctrinalmente con la
denominación de defensas previas.
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A título de ejemplo, y sobre la base de la legislación argentina, pueden citarse algunas que operan
siempre como excepciones dilatorias (deben ser opuestas y resueltas en forma previa a la
contestación de la demanda) y cuyas denominaciones tradicionales en la misma normativa son las
siguientes:

2.12) Excepción de días de llanto o luto


El excepcionante –como heredero que ha sido demandado para que acepte o repudie la herencia–
afirma al interponerla que, al tiempo de presentarse la demanda, no ha transcurrido el plazo de
nueve días desde la muerte del causante, por lo cual solicita la paralización del proceso hasta el
vencimiento de tal plazo.
La norma prohibitiva también alcanza al juez, quien oficiosamente no debe admitir demanda alguna
durante la vigencia de los nueve días de luto, lo cual surgirá de una simple comparación de fechas.

2.13) Excepción de plazo para hacer el inventario


Esta excepción operaba cuando, demandado un heredero por acreedores o legatarios del causante
pretendiendo percibir sus créditos y legados, afirmaba al interponerla que al momento de incoarse
la respectiva demanda no había transcurrido el plazo para hacer el inventario, que era de tres meses
contados desde la apertura de la sucesión o desde que supo que la sucesión le defería y treinta días
más para deliberar acerca de la aceptación o repudiación de la herencia.
Cabe añadir acá idéntica consideración que la efectuada en el punto precedente.

2.14) Excepción de contrato incumplido


El excepcionante afirma al interponerla el carácter bilateral del contrato que fundamenta la
pretensión de cumplimiento del actor, con el objeto de que se paralice el procedimiento hasta tanto
éste acredite haber cumplido u ofrecido cumplir su propia prestación o, en su defecto, que la
obligación es a plazo.

2.15) Excepción de beneficio de excusión


El excepcionante –demandado conjuntamente en su calidad de fiador simple de su coparte– afirma
al interponerla que aún no se han excutido todos los bienes del deudor principal, con el objeto de
que se paralice el procedimiento hasta tanto el actor acredite la excusión o su improcedencia.

2.16) Excepción de prohibición de iniciar juicio petitorio estando pendiente un juicio posesorio
sobre la misma cosa
Mediante esta excepción el demandado en juicio petitorio afirma que existe pendiente un juicio
posesorio entre las mismas partes y sobre la misma cosa, con el objeto de lograr el archivo de la
causa o su paralización, hasta tanto se demuestre que ha finalizado la instancia posesoria.

2.17) Excepción de prohibición de iniciar el juicio petitorio antes de haber satisfecho las
condenaciones pronunciadas en un juicio posesorio anterior
Mediante esta excepción el demandado en juicio petitorio (actor vencedor en un juicio posesorio
anterior) afirma que el actor (demandado vencido en dicho juicio posesorio), no ha satisfecho
plenamente las condenaciones pronunciadas en el juicio posesorio, con el objeto de lograr el
archivo de las actuaciones o de paralizar el procedimiento en curso mientras no se acredite tal
circunstancia.

2.18) Excepción de falta de intimación previa al deudor en la demanda contra el tercero poseedor
Mediante esta excepción el demandado en calidad de adquirente de una cosa hipotecada para que
abone al actor la deuda hipotecaria, afirma que éste no intimó previamente al deudor originario
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por el pago del capital y de los intereses, con el objeto de que se paralice el curso del procedimiento
hasta que ello ocurra.

2.19) Excepción de falta de pago del sellado de actuación emergente de un proceso anterior
incoado para lograr el beneficio de litigar sin gastos
Mediante esta excepción el demandado por quien pretende obtener el beneficio de litigar sin gastos
afirma que el actor no obló el sellado de actuación en el juicio anterior realizado ni el del principal,
con el objeto de lograr la paralización del procedimiento hasta que ello ocurra.

2.20) Excepción de falta de cumplimiento de las condenas impuestas en un juicio ejecutivo anterior
a uno ordinario
Mediante esta excepción –a la cual la propia ley citada otorga carácter previo– el demandado en
juicio ordinario posterior a otro ejecutivo en el cual resultó vencedor afirma que aún se hallan
pendientes de cumplimiento las condenas impuestas en éste, con el objeto de que se paralice el
curso del procedimiento mientras ello no se acredite.
Hasta aquí he hecho un simple muestreo meramente enunciativo de distintas circunstancias que,
naciendo del mismo proceso en el cual se hacen valer o de otros motivos ajenos a él, son aptas para
fundar una excepción que debe ser tramitada y resuelta antes de continuar con el desarrollo de la
serie procedimental por las razones que se han explicado precedentemente en cada caso.
Resulta de todo ello que las excepciones admisibles en proceso en el cual se discute acerca de una
pretensión declarativa no deben considerarse restringidas a las pocas que enumeran algunas leyes,
respecto de las cuales la doctrina afirma su carácter taxativo.

2.2.1.2. LAS EXCEPCIONES QUE ATACAN A LA PRETENSIÓN PROCESAL DEDUCIDA EN LA DEMANDA


Son las que, teniendo fundamento en la ley de fondo o en la propia ley procesal, opone el
demandado en la contestación de la demanda (fase procesal de negación) con el objeto de lograr
que el juez rechace al sentenciar la pretensión deducida por el actor en su demanda.
A diferencia de todas las precedentemente enunciadas, no son de interposición ni de resolución
previa, en razón de que no atacan a la formación misma del proceso sino al hecho en el cual el
actor basa su pretensión o al derecho en el cual lo encuadra.
Conocidas también habitualmente como defensas generales o excepciones perentorias, admiten ser
clasificadas en orden a distintas pautas que se verán a continuación:

1) Excepciones fundadas en causas extintivas de las obligaciones


En la legislación argentina coinciden con todos los medios de extinción de las obligaciones
enunciados en el Código Civil Argentino, 724 y su objeto en general –con alguna excepción que se
verá en el congruo lugar– es lograr que el juez declare extinguida la obligación cuya prestación se
reclama.
Son las siguientes:
1.1) Excepción de pago
Mediante ella el excepcionante afirma haber cumplido la prestación que hace al objeto de la
pretensión reclamada
1.2)Excepción de novación
Mediante ella el excepcionante afirma que la obligación cuya prestación reclama el actor se ha
transformado en otra que extinguió a la anterior
1.3)Excepción de compensación

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Mediante ella el demandado, reconociendo su calidad de deudor, afirma que es acreedor del actor
por deuda intrínsecamente compensable con la reclamada y que ambas son civilmente subsistentes,
de carácter líquido, exigible y expedito, con el objeto de que el juez declare con fuerza de pago a
ambas deudas hasta donde alcance la menor y desde el tiempo en que ambas comenzaron a
coexistir
1.4) Excepción de transacción
Mediante ella el demandado afirma que en acto jurídico bilateral ha hecho concesiones recíprocas
con el actor, extinguiendo la obligación litigiosa (ver infra, # 3.1.2).
1.5) Excepción de confusión
Mediante ella el demandado afirma que, por sucesión universal o por cualquier otra causa, las
calidades de acreedor y deudor se han reunido en la persona del actor o del propio excepcionante
(CC, 862).
1.6) Excepción de renuncia de los derechos del acreedor
Mediante ella el demandado afirma que el actor renunció a la obligación cuyo cumplimiento
reclama y que el propio excepcionante aceptó tal renuncia
1.7) Excepción de remisión de deuda
Mediante ella el demandado afirma que el acreedor de la obligación creditoria reclamada le ha
entregado voluntariamente el documento original en donde consta la deuda
1.8) Excepción de imposibilidad de pago (no está legislada como tal en CPC).
Mediante ella el demandado afirma que la prestación demandada se ha convertido, sin su culpa, en
física o legalmente imposible de cumplir
1.9) Excepción de prescripción (liberatoria)
Mediante ella el demandado afirma que la obligación reclamada se ha extinguido por simple
inacción del acreedor durante el tiempo establecido por la ley para que pueda demandar útilmente

2) Excepciones fundadas en la existencia de vicios en los actos jurídicos


Coinciden con los vicios de los actos jurídicos que norma la ley civil y tienen por objeto lograr que
el juez anule, al sentenciar, el acto en el cual el actor basa su pretensión y, por ende, la rechace.
Son las siguientes:
2.1) Excepción de incapacidad
Mediante ella el demandado afirma que la obligación cuya prestación se pretende fue contraída sin
discernimiento, o sin intención o sin libertad
2.2) Excepción de error
Mediante ella el demandado afirma que al contraer la obligación que se le reclama ha incurrido en
error acerca de la naturaleza del acto, o sobre su causa principal, o respecto del objeto sobre el que
versa, o sobre su cualidad, o sobre la persona con la cual se formó la relación jurídica.
2.3) Excepción de dolo
Mediante ella el demandado afirma que al contraer la obligación que se le reclama fue inducido por
una aserción de lo que es falso o una disimulación de lo verdadero, por artificio, astucia o
maquinación
2.4) Excepción de violencia
Mediante ella el demandado afirma que al contraer la obligación se empleó contra él una fuerza
irresistible o una intimidación producida por injustas amenazas que llevaron al temor fundado de

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sufrir un mal inminente y grave en su persona, libertad, honra y bienes, o de su cónyuge,
descendientes o ascendientes, legítimos o ilegítimos
2.5) Excepción de simulación
Mediante ella el demandado afirma que la obligación cuya prestación se reclama encubre el carácter
jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o contiene cláusulas que no son sinceras, o fechas que
no son verdaderas, o que por él se constituyen o transmiten derechos a personas interpuestas que
no son aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten y que alguno de estos
supuestos lo perjudica o tiene fin ilícito o viola la ley, o fue hecho con el objeto de violar la ley, o
de perjudicar a un tercero
2.6) Excepción de lesión
Mediante ella el demandado afirma que al contraer la obligación, el actor –explotando su
necesidad, ligereza o inexperiencia– obtuvo una ventaja patrimonial evidentemente
desproporcionada y sin justificación

3) Excepciones fundadas en el principio de seguridad jurídica


Dentro de este criterio clasificador pueden establecerse dos grupos diferenciables por los resultados
que intentan lograrse con los distintos supuestos:
a) mediante el primero, el excepcionante ataca a la pretensión porque, de alguna manera, ella no se
adecua con el sistema jurídico vigente en un lugar y tiempo dados, con el objeto de que el juez la
rechace al sentenciar el litigio.
Responden a este patrón las siguientes excepciones:
3.1) Excepción de inconstitucionalidad Mediante ella el excepcionante afirma que la pretensión
reclamada o el hecho causal en el cual ella se funda o la norma legal que la sustenta contradicen una
declaración o un derecho o una garantía contenidos en la Constitución política vigente y,
consecuentemente, solicita que no se aplique al caso en litigio.
Para comprender el tema cabe recordar que las constituciones nacen varios siglos atrás como una
promesa del gobernante de reconocer algunos derechos puntuales a sus gobernados.
De tal modo, las constituciones escritas vienen a ser una suerte de pacto de convivencia entre quien
ejerce el poder y quienes deben acatarlo, tendiendo a solucionar por anticipado los eventuales
problemas que hipotéticamente podrían presentarse en caso de cumplirse en los hechos un supuesto
ineludible en toda la historia de la humanidad: quien ostenta o detenta el poder tiende a hacer
abuso de él en obvio detrimento de todos o de algunos de los gobernados.
Una primera lectura de cualquier texto constitucional revela que las que mencioné como promesas
se componen, en realidad, de declaraciones, derechos y garantías.
Son declaraciones constitucionales aquellas formulaciones de carácter solemne que se erigen como
principios esenciales del orden jurídico creado.
Son derechos constitucionales todos los atributos, facultades, prerrogativas y libertades que el Estado
(en rigor, el poder) reconoce a cada uno de los individuos que lo componen.
Son garantías constitucionales todos los medios e institutos de seguridad jurídica otorgados a favor
de los individuos para que ellos puedan lograr el reconocimiento efectivo de un derecho vulnerado
en un momento dado.
Cuando cualquiera de todos ellos resulta desconocido por el actor, o porque mantiene una
pretensión intrínsecamente inconstitucional o la basa en vías de hecho o en norma legal que no se
adecua al orden piramidal del sistema jurídico, el demandado tiene la posibilidad de deducir la
excepción de marras que, a mi juicio, no tiene un momento límite y preclusivo para su presentación.
3.2) Excepción de causa ilícita de la obligación (no está legislada como tal en CPC) (en el juicio
ejecutivo, ver 475, 2º, donde se niega su admisibilidad)
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Mediante ella el demandado afirma que la causa de la prestación reclamada es contraria a las leyes
o al orden público y, por tanto, no puede ser acogida en una sentencia.
3.3) Excepción de falta de titularidad del derecho o del interés para obrar en el actor (se la conoce
desde siempre con la denominación de excepción de falta de acción o sine actione agit o ausencia
de legitimación para obrar):
Mediante ella el demandado afirma en su contestación que el actor no es el titular del derecho a
base del cual pretende o, no siendo ello necesario al efecto de demandar, no es titular del interés
jurídico para obrar (legitimatio ad causam) a base de un derecho del cual es titular otro sujeto;
todo, con el objeto de que el juez al sentenciar rechace la pretensión reclamada.
La denominación tradicional de esta excepción halla su explicación en la doctrina clásica que veía en
la acción procesal el mismo derecho subjetivo violado, con la cual es congruente.
En la actualidad, aceptada ya definitivamente la autonomía y la abstracción del derecho de acción,
parece obvio señalar que dicha denominación no se adecua a la realidad jurídica y que, por tanto,
debe ser erradicada: de ahí el titulo con el cual la he presentado.
La experiencia forense demuestra que esta es una excepción que se opone habitualmente con los
más variados objetos.
Sin embargo, debe entenderse que sólo sirve para atacar a la pretensión por razón de los supuestos
recién mencionados y respecto de los cuales la doctrina duda entre aceptar a ambos, o a uno u otro
como causales de procedencia de la excepción.
Por mi parte creo que es razonable aceptar los dos, por simples motivos de índole práctica ya que,
en esencia, constituyen un mismo problema.
El primer caso se relaciona con la ausencia de titularidad del derecho (el actor no es el acreedor que
dice ser); el segundo se vincula con la ausencia de titularidad del interés para obrar (el actor no está
legitimado por la ley para demandar): en ambos supuestos, el actor no puede pretender útilmente.
Para comprender qué es la ausencia de legitimación debo recordar que en algunas oportunidades la
ley civil legitima a ciertas personas (generalmente por categorías) para demandar aun sin ostentar la
titularidad del derecho (por ejemplo, los titulares de la relación matrimonial son los cónyuges,
quienes pueden demandarse recíprocamente pretendiendo la declaración de nulidad del vinculo; sin
embargo, y sin perjuicio de ello, algunas leyes otorgan a los ascendientes el derecho de demandar la
nulidad del matrimonio de un descendiente), de donde resulta útil la distinción doctrinal efectuada
al respecto.
Si se compara a esta excepción con la explicada supra en el # 2.7) (excepción de ausencia manifiesta
de legitimación para obrar) se verá que ambas tienen en mira el mismo e idéntico problema,
diferenciándose sólo en que aquélla debe ser manifiesta (por cuya razón algunas legislaciones
admiten su deducción en forma previa).
b) Mediante el segundo grupo, el excepcionante pretende el no juzgamiento positivo del respectivo
litigio para evitar la existencia de caos jurídico.
Las excepciones que responden a ese patrón son:
3.4) Excepción de cosa juzgada (en rigor, caso juzgado)
Sin perjuicio de remitir al lector a lo que se explicará oportunamente acerca del tema y de lo ya
expuesto en la Lección 5, adelanto acá que se entiende por cosa juzgada (material) el efecto que
nace de una sentencia de naturaleza declarativa cuando ya no es susceptible de impugnación alguna,
mediante el cual le está vedado a todos los jueces sentenciar una causa justiciable cuando el
respectivo litigio es a otro que ya ha sido motivo de pronunciamiento anterior, positivo, preciso y
resolutorio (para todo, ver la Lección 5).
De no admitirse este efecto, resulta claro que se posibilitaría la eventual coexistencia de sentencias
contradictorias, circunstancia ésta generadora de caos jurídico, como ya se explicó en el Lección 5.
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Se desprende de ello que, con esta excepción, el demandado afirma que el litigio que contesta ya ha
sido juzgado, con el objeto de que el juez rechace la pretensión deducida y disponga el archivo de
lo actuado a fin de evitar con ello la posibilidad de coexistencia de sentencias contradictorias.
Esta excepción se halla legislada de manera diferente en las distintas legislaciones: en tanto algunas le
otorgan el carácter de previa (dilatoria), otras le asignan calidad de perentoria, razón por la cual
debe ser decidida al momento de sentenciar y después de haber transitado todo el curso del
proceso.
La doctrina subsume en ella otras dos excepciones que algunos códigos norman en forma separada:
3.4.1) Excepción de desistimiento del derecho, toda vez que tal desistimiento tiene para las partes el
efecto propio de la cosa juzgada, y
3.4.2) Excepción de transacción (ya mencionada anteriormente en el # 1.4.), porque cuando tal
medio de extinción de las obligaciones versa sobre derechos ya litigiosos, no puede hacerse
válidamente sino presentándolo ante el juez de la causa, firmado por los interesados y luego de ello
gana respecto de las partes el efecto de cosa juzgada
3.5) Excepción de litispendencia por identidad
Sin perjuicio de lo que se explicará en la Lección 20 y de lo ya visto en la Lección 5, la litispendencia
por identidad tiene lugar cuando coexisten dos litigios cuyas respectivas pretensiones ostentan
idénticos sujetos (actor y demandado), idéntico objeto e idéntica causa.
El fenómeno es el mismo que el descrito para presentar la noción de cosa juzgada, de la cual se
diferencia porque en ésta los litigios idénticos aparecen sucesivamente, en tanto que en la
litispendencia lo hacen contemporáneamente.
Por tanto, la regla aplicable es la misma: para mantener la vigencia de la seguridad jurídica y,
consecuentemente, evitar el caos, sólo podrá ser juzgado uno de los litigios coexistentes.
De tal modo, mediante esta excepción el demandado afirma que se encuentra pendiente de
procesamiento o de juzgamiento un litigio entre las mismas partes, por el mismo objeto y por la
misma causa, a fin de que el juez rechace la pretensión deducida y ordene el archivo del litigio
menos antiguo.
Los criterios legislativos para determinar la antigüedad de un litigio son variables: para algunos
códigos es más antiguo el que primero se inició; para otros, aquel en el cual se notificó primero al
demandado; para otros más, por fin, aquel en el cual se contestó primero la demanda.
Creo que el correcto es el primero de los tres, toda vez que la mera promoción de la demanda
genera el estado de litispendencia.

2.2.1.3. LAS EXCEPCIONES QUE TIENEN POR OBJETO LOGRAR LA POSTERGACIÓN


DE LA EMISIÓN DE LA SENTENCIA
Son las que, sin atacar a la formación misma del proceso ni a la pretensión reclamada en la
demanda, opone el demandado en la fase de negación con el objeto de lograr que, una vez
terminado el curso de la serie procedimental, el juez postergue la emisión de la sentencia que
resolverá el litigio hasta tanto exista pronunciamiento definitivo en otro litigio conexo por la causa
o hasta que ambos estén en condiciones de ser sentenciados por un mismo juzgador en acto único
de juzgamiento.
Su fundamento es siempre el principio de seguridad jurídica explicado en la Lección 8, que tiende a
evitar el caos que podrían generar pronunciamientos contradictorios acerca de litigios que ostentan
identidad del hecho causal.
En este grupo cabe mencionar a:
1) Excepción de prejudicialidad
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Existen ciertos casos en los cuales la decisión de una pretensión depende de lo resuelto respecto de
otro litigio lógicamente previo. Por ejemplo, la pretensión por reconocimiento de filiación
matrimonial supone la existencia de un matrimonio válido; la de nulidad de matrimonio por
subsistencia de vínculo anterior depende de la validez del primer matrimonio, etc.
Cuando esto ocurre, se dice que existe una cuestión prejudicial, lo que significa que debe ser resuelta
necesariamente antes que el litigio sometido a juzgamiento en razón de que aquélla constituye un
antecedente lógico de lo que se decida en éste.
El problema se presenta generalmente en las cuestiones de estado de familia y, en tal caso, el juez
que conoce del litigio en el cual se alega la prejudicialidad debe abstenerse de emitir sentencia hasta
tanto exista pronunciamiento definitivo respecto de la cuestión prejudicial.
Este fenómeno muestra una prejudicialidad que opera exclusivamente dentro del campo civil y que
en general no se encuentra normada en las leyes de fondo, lo cual no empece a su aplicación por
los jueces toda vez que con ella se respeta el principio de seguridad jurídica.
Otra prejudicialidad –que opera del campo penal hacia el campo civil– se halla habitualmente
legislada: ocurre que en caso de ser deducida judicialmente una pretensión civil de resarcimiento de
daño causado por delito (o cuasidelito) del derecho penal, la respectiva demanda no debe ser
juzgada si existe proceso penal pendiente por el mismo hecho causal y hasta tanto haya sentencia
definitiva en éste (salvo que el acusado esté ausente o fallezca durante el curso del proceso penal)
Y ello es así porque si el acusado es condenado penalmente, no puede discutirse en el juicio de
naturaleza civil la existencia del hecho principal constitutivo del delito ni ser impugnada la culpa ya
declarada del condenado
Del mismo modo, si el acusado es absuelto no se puede alegar en el juicio civil la existencia del
hecho principal sobre el cual recayó la absolución
Como se ve, hay una suerte de transferencia del fenómeno del caso juzgado desde el campo penal
hacia el civil: el juez que actúa en éste se halla limitado por lo decidido en aquél respecto de
idéntico hecho (que constituye al mismo tiempo delito penal y hecho causal de la pretensión
resarcitoria) (Ya volveré recurrentemente sobre el tema en la Lección 20).
Resta agregar que la prohibición de discusión acerca de la culpa (del reo penal - demandado civil)
existe en tanto ésta haya sido el factor de imputación causal y no cuando la pretensión se
fundamenta en la sola atribución de responsabilidad objetiva.
Surge de lo expuesto que esta excepción se presenta cuando el demandado (civil) afirma en la
contestación de la demanda que hay un proceso pendiente cuyo resultado será el antecedente
lógico de la pretensión que contesta o que hay un proceso penal pendiente en el que es acusado por
el mismo hecho que sirve de base a la pretensión del actor, con el objeto de que el juez se abstenga
de emitir sentencia luego de finalizar el curso de la serie procedimental y hasta tanto haya
pronunciamiento definitivo acerca de la existencia misma de tal hecho y de su autoría.
2) Excepción de litispendencia por conexidad causal o por afinidad
Ya me he referido a ella supra, en el # 2.9) como excepción que se opone con el objeto de lograr la
acumulación de dos procesos conexos por la causa o afines en un solo y único procedimiento.
En la Lección 20 indicaré cuáles son los requisitos para la procedencia de la acumulación.
Por ahora, me concreto a adelantar que ésta exige, por ejemplo, que los respectivos procesos
puedan ser sustanciados mediante un mismo tipo de procedimiento y que pertenezcan a la misma
competencia.
Cuando dos procesos pendientes que son conexos por la causa o afines no coinciden en alguno de
los requisitos recién mencionados, la acumulación en un procedimiento único resulta materialmente
imposible (circunstancia sobre la cual ya advertí al lector en el # 2.9 de esta Lección).

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En virtud de que la litispendencia por conexidad causal o por afinidad tiene su origen y razón de ser
en la necesidad de mantener la vigencia del principio de seguridad jurídica, que indica que los
litigios conexos por el hecho causal deben ser sentenciados en forma tal de que no coexistan
pronunciamientos contradictorios, resulta que los dos procesos que no pueden ser acumulados para
su tramitación deben serlo para su juzgamiento, que habrá de realizarse por un único juez y en un
mismo acto de juicio.
Quién debe ser ese juez constituye un problema al que los ordenamientos legales otorgan distintas
soluciones (recuérdese que la conexidad del hecho causal es una de las excepciones a las reglas de la
competencia objetiva, ver la Lección 7) o, en algunos casos, simplemente ignoran.
Pero lo cierto es que, legal o jurisprudencialmente, cabe dar clara respuesta al planteo respectivo
porque la seguridad jurídica debe privar sobre cualquier prurito procedimental.
Congruente con lo expuesto, se presenta esta excepción cuando el demandado afirma –en la fase de
negación o aun luego de vencida ella– que la pretensión reclamada es conexa por la causa o afín
con otra que se encuentra pendiente de procesamiento o de juzgamiento y con la cual no se puede
acumular por no presentarse en el caso alguno de los requisitos exigidos por la ley al efecto.
De tal modo, la excepción tiene por objeto lograr que el juez se abstenga de emitir sentencia luego
de terminado el curso de la serie procedimental con la finalidad de que ella sea dictada por un único
juez en un mismo acto de juzgamiento.
De resultar procedente la excepción, y cuando los distintos litigios penden ante jueces diferentes,
uno de ellos habrá de declararse incompetente para emitir la sentencia y remitir al otro la causa
justiciable.

2.2.1.4. LAS EXCEPCIONES QUE ATACAN A LA PRETENSIÓN DE EJECUTAR UN DERECHO


Ya he adelantado en la Lección 5 que hay pretensiones mediante las cuales el actor desea lograr la
ejecución coactiva de un derecho que ya ha sido reconocido o declarado en una sentencia (título
ejecutorio) o que está contenido en un documento al cual la ley le otorga carácter fehaciente (que
hace fe por sí mismo) (título ejecutivo). El tema será explicado integralmente en la Lección 26.
Cuando un acreedor tiene un título ejecutorio o ejecutivo consistente en instrumento al que la ley
ha dado fuerza ejecutiva y del cual surge la existencia de deuda líquida (determinada) y exigible (no
sujeta a condición o a plazo) así como la determinación de quiénes son las personas del acreedor y
del deudor, puede pretender directamente la ejecución coactiva de la obligación contenida en tal
título.
Para que pueda lograr su pretensión, las leyes procesales acuerdan una vía procedimental (juicio
ejecutivo) que generalmente se muestra más rápida que el trámite propio del proceso en el cual
corresponde declarar la existencia de un derecho (juicio declarativo ordinario, sumario o
sumarísimo).
Como es obvio, en el juicio ejecutivo no pueden ser opuestas excepciones que tienden a atacar el
derecho que sustenta a la pretensión, pues tal derecho ya se halla predeclarado en el título que, a su
turno, ostenta una presunción de legitimidad.
De ahí que las leyes procesales autoricen ciertas excepciones específicas para la ejecución, sin
perjuicio de admitir otras que se vinculan con los presupuestos procesales y que he mencionado
precedentemente.
Como el régimen legal es contingente, habrá que ver en cada código en particular cuál es el sistema
de excepciones consagrado a este efecto.
Las excepciones propias del juicio ejecutivo son:

1) Excepción de inhabilidad de título

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El excepcionante afirma al oponerla que el título en el cual basa su pretensión el actor (ejecutante)
carece de fuerza ejecutiva porque la ley no le otorgó ese carácter o porque no surge de su texto
quién es el acreedor o el deudor o porque no instrumenta una deuda líquida o exigible; todo, con
el objeto de que el juez al sentenciar rechace la ejecución.
La generalidad de los códigos que autorizan esta excepción la limitan a los "aspectos puramente
externos o extrínsecos del título", queriendo significar que no resulta apta para discutir mediante ella
la legitimidad de la causa de la obligación contenida en el título.

2) Excepción de falsedad material


El excepcionante afirma al oponerla que el título en el cual basa su pretensión el actor (ejecutante)
es falso por adulteración de alguna de sus enunciaciones esenciales, con el objeto de que el juez al
sentenciar rechace la ejecución.
Cabe acotar aquí que en la normación de esta excepción ocurre lo mismo que lo apuntado recién
acerca de la de inhabilidad de título.

3) Excepción de quita
El excepcionante afirma al oponerla que el actor (ejecutante) ha efectuado una condonación parcial
y documentada de la deuda que instrumenta el título ejecutivo, con el objeto de que la ejecución
prospere sólo por el importe real de la acreencia.

4) Excepción de espera
El excepcionante afirma al oponerla que el actor (ejecutante) ha otorgado documentalmente un
aplazamiento en el cumplimiento de la obligación que instrumenta el título ejecutivo, con el objeto
de que la ejecución sea rechazada o prospere sólo a partir de su exigibilidad.

5) Excepción de compromiso
El excepcionante afirma al oponerla que ha acordado con el actor (ejecutante) comprometer en
árbitros (someter a decisión arbitral) la obligación que instrumenta el título ejecutivo, con el objeto
de que la ejecución sea rechazada.

6) Excepción de exención

El excepcionante afirma al oponerla que se halla exento de pagar el tributo fiscal cuyo titulo ejecuta
el actor (ejecutante) con el objeto de que la ejecución sea rechazada (ver Código Fiscal, 77, 8º).

2.2.2. LAS EXCEPCIONES EN EL PROCESO PENAL


Ya traté el tema genérico de la reacción del reo penal en la Lección 4.
Toca ahora ver sólo lo referente a las excepciones que puede articular.
En primer término, cabe dejar en claro que es admisible el uso de las que he mencionado como
propias del campo civil, en cuanto sean congruentes con el tema: por ejemplo, las de
incompetencia, de carencia de personalidad en el querellante o de personería en su representante,
etc.
Además, y como específicas del proceso penal, este tipo de excepción puede basarse en la
afirmación de:
1) un hecho que es extintivo o invalidativo de la acción o de la pretensión punitiva o impeditivo de
la formación útil del proceso y
2) de un hecho extintivo de la pena impuesta.

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A título simplemente enunciativo, partiendo de la base del cumplimiento irrestricto de todos los
derechos consagrados en las constituciones políticas vigentes (juez natural, acusación fundada en ley
anterior al hecho que motiva el proceso, inviolabilidad de la defensa, etc.) y descartada la
competencia del juez actuante, en la legislación penal argentina pueden clasificarse las excepciones
de acuerdo con las siguientes pautas:

1) Excepciones que atacan el ejercicio de la acción


Son las que tienen por objeto impedir la formación del proceso y, entre ellas, se pueden mencionar:
1.1) Amnistía
Surge exclusivamente de un acto legislativo que suspende la aplicación de la ley penal a un hecho
determinado, con la consecuencia de dar por extinguida toda acción en curso o que pueda
ejercitarse.
1.2.) Prescripción (ver)
Tiene lugar cuando desde la comisión del hecho ha transcurrido, sin suspenderse ni interrumpirse, un
plazo fijado para cada caso por la ley sin que se haya iniciado juicio o pronunciado sentencia acerca
del delito imputable o imputado.
1.3) Renuncia del agraviado
Tiene lugar sólo respecto de delitos de acción privada por la renuncia de la persona ofendida. A este
caso puede ser agregado otro similar: la acción por delito de adulterio no puede ser ejercitada por
el cónyuge que lo ha consentido o lo ha perdonado
1.4) Violación del principio constitucional non bis in idem por el cual un imputado goza de la
garantía de que nadie puede ser sometido dos veces a un proceso penal por una misma causa que
ya ha sido juzgada.
1.5) Declaración judicial de inexistencia de delito: tiene lugar a favor del denunciado por un hecho
que ha sido declarado previamente como no constitutivo de delito median un fallo que ordenó por
tal causa el archivo de las actuaciones.
1.6) Inidoneidad del proceso por no haberse promovido la acción pública del caso por su titular o
por no habérsela instado en delitos dependientes de instancia privada: tiene lugar cuando un juez
tiende a la realización de diligencias de citación para indagatoria (lo que supone previa imputación)
sin que el Fiscal –titular de la acción pública– la haya promovido. También cuando hay promoción
inadecuada de la acción por parte del Ministerio Fiscal –dada por error, por mala fe o negligencia
grave– y cuando se imputa a una persona delito que exige la actuación del damnificado u ofendido
o sus representantes legales en caso de incapacidad por demencia o minoridad v.gr.: delitos contra
la integridad sexual o lesiones leves culposas no ocurridas en la vía pública.
1.7) Error en la persona del imputado: tiene lugar cuando, por identidad o similitud de nombres o
cuasi idénticas características físicas, se imputa delito a persona que resulta ser distinta de la del
denunciado como presunto autor.
1.8) Falta de ratificación de la denuncia: tiene lugar cuando en caso de denuncia en sede judicial el
compareciente no la ratifica ante el funcionario judicial designado para ello, a raíz de lo cual no
puede ser tramitada.
Todas las excepciones argüibles a base de las circunstancias precedentemente explicadas tienen por
objeto lograr la declaración de la extinción de la pretensión por lo que, en el supuesto de resultar
procedentes, el proceso no puede ser iniciado y, si está ya pendiente, debe finalizar de inmediato
con el consecuente sobreseimiento y posterior archivo de las actuaciones cumplidas.
Las que se continúan mencionando, en cambio, tienen por objeto diferir la iniciación o la
prosecución del respectivo proceso:
1.9) Cuestiones prejudiciales
20
Ya han sido definidas en el # 2.3.2.3. de esta Lección, ejemplificando con las que operan dentro del
estricto campo civil o que impiden a un juez civil emitir sentencia hasta tanto no exista
pronunciamiento firme en el campo penal.
En este tópico mencionaré las que operan a la inversa y que se hallan autorizadas en la ley de
fondo: conforme con lo dispuesto en Código Civil Argentino, 1104 no puede efectuarse juzgamiento
en sede penal sin que antes exista sentencia civil respecto de las cuestiones que versan sobre la
validez o nulidad de los matrimonios y las que se relacionan con la calificación de las quiebras de los
comerciantes. En ambos supuestos, la sentencia civil produce efectos de cosa juzgada en lo penal.
Sin embargo, Ln 19551, 24, ha establecido que el último de los casos citados no importa cuestión
prejudicial y, por tanto, la resolución dictada por el juez del concurso no obliga desde entonces al
juez penal; de donde resulta que la acción en sede penal es independiente de la calificación de la
conducta del concursado. Con la actual ley penal la cuestión ha perdido todo interés por la
despenalización del hecho.

1.10) Litispendencia por causa civil conexa


Tiene lugar cuando se incoa proceso penal con pretensión punitiva contra demandado en litigio civil
por la realización del mismo hecho que ahora se incrimina (en los últimos años y, gracias a la
ineficacia judicial, se acostumbra indebidamente a penalizar los hechos fundantes de un litigio civil,
como forma ilegítima de forzar arreglos transaccionales).
1.11) Inmunidad del procesamiento penal (ver)
Tiene lugar cuando, por expresa disposición constitucional, un funcionario público no puede ser
procesado sin previo desafuero (legisladores) o destitución por juicio político (jueces superiores) o
por enjuiciamiento por tribunal ad hoc (jury de enjuiciamiento de magistrados inferiores).
1.12) Cuestión previa pena (ver)l
Tiene lugar cuando la solución de un enjuiciamiento penal depende del resultado de otro proceso
penal y ambos no son acumulables. De darse el caso debe suspenderse el trámite del primero hasta
que exista sentencia firme en el segundo.
Los casos serán enunciados en la Lección 20.
1.13) Detención ilega (ver)
Tiene lugar cuando se ordena detención o pena privativa de libertad en delito sancionado en
abstracto con multa o inhabilitación.
1.14) Incomunicación ilegal (ver)
Tiene lugar cuando se ordena incomunicación de detenido por delito de acción privada o en las
categorías mencionadas en la letra precedente.
1.15) Falta de acción o legitimación activa para denunciar (ver)
Tiene lugar cuando, en delito de usurpación, el denunciante no demuestra inicial y cabalmente el
hecho de su posesión, cuasiposesión o tenencia, y alega despojo, turbación o alteración de límites
del fundo poseído o bajo su tenencia (ejemplo claro se ve en el caso de nudo propietario actuando
como denunciante).
2) Excepciones que atacan a la pretensión punitiva (ver)
Son las que tienen por objeto lograr que el juez al sentenciar declare la impunibilidad del imputado
y surgen por ejemplo de los diversos casos contenidos en Código Penal Argentino, 34 (el imputado
obra en el momento del hecho típico que fundamenta a la acusación sin comprensión de la
criminalidad del acto o sin poder dirigir sus acciones, o violentado por fuerza física irresistible o por
amenazas de sufrir un mal grave e inminente, o para evitar un mal grave e inminente, o para evitar
un mal mayor inminente al que es extraño, o en cumplimiento de un deber, o en el legítimo
21
ejercicio de un derecho, autoridad o cargo, o en virtud de obediencia jerárquica, o en defensa
propia o de sus derechos, o en defensa de la persona o derechos de otro).
Además, en el caso del delito de injurias se admite la excepción de verdad de los hechos injuriosos
(exceptio veritate) según texto de CPen, 11
3) Excepciones que atacan a la pena impuesta mediante sentencia
Son las que tienen por objeto lograr la extinción o la reducción de una pena impuesta o la nulidad
de una sentencia penal irregular; entre ellas, se pueden mencionar:
3.1) Amnistía (ver)
Sin perjuicio de lo expuesto supra, en el # 1.1., la ley respectiva hace cesar la condena y todos sus
efectos (CPen, 61).
3.2) Prescripción (ver)
Ttiene lugar cuando desde la notificación al reo de la sentencia de condena o desde su
quebrantamiento –si ha empezado a cumplirse)– no se ha efectivizado durante alguno de los plazos
establecidos en el art. 65 del Cód. Penal argentino.
3.3) Indulto (ver)
Surge de un acto del Poder Ejecutivo o, en algunas legislaciones, del Poder Legislativo, y tiene por
efecto perdonar total o parcialmente las penas judicialmente impuestas. Se diferencia de la amnistía
en que es personal y no real: en lugar de referirse al delito, desincriminándolo, se emite con
exclusiva relación al delincuente respecto de la pena a la cual ha sido condenado, dispensándolo de
su ejecución en todo o en parte (conmutación de pena).
3.4) Perdón del ofendido (ver)
Refiere exclusivamente a los delitos que sólo son procesables por acción privada
3.5) Existencia de ley penal más benigna (ver)
Tiene lugar cuando después de la condena se dicta una ley más benigna respecto de la pena
impuesta. En tal caso, el cumplimiento de ésta debe limitarse a la establecida por aquélla
3.6) Derogación parcial o abrogación del tipo penal por el que se sufre procesamiento o cumple
condena efectiva o subsistente (ver)
Tiene lugar cuando, en caso de derogación parcial de un tipo penal –por ejemplo, una de sus
calificativas agravantes por las que se imputó o condenó a una persona– o por la abrogación total
del tipo penal mismo –infanticidio, adulterio o desacato– continúa el proceso incoado al efecto o
subsiste la condena impuesta (en rigor, es una variante de la anteriormente mencionada).
3.7) Inaplicabilidad de ley penal más gravosa a un caso juzgado previamente (ver)
A partir del Tratado de Imprescriptibilidad de delitos de lesa humanidad tiene lugar cuando después
de la firma de dicho Tratado se intenta juzgar delito comprendido en algún tipo allí descrito y
cometido, procesado y juzgado con anterioridad a su vigencia. Se trata, en suma, de una variante
del principio de aplicación de la ley penal más benigna.
3.8) Libertad condicional sin revocación (ver)
Tiene lugar cuando transcurrido el plazo de cinco años, la libertad condicional acordada en los
términos del CPen, 13, no ha sido revocada. Tal circunstancia tiene como efecto la extinción de la
pena
3.9) Pago de la multa fijada en la sentencia (ver)
Cuando un condenado a pagar multa no la obla en el plazo fijado en la sentencia, puede sufrir
prisión de hasta un año y medio. Pendiente ésta, si se efectiviza en cualquier tiempo el pago total de
la multa, se genera la inmediata libertad del condenado
22
3.10) Condena condicional sin la comisión de nuevo delito (ver)
Tiene lugar cuando transcurridos cuatro años desde la imposición de condena condicional, el
condenado no comete nuevo delito. En tal caso, la pena se tiene por no pronunciada
3.11) Sentencia firme de condena por prevaricato (ver)
Dictada contra el juez que condenó al hoy excepcionante en causa penal, en tanto del delito del
juez haya devenido directamente la condena del reo.
3.12) Sentencia firme de condena por delito de falso testimonio (ver)
en causa criminal dictada contra testigos en cuyas declaraciones se fundó la condena judicial: se trata
de una variante del caso anterior, ahora referido a los testigos de cargo y no al juez.
Hasta aquí he enunciado las circunstancias que –sin perjuicio de la simple defensa negativa del
imputado– le permiten afirmar la existencia de un hecho (palabra utilizada en sentido lato,
comprensivo inclusive de una nueva ley o de un acto de autoridad) que resulta ser impeditivo para
la formación o continuación del proceso ya incoado o de la condena del reo o extintivo de la pena
impuesta. Por supuesto, en todos los casos doy por sentado que el imputado es persona imputable
y, por ende, procesable y condenable. De ahí que no haya enumerado otras causales de extinción
de la acción penal (por ejemplo, la muerte del reo).
En función de lo expresado al comenzar con este tema y de los derechos reconocidos a todo
imputado por las constituciones vigentes en el mundo, es que las circunstancias señaladas como
fundamento de una actitud de excepción por parte del reo no tienen oportunidad preclusiva para
ser afirmadas en el proceso o después de la condena. Más aún: a diferencia de lo que ocurre en el
campo civil, la alegación de todas ellas es irrenunciable e, inclusive, deben ser aplicadas
oficiosamente por el juez en el momento mismo en el cual lleguen a su conocimiento.

3. LA RECONVENCIÓN
Puede suceder, por último, que al contestar la demanda contradiciendo la pretensión del actor, el
demandado proponga una propia demanda contra éste.
De tal forma, utiliza el mismo procedimiento ya pendiente para tramitar en él otro proceso (por eso
es que la doctrina afirma que éste es un típico caso de acumulación de acciones.)
A esta actitud se le da la denominación de reconvención, y cuando ocurre, el demandado originario
adquiere la calidad de reconviniente en tanto que el actor originario la de reconvenido. Si el
reconviniente decide demandar a alguien más que al reconvenido, éste se denomina demandado
por el reconviniente.
Para la admisibilidad de la reconvención se requiere imprescindiblemente que la pretensión hecha
valer sea conexa por la causa con la deducida por el actor. Como ya se ha visto en la Lección 8, se
trata siempre de una conexidad mixta subjetivo-causal.
La reconvención debe reunir los requisitos de toda demanda que ya he explicado en la Lección
anterior.

4. LOS PRESUPUESTOS PROCESALES DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA


En el # 5 de la Lección 8 expliqué que, con la denominación de presupuestos, la doctrina conoce lo
en el derecho se menciona con el nombre de condiciones.
A fin de facilitar al lector la comprensión de este tema, reitero acá algunas de las ideas allí
expresadas: el vocablo condición refiere a toda situación o circunstancia indispensable para que algo
sea u ocurra.
Sistémicamente −y, en concreto, respecto de la contestación de la demanda− parece importante
definir ahora tres circunstancias que se relacionan con:
23
1) la razón del acto (su porqué);
2) su realización (sus qué, cómo, cuándo y dónde) y
3) su objeto (su para qué)
Veamos ahora los específicos presupuestos de la contestación de la demanda.

4.1. EL SUPUESTO PRECEDENTE DE LA PRESENTACIÓN DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA


El supuesto precedente de la demanda es la admisión por el juez de la demanda incoada por el
actor contra el demandado.
Como se ve, este supuesto hace al porqué de la contestación.
Nótese que no hablo de que se haya conferido un traslado al efecto, pues con o sin traslado el
demandado siempre tiene elemental y obvio derecho a buscar su propia liberación del proceso,
contradiciendo la pretensión reclamada u oponiendo las excepciones que fueren menester.

4.2. EL SUPUESTO CONSECUENTE DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA


El supuesto consecuente de la contestación es lograr el convencimiento favorable del juez al
momento de sentenciar respecto de la sin razón de la pretensión del actor (con lo cual la rechazará)
o de la razón de la excepción del demandado (con lo cual la acogerá).

4.3. LOS REQUISITOS PARA LA PRESENTACIÓN DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA


Siempre son las condiciones actuales de realización del acto y definen cómo, cuándo y dónde debe
efectuarse útilmente.
Por supuesto, al haber concebido a la actividad del demandado como una forma de instar que sólo
se diferencia de la del actor en cuanto aparece en tiempos sucesivos, razón por la cual la doctrina
moderna le otorga la denominación de reacción, cabe advertir liminarmente que estos presupuestos
exhiben exacta similitud con los pertinentes de la acción y de la demanda; por tanto, cabe remitir a
lo expuesto en el # 2 de la Lección 4 y al # 3 de la Lección 17, cuyos contenidos doy por conocidos
ahora.
Sin embargo, cabe hacer algunas consideraciones específicas para el caso, respecto de los distintos
presupuestos que, al igual que los propios de la demanda, son intrínsecos y extrínsecos.
Los explico.

4.3.1. LOS REQUISITOS INTRÍNSECOS DE CARÁCTER GENERAL

Son seis: 1) capacidad procesal del demandado; 2) en su caso, adecuada representación del
demandado que carece de capacidad procesal; 3) adecuado derecho de postulación del
demandado; 4) contenido eficiente de la contestación de demanda u oposición de excepciones; 5)
invariación de la pretensión demandada:
Los explico:
1) Capacidad procesal del demandado
A lo ya explicado acerca del mismo tema relativo a la demanda, corresponde agregar ahora que
cuando ella se dirige contra una persona fallecida o cuando el ya demandado fallece durante el
curso de la serie procedimental, queda obviamente impedida la formación válida del proceso por
falta de capacidad jurídica de aquél.

24
Para descartar el problema y lograr un proceso válido en el cual exista un adecuado contradictorio,
corresponde citar a los herederos del causante para que ellos tomen su participación en el proceso.
La generalidad de las leyes que adoptan expresamente esta solución prevén que la citación debe ser
efectuada mediante edictos; además, establecen que si los interesados no comparecen cabe la
designación de un curador que habitualmente cumple una doble función: la de curador ad hoc de la
herencia y la de defensor de los herederos rebeldes, carácter en el cual actúa durante el curso
faltante de la serie procedimental
2) Adecuada representación del demandado
A lo ya explicado en la Lección 17 cabe agregar aquí que ante la carencia de este presupuesto –
porque el demandado civilmente incapaz no ha comparecido por medio de su representante legal o
porque éste o un representante convencional no han acreditado debidamente el carácter que dicen
investir– es el propio actor quien puede atacar la situación para lograr que el proceso sea realmente
útil a los fines de la composición del litigio.
Son escasos los códigos que norman al respecto.
3) Adecuado derecho de postulación en el demandado
Resulta plenamente aplicable al caso todo lo expuesto en la Lección 17 al tratar el correlativo
presupuesto de la demanda.
A modo de complemento, añadiré aquí que en los regímenes legales que otorgan sólo a un
abogado el pleno ejercicio del derecho de postulación para que actúe como un intermediario entre
el juez y la parte procesal, se contemplan excepciones para que ésta pueda postular por sí misma.
A simple título enunciativo, diré que esto puede ocurrir para comparecer al proceso y tomar
participación en él, solicitar medidas urgentes, contestar intimaciones y requerimientos de carácter
personal, solicitar el otorgamiento del beneficio de litigar sin gastos, recibir órdenes de pago, etc..
Fácil es de comprender la razón de ser de cada uno de los supuestos recién mencionados.
4) Contenido eficiente de la contestación de demanda o de oposición de excepciones
En una correcta contestación, el demandado debe limitarse a negar cada uno de los hechos
expuestos por el actor para fundar su pretensión, de modo de convertirlos en contradichos y, así,
generar la respectiva carga confirmatoria en cabeza de él.
Para que esto sea posible, las leyes procesales en general sujetan la presentación de la contestación
de la demanda a varios requisitos generales (intrínsecos y extrínsecos) necesarios de cumplimentar
por el demandado para que ella sea admisible (lograr su objeto de trabar el litigio y de posibilitar la
apertura el período confirmatorio) (ver el # 2.3.2.)

5) Invariación de la pretensión demandada:


Este es un presupuesto propio de la contestación de la demanda que no aparece como tal en ningún
texto de doctrina y, sin embargo, debe integrar necesariamente la nómina que aquí se desarrolla.
Y es que, para asegurar un debido contradictorio, las leyes en general establecen que una vez
conferido y notificado el traslado de la demanda, generándose así la carga de responder, el actor no
debe variar ninguno de los elementos de la pretensión deducida
Esta es la circunstancia que me lleva a incluir el presupuesto de marras dentro de este titulo, ya que
cuando el juez coloca al demandado frente a la carga de contestar y le notifica de la respectiva
providencia, resulta obvio que éste habrá de atenerse a la pretensión vigente en ese momento.
De ahí que, como consecuencia de la aceptación de este presupuesto, cabe afirmar la absoluta
ineficacia de cualquier variación posterior y aun la que se efectúe antes del vencimiento del plazo
otorgado para responder.

25
Para comprender mejor el problema, cabe aclarar que la generalidad de las leyes procesales autoriza
que el actor modifique su demanda tantas veces como quiera pero siempre antes de notificar el
respectivo traslado.
Luego de ello, y con la condición de no variar la causa de la pretensión, las mismas leyes autorizan
al actor a ampliar la cuantía del reclamo y a moderar o reducir el objeto pretendido (arts. 135 y
136).

4.3.2. LOS REQUISITOS EXTRÍNSECOS DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA


Estos requisitos son:
1) Contestación que reúna los requisitos legales de oportunidad y forma:
Al igual que la demanda, la contestación está sujeta a requisitos legales concernientes a la forma; y,
además –cosa que no rige para la demanda, salvo el caso de caducidad de la acción– a exigencias de
oportunidad, propias ambas del instar del demandado. Esto explica la inserción del presupuesto en
la nómina que aquí desarrollo.
Los requisitos de forma que generalmente consagran las leyes procesales son:
a) en lo pertinente, debe observar las reglas establecidas para la confección de la demanda
detallados en la Lección anterior
b) debe contener una confesión o negativa expresa y categórica de cada hecho expuesto en la
demanda pues el silencio al respecto o una respuesta evasiva o una negativa general (y no
específica) pueden ser estimados por el juez al sentenciar como un reconocimiento de la verdad de
los hechos pertinentes y lícitos a que se refieren
c) también debe reconocer o negar el demandado la autenticidad de los documentos privados que
se le atribuyen y la recepción de cartas o telegramas a él dirigidos, so pena de que el juez al
sentenciar los tenga por reconocidos o recibidos, según el caso
d) debe también oponer todas las defensas que por su naturaleza no tengan el carácter de previas,
especificando con claridad los hechos que las apoyan
e) por último, debe deducir reconvención, si ella es admisible
Los requisitos de oportunidad que generalmente consagran las leyes procesales consisten en plazos
diferentes para cada tipo de procedimiento (ordinario, sumario, sumarísimo, etc.) que son
puramente contingentes. Por tanto, para conocer un plazo determinado el lector tendrá que ocurrir
a la respectiva legislación.

2) La competencia del juez


A lo ya explicado en loa Lecciones 4 y 7 cabe agregar acá algunas reflexiones atinentes a la situación
del demandado pues, tal como lo he sostenido ya innumerables veces, es menester que el juez sea
un real tercero frente a las dos partes litigantes, ante quienes debe mostrarse competente objetiva y
subjetivamente.
Ya conoce el lector que la mera interposición de la demanda fija, respecto del actor, la competencia
objetiva y la subjetiva del juez; de allí que pueda señalarse congruentemente que, luego de admitida
la demanda, el actor pierde la posibilidad de cuestionar su competencia y la facultad de recusar al
juez sin causa o por alguna de las causales relativas existentes con anterioridad al momento de
demandar (ver Lección 7).
Pero ello no supone, obviamente, que ocurra otro tanto con el demandado, quien dentro de los
límites temporales que establecen al efecto las leyes procesales, puede denunciar una incompetencia
subjetiva mediante el tipo de recusación que quepa y, aún más, una incompetencia objetiva por
alguna de las vías declinatoria o inhibitoria explicadas en la Lección 7.

26
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DERECHO DE DEFENSA EN JUICIO CIVIL

ACCIÓN DEMANDA
ABSTENCIÓN
Allanamiento
SUMISIÓN Confesión
Reconocimiento
1.
Carencia de acción
Extinción 2.
Caducidad de acción
3.
Incapacidad jurídica del actor para ser parte procesal
1. Incompetencia
2. Falta de capacidad procesal del actor
Nacen del 3. Falta de personería en el actor
proceso 4. Falta de derecho de postulación en el actor
5. Defecto legal en el modo de proponer la demanda
6. Inadecuada acumulación de pretensiones
7. Ausencia manifiesta de legitimación para obrar
Atacan a la acción con Paralizaci 8. Arraigo
el objeto de lograr su ón a base 9. Litispendencia por conexidad causal o afinidad
de 10. Falta de caución en caso de representación procesal asumida por parientes
circunstan 11. Falta de pago de costas ya devengadas
cias que 12. Días de llanto o luto
Nacen fuera
13. Plazo para hacer inventario
del proceso
REACCIÓN 14. Contrato incumplido
15. Beneficio de excusión
CONTRADI Excepciones
16. Prohibición de iniciar juicio petitorio pendiente posesorio
CCIÓN que
17. Prohibición de iniciar juicio petitorio antes de haber satisfecho las condenaciones de posesorio anterior
18. Falta de intimación previa al deudor en la demanda contra el tercero poseedor
19. Falta de pago del sellado de actuación emergente de proceso anterior para lograr el beneficio de litigar sin gastos
1. Pago
2. Novación
3. Compensación
4. Transacción
Causas extintivas de las
5. Confusión
obligaciones
6. Renuncia a los derechos del acreedor
Atacan a la pretensión
7. Remisión de deuda
(defensas generales)
8. Imposibilidad de pago
fundadas en
9. Prescripción (liberatoria)
1. Incapacidad
2. Error
Vicios de los actos 3. Dolo
jurídicos 4. Violencia
5. Simulación
6. Lesión

1
1. Inconstitucionalidad
2. Causa ilícita de la obligación
3. Falta de titularidad del derecho o del interés para obrar
El principio de
4. Cosa juzgada
seguridad jurídica
Desistimiento del derecho
Transacción
5. Litispendencia por identidad
Tienen por objeto la
postergación de la 1. Prejudicialidad
emisión de la 2. Litispendencia por conexidad causal o por afinidad
sentencia
1. Inhabilidad de título
2. Falsedad material
Atacan a la pretensión
3. Quita
de ejecutar un
4. Espera
derecho
5. Compromiso
6. Exención
RECONVENCIÓN

DERECHO DE DEFENSA EN JUICIO PENAL


ACCIÓN ACUSACION
QUERELLA
Simple negativa
OPOSICION
Silencio
1. Amnistía
2. Prescripción
3. Renuncia del agraviado
Que atacan al ejercicio de la acción
4. Cuestiones prejudiciales
5. Inmunidad de procesamiento penal
6. Cuestión previa penal
REACCIÓN
Que atacan a la pretensión punitiva Excepciones que surgen del artículo 34 del Código Penal
EXCEPCIONES
1. Amnistía
2. Prescripción
3. Indulto
Que atacan a la pena impuesta mediante sentencia 4. Perdón del ofendido
5. Existencia de la ley penal más benigna
6. Pago de la multa fijada en la sentencia
7. Condena sin comisión de nuevo delito

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